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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS UAPA

Escuela de ciencias jurídica y política

Asignatura

Derecho Laboral (I)

Tema

Aspectos de Trabajo del Derecho del Trabajo.

Participante

Yajaira Mariel Cabrera Santana

Matricula

17-8293

Facilitador / A

EMMY M. REYES RODRIGUEZ

Tarea

#1
Introducción

El Derecho del Trabajo constituye la respuesta jurídica que el Derecho brinda a


un fenómeno social relevante: Una relación jurídico-económica de carácter
contractual entre dos partes−contrato de trabajo−, en la que una de ellas, el
trabajador, pone su fuerza de trabajo a disposición de la otra parte, el
empleador, para que este la dirija, a cambio del pago de una retribución. Esta
situación jurídica tiene características y consecuencias muy concretas.

Objetivos específicos

Cumplir con todo lo pedido por el facilitador /A


Establecer la línea de tiempo sobre el origen y evolución del derecho
laboral en la República Dominicana.
Desarrollar con claridad todo el material
Reflejar autenticidad en el presente trabajo
Investigar todo lo referente al mismo en sus diferentes fuentes
Luego de consultar la bibliografía básica de la asignatura y demás fuentes
complementarias del curso; y luego realice la siguiente actividad:

1. Realiza una línea de tiempo sobre el origen y la evolución del Derecho


Laboral en la República Dominicana.

2. Redacta un ensayo argumentativo sobre el concepto, objetos, sujetos,


principios, caracteres y fuentes del Derecho Laboral.

Ley 16-92

Se genera una relación de sujeción. El trabajador


somete su libertad a un tercero para que éste dirija su actividad. Por eso, la
nota distintiva del contrato de trabajo es la subordinación. Pero se trata de una
subordinación jurídica, que no afecta la personalidad del trabajador, quedando
incólumes los derechos inherentes a la persona del trabajador (dignidad, honor,
intimidad y el resto de derechos que nuestro ordenamiento constitucional le
atribuye a la persona humana).

Se genera una relación de ajenidad. Los frutos o resultados generados por la


actividad del trabajador no le pertenecen a éste, sino al empleador. Por tanto,
desde el inicio, dichos frutos son del ajeno, de quien contrata los servicios y los
retribuye económicamente. Esta relación de ajenidad traslada el riesgo del
trabajo al empleador, quien debe pagar igualmente al trabajador aunque no se
hayan logrado los resultados que se esperaban con su actividad.
EL TRABAJO ASALARIADO EN LA HISTORIA.

El contrato de arrendamiento de servicios Al parecer, antes de Roma, la noción


de relación de trabajo para el mundo occidental estaba subsumida dentro del
vínculo personal de dependencia entre el prestador del servicio y el objeto2
Este concepto del trabajo está íntimamente relacionado al trabajo esclavo, por
el cual el sujeto que realiza la actividad tenía exactamente la misma condición
jurídica correspondiente a un objeto, del cual su dueño era propietario. Dicha
forma de aprovechamiento del trabajo humano era la más común en las
civilizaciones de la antigüedad, constituyéndose como el principal motor de sus
economías.

Es en la antigua Roma donde pueden señalarse las primeras nociones del


trabajo por cuenta ajena, libre y retribuido. Los juristas romanos empezaron a
crear nuevas formas contractuales −siempre desde la lógica del Derecho Civil−
por las cuales se regulaban las nuevas formas de prestación de los servicios
que empezaron a surgir en la sociedad romana. De acuerdo con diversas
fuentes históricas, entre los siglos VI y V a. C., la población de Roma
experimentó un crecimiento que hizo insuficiente la mano de obra esclava
disponible.

Sanguineti ha puesto en relieve el problema social resultante: Los hombres


libres de condición económica precaria −romanos sin propiedades o esclavos
que habían ganado su libertad− “arrendaban” sus servicios a cambio de dinero.
Este hecho fue precisamente al que los juristas romanos intentaron dar
respuesta, ya que las condiciones bajo las que los hombres libres prestaban
sus servicios no podían recibir el mismo tratamiento jurídico que el trabajo de
los esclavos. A diferencia de éstos, aquellos tenían un vínculo jurídico
libremente asumido con quienes contrataban sus servicios, pues se les
consideraba ciudadanos de la República.

Así surgió un tratamiento jurídico propio del trabajo prestado por los hombres
libres, conceptualmente distinto del trabajo esclavo. Para aquellos casos en los
que el contratante buscaba el aprovechamiento de la actividad misma del
deudor −operae−, el Derecho romano diseñó el contrato denominado locatio
conductio operarum, por el cual el locador estaba obligado a obedecer al
conductor. Es importante notar que, bajo esta relación contractual, al acreedor
de la actividad se le denominase “conductor”, y el deudor del trabajo se
obligaba a poner su fuerza de trabajo bajo la disposición y obediencia del
conductor. Este contrato civil era utilizado en aquellos casos en los que el
interés del contratante se cen traba en la propia actividad del que prestaba su
trabajo, siendo característico su empleo en aquellos casos donde se requería
del trabajo
De personal que diera uso económico al terreno de los propietarios de las
clases acomodadas romanas.

El trabajo asalariado en las primeras


manifestaciones del corporativismo
A medida que el feudalismo iba desapareciendo y vieron la luz las primeras
grandes ciudades, la sociedad europea sufrió transformaciones importantes:
Crecieron los mercados regionales y se intensificó el intercambio comercial en
un progresivo desarrollo económico que se irradiaba desde las ciudades hasta
el campo. Consecuentemente, el trabajo asalariado también fue evolucionando,
adaptándose al contexto cambiante. Así, la población rural europea empezó a
migrar a las urbes nacientes, donde su fuerza de trabajo era requerida en las
unidades productivas del momento: Los talleres artesanos.

El titular del emprendimiento −taller− era el maestro, quien se encargaba de


organizar, dirigir y perfeccionar el trabajo de los asalariados, que eran
denominados oficiales. Era el maestro la parte visible del taller, quien daba
prestigio al emprendimiento entre los ciudadanos. Las relaciones económicas
establecidas entre el taller y los contratantes de sus productos eran
gestionadas por él y, por ende, el rendimiento económico le pertenecía en
forma originaria.

A los oficiales les correspondía una retribución económica por el trabajo


prestado para el maestro, pagándose preferentemente en metálico, dada la
creciente importancia que tomaba el intercambio por éste medio en los
mercados regionales. En la estructura jerárquica del taller, la prestación de los
oficiales se hallaba sujeta a la dirección del maestro, por lo que su prestación
puede calificarse como forma pionera de trabajo asalariado.
Por último, dentro del taller se encontraban también los aprendices, jóvenes
que se formaban para ejercer una profesión y cuyo interés era participar de la
fama del taller, siendo dirigidos por los oficiales en la realización de los trabajos
asignados.

En la lógica del taller, el aprendiz aspiraba a permanecer dentro del mismo al


término de su etapa de aprendizaje. En ese caso, pasaba a formar parte del
cuerpo de oficiales. Igualmente, entre los oficiales era común la aspiración de
fundar su propio taller, como medio para lograr mejorar su propio estándar de
vida. Este proceso se coronaba con lo que ha venido a llamarse la obra
maestra, producto del esfuerzo del que se convertía en maestro y prueba de la
destreza adquirida en el desarrollo de una actividad específica. Dentro de aquel
mercado de trabajo, la competencia entre los talleres antiguos y los nuevos fue
aumentando, por lo que surgió la necesidad de establecer barreras a los
nuevos emprendimientos. Los maestros se organizaron con el objetivo de
monopolizar los mercados, prohibiendo que se realice la actividad en la que se
especializaban fuera de ellos y atribuyéndose la facultad de autorizar la
conformación de los nuevos talleres. De esta manera, se gestan los primeros
gremios, como organizaciones que reunían a los maestros de los talleres
especializados. Había gremios de carpinteros, de herreros y panaderos; en fin,
de cualquier actividad que fuera necesaria dentro de la ciudad.

CAPITALISMO Y SURGIMIENTO DEL DERECHO


DEL TRABAJO

Luego de haber repasado la evolución del trabajo asalariado en la


historia de Occidente, corresponde ver cómo es que se produce el surgimiento
del Derecho del Trabajo como disciplina jurídica autónoma. Esta irrupción
histórica empieza a gestarse por la conjunción, en el siglo XVIII –incluso antes–
de diversos elementos, aparecidos con la denominada doble revolución: La
francesa de 1789, de naturaleza política, y la revolución industrial inglesa.

Siempre en el contexto europeo, la transición hacia el capitalismo industrial, fue


un proceso que tuvo diversas velocidades en cada nación. Sin embargo,
Romagnoli nos presenta los rasgos comunes de su aparición: “[…] en todas
partes,
Dicha historia [la del capitalismo industrial] cobra inicio cuando el mercader
deja de ser un ‘artesano que se dedica al oficio del transporte’ de productos
que coloca en el mercado y empieza a insinuarse la autogestión de los
productores. En segundo lugar, cuando el Derecho de las corporaciones
artesanas sucumbe al imperialismo del Derecho de las corporaciones
mercantiles que, después de adquirir sólidamente el dominio de las relaciones
comerciales, desemboca en el campo de las relaciones de producción. En
tercer lugar, […] la separación del productor de la propiedad de las materias
primas y de los medios de producción

EVOLUCIÓN (ETAPAS) DEL DERECHODEL TRABAJO

Desde su desprendimiento del Derecho Civil, el proceso


evolutivo que ha conocido el Derecho del Trabajo se
produjo entre los siglos XIX y XX. La doctrina clásica ha
distinguido en este proceso tres etapas claramente
diferenciadas, de acuerdo con la perspectiva con la que el
Estado ha afrontado la cuestión social: (i) La primera
llamada “de la prohibición”; (ii) luego una “de tolerancia”;
y, finalmente, (iii) una de “reconocimiento”17. A
continuación, reseñamos las características que se les
atribuyen.

La prohibición

Esta etapa tiene como actores destacados a los primeros sindicatos


como organizaciones de trabajadores −constituidos en defensa de los intereses
de los trabajadores− y al Estado liberal, el cual empezaba a consolidar su
propia legitimidad sobre la base de la soberanía o monopolización del poder.

La tolerancia

En algún momento, sea porque la presión social ejercida por los


sindicatos era ya demasiado evidente, o por el arraigo democrático de algunos
Estados, la represión sindical cesó y se suprimieron las sanciones que pesaban
sobre los sindicatos. Sin embargo, esto aún distaba de la aceptación de las
manifestaciones sindicales.
El reconocimiento

Llegado el momento, el Estado empezó a intervenir decididamente en las


relaciones laborales, reconociendo un conjunto de derechos laborales. Los
primeros derechos laborales en reconocerse fueron precisamente: (i) Los
relacionados a la jornada mínima;

Concepto

El derecho laboral es el conjunto de normas jurídicas que se establecen en la


relación entre los trabajadores y los empleadores.

Sujetos

Patrono: toda persona física o jurídica, particular o de Derecho Público, que


emplea los servicios de otra u otras, en virtud de un contrato de trabajo,
expreso o implícito, verbal o escrito, individual o colectivo.

Trabajador: Es toda persona física que presta a otra u otras sus servicios
materiales, intelectuales o ambos géneros en virtud de un contrato de trabajo
expreso o implícito, verbal o escrito, individual o colectivo.

Intermediario y/o contratista Intermediario Es toda persona que contrata los


servicios de otra u otras para que ejecuten algún trabajo en beneficio de un
patrono.

Fuentes

Constitución En la Constitución se contemplan garantías y libertades


que tienen los individuos, y la protección de que gozan frente al Estado. En ella
ha comenzado a incorporarse derechos sociales que regulan garantías
mínimas aseguradas a los trabajadores, y frente a sus empleadores. Es así
como empiezan a aparecer en textos constitucionales principios y derechos
laborales que adquieren el rango normativo máximo: el constitucional. Es
habitual que se refieran a temas como los siguientes:

Seguridad social

Jornada de trabajo, descanso semanal y vacaciones anuales. Indemnización


ante despido injusto. Derecho al salario mínimo Derecho al trabajo. Estabilidad
de los funcionarios públicos. Seguridad e higiene en el trabajo. La materia
contempla dos temas específicos: los accidentes del trabajo y las
enfermedades profesionales. Derecho de sindicación. Derecho de huelga y de
cierre patronal. Derecho a negociar colectivamente.

Tratados Internacionales

Los tratados internacionales constituyen una fuente directa de regulación de


derechos laborales, garantizando a los trabajadores de los países signatarios
derechos mínimos que los Estados firmantes se obligan a respetar.

La principal fuente de tratados multilaterales es la Organización Internacional


de Trabajo (OIT), que aprueba Convenios y Recomendaciones sobre todos los
temas de derecho laboral individual y colectivo.

Leyes

Las leyes son la principal fuente del Derecho laboral, y la directa


expresión de la intervención del Estado en esta materia.

Reglamentos

Por lo general, los reglamentos de ejecución de las leyes laborales, dictados


por el poder ejecutivo, dentro de los límites permitidos por la Constitución y las
mismas leyes, complementan esas leyes en aspectos de detalle.
Principio I

Este principio es claro y preciso, donde aclara que el trabajo es una función
social que se ejerce con la protección y asistencia del estado dominicano y el
mismo debe velar porque las normas del derecho de trabajo se sujeten a sus
fines esenciales, que son el bienestar humano y la justicia social, y que los
mismos no sean violados.

Principio II

Aquí el Código de Trabajo dominicano hace referencia a que toda persona es


libre para ejercer y dedicarse a cualquier tipo de profesión u oficio, crear u
operar cualquier tipo de industria o comercio permitidos por la ley. Y que nadie
puede impedir el trabajo a los demás ni obligarlos a trabajar contra su voluntad,
o sea que nadie puede ser esclavo de ningún tipo de persona.

Principio III

En este principio el Código aclara que éste tiene por objeto fundamental regular
los derechos y obligaciones de patrones y empleados y proveer los medios de
acordar sus respectivos intereses. Además consagra el principio de la
cooperación entre el capital económico y el trabajo como base de la economía
nacional. También funciona como ente regulador de las relaciones laborales,
de carácter individual y colectivo, establecidas entre empleados y empleadores
o sus organizaciones profesionales, así como los derechos y obligaciones
emergentes de las mismas. Pero al mismo tiempo es claro y preciso cuando
dice que este no se aplica a los funcionarios y empleados públicos, salvo
disposición contraria de la presente ley o de los estatutos especiales aplicables
a ellos. Tampoco es aplicado a los miembros de las fuerzas armadas y de la
policía nacional. Sin embargo, se aplica a los trabajadores que prestan
servicios en empresas del Estado Dominicano y en sus organismos oficiales
autónomos de carácter industrial, comercial, financiero o de transporte.

Principio IV

Este principio trata sobre las leyes concernientes al trabajo, donde aclara que
las mismas son de carácter territorial. Las cuales rigen sin distinción a
dominicanos o extranjeros, salvo aquellas derogaciones admitidas en
convenios internacionales. En aquellos casos de relaciones entre particulares,
la falta de disposiciones especiales es suplida por el derecho común.
Principio V

El Código de Trabajo dominicano aclara que los derechos reconocidos por la


ley a los trabajadores no pueden ser objeto de despedida o restricción
convencional, es nulo todo pacto en contrario.

Principio VI

Con relación al trabajo los derechos deben ser practicados y las obligaciones
ejecutadas según las reglas de la buena fe. Es un delito el abuso de los
derechos.

Principio VII

En este principio el Código condena cualquier tipo de discriminación, exclusión


o preferencia basada en motivos de sexo, edad, raza, color, ascendencia
nacional, origen social, opinión política, militancia sindical o creencia religiosa,
salvo las excepciones previstas por la ley con fines de amparo a la persona del
trabajador. Aquellas distinciones, exclusiones o preferencias basadas en las
calificaciones exigidas para un empleo no están comprendidas en esta
prohibición.

Principio VIII

En este principio aclara con exactitud que en casos de concurrencias de varias


normas legales o convencionales, prevalecerán las más favorables al
trabajador. Y cuando haya dudas en las interpretaciones o alcances de las
leyes se decidirá en el sentido más favorable al trabajador.

Principio IX

Aquí se explica que el contrato de trabajo no es aquel que consta en un escrito,


sino el que se ejecuta en hechos, ósea es cuando existe cualquier tipo de
relaciones patrono y trabajador, donde el trabajador ejecuta cualquier tipo de
trabajo sea este físico o mental. Y este será nulo cuando las partes hayan
procedido en fingimiento o estafa a la ley laboral, sea aparentando normas
contractuales no laborales, interposición de persona o de cualquier otro medio.

Principio X

Es un hecho de que la mujer trabajadora tiene los mismos derechos y


obligaciones que el hombre trabajador, según lo explica el Código de trabajo en
este principio. Solo será diferente en las disposiciones especiales previstas en
este Código tienen como propósito fundamental la protección de la maternidad.

Principio XI Según este principio los menores no pueden ser empleados en


servicios que no sean adecuados a su edad, estado o condición o que les
impida recibir la educación escolar obligatoria.
A modo de conclusión en el derecho laboral es necesario tener
bases solida acerca de los conceptos términos y artículos que influyen en
materia laboral , es determinado comprender las partes que se forman la
relación laboral de patrón y trabajador a sí mismo como comprender que cada
parte cuenta con sus deportivas obligaciones.

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