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Thomas Samuel Kuhn (Cincinnati, 1922 - Cambridge, Mass.

1996) fue un físico,


filósofo e historiador de la ciencia estadounidense, conocido por su contribución al
cambio de orientación de la filosofía de la ciencia en las décadas de 1960 y 1970.

Kuhn se doctoró en física en la Universidad de Harvard en 1949, y tuvo a su cargo un


curso académico sobre la Historia de la Ciencia en dicha universidad de 1948 a 1956.
Luego dio clases en la Univ. de California en Berkeley hasta 1964, la Univ. de
Princeton hasta 1979 y el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) hasta 1991.

En 1962 publicó The Structure of Scientific Revolutions, obra en la que expuso la


evolución de las ciencias naturales de un modo que se diferenciaba sustancialmente de
la visión más generalizada entonces. En esta obra describía el modo de operar la
comunidad científica en distintas fases del desarrollo científico, siguiendo lo que Kuhn
llamaba un paradigma establecido. Los paradigmas encuentran anomalías que desatan
«crisis», las cuales dan lugar a una segunda fase clave: la de «revolución» científica, en
la que tiene lugar un proceso brusco de cambio de paradigma.

La última etapa de su pensamiento estuvo marcada por el intento de interpretar las ideas
de revolución científica, y el polémico concepto de inconmensurabilidad entre
paradigmas, en términos de filosofía del lenguaje. Abandonó casi por completo el hablar
de paradigmas.

Obras principales:
 La revolución copernicana (1957).
 La estructura de las revoluciones científicas (1962, 2ª ed. 1970).
 La tensión esencial (1977).
 La teoría del cuerpo negro y la discontinuidad cuántica (1987).
 El camino desde la Estructura (2000).

***

Hace su entrada la historia de la ciencia, transformando la imagen de las ciencias


naturales y las ideas metodológicas previas. «Si se considera a la historia como algo
más que un depósito de anécdotas o cronología, puede producir una transformación
decisiva de la imagen que tenemos actualmente de la ciencia».

Kuhn propone un modelo del cambio científico estructurado en dos tipos de etapas:
ciencia normal y revoluciones científicas. La comunidad científica trabaja bajo
condiciones muy diferentes según esté haciendo ciencia normal –bajo un paradigma
dominante– o ciencia revolucionaria.

Concepto de paradigma: “Considero a los paradigmas como realizaciones científicas


universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de
problemas y soluciones a una comunidad científica.” Importancia de la idea de
paradigma como ejemplar, frente a la idea de paradigma como “constelación de
elementos compartidos”.
El término «paradigma» designa también (2º sentido) todos los compromisos
compartidos por una comunidad de científicos: tanto los teóricos, ontológicos,
metodológicos, ejemplificados en los paradigmas (1er sentido); como los que hacen
referencia a la aplicación de la teoría y a los modelos de solución de problemas; como
también incluye creencias o valores compartidos.

Ciencia normal: investigación basada firmemente en ejemplares (ver arriba) y en un


«paradigma» compartido; esto hace que los problemas importantes y lo que cuenta
como solución estén bien definidos y no resulten conflictivos. Los científicos se dedican
a resolver los “puzzles” que así se les presentan; trabajan en ampliar el alcance y la
coherencia del paradigma.
La ciencia normal en su afán de defender y desarrollar su paradigma, trata de
ajustar la realidad a sus esquemas. Su desarrollo es acumulativo y puede parecerles a los
científicos que da lugar a un progreso gradual y constante. Esto encaja bien con las
ideas del empirismo lógico (es como si el Círculo de Viena hubiera puesto su mirada
sólo en la ciencia normal).

Pero precisamente el trabajo detallado de la ciencia normal acaba conduciendo a


problemas difíciles, y en particular a anomalías que el paradigma no consigue resolver.
Esto puede conducir a una Revolución científica: investigación anormal, donde algunos
científicos dejan de confiar en el paradigma anterior y buscan alternativas radicales.

La ciencia revolucionaria, en parte, recuerda a Popper por la disposición a refutar la


teoría previa y por la búsqueda de teorías nuevas, muy atrevidas. Pero hay una
diferencia clave: según Kuhn, en las etapas revolucionarias la discusión racional no es
suficiente, ya que se da el fenómeno de la inconmensurabilidad. Teorías y enfoques
totalmente nuevos son defendidos, en un debate complicado por la ausencia de puntos
de apoyo neutrales para los defensores de paradigmas distintos.
No hay un método científico neutral, al margen de los paradigmas. El científico
“ve el mundo” de maneras nuevas e incluso incompatibles cuando cambia de
paradigma: puede llegar incluso a datos diferentes dependiendo del punto de vista del
observador. Las etapas de revolución suponen rupturas bruscas que no admiten una
plena racionalización.
El cambiar la teoría existente por una teoría nueva no solo significa una nueva
explicación del universo sino, en muchos casos, una reinvención del espectro de las
normas y valores que rigen la investigación, una reinvención de los hechos y fenómenos
vistos por la teoría.

El desarrollo de la ciencia no es una acumulación de conocimientos a través del tiempo,


sino cambios de paradigma que implican rupturas o disrupciones. Pero, a la vez, sin las
revoluciones no habría auténtico progreso. Las anomalías que encuentra la ciencia
normal abren el camino a perspectivas completamente nuevas.

Para poder analizar un paradigma y su historia se necesita poner de manifiesto la


integridad histórica de esa misma teoría en la época en que se desarrolló: entenderla en
su contexto, considerando los métodos, criterios y valores de la época. El mero hecho de
que una teoría sea antigua y haya sido abandonada, no la hace menos científica.
Selección de textos de Kuhn

1. Si se considera a la historia como algo más que un depósito de anécdotas o


cronología, puede producir una transformación decisiva de la imagen que tenemos
actualmente de la ciencia. (Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas).

2. Esos estudios históricos sugieren la posibilidad de una imagen nueva de la ciencia.


[…] ¿Qué aspecto de la ciencia será el más destacado durante ese esfuerzo? El primero,
al menos en orden de presentación, es el de la insuficiencia de las directrices
metodológicas, para dictar, por sí mismas, una conclusión substantiva única a muchos
tipos de preguntas científicas. (Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas).

3. Al examinar la ciencia normal nos gustaría describir esta investigación como una
tentativa tenaz y ferviente de obligar a la naturaleza a entrar en los cuadros conceptuales
proporcionados por la educación profesional. […] La ciencia normal, la actividad en
que inevitablemente la mayoría de los científicos consumen casi todo su tiempo, se
predica suponiendo que la comunidad científica sabe cómo es el mundo. Gran parte del
éxito de la empresa se debe a que la comunidad se encuentra dispuesta a defender esa
suposición, si es necesario a un coste elevado. (Kuhn, La estructura de las …).

4. Precisamente porque trabaja solo para una audiencia de colegas, una audiencia que
comparte sus propios valores y creencias, el científico puede dar por sentado un único
conjunto de normas. No tiene ya que preocuparse de lo que pensarán otros grupos o
escuelas y puede, por tanto, deshacerse de un problema y pasar al siguiente más
rápidamente que los que trabajan para un grupo más heterogéneo. Y lo que es más
importante, el aislamiento de la comunidad científica con respecto a la sociedad permite
al científico individual concentrar su atención en problemas acerca de los cuales tiene
buenas razones para creer que podrá resolverlos. (Kuhn, La estructura de las …).

5. Durante los últimos años, unos cuantos historiadores de la ciencia han descubierto
que les es cada vez más difícil desempeñar las funciones que el concepto del desarrollo
por acumulación les asigna. […] Quizá la ciencia no se desarrolla por medio de la
acumulación de descubrimientos e inventos individuales. […] En principio, las teorías
anticuadas no dejan de ser científicas por el hecho de que hayan sido descartadas (Kuhn,
La estructura de las revoluciones científicas).

6. La competencia entre facciones de la comunidad científica es el único proceso


histórico que da como resultado, en realidad, el rechazo de una teoría previamente
aceptada o la adopción de otra. (Kuhn, La estructura de las …).

7. Los hechos y las teorías científicas no son categóricamente separables, excepto quizá
dentro de una tradición única de práctica científica normal. (Kuhn, La estructura de las
revoluciones científicas).

8. Un paradigma es, en primer lugar, un logro o realización científica fundamental que


incluye a la par una teoría y algunas aplicaciones ejemplares a los resultados del
experimento y la observación. Y lo que es más importante, es una realización cuyo
término queda abierto, que deja aún por hacer toda suerte de investigaciones. Y,
finalmente, es una realización aceptada en el sentido de ser recibida por un grupo cuyos
miembros no intentan ya rivalizar con ella ni crearle alternativas (Kuhn, La función del
dogma en la investigación científica).

9. Ninguna de las partes aceptará las suposiciones no empíricas que precisa la otra para
defender su punto de vista. Están abocados en parte a hablar sin entenderse. Por más
que cada una de las partes quiera convertir a la otra a su manera de ver la ciencia y sus
problemas, ninguna de ellas puede aspirar a probar su punto de vista. La competencia
entre paradigmas no es el tipo de batalla que se pueda resolver mediante pruebas.
(Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas)

10. Consideremos a las personas que llamaban loco a Copérnico por decir que la Tierra
se movía. No es simplemente que estuviesen equivocadas o muy equivocadas, pues
parte de lo que querían decir con “Tierra” implicaba una posición fija. Su Tierra, al
menos, no se podía mover. Por consiguiente, la innovación de Copérnico no fue
solamente mover la Tierra, sino que entrañaba más bien un modo completamente nuevo
de ver los problemas de la física y la astronomía, el cual cambiaba por necesidad tanto
el significado de “Tierra” como el de “movimiento”. (Kuhn, La estructura de las …)

11. Estas tres clases de problemas –la determinación de hechos significativos, el


acoplamiento de los hechos con la teoría y la articulación de la teoría– agotan, creo yo,
la literatura de la ciencia normal, tanto empírica como teórica. Por supuesto, no agotan
completamente toda la literatura de la ciencia. Hay también problemas extraordinarios y
su resolución puede ser la que hace que la empresa científica como un todo resulte tan
particularmente exitosa. Pero los problemas extraordinarios no pueden tenerse a
petición; surgen solo en ocasiones especiales, ocasionados por el progreso de la
investigación normal. (Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas)

12. La empresa científica como un todo resulta útil de vez en cuando, abriendo nuevos
territorios, desplegando orden y poniendo a prueba creencias aceptadas desde hace
mucho tiempo. Sin embargo, el individuo dedicado a la resolución de un problema de
investigación normal casi nunca hace alguna de esas cosas. Una vez comprometido, su
aliciente es de tipo bastante diferente. Lo que lo incita a continuar entonces es la
convicción de que, a condición de que tenga la habilidad suficiente, logrará resolver un
puzzle que nadie ha logrado resolver hasta entonces o, por lo menos, no tan bien.
(Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas)

13. El profesional de una ciencia madura, desde el principio de su investigación para el


doctorado, continúa trabajando en las regiones a las cuales parecen adaptarse los
paradigmas con los que se educó y las investigaciones de sus contemporáneos. Es decir,
trata de dilucidar detalles topográficos sobre un mapa cuyas líneas principales ya existen
y espera –si es lo suficientemente perspicaz como para reconocer la naturaleza de su
campo– que algún día atacará un problema dentro del cual no ocurrirá lo previsto,
problema que al apartarse de lo consabido sugerirá la debilidad fundamental del propio
paradigma. (Kuhn, La tensión esencial)

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