LA VIDA EN EL CIELO INTERMEDIO

“Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían
sufrido el martirio por causa de la Palabra de Dios y por mantenerse fieles en su
testimonio. Gritaban a gran voz: Hasta cuando, Soberano Señor, santo y veraz, seguirás
sin juzgar a los habitantes de la tierra y sin vengar nuestra muerte? Entoces cada uno de
ellos recibió ropas blancas, y se les dijo que esperaran un poco más, hasta que se
completara el número de sus consiervos y hermanos que iban a sufrir el martirio como
ellos” Apocalípsis 6:9-11

Podemos aprender mucho acerca del cielo intermedio de tres versículos clave en
Apocalipsis.

1. Cuando las personas murieron en la tierra, fueron trasladadas al cielo. (v. 9).

2. Estas personas en el cielo fueron las mismas que perdieron la vida por causa de
Cristo mientras estaban en la tierra (v. 9). Esto demuestra directamente la
continuidad entre nuestra identidad en la tierra y nuestra identidad en el cielo. La
historia personal de los mártires se extiende directamente a sus vidas en la tierra.
Los que están en cielo intermedio no son personas diferentes, son las mismas
personas trasladadas –“los justos que han llegado a perfección” Hebreos 12:23.

3. La gente en el cielo sera recordada por su vida en la tierra. Esas personas eran
conocidas e identificadas como las que fueron muertas “por mantenerse fieles en
su testimonio” (v. 9).

4. La expresión “a gran voz” (v. 10) significa que podían expresarse en forma audible.
Esto sugiere que existen en forma física, con cuerdas vocales, y otros medios
tangibles para expresarse.

Pedro asegura lo siguiente: Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este
cuerpo, el despertaros con amonestación; sabiendo que en breve debo abandonar
el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. 2ª Pedro 1:13-14

Pedro estaba asegurando, que en el momento de su muerte, dejaría este cuerpo,

pero su alma de inmediato estaría con el Señor, pero no como una nube flotando,
o una especie de “fantasma”, sino con forma física.

5. La gente en en cielo intermedio puede levantar sus voces (v. 10). Esto indica que
son seres racionales, comunicativos y emocionales, aun apasionados, igual que la
gente en la tierra.
6. Gritaron “a gran voz”, no dice “grandes voces” el que los individuos hablen a una
voz indica que el cielo es un lugar de unidad y de una perspectiva compartida.

7. Los mártires están completamente conscientes, racionales y están conscientes de

los demás, de Dios y de la situación de la tierra.

8. Le piden a Dios que intervenga en la tierra y que actúe a favor de ellos: “¿Hasta
cuándo… seguirás sin juzgar a los habitantes de la tierra y sin vengar nuestra
muerte? (v. 10).

9. Los que están en el cielo tienen la libertad de formularle preguntas a Dios, lo que
significa que tienen audiencia con Dios. También significa que quieren saber. En el
cielo, la gente desea entender y es algo que buscan.

10. Las personas en el cielo intermedio saben lo que está sucediendo en la tierra (v.
10). Los mártires saben lo suficiente como para darse cuenta de que los que los
mataron aun no han sido juzgados.

11. Los habitantes el cielo tienen una profunda preocupación por la justicia y
retribución (v. 10). Cuando vayamos al cielo no adoptaremos un desinterés pasivo
sobre lo que sucede en la tierra. Al contrario vamos ser apasionados y nuestra sed
de justicia sera grande. Ni Dios ni nosotros vamos a estar satisfechos hasta que sus
enemigos sean juzgados, nuestros cuerpos resucitados, el pecado y Satanás
derrotados, la tierra restaurada y Cristo sea exaltado sobre todo.

12. Los mártires recuerdan con claridad sus vidas en la tierra (v. 10). Inclusive
recuerdan que fueron asesinados.

13. Los que están en el cielo ven los atributos de Dios (“Soberano… santo y veraz”) de
una forma que hace que su juicio del pecado, sea más comprensible.

14. Los que están en el cielo son individuos distintos: “Entonces cada uno de ellos
recibió ropas blancas” (v. 11). No hay una identidad fusionada que anula la
singularidad la originalidad, sino un señalado “cada uno de ellos”.

15. Dios responde a la preguntas de ellos (v. 11), lo que indica comunicación y proceso
en el cielo. Tambien demuestra que no vamos a saber todo en el cielo -si lo
supiéramos, no tendriámos preguntas. Los mártires supieron más después que
Dios les respondió. Hay enseñanza en el cielo.

16. Dios promete cumplir con el pedido de los mártires, pero dice que deben esperar
un poco más (v. 11).
 Se les dice que descansen un poco más. La semana pasada aprendimos que la
Biblia se refiere a la muerte utilizando el eufemismo del sueño, no es para suponer
que durante el estado intermedio el alma duerma o que permanezcamos
inconcientes.
“Descansen un poco más” es más bien la confirmación de que, al morir y dejar este
cuerpo, “descansaremos” de toda carga y peso que el pecado trajo consigo:
cansancio, enfermedades, tristeza, dolor, etc.
La situación es como estar descansando después de una larga travesía, en una
“sala de espera”, con clima y entretenimiento, antes de entrar nuevamente en
acción.

17. “Hasta cuando Soberano Señor…”. Están conscientes del paso del tiempo y están
ansiosos por el día que vendrá el juicio del Señor. Dios les responde que deben
esperar un poco más hasta que ciertos eventos sucedan en la tierra. Esperar
requiere el paso del tiempo.

18. El pueblo de Dios en el cielo tiene una fuerte conexión familiar con las personas de
la tierra, quienes son llamadas “sus consiervos y hermanos” (v. 11). Compartimos el
mismo Padre “de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra”
(Efesios 3:15). Somos una familia con aquellos que han ido al cielo antes que
nosotros.

19. Nuestro Dios Soberano sabe hasta el detalle más pequeño de todo lo que está
sucediendo y sucederá en la tierra (v. 11), incluyendo cada gota de sangre
derramada y cada uno de los sufrimientos que padecen sus hijos. La organización
La Voz de los Mártires estima que más de 150.000 personas mueren todos los años
por Cristo, lo que es un promedio de más de 400 por día. Dios sabe el nombre y la
historia de cada una de ellas. Sabe exactamente cuántos mártires habrá y Él está
preparado para retornar y establecer su Reino cuando el último de los mártires
muera.

Podemos ver estas obervaciones sobre el cielo intermedio basados en solamente tres
versículos. Y creemos que no solo se aplican a los mártires sino a todos en el cielo.
Entonces debemos asumir que lo que es cierto en cuanto a ellos (los mártires), tambien es
cierto de nuestros seres queridos que ya están allí y será cierto de nosotros cuando
vayamos allí.
Juan, un capítulo más adelante lo deja entrever: Después de esto vi una enorme multitud
de todo pueblo y toda nación, tribu y lengua, que era tan numerosa que nadie podía
contarla. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero. Vestían túnicas blancas y
tenían en sus manos ramas de palmeras. (Apocalipsis 7:13)

La memoria es un elemento básico de la personalidad. Si en verdad vamos a ser nosotros

mismos en el cielo, debe haber continuidad de la memoria desde la tierra al cielo. No
vamos a ser personas diferentes, sino las mismas personas maravillosamente trasladadas
y transformadas. El cielo nos limpia pero no revisa ni extingue nuestros orígenes o
historia.
En otras palabras, en el estado intermedio disfrutamos de la continuidad de la existencia
personal, pero ahora en la presencia de Cristo.

El estado del creyente después de la muerte es diferente y mejor al que experimentamos

en esta vida, pero no es tan maravilloso como lo será tras la resurrección, en nuestro
estado final.

Llamado
Nuestro destino está decidido una vez que morimos. No hay ninguna esperanza de una
segunda oportunidad para el arrepentimiento después de la muerte, y no hay ningún
purgatorio, un lugar para purgar nuestros pecados, de manera de mejorar nuestra
condición futura. es en vida que tenemos que tomar la decisión de aceptar a Cristo como
nuestro Salvador personal. No hay una segunda oportunidad de salvación, debemos de
tomar la decisión en vida.
Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees? (Juan 11:26)