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DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE LENGUAS Y LITERATURA

MÓDULO DE APRENDIZAJE Nro.__

Asignatura : ...................................................................................
Tema : Formas elocutivas orales
Nombre del alumno : ....................................................................................
Prof. Responsable : César Cárdenas Villanueva

La exposición
Aquel que no lucha por ser el mejor está condenado a estar dominado por aquellos
que sí lo hacen.

El asunto de la exposición, el acto de dar a conocer lo que uno sabe sobre un asunto
determinado, no debe ser visto como un simple acto; sino como todo un proceso que
debe ser analizado en tres etapas o períodos (antes, durante y al concluir), respetados
y tomados en cuenta por toda aquella persona seria.

Sabemos que un muy buen desempeño de esta naturaleza traerá satisfacciones no solo
en el expositor, sino en el público mismo. Asuntos interesantes o expectantes pueden
fracasar por un mal desenvolvimiento de quien lo da a conocer; por el contrario, un
asunto insignificante podrá ser trascendente justamente por las cualidades expositivas
de quien está interesado en darlo a conocer.

I. QUÉ ACCIONES DESARROLLAR ANTES DE LA EXPOSICIÓN

Antes de la exposición, es necesario tomar en cuenta los siguientes puntos:

a) Averiguaciones amplias sobre el asunto a exponer

Una vez aceptada la responsabilidad de exponer un asunto temático, el responsable


debe realizar las amplias consultas sobre el asunto acudiendo a la cantidad de
medios de comunicación para reforzarlo. Es necesario que la teoría sea
ejemplificada o llevada a la práctica con situaciones vivenciales y entendibles por el
auditorio al cual se dirigirá.

b) Autosugestión o preparación sicológica del expositor

Toda persona es llamada a exponer por ser conocedora o capacitada para


desarrollarla ante el auditorio requerido: entre compañeros de estudio, colegas,
compañeros de trabajo, etc. Esa capacidad debe ser reforzada por una fuerte
determinación de triunfo o éxito; una especie de autosugestión al triunfo. Usted es
conocedora o especialista en el asunto, el resto puede ser conocedora, pero de
manera general. Este hecho hará que el nerviosismo quede desterrado, que las
preguntas del público no lo harán caer en la calidad, sino reforzarán los vacíos
dejados, los no resaltados, entre otros aspectos. Debe estar predispuesto a que su
presencia será de amplia utilidad al auditorio, quien enriquecerá sus conocimientos
y/o experiencias con el asunto que tratará en el día.

c) Preparación del ambiente de exposición

Esto por parte de los organizadores y constatado por el expositor antes del acto
académico. Comprenderá los siguientes aspectos:

1. La iluminación debe ser apropiada a todo el auditorio, tanto para la visualización


del expositor (su lugar de desplazamiento, a los asistentes y al mismo ambiente)
como para el mismo auditorio (para que tome notas y visualice adecuadamente
al expositor).

2. La temperatura del ambiente debe ser apropiada para una actividad normal, ya
que en ciertas estaciones anuales manifiesta comportamientos especiales: frío
o calor. Para este caso, el ambiente, de acuerdo a la temperatura, debe ser
adecuadamente seleccionado por los organizadores y validado por el expositor.

3. Es conveniente que el ambiente donde se realizará el acto expositivo sea


apropiado y suficiente para el trabajo planificado. El público debe estar cómodo
y no debe faltar asientos (en algunos casos se realiza con mesas para el
auditorio, esto para trabajos de taller); del mismo modo, el lugar de
desplazamiento del expositor debe ser adecuado, donde sus materiales de
trabajo y apoyo sean ubicados apropiadamente;

4. Debe haber un ambiente especial para los refrigerios o descansos, evitándose


la entrega u ofrecimiento de refrigerio en el mismo auditorio y más durante el
desarrollo del acto.

d) Duración de la exposición

El tiempo de una exposición debe ser planificado de acuerdo al auditorio, quien


debe conocer del mismo. Serán la edad, especialización, ambiente, entre otros
aspectos los que determinarán la duración del acto. Se sugiere que cada dos horas
exista un descanso para el auditorio, ya que este es propenso al cansancio en una
exposición que es duradera y más cuando el expositor no maneja estrategias de
dinámica expositiva, ya que la mente humana está atenta a un asunto solo por un
tiempo determinado y si no se dinamiza su atención es propensa al cansancio y
hasta al aburrimiento.

Para este caso, hará mucho el diseño de los materiales de apoyo y de las
estrategias expositivas de quien guiará la actividad. Pero se debe resaltar la
importancia de ser puntual con el horario planificado, por respeto a quienes son
puntuales y responsables.

e) Preparación de los materiales de exposición

Se tiene que realizar una averiguación previa de las condiciones físicas del medio
ambiente donde se desarrollará la exposición: si permitirá el desarrollo con una
simple pizarra, con unos papelotes, con material audiovisual, proyector de
diapositivas, con data show, etc.
Seguidamente, seleccionados los medios para dar a conocer el asunto, se sugiere
diseñar organizadores visuales para desarrollar el acto: mapas conceptuales,
semánticos, mentales; diagramas: de llaves, de flechas, de enumeraciones, etc.
entre otros. No se debe llenar los materiales de informaciones teóricas que cansen
al público, incluso para que tomen notas sobre el asunto.

En este aspecto, será necesario, también, que el expositor piense en el tipo de


audiencia con el que realizará la actividad: su nivel socioeconómico, profesional,
condición laboral, procedencia, entre otros aspectos. Los que influirán en el material
a preparar, en el manejo del nivel léxico por parte del expositor, entre otros
aspectos.

Preparación de organizadores visuales a nivel de la computadora

Se caracteriza por dinamizar al acto expositivo; por ser útil por su naturaleza ya
difundida, que se apoya con imágenes, videos y representaciones gráficas que
motivan la atención del público; por lograr más atención y motivar a un aprendizaje
integral, en relación a una que será simplemente verbal o con diapositivas que
simplemente contengan textos. Sugerimos desarrollar los siguientes actos:

1. El fondo va depender del horario a exponer. Si es al atardecer, si el ambiente


cuenta con cortinas que garantizan una adecuada visualización o es de noche,
son más llamativos los fondos fuertes u oscuros, con letras claras y resaltantes,
sin ser chillonas; si es de día y si el ambiente no cuenta con una protección de
cortinas, es recomendable los fondos blancos o claros, con letras oscuras. En
todos los casos, los colores (del fondo y de las letras) deben conjugar a un gusto
aceptable

2. El título debe ser claro, con letras grandes, y presentado en la primera


diapositiva, acompañado por la identificación del expositor y la fecha de su
realización. Además, se sugiere enumerar las diapositivas, para que el público
se guíe en el proceso y en el tiempo. El tamaño de las letras debe ser
proporcional al organizador y a la dispositiva, en relación a la visualización por la
última persona del auditorio, de manera aceptable.

3. Cada diapositiva siguiente debe contener un asunto particular de la temática en


general, organizado adecuadamente, y no un simple llenado de textos. En
algunos casos, será necesario resaltar con algún mecanismo una idea o asunto.

4. El expositor no debe leer tan notoriamente los contenidos de las diapositivas, ya


que son simples guías que sirven de apoyo para no olvidar los contenidos y para
un mejor provecho por parte del público.

5. No se debe caer en el error de introducir en las pantallas elementos que


distraigan al público, que sean tan sofisticados, entre otros aspectos. Debemos
preocuparnos por el contenido y el carácter didáctico de su captación por el
público.

Material de apoyo y de contingencia

Algunas instituciones bien organizadas acompañan la exposición con la entrega de


materiales impresos que reproduce el contenido de la exposición; otros imprimen
las diapositivas y asignan un espacio para que el público tome notas. Estamos de
acuerdo con ese sistema de apoyo, ya que dinamiza el desarrollo del acto y facilita
el trabajo de todo el auditorio, incluso del mismo expositor.

Otro material de apoyo a tomar en cuenta es el equipo de audio, que debe ser
probado con anterioridad al inicio, para no crear desorden y malos comentarios por
parte de los asistentes. Se incluye también el material de exposición (equipo de
cómputo, proyectores, materiales audiovisuales, etc.), que también debe estar listo
antes que el auditorio esté poblado. También, se debe prever la ubicación de un
reloj a la vista del expositor y del mismo auditorio, esto para cumplir con el tiempo
programado, que debe ser respetado por un buen expositor, por efectos de
planificación horaria. Del mismo modo, el acceso a la identificación de los
asistentes, que en algunos casos se planifican en solaperas, que también
dinamizan el acto en múltiples circunstancias.

Por otro lado, se debe prever la no utilización de un material preparado, por


situaciones diversas: falta de luz, funcionamiento de los aparatos, mal estado de los
materiales de apoyo, entre otros; por lo que, al menos, el expositor debe manejar
guías especiales, como las fichas, para salvar el acto. Todo lo cual debe ser
manejado con la mayor serenidad posible.

f) Presentación personal del expositor

Toda presentación personal es importante, más lo es en el ámbito laboral, que


incluso identifica a ciertas profesiones; como por ejemplo el caso de los abogados,
que le dan mucha importancia al asunto.

Al respecto, ciertos aspectos del contexto influirán decididamente en la vestimenta


del expositor. Así veremos los siguientes aspectos:

1. El expositor debe estar a la altura de la audiencia. Si es un público exigente en


este aspecto, con las averiguaciones previas, el expositor ya debe planificar su
presentación personal.
2. En el ámbito ejecutivo, para el hombre, se sugiere un juego de terno oscuro,
con camisas claras, con una corbata que haga un juego proporcional a los
colores escogidos y a un gusto universal, con zapatos limpios, con la cabellera
cortada y con un buen peinado. En cambio, para la mujer, se sugiere que la
vestimenta no muestre mucho sus atributos femeninos, por los comentarios y
distracciones extra temáticos que provocará; su vestimenta puede jugar entre
un saco y pantalón o falda oscuros, acompañado por blusas claras y calzados
apropiados; con un suave o moderado maquillaje.

3. En el ámbito laboral o en el centro de estudios, se sugiere que la vestimenta


sea como se presenta diariamente, pero evitando las que son muy juveniles o
“a la moda”. Esto porque puede ser visto como algo impropio, ya que un cambio
de vestimenta repentino o solo para actuar trae consigo comentarios o rechazo,
incluso en el mismo momento del acto. Pero, a nivel de la formación profesional,
estas etapas deben servir para ir preparando al estudiante en la vestimenta del
futuro profesional.

4. Habrán circunstancias donde la vestimenta no haga juego con el auditorio, por


el contexto temporal o geográfico, pese a las averiguaciones del auditorio; en
este caso, para lograr una mayor cercanía con el auditorio, se sugerirá que el
expositor se tome un espacio para la informalidad o la formalidad, según el
caso (se quite el terno, la corbata, se remangue la camisa, entre otros aspectos,
o al revés).
II. ACCIONES A DESARROLLAR EN EL MISMO MOMENTO DE LA EXPOSICIÓN

Nos referimos al mismo momento de la exposición, desde la hora programada, al


momento en que entran en juego los saberes del expositor y del mismo auditorio. Será
necesario desarrollar algunas recomendaciones previas:

1. Ninguna persona debe circular por el escenario, existiendo aquellos que llevan agua
al expositor, que cargan algo, que arreglan el micro o los materiales de exposición,
entre otros aspectos.

2. Otra persona debe ser la encargada en presentar al expositor (destacar el tema y


sus cualidades de conocimiento del asunto); ella misma será la encargada en
agradecer y culminar el acto. Las auto-presentaciones caen mal en ciertos
auditorios.

3. Se debe pedir al auditorio que apague sus celulares (o ponerlos en vibrador) o


relojes con alarmas, radiolocalizadores, etc. esto por respeto al auditorio en general.

4. Se puede iniciar y terminar con el análisis de una frase o versos que tengan relación
con el asunto tratado, que enriquecerá la naturaleza interpretativa humana.

Para el actuar del mismo expositor, se sugiere tomar en cuenta los siguientes aspectos:

a) La dicción del expositor

Nos referimos a la manera propia de hablar del expositor, la que debe ser cultivada
con la práctica de la lectura oral y la altura de la voz, de acuerdo a determinados
ambientes, evitando los comentarios de: “¿Qué dijo?” o “Nos va dejar sordos”,
incluso con el manejo de los micros y parlantes. Se refiere a la intensidad de la voz,
que debe ser gradual al ambiente y a la distancia entre el emisor y el receptor. Para
el caso, se sugiere que las palabras sean bien redondeadas, con la buena apertura
de la boca y con una respiración natural; acompañado con una evaluación del
auditorio, que da indicios de satisfacción con la comunicación, desde los cercanos
hasta los alejados.

Desde el inicio, la dicción debe permitir desterrar el nerviosismo, acompañado de


una sonrisa o una actitud simpática con el auditorio, evitando la soberbia.

Sin olvidar que, en algún momento, alguien querrá destacar sobre el expositor. Lo
más sugerente es pedirle discretamente que lo permita terminar con el acto, para
posteriormente dialogar sobre las sapiencias mutuas.

b) El lenguaje del cuerpo

El rostro

Debe manifestar agrado y satisfacción en los músculos faciales, a tal punto que se
sienta comprometido con lo que está realizando en el acto, invitando al auditorio a
formar parte de tal compromiso, dando a conocer nuestro estado de ánimo y nuestra
sicología. Del mismo modo, debe ir de acuerdo a los mensajes que se están
transmitiendo, afectando el ánimo: si es de tristeza, se la debe manifestar; si es de
alegría, lo mismo; si hay que ponerse grave, endurecer el rostro; etc. Los mismos
deben afectar al público, que “oiga” y se contagie de dichos movimientos.

En esta parte del cuerpo, juega mucho la mirada o el trabajo con ella, porque es la
más sincera y la que controla mejor el comportamiento del emisor y del receptor,
los ojos son el espejo del alma de ambos. Debe ir al ritmo de las palabras o los
mensajes a transmitir, evitando la frialdad y la distancia con el auditorio; tampoco
exagerar o trabajar en sentido contrario. Es necesario que el contacto con el
auditorio sea de vista a vista o de vista a rostro, sin divagar o contactarse con las
paredes o el fondo del auditorio, tomando como referencia a personas de adelante,
del centro y del final del auditorio, cubriendo todo el ambiente; de lo contrario se
deteriora la comunicación, ordena distancia o lejanía con los receptores. Del mismo
modo, con el ejercicio visual se puede diagnosticar cómo va el comportamiento del
público, si ha llegado al cansancio, al aburrimiento o continúa en el agrado.

Es necesario que preste amplia atención y de manera concentrada a toda aquella


persona que interviene en el acto, desde los presentadores hasta quienes
plantearán interrogantes diversas; comprenda que el auditorio evalúa tu
comportamiento y actitud; evitando dialogar con otros mientras alguien comunica.

El cuerpo

Desde las posturas que asume el expositor, el cuerpo juega un rol importante,
donde intervienen también las partes del cuerpo, desde las manos a los pies, que
deben manifestar la misma dinámica del rostro, con el mismo compromiso de
acción. También, debe ir de acuerdo a lo expresado en el momento: saltar, bailar,
contar, sentar, etc.

Al inicio, manejar el cuerpo resultará tedioso, imaginándonos observaciones


diversas; posteriormente, al olvidarse del hecho, con un hábito normal, el cuerpo
por sí solo se desenvolverá como se requiere. Su práctica nace llevándolo de
acuerdo a los mensajes: contando con los dedos, abrazando imaginariamente,
flexionando los brazos, acelerando el paso, señalando al público con el dedo y el
brazo extendido en toda su dimensión, realizando un balanceo para equilibrar
funciones, etc.

Tanto el rostro como el cuerpo refuerzan los saberes, ya que son vehículos
comunicativos, los que nos sirven para demostrar nuestras capacidades
comunicativas. Que muy bien pueden realizarse desde la posición sentada
(favorece la calma) o cuando esté de pie (conlleva al dinamismo).

Del mismo modo, se debe evitar comportamientos impropios como:

 Jugar con alguna parte del cuerpo o con algún objeto que se halla en la mano:
lápiz, lapiceros, reglas, punteros, fichas, colocar el calzado en la pared, etc.,
que denotan nerviosismo.
 Evitar movimientos corporales que no concuerdan con el asunto tratado;
tampoco permanecer estático.
 Evitar los tics como morder las uñas, colocarse los cabellos, acomodar las
corbatas o alguna prenda de vestir, tocarse las partes del cuerpo o del rostro,
protegerse alguna parte del cuerpo, entre otros.
 Si la exposición es sentada, evitar recostarse sobre la mesa o el respaldo;
tampoco esconder las manos.
 Evitar desaparecer del auditorio, sea sentado o a pie.
 Dar la espalda al público, sea cual fuera la circunstancia.
 No humillar, burlarse o desacreditar la participación de alguien del público.

c) El estilo

Los estilos de exposición, generalmente, nacen de las imitaciones; cuando las


personas vemos en alguien unas capacidades que posteriormente conducirán a un
cultivo apropiado de un estilo propio. Pero, lo que nunca se debería dejarse de lado
son los siguientes aspectos:

 La claridad de la expresión y de los mensajes a desarrollar: Con una


pronunciación apropiada y nítida de los mensajes; con una actitud de sencillez,
donde el vocabulario especializado se da de acuerdo a la formación del auditorio;
con un adecuado desplazamiento entre tema y tema; resaltando o ejemplificando
algunos asuntos; reforzando o resumiendo otros; entre otros aspectos.

 La vitalidad y dinamismo en el comportamiento. Desde el volumen de la voz, que


evitará la distracción y el cansancio, hasta el empleo de mensaje cortos e
importantes. Las comunicaciones técnicas y amplias cansan rápidamente; por lo
que se sugiere siempre ir de manera directa al punto.

 No ser homogéneo en todo aspecto. La voz debe ir con altibajos, evitando las
muletillas, con relato de anécdotas o ejemplificaciones particulares.

Es necesario que al finalizar la comunicación del expositor se concluya con


mensajes positivos, que llamen a mayores averiguaciones, que motiven a actitudes
propositivas.

III. QUÉ HACER AL CONCLUIR LA EXPOSICIÓN

Nos referimos al mismo momento de haber terminado con el desarrollo del asunto,
donde se requiere evaluar un conjunto de comportamientos. Por lo que se sugiere:

1. No abandonar el recinto de manera rápida, con los indicios que tienen que realizar
actividades diversas, que da la sensación de estar huyendo del auditorio.

2. Entablar un diálogo con el público, que ellos sean los mismos que planteen sus
puntos de vista o interrogantes sobre el asunto tratado.

3. Crear espacios para la familiaridad con el público, acercándose al auditorio, pero


con discreción.

4. Evitar el debate de ideas, ya que se busca compartir conocimientos y experiencias


sobre un tema.

5. Si es posible, el público debe evaluar la actividad, mediante una hoja impresa; que
comprenda la organización y el cumplimiento de los objetivos, incluyendo sus
observaciones; hecho que implica profesionalismo y madurez organizativa y laboral.

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