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La prostitución en los siglos XVI y XVII.

Una alternativa para la supervivencia femenina

Ana María Atondo

Algunos investigadores sitúan los estudios reconocían la imposibilidad de controlar la


acerca de la prostitución femenina en un nivel sexualidad, sobre todo la masculina, dentro de
primario, por considerarla una actividad aso- los cauces del matrimonio. Esto se manifiesta
ciada al papel sexual de la mujer, lo que con- en el respaldo que ambas entidades dieron a la
tribuiría -según esta línea de pensamiento-- fundación de "casas de mancebías" o burdeles
a enriquecer el mito de la existencia de una tanto en España como en las colonias america-
naturaleza femenina.l Por el contrario, noso- nas} Por ello, la sociedad de la época requería
tros pensamos, como Alain Corbin, que el tanto de mujeres "honestas" que garantizaran
estudio de la prostitución permite el análisis la reproducción de una descendencia legítima,
de lo que se llama la "división sexual de los en la que se basaba el honor de la familia, como
roles".2 Trataremos de demostrar a través de de mujeres que satisfacieran los apetitos car-
este trabajo que la elección de la prostitución nales de los hombres cuya sexualidad no podía
por algunas mujeres novohispanas es el resul- ser restringida al matriínonio. Según los crite·
tado de la tensión entre los roles masculino rios morales vigentes en la época existían, en-
y femenino. Debido a ello, nos vamos a cen- tre otras posibles categorías morales, dos tipos
trar en el análisis de las condiciones de la so- de mujeres: la "digna" compañera del hombre
ciedad novohispana que orillaron a un grupo y la "mujer de mala vida". En principio, sólo el
de mujeres a la elección de este modus vivendi. esposo podía tener acceso a la primera, en
Tomando en cuenta la diversa configuración tanto que la "mujer pública" debía de estar dis-
étnica de la sociedad novohispana y el diferen- puesta a satisfacer a cualquier hombre.
te rango que ocuparon cada uno de los grupos Si a la mujer "honesta" se le adjudicaba la
que la constituían, es necesario señalar que responsabilidad de defender el honor y la legi-
este estudio se refiere básicamente a un grupo timidad de la descendencia, la obligación del
de prostitutas procedentes del mundo espa- hombre era la de encargarse del sostén mate-
ñol. Asimismo, las observaciones de este estu- rial y moral de la esposa e hijos. El incumpli-
dio son aplicables fundamentalmente a laciu- miento de este papel por parte del padre o
dad de México en los siglos XVI y XVIJ.3 esposo parece haber sido un elemento deter-
La sociedad novohispana imponía como nor- minante para que algunas mujeres novohis-
ma de conducta la castidad fuera del matrimo- panas eligieran la prostitución propia o la de
nio o la fidelidad dentro de éste. Pero en la otras mujeres como memo de subsistencia. En
práctica, las autoridades laicas y eclesiásticas efecto, algunas prostitutas o alcahuetas novo-

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hispanas procedían de familias en las que huérfanas o pobres para que pudieran casar-
faltaba el "jefe de familia", o bien de aquéllas se. Por ejemplo, los miembros de la tercera or-
en las que el hombre no cumplía con el papel den franciscanaS o determinadas cofradías9 hi-
que la sociedad le imponía. Este hecho se vio cieron donaciones con tal objeto.
sancionado en la época por la ~eglamentación El matrimonio era para la sociedad novo-
emitida por la cordna española en 1572 y 1575, hispana un medio, quizá el mejor, para asegu-
e.n la que se fijaron las condiciones que debían rar el porvenir de la mujer. Pero, para lograrlo,
regir el funcionamiento de los burdeles públi- la tradición imponía, al menos a la mujer es-
cos. Prescribía, entre otras cosas, que las mu- pañola, la necesidad de poseer una dote, re-
jeres reclutadas para trabajar en ellos debían quisito que no era fácil de llenar cuando se
ser huérfanas o abandonadas por sus padres;5 trataba de mujeres de escasos recursos. Algu-
con esta medida la corona manifestaba cohe- nas de ellas se valían de argucias para obte-
rencia respecto a los entonces valores domi- nerla, como es el caso de las muchachas que
nantes, pues con la creación de los burdeles presentaban quejas en contra de sus prometi-
públicos se pretendía la preservación del ho- dos para que éstos les cumplieran su promesa
nor de las mujeres "honestas", es decir, de de matrimonio, habida cuenta de que la pareja
quienes dependían de un hombre, ya fuera el había tenido relaciones sexuales. Algunas de
esposo o el padre, en tanto que a las mujeres estas mujeres proponían retirar la acusglción
huérfanas o abandonadas, al no tener familia si sus amantes aceptaban darles una dote. 10
ni un honor que defender, se les daba la posi- Por otra parte, los hombres novohispanos
bilidad de obtener su subsistencia con la venta eran también acechados por problemas eco-
de sus encantos. nómicos, circunstancia por la cual se mostra-
Otros elementos indican la vigencia de la ban reacios al matrimonio. Según un estudio
consideración de que la mujer desarraigada de demográfico realizado en la ciudad de México
la estructura familiar era "carne de cañón" de los siglos XVI al XIX, de cada tres hombres
para la prostitución, como, por ejemplo, el que uno moría soltero. 11 El viajero italiano Gemelli
en la época se calificara frecuentemente eomo Careri observó también a fines del siglo XVII
soltera o "mujer suelta" a aquélla cuya sexua- este fenómeno, mencionando que a los hom-
lidad no se apegaba a las normas impuestas, bres de entonces les era difícil establecerse
con lo que se hacía énfasis en su desarraigo de económicamente. 12
la estructura familiar. 6
.Pero la sociedad de la época mostraba una
actitud ambigua respecto a las mujeres fami- Los conventos y recogimientos
liar y económicamente desarraigadas; a la vez en la lucha contra la "mala vida"
que eran consideradas en cierta medida como
las naturales candidatas para satisfacer los Una manifestación más de la preocupación
apetitos sexuales masculinos marginales al que la sociedad novohispana mostraba por el
matrimonio, se manifestaba hacia ellas un porvenir de las mujeres solas y de escasos re-
afán proteccionista. cursos se observa en la creación de algunos
La sociedad novohispana -desde una eta- conventos y de varios recogimientos. En ellos
pa más temprana que la sociedad española- se pretendía dar albergue y comida a las mu-
manifestó una preocupación particular por jeres que, de otra manera, corrían el riesgo de
proteger a estas mujeres 7 adoptando medidas caer en la "mala vida" o a las que ya habían
tendientes a,evitar que cayeran en la prostitu- sucumbido.
ción. Algunas instituciones de beneficencia o Pero las mujeres que decidían entregarse a
individuos deseosos de actuar conforme a los la vida religiosa debían poseer también una
principios cristianos de la caridad, proporcio- dote para poder ingresar a un convento. Por
naron con este fin una dote a las doncellas supuesto, ello constituía igualmente un obs-

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táculo para las mujeres carentes de recursos. samente en el origen de este recogimiento es-
Sin embargo, algunos de estos centros fueron tuvo el ofrecimiento de albergue provisional,
abiertos para este tipo de mujeres, eximiéndo- hecho por el padre a algunas mujeres pobres,
las del pago de la dote. Por ejemplo, Pedro To- en una casa que tenía bajo su cuidado. Según
más Denia, consciente de los peligros que co- el padre se trataba de "algunas mujeres que
rrían algunas mujeres, reunió fondos para la por su necesidad conocida y naturales prendas
erección del convento de Jesús María en 1576. estaban arriesgadas a cometer pecados y algu-
Este debía recibir a "hijas y nietas de conquis- nas que actualmente se hallaban en la ocasión
tadores que acaso habían disfrutado de bienes de cometerlos y habiendo corrido la voz de di-
de fortuna, pero que vivían pobres, casadas al- cha obra, fueron tantas las que ocurrieron a
gunas con hombres de calidad inferior a la su- querer lograrla, así remitidas por sus confeso-
ya, arrastrando otras una vida penosa en la res, como de su propio arbitrio, que me obligó
miseria y no pocas sumidas en el fango de a poblar de una vez y llenar dicha casa de
la prostitución".13 Aun cuando estas observa- dichos sujetos, y a buscarles, como de hecho les
ciones fueron hechas por José María Marroqui, busqué, entre la mucha piedad de esta ciudad,
un escritor del siglo XIX, reflejan fielmente el diferentes personas que con sus limosnas les
pensamiento existente al respecto en los siglos ayudasen al natural sustento" .15 Para el padre
XVI y XVII, como lo corroboraremos en las lí- Pérez de Barcía, poseer "naturales prendas",
neas que siguen. Es necesario subrayar que en esto es, belleza, acrecentaba los riesgos de caer
la anotación precedente, como en las propor- en la prostitución.
cionadas a continuación, no sólo se menciona Sabemos que un año después de su creación
a las mujeres huérfanas o abandonadas por este recogimiento albergaba entre 50 y 60 mu-
sus padres como susceptibles de sucumbir a la jeres, "parte de e~~as y mozas, parte
prostitución, sino también a las "mal casa- doncellas y huérfanas, y algunas mal casadas,
das", a las abandonadas por sus esposos o a las y las restantes solteras perdidas, de cuyas
viudas. Sin embargo, en todas ellas sigue exis- cualidades hay tantas en esta ciudad, que por
tiendo una afinidad, su desarraigo del grupo su suma pobreza y no tener adonde recogerse,
familiar. aunque quieran servir a Dios, ni hallarse con
Por lo que toca a los recogimientos, sabemos los tres mil pesos que se ·requieren para la
que el primero fue fundado en Nueva España dote, se pierden y cometen innumerables ofen-
en 1572 y destinado a las prostitutas españo- sas a su Majestad Divina".16
las arrepentidas. Se trata del recogimiento de El panorama descrito por el padre Pérez de
Jesús de la Penitencia, el cual, señala.Josefina Ba:rcÍa resulta de lo más elocuente sobre los
Muriel, reunía a fines del siglo XVI entre 80 y problemas que aquejaban a algunas mujeres
120 de estas mujeres, mientras un número novohispanas. Sobresalen en dicha descrip-
similar solicitaba ingresar pero era rechazado ción las características de las mujeres a quie-
dada la escasez de recursos con los · que se nes el padre dio auxilio. Se trata de nuevo de
contaba para su sostén.1 4 mujeres solas, desarraigadas del medio fami-
Asimismo, las circunstancias que rodearon liar, que carecían hasta de un techo donde
la fundación del recogimiento de San Miguel guarecerse, lo que -explica el sacerdote-las
de Belem ilustran claramente la conciencia orilla a la prostitución.
que existía en la época colonial de que la po- Es constante la mención de viudas y huérfa-
breza era el factor principal que empujaba a nas entre las mujeres que vivían en condicio-
las mujeres a la prostitución. Este centro fue nes difíciles y a quienes los recogimientos pre-
creado en 1683 por el padre Domingo Pérez de tendían proteger. Pero la limitada capacidad
Barcía, quien conocía muy bien las necesida- de estos lugares, por una parte, o, por otra, el
des que padecían los habitantes de los barrios rechazo a la vida recogida que ofrecían, llevó a
miserables de la capital del virreinato. Preci- ciertas mujeres a enfrentarse y a veces a su-

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cumbir ante los "peligros del mundo". Entre sector masculino, lo que repercutió en el fenó-
las viudas tenemos el caso de Ana Bautista, meno de la prostitución. En efecto, si el descu-
acusada en 1621 por el arzobispado de México brimiento y colonización de América provocó
"en razón de alcahueta y estar amancebada". la salida de España de hombres solos que iban
Habiendo sido esposa de un procurador de la en busca de riquezas, dejando esposa e hijos, el
Audiencia Real, abrió un mesón al enviudar y mismo fenómeno se suscitó en la capital del
de allí se deslizó hacia el proxenetismo, esta- virreinato novohispano durante los tres siglos
bleciendo ella misma comercio venal con va- de su existencia, como consecuencia de la polí-
rios hombres. 17 tica de la corona española tendiente a exten-
Pero aun viviendo dentro de los cauces del der sus dominios. Pese a las medidas adopta-
matrimonio, algunas mujeres no lograban das por las autoridades para evitar que los
conjurar el peligro de la prostitución. En la hombres casados que salían de España, como
época colonial se dieron casos en los que el los que formaban parte de las expediciones de
marido no solamente no cumplía con el papel exploración y colonización en Nueva España,
que la sociedad le adjudicaba de sostener eco- partieran sin sus esposas, tal cosa siguió suce-
nómicamente a la familia, sino que utilizaba a diendo. Algunos lo harían incluso con el expre-
la esposa ' para obtener, con la venta de sus so propósito de liberarse de sus obligaciones
encantos, lo necesario para el sostén de la fa- como padre y esposo. Las mujeres así abando-
milia. Considérese el caso de Martín de Vil- nadas pudieron haber sucumbido fácilmente a
dósola, acusado en 1577 de lenocinio por con- la "mala vida", sobre todo si tenían hijos que
sentir que varios hombres contribuyeran a los mantener. El problema debió alcanzar tal
gastos domésticos de su familia a cambio de magnitud a fines del siglo XVI que se vio la
que su esposa tuviera con ellos "actos torpes y necesidad de crear un recogimiento para al-
deshonestos". 18 bergar a estas mujeres. Isabel López fundó el
Se dieron otros casos en los que no hubo in- recogimiento de Santa Mónica, destinado a las
citación directa por parte del marido; algunas mujeres divorciadas, a las doncellas huérfa-
mujeres casadas sucumbieron a la prostitu- nas y a las mujeres abandonadas por sus ma-
ción por vivir separadas de sus esposos. Tene- ridos que se habían dirigido a las Filipinas o a
mos referencias de mujeres que vivían de la las expediciones de conquista y colonización
prostitución propia o de la de otras mujeres y emprendidas hacia el norte del virreinato. 20
que, siendo casadas, no vivían con sus cónyu- Sabemos con certeza que dos mujeres cayeron
ges. Ejemplo de ello es Isabel de San Miguel, en la prostitución por esta causa, las españo-
acusada en 1617 en el Santo Oficio porpropor- las doña Andrea Cásarez y María Flores, quie-
cionar hechizos a una esclava para que con- nes en 1613 vivían en Acapulco abandonadas
servara a su amante. La misma hechicera ha- por sus maridos, que habían partido a las
bía propiciado dicha relación y albergaba a la Filipinas dejándolas sin recursos. 21
pareja en su casa. Aunque la alcahueta y Otro motivo de la desintegración de las fa-
hechicera estaba casada no llevaba vida con- milias era el envío de los delincuentes como
yugal con su marido, quien era un campesi- soldados forzados en los barcos de la corona
no de Puebla.~9 Desconocemos las circunstan- que salían periódicamente de Nueva España
cias de esta separación, pero no se excluye el rumbo a la Península y a otros dominios espa-
que Isabel de San Miguel haya sido quien ñoles. El virrey Gaspar de Zúñiga y Acevedo,
abandonara a su esposo trasladándose a Méxi- conde de Monterrey (1595-1603), expuso al rey
co' ,e n .donde se había dedicado a la "mala vi- en 1601 los efectos negativos que provocaba
da". esta práctica; escribió: "mucha parte de las
Sin duda, un factor importante que ocasionó mujeres de mal vivir de México resultan de
la desintegracic$n familiar en la época colonial casas que quedan perdidas por embarcaciones
fue la movilidad de la población, sobre todo del de los maridos, unos a España y otros al Perú

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y Filipinas y otras partes de las Indias por mientos surgidos en los siglos XVI y XVII. ~n
razón de negocios y asimismo de los que seen- efecto, todos ellos, después de creados, sufrie-
vían forzados por condenaciones semejantes, ron transformaciones que dieron al traste con
dejando a sus mujeres mozas y pobres por los objetivos que condujeron a su fundación. El
largo tiempo y hallando en sus casas grandísi- convento de Jesús María, destinado inicial-
mos daños, unos más públicos y otros menos y mente a las mujeres con inclinaciones religio-
otros secretos".22 sas pero que carecían de dinero para la dote,
Contra lo que podría pensarse, entre las permitió más adelante el ingreso de hijas de
mujeres susceptibles de caer en la "mala vida" hacendados y poderosos. 25 El recogimiento de
no se excluían las mujeres pertenecientes a Santa Mónica,26 como el de Jesús de la Peni-
los estratos sociales más elevados. Ya lo cons- tencia,27 destinados a las prostitutas "arre-
tatamos en los motivos que llevaron a Pedro pentidas", también sufrieron cambios décadas
Tomás--.Denia en 1576 a la fundación del después de su fundación, pues se convirtieron
convento de Jesús María, pues en ellos se vis- en conventos para acceder a los cuales era
lumbra gran preocupación por el destino que necesario aportar una dote. El recogimiento
amenazaba a algunas hijas y nietas de con- de Nuestra Señora de la Asunción nunca fue
quistadores. También el hecho de que el pri- abierto. 28
mer recogimiento fundado en México haya Por su parte, el recogimiento de San Miguel
sido destinado a las prostitutas españolas se- de Belem funcionó paralelamente, desde las
ñala que esta actividad era frecuente entre las primeras décadas del siglo XVIII, como un co-
mujeres pertenecientes al grupo étnico domi- legio, y a fines del siglo, bajo la influencia de la
nante. A mediados del siglo XVII, en 1658, se Ilustración, dio libre paso a la actividad educa-
intentó de nuevo ofrecer protección a estas tiva. 29 Con' estas transformaciones y con la
mujeres con la fundación del recogimiento de creación de otros colegios cambió el tipo de
Nuestra Señora de la Asunción. 23 Josefina mujeres que podían ser beneficiadas por estos
Muriel señala que este centro estaba destina- centrog. La urgencia ya no era resolver los pro-
do a albergar mujeres procedentes de la más blemas inmediatos de subsistencia de las
alta sociedad de la capital, pero desposeídas mujeres miserables, sino dar instrucción a
económicamente. La iniciativa para esta fun- quienes ya tenían resuelto el problema econó-
dación provino de la congregación de San Fran- mico.
cisco, según la cual las aspirantes a acogerse Otra referencia indica el cambio de actitud
en este centro debían ser "pobres doncellas y de la sociedad novohispana hacia la mujer y
viudas que por falta de lo necesario están en particularmente hacia la que transgredía las
peligro de ofender a Dios".24 nOl'l¡las. A fines del siglo XVII fue creado el
recogimiento de la Misericordia, también des-
tinado a acoger a las "mujeres perdidas"; pe-
ro, a diferencia del de Jesús de la Penitencia,
Limitaciones y cambio de orientación
creado a fines del siglo XVI para las prostitu-
de la actitud proteccionista
tas que voluntariamente desearan acogerse
en él, el de la Misericordia tenía como objetivo
No podemos negar los beneficios que aportó en la represión de tales mujeres. 30 Este cambio de
la prevención de la prostitución esta política orientación hacia la prostitución continuará
paternalista y de protección hacia las mujeres manifestándose a lo largo del siglo XVIII. "
carentes de una situación familiar estable y Si la labor preventiva de. la prostitución
que, por ello, se encontraban sumidas en la mi- realizada por los recogimientos creados en los
seria. Sin embargo, seguramente que el alcan- siglos XVI y XVII fue tan importante, hasta
ce de tales beneficios fue restringido por las donde los documentos muestran, el siglo XVIII
vicisitudes por las que atravesaron los recogi- debió de haber visto crecer considerablemente

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el problema. No es nuestro interés extender- hibición existente en la época colonial para
nos aquí al siglo XVIII y, por otra parte, care- que las mujeres pudieran acceder a los gre-
cemos de datos cuantitativos para asentar mios de artesanos. 34 Estas observaciones coin-
conclusiones definitivas al respecto; pero es ciden con el hecho de que, según los documen-
notorio que las listas de delitos y de mujeres tos analizados anteriormente, no se propuso el
presas por la Real Sala del Crimen en el siglo trabajo como una solución para sacar a las mu-
XVIII hacen constante referencia a la práctica jeres de la miseria.
del proxenetismo maternal, es decir, al com- Pero si las asociaciones o individuos que
portamiento en el que tanto la madre como la promovieron la fundación de los recogimien-
hija participaban en el negocio de la prostitu- tos no hicieron nunca este tipo de propuestas,
ción, la primera como proxeneta y la segunda algunos vecinos o amigos de las mujeres que
como prostituta. Esta pareja de transgresoras vivían sumidas en la penuria económica hicie-
de las normas está constituida por dos de los ron otro tipo de sugerencias. Por ejemplo, un
personajes que, según los documentos citados tal Juan del Castillo, en 1576, refiriéndose a
anteriormente, sufrían más por el vacío del una viuda española y a dos de sus hijas donce-
desempeño del rol masculino: la huérfana y la llas que se encontraban tan pobres que no
mujer abandonada o viuda. Al disminuir la po- tenían con qué comer, dijo: "pues si son tan
sibilidad de encontrar albergue en las casas de pobres porqué no se menean y obtendrán vein-
recogimiento un mayor número de mujeres se te pesos sobrados y no les faltará una saya de
vieron empujadas a la "mala vida".31 terciopelo qué ponerse".35 Un año más tarde,
En definitiva, en los siglos XVI y XVII el en 1577, Luis García hizo una insinuación
incumplimiento de las obligaciones del espo- similar a Ana Ximenez, una mestiza que había
so-padre respecto a la esposa e hija se inten- sido abandonada por su marido. 36
taba salvar a través de los recogimientos o de Estos dos casos permiten observar la facili-
algunos conventos. Pero los cambios ocurri- dad con la cual ciertos hombres proponían la
dos desde el siglo XVII permitieron dej ar atrás prostitución como una alternativa para la so-
la actitud paternalista y asistencial, atribu- brevivencia de mujeres pobres. Ellos no pare-
yendo a la propia mujer la responsabilidad de cen considerar esta práctica como un atentado
su conducta y sus actos. Al problema de la contra las' costumbres, sino como un medio lí-
subsistencia de las mujeres pobres y desarrai- cito de las mujeres miserables para obtener su
gadas de la estructura familiar ya no se busca- sustento. Hay otras proposiciones que plan-
ba darle una solución colectiva sino indivi- tean queja "mala vida" no sólo era considera-
dual. da como un medio lícito de las mujeres para
Esta solución individual no podía, por otra obtener el pan de cada día, sino como un tra-
parte, ser el trabajo, ya que existía en la época bajo. El mismo Luis García, en conversación
una desvalorización del trabajo femenino. Sa- con varios vecinos que hablaban de la muerte
bemos que en España los trabajos manuales del amante de una mujer que vivía amancebada
eran menospreciados cuando eran realizados y que expresaban su alivio de que ésta hubiera
por mujeres. Por ello y por el reducido pago que salido al fin de pecado, respondió "que no era
recibían muchas de ellas preferían dedicarse a pecado mortal pues le pagaban su trabajo y
actividades consideradas non sanctas. 32 En ella ganaba su vida de aquello".37 Esta misma
Nueva España la situación no era diferente, referencia nos permite observar la asimilación
pues todavía a fines del siglo XVIII el trabajo que en la época colonial, sobre todo en los si-
en la fábrica de tabacos, por ejemplo, significa- glos XVI y XVII, se hacía entre las prácticas
ba para las mujeres españolas un deterioro de del concubinato y de la prostitución. Pedro
su reputación. 33 Además, en algunos sectores Cordero también consideraba la prostitución
había una abierta animadversión contra el como un simple trabajo. En 1577 fue acusado
trabajo femenino, prueba de lo cual es la pro- ante la Inquisición por decir que "cuando una

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mujer está en una casa pública ganando dine- masculina practicada al margen del matrimo-
ro no es pecado dormir con ella, si le paga uno nio y, por el otro, esas mujeres eran considera-
su trabajo".38 das como el personaje ideal para satisfacer tal
La baja estima en la que se tenía en la so- necesidad. Pese a ello y seguramente como
ciedad novohispana a la mujer que se dedicaba consecuencia de la gran cantidad de mujeres
a los trabajos de manufactura contrasta con que se encontraban en tales condiciones, la so"
los testimonios anteriores que muestran cier- ciedad novohispana de los siglos XVI y XVII
to grado de valorización de la labor de la pros- creó algunas instituciones para darles protec-
tituta. Esto y los obstáculos impuestos al tra- ción y así evitar que sucumbieran a la prosti-
bajo, sobre todo de la mujer de origen español, tución.
repercutieron seguramente en la elección que No obstante, las disposiciones tomadas · al
algunas de éstas, carentes de recursos econó- respecto tuvieron algunas limitaciones, lo que
micos, hicieron por dicho comportamiento restringió sus efectos positivos. Además, los
desviante. obstáculos opuestos al trabajo femenino y el
El desarraigo familiar y la pobreza provoca- deterioro de la imagen de la mujer blanca que
dos por el incumplimiento del rol masculino trabajaba fuera de su casa condujo a algunas
por algunos hombres novohispanos, sobre todo mujeres a elegir la "mala vida" como alterna-
en cuanto a la obligación del sostén material tiva para sobrevivir. Inclusive dichos factores
de la esposa y de los hijos, dieron lugar en cier- posibilitaron que tal actividad femenina fuera
tos casos a que algunas mujeres novohispa- considerada con cierto grado de legitimidad y
nas eligieran la prostitución y el proxenetismo hasta con cierta estima en algunos sectores de
como medio de vida. Ellas pretendían obtener la población. Debemos señalar que, pese a ello,
por sí mismas su sustento y el de sus hijos, muchas otras mujeres blancas se atrevieron
mismo que padres y esposos eran incapaces de en los siglos XVI y XVII a enfrentar y vencer
proporcionarles. Esto no interfería con el or- los prejuicios y los obstáculos existentes en-
den existente en la época, pues por un lado tonces respecto al trabajo femenino, de cuyos
existía la necesidad de contl'Olar la sexualidad afanes y luchas desconocemos casi todo.

Notas

1 Véase particularmente los artículos de Michelle etimológico de la lengua española, Barcelona, F. Seix
Perrot y Arlette Farge en Michelle Perrot (ed.), Une ed., 1879, p. 47.
histoire de8 fem11ies est-elle posible?, París, Rivages, 6 Véase Real Academia Española, Diccionario de
1984. Autoridades, Madrid, Ed. Gredos, 1976, vol. 111.
2 Alain Corbin, "Le sexe en duil et l'histoire des 7 Las casas de recogidas fueron destinadas a tal fin
femmes au XIXe. siecle", en Une histoire des femmes est- tanto en España como en Nueva España, pero mientras
elle posible?, París, 1984, pp. 142-154, p. 146. que el primero de estos centros fue abierto en España
s Los puntos tratados en este trabajo, así como otros alrededor del año de 1598 (ver R.D. Pérez Baltazar,
aspectos relativos a la prostitución novohispana inspi- Mujeres margina.das. Las casas de recogidas en Madrid,
raron a la autora una tesis de doctorado sustentada en Madrid, 1984, pp. 53-54) en la capital novohispana se
la Universidad de París 1 en octubre de 1987, bajo el efectuó en 1572 (ver Josefma Muriel, Los recogimientos
título de La prostitution et la condition femenine el de mujeres, México, Universidad Nacional Autónoma de
Mexico (1521-1821). Asimismo, con el fruto de esto se México, 1974, pp. 51-52).
pretende publicar próximamente un libro. 8 José María Marroquí, La ciudad de México, México,
4 Véase Ana María Atondo Rodríguez, La p1'08titu- Jesús Medina editor, 1969, vol. 11, pp. 23-24.
cwn femenina en la ciudad de México, 1521-1621. El 9 Giovanru Gemelli Careri, Vw.je a la Nueva España,
alcahuete y la manceba pública. Tesis de licenciatura México, Universidad Nacional Autónoma de México,
presentada en la Escuela Nacional de Antropología e 1976, p. 123.
Historia, México, 1982, pp. 44-46. 10 A este propósito el fondo Matrimonios del Archivo
5 Véase R. Barcía, Primer diccionario general General de la Nación (AGN) contiene varios procesos.

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Véase particularmente AGN, Matrimonios, vo1.104,fol. 22 Archivo General de Indias de Sevilla (AGIS), Au-
21 y vol. 62, exp. 24. diencia de México, legajo 24, r. 4, no. 54.
11 Alejandra Moreno Toscano, "Algunas característi- 23 Josefina Muriel, op. cít.~ pp. 78-80.
cas de la población urbana en México del siglo XVII al 24 AGIS, Audiencia de México, legajo 338. Carta di-
XIX", en Investigaciones demográficas en México, Me- rigida por la Congregación de San Francisco Javier a la
morias de la I Reunión Nacional sobre la... , México, Reyna, México, abr. 10 de 1669.
Conaeyt, 1978. 25 Véase nota 13.
12 Giovanm F. Gemelli Careri, op. cit., p. 22. 26 Véase nota 20.
13 Documento citado por J.M. Marroquí, op. cit., vol. 27 Josefma Muriel, op. cit., p. 54.
m, p. 36. 28 Véase nota 23.

14 Josefina Muriel, Los recogimientos de mujeres, 29 Josefina Muriel, op. cit., p. 98.
México, Universidad Nacional Autónoma de México, 30 !bid., pp. 56-72.
1974, p. 47. 31 En el fondo Audiencia de México del AGIS han sido
15 Documento citado por Mariano Cuevas, Historia de localizadas algunas de estas listas. Véase legajos 1701,
la Iglesia en México, México, Ed. Patria, 1942, vol. m, 1717, 1692. También véase AGN, Presidios y cárceles,
pp. 452-453. vol. 13, exp. 6, folio 76 y vol. 15, exp. 2, folios 19-27.
16 !bid. 32 José María Capdequi, Bosquejo histórico de los
17 Archivo General de la Nación, Bienes Nacionales, derechos de la mujer en las leyes de Indias, Madrid,
legajo 207, exp. 18. Proceso contra Ana Bautista, Méxi- 1921, p. 78.
co,1621. , 33 Silvia Arrom, The Women of Mexico City, 1790-
18 AGN, Bienes Nacionales, legajo 1072, exp. 15. 1857, Stanford, California, 1985, p. 193.
Proceso contra Martín de Vildósola, México, 1577. Un 34 Jorge González Angulo, "Los gremios de artesanos
análisis detallado de este documento aparece en Ana y lá estructura urbana", en A. Moreno Toscano, Ciudad
María Atondo, "Un caso de lenocinio en la ciudad de de México. Ensayo deconstrucción de una historia, SEP-
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