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Ailén Poujol Machiñena.

19 de mayo de 2016
PARCIAL DOMICILIARIO

EPISTEMOLOGÍA

2- Perfil del egresado.

El plan de la licenciatura en letras de la Universidad Nacional del Sur está


orientado hacia la formación de profesionales que puedan manejar las
literaturas hispánicas de cualquier época, teniendo las herramientas para
dominarlas no solo en sus dialectos o lenguas originales, sino orientado a
desarrollar críticas sobre ellas. Un profesional orientado hacia la investigación
literaria con la capacidad de acceder a textos también en otros idiomas.

Esto se marca evidentemente en la elección de las materias del plan de


estudio. Por ejemplo, el recorte de las materias que tienen como objeto de
estudio la literatura, hacen dos tipos de recortes: histórico y geográfico. El
primer tipo de recorte se evidencia en materias como Cultura Clásica, Literatura
contemporánea I y II, el seminario de Literatura medieval, Literatura Latina y
Literatura Griega. En el segundo recorte aparecen materias como Literatura
Española I y II, Literatura Latinoamericana I y II, Literatura Argentina I y II.
Mientras que Literatura Europea Moderna es la que propone desde su nombre
ambos recortes. Estos recortes no parecen algo al azar, sino que se orienta a
una formación histórica general del alumno en la literatura en la historia, pero
así mismo, focalizando en las literaturas emparentadas con el español.

Por otra parte, también se toman en cuenta las materias que trabajan con
nuestro idioma en todos sus niveles (desde el morfológico al semántico) como
son el caso de Gramática española, Lingüística, Historia de la lengua española,
Taller de Comprensión y producción de discursos H y Análisis del discurso.
Materias que por sus objetos de estudio permiten al alumno conocer y dominar
las interpretaciones de los textos a través del lenguaje, tanto para interpretar
como para expresar.

El otro grupo de materias que se centran en desarrollar una mirada crítica del
estudiante estaría compuesto por Introducción a la literatura, Teoría y crítica
literaria I y II, y Epistemología de las teorías sobre el lenguaje y la literatura que
plantean, para el estudiante, otro tipo de metalectura. Asimismo, también están
los idiomas, como Lengua y cultura latina I y II, Lengua y cultura griega I y II, y
las Lenguas modernas que ofrecen el conocimiento de otras lenguas para que
el alumno pueda acceder a otros textos que no estén en su idioma original.

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3- Criterio de asociación.

Decidí elegir aquellas materias cuyo objeto de estudio sea un idioma


moderno o clásico.

3.1. Como resultado de esta asociación trabajaré con dos grupos de


materias diferentes: las que dependen directamente de la universidad y por
lo tanto del plan de estudios, es decir, las Lenguas clásicas y aquellas
tienen cierta independencia del plan de estudio, es decir, las Lenguas
Modernas.

LENGUAS CLÁSICAS LENGUAS MODERNAS

Lengua y cultura latina I


Alemán
Lengua y cultura latina II
Inglés
Lengua y cultura griega I
Italiano
Lengua y cultura griega
Francés
II

3.2. “Un objeto de investigación, por más parcial y parcelario que sea, no
puede ser definido y construido sino en función de una problemática teórica
que permita someter a un sistemático examen todos los aspectos de la
realidad puestos en relación por los problemas que le son planteados”
(Bourdieu 2000, p.54) Es en base a esta problemática teórica (de la que
habla Bourdieu) que se hacen los recortes pertinentes y que se construye el
objeto de estudio.

Los idiomas, por lo general, tienen en común que su objeto de estudio se


centra en una determinada lengua. Pero la variación de sus objetos no solo
depende de la lengua en la que se enfoquen, sino también en el recorte que
se haga de ellas.

Si bien Lengua y cultura latina I y Lengua y cultura latina II tienen como eje
el latín, ambas hacen un recorte diferente. La primera se preocupa del
funcionamiento del latín, por lo que recorta y se centra en los aspectos
fonológicos, morfológicos y sintácticos. Mientras que la segunda pone como
problemática la traducción de un corpus de obras, fragmentos o escritos,
por lo que construye su objeto desde los puntos de vista sintácticos y
semánticos, además de usar aspectos históricos o culturales para dar
sentido a las traducciones de ese corpus.

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Con Lengua y cultura griega I y Lengua y cultura griega II sucede algo
similar, solo que el eje del objeto de estudio será la lengua griega. La
primera parte hace un recorte de contenidos que privilegia la comprensión
del funcionamiento de la lengua a nivel fonológico y morfológico, mientras
que la segunda recorta los contenidos para centrarse en la sintaxis y la
semántica.

Lo que vale aclarar también, es que estas cuatro materias construyen su


objeto y sus problemáticas principalmente sobre el idioma escrito, es decir,
sobre textos, y que esta problemática tiene su foco puesto en la traducción
de un texto o en su comprensión, más que en la producción.

Las lenguas modernas, en cambio, hacen otro tipo de recortes sobre sus
lenguas. Si bien también construyen su objeto pensando en los aspectos
fonológicos, morfológicos, sintácticos y semánticos, privilegian aquellos
contenidos o usos que favorezcan a las realizaciones del habla, en otras
palabras, buscan fomentar el uso oral de sus idiomas más que la
comprensión de textos o la producción de textos en esos idiomas.
Exceptuando inglés que tiene una cátedra específica para la comprensión
de textos.

3.3. En estas materias suele haber una vigilancia epistemológica marcada.


Es poco probable que los profesores se desvíen de su objeto de estudio
debido a que tienen una planificación estricta que cumplir.

Sin embargo, depende mucho también de cada profesor en particular. Hay


profesores de las lenguas modernas que se desvían de sus objetos de
estudio, de su planificación y adelantan contenidos o no terminan dándolos
por dedicarse a otras cosas u actividades.

3.4. Paradigmas.

Para empezar, el grave problema que se evidencia en la construcción del


objeto de las lenguas modernas en contrastación con las lenguas clásicas,
son sus paradigmas.

Institucionalmente, las Lenguas clásicas (Lengua y Cultura Latina I y II, y


Lengua y Cultura Griega I y II) pertenecen a de la Universidad Nacional del
Sur, mientras que las lenguas modernas (Alemán, Francés, Inglés e
Italiano) pertenecen a centros ajenos a la universidad. Aquí, desde las
instituciones, tenemos dos paradigmas diferentes que se estudian dentro
del marco sincrónico. Por un lado, las Lenguas modernas trabajan con el
paradigma racional, es decir, que trabajan con una teoría que consta de una
serie de enunciados que no dependen más que de sí mismos (las
declinaciones, por ejemplo) y que no requieren ser justificados porque son
por sí mismos evidentes. Por ejemplo: en latín el sufijo –e de la segunda

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declinación de masculinos indica que el caso de la palabra es vocativo,
entonces, siempre y cuando mientras una palabra de segunda declinación
termine con el sufijo –e será una palabra masculina en caso vocativo.

Las Lenguas modernas, en cambio, trabajan desde el paradigma


pragmático porque suelen recortar y utilizar los métodos (videos, CD´s de
audio e incluso películas) que faciliten a los alumnos una comunicación oral
exitosa con un hablante nativo de la lengua, pues les interesa sobre todo
enseñarle al alumno cosas que pueda aplicar en el caso de un viaje.
Poniendo aquellos contenidos que ayuden a la oralidad como
conocimientos pragmáticos. Sin embargo, para un alumno de la carrera de
licenciatura en letras, quien probablemente no viaje a alguno de esos
países y para el cual el interés del idioma radica en que pueda alcanzar el
conocimiento suficiente para enfrentarse a un texto en otro idioma y hacer
una lectura de él, estos conocimientos que se le dan no son “útiles” porque
difícilmente tendrían una aplicabilidad fuera de la clase del idioma,
exceptuando, quizás, algunas nociones de fonología que le permitirían
pronunciar algunas palabras correctamente.

Aquí, hay una parálisis paradigmática, pues ambos paradigmas se


mantienen firmes y no contemplan que sus formas no pueden ser las
indicadas. Excepto, como mencioné anteriormente, en inglés que ha creado
una cátedra específica para centrarse en la comprensión de textos escritos
en inglés.

3.5. Por lo general las Lenguas clásicas se manejan con el método


deductivo: dan la regla (el saber sobre la lengua) y el resultado (análisis del
texto) para que uno finalmente obtenga el caso (texto). En cambio, las
Lenguas modernas se manejan por inducción: teniendo el caso (la
significación de las realizaciones) y el resultado (realización del lenguaje)
para obtener la regla (el saber de la lengua).

En otras palabras, las lenguas clásicas suelen explicar primero la teoría de


la lengua, su fonología, su manejo morfológico y sintáctico para que al tener
esos conocimientos, uno recurra a un texto y obtenga una traducción. En
cambio, las Lenguas modernas suelen trabajar de otra forma: primero te
muestran las palabras, oraciones o enunciados (escritos o hablados) y al
proporcionarte el significado de esa palabra, oración o enunciado buscan
que el alumno obtenga el conocimiento de la lengua y su funcionamiento.

4. En el plan de estudios de la licenciatura en letras de la Universidad


Nacional del Sur, y teniendo en cuenta los conceptos epistemológicos que
vimos en la materia, me gustaría considerar un par de cuestiones: el recorte
que se hace sobre la literatura y el método de apropiación que se plantean.

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La mayoría de las materias cuyo objeto de estudio son las literaturas
trabajan con el método deductivo, es decir, que parten de la teoría y de las
críticas para leer las obras, repitiendo una y otra vez los mismos modos de
leer. Siendo que la universidad busca formar licenciados que se dediquen a
la investigación, la intención sería que estos sean creativos, desarrollando
nuevos conceptos o nuevas miradas sobre las obras, lo cual no se condice
con el método deductivo, pues este se muestra como un método nada
innovador. Y es que éste es demasiado seguro y práctico como para
cambiarlo por otro porque usar un método inductivo para la enseñanza de la
literatura parece no ser sostenible debido a la cantidad de horas que
demandaría, tanto para el profesor como el alumno, tanto fuera del aula
como dentro de ella. Lo que a su vez demandaría más carga horaria o
romper con el sistema cuatrimestral, lo que demandaría una cursada de
más años o el eliminar algunas materias. Aunque también, la solución
podría venir de la mano de elegir (por parte del alumno) las literaturas que
tenga que cursar en su carrera, reduciéndolas a un número fijo entre una
serie mayor de posibilidades.

En base a esto, planteo el segundo punto: el recorte de las asignaturas. Lo


cierto es que tanto los recortes temporales como geográficos que se hacen
de las literaturas, restringen bastante las literaturas que se ven en la
carrera. Pero más aún se restringe cuando se tiene en cuenta que por lo
general se trabaja con textos literarios que están canonizados. Por supuesto
que es importante conocer y haber trabajado alguna vez con el canon
literario (o al menos con una porción de él), pero este recorte también
supone dejar de lado ciertas literaturas de otros países, ciertos géneros
literarios, o ciertas literaturas no canónicas, por ejemplo. Pero sobre todo,
no hay materia en el programa que trabaje sobre las literaturas actuales,
mostrando que solo se estudia lo ya estandarizado sin dejarle paso a la
innovación de lecturas sobre los nuevos textos literarios. Probablemente
porque sea difícil enseñar algo que no está establecido, pero cuán rico sería
el desarrollo de un licenciado en literatura si se lo empieza a incentivar a
que mire lo de ahora, lo que se está escribiendo en el momento en el que él
está inmerso. Quizás no se haga por el temor a ser refutados, pero ¿cuánto
avance lograron en la literatura los formalistas y los futuristas que
escribieron y teorizaron casi a la par?

Lo cierto es que el plan de estudio es una estructura fija y poco flexible pero
lo cierto es que promete un investigador innovador que no parece ayudar a
formar, pues termina formando, al parecer, un investigador anclado en el
tiempo, atado a los cánones y, por sobre todo, reproductor.

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Ailén Poujol Machiñena.
19 de mayo de 2016
BIBLIOGRAFÍA.

BOURDIEU, Pierre, Jean-Claude CHAMBOREDON y Jean-Claude


PASSERON (2000), El oficio del sociólogo. Buenos Aires, Siglo XXI (1a
edición en español 1975).

DÍAZ, Esther (editora) (1996), La ciencia y el imaginario social. Buenos


Aires, Biblios.

FOLLARI, Roberto (2000), Epistemología y sociedad. Rosario, Homo


Sapiens Ediciones.

KUNH, Thomas S. (1992). La estructura de las revoluciones científicas.


México, Fondo de Cultura Económica (1a edición en español 1972).

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