Вы находитесь на странице: 1из 173

Ilf.

l~~~~~~~~~~~~
I1

~,ExflOsicjÓII deéllll8lltalla
~¡*eetfll8daactuatdel
~. ProbleRIa del hctfic.o :~
'11 .
h -----------
jlL .. u _
-"- a..
--,,-. -.- .. --
:.::..::...:..:..=-==:."._.:
- ..
... _.. ".-
- -- ~.
.. - --- __.~-_~~~
-..

r- -.. - .
·1 IMP. TORRES AaUIRftE

1 "" L1M~ ~ 192.1 :: :: .


1

8ANCO D-E:J,í>. @UBLICA


·~_~!jJ~.AN~ .w.NGO
. CA~2G,\€!~.-
1

D ESDE hate euarenta años existen entre las rc-


públit'[ls del Perú y Chile g-raves problemas
que han Inantenido en eonstantc
a la mayor parte de los plleblo:-i su<l-americanos
agitaeión
y
más de uua vez amenazado perturbar la pm" del
t'ontinente.
El Perú, agredido por Chile en IB79, fu(' deR-
pojado por el 1rata(10 de IStm, de la riea proviuC'la
de Tarapacá; .y se vió además, en el caso de permitir
la ocupacióll de 'faena y Al'Íeél, durante el término
de diez años, al cabo de los ('uales debía decidirse
por un plebiscito la naeionalidad definitiva de am-
bas provin(~ias.
Para arrebatar al Perú TarapaeÚ eOll lG,OOO
millas euadradas de ~ml:wrfieie Y retener el! su poder
Tacna eon 9,000, no ¡Jo(lía invoeal' Chi](' deredios
nacidos de la impreeisión de los linderos de las an-
tiguas eircunscripciones (,Rpañolas, (1tH' sirvieron de
base a las nuevas repÚblieas. B~llil'e el Perú y Chile
no existían ni po(lían existir litigios de límites an-
- IV-

tes de 1883 porque entre los dos países se interpo-


nía la República de Bolivia.
Tampoco podía aeogerse a algo que, por exó-
tico que sea en América, llamaremos "principio de
nacionalidades ", para incorporar a su territorio pro-
vincias peruanas habitadas por chilenos; porque,
según el censo del Perú levantado en 1876, en el De-
partamento de Tacna, sobre un total de 36,0000 ha-
bitantes, sólo había 250 chil~nos.
y en Tarapaeá, cuya población era de 42,000
habitantes, el número de chilenos no llegaba a
10,000, según los cálculos del cónsul de Chile que
aparecen en la memoria presentada a su gobierno
el año de 1872, y según el censo peruano de 1876.
Ni eran las provineias de Tarapacá, rracna y
Arica territorios abandonados y despoblados, pues-
to que como acaba de decirse, tenían una numerosa
población peruana; y su producción de salitre, prin-
cipal riqueza de rrarapacá,había subido de siete
millones de quintales en el quinquenio de 1860-64
a cerca de treinta millones en el períono ne 1875-79,
hallándose, por lo tanto, en un rápido desarrollo.
Chile no tuvo pues causa justifican a, ni siquie-
ra pretexto, para apoderarse de las provincias pe-
'ruanas; y ese proceder constituye el acto más claro
y más violento de conquista que se haya realiza-
do en el mundo.
Pero ese mismo tratado que el Perú se vió en
la necesidad de aceptar después de cuatro años de
-v-
tenaz y desesperada resistencia, ha sido violado y
roto por Chile, pues se negó a devolver las provin-
cias de Tacna y Ari(~a al expirar el plazo de ocupa-
eilÍn y rehuyó, con di versos pretextos, la realiza-
dlÍn del plebiscito, usando la superioridad militar
que las riquezas arrehatadas al Perú y Bolivia le·
aseguraban, para ret(~lleI' por la fuerza esas pro-
vindas j' rcali¡:ar así en plena pa:!: una nueva con-
quista.
La guerra injusta eml)l'endida por Chile con-
tra el PerÚ y Bolivia, sin otra mira que su engran-
decimicnto 1crritorial y e(~oni)mico, abre una nue-
va époea en la historia sud-americana: por pri-
mera vez una nación de este continente se apo-
dera de los territorios de un país vedllo, sin otro
título que la fuerza. Bastará re(~ordar que en 1829,
la guerra entre el Perú y Colombia terminó con un
tratado en que, lejos de pretender ninguno de ellos
territorios del otro, convinieron en adoptar, para
resolver sus cuestiones de fronteras, una norma ju-
rídica: el uti-posidetiB de 1810; y cuando más tar-
de el Paraguay, vencido por la coalición poderosa
del Brasil, la Argentina y el Uruguay, se hallaba
por completo a merced de los vencedores, recono-
cieron ésto::> noblemente que la victoria no crea de-
rechos, y la guerra terminó sin conquistas y sin
anexiones territoriales.
Es verdad que entre casi todas las repúblicas
que surgieron en la América española al verificarse
-Vi-
la separación de España, se suscitaron desde el pri-
mer momento vivas controversias de fronteras, pe-
ro ellas en ningún caso tuvieron por origen el des-
pojo violentamente reali",ado de un Estado por
otro, sino la falta de una delimitación clara y de-
tallada entre las diversas entidades políticas de la
colonia, inneeesaria en aquellos territorios despo-
blados en los que 110podían producirse conflictos
serios de jurisdicci6n entre autoridades dependien-
tes de una misma autoridad metropolitana.
y hasta esas controversias de fronteras, por
vehementes que en algunos casos· llegaran a ser,
revelaban cuan profundo era en 1m; espíritus his-
pano-americanos el sentimiento de la justicia, pues
no obstante las desigualdades de poderío y de fuer-
za que entre las antiguas (~oloniasespañolas exis-
tían, ningUlIa usó .iamás de su superioridad mili-
tar para ensanchar sus territorios, ni apoyó sus
demandas en otro principio que en el de su de-
recho. Las relaciones entre las diversas repÚbli-
cas de la América antes española est.uvieron siem-
pre regidas por normas jurídicas; y sus controver-
sias se resolvieron por medio de procedimientos
también jurídicos, y no por la violencia o la con-
quista.
Este COJl(~cptofle jl1stieia y este sentimiento
de respeto por el derecho ajeno, se revelan en los
flos pri1wipios fundamentales sobre los cuales se
erigieron las nuevas naeionalidades al separarse de
- VII -

España: la libertad de cada seceiÓn administrati-


va colonial para constituirse por sí misma y el se-
ñala~ento de los límites que debían selmrarlas por
medio de la legislación dictada durante el régimen
español.
Cuando desapareció el dominio que España t.e-
nía sobre estas colonias americanas, 1m; nuevas na-
cionalidades que surg'iel'on de las secciones en que se
dividió el imperio colonial español, reeonoeieron, en
efecto, en las diversas entidades administrativas co-
loniales, el derecho de constituirse en estados in-
dependientes o de incorporarse a cualquiera de los
ya creados.
Así, cuando después de la batalla de Ayacu-
cho, las Provineias del .Alto PerÚ fueron libertadas
por los ejércitos (~olombianosy peruano, ni las pro-
vincias Unidas del Río de la Plata, que, como su-
cesoras del Virreynato de Bucnos Aires podían ale-
gar derechos sobre ellas, puesto que conforme a
las leyes españolas pCl'teneeían a ese Virreynato;
ni la República Peruana, eomo sucesora del Virrey-
nato del Perú, CIlel cual estaban in(~orporadas des-
de 1809, por la insurreceión de Buenos Aires, se
opusieron a la eonstituciiín dc una nueva Repúbli-
ca,.la actual Bolivia, y reconocieron, por el contra-
rio, la facultad de los naturales de ella para consti-
tuírse librcmente. La audiencia de Quito, pertene-
ciente al VirreYllato de Santa 1<'é, se constituyÓ más
tarde en república independiente, sin que la Nue-
- VID ---

va Granada, hoy Colombia, sucesor.a de aquel Vi-


rreynato, pusiera obstáculo a la separación. La in-
dependencia del Paraguay o la incorporació\l de
Tarija a Bolivia, entre muchos otros hechos de la
historia americana, representan la aplicación de es-
te principio.
A ese derecho de libre determinación, que im-
pidió las guerras que neeesariamente se habrían des-
encadcnado entre los pueblos hispano-americanos,
si en lugar de una norma jurídica y democrática,
hubieran preyalecido el espíritu de conquista y de
predominio del más poderoso y el deseo de ensan-
char el propio territorio a expensas de los estados
vecinos, se agregó un segundo principio que dió a las
controversias territorialcs hispano-americanas un
carácter especial y nuevo hasta entonces en el de-
reeho internacional.
Ese prineipio es el que se conoce con el nom-
bre de uti-posidetis de 1810, y no viene a ser
otra cosa que la aceptación por todos los nuevos
EHtados, como regla jurídica para fijar la extensión
de los territorios que les corresponden, de la legis-
lación española en el momento de la indepcndencia.
Las controversias territoriales entre las nacio-
nes hispano-amcricanas se convierten así en cues-
tiones puramente de derecho, en las cuales las par-
tes justifican sus pretensiones con leyes y reales cé-
dulas, exp'edidas hace varios ,siglos, y buscan afa-
nosamente entre los documen~s de los archivos C8-
-lX -

pañoles alguna resolución real desconocida u olvi-


dada o la huella de algÚn ado administrativo que
confirme su dereeho, 8in (lue puedan alegar8c con-
tra ellos género algullo de eonsidera(~iollCS polítieas
o de equilibrio ('ontinent al y sin que pueblo algUllO
americano haya recurrido hasta ahora a la gucrra
para imponer por la fuerza el rceonoeimiento <le
sus prctenSiOlles.
Este caráder cxdusivament(~ juridico de la::;
controversias territoriales amcrieullas, ha tcnido
por conseeucucia que la mayor parte de elbs ha-
yan sido resueltas por arbitraje. La propia RepÚ-
blica de Chile, que en sus cuestitmes 1'011 el PerÚ y
Bolivia llO acepta otra solución que la impuesta }l()r
ella misma, adoptó en el arreglo de sus fronteras
con la RepÚbliea Argcntina el pro(~edirnicnt() arbi-
tral, :::lin duda porque el poderío y la superioridad
eeon(,miea de ('se país no le permitían respecto de él
ese papel, ingenuamente reclama(lo para Chile por
su ministro en Bolivia, en las fanlOsas frases de RU
nota a la eauI'i1lerÍa boli viana, de ] 5 de agosto de
1900: "los deredlOs de Chile sobre el -litoral holi-
viano nacen de la victoria, que es la ley snprema de
las naciones" ..... "Que el litoral boliviano es ri-
co y vale muchos millones, eso ya 10 sabe Chile. Lo
guarda porque vale, porque si nada valiera no ha-
bría interé¡..; en su conservación".
Al Perú le cabe el honor (le haher estado siem-
pre pronto a confiar a la <lecisióll imparcial de un
-x-
país amigo o de uu tribunal internacional, todos
sus litigios territoriales, así los que discutía hasta
hace poco COll el Brasil o con Bolivia, corno los que
tiene actualmente pendientes COl!el Ecuador o con
Colombia. Y profesa el Perú tanto respeto al derecho
aJeno y confia tanto en el propio, que no vaciló en so-
meter a Ull arbitraJe la nacionalidad de territorios
poblados y civilizados. (~uyos habitantes están in-
(~Ol'porados desde la independencia en el organismo
político de la RepÚhlica, han contribuído con sus es-
fuerzos al desarrollo de la nacionalidad y han de-
feudido (~on su sangre, ell más de una ocasión, la
existencia de su país.
La región disputada por el Ecuador y sobre
cuya propiedad debía resolver el Rey de España,
comprende, en efedo, eiudades como 'fumbes, Jaéu
e Iquitos, centros importantes de numerosa pobla-
ciÓn, ardiente y resueltamente peruana, y no sólo
territorios despoblados o habitados por razas sub-
yugadas y cxtrauas, ÚnÍcof; hasta ahora cuya suer-
te se haya sometido a la decisión de un árbitro.
La mayor parte de las cuestionel'3 territoriales
arrwricanas han sido resueltas por arbitraje. Así, el
litigio entre el Brasil y la República Argentina ter-
minó }lor el fallo del Presidente de los Estados
Unidos de América; el litigio entre el Brasil y
Franeia~ }lor el fallo del gobierno Suizo; el litigio
entre el Brasil y la Gran Bretaña, }lor el fallo (le
sn Majestad el Rey de Italia; el litigio elltre la Re.
-XI--

pública Argentina y Chilc, por el fallo de su Ma-


jestad el Hey de la Gran .Bretaña; el litigio entre la
Argentina y el Paraguay, por el fallo del Presiden-
te de los Estado::-;G nido~ de América; el litigio en-
tre el PerÚ y Bolivia, por el fallo del Presidente de
la HepÚbliea Argentina; el litigio entre Colombia
y Venezuela, por el fallo de su Majestad el Rcy de
España; el litigio entre Colombia .v Costa Hiea, por
- el fallo- del Presidcnte de Francia; el litigio entre
Venezuela y la Gran Bretaña, por el fallo de un rl'ri-
bunal Especial; el litigio entre Vellezuela y Holan-
da, por el fallo de su Ma.iestad el Hey de España;
el litigio entre Honduras y Nicaragua, por el fallo
de su Majestad el Rey de España; el litigio entre
Costa Rieu y Nicaragua, por el fallo del Presidcnte
de los E::-;tadosUnidos; el litigio entre Haití y San-
to Domingo, por el fallo de su 8antidad el Sumo
Pontífice.
Chile rompe en 1879 con esas tradiciones ame-
ricanas de respeto al derecho. Ocupa por ticrra el
litoral boliviano, violando así Ull tratado vigente;
y se apodera de las prO\-illcias peruanas de Tarapa-
cá, Taena y Al'i(Oa,contl'a la vohmtad de sus habi-
tantes, quienes, en los (~Hal'elltaaños 1rauseurridos,
han conservado tenaz y vigoroso el amor a su pa-
tria y el deseo de reincorporál'se1e. Destruye el prin-
eipio americano del uti- posidetis, al conquistar
territorios peruanos sobre los ('ualcs jarná::-;alegó,
ui podía alegar derechos, puesto que el Perú y Chi-
-XIl-"

le no eran limÍtrofcR y no tenían, por consiguiente,


litigios de fronteras. y; finalmcntc, Re lliega a acep-
tar todo proeedimiento jurídieo para resolver los
}lroblemm; que sc deriy¿Ul de la guerra y dcl trata-
do, no cumpl ido por él, de 1883, retcniendo las pro-
vincias peruanas Sill otro título que la fucrza.
Sólo un momento, ('uando sus relacioncs con la
Repúbliea Argentina pasahan por una erisis inten-
sa, eonvino Chile en sometcr a Ull arbitrajc"las con-
di(~iones cn quc debía realizarHc cl plebiscito cn
rracna y Ariea; pero pasado el pelig-ro dc g-uerra con
aqucl l)aÍs desapareci6 también ese aparentc espí-
ritu dc eOlwil:wión, tall ('(mtrario a las tradiciones
y a las tendcneias de la política ehílena.
Más tarde, libre ya de preocupaciones respec-
to de la RepÚhlica Arg-entina, inició Chile la polí-
tj(~a de violeneia y de e1amorosa in,justicia llamada
de "Chileniza<'Íón", o más propiamente de "Despe-
ruanizaei()n"; porquc no (~Ollsistió en atracr a los
habitantes de los territorioH ocupados por medio dc
una conduda gcnerosa y respetuosa de sus dere-
chos, sino en provocar su salida por toda clase de
medidas injuRt.as y de constantes vejaeiones.
-----------------~-_...- ------------, ------
----------------------------- -----. ---- ----------
----
,--- ------.- -

II

El PerÚ prot('~tó re}ldida~ veee:,; ('ontra eso::;


hechos que ('ollsUtníall ulla vio!<l,('ión si:-;temÚtíea d(~
la letra y del e~píritn (1(,1rrratado <le Ancón; y ('0-
mo sus ge:'\tiow ..'s iJleCsalltes no lograron mo(Ufintr
la aditud de Chile, que extrcmaba cada vez más sus
medidas de hostilidad a los peruanos, se vió al fin
obligado en 1902 a corta)' sus relaciones diplomáti-
eas eon ese país.
El deseo (Id gobi<'I'HO pel'UallO de poner tér-
mino a la dolorosa sil l!a('ión en que Re elleontraban
su:::;compat.riotas de las provindas ocupadas, y la
esperanza, prouto desvane<'Ída, de llegar a una so-
luÓón justa dl'l pl'oblelllH, lo cletCl'lllillal'on en 1905
a rcstahlcecr su Lep;a(·jón en Halltiago; pero la ('011-
tinuaeiÓu de las medidas de hostilidad a los perua-
nos, y su intemÚneaeióll en 1910, lo obligaron a re-
tirarla nuevamente.
Chile no limitú su aC('í/m a atropellar los dere-
ellos del PerÚ y a ha(~er pe<lazos el trata(10 de An-
eóu, :-;illO que intervino cn fOrIna encubierta unas
-XIV-

veces y franca y desembozada otras, para impedir


que el Perú pudiera terminar de manera amistosa
los litigios que tenía pendientes con algunos países
vecinos.
Para poner en transparencia ante el mundo esa
ingrata políti(~a de Chile, cuyos diplomáticos han
intrigado incesantemente en todos los países próxi-
mos al Perú a fin de mantener vivos los odios y las
desconfianzas y sembrar la discordia en esta parte
del contincnte, no ('S nceesario hacer la historia de
la política inh'rnacional americana en los últimos
años: bastará recordar aquellos sueesos en que, por
felices Cir(~Ullstancias, la política de la cancillería
chilena, maquiavéliea y opuesta a los intereses de
Am~rjca, ha quedado plenamente comprobada.
En 1894, el Perú, Colombia y el Ecuador con-
vinieron en someter a un arbitraje conjunto slis. co~
mun<>s cuestiones de fronteras, y el pacto fué apro-
hado por los congresos del Perú y Colombia. Alar-
mado Ohile ante la idea de que el Perú pudiera re-
solver en forma paeifica dos de sus más graves pro-
blemas internacionales, despl(~gó toda su actividad
ante las eancillerias de Quito y Bogotá para hacer
fracasar el arbitraje; pero encontró que el rechazo
del tratado del 94 por parte del Ecuador, ha~cfa en-
trar nuevamente en vigencia la convención arbitral
Perú-eeuatoriana de 1887, a la cual estaba Colom-
bia autorizada a adherirse. Chile intervino enton-
CC8, no para favorecer ('1 ~rrcglo paeífieo entre eSO$
xv -

pueblof; hermanos, Sil 1.0 para arrancar a Colombia,


desgarrada todavía por nna larga ~uerra civil, el
protoeolo de 18 de enero de 1902, por el cual ~e obli-
gaba ese país, en caso de qne el Ecuador rechazara
el tratado del 94-, a no Ui'lal' de su derecho a adherir-
se al del 87 r a interponer sus bucuos oficios para
alcam:ar la l'('llUncia del Rey (le España, que era el.
árbitro de:~dgnado en la ('ol1v('ndón del 87. Esa po-
lítica antiamcricana de Chile tuvo éxito súlo mo-
mentáneamente, porque los gohiernos del 1\'rÍl y
de Colomhia están resueltos ('TI la adualidad a de-
cidir su litigio por lllc(lio (Id arbitraje.
Eu 190~), el gobierno HI'¡.';<'lltillo didó el lando
q]l(~ pnso término al litigio PerÚ-boliviallO; .v Chih~
intervillO clItOH<'eS, tra1alldo de explotar las l'csis-
tend.as que exidíall ell Bolivia (,(Hltra el laudo y
ofreciendo a (-sta armas y e1enwntos para que l'om-
batiese al Perú. Las eOnlUlli('aeioncs dirigidas a su
gobierno por el Encargado de ~ cgo(~ios de Bolivia
en Santiago, para poner en evidcli<'ia. de modo irre-
futable, la aetitua de Chile, fucrOll pnbli(·adas en
esa época y ('onocidas por toda América. N o logró
Chile, :-:;inembargo su prop(ísito. y Bolivia y el PerÚ
arreglaron el} forma p<lcífi('a y ami~tosa las (lifieul-
tades que hahían surgido p:-I1'1I la ap1i('a('i611 de la
sentencia.
Chile, que veía ('on enojo los arreglos de froll-
teras que ('\ PerÚ hahía edebrado ('Oll Bolivia, y <,on
el Brasil, ('omprendi<Í qne el tél'lllillO dcl litigio Pe-
-XVI-

rú-ecuatoriano, sometido al ~rbitraje de España y


próximo ya a ser sentenciado, representaba el fra-
caso de la política de odios y de conflictos interna-
cionales que había mantenido en el continente ame-
ricano. La diplomacia chilena se agitó para hacer
fracasar ese arbitraje; y hien sabido es en Améri-
ca que en el mes de mal':w de 1910 cnvió el gobier-
no de Chile un blHllle cargado de armamentos para
el Ecuador, y cómo el gobierno del Perú oportuna-
mente conocedor de su partida, pudo denunciar an-
te la opinión pÚblica universal el hecho inaudito,
viéndose Chile obligado a desembarcar en Guaya-
quil, pÚblicamente, los elementos de guerra que fué
su intención entregar de modo oculto al Ecuador.
Tampoco tuvo buen éxito esta vez el plan de Chile
de envolver al PerÚ en una gnerra con alguno de
sus vecino:;;. La 1l1cdiuei()1l de los Estados Unidos,
Argentina y Brasil hizo desaparecer todo peligro
de conflicto.
Las continuas difi(~llltades internacionales que
a cada paso suscita al Perú la diplomacia chilena,
no lograron, sin embargo, ni en los momentos de la
más grave ('Tisis, doblegar el espíritu del pueblo pe-
ruano, ni determinarlo a renunciar, ante el peligro
de una llueva guerra desastrosa, a reincorporar a
su suelo las proviuejas cautivas.
El PerÚ llO abandonará jamás a esos nobles
pueblos, euyo amor él. la patria, lejos de amortiguar-
se en el prolongado cautiverio, se ha depurado y
-XVIT-

fortalecido con los sufrimicntos y los ultrajes; y


considera no sólo el más indis(~utible de los dere-
chos, sino también el deber más sagrado, libertar a
SU8 nacionales sometidos durante cuarenta años al
yugo odioso de una dominación extranjera. _
.:=::=:~=============~-==~.
__ ._~
~.~ ~
=======~~~-~-----:---===-=--:-:=-" ~ --=

lIT

La situación de violencia r de injusticia deri-


vada de la conquista de 1883, se ha agravado sin-
gularmente por la expulsión de millares de habitan-
tes peruanos de Tarapacá, Taena y Arica, por las
crueldades y maltratos y las dolorosas humillacio-
nes de que fueron víctimas.
En noviembre de 1918, euuudo la victoria de
las potencias aliadas derrib() en el mundo el seño-
río del militarismo y del espíritu rlc {~ollquista y
aseguró el predominio de las sanas doctrinas, el
Perú, que hada suya la rausa aliada, aún en medio
de la terrible incertidumbre de la guerra, vió lle-
gado el momento en que sería reparada la gran in-
justicia realizada en América en 1883. Chile com-
prendió que se abría una nueva era, en la cual los
derechos de todos los pueblos serían respetados y
garantizados; y esa certidumbre provocó en el pue-
blo chileno una explosión de violento despecho.
Los peruanos fueron perseguidos y maltratados y
muchos establecimientos comerciale8 y re8idenci&s
-xx-
particulares atacados y saqueados por las turbas,
ante la indiferencia culpable de las autoridades.
y como el Ewntimiento nacional de las provineias
ocupadas se revelaba todaxía vivo y ardoroso como
antes de la invasión,-aún después de la política
de inthnidaei{in y de violencia seguida en los Últi-
mos añ()H,-resolviií Chile expulsar en masa a los
peruauos como Único medio de alcanzar la "chi-
lcnizaeión" rpll' venía pl'o(·urando inÚ1timente. Las
expulsiones se l'cali7.al'Oll en forma cordial y direc-
ta unas ve('es, como en el easo de (}jstinguidos ca-
balleros tacllefíos a qllienc;.; el Intendente, general
Rojas Arandbia, hizo salir de Tacna; otras, en for-
ma disimulada e indirecta, por la acción de las lla-
madas Ligas Patrióticas, asociaciones aparente-
mente populares, pero en realidad autorizadas y
fomentadas por el gobierno chileno, que para ex-
pulsar a los peruanos haeía uso en primer término
de la amenaza, y después (le las ofensas y maltra-
tos personales. Durante varios meses continuó el
éxodo doloroso de tarapaqueños, tacneños y ari-
qucños, obligados a salir de un suelo que es el su-
yo y que lo fué antes de sus mayores, abandonan-
do muchos de ellos sus hogares y sus bienes. Chi-
le ha querido eohoncstar tales hechos afirmando
que la emigración en masa se debía a causas pura-
mente económicas, pl'oyenientes de la paralización
(le ofrcinas sa1iiTcras; pero tal afirmación se desva-
nece ante el hecho (le que fueron expulsadosl no
- XXI -

sólo los trabajadores de la pampa, sino también


abogados, médicos, cmpleados de comercio e in-
dustrias, comercianteí>, pequeñolS indu8tl'iales, per-
sonas todas a quicnes ]lO afeetaba la crisis del sa-
litre.
Los crueles atropello::; realizados por Chile en
TarapaeÚ, 'racna y Al'iea ('ontru lOí>habitantes pe-
ruanos, y la política de fuer~a que ¡.:;igue contra
el Perú, amenazan elevar para siempre cntre am-
bos pueblos una muralla de odios que nada ni na-
die podrá franquear.
La actitud de Uhile al crear continuamente al
Perú conflictos internaeionalc:s, al oponerl::ie abierta
u ocultamente a toda solueióu de sus litigios intel'-
nacionalet:> y almantenel' así en agitatÍón constante
esta parte de América, (';-5Ulla ('on:secuEmcia nece-
saria del de:'ipojo realizado por ese país en 1879 y
que, al romper en Sllll-América el sistema de de-
recho existente y al introducir la fuerza como Úni-
co principio e11 la;-5rela(~iollcs iuternacionales, obli-
gó a Chile a mantener un ejéreil0 y una escuadra
relativamente podel'08os, (~omo el solo medio de COll-
servar lo que ohtuvo por la violclleia; y lo impulsa
a proeural' que el PerÚ ;-;e (lchilitc en e~tériles dis-
putas interlladollales, impidiendo aHí que concen-
tre su energía al de~arrol1o padti(~o de sus inmcn-
saí> riquezas, por el temor, sin duda, (le que llega-
rá en esa forma a desapareeer la superioridad mi-
-ntt-

litar de Chile, que es en realidad el único titulo con


que ese país retiene hoy los territorios ocupadoB.
Todas las naciones' a quienes anima el propó-
sito de promove:t la cooperación entre los pueblos
y de alcanzar la paz y la seguridad internaciona-
les, deben tener presente que sólo puede estable-
cerse de modo definitivo la paz en Sud-América,
arrancando de raíz el germen de discordia arrojado
por Chile en el suelo americano; libertando las na-
cionalidades oprimidas; devolviendo a su legitimo
dueño los territorios arrebatados por la conquis-
ta; imponiendo soluciones jurídicas para las con-
troversias internacionales; restableciendo, en fin,
entre los pueblos americanos, el sistema de derecho
que Chile destruyó en 1879.
.........................................
------"'===-=======:==========

IV

Animado Chile de un repentino respeto a la


santidad dc 10í:> pactos internacionalcs, pide hoy
el cumplimiento estricto del tratado de Ancón, que
tan desdeñosamente miró durante veinticinco años;
y se declara pronto a realizar el plebiscito contem-
plado en él y que se debió practicar cn 1894.
Cree, sin duda, que las medidas tomadas en los
últimos tiempos para asegurar la chilenización de
las provincias-siguiendo una política análoga a la
de los países balkánieos en Macedonia o de Turquía
en Anatolia o en Armenía-han dado ya el resul-
tado apetecido; y que de las provincias ha salido
un número bastante grande de peruanos, y el resto
se halla lo suficientemente intimidado, para asegu-
rarle mayoría en la votación plebiscitaria.
Pero no puede hablarse de cumplir el tratado
de Ancón que Chile ha desgarrado como un simple
pedazo de papel, y que sería ya de imposible apli-
cación, debicndo, por lo tanto, scr revisado.
-' XXIV'-

N o se trata ahora de aplicar y de interpretar el


pacto de despojo impuesto por Chile al Perú en
188:3, sino de resol ver el problema pendienté, en
todos sus aspectos, conforme a los principios de
justicia sobre los cuales se esfuerzan los pue-
blos de la tierra en levantar el edificio del Mundo
Nuevo.
En nombre de esos principios, Alsacia y Lore-
na, cuya cesión impuso Alemania en el primer tra-
tado de Versalles, vuelven a Francia, después de
medio siglo de dominación extraña; las diversas sec-
ciones en que el imperialismo había dividido al
pueblo polaco, se reunen, y Polonia renace nue-
vamente; todas las nacionalidades dominadas por
Austria y Hungría, se lihertan; y el Schleswig, que
Prusia se anexó por la fuerza hace más de medio
siglo, readquiereel derecho de decidir por sí mis-
mo su futuro, y libertado por la ocupación inter-
nacional de la pl'esióÚ de las autoridades alema-
nas, resuelve libremente, en votación plebiscitaria,
su reincorporaei{>ll a Dinamarca.
:En nombre de esos mismos principios, exige
hoy el Perú la reconsideración del tratado de An-
cón y la devoluei6n de las provincias peruanas de
Tarapacá, Tacna y Arica.
Si la humanidad debió resignarse hasta ahora
a aceptar el sometimiento de unos pueblos a otros;
si el Derecho Internacional, que condenó siempre la
conquista, no pudo hacerse antes eficaz en la prác-
- xxv -
tica; si los derechos de las naciones sólo eran sufi-
cientemente respetados cuando estaban amparados
por la fuerza; existía en el mundo, sin embargo,
una intensa aspiraciÓn de justicia, qne la Gran Gue-
rra ha venido a convertir en Horma de las relacio-
nes entre los pueblos,
El mundo civilizado ha visto, con satisfacción
intensa, la libel'adón en Europa de los pueblos su-
jetos por la fuerza a una' dominación extraña; y
ha llegado la hora de que no halla en América pue-
blos conquistadores y pueblos conquistados, porque
ello repugna a la nueva conciencia ,jurídica de la
humanidad.
Hoy no puede ya admitirse que la violencia sea
título de dominio, .v uinguna situaeióu de fuer-
za puede prevaleecl' contra esE' concepto moral;
ningún tratado puede mantener toda\'Ía la conquis-
ta, la injusticia, la inmoralidad interwwional, l"on-
tra la protesta de la eOllciencia humana que proe1a-
ma su solidaridad en la defensa del Derecho.
Ese es el sigilifieado de la Gran Guerra; y de
nada hab6a servido el tremelHlo saerificio de millo-
nes -<lehombres, si en alguna parte del mundo con-
t.inuaran dominando la violclH'ia y la illjustieia, que
neeesariamcllte provocan algún día la rebeliÚn de
los oprimidos.
Por fortuna, los hombres de todos los países
eomprenden la signifiraeÍ()ll tl'asecndelltal del rno-
mellto presente para el futuro de la humanidad, Las
- XXVI -

generosas doctrinas del Presidente Wilson, al fijar


el sentido ético de la gran trajedia mundial, traje-
ron también para todas las naciones de la tierra
una profunda concepción de la moralidad interna-
.cional, y para los pueblos oprimidos e irredentos,
la fundada esperanza de la liberación.
"Lo que ahora está en discusión es la paz del
mundo. Por lo que nosotros combatimos es por un
nuevo orden internacional basado en los amplios y
universales principios del Derecho y de la Justi-
cia, y no por un simple acuerdo de remiendos y com-
ponendas". (Mensaje de febrero 11 de 1918.)
"El tiempo de la conquista y engrandecimien-
to ha pasado".
"Lo que exigimos en esta guerra no nos toca
particularmente de modo alguno. Deseamos senci-
llamente que se nos deje vivir, y las naciones pacífi-
cas que, como la nuestra, anhelan vivir su propia
vida y determinan las bases de su gobierno, tengan·
la seguridad de ser tratadas bien y justamente por
los demás pueblos del mundo y de ser defendidas
contra toda agresión violenta, egoísta e injusta".
(Mensaje de octubre 24 de 1917). -
"Ninguna paz puede ni debe durar que no re-
conozca y acepte el principio de que los gobiernos
derivan todos sus justos poderes del consentimien-
to de los gobernados, y que en ninguna parte existe
el derecho de trasladar los pueblos de una 80bera-
-, XXVII-

nÍa a otra, como si fuesen bienes". (Mensaje de ene-


ro 22 de 1917).
Estos principios, con tan sobria elocuencia for-
mulados por el Presidente Wilson, expresan clara-
mente los fundamcllt08 del derecho del Perú en su
controversia con Chile. Ha llegado el momento de
establecer la paz en el mundo; y ninguna paz puede
ser duradera si no se reconoce el principio de que
no hay el derecho de trasladar pueblos de una so-
beranía a otra como si fueran cosas. ]]1 tiempo de
la conquista ha pmmdo, y el nuevo ordcn interna-
cional está basado en los amplios y universales
principios del Derecho y de la Justicia. El crimen
cometido por Chilc cn 188i3 debe ser reparado, y los
territorios conquistados por él, devueltos al país
a que históricamente perteneten.
Aún dentro dc las normas del Derecho Inter-
nacional clásico, el Perú tiene el derecho de pedir
la devolución de las provincias de Tarapacá, Tac-
na y Arica, sobre' las cuales Chile no alegó, ni pue-
de alegar jamás, títulos históricos; y que sólo re-
tiene en su poder en virtud del tratado de paz de
1883, como indemni:¡;acióll por los gastos y los sa-
crificios que le impuso la guerra de 1879,
Pero ese tratado de paz, que introdujo por pri-
mera vcz cn este continente el principio de con-
quista, ha sido violado l)()r Chile en una de sus
cláusulas esenciales; y el PerlÍ no puede conside-
rarse ya obligado por él.
- XXVIII -

La cláusula 3". del tratado disponía:


"El territorio de las provincias de Tacna y
Arica, que limita por el norte, <,onel río Sama, des-
de su nacimiento en las eordilleras limítrofes con
Bolivia, hasta su desemboeadura en el mar; por el
sur, wn la quebrada y río de Camarones; por el
oriente, con la RepÚblica (le Bolivia; y por el po-
niente, con el mar Paeífico, continuará poseído por
Chile y Hujeto a la legiHladón y autoridades chile-
nas durante el término de diez ailos, contados des-
de que se ratifique el presente tratado de paz. Ex-
pirado este pla7.0, un plebiscito decidirá, en vota-
ción popular, si el territorio de las provincias refe-
ridas queda definitivamente del dominio y sobera-
nía de Chile, o si continÚa sielldo parte del terri-
torio peruano. Aquel de los dos países a cuyo favor
queden anexadas las provincias de Tacna y Arica,
pagará al otro diez millones de pesos, moneda chi-
lena de plata, o solc8 peruanos de igual ley y peso
que aquélla".
l' Un protocolo especial, que se considerará
como parte integrante del presente tratado, esta-
blecerá la forma en que el plebiscit.o deba tener lu-
gar, y los términos y plazos en que hayan de pagar-
se los diez millones por el país que quede dueño de
las provincias de Tacua y Arica".
El sentido cle ese artículo es bien claro. Chile
debía continuar en la posesión que e,iereía y que,
en ese momento, era la ocupación militar que auto-
XXIX -

máticamente sujetó el territorio a la le~iRladón y


autoridades de Chile. La frase: "o si ('ontinua-
rá formando parte del territorio pernano ", indica
daramente que erau y eontinuabau siendo parte
del Perú j y no pued(' por tanto sostenlfrse qne pa-
saron inmediatamente a formar parte de Chile.
Sólo dehía slweder ('sto en el ('aso de que el plebis-
cito fuera favorable a ese país, y al realizarse tal
('ondieión "quedal'áll definiti vamente del dominio y
soberanía de Chile". Taena y Ari('a continuaron,
pues, siendo provineias lWl'UanaSj y la posesión de
Chile debí() durar úllieamente die7, años, al eabo de
los ('uales debieron volver al PerÚ j y Chile solo ha-
bría tenido el dere('ho de retel1erlas en Sll poder,
despu('s de ese término, si se hubiera realizado la
eOll(liei()1l suspensiva de uu plehisdto favorabh' a él.
El plazo para la oeupa<'ÍÚn temporal de Chile
terminaba el 24 de marzo de 1894, y el gobierno pe~
ruano, ansioso eu esa ~po('a, eomo 10 ha estado in-
variablemente, por I'('ineol'poral' a la patria los te-
rritorios oeupados, illvitó al ~obiel'l1O de Chile des-
de a~osto de 1892 a ue~o('iar d protocolo que fijara
las <,on(lieiones del plehiseito. Y ('nmo, dada la
enorme mayoría de los pel'llaUOS eu Taeua y Ariea,
el plehis<'Íto tenía que ser fa vorahle al PerÚ, ofre-
ei<')a Chile en earnhio de la r!esMllpaeiÓn inmerliata
de e~a~ pro\"Índaf', las mÚs amplias franquicia~
COIIlef(·,ialeH. (A nexo NQ. 1).
- xxx -
Siete meses trascurrieron sin que el gobierno
chileno diera respuesta a ese ofrecimiento y sin que
procediera tampoco a discutir las bases del plebis-
cito; y sólo en abril de 1893 contestó que no entra-
ba en los propósitos de su política renunciar a las
espectativas que aseguraba a Chile el tratad,o de
Ancón, en cuanto a la adquisición de aquellos te-
rritorios. (Anexo NQ.2).
Rechazada así por Chile la propuesta de devol-
ver ]m:; provÍneÍaB a cambio de ventajas comercia-
les, era necesario proceder a la realizaci6n del ple-
biscito estipulado en el tratado de paz; y el gobier-
no del Perú invitó nuevamente al de Chile el 4 de
abril de 1893, a discutir el protocolo plebiscitario.
(Anexo N°. 3).
Desde las primeras conferencias (junio a di-
eicmbre de 1893), se reve16 claramente el prop6sito
de Chile de substraerse a las obligaciones que le im-
ponía"la cláusula 3". del tratado de Anc6n y de ne-
garse a realizar honradamente el plebiscito .con-
templado en el pado. Pormu16 desde enton(~es dos
exigencias que ha mantenido en todo tiempo y que
desnaturalizan por completo el plebiscito: la reali-
zaci6n de éste bajo la dirección de las autoridades
chilenas y el derecho de voto para todos los ltesi-
dentes, peruanos, chilenos y extranjeros. Vista la
im;Ígnificante minoría de la población chilena en las
provincias, Chile s610 podía esperar el triunfo en
un plebiscito organizado por sus propias autorida,~
-- XXXI -

des y en el cual partieiparan unos euantos miles de


chilenos traídos temporalmente a las provincias
para la votación plebiscitaria. En lugar del voto li-
bre de las poblaciones, estipularlo en el tratado de
paz, era en realidad la cesión de las provincias, ba-
jo forma encubierta, lo que pretendía, y pretende,
Chile con un plebiscito semejante.
Por su parte el gobierno del Perú, al tratar de
la autoridad bajo la ('ual debía realizarse el plebis-
cito, pidió, de acuerdo con los t.érminos expresos
del tratado, (111eal expirar el plazo de oeupaeión,
las provincias de Ta('na y Arica fueran devueltas
al PerÚ, segÚn ('onsta en el acta de la (~Onfel'elH'ia de
.iulio 19 rle 189R (1); ~' ante la negativa terminante
del gohierno rle Chile. propuso que dicho territorio
fuera entregado a una tercera potencia, designada
de comÚn a(merdo, bajo cuyos auspicios se verifi-
caría el plcbiseíto. (Collferer\('ia de junio ROde 1893).
Esa propursta tampo('() fuf> (l('eptada por Chile, En
cuanto a las personas que (le1)(,11votar, sostuvo el
gobierno del Perú que sólo tenían ese derecho los
peI'llanOS na<'i(los en las provilw.ias ocupadas y no
lOf~ciudadanos chilenos; y mucho menos los extran-
jeros, a quienes no afectaba el cambio de naciona-
lidad de los territorio::;,

(1) Esta (,ollfl'relll'Ía, lo IlI;SlllO <¡lIe las ,!<'l1l:',s dta,llIs l'1l l'1 eurso

de la prl'st'ltÍl' e"posi"iólI, al'arc('c "11 el An""o ,\;0, -l,


- XXXII -

La desocupaciÓn por Chile de las provincias


era la condición primera para la realización del ple-
hiscito, pues si se quería que fuera éste la expre-
sión de la libre y espontánea voluntad de las pobla-
eionos de rfaena y Ariea, no podía. el Perú aceptar,
en ningún caso, que se realizara bajo la presión de
las autoridades y de las guarniciones chilenas. Tam-
poco podía aceptar que tuvieran derecho a voto los
dudaclanos chilenos, porque entonces Chile habría
llevado a las provincias una población" ad-hoc" de
votantes.
Ija resistencia del gobierno chileno a realizar
el plebiscito, determinó al Perú a sacrificar un9
JJarte del territorio }Jara obtener la liberación deL
resto; y propuso llna fórmula de arreglo que equi
valía en el fondo a la reincorporadón de rracna y
Arica al PerÚ, en cambio de franquidas comercia-
les y de la cesión de la \wna comprendida entre la
quebrada de Vítor y el río Camarones. (MQmorán-
dum de agosto lH de 1893. Anexo N°. 5.) La propues-
ta no fué aceptada. (Conferencia de noviembre 10
de 1893).
El gobierno del Perú propuso, entonces, que se
sometieran a un arbitraje las siguientes cuestiones:
Primera, b a cuál de los países corresponde la pose-
sión de los territorios después del 28 de marzo de
1894'?; y segunda, bel derecho de votar corresponde
solamente a los individuos euya naeioualidad resul-
te afectada por la definitiva incorporación a Chile,
- xxxm -
o también a otros habitantes? El plenipotenciario
chileno reehaÚí de plano esa proposición de arbi-
traje. (Confercncia <ie diciembre 7 de 1893).
Xo puede caber duda alguna sobre la perfec-
ta justicia COllque el PerÚ exigía que el plebiscito
se realizara des])nés de desoeupado el territorio por
el gobierno de Chile, y con que rechazaba el dere-
cho al voto de la totalidad de los residentes. rro-
dos los plebiscitos reglamentados por el tratado
de Versalles, con la Única excepción del pe~lueño
territorio (lc Morcsnet, sc realizan bajo una admi-
nistración internacional, y no de los países intere-
sados; y en todos se han fijado ('iertas condicioncs
para la resideneia, que hacen imposible el envío de
una poblaciÓn "ad-h()(~" de votantes, estipulando,
por ejcmplo, para el del Saar que tienen dereeho al
voto las persollHs, sin distinción de sexos, residentes
e11el territorio en la fecha de la firma del tratado
(el 28 de octubre de 188:3, en el caso de Tacna y Ari-
ea), y para el del Schlcswing los nacidos en la zona,
o domiciliados en ella a partir del r. de enero de
1919, o expulsado8 por las autoridades alemanas
sin conservar (lomieilio.
Si esa~ condiciones, que SOlI en realidad, las
exigidas por el PerÚ, huhieran sido a~eptadas a su
debido tiempo }lor Chile; si ese país huhiera conve-
nido en deso(,ll par las provincias durante el plebis-
cito, pOlliéndolas bajo la administración de una o
varias ¡Jotencias neutrales, si hubiera accedido a
- XXXIV -

limitar el derecho de voto a los peruanos y chile-


nos domiciliados en las próvincias desde una fecha
determinada; si, en una palabra, hubiera cumplido
honradamente el tratado de Ancón, el plebiscito
hubiera podido realizarse en la fecha estipulada, y
la cuestión del Paeífico no habría sido durante tan-
tos años el más grave de los problemas americanos,
puesto que el Perú solo pedía la realización de un
plebiscito verdaderamente libre.
Pero Chile compre'ndía que un plebiscito libre,
dada la escasa pobladón chilena, tenía necesaria-
mente que ser fa vora ble al Perú; y por eso insis-
t.ía en que se realizara bajo el control de sus autori-
dades, y en reservarse el derecho de llevar a las pro-
vincias, en el momento oportun0lt una población
eledontl que le asegurara el triunfo.
Ante la actitud irredudible de Chile, y en el
anhelo de libertar la~ provincias ocupadas, convi-
no el gobierno del PerÚ, un mes antes del venci-
miento del pla:zo, en que el plebiscito se realizara
bajo la ocupaeión chilena, siempl'e que los orga-
nismos plebiscitarios estuviesen presididos por un
delegado que designaría un gobierno neutral; y en
aceptar el voto de los ehilenos que tuvieran en el
territorio dos años de residencia cont.inua, exclu--
yendo expresamente a los individuos de la fuerza
pÚblica y a los empleados de la administración.
(Memorándum de febrero 23 de 1894. Anexo N9• 6).
- xxxv -

Parecía que esta nueva :propuesta debía mere-


cer la inmediata aceptación de Chile, puesto que
significaba, en realidad, el sometimiento del PerÚ
a las eseneiales exigerH'ias chilenas; pero la presi-
dencia neutral de los aetos plebiscitarios- en épo-
en que Chile no había iniciado aÚlI su campa-
ña de intimidación contra los habitantes peruanos
-aseguraba el voto libre de tacnellos y ariqueños,
y el plazo de dos años de residcneia impedía a Chi-
le llevar una poblaei()n "ad-11oe". Por eso el gobierno
chileno (leY>pasar el tiempo, sin aceptar ni rec!1a-
zar la propuesta del PerÚ, siguiendo la política de
dilaeiones y de aplazamientos que ha empleado des-
de hace veintiseis años.
Llegó así el "',érmino previsto en el tratado pa-
ra la ocupación provisional, sin que el plchiseito
hubiera llegado a realizarse y sin que Chile desoeu-
para las provincias; y el Perú tuvo, desde ese mo-
mento, el derecho de exigir la inml'diata entrega de
las provineias, o dce1arar illsuhRistentc el tratado
de Anc(ín,pol' falta de tlnnplimil'nto <le una de sus
dáusU1aR eseneiales.
Es, en dedo, un axioma de Derecho Interna-
cional, desde los tiempos de Vattel y de Grotius,
que todo 10 que está contenido en un mismo trata-
do tiene la fuerza y la naturaleza de las promesas
redproeas; que todos sus al'tíeulos están ligados
por un lazo de dependencia comÚn; y que un tra-
tado se rompe por la infraeeión de alguna de sus
- XXXVI -

cláusulas, porque cada una de ellas debe mirarse


como una condición <le las otras. (Anexo N°. 7).
La enorme superioridad militar de Chile res-
pecto del PerÚ, obligÓ, sin embargo, al gobi<¡rno pe-
ruaIlo a limitarse a dejar ('onstancia de que el ple-
hi~(·j10 no se había realizado pOI' ('ausas (PW no se
podían atribuir al PerÚ; y de que {'ste mantenía
su tesis de que la ocupaei()ll de esos territQrios le
eorrespondía desde el 28 de marr-o de 1894\ (~ota
de marzo 27 de 1894. Anexo XO. 8).
y en los auoR que siguNon, el PerÚ, en la im-
posibilidad de ha(~er respetar sus derechos por me-
dio de la fuerza, dirigió todas sus illi('iati\'as a oh-
tener la realizaeión deJ plebiscito, como Únieo me-
dio de recuperar las provincias' irredentas, aÚn
(~uanl0 h'llía el dcrcdlO ilHli~cutible, desde el vpnci-
miento del plazo, a que le fueran incondi(~i()nalmen-
te devueltas, y aun ('liando el tiempo quc iha tras-
curriendo morliticaba naturalmente la situaeitm en
que el plebiseito habrfa debido realizarse, si el tra-
tado huhiera sido cumplido cn su oporhlllidad.
rrodas las demandas y todas las reclamaciones
del Perú se estrellaron siempre contra el prop6sito
inquebrantable de Chile clo no aceptar (~olldieiulles
para el plebiseito que signifiearan una votaci6n li-
bre; y de postergar indefinidamente la Rolu(~itn, cn
la esperanr-a de que el trascurso del tiempo debili-
taría el ardiente patriotismo de tacneiíos y arique-
ños, y hasta de que el Perú mismo, desalentado de
- LUVII -

lucha tan designal, terminaría por transigir o a-


bandonar su dere(~ho.
Revela ese propÚsito la propuesta h('dm por el
golJiCl'llOehilello cn julio de 18H4, y !'cpl'o(lueida NI
oduhre del mismo afío, :-;i('t(' lIleses c1espués de vcn-
ddo el plazo de oeupaeiÚn, de prorrogar éste ha81 él
el 28 (le lllal'hO de 1898; pro}llH'sta que el PerÚ 1'('-
chaz(í, porque 110 podía eoutribuir a legalizar la po-
sesiÚll "(le fado" y f;ill título algUJlO, <)lle Chile
malltellÍa desde el 28 de marhO de Um4. (\' otas de
la Leg. del P(>rÚ en 8antiago de julio () y oetubre ]9
de 18!)4 y Cuestionari(; de oduhrc 18 de 18!H. /~.lH)-
xos Nos. 9, 10 Y 11).
Por primera vez, en 1893, iniciÓ Chile una ne-
gociadón para fijar las ('011(1icione8 del plebis(~ito;
pero no t'Oll el pl'opósio sineero de llegar a la rea1i-
Za(·iÚll de éste, sino ('on la interwi(m, por el contra-
rio, de sus(~itar un nuevo pretexto de dilaeÍone:'l y d('
aplazamientos. COJl(we<lor tlp las 1Il01l1ClltÚ])('(\:-:; di-
ficultade:'l fh:i<'ales en que el PerÚ He cneontraba,
después (le una larga ~uerr;¡ (~ivil, eOlllellzÚ por exi-
~ir g:arantías que asegurarall el pago illluedia(o de
los diez millones de pesos que, segÚn el tratado, de-
bía entregar el país favoreeido en el plebiscito; y se
lleg:Ú a diseutir las f'ondieiones de pste mientra¡;; esa
garantía no se presentara. (Coferclldas de agosto a
diciembre de 1895. Anexo \'V 12).
El gobierno peruano l'('IlUlwÍ<í, sin cllIhargo. a
las facilidades que el tratado eOllcedía para el pa-
- XXXVIU -

go de los diez millones, y convino en que se real!,-


zara tres meses después del plebiscito; y como Chi-
le insistiera en exigir garantía para el pago, expre-
só que "la posesión de la prenda o sea -el territorio
de Tacna y Arica" era la más amplia garantía.
(Conferencia de octubre 8 de 1895. Anexo N·. 12).
El gobierno de Chile respondió que no era .ga-
rantía la retención indefinida dél territorio, "por
cuanto eso equivaldría él que el Perú se diese el pla-
, zo más largo posible para el pago de la indemniza-
ción y a que no tuviese efecto lo ya acordado en
materia de plazos"; (Conferencia de octuhre 30
de 1895. Véase anexo NV. 12) se negó a designar qué
garautía deseaba, porque afirmó que era al Perú a
. quien tocaba proponerla. (Conferencia de diciem-
bre 27 de 1895. Véase anexo N". ]2); rechazó como ga-
rantía el impuesto de la sal y los productos de la
Aduana del Callao, que el Perú le ofreció. (Come-
rClleia de dieiembrc 31 de 1895. Véase anexo N°. 12).
Tal exigencia, contraria al texto expreso del
tratado de Ancón, que habla de "términos y pla-
zos" en que deben pagarse los diez millones, no te-o
nía más propósito que poner obstáculos al plebisci-
to; y basta para demostrarlo el hecho de que, pasa-
da para el Perú esa crisis transitoria, no ha vuelto
ella a ser formulada, ni en las conferencias de 1898,
ni en las negociaciones posteriores.
Chile, que en aquella época había ofrecido a
Bolivia las provincias cn el caso de que "a conse-
- XXXIX -

cuencia del plebiscito que haya de tener lugar, en


conformidad al tratado de Ancón, o a virtud de
arreglos directos, adquiriese la república de Chile
dominio y soberanía lH'rlll<1lltmte sobre los territo-
rios de rracna y Ariea ", formulaba su nueva exi-
geneia de pago inmediato, que dificultaba el ple-
biseitQ, confiando en que el Perú, obligado por ne-
ee~'¡dades eeonómicas, se indinaría a ceder las pro-
vineias en cambio de una Sllma de dinero, pues Chi-
le sabía muy bien que por el plebiscito no adquiri-
ría jamás ese "dominio }; soheranÍa permanente".
Pero el PerÚ no estu \'0 lluw'a dispuesto a aban-
donar, ni en esa, ni en ninguna otra época, a Chile
o cualquier otro país, territorios (IUe,-euando su
suelo estaba ocupado por los soldados chilenos y
sus e,jéreitos VCll<'idos, sin esperam':a de reaceión,-
sólo consintió en someter t('lHporalmente a la po-
sesión de Chile, y S(' ncgÚ tl'llaZmellte a ceder.
Por eso a la primera insinuadón hecha por Chi-
le, tendieute a anexarse Ta(~na ,Y Ariea merced a
un arreglo directo, eontestÚ el PerÚ, de modo categó-
rico, que no aceptaba ningÚn arreglo que no tuvie-
ra por base la devoluei{¡n de las provineias, (Confe-
rencia de agosto 9 de 1895, Véase anexo N·, 12).
~~
=== --
....•..••...•..••....
--. ------~--=~-=~--~========-===

Tres años después, en 189H, pareció Chile -un


momento resuelto a cumplir al fin el tratado de An~
cón; y subscribió U11 protocolo por el cual se so-
metían a arbitraje las (~o11dieiones en que debía rea-
lizarse el plebiscito.
Esta ha sido la primera y Única VC7"cn el largo
proccso, en que el gobierno chileno ha parecido re-
signarse a cumplir honradamente el tratado; pero
su actitud se debió a las graves complicaciones que
tenía con la República- Argentina, y (~ambió-
total-
mente apenas quedaron soluciollada~.
Desaparecido en 1900 el peligro de guerra con
la RepÚblica Argcntina, Chile que eil los últimos
años había parecido inclinarse unas veceH a entre-
gar Tacna y Arica a Bolivia (Tratado de mayo de
1895), y otras a devolverlas al PerÚ (Protocolo de
abril 16 de 1898), afirmú ya de~cmho:¡'¿l(lamente su
prop()sito de reali7,ar una nueva expanSil)Il territo-
rial, ancxáudose las provindas oeupadas, sin llcee-
- XLII -

sidad de plebiseito previo, que calificó de mera for-


malidad.
Comenzó cHtonees la polltiea de '"chilenización"
que depía transformar en ('hileuas las poblacione~
de rracna y Ariea, y que después de aplicarse con
l~l'eciente rudeza durante veinte años, ha tenido
eOl1lO resultado robustecer los sentimientos patrió-
ticos de sus habitantes. Las escuelas dirigidas por
peruanos han sido clausuradasj destruídas las im-
Vl'entas en que se publicaban diarios peruanos; los
trabajadores peruanos de .Arica, que ganaban el
sustento diario en las faenas de la playa, fueron o-
bligados a abandonarlas, negándoseles así, en su
propio suelo, derechos que las leyes de Chile garan-
tizan, y condenándoseles a la miseria; al lado de las
fábricas existentes, de propiedad de peruanos, se
establecieron otras análogas, con el apoyo oficial,
que debían arruinarlas, privando de trabajo a
centenares de obreros y obligándolos a emigrar;
se canceló en Ariea sus títulos a los agentes de adua-
ua peruanos; los curas de las dos provincias fueron
expulsados, por ser de nacionalidad peruana; y,
siempre con la mira de provocar la emigración de
los peruanos, se anunciaba a los jóvenes tacneños
y ariqueños que estaban sujetos a servir en el ejér-
cito de Chile, poniéndolos en la necesidad de aban-
donar sus hogares antes que pertenecer al ejérci-
to de los enemigos de su patria.
- XLIll -

y junto con la política de ., ehilcnizaciÚn", apa-


rece por primera vez-en forma tímida, al princi-
pio, y franca y dCl:iembozada después-la llueva
tcoría chilena dc la "cesión simulada". SegÚn clla,
rraena y Arica fueron cedidas a Chile en forma defi-
nitiva, y el plebiscito 110 fué sino una formalidad
destinada a satil:ifaeer la opiniÓn pública peruana y
a confinnar la cesión.
Esta nueva teoría-descubierta a Última hora,
para cohonestar la ocupación de hecho de las pro-
vincias y la violación del tratado de paz- está 9n
abierta contradicción con la tesis, tantas vecel:i sos-
tenida por Chile, de que al Perú se debe la demora
del plebiscito. Si Chile firmó el tratado de paz con
la extraña reserva mental de que el plebiscito era
una fonnalidad sin importancia, no es necesario
aducir nuevos argumentos para demostrar que de-
liberadamente la cláusula 3" de ese pacto no ha si-
do cumplida por él.
Podríamos acumular citas dc los documentos
oficialcs chilcnos para demostrar la falta dc since-
ridad de la nueva teoría, insostcniblc ante los an-
teccdentes históricos de este largo litigio; pero
creemos bastante recordar cómo interpretaba el
gobierno de Chile en 1883 el tratado de Ancón.
Al dar cuenta el ministro de rclacioncs exte-
riores chileno, al congreso de su país, del tratado
que acababa de firmarse, le dcda: "Pero si estas
previsiones (el triunfo de Chile cn el plebiscito),
- XLIV -

que sólo apuntamos como probables, no se realiza-


ran; si el resultado del plebiscito volviera la región
territorial de Tacna y Arica al dominio del Perú,
cumpliría a la política leal y honrada de Chile aca-
tar el fallo de aquellos pueblos, limitándose a reci-
bir una indemnizaci()n pecuniaria de diez millones
de pesos " (Memoria de RR. E.K de Chile.-
188:3.-Pág. XCI).
No pensÓ el ministro de relaciones exteriores
chileno, cn 188B, que, corriendo los tiempos, esti-
maría .Chile compatible con una "política leal y
honrada", apo(lcrarse por la fuerza de Tacna y
Ari(~a, contra la voluntad de sus habitantes, e in-
terpretar a su antojo las cláusulas del tratado, des-
cubriendo propól:iitos rccónditos en sus negocia-
dores.
lIemos dicho ya que la desdeñosa indeferencia
con que la ('alH~illcríade Santiago rceibía las COIl-
tilmas rc(')amaeioncs del PerÚ contra las medidas
de chilenización y coutra la postergación indefini-
da del plcbi~('ito, obligó al gobierno peruano, en
1901, a cortar sus relaciones diplomáticas con el
de Chile.
En 1905, al recibir el gobierno del Perú la no-
ta del 15 de marzo de la cancillería chilena, en la
que ésta hablaba del "deseo de procurar un acuer-
do hasado en los intereses y conveniencias de amo
ha:,; rcpÚbli(~ase iuspirado 'cn los mismos propósi-
tos con que Chile ha puesto término a todas las
- XLV -

cuestiones con los demÚs Esta(lo~ limítrofes", cre-


yÓ des('u bril' el deseo de 1'(':";01 H' 1" cn forma jus-
ta, el litigio pendientc, JllH'sto que ('hile a('ababa
de ponc!' té!'llIino a SllS ('uestiOlH'S ('011 la R('pÚhÍiea
Argentil\(! por medio <Id arbit raje,
La lega('iÚn peruana en Salltiago fU0 r0stahle-
<,ida, y se ini('iaroll nup\Oas llcg<wi¡wiones para obte-
ner la realiza(·i(íll del plehis('ito; l)('!'O la esperanza
de que Chile se l'esolviera al {in a ('lIIlIplil', aunque
tarde, las oblig¡u'iolles qut' le i!IlPUSO el tl'atado (lc
.A1l<'Ón,<jll('dÚ prcsto d('s\'¡lIw(·ída. Chile opuso (le
nue\"o n lo~ (·onstant(·s J'(1(11ll'J'1rlli(>lltos de los millis-
tros perua110S, su (l('ost mnlH'ada ptllíti('(l de aplaza-
miento ..
Eu realidad, Chile se en('olltraha inhahilitado
para a(~cptal' UlI plehis('íto verdadero, porqne esta-
ba firmenwllte resuelto a 110de\·oln'l' cn ningÚn ('a-
so las provilwías oeupadas, y JlOJ'<jlH'sabía, por sus
propias autoridades, que los l le 1'U;1llos forma han la
enorme mayoría de la pobhu'it'lll d(' 'ra('na y ArieH.
El intelldeJlte (le 'l'atna informaba ell 1908 (lue
el llÚmero de votantes en las provillelas era: pe-
ruanos 232G; extranjel'os, [j:~S; ('hilcnos, 243, a los
que dehí<l agTegarse ]040 tJ'ahajad()I'e~ llevados Úl-
timamente .. Sin embar¡.!:o, d('('ía ('l misl\lo fmH'iolla-
rio: "Bajo l\1H'stl'a pres idClIf·ja, 'y(l mWg'lll'O('1 1I'illll-
fo"; frase cÍnil'<l. proflllldam('lIte si gil iti('<[ti n1 y que
demuestra eon (~uánta ra:dm se lI('¡.!:lít'l gohicl'IlO pe-
ruano, en toda époea, a aceptar que el plehis('ito se
- XLVI -

realizara bajo la presi6n de las autoridades chile-


nas. (Sesión de la Comisión Consultiva, chilena, de
Taena y Arica, 22 de octubre de 1908. Anexo N·, 13).
El gobierllo de Chile llccesitaba ganar tiempo
para conseguir una mayoría chilena; y por eso pro-
ponía, en 1908, que junto con el convenio sobre el
plebiscito, se celebraran otros varios de carácter
eomercial; y esa negociación de con,junto, por cons-
tar de elemento~ que se completaban y compensa-
ban unos con otros, debla ser considerada, natural-
mente, "c01no un tratado único e indivisible".
(Nota de marzo 2;) de 1908. Anexo X·, 14). El go-
bierno peruano no aceptó esa propuesta, que venía
a complicar la negociación y a entorpecer la reali-
zaeión del plehiseito, haciéndolo depender de cues-
tiones de índole totalmente distinta y que debían
ser tratadas separadamente. (~ota de m~yo 8 de
1908 . .Arwxo X·. ]5).
Chile (~ol1lprcnrlía que los demás países lo seña-
laban como deliberadamente responsable de la fal-
ta de cumplimiento del tratado de Ancón, y con el
ohjeto de engañar a la. opinión pública del mundo,
se declar6 dispucsto, en 1909 y 1910, a realizar el
plebiseito; y presentó las eondiciones en que éste
debía eclebrarRc, condiciones que. lo eonvcrtían
naturalmente, en una "cesión simulada" y que él
sabía eral) inaceptables para el Perú. No solamente
se realizaría bajo la oeupación chilena y ante 01'-
- XLvn -

ganismos plebiscitarios presididos por Chile. sino


que tenían en él deredlO de voto 10(108 los hahitall-
tes con calidad de eledores y seis meses de resi-
dencia. Chile no quería correr riesgo alguno: aun-
que estaba se~uro de que un plebiscito realizado
bajo la presilÍn de su~ autoridades tenia natural-
mente que serIe favorable, se reservaba el derecho
de llevar a la regiÚll el nÚmero lleccsario (le chilenos,
y señalaba el corto plazo de seis meses de resiaen-
da para ahorrarse así el esfuer7.0 econÓmico que ha-
bría representado mantener allí, por un tiempo más
largo. a esos miles (le votantes. (Memorándum de
odubl'c de 1909. Anexo X'. 16).
A un cuando las eondieiones propuestas por
Chile indicaban daramente quc no abrigaba el propó-
sito sineero de realizar el plehís(·ito,· creyó el go-
bierno pernano necesario presentar una contra-pro-
puesta, se~ún la enal tenían (lel'ccho de votar los
lwruanos y chilenos. ('on residcw·ia ('11 el ~crl'itorio
por lo menos desde el r de julio de 1907, y los orga-
nismos p]cbiseitarios debían ser presididos por
neutrales. (Anexo N°. 17).
Chile insistió en sus anteriores condleÍones
(Nota de marw de uno . .Anexo N°. lB) inieiallllo, al
mismo tiempo, nueva~ medidas d1ilcnizadol'Rs. que
ohligaron ~l gohierno peruano a (·Ol'tal'. por segun-
da vez, la~ relaeioncs diplomÚtil'as. (~ota de marzo
19 de 1910. AllCXO K" 19) .
- XLVIII -

En 1912, convinieron los gobiernos del Perú y


Chile, por eablegramas camhiados ellO de noviem-
hrc, en rC8tableccr las relaciones diplomáticas,
post(~l'gar el plebiscito hasta el año 1933, y fijar co-
mo eondieioncs de éste: la presidencia de Chile en
los organismos 1'Iebi~:witari08 y el voto de todos los
naeidos en rracnél y Arica y de los peruanos y chi-
leno:"\ con tres a1'108 de residencia. Las razones que
tuvo el gobierno peruano en aquella época para ce-
lebrar ese acuerdo, contrario a la política constante
del Perú, fue]'on~ segÚn lo expresó el presidente de
la repÚblica, en mensaje scaeto al Congres/o: "la
necesidad de salvar a los habitantes de Tacna y
.Ariea de las constantes vejaciones a que estaban
sujetos; y la convcniencia de permitir al Perú elli-
b1'e desarrolHo de sus fuerzas econóniicas y milita-
ro's, y de ponerlo así cn mejores condiciones de dis-
cutir con Chile el cumplimiento del tratado, al ven-
cimicnto .del plazo".
Ji:l acuerdo no llegÓ a perfeccionarse; pero el
(~orlOdmiento de sus términos produjo en el PerÚ
una ola de descontento popular, que derribÓ, a los
f)O(~OS meses, al gobierno que lo celebró; y el Con-
grcso al resolver que el presidente había cesado en
su eargo, afirmó que el país no podía "seguir obe-
deciendo al mandatario que eonspiraba contra la
dignidad de la naeión".

-
=~=~~ =--=---_-_-_-=-_c--~-~-~._-===_=--,=--==--_-_--===-=--_
__
--- -----------.----------
-.- -- ----.--.-- - -- -- - -- -----.

VI

El rápido estudio de las w:goejaeiones segui-


das por el PerÚ desde 1892, para ohteller de Chile
el cumplimiento del tratado (le ..:\n(,.'111, demuestra
daramente que ese país no tn \"11 Il1lllnl el prop.Jsito
de aeeptar la votaei<Ílllibre de los hahitautes de 1]'ae-
na y ArÍea, estipulada en la ('láusula :r del pado;
y que, desde el 28 de llIarzo de 189-1-,rdiene en su
poder aquellas proviw'ia8 Si11 otro título que la
fuerza.
Chile no puede, ('11 dedo. alegar derecho al-
guno sobre las provineias peruanas de Tarapaeá,
Tacna y Ariea, puesto que ('1 trata(to (le pa7, e11 que
antes basaba su conquista, ha sido \'iolado por él y
earece ya <le fuerza ohligatoria.
Si el plehisdto se hubiera l'eali7,ado en 1894,
es daro que la casi ullanimidad (le 10:-:\ habitantes de
Tacna y Arica habrían votado por su reineorpora-
ci<Sn al PerÚ, puesto que en aquella rpoea no babía
en las pro\"Ílwias ni e"a lwqut'iía Dlinorí':1 <}lH' (,l1i-
-L-

le ha llevado en los últimos veinte años de política.


ehilenizadora.
Se conoce, pues, cuál era la voluntad de tacne-
ños y ariqueños en el momento señalado por el pac~
to de Ancón para la votación popular; y se sabe
que, de haberse cumplido honradamente el tratado,
el plebiscito hubiera sido favorable al Perú, en
forma abrúmadora. Después de esa fecha, la reali-
zación del plebiscito no significaba ya el cumpli-
miento del tratado de Ancón, puesto que el trascur-
so del tiempo iba modificando cada vez más las
condiciones existentes en 1894, año en que debió
hacerse la consulta al pueblo; sino que representa-
ba una nueva ocasión que el Perll se veía obligado
a otorgar, para veneer la tenaz resistencia de Chi-
le y conseguir la reincorporación de los territorios
indebidamente retenidos por éste ..
A partir de 1894, el Perú no estaba obligado,
ni aÚn dentro de las estipulaciones del tratado de
Ancón, a someter a un plebiscito la nacionalidad de
Tacna y Ariea, desde que en aquel momento se
había realizado ya virtualmente a su favor; y no
era ,justo que la resistencia de Chile a cumplir las
estipulaciones del tratado, se tradujera en la nueva
in.justicia que significaba la modificación, en su pro-
vecho, de las condiciones existentes en 1894, por
más que, en la realidad, hoy como entonces, los
taclleños y ariqueños anhelcn el regreso de las pro-
vincias al Perú.
- 1.1-

y era igualmente in.lusto pretender, después


de aquella fecha, que al volver las provincias irre-
dentas al PerÚ, pagara éi'lte la indemnización de diez
millones estipulada en el tratado de paz, porque las
ventajas de todo orden logradas por Chile durante
los largos alios que retiene esos territorios sin tí-
tulo alguno, representan una indemnización muy
superior a la eontemplada por el pacto de Aneón. ,
Aquellos territorios deben ser, pues, devueltos
al. Perú; y esa devoluciÚn debe S('1' incondicioual,
porque aun suponiendo que Chile hubiera tenido
alguna vez derecho a ser indemnizado por los sa-
crificios hechos en la guerra de 187!), esa illdenmiza-
ción habría sido ya pag-ada por el PerÚ, en propor-
ciÓn mucho más grande que lo haya hecho ningÚn
otro país del mundo: los 150 millones de libras es-
terlinas que el Pis(~o chileno ha percibido por sólo
el impuesto del salitre, representan una suma mu-
chísimas veces superior a los treinta millones de pe-
sos gastados por Chile en la guerra del Paeifico.
Pero es una amarga ironía que Chile reclame
los territorios y las riquezas del Perú, como indem-
nización por una guerra que él mismo provocÓ y
que preparó durante ocho años, con el propósito
deliberado de engrandeeerse territorial y económica-
mente.
I..•as responsabilidades de la guerra no pueden
atribuirse al PerÚ, que no tenía vcntaja alguna que
esperar de ella, puesto que no podía aspirar a anc-
- LII -

xarse territorios chilenos, separado como estaba


de ese país por 1<1 RepÚblica de Bolivia; ni podía
codiciar riquezas chilenas, porque es bien sabido
que Chile era en aquella [>pocaun país paupérrimo.
En realidad, las riquczas en guano y salitre del
PerÚ y Bolivia habían despertado, hada muchos
años, la ardiente codicia de Chile; y el esfuerzo
constante de su política había sido apoderarse de
Antofagasta y aÚn de Tarapacá, para lo cual tra-
tó, más de una vez, dc obtencr la complicidad de
Bolivia, ofreciéndole su apoyo a fin de que arreba-
tara al PerÚ Tacna y Arica, en cambio de la cesión
de Antofagasta.
El gobierno holiviano, que se daba clara cuen-
ta de ese propÓsito de Chile, vivía bajo el temor
constante de una ocupaciÓn armada de su litoral; y
para defellderlo, procuró primero de obtener el apo-
yo de los Estados Unidos (Foreing Relations, 1872,)
y propuso después al PerÚ la celebración de un tra-
tado de alianza defensivo.
El PerÚ vaciló al principio, por el temor de que
Bolivia, alentada por la alianza, llevara "demasia-
do lejos sus pretensiones ", pero conviIio al fin en
subscribirlo (187~n, estipulando el arbitraje como
medio de resolver las controversias territoriales.
Que el tratado no tuvo propósito agresivo contra
Chile, 10 prueba el hecho de que, al año siguiente,
Bolivia firmó con Chile un tratado de límites que
- UIl -

parecía desvauecer cn el futuro todo pcligro de con-


tlieto.
Pero Chile subseribió cse pado con la mira de
ganar tiempo, mientras llcgaball de Europa los
blindados mandados eonstruÍr en 1871, es decir, dos
años antes (lel tratado de alianza; y en 1879 aprove-
chó del eontlido surgido con Bolivia sobre interpre-
ta(~iÓll del tratado de 1874, para romper ese pacto
y apoderarse del litoral boliviano. El .Perú se vió en-
vuelto en la guerra por ddcnder la integridad te-
nitorial de Bolivia .
.En una memoria histórica que se presentará
oportunamente, estudiaremos ('Oll toda amplitud
los sueesos dl' la gnl'l'I'U de lH79 y el tratado de paz
de 188:i, así como las llegociaeiones seguidas para
ohtener el ('nmplimiento de éste, y comprobaremos
('Oll documentos eada una de nuestras afirmaciones.
De las razones contenidas en esta exposición,
sc desprcmle clara y definitivamente:
1). ~)lIe ,,¡ tratado de j)(IZ subscrito efl.fre el Pe-
'}'ú y Chile el 20 de octubre de 1883, debe ser rev'i-
sado, y devuelta al PCl'Ú,incondiconahnente, la
provincia de Tarapacá;
2). Que deben igualmente SN devueltas al Pe-
rÚ las provincias de Tacna .IJ .:1 }'¡('{(, ¡;in plebiscito 11
.-;in ningÚII ,ljéncro deindclIIl1i:ItÓÚ¡¡ () jJOgo por 81(,
part e.
---- -- .•...•...•............ - -----.-
ANEXOS
-- ~- ---- --
-' .-.- - -. - - - - -.
----
-
....•... -----
-3-

ANEXO N° 1.
Ministerio de RelneioJ\(,s gC(teriorl's.

Lima. :) rle .~etiembre de 1892.

Señor don .Javirr Vial Solar.


Presente.
::\fi ('stimado amigcJ:

Truiell(lo pre!-'entes la~ ¡dras que. el! diwl'sas ocasiones.


usted me ha manifestado respecto tIC las relaciones de Chile y
•.~l PerÚ, 11(' formuJadc las siguielltPs bdRes de arreglo, después
de conferenciar con mis colegas ~. podrían servir para discutir
con el represf'ntc1Jlte de Chile.
Ruego a usted tenga a bien hacerlo l:OlWl:er a su gobierno.
Su mÚs atento seguro servidor.

E. L.',RRABUJU:.: y lJXÁNUE.

Bases.

Los productos del Perú y ('hile SE'!'Ún importados libres


de derechos por los puerto:.; de lUlO ~. ot l'O paí:s, 'J' en los lugares
de cOllsumo JIO pagaJ'án otros impuestos que los que afecten
a los similal't's lIucionales.
Lo;; htHjllt'S mercanTes ch' amhos países g-ozarÍln, cn lo::;
puertos de lUlO y otro, las mismas frunquicias j' excllcion('s
que los hUljUeS nacionales,
-4-

El gobierno de Chile de~ocupa el territorio de las pro-


yincias de Tacna y Arica, las cuales continuarán bajo la so-
hel'anía r dominio del Perú.
~c obliga al g'obil,t'110 del Perú:
lo-A coneeder a la república <le Bolivia una aduana
común, I'n que regirim los aranceles peruanos, en el puerto
de Arica. Las rentas líquidas de esa aduana se distribuirán
de la malH'ra si¡;uiellte: \lila tercera pat'te para Bolivia; la
segunda pat'a contiuar eanc('lando la deuda chileno-boliyia-
na; y la restantl:' serÚ aplicada por el Perú a la cancelación
de los créditos pl'oH'uientrs de su deuda externa, legítima-
mentl:' calificados, según el tratado de Ancón.
2°-A facilitar la cOllstrucciÓn de uno o más ferrocarri-
les ~. líneas tl:'legrftficas, por C\leuta de empresas, que unan
el puerto dc Ariea o la ciudad de Tacna COIl el territorio de
Tarapacá o la frontl'l'a dI' Boliyia, sin más gl'avameu ni otras.
restrieciones qne las establecida" en los reglamentos respec-
tivos del PerÚ.
Los ¡tobicl'llos <lel PerÍt y Chile denunciarán todos los
tratados de comercio qne tengall yigentes en la actualidad y
cuyas estipulaciolll's, a juicio <le amhO's, sean opuestas al pre-
sente convenio.
In\'Ítarán, de comÍtn acuerdo a las naciones sud-ameri-
canas limítrofes a Ju ccll'llt'ltciún d(' tratados de comercio es-
peciales, sohre la base de compensaciones mutuas en el libre
cambio.
t'n acuerdo diplomático reglamentario, para el cual que-
dan autorizados los Jloderes ejecutivos de ambas repÚblicas
por su;; respectivos congresos, servirá de complemento a es-
te convenio,
5

ANEXO N° 2.
L('gncióll d(' Chile.

Núm. ]1.
Lima, (... de abril de 1893,

Seiior ~linistro:

En eonteslaci(ín a la eomllllical~i{)Jl Yerbal y memorándum


I!tljunto qne, con fecha ;:¡ de setiemure lId p,lsado aÍlo, me fué
dirigida por el seiíor Larrab,ure y Cnanne, entonces Ministro de
Relaciones Extl'l'iorcs, mi gobierno n1l' l'lll:arga man i ff'sta l' a V,
E. la opinión que se ha formado sohre las pro}losÍ(:iones a I{l1e
dichos documentos se refieren,
Se felicita mi gobierno de qne no haya perdido trl'rruo en
el PerÍlla cotlvicción (le l¡ne el pOl'\'e¡lir illdustTial ,\' eomcrciaJ
lle ambas l'epúblicas depende, en gran par1c. dí' las l'aciliclad!,i;
)' el estímulo que otorgue y preste la legislal~ión de llllO y otro
país al eambio de su~ prineipal!'s produdos. Chile es eh'nte
natural del Pt'j'Ú en los diq'rsm; ramos dl' ,.;¡I:-; consumos de pri-
mera necesidad, como lo es el PerÚ de Chile en i¡mal!'s térmi-
nos. Sería ()(:ioso entrar a investigar, con es! I'l'cho c¡'it!'l'ío de
mercade!', cuál de las dos rcpÚblicas sel'Ía hoy o ol'ntl'o de al-
gunos años la mÍts fa\'(lrel:ida por Ull sistema de í:oneesiones co-
merciales j'reípl'Ocas.
La mÍ,.;mu illlportt1.Jl(,ia ~. naturaleza lit- esta materia acon-
sejan, a juicio de mi gooicmo, el ClIte ella no fuera tratada fue-
-6-

ra de su terreno natÚral, ni s~ la complique con un negocio


de ran distinto earácte¡', eual es el que se relaciona con la na-
cionalidad definitiva de los departamentos de Tacna y Ariea.
Mi gobiel'llo, en consecuencia, aceptará siempre gustoso
cualquiera indicaeión de V. E. qne tenga por objeto entablar
negociaciones para el establecimiento de un sistema de delibe-
raciones r franquicias comerciales recíprocas, y aprovechará
toda conyuntura favorable para iniciar, por Sll parte, gestio-
nes en ese sentido ante el ilustrado gobierno del Perú; pero es-
tima, al mismo tipmpo, qnc no existe motivo que aconseje tra-
t·ar este asnnto en ('(}n~xión con la~ cuestiones que se relacionan
con la posesión ddinitiva de los departamentos de Tacna y
Arica.
Obedeciendo a un sentimiento de lealtad, debo manifestar
a V. E. qu~ no entra en los propósitos de la política de mi go-
bierno el renunciar a las expectativas que aseguró a Chile el
tratado de Ancón, rn cuanto a la. adquisición de los departa-
mentos mencionados.
Al trasmitir esta contestaeión, me es grato cumplir con el
encargo expreso que mi gobierno hace, dI' manifestar a V. E.
sus agradecimientos por la comunicación aludida y sus senti-
mientos de deferencia y amistad para con el gobierno de V. E.
Aprovecho ('"ta oportunidad para reiterar a V, E. las se-
guridades de mi m:i;.; l'espctuosa y distinguida cons:deración.

JAVIER VIAL SOLAR.

A S. E. el señal' Ce"árco Chacaltana, Ministro de R.elaciones


Exteriores drl PerÚ.
-7-

ANEXO N° 3.

Minish'rio 111'Hl'I:H'ionl's Exteriores.

Núm. 9.

Uma, ·1 de abril de 18.93.

Seiíor ~Iinistro:

Estan(lo prÓximo a expirar ~~lplazo de diez años estableci-


do en ('1 artículo III del Tratado de Ancón, y debiendo deci-
dirse pOI' medio de un plebiscito, de la suerte definití va de las
provincias (., Taena y Arica, en o1'o,'n a su futura nacioll!\,Ii-
dao, estima IH'('esario mi gobierno pro('1,der a la celebrlleión del
protocolo ,·s¡wcial a (lUP se l'eficre la segunda part~ del artícu-
lo citado.
Inspirado mi gobirrno en el srntimiento de esta necesiulld,
por el órgano (le lUlO (\! mis antecpsore.', tm'o a bien invitar a
Y. E., con fecha 10 de agosto del aiío último, a la nrgociación
del antedicho protocolo, y Y. E. se sirvió contestar entonces,
que pondría di('ha comunicación en conocimiento del gobierno
ehilpno, a fin de qu' fuese tomada fn consideración,
Como supongo (Jue, después del tiempo trascurrido, V. E.
sr encnentrp Illllnido de las instruc(,Íolles qnr sobre el particu-
lar haya tenioo a birn impartir1e la rancillería d~ Santiago,
me es grato in\"itarl0 nuevamente a la negociación del mencio-
-8-

nado protocolo; y al decto, V. E. se servirá indicarme el día


en que podremos dar Pl'ineipio a las conferencias rcspectivas.
Aprovecho esta llueva opoz'tunida(l para reiterar a V. E.
la!'! protestas de mi más alta y distinguida consideración.

CESÁREO ClIACALTANA.

Al Excmo. señor don Javier Vial Solar, Enviado Extraordina-


rio y Ministro Plellipoteneiario de Chile.
-9-

ANEXO NQ4.

En t'l :\1ínistcrio (lt' Helaciones Exteriores, se reunieron


el día de la fecha el Ministro de] ramo, don José Mariano .Ti-
m{.l\ez, y el Enviado Extraordinario y :i\linistro Plenipotencia-
rio de Chile, dOIl .Javier Yial ~o]ar, COII el ohjeto de proseguir
las conferelleias iniciadas para la cel euru{'iÓn del protocolo a
que se sujetará e] plebiscito de qilC trata el artículo III del
tratado (le paz,
E] :\Iinistro de Hl'],l',jolles ExL'riores manifestÓ, que el pri-
IIWl' artículo d('1 ('011\'('11iD debía determinar la autoridad bajo
cuyo imperio ha de rl'a!izarse e] plebis(~ito, y <lHe, estando pac-
tado (lue la ccupaeiÚll ¡u'!llal d: Chile durase diez años, propo-
nía que, a la exp:ra(·jÚn de tal plazo, sc uevoh'iera al Perú la
pose"iÚn de las provilleias tempDralmcnte ocupadas, por corres-
pondel'lc en razÚn de ]OS dereehos anexOs a su condición de
soherallo directo,
El :\linistl'O de Chile t'orll1ul(í ]a proposiciÚn contraria, des-
eO!Hwiendo ]a >,()h('~'anía del PerÚ, en las provincias referidas,
~. por cuanto, a juieio de Sil gob;erno, no se desprendía del tra-
tado, en manera a!gnna, \[\1\' dichos territorios deban volver a
]a posesiím drl PerÚ PO!' el mero hecho de trascurrir los diez
años.
Hep!icÍl .'1 Ivlinistro tle RcIacionf>s Exteriores que la pro-
)JIIPsta <Id }1inistro de C'hilt' no estaba arreglada a la letra del
tratado, el cual limita el plazo de ]a ocupación a diez años, -tras-
curridos los euales se recllizaría el plebiscito, esto es, cuando
no imperen el! lo,; territD!'ios enul!ciados las autoridades chile-
nas; (lllC ~sta" en el tratado eran calificadas de simples posee-
dores; (lllP el PerÚ !lJ ha (lejado de ser el soberano, tanto por
-10 -

esa circunstanria como porqne )a soberanía solammte se pier-


de por un tratado dl~ l;psión territorial, carácter que no tiene
el dr Ancón en esta !Jarte.
Repmo el ::\linistro el: Chile que no podía aceptar esta inter-
prt>tación, puesto que la f('('ha de los diez años, se refería úni-
camente el la época ({el plebiscito y nada más; qne la o{)upa-
ci0n dc C11ilc hasta qll.~ didIO acto resolviese dl'fínitivamente y
se cumpliesen las olJligaciol)('s del tratado, se sobreentendía en
el artículo alegado IW/' el Ministro de Relaciones Exterior~s; .v
qur, por fin, la naturaleza misma de dicho convenio importaba
una cesión territorial suje¡a a la condición del voto dc los ha-
bitantes.
Después de una extensa discusión y no habiendo acuerdo
entre los plenipotrl1cíarios sobre sus propuestas contradicto-
rias, se convino en dejar constancia de ellas, suspendiendo la
conferencia.

Lima, 19 de junio de 1893 .

. JosÉ MARIANO JIMÉXEZ.

JAVIER VIAL ROLAR.

Reunídos, en el ministerio dc Relaciones Exteriores, el Mi-


ni¡otro del ramo, don José Mariano Jiméncz, y el Ministro Ple-
ni potenciara de Chil:, don .Javier Vial Solar, para continuar
tratando de la forma en que habrá de verificarse el plebiscito
a que se refiere el artículo tercero del tratado de Ancón, acor-
daron dejar constaneia de lo siguiente ~
-11-

El Ministro de Relaciones Exteriores dijo que, habitmdo


manifestado el sei'íor l\iinistro de Chile qne el gobierno de su
país 110 entregaría al del Perú los territorios de Tacna y Arica
('/ día ~8 de marzo del año ]894, en cuya fecha espiraba el pla-
zo de la posesión provisoria. concedida a aquel país por la cláu-
i'iula tercera del Tratado de Ancóll, proponía, por vía de tran-
sacción, que los dichos territorios fueran entregados, en la ex-
presada fecha, a una tercera potencia, designada de común
acuerdo, bajo cuyos auspicios S~ Yerificaría el plebiscito, y la
cual haría en seguida la devolución de ellos a Chile o al Perú,
según fue re el resultado de la votación popular.
El i\iinistro Plenipotenciario de Chile contestó que la pro-
posición del señor }Iinistro de Relaciolll~s Exteriores era, a jui-
(~io de sn gobierno, inaceptable, en vista de las razones que abo-
naban el derecho de Chilp para ocupar los territorios disputa-
dos antes y después del plebiscito ~. hasta que el P.erÚ diera
::umplimientn a t()(las las ohliaciones ([Ul' la cláusula tercera del
tratado de Ancón Ic imponía.
Dcspués de una larga diSC\lsiún sobre la materia, y no ha-
biéndose llegado a ningÚn acuerdo, se .suspendió la conferen-
Clil.
Lima, junio 30 de 1893.

JosÉ MARIA .•
"W JI:\IÉNEZ.
JAVIER VIAL SOr..\R.

Reunidos en el despa(~ho de Relaciones Exteriores, el Mi-


nistro del Ramo, don José 1\1ariano .Jiménez, y el Enviado Ex-
traordinario y }rinistro Plenipotcnciario de Chile, don .Javier
Vial Solar, el primero expuso que, en las diversa::; conferen-
-12 -

cias tenidas con el señor 'Ministro Plenipoteniario de Chile pa-


ra acordar las bases del protoeolo que debiera servir para el ple-
lJiscito de Tacna y Al'ica, había procurado convencer al segun-
do de que el dcrecho de sufragio no correspondía sino a los
pcruanm; nacidos ~' domiciliados el~ los territorios ocupados por
Chile; que, en cuanto a la edad de los peruanos, aÚn cuando te-
nía razones para sostener que desde los dieciocho años podía el
hombre ser responsable de sus acciones y, en consecnencia, que
no debería negárseles el derecho de desiguar la nacionalidad
peruana o chilena pOI' la cual quisieran optar, convenía en esta-
tablecer ese derecho para los mayores de 21 años, edad requeri-
da por las leyes del PerÚ para ejercer la ciudadanía; que no ha-
biendo aceptado el se:ñor ::\iil1istro de Relaciones Exteriores
continuar la negociacióu. si no se llegaba a un acuerdo respecto
a la autoridad que dt'bía regir los territorios durante el plebis-
cito, proponía hoy que si el señor l\iinistro dc Chile no tenía
inconveniente para d(·jar constancia de las declaraciones hechas
anteriormente, contrarias a las disposiciones que se indican re-
ferentes a los requisitos para la votación, podía de nu~vo expo-
ner lo qne creyera de .sn deber ~' conforme a sns instrucciones.
El Ministro de Chile expuso que, en efecto, en el constan-
te cambio de ideas para llegar a acordar las bases del protocolo
para el plebiseito, el señor :\linistro de Rdacions Exteriores
había manifestado los conceptos que se acaban dc expresar, co-
mo a su vez había el que habla sostenido qua Chile no podía
aceptarlos sillo en partr, pues consideraba que todos los habitan-
trs en territorio poseído por Chile tenían derecho a declarar ¡:,u
voluntad d~ prrteneC'pr o al PrrÍ1 o a Chile; que no había, en
su conerpto. razones bastantes para pretender restringir el re-
cnnocimiento de ese (1('recho en los extranjeros de todas las nao
cionalidades, J' menos aÚn en los chilenos, que no pueden ser
considerados como extranjeros en el territorio de Tacna y Ari-
ea; que estas ideas del goLierno de Chile estaban conformes
-13 -

CO:I los antE'('cdl'ntes dcl derecho :' (\(' la prÚdica internacional;


y liD po(lían nu'nos de ser apli(~¡¡hles en el caso presente, tratán-
(lose (le lln telTi torio ('OIllOel <le Tacna y A rica, en el que, por
\lna parte. los i!lt~rf's('S están en !llanos de los chilenos, y en que,
por otra parte, la misma lIalura!pza (1.' la posesión de Chile ha-
ce qUl' (IPlmn ser lógicamente considerados como ciudadanos
los cl¡ilenos allí estahil'cidos; ljlH' ('stas i(h'as también habían si-
d,) ya, ('n (\i\'¿rSas (leHsioncs, man irestadas por el rcpresentar,te
(le Chile a al~nnos de los antc~,'sol'rs (1('1 adual señor :\-iinistro
dl' l{dal'Íoncs Ex.lcrio\'cs, ('OTnOla ex.pl'('sióu dd pensamiento
chil('Tlo l'l1 ('stl' punto, sil'll1prf' <¡ue la diseusión d(' esta materia
había si(lo PI'o\'()eada; (111(' lamp()('o creía qUJ pudiera fundar-
se la Il('g'atinl para se¡mir tratall<1o, en el hecho de que Chile
!lO puede consentir en las proposiciones del PerÚ, relativas a
(IUJ 110 sean las autoril1aues chikna:o:. las que rijan los territo-
ris durante el plebiscito,

El l\IÍnistTo de Hl'laeiones Extl'I'iores !'eplicó que no con-


si(leraha aplicahles al 11I'Csrnte ('aso los C1ntrcl'dentes int~rnaeio-
11:¡]CSh:s/Úrieos a qu~ aludía ('1 S('IIOI':\finistl'o de Chile, porqne
.Cl! cl Tra / ado (le AndlH.'x prpsamente se determina que, en
yotaeiÚn popula!', se I't'sohrní sohrt' la fntura naeionalidad de
los territorio'i, y esa yo/ación popular !lO puede ref~rirse sino
a los (~indadanos peruanos. di' ('lIya calí(],}(l carecen los demá;¡
habitantes.
El )Iinistro (Ir Chill' contes/Ú qne pr(·('isamente el tratado
de Ancón hablaba de votación popular plebiscitaria, 10 que equi-
vale a decir, <¡U(' le son aplieahles ]t):;;3nteeedentes internacio-
nales de {'sta das{' dp votaciones, (~Olllo cual qurdaba refutada
la ohservaei{m d~l seiíor :Ministro de Helacionps Exteriores.

Con ('ste motín) Sl' renovó una exlrnsa discusión, y mante-


nicndo eacla par/t' S¡b opinionl's l'x/r('mas, convinieron cn dr-
jar constancia de elhs en ,,1 [ll'é'scnte protocolo, sin perjuicio
-14 -

de que cada uno de los nrgociadores formulase en un memorán-


dum los fundamentol'; d ~ sus respectivas propuestas.

Lima 16 de setiembre de 1893.

JosÉ M:ARIAXOJIM~NEZ.

JAVIER Y IAL SOLAR.

Reunidos en este departamento, el Ministro del ramo, don


José }lariano Jiménez, y el Enviado Extraordinario J' Ministro
Plenipotenciaro de Chile, don Javier Vial Solar, con el objeto
de proseguir las negociacionrs sobre el protocolo del plebiscito
relativo a Tacna y Ari(~a, a que se refiere el tratado de Ancón;
el Ministro de Chile manifestó que, como lo tenía dicho en su
oficio de 26 de setiembn? último, si bien es verdad que su go-
bierno había estimado las proposiciones de la cancillería pe-
ruana, contenidas en el memorándum de 19 de agosto del co-
rriente año, como una prueba de que el gobierno del Perú de-
seaeba corresponder 11 los amistosos sentimientos del de Chile
en esta negociación; sin embargo, esas proposiciones no con-
sultaban, en todas sus partes, la reciprocidad de los derechos
de ambos países sobr.3 la base del tratado de Ancón; que el go-
bierno del Perú, sin razones deducidas de la letra e interpre-
tación justa de esas estipulaciones, exigía en el memorándum
la desocupación de la zona comprendida entre el río de Sama
y la quebrada de Vítor, () sea, de la casi totalidad de la provin-
cia de Arica J' de la provincia de Tacna, desocupación que el
gobierno de Chile no podía, en manera alguna ac~ptar, sino
-15 -

~OJIIOla consecuencia (le un resultado adverso del plebiscito y


el cumplimil'nto de las obligaciolles eonsi~nadas en el tratado;
C¡1P a las frall«uicias comerciales ofrecidas por el Perú, "J' que
pudirran sl'rvil', más que de l'stílllulo peculliu.rio, de yíllculo
merealltil fundado en (·1 interés • I'e(~íproco de los dos países, para
l'st I't'-c}¡ar y cOllsolidar sus relaciones de amistad, no podían pos-
poner:;! otras eonsidl'r¡u'iones relatiyas al principio de la pose-
sión reconocida y sancionada por l'l tratado de .Ancón; que esas
mismas franquicias, si es vrrdad que facilitarían al Perú el me-
llio <Ir pa~ar eómodanH'ntc y sin grandes sacrificios positivos
Ull(\ SUHla cOllsiderable de millon:;s, pago que en otra forma
afectaría hondamente su situaciÚn económica, en cambio no
tendrían para Chile if!ual importancia; (lue la facultad reser-
yada al gohil'rno del Perú en el mrmorándum, de dictar, sin
intel'\'encifm alguna dr Chile, los reglamentos que determina-
rían los reqnisitos para ejercer el derecho de votación en la zo-
na comprellclida entre Sama y Yítor, ase~uraría al Perú la evi-
dent e reineorporacióll (lc los territorios disputados, con detri-
. nH'T1to de las justas expeL'tativas <le Chile a este respecto; que,
por estas raZOIH'S, qU(' explicaban su oficio recordado de setiem-
bre Último, l~]'eía qur no debía al'cptar como base de discU!iión
el IllellWI'[mdurn referi<1o, sit'ndo imposible que la negociación
pro~reitasr sobre la base di' la preyia desocupación.

El ~linistro de Helaciollcs Exteriores dijo: que había pro-


puesto i'n el memorándum la cL'socu¡Jación di' la zona compren-
(Eda entre el río de Sama y la <luebrada de Vítor, como con-
secuencia de la letra y espíritu dl'l trata(to de Ancón, J' por las
raZOJles que expuso en el protocolo de la segunda conferencia;
qUi' si, como aseguratm el seiíOl' ~Iinistro dr Chill', a las fran-
quicias comcrciales ofrccidas Jlor el PcrÚ no podían posponer-
se las considl'raciones qne obli¡raban a Chile a l'rtener la pose-
sión de los territorios hasta (Iue l'i plebiscito le fuese adverso, la
referida nropursta en realil1ad no podía mantcnerese: que, asi-
-16 -

mismo, conducía a este resultado la observación hecha por el


señor ministro de Chile de que en el memorándum se reserva-
ra el gobicrno pernano la facultad de dictar los reglamentos que
determinarían los requisitos para- ejercer el derecho de vota-
ción en la 7.ona comprendida entre Sama y Vítor, reserva quc,
a juicio de dicho señor Ministro, aseguraría al Perú la eviden-
te r¿>incorporación de los territorios con detrimento de las jus-
tas expectativas de Chilp; que, al respecto, debía manifestar,
que esa concesión del derecho de fijar los requisitos de los vo-
tantes se dejaba también para Chile en el memorÚndum, en
cuanto a la zona de Vítor .r Camarones, y que, en todo caso, el
PerÍl hubiera prpcedido tomando por base las estipulaciones del
tratado, los principios jurídicos universalmente aceptados y
otros antecedentes análo~os. Conclu~'ó el Ministro de Relaciones
Extrriores manifestando que, en vista de la declaración del sc-
ñor }Iinistro de Chile, de que era imposible que la negociación
progrrsas~ sobre la basc de la previa desocupación, la daba, a
su vez por terminada.
El ~inistro de Chile dijo que, antes de suspender está con-
ferencia, consideraba nccesario manifestar que no tenía incon-
vmiente para continuar discutiendo cuando el señor ~inistro
de Relaciones Exteriore~ lo invitara, pues su gohicrno estima-
ba que sería posible I!egar a un advenimiento sin que para ello
fuera preciso inno\"arm la situación actual de los territorios.

Lima, 10 de noviembre de 1893.

JosÉ l\ÚRIANO JIMÉNEZ.

JAVIER VIAL SOLAR.


-17
Reunidos en este despacho, el Ministro de Relaciones Exte.
riores, don José Mariano Jiménez, y el Enviado Extaordinario
y Ministro Plenipotenciario de Chile, don Javier Vial Solar,
por invitación del primero, con el objeto de reanudar las con-
ferencias para la celebración del protocolo del plebiscito en los
territorios de Taena y Arica.
El Ministro de Relaciones Exteriores dijo, que no habién~
dose llegado a un acuerdo en cllanto a la interpretación del ar-
tículo terccro del tratado de Ancón, y no aceptando el señor
Ministro de Chile los medios insinuados para salvar las dificul-
tades existentes, formulaba la proposición de que se sometiesen
a la resolución inmediata de un gobierno amigo las siguientes
cuestiones: primera, [a cuál de los dos países corresponde la
posesión dc los trrritorios d-:,spués del 28 de marzo de 1894T
y segunda, ¡, el derecho de votar corresponde solamente a los in-
dividuos cuya nacionalidad resulte afectada por la definitiva
incorporación a Chile, o también a otros .habitantes T Agregó el
Min:stro dc Relaciones Jhteriores, que, según el resultado del
fallo arbitral, se procedería a discutir el reglamento para la ins-
cripción de los Yotat1~~s y demás procedimientos del plebiscito,
así como también sobre los términos y plazos en que haya de
pagarse la indemnización por el país que resulte favorecido.
El Ministro de Chile dijo, que aún cuando no tenía ins-
trucciones de su gobierno para aceptar o n~chazar el arbitraje
que proponía el señor Ministro de Relaciones Exteriores, sin.
embargo, ('on las gcnerales que se le habían impartido, podía
declarar que este medio de avenimiento no era aceptable; pues,
para que lo fuera, habría que suponersc que la posesión de los
territorios de Taena j' Arica, de que Chile goza en virtud de
las prescripeioncs del tratado d<l Ancón, era materia discutible
o de dudoso derceho; lo e\lal no puede, ni por un momento, ad-
mitirse, como ha tenido el honor de declararlo en repetidas oca-
siones al señor Ministro d<l Relaciones Exteriores. Agregó el
-18-

Ministro de Chile, que lamentaba que el gobierno del Perú in-


sistiera en un orden de ideas que imposibilitaba el acuerdo en-
tre ambos países.
El Ministro de Relaciones Exteriores contestó que las ideas
expuestas, tlmto por él como por sus anteeesore,s en el minis-
terio, sobre este particular, se fundaban, a juicio del gobierno
peruano, en la letra del tratado de Aneón y en la muy justa
exigencia de que el plebiscito se realizara en las condiciones
necesarias para que su reultado fuese estimado como la expre-
sión libre y espontánea de la voluntad de'las poblaciones de Tac-
na y Arica,
El Ministro de Chile replicó que encontraba natural esta exi-
gencia; pero que no pensaba que fuera el camino apropiado
para satisfacerla el indieado por el señor Ministro de Relacio-
llCS Exteriores; pues el ~obierno peruano debía tener la fé más
segura en la honradez ~' lealtad de Chile; honradez y lealtad de
que no tenía inconveniente en dar una nueva prueba, pactan-
do aquellas garantías que, de común acuerdo, se estimaran opor-
tuas para la libre y espontánea emisión del voto en el plebiscito.
El Ministro de Relaciones Exteriores preguntó al Ministro
de Chile si estaba faCilitado para incluir 'entre esas garantías
la intervención de funcionarios peruanos en el acto del plebis-
cito y la determinación de los requisitos que los votantes debe-
rían reunir.
El Ministro de Chile. contestó, que si el señor Ministro de
Rrlaciones Exteriores llevaba la discusión a ese terreno y for-
mulaba alguna proposición concreta, creía que sería fácil llegar
a un acuerdo aceptable para ambos países.

Lima, 7 de diciembre de 1893.

JosÉ MARrANO JndÉNEz.

JAV~ VIAL So~.


.- 19 -

ANEXO N" 5.

(M emorándurn).

No habiendo acuerdo t'utre los pl(>nipotenciarios del Perú


~' de Chile sobre cuáI <.le ('stos g'obiernos tiene derecho a ocu-
par los territorios <.le Taclla J' Ariea durante el plebiscito de
¡¡He trata l'l artí{~1I10111 del tratado de Ancón, se conviene en
qllc el PerÚ poseerá la zOlla comprendida entre el río Sama y la
qllebrada de Vítor. y <¡ue Chile ('ontinllará en la tenencia de la
7.ona entr(> esta' Última quebrada y la de Camarones,
El 2S de marzo <.le 1H94 se entregará al Perú la parte de
tl~1'l'itorio l¡He le corr(,spollue, y dentro de los treinta días subsi-
guil'ntes cada país dictará el r('glam~nto de procedimiento pa-
ra la votaeión ('11 su zona respectiva, quedando ('n libertad de
sefialar los r('qllisito,> personales de los votantes. El plebiscito
S~· r('a1izará antes del }Q dI' octubre de 1894.
Si el voto fuese. favorahle al Perú en ambas secciones, abo-
nará a Chile la indemnización paetada en el tratado en la si-
guiente forma:
Los pro<1l1ct08 naturales y manufadurados de Chile y sus
r,'spe~tiyos t'Il\'as('s se introducirán libres de derechos de im-
portaciÓn por las adnanas del Perú durante veinticinco años,
~' no pagarán ('11el territorio de (,8te Último país otros impu('s-
tos d~ ronsumo que los qllr. ar.tualment(' ('stablecidos para los
fiímilar2s naeionales.
Si el plebisl'ito fuese favorable al P('rÚ sólo en la zona del
Sama al Vítor, se comp(,llsará del mismo modo la indemniza-
dón proporeional; pero reduciendo el t{'rrnino de la liberación
a vJinte años.
Lima, 19 de agosto de 1893.
- 20-

ANEXO N° 6.

;W('~/OrtÍlIllllm al EJlI'i'ldo E.rfr(/ordill(trio y Ministro Plenipo-


lCII(';ar;o, dodor don Ramón Ribeyro .C·).

El plrhiscito a qllr se refil~re el artículo tercero del tratado


de AJlc{,n, se verifican; 1m la;; ('(/lHli('iones estipuladas en los ar-
tículos siguientes, con la mira de obtener una votación que ex-
prege fiel "J" exactamrnte la voluntad popular de las provincias
de Tacna J" Arica.

Sr instalarÍl ?Il la ciudad dc Tacna, al iniciarse la inscrip-


ción de los que deban votar, una comisión ó junta superior,
compuesta de un delegado nombrado por el gobierno de Chile,
otro por el gobierno del Perú, y de un dirimente que designará
el .... de ....

(.) Nota.-Traslanu'!a a Chile la negociaclOn, por acuerdo de 10l!


señores .Timénl'z y Vin! f>olar, ('1 1ninistro del Perú, señor Ribeyro¡ pro"
('('(lió a eelebrar diYí'rSa3 ('oJlfl'n'Jlda~ con ('1 d(' relaciones exteriorell
o.e Chile, señor BlaJlco Vi('l. pn(,:lminadas a resolver yarios puntos no
comprl'Jldido~ en Ins baS('H del ~I) de pnl'ro y los rl'Ierpntes al Ulodo de
reil.lizar •.1 sufragio. H(,Hultado ¡",e (lichas entre\"Ístas fué este memo-
rÚn<!um, ld,lo en la "ollfen'Jl('ia del ~:l ,le fehrl'ro de 1894, por el refe-
rido spñor Ril)!'y!'o al splior Blall'~o Vie!, y al pual ofreció éste respon-
apr con d resppl'ti\'o cOlltramell10rÚlldulll. El señor Blanco Viel no lle-
gó a preHPntarlo, sin em hurgo, y en la conferencia posterior de 27 de
fehrero, declaró al spñor Ribeyro que su próxima salida del minillterio
le ímpedia cumplir su promesa.
- 21-

Esta junta tendrá como atribuciones propi.as y exclusivas,


formar el padrón general de los yotaJ!tps ill;,~\'itos en los regis-
tros parciales de las localidades qlH' S~ de~igllan en al'tí(~ulo pos-
terior, ordenar la publicaeión de ese rc¡.ri"t\'u general, y hacer
el escrutinio y reguluciÚll g'Pill'J'al d(' los sufragio::;, procla-
mando el resultado de la vutaeiÚJi, ljlll' ~~()lllllllicani illll1edia-
tamente a ambos gobiernos.
~imismo, decidirá soberallamcnte, por mayoda de votos,
todas las dificultadps, dudas y eurstiones qnc se sllscit"ll coil
motivo de la insc\'ipción y dnrantc la \·otación. y que se hagan
constar en las actas resp~f'ti\'as, o pUl' informes escritos de los
comisarios de cada localidad.

1I

IJR inscripción en los registros parciales y la reccpclOu de


los sufragios, se verificarán por corni,.ion~s mixtas, compues-
tas de IUI delegado nombrado por el gobicl'1lo de Chile, y otro
por el gobierno d~l PerÚ, J. funcionar(lll, por la ¡~)royineia de
Tacna, en la cindad de e:"te nombre, y <>11 •••• , y para la provin-
cia de Arica, en la ciudad así nombrada y ell ....
III

Las comisioms d¿ im;(~I'ipción sr instalarán un mes después


de ·la ratificación del presente proto(-olo, y funcionarán por
otro mes, a partir de la fecha en que se haya anunciado su ins-
talación.
La recepción de io~ ~llfragio~ principiadl qnince días des-
pues de publicado el padrón gellcl'ul, y dnral'Íl einco días; seno
tándose, en eada uno de ellos, el acta respeeti va, en que se ha-
rá constar el resultado dc la votación.

IV
Serán admitidos pm'a su insf'J'ipclolI ('11 los J'e~istl'os cómo
votantes, solamente los que reunan las calidades siguientes:
- 22-

19.-Los peruanos casados o mayores de 21 años, con actual


residencia en las provincias de Tacna o Arica;
29.-Ivos chilenos casados o mayores de 21 años, que acre-
diten tener dos años dc residencia contínua y actual en las di-
chas provincias de Tacna o Arica.
No podrán votar los individuos de la fuerza pÚblica, lml
empleados de la administración, ni los que hayan perdido o ten-
gan en suspenso cl derecho de ciudadanía con arreglo, indis-
'tintamente, a las ley()s de Chile o del Perú.

v
Aque.l de los dos paísrs a cuyo favo~ queden anexadas las
provincias de Tacna y Arica, pagará al otro los dirz millones
de soles estipulados en el referido artículo tercero del tratado
de Ancón, en bonos de la deuda pública de cuatro y medio
por ciento de interés y uno por ciento de amortización anual.
Los banos de Chile se cotizarán al tipo medio quc los de
su deuda exter~a ha'yan alcanzado cn el semestre anterior en
el mercado de J.Jondres; y los bonos del Perú al 75 por ciento
de su valor nomi11al.

VI

Los cupones por intereses vencidos y bonos amortizados se-


rán recibidos en pago de los derechos de aduana del país que los
emita.

VII

En el caso de que Chile obtenga el triunfo en el plebisci-


to, el Pcrú podrá re~tificar Sll frontera del Sama, avanzando
hasta la ribrra snr de la qucbrada de Chero, que comienza en
Punta Q\1iaea y trrminll en la eOl'(lillcra al sur drl nevado Pa-
Hagua, prolon~ándose la línea divisaría hasta el origen y cur-
so del Uchusuma.
- 23-
En cambio, si ~l Perú fuese el favorecido, .chile podrá. rec-
tificar su frontera por Camarones, avanzando hasta la ribera
norte de la quebrada de Vítor ó Chaca, comprendiendo la ca-
leta del mismo nombre, y prolongándose la línea divisoria por di-
cha quebrada hasta su vertiente meridional y el límite con Bo-
livia.
El país que haga uso del derecho de rectificación acorda-
do en este artículo, pagará al otro la suma de tres millones de
soles.
vm
Comunicado por la junta superior de Tacna a 108 dos go-
hiernos el resultado del plebiscito, :si éste hubiese sido favorable
al PerÚ, el gobierno de Chile adoptará las medidas que sean
necesarias para que los territorios ocupados se entreguen al
Perú, en un plazo que no excederá de treinta días, a partir de
la fecha cn que reciba el aviso.
Ambas partes contratantes se comprometen a tomar, de
comÍln aCIH'rdo, en el caso indicado, las providencias necesarias
para que las autoridades o comisionados que nombre el gobier-
no del Perú, reciban de las autoridades chilenas, los estableci-
mientos, edificios públicos ~. oficinas, en el estado en que se
ellouentren boda fide, en el día señalado para cse objeto, así co-
rno los archivos, documentos y registros relativos a la adminis-
tración judicial, civil y demás conccmientes al régimen y go-
bierno de los territorios.

IX

En el caso de qne el plebiscito sea favorable a Chile, los


ciudadanos peruanos, originarios o no, ue los territorios de Tac-
na y Ariea con residencia en ellos, conservarán su. nacionali-
dad, salvo dedaracíón contraria, con el goee de los derechos que
las leyes de Chile acuerden a los extranjeros }/ las que se deri·
van de lo') pactos entre ambas naciones.
-24-
Igual derecho se entiende reconocido a los .ciudadanos pe-
ruanos residentes en la zona de territorio comprendida entre
la quebrada de Camarones y Vitor, en el caso de que ese territo-
rio quede del domini,) de Chile, en virtud del derecho de recti-
fieación estipulado en el artículo VII.

Las partes contratantes se reservan ajustar, por un pro-


tocolo posterior, lo relativo al curso de los litigios pendientes y _
reglas de jurisdicción que habrán de regir en el caso de que los
territorios de Tacnll y Arica se restituyan al Perú por efecto
del plebiscito.
- 25-

ANEXO N° 7.

INSUBSISTENOIA DE LOS TRATADOS

Opinión de eminentes tra.tadistas de derecho internacional.

Vattel.

Todos los artículos de un tratado están ligados por una


rclaci6n común, a I'aher: qUI' las partes cont¡'atantes han acor-
dado alguna;; de ellas en cOJlsideraci6n a otras, y por vía de
compensación. Yo no habría talvez aceptado ('SC artículo si la
otra parte contratant.e' no hubiesr aceptado otro. Todo lo que
e;:tá comprendido en el mismo tratado time la misma fuerza y
naturaleza que una promesa' recíproca. (Libro n. Cap. XIlI,
párrafo 202).

W oolsey

1;os tratados, como los demás contratos, son violados cuan·


do una de las partes nirga o rehusa aquello que movió a la otra
parte a la transaccióJI, Cuando un tratado es violado por nna
parte, en nno o más de sus artcul08, la otra puede considerarlo
como roto '.i pedir enmienda o bien solicitar su cumplimiento.
(Introct. to the lnternational Law. Párrafo 112. Pág. 180).
-26 -

Barón de NeumaJl

La parte que no eje~\lta su ob:iación o que pretende exi-


mirs~ de ella sin razón plausible, puede ser obligada a cumplir
lo pal'tado por todos los mcdios dpl derecho internacional, que-
dando a salvo el derecho a la otra parte de retirarse a su vez,
si lo prefiere, o de anular el contrato. Bastaría para autorizar
a nna parte para denunciar el tratado entero, la violación por el
otro contratante d.:' una cláusula aislada, pues las disposiciones
de un tratado til'nen cutre ¡.;í un enlace necesario y se comple-
tan () se POlll pensan Ullas a otras. Ante \lna inejccuc:ón parcial
puede, pues, la otra parte p,xigir la ejecución íntegra o denun-
ciar' todo el lratwlo. (Dcree)¡o lntemaciolJul Público. Traduc-
ción de Auiceto Sala. Madrid, Pág. 145).

Phillirnore

Es importante observar que la violación de un artículo


sí~I1ifica la disolllci6n del tratado entero. ~o Jllll'de un estado
r.:'chazar o desatl'nder una estipulación y reclamar beneficio de
otra, (DXCVIIj.

Fiori

Se debe eoru;iderar como justo motivo que legitime la sus-


pensión de un tratado, la violación de ese acto por la parte obli-
- 27-

gada. Queda fuera de duda que cuando \lna parte no cumple con
sus obligaciolll's, pOIl\' a la 01ra en si tllaeión de poderse decla-
rar de"ligada del deber dI' l'umplir las suyas. Por consiguiente,
si la violación alcanzara la ,; b~tallCia o una d(' las partl's im-
portantes del tratado, se po,ll'Ía inferir la rf>solución de la con-
vención. (~ouvea\l Droit J nternationul Publico París. 1885.
Pág. 419) o

Dudlc!J-Pícld

Pna obliación creada por 1111 trata(lo ;:;(' extingue por vio-
la('ií'lI de SlIS CO)Hl¡eiones \:or!lctida por la llaciiín <¡nI' se ha obli.-
gado a ejecutar]as. (Código [utel'llaCiollal. Ar1. 202).

Riv:ocro

La illej('('ueión (Irl tratado (11' parU dI' 1lI1Ode los estados,


da al otro el derecho de tenerlo por (L~rogad() J" de exigir, si hay
ln~¡¡I',il)(lelIlnizaeiones.
-28 -

ANEXO N° 8.

Legación del Perú.

Núm. 22.

Santiago, 27 de marzo de 1894.

Señor:

Cumpliéndose el día de mañana el plazo de ocupación


temporal de las provincias· de Tacna y Aries, estipulado en el
tratado de Ancón; he recibido encargo de mi gobierno para
manifestar a V. E. que lamenta el que, por causas independien-
tes de su voluntad, no se haya llegado a la conclusión del pro-
tocolo mediante el cual ha de organizarse el plebiscito que de-
cida definitivamente de la suerte de las indicadas provincias.
Aunque el gobierno del Perú mantiene su interpretación
del artículo 111 del tratado de paz, en el sentido de que la ocu-
pación de esos territorios no corresponde a Chile después del
28 de marzo de 1894; espera confiadamente que V. E. se dig-
nará prestar preferente atención a la necesid!ld de dar forma
definitiva a las bases de transacción con reciprocidad, acorda-
da en 26 de enero del año corriente; y que igualmente se ser-
virá tomar en cuenta que el hecho de prolongarse la ocupación
de las provincias mencionadas más allá del término estipula-
do, sin haberse llegado a acordar las condiciones del plebiscito,
no puede entenderse para el Perú sino con la reserva de su de-
recho tal como lo ha sostenido, sin perjuicio de buscar, con el
- 29-
espíritu más leal y sincero, un medio honorable Y práctieo de
arribar a la solución de asunto tan int.eresante para consolidar
la amistosa inteligencia que felizment.e existe entre ambos go·
biernos.
Aprovecho esta opo~tunidad para renovar a. V. E. las se·
guridades de mi alta y distinguida consideración.

R. RmEYRO.

Al Excmo. señor don Ventura Blanco Viel, Ministro de Rela-


ciones Exteriores de Chile.
- 30-

ANEXO N° 9.

Legal'Íón dd P¡OrÚ.

Santiago, 6 de julio de 1894.

( He~:rvada).

Spi!or MInistro d~ Relaciones Exteriores.

Lima.

Señor Ministro:

Por cable, comuniqué a 1'8. ayer, illmediatamente después


de mi couferemia con el ;;!ñor Sánchez Fontecilla, el extraño
resultado de ella, tan extraño como enfadoso en verdad.
Apenas expuesto por mí, tras hreve recapitulación de an-
t~cedentes, el estado actual del asunto y el objeto en concreto
de la eonf~rencía que había solicitado, que era el de díscutir y.
acordar las condícioll('s del plebiscito sobre las bases fijadas de
comÚn acuerdo por el Ministro de Relaciones Exteriores del
PerÚ y el Plenipotenciario d,~ Chile, señor Vial: Solar, en 26 de
enero del año corriente, el señor Sánchez me manifestó, que,
ante todo, convenía fijars~ rn que acaso sería más convenien-
te y a fin de asegurar buen éxito a cualquier acuerdo a que pu-
diera llegarse, el discutir los términos de un protocolo que de-
- 31-

terminase la condición de las provindas de Taena y Arica, que


habían quedado en situación irregoular despuéR del 28 de mar-
zo de este año, en qne terminaron los diez años de ocupación
estipulados en el tratado de Ancón, agreg:ando que él entendía
qtW ese protocolo debía ('ontener la prórroga de la ocupación
dllrantealgulIos años, a fin de preparar durante ellos los medios
de llegar al acucrdo ;;obt'e el pleh:seito, apI'oYt'ehando !a ocasión
más propicia en ambos p;¡íses ¡ura lln'ar: t
a cab~; y qlB (',te
)

me lo proponía ('<lmo idea personal suya,


Aunqne ('omprendí, desd(> luego, que tan -insólita proposi-
ción f'ra el resultado de los aClI('l"dos tomados en consejo de go-
bierno como una exploración o tentativa de una nueva dilación,
me apresuré a signifi(>.ar al señor Sánchez, que era de sorpren-
der semt>jante insinuació¡:, aunquc no fnera más Q1H' por el es-
tado aetual de la negociación, 110 solamellk i¡¡('oada, sino en
parte realizada con el acuerdo sohrf> SlIS bas('s ~enerales; qUt',
por lo mil-uno qne ('ra irregular el estado de las provincias deS-
pués del 2H de marzo, el g-ohiprno del Pt'rÚ no podía contribuír
a legalizarla pOI' a{'lJ('I'(lo uinguno, t>i;timándola como una sim-
ple ocupación <'1<> heeho q\le tl'llía el (1('\wr <1(>hac(>r cesar q/((f.jl(
prim.um, apresurando, ant.e¡.; que postel'~aJl(1o, la negociación
prescrita por el pactn recordado; que (,Il las pr·evisiones de mi
gohierno no podía, ;;;in duda, haber (>ntrado (lue su represen-
tante c"cuchara (>sto ('omo primera palabra del señor Ministro
en la confcrencia que -tenía por objeto detallar las formas y
garantías del plt>biscito, ya acordadas en algunas de sns condi-
ciones fundamentales; que mi opinión personal era que no po-
día ni discutir"e semejante idea, pero que mi delH'r era dar
cuenta a FS. sobre jncidente tan inesperado como sensible por
más de una consideración.
El ¡.;eñor Sáneht>z se apresuró a ratificar el conc('pto de que
la insinuación a que me refería debía considerarla como una
idea personal suya, encaminada a facilitar, como me lo había
- 32-
dicho, la conel usión d~l protocolo en términos satisfactorio!,
acechando la oportunidad más propICIa, por el estado de la opi-,
nión de ambos países y por la normalidad de su situación, Alu-
día el señor Sánchez ala proximidad de la nueva agitación
política que traería la elección de presidenb en Chile y a la
inauguración del gobierno nacido en el Perú de las eh~cciones
ú'timas; pero (~onclnyó por expresarme, que, sin embargo de
la opin{ón manifestada, no tenía inconveniente para entrar en
la negociación del protoeolo para organizar el plebiscito j pero
que debía advertirm~ qne sería discutiendo desde la primera
de ms condiciones, hacicndo tabla rasa (palabras textuales) de
to(lo lo que yo había indicado corno bases acordadas, pues las
que había ajustado el señor Vial Solar con el señor Jiménez,
no habían merecido la aceptación de su gobierno, que, por el
~'.mtrario, se había apresnrado a desaprobar su conducta, en ra-
~ón de que se había separado de las instruccion~s que se le die-
ron para negociarlas, (1).

(1).-BI señor Viial Solar, ministro de ChUc en fl Perú, publicó


en 1900 la historia de estas negociaciones, y en el capitulo que nom.
bra Incidente Diplomático, diee lo que sigue:
• "En este punto de nuestra reln('ión, y como explicaci6n de los su"
cesos que tendrian lugar en seguida, deltemos referir Ull incidente
diplomático que, aunqtw de importancia relativamente es('asa, después
de la acepta<'ión por amhas (~an('ill('rías del protocolo. de 26 de enero,
llegó ('on t.odo, a t('nerla muy ('apital, por la ('ireunstaneia verdadera-
mente curiosa de haber BeT\'ictomás tarde de motivo para un cambio
violento de la situación diplomitt.i('a creada por aqud feliz acuerdo
internacional.
"Lna vez tirmado ,,1 proto('olo de 26 de enero, se produjo entre
el ministro de relncion('s exteriores de Chih' y su repreSl'ntnnt(' en Li.
ma una ,)isiden<'ia de carftd,'r IHlsajero, ,'n la eual la opinión pública
d('1 país, ignorando las ('nUAIlB,lo" dl'talles y los resultados de ella,
creyó v('r lo que nunca había existido, ('sto es, la no accptación del
arreglo diplomático citacIo por parte de la cancillería de Chile y la
33 -

A penafl pude contener la cxpresIOn no ya del asombro si-


110 del disgusto que debía producir :r me produjo tan inespera-
da declaración. Con la firme7.a que la situación me imponía,
hice notar al señor Sánchez que el señor Vial Solar era el :Mi-
nistro de Chile en el Perú y debidamente autorizado cuando

"on~igui('nt<, ,l<,~antorizae'i('n .1,' todo ]0 o],ra.lo ,'n T,ima por el minis-


tr p],'nipotendario d(' Chil('.
"Las mismas ,1(·elaraeion<'8 "ollteni,las ('11 ostp mpmor{¡ndnm (el
número 71 de la página 190) fnoron h('('\w8 "asi al IlIismo li('nlpo por
d s('ñor ministro de] 1"'rÍl :!('r('r1it:t<lo (>11 Sa1ltiago, Ilon Halllón Ribpy.
ro, a] ministro ,lt.' ft·laeionp~ t'xtl'rioft,s, spiíor Blan('o Vid, ~-, ('on pilas,
~ste Ítlt imo aeeptó ,.] ]'roto('o]o dl' 2n de' l'n('ro, ratificando ]0 heeho
al rt's(lel'Ío por ('1 millistro Vial Solar, y entran(lo en se~uida a vir-
tud (le esa ae('pt:u·iÚII. a tratar ('omo ]0 hizo .'0 hasta que dcjtí ]a car-
tt'ra d(' r('lal"Í01l('s t'xt"rior('s: ('on t'¡ ministro dd P,'rÍt. sohre ]08 deta-
lles d<'jados l'n ,,1
proioro]o para Sl'r ne~ol"Ía(los s"l¡;¡radam,·nte.
"Estl' inl'iclente diplom,¡ti('o, romo 8e ~.hi'-'rt" por ]0 r(']aeionado,
no tnvo pUl'S, la importan"ia '1Ul' los "om('ntario~ (Il' la pTl'nsa, ma] im-
puesta d(' lo (jlw <,nt01lC('8 su('('día tras el velo cl\'1 sigilo diplomáti("o,
]e .lieron ('n ('sa €opo"a. La can('ill"ría ehilt'nll, I".Íos de desautorizar
en <,SI' til'!ll po a sn ropro~ontante ,'n Lim:t y de rel"llazar ]a ne~oda-
ci6n t:tn feli7.llI('ntl' teTlJlilllll]n dI' lo pacta(lo, inil"ió y ('ontilluÓ por al-
gún til'mpo la nl'gol'iadóll (·.ompl<'nl(~ntaria, qne, por clesgracia, quedó
interrumpida "on C'I ealllhio tIp gahind,' C[nC' sobr('villo "ll PHas "ir-
('.unstancias.
,¡ DI' otra 8tH'rlt' y a] HI'r ('fl'l'Íivo~ ]os rUlllOrl'S que ('nton('('s se
propalaron 1'01" !tI pr('nsa :d re81'1·(·to ¿.eóJlllJ s(' l'''pli •.aría <¡ue todo ello
no fu('ra Ilotifi"a,!o al gObierno ,fp! Perú, COUlO era pr('(·iso qllt> ]0 hu-
!>i•.ra sicln, pura <¡u•. tn"i(ora valor dip]om:'tti('o, y, a] contrario, se man-
ludera a {oste ignnranlt· de ]0 Hu,·•.dido~
"Lo Qlh' vino fipHPllbs :-. ('uaflo ~'a ('1 fwñor Blaut'o Viel no era.
rninistro de l'('la('i(llH'S ('xt('riorl's, no qU(,l't'U10S nosotros ree.ord:-t,T]O .
'Ello s(' r('I:H'iolla "011 IIna historia di1'lom:ltiea, so],re 1:, cual 110 con-
viene ta] \'l'Z en los a"\ 11:\]('8 1ll0lllt'ntos ahrir ,'1 juieio hist6rico' '. (Ja-
vi('r Vial Solar.--pr¡gillas Dip]OlllÚtic:ls.-Hantiago d(' Chile, 1900).
-34-

ajustó las bases enunciadas, ligando, por lo tanto, a su gobier-


no, que en ningÚn tiempo manifestó antes de ahora que no tu-
viese por bueno y cumplido lo que su plenipotenciario había.
ajustado en su nombre, y que, por el contrario, el antecesor del
señor Sánehez PTI el departamento de relaciones exterioreS, se-
ÍLOr Blanco Viel, lejos de repudiar o desconocer las bases de 26
de enero, cuando fui rncargado por mi gobierno de negociar
aquí el desarrollo de ellas y el acuerdo final sobre las condi-
(dones del plebisc do, había comenzado a discutir y cambiar ideas
sobre el particular sin observación alguna, hasta que los suce-
sos políticos ocasionados por las elecciones, habían conmovido
la situación del ministerio e interrumpido la negociación. Que
esa fué la orasión en (l\It' pudo hacerse conocer al gobierno del
Pl'rÍ1 lo qur hoy se me decía acerca de una rlesaprobación que
nada podía harprla presumir, y que, por lo demás, no debía ni
Jlodía afertar al país con el cllal se había tratado, según las
Jlrádi(~as mmales y las reglas rle mutuo respeto y de seriedad
que dominan las negociaciones diplomáticas; que ante lo impre-
visto del caso y sin perjnicio de mantener las apreciaciones que
acababa de formnlar, me apresuraría a trasmitir a mi gobier-
no la gravp p in'~sperada declaración que tenía el sentimiento
de haber escuchfldo, qne no mp permitía ya acción ninguna has-
ta recibir las instrucciones que tenga a bien impartirme.

El señor Sánchez mantuvo la corrección del proeedimiento


de su gobierno en tesis general, entrando ya en detalles acer-
ca de los motivos de la desaprobación, que a vuelta de anfibolo-
gías y prccaucionps de lenguaje, rnderezadas a no avanzar opi-
ni<lll sobre sus rlcsi~llios en ('llanto a las nuevas y futuras bases
del protocolo, dejaban comprender suficientemente que se tra-
taba de qne el señor Vial Solar consintió en el cambio de redac-
eión de- la base primera d(' 26 de enero y en suprimir las últi-
mas. relativas a la constitución del arbitraje sobre los recla-
mantes chilenos y el retiro de la opisición al de Suiza. Me hizQ
-35-

saber, con este motivo, qne el mismo señor Blanco €ra qui€ll ha-
bía desaprobado la <,anuncta del :-ieñol' Vial Solar, retirándole
:-in ('onfiallza para continuar la nrgotiaciÓn; (IU(~,por tal moti-
vo, se había trll:-iladado ¡¡ {'sta capital; y (llle ('1, por Sll pal'te, lLO
podía hacer otra cosa distinta.
No ocuparé a 1'S. en la relaeión detallada de lo que ex-
pmw al señor Sánehez ac('rea del repudio, irregular en mi con-
cepto, de los actos del señor Yial Solar; pero sí es de mi deber
hacer constar qne en todo caso observé al señor Sánchez, que
cualesquiera qllr fur>;en las (lesidencias d{' opinión sobre lo que
era o no permitido a los gobi('rnos en casos semejantes, dentro
de los límitrs del derecho ('stricto y del uso, (,I'a un hecho que
el jefe d~] departam('nto ele R('laciones Exteriores, había prin-
eipiado a (',onferen{'iar eon el Ministro del PerÚ sobre las bases
acordadas por ('1 señor Vial Solar. y que esto ponía punto a to-
da disidenria dI' doctrina, para poner la cuestión en el terreno
que exigen la buena fé y los miramientos recíprocos. No podía
tampoco rretifkar 10 J'l'lativo a la traslación de las negociacio-
nes a Santia¡!o, manifestándole que no t¡'nía noticia, ni mi go-
bierno, de que la ealwillería de Chile así 10 hubiera decidido,
consultando r1 ¡¡('\lerdo <11' la del PerÍl; ~. {Iue antrs bien, la ini-
ciativa había partido del gobiel'l1o peruano, que aceptó esta
(·(\Iwillrría. por habpr I'xpuesto el señor Vial Solar que sus ins-
trlH~eion~¡; earreían de la amplitud necesaria para completar
las estipulaeiones del protocolo, cuyas bas<>s acordó con la Clin-
~iIIcrí!'. pernana cn 26 de enero Último.
romo la ronfrreneia, lejos (le ser :'11 lÍtil, podía cOTlv~rtir-
He 1'1\ jlrlign)sa, por lo mortifiealltc <lel incidente y la discusión
a que podía ('ol\(lucir, púsl'le allí tÍ'rrnino. no p\ldil'ndo ni d(··
bi{'ndo adrlantarwt' a las apreciaciones y deRigni,)s dpl supremo
gobit'l'l1n quc tpng'o ;.! deber de intt·rpretar.
Téngoln también de no omitir dato ni opinión que pued~
conducir al supremo gobierno a formar concepto cabal de la si-
-36-

tuación que el grave incidente de que doy cuenta crea, no só-


lo para la negociación pendiente sino en las relaciones de ambos
países,
Desde luego, puedo ratificar en esta ocasión 10 que otras
veces he expuesto en <manto a las miras posibles de este g'ohiel'-
no respecto de Tacna y Arica. El señor Sáncbez me declaró
ayer que Chile no vincula interés económico ni territorial en la
conservación de esas provincias, corroborando así, lo que an-
tes se me ha dicho por diferentes personajes de posición más
o menos prominente en el país; pero se me expresó también
que era objeto de un interé!'l, qne el señor Sánchez, apellidó mo-
,.al, procurando definirlo como gaje o prenda de armonía que
una situaeión propicia y tranquila en ambas repúblicas per-
mitiera utilizar.
Esta i~ea, envuelta en vaguedades que no logré adquirie-
ran mayor precisión, explica la proposición del señor Sán-
chez al principiar la conferencia, y se deriva sin ninguna cla-
se de duda de la situación insegura y visiblemente precaria del
gabinete, que no <menta para sostenerse sino con la tolerancia
de los partidos transitoriamente unidos, o mejor dicho, en tre-
gua, mientras no se presente una cnestión de interés interno
o externo que sea suficiente para utilizar el sentimiento públi-
co y dar cierto grado de cohesión que permita apoderarse del
poder a cualquiera de los elementos indisciplinados en que se
halla fraccionado el partido liberal.

Creo por esto que el actual gabinete no abordará ningu-


na cuestión seria de orden interno o externo, que pueda susci-
tarle oposición o dificutades en el congreso, comprometiendo
su existencia, y menos naturalmente, las qne como la <le Tacna y
Arica, se prestan para convel'tirlo en instrumento de agita-
ci6n popular y dc l'Uidosa adhesión a interés qne. \lila vez mÚs,
se me ha declarado que no es en realidad nacional.
- 3'; -

Seguramente el asunto se abordaría si el Perú consintie-


ra en recibir desde el primer momento la imposición de condi-
ciones en el protocolo que destruyeran las garantías racionales
y jurídicas del plebiscito, a la vez que comprometieran su de-
coro, colocándolo en situación de inferioridad o dependencia,
que ni la adversa suerte de las armas puede disculpar como
abandono del derecho y de la honra.
IJas mismas consideraciones expli~n también el repudio
de las bases de 26 de enero, hecho por el señor Blanco Viel,
que, como (,1señor Sánchez, Cl'(>!aAl'ica y 'raena inútiles, sino
g'rayosas, para Chile. Preséntw'(> ¡¡"í l'l singular caso de que,
al propio tiempo que se reconoce por los hombres de gobierno
d~ las má.s opuestas opiniones políticas, que 108 territorios en
cuestión no significan nada para su país, por sí mismos, es ma-
nifiesta la misma conformidad, bien en allegarse recursos dila-
torios, bien en no abrir negociaciones sino sobre bases que el
PerÚ decorosamente y con sujeción al derecho propio y al de
las poblaciones ocupadas, no podría aceptar.
IJa impotencia de cada partido para dominar por sí, ago-
tándose en luchas por alcanzar encumbramiento transitorio y
(>11 el acecho de faltas ciertas o pretendidas de SUB adversarios,
haee perder de vista los ideales de principios y las convenien-
cias nacionales reconocidas, y así es como ningún gobernante,
<lesde hace dos años, osa realizar con el Perú un arreglo que re-
conocen bueno y justo, por la preocupación de influencia po-
lítica. tan estéril y pequeña cuando no tiene en mira el triun-
fo de una idea o conveniencia legítima o la derrota por fide-
lidad a ellas.
l\le ha sido precisa esta (ligTP:;i(11l para contribuír, en
cuanto me concierne y como resultado de mi atenta observa-
ción de los sucesos y de la lucha de partido en este país, a per-
snll(lil' él USo que, en mi concepto, no hay inmediata perspecti-
\'(1 de un arreglo razonable, o lo menos, mientras la evolución
política que determinará acaso la próxima elección presiden-
cial, no dé a algún partido político fuerza y consiBtencia sun-
eientes para imponer sin dificultades lo que, en orden a. las
cuestiones pendientes con el Perú, sea conforme a su programa
~. ('on veniencia.
Como complemento r antes de concluír, es oportuno adver-
t.ir que las dificultades insuperables que por el momento se pre-
wntan. sobre toJo después de las elecciones del 4 de marzo, en
que ninguna pare:ialidad domina en el congreso, nacen exclu-
sivamcnw de preocupaciones de política interna, por el pode-
roso incentivo que hay para los partidos en la próxima lucha
para la presidencia de la república; pues la influencia de las
sugestiones de Bolivia para hacer de Taena y Ariea el precio
de la eesl()n definitva de su litoral que perdió en la guerra, ha
perdido toda impol't,mcia hace tiempo, por motivos que son co-
nocidos por USo
Dígnese USo dar cuent.a de este oficio a S. E. el Presiden-
te de la República por la excepcional y grave emergencia que
le da origen y que hace necesaria una decisión tan seria como
inmediata.

Dios gnarde a US., señor Ministro.

R. RmEnO.
-39-

ANEXO N° 10.

Cuestionario destinado a fijar los puntos en disousión (.)

1",-;.8e ll¡"id!' 1'11tres sl'eeiolles ('1 tl'\'l'itol'io ul' 'l'aella y


Arica 1
29.-1Jímite meridional, desue el Pacífico hasta el deslinde
con Bolivia, de la sección del norte.
3".-IJÍmit e Sl'! Plltrio/lal, desllv 1~1Pacífil'o hasta el d('slill-
de oriental con Bolivia, de la sección del sur.
49.-La sección n,orte queda anexada al Perú, y la sección
sur queda anex~da a Chile.
59.-La posesión definitiva de la sección del centro Berá
determinada por un plebiscito.
69.-Las anexiones acordadas desde luego, no están, sin
embargo, llamadas a modificar ni restringir las funciones po-
líticas y administrativas que Chile ejerce en los territorios de
'l'acna y Arica.
79.-8e prorroga hasta el 28 de marzo de 18!}8, el plazo de
diez años acoruado en el artculo 39. del tratado de Ancón.
8v.-Aquel de los dos países que obtenga en el plebiscito
pagará al otro .... miIlones de pesos, moneda chilena de plata,
o soles pl'rtHIIlOS dI' i¡.!'ual I"y y lH'SO.

("").--Est.l" "-\H'stiouurio fui' <'lltn·g:«lo d IH .I\' oetubrv. y d Sl"


ñor Sl'tnthez }"onh.'cilln TPlIUUl'ib, junto ('011 (11 gahilH·tt' de flue forma-
bu parte; el 5 <1,\ noviembre siguil'llte, prolong'll\,lose la erisis Illinis-
terial hasta t'! 7 de diei<'lllbrl', \'ll l¡Ul' Sl' ol'galliz'-' ,.¡ Illillist\'l'ill Barros
Lu('.o, Ah'ndo 1llini~t 1'0 (le l'l'la('ioll(,s P.\.lC'l"iort'H dOH Luis Ba.rr()~ Bor~()il0.

Luco, y se <'llcargll ,le la (·aJ't.'ra <1e I'ClaciOll<'S l'x!\'l'iol'('s don Lllis Ba_
rros Horgoiío.
-40-

ANEXO N° 11.
Legación del Per(¡.

Santiago, octubrf19 de 18.94.

(Reservada) .

Señor Ministro de Helaciones Exteriores~

Lima.

Señor Ministro:

H{)~r pude tener ·una ('ntrevsta, aunque breve, con el se-


ñor Sánches Fontecilla, en los escasos moment.os que pudo dedi-
carme, entre las confcl'encias con tres de mis ~olegas y el acuer·
do con el president.e para asist.ir en seguida a la s~ión dI' di.
putados.
El seiior Sánehez, a mis interrogaciones, prínclplO por ma·
nifestarme que ('11 nuestra ant.erior conferencia había olvidado
mostrarme un memorándum o apunte qUi' contenía la serie de
proposiciones que, a su juicio, podían servir de base a la dis-.
eusión, ad"irtiéndome que ellas tl'l1ían la forma de interroga-
ciones, para qne, si eran aceptadas en ('sa forma o en "Otra que
se acordase, convertir/as, sin más trámite, en un protocolo que
las resumiese como convenio formal; que durante esas confe-
rencias, que él creía, seg{m su espíritu, que serían breves, ca-
brían las que yo sustituyese si no estimaba admisibles las suyas,
-41-
Pasó, en seguida, a manifestarme el apunte que contenía
las ocho proposieiolles indicadas, reducidas a lo~ puntos que he
comunicado a PH. en mi telegrama del 28 del mes próximo
pasado y cn la nota de la misma fe(~ha, número 70. Entre ellas
está la proposición relativa ¡¡ la ill(lel\lniza(~ión cuya eifra está
en blanco, .)' la que se refiere a la p)'ÓJ'l'o~U del tiempo de oeu-
paeión hasta marzo de 18!IH, si no i'sto.)' equivocado en el mes,
por cl po~o tiempo (Iue hubo dispon ible.
Como yo le obsl'rvara que faltaba entre esas bases () int('-
rrogaeiones la que (~onsid(>rábamos ('apital, re!¡Ltiva a la igual-
dad de representación, no tuvo obtsáculo para convenir en que
sería consignada en la forma dr reciproci(lad, de que hablan
las bases de 26 di' enero. 'ro('óme, a mi n'z, la oportnnidad de
decirle, que no cra aceptable esa expresión 1lI1 tanto oscura y
anfibológiea y oca.sionada, por lo tanto, a illti'rpretaciones di.
vergentes, y (lue ¡;;i tweptaba 1'1 pr'incipio, era. preciso (~onsig-
narlo en forma clara ~. no to;ujeta 11 (ludas, lo (lile acabó al fin
por reconocer,
Llp~{¡ entone,'s la vez (le observar qm' sus proposiciones no
comprendían tampoeo na(la (lr lo relativo a las ralidades de lo;;
votantes, (lue debía con;;i(ll'rarse y era, sin duda alguna, pun-
to fundamental. Desde lUl'go, el st'Íior SánclL'z me manifestó
en'er que '('sa est ipulaeiílll ¡lona reserva rse para un acuerdo
postcl'ior, s('g'Ún sUto; idpas, !lUt', t'1l r('SUlllt'n, pueclt'n pxpo-
lJC¡'se así: lato;proposieiollPs a que' acabo (Ir l'pft'rirllle seríall pl
objeto de un protoro)o illlncdiato, (lue, una V~ ratificado, da-
ría lugar a proceder en :;cg'lIida a a,just al' los detalles de la for-
ma y eondiciones ya del plebis('ito mismo, entre las rllalcs es-
taría la relati\'a a los rp({lIisitos de los snfragantes, Insistí t'n
mi observación de (IUt' esa era (~lÚnsula SUto;tantiva, en tanto
que el segundo protocolo o acul'I'do sobre la forma de proce-
(limiento, podía estimar'se "ólo eomo reglamentario, )J"o pudo
d('scol1oeerlo el seÍiol' ~ílllehez y di:;eut imos rápidamente so-
-42-

bre el particular, habiendo llegado, por mi parte, a figurarme


que no sería imposible obtener la condición de un año de re-
sidencia para que los extranjeros fueran considerados con vo-
to. Por los motivos que he expuesto a UR, no pude entrar en
detalles ni ohtencr el asentimiento explícito de que consignaría
este punto entre las proposiciones que me mostró y que me
ofreció redactar de nllt'\"o y rcmitírmelas tan pronto como
fucra posible, por insinuación que le hice para ello.
Lo más importante que pasó en la conferencia, después de
obtcnf'r qn' consignaría la igualdad de condiciones de Chile
y el Perú en el plebiscito, fué la insistencia considerable del
señor Sánchez para persuadirrne de que era preciso convenir
en la prórroga, diciÓndome, ~ta vez, como la anterior, que
ella no importaba el que llegase al máximum pactado, que era
¡.;ólo un límite dentro del cual se podría cumplir la reglamenta-
ción y ejecución del plebiscito. También, por mi parte, insis-
tí en manifestarle l}lle no l';abía el propósito de mi gobierno
sobre esa condiei{llI, q tiC a mí particularmcnte me parecía ex-
traña el acuerClo en proytlcto y aún, en cierto modo) opuesto a
él, en cuanto prolongaba una expeetativa e incertidumbre que
se encontraba ya en el Perú muy prolongada.
Fué esta la ocasión en que el señor Sánchez me manifes-
tó el designio de su gobicl'llo al proponer esa condición. Cree
éste qlle la complicaeiím del plebiscito con la agitación elec-
toral para la próxima renovaeión del jefe del poder ejecutivo,
era peligrosa para Chile e imposible de afrontar para su go-
bierno.
Si es esta consideración de política interior únicamente la
que determina la exigencia, o si hay algún otro designio des.
conocido, es cosa que no podría decir; pero sí que fué lo único
en que el señor Sánchez se mantuvo con inusitada firmeza, lle-
gando a decirme que creía que la suerte de todo el proyecto,
así bosquejado, dependía de que pasara esa proposici6n.
'-43-
Naturalmente hube de limítarme a escucharlo sobre el par-
ticulat', y sólo me pareció oportuno insinuarle que una consi·
deración análoga de política interna, que arrancaba del senti-
miento popular, era quizá entre nosotros motivo de una aspi-
ración opuesta.
Por lo que pueda importar, creo útil advertir a USo que
esta es la vez primera en que he visto incorporada la cláusu-
1:1 de la prórroga a las eondiciones que me indicó el señor Sán-
chez el 28 de setiembre, pues aunque en la conferencia de ese
día me habló sourp el particular, fué al terminar, indicán-
dome que el señor r~ira tenía instrucciones para negociar la
prórroga, lo cual pa recía demostrar esa negociaci6n como sub-
sidiaria. Así implícitamente está considerado el caso en el ofi-
cio que escribí a USo en la misma fecha.
Por lo demás, el señor Sánchez tiene vivo empeño en obte-
ner una respuesta (¡ue permita ir al a(:uerdo, sugiriéndome,
con este motivo, el que diera cuenta a US., por telégrafo, de
lo sustancial de la conferencia, como lo haré hoy mismo, si el
tiempo me lo permite, y, en todo caso, el día de mañana.

Dios guarde a US., señor Ministro.

R. RmEYBO.
-44-

ANEXO N° 12.

El día de la fecha, reuniéronse en este despacho el Minis-


tro de Relaciones Exteriores, don Manuel Candamo, y el Envia-
do Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Chile, don
Máximo R. Lira, por petición de éste último, quien expuso que
haba solicitado esta conferencia con el objeto de invitar al pri-
mero a discutir las bases del protocolo a que se refiere el artícu-
lo 3Q del tratado de 20 de octubre de 1883,
El sellor Ministro de Relaciones Exteriores dijo: que sien-
do la junta a que pertenece un gobierno de transición, cuyo
mandato terminaría en breve tiempo, consideraba que, tal-
vez, no era oportuno el momQnto para abrir una negociación
de esa naturaleza; y agregó que el señor Lira también lo ha-
hía cOllceptuado así, pues cuaJl(lo estuvo a despedirse en el
Ministerio antes de emprender su viaje a Chile, le manifestó
que hacía uso de la licencia que su gobierno le había conce-
dido porque creía que la discusión de este delicado asunto in-
ternacional tendría que aplazarse hasta que se estableciera el
nuevo gobierno, en vista del carácter provisional de la junta.
El señor Ministro de Chile contestó, diciendo que era exac-
to el recuerdo invocado por el sellor Candamo, y que efectiva-
mente ~reyó, durante cieno tiempo, que la junta de gobierno
no abordaría la discusión de cuestiones internacionales . .Así lo
hizo prescnte a su gobierno, y éste persuadido también de que
esas cuestiones no serían tratadas, lo autorizó para ausentarse
(le Lima. Posteriormente, sin embargo, la misma junta, acredi-
tando 11n plenipotenciario (~erca del gobierno de Bolivia e in-
tentando cm·iar otl'O a Santiago dió a entender que creía opor-
tuno ventilar aquellas cuestiones y que deseaba tratarlas, pues-
- 4fi -

to 'IIIC es natural que eHas fm'l'Hl1 (OOlllt>mpla(las Ctl las instrue-


('¡ones ¡¡llP lrnía qne nal' a los milli"tl'os que enviaha al ex·
tranjero, Por lo demás, flunqne la jll11ta haya de desapare('er
IlH'¡!O, !':iempre (·onn·nilría gunH\' ti'lllpo y adelantar traha-
jo, con tanta mayor ~·azón. dijo (,1 ,,('[\O\' )'linist¡,o (Ir Chile, ({"('s-
d(' qur rste Último no sería Jw[·(lido. porque snpolH' qllf' la jnn-
ta procedl'ríl en l'ste asunto dr fl\'lJerdo (>on el .iefe ya cOl]ociilo
del futuro gohierno.
El sef\or :Ministl'O (11' Rrla('jo[I\'<'; Extl~l'iores prometió so-
ml'ter a la consideración de la jllllta de gobierno la invitación
del srñor l\finistl'o de ChiL~. y, con esto, terminó la conferencia,

En Lima, a fj ele agosto de ] 895.
M. CANDAl\IO.

M. R. LIRA.

El día dI' la f.'cha, ['eulliÍ>I'OllSI' en I'ste d('spae]¡o, 1'1 :\fi-


nistro d(' Relaciones Exteriores, don 11anuel Candamo, y el en-
via.Jo ('xt raord ina río y Ministro Plen ipotenciario de Chile, don
Máximo R. Lira, y el primero expuso (lue estaba dispuesto a
oír las proposiciones qne el segundo quisiera haeerle para la
ejecll('i6n del proyecto enunciado en la conferencia del día 5,
El señor Ministro de Chile expuso que, estando contem-
plana en d tratado dI' Ancón la }lokihiliaad <1r que las provin-
cias de Tacna y Arica sean anexadas a Chile, deseaba saber
si, a .inido del gobirrllo del PerÚ, (~abría ]~ negociación de un
arreglo que condujese a obtener ese resultado sin necesidad de
apelar al plebiscito, y presentó en favor del arreglo directo,
-46-

nllml'rosa~ consideraeiones emanadas, principalm(mte, de la ne-


cesidad dc proveer a la consolidación de la paz en la América
del Sur.
El señor Minis.tro de Relaciones Wxteriores manifestó que
no reputaba aceptable ningún arreglo directo que no tuviese
por base la devolueión de las provincias de Tacna y Arica, en
qu~ está firmemente pmpeñado el patriotismo nacional; y que
a'ií como Chile pan-da decidido a mantener las expectativas
quP había creado rn su favor el tratado de Ancón, también el
PerÚ estaba resuelto a mantener las suyas.
Discutióse ampliamente este punto hasta que terminó la
conErreneia, quedando establecido que se eliminaban del de-
bate todas las proposieioncs tendientes a resolver la cuestión
po/' medio de al'reglos dirpetos .

En Lima, a 9 de agosto de 1895.

M, CANDAMO.

1\1. R. LIRA.

El día dc la fecha. reumeronse en este despacho el señor


Ministro de Relaciones Exteriores, don Manuel Candamo, y el
Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Chile,
uon Máximo R. Lira.
El señor Ministro de Relaciones Exteriores expuso que,
estando eliminada del deb&tc la idea de buscar un arreglo di-
recto para la resolución de la cuestión referente a la nacionali-
dad futura de las provincias de Tacna y Arica, sería ya tiempQ
-47-

de entrar a discutir bases para el plebi¡;cito, y comenzar por


rstablccer cómo se fOl"llla la autoridad qur habrá de presidirlo.
El ¡;,~ñor "Ministro de Chile manifestó que, en su concepto,
(l(>hía COInr'IlZart;(' por otra parh'. A ¡los ('lll1l1ieiollps sustancia-
l('s, dijo, ha sometido el tratado de Ancón la suerte de las pro-
vincias de Tac11a ~- .Ariea: (¡ne un plebiscito las adjudique al
PerÚ o a Chile, y qn(~ aquella d(' estas dos naciones qne las ob-
tenga pagur a la otra lI11a slIma determinada de dinero. Se ha-
ce. pues, indispensable, para asegurar la eficacia del voto ple-
biscitario, avrriguar previamente si aquellos disponen de m¡~-
dios para cumplir con la segunda condición. De a(~uerdo con es-
te modo de pensar, rl señor :\Iinistro de Chile ofreció, en nom-
hloc (le sn g'ohicl'llo, garantir.ar suficientemente su capacidad
para hac('r ('l despmbolso de la suma que dehet'Ía pagar si el
plehiscito le fa\"oreci¡'::w, y pidió al señor 11inistro de Rclaciones
Exteriores que hi('ies(' ot.ro tanto por partc del PerÚ.
Contestó a esto 1'1 señor Ministro de Relaciones Exteriores,
qne el Perú podría pagar la indemnización qne le correspon-
diese en bonos de la deuda pública, o en din~ro, dentro de un
plazo que no bajasf' dr nn año contado desde la fecha del voto
que le hnbiese devuelto las provincias de Tacna y Arica.
El sf'ñor Ministro de Chile no encontró aceptables estos
ofreeimientos. ~o el pago en bonos, porque eso equivaldría a
110 liquidar completamente la situación j" dejaría subsistentes
elltre Chile y el PerÚ relaciones de acreedor a deudor, de que
suelen s1ll'gir difienlta(les o molestias. Tampoco el pago dentro
(1(>1In plar.o, porqllr ('hil(' ~. 1'] I'Pl'Ú qu('c!al'ftll ('olorados ('11ulla
situación falsa si 1'1 primero, como pareee natural, hubiera de
continuar ocupando Taena y Arj('a hasta q\le el segundo hu-
biese ('f~etllado i'! pago de la indemnización. Por lo demás, agre-
~Ú. pl plazo in¡licado es innecesario, porqne el Prrú puede, des-
de ahora mismo. buscar las snmas (Iue adeudaría a Chile y te-
nrrlas prontas para cuando el plebiscito se haya efectuado, lo
-48-

que slIcedrrá pt'obahlemente ('11 un año, más o menos, contado


desdr la fecha.
Habiendo pedido el scñor Ministro de Relaciones Exterio-
!'('s al s('ñor Pl('lIipott'l1ciario de Chile, qne pl"{'cisase su propo-
sición a est~ respecto, el Último dijo que se podía acordar algo
parecido a lo si~lIiente: un mes después de promulgado el fa-
llo plebiscitario, Chile, si Úste le fuese adverso, devolverá al Pe-
rú las provincias de 'faena y Ariea, y el Perú pagará a Chile
las SlInlas que t'('slIlte debiéndole; Chile, a su vez, contraería
una obligación idéntica. Es entendido que la efectividad de es-
tt' pago debes'!' garanl izada, desde luego, suficientemente,
El señor }[illistro de Relaciones Exteriores dijo que con-
sultaríá el pnnto ('0\\ "liS colegas de la junta dc gobierno, y ter-
minó esta conferencia.

En l,ima, a 20 de agosto de 1895,

M. CANDAMO.

M. R. IJIRA,

En t'l día de la fecha, reumeronse en este despacho el se-


ñor 1\fí¡lÍstro d(' Hp]¡WÍOIH':, Exteriot·('s, don Mallll:'l Candamo,
," el Enyi<Hlo Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de
('hile. don Mflximo R. Lira.
Con1 ÍIIUÓ tratándose el pnnto que había quedado pendien-
tl' l'1I la COtlfenllCia anterior, relaliyo al plazo y garantías para
el pago de la snma qne, conforme a lo estipulado en el tratado
dp A !H'ón, ¡Jrhr ]lC¡eP¡' al ot 1'0 país, a aquel que, como l't~suItado
{1:1 pll'biseito, adqllít'ra e1 dominio definitivo de las provincias
(1(' 'fat'na :' Arica.
-49-

El señor Ministro de Relaciones Exteriores expuso que el


plazo de un mes, fijado por el señor Ministro de Chile, era de-
masiado estreeho, debiendo ser el mellor que se estipulase de seis
meses. contados desde la promulgación del fallo plebiscitario,
y que ell Cllanto a garantías no juzgaba necesario que se pac-
tara ninguna especia!, torla vez que algo se halle establecer pa-
ra el caso cil' qlll' no se l'fedÍle el pago dentro del plazo con-
\'t'nido.
El se¡¡ol' ?\Tillistro Plenipotenciario de Chile dijo, por su
parte, qlle illsistía en cOlIsid~rar snficientc el plazo qne se ha-
bía ¡¡el'mitido ill(licar en la conferencia anterior, por estas dos
raZ01H'S: 1" por(I'w el PprÚ ha rodillo estar acumulando fondos
para el rescat' de las provincias (le Tacna y Arica, desde que
suscrihió, l'll O('1llhl'P, d¡' lHH~, el -tratado de Ancón, en que se
estípuI{) el paf!o de lIlla sllma de dinero por él; y 2~ porque aho-
ra /llislllo pll,'dp illieial' j;!estiollrs para obtener esos fo'nrlos, dis-
poniendo así, ('011 ('st-'oh.il'to, r1l' 11II plazo de más de un año, que
sel'ÍI se¡!.'11J'allll'lItprl l}IIP 1raseurrirá desde la fecha hasta la de
la Pl'OJll11I¡rcwión del fallo plebis('itario, Con relación a la ga-
l'lllltía <"¡lit' ell S1I I'OllC'epto, debell ofr:'cerse mÍ1tuamente Chile
.v ('1 Pt'rÚ ('Olt el propósito (le :lSe~'IIl'Ill' la ¡'jl'('l\Pi(1I1 (1¡,1 fallo
plebisC'ital'io, dijo el "efiol' T~ira que continuaba reputándola ne-
cpsa ria por las eonsitlel'acloucs qne había expuesto latamente
en otras con f'crr!1eias y que conservan toda su fuerza. Sin em-
bal'go, cOlleluy(" talvez srría aceptable el reemplazo de esa ga-
rantía pOI' al¡!IUlH disposiciúll (In(' asegure de otro modo la re-
SO]¡J('iÓll (l¡'fillitiva de la I'lIestióII "derente a la nacionalidad
futura del tel'l'itot'io elr TaCUil .v Arica.
COll rsto se suspendió la conferencia.
En Lima, a :2:\ de a!!osto de 189fi.
M. CANDAMO.
- 50-

El día de la fecha se reunieron en el despacho de relacio-


nes exteriores, ('1 ministro del ramo, doctor don Melitón F.
Porras, y el Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotencia-
rio de Chile, don MÍ\..ximoR. Lira
El señor Ministro de Relaciones Exteriores expuso que ha-
bía c¡ta(Io al señor' Mini;;tro de Chile eon el objeto de eontinuar
las conferencias iniciadas con su antecesor, puesto que (~ra
propósito firme de su gobiemo llevar a término las discru;iones
entabladas, y que ha,~ía constar, desde luego, que d ánimo de
la cancillería peruana, al aceptar la discusión sobre el plazo en
que pagaría el Perú la indemnización, si el plebiscito le favo-
recía, no era otro que el hacer una deducción del espíritu y de
la letra del tratado, que emplea los plurales "plazos y térmi-
nos" al ~eferirse al pago; lo qne indudablemente trae la idea
de cierta amplitud en la forma de dicho pago, no compatible
con las declaraciones del señor Ministro de Chile, quien, como
última concesión, había opinado por el plazo de un mes para
la cancelación de la suma referida,
El señor Ministro de Chile expresó que también era deseo
de su gobierno, ya manifestado anteriormente, resolver pronto
las cuestiones que dej6 pendientes el tratado de paz de 1883;
y reproducientIo, segÚn lo expuso, las razones que había alega-
do ante el señor Candamo para fundar su petición de que se
fijara un plazo para el pago de la suma á que el artículo ter-
cero de aquel tratado se refiere, dijo, que alguno se había de
determinar, y que él, conforme al texto de esa disposici6n, po-
día ser breve o largo, de días, de meses o de años. Agregó to-
davía, que había indicado el plazo de un mes después de pro-
mulgado el fallo plcbiseitario, como base de discru;i6n, en la in-
teligencia de que Chil{~ y el Perú tenían abundantes razones
para desear que fuese breve, y ninguna fundamental para que-
rer que fuera largo.
Dijo, en seguida, t~J Ministro de Relaciones Exteriores, que
no creía posible fnera ese el concepto de los que negociaron el
-51-

trn1",)(10,y que, en todo ('aso, no hacía cuestión de ello, y que se


limit¡¡ha a propoll(,l" unll idea que, además de salvar todas las
<1i\'lltadcs, I'Csrolld.· 1\ 1\11 fiJ\ I\l)\¡\' ,\" ll'\,anl¡ldo, y l'I'a ésta:
la (le haeer r.'nUlll~ia !ll\ltll11 de la indemnización, porque no es-
tá eOllforme eOIl ('1 sl'J\timi('nto de la nacionalidad hacer mediar
('1 dinf'ro ('11 la jlpnlida o adl\uisición de territorios habitados,
~. t¡1H', últim¡¡m(,J\t('. las expectativas que d(' !lila )' utra parte se
sm;ií'lIía11, 1Ia('('1l IWl'ft-etalllfmte i~nal y realizable la renuncia.
Elseíiol' llIillistl'l, (le ChiJp dijo, que, sin pronunciarse so-
hre el fonao (1(' ['sta pl'o)losi[~iÚn, la (·ollSidcralm (le ac.~plación
muy difícil, por cuanto ella impol'taría la dero~ación y no la
aplie:lciÚII <1('\lila part\' al'l artículo t,,('('clo del tratado (le 1883,
qHe Pl\trando por es,' (·¡¡millO. sería inllisp.'llsahl(· aplazar la
realiza(,jÚ!l dd p!·his(·ito hasta que el nuevo pacto estuviera
s Illl,jonado; y q\ll' lll'l'f'sitándose pura ello la intervención de
IOi ('Ollg'l'('sns dt' alllllO' países, qlle podían c.onsiderarlo ó no con
pl'ef('rf'!Ieia, HIJU;'] aplazam.ipnto l'f'sultal'ía siendo por plazo
indeterminado. Di' lotlas llllUleras, no estando la proposición
nU~lll'iollada eO!lsidel'aaa en sns instrneeiones, la consultaría "
SIl gobierno si \'1 señor ministro insistía en ella,
Reconocida, dt>spu¿;s de una li:;era discusit'¡n, la conveniell-
l'ia de 'dicha l'ol\sn1ta, se resolvió dar por terminada la confe-
rpnl'ia, y eell'l)[Oar nneva l'euniÚn, una vez que el señor minis-
tTO d,~Chil(' obtll\'i('s,~ rl'Splll'sta de sn gobierno,

Lima, 4 de oetnhre de 189;),

M, F. PORRAi.

M. R. LIRA,
- 52-

El día de la "fecha se reunieron, en cl Mil!isterio de Rela-


ciones Exteriores, el Ministro del ramo, doctor don Melitén !.'.
Porras, y el Enviado Extraordinario y Ministro Plenipoten-
eilirio :dc Chile, don Máximo R. Lira, para continuar la discu-
sión sobre las condiciones del plebiscito, que debe decidir de la
¡,merte de Tacna y Arica.
El señor ministro de Chile expuso, que había recibido con-
testaeión de sU ~obierno a la consulta que le hizo sobre la pro-
posici6n del sl'ñor ministro de relaciones exteriores relativa a
renunciar, por ambas partes, a la indemnización prevista en el
tratado de Ancón, declarándola inaceptable por las mismas ra-
zones col! que él la había objetado en la conferencia anterior.
Agregó que, por lo tanto, era llegado el momento de continuar
ocupándose en la cuestión relativa al plazo para el pago de la
indemnización.
El señor ministro de relaciones exteriores dijo, que, ape-
sal' de las facilidades concedidas al país que resultal'e deudor
por deducciones que se desprclldell elaramellte del artículo :\0
del tratado de Ancón, renunciaba a ellas en nombre de su go-
bierno, porque el PerÚ tenía seguridad completa de pagar la
indemnización, en caso de que el fallo plebiscitario le fuese fa-
vorable, en cualquier plazo, aunque éste fuera menor que el de
Un mes, fijado por el señor ministro de Chile.
El señor ministro de Chile dijo, a este respecto, que el pla-
zo de lID mes lo había insinuado creyéndolo aceptable paraam-
bos países; mas no como exigencia, y que en prueba de ello, in-
dicaba ahora que se le ampliase a tres ml'ses.
El señor ministro de relaciones exteriores convino en esta
conclusión.
El señor ministro de Chile indicó, en seguida, que tocaba
ocuparse de las garantías que asegurasen el cumplimiento de lo
dispuesto, porque había que considerar la eventualidad posi-
ble de que se faltase a él, aún cuando, por otro lado, inspira-
- 53-

ran plena confianza las declaraciones y promesas del gobierno


<lel l'el'Ú, La !>I'cvisión aconseja determinar lo que se hará en
d caso de 110 cumplimiellto de lo pactado, y a ese respecto,
Chile ofrece las mismas ).!aralltías que pide.
El señor ministro de relaciones exteriores neg6 que fuese
necesario establecer otras garantías que las que se desprendían
lit·1 eOIlYl'nill mismo a qllt' debía ll('g-arse para fijar las eondi-
ríOJlf.'s del plebiscito y dI' las firmas que sustentaran ese con-
n~llio; qut', pOI' lo ({Ut' hac\' a la ohli~ación del gobierno del
PerÚ, t'staba Chilr ampliamente garantido con la posesión de
la prelLda o sea el terrilorio dI' Tacna y Ariea, y con el senti-
miento dr la uacionalidad q\le es rl mejor de los estímulos po-
sibles, y suficiellte l'n todo caso par'a garantizar el pago de la
imlemnización.
El señor ministro de Chile insistió en sus ideas, siguiéndo-
SE' una detenida discusión que se convino en suspender para
continuada al día siguiente, a indicación del ministro de re1&-
('¡ones exteriores,

En Lima, a H (11' ol'tllb¡'(' dI' lR9:;.

M. }<'. PORRAS.
M. R. LIRA.

El llueve de oetubre <.1(' mil ochocientos noventa y cinco


se reullil'l'Oll t>n d d(>spaeho dc relaciones exteriores, el mi-
Ilistro del ramo, doctor don ;VI elitÚll F. Pareas, y el enviado
exl nlOrdiuario y ministro plenipotenciario de Chile, don
:\Iáximo R. Lira.
Dcspups de haber discutido largamente el punto eUJ'o
debate había sido iniciado en la conf('rellcia ante¡'ior, y no ha-
- 54-

biéndose llegado a acuerdo alguno, convínose en que, por


ambas partes .r en nota separada, se haría constar las razo-
nes por las que no se había obtenido solución al respecto.

Lima, 24 de octubre de 11:,9;'.

M. J<'. PORRAS.
M. R. LIRA.

El día de la fecha se reunieroll en el despacho de re-


laciones exteriores, el millistro del ramo, doctor don Melitón
1<'. Porras; y el' enviado cxtl'aordillario y ministro plenipo-
tenciario de Chile, dOH :Máximo R. Lira.
El señor ministro dc Helaciones Exteriores dijo que ha-
6ía citado al señor ministro de Chile con el objeto de acor-
dar los términos en q!le debía ser redactada d aet a de la
conferencia anterior, hecho que debía preceder al envío re-
cíproco de las notas de quc se había hablado en esa confe-
renCIa.
Después de haber cambiado algunas ideas referentes a
lo acordado en dicha ocasión y a las causas que motivaron ese
acuerdo, convínose en dejarlo sin efecto hasta que el señor
ministro de Chile obtuviese contestación de su gobierno so-
bre la consulta que ofreció elevar'le acerca de la concesión
que el gobierno del Perú hacía f'll materia de garantías, y
sobre la idea de discutir las bases del plebiscito, aplazando el
plinto que había oJ"i~inado dificultades.

Lima, 24 de octubl'cdc 1895.

M. 1<'. PORRAS.
M. R. LmA..
- 55-

El díli de la fecha se reunieron en el ministerio de Rela-


ciones Exteriores el ministro del ramo, doctor don Melitón
}<'. Porras, y el enviado l'xtraordinal'io y ministro plenipo-
teneiario de Chile, don l\láxill1o H. Lira .
.El seiior ministro de t 'hile expuso que había recibido
contestación de Sll gobiemo el la consulta que ofreció hacerle
en la confercneia anterior y que ella dejaba las cosas en el
mismo punto cn que se elleontt'abun antes, pues se le ordena-
ba insistir ell la peticiÓn de !lila garantía. El gobierno de Chi-
le, dijo, ha debido creer quc 110 es tal la retención indefinida
del territorio, por cuanto eso equivaldría a que el Perú se
diese el plazu Jllás largo posible pam el pago de la indemni-
zación y a que JlO tuviese efceto lo .ya acordado en materia
de plazos. Y 1'11cuanto 11 qlle se postergue la consideración
de e;;te punto pal'a el1trar desde luegu a acordar las bases del
plebiscitu, tampow lo ha ereído conveniente por la razón
obvia de que liada' se avanzaría evitando ahora' una dificul-
tad que había lle presentarse más tarde. Seguiremos, pues,
conclu.yó, discutiendo la cucstión de la garautía hasta darle
uua solución.
El ;;ellor nlll1lstro de Hc1acioncs Exteriores indicó que,
tenielldo cn CUl'l1ta la l'!'solncióll del gobierno de Chile, que-
dabull Sil bsistcll te;; las dificultad!'s presentadas, y que no veía
manera de evitada;; desde qlJC el gobierllo de Chile planteaba
exigencias inadmisibles. Agl'cg-ó que el Perú estaba dispues-
to a pagar el rcscat(' y qUI' se preocuparía de señalar las ga-
rantías qne afiallzasrn el empréstito necesario para entregar
a Chile los diez millones, en caso de que resultase éste acre-
edor, y que haría este sacrificio a fill de llegar a un resulta-
do; pero que el'a preciso saber si ese resultado es posible.
Ag-rl'g-6, llUI' t'l Pl'rÚ podía atellerse al espíritu del tratado y
solieitar téJ'lllillo;; j' faeilidadl';; amplias, compatibles con su
sil u¡¡eióu ('l'01l6Jllil'a; pel'O que 1\0 había insistido sobre él
- 56-

particular a fin de mostrar huena voluntad, Concluyv dicien-


do que, en todo caso, no era posible ofrecer en el día las ga-
rantías que el gobie\'llo ue Chile pretendía, puesto que el
PerÚ no tiene dinero en depósito y le era preciso obtcner un
empréstito y señala!' los Ilwdios de servirlo, para todo lo cual
~e necesita tiempo.

Contestó a esto el spiior lIl1111strude Chile, dicicndo que


no comprendía por qué el scñm' ministro de l{elaciones Ex-
teriores consideraba illadmisiblc una petición que tiene por
único objeto asegurar la eficacia del plebiscito, eliminando la
eventualidad de que una vez practicado, no pudiera el fallo
tener efecto por falta de clllllplimiento de la obligación con-
traída por ulla de las pat·tl~s. Eso 110 es urg-ir al P(~rú, y en
prueba de que ItO !'xist!' tal proplÍsÍ'to, si el sl'ñor ministro
de Relaciones Exteriores quisiera darse tiempo para prepa-
rar la garantía y Jlpdit, un plazo COIlese objeto, es casi cierto
que el gohirl'llo de Chile l!O tendl'ía dificultad para convenir
en alguno, Dc ese modo, el plebiscito se podría efectuar eon
la certidumbre de t(ue produciría todos sus efectos, porque
una vez realizado y habielldo sido favorable al PerÚ, en el
plazo ya convenido df' t.t'es meses o en otro más breve, Chile
habría devuelto d tet't'itorio j' d PerÚ habría pagauo la in-
demltización.
El SCllO!":\finistro dC' Relaciones gxteriorC's dijo, que no
podía convenir ell la Última an.rlllaeilÍn del seiior minist.ro de
Chile, porque la decisión plebiscitaria imponía la obligación
de la entreg-a inmediata del territorio, que no podía subor-
dinarse al pago íntegro de los diez millones, desde que el
tratado hahla de plazos y t(~rminos, que podían ser de años,
y desdC' que, estipulándose garant.ías qUI' dieran absoluta con-
fianza al gobierno dC' Chile, 110 había por qué exigir una ga-
ral)tía más, ('sto es, la re1.elleión deL territorio, una vez que
la garalltía llcnara el objeto (le la seguridad buscada.
- 57-

El señor ministro de Chile manifestó, eon molivo dc rs-


tas declaniciolles, ({II<' 110 creía qlle el seflOr }lillist ro de nc-
laciones Exteriores pretell(lil~se que la Única interpretación
que admite el tl'atado de lH¡.¡a es la qlH' {,J le cta, A .~u juieio,
desde que el tratado dicl' clal'amel~te que ¡[(fllel de los dos paí-
1i('1i que sea favoI'eeÍilo pOl' el plebiscito, debe pagar al otro
Hila suma de di!ll~ro, no cabe duda alguna ¡.;obl'e que el pago
debe hacerse illIllediatamellt(~ o en llIl plazo Pl'lldellcial flj¡¡-
do con anterioridad. Pel'o la devolueiÚII del lt'I'I'ilorio, cn ca-
so de ser el PerlÍ el fa\'ort'eido, dpJ¡p coineidil' con el pago
de la ill(l('mnización j' esta illteligencia tient' en su abOllO \lna
razón de mue}¡o jll'¡';O, DClltro :-;icmprt' de la hipótcsis que :-;ir-
ve de base a r~a discusión j' de la t¡'(H'ía del señor :\lillistro
dr Relaciones EXlel'iores, cuando Chile hnbit'!'a devuelto ('1
territol'io, habría <'llmplido con la tolali<lad de las obligacio-
lH'¡'; quc'le impone 1'1 tratado, cnll'etanl0, el Perú apellas ha-
b!'Ía afiallzado t'l cumplimil'nto posteriol' de las sU'yas, ~o
sit'ndo e¡.;to natural,.concluyó el sCfÍOI' mini¡.;tro dI' Chile, 1I0
puede s<'/· tampoco la \'cl'dadera int¡'rpl'ctal'ilÍn del tratauo
aquella <{lIe conduce a un I'p¡.;ultado sCIllt'jante, y debe pare-
('(,1' mÍLs admi¡.;ihll' la <{IIPhllsca ••1 clIlllplimil'ntode obli~al'io-
!les eOl'l'elati\'as pn eondipiollps d(' ('¡.;ll'ieta igualdad para am-
bas part('s.
Discutido ('st(' punto y 110 habiéndosl' <'OJlsl'~uido llpgar
a un al'lIerdo al 1'('sl)('cl0, 1'1 s('ñol' :\rini¡.;tl'o d(' Hplaciol1<'¡'; Ex-
t<'rio!'('s indic{¡ <tll!', no ohsta!lte lo inacrptahle de la intel'-
pretaei{¡11 qll(' ('1 S('!-IOI'ministro dI' (,hilp ha(~ía (11'1 tratado,
drseaba poncl' en conocimi<'llto dI' Sil g-obirrllO las cOl1clu-
¡.;i<Hles<¡ut' había formulado.
Con lo cllal ¡';(' d¡(í pOI' terminada csta eonferpl1eia.
IJima, ::¡O de octubr(' dI' lE\!l;-l,
M. F. PORRAS,
M. R. LIRA.
- 58-

El día de la ft'cha rcumerow;e, en el Despacho de Rela-


dones Ext('riores, ,,1 millistl'o del ramo, doctor don Ricardo
Ortiz de Zcvallos, y el ellviad.o cxtraordilléu'io y ministro ple-
lIipotenciario de Chile, don 1\1áximo R }Jira,
El seiiOl" l\lillistro dI' R.elaeiolu's Extcl'iores manifestó
(lile había dCllloral!o esta clltrevista por haberse hecho cargo
de la cartera súlo hacía pocos días y nccesitál" ponerse al co-
rriellt(~ del estado de las Ill'¡!oeiaciolles pendielltes.
C'ontes1ó el "eiiol' rninistl'O de Chile que así lo había com-
Pl"endido y por ('sta razólI había esperado la contestación a
su oficio de ~:l de llovielllbrc próximo pasado,
El señor l\1inist "O de Helaciolll's Exteriores dijo que veía
q!le d gobierno de Chile lllantenÍa su exigcncia de que el Perú
diese ulla garantía para lle\'al' a debido efecto el plébiscito y
aÚn cuando él sostiene igualmente, a este respecto, las. decla-
raciont's hechas allteriormente por la cancillería, sobre el mo-
do de interpretar (,1 tratado de Allcón, deseando apartar toda
dificultad, proponía desde luego, que se proceda a un acuerdo
para definir la manera cómo debe efectuarse el plebiscito; y
agregó, que esto no obstaba para que en seguida se tratase de
la garantía· del pago de los diez millones, asunto del que el
gobiel'IlO peruano RC preocupa de una manera preferente y
cuya solución era complementaria de aquella.
El señor millist ['o al; Chile ohservó que :ra esta proposi-
ción había sido presentada por l'l señor Porras y quedado eli-
minada. por las razones que se expresan en el acta de una
conferencia anterior, y mauifestó que, por eso, creía inútil
consultarla" nllrvamcnte a su gobierno.
No habiéndose lieg-ado a cucrdo alguno, se Ruspendió la
conferencia.
Lima, a 17 de dici('mhre dc 189;).
RICARDO ORTlZ DE ZEVALL()fI.
M. R. LIRA.
- 59-

El día de la fecha renflleromH~ en el Despacho de Hcla-


ciones Ex t eriores, el ministro del ramo, doctor don l{icardo
Ol,tiz de Zt'vallos, .y rl en\'iado cxtt'aordinario .r milJistro ple-
nipotenciario de Chile, don 1\1áximo R Lira,
El seño!' Minist!'o de HdacionC's Extt~!'iol'('s dijo, que en
el estado eu que St~ hallaba el debate. era indispensable co-
nocer las garautías que el g'obicrno de Chile exigía, y que cou
este propósit() solicitaba <Id señor Linl que, de una manera
concreta, expresa m las condiciones que debían reuni!' dichas
garantías,
El seña!' ministro de Chile contestÚ (IUl', como .ya lo ha-
bía manjf('stado ('n MI'a conferelJcia, no (~!'!'ía que (,1'a a su
gobicrno a quien ('orr('spondía illdiear las garantías que el
PerÚ podía pres!'lItar, y <IU!', por lo tanto, esp('raba que el
señol' l\tinistro de !{daciones ExtNiol'!'s s('ñalase las que Sil
gobierno podía ofrecer,
Despu('s de un detenido debatt', s(' cO!n'ino, eu aplazar
esta cOllfel'ellcia hasta el :¡¡ d('l pr('sentt', en que el ::\finistro
de Relaciones Exteriores ofreciÚ dt'sigllar las ~aralltías que
el PerÍI estaba dispuesto a otorgar,

RICARDO ORTIZ DE ZF.VALLOS,


M, R. LIRA.

El día de la fecha l't'UllwrOIlSt', el) el Despacho de l~ela-


eiolles Extt'riOl'es, el ministl'O del "amo, doctor dOIl Hicardo
Ortiz de Zevallos, )' el t'll\'iauo exl raordinario y ministro plt'-
Ilipotellt~iario de Chile, 0011 i\láximo H., Lira,
- 60-

El señor 1\1inistro de Relaciones Exteriores dijo: que el


gl¡bierllo J' el cO!Jgreso se habían ocupado de una manera
lnUY especial rrs¡H-eto al pago de los diez millones que el Pe-
rú debe entregar a Chile, en el caso de t;ede favorable el
plebiscito; qne, eon ese determillado objeto, las eámaras ha-
bían autorizado amplianH'l1te al g'obierllo para levantar un
t>mpr('stito dt' diez millones d,' solt's, y que, por ley especial
para hacer cl respecti \'0 sl'r\'icio, había creado el impuesto
del estanco de la sal, cuyo producto reputaba cl gobierno co-
mo dt' UlI rellllimiento mínimum de un millón de soles anua-
les. Agregó qlle rsa garantía podía duplicarse, pero que, en
todo caso, el Perú se comprometí¡:¡, a completar la entrega del
millón anual, afectando a c·sc servicio los productos de la
adualla del Callao, que es la rcnta más saneada de la repúbli-
ca. Es esta la garantía, dij(\ el sellOr Ministro de Relaciones
Extt'riores, que ofrt'(:(' t'lgohiel'llo dcl Perú al de Chile mien-
tras sr llega a colocal' el rlllpréstito, CUJ'O servicio no puede
estar mÍl.s garalltido; y esto ~in ~erjuicio de que Chile retenga
los territorios ocupados .r perciba las rentas de esas aduanas.
El señor ministro de Chile contestó, que de la exposición
que acababa de oír, re:-mltaha que el gobierno del Perú se ha-
bía preocupado de arhitrar recursos para obtener en prés-
tamo la suma del rescate eventual de Tacna y Arica; pero
<F1t' r!lo 110 del!w"t 1 aha (1IH' seguramente la obt~ndría. En
efreto, t's admisiblt' que los Nlpitalistas a quienes tendrá que
aendir 110 facilitt'1I din('ro porque erean insuficiente la ga-
rantía del estanco d(~ la sal, y en ese 'caso, no habiendo podi-
;lo el PcrÚ efectuar el pago de la indcmnización, el fallo
plebistario quedaría sin eft~eto, que e~ precisamente lo que el
g'obierno de Chile de::\ea evitar. De snerte, pues, que quedan-
do reducida la garantía que rl seíior Ministro de l~elaciones
Ext('riort~s presenta al ofrecimirnto que hace de pagar a Chi-
l(' un millón de soles, mínimum, anunlmente, a C\lenta de di-
'.'ha illILIIlIl;z(1eiÚn, ('n la e\'elltnali(1a(l de ~10 hnbl'l' enCOl:t.ra-
-- 61 -

do capitali~ta (tUl' dé en pl'Ó~talUo la ~llma total dI' (,lla. ('Jl


I'ea lidad ('h il(' \'(')\(1 ría 11 hacer la~ vecl'~ ti (' Jlr('~tallli.;ta, y ¡>~o
('~ ah~olutaml'llt(' inacf'ptabJe.
De~jlu¡;s d(' UIl d¡>tl'nido d('ba1(' ,;obl'(, (~t" pnnto, el ll\i~-
llJ() señor ministro de Chill', f'Xlll'('S() q\l(, JlO ('I'l'ía ll('('('SHI'ic
eOllsnltar a Sil ~ohil'I'no pn¡'H dl'dHl'ar inadmisihle la propo-
Sil~iÍlIl Hlltl'did¡a, y (~onelllyÍl dieil'ndo, que ;va ('ra ti(,lll[lo ll¡'
¡¡Ile ;;(' l'f('etIlHSl' ('1 cambio dl' ('Ollllllli(~acioJles convPllido {'on
el s6iol' j>ol'l'as para l'l'slllllil' l'1 l"\'slIltado d(' ('stH~ ('onfpl'l'Il-
l'in~, y qllt' (,1 a~n¡¿¡l'daríH. por ('ollsi~ui¡'nte, la (tlj(~ huuj('ra
lIt' diri¡drl(' al rl's¡weto l'1 S(,1101' :\lilli;;tl'o (le Relaeiolll's Ex-
tl'tl'iOl't'S,
Ell LilllH, a ;ll dl' dici¡'lllbl'l' d.· 1S~l;¡.

H1(' ,\ Imo ORTlíl DE ;lEV AT,l,Oi" ,


- 62-

ANEXO N° 13.

81'siríll cdl'brada por ln CO/llISHJ// rOllsultit'a rhilfna de Ta{Jna y


Aricu d 22 de oclllbn3 de 1.90H.

Abiprta la se:sión el :señor Millisho (lija que había citado


a la Comi!';ión PSllt'eíalmpllte para oír la opinión del seríor Li-
ra, Intl'ndente de 'raClla, y ofreció la palabra a este fuu-
(·ional"Ío,
El señol' Lil'a pl'iJl(~ipió p(\!' reeOHocpr la importancia que
h'níu la ('omisión Consultiva para la obra en favor de la in-
('OJ'pot'ación d(' la provincia al tpnitol'io naciollaI.
R('SIH>cto a la chilenlzaeión dijo que la obra !';eguía ade-
lante esppcialm\'llt(' por' lo Último que se ha hecho.
lIemos triplicado la poblacióll chilcna, qlle P1'a sólo de
42ii per;-;OIHlS.obt('niplldo qtl<' bUPIJa parte <1(' los tl'llbajadores
IW!"llal'lOS qll'> S" oC"llflaban PII el frrrocarril de Arica a La
Paz hayan (lt:>bído abandonar el territorio, perdiendo así el Pe-
rú algunos el('don's.
Prosiguiendo los t1'ab:ijo~ 1l>n(!t':L(¡tIC aumpntarse pl per-
sonal J' ll(>garPlJlos así a contar con el nÚmero suficiellte de
electore:':, panl afr'o/luu' honradamente el plebiscito,
Bajo nues1ra presidencia yo as('guro el triunfo, dijo el
sellor Lira.
A continuacióÚ dijo que la adquisición de propiedades
SI' había visto entra hada ('(ln la publicación ue
ul/a cir'cular
que se e/lvió a detel'lnilladas pel'SOl/aS; pero que se esperaba
que pasara el tiempo par'a iniciar nllevas gest.iones. Para es-
to s(> cuenta con más de 300 mil pesos de la ley de setiembre
de 1906.
- (]:-¡-

lJo,'i p"lndios sobrc


colonizaeión s!' Si~rllPII adl'la/ltt> ,v ('I"l~O
l}IH' 1'1\ br('\"<, se podrÚ lle\'al' nIli't 4()() falllilias dI' l'lllh'l\os.
Hizo \'l')' la eOI\\'Pllielleia dp (11It' SI' dipra fa('ilida¡{l's pam
l{nt' SI' trasladal':Jn a Tacna los Yel(,I'allOs dd 79,
El sellO!' :\Iil\i'itro dijo qll(' ('so 'il' {'stlldiaba ('0/1 ('] /!P_
I\l'ral KO!'lIt'!', qlli('lI fOl'lllaba Illla lista de jl'fps I,l'tirados pa-
l'a hacl'I']ps p/'oposi(,jolll':'; ;¡ 1';l(la IlllO,

1'1" !~¡,¡.1,' ,'! '1'110;' \'('rgal"I, don Lujo;; Antonio, (OuÚl cra
1'1 nÚmcro l'xa('to dI' \'otallt!'s (1<- Taena y Arica.
E] Sl'UO!' Lit'a ('olltl'stÚ qll!' sin illeluir los ]040 traba-
jadol'(Os ehilpnos Últimos, él (Ora:

P('/'uanos ". '" 2a~6


Extl'all,ipros :¡:~H
('/¡i!PllflS ." ,., to)-
'Y_ •.l

'l'n'lIlilll', t'1 ~,;('í'I"\" Li!'a pidil'!lllo la 1:I'('aC]OIl dI' I\U('\"os


:-;t¡!l-dl'lt'¡.!:ad",;, COII SlIi·!tlO, ia .~!'at ifiea(,iÚn a los pt'I'Cl'ptO\'('s y
la ('!'e;¡ei,'JII dl'l d('p;II'tallwllt" dI' '1'al'ala para ('ll\'iar 11 ('sa
illlj)ortantl' zOl\a a 1\11 fUIIl'iollal'io illt¡>li/!pllte qnl' podría ha,
('l'!' o!ll'a 1ll1l~- f!'uctif,'I'¡¡ ('/1 f¡I\'O!' ¡]l> IlIlPStl'OS intrres('s,
~" ;)('1);,,1,', l'¡'1I11
ir'i, jll't.ximH1l11:lltl', pJ'e\'ia (~;la('iÚIl ell'] se-
ñor :\Iilli:itl'o,
- 64-

ANEXO N° 14.
~lilliHtt'l'i() de R,·Jac-iollt'H E~tt'l'iort'B.

:::lantiago, :?;¡ de marzo de l!lOS,

Señor Ministro.

En la prilllt'['!l entl'('\'ista qne V, E, ct>l('bró COIl el infras-


crito. sp sir\'ió fOJ'mular t'1 d('~wo de abordar desde 11l(>~Ola
SOI1l(·¡('\I1del pl'ohlelll1l ~tll!I'(' la naciollalidad ¡{pfiniti\'a de
Téj(~na r .\ri(·¡¡ st'gÍtn las disposiciollf's <lel tratado dl' paz fir-
mado l'n Aneón,
El illl'raseJ'ito StO Jll'nnitió avanzar llna in.~íllllaeitlll en-
caminada a l'xalllinal' pl'l'\'iarnt'lltp si eOIlH>nía m{ts l'studial'
l'n pl'illlP[' lll¡.rar el problPllIa ¡{(' 'faena y Ariea o lo..; distin-
tos ])l'oyretos df'stinados él er('a[' y fomrntar \'ínC'lllo:-} inter-
nacionales amistosos, y declaró que pOI' Sil parte SI' inclina-
ba a tomar !'st •• Último e¡¡mino, tanto porqu(' tal ha 'sido el
prol'Nlimip)lto IlI"cfl'J'ido pOI' el gobit:'l'l)() de Chile al promo-
\'l'1' la rl'ClIllHlación el!' las 1'l'laciollt's diplomáticas entre los
llm; países, cuaBto pOl'qU(' pa['t'cía Itabel' sido ('stc también el
modo (\(~ pensar del ¡.robil'l'no pPl'lHlnO al acepta¡' la invita-
eión (\pl d(' Chile panl di.clta l'eanlldaei6n y al cntral' oe lIe-
ItO elt t'Re camino celebrando ha('(' poco con lllH'stra legación
('n Lima tres eonveneiOllf'S dt> distinto orden; y además por-
fin!' JHi['reía ser ('sé!. también la inclinación dominante en la
opini6n pÚblica JJt'rlll\JHt al juzga!' pOI' las publicaciolles de al-
gunos óq~an()s de su prensa.
- 65-

Se siJ'viÓ pxpresarrne V. E. que pal'a su gobierno la cues-


tión de Tacna y Arica es de tan vital importancia que ante
ella todas las otras aparceen disminuidas () se pueden apla-
zar, y tuvo a hien invitanne fOl'malrncnte a resolver aquelLa
f'll !)l'irnpr término,
No obstante psta difel'encia en la manera de apreciar
cuál procedimiento sería m(lS aceptado, ('S gTato para mí dar
testimonio que en las dirersas cOllfer('neias celebradas con
V. E. hasta la fecha, ha habido prrfectro acuerdo en el sen-
tido ue que es pa\'U nosotros un (kbel' pl'imordial el de bus-
car los medios adpcuados para rstahlecrr y afianzar entre los
dos países una situación de fnlllea cQt'(lialidad, convencidos
como estamos de qne hahrá de SCI' f('el1nda en beneficio para
Chile j' para el PerÚ y hahrá de corr2sponder a los dictados de
su confraternidad histórica y a las exigencias de su amplio
desenvolvimiento futuro.
Tratando de afmollizar los des!'os manifestados por V, E.
con el orden de ideas qne inspil'a a mi gohiel'llo, tnve el ho-
1I0!' de manift'star a V. B., qne Chile y el PrrÚ harían obra
pl'ác1iea, pr('visora ~' patriótica, cnp:lobando la solución de
aquella cont\'o\'Nsia tel'ritorial en una sc\·ie de convenios que
tiendan a establecet' sólidamente la mancomunidad de inte-
reses entre los dos pueblos.
Tuve, ('n rsa virtud, el honor de proponer a V, E, un
plan de negociaciones que consta de val'ios proyectos de con-
venio y cuya ejecución satisfaría a juieio de mi gobierno los
recíprocos anhelos de concordia que predominan en ambas
repúblicas.
Quizá pOI' haber sido presentada con alguna vaguedad
no tuviefOIl esas proposiciolles la suerte de srr percibidas
con perfeda 11itiuez: así lo hacen presumir las respuestas del
gobiel'llo dt'l Perú <¡U(' a propósito de ellas V, E, se ha servi-
du trasmitirme,
- 66-

Me propongo ell la presente comunicación, conforme con


lo ullunciado u V. E., formaliz<tr ;r precisar las bases funda-
lllelltales de dicho proyecto, así para salvadas de los erro-
r~s y vacíos inherentes a la infidelidad de la memoria como
para proporcionar a V. E. ya su gobierno Ulla base concreta de
deliberaciÓn.
Persuadido corno está mi gobierno de que 110 hay víncu-
lo que ligue más estrechamente a las naciones que el de la man-
comunidad de intere~es, de donde resulta el bienestar común,
piensa que Chile y el Perú no habrán hecho obra completa con
solo apartar el estorbo que a la cordialidad absoluta de sus rela-
ciolles opon~ la subsistencia de la cuestión de Tacna y Arica y
abriga la confianza que ligulI<lo la soluciólI de este arduo pro-
blema con la de val'im; otros que por su naturaleza son ar-
mónicos y de provecho recíproco, la solución se vería faci-
litada grandemente.
La negociaeióll d,~ conjunto que he tenido el hOllor de
bosquejar a V. E. abarca las materias siguientes:
lO-Ajuste de Ulla convención comercial que conceda li-
beración o franquicias aduaneras a ciertos y determinados
productos de cada uno de los dos países, que son de consumo
en el otro.
2°-Celebración de un convenio para el fomento de la
marina mcrcalltc y para el establecimiento de una línea de
navegación a vapOl' costeada o subvencionada por los dos go-
biernos con el objeto de desarrollar el comercio de sus costas.
3Q--,,~sociación de los dos países para realizar con sus
recursos y su crédito la obra de unir por ferrocarril las capi-
tales de Santiago y Lima.
4>?--Ajuste del protocolo que ha de establecel' la fOl'llla
del plebiscito estipulado para la determinación de la nacio-
nalidad definitiva de Tacna J' Arica.
- 67-

;)Q.-C'onvenio para ele"ar el mOlllO <le la indemnización


que dehe dar al otro país a(lllel que adquif'ra la soberanía de-
finiti"a <le cse tf'ITitorio.
Confío en que V. E. y su ilustnido y patriótico gobicmo
no podrán menos de encontrar en el conjunto de estol'; con-
"cnios una comprobación de la sinceridad de Iluestro deseo
<le busca¡' como aseg-llraJ' p:lra si~mp\"(' con el Perú la maYOl'
cordialidad de rdacioncs; ~. no podrÚn !lleIlOS de persuadirse
de que hay e"identl' convenil'ncia en dar a la lH'.gociación que
tenemos entre manos toda la amplitud qllC dl'jo discñada. Re-
ducida ella a la mel'a organización del pldJiscito, bien pudiera
suceder que el país que l'l'sultara defl'auclado ell sus expecta-
tivas de trillllfo lluedara ma] dispu('SIO, a lo mellos por algún
tiempo, para estl'Pchar con d otro la amistad que anhelamos.
Apartemos des(le luego toda callsa de ulteriores inquietudes.
Mayor confiallza 1'11sus n'saltados ínspirm'á. Si11duda una ne-
gociación I'n que se atipl\(\p a la \'('Z a dimí1Hlr las dificulta-
des existentes y a darse prt')Hlas (k cordialidad futura.
En el acto mismo de] plebiscito s(~ haría scntir la illfluen-
cia sa]udablt' de un acul'rdo anteriol' de los g'ohiernos sohl'(' las
materias que mi proposión comp]'ende: 110 (:oncertúllllose élis-
ladamente el plebiscito, los sufrag-alltl's !lO lIpgarían a la Ul'na
cohibidos pOI' el t<'lI1or de ([ue Sil voto pudiera incubar nuevos
gérmenes de distanciamit'llto; pOl'l[llP tendrían la seguridad
anticipada de ([ue su ¡'csultado, eualquil'ra que sea, no retar-
dará la adl[llisición de ni!l).!ullo dI' los ueneficios de la paz, que
ya están de a!ll emallO af;l')!urados.
Esta negociación dC' conjullto. }lO]' constar de elemcntos
diversos que s(' completan y se COIl1]l<,nsallunos con otros, de-
herá llaturalmellt e sl'r cOllsiderada como un todo Úllico e in-
divisihle.
Poco tcngo que d('cil' Jlªra ('xplicllI' y justificar el prime-
ro y el seg'umlo dl' los proyectos que c(lllstit\l~'(>ll la llegocia-
ción propuesta,
- 68-

La libre internación de las producciones propia~ de uno


de los dos países en el otro trae beneficios q uc no son discu-
tibles y en el caso presente la diferencia fundamental de zona
origina entre Chile y el Perú diferencias de pl'o(]llcción q,Je
permiten perfectamente la liberacióll recíproca de graváme-
nes aduaneros para los productos peculiares de cada paÍ::;: los
aZIÍeares, los arroees, los g-al\ados peruanos, por ejemplo, y los
cereales, vinos y frutas de Chile podrían en tales condicione:;
de fayor" halla!" en el otro país una colocación vcntajo:;ísima.
'El fomcnto de la navegación mercante, aparte d"l incre-
mento ofrecido a esta industria en sí misma, contribuiría ind:-
rectamente a hacer posible y fácil aquel intercambio comercial.
La construcción de las seccioues de línea férrea que fal-
tan para efectuar la unión entt'e las capitales de los dos paí-
ses, es en mi sentir una obra que se impone a la consideración
de ambos gobiemos pOI' múltiples razones, ya que ella no sólo
es de manifiesta conveniencia nacional sino de verdadero in-
terés y seguridad continental. Las repúblicas de Chile y el
P('rú contribuirían así, en proporción considerable, a la reali.
zación del ferrocarJ'il pan-americano, clemcnt o inJ.i::pensable
para obtener la unidad moral de la América, manifestación
palpable del nrdaclcro sentimiento que debe inspirar la po-
lítica exterior de todas las repúblicas del continente.
Para la construcción de la obra podrían los dos gobiernos
contratar conjuntamente un empréstito con garantía de la
obm misma o podrían contratar la construcción garantizando
cierto interés sobre el capital invertido.
Naturalmente la oblig-acióu coutraída sería por una suma
idéntica para uno y otro estado J' podría tomarse como ba-
sp para fijar su moulo el presupuesto que fuera más bajo en-
tre las dos seccioncs chilcna y peruana; todo dentro dc un
máximum prudencial quc se fijaría dp autemano.
En cuanto al protocolo que determinará las condiciones
en que habrá de verificarse el plebiscito de Tacna y Arica de-
- 69-

bo s~r a su respecto más explícito ('omO lo he sido en las dis.


CUSiOIlPS tenidas con Yo E. soure sus posihles bases o
PI'1"O ante todo estimo Il('ccsarjo I'~'('ol\lar IIlI !techo rela-
ciouaJo con 1'1 orig'PIl de las actuales negoeiaeionf's que pl'O-
yrcta luzabuudallte sobre el espíl'itll qUl' animaha a mi g'0-
hicrllo cuanclo les abriÓ c¡¡millo y sig'ue anjmál!dole en ('1 pre-
sente.
Eu el n1(>S de I1lal'ZO de 1901 el gobieruo del PerÚ retiró
la Ic~aciÚII (1'If' t l'nía aerpl! it ada ('n ~;In tiag'o y (h'j(í tT:~scl1rrir
cuatro aiÍo:, sin 1'('stahJeeprla .r sin manifestal' C'n forma al~nllla
el proplÍsito d(' h¡H~('r c(',,!H' su acel'alía,
y por d contrario ]HlI·pcía inclinado 11 mantener por tiem-
po indefinido esa interrupción de 1't'laeion('s ::t juzga]' por el
tono de ('iertos documentos emanados de su cancillería.
Xo obstant('. l'stc ministerio, a eargo entollces de mi distin-
guido antecesor D. Luis Antonio YeJ'g-ar'a, al contestar el Último
<ie los documcutos aludidos, que llt'\'a feeha !S de febrero d,'
] 90.;, hizo llegar hasta rl g'obiel'1l() (le Lima pulabr'as eSJlontá-
l1\'aS y sillcer;h el! JlI'Ó d(' \I1I Hyellilllit'\Ito y 1(' illyit{¡ a n'sta-
hlecl'r Pll IIlIl'stro país Sil ]pgaeióII PIlI'¡¡ "procarar, se:-:,Ún de-
ll cía, un aCIlPl'(lo hasado ('1\ los illt.-'resps y ('ollvcllieucias d~
" ambas l'epÚblíells, e illspirado, e11 lo:; mis!llo:, propÚ.~ito:; C(U
" quP Chile ha p\Iesto t(;rmiuo a toda; las ('Upstí01WS COll los
" dcmás estados limítrofes, En ('se tel'l'CllO, qll(, PS ",1 de la rea-
" lidad ('11 la vida (le los plleulos, ag-rq.ralw. el é!cuenlo eutre
'" Chile y el P",rÚ sCloía iU!llpdiato. amplio r ]H'l'durable,"
V. E. del)(' ('re('rme qlle al allldi]' a ,'stos !Jechos está bien
lejos de mí el propósito de despertar l'p"!ienJos illgTatos, Los
menciOlro solanwnt(' para atl'sti¡rlla¡' ('OIl ellos dl' Ull llllHlo
fehaciente que llU!leé! mi g-obieI'l1O ni aÚn (,H los días ('ll quc
estuvicron más distatl(~iad()s Chilc ~' d I'prÚ, Jli aÚn entollcPs.
sintiÚ dehilitarse sl'lltimie'llt os amis1 osos,
Si Chile' !lO hubipra estado animado (lt' ('sr <>spÍritu, d lll-
terreno diplomático habría ('olltillllado y no habría habido lu-
-70 -

garpara entablar esta negociación que yo por mi parte he abor-


dado con la esprranZél bipn arraig-ada en mi espíJ'itu de que ha-
brá de conducirnos a un sa tisfactorio resultado.
Bien sabe V. E. que el tratado de 1883 al entregar a la
resoluciÓn de un plebiscito la detel'lllÍnación de la nacionalidad
definitiva de Tacna y Arica no expresó qué rra lo que de-
biera entelldl'rse por dicho plebiscito ni fijó tampoco el modo
"j" forma de su ejecución. Razonablpmente tales omisiones no
pueden atribuírse a olvido d!' parte de los negociadores sino ti
un reconocimiento implícito de que el procedimiento pactado
110 podía ser otro que el de los plebiscitos incorporado;; en In
historia dcl derecho internacional.
1ii gobierno, con todo, deseoso ahora como antes, de arri-
bar a una solución ami¡!able estaría dispuesto a no hacer va-
Ier estl'ictatnente los derechos que lc acuerdan el espíritu y la
letra de la cláusula 8" del tratado de Ancón y a no mantener-
se tampoco exactamente en el terreno en que los publicistas
y los precedentes diplomáticos colocan los actos plebiscitario;"
siempn~ que por su !ml"te el PprÚ faejlital'f~ el avenimipnto re-
nunciando a pretensiones extremas que lo frustrarían induda-
blemente.

No escapará al ilustl'ado critt'rio de V. E. que el derecho


de voto no tiene en este caso el objeto y sig¡:ificación que la
constitución y las leyes illt,~rnas de cada estado atribuyen al
sufragio político. Su carácter es eminentemente internacio-
nal como que se trata de determinar a cual país corresponde la
l:ioberanía definitiva Kobrc una pOI'ción de territol'io. No hay
.duda, entonct's, de que dE'brn ser llamados a ejercitar el dere-
cho de sufragio plebiscihll'io todos los habitantes hábiles del
territo¡'io: no sólo los nacionales de uno y otro país interesado
que hayan constituído domicilio en el territorio y que estén li-
bres de todn inhabilidad, o incapacidad, sino también los re-
sidentes ext"anjero:,< que se hallen en iguales condiciones. /
71-

En el plebisci,to debe ~er consultada la voluntad de lo:;


extranjeros tanto porque ~u derecho ha sido implícitamente
reconocido en el t.ratado al emplear la f(Jl"lllllla di' "\'otación
popular" cuanto porque no es equitati \"1) Ili razonable privat'-
lo~ de participación en una consulta sobre la suerte de la tie-
rra donde han radicado sus intereses, donde han constituído
sn familia ~; a en ya prosperidad contribuyen etl parte muy
principal COll labor per~evel'anti' y fecunda,
::\li gobi('nlO elltieJl(lc asil1li:smo que por el hecho de estar
ejerciendo la soberanía en Tacna ~; Arica es de su exclusiva 1n-
eumbencia la designaciÓn dl'l per,.;onal qllc debe l)l·(·si<li¡' el ac-
to plebiscitario, ya el1 la inscripción di' los electol'es, ya en
la recepción de los snfra¡Úos, ya en la proclamación dd e~eru-
tinio.
y eon e:ste motivo nH' es gTato reitl'J'at' a Y. E. las segu-
ridades más abc;olutas de la resolución qUi' ticne mi gobii'rno
de adoptat' las Illedidas y forltlalidadrs más adrcuadas para
que la consulta popular no motive la men0r desconfianza de
parte del d(' V, E" y p:ll'a qll\' Sll resultado 110 deje nuu'gcn
a l'ecriminaciollE:'s de ninguna (psecie.
Entl'alldo Ull poco rn los ddalles q1l(' son para V, E, ma-
trria <le preocupación, llll\'do anticipar a y, E. (¡)le 1\0 veo
inconveniente para que lllH'stras autoridades al constituír lao;
mesas electorales dell l'eprt'srntación ('n r!las a ('iIH]adanos de
nacionalidad pe!'ualllL y a ciudadanos de otras nacionalidades.
El proyec10 de convenio qlli' 11(>tenido (·1 11<01101' de propo-
lIer a V, E, bajo el número V, estimllla ría !ln allmrn to de la
snma de dinel'o qur debe pagoar al 0\ 1'0 i'stado en calidad de
indemllizaciólI aquel que resulte fa\'o¡'e('ido por el fallo ple-
biscitario. '
El infrascrito l'stima que ('stc se;'ía 011'0 (le los medio;
más eficac('s para couS('~'Uil' su propósito do:nillallte de q!le
la solución de e,:te probltllla <1t'je las mCllOs asperezas posibles.
-72 -

El monto de esta suma poJría fijarse entre d03 J' tres mi-
llones de libras esterlinas.
Los plazos, garantías J' condiciones de su pag-o, se fijarían
de común acuerdo en la forma que se juzgare más fácil, cómo-
da y seg-ura.
rna forma que a mi ,iuicio allanal'ía cOlIsiderablement2
la operación fÍllallciera, sería la ·de combinar el pago de la in-
demnización con 1'1 servicio de la deuda que hubiera de con-
tl'aerse pal'a la construcción de la línea férrea internacional.
Con esta destinación la cantidad pagada perdería el ca-
rácter de compew;aeión que tiene en el tratado de Ancón, ella se
yel'Ía desligada del recuerdo de nuestras pasadas disidencias
y se encarnaría solamente en el propósito de hacer indisoluble
la unión de 111lesl.ros dos países.
Me congratulo, t'xce\entísimo señor. de pocler consignar
aquí mi satisfacciílll por la noble actitud de hidalguía y lealtad
que V, E. ha mantenido ill\'ariablemente dUl'ante nuestras de-
libl'raeiones,
Para corresponder a ellas dignamente he procurado en to-
do momento exterioriza¡' ante V, E, con la más absoluta sin-
ceridad y exactitud lo:, verdaderos sentimielltos que el plll'-
blo y el gobierno de Chile alientan pal'a con el Perú y nw
halaga la confianza de que \', E, habrá podido formarse la
convicción di' que reina el! ('hile vehemi'nte voluntad de des-
cubrir y adopta.' \lna fórmula que aÍln sin reparal' en sacri-
ficios, le pel'lnitél conciliar el cumplimiento de estOR dos debc-
r(>s: el de restablec(>I' la antigua armonía chileno-peruaua con
el de resg'llal'llaJ' los intereses vitales de la patria.
En la ocasión presente, permítame V. E, terminar ex-
presando la esperanza de que el gobierno de V. E. habrá de
coincidir con el mío CII el concepto de q\le el conjunto de arre-
glos aquí propUi>;;.toS consulta hien la conveniencia de los dos
países, es capaz de disipal' toda dcsconfianza entre ellos y tien-
de a abril'lrs ulla llueva era de prosperidad, restableciendo la
-73 -

eonfraternidad de aq\wllos tjt'JllI)(l;, en qllt' .i\\1110.'; (>1pabellÓn


()hilello y el pe\'ual1o ¡!uiaball a Il1lPstl'O:'; ej('reitos y al'madas,
w'a a la conquista de la in:lepelHlel1(~ia, OJ';¡ a Sil defensa.
Aprovecho ('sta oea"j{,¡¡ par:) J'('lIO\",Il' H \'. E. las seguri-
dades de mi más distillg'nicta ('ollsÍ:le\'aei(ll\,

E, PnJA BORNE,

Al Excmo. spño\' dodo)' (Iol) (~uil1('rmo .\, ~eOallf>, ellviado ex-


t!'élordillm'Ío ~. ministro plpnipo!(·lleiHl·jo dI'] Per1Í.
-74 -

Legación del Perú

Santiago, 8 dr mayo de 1905.-

Señor ministro,

Tengo a honra contc-;ílll', c<JJlfol'n1e a las ill~trueeiolJes re-


cibidas de mi gobierno, la aten!:'! COnlllllit;:wlón de V, E, fe-
cha 25 de marzo último.
Illdepelllli.eÚtemcntr ,lel conet'{)jo farmado sobre las pro-
pnestas qlle cont iC1H', mi gobie¡'no ha acogid.o eml particula¡"
agrado el espÍl'itll amisto·;o l!lll' illspira dicha-, prOj>llestas; y
hr recibido enClll'go para lll<lllifestlll'lo así a V, E., al mismo
tiempo qllr el anhelo con qlle rl PerÚ desea \'er, de ulla vez,
climinadas todas las difiel1lta<les qae se opongan al aeerca-
mil'nto fr:JtrJ'nal a Chile,
En rsa COffilUlicaciÓII. C0I1 el objeto de evitar errores o
yacías inherentes 11 la infidelidad de la memoria y proporcio-
nar a mi g'obiel'TlO UIlll ba"e concreta de deliberación, tiene
V, E, a bien ¡'eprodheir los cinco puntos fundamelltales del
proyecto qlle \'erbalment~' <lió a conocer f'll nuestra primera en-
trevista, eOJlsiderÚlillolos como un conjunto único e indivisible.
Esos puntos--inclusive el relativo al aún pendiente ple-
hiscito que, en ohser\'flJlcia del lrat.ado de Ancón, debió ac-
tuarse en 1894--eontl'mplan ajuste~ de carácter comercial con
liberaci6n o franquicias aduanet'as en favor ue ciertos pro-
ductofi de cada una de las dos rrpúblicas, de consumo en la
otra; sobre fomento de la marina mercant.e y establecimiento
de Ulla línea de nav('gación a vapor; constrllcción de un ferro-
carril que una a las capitales de Lima y Santiago; y el au-
-75 -

mento de la indemnizaeión pag'adera por !'l país que adquiera


soberanía definitiva en los ,territorios úe Taeml y .Arica, cu.ya
cuantía, no ('SlJecificada ('Jl IlUf'stnls ('onff']'('lwias, fija ahora
V, E. cutre dos y tr!'s millonrs ue libras !'sterlinas,
El infrascrito se pt'rmite obsenaJ' que la respuesta tras-
mitida a la que alude V, E., se contra!' exclusivamente a lo
insinuado sobre posibles arreglos dil'l'e1wi; por cuanto en lo
que a los dichos trrritorios concierne, el g-ollierno del Perú ha
preferido siempl'l', y continúa prefiricndo, la observancia es-
tricta de aquel compromiso.
No es, pu!'s, P0l'(!UC haya habido vag-uedacl en la exposi-
ción clara de V, E. Ili insuficientl' Iliti(lez pn su percepción,
que la cancillrría pPJ'wlnu ha prescindido tle a({udla scrie de
con venios heterog'l'neos, q tiC o />OJ'tUllUIlll'n t e t rasll1 ití tales C0ll10
V. E, los formula, sino porque, a causa del criterio de que soy
intérprete, (le:-;pa ¡¡bOl'dar, desde luego, evitallllo complicacio-
nes, la solución del problema JlJebi~eilario.
La invitaciÓn rlel clifiting-ui<1o predecl'sor de V, E, don
Luis A I)tOIl io V rrgara para q ne, al reanudUl'sc las rdaciones
diplomáticas, se procure' 'un ¡¡currdo basado ell los interese~
y conveniencias ti\' arnuas !'epÚblieas", 110 impone al Perú el
arreglo dirrcto, ni l'xime a Chile de la formalidad del plebis-
cito.
DC:ipU~S del acuerdo (11' la cÚmal'a d,' di.iutados chilena
que, al de\'(¡J \'('1', cn ] D01, el protocolo Billingh llrst-Laturre ya
aprobado por el sl'nado, sólo enCOllll'J1t1{l al {Iodl'r ejecutivo
"nuevas g'(·stiones diplomátil'Cls para tlar cmnplimil'nto a la
cláusula tercera del tratado dl' AncÓn" : oídas las declaraciones
del excelentísimo presidclltc seiiuI' :\lo1ltt al tiempo de reci-
bir mis credcllcialt's; y sob,'e todo, ~ll "ista de le dispul'sto en
aquel pacto con fUl'J'za de lpy internacio1lal, que estipnla Ílni-
ea y exclusiyamcnte el menciolldo pll·biscitl), mc r!'sisto a Cl't'cr,
señor ministro, (!lle V. E. atl'ibuya ¡¡ICHnl'l' e impel'io I'estl'ic-
tivos a aquellas palabl'as d!' lIlf'ro d<>SI'O,cn la propia conltllli-
-76 -

caClOn en la cual, entre otros tópicos, figura el del protocolo


plebiscitario.
En nada :w rl'lacionll ¡"ste último, de earÚctel' cxclu~iva-
mente político, COn el comcl'cio. la marilla mereante y línea de
navegación, el fpl'l'ocaJ'ril, ni aÚn Con la indemnización.
Esos puntos. cntre sí incollexos (' indl'pendientes del tra-
tado de Ancón, pueden neg-ociaJ'sP aparte, y recibirán la pre'
frrente atención de mi gobierno, dl'spués de ejecutarse el proto-
colo plebiscitario; esto es, cua!l(lo quede eliminado de las rela-
ciones del PerÚ y Chile el problema de Tacna "J' Arica, cuya
subsistencia, por referirse al cumplimiento de un pacto solem-
ne, no se a viene con la celebración de. otros tratados.
Con criterio idéntico ('S <jnr, en 18U8, (,\lando el plenipo-
tenciario de Chile, señor Vial Solar, l'!'cibió propuestas d'·
bastante analogía con las actuales de V. E., respondió: "L¡:
misma importallcia y naturall'za de esta materia aconsejal],
a juicio de mi gobierno, el qnr ella no sea tratada fnera de Sil
tel'l'eno natural, ni se la complique COII UII I\('~oci() de tan dis-
tinto carácter, cual es el (¡ne se relaciona COII la naeionalidad
definitiva de los departamentos de 'faena y AI'ica.
"Mi ~obierllo, ('n cOIl:;ecuPllcia, aceptará siempre gusto-
so cualquiera indicación de V. E. qu!' tellga por objeto én-
tablar neg-ociaciones para el l'e~tablecimiento de UIl sistema
de liberaciones J' franquicias eomerciales recíprocas, y apro-
vechará toda COYUlltura favorable para iniciar, por su parte,
gestiones en ese sentido ante el ilustrado gobierno del PcrÚ;
pero estima, al mismo tiempo, que no existe motivo que acon-
seje tra.ta.r este asunto en conexión con las cuestiones que se
relacionan con la posesión defiinitiva de 105 departamentos
de Tacna y Arica",
En ocasión solenlllf', tnve la honra tIl' mallifestar que, a ¡w-
sal' del tiempo decolTido, e!1 las J1oll!l)l'a(las pohlaeiolles se COll-
serva y se trasmite, tan \'f'hemellte como en las épocas de sae
orificio ';,' gloria, el sentimiento de nacionalidad a cuyos anhe-
-77 -

los corresponden con todos los suyos las dl'más secciones de la


patria !wl'uana,
~Iielltras dlll'e tal situación, ha de filtalmente subsistir,
haya o !lO tratc)(los de oj 1'0 ordcn, St~:¡!Icuales fueren las sim-
patías i!ltli\"idllalcs !lacidas ul l'alOl' de las misiones de paz, el
estorbo ]1(1¡'ala l'lltl'l'(l ('ol'(lialidad,
Consumado el plebiscito. 110 es de teme\' que el país de-
fraudado ('n sus t:'xjI('ctativas quedl' mal dispuesto para esta-
blecer la alllistatl de otros tiempos; porque del sufragio co-
rrecto súJo l'S \'esponsabl" la agrupación popular qne lo emita,
no la ¡'epÚhlica pl'eteJldi<>lIte.
Lejos de mantcnerlo, desapa¡'l'ee\'ía COIl la causa, el males-
tar ell las relaciones (le nuestros respectivos países, y el que de
{~stos no resultar:~ favorecido en el plebiscito, no podría me-
1l0,~que l'(·sig'¡l<lI'.se a las (~ollsecupneias de lo deliberadamente
estipulado, {;O!ltanta mayor razóll cuallto que a los estadistas,
!lO sÚlo guía ('1 selltilllelltalismo patriótico, sino principalmen-
te la hO!lrada cOI!\'ellieneia naciollal. ('11 cuanto ésta !la COll-
culea derechos aj('lIos,
A causa <1<'tales cOllsidel'aeiOlH'S es, señor ministro, que a~
conOCt:'l' el plall en COlljUlllo de V, E" expresé ell nuestra pri-
mera eIlÍl'('\'ista, COIllO se di¡!na V, R, r'ecordarlo, que para
mi ¡!obíl'¡'110 la cUl'stiÓn pl<,biscitaria PS de tal importancia que
ante (-'lla todas las otras alHII'('cen e!l térmillo secundario; agre-
¡.randa qut', aJltt's d(' pedir instrucciolles par'a la discusión de
aquellos <,oll\'('lIios allexos, cOllsidl'raha illdispensable que !lOS
Jlusiél'amo,s de aCllPl'do e!l ('ua!lto al f'sf'lIcial, o sea, el relativo
a las fOl'malidades (tUl' hall de golll'Cllltizar la libertad del su-
fragio y \'l'l'dad del t'scrutinio,
R.epl'oduci(,lIdo V, R, por escrito S\1 expOS1Clon verbal,
cumplo eOIl l'eit<'rar la l'pspuesta, a pesar dI' mis vivos deseos
dl' complacerk; y ruego a V, E, que se avenga al aplaza-
miento, pa\'U después de pactadas tales formalidades, de los
- 78-

demás puntos englobadfJs, de cUJ'O examen por ahora pres-


cindo.

Debo exceptuar, sin rmbar~o, rl referente al monto de la


indemnización que ha de oblar al otro país aquel (¡ue adquiera
la soberanía defilliti va de los territorios; mOlltn qUI', el\ vez
de los diez millolles de soles, eleva V . .E. a dos o trrs millones
de libras esterlinas, o sea, al doble o triple de lo t'stipulado en
el tratado de Ancón.
A este respecto eúmplcme hacer a V. E. una observación
fundamental. Las gcstiones que mi gobierno me ha encomen-
dado ante el de V. E. tipl\cl\ por objeto el cumplimiento-
110 la modificación- del artículo III del tratado de paz de 20
de oetll bre de lRR:L EII tal concepto, he pedido la ne~ociación
del protocolo que debe, cOllfol'llH' a dicho artículo, establecer
la forma del plebiscito y los tél'millos y plazos en que hayan
de pagarse los dirz Illillone,-; POJ' d país a quien favorezca.
Pretcnder el aumelll0 del monto de la indemnización fijada
por el t.rat.ado, cs a lterarlo, rompiendo la unidad .r la corl'ela-
ción que haJ' entre todas sus cláusulas y haciendo más onerosa
para el Perú la cjecución de la Única estipulación pendiente.
después de haber aprovechado Chile de las otras yenta,ias.
Como he tenido la honra de d?clal'arlo a V. E., mi gobierno
sMo saldría de las ilisJ>osiciont>s del pacto dc Ancón para ase-
gurar la reincorpora,:~ión inmediata y ddinitiva de las provin-
cias peruanas de Taella y At'iea al territorio naeional.
El Pt>rú confía ('n <¡tIC le sCI'á favorablt> el plebiscito
actuado conformr a los prt'cptos de sn institución jul'Ídica,
y creo, dígnese V, E. disculpal' mi franqucza, que también exis-
te en Chile acerca dt' ese desenlace la convicción ra revelada
por ali!unos de SIlS estadistas conspícuos, al confesal' la este-
rilidad durante casi un cuarto de siglo de la obra afano;.;a de
"ehileJlización". En caso (!ontrario JlO habrían mudlOs de los
predecesores de V. E. prol'!'ol!ado de hecho el procedimiento
79 -

con indicaciones inaceptables, ni tampoco tuviera V. E, a bien


proponer espontáneamente tal aumento,
Al país con fe rl1 rl triulIfo, 110 11' cOllviene en efecto un
g-ravalllrll prCllllia¡'io superior al oportuuamente pactado,
A(lUl'lI1Í inexplicada cual1tÍa se consideraría como nuevo
sacrificio impuE'sto hoy pOI' una g'uerra lllle terminó hace vein-
tieillco a¡ios, o como incentivo para que se allanen sus perso-
neros ('n el protocolo plrbiscitario a (~ol1cesion('s que importa-
¡'íal1 abandono <1('sus den.'chos, o sra, a una venta encubierta
de Tacna ~. Arica con llH'ngua del querer de los regnícolas, sin
cuyo COllcurso rs ilícito (-'1dcsmembramiel1to territorial, y COIl-
trariando la aspinwión ul1ánime del sentimiento público. del
Pel'Íl :
Siendo l'l"l'ÚlH'aS talps posibl~s hipÚtpsis, y no vislumhran-
do mi g-obipl'lIO causa alg-nna para la modificación del tratado
origíl1ario de estas negociaciones, debo en Sll nombre declarar
que no acepta la mencionada propuesta.
Cuanto al ('OIlyrnio sobre el I1ombrado protocolo, no pue-
do menos dp detenc!'I\lP. con la hidall-{uía (!ue V. E. se dig-na
r~conoeer, en el rxamrn r1e los tres puntos-referentes a cesión
simulada, (lir('(~eión o presidencia dl'l plebiscito y votantes,-
a los <¡ur V. E. se eontnw.

Suponr V. E. que, seg-Ún los prrcrdrntes modernos, el ple-


hiscito ineol'()()!'¡I(!o ('11 la histol'ia (lcl del'ccho internacional,
constituye una fiírmula de cesiÓn simulada,
Esa objPci(ll1 al'g'uída yerbalmt'llte pOI' V. E., es novísima

('n las mÚltipll's conferencias desde a1rÚs originadas por la


cláusula tercel'a del tratado de ¡\nciíll.
En la leg'islaei6n ant igna, el dernent o substancial y ea-
t'actel'ístieo del plrbiscito consiste ('n la yoluntad popular, co-
mo expl'csi(m de la soberanía.
- 80-

A la luz del lII"ineipio rle libertad, la revolución francesa


de 1789 condenó la conquista impuesta por las al'mas v res-
tableció aquella pl'áetica dcmocl'ática como base única 'justi-
ficativa para las IUutaciones de la existencia de los estados.
Así transportados al campo internacional, 1m; plebiscitos,
ya a favor de Francia desde el actuado en Aviiión ('n 1791, ya
a favor de la unidad italiana desde 1848 y todos los dcmás.
invocan invariablemente como fundamento y título jUl'ídico
la consulta al pueblo.
En la práctica, 110 -pocas veces sr pl'od ujo el e:.,cal'nio, ni
dejó de sufrir el voto emit ido el efecto de la coac(~ión brutal
y manejos fraudulentos. DI' allí el I'eitl'rado triunfo del
ancxunte.
Pero la extorsión no es factor le¡:ral sino cau:~a anulativa.
Los precedentes históricos en que se la ejerció demues-
tran que, a fin de obtener aparentemente el éxito de antema-
no concertado, hubo abusos, eual a veces los hay en elecciones
locales. Pero así como no S? invoca las últimas para legitimar
los rccOI'dados abuso:- dI' política interna, tampoco se deduce
de aquello!'; que, en la esff'ra dt'l del'echo pÚblico, se haya des-
virtuado el plcbiscito de índole libre para convertirse en dis-
fraz del concepto diametralmente untligónico de la conquista
y que, por lo tanto. sea ('sta la que siempre se revela consuma-
da, en todos lo!'; doellmentos que mencionan la voluntad po-
pular como condici6n tic transferencia.
En el artículo ~". drl dieho trtarlo de Ancón, el Perú cede
a Chile, perpetna e illcondicionalnH'nte, el territol'io de Tara-
paeá.
En cuanto a Ttlena y lu'iea, el artículo 8Y• estipula que,
expirando el plazo de diez años d~ administración chilena, un
plebiscito decidirÚ ('11 votación popular, si el territorio de las
provincias referidas queda denllitivamente del dominio y so-
beranía de Chile, o si continúa sielHlo parte del territorio pe-
ruano.
- 81-

Si los negociadorrs de AlIrón hubie";l'n impnesto la 1l1lsrna


suerte a las poblaciones de '1'aella, Al'ica y '['arapará, no ha-
bl'Ían convenido rpsp('cto de las primPl'a,.; en E'l voto popular
que respecto de la Última omitieron.
Lue~o. no fup para simular aeatamipllto al principio de
librrtad proclamado por la n'vol\ll~i(íll frallc<,,.;a. sino dando éL
las palabras su única clara acepción, que Chile pact6, empe-
iíando su fp lIacional, el ph'hiscito lk Taena y Arica.
Desde la l~poca dl'l l'rstableeirniento dr t'SIt institllción por
la Af;amblea XcWiOlllll, la t'x)lrrsiólI mils o menos COITecta de
la voluntad popular en pro ch la anexión, se exhibe las más de
la:,; v('ces con Pl't'seindellcia absoluta d(" sobenlllo repudiado,
pOI' iniciatinl de }.!ohiPI'nos iIlSIlJ'I'('('(OS o del (wupalltp bélico,
Tales casos IlO pI'OI'e(!P1l l'OIllO ¡lIllt'('edplltt's allÚlog'os del
pado hilatpral dp AIlCóu.
La llaCiÚII ('l'siollista 110 ha est iplllado ('] pll'hiscito sillo en
cuatro oportunidades.
En t'ltratado dt' 'I'urín. tlt' marzo d(' 1.';¡¡O. ('lItre la ('prdl~-
ña y Francia, referente u Niza y Sabora.
En d de !'I'aga. dp ag'o..;to d(' l.'i(j(j, ('lItl'(, P¡'llsia y Aus-
tria, refl'I'l'lltl' a las po[¡]aciolJ{'s de los di.stl'j!os septentriona-
les d(' Nl:hl('swi~.
En el dt'] didlo tratado de !'raga. (~ompl('íado ('11 Yil'lla al
día signi(,lltl'. l'ntl'(' Francia ,\' .Allst ria .. \' 11Il'g'o \'11 octnbrl' dt'l
mismo afÍo ('ntr\' .Allst I'ía (' Italia, r('fpl'l'IJ1 f' al rt'illo lombardo-
\'éneto.
y cn el de París, de agosto de 1877, entre Suecia y Fran-
cia, referente a la rctrocesión de la isla d,~San Bartolomé.
En l'I tratado de Tnl'Ín, Hlltl'S tI(' rdL'rinw a la \'oluIJtad
tI l' las pohlaciones. el l'ey dI:' Cl'rd('lia <1('('lara que: "('onsiell-
tp l'n ]a J'('lllliÚIJ de Saooya ,\' lit' I¡l ('.il'cnuscripciÚn dr Niza a
Fl'alleia y renuncia para sí y sus descendientes y sucesores en
favor de S, M, el emperador de los franceses, él sus derechos y
títulos sohn' dichos territorios",
- 82-

En el tratado de Praga, el emperador de Austria tambi(~n


"renuncia. en fa.vor de Prusia" a su soberanía al norte del
Schleswig: el plebiscito pactado en el artículo 50 que en 1878
abrogaron las potencias conÍl'atantes, preyé, en efecto, el even-
to del voto de los nativos, 110 en pro del cesionista lIi del ce-
sionario, sino de la reincorporaci6n a Dinamarca.
En el tratado de Viena "bajo reserva del consentimiento
de las poblaciones debidamente consultadas" cstahleeirla pOI'
Napoleón III, que babía aceptado la cesión para transferirla
a Italia como se padó en el de Praga, el mismo emperador ce-
dente austriaco "consiente en la reunión del reino lombardo-
véneto al reino de Italia."
Por fin, en el tratado dr París, antes tambiéll de la reser-
va acerca del consentimirnto de la población, el rey de Surcia
y Noruega retrocee~ a Francia la isla de San Bartolom(~ y
renuncia en consecuencia, para. sí y sus descendientes y suce-
sores, a sus derechos y títulos sobre dicha colonia."
En el tratado de Anc6n, el PerÚ no renuncia, como en
aquellos el soberano, a sus territorios de Tacna y Arica.
Al contrario, deja claro su anhelo dc no sufrir otra mu-
tilación, puesto que !lO sólo ha('(' d('pellder "la forma r!l qul' el
plebiscito deba tener lugar" dI' "UlI protocolo espl'cial qllf~ s/~
considerará como parte integrante dl'1 tratado"; sino que se
obliga, lo mi,smo que el gobi('rno ehileno, a la entregoa de diez
millones de soles en caso de serIe favorable el sufrag-io, o sea,
a un cargo comprobatorio de su expectativa que 110 se encuen-
tra en ninguno de los cuatro pactos recordados.
Las poblaciones de Niza y SahoJ"a y San Bartolomé y tam-
bién las de Venecia, estaban unidas más a Francia ~ Italia 1'\'8-
pectivamente que a Cerdeña, Suecia y Austria, por vincula-
ciones históricas más o menos sugestivas. I.las <ie 'racna y Ari·
ea son de nacionalidad netaml'nte peruana; sobre esas provin-
cias jamás adujo Chile ni pretendió derecho alguno.
-- 8~ ---

El plehiscito !'Il;'>;iza y Sahn,,-a se pfl't"tu,', rll abl"illle IS60;


('Il "elH'cia, ell odnhrl' de 1~(i(j; ,\- ('11 Sall Bartolon\t·, ('11 lo;;
Últimos días de sl~tiemlJt'e y 1", de oetubre de 1877, o sea, a las
pocas ;;('!llallas ([(' los tl'<ltados dI' marzo dI' l~(jO. octnbl'l' de
18m; y agosto (11' 1:-;77 '1\11', ¡·(·S¡)(·(·tivalUI'1I1'·, los (·stipularol1.
El dI' 'I'aellll y Arica tUYO ('1 plazo fOI'zo,,;o dI' diez auos: !lO
S(' it' actllÚ a raíz del pa(~to, (~om() hahría oC\lrrido t'1l l~R:I. si
en verdad lo hubiese Chile impuesto y resignádosc a aceptar-
lo el PerÚ, (,(lI\lO fÚl'l\lnl<l. a (~ollseeuPllria (11' la ¡.!\I('tTa, d(' l\(t-
quisiciÓll a todo t l'allel' d(' psos telTitorios.
)¡"o exist!', plH'S. pat'í(lad ('1I11'Pel tratado dI' Alle(llI y lo.;
europeo;; eJ'I'lÍlleamPlllp ('itados ('(HIlO allll'(·l'd"lltes.
Luego, 110 t\lYO para sus Ilegoeiadorl's aleall('" rlr l('tl'a
Illl\t'rta, la e1Úllsula l'l'lati\"a al fallo d(' la \'ol\llllad poplllar.
Hatifícall l'se aS('I·to las 1lI'g'o(·.iaeiolH·s a¡¡lpl'jores.
Tall's SOl! las de oet\lhl'(' d,' lí<HO. a hOl'(lo de la eodwta
americana "Laekawalllla "" ell las (,lIalr~ pretendieron los
pl('1l ipoI l'IH'illl'ios elr ill'llos. ('nt 1'1' 0\ ras P:\ig'l'!\l' ¡as dI' llWIlOl"
impol'taneia. la cesión dt' [os tl'rril0ri()s al S\I" dt' In 1(1Il'hl'ada
de Camarones, el pago de 20 mi\Iol1rs de pe~o~ por el Perú y
Bolivia solidal'iamellt\', y In "retención de :\Ioqllegull. TaclIa
~' Al'iell hasla lallto SI' haya dado e\llllplilllil'Il10 a las obJig-a-
!:iOllt's a (jU(' se n·fi('t:t'1l las eOl\\1ieiolll's, obligÚlIdose además el
PerÚ a 110artil1nr el p\l('rto d(· ,\riell. cuando le sea entregado,
ni en nillgÍlIl tif>mpo"; las qlle originaron el protocolo Balmace-
da-Trescot, sllscrito (,1 11 oc fdlrero de 18R~, en Viña del Mar,
t'1l el cual 1'1 ministro dt, r('laeion('s t'xterio!'('s spúal\¡ eOlnO
bases de paz (no ll(~or.!'idaspor ('1 gohiel'llo d(' los Estados {Tni_
dos para o!'t-('!:er sus I>n('llos oficios) la misJll¡j cesión al sur de
('llIllHI'olles, ('1 pago dI' ~() millo¡.¡es d(' pt'SOS y la ocupación de
Tacna y Arica por diez años o el mayor tit'mpo, "que el Perú
J1odr'ía fijar 1'11el tratado", ('01\ carg'o (le C}\Il', si al Yl'ncer rl
plazo estipnlado, l\Il pag-asf' dicha Sllma "el t(·tTitorio de Tacna
JT Arica ([lIt'daría ('edi(1o ipso facto" ¡" q\le "si Arica volviese
- 84-

al dominio del Perú, permanecería desartilIado para siem-


pre"; las en que intervino MI', Logall, en las cuales, según
10 manifiesta el memo)'ándum de 18 ue octubre de 1883, el can
ciller chileno sugirió la idea, dl'sl'stimada pOI' el presidente se-
ñor Gareía Calderón, de la actuación plebiscitat'ia, estable-
ciendo que "estaha dispuesto a: pag-ar dic7, milIonps de pesos
por el territorio, si el plebiscito lo entregaba a. Chile, y espe-
raba recibir', a su vez, di('z mi]lonrs dr I)('SOSsi el plebiscito lo
a.cordaba al Perú", y aceptó llne un ál"llitt·o (!"pi(lie!'¡¡ si Chi-
le tenía derecho de comprar el territorio de Taena y Arica o
había "dp ocupar milítHl'Illf'lI((' rlicho tl'l'ritol'io pO!' ('1 c,.;pa(~io
de quince aDos, estando obligado a evacuarlo a la expiración
de ese plazo".
Esas negociaciones dejan dt~ l'eli('\'e que el {'('I'Í¡ ISC n,:,ís-
tió siempre a la cesiólI, ell cnah!uier forma, d(' los tel'1'itorios
de Tacna )' Arica, y qu(', por lo tanto, al a('('ptar el stlfrag-io
plebiscitario en el t!'atado de 1883, contelllplÓ el plelJi';l~il o dl~
derecho, según el critcrio ullifol'me de lo;; tratadista,;, llO el
falseamiento de la voluntad popular cOII qut' algoulla \'('Z h.
profanaron lo~ excesos, Por es(' motivo, alllha,; n'públicas pre.
vieron, como qlwdó }H'('\'isto ell los proYf'dos 1llltel'io¡'es, la
emergellcia de la l'eineOrpOl'aeióll al lt'T'l'itol'io pel'UallO,
También COl'l'ObOl'all el mismo aserto, 110 sÓlo las declara-
ciones al señor La l'I'a bu l'(', ('11 lHS4, del lIi'gociador ehilcno de
aquel pacto, don Jovino ~ov()a, sino, presrilldielldo de las
extcmporáneas y (·xtraofieialrs dI' don Luis .\ldullatr, las COll-
signadas ell 18H:3 (año del tratado) el[ la Illl'mol'ia (fe ('se fUlI-
cionario, en su ca]iuad de milli;;t¡,o de l'elaciollt'S extl'l'io¡'es,
Por no habcl' cesión disf¡'azada PS qlW ellO tI,' a~os(o de
1892, o sea, antes del 2H de mal'zo de lH9+--('t\ cuya frcha
venciÓ el decenio pactado--d St'íior Lal'l'abu J"(' invitó al ple-
nipotcllciario señol' Vial dI>] Bojar a la elahol'aeiÓIl dd )11'011)·
colo plebiscitario; y las conferencias, al principio \'('l'h:11I's,
continuaron durante un pcrÍodo ex tenso de años, ya en la mis-
- 85

ma forma, ya pOI' escrito, así ell Lima con los personeros de


Chile, como en Santiago, con los muchos estadistas que se su-
eediel'oll en la :\10 II(.>da,sin qu\' jamás ninguno adujese la in-
eon¡:{!'\l\'ncia (lP tales gestionrs,
Lejos de ('so, pr('\'i\'IIJo el posible triunfo del Perú en el
plebis"l:~ito, el S\'!WI' Lira pidiÚ garantías para el pago de la in-
delllniz¡wión; y el gobierno dl~ Chill' mantuvo su propuesta,
siempre rechazada, acerca Jel aumento por su parte en algu-
nos llIillon\'s de los di\'z illllieado,;, t'n caso de que, modificán-
Jose d pacto, se cOIl\'inil'se eJl la eesiÚn definitiva,
En la clÚlIsllla primera (h,l trataJo chileno-bolivano del
1H (le nHI~'O de 1H!!,), sohl'e tl'ansf'erencia de territorios, Chile
se obliga a cl'ller a Boli\'ia los d\' Tacna y Arica "si los adquie-
re a consecuencia del plebiscito que haya de tener lugar en
cOJll'ormidad al tratado dI' AncÚn"; en la cláusula tercera "se
compromet\' a en1]wl11I1'todos sus esfuerzos para. obtener en
propiedad definitiva" los dichos h>JTitorios; y, en la cláusula
cual'ta, contra\' tUl compl'omiso sllbsidia¡'io para el e\'ento de
qUí' "no pudiese obtener en el plebiscito o pUl' arreglos direc-
tos- la soht'rallía ddiniti\'a d\' la zona en que se hallan laR eiu-
dadt's de 'l'¡ll'lIa y Arica."
Es oll\'io qlW, al hahel' aelleJ'do acerca del abandono, Chi-
](' !lO cOlltemplaJ'Ía, eOJII() lo haee en ese pacto de 1895, ni en
los protocolos a.diciollal y adaratorio del!) de diciembre Jel
mismo aiío y :\0 dt, abril de 1:-:;%, la pmÚbilidad del sufragio en
pro del PerÍl ,
Por eso, ratificallllo alltrl'iOl'(~S declaraciones, el minis-
tro tll' I'rlaeiolll's t'xtel'iol'cs de Chile manifestÓ, en su memo-
ria al' 1HB.!, q\le el tratado de :W d(' odubre "ha deferido a
U1l ado \lIt t'rior, consag-rado por Ull pacto solemne, y de re-
sultados absolut¡l.mente inciertos, la adjudicación del dominio
de aqnellos tl'rritorios,"
A su vez, 1'11 su 1l11'llsajl' dl' HH)(), el presidente Reñor Errá-
zuriz dijo que, ,. t'J\ el tratado de paz, qued6 indecisa. la nacio-
nalidad ddilliti\'a de los territorios de Tacna y Arica",
- 86-

Por eso también, 1'1mismo señor ErrázUl'iz acató el com-


promiso intel'llacional en el protocolo Billinghurst-Latorre
que sancionó el senado, y despuÓs de aprobado en globo, dejó
en suspenso la cámara de diputados-no por(lue f'se documen-
to rescindiera algÚn COIIvellio-sino a fin de que el poder eje-
cutivo iniciara lIuevas gesl io Iles diplomáticas para dar' cum-
plimento a la cláusula ll'l'c('ra del pacto que estipula el ple-
biscito en votación populal'.
La deducciÓII sobre cpsiÚII simulada o cOllquista de los te-
rritOl'ios de Tacna "J' Arica, saeada-no del texto lIi espíritu
de aquel tl'atado-sino de los impertinentes plebiscitos euro-
peos, debe, pues, deseartarse por completo.

Tampoco ('S exacto, señol' miuistro, que al gobierllo de


V. E. cOl'l'esponda cxdusivaml'nte la designación del personal
que debe presidir el acto plebiscitario, ya cn la inscripción
de los electores, ya en la recepción de los sufragios, ya cn la
proclamación del escrutinio.
¿ Cuál es el título de la soberallÍa que hoy alega Chile en
las proviucias de 'l'acna y Arica 'l
No es ciertamente el de la ocupación, que sólo autoriza el
derecho respecto de la res nullius.
'l'ampoco es el del ~mllgl'iellto avance militar durante la
guerra a que puso término el tratado de 1883, en cuyo cumpli.
miento evacuó ei ej(~reito la J'E'giÚn iJlvadida, con dos excep-
ciones, relativas a Tal'upacá \lila j" a las meJlcionadas provin-
cias la otra.
De este pacto, Úni(:ampnte, depende pOI' lo tauto el título
invocado.
Su texto cstatu~"e, t'l\ la clánsula tcrcel'a, que el tel'ritOI'io
de las Últimas" eontillll<lrá pO:-;l'ído por ('hile y sujet.o a la
legislacióll y autoridades ehilclIa:-; (luraute el tÓrmino dc diez
- 87-

años, contados desde que se ratifique el presente tratado de


paz. "
El canje de ratificaciolles se efectuó el 28 de marzo de
lt384.
El decenio feneeió, 1'11 eUlIse('ucneia, en igual fecha de
1H!14, y el PCl'Ú recuperó jUl'Íilieamellte entonces su entero se-
ñOl'ío, ell parte sllsPGnso.
Por eso, el ministro de rclaciolles, señor Jiménez, recor-
dÚ, en junio (le Um:l, al plellipotenciario chileno en Lima, la
oportunidad de la devolueiÚn de la:> pl'ovincia!S temporalmente
ocupadas; °,
ltH'g' al encoI11l'ar resi:>telleia, propuso que se so-
metiera la solueiÚn dd ea:>o al rallo de un gobierno amigo; y
más tarde, en la víspera de la ex piraeiÚn del plazo, el pleni-
potencial'io lll'l'Ilano e1l Sant iago, señor Hiueyro, hizo presen-
te (le nuevo (tUl' la ocupaeiÚn (ll~ aquella:> provincias no co-
JTl'spondía a {'hil(· despni"s dl'l 2H de marzo de 1R94.
Esa afimweiÚn se halla pel'fectamente de acuerdo con el
espÍril ti y let!'él del tratado.
La IIlI'lIcionada cláusula tercera agrega, a continuación
dI' la frase antes trascrita: "expirado este plazo (el de los
diez ailos), 1111 plebiscito decidirá ell votación popular ..... 11
Es, pues, veneido el drcenio-lIo dentro de él-que había
t'l acto de efectuarse.
Natural rs, en efecto, que sr clej(' libre de la coacción que,
en fa VOl' de :o;llpropia lJacionalidad, prctendieron ejercer au-
tOI'idades llevadas de un celo mal entendido, al puehlo en cu-
yo seno, (luranl(' ese intern\lo dt'eenal, debieron esforzarse por
hacer más grato el I'égimell admilli:o;trativo del país ocupante,
La terminaciún del período produce la del derecho con-
\'em·ional para cuya vigencia fué estipulado.
eOllc! uso, cesó por l.o tanto, a la luz d(~ los principios, la
:o;ohe/'anía PI'('Nlria de Chile en los tel'l'itorios de Tacna y Arica.
La pos('siún, pOI' til'mpo cal egúrieamente perentorio, no
se Pl'olollga ni 101'lla im\"tinida pOI' sólo el albedrío de la par-
- 88-

te que la disfruta, a pesar de laR protestas de la otra parte


contratante.
Por tal motivo, sin duda, el distinguido predecesor de
V, E., don Mariano S{me}¡l'z FOlltl'eilla, propuso el señor Ri-
beyro, entre otros plIntos, el siguiente: "Se prorroga hast.a el
28 de marzo de lHDH l'l plazo de los diez años acordados en
el artículo lIT del t ,'atado d(' Aneón' '.
No concedida la prórroga, el gobierno de V. E. debió,
pues, devolver los telTi(ol'ios pl'rUallOS, acatando t>l afOl'i¡.;mo de
legislación IInivel'¡.;al, según ('1 qne, al veneer el tél'lnino de la
tenencia tempol'aria, recnpera ÍntegTo su dominio el dueño
directo de la cosa.
Es únicamente eon el objeto de llegar al fin y evit.ar des-
coufianzas" que, a con¡.;ecueneia de la negativa de Chile, el se-
ñor Jiménez ideó, ('omo recurso de tl'Unsacción, la entrega de
las provincias a una tercera potencia designada de común
acuerdo, para que, bajo sus auspieos, se verificara la actuación
y segúll su resultado las recibier'a sin demora la república ele.
gida.
Si tan equitativa propnesta se hubiese )¡l'cho práctica,
desapareciendo con la posesión las ventajas de la propagada,
sin objeto ya el nplllzamirnto, hahr'Ían fácilmente solueioná-
dose los obstáculos y no existirían ulteriorl's causal es de ma-
lestar.
Los antecedentes diplomáticos a que alude V. E. tampoco
manifiestan <¡Ut' los pll'hiscitos se lwyan realizado bajo la di-
rección exclusiva. dd estado (>11 cuyo provecho resultó el su-
fragio.
1;08 plebiscitos de 1860, a favor de Francia, Sl' efectuaron,
segÚn los documentos oficialf~s, bajo la presidencia de las au-
toridades nombradas por el rey cesionista de Cerdeña,
En la proclama de ese monarca a las poblaciones de Sa-
boya y Niza, les dice, en efecto: "Para que nada pueda im-
pedir la libre manifestación dI' vuestros votos, separo a los
- 89-

principales fUlleiollarios d(,1 ordell ¡)(lministrati\'o que 110per-


telweell u VII!'st1'0 país y I!'s reemplazo 11l0111elltúllcame1l1e por
vaI'ios de Úlrstl'OS eOlleilluadallos 'lile g"ozall de la estima y
cOllsidez'ucióll gl'JH'rul", Los dichos JlIl!'\'OS l'lllleiollarios expi-
dieroll, cada IlllO ell SIl !(walida¡]. (,1 I'I'glulllell1.o ell el ellal en-
cOmi('!Hlall a jUlltas Illllllieipal(·s <In!' t'O!'lllell la lista de los ein-
dadl\1l0s COIl d{·J,(·!'lto a "oto, r{'sll!'h'all las !'{'dal!laciOlj('s, de,
El plebiscitu (h· 1Klili, a favor d!' Italia, SI' realizó COllt'OI'-
me a la reglamentación expedida por el soberano anexante,
prro bajo la presidellcia de I!lllllieipios eOlllplH'stos exelusiva-
mcntc ¡](' rC¡!llíeplas,
El comisario fJ'allCés, g'cIH'ral Ll'llOPlIL ['eeibió, en pfecto.
Vellceia y la {'lltregó a IIlla jUllta de llotables pl'esidida por el
cOllde J1 ich iel. \' ídor :\1a [!lwl rl'g'¡¡!{¡ ell to!wes el proeedimi('JI-
to, dispOllil'lldo 'lllt' las l'l'pn'st'lltaeÍolll'S Illll11ieipales de las
provilleias lib!,J'tadns de la oeupapióll allst l'i¡¡ea diet1\rall .. to-
das las disposieioll!'s eOllyeni!'lltes pal'a (111" la lI1allifesta(~ilÍn
del sufragip uJlj\'{'J'sal J"'SllltP libr'p y SO[PllllIP",
El plt'biscito de lKil, ('011 l'esultado a fayo!' dI' !<'¡'allcia,
¡;;e efedlllÍ bajo la presidencia. del rey cesionista. de Suecia,
quien Ordl'JIÓ al golWl'lladol' dt' la j,~la de 1')¡¡1IBarto]omé .• qllt'
dispnsie)'a lo eOllyel1iel1tt' para la ,'otaeiÚIl", t'stablt'('it'llIlo las
re~laf; que fH' Illlhiprt' de seg-llir.
La cOl1fol'luidad lÍl1i"a de a'!llpllos pl'e<~pdel1t('s pstÚ el1 el
modus operandi, ¡¡lIt{' nati,'os dI' la loeali(la<l sujrta a plchis-
eito: pOI' lo <¡lI(', si se les imitara, jl1te!'\"t'lldrían rl1 ('1 (h, Tacua
y Arica, 1'11ea Ij(lad de fUllciol1a rios, Ú 11ieam('11te taCl1eiiOH y
Ilriqueiios.
1't'ro, {'11lo 'lnc a presidl'l1eia ('OI1Cit>¡'lll',los pj{'IllploH se
hallan Jiscol1fol'II)('S,
f:)jpl1do absoluta, ('xplíeita, la rrllllllcia para sí, sus t!escrl1-
dientes .v SI1('t'so¡'rs, drl sohl')'allo ('('(ll'l1tr, plinto csellcial con
t.rario al tratado dt:' AIII'{'Il, hahl'ía si(lo rllllCl'hiblr que drja-
ra al Ul1rXalltc CI1 pl{'lla libertad, :::;ill {'mbal'!~o, en dos casos
- 90-

~obre tres, es aquel eesionista quien asume, siempl'e según 1m;


dichos documelltos otieialt's. la alta dirección del acto.
He tellido la honra de comprobar que la per;nanencia de
las autoridades chill'nas en los tel'l'itorios de Tacna y Arica,
despuí~s dcl 28 dl~ lllal'ZO de l/')!)-t-, es eyilientemcnte ilegal.
De lo ilícito 110 e!llanan del'echos.
Luego, 110 exis~e d df~ soberanía que jam{Ls tUYO Chile
para presidil' la actuación: Illlll:ho mellos para dirigida sill
control, insel'ibiell(lo a los ell'el ores, recibiendo los votos cn
COlltr'a o en pro de ~lIS aspil'ileiones, comput.ando descJ'utinio
y pl'oclamándolo.
Ti(~ne V, E. a bi,>Jl anticiplll'lIll' llue "no ve inconyelliente"
pal'a 1¡111·las autoridades chilena,,; "al con,,;tituíl' las mesas elec-
tor'ales, den repl'es(,lltllciún ('n ellas a ciudadanos de naciona-
lidad pel'llana y a cilldaJallos de otl'as nacionalidades".
Estos último,,; no podrían ser sino los impal'ciales desig-
nados pOI' lIue~ll'(lS resp('cti \'Os gobiel"lIOS, de común acuerdo,
pal'a presidir el acto electoral.
El mío, a quien ell verdad compete el ejercicio de la so-
beranía ell las provincias cautivas, y no lo invoco para pre-
tender el simultáneo papel ele juez y parte, no admite, seiíor
ministl'o, menos ell la forma de concesión graciosa, la actua-
ción subalterna, deprimente que, dado d espíl'itu amistoso y
cOllciliador de nuestms nrgociaeiolles, habría deseado el in-
frascrito que V. E. se ahstuvicse dc mencionar.
Sin que inspiren dudas las sinceras promesas de impar-
cialidad que se digna V, E. ¡'(Jiteral', cumplo con l'ecordarle qtW
las rxpectati\'as sobre 'racna y Arica subsisten no sólo en
Chile sino CII el Perú; y, por lo tanto, se~Ún los preceptos fUll-
dalIlcutales dI' justicia, la (mica deducción l{¡gica de ese dere-
cho, l'n prillcipio il!:ual. ('S que las (los !'epÚblica tengall idénti-
ca inten'cllción e idí'llt icas positivas SE'~ul'idades, a fin de que
el plehi~;eito eX¡)I'ese, COll t'l testimonio de ambas, el veredicto
del pueblo.
Está esa base acordada eu el protocolo Billinghurst-Latorre.
-91-

III

l'ermítam{' \'. E. ~omprobal' allol'a {lile s{')lo incumbe u los


r{'gnícolas l'1 derecho de sufragio.
::\lient ras lJO se 11aeiollalizun, los ex tranje]'os e0I18(']"..-all
su condiciÓn jurídiea de la [l's. POI' no !H'nh'(' SllS \'íllculos pro-
pios de soberanía, ni adl!uil'ir los de la ajena, clu'ecen de de-
rechos políticos {'n el lugar de Sil domi(~ilio; ,\" al producir'se
Ulla transf{~relll'ia de territorio, sin que se l('s obligue a de-
claraci{))l alguna, COlltinÚa inallera hle Sll {'sta 1ut o personal.
El volo plebiscitario, ('11 el caso adual, es d!' earácter es-
pecialísiulO: hac!' dectiva, 110 sólo la pal·ti{~jpaciÓn del ciu-
dadano 1'11el Jllat[{~jo de la cmm públíelL sino pal,tieularmellte
en la e!('ecióll de sohera11ía <ll'terminada para d territorio. Bas-
taría su calidad política para que {'Xclll,H'I'a a Iodos los ex-
tranjei,os, sin exc!'pción, puesto que la eiencia l'ollstitueional
dogmáticarrll'ntc les priva {'n todas partes de ese (lerec}¡o.
Si {,l sufragiQ es de naturaleza tal {¡ue su ejercicio no pur-
de cOllcederse a los demÚs nacionales dl' los país{'s interesa-
dos, Hll'llOS aúll {'S dable pl'etendl'r que se otorg-ue como privi-
legio a los l'xtranjeros, 'l'a('na ~' Arica SOIl provincias Ill'rUIl-
nas, y sin ('mbat,g'o de qne a los. eindadanos dcl PerÚ, !lO na-
cidos en ellas, se 1<'s neg-aría el voto, éste c()l'l'espolldet'ía a los
éiudadanos u súbditos de otl'US IlaCiOlH'S quedando a¡.;í en si.
tuaciÚIl política má¡.; ventajosa <¡ue la de los compatriotas,
aquellos en qui!'lH's debe suponers!' jllrídicillllente {lile ningún
intP!'és tienen l'1l el r'esultado d('l acto. El ilustrado criterio
de V. E. me I'C\'e1a de patt'ntizaJ' Jo ahsllnlo li(' semejant{· Con-
clusión.
Si l'l plehiscito es IIlI d('rcl'ho {'xcltlSi,'o dI' sobl'ranía, y no
les afecta Sil descnlace, l'S obvio <¡\le nadll justifieC! la iniru-
- 92-

sibil de aquellos llllrspclles el1 I'se acto, de tan trascendentales


efect.os ílllicaml'lItl' para la agrupación política d~ la que no
forman pal't.l',
• COl1cedel'les voto es atribuides condomillio, al igual de
los dueíios, SObl'C ,,1 lelTitorio ell qul' lemporalmente habitan;
señorío sobre ljuil'lIt's ofrel'ieroll hO;ipeda.ie, al extremo de rc-
:-;01\'1'" accrca d!' ~11 futUl"ll, hi¡'iendo el sl'ntimil>lIto sacrosanto
dI' la patria: I'S autorizados, illflu)'cndo así l'n el dcsposl'i-
miPlll0 y desnaeionalizileión de los regnícolas, a qlH'brantar la
neutralidad, (tUl' (>11todas conti\'lIda illternacional, les impo-
nen las reglas más tTi\"ialfs del derecho,
El docto¡' don AlejalHlro Alyarcz, commltor técnico del
ministerio hoya cargo de V, K, dice en una de sus publica-
ciones, refirií'lldose a los extranjeros domiciliados en Tacna y
Arica: "Es un 1)J'¡/I(~ipio fundamelltal de derecho de gentes y
de derecho constitucional de todos los países, que 1'11 país ex-
tranjf!'o el extranjCl'o no t¡t'nl>1J llin~ÚIl dl~recho político; y es
la más alta mauifestaeiÓn de UIl derecho político, dcsdp el PUIl-
to de vista internacional, ('1 snÚ'ug-ar por a cuál de los dos paí-
seH cOlJtendieJltps delw pertenecer una pOl'ci{m de territorio
que está ocnpada militarlllelltp por 11110de eljos, l<'uera de eHta
razÓJI, qne es fundarllenlal, cabría aÚn pl'I>~Il11tar por qué mo-
tivo lo.; ext.ntlJjl'l'OS hahl'ían de tt'ller derecho el voto en ma-
tl~ria de anexiÓn de IlIt tprritorio a Otl'O, l: Por qué rIIos tienen
hilmes PIl esos telTitorios? Esr illtl'!'t·s·sÓlo les da del'echo pUl'a
pedir que sus bienes srall rl'spetatlos y nada más, y desde el 11I0-
nlt'uto qne los bienes SOIl ¡"'spetados nillg-ún llerecho puedeil
p¡'etender ellos para (~OnClllTir con su sufragio a resolvcl' una
ClICfitilm a la que dIos, COIllOextranjeros, han debido y deben
permanecc!' exl raños",
],a calidad de ehill'no 11.) PS causal de excepciÓn que jus-
t itique l'} voto,
En su memol'Ía al congl'csll de 1 HH3, a raíz del pacto de
AncÓn, expuesta la illflu<"lle¡a para 1'] plebiscito de la admi-
- 93-

nistraciÓIltrallsitoria de Chile, l'I COllspí{'IIO p';ladÍsta don Luis


AlclullatelIg'I'l'g'Il: "si todas estas ('illlSilS illdlljl'l'illI a lo.; ha-
de la reg-jÓll tIt' Taena ~. ¡\rÍ('ll a decidirse por la na-
bil¡lIIles
cionalidad chilena, ('ll pst;] hip(,lpsis, 'que dpllt' estimal'S\~ qní-
zÚ la más probahle. la asimilación dt' nll\'.stl·OS nuevos conna-
cionales esl IIría o!H'I'ada dI' an t e!llallO sí n \'ioJ¡'Ilt'ias. ni saeu.
dilllientos. Sill exig-il' miÍs qllt' !lila silllpl\' rt'ptifÍ('aeiÚll (,ll ('\
mapa de C\tÍlp".
Esos l'oll{~eptos del mini,sll'o dI' r'p];j('joIIPs p:dpriot't,s (llll'
('stll\'O pll Limll. ('11 ealÍ(lnd dl' delf'g'lldo d,'l ~ol,il'1'110 dI' ~all-
tiag-o, COll 1'1 ohjl'to d,' illspÍr;¡1' los al'l'l'g-Ios dI' paz. ('01l\pnlp
hall que lo,; \'o1ilntl's ÍndlH'ido.; a "d,'eidirse por la naeiollali-
11ad ('hilena ", los "II\1('\'OS COII1I,1l'iolla 11'';.. 110 prall lo,; hijos
11(, la J'('Plíhliea ()(~llpiI/Jtl' sillo los !)('I'lIII110S 1'\Iya "asilllilal,ÍÚll"
SI' pl'l'slllní;¡ {'OIIlO l'OIISI'('U\'III'Í;J dI' Ull blll'll 1'1:~Ílllpll a¡[minis-
1l'a1i,'o 1'11 J;1S pl'o\'ilH'Í;¡s 1'l'Ípllid;¡s,
Los ciud;¡d;¡lIoS ('\tiJt.llOS \'11 ell;¡s l'l'sÍd('\It(,S son l'n lllllba,s
tan I'xtr'illljl'I'OS ('01110 los d\,lIlÚs,
Síll d\'I'I'('hll \'ll la SOh\'I';¡IIÍa IH'I'Uilll;¡. sill <¡Iie afr(~t(' Sil
esta1uto {)l'rsonal p[ desl'nl;¡('e {lel plt'his(~il0, la Cil'l'ulls1aneia
de importar sn "010 ('11 pl'O ti" (,!Jile, 1«1 ;;11 <jurbl'antamiento
(le nentl'alidall. sillo ('Ollenl'SO I'feetÍ\'o {'Il ado de <~oll(lnista.
ha('1' aÚn JIl[IS (','idellle Sil illlJahilital'i,"11.
La cl[¡llsllIa tl'rl'l'l'a <1(·1 tratado I'St;itllYl' qlll', l·xpil'ado el
plazo dI' los dÍ,'z allos, "1I1l pJt.hisl'ilo d"l'idjJ'[¡ 1'11 \,o(a(:iÚll po-
]mlar" si \'1 lel'l'itorio d\' las pl'o\'ineias dl' T;¡ella ;; Aril'a <JIU'-
da definitinllll!>Jltr d.,1 dOlllillio y soh!'I'allía de ('\til\' o si (,Oll-
tillÍla sil'lH!o l)(lrk dI'] trlTitorio [Wl'llilllll,
V. E. SI' dig-lla SllpOlll'r qlll' la "volulItad poplllar" I'e-
qnPl'ida l'S la dI' jodos los V(','iIlOS, illdll.si\"l' la dI' lo; ('xtrall-
j(')'OS qll!' hall l';H1i(',ll!O S\lS illtl'I't'Sl'S ." ('ollsti11lído S\I familia
I'JI las lo('alidad,'s. a l'll."il ]lI'Osp(')'idad ('olltrihnYI'lI ('Oll lahol'
prl'Sl'Vt'I'¡¡ llt e y fecunda,
94 -

Si pxal'ta fupse la conSeC1H'llcia dpdueida de la última /


aspveraeiÓn, bastaría ésta para que sc les I'e(~onociera derechos
políticos.
Desdp lue¡!o, ta I leol'ía infringe la de la legislación chi-
lpna que les veda aÍln la actuaciÓn municipal.
En el v('cillo ('xtnlnj('rO se presume la incstabilidad, 1'1
t1PSf'Odt' 1','g'l'PSOa la patria dp la que no SP ha d(.svinculado,
con la llueva familia .r la fortuna afuera adquirida.
Por f'sa causaL PIl ,~l es concehible la indolf'ncia que, en
conflicto plebisci.lar¡o, 1(' produ.iere el intf'I'rs de la tranqui-
lidad a todo trance
Quit'lIes anlu']an df' v('ras, sea cual fUf're el lug-ar de Sll
domiciiio, a la Yl'Z t{lle la paz, 110 sólo el bipn presente sino el
<1('1pOl'v(·nir (le la rpg'iÓn, son los pl'opios regnícolas, que ('n
su d('f'ensa, pOI' <1('111'1' Y patriotismo, sacrifican su haci('nda,
su familia ~. SI1 ,>xistf'neia.
El a!"tÍeulo 1 de la (~onstitllcióll de Chile declara que su
g'ohierno es popular,
Lo califica así po!" euanto pI'ovi('HC su l'lpcción, no, del
cOlljunto dI' habitantps al('man('s, ing'lpsps, <'fe., sino de los
ciudac1ano.~, o SPI1, dpl pueblo (~hil(,Ilo,
RatificalHlo lo¡ expucsto, ('1 tpxto p,'prisa pl alcal1c:o de la
calificación ('11 pl tel'J'('nl) d(· la lpy.
~o hay Inoityo para 4UP \'arÍe PI1 •.1 d('l dpl'(,c}¡o intpl'Ila-
ciol1al, con tanta mayor raz(¡n pn su ramo l'pf('!'pntp al plrbis-
cito, cuanto ql1(, la illstitllci(¡n Sp funclampnta, debo rpiterarIo
Con eXCllsas, 1'11la soberanía, es decir, en el plH>blo que cx-
cluf;Í\'amelltp conS1itu.rp la IlaciÓn.
Así lo enspñan los tratadistas.
y tamhién lo ratifican los antecedpntef; diplomáticos il1-
yoeados por V. :E.
En el tratado de Tnl'Ín, se estipul6 que para la transfe-
rencia se tomaría (>11 cut'l1ta "la voluntad de las poblaciOJ1Ps".
El reglamento para el plebiscito cn Niza disponc cn su artícu-
- 95-

lo -!: "SP1'í111 admitidos a ,"OUII' to(lo,; lo.; (·illdadHllo,; dI' :.!1


años di' Nlat!, pOI' lo que pertenezca por su na':lionali-
llWIIOS,

dad o por su origen al condado de Niza:" y l'I pB1'a 1,1 ado


('11 Saho,ya dispOII\', tambi':tI ('JI sn arlíelll,¡!: "SI' adll1iti1','t a
vot.ar 11 lodo.; los ciudadanos de ~l ailu." de edad. por lo \l\!'-
1I0S. nacidos en Saboya, o fuera de Saboya, de padres saboya-
nos ((tI!' habilPlI ('1 dist¡'il0 ".
EII ('1 tratado dI' ViPllCl lalllbit;n se pstipnl() la tratls!'('l'Cll-
eia "bajo )"t'Se'J'ya del ('oIlS('ntilllif'1l10 ¡\p las poblaciones dd¡i-
dami'lItp eowmltadas". El /'eg-Iallli'llto panl el plebiscito "('ti
las proyillcías italiallas liberadas <1i' la oellpaciólI austríaca"
tlispollc en su a¡'líeulo :í: ,¡ PII los días spñalarlos para la yo.
taeitÍll, todos los italianos de dichas provincias Cjll(' hayall ('um.
plido los 21 años ..... "
EII pl tratado d,' l'arís. ;lsimixlllo. SP p,;tiPllló la ll·allsfp.
I'('llcia .' eOIl la ('xflr<'sil I'('S(' l' \,;1 d!' lcon,;pl11 illlipllto <1('1 Illl('hlO'
de Hall BHI·tolollH·· ... y (,1 r('~' dI' Sueeia di"pnso: "tollo hom-
bre de la pohlaeióll dp la isla, ('n t'l g'(WP dp xnx dl'reehos ei.
yil('s y lIla,vol' dp (·dad, ¡med(' lomar pal'!1' ell d pll'hiscito".
~e e/'l'ytÍ 1If'(,(>sariil 1I11i1al·lara101'ia, y la dió (,O!llO si¡!lw pJ mi-
llistro dt' IIf'g-oeios I'x1ralljPI'os d('] 1ll0IIar(?a ('esiollista: "El
srlltido ('s, naturalmente, que sólo deben votar los súbditos
suecos' "
EII todos aqlldlos 1'{'¡..d!111lI'lltos, ('ol\('ol'dan'll'x ('011 los tra-
tados !JIU' »al'l aroll el ('0I!s(,1I1 illlií'llt o dI' los puehlos o pohla-
eiOlIl'S, se mPlleiolla Sit'tll!ll'(' a los l'l'g-níl'()]as, jamÚs a los l'X-
tralljeros lIi a lo:; l1aciollal('s d('l PI'CXtlllto !I11exal\1e,
La f6nl111]a análog-a dI' ",'o/ación popular" l'llIpleada
('11 l'l t1'a1ado (11' ':\11<'ÓII, llO Jlll('(h" JlIIl'S, señor lllinisll·o. itl-
1('l'prelarse ell s('nlido c01ltrario.
Dl'plo1'ÍII1<lolo, hl' abnsado ti!' la 1)(·lI(.\"ola a11'llcióll dI' Y. E.
~Ir ha pal'ccido illllispl'lIsahll' h;I<:('l'Io, para dl'jar dI' re-
¡it've <tUl' 110 SOl! illCOllsnltas lli <ll'bitl'arias las alt>g-aeio1lPs (le]
g'obiel'110 (1('11'1'1'1'1 ('11 eslt> ll('g'oeio; y a fill ell' qUL', ¡¡('yudo tal
- 96-

convencimiento al ánimo del excmo, señor presidente y de


V, E., allcmen su rectitud y cner¡:6a el camino del avenimiento,
11\duct'n desde lllego a prr.sullIirlo próximo, algunoR conceptos
de la important(· comunicación a que contesto,
V. E" 1'1\ efecto, se dig'lla decir al infrascrito: "Bicn sa-
ht'\'. E. que (·1 tratado dt' lM83, al cntl'egar a la resolución de
11II plebiseito la drtt'rmillación <Ir. la llacionalid1l11 aefinitiva de
'l'acna y AI'iea, 110 CXl)l'('SÓ t¡llé era lo qne debería entenderse
pOI'dicho plebi.'wito, ni fijó tampoco el modo y forma de su
l'jecuci())1. HazOlwblemente, talt's omisiones no pneden atri-
buirse a oh'ido d,' parte de los n(~::roeiadOl'es, sino a UI! reCOlJO-
cimiento implír.ito de qUI' cl pnwedimiento pactado no podría
s<:,!'otro ljll<:'el d(' los plebiscitos jllcOl'pol'ados PIl la historia del
del'echo int\'rnacionaI."
l'n'eisados ('ti pÍlrral'os anÍ\'riorcs el espíritu y efectos
jurídicos de la illstitllCi(íll plehis(\itaria, cumplo ahora con ob-
senar que el procedimiellto histórico, a.1 qlle alude V, E., se
exhib(' bajo dos aS¡H'ctos,
1)no es el de la previa re~lame!ltaciÚ!l dt'l modus ope-
randi, ('xprdida pOI' la autoridad rn Xiza, ell Saboya, en las
pro\'incias italianas y l'll la isla de Sall BartololllÍ', ('omo de-
talladamente queda \'01l1l)J'obado,
El otl'O l'S, l'll varios casos, a raíz del pa\'lo con el sobe-
ralla cesiollista, ya sin illtt'I'(>s l'll la pohlación o poblaciones de
que hizo explícito ~' ahsoluto ahando!lo,--eI dr. la coacción
hn!tal y manejos fralldnl\'lltos, para consr.guir, a todo trance
la fÚrm llla ¡lIll:!l';;l'a (1e la t l'a nsf erencia,
::\1(' apl'pslll'O a l'eCOIIOCl'!',seÍlOl' ministl'o, qnc {'I gobierno
de Chile !lO I)!'etend\' la H(·twwiÚll bajo este Último aspecto, quc
dest rnírá el l)l'('sti~io de la a\lmillisl raciólI del excelelltíRimo
Sl'fíOl' :'\101ltl.
Los pl'p\'cdl'ntrs hist(,ricos Sl' concretan ent.onces a 11\
partl' reglamentaria, tamhién a \,('Ces obst'r\'ada, de los ple-
hiscitos,
97

I,uego, si los recordaron, esa es razonahlemente la que


tuvieron en mil'a los nt'gociadol'cs del tratado de Ancón.
Ratifican tal concepto las palabra>; del digno predecesor
de V. E. don Lllit; Aldllllah', etl su lllCRloria citada del mismu
aíio: "si el I'csllltado del plebiscito voh'iel'a la l'l'giÚu territo-
rial (\¡> Tacua y Al'ica al dominio del PerÚ. cumpliría a la po-
lit ica lcal y honrada de Chile acatar e"t fallo de aquellos pue-
blos ".
1'1 (1 complazco el! deelarar, sdíor mi1lislt·o, (lue bajo ese
punto de vista, que e1l vt'rdad n,sultan las principales dificul-
tades, aceplo COl! Iwq1l('íia~; variantes el criterio de V. E.
Como se digna V. E. hacerlo prescntr, ¡'(,collocemos en
perfecto acuerdo, el d ¡>}w l' primordial de poner t{,rmino a la
situaci6n qne desdl' tan atrás prrturba hondamente la ai:mo-
!lía de otros tiempos.

Por eso ~' las anteriol'es cOll>;ideraciones, me permito in-


yitar a Y. E. a qne continucmos las confpl'encias hasta obtpllcr
(,1 acurrdo, adaptando a las e1Úllsulas ('ombatidas del protoco-
lo Billin¡dlUrst-LatolTl' que ha de St'l'Vil'llOS de base, los pr<>-
cepto>; positivos de lo,; antecl'dpntes dirlornÚticos, conforme a
los principios del dE'l"ceho y dI' la justieia.
Estos son, 8e11Orministro. los que, entre las colectividades,
como C\ltr,' los homhres, acallan las su;.restiotles inmoderadas
d(~ la cOIJ\"(,ltil'ncill; I'Ohustpcell con vinculacioJ1t's estables la
confratcrnda(l d,' los estados; "j' a la H'Z fontt'lJtan, en COIJ-
cÍI.rto arIllónieo, el (;n~t'and('eímit'¡lto f'in lllaJwilla de cada uno
de ellos, salisfaciE'lHlo así las exigt'!leias nobles del patriotis-
mo y las no m(']\OS levantadas dl'1 amo¡' a la humaIJidad y a
la ci "ilización.
E.;toy se~uro de qu<', (,olllprelldiéndolo así el ilustrado go-
bierno de V. E., lIOS será fácil, señor ministro, rendir tributo
98 -

al espírita d(· r-;olidaridad pallamcricana que ho.y domina en


todas lar-; IHwiones de nuestro cout incnte para el arreglo jus-
ticiero dI' las divergencias que las separan.
l\IIlY ¡nato me es reiterar a V. E. las srgurdades de mi
más distinguida consideración.

G. Á. SEOANE.

Al Exelllo. ~efíor dndOI' don Federico Pug-a Borne, ministro


de relaciones extrl'iores de Chile,
- 99-

ANEXO N° 16.

l'ropurs(as }Jara {a realizaciÓn del plebiscito.

Pror,!!(sta chilena

/'1':/11('/0.- El plcbiseito tendrÍl lllgar en IIna feeha qne


!)('!'mita al g':)bil'n:o el•.' Clli]e cumplir las ubli(~élCioncs que tie-
ne contraídas con la repÍlb!il'a de Bolivia para la construeción
tI!'l ferro('¡¡rril de Arica a la Paz.
Segundo.- Tomarán parte en la votación, que <.lcrá secre-
ta, todus los chilellOs, peruanos y f'xtranjl'ros (lue !'eÚnan los re-
quisitos siguientes:
(1) .-ljas eahlades "'1t'(~esarias para ser ei udadano elector; y
b).-['na r.>sidf'l\(~ja mínima de seis meses.
l'ercel'o.- Corresponderá a Chile la presidencia tanto de
la junta dirl'et iya ('Oll)() dl' la junta de inseripción .\" de reM'cción,
que se compondrán de tres vocales, a saber: uno chileno, uno
pl'ruauo y otro nelltral designado pOI' los ('{lnsll]ps extranje-
ros de Tacna o por nna nación amiga.
C'uarto.-En tOllo lo que no s('a ('ontTario a las presentes
bases, Chile podría ae.'ptar, si ('1 PerÍl lo prefiere, las estipu-
laciones del pr()t·()(·()~() Billinghur,.¡t-La Torrl'.
- 100 -

ANEXO N° 17.

Contra-propuesta peruana

Son necesarias las siguientes modificaciones en los cuatro


PUlltos <IUP l~olltielle el 1llt'lllorÚndum del señor rnl'argado de
neg(wios de Chile:
Primero.- Ila Junta Directiya encargada de organizar el
plebiscito comenzará a funcionar en el termino de tres meses
conta(los a partir Jd día en que s.' firme el protocolo plebiscita-
rio.
Se{Jlllldo.- Podrán tomar parte en la votación, que será
pÚblica, todos los pl'ruanos J' chilenos que reunan los siguien-
tes requisitos:
a}.-Veinte y nn año (le edad;
b}.-Hesidpllcia PII ('1 tprritorio por lo menos a partir del
19 de julio de 1907.
Podrán también tomar parte los nacidos en el territorio de
Tacna y Arica que se hallen presentes en el momento de la vo-
taeióll, si previarrll'lItp S~ hllbic~'lI illserito para tal objeto.
No podrán votar los empleados pÚblicos ni los individuos
d~1 ejército o de la policía que presten sus servicios en dicha
provincia.
l'ercero.- La junta directiva se compondrá de tres voca-
les, a f'aber: \lU prrllano, UIl ('hikno y un ncutral designado
por 1Ina na(~lUIl amig-a. La prcsid.'ne:a l~OrI'('sponderá al neu-
tral.- Las juntas para la inscripción y recepción de votos se
(~OlIll)()ndrán tambii"J1 de un delegado p.'ruano, un ehileno y un
11l:'l1tral. La prt'sidemia de cstas juntas corrcsponderá tam-
bién al delegado neutral.
- 101 -

Cuarto.- La junta directiva señalará los lugarcs en que


deban funcional' las jUlltas im;e)'iptoras y l'('ceptoras.
En todos los dl'mÍls puntos de dl'talIe regirá el protocolo
Billinghurst-La '1'01'1'.'.

ObserlJaciones

PrÚnera.- El Perú está dispuesto a aeeptar el arbitraje


para resolvcr las divergencias d(' opini/J/1 que no f¡¡esell consi-
l~ables.
Segunda.- El Perú acepta el voto de los chilenos para
dar prueba del deseo que le anima de llegar a un avenimiento,
pero no renuncia a la teoría qne siempre ha sostenido sobre el
derecho eselusivo que corresponde a los naturales de Tacna y
Arica. Por tanto, si no hubi('s(> acuerdo. la 1~/)ll('('sJ»} aetllal no
podrá estimarse como un reconocimiento definitivo.
Tel'cera,,-Dl'be t!'nerse cn (,ucllta para juzgar la propllCS-
ta del Perú cl h.'cho de habcl' traseul'l'ido cerca (le diez ;r sl'is
años desde que se vcnció el plazo de la ocupación.
Cuarta.---Habicndo contradicción (,l1trl' el propósito que
anima al gobierno de Chile para celebrar el <l('!lcrdo en cu~s-
ti6n y el que revelan las medidas adoptadas o proyectadas con-
tra los r('sidcntrs peI'1I3110S y <¡lIe hall l1lotivadú las rcdwl':\-
ciones qlie verbalmente o por escrito ha presentado el gobier-
no del Perú estima éste que esas medidas deben suspenderse,
r<>vocarse o I!uedar ~iJl ejeeueiÚn,

BANCu Di:. LA RL . j\
JllUOTECA lLk¡ ANGel ARANOO
CATALOGACION
- 102 -

ANEXO N° 18.

SaI/La[Jo, 3 de marzo de 1.910.

Señor ministro:

Obra en poder de mi gobierno la comunicaclOn que vues-


tra excelencia ha tenido a bien dirigirme con fecha veintitl'es
<1(' (rciembl'c Último, insistiendo en las observaciones que han
mert'eido al gobierno de vuestra excelencia ciertas medidas to-
maaas por el mío ~n los territorios de Tacna y Arica.
Manifiesta VUl'stra excelencia que con posterioridad a ~u
primera cOlllnl1icaciólI,-alud~ vuestra Excelencia seguramen-
te a la nota dt' 30 de setiembre último,-se han producido en la
provincia de Tacna otros hechos tan graves como la clausura
dI' algunas iglesias parroquiales, la promulgación de la ley que
hace extensiva a dicha provincia la aplicación de las leyes de
colonización y la craación próxima del departamento de Tarata,
hechos graves que "revelan en forma muy acentuada el pro-
pósito de hostili(lad en que se inspiren las autoridades chilenas
que se encuentran al frente de la administración pública en
aquel territorio".
Beñala particnlarmente vuestra excelencia como tales la
emigración de trabajadores peruanos, que vuestra excelencia
califica de compulsiva, la creación de algunas industrias aná-
logas a otra ya establecida y perteneciente a individuo de na-
eionalidad peruana, y por fin la clausura de las iglesias parro-
quial('s de Tacna a raíz del lamentado fallecimiento del virtuo-
so párroco señor AndÍa.
- 103 -

Entra en seguida vuestra excelencia a exponer las razo-


nes (Iue le asist~ll para considerar restl'il1gidas las facultades
que el tratado {Ir Aneóll confirió a mi país en la provincia
ll\eneiollada y limitado el imperio de la legi~la(~i{¡Jl d¡ilena; in-
siste en afirmar que está vcncido <:,1plazo fijado a la soberanía
de Chil<:, en Tacna y Ariea y acaso sl)lo con el propósito de dar
maj'or relieve a argumento en realidad sin importancia, cali-
fica vu<:'stra excelencia, móviles, intencion¡.s y propósitos de mi
gobierno, entrando así en un terreno vedado por las prácticas
usuales de la cortesía internacional.
Expresa vuestra excelencia que comparte con mi gobierno,
en condiciones de absoluta sinceridad, el anhelo de estrechar la
amistad de 1111,':,1 J'os ['('s [l('el in)s países: Ih~r() al propio I1 'mpo
agrega vuestra excelencia (lile debo e'itlll' persuad ido "de que
jamás abandonará el PerÚ voluntariamente, sea cualquiera el
alicienL' 'lUC se le ofrezca, un territorio que forma parte inte-
grante de la naci6n y cuya histol'ia ha sido elemento de ella
desde que tuvo vida independiente".
"La a~pin\(·i'-)I\ na,'iol1ul !Wl'lIiln:l- -l1j('(' \"1I(',.:tl'a Ex('(']('n-
('ia-no sr Illodifi('ará Ill11lt'a a estt' !'f'sp,'(,10. porq1lr il1evita-·
blcmente tiene <¡nr ser así para cOlTrsponder a la constancia
y a la abnegación patriótica de sus hijos",
,Chile, en can\bio-contiIlÚa \" E.--no tendría que ha-
cer sa(,l'ificio al¡!I!1I0 ni dI' su alll i~lW tC'l'l'itol'io ni del qne ad-
quirir, ('11]n C'()))jiruda béli('a, tI' bastaría inrlinarse ante la dis-
pORición terminallte del pacto escrito".
'l"'!'llIil1il \', E. rxpr'sando <¡i't' "la amplia ('o)'díali(la(l ob·
tellida ¡¡sÍ, lendi'ía el sÚlido apm'() de la jll,'ilieia. lIohl'~ fin ('1\
qne SP ills[1ira1\ h()~' todas las lla"io1\(,s civilizadas que se preo-
CUf\un de rnalltt'uC'r y acft'crntar S1I pri'sti¡rio. y ('n qne debe
también inspirarse Chile para propenrl.er al laudable acuerdo
definitivo que s('ñala y pl'Opone",
Antc tOllo, debo manifestar a ,', E. (lile las palahl'v;; ('01\
que pone término a la citada comunicación, no interpretan con
- 104 -

fidclidad el anhelo qne abriga, ¡.;egún se sirve V, E. expresarlo,


de expresar la amistad del Perú y Chile, pnes no se aviene tan
noblc propósito con la repetieión de conceptos, emitidos ya por
el Excmo, seiior Leguía en su ú!t imo mimsaje, relativos a la
jnsticia en quc, a fill Jemallt:.Jl<.ryaereccntarsuprestigio.de-
be inspirarse mi gobierno (':1 s::s rl'!:ll'ion;~s con el dt, V. E.
En la nota em'iada a V. :E. eon motivo de aquel mensaje,
cxprfs~ qne llO definía la .i\\~til'.i:l \lna de las partes litigantc8
y que m¿lloseaba su prestigio (!nit'll sostiene sus derechos,
El gob;el'llo di,' \'. K ha venido invariablemente señalan-
do al mío como ag-t'l\O a las nociones Je, la just ieia internacio-
nal y !'ehacio al eUlLplimiento de los tratados, únicamente por-
qu(' no estima como el de V.K q\l~ la prinwra consiste en
('lltrrgar al Perú lo <¡lIe !lO le pertenece ni en el hecho ni en ('1
dcrc(:ho, y por(lue~!l lo ,wglllJclo milnti('ne Hna illtel'Jll'eta(~ión
d~ las estip¡¡]a¡;iones rr~ati\'a~ a la ¡;e1cbrUf'-ión dd plebiscito
más amplia, .r sobre tOllo, más ,conforme con lo~ prec('(lentes his-
tóricos dp casos análogos,
Con ,~ImimlO o !lwjor dCI'"dlll plldicl'a mi gobierno atri-
bu;r a un (bsconocimiento d" lo.; inmutables primipios de jus-
ti(·ia, el propósito hasta ahora invariab:r del gobierno de V, E.
<1(' no al~eptar otra solución del problema pendiellte que la~n-
trcga franca o encnbi,~rta, de los territOl'ios de Tacna y Arica;
y.con razones cvidr!ltes pn(li~ra demo3trar que es en ('1 Prrú
('n dandI' ¡'esid" la v('l'lla(lpra rrs'stenria al eumplimiento <1('un
tratado que V. E. y SllS dignos anteeesarc;;; invoean siempre in-
1rrrretállllolo crróneflJt1en te.
Sin ('mbargo, !lO ('ntraré \'n ese trrreno qne nos llcvaría a
r~t(.rilr;;; recl'irnina¡;ion>s, sin brindarnos la oportunidad que
Chile anhela d~ solucionar la '~Hestión pendiente,
En rep('tidas ocasio!H's, anles ~' (lespués de la interrupción
que snfrieron ('n 1901, por inieiativa del gobierno d~ vuestra
Excelencia, las relaci(,nes diplomáticas del Perú y Chile y du-
- 105 -

rante el tiempo que estuvieron reanudadas por invitaeíón que


mi gobierno hizo al d! \'llestra Execleneia a este efecto en 1905,
el gouirrno dt'! PcrÚ ha formnlado invariablemente las dodrinas
sustentadas en sn Última (~Omlllli('aeióll sohre el aleallee P. inter-
prl'taeión de la.s disposit'>I'I(' . .; dt'l tratado de Anetlll,
I,a defen'Jwia qll(' mi gohiel'llo está J'esuclto a guaruar
siempre al PerÚ, le hall indllci(]o a contestar \lna y ot.ra vez
argumentos y al('ga('iollcs repetidas varias veccs, ~' d\'struídas
otras tantas, sill wltipl:ir ,'! telllp('J';¡mt~lJto, ya (le s,¡bra jllstifi-
eado pOI' la cs1'riJidad dt' HJS psfllprzos, de limitarse a \\11 sim-
pll' ,)('IIS(' de }'('t~Íbo,
Empero, 110 -e a, Íl'lIi' el gohi"!'11O d· \'lle"t rOl ¡':xl'e!l'lH'ia a
i1Js:stÍ:' 1'1] illll'l'jll'l'1;l(';ollt's nl'(ílJ'i:S dd pal'to.(!l1l' l'i~(' hoy las
relaciolles polítieas d(' 1I11:'stros l·es\H·ctivos país~s, sino que, yen-
do 1ll:IS I('.ins l' illl'l'iJlg'ir'lIdo SIIS eslipnla\:iollé'S e;;pl"sas so])),"
el cjcr(~it'io do' la solH'nlllía (]e Chile en 'racna y Al'iea, rre-
t Clldl' inm:sl:U j nw ('11 todos los a..tos 11(' ad m in i~tl'aei(¡n jnkr-
na que mi :.\'oh¡:,t'lIo ej:"'llta aUí. y prote~\;l de to,hs ;: cada
UII.\ de las lllé'di(],l:i, j1olítil'as o administl',ll ivas, (i'!(' mi ¡ro-
hierllo implanta, l'jertil'lldo sus dl~t'eehos y nllnpii'ndo sus de-
1)['I'~s, l'ar('(:e (111l' (,11 el ánimo del gobierno (le! P<,rÚ fuera re-
prohabl!' lodo lo (lll! t'¡,nde a modifiem' el estado de ('OSIIS
existenles en e,;¡¡ rcgitíll, así se trate de m('didas <1(' l'l'strireión
impuestas po!' la cOlulllda de ('¡('rtos fnl1t,jonarios pÚblicas,
C0!l10 el1 ('1 ('aSO de la ('law;ura dI' las igl!sias parroquial!'s, así
<1(' a('los qnc impulsen el drs<ll'1'ollo (,olllel'{'iaL ¡'abril o agTÍ-
rola de aquellos tel't'itol':os; las lInas por(lue oprimen, las otra!'!
porqne l'xpaOld!'ll, todo lo nlllsi<1el'a ('1 ¡t;obi'J'no de yuestra Ex-
eeleneia atentatorio de los <1('l'eehos evrntuales 'lile alega.
- 106 -

Apenas ideada la construcción de un ferrocarril int~rna-


cional que habrá de dcvolverle a los territorios de Taena y Ari-
ea la a1lt iglla imporlaneia quc Sil comercio internacional CQn
Bo'ivia le diÓ lar-gos años, y r[HC, por lo tanto, traerá a sus ha-
bitante!'> ventajas rconómicas inaprec·iabl,·s, ('1 gobierno de vues-
tra Excelencia protes1 a .r cal ifica di! alpntl1toria esa medida
de ben:ficio uniVl'I'sal.
Al ejerce!' mi gobierno el d~rccho c,lIIstitncion:ll del patro-
nato para pon'r tt'rmino a la designac :ón de párrocos que no
llevaron siemprl' a los fiples el(' 'l'.l~na .\' Ariea la, paz de las al-
mas y el ejcJnp~o d',~sns virtudes, el de vuestra Excelencia pro-
testa, asimismo, y estima opresora y excepcional una medida
de hl'lll'fi('ios morales evidentps, exig-icla por la carta funda-
mental d:~ la repÚblil·a.
Otorgad 1 '11 partír'u!arl's la avnrla del estarlo para implan-
tar en Tacna y Arica industrias lIIH'VaS c impulsar algunas hoy
en estado rudimentario, ~l gobierno de V. E. protesta y es-
tima la mc(li(la perjudicial a los illterC¡;;es de sus habitant~s.
que ¡;;in dnda alguna habrán de rel~ibir con Pila los beneficios
directos e iJHlil'cc1os que trae la apertnra de nuevas fuentes
d~ prod uce ión.
Proyeetada la cl'eación del departamento de Tarata, a fin
de mejorar l(iS ~ervi('ios u(lmin:strativo!'>, aumentando la po-
licía dr s('~ur·:da(t ell-alll·halldo los scn'i('Íos de correos y te-
légrafos, hacie!l(lo, en suma, más eficaz la acción de las auto-
I'j(la(l('s, .>] gtlbierllo d" vlIestra Excelencia protesta y estima
vÍo1atoria (Ir>sllS deredlOs la medida contemplada.
?\o SI' cxtraíJUI'[l vuestra Excelencia que mi gobierno dé
sólo una importami'l relativa a reclamaciones que el propio
gobierno d,~ vlII'stra Execl !JJ('ia ha deRvi rtuado, haciéndolas
vaks a propósito de todo, constante y si¡;;temáticamente.
Séame permitido reeordar a este rrspecto a vuestra exce-
lencia las comunicaciones enviadas a mi gobierno en 14 de no
- 107 -

viembre, 15 Y 24 de diciembre de 1900; 19 Y 30 de enero y 7


de marzo de 1901; lH de julio de 1904, 30 de setimbre último
y, por fin, la que veugo coutestaudo.
Todas esai'; comunicaciones han sido contestadas por mi go-
bierno en otra." qlle I!('van fecha 19 ¡le enero, 18 de febrero y
]3 de marzo de 1901; ]2 dc' agosto de 1!l04; 1;; de marzo y 5
de junio de ] !IOj; 2:> de marzo de 1908 y ¡'JI publicaciones que
vuestra Excelencia conoce,

En la corre~pondeJ1Cia mantenida por el gohierno de vues-


tra Excelen(~ia. que ll(~aho de citar, ha quedarlo (lemostrado en
forma que Fiasta ahora !lO ha podido rdutal' el PerÚ, que eon-
fOl'ma a la letl"a y al espíritu ¡Id tratado dI' Anci¡u los territo-
rios dil Tarna y Arica fueroJl cedidos a Chile en plena j' ah-
soluta soberanía, sin limitación alguna en cuanto a su ejerci-
cio y sólo limita(la eJl cuanto a SlI duraei()TJ pOI' el evento de un
plebiscito eonvocal1o de~pués de trascurridos diez años,
Si el plebiscito no s,~ ha celebrado aÍIn, el> por<iue ('1 go-
bierno de vuestra Excelencia preten(le restringir el dere-
cho dc sufragio, desnaturalizando la esr:t'lla misma del acto
plebiscitario (lUl" como su llomorr lo indi('a y los precedentes
diplomáticos lo confirman, debe fiel' popnlar; y pOl"que, llllemás
exige el PerÚ qne Chile suspenda, nlirntTas Sf' rf'aliza, el ejer-
cir:io de una soberanía (lile sólo el re:>!!lta<lo advrrso del ple-
biscito mismo puede extin~uir,
No es Chile, como lo dice vuestra Excdencia, el obstácu-
lo para la realización del pl~biscito, Jlorqne no se haya deci-
dido a ponerse dr aC\lerdo CO\l el PerÍI. Al afirmarIo vuestra
Excelencia, olvida SIIS reiteradas proposiciones siempre recha-
zadas.
-108

Por lo demás, debo recordar a vuestra Excelencia que 108


plebi,witos que registra la historia, comprueban que éstos son
medios ideado,'> por los gobierno para suavizar, con las aparien-
cias dd sufragio popular, ¡¡na cesión o una anexión conveni-
da de antemano, evi'tarHlo así hasta donde es posible, herir el
sentimiento national dd país desm~lllbrauo,

La razón t''i obvia: los gobiernos no pUl'uen consentir se-


riamentl' en dejar entregada a lai'VPntuadidad de una votación
la Sll~rte de 1111L~l'rit(lfio s\lseeptible, como en este caso, de
reprcsentar la seguridad de. sus frontcras y la compensación
(le sacrifieios (le sangre ;r de dinero.

Los preliminar!'s, las altt'I'llativas y las in(~idencias de las


llf'¡!oeia(:iones diplomátieas que dieron por resultado el pacto
de Ancón, denl1lCstTan fehaeientementc que sus gestores acu-
di('ron a la forma plcbiseitaria como el único medio que la his-
toria les señalaba las exigeneias territorias dc Chile sin he-
¡"ir hondamente un sentimiento nacional del Perú, que se ha-
cía valer por ('iertos elpmentos, a fin de derrocar al vacilan-
te gohierno del ilustr~ general Iglesias, quc lo suscribió,

El ~ohiern() de vuest ra EX('('lenc:a ha reeonoeido en la cir-


cular que dirigió a las potell<'ias amigas, con fecha 26 de mayo
de ]!)Ol, (Iue Chile plunteó siempre eomo exigcncia in~ludib1e
para firmar pJ pa('jo t:lado, la ('t'Rión de los telTitor:os de Tae-
na y Arieil, eOllsidt'!'ad:1 fUlldampntal para la seguridad de sus
fl"()ntrras, En ef('('.to, diet' el gobi.'rno de Y\lestra Exeelencia en
la eireular mcneionada, explieando las causa~ que habían traí-
do 1a ruptura de sus rclaciones con el mío, que "las victorias
quc dl'spués-se refiere el gobierno de vu~stm Excelencia en
ese moment.o al m('s de (),~t\lhre de 1889 y a las conferencias de
la "Laekwanlt' '-aleanzó Chile despcrtaron mayores ambicio-
nes, y un año más tar(1e, desde :iRRl, "la cesión de Tacna y
"Arica fu{~ exigencia presentada como condición sine qua non
- 109

"de la paz" en las negociaciones que :;e abrieron durante los


dos años subsiguiente:;",
No obstante, teniendo en abono (h~ Sil llndrinél illlllnnera-
b1es preCe(lelltps y aÚn la historia de las I1c¡!oeiaeioncs mismas
del tratado, mi ~ohiprno, (ll'seoso lll' oh'i(lar pa~a(las diseorclias
~. <Ir l'strcl'ha¡' r,'lal'iones llue 1<1 natnrale¡¡:a y la pivili¡¡:ación
rpl'laman para los dos país!'s, ha hllS('ado ('n la l:l'!p!l,'aeión (lel
plebiscito la sat ist'¡I(,,'i,')n d~' SIlS Il'dtima;; l'xir.reneias ~. sólo pi-
(1(' (111(' (,1 ado S!,,¡ l·"~'n('i:llnl('!It;,, popular.'" S' n'alí(·t, sin \'uhw-
rar 11n sólo ins~anlt.'. inll'I'l'llmpil'l1dolcs SIlS d('I'('l'lIOS de sohe-
rano en los t('l'l'ilori,~ dI' Tal'l!i¡ ,\' Arit" •.
1'\0 a!landon:l mi ¡!()!lil.'rno la t'Slwranza (11' \','1' al de VIl!'S-
tl'a EX('eleneia pronto a ('utl'ndersl' SOOI'(, las hasrs (I11C el jui-
eio s;'r('IlO dt' las nal'ionl's (¡11l' nos eontcmp:an hoy, y ljlle maña-
na el d,~la historia, apreeiariill ("lllIO jllstas, ('(l1litativas y has-
ta generosas,
Antl's dI' ('ntrar en 11n tl'ITl'l!O más prÍldi('o y sobrr todo,
más I'fic'az para el ohjeto prrscgllido de pOller a]~una vez tér-
mino a esta difi('¡dta(l i[1l1' dllnl ya más <1(' Iln c11arlo dc siglo,
en ohsequio a la ('orilialid:ul de las ]'(·1a!~iollt's ([\1(' mi goh;f>rllO
quisiera conS(,I'\'ar siem pre eOIl ~l (le V11cstra EX"clcncia, l'ntraré
u du¡'le lIlla explieaei(lll sus(·inta si nlÍ dd (1['l't'('\w <[ue es illdis-
l'lItih1(', d(' los mot ivos t[II[' indw'['1J a mi ¡!ohiprllo a tomar ell
Tacna y .Al'i,·a las m,'didas que \'IIPstra exeelent'ia ealifi('é\ tIr
heehos graves, ell la ('omllnicaeiólI (¡lIe vellg'o 1'0111('stando.
De las ohs(,l'\'aeiolles qne \'lIPstr¡~ Excell'¡lt'ia adul'l', !lin-
guna sorprcnde más ¡¡ mi gobierno qne la I'elati\'a a la implan-
ta('ión de nucstras in(lllstl'ias cn la provineia d' '1',11'11 a,
Ant(' jodo. no Jllll'de spr maf['!'ia ti!' diseusi,ín ('1111'(' dos g'O-
biernos la implanta('itJll dr iu(lllSll'ias llamadas a (lesarrollal'se
en IIn ambiente de libre \'ompt'trllria; y (,1 stílo }¡r('ho de (WIl-
parse vuestra Excelencia de ella indica que considera posible
- 110 -

restrin~ir la libertad del comercio, base fundamental d.'!l pro-


~res(J de las llaeiones.
El ~obiel'lIo, pCllet rada de la importancia que para el por-
venir dé' la rl'f)Í1blica ticne el erecimi?Jlto de sus industrias fa-
briles las pnte¡!e y fomenta en toda la extensión de su terri-
torio. valiéndosl' de los distjntos medios que las leyes l~ fran-
qucan; y asi corno Pl! otras provincias Ilrvan vida próspera fá-
bricas de tejiJos, de calzado, de paño, de acero, de azúcares, de
papel r d~ tabaeo, espera fundada mente que en Tacna sur-
jan las fjllP reciéll abr('ll sus puertas, abaratando para los con-
sumidorrs 1;\1 prcl·io dc los artículos que elaboren y creando
nuevos (~e(ltros dI' actividad.
Cumple mi gohicrllO COII los deberes inherentes a la sobe-
rallÍa que P,j('rée ell aquellos territorios al facilitar e impul-
i'ar la implantaci6n de nuevas industrias, "j- considera <¡ue aún
en casas de lenitorios netamente litigiosos está permitido fo-
mentar industrias q\le afiancen los derechos que se litigan.
:\'0 lIec('sito para corroborar este aserto sino apelar a la
IÚlnlg'uÍa (le vuestra Exe,>lellcia, que habrá de reconocer, que
corno es exaeto qUE' (.] PerÚ ha impulsado por todos los medios
a su alcance, la cr~ación de intereses peruanos en todos los te-
rritorios que ha litigado y litiga con las naciones limítrofes.
En la provincia de Tacna misma, el gobierno de vuestra
Excelel1eia protege y ayuda no sólo intereses agrÍcolafl, comer-
eiall's l' industriales, sino también medios directos de propagan-
da activa para mantcner latentes sus antignas vinculaciones,
que mi gobierno ha tolerado hasta ahora, a pesar de los abusos
que Sl' han cometido para denigrarlo al amparo de esa tole-
rancia.
El espíritu (le ('([uidad de VlH'stra Excelencia lo Il~vará
sin duda él rel'onOC('r que no es posible calificar de grave y abu-
sivo lo llue COI1mayor celo aÚn practica el gobierno de vues-
tra Excelencia misma.
- 111 -

Protesta vuestra Excelerwia <1l' nnevo en la comnnicación


que vengo contestal1\lo, lle la clammra lle las iglesias parroqnia-
Ics, y de la imposibilida(1 en ([11('s(' ha visto ('olo('ado el s('l1or
Flor~s :\lestre para rjl'f('('l' SIIS funcionps (le pálToco.
Insiste vuestra Exceleneia en afirmar que se somete a la
provincia dc Tacna a un r(;¡rimrn de rxcepción qne yiola las
disposiciones tt'rminantl's :. ('x presas del tratado.
M.:' uastarÚ pa¡'a rl'batir esta afiJ'lnaci(m dc V\ll'stra Exee-
leneia recordarle nn,J vez IllÍls las prescripciones dl' la consti-
tu('ión política que rigl'n las l'daeiones (le la iglt'sia ~. el estado,
prescripciones que, corno todas las demás, están vigent.:'s en la
provincia de Tacna, a virtud del tratado mismo que vuestra Ex-
celencia invoca.
La esperanza d(' ver retribuída pOI' rl diol;rsano correspon-
diente en los sacerdotes chilenos IIna toleraneia qnl' no vacilo
en calificar de excesiva para con los peruanos indujo a mi go-
bierno durante varios años, a ser rnrnos estril'to que hoy en
sus l'xi~encias patronilps, IJPl'di(la PIla. y lle\"1lda hasta los lí-
mites mismos del t'seándalo la ('OIHlucta privl1.(b dr algunos de
los párrocos, mi gohipl'llo se \"\~en la imprescindible obligación
lllOl'al de p,xigir to(los los tl'álllij(~s constitucionales en sus nom-
bramientos,
Hecuerde vuestra Excelencia qne si bien pudiera recaer
sobre el dioeesano dc Arer¡uipa la responsahili(lad de los males
(lue sufren los fieles peruanos que fOl'man su gT<'Y, en los que
reciban los chilenos, le cabría a mi gouierno, a lo menos, ]a res-
ponsabilidad de su complacencia,
HOj' la población chilena de Tacna y Arie<! es eonside-
rabie y vucstra Excelencia misma manifiesta el (lesagrado ron
que la ve aumentar de día en día, a la parte que disminuye la
Jl("'Ullllél. ;'I;ada, entonces, más ,justo qne v{'lar por(IUC s~an aten-
didas sus prácticas religiosas por sácerdotes de su misma na-
112

ci0nalidad, o qlle a lo menos ejerzan Sil n¡inisterlO con fines


exdusiv;lJr\('lIjn reIigil)sos y caritati'"o~.
Si el gobierno de vuestra Exct'lcncia considera oprimidos
en S1I, cf('l'lIcias religiosas a los habitantes p::>rURnos de Tacna
y A1'ica [lorque SI' prohibe hoy, en cumplimiento de pr.:serip-
ciunes constituciollales terminantes, el ejl'l'eic:o de funciones
parrO(luial('s sin la COIT(,Spolld¡'~nle autorización suprema, juz-
I<U('\'u('q ra Ex('elen(~ia misma cuÚnta razún 1(' asiste al mío pa-
ra \'ollsi(ll'ra1' opt'itllid()s l'n las suvas a los haldantes chilenos
!lo, la misllla ('ualldo el [Ilmo. obispo (le An'(¡uipa se niega, con-
lrélrialulo la, disposieiones exp1'('sas (11'1 ucr::>cho canónico, a
dar licl'lI"ia a los s~cef(lotf's chilenos para cumplir con sus de-
b~res de tales.

:\III1"a fll~ mi ¡rohie1'no indifrrentc a lo que pueda herir


la ¡nI. df' las eonci:ncias. Comprende que el conflicto suscitado
en T~\(·na. por la terqueda(l lId diocesano de Arequipa, ame-
naza priyal' a chilenos, pernanos y (lcmÚs extranjrros, de los
auxilios ~. eomllelos de la religión que prof:,san, y en esta 'emer-
g~'I1(':il propOll!' ¡'usear \l1l mrdio conciliatorio (lue le ponga tér-
mill'J ~in dpslll\'dro de· ]0"; derrehos, ni mengna de la dignidad
<1" 1\1l0 y ot 1'0 pa Ís.
La~ miras de lln orden rsrncialmente espiritual que abri-
ga la Santa ~('ll(' ]wI'IlIitirían confiarle, mientras se define su
1Uil(·ionalirlarl definitiva, la jnrisdiceión religiosa dI' la provin-
eia de 1'aena, sustrayéndola lIsÍ de la inflllenria de los interes~s
polítil'oS que 1'1 PerÚ y Chile debaten. Un vicario extranjero,
desi~l\ado por el jefe supremo de la iglesia administraría los
intere¡,;es espirituales de la provincia y los sacerdotes de todas
113 -

las nacionalidades residentes en '¡'aena tendrían en él las ga-


rantías que reclaman,
El gobirrno de Ylll'stra Exeeleneia habrá de yompartir con
el mío la plena confianza ((ue deposita en la rectitud de inten-
ciones y en la screna imparcialidad de la Rallta Sede, y si real-
IIIl'nte desea para los habitante,.; dc Taena j' Ariea la mayor
suma de hien;-star !lloral, acogcrÚ sin vacilar--así 10 espero--
la proposieión qne formnlo,
Convenida esta has e I'llndamental serÍl fácil entenderse pa-
ra otorgar ('11 a'[lIello,.; tel'ritorios j¡rl!a!!'s f¡wilidadc:s y garan-
t.ías en el ejl'I'l,j!·io dI' Sil"; s¡lg-radih t'lllll'ioll 's a s¡-\(,I'rdotes ehile-
!lO',. peruanos y ext.r:lllj,·ros,

Lalllt'nta Ini g'ohi"I'III) 'Pie s!' pl'olollg,' por medio de COl1lll-


nintciont'" diploJlli'ltirll";, 1!1J!1,'olltl'o\'(,l'sia C(11I,,1 lit' V1Iest.l"ilEx-
cell'lll.ia, <¡lIe df'hif'ra lillli:ar,.;o a pl'od\l(~ir 1'1 Clc1Iel'do sobre las
ba:s~s dl'l plcbiseito Il11e <le)¡f' l'eso!\',·!' la lla(·ionalidad definitiva
d" T¡ll'na y 1\)'i('IJ.
)'li g'obí1'1'110,.'11 Sil ('Ollll1l1i('[I"¡¡"1l<1•. ~;-. dI' marzo d(~ 1908,
prop\l~O al de v\les1l'a EX('elell<'ia di\,('n:os lIleJios dI' llpgar
a un acnerrlo pl'rf(·eto ent 1'(' los dos países y entre ellos la cele-
bl'a •.iÓll (1\' \lll pL·bis(·ito·J1 '·orllli(~¡Ollt·S ]lor dcmás equitativas.
:\0 f\l('!'oll. dl'sgla,'i'ltlall!l·Il1.l~, hi(,ll a(·ogidas S\lS proposi-
('iones. y t'1 ¡!ohiel'110 de \'\l('stra Excl'lelll'ia exp1'<'só que por
aho!'a, l!llit'!'t' eOlll'l'l'IHl'H' a (·oll\'l·nir' ('Oll ~.¡mío las \'ullllicíones
('11 q\le <11'1)('realizarse l·1 ado plPbiscitario,
EII !rollll'\lnje a la ,'()J'dialillad (' illt.\,!'pl'ctan¡}o un senti-
lIlil'lIto naciollill. mi l!obi('l'río ,les ',1 \lila \,('z míl;; SCl' deferente
eon el de vncstra Ex,·pl('mia. y d(·jalldo a un lado las eonside-
- 114 -

raciones jurídicas y precedentes hist6ricos que fijan el verda-


dero alcance del acto plebiscitario, propone su celebración con
arreglo a las siguientes bascs:

P.-El plebiscito tendrá lugar seis meses después del can-


Je de las ratiJ'icacion{'s del protocolo.
29.-Todos los actos plebiscitarios serán vigilados por una
"J unta Directiva" j' r~alizados por" Comisiones lnscriptoras"
y "Comisiones Receptoras".
39.-Tanto la junta direttiva que funcionará en la ciudad
de Tacna, corno las comisiones inscriptoras y receptoras que
funcionarán en Tacna j' en .Arica, se compondrán de tres miem-
bros a saber: uno nombrado por el gobierno de Chile, otro de-
signado por d gobierno del Perú y un tereero elegido por el
cuerpo consular residente en Tacna o en Árica, por mayoría de
votos.
La presidencia de la junta directiva de las comisiones ins-
criptoras y receptoras corresponderá al miembro designado por
el gobierno de Chile.
49.-Corresponderá a la junta directiva:
a) .-F'ormar y publicar el registro general de todos los
sufragantes; de conformidad con los registros parciales de las
juntas inscriptoras;
b).-Practica-r el escrutinio general, proclamar el resul-
tado del plebiscito y comunicado a los gobierno del Perú y
Chile)
c) .-Decidir todas las dudas y cuestiones que se pro-
muevan en las inscripciones, votacionils y demás actos plebis-
ci tarios ;
d) .-Dictar !'odas las medidas que aseguren la correc-
ción :r: seriedad de los procedimientos plebiseitarios, y el orden
público durante su realización.
- 115 -

5°.-I;as comlSlOues inscri ptaras se instalarán, una en Tac-


na y otra en Arica, d(-Utro de los ocho días siguientes a la cons-
titución de la junta directiva, y funcionarán durante veinte
días consecutivos, dpsde las dip;.': de la mañana hasta la.<;cuatro
de la tarde, inscribiendo en rE'!.ristros a los individuos que 10
soliciten y reunan los r<'((llisitos señalados en cl número si-
guiente.
6°,-Tendrán derecho a ser inscritos los varones chilenos,
peruanos y cxtranjel'os (111(' l'llmplan l'on las condiciones si-
guientes:

a).-Veintiún años de edad.


b).-Saber leer y escribil'.
c) .---<Rcsidencia de seis meses en la prOVInCIa.

7°.-Las comisiones inscriptoras entregarán a cada indivi-


duo una boleta de inscripción que éste deberá presentar des-
pués a las comisiones receptoras.
89.-Siempre que la comisión inscriptora niegue ~ inscri-
bir a un individuo, deberá anotar en el acta de la sesión del
día, el nombre del excluído ~' la causa de la exclusión y éste
tendrá derecho a exigir copia de la parte del acta que le con-
cierne.
9°.-Al pie de la última inscripción estamparán diaria-
mente su firma los micmbros de la comisión inscriptora y ante-
pondrán a ella, en letras, el nÚmero de individuos inscritos en
el día.
lDO.-Terminado el plazo señalado para las inscripciones,
la junta directiva hará publicar los registros dentro de los ocho
días siguientes en los periódil'os de Tacna y Arica, en carteles
que se fijarán en los edificios públicos.
119.-Dentro de los quince días siguientes a esta publica-
ción podrán presentarse a la junta directiva los individuos que
- 116 -

reclamen su exclusión, ~' terminado este plazo, el registro que-


dará definitivamente formado con las modificaciones acordadas
por ella.
129.-Formado el rl.'gistro definitivo la junta directiva se-
ñalará, dentro de los oeho días siguientes, la fecha en que de-
ben funcionar las comisiones receptoras. Estas funcionarán el
día fijado desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tar-
de, y se compondrán de los mismos miembros que ha~yan for-
mado las comisiones inscriptoras.
139.-Los votantes presentarán la boleta de inscripción en
el momento de votar, .Y ésta será inutilizada por la comisión
receptora y canjeada por un certificado en que conste que el in-
dividuo ha votado" '
149.-Terminada la recepci(m de los votos, la comisión prac-
tirará un escrutinio parcial y lo entregará a la junta directiva
al propio tiempo que las actas, registros, boletas de in~crip-
ción inutilizadas y dcmás documentos quc obrcn en su poder .
• l;')o,-Dcntro de las veilltienatl'o horas siguientes, la junta
dircctiva practicará el escrutinio general en un solo acto, has-
ta proclamar el resultado.
16°.-La junta dirediva y las comisiones inscriptoras y re-
ceptoras, gozarán de la más completa independencia en el ejer-
cicio de sus funciones, y el presidente de cada una de ellas to-
mará las medidas necesarias al mantenimiento del orden y al
resguardo de la libertad de los votantes.
179.-1;([ junta directiva y las comisiones inseriptoras y re-
ceptoras, sólo podrán funcionar con la mayoría de los miembros
que la componen, y en caso de inhabilidad de alguno, será
reemplazado dmante S1l impedimento por <luien designe el go-
bierno oantoridad (lue hubie~e designado al impedido.
18°.-Todas las resoluciones se tomarán por maJ'oría de
votos.
- 117 -

19°.--ITll ]>J'oto~olo psw(~ial qUE' sr firmará simultáneamen-


te con el que fija la~ condieiones (lel plebiscito, determinará
1m; actos adlllinistralÍ\'os dd g'ohieI"110 de Chile y los derechos
adquiridos por teJ'~eros, <t1\(' el PC1'Ú se compromete a respetar,
caso de <;erle favorable su resultado, así como las indemniza.cio-
lIes IWl:l\nal'iw.; 'IlIt' Sé' adr\!,len por cualquier motivo,

Proposi~iones tan liberales y equitativas habrán de mere-


e:.r franca y favorable acogi(la al gobierno de vuestra Excelen-
cia, si desea solucionar la dificultad IWlldiente con arreglo a las
estipulaciones del t .'atado de Ancóll, I,as esenciales y relativas
al plazo ell {¡lIe debe \'erifi(~ars~ el plP}liscito, a la nacionalidad
de los votant¡'s y demÚs rC'l[l\isitos señala(los a éstos, y a la pre-
sidencia del acto, no :;011 IIl1evas para vuestra Excelencia, pues
fllcron formuladas ya por ;>1 representante de Chile en Lima,
TII\"O vuestra Excelt'lleia a bien hacer a ellas, en su eomu-
nicaeióll de fpcha ;"j {le noviembre, algunas observaciones que
mi gobierno cOllsidera int'llndadas, de:;pués de analizarIas debi-
damente.
I.-Empit'za Yl1<'8t1'aExceleneia por objetar el plazo seña-
lado para la (~l'l('hracióll del plebiscito y propolle que se reali-
(~e a raíz de la firma del protocolo.
Mi gobierno se ve en la imposibilidad de aceptar el tem-
peramento propuesto por vuestra Excelencia, entre otras razo-
nes, porque COlltraría prese1'ipeiones expresas de la constitu-
ción política drl Estado. Estatuye ella que los pactos interna-
cionales requieren, para surtir sus efectos, la sanción legisla-
tiva, y, por lo tanto, l'l protocolo contemplado solo, podría con-
siderarse válido drspués de aprobado por ambas ramas del
congreso.
-118-

Comprenderá vuestra, Excelencia, sin mayor dilación, que


el punto de partida para fijar la fecha del acto plebiscitario,
debe necesariamente "el' el canje de las rectificaciones del pro-
tocolo.
n.-Impugna vuestra excelencia la residencia de seis me-
ses que mi gobierno fija a lns votantes y propone contarIa des-
de el ]Q de julio de 1907, pOI' razones que mi gobierno ignora.
A primera vista, la fed18 señalada por vuestra Excelen-
cia es arbitraria, pues no obedece a ninguna regla conocida ni
a lo que ha ocurrido en casos análogos.
La residencia de seis meses constituye, a juicio de mi go-
bierno, una prenda suficiente del ánimo de avecindarse en el
territorio, que es cuanto puede exigirse para otorgar el dere-
cho de contribuír a resolver su nacionalidad definitiva. Nunca
fué siquiera esa la exigida en otros plebiscitos que se han ce-
lebrado, y al fijarla da mi gobierno una prueba tangible de
su sincero anhelo de llegar a un acuerdo con el de vuestra Ex-
celencia, que tanta importancia atribuye, en otras, a €sta res-
tricción del derecho de sufragio.
No ve mi gobierno como pudiera a este respecto, acercar-
se más a las condiciones qne vuestra execelencia señala.
III.-Estima Vupstra Excelencia que no debe exigirse a
los votantes el requisito de saber leer y escribir, que €n los tiem-
pos modernos es de legislación universal en el derecho de su-
fragio.
El gobierno considera que sólo están en aptitud de pro-
nunciarse conscientemente sobr~ la nacionalidad que más con-
viene a los territorios de Tacna y Arica, los individuos que con
arreglo a la legislación de Perú y Chile, son aptos para ejercer
derechos .electorales.
Individuos que las cartas fundamentales de uno y otro
país excluJ'eron de toda participación en la elección de sus go-
bernantes y legisladores, son jurídica y efectivamenw incapa-
- 119 -

ces de discernir qué nacionalidad conviene al territorio que ha-


bitan y su concurso quitaría al plebiscito la scriedad que debe
revestir un acto de tan intensa trascendencia.
IV.-Consirlera \'llCstra Excelencia que deben ser excluÍ-
dos de toda partieipución en el plebiscito los extranjeros y aún
ciertos y determinados gremios (le la colectividad chilena.
Todn exigemia eontraría, en concepto de mi gobierno, los
'rminos y estipulaciones del tratado de Ancón y tienden a
,1csnatnralizar la esenéiu misma del plebiscito que, como su
nombre lo i!lrli(·u. debe ser eminentemente popular.
Ija exclusión de los extranjeros comprensible en las elec-
ciones políticas internas, que afectan Ún ieamente a la constitu-
ción de los poderes públicos, no está justificada en un plebiscito
llamado a surtir .efectos internacionales.
En la not~ qne mi gobierno dirigió al de vuestra Excelen-
cia, con fecha 25 de marzo de 1908, analiza detenidam-ente es-
ta (~ne!';tj{¡l1,~l esa circunstancia hace innccesario fatigar la
atención d~ vuestra Excelencia C011 razonamientos análogos.
Sin rmbargo, juzgo imprescindible llamar la atención de
vuestra Excrlencia hacia la importancia capital que tiene para
el PerÚ el yoto de los ex:tranjeros que habitan Taena y Arica.
Sabe :>1gobierno de vuestra Excelencia que el mío no ne.ep-
ta· el arbitraje para dirimir la cut?sti6n que nos separa, porque
la com;idera incluída entre las que afeeían sns intereses vita-
les. La participaeión de los extranj('ros en d acto plebiscita-
rio allega a {'l un elemputo ponderado!' pxtraño a las pasiones
nacionales en juego y tiende por lo tanto, a satisfacer, hasta
donde lo pcrmit<" la naturaleza de la cuestión debatida, la as-
piración drl gobiprno de vuestra excelencia de confiar a un neu-
tra su resolución.
Note VlleRtra Excrlen('ia que cn ('stc caRO la opinión neu-
tral tendría especial prestigio y fundamento,. porque emanaría
- 120 -

de nna entidad que habita la región disputada y conoce sus ne-


cesidades y conveniencias.
La exclusión que vuestra Excelencia propone de ciertos y
determinados gremios de la colectividad chilena, envuelve, aca-
so sin pretendel'lo vue¡;;tra Excelencia, nna descortesía que el
mío no esperaba, dada Sil actitud deferente, al no excluír, en
igualdad de condiciones, a nin¡rÚn miembro de la colectividad
peruana de la participación (¡ue desee tomar en el acto plebis-
citario ..
No puede mi gobierno admitir proposiciones de vuestra
Exrelencia a este efecto, que h~chas al Perú con idéntico obje-
to habrían sido rechazadas por vuestra Excelencia con justi-
ficada dureza.
V.-~o considera \'Ileslra Excelencia fundada la exigen-
cia de mi gobit'l'l1o d" pl'esidir todos los actos plebiscitarios, y
estima que esas funciones corresponden al miembro neutral de
la junta y de las comisiones.
l"undado en elementales principios de derecho público y
en numerosos pre~e(lent('>; diplomáticos, podría mi gobierno
pretender que el plebiscito se efectuara bajo su sola y exclusiva
dirf>ceión y vigilancia.
Sin abaJl(lonar ('ste cOllcepto de SU5; derechos, por deferen-
cia especial al g'obierno de vuestra Excelencia, y a objeto de
contemplar las más cxqnisitas susceptibilidades de los habitan-
tes peruanos de Tacna y Arica, ha propuesto y propone a vues-
tra Excelencia limi tal' sns pretensiones a lo que estrictamente
exige su condición d(~ soberano en aquellos territorios y de allí
qur proponga tan sólo pre~;Ídil' ;juntas J' comisiones de que for-
marán parte peruanos y otros exil·anjeros.
No sería para mi gobierno posible ir más allá sin desme-
dro de u!1a soberanía que no pnede terminar sino por efecto
del resultado adverso del plebiscito mismo.
- 121 -

Recuerde vuestra Excelencia que las resoluciones de la


junta directiva y de las comisiones inscriptoras y receptoras
se tomarán por mayoría de votos, cn arreglo a estas bases.

Ha logrado Chile cOllcluír todas las grandes cuestiones pen-


di('ntes con las naciones limítrofes, y lo que es aún más solu-
cionadas, ha spllado con ellas ulla amistad perdurable. Sólo fal-
ta ahora borrar en sus relaciones con el Perú el último vestigio
de pasadas lucha,s, y a esa obra de fraternidad tienden sus es-
fuerzos, que espera \'('1' eorrespondidos y apreciados.
Al cumplir 1111siglo de existencia la república, sentiría
rf'lHlir el lll>jor hOlllPnaje a los (lue la fundaron, si lograra se-
llar (~on el PerÚ 1I11aamistad que ellos propiciaron y que vis-
('¡situdes posteriores hall interrumpido sin extinguir.
Bastará apelar Illl instante al patriotismo bien entendido
para encontrar en el cumplimi(>nto del tr'atado, la fórmul~ que
c!n'ueh'u a estos país!'s la cordialidad que> siempre debió pre-
sidir sus relaciones.
Quier'a \"1'1' vuestra ExcelplH'ia en las basl~s insinuadas el
alto espíritu de justi('ia <lile anima a mi gobierno y el empeño
que gasta Pn dar'le al PerÚ prlll'bas irr~(largiiibles (lp su propó-
sito, nunca qlleurantac!o, de cUlllplir ('on los pactos que honra
COll su firma.
AprovechÓ esta oportllnidad para rpitpr'ar a vuestra Ex-
celencia las segllridadl's de mi alta y distinguida (~onsid~ración.

(firmado) .-AonF:TÍ:\r Eow AROS.

Al Exemo. seiiol' Mpl it(lIl 1<'. Por'l'as, M ill istl'o de Helaeiones Ex-
teriores del PerÚ.
- 122 -

ANEXO N° 19.

Ruptura de lus relaciones diplomáticas entre el Perú y Chile

Legación del Perú.

Santiago, 19 de marzo de 1910.

Señor Ministro:

Han sido infructuosas las perseverantes gestiones hechas


por el gobierno del Perú para que el de Chile se decidiese a
iniciar una acción reparadora, con motivo de las hostilidades
de que han sido víctimas los habitantes peruanos de Tacna y
Arica, en armonía con la política adoptada por el gobierno de
V. E.
Se ha realizado, recientemente, en forma violenta, la espul-
sión de los sacerdotes que, en dicho territorio, ejercían fun-
c:ones parroquiales.
Este acto manifiesta que el gobierno de Chile está resuel-
to a mantener la actitud que ha asumido y que conduce a su-
primir, sistemáticamente Y por acto de fuerza, el elemento pe-
ruano de las provincias ocupadas.
Mi gobierno, ante semejante situación, considera inutil el
mantenimiento de su representación diplomática en esta capi-
tal, y me ha ordenado que regrese al Perú, dejando antes COIUi-
- 123 -

tancia de su protesta por los actos a que he hecho referencia;


lo que cumplo con la presente comunicación.
Aprovecho la oportunidad para expresar a V. E. las se-
guridades de mi más distinguida. consideración.

Arfuro Gcwe(a

Al Excmo. señor don Agustín Edwars, ministro de relaciones


exteriores dc Chile.
·_----- -- ,_ --
... .. - -. -'.
-- -'
--- _.-. - -. -
----- -----
-----

INDICb~

Exposi<'ión de Motivos T

Anexo No, 1 3

Anexo No, 2

Anexo No, 3 7

Anexo No, 4

Anexo ::-00, ;) 1~)

Anexo ""o, 7

Anexo -;\0, 9 ~O

Anexo No, 10 39

Anexo No. 11 40

Anexo :\,0, 12

Anexo No, 13

Anexo No, 14 (;-\

Ant'xo No, 15 7,j

Anl'xo No, 16 ..............•.................................


Anl'xo No, 17 100

Anexo -;\0, 18

Anexo No, 19 ] 'J')

~!.~r'
'-,_.-....
-
'¡3t(.UCÚ ; ~ \ '-\. •
c.\\1'~1'.

Вам также может понравиться