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Por andrés besomi [peng!]
PUBLICADO EN: Arquitectos, Teoria e Historia , caverna, cesar manrique, Iñaki
Abalos, juan o'gorman, Le Corbusier
Hace una semana les contamos sobre César Manrique y cómo este arquitecto canario
cambió la imagen de Lanzarote a través de la arquitectura y su increible manejo del
paisaje. Ahora, completando el post anterior, los dejo con un genial texto de Iñaki
Ábalos en que compara, desde el punto de vista de las cavernas (o mejor dicho del
Y Y
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è a tres personajes que aún viviendo en lugares
y contextos tan diferentes, al llegar a su madurez sintieron la llamada de la gruta,
Y . Estos son: Le Corbusier, Juan O¶Gorman y
César Manrique.
³HAY UN MOMENTO«´
Hay un momento en la vida de los arquitectos en el que la caverna ejerce una atracción
irresistible como material arquitectónico, al igual que hay un momento en la vida de las
personas en el que un cierto retiro se impone y surge de un modo u otro la idea de cueva
como hogar desde el que refundar la propia vida y establecer los rituales con los que
construirla. Dicho de otra forma: los arquitectos, al igual que el resto de seres humanos,
a menudo sienten al llegar a su madurez la llamada de la gruta, la atracción por el
abismo de lo telúrico ±y de la misma forma, pocos son las casos que podemos encontrar
de jóvenes en los que la oscuridad de la caverna pueda ni de lejos asociarse a una forma
doméstica, entendida siempre como una aventura o una ³experiencia´ de carácter
puntual-.
Quizás era entonces consciente de cuánto al dar estos pasos no hacía sino seguir los de
sus maestros pintorescos y románticos (fueron al fin y al cabo los románticos alemanes,
desde el Heinrich von Ofterdingen de Novalis y desde las pinturas de Caspar David
Friedrich, quienes antepusieron el modelo de la caverna al de la cabaña primitiva
ilustradaè. Y el mejor parque pintoresco del XIX, el de Buttes-Chaumont, no solo
incluía unas magníficas cavernas recicladas de unas viejas galerías de una explotación
minera, sino que estaba situado en París, la ciudad desde la que Le Corbusier desplegó
su inagotable actividad«
Más cerca de nosotros tenemos también el ejemplo del singular personaje y artista Cesar
Manrique (1919-1992è, también desaparecido en un trágico accidente. César, conocido
hoy en todo el mundo por el gran despliegue de creatividad desarrollado en su isla natal
de Lanzarote, no volvió a esta isla hasta después de una larga temporada de formación
como artista en Madrid y Nueva York. Pero, como tantos otros, en cierto momento de
su vida sintió con claridad que su creatividad le conducía inexorablemente a una vuelta
a sus raíces. Sus palabras son claras en este sentido: ³Sabía en aquel tiempo que en la
naturaleza se encontraba el secreto de la razón vital y el sentido de la verdad, y por esta
causa me vine a esta volcánica isla´.
©Iñaki Abalos
Noviembre 2005