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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTONIO GUILLERMO URRELO FACULTAD DE

INGENIERIA ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE INGENIERÍA


AMBIEMTAL Y PREVENCION DE RIESGOS

“TRABAJO N°2”

Estudiante:

Campos Chuquilin Nilson

Curso:

Biología

Docente:

Ing. Perci Vera Velada

CAJAMARCA–PERÚ- 2020
La Tierra desde el Espacio, cuenta la historia de la vida en el Planeta Tierra desde una
perspectiva totalmente nueva. En este documental, cada línea, cada color y cada
característica de la superficie de la Tierra revelan una gran historia.

Planeta Tierra, un colorido caleidoscopio se asoma cuando China se cubre de amarillo


gracias a las flores de millones de plantas de canola. Las luces de la región norte del
mundo despliegan un baile de neón alucinante, con azules arremolinados cuando
florece el plancton y con el movimiento amplio causado por la migración masiva.
Manadas de elefantes que buscan agua, colonias de pingüinos hasta ahora desconocidas
y el serpenteante río amazonas forjando la formación de lagos en herradura con el
correr de las décadas, son algunas de las maravillas que se descubren desde el espacio.
Los satélites captaron bosques próximos a desaparecer, glaciares en retroceso y
ciudades en expansión luego de décadas de cambios y destrucción ambiental. Cuando
se observa a la Tierra desde el espacio es imposible ignorar el impacto del cambio
climático. A veces se necesita un poco de distancia para ver todo con mayor claridad.
Con la superficie de la Tierra cambiando a una velocidad sin precedentes, ¿podrán las
imágenes desde el espacio inspirarnos lo suficiente como para cuidar y proteger a
nuestro único y frágil hogar?
la Tierra. A medida que orbitas sobre los polos, tu función es medir el “equilibrio
energético” que determina la temperatura de la Tierra. Con un ojo mirando hacia abajo,
mides el calor que se escapa desde la superficie y la atmósfera. Con tu otro ojo mirando
hacia arriba, mides la radiación solar entrante que calienta a la Tierra desde arriba.
Restando el primero del segundo, estimas el calentamiento neto del sistema planetario.
Pero, ¿ese calentamiento da paso a un aumento perceptible en la temperatura global
de la Tierra? Estás muy bien equipado para responder esa pregunta, con un termómetro
personalizado llamado Sonda de tecnología de microondas avanzada (Advanced
Technology Microwave Sounder). El dispositivo detecta las microondas emitidas desde
nuestra atmósfera a 22 energías específicas, o canales. Gracias a algunos supuestos y
algunos cálculos bastante complicados, tus compañeros en la Administración Nacional
Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos pueden tomar estas lecturas de los
canales y convertirlas en estimaciones de temperatura para las varias capas de la
atmósfera. No solo puedes monitorear la troposfera inferior, que es donde vivimos, sino
la estratosfera que es donde los aviones vuelan. Hace una década, tus precursores se
encontraron envueltos en controversias, cuando algunos científicos analizaron mal las
medidas de las sondas de microondas para argumentar en contra del cambio climático.
Sin embargo, al momento de tu nacimiento, estas complicaciones y preguntas molestas
ya se habían resuelto, y ahora, tus lecturas son bien verificadas con otras medidas de
temperatura. Cada uno de estos registros, incluyendo el tuyo, demuestra
independientemente que la superficie y la atmósfera inferior se están calentando.
Asimismo, los cambios que has visto sugieren que la troposfera se está calentado
mientras que la estratosfera se está enfriando, precisamente los modelos climáticos de
“huellas” pronostican desde el calentamiento causado por el aumento de los gases de
efecto invernadero en vez de por factores naturales como los cambios en la luminosidad
solar.

Y como nosotros, eres responsable de decir algo cuando ves algo. Y lo has hecho. Tus
descubrimientos científicos nos han dado una clara advertencia a todos: el cambio
climático es real y es causado por los seres humanos.
Tu vigilancia nos ha revelado muchos otros detalles de nuestra atmósfera. Tu sonda
infrarroja de trayectoria muestra las propiedades en 3D de nuestra atmósfera, entre las
cuales se encuentra la temperatura, la presión del aire y el contenido de humedad. Eso
nos brinda un entendimiento de las dinámicas de la atmósfera, lo que no solo nos ayuda
a mejorar los modelos de pronóstico del tiempo, sino que también nos da una visión
más completa de los fenómenos climáticos como El Niño/Oscilación del Sur (ENOS), un
cambio multianual en el viento y las corrientes oceánicas del Pacífico tropical. ENOS
afecta los patrones climáticos estacionales alrededor del mundo, lo que incluye a
América del Norte. En marzo de 2019, NOAA advirtió que grandes partes de Estados
Unidos experimentarían un registro histórico de inundaciones esta primavera como
resultado tanto de un aire cargado de humedad conducido hacia el lugar por El Niño
como de los efectos generales del cambio climático, que han producido una atmósfera
más caliente que fomenta lluvias más intensas.ENOS también influye en los huracanes
del Atlántico, y el cambio climático, a su vez, puede afectar a ENOS, alterando
potencialmente la frecuencia y la intensidad de los huracanes. Cómo se resolverá todo
esto es un comodín; los modelos de clima todavía no se han puesto de acuerdo. Pero la
mejor ciencia del clima disponible indica que los huracanes más potentes se están
volviendo más fuertes y están produciendo más inundaciones provocadas por lluvia.

Ejemplo concreto: el huracán Florence de 2018. Las temperaturas inusualmente cálidas


de la superficie del Atlántico en la costa sudeste de Estados Unidos hicieron que la
tormenta se intensificara rápidamente, lo que logró que la marejada ciclónica fuera aún
más devastadora. Esas mismas aguas cálidas también garantizaban vapor de agua extra
en la atmósfera, lo que, luego, contribuyó a una inundación. Para colmo, el sistema se
detuvo luego de tocar tierra, y empapó grandes porciones de Carolina del Norte durante
días enteros: lo que hoy se conoce como la segunda peor inundación en la historia de
Estados Unidos. (La peor sucedió un año antes, cuando el huracán Harvey dejó caer más
de cientos de mil millones de toneladas de agua en Houston, Texas, bajo condiciones
similares—sin duda, un diluvio agravado por el cambio climático.) Todos sabemos esto
sobre el huracán Florence, en parte gracias a ti NOAA-20, ya que ayudaste a monitorear
esta amenazante tormenta, junto con muchas otras. midió las temperaturas (y, por lo
tanto, las alturas) de los topes de las nubes, que se volvieron más altos y fríos a medida
que la tormenta se volvía más poderosa. Al ayudarnos a monitorear los crecientes
peligros de los huracanes que han tocado tierra, no solo nos has ayudado a salvar vidas,
sino también nos has ayudado a prepararnos mejor para la amenaza de un cambio
climático. Así que, una vez más, gracias NOAA-20. Puede que no seas tan llamativo como
algunos de tus primos, pero desempeñas uno de los papeles más importantes. En
nuestra exploración del universo, lo que incluye muchos ex planetas que orbitan
estrellas distantes que Kepler encontró, la Tierra sigue siendo el único planeta que
conocemos que puede ser nuestro hogar, o, si vamos al caso, el de cualquier forma de
vida. Debemos cuidar ese hogar y, para ello, debemos monitorear su salud
constantemente. Eso es lo que haces, amigo mío. Y yo, lo aprecio muchísimo.

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