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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE MÚSICA

LA RELACIÓN ENTRE EL REPERTORIO SEGOVIANO Y LA OBRA PARA

GUITARRA CLÁSICA DE FEDERICO MORENO TORROBA

POR: LARA GUERRERO KARLA DENISSE


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LA RELACIÓN ENTRE EL REPERTORIO SEGOVIANO Y LA OBRA PARA

GUITARRA CLÁSICA DE FEDERICO MORENO TORROBA

Si bien la guitarra clásica no había tenido un lugar importante en la historia de la música

antes del siglo XX a pesar de ya contar con algunos compositores importantes como Fernando

Sor (1778-1839), Mauro Giuliani (1781- 1829) o Francisco Tárrega (1852-1909) (solo por

mencionar algunos) es justo a inicios de este siglo donde se logra una reivindicación y

consagración de este instrumento como parte de lo que se considera música académica de

concierto.

El trabajo de difusión y consagración de la guitarra clásica no fue nada fácil pues como

se mencionó antes, a pesar de que en épocas pasadas los compositores para guitarra ya estaban

presentes dentro de la música , esta seguía siendo un instrumento al que a pocos oídos instruidos

se hacía llegar, al ser considerado un instrumento meramente folklórico; hoy en día las cosas

son completamente diferentes y si bien la guitarra probablemente nunca pierda su carácter

folklórico, también se logró que fuera aceptada como un instrumento con bastas posibilidades

musicales, esto es gracias en gran medida a importantes personajes que es a quienes en su

mayoría se abordarán en este trabajo: Andrés Segovia y Federico Moreno Torroba.

Andrés Segovia Torres (1893-1987) fue un guitarrista clásico español, considerado

como el padre del movimiento moderno de la guitarra clásica. Conoció la guitarra desde niño,

en la ciudad de Linares donde nació. Más tarde, criado en Granada, aprendió la técnica del
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instrumento con un tocador de flamenco y ya en su adolescencia, cuando quiso encontrar un

mejor maestro no lo logró, por lo que durante sus estudios en el Instituto de Música de Granada

tuvo que continuar su aprendizaje de este instrumento de manera autodidacta.

Realizó su primera aparición pública en Granada a los catorce años y, con pocos más,

ofreció en Madrid su primer concierto, en el que interpretó transcripciones para guitarra

de Francisco Tárrega y algunas piezas de Johann Sebastian Bach que él mismo había

transcrito.

Gracias a sus esfuerzos y aportaciones la guitarra y la música que se ha escrito para esta

dejó de considerarse solamente como un instrumento popular y se le aceptó como instrumento

de concierto, de la misma manera el repertorio que se le ha escrito aumento de complejidad y

amplio sus recursos técnicos e interpretativos colocándolo a la par del repertorio más complejo

de otros instrumentos.

La influencia de Andrés Segovia para el mundo de la guitarra después del siglo XX es

grandísima, desde el punto en el que él trabajó con algunos constructores para lograr obtener

un instrumento que respondiera mejor a las necesidades acústicas que se le presentaban ya que

en sus giras se dio cuenta de que la guitarra que ya existía no le permitía obtener un volumen

apropiado para tocar en grandes salas de concierto, de esta manera al trabajar de cerca con los

constructores lograron en conjunto obtener el diseño de la guitarra clásica tradicional que

conocemos actualmente, así como su empleo de cuerdas de nailon. Su ímpetu y búsqueda, lo

llevaron a obtener un instrumento de alta calidad.

Los enormes aportes que realizó a la técnica de estudio e interpretación del instrumento

también lo revolucionaron, por ejemplo: mantener el pulgar de la mano izquierda bajo el mástil

en lugar de doblarlo alrededor del mismo, ya que con ello se lograba extender el alcance de los
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otros cuatro dedos y se podía pisar cualquier cuerda sin sordear las inferiores a ella. Otro aporte

significativo fue colocar la mano derecha en posición vertical a las cuerdas, y tañerlas a la vez

con uña y yema con lo que se incrementaba la fuerza y el volumen al tocarlas. Hoy en día no

hay un solo guitarrista clásico que no se haya visto alcanzado por la influencia de Andrés

Segovia, y si bien la técnica del instrumento ha cambiado y mejorado con los años, las bases y

algunos de los fundamentos principales los brindó él.

Desde que comenzó su carrera artística, Segovia estaba convencido de que la guitarra

poseía posibilidades tímbricas y polifónicas que la convertían como él decía en una orquesta

en miniatura. Segovia quiso ampliar el círculo de actuación de la guitarra de concierto, hasta

entonces limitado a los pequeños auditorios de la élite musical, y que su música fuera admirada

por un público más numeroso y diverso en los grandes teatros y escenarios del mundo.

Así como podemos hablar de las aportaciones que Andrés Segovia hizo sobre el

instrumento no podemos dejar atrás la enorme influencia que este tuvo sobre el repertorio y

los compositores para guitarra.

Su labor de enriquecimiento al repertorio del instrumento se podría dividir en diversas

facetas: por un lado hizo una importante labor de transcripción, tanto de obras de instrumentos

precedentes a la guitarra, como de vihuela, laúd, guitarra barroca, así como de piezas para

piano, violín, violonchelo, etc.; por otro lado su faceta de intérprete de obras originales para

guitarra de compositores de siglos anteriores; y por último el hecho de que los compositores

más importantes de su época compusieron muchas de sus obras con dedicatoria: a Andrés

Segovia, el título hace referencia a las obras que fueron creadas para Segovia, no sólo como

dedicatoria, sino también como intérprete, ya que los compositores que le conocieron escribie-
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ron para una forma de tocar particular, incluso en ocasiones Segovia era revisor, digitador,

arreglista y hasta se podría considerar coautor de algunas obras.

Según la grabación autobiográfica “la guitarra y yo” (Decca 1971) en sus primeros

conciertos incluía obras de Sor (estudio en Si menor) de Tarrega (Capricho árabe y preludios)

y algunas transcripciones de Bach, Beethoven, Mendelsohn, Chopin y Schuman. De 1916 en

adelante en sus conciertos en Granada, Barcelona y Madrid se vio rodeado de otras piezas

escritas también originalmente para Guitarra, de autores como Coste y Llobet y añade otras de

Tarrega. Parece que tras la aparición de los arreglos de Llobet de composiciones de Granados

( la maja de Goya, danzas españolas número 5 y 10) comenzó a hacer sus propias

transcripciones, entre las primeras se recuerda Arabesque n. 2 de Debussy y Asturias de

Albéniz.

El repertorio era excelente, pero insuficiente por lo que se podría decir que Andrés

Segovia instauró dos nuevas figuras dentro del ámbito musical guitarristico: el compositor no

guitarrista y el intérprete especializado. De las primeras obras para guitarra de compositor no

guitarrista del S. XX está la mozartiana de Eduardo Fabini , compuesta en 1903. También de

la primera década del siglo XX esta variazioni de Ottorino Respighi, que podría datarse de

entre 1900 y 1909, por mencionar algunas.

Una fecha importante para Segovia y para la Guitarra fue 1914 año de su debut en París,

en el cual tuvo un público excepcional, ya que el recital fue escuchado por importantes

personajes de la escena artística del momento: Manuel de Falla, Paul Dukas, Albert Roussel,

Joaquín Nin, además de el filósofo Miguel de Unamuno. La popularidad que Segovia iba
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alcanzando lo colocaría como uno de los más grandes intérpretes y revolucionarios de la

guitarra.

En una de las cartas a Manuel M. Ponce con quien tuvo una buena amistad y abundante

correspondencia le dice así:

“… quiero decirle mi alegría al ver que los más interesantes compositores de este viejo

mundo, están colaborando en mi afán reivindicativo de la guitarra. Tengo ya una obrita preciosa

de Albert Roussel, promesas en vías de cumplirse de Ravel y páginas felicísimas de Valmar

Andreas, Suter, Schoenberg, Weles, Grovlez, Turina, Torroba, Falla…”

Como sabemos Andrés Segovia mantuvo una estrecha relación y amistad con algunos

de los compositores más importantes de su época, tomó parte activa en la tarea de

asesoramiento de aspectos de digitación y otros similares, a los compositores que se acercaron

al instrumento de seis cuerdas, si bien normalmente la limitó a un reducido número de autores,

aquellos cuyas obras mejor se adaptaban a su ideario musical y estético son los a veces

conocidos como «compositores segovianos»: Federico Moreno Torroba, Manuel M. Ponce,

Joaquín Turina, Mario Castelnuovo-Tedesco, Alexandre Tansman y, hasta cierto punto, Heitor

Villa-Lobos y Joaquín Rodrigo.

La aportación de estos compositores al patrimonio musical de la guitarra, se plasmó en

un buen número de obras que vinieron a sumarse a lo que llegó a llamarse “nuevo repertorio

de la guitarra.” Segovia englobaría luego ese proceso en una especie de plan maestro,

concebido —según él— al principio de su carrera:


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“Desde mi juventud soñé con levantar a la guitarra del bajo nivel artístico en

el que se encontraba. Al comienzo, mis ideas eran vagas e imprecisas, pero al crecer

en años y hacerse mi afición más intensa y vehemente, mi decisión fue más firme y

más claras mis intenciones. Desde entonces he dedicado mi vida a cuatro tareas esenciales:

Separar la guitarra del descuidado entretenimiento de tipo folklórico […] Dotarla de un

repertorio de calidad con trabajos de valor musical intrínseco, procedentes de la pluma

de compositores acostumbrados a escribir para orquesta, piano, violín, etc. […]. Hacer

conocida la belleza de la guitarra entre el público de música selecta de todo el mundo

[…]. Influir en las autoridades de los conservatorios, academias y universidades para

incluir la guitarra en sus programas de estudio al mismo tiempo que el violín, cello,

piano, etc”

De esta manera Andrés Segovia influyó e impacto en el trabajo de constructores,

directivos, intérpretes, compositores, etc.

Federico Moreno Torroba ( 1891 - 1982) que es el compositor de quién nos interesa

hablar en este trabajo, fue un compositor y crítico musical español, el cual destacó

originalmente en el género de la zarzuela y que a su vez fue uno de los primeros compositores

que se interesó por la guitarra de Segovia.

Debió resultar muy atractivo crear un nuevo repertorio para un instrumento y un

intérprete emergentes, explorar las nuevas posibilidades técnicas e interpretativas, de estos,

debió representar un reto al que a este compositor le vino a bien enfrentar.


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Segovia conoció al compositor madrileño seguramente en 1918, y esto se deduce de

lo que nos cuenta Segovia en su autobiografía, donde dice que:

“Federico Moreno Torroba, de quien la Orquesta Sinfónica, capitaneada por

Arbós, acababa de estrenar con éxito un poema, acaso La Ajorca de Oro, si no yerro, me

fue presentado con palabras muy elogiosas por el concertino Sr. Francés.”

Segovia entabló una pronta y prolongada relación amistosa y de trabajo con Torroba

pues para los años 20 este ya había creado varias piezas para el instrumento ( sonatina,

nocturno, suite castellana, serenata burlesca, preludio, burgalesa) y un poco después sus

espléndidas piezas características escritas en 1931 que formarían parte del repertorio de

Segovia durante muchos años. Finalmente tras una pausa de casi 30 años, Moreno Torroba

volvería componer numerosas obras para guitarra que también dedico a otros artistas

conocidos.

La obra completa para guitarra de Federico Moreno Torroba se compone de:

Obras para guitarra sola:

o Sonatina (1924).

o Nocturno (1926).

o Suite castellana (1926).

o Contiene: 1. Fandanguillo; 2. Arada; 3. Danza.

o Preludio (1928).

o Burgalesa (1928).

o Piezas características (1931).


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o Contiene: 1. Preámbulo; 2. Oliveras; 3. Melodía; 4. Albada; 5.

Los Mayos; 6. Panorama.

o Sonata-Fantasía (1950).

o Madrileñas (1953).

o Zapateados (1953).

o Segoviana (1956).

o Sevillana (1956).

o Once obras (1966).

o Habanera de mi niña (1966).

o Castillos de España ("Castles of Spain") (vol. 1, 1970; vol. 2, 1978):

o Contiene: (Sigüenza, Manzanares el Real, Alba de

Tormes, Montemayor, Alcañiz, Javier, Torija, Simancas, Zafra, Turégano, Red

aba, Alcázar de Segovia, Olite, Calatrava).

o Tríptico (1973).

o Las Puertas de Madrid (1976).

o Contiene:

o Puerta de San Vicente; Puerta de Moros; Puerta de

Toledo; Puerta de Alcalá; Puerta del Ángel; Puerta Cerrada; Puerta de

Hierro.

o Aires de La Mancha

o Madroños

o Romance de los Pinos

o Serenata Burlesca

o Siete Piezas de Álbum. Contiene: Chisperada; Rumor de Copla;

Minueto del Majo; ¡Ay, Malagueña!; Aire Vasco; Segoviana; Bolero Menorquín.
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o Sonatina y variación in E minor

o Suite miniatura.

o Contiene: Llamada; Tremolo; Vals; Divertimento

Su música para ensamble de cuartetos de guitarras incluye:

o Ráfagas (1976)

o Estampas (1979)

o Sonata-Fantasía II (1976)

o Sonata trianera

Y finalmente su música para guitarra y orquesta:

o Concerto de Castilla (1960)

o Homenaje a la seguidilla (1962)

o Tres nocturnos (1970)

o Concerto ibérico (1976)

o Diálogos (1977)

En casi todas sus obras Moreno Torroba empleó un lenguaje nacionalista, basado

sobre todo en elementos andalucistas y castellanos, repertorio del cual ya sabemos, Segovia

echó mano en diversas ocasiones.


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Algunas de la obras de Federico Moreno Torroba que Segovia interpretó y de las que

se conservan grabaciones son: Fandanguillo, Sonatina, Piezas características, Suite Castellana,

Turegano, Contemplación, Nocturno, Romance de los Pinos, entre otras.

Como se puede notar el repertorio que Segovia interpretó de este compositor fue basto

generando entre ellos una relación de la que sin pensarlo muchos guitarristas se beneficiarían

de ella , ya que si bien Segovia seleccionaba muy inteligentemente su repertorio y no se puede

negar la enorme influencia que él ejercía sobre los compositores que le dedicaron tantas de sus

obras, también se debe reconocer el magnífico trabajo que los compositores hicieron y que

gracias a ambos, intérprete-compositor, el día de hoy el instrumento tiene una mayor

aceptación, el gran repertorio que se conserva y con el que se cuenta es de excelente calidad,

además de que los compositores posteriores también se han esforzado por explotar las

capacidades del instrumento y mantener altos los estándares de sus obras. Sin duda alguna la

guitarra y la manera en que la conocemos hoy en día no sería lo mismo sin personajes tan

importantes como Andrés Segovia, Federico Moreno Torroba y tantos otros compositores que

nos nutren con basto repertorio de donde elegir.


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Referencias bibliográficas:

Alcázar, Miguel. (1989). The Segovia-Ponce letters. Columbus, USA. Ediciones Orpheé.

Andrés Segovia (2010). ECURED. Recuperado de: https://www.ecured.cu/Andrés_Segovia

Ramos Altamira, Ignacio. (2017). Historia de la guitarra y los guitarristas españoles. España.

Editorial club universitario.

Recuperador de:

https://books.google.com.mx/books?id=KGozDwAAQBAJ&pg=PT114&lpg=PT114&dq=fe

derico+moreno+torroba+el+por+qué+de+su+repertorio+para+guitarra&source=bl&ots=5zg7

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io%20para%20guitarra&f=false

Villafuerte Jiménez, Javier (2012). El repertorio Segoviano. España. Revista musicalia N.o 5

Recuperado de:

https://hernanmouro.org/repertorio/repertorio-ii/1-modernismo/obras-para-segovia/repertorio-

segoviano/

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