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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR.

ESCUELA DE TEOLOGÍA.
Materia:. Historia de la Iglesia en América Latina II.
Profesor: David Chamorro.
Alumno: Pablo Uruchima.
a) 3 episodios notables de la Misión en el Litoral (en 3 párrafos).
En la provincia verde, el periodo más fecundo de la presencia de los Jesuitas en
Esmeraldas, ha sido el año 1923 cuando el P. Manuel Reyes fue nombrado Vicario
General de la Diócesis, año en el que se emprendió su reorganización. De este modo
“gracias a un grupo de padres jesuitas se desplegó una gran labor apostólica y
Esmeraldas fue atendida con mayor constancia” (Balda, 2009, pág. 377). Así la labor
apostólica fue un trabajo de visitas sistemáticas y, participando en las fiestas patronales,
catequizaban mirando también las costumbres de los pueblos; “administraban los
sacramentos, además levantaban los mapas de la región y realizaban propuestas
concretas para el desarrollo de la zona” (Balda, 2009, pág. 377).
Un episodio noble es la visita de la Dolorosa del Colegio a Manabí en 1955. De este
modo su itinerario fue fijado entre el obispo de Portoviejo y el clero; y propuesto a la
aprobación de la Compañía de Jesús, “que aseguró la presencia de un equipo pastoral
para asegurar la predicación y los sacramentos” (Chamorro, 2018, pág. 184). Así la
Virgen arribó por vía aérea a Portoviejo el 16 de Agosto. Fijado el itinerario la Madre
Dolorosa visitó la Catedral y a sus hijos. Después de cinco días la acompañaron en su
ingreso a Manta. En la Merced, Mons. Gavilanes, el párroco y las autoridades civiles le
rindieron gran homenaje. Al día siguiente (22 de agosto) la Dolorosa fue llevada en
romería por el mar para honrar la costumbre de los pescadores. En Montecristi fue
notable la usencia de la Virgen, pero no así en Bahía de Caráquez donde la litografía
fue entronizada en el Colegio La Inmaculada. (Chamorro, 2018, págs. 184-185). Por lo
cual, podemos decir que la Virgen María ha sido la Stella Maris de la evangelización
en el Litoral.
También podemos mencionar como episodio considerable la ordenación episcopal de
Nicanor Gavilanes, ya que, significó el reconocimiento del desarrollo y florecimiento de
la Iglesia local y aliento para continuar avanzando en el divino servicio.
El Boletín Eclesiástico de octubre de 1947 reseñó en tono triunfalista:
El domingo, 21 de setiembre del año de 1947, será día para siempre memorable para el Excmo. y
Rmo. Mons. Nicanor Gavilanes, ya que, en esa fecha, recibió la plenitud del Sacerdocio, al ser
consagrado en la Iglesia Catedral de Portoviejo, por el Excmo. y Rmo. Mons. Efrén Forni,
Nuncio Apostólico de Nuestro Santísimo Padre, el augusto Pontífice Pío XII. Y Manabí
presenciaba, por vez primera, aquella imponente ceremonia de la Consagración Episcopal; así
como el Trono Episcopal era ocupado por el nuevo Obispo, después de algo más de medio siglo
(Chamorro, 2018, pág. 186).

Por lo cual, Manabí tenía signos esperanzadores: la catedral estaba recuperada, se


construyeron decenas de iglesias parroquiales y capillas, y se sondeaba un incremento
en la práctica sacramental. Así Mons. Gavilanes reconstituyó organismos esenciales de
una diócesis bien erigida, como la cura diocesana, los tribunales eclesiásticos y el
cabildo diocesano (Chamorro, 2018, pág. 187). Hacia 1950 la diócesis estaba dividida
en ocho vicarias: Portoviejo, Jipijapa, Chone, Bahía, Manta, Calceta, Santa Ana y
Rocafuerte.
Las parroquias eran cuarenta, pero sólo 24 tenían párroco estable. El 2 de agosto de 1948, previa
convocatoria de Mons. Gavilanes, se instaló en la Catedral el Primer Sínodo Diocesano. En junio
de 1950, el obispo de Portoviejo presidió la Peregrinación Popular Ecuatoriana, conformada
por 118 sacerdotes, religiosas, laicos hombres y mujeres de clase media que hicieron el viaje por
barco para asistir a la canonización de Mariana de Jesús, celebrada el 9 de julio en Roma
(Chamorro, 2018, pág. 187).

b) resalte un misionero destacado de esta historia (2 párrafos).


Monseñor Pedro Schumacher (1839-1902).
Pedro Schumacher nació el 14 de septiembre de 1839 en la población de Kerpen región
del río Rhin (Alemania). En 1857 entró de novicio en la Orden Lazarista. El 3 de Junio
de 1861 recibió el subdiaconado y fue ordenado sacerdote en 1862 y así partió para ser
misionero en Chile. En 1868 enfermo gravemente y tuvo que regresar a París al
Seminario de Montpellier donde enseñó la asignatura “Historia Eclesiástica” ( Pérez,
1987, pág. 420). En el año de 1872 llegó al Ecuador para ser formador del seminario
conciliar de Quito. Después de ser formador fue nombrado por Pio IX como el segundo
obispo de Portoviejo (febrero 1884). Su ordenación fue en la catedral primada el 31 de
mayo 1885 (Pérez, 1987, pág. 420).
Así Mons. Schumacher, al llegar a su diócesis, la encontró agitada tanto en lo social
como en lo político; ya en su jurisdicción se encontró con: diecisiete parroquias,
atendidas por diez párrocos de los cuales el único manabita era el P. José Loor. En
Esmeraldas, la situación era más deplorable: nueve parroquias y un solo sacerdote. No
había congregaciones religiosas ni establecimientos de educación católica (Chamorro,
2018, pág. 51). Monseñor Schumacher desplegó múltiples obras “Su visión de
desarrollo fue integral, pues colaboró también en obras civiles como el puente San José,
el Hospital de Portoviejo y la Escuela de Bellas Artes” (Chamorro, 2018, pág. 52).
Pero dada la situación política liberal que atravesaba la sociedad; la Iglesia católica fue
acechada y perseguida de manera abrupta. El 15 de junio Mons. Schumacher publicó su
última Carta Pastoral denunciando que: "el radicalismo creyéndose triunfante, llamaba
en las puertas de Manabí y como su vida corría peligro se sumó a las fuerzas de Cornejo
y con ellas arribó a Calceta donde sufrieron el ataque de los liberales” (Pérez, 1887, pág.
420). Por lo cual Mons. Schumacher experimentando una situación tan calamitosa que
decidió tomar una resolución: renunciar a su diócesis y abandonar el país Mons.
Schumacher falleció en Nariño el 15 de julio de 1902.
c) conclusiones personales (1-2 párrafos). 
Los evangelizadores de la Misión Manabí-Esmeraldas eran auténticos hombres de
Iglesia, ya que, su obra misionera ha sido verdaderamente edificante. Pero para
comprender a que realidad socio-cultural se batían los misioneros, basta con mirar la
idiosincrasia del litoral ecuatoriano, que yo lo describo como una relajación de vida; por
ejemplo: el amancebamiento, el sexismo, la infidelidad, el alcoholismo, la venganza, el
aumento de hijos ilegítimos; además de la indiferencia e ignorancia religiosa y un
marcado machismo. (Chamorro, 2018, pág. 57). Es decir, los misioneros se encontraron
con una situación contraria a lo que profesaban. Pero los misioneros tenían un talante y
un celo por anunciar el evangelio, que hicieron caso omiso de esta realidad y buscaron
más bien la salvación de las almas y así los misioneros realizaban esta obra
evangelizadora con caridad y servicio ad maiorem Dei gloriam (Chamorro, 2018, pág.
13). Y lo realizaban de una manera tan integral que no solo lo plasmaban a nivel
espiritual sino también a nivel material.
Por lo cual quisiera citar al famoso P. Elías Mera, uno de los tantos evangelizadores
pero todos con un mismo fervor misionero, que además de su avanzada edad como
operario en Limones (Esmeraldas) seguía siendo un hombre emprendedor: inició la
construcción de nuevos templos, de un cementerio y soñó en construir un centro de
salud en esa misma ciudad (Chamorro, 2018, pág. 122). El P. Mera no solo era
emprendedor en cuanto a lo material sino también en lo espiritual fue “fundador de la
liga Eucarística y evangelizador a través de los cantos, décimas y oraciones
tradicionales de la Iglesia Católica” (Balda, 2009, pág. 377). Por lo tanto, el mensaje
evangélico nos exhorta: “Y en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el
sembrador y otro el segador: yo os he enviado a segardonde vosotros no os habéis
fatigado” (Jn 4, 37-38).Es decir, como misionero me anima a seguir este legado tan
importante que han dejado estos misioneros; para seguir anunciado el kerygma que tanta
falta hace en todos los pueblos; y que como misionero pueda discernir frente al aumento
del secularismo, el protestantismo y muchas otras causas que son vertientes
desalentadoras en esta zona, pero que sea un motivo de esperanza y gozo, ya que solo el
anuncio de la Buena Noticia pueda iluminar estas realidades que entenebrecen la vida;
pero que configurado con Cristo y viviendo una verdadera libertad de hijo de Dios (cf.
Rm 8, 21) puedo servir a este pueblo y sirviéndole amarle, para que la gente pueda
encontrar el sentido de la salvación.

Bibliografía
Balda, M. (2009). Evangelizació n de Esmeraldas en los siglos XIX y XX. Enciclopedia
del saber afroecuatoriano, 1st 2009. Quito: Grá ficas Iberia, pp. 376-378.

Chamorro, D. (2018). Los jesuitas en Manabí y Esmeraldas 1918-1962. Quito: Centro


de Publicaciones.

Navarrete, M. (2016). La Dolorosa del Colegio: un análisis del uso del dispositivo en la
configuración de mentalidades en estudiantes de colegios jesuitas (tesis de
grado). Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Quito, Ecuador.

Perez, R. (1987). PEDRO SCHUMACHER NIESSEN. Diccionario biográfico ecuador.


(III), pá g. 420. Recuperado:
http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo3/s3.htm

Perez, R. (1987). MANUEL JOSÉ PROAÑO VEGA. Diccionario biográfico ecuador.


(IX), pá g. 303. Recuperado:
http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo9/s9.htm

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