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TradiciónJesuítaenGuatemalaÊ

Lie. Gonzalo de Villa S.J.   Ê

Lie. Guillermina Herrera


^   
 

Œr. Rene Poitevin ^    


cadémicoÊ

Œr. Hugo BetetaÊ


^      
Ê

Lie. Luis Quan c 



 

Lie. Antonio Gaitán Diagramación y


diseño de portadaÊ

Colección Landivariana de Formación Ignaciana, Tomo I.Ê

Una publicación de la Universidad Rafael Landívar


Vista Hermosa III, zona 16 01016, Guatemala de la
Asunción Guatemala, C.A.Ê

Teléfono: 369-3278  Fax: 369-2756 e-mail:


gherrera@url.edu.gtÊ

© Universidad Rafael Landívar, 2003Ê



 Ê

La formación humanaÊ
desde la perspectiva ignacianaÊ

Ê
Los dos rostros del corazónÊ
de la persona humanaÊ 11Ê
1. El peso de la herida...Ê 13Ê

2. Los "síntomas" de la heridaÊ 18Ê

3. El empuje de nuestra positividadÊ 28Ê

4. Las expresiones del pozoÊ 31Ê


   
Ê

Querido/a Landivariano/a:Ê

Habrás notado que últimamente se está poniendo de


moda en la Landívar decir que es " tradición jesuita en
Guatemala", y hasta lo habrás visto en todos los
membretes oficiales. Y seguramente te has preguntado
¿qué querrá decir eso? sin poder llegar a comprenderlo
realmente!.Ê

También de un tiempo para acá, se te han presentando


posters que hablan de la cualidad de la Landívar, es decir, de lo
que la hace diferente. Y quizá has dicho ¡pero qué
ocurrencias! Tampoco es raro que ahora aparezca, en
varios lugares de la universidad, una cara de un hombre con
barba que no es Rafael Landívar -a quien tal vez no conoces
mucho- sino un tal Ignacio de Loyola del que dicen que
fundó a los jesuitas, que son los que dirigen esta
Universidad.Ê

Y ahora además, se te ofrece una materia sobre


"pensamiento ignaciano" y ¡hasta un texto!. ¿Qué es lo que
hace a un landivariano? ¿qué es el pensamiento
ignaciano?... seguramente no son las preguntas que te
interesan más, quizás ni te importan. ¡Qué ocurrencias!
¡Con tantos otros asuntos en tu vida que te quitan el
sueño, que te preocupan, que te interesan, que te
entretienen, que te hacen soñar!. ¡Con tantas cosas por
conocer qué interés puedes tener por el tema de este curso
de "Pensamiento ignaciano"^..Ê

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 Ê Ê  Ê  ÊÊ  Ê  Ê
Quizá no son muchas las cosas que puedes tener claras... ¿Has
conocido algo de Ignacio de Loyola? ¿Habrás tenido en tu
vida algunos datos de quiénes son los jesuitas? ¿Sabes qué
han hecho en Guatemala?... quizás puedes recordar
algunas informaciones, pero no te culpo si no sabes
siquiera lo que significa ese nombre de "jesuitas" -jesuitas
quiere decir que son personas "como Jesús'-. A lo más,
sabrás que es el modo como nos identifican a los que
pertenecemos a la Compañía de Jesús, pero desconoces
que fue un apodo que nos pusieron al comienzo como
un insulto, tal vez irónico, pero que al final quedó como
un nombre -¡en eso salimos ganando!.Ê

El que te propongamos ahora un curso de "pensamiento


ignaciano" es algo que hacemos, no por llenar un
requisito, sino porque nos hemos dado cuenta de que por
mucho tiempo en la Landívar hemos descuidado esto. ¡Les
hemos robado una de las enseñanzas más útiles que
podríamos haber dado a nuestros estudiantes!Ê

Con lo que ahora te estamos presentando te invitamos a


descubrir que este tema, aparentemente tan lejano a lo que
de verdad te importa, que estas ocurrencias, te van a revelar
mucho de lo que eres en el fondo, de tus deseos más
profundos, de tus anhelos, de tus ansias de libertad y
felicidad. ¡Sabemos que descubrir quién eres, captar lo que
de verdad te identifica, ver el sentido de tu vida sí que te
puede interesar!.Ê

Œecimos que estas ocurrencias sobre el pensamiento


ignaciano, sí pueden llegar a interesarte porque tienen que
ver con lo profundo y lo fundamental de la vida. Ignacio
de Loyola fue un hombre de gran visión. Exagerando un
poco se ha llegado a decir que él -en el siglo XVI- fundó la
psicología. ¿Por qué? porque con suÊ

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 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
visión
   

  
 
  
  
    
 


    


 
  
 ¡Ese fue su gran aporte!. Ignacio es un
hombre que comprendió a la persona humana desde el
fondo y visualizó el trabajo en el mundo pero haciéndolo
desde el corazón de las cosas. ¡Ese fue su gran invento!. Por
eso, no conocer el pensamiento de Ignacio en una
institución dirigida por los jesuitas, no tiene excusa: les
hemos privado de lo más valioso que podríamos darles,
además de la preparación académica. En esto se ha fallado
en esta universidad, lo confesamos.Ê

Este texto, entonces, no es un texto académico más. Es un


mapa que te va a guiar hasta el fondo de ti y que se va a
convertir en herramientas para "en todo acertar", como
decía San Ignacio. Eso es lo que esperamos.Ê

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Ê

Œecíamos anteriormente que Ignacio captó lo que es la


persona, y es desde allí desde donde él te puede interesar y
desde donde puedes descubrir lo que aportará a tu vida
llegar a conocerle.Ê

Ignacio logró intuir -como luego lo hizo Freud y lo viene


haciendo toda la psicología- eso que ahora llamamos el
inconsciente, eso que sabemos que está ahí pero casi ni nos
damos cuenta de ello. Por otra parte, experimentó que es
precisamente en ese inconsciente nuestro en donde Œios
actúa y se nos revela -San Agustín decía que Œios es lo más
intimo de nuestra intimidad-. Pero Ignacio también
encontró que ese inconsciente es materia dispuesta, es
caldo de cultivo, de la acción del mal de este mundo que
nos seduce y nos atrae: nos vuelve sus cómplices
acrecentando así el desorden y el desajuste del mundo, y
herimos al Universo -ahora, también lo consideremos
así-. Esto quizás no lo sabías o tal vez no lo creías...Ê

Por esa razón, San Ignacio inventó una metodología para


÷   ara discernir -decía él- lo que contribuye a la
vida ersonal y comunitaria, y lo que contribuye a
generar el mal ersonal y del mundo. Es decir, de IgnacioÊ

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Ê
odemos a render a discernir la vida ara descubrir -al
evaluar lo que hacemos y al analizar la realidad- qué es todo
aquello que contribuye a la vida ersonal y a la vida
comunitaria, y a la vez darnos cuenta de cuál es el modo
como contribuimos a generar el mal ersonal y del
mundo. Si ya vas ca tando esto, ya estás conociendo lo mejor
de Ignacio, aun cuando no se as ni cuándo nació ni dónde...Ê

Haciendo como una síntesis diríamos que Ignacio:Ê

Êdescubrió los entresijos de la ersona humana, ara que


así sea osible ayudar a que se conozca, crezca y genere
nuevos modos de relacionarse con ella misma, con los
otros, con el entorno y con Œios,

Êex erimentó que la ersona en lo más íntimo suyo


encuentra la resencia de Œios actuando en ella -sin
olvidar que lo encuentra también en las ersonas que
sufren, en quienes adecen, en quienes asan
necesidad de cualquier índole-,

Êencontró -también en las ro ias honduras de la


ersona humana- cómo el mal del mundo seduce y
engaña,

Êca tó que las cosas de la historia tienen estructuras que


son las que tienen que ser modificadas, si se quiere
cambiarle el rostro a nuestra historia que es cada vez
más articular, ero también cada vez más global,

Êreconoció la necesidad del discernimiento y del


análisis de la realidad, como medios ara ir
descubriendo cada día quién soy, qué sentido tiene

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mi vida y qué debo hacer por el bien de las demás
personas...Ê

Vamos a ir reflexionando ahora, un poco más despacio,


cómo estas intuiciones de Ignacio en el siglo XVI están
totalmente vigentes, y sobre todo, cómo desde ellas
podemos ir encontrando un nuevo modo de ser, de estar en
la vida, en el mundo...Ê

   


   Ê

Como decíamos, Ignacio ca tó los entresijos -las cosas


ocultas- de la ersona. En alabras más cercanas diríamos que
lo que revela la ex eriencia ersonal im lica, or una
arte, una realidad gol eada, herida, vulnerada ero
también, or otra, un otencial, unas fuerzas, un " ozo"-de
osibilidades, un conjunto de fuerzas ositivas. Es decir,
que toda ersona está movida en su actuación or una
mezcla de esas dos artes de su corazón: la herida y el ozo.
¡Y estos son los dos rostros del corazón de la ersona
humana...!Ê

Es la mezcla de esas dos realidades lo que hace que cada


ersona sea ella misma. Es el interactuar de la arte
vulnerada y el otencial de osibilidades, lo que va dando la
identidad a la ersona, y en dónde uede ir
descubriendo cuál es el sentido de su vida y cual es su tarea
en la historia.Ê

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Por esto, en la medida en la que te hagas más consciente de
estas realidades de tu inconsciente1, en la medida en la que te
des cuenta de lo que brota de tu arte vulnerada y la vayas
sanando, y te des cuenta de la riqueza que hay en tu ozo y
lo vayas otenciando, te irás conociendo, irás creciendo y
descubriendo tu verdad más honda, y a la vez, al ser una
ersona modificada or dentro, irás modificando las
estructuras de la historia. ¡Seguro que estas ocurrencias sí
que te interesan! Y son arte del legado que -aunque en
otras alabras, ro ias de su é oca- nos dejó Ignacio de
Loyola y van constituyendo el ensamiento Ignaciano.Ê

Utilizando una metáfora bastante elocuente odrás


com render mejor esto. Los dos rostros de nuestro
corazón, nos hacen situarnos y com ortarnos con
nosotros mismos, con los otros, con el entorno y con Œios
de maneras diferentes: como moscas o como abejas obreras.
Œarte cuenta si eres "mosca" o eres "abeja obrera" te da
istas ara com render desde qué lado del corazón vives
de ordinario.Ê

Las moscas están en el estiércol, en lo más sucio, y lo llevan


a donde debe haber mayor lim ieza... Las abejas
trabajadoras extraen lo mejor de las flores, y además
roducen la miel que es un alimento nutritivo y un
remedio fundamental ara los demás.Ê

Como en este momento, seguramente querrás saber más de


esto, hablaremos un oco acerca de lo que es el esoÊ

1 Cuando hablamos de inconsciente no lo hacemos usando el conce to


estrictamente Freudiano de sus inicios -y como se entiende con
frecuencia en la actualidad- sino como algo de lo que no somos
conscientes, ero está ahí y está ahí actuando en ositivo y negativo.Ê

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÷e la heri÷a y el empuje ÷e la positivi÷a÷. A me÷i÷a a
vayamos reflexionan÷ , irem  pr p nién÷ te Alguna
currencia para tu aut evaluación..., pue, c m ÷ecía
Ignaci , e neceari evaluar, ÷icernir l que paa en
nuetr interi r para que ea p ible ir entran÷ en l 
entreij  ÷e nuetra pr pia per na y también aí ea
p ible, acar el máxim pr ech para n  tr  mim  y
para la ÷emá per na. N iga ÷e larg , ÷etente un
p c en ella y empieza a bucar ÷entr ÷e ti mima
repueta a tu pregunta itale.Ê

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Em ezaremos hablando de la arte herida, gol eada,


vulnerada, orque a veces es la que más resalta, también
orque or no conocerla nos juega malas asadas, nos
lleva a com ortamientos que no entendemos y con los
que nos hacemos daño y hacemos daño a las demás
ersonas, ero sobre todo -¡y esto es lo más im ortante!-
orque or no habernos to ado conscientemente con
ella, or no habernos ercatado de su existencia, or no
haberla desentrañado y sanado, está ahí enturbiando
nuestro ozo, oscureciendo nuestras otencialidades,
im idiéndonos realizar nuestros deseos más rofundos.Ê

Precisamente el eso de nuestros gol es internos no nos deja


ver la fuerza de nuestro " ozo". A esar de que a veces
tenemos falsas ex eriencias que arecen como elementos
ositivos, y entonces fanfarroneamos, "nos creemos" más
de lo que somos, nos manifestamos como "mejores que los
demás"... Incluso algunas ersonas llegan a confundirse y
llaman a eso tener "alta estima"...Ê

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 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
Ë ero no!: lo metro ÷e altura a que te encumbra on lo
metro ÷el tano en que te encuentra atra a÷o...Ê

Œe eo gol ea÷o te e÷e ÷ar centa con cierta facili÷a÷ i


analiza t vi÷a. Lo vnera÷o brota má caramente
can÷o hay exceivo canancio o reione externa, ero
también a enacione negativa rgen or í mima,
como i tvieran vi÷a ro ia. La ex eriencia e, en ee
momento, como i o negativo te habitara, te ÷ominara.Ê

¿No e ver÷a÷ qe hay coa como n eo qe te evan


iem re a a negativi÷a÷, a ÷eánimo, a a ex eriencia ÷e
etar como aban÷ona÷o, como aia÷a, como anioa, como
angtia÷o... -eo qe e ama "÷e rein"- y qe no
abe ni or qé vienen y cai tam oco abe ni cmo e
van? ¿No e cierto qe ha intenta÷o acaar, mcha vece,
to÷o eo "ri÷o ÷eeqiibrante ÷e vacío interno, con
má trabajo, con má activi÷a÷, con ÷roga, con acoho,
con múica, con teeviin qe te ÷itraigan? ¿No e
ver÷a÷ qe qizá agna vez ha intenta÷o regntarte
qé te aa ero no ha o÷i÷o enten÷erte en na÷a y
entonce ha o ta÷o or e antar e maetar con coa
externa?Ê

Pe bien, to÷o eo brota ÷e o qe amamo e eo ÷e a


heri÷a, e eo ÷e o go ea÷o ÷e a rimera
ex eriencia -qe no neceariamente tienen qe er
ex eriencia trágica y qe a÷emá, to÷a a erona or
ana qe ean y anqe hayan teni÷o na infancia
oitiva en término generae, o evan conigo-.
Can÷o etamo en e eno materno netra vi÷a vienen
re ara÷a ara vivir en enit÷. Sin embargo, ya ÷e÷e ee
eno o÷emo ir recibien÷o na erie ÷e etímo
negativo y oitivo qe marcan e comienzo ÷e netraÊ

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 Ê Ê
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existencia, y que luego con diversas ex eriencias de la
infancia van configurando nuestra arte herida.Ê

La necesidad fundamental que tiene toda niña, todo niño, es


la de recibir el reconocimiento de su ersona y sobre todo el
derecho a recibir e\-amor incondicional de arte de sus
adres -o quienes hagan el a el de ellos-.Ê

Pero este derecho rimario uede ser violentado de


muchas maneras. Se a lasta cuando no se ace ta el
embarazo de la madre... cuando no se está de acuerdo con
el sexo de quien nace... cuando se brinda amor
condicionado: te quiero si... o te quiero or.... Se gol ea este
derecho cuando los adres no creen en la niña, cuando
los adres, no a uestan or el niño. Se violenta este
derecho rimordial cuando no hay un clima de
tranquilidad sino de zozobra. Se maltrata ese derecho
cuando no recibe esa ersonita el tacto adecuado, más aún
cuando se erotizan las caricias, cuando se reciben castigos
físicos. Se quebranta ese derecho cuando los niños,
cuando las niñas erciben los conflictos matrimoniales,
cuando se sienten com arados, cuando se sienten
abandonados, cuando sienten que refieren a sus
hermanos, cuando son ignorados o sobre rotegidos, etc.Ê


    
  
Ê

¿Cá ÷e ea p ibe caa ÷e heri÷a me reenan


c m i fee a mía? ¿Cá a eera entí qe e me
m a ag p r ÷entr ? ¿Cá cit ag ÷e triteza, ÷e
cera? ¿Cáe tra caa aña÷ira y c m
caante ÷e g pe en e c razn?Ê

c    


 Ê Ê
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× imp rtante ÷ecrir et , p rqe e jtamente e ir
can÷ atifacer eta necei÷a÷ qe n fe
atifecha en a niñez, a qe me hace reacci nar ÷e÷e
ea carencia y me hace car -ya ien÷ a÷t
atifacci ne c m i fee aún peqeña.Ê

¿Œe qién e epera a atifacción ÷e eta necei÷a÷e

¿Qiéne  n   agente pr  ca÷ re ÷e a heri÷a p r


a fata ÷e am r inc n÷ici na
L  principae agente
qe c ntriyen a a generación ÷e a heri÷a  n en
÷ip ición jerárqica : a ma÷re, e pa÷re,   herman  y
hermana,   famiiare cercan . Actit÷e ÷e   pa÷re,
frae, exigencia ÷e c mp rtamient  peri re a 
÷earr  , enación ÷e er reega÷ a ci÷a÷ ÷e ari 
miemr  ÷e a famiia, ir nía, ra, chantaje y
 repr tección. Tamién amiente inhópit ,
ec nómicamente precari , inare, i ent  ÷e
gerra. Pe÷en er tamién m ment  ÷e inten ÷  r y
pér÷i÷a afectia temprana. T ÷a eta  n agna
p ie f rma ÷e experimentar e n rec n cimient , a
n atifacción ÷e a necei÷a÷e áica, a aencia ÷e
am r inc n÷ici na, generán÷ e aí, a heri÷a.Ê

× imp rtante qe tenga en centa qe a heri÷a


pe÷en ÷are p r fata p r exce . × ÷ecir, p r a n
atifacción ÷e a necei÷a÷ p r a atifacción
exagera÷a ÷e éta p r a fata ÷e atención p r a
 repr tección . Pe÷en er p r n g pe ferte, my
inten , e pe÷en ÷ar p r a repetición c ntante ÷e
hech  ÷e a mima natraeza na enación ÷e n er
qeri÷ c ntante ÷rante a infancia, ÷e tener qe
hacer c a para ganar cariñ , para  reair, etc. .Ê

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 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê'  Ê
Estas heridas al roducir una sensación de indefensión en
el niño, en la niña, hacen que surjan en ellos unos
miedos básicos: a ser condenada, a no ser querido, a
fracasar, a ser com arada, a quedarse vacío, a ser
abandonada, a sufrir, a mostrarse débil, al conflicto.Ê

Cuando se están rovocando las heridas y se están


gestando los miedos, en el inconsciente se está dando
también, casi al mismo tiem o, la formación de los
mecanismos de defensa, con los cuales el niño, la niña,
quieren im edir que se le siga gol eando. Estos
mecanismos son como las murallas que one la ro ia
estructura sicológica ara no ermitir seguir siendo
maltratada, ara que no se le haga más daño; son barreras ara
que no se re ita lo que se vivió en el asado. ËNo olvides
que todo esto es inconsciente, es decir acontece en forma
mecánica, involuntaria y sin darnos cuenta!. En este
momento también se forma la estructura cor órea,
como la coraza, que llega a ser como el gran mecanismo
de defensa.Ê


    
 
Ê

¿Qé he enti÷ a eer t ÷ et ? ¿Qé pregnta me


an rgien÷ a ir c mpren÷ien÷ cm e f rma
mi parte nera÷a?Ê

¿Cm t ÷ et , anqe n e aa qizá  


n mre má técnic , e ag qe c n zc y pa÷ezc
mch ? ¿Cm t ÷ e , e qe afecta tamién a
mi amita÷e, a mi famiia? P ng agn 
ejemp ...Ê

c    


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‰    

Es robable que ahora te estés reguntando, ¿y cmo se sabe


eso; cmo se reconoce la herida?. Pues bien, orque aunque
estas heridas estén en el inconsciente y en los recuerdos
infantiles de la más tierna infancia, hay una serie de
com ortamientos que hacen que se manifiesten, unas
cosillas en las que se nos "nota", se nos echa de ver que
estamos actuando desde nuestra arte gol eada, que
estamos res ondiendo desde nuestra herida. Es decir, en
ese muro que forman los mecanismos de defensa y que
arece una fortaleza, existen, unos agujeros, unos
sntomas or los cuales se manifiestan las heridas, los
miedos y aun los mismos mecanismos de defensa. En
sntesis, los miedos, la arte vulnerada se esconden en los
mecanismos de defensa ara rotegerse, ero a esar de esto,
la herida se manifiesta. ËLos sntomas son elocuentes!Ê

¿Cuáles son esos sntomas, esas cosas que nos delatan? las
com ulsiones, las reacciones des ro orcionadas, el
sentimiento malsano de cul a, la baja estima ersonal, las
voces negativas que nos re etimos y con las que nos
hacemos daño, la ostura cor oral, y en general un
atrn negativo de conducta. Todo esto también se
trasluce en las imágenes fetichistas de Œios que brotan de
las com ulsiones, y emerge, simblicamente, en los
sueños. Luego nos detendremos en cada uno de estos
sntomas.Ê

   La com ulsión es un mecanismo


sicológico inconsciente y contra fóbico que brota de los
miedos; es decir, la com ulsión es un com ortamiento
contrario al miedo, que retende que la amenaza que leÊ

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
rovoca ese miedo, no se cum la. Son actos re etitivos con
los que se intentaba esca ar de los miedos, ero sin
embargo, "son crónica de una muerte anunciada":
finalmente llevan al miedo que las originó. ËEs justamente la
com ulsión la que hace que el miedo se haga realidad!.Ê

Según el Eneagrama2 las com ulsiones tí icas que se


asocian a los miedos son: el ser erfeccionista ara evitar ser
condenado - ero justamente se recibe la condenada or
eso-; el ser extremadamente servicial ara evitar el no ser
querido - ero justamente or eso se rovoca el rechazo de
los demás-; el buscar tener éxito antes que nada or miedo al
fracaso -y entonces va de equivocación en equivocación-; el
mostrarse notoriamente como diferente ara no ser
com arado -y justo or eso se le com ara con los demás-; el
ser un acumulador intelectual or miedo al vacío -y
recisamente sentirse cada vez más y más vacío-; el seguir la
norma antes que nada or el miedo al abandono -y eso lo lleva
a ser constantemente abandonado-; el buscar
desmedidamente el lacer -ex oniéndose constantemente
al sufrimiento-; el buscar el oder or miedo a mostrar su
fragilidad -dejando ésta cada vez más en evidencia-; y el
ser un acifista enajenado or miedo al conflicto -
generando con eso fácilmente situaciones conflictivas-.
Como ves, muchas de las cosas que ordinariamente haces o
ves hacer a otras ersonas, ueden estar motivadas or
heridas y miedos inconscientes, más que or decisiones
ersonales de obrar así.Ê

2 El Eneagrama es un ma a de conocimiento de la ersona. Como su


nombre lo indica son nueve ti os de ersonalidad que tienen un
conjunto de interrelaciones entre sí. Es una tradición Sufi de hace más
de dos mil años. Es una de las teorías básicas de com rensión de la
ersona que utilizamos en los talleres en el ICE -Instituto
Centroamericano de Es iritualidad-.Ê

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 Ê Ê  Ê  ÊÊ  Ê  Ê

    
 
Ê

¿Cá era mi c mpin má ignificatia? ¿Qé


mie÷ etá ÷etrá ÷e ea? ¿Me ÷ y centa ÷e  qe
÷eeper a per na y ÷e qe a rt itaci ne p r
cpa ÷e eta c mpin? P ng n  ca 
c ncret .Ê

Miran÷ tamién e ámit epirita -rec r÷em  c m


Ignaci enc ntr qe tamién en a h n÷ra ÷e a
per na etaa e ma qe e÷ca y engañaa-, p ÷em 
captar cm a c mpi ne generan -a÷emá ÷e a
reaizacin ÷e mim mie÷ qe qieren eitar- na
imagen ÷it ri na÷a ÷e Œi . La c mpi ne hacen
qe n e percia e Œi  ÷e Jeú, in qe e a÷ re n ÷i 
fetiche qe hace aianza c n t pr pia c mpin: n ÷i 
perfecci nita qe te premia i ere perfecta, n ÷i  qe
exige acrifici , ÷  ÷e   mérit  per nae, y e éxit ,
intimita, manipae, jez impacae, ÷  ÷e
he÷ nim , ÷  t ÷ p ÷er  , y Ëhata ÷  ei
exa!.Ê

Se crean, ÷e÷e a c mpi ne, imágene ÷it r-


i na÷a ÷e Œi  qe te hacen reaci nar c n n ÷i 
mercantiita, engati , c ntr a÷ r, exigente,
aan÷ na÷ r, p ei , ÷ minante, ritaita, n rmati ,
pr hiiti , afixiante, e inc Ëmcha ece má
apatante qe t pr pia c mpin y t pr pia heri÷a!.Ê

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê

    
  
Ê

¿Cá e mi fetiche principa? ¿÷e cá me ceta


÷epren÷erme má? ¿Cá e e fetiche qe apren÷ ÷e
mi famiia? ¿Cá ÷e me ha ÷a÷ e c egi , a
nieri÷a÷, a igeia? ¿Cá me en÷e, me c ntagia mi
pr pia ctra? ¿Cá me ha ea÷ a ÷ejar ÷e creer
en e Di  ÷e Je ?Ê


    

Œecíamos que otro de
los síntomas de la herida son las reacciones
desproporcionadas. Es una especie de "hiper
sensibilidad" que te hace ver la herida por todas partes, que
hace que "encuentres" por donde vas pasando datos que
confirman tu sentimiento vulnerado de la infancia: "no
me quieren, no soy importante, no me valoran, no creen
en mi, me van a hacer daño, si no hago "esto" me
abandonaran...". Se te puede convertir como en tu
cancioncita permanente y en tu repetido reclamo a los que
te rodean en cualquier circunstancia. Es decir, la reacción
desproporcionada sobredimensiona la herida que viviste
en la infancia.Ê

Estas reacciones son des ro orcionadas con el estímulo


resente, ero muy ro orcionadas con lo que ocurrió
antes. No se ajustan a los estímulos actuales aunque sí a los
asados. No hay ro orción entre lo que "me hacen" en el
momento resente y la reacción actual, ero sí la hay entre
el estímulo resente y lo que aconteció en la infancia. Se
caracterizan or ser una reacción muy fuerte, que se re ite
con frecuencia o que dura mucho tiem o.Ê

c    


 Ê Ê  Ê  ÊÊ  Ê  Ê

    
  
Ê

¿Qé reacci ne ma me cetan má c mpren÷er? ¿×n


qé me ient qe me fa má a mi mima?¿De qé
me acan má a tra per na? ¿Cá

canci ncita  y repitien÷ y enc ntran÷
c ntantemente ÷at  qe me a c nfirman?Ê





 Ètro ntoma de nuetra arte
vulnerada, e la cul a malana, e decir, del
remordimiento que lleva a la negación del auto erdón, y
or tanto inca acita ara ex erimentar mucha vece la
gratuidad del amor humano y, ya en el lano e iritual, la
miericordia de Œio.Ê

El remordimiento -te comes a ti mismo- hace que te


quedes encerrado en ti cuando cometes un error, cuando
haces algo inadecuado, cuando fallas, lamentándote de tu
inca acidad y autodestruyéndote con las cosas que te dices,
en vez de centrarte en las consecuencias de tu acción, ara
a render de ello y ara buscar caminos de re aración -si es
osible- o or lo menos ara evitar futuras reincidencias -
esto sería la cul a sana o fecunda, el arre entimiento-. La
cul a malsana siem re araliza, censura, socava la estima
ersonal, la cul a fecunda te hace ersona...Ê

c    


 Ê Ê  Ê  ÊÊ  Ê'  Ê

    
  
Ê

¿Me ient c n frecencia ma c nmig mima?. ¿Me


ient fracaa÷ , incapaz ÷e perar mi pr pi 
fa ? ¿Qé itaci ne me hacen entirme cpae? ¿Me
c n÷en fácimente p r a c a qe hag ? ¿Me jzg ,
p r principi , p r a c a maa qe reaiz ?Ê

£


Todo este roceso vulnerado se manifiesta de
forma bastante ex lícita en una baja valoracin de ti
misma que te im ide conocerte, autovalorarte y
autoevaluarte de forma objetiva, es decir, reconociendo tus
ca acidades y limitaciones, acogiéndolas y
ace tándolas como una arte integral de tu ro ia
ersona. Cuando vives más desde tu arte gol eada, tu
estima ersonal es baja y or tanto, te im ide reconocer tus
ro ias otencialidades ara hacerlas crecer, te hace
magnificar las fragilidades im osibilitando que creas y te
com rometas con tu ro io crecimiento, y a la vez, te
obstaculiza la osibilidad de ercibir y valorar
objetivamente a las demás ersonas: seres con
otencialidades y fragilidades que también están en el
esfuerzo constante de su erar sus flaquezas y hacer
crecer su ro io ozo.Ê

Cuando esto sucede, es casi seguro que tienes en tu arte más


rofunda voces negativas que escuchaste en tu infancia
y te hicieron daño. Esas voces ueden estar aún activas
en los mismos agentes que te las dijeron cuando eras
equeño, o ueden estar grabadas en el inconsciente y
activarse ante determinadasÊ

c    


 Ê Ê  Ê  ÊÊ  Ê'  Ê
circunstancias, actualizándose de una forma tan real
como cuando fueron grabadas, generando el mismo
efecto y aún mayor.Ê


    
 
Ê

¿Me ient c ntantemente ma c nmig mim ? ¿Me


ient fácimente ataca÷ y gar÷ reentimient ?
¿Teng mie÷ exagera÷ a eqi carme? nte na
itacin ¿me incin , p r principi a er negati ?
¿Me ceta ÷ecir NÈ? ¿Hag c a para qe me
qieran? ¿Me c n÷en p r c n÷cta n iempre
maa  etiamente? ¿Me ienten ÷e r÷inari
agreia? ¿Me ienta ma, me ÷igta, me
÷ecepci na cai t ÷ ? ¿Me ient mcha ece
÷eprimi÷a? ¡Repeta afirmatia a eta
pregnta,  n car  in÷ica÷ re ÷e qe t etima
per na etá a a!.Ê

¿Cáe frae ÷e mi infancia recer÷ qe me


hicier n ÷añ , me hacan frir, me ÷ an? ¿cáe
me ÷ig y actamente?Ê

V
   
    
 Finalmente, todo este
roceso vulnerado genera un atrón de conducta
negativo que frecuentemente es sostenido or las "falsas
ganancias" que se obtienen de resentarse como una
ersona gol eada y herida únicamente, y se manifiesta
además en una determinada ostura cor oral que de
alguna manera refleja también nuestro interior
vulnerado.Ê

c    


 Ê Ê  Ê  ÊÊ  Ê  Ê
Œecíamos al iniciar que Ignacio había descubierto los
entresijos de la ersona humana y había encontrado en el
inconsciente -además de la resencia actuante de Œios-un
caldo de cultivo ara la acción del mal. ËEse caldo es todo el
rostro vulnerado de esta arte de tu arte corazón!.Ê

 
    
 
Ê

× i qe me hirier n mch en mi infancia, per


¿cánt ma he hech y tamién c n a inercia ÷e mi
heri÷a? ¿Cánt he heri÷ y tamién p r ÷ n÷e me
hirier n? ¿Cm hag a tr   mim qe me hicier n
a m? ¿ qiéne he caa÷ ÷añ c n mi mie÷ , c n
mi c mpi ne, c n mi reacci ne exagera÷a?
¿Cm he aca÷ enta a, faa ganancia ÷e ea
c n÷icin ma ÷e g pea÷ ? ¿Cánt he per÷i÷ en
a i÷a p r preentarme iempre c n mi cara
heri÷a?Ê

Œe t ÷ et e ÷epren÷e a necei÷a÷ ÷e traa ar t ÷a ea


parte g pea÷a, crar t heri÷a y p ÷er er na per na
má apta, para etar má integra÷a, para qe pe÷a iir
en tranqii÷a÷ y penit÷, y pe÷a a ÷arte a a ÷emá
per na c n gener i÷a÷ y  i÷ari÷a÷. ×te traa , c n
t ÷ , n pe÷e hacere  ÷e÷e n c n cimient
raci na ÷e  qe ÷ice a pic  ga... ×t impicará -en
a may ra ÷e   ca - qe haga n eferz p r entrar en 
má ntim ÷e ti mima, y haga qe ea heri÷a n
pren má in qe anen y cicatricen. Per e neceari
qe t me e rieg ÷e entrarÊ

c    


 Ê Ê  Ê  ÊÊ  Ê'  Ê
en la aventura de descubrir los entresijos de tu ro ia
ersona.Ê


    
  
Ê

¿Cm etá mi ÷eciin a camiar? ¿De er÷a÷ qier


me rar, er ÷iferente? ¿De qe a  z ÷e Je , c m
a paratic ÷e a picina ÷e Betai÷a (Jn. 5,1  me
pregnte: ÷e er÷a÷, qiere anarte? Y e cm
etá mi repeta. P n÷er n p c a ferza ÷e mi
 nta÷ y a ÷eciin ÷e c mpr meterme c nmig
mima en mi pr ce ÷e crecimient per na.Ê

E imp rtante qe te qe÷e car qe  re e g pe ÷e t


heri÷a n p ÷rá aanzar mch ÷e÷e e mer ámit
÷e a te ra. E neceari iniciar p r hacer experiencia
÷e traa ÷e ea parte g pea÷a para e te pe÷e
erir ÷e ÷ier  mét ÷ 3 qe teÊ

3 En a Unieri÷a÷ Lan÷ar, en e Camp ÷e Cefa, Mixc , e tiene a e÷e


÷e Intitt Centr american ÷e Epiritai÷a÷ (ICE cya finai÷a÷
e frecer a t ÷ tip ÷e per na e initam  epeciamente a  
an÷iarian  taere ÷e crecimient per na. S n experiencia qe t man
n  0 ÷a en qe e reaiza ete pa p r  nera÷ a a p tenciai÷a÷.
Sin emarg , ni e e nic mét ÷ ni p tam  qe tamp c ea e
me r. L imp rtante e e traa qe haga p r crar a parte g pea÷a
qe te ea a hacer mch ÷añ a t i÷a y a a ÷e   ÷emá. En e 
taere e empea materia ii gráfic ÷e qe e han t ma÷ a i÷ea
principae qe preentam  acá. Para pr fn÷izar en e pe÷e er:
Caarr , Car  Rafae. Crecer Beien÷ ÷e Pr pi P z . C eccin
Seren÷ipity Mai r, Decée, Bia , 4 e÷icin, 2000; La mea ÷e
anqete ÷e Rein : criteri fn÷amenta ÷e ÷icernimient . C eccin
Camin , Decée, Bia , 3 e÷icin, 2000; y Ca÷ern ÷e Bitác ra para
ac mpañar caminante: ga pic hitric epirita. C eccin
Seren÷ipity Mai r, Decée, Bia , 2 e÷icin, 200. T ÷  ÷e mim
at r.Ê

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
ermitan ir soltando tu cuer o y todo lo que en él tienes
grabado desde tus ex eriencias negativas de la infancia; sólo
cuando el eso de lo que te ha a lastado se ha logrado
liberar, sólo cuando tu cuer o comience a modificarse y
em ieces a ex erimentar también mutaciones y
cambios en tu modo de ser y de com ortarte, odrás
constatar que vas creciendo, integrándote. En ese
momento, tendrán un valor fundamental también las
modificaciones cognitivas, ues es allí donde uede
ayudarte el que te com rendas de modo diferente.Ê

Es robable que a esta altura del texto estés ensando que


no tienes nada de esas cosas aquí descritas, e incluso que
sientas que "no es ara tanto". Es bastante
com rensible, sobre todo ara un joven como tú en el
que tal vez el roblema más ersonal quizás no haya
todavía resentado sus consecuencias funestas al grado más
alto. Precisamente orque la energía juvenil cubre muchos
resquicios que oco a oco des ués, con el tiem o, se
irán notando. Con todo, hay ciertos síntomas, ciertos untos
de alarma que te ueden indicar cuánto te tendrías que
trabajar ara oder llegar a ser todo lo que estás llamado a
realizar. Por eso te invitamos a tomarte un oco de tiem o
ara analizar estos as ectos, ara arar ante esas
ocurrencias ara autoevaluarte... y dejarte inter elar or
ellas.Ê

Es robable también que haberte ex licado este


funcionamiento quizá uede rovocar en ti el deseo de
entrar en tu interior y dedicarte a la tarea de comenzar a
tomar en serio tus artes gol eadas que te causan tanto daño
a ti sin ser consciente de ello, y sin querer ni darte cuenta, a
todo tu entorno.Ê

c    


 Ê Ê  Ê  ÊÊ  Ê  Ê
[      


 Ê

Œecíamos que nuestro corazón tenía dos caras. Hemos


incursionado en el lado oscuro, en el lado de la arte
vulnerada, vamos a hacerlo ahora en la arte lúcida
nuestra. ËEse rostro ositivo que oco conocemos ues
lamentablemente ocas veces nos ermitimos entrar en él,
e incluso, ocas veces tenemos alguna conciencia de que
existe, de que es lo más hondo, valioso y auténtico de
nosotros mismos!.Ê

Cuando se ha hecho un roceso que ha ermitido


reconocer y hacer un camino de curación de las heridas, se
ha logrado hacer consciente el roceso vulnerado que se ha
vivido y el atrón de conducta negativo que se ha
des rendido de allí, se abre entonces la osibilidad de
reconocer y hacer un camino de redención acogiendo y
otenciando el ozo de la ositividad y de las energías
vitales. Este es el camino que lleva a desarrollar
lenamente la dimensión humana: lim iar la herida
desde el ro io manantial.Ê

Todo ello nos lleva a ermitir la lenificación de la


existencia que consiste en la ca acidad de crear el amor y las
condiciones ara el mismo, y que se trasluce en unas
relaciones armónicas conmigo misma, con las demás
ersonas, con el entorno y con Œios. Y en esto también
Ignacio de Loyola nos dio su legado. ËCuando nos invita a
reconocer la acción del mal en nosotros, no es ara que
nos quedemos en él sino ara que justamente lo
quitemos y le ermitamos al bien -que existe y crece al
interior de nuestra ro ia vida- manifestarse en nuestro
modo de ser, de relacionarnos, de actuar...!Ê

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
Reconocer nuestro ozo también tiene cierta facilidad si -
como nos sugiere Ignacio- a rendemos a evaluar lo que
hacemos y sabemos analizar la realidad y la manera como
odemos actuar en ella.Ê

Esto significa que el crecimiento ersonal es un


com romiso que sólo es osible si se nutre con el agua del
ro io ozo, el agua que nace del manantial interior. Es
decir, tu manantial interior alimenta el ozo de tus
cualidades, de tus otencialidades y hace que brote al
exterior el rostro ositivo de tu corazón. Œetengámonos
ahora un oco en tus otenciales...Ê


    
  
Ê

0eng mcha cai÷a÷e, y ta ez nnca he hech na


c echa ÷e  p iti : ¿cáe  n ea cai÷a÷e
qe má a r en mi mima?¿cáe  n a qe me
÷icen c n may r frecencia anqe me cete
aceptara? ¿cáe me hacen entir g z , gt p r
tenera? ¿cáe me han caa÷ ÷ificta÷e?Ê

L má imp rtante e c n cer mi ferza interna


per nae qe aimentan ee c m ÷e cai÷a÷e.
¿Qé ferza ma nnca me aan÷ nan in qe
me han hech air ÷e a itaci ne ÷ifcie? ¿qé e
e qe me ÷a má intimi÷a÷, má i÷enti÷a÷, má
enti÷ ? La enmer p rqe p r ah ha ÷e etar mi
manantia...Ê

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
Ahora te reguntarás, ¿y qué es esa ocurrencia ÷e
manantia?. Pues bien, tu manantia es aqueo que hay en
ti que es inaterabe, inagotabe, o que te saca en os
momentos más ÷ifícies, o que te ÷a más intimi÷a÷. Si
entras en tu manantia encontrarás, a÷emás ÷e tu máximo
otencia, fun÷amentamente otras ÷os reai÷a÷es que
seguramente asan ÷esa ercibi÷as en o or÷inario ÷e tu
vi÷a: a conciencia y e agua viva.Ê

En rimer ugar, en e manantia que te i÷entifica


encuentras una voz "que es a voz ÷e tu ser que está
crecien÷o, una voz que te señaa o que te hace bien, o que
te ayu÷a a ser veraz, o que te em uja a a integración, y a a vez
te eva a generar e bien, a veraci÷a÷, a integri÷a÷...
Esto es tu conciencia. Por otra arte, en ese manantia,
encuentras también una agua viva, que es a resencia
actuante y transformante ÷e Dios mismo en e fon÷o más
íntimo ÷e ti.Ê

Este ÷obe ÷escubrimiento te hace ca az ÷e tomar en


serio tu vi÷a y ÷e ÷arte cuenta cómo en a vi÷a misma, en
tu ro ia vi÷a está inscrito en o más hon÷o ÷e
manantia, ago que tiene que ver con a soi÷ari÷a÷, ago que
hace referencia a a metáfora ÷e "agua" y ÷e " ozo": e agua
no sirve ara sí misma, es ara as otras reai÷a÷es, ara
as ÷emás ersonas. Y en este ÷escubrimiento también
Ignacio nos rece÷ió con su invitación -eí÷a en nuestro
tiem o- ÷e ser ersonas ara os ÷emás.Ê

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê

    
  
Ê

¿Qé pr ÷ce en m aer qe en mi interi r teng


t ÷a a energa ita qe me permite mi pr pia
reaizacin y e c mpr mi c n a reai÷a÷?Ê

Hata ah ra n é qé i÷ea tena ÷e  qe era


c nciencia. Per ¿me entiama c n cer y ÷e ar r
ea  z ÷e mi er qe etá crecien÷ ? ¿Me ÷a gt
ecchar  qe me ÷ice  má h n÷ m ? ¿L he
eccha÷ agna ez? ¿Sé ÷itingir ea c nciencia
÷e n m ntn ÷e n rma y ÷e precripci ne qe
me han i÷ impeta? ¿Cm a ÷iferenci ?Ê

¿Cm me reena e ÷e qe Di  mim etá en e


f n÷ má ntim ÷e mi mima?Ê

¿He n ta÷ ÷entr ÷e m ag qe tiene qe er c n a


pre cpacin p r   ÷emá, c n e ÷ee ÷e er me r,
÷e er má  i÷aria, má  i÷ari ?Ê

A ! 
  !Ê

Probablemente ahora, al igual que lo hiciste cuándo


hablábamos del eso de la herida, te estarás reguntando: ¿y
cmo sabe uno eso? Pues orque también hay unos
sntomas, unos indicadores que dejan ver tu ro io ozo, tu
ro io manantial, y sobre todo que hacen que se te
"note" que vives más desde este lado de tu corazn.Ê

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
Potenciar la ositividad y hacer crecer cada vez más el
ozo, se te "nota" en el com romiso con tu roceso
continuo de crecimiento -discernimiento y análisis de la
realidad ersonal e histórica-, en la ca acidad de auto
criticarte constructivamente, en la ca acidad ara tomar
decisiones, en la libertad en las relaciones, en la
ace tación de la crítica externa como camino de
crecimiento, en la ausencia de miedos sicológicos, en el
manejo de la cul a sana, res onsable y fecunda -la que lleva
a reconocer errores e intentar re ararlos-, en las reacciones
ro orcionadas a las realidades resentes, en la disminución
del em leo de los mecanismos de defensa, en la ausencia de
com ortamiento com ulsivo y en la osibilidad de tener
la imagen del Œios de Jesús4.Ê

También se manifiesta tu ozo, la fuerza que brota de tu


manantial, la riqueza de tu ositividad en: la autoestima
ositiva, la conciencia solidaria y el com ortamiento
ético. En estos tres indicadores -que de alguna manera
recogen también los anteriores- queremos centrarnos y
llamar tu atención. También aquí, ins irados or uno de
los as ectos que Ignacio de Loyola ca tó y quiso
transmitirnos: la historia tiene unas estructuras que
deben ser modificadas ara cambiarle el rostro al mundo;
ero esto se hace, trabajando al mismo tiem o, desde las
honduras de las vidas humanas articulares.Ê

4 Aunque todo lo que res ecta a la ex eriencia de Œios va a ser tratado en otro
ca ítulo, queremos anotar acá que de igual manera que nuestras
com ulsiones nos crean imágenes distorsionadas de Œios, el encuentro con
lo más rofundo de nosotros mismos nos ermite descubrir y
relacionarnos con el Œios que nos reveló Jesús: un Œios alegre,
misericordioso, que ama incondicionalmente, gratuito, solidario,
cercano, que se deja ex erimentar, que invita a la libertad y la
confianza...Ê

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê




Iniciemos reflexionando sobre la
atoestima positia. Vimos anteriormente como la estima
personal pede tener extremos -por exceso o por defecto-
qe eran indicadores de baja estima. La adecada estima
personal, la atoaloración y aceptación personal positia,
por el contrario, está marcada por el eqilibrio qe brota de
la percepción objetia de ti misma y de las demás personas.
Valorarte objetiamente y alorar objetiamente a los
otros, significa aceptarte y aceptar a los demás como
personas con dos rostros en s corazón', n rostro
herido y n rostro de potencialidades.Ê

Es decir, cuatro elementos definen tu adecuada estima:


uno, saber reconocer y valorar tus cualidades, ser
consciente de ellas ara otenciarlas, ara onerlas a
funcionar en el mundo ara el bien de todos; dos, saber
reconocer tus fragilidades -"defectos"- ace tándolas
como arte integral de ti mismo ero haciendo un
com romiso continuo de crecimiento; tres, tener facilidad
ara reconocer, celebrar y nutrirte de las cualidades de los
demás; y cuatro, tener ca acidad de "aguantar" las
limitaciones y defectos de los que te rodean, sobre todo,
tener ca acidad de ace tarlos y acogerlos sin exigirles que
cambien como condición ara ello. En este
"cuadrilátero" está un barómetro certero de tu "buena
estima", de tu autoestima ositiva.Ê

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê

    
  
Ê

¿Cm rec n zc c n tranqii÷a÷ t ÷  en


qe  y, mi cai÷a÷e? ¿Cm n  mi ÷efect 
c m c arta÷a para egir c n n patrn ÷e
c n÷cta negati ? P ng agn  e emp  ÷e qe
ceer  in a÷ar a per na cercana... ¿Cánt
apren÷ ÷e a ÷emá per na? ¿Cm ete
apren÷iza e me ha rep rta÷ nea p tra en mi
i÷a? P ng tamién e emp  ÷e mi agante c n
per na ÷ifcie, per qe n me rea a en mi
etima...Ê

¿×n cá ÷e a eqina ÷e ca÷riáter ÷e a ena


etima me ient má ferte?¿en cá má ÷éi?Ê

Can÷ t manera ÷e c mp rtarte r tan ÷e t


manantia, p rqe ha apren÷i÷ a rec n cer t p z y
ha apren÷i÷ a eer ÷e é, t etima per na empieza a
manifetare en actit÷e expcita ÷e c mpr mi
c ntig mima y c n   ÷emá: traa a eqiira
÷amente aien÷ ÷ecanar y ae c ntrir e am r.
×t , a÷emá, tamién e ign ÷e t a÷ pqica.Ê

c
!  
!

 Es indiscutible que el trabajo nos
constituye como ersonas humanas, ero es indiscutible
también que saber trabajar no im lica únicamente el
desem eñar una labor -aunque se haga con mucho
esmero-, más aun en una sociedad que hace "adictos al
trabajo". Trabajar equilibradamente es tener la
ca acidad de hacer un trabajo creativo, y a la vez tener la
osibilidad de re oner la ro ia fuerza de trabajo.
Trabajar creativamente, es roducir desde lo más íntimoÊ

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
de ti misma, desde tu otencial, desde el sello que da a cada
cosa el que brote de tu realidad más rofunda, es lo que
hace que las cosas que haces lleven "tu sello" ersonal, eso
que señala que de alguna manera tú estás resente en ello.
Re oner la fuerza de trabajo es darte el descanso y los
nutrientes necesarios en el ámbito físico, síquico y es iritual,
que te mantengan "fresco", activo, entusiasmada.Ê

    
  Construir el amor es tener la
ca acidad de establecer relaciones sanas, rofundas,
sólidas y duraderas. Es tener sensibilidad ante las
urgencias de las demás ersonas -es ecialmente las que más
sufren, las más débiles, las más des rotegidas, las más
necesitadas...-. Es tener ca acidad ara dialogar -que no es
lo mismo que ro oner ideas, discutirlas y en el eor de los
casos im onerlas-. Es dialogar oniéndote en los za atos del
otro, en su ó tica, más aún, en la iel de la otra ersona, en
el sitio donde vive, ara mirar desde su ers ectiva y
sentir lo que ella siente. Es ser ca az de ermanecer en las
relaciones aun en el conflicto, en la discre ancia. Se construye
el amor cuando se tiene la ca acidad de com rometerse con
la otra ersona con todo lo que im lica la metáfora de una
construcción: lanear, lim iar, es erar, oner cosas
nuevas, ace tar lo que no se cambia, embellecer, insistir...
Ahora bien, construir el amor sólo se uede hacer contando
con las demás ersonas. Sólo si estás en sintonía contigo y
en solidaridad rofunda con las otras ersonas -
es ecialmente con quienes necesitan más- se uede
constatar esta o ción or construir la vida, or construir el
amor.Ê

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê'  Ê

    
  

¿0eng n pr yect per na qe rei c n


frecencia?¿Hag eaaci ne ÷e mi traa ?¿Vi c n
etré? ¿Cm me ntr y ÷ecan en e ámit
c rp ra, pic gic y epirita? ¿Me ÷ y centa qe
reparar mi ferza e n in÷ica÷ r ÷e qe am a i÷a y
qe e me capacita para er má y mima?Ê

¿S y capaz ÷e c ntrir am r? ¿0eng amita÷e


pr fn÷a y ÷ra÷era? ¿0eng amita÷e entre gente
neceita÷a? ¿0eng experiencia ÷e c niir agna ez
c n   pr ema rgente ÷e a may ra? ¿ Cm
eta mi capaci÷a÷ ÷e rer, ÷e generar en amiente,
÷e er c m n ai para   ÷emá?¿e mantenerme
en a reaci ne a pear ÷e qe haya c nñict ,
÷ificta÷e, ÷iferencia? ¿Cán÷ ÷e er÷a÷ me he
pet en   zapat  ÷e   ÷emá?Ê


   
 

 Pasemos ahora a otro de los
frutos de este vivir desde el ro io ozo, otro de los
indicadores de la otencialidad del ro io manantial: la
conciencia solidaria. Ya decíamos que en el fondo de
nuestro manantial encontramos el llamado rofundo a la
solidaridad. Esta solidaridad, en cristiano, unifica los dos
hallazgos de la arte ositiva: la voz de la conciencia y la
resencia de Dios.Ê

Nos detuvimos reflexionar sobre la conciencia como esa voz


de mi manantial que me empu aba hacia el crecimiento
personal. Pues bien, el primer gran fruto deÊ

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê'  Ê
ese crecimiento es que emerja la conciencia, ero una
conciencia soli÷aria.Ê

Al ser la conciencia una voz que brota ÷es÷e tu manantial y te


invita a tomar una o ción fun÷amental ÷e vivir, ÷e crecer -
aunque también existe la osibili÷a÷ contraria: que no la
escuches o no la acojas y entonces, o tes or la muerte, or
lo que te mata y mata también a los ÷emás-, se constituye en
lo tí ico ÷el ser humano, y or tanto es el gran atrón ara
÷iscernir en el ámbito humano. ËY en esto nuevamente
reconocemos la enseñanza ÷e San Ignacio!.Ê

Esto es lo que nosotros hemos resenta÷o ÷e forma


metafórica al hablar ÷el manantial y ÷el agua: el agua es
ara saciar la se÷, el manantial ofrece agua ara ca÷a
ersona, ero sobre to÷o ara ÷ar ÷e beber a quien tiene se÷,
ara lim iar lo que está sucio, ara hacer florecer lo que
está seco.Ê

To÷o esto significa que, en el ÷escubrimiento ÷e tu


manantial ue÷es al ar ÷e una sola vez ÷e manera
simbólica, el conteni÷o inter ersonal y la res onsabili÷a÷
histórica, no como algo i÷eológico sino como algo que
está en el corazón ÷e tu misma i÷enti÷a÷. Esto te ÷a la
osibili÷a÷ ÷e tener siem re un regula÷or interno, que te
evite caer en los egocentrismos y en los in÷ivi÷ualismos tan
tí icos ÷e nuestra hora, y te sirva como criterio ÷e
÷iscernimiento humano.Ê

Ahora bien, la conciencia, que brota ÷el manantial,


necesita ÷e otros as ectos ara nutrirse y ara o÷er
actuar correctamente. El rimer gran trabajo,
insistíamos, es hacer que emerja la conciencia y en ella la
llama÷a a la soli÷ari÷a÷. Pero una vez que estaÊ

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
conciencia ha emergido, es necesario formarla e
informarla.Ê

Se forma de cara a los alores, y en contra de los anti alores


de este sistema. Esos alores tienen que formarse a artir del
descubrimiento o del darse cuenta que la conciencia es
un quicio discernidor: esto me hace bien, esto me hace mal,
que descubre rontamente - orque es manantial y orque
llea agua- que lo que me hace bien, dado que nuestro ser
es relacional, es orque les hace también bien a las demás
ersonas, sobre todo a las que están en más necesidad.Ê

Si la conciencia no emerge, toda la formación en


su uestos "alores" a a ser siem re en tono de
adoctrinamiento, de im osición, de oluntarismo... Si se
quiere, de riesgos de ideologizaciones im roductias. Œe
aquí que sea el requisito ara oder ca tar los alores más
uniersales. Esos alores más uniersales estarían
concretados en la carta de los Œerechos de la Humanidad y en
documentos similares, en cuanto son rinci ios
uniersales inalienables, ace tados or la mayoría de las
culturas, y que garantizan la dignidad, el res eto y la
coniencia armónica ara toda la humanidad.Ê

Estos derechos humanos odemos desdoblarlos en:


derechos económicos y sociales -es decir todo lo que habla
de las necesidades básicas y bienestar-; derechos
indiiduales -libertad de conciencia, de ex resión, de
iencia de la fe-; derechos ciiles y olíticos -la
artici ación en los rocesos sociales, y la generación de la
sociedad ciil-; derechos ambientales -el desarrollo y medio
ambiente sano, libre de olución y destrucción-; derechos
de los ueblos -la identidad étnica y las culturas, la
ro iedad de sus recursos-; y derecho de lasÊ

c    


 Ê Ê
 Ê  ÊÊ  Ê  Ê
min ra -de géner , de étnia, de minuvala fica,
quica intelectual, de enfermedad terminal, de
inmigrante-.Ê

Sól i e f rma rimer en l  val re má univerale, e


uede ir de ué decendiend a la f rmación en val re
má articulare de géner , étnic , religi  , naci nale,
ltic , culturale, etc. El r ce inver n tiene igual
uerte rque e tiende a ab lutizar l má inmediat .Ê


    
  
Ê

¿Qé c a para mi  n a re? Hag a ita... Y ¿qé


eran   c ntra a re? Hag a ita... ¿Qé e  qe
÷iferencia n  ÷e   tr ? ¿Cm hara y para
preentar a tra per na e  a re y para qe e
iiera ÷e acer÷ c n e ? ¿De qé a re carece
má a gente en Gatemaa, e g iern , a igeia?Ê

Inetig cáe  n e  a re ÷e a Carta ÷e


Derech  ÷e a Hmani÷a÷. ¿Cáe eran, en
Gatemaa, a re étnic , a re ÷e géner ,
a re reigi  ...? ¿Cm tienen qe repetare n  a
tr ? ¿qé   c ntityen en a re? P r qé, p r
e emp , e c n÷enae e trat a a m er en agna
 cie÷a÷e, anqe  ctra  precria a?Ê

Ya ÷ecam  qe, a c nciencia a÷emá ÷e f rmara hay qe


inf rmara. E pr ce ÷e f rmacin ÷e a c ncienciaÊ

c    


 Ê Ê
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su one una continua información en las ciencias
humanas y en las ciencias en general. Áreas muy vitales en la
necesidad de la información de la conciencia son: la
biología, la sicología -es ecialmente en lo referente a la
sexualidad y las relaciones humanas- y las ciencias sociales;
todas ellas vehiculadas ahora, or la informática y la
cibernética.Ê

Esta información im lica lo anterior, es decir: la


emergencia de la conciencia y la formación en los valores, ara
que los dictámenes de la ciencia y de la técnica uedan
ser cribados desde esa ers ectiva uesto que, todo lo que
ostulan las ciencias y las técnicas en boga, no colabora
necesariamente a la humanización.Ê

Ahora bien, esa solidaridad, esa búsqueda de los valores más


universales, no uede quedarse en una abstracción. Se debe
traducir en un tomar artido or los nuevos
movimientos sociales, y en defender los derechos
humanos ero desde la ers ectiva de las víctimas -en la
actualidad, desafortunadamente, varias de esas mismas
organizaciones dedicadas su uestamente a la defensa y
rotección de los derechos humanos han servido ara
justificar, muchas veces, las violaciones estatales5-Ê

Por tanto, los derechos humanos deben convertirse en


derechos de las víctimas. Teniendo en cuenta que lo queÊ

5 El nuevo sistema económico internacional ha creado una crisis sin


recedentes en materia de derechos humanos. Se violan los derechos de
los obres a la alimentación, a los cuidados médicos básicos, a la
educación rimaria. Más aún, lo que es eor, hoy los Estados y las
fuerzas económicas construyen una ráctica que justifica la violación de
los derechos humanos, su uestamente siendo, en sus ideales
"abanderados de los derechos humanos". Quienes se o onen a los
derechos humanos intentan a ro iarse de ellos y del discurso de ellos. ¡Esa
es la aradoja!Ê

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es derecho de la otra ersona se convierte en deber de todos
ara con todos. Esto im lica com rometerse con la
devolución de los derechos humanos a las víctimas, desde
ciertas medidas concretas: son válidos los debates sobre
derechos humanos y articularidades culturales, ero es
más im ortante referirse a rocesos concretos de ti o
social, cultural y olítico donde las ersonas excluidas de
toda índole, sean la reocu ación rinci al. Por tanto, las
luchas de la sociedad civil y de los movimientos sociales
harán más com rensivo el conjunto de los derechos
humanos, y la efectividad de esos de enderá de cómo
cada sociedad en articular los relacione con las ro ias
historias de resistencia a todo ti o de inhumanidad.Ê

Por todo lo anterior, el em eño adecuado de una ersona


universitaria debe ser ermitirse que surja esta
conciencia, que emerja, recisamente del roceso de
ahondamiento en su ro io ser, contrastado
concomitantemente con una ex eriencia del dolor
humano e histórico, que se traduzca en una solidaridad
afectiva y efectiva con los nuevos movimientos sociales
desde la ers ectiva de las víctimas. ËNuevamente
resaltamos lo que ya había ca tado Ignacio de Loyola: la
necesidad de cambiar las estructuras desde el corazón
mismo de las ersonas!.Ê

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Ê

¿Sient qe me qe÷a gran÷e t ÷ et a m? ¿Qé


ignifica qe n me imp rten tant eta c a? ¿Cá
pe÷e er a caa ÷e qe a a ent÷ e interee p c
t ÷ et ? ¿Cáe  n a c necencia ÷e qe a gente n
e pre cpe p r t ÷  et  tema?¿Será qe etam  tan
ma en Gatemaa p rqe t ÷ et n imp rta
reamente? ¿Qé ÷eera hacere para qe et
camiara?Ê

   
  "  Hasta aquí lo que te hemos
dicho hace referencia a cómo la ex eriencia de vivir desde tu
ozo, desde tu ositividad, se manifestará en tu auto
estima ositiva y en tu conciencia solidaria -que debe
concretarse en abanderar los derechos de las víctimas-. Pues
bien, esto se constituye en el núcleo de tu ética, de tu
com ortamiento ético.Ê

Podríamos decir que el com ortamiento ético es el modo


usual de com ortarse de una ersona, desde el unto de
vista de las actitudes, las dis osiciones, y los hábitos. Un
com ortamiento ético que se ha configurado desde las
o ciones fundamentales que se han hecho. Es decir,
cuando te encuentras con tu manantial, y escoges la
invitación a o tar or la vida que te em uja desde él,
em iezas a vivir desde tu ro io ozo, y entonces, tu
modo de actuar, tu com ortamiento ético esta constituido
or una ética económica, una ética olítica, y una ética
sexual que se construyen desde tu estima ersonal y tu
conciencia solidaria -desde tu o ción or los derechos de
las víctimas-, y te llevan a una res onsabilidad ex lícita
con la modificación del sistema establecido.Ê

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ËSeguramente ahora te estarás reguntando: ¿y qué es esa
ocurrencia de ética econmica, otica y sexua?!.Ê

Como te decamos anteriormente, a conciencia soidaria no


uede quedarse en una abstraccin sino que tiene que
traducirse en un tomar artido or... También te
decamos que e a orte de a sicooga, a biooga y as
ciencias sociaes son as mayores urgencias de momento en
cuanto a a formacin de a conciencia. Por tanto, son
también as rinci aes áreas en donde ueden
manifestarse, ahora, os efectos de una conciencia
soidaria, formada e informada.Ê

Œetengámonos un oco en esos eementos de a ciencia


que informan y forman nuestra conciencia en estos
as ectos y que nos señaan concreciones histricas en e
modo de modificar as estructuras. ËNo en vano San
Ignacio resat a necesidad de discernimiento, de anáisis de
a reaidad ersona e histrica como medio ara ir
descubriendo cada da quién soy, qué sentido tiene mi
vida, cuá es mi a orte a a historia, de forma ta que se
traduzca en modos concretos de ser y de actuar!.Ê

€
    
 Œesde la ciencia económica hay tres
rinci ios que deben marcar el norte de la actuación
ética: el rinci io de la solidaridad, el rinci io del
destino uniersal de los bienes, y el rinci io de la
roducción de la riqueza en forma usta.Ê

El principi ÷e  li÷ari÷a÷ e el eje ÷e t ÷a la actuación


ética. E ÷ecir, t ÷ er human e c rrep nal ÷el bien ÷e
l  ÷emá y p r tant , tiene que er un buca÷ r ÷e la
f rma a ciativa p r la cuale e realiza ee bien. Ya n  l
÷ecía el Vatican II: la per na "n ÷ebe tener la c a
exteri re, que legítimamente p ee, c m Ê

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exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el
sentido que no le a roveche a él solamente sino
también a los demás" (GS 69.Ê

En cuanto al rinci io del destino universal de los bienes


económicos, es evidente que toda ersona tiene la
obligación de contribuir al bien común y esto se concretiza or
medio de los im uestos. Según la doctrina de la Mater et
Magistra La exigencia fundamental de todo sistema
tributario justo y equitativo es que las cargas se ada ten a la
ca acidad económica de los ciudadanos. Por eso, hay que
im ulsar una formación ética de signo social su erando
los lanteamientos de una ética meramente
individualista, y hay que reorientar en ese sentido, la
sicología del contribuyente -sobre todo en Guatemala,
donde somos muy reacios a los im uestos-.Ê

Por último, el rinci io de que se genere la riqueza de una


forma justa, que no es otra cosa que la insistencia en el recio
justo y el salario justo, y que tienen que ser consecuencias
efectivas de una ética económica que brota de la emergencia de
la conciencia solidaria de las ersonas.Ê


    
  
Ê

¿Qé e ÷ice  re   impet ? ¿Saa t qe   pae


má ÷earr a÷  ÷e mn÷  n aqe  en ÷ n÷e a
per na pagan má impet ? ¿Cáe  n a exca
para ea÷ir impet ? ¿0e parecen tificae? ¿Qé e
÷eera hacer en t ÷ e ; cá e a  cin qe e te
crre? ¿Ve a ÷iferencia entre aari ficia y aari
t ? ¿Qé ÷ee aarcar n aari t ? ¿Y qé ÷ee
c ni÷erare c m n preci t ;  a eye ÷e a
ferta y a ÷eman÷a?Ê

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 La ética olítica debe artir de la
consideración de que la comunidad olítica adquiere más
relevancia or la real insuficiencia de la comunidad civil: los
gru os menores -familias, clases- son im otentes ara alcanzar
el bien común, necesario ara el desarrollo de los
individuos y los gru os (GS 74.Ê

Además, debe tener en cuenta que cualquier forma de


oder necesita ser controlada ara no caer en la
arbitrariedad ni en el absolutismo. Por tanto, hoy se
necesita más que nunca de una vibrante sociedad civil. Œe
ahí se des rende el rimer rinci io de ética olítica: realizar
acciones que robustezcan la sociedad civil.Ê

En este sentido, la sociedad civil se encuentra entre el


Estado y el individuo; su a el es el de ex ansionar el
es acio de la gente. Por ejem lo, las rivatizaciones
tienen sus bondades, ero en el fondo, las instituciones
rivadas no ueden tener la visión global de igualdad
ara todas las ersonas sino que las ventajas siguen
siendo ara quienes son más ricas y oderosas. Y aquí otro
rinci io im ortante: es necesario que la ética olítica
se lantee desde y ara una ers ectiva integradora.Ê

Pero estas dos condiciones anteriores no son osibles si no si


tiene como unto de referencia el res eto a los
individuos y la necesaria consensualidad, como
arámetro de una "salud" olítica.Ê

Œesde este unto de vista odemos untualizar algunos


criterios que deben a untalar la ética olítica. Se basan en
una serie de obligaciones ara quienes ejercen el oder y ara
quienes son súbitos en la institución: el deber de
información com leja del ciudadano -es decir, rocurarÊ

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una información alternativa-, el deber de la
manifestación, el deber del voto, y el deber de la
contestación. Eso sí, todos estos deberes tienen que darse
dentro de un "marco jurídico" donde sean las
instituciones democráticas las que velen or un orden
jurídico más justo, y donde la solidaridad de los
ciudadanos se encargue de que se haga mejor la justicia. Para
esto, el marco de la democracia artici ativa se hace
condición de osibilidad del ejercicio sano de una ética
olítica. En ese sentido se requiere que la democracia
tenga como núcleo la defensa y ex resión de la autonomía
humana en una doble forma: artici ación en el roceso de
toma de decisiones e incidencia en la decisión final. Esta
democracia se ex resa en una convivencia social en la que no
haya agresión al congénere, haya comunicación y ca acidad
de interactuar, sea osible decidir en gru o, se dé el cuidado
ersonal y del entorno, y finalmente, haya valoración del
saber social.Ê


    
  
Ê

¿Me ient y tamién rep nae ÷e  qe paa a


nie p tic ; cre qe a p tica e  para  
p tic ? ¿Qé tip ÷e acci ne me parece qe ÷eera
y amir? ¿C n zc qe teng ÷erech  en mch 
niee, an ÷erech  ÷e c nmi÷ r, qe ta ez
nnca e erz ? ¿Qé rep naii÷a÷ p tica ÷ecr
en a carrera en a qe me et y f rman÷ ?Ê

€
 #
 La sexualidad -en su dimensión física,
afectiva y social- es uno de los ámbitos más notorios en
donde se realizan los com romisos humanos éticos.Ê

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Tiene una fuerza insos echada ya que es a fuerza más ita
con a que contamos as ersonas. Además, incide
necesariamente en todas as demás áreas y siem re de
manera muy íntima.Ê

Si a ética sexua no está bien estabecida se ro icia un sin


número de quebrantamientos a os derechos más
sagrados de as ersonas, ues es e ámbito sexua en
donde se refeja am iamente a ersona con os dos
rostros de su corazón: su mundo unerado, y su ozo y
manantia.Ê

Podríamos decir que a ética sexua debe estar a untaada -


a oyándonos y am iando e modeo que
tradicionamente se e atribuye como rinci ios a a
bioética-en cinco criterios fundamentaes: a
interdisci inariedad, a autonomía, a no-maeficencia, a
beneficencia, y a justicia.Ê

E criterio de a interdisci inaridad, hace referencia a a


necesidad de consutar a os ex ertos de otras ramas de
saber humano y también "con ersonas con des ierto
sentido común" ara diaogar racionamente sobre os
robemas sexuaes -y genitaes- más controersiaes y
difícies, y así tratar de resoer as más intrincadas
cuestiones concretas que udieran resentarse: como e
aborto, as reaciones rematrimoniaes, as reaciones
extramatrimoniaes, as aenturas sexuaes, a
masturbación, a soedad y e aisamiento, as reaciones
es orádicas y as reaciones de intimidad, etc.Ê

E criterio de a autonomía, one de manifiesto a


necesidad de estabecer consigo mismo, con os otros, con
e entorno y con Œios, reaciones ibres, en e que noÊ

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haya im osiciones violentas bajo ninguna fórmula de
chantaje. Por el contrario, que genere libertad al able.Ê

El rinci io de no maleficencia exige que el ejercicio y la


actividad sexual no hagan daño a nadie ni siquiera a la
ersona que la ejerce en la totalidad de sí mismo sin
descuidar ningún as ecto, es ecialmente sus o ciones de
vida.Ê

El rinci io de beneficencia im lica que, or el contrario,


"haga bien", la relación sea benéfica, nutriente e
integradora ara las ersonas im licadas, que las haga
crecer, sobre todo en su identidad rofunda, en su
manantial.Ê

Finalmente, el rinci io de justicia significa que se guarde la


equidad y la justicia inter ersonal. Toda actividad sexual
que crea una distancia entre dos ersonas o que deja a una
o ambas, o a otras con dolor, vergüenza, cul a o
resentimiento Ëes un fracaso y una erversión, aunque
todos los montajes anatómicos legales fueses
a arentemente "normales"!.Ê

Estos criterios son fundamentales a la hora de evaluar la ética


sexual, las actitudes y los com ortamiento sexuales en
general. Pero también, al momento de revisar es
necesario añadir la iluminación cristiana, es decir,
además de lo que ya dice la moral, hay que desentrañar lo
que dice la Palabra de Œios ero no con una lectura
ingenua o fundamentalista y rescatar lo de verdadero que
dice la tradición. Todo esto, desde lo que acontece en la
ersona concreta6.Ê

6 No hay que olvidar lo mucho que la Iglesia ha desvirtuado el sentido de la


moral sexual, centrándose no en la sustancia de las relacionesÊ

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Todo lo anterior significa que la ética sexual debe
a oyarse en la conce ción de la sexualidad como una
fuerza de comunicación que nos em u a a las relaciones
armónicas con nosotros mismos, con las demás ersonas, con
el entorno y con Dios, y que a más allá ¡mucho más allá!
de la sim le relación genital.Ê


    
  
Ê

Ve÷ perar en et ÷e a ética exa, e fi arme má


en   act  qe pe÷ zgar c m pecamin  ,
qe en a actit÷e? ¿Me ÷ y centa qe e  principi 
÷e eneficencia, n maeficencia y  re t ÷ ÷e ticia,
÷een erare en t ÷a a reaci ne exae?
¿×n qé n t qe a exai÷a÷ e na ferza ÷e
c mnicacin? ¿cm p n÷ra e emp  ÷e mi pr pia
i÷a, en ete repect ?Ê

A fina ÷e ete capt ta ez te hayan qe÷a÷ mch 


interr gante. L qe má n  interea e qe te haya
qe÷a÷ a inqiet÷ p r traa arte a f n÷ ya qe ÷e n
hacer e pr ÷cen c necencia my negatia para t
pr pia per na y para t accin en a hit ria ÷e netr
pa. V r e c ntrari , hacien÷ a experiencia ÷e
c n certe c m n  init San Ignaci e ÷rena tÊ

in  en a f rma,  en e act mim , y p r e e ha interea÷


pregnta÷ : ¿qién hace?, ¿qé hace?, ¿c n qién?, ¿en qé
circntancia? ... en gar ÷e ceti nare p r a cai÷a÷e ÷e a
h neti÷a÷, e afect y e repet en a reaci ne exae y ÷e a
exai÷a÷ en genera.Ê

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dolor asado im idiendo que se cause más dolor, y or
otra arte, se otencian todas las fuerzas más ositivas que
tienes ermitiéndote vivir desde lo mejor de ti mismo.Ê

En todo esto vemos que aquellos a ortes de Ignacio con los


que él nos convidaba a descubrir los entresijos de las
ersonas ara hacerlas crecer e invitarlas a que
cambiaran muchos de sus atrones de com ortamiento,
tienen bastante que ver con que ca temos que el mundo
tiene también sus estructuras que deben ser modificadas
radicalmente y no sólo ofrecer remiendos.Ê

Èjalá que este rimer ca ítulo te haya re arado a lo que


sigue en la ruta de este texto, que como dijimos al
comienzo, más que nada es un ma a ara que uedas
llegar a ser más t mismo, más t misma...Ê

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