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Dinánsela López1
Resumen
Entonces, el lenguaje como una facultad propia del ser humano, le permite relacionarse con
el otro mediante la expresión y comprensión de mensajes, siendo este el primer y principal
objeto a la hora de llevar a cabo la comunicación volviéndose un elemento básico para la
socialización.
Ahora bien, la disciplina que se encarga de explicar los mecanismos de la adquisición del
lenguaje y las capacidades intelectuales de pensamiento y razonamiento relacionadas con él
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Estudiante Licenciatura Lengua Castellana UdeA Sede Yarumal
es la Psicolingüística, considerada, no solo como interdisciplina, por nutrirse de la
Psicología, la Lingüística, lo semiótico, pedagógico, epistemológico, sociológico y literario,
sino también, ciencia experimental ya que exige que sus hipótesis y conclusiones sean
contrastadas sistemáticamente con datos de la observación de la conducta real de los
hablantes en situaciones diversas.
Es así que, para esta disciplina el lenguaje se trataría de una adaptación biológica del ser
humano para comunicar información. Se manifiesta como un instinto que surge
espontáneamente en el niño y que se desarrolla al compás de la maduración de su
organismo, así como al contacto con el entorno (Frías conde,2002, p.8) es decir, el ser
humano desde que nace se ve expuesto a un sin número de estímulos externos que vienen
hacer el factor condicionante para la adquisición y desarrollo de este.
Las habilidades sociales y las destrezas del lenguaje trabajan en una interacción conjunta
para que la competencia social se desarrolle y, por ende, se creen unos vínculos en las
relaciones tanto con pares como con profesores. De modo que, un desarrollo adecuado del
lenguaje posibilita en el niño un avance favorable en su personalidad, constituyéndose en
un valioso instrumento para el aprendizaje y la integración social. Por lo tanto, cuando
existen trastornos en esta facultad se producen serias interferencias y limitaciones en el
infante para el desenvolvimiento con su entorno social, relaciones con sus pares y
profesores.
Considerando lo anterior, los trastornos en el desarrollo del lenguaje son más comunes en
los niños de la primera infancia y detectados en edad escolar. La definición más integradora
del TEL procede de la ASHA (American Speech-Language Hearing Association, 1980): un
trastorno de lenguaje es la anormal adquisición, comprensión o expresión del lenguaje
hablado o escrito. El problema puede implicar a todos, uno o algunos de los componentes
fonológico, morfológico, semántico, sintáctico, o pragmático del sistema lingüístico.
(Fresneda, Mendoza, 2005, p.52).
A menudo un niño con Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) comienza a hablar más
tarde que los niños de su misma edad, siendo esta una dificultad en la adquisición del
lenguaje que está presente en un grupo de niños que no evidencian problemas neurológicos,
cognitivos, sensoriales, motores ni socio familiares (Fresneda, Mendoza, 2005), este
trastorno afecta todas las esferas de las relaciones con el entorno, con el conocimiento y con
el aprendizaje, se les dificulta tener el dominio de estructuras lingüísticas incapacitándolos
para comunicar sus deseos, necesidades, afectos, ya que no logran desarrollar ideas
concretas ni tener acceso a un léxico amplio que les permita reconocer y nombrar el mundo
que los rodea, aunque desde lo cognitivo y perceptivo ellos reconocen su mundo
circundante.
De los tres artículos, dos comparten la misma clasificación para el trastorno del lenguaje
mencionado anteriormente y es la clasificación según Rapin y Allen, la cual es
posiblemente la más demandada y una de las más aceptada:
Subtipo Descripción
Trastornos de la vertiente expresiva
Trastorno de la - Cierta fluidez de producción, pero con articulación confusa (enunciados
programación fonológica casi ininteligibles).
- Notable mejoría de calidad articulatoria en tareas de repetición de elementos
aislados (sílabas, etc).
- Comprensión normal o casi normal.
Igualmente, Ward (1999) diseñó un programa para intervenir sobre estos trastornos que
consisten en proporcionar a los niños una estimulación ambiental suficiente y de calidad
con la que puedan beneficiarse.
Grupo 1. Trastorno expresivo y Grupo 2. Trastorno expresivo y Grupo 3. Trastorno expresivo.
receptivo asociado a dificultades receptivo.
auditivas generalizadas.
Esta hipótesis se basa en que el Los niños desarrollan unas La cantidad de información que
fracaso para desarrollar la destrezas auditivas adecuadas, reciben los niños y niñas no tiene
habilidad de atender de forma aunque presentan problemas para la calidad suficiente para
selectiva a los sonidos se debe a comprender el mensaje verbal. permitirles desarrollar la
las dificultades auditivas y al Ward formuló que cambiar la habilidad de discriminar sonidos
ruido de fondo (ruido ambiental cantidad y calidad verbal de los correctamente
normal). Se considera esta cuidadores facilitará la
habilidad de máxima importancia comprensión verbal en los niños.
para desarrollar la competencia
lingüística y que debe estar
adquirida al final del primer año
de vida.
Variables que afectan el Los objetivos que plantea son los Ward propone los siguientes
desarrollo siguientes: objetivos concretos:
-Excesivo ruido. -Promover el interés del niño por -Generar una adecuada atención
-Pérdidas conductivas frecuentes: escuchar la voz, compartida entre los niños y los
infecciones frecuentes de las vías proporcionándoles una cuidadores.
respiratorias. estimulación adecuada. -Imitar los sonidos ambientales
- Estilo de habla adulto hacia el -Desarrollar la comprensión para aumentar el interés por los
niño. verbal. sonidos.
-Grado de estimulación -Incrementar la cantidad de
ambiental. interacción y darles a los niños
oportunidades para
percibir los aspectos prosódicos
del habla.
Así mismo, hacen mención a que uno de los temas que ha sido estudiado en los niños con
TEL es la conciencia fonológica, por su importancia en la etapa escolar. Al respecto, se ha
constatado un menor rendimiento en tareas que involucran esta habilidad metalingüística.
Es posible que esta dificultad incida en el posterior aprendizaje de la lectoescritura, porque
se ha demostrado que la conciencia fonológica es la mejor manera de predecir el nivel de
lectoescritura posterior en los infantes. (p.420)
De igual forma aluden a que los niños con TEL pueden presentar problemas tanto en la
conciencia fonológica como en el conocimiento del lenguaje escrito, la posible relación
entre estos aspectos ha sido establecida en niños sin problemas de lenguaje. Así, se les
evaluó la conciencia fonológica a niños entre 5 y 7 años y se determinó que existía una alta
correlación entre la producción escrita y los niveles (Ferreiro, Psicogénesis) de análisis
orales que efectuaban estos menores antes de iniciar el sistema de escritura. De igual forma
se hicieron estudios en niños entre 4 y 6 años y se corroboro la relación (p.420).
Los resultados indicaron que los mejores desempeños en lenguaje escrito se asociaban a los
mejores rendimientos en conciencia fonológica, y es posible que la estimulación de la
escritura favorezca el desarrollo de la conciencia fonológica y viceversa.
El grupo de estudio quedo conformado por 30 niños (19 niños y 11 niñas) con el mismo
rango de edad del grupo en estudio y un promedio de 4 años, 4 meses. Todos eran alumnos
de establecimientos de la Junta Nacional de Jardines Infantiles de Chile. Tanto los niños del
grupo en estudio como los del grupo de referencia pertenecían al nivel socioeconómico
medio bajo. Con el propósito de corroborar el déficit expresivo se evaluaron los aspectos
fonológicos y además se midió la comprensión de estructuras gramaticales básicas. Para
determinar el trastorno fonológico se aplicó el Test para Evaluar Procesos de
Simplificación (TEPROSIF). Todos los niños se ubicaron bajo 2 desviaciones estándar de
la media según su rango de edad.
En síntesis, los niños con TEL expresivo constituyen un grupo que (por sus problemas
lingüísticos) presenta una mayor probabilidad que los niños sin TEL de manifestar
dificultades en la conciencia fonológica y la escritura. Por ello, es necesario abordar estas
dos áreas lingüísticas en la etapa preescolar para contribuir a que estos menores enfrenten la
etapa escolar con éxito. (p.424)
Conclusiones
El TEL es un trastorno al cual nos enfrentamos los docentes en las aulas regulares de clase
y tiene un impacto significativo en el desarrollo de las competencias lecto-escritoras de los
niños, lo anterior obliga a prestarle la debida atención a este asunto buscando mitigar lo
máximo posible las consecuencias en la vida adulta y en el desenvolvimiento social de estas
personas. También es importante resaltar que el niño con TEL no está asociado a un retraso
o a una necesidad educativa especial.
En caso con niños con TEL es importante resaltar que se evidencia la misma correlación
que existe en niños sin TEL entre la conciencia fonológica y la lengua escrita, lo cual hace
que la conciencia fonológica se convierta en un buen indicador del futuro lenguaje escrito
en los niños, sin embargo, también se evidencia excepciones a esta regla.
Referencias
Blanca, L. G. (2018). Trastorno específico del lenguaje (TEL): concepto y características.
Revista Internacional de Apoyo a la Inclusión, Logopedia, Sociedad y
Multiculturalidad, 4(4), 166-174.
Fresneda, M. D., & Mendoza, E. (2005). Trastorno específico del lenguaje: Concepto,
clasificaciones y criterios de identificación. Revista de Neurología, 41(1), 51-56.