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Las tragedias y la vida de las cuatro

brillantes mujeres que la historia ocultó


tras la sombra de Karl Marx - Infobae
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La hijas de Karl Marx: Jenny Caroline Marx, Laura Marx,


Jenny Eleanor Marx. Y su esposa, Johanna Bertha Julie
von Westphalen, rodeándolo

Activistas políticas, independientes, feministas, en algunos


casos creadoras de sus propias obras, las mujeres que
rodearon a Karl Marx durante casi toda su vida
resultaron determinantes en su producción intelectual y
en la difusión de sus trabajos.

Tanto la mujer de Marx, Johanna Bertha Julie von


Westphalen, a quien todos llamaban “Jenny”, como sus
hijas, Jenny Caroline, Jenny Laura y Jenny Eleanor no sólo
acompañaron al filósofo en la producción de sus trabajos,
en su actividad política y en los avatares de sus exilios,
sino que tuvieron perfiles propios más allá de la figura del
autor de El Capital y fundador de la Asociación
Internacional de Trabajadores (AIT), más conocida como
la Primera Internacional Socialista.

Karl Marx y Jenny Westphalen se casaron el 19 de junio


de 1843 en la iglesia de San Pablo en Kreuznach y
tuvieron siete hijos, cuatro mujeres y tres varones.
Cuatro de ellos murieron a muy corta edad, Edgar vivió
apenas 7 años, mientras que sus hermanos Henry, Jenny
Eveline y otro niño al que no llegaron a ponerle nombre
no alcanzaron el año de vida.

Solo Jenny Caroline, Jenny Laura –las dos hijas


mayores– y Jenny Julia, la menor, llegaron a la edad
adulta. Sus vidas, sin embargo, estuvieron signadas por
tragedias personales.

“El nombre que aparece en la obra es el de Karl Marx


pero no hay ninguna duda del papel importante que
desempeñan las cuatro mujeres que están alrededor de él
en ese proceso”, dijo hace poco en una entrevista de la
BBC de Londres el profesor Juan Manuel Aragüés,
profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad
de Zaragoza y uno de los más prestigiosos estudiosos de la
vida de Marx.

Jenny, la esposa aristócrata

El matrimonio: Jenny von Westphalen y Karl Marx

Johanna Bertha Julie von Westphalen, “Jenny"”, nació en


Salzwedel, en la actual Alemania, 12 de febrero de 1814.
Era hija de una familia aristocrática, de la cual heredó el
título de baronesa.

La amistad de los padres de Jenny y de Marx –un


reconocido abogado- hizo que se conocieran desde la
infancia y se hicieran amigos, a pesar de que Jenny era
cuatro años mayor que Karl. En la adolescencia los unió
la pasión por la literatura inglesa, que compartían
leyendo en voz alta en el amplio parque de la casa de los
von Westphalen.

Se comprometieron en 1836, cuando Jenny tenía 22 años y


Karl apenas 18 y comenzaba a estudiar abogacía.
Debieron esperar casi siete años para poder casarse.
Poco después se trasladaron a Paris, en la primera escala
de una vida que las persecuciones políticas harían
muchas veces errante y con graves dificultades
económicas.

Pero Jenny no sólo seguía a su marido sino que


colaboraba políticamente con él. Era, además, el primer
“filtro” de la obra de Marx, ya que se ocupaba de
transcribir de manera legible sus manuscritos para
enviarlos a las editoriales, debido a que era una de las
pocas personas capaces de descifrar la desastrosa
caligrafía de Marx.

Más allá de este apoyo que resultaba imprescindible para


la publicación de los trabajos de Marx, Jenny tenía su vida
política e intelectual propia. Fue la primera mujer
miembro de la Internacional Comunista fundada por
Marx y Frederick Engels en 1847 al tiempo que no
dejaba de lado su producción como ensayista y crítica
de teatro.

Al mismo tiempo, manejaba la difícil economía de su casa,


ya que –y en esto coinciden casi todos los biógrafos de
Marx– en cuestiones económicas, Karl era un
magnífico teórico pero un pésimo administrador, que
malgastaba los pocos recursos de que disponía.

A pesar de haber dado a luz siete veces y de criar a tres


hijas, Jenny nunca dejó de ayudar a su marido. En su libro
Amor y Capital: Karl y Jenny Marx y el nacimiento de una
revolución, de 2011, la autora Mary Gabriel cuenta cómo
Jenny, embarazada, viajaba para juntar dinero para
financiar el trabajo de Marx.

Murió en Londres, víctima de un cáncer de hígado en


1881, a los 67 años. Karl Marx la sobreviviría apenas
dos.

Jenny Caroline, periodista


Jenny Caroline Marx
La hija mayor de Marx, la única que en la vida diaria
sus padres llamaron por su primer nombre, Jenny,
nació en París en 1844.

Creció durante los exilios de su padre en Bélgica y en


Inglaterra, donde se educó. Trabajó como periodista desde
muy joven y se especializó en la cuestión irlandesa, en la
que tomó partido por los nacionalistas que luchaban para
independizarse de Londres. Influida por su padre,
también dedicó decenas de artículos a analizar la crisis
económica de Irlanda y su impacto sobre la vida de la
clase trabajadora.

En las reuniones de la Asociación Internacional de


Trabajadores que se realizaban en la casa de su padre
conoció al líder socialista francés, Charles Longuet, con
quien se casó luego de un breve noviazgo.

Se radicó en Francia y allí colaboró junto a su marido en


la Comuna de Paris de 1871, participando en la lucha
callejera y publicando artículos en la prensa socialista.
Tras la derrota, Longuet se convirtió en prófugo, dado el
destacado lugar que había ocupado en el gobierno
revolucionario, y la pareja debió volver a Inglaterra,
donde Jenny se convirtió en una de las principales
promotoras del movimiento de apoyo a los refugiados
franceses.

Con el tiempo, Longuet pasó de ser un convencido


comunista a un socialdemócrata moderado, lo que le
permitió participar nuevamente – y de manera legal – en
la vida política francesa. Jenny lo acompañó en su regreso
sin saber que no volvería a ver a su padre. Murió de
cáncer en París, a los 38 años.

Laura, traductora y militante comunista


Jenny Laura Marx nació en 1845 en Bruselas, durante el
exilio del matrimonio Marx en Bélgica. A los cuatro años
viajó con sus padres a Londres, donde Marx se refugió
luego del fracaso del proceso revolucionario en Alemania,
huyendo de una orden de captura librada por uno de
los hermanos de su esposa, que era un alto funcionario
del gobierno.

Laura –como la llamaban en la vida diaria sus padres– se


educó en Londres. Igual que su hermana mayor, conoció a
quien sería su marido en una reunión de la Internacional
Comunista realizada en la casa de su padre. Era un joven
socialista nacido en Cuba pero con nacionalidad española
llamado Paul Lafargue. Se casaron en 1868, cuando Laura
tenía 23 años.

A Marx no le caía bien su yerno, pero no se opuso a la


decisión de Laura. Sin embargo, no dejaba pasar
oportunidad de criticarlo, en ocasiones con un humor
digno de su homónimo Groucho.
“Lafargue era cercano en sus ideas políticas a Marx,
aunque el mismo Marx se quejó y dijo que si eso era
ser marxista, él no era marxista”, relata Gareth
Stedman Jones, autor de Karl Marx: Ilusión y grandeza,
una reciente biografía del filósofo alemán.

La pareja se radicó en Burdeos, donde Laura comenzó la


tarea de traducir El Capital al francés para difundir las
ideas de su padre.

En 1871, con Laura embarazada –perdería sus tres hijos a


muy corta edad, siguiendo con la maldición familiar-,
Lafargue se sumó a la Comuna de Paris. Desde la capital
francesa, le escribió a su esposa que se quedaría para
participar en esa “experiencia histórica”, como la llamó.

Laura lo alentó a quedarse. En una carta que envió por


entonces a sus hermanas, les decía: “En cuanto a Paul no
sé qué pensar. Claramente cuando se fue no tenía la
intención de estar tanto tiempo fuera, pero es posible que
no pueda volver, aunque lo desee, o tal vez la visión de las
barricadas le haya tentado a seguir allí para luchar. No
debería sorprenderme y no me importaría porque si
yo estuviera allí con él podría luchar también”.

La derrota de la Comuna transformó a Lafargue en un


perseguido político. Volvió a Burdeos, pero le avisaron
que allí lo detendrían. La pareja buscó refugio entonces
en España, donde lo detuvieron, pero lo liberaron a los
pocos meses. Para entonces, Laura ya había establecido
contacto con militantes españoles de la AIT, con
quienes participó en la creación del Partido Socialista
Obrero Español (PSOE).

Más tarde, volvieron a Londres, donde Laura continuó


con la traducción al francés de El Capital mientras
Lafargue escribía su propia obra, El derecho a la pereza,
que provocó el rechazo de Frederick Engels.

El coautor del Manifiesto Comunista tampoco tenía un


buen concepto de Lafargue, a quien consideraba
intelectualmente inferior a Laura. “El juicio político de
Laura era mucho más superior que el de su esposo”,
sostenía.

A pesar de eso, los nombró herederos de parte de su


fortuna, lo que les permitió llevar una vida
relativamente holgada hasta la muerte de los dos. Laura
y Lafargue se suicidaron con cianuro el 25 de noviembre
de 1911 en Paris. Él tenía 69 años y ella 66. Según una
carta que dejó Lafargue, tomaron esa decisión para no
ser, en la vejez, “una carga para los demás”.

El entierro fue multitudinario y entre los presentes estaba


quien sería el líder de la Revolución Soviética, Vladimir
Ilich Ulianov, Lenin.

Jenny Eleanor, feminista y socialista


Jenny Eleanor Marx
Jenny Julia Eleanor, a quien todos llamaban Eleanor o por
el apodo de Tussy, nació en Londres el 16 de enero de
1855. Sus padres decidieron no enviarla al colegio, sino
educarla en su propia casa. Varios testimonios de
amigos del matrimonio Marx relatan que pasaba la mayor
parte del tiempo con su padre, en el estudio, mientras éste
escribía y que interrumpía su trabajo para jugar con ella.

Más adelante se transformó en su secretaria,


reemplazando a su madre en la copia de los textos de
Karl. Sin embargo, no tardó en dejar su casa, para
independizarse. Consiguió trabajo como profesora de
Brighton y al mismo tiempo comenzó una activa
militancia socialista y feminista. "Fundamentalmente,
Eleonor Marx fue la madre del feminismo socialista.
Rebautizó la llamada “cuestión de la mujer” como “el
debate de la mujer trabajadora”, escribió su biógrafa
Rachel Holmes

Enfrentando la opinión de muchos dirigentes sindicales


de su época, Eleanor planteaba la necesidad de
organizar a las mujeres y a los trabajadores no
calificados. Luego de un romance clandestino con
Prosper-Olivier Lissagaray, autor de la Historia de la
Comuna de 1871, se casó con el médico y militante
socialista Edward Aveling, con quien mantuvo una
relación tormentosa hasta el final de sus días.
En colaboración con él, escribió su primera obra, La
cuestión de la mujer, donde sostiene que la lucha por la
emancipación de las mujeres solo puede lograrse en el
socialismo.

También tradujo al inglés por primera vez Madame


Bovary, la novela de Flaubert, y La dama del mar y
Enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen.

Después del fallecimiento de Engels, Eleanor se


transformó en la receptora de la mayoría de los papeles
de Marx y se dedicó a editar sus manuscritos. En 1897,
publicó Salario, precio y ganancia, mientras avanzaba en
la biografía de si padre, que quedará inconclusa.

El 31 de marzo de 1898, Eleanor subió a su habitación,


se tomó una dosis de ácido prúsico y se acostó. La
encontraron muerta la mañana siguiente. En la mesa
de luz había dejado una carta para Aveling, de quien se
había separado un año antes al saber que éste mantenía
una relación con una actriz. Decía: “Querido, muy pronto
habrá terminado todo. Mi última palabra para ti es la
misma que he dicho durante todos estos largos y tristes
años, amor”.

Seguí leyendo:

Fue jefe de la Triple A, custodio de Isabel Perón y terminó


junto al más sanguinario torturador de España
El escalofriante testimonio del joven que la dictadura
chilena “entrenó” con torturas, atándolo a cadáveres y
con lavados de cerebro

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