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Antigua Grecia
Como en otras de sus obras, Aristóteles releva las opiniones de sus contemporáneos al
respecto y comprueba que todas parecen estar de acuerdo en que el objetivo supremo del hombre es
vivir bien y ser feliz, aunque hay muchos desacuerdos respecto de en qué consiste la felicidad y el
buen vivir. Para Aristóteles la vida feliz (plena) es la que permite realizar la actividad superior
(contemplación), con una suficiente autonomía (bienes materiales, salud), y en compañía de un
número suficiente de amigos (cf. Ética nicomáquea I).
Sólo son morales las acciones en las que se puede elegir y decidir qué hacer. En cambio, no
son morales ni inmorales las acciones padecidas, compulsivas o forzosas. Lo que es moral es la
acción que depende de la voluntad, si se actúa de modo correcto. ¿Cuándo se actúa correctamente?
La forma correcta de actuar depende del ámbito de acción (dianoético o intelectual, ético o moral) y
en parte está pautada por las costumbres de la comunidad a la que se pertenece (si la comunidad es
éticamente sana, algo que supone Aristóteles para el mundo griego quizá de modo acrítico) y se
aprende con la educación. Cuando se actúa de acuerdo con estas pautas, se vive bien y se es
virtuoso. Por otra parte, los filósofos estoicos y epicúreos propusieron teorías morales basadas en
principios opuestos: la virtud y la vida con moderación (estoicismo), y la búsqueda del placer
(epicureísmo).
Edad Media
Los filósofos éticos modernos trabajan con la mirada puesta, sobre todo, en el mundo
antiguo (estoicos, epicúreos, Platón, Aristóteles), si bien con algunos elementos heredados de la
Escolástica medieval. Descartes tiene algunos elementos de ética en su famoso Discurso del
método. Dentro del racionalismo, es Baruch Spinoza quien elaboró de modo más amplio y
sistemático una propuesta ética. En el ámbito del empirismo, David Hume trabajó en diversos
momentos para comprender los motivos profundos de las acciones humanas.
La gran revolución ética moderna se realiza a través de Immanuel Kant, que rechaza una
fundamentación de la ética en otra cosa que no sea imperativo moral mismo (deontologismo
formal), pues si la moral se orienta a buscar la felicidad no podría dar ninguna norma categórica ni
universal. Los filósofos idealistas desarrollaron esta moral del imperativo categórico. Hacen frente
así al utilitarismo, al afirmar que el principio de utilidad no es el único criterio de corrección de las
acciones.
Edad Contemporánea
La ética del siglo XX ha conocido aportes importantísimos por parte de numerosos autores:
los vitalistas y existencialistas desarrollan el sentido de la opción y de la responsabilidad, Max
Scheler elabora una fenomenología de los valores. Autores como Alain Badiou han intentado
demostrar que esta principal tendencia (en las opiniones y en las instituciones), la cuestión de “la
ética” en el siglo XX, es en realidad un “verdadero nihilismo” y “una amenazante denegación de
todo pensamiento”.21
La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo
se ha de aplicar posteriormente a nivel individual y a nivel social. En la vida cotidiana constituye
una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la adopción de un sistema
moral u otro.
Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia
ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como
“bueno”, “malo”, “correcto”, “incorrecto”, “obligatorio”, “permitido”, etc., referidos a una acción, a
una decisión o incluso contendrá a las intenciones de quien actúa o decide algo. Cuando se emplean
sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, o acciones. Se establecen
juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: “Ese hombre es malo”, “no se debe matar”, etc. En
estas declaraciones aparecen los términos “malo”, “no se debe”, etc., que implican valoraciones de
tipo moral.
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Ética normativa
El dilema del tranvía es un experimento mental que puede servir para ilustrar y poner a
prueba distintas teorías éticas.
Las teorías de la filosofía ética o moral se pueden distinguir de acuerdo a los criterios de sus
bases para la determinación del bien moral. El bien moral puede ser determinado por:
Consecuencialismo
Las éticas teleológicas (Del gr. τέλος, fin) es un grupo de teorías éticas que emana deberes u
obligaciones morales que buscan lograr un fin último, que presume bueno o deseable. También se le
conoce como ética consecutiva, ya que se basa el juicio de los actos en sus consecuencias, y se
opone a la éticas deontológicas (del griego δέον, deber), que sostienen que la moralidad de una
acción es independiente del bien o mal generado a partir de ella.
Ética de la virtud
La ética de virtud es una teoría que se remonta a Platón y, de modo más articulado, a
Aristóteles, según la cual una acción es éticamente correcta si hacerla fuera propio de una persona
virtuosa. Por ejemplo, si para el utilitarismo hay que ayudar a los necesitados porque eso aumenta el
bienestar general, y para la deontología hay que hacerlo porque es nuestro deber, para la ética de
virtudes, hay que ayudar a los necesitados porque hacerlo sería caritativo y benevolente.
Ética aplicada
Artículo principal: Ética aplicada
Algunas de estas cuestiones se agrupan por similitudes y son estudiadas por subdisciplinas:
La bioética estudia las controversias morales que son producto de los avances en la
biología y la medicina.
La deontología profesional se ocupa tanto de buscar justificación para valores morales
que deberían guiar a los profesionales, como de estudiar los valores que de hecho guían a los
profesionales.
La ética ambiental se ocupa de la relación ética entre los seres humanos y el medio
ambiente.
Quizás las dos preguntas fundamentales de esta disciplina sean: ¿qué deberes tienen los
seres humanos hacia el medio ambiente, y por qué?
En general, la respuesta a la primera pregunta es una consecuencia de la respuesta a la
segunda
Distintas respuestas o aproximaciones a respuestas han dado lugar a distintas éticas
ambientales.
Ética militar es un conjunto de prácticas y discursos que sirven para orientar a las fuerzas
armadas y a sus integrantes para que actúen conforme a unos valores y unas normas determinadas, y
para mostrar al conjunto de la ciudadanía esos valores de referencia.
La ética económica se ocupa de las relaciones éticas que deberían guiar las relaciones
económicas entre los seres humanos y el efecto que tales normas tendrían sobre la economía de
nuestras sociedades. De hecho gran parte de los economistas que desarrollaron la teoría moderna de
la economía partieron de bases éticas. El ejemplo más cercano es el utilitarismo desarrollado
primero como doctrina moral y luego usado para la teoría del valor neoclásica.
Ética profesional.
DEFINICIÓN:
"Acerca de Ética profesional, se ha escrito varias definiciones, entre las cuales tenemos: "Se
define como parte de la filosofía que comprende al estudio de la moral y de las obligaciones del
hombre. Por su parte el adjetivo profesional, gramaticalmente alude a lo perteneciente a una
profesión"
Tenemos otra definición de Vaillarini, "La ética de una profesión es el conjunto de normas,
en términos de los cuales definimos como buenas o malas, una práctica y relaciones profesionales.
El bien se refiere aquí, a que la profesión constituye una comunidad dirigida al logro de una cierta
finalidad: la prestación de un servicio"
Para nosotros, definimos a la ética profesional como una reflexión filosófica acerca de la
moralidad de acuerdo con el ejercicio profesional; es la rectitud moral de la profesión. De otro
nivel, se podría decir que es el examen de las posibilidades morales que enfrenta el profesional en el
desempeño de sus actividades.
CARACTERÍSTICAS:
OBJETIVOS:
DEONTOLOGIA
La ética profesional o deontología (del griego δέον "debido" + λόγος "tratado", término
introducido por Jeremy Bentham en su Deontology or the Science of Morality, "Deontología o
Ciencia de la moralidad", 1834) es una rama de la ética cuyo propósito es establecer los deberes y
obligaciones morales y éticas que tienen que asumir quienes ejercen una determinada profesión. Por
lo general, se halla recogida en forma escrita en los llamados códigos deontológicos, habituales en
esferas como la medicina o el periodismo, pero que deberían extenderse a cualquier otra disciplina1
en que se trate con seres humanos o seres vivos.
La deontología es conocida también bajo el nombre de "teoría del deber" y, al lado de la
axiología, es una de las dos ramas principales de la ética normativa. Un código deontológico es un
conjunto de criterios, apoyados en la deontología con normas y valores, que formulan y asumen
quienes llevan a cabo una actividad profesional.
La deontología trata del espacio de la libertad del hombre sólo sujeto a la responsabilidad
que le impone su conciencia. Asimismo, Bentham considera que la base de la deontología se debe
sustentar en los principios filosóficos de la libertad y el utilitarismo, lo cual significa que los actos
buenos o malos de los hombres sólo se explican en función de la felicidad o bienestar que puedan
proporcionar asuntos estos muy humanistas. Para Bentham la deontología se entiende a partir de sus
fines (el mayor bienestar posible para la mayoría, y de la mejor forma posible)
Puede hablarse también de una deontología aplicada, en cuyo caso no se está ya ante una ética
normativa sino descriptiva e incluso prescriptiva. La deontología aplicada al estudio de los derechos
y deberes, particularmente enfocados al ejercicio de una profesión, es el caso de la deontología
profesional. Para su aplicación se elaboran códigos deontológicos, los cuales reglamentan, de
manera estricta o bien a modo de orientación, las cuestiones relativas al "deber", de los miembros
de una determinada profesión. La deontología se nutre por un lado del marco jurídico, y por otro del
marco moral.
Su concepto básico es que obrar "de acuerdo a la ética" se corresponde con obrar de
acuerdo a un código predefinido. Un apartamiento de una norma previamente definida, en general
por escrito, constituye una actitud o un comportamiento no-ético. Por tanto, hablamos del
argumento supremo que ha de orientar cualquier conducta.
De forma teórica, podríamos diferenciar dos grandes grupos: la ética social y la ética
individual. Dentro de la ética individual se diferencia, también, una ética interpersonal que
es la que rige el comportamiento que tenemos en relación a otros individuos. Aquí se puede
situar la ética profesional ya que rige el comportamiento del profesional en su actividad
laboral. Los principios que rigen la profesión se obtienen a través de métodos similares a
los de la ética general: dialógico, inductivo y deductivo. Para conocer el fundamento ético y
moral de un código ético, se requiere el estudio de la actividad profesional en sí misma y no
es suficiente la labor de un filósofo que desconozca la profesión.
Tanto las normas como los principios son universales aun cuando el ámbito de
aplicación de los principios sea más amplio y general que las normas específicas que caen
bajo dicho principio.
La conciencia profesional
La conciencia humana es individual, pero tiene varias dimensiones: la conciencia
reflexiva (porque es consciente de sí misma) y la conciencia ética, que añade a la
conciencia individual la condición de ser, además, una conciencia responsable. Es decir,
que con la primera cada persona se relaciona con las demás, pero la conciencia ética nos
responsabiliza en la forma de trato hacia esas otras personas. Además de estas dos hay una
clase de conciencia más, constituida como un concepto muy importante relacionado con la
deontología profesional: la conciencia profesional.