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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

CARRERA:
Psi. Industrial

ASIGNATURA:
Psicología Social y Comunitaria

UNIDAD/TEMA:
Tarea 5

PRESENTADO POR:
Carlas Yanna Martinez Placeres

MATRÍCULA:
17-7497

FACILITADOR/A:
Mirian Polanco

MODALIDAD:
Cuatrimestral

Santiago de los Caballeros


República Dominicana
Abril, 2020
Después de leer reflexivamente el libro básico y los materiales colgados en la
plataforma sobre la Psicología Social y Comunitaria, por lo que se le sugiere
las siguientes actividades:
Realiza de un Mapa Mental considerándolos los siguientes elementos:
1. Actitud: Definición del concepto por dos o más autores.
Según ALLPORT: Estado mental y neural de la preparación de la respuesta,
organizado a través de la experiencia.
Rosenberg y horland: son predisposiciones a responder a alguna clase de
estímulos con ciertas clases de respuestas Estas clases de respuesta se especifican
como cognitivas, afectivas y conductuales; esto es, los tres componentes que forma
la actitud es un conjunto que media entre los estímulos que antecede y la pre-
conducta
Thomas y Znaniecki: dicen que es un proceso de la conciencia individual
Faris una tendencia a actuar, una predisposición, aptitud o inclinación hacia
objetos, personas y situaciones
Rokeach, habla para diferenciarla de la propia conducta, de figura y fondo, la
actuación particular de la persona (figura), así como del contexto (fondo)
Para Newcomb la actitud es un modo de situarse a favor o en contra de algo.
Jiménez Burillo: en su definición de actitud, señala las características más
importantes de ésta: “Predisposición a actuar, aprendida, más o menos estable,
dirigida hacia un objeto o situación, organizada de una forma estructurada y con
unos elementos relacionados entre sí, de tal forma que el cambio en uno de ellos
influye en los demás.”
2. Tipos de Actitudes: Explicitas e Implícitas.
Las bases de las actitudes
Las actitudes son un constructo complejo en el que pueden confluir diferentes
experiencias de la persona en relación con el objeto de actitud. Dichas experiencias
previas sirven de base para evaluar el objeto. (Bohner y Wänke; Zanna y Rempel)
Pueden basarse en:
 Creencias y conocimientos (componente cognitivo).
 Sentimientos y emociones (componente afectivo).
 Experiencias en comportamientos anteriores (componente conductual).
No es necesario que la persona manifieste los tres tipos a la vez, y pueden no
coincidir: ambivalencia actitudinal.
Actitud: Constructo psicológico no observable, de carácter evaluativo, que media
entre un objeto y las respuestas que la persona da ante ese objeto.
Experiencias cognitivas, actitud, respuestas cognitivas.
Experiencias afectivas, actitud, respuestas afectivas.
Experiencias conductuales, actitud, respuestas conductuales.
Medida de la intensidad de las actitudes
La magnitud de una actitud, depende de su valencia y su intensidad. Valencia:
positiva o negativa.
Intensidad es un continuo que depende de las siguientes variables:
 Importancia de la actitud para esa persona.
 Intensidad o extremosidad de su evaluación.
 Conocimiento del objeto de actitud.
 Accesibilidad de la actitud.
Medidas explícitas
Tradicionalmente, las actitudes se han medido con procedimientos de autoinforme,
cuestionarios. Uno de los más frecuentes es el tipo Linkert.
Otro tipo de escala es el Diferencial semántico. Desarrollado originalmente por
Osgood, Suci y Tannebaund (1957) para explicar las dimensiones del significado.
Hoy día, consiste en una serie de escalas bipolares definidas por dos características
opuestas, una positiva y una negativa.
Medidas implícitas
Cuando no se puede medir de forma fiable la actitud en ciertos temas por medio
del método explícito, se emplean procedimientos que impiden que los sujetos sean
conscientes del objetivo de medida de la investigación.
Las actitudes implícitas son aquellas en las que no somos capaces de identificar la
relación entre nuestra actitud y la respuesta que damos al objeto de actitud
(Greenwald y Banaji, 1995). Entre este tipo de medidas podemos distinguir:
 Observación de conductas no verbales.
 Medidas fisiológicas.
 Medidas basadas en la latencia de respuesta, divididas a su vez en:
o Priming: activación secuencial o “preactivación” (Fazio, Jackson,
Dunton y Williams, 1995).
o Test de asociaciones implícitas (Implicit Association Test, IAT):
basados en tareas que implican competencia de respuestas
(Greenwald, McGmee y Schwartz, 1998)
Sin embargo la correlación entre actitudes explícitas e implícitas no siempre ha
sido fácil de hallar.
Para algunos autores las medidas implícitas recogen asociaciones automáticas que
son frecuentes en un determinado ambiente social y que pueden ser inconscientes y
estar culturalmente determinadas, sin que las personas respondan ante el objeto de
actitud de acuerdo con estas asociaciones cuando tienen la oportunidad de pensar
sus respuestas.
Modelo de disociación (Devine, 1989): establece una clara diferencia entre estos
dos tipos de procesos. Este modelo distingue 2 tipos de actitudes prejuiciosas:
 Estereotipos culturales: son creencias compartidas dentro de una sociedad
sobre características asociadas a los miembros de un grupo. Se aprenden a lo
largo de la socialización del individuo y se activan de manera automática.
(se refleja en medidas implícitas como el Test de Asociaciones Implícitas
(IAT)
 Creencias personales: reflejan la aceptación o no de los estereotipos
culturales. Se activan de manera controlada. Se refleja en mediciones
explícitas.
3. Funciones de las Actitudes: Función de conocimiento, instrumental,
defensiva del Yo y de los valores.
El análisis funcional ha permitido delimitar una serie de funciones psicológicas en
los procesos de interacción con el medio físico y social.
Katz (1960) distingue 4 funciones principales:
 Función de conocimiento.
 Función instrumental.
 Función defensiva del “yo”.
 Función expresiva de valores.
Función de conocimiento
Nos ayudan a comprender nuestro entorno y a darle significado. La división en
positivo y negativo nos permiten diferenciar entre lo que es beneficioso y dañino
para cada individuo.
Este tipo de actitudes es más accesible y se basa en un conocimiento más
elaborado, por lo que es más potente cuanto más fuerte es la actitud. Con
frecuencia sesgan el procesamiento de la información pues:
 Seleccionan lo que se procesa (atención).
 La interpretación de lo que se procesa tiende a hacerse congruente con la
actitud previa (percepción).
 Tratamos de ignorar la información incongruente, la congruente se almacena
con mayor facilidad.
Función instrumental
También se conoce como “de ajuste o utilitaria” pues permite lograr determinadas
metas o beneficios concretos, además de interpretar el entorno al clasificar los
objetos de actitud de acuerdo con los resultados que proporcionan.

Función defensiva del yo


Las actitudes también pueden contribuir a mantener la autoestima. Este tipo de
actitudes sociales pueden estar motivadas por mecanismos de defensa que se ponen
en alerta cuando la autoestima se ve amenazada.
Función expresiva de valores
La “autoafirmación” es la expresión públicamente de actitudes centrales en el
sistema de valores personal, el cual permite a la persona mostrar creencias que le
sirven de principios generales.
4. Actitudes: Influencias biológicas e Intensidad de las Actitudes.
Las actitudes tienen sus raíces en el aprendizaje social: se aprenden, se expresan y
se modifican en contextos sociales.
Otras muchas se desarrollan sobre una base biológica.
Influencias biológicas
Existen evidencias de que algunas actitudes pueden estar influenciadas por
aspectos genéticos y tener su origen en mecanismos innatos necesarios para que
nuestros ancestros sobrevivieran.
Ciertas habilidades, como la capacidad para las matemáticas o la música, pueden
tener un componente genético, heredado de nuestros padres, que influye en las
actitudes, no de forma directa, sino indirecta, ya que las personas tendemos a
formarnos actitudes que tienen que ver con nuestras capacidades y con nuestras
características de personalidad (Tesser, 1993). El impacto de la herencia genética
en las actitudes es más significativo que aquellas basadas en aspectos afectivos o
emocionales en las que se basan creencias o conductas (Erwin, 2001).
Aunque ciertos genes pueden influir en una actitud o conducta, ello no implica que
esa influencia sea irreversible y no modificable (Bohner y Wänke, 2002).
5. Ejemplos de tipos de Actitudes.
Es posible encontrar una gran variedad de tipos de actitudes, clasificados según
diversos criterios y sin que sean mutuamente excluyentes. Entre ellas podemos
observar las siguientes.
1. Según su valencia afectiva
Una de las posibles formas de clasificar las emociones es a través de su valencia
afectiva, en el sentido de cómo permiten valorar el entorno y la situación. Podemos
encontrar los siguientes tres tipos de actitudes.
1.1. Actitud positiva
Uno de los tipos de actitud más favorecedores es la actitud positiva, a través de la
cual se visualiza la situación o exposición a un estímulo de manera que se favorece
la interpretación positiva y optimista independientemente de que se afronten
dificultades, acercando al sujeto a la estimulación o acción y a la búsqueda de la
consecución de los objetivos de manera sana, confiada y generalmente
disciplinada. Suele ser contagiosa.
1.2. Actitud negativa
Tipo de actitud que genera una visión negativa y pesimista de la realidad,
generalmente maximizando la experiencia aversiva y dando poco valor o
directamente no viendo los aspectos positivos de la situación. Suele generar una
evitación de la actuación o una conducta quejumbrosa más allá de lo racional,
haciendo difícil la consecución de metas. Al igual que la positiva suele ser
contagiosa.
1.3. Actitud neutra
Podemos considerar como actitud neutra aquella en que el juicio y el pensamiento
no están teñida por una emocionalidad ni positiva ni negativa. Se trata de uno de
los tipos de actitud menos frecuentes y suele ser propia de personas que pretenden
ser imparciales en sus juicios.
2. Clasificación según su orientación a la actividad
Otro tipo de clasificación, no reñida con la anterior, hace referencia a la manera en
que las disposiciones individuales generan una aproximación u orientación
concreta hacia la idea de llevar a cabo una conducta o actividad. En este sentido y
podemos destacar las siguientes.
2.1. Actitud proactiva
Un tipo de actitud en la cual se prioriza la actuación y la búsqueda autónoma y
activa de una mejoría en la realización o desempeño de la actividad o de una
búsqueda autónoma de la solución de problemas que puedan surgir. Se trata de un
tipo de mentalidad que promueve la creatividad y la generación de valor añadido,
así como la persecución de la consecución de los objetivos presentes e incluso
buscando nuevos retos a alcanzar tras ello. Es muy cotizada en el mercado laboral.
2.2. Actitud reactiva
Este tipo de actitud se vincula también a la actuación y puesta en marcha de
conductas, pero con una mentalidad más pasiva y dependiente de lo establecido.
Una persona reactiva dependerá en gran medida de instrucciones y recursos y
tendrá más dificultades para afrontar problemas imprevistos, no siendo
autónomos. Predispone al conformismo y a la no acción si no hay nada que obligue
a ella.
3. Clasificación según la motivación para actuar
Otro tipo de actitudes que pueden considerarse surgen no tanto de cómo nos
orientemos hacia la actividad sino lo que nos motiva a hacerlo. En este sentido
podemos encontrar los siguientes tipos de actitudes.
3.1. Actitud interesada
Este tipo de actitud implica que lo que busca en sujeto en su acción es la
consecución de sus propios objetivos individuales, no teniendo en cuenta o
valorando en muy poco las necesidades ajenas.
Se busca el propio beneficio, sea de forma directa o indirecta y pudiendo ser ello
más o menos evidente. Puede buscar también el beneficio de los demás, pero
siempre ha de reportar algún tipo de beneficio personal (aunque sea a nivel de
consideración social). Promueve otro tipo de actitud que veremos posteriormente,
la manipulativa.
3.2. Actitud desinteresada/altruista
El sujeto con este tipo de actitud lleva a cabo sus actos con el propósito de generar
un beneficio para los demás o independientemente de que pueda no generar
ganancias o incluso que pueda provocar pérdidas. Es poco habitual, pues la
mayoría de acciones genera de manera secundaria beneficios al propio sujeto
aunque sea a nivel psíquico.
4. En función a la relación con los demás
Además de en los propios objetivos, las actitudes pueden también clasificarse en
función de cómo se interactúe con los demás.
4.1. Actitud colaboradora/integradora
Un tipo de actitud de gran utilidad, promueve la interacción con los demás de cara
a que todos puedan lograr sus objetivos y alcanzar sus metas tanto compartidas
como individuales.
4.2. Actitud manipuladora
Este tipo de actitud es la que tiene quien utiliza de manera voluntaria y consciente
a los demás, cosificándolos de cara a obtener sus propios objetivos, favorecer sus
intereses o dirigir la situación hacia un punto deseado por ellos.
4.3. Actitud pasiva
Se trata de un tipo de actitud derivado de una visión negativa de la realidad, en la
que se presenta una ausencia de iniciativa y actividad, no buscando la
aproximación a la acción sino su evitación. A nivel personal pueden llegar a
supeditar sus deseos a los de los demás, siendo dependiente y no defendiendo sus
derechos.
4.4. Actitud agresiva
Una manera de actuar y tomar las situaciones de tal manera que se defienden los
propios derechos independientemente de los de los demás, llegando a ignorarlos o
minusvalorarlos si son contrarios a los del propio sujeto.
4.5. Actitud asertiva
Un tipo de actitud en la que el sujeto defiende sus propios opiniones y derechos de
forma consistente, pero respetando las de los demás y siendo flexible de tal manera
que se respeta al otro y se da espacio para la negociación.

4.6. Actitud permisiva


Este tipo de actitud se vincula en gran medida a la propensión a ser flexible en
grado sumo, permitiendo y valorando desviaciones de la norma.
5. Según el tipo de elementos que se utilizan para valorar los estímulos
Otro tipo de actitudes se vincula a nuestra manera de procesar la realidad o al tipo
de aspectos que se emplean para valorar cada situación.
5.1. Actitud emocional/emotiva
La actitud emocional o emotiva es la que tienen aquellas personas que tienden a
basarse en lo emocional y valorar los afectos propios y ajenos. Suelen ser más
generosos, románticos y afectivos tanto en sus interacciones como a la hora de
valorar las situaciones (a veces de manera incluso contraria a la racionalidad).
5.2. Actitud racional
La tienen personas que se basan en el uso de la lógica y la razón a la hora de
valorar la realidad, a menudo ignorando aspectos irracionales o emocionales.
6. Investiga dos artículos científicos sobre las actitudes o la disonancia
cognoscitiva; Disonancia Cognitiva entre Actitudes y Conducta La disonancia
cognitiva es el estado desagradable que se produce cuando nos damos cuenta que
dos cogniciones, generalmente una actitud y una conducta, son contradictorias e
incongruentes. Por ejemplo, sé que fumar es malo para la salud y fumo mucho.
Festinger (1957) sugirió que las personas que tienen simultáneamente dos
creencias inconsistentes o contradictorias vivencian un estado motivacional
displacentero de ‘disonancia cognitiva’ que les lleva a cambiar éstas para reducir
su experiencia aversiva. El ejemplo clásico de Festinger es el de los supervivientes
a un terremoto, distantes del foco central, que creen y transmiten rumores sobre
una nueva catástrofe inminente que les afectará, pese a que todo lleva a pensar lo
contrario. Estas personas sienten miedo, lo que es inconsistente con no tener
razones para sentirlo, lo cual les lleva a creer y hablar sobre la inminencia de un
nuevo terremoto en su zona, y esto les permite justificar o racionalizar su
aprensión, haciendo consistente sus creencias y sus emociones. En el caso de la
disonancia, realizar una conducta incongruente con una actitud generalmente
conlleva la modificación de la actitud. Los experimentos sobre disonancia implican
generalmente que: a) Una persona actúe en contra de sus actitudes. Por ejemplo, se
les pide a los estudiantes que escriban un ensayo, en contra de su opinión, que
defienda que las actividades de ocio (cine, deportes y actividades recreativas en
general) son una pérdida de tiempo para los estudiantes. A un grupo se le dice que
puede elegir participar o no (en general la mayoría participa) y a otro se le dice que
debe escribir el escrito. Generalmente, a un grupo se le da una recompensa
pequeña (un euro o medio euro) y a otros una recompensa mayores (20 euros). El
grupo que ha elegido escribir el ensayo contra su opinión privada y que ha sido
poco recompensado es el que después manifiesta una actitud menos favorable al
ocio. Es decir, dado que la mayoría de los estudiantes tienen una actitud favorable
al ocio y tiempo libre, son estas personas las que cambian más de actitud,
haciéndola más congruente con su conducta reciente -comprometerse a escribir en
contra de las actividades de ocio-.

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