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En el área motriz fina será capaz de imitar algunas tareas manuales de cierta
precisión como realizar trazos sencillos en forma de cruz, círculos, uves, cortar papel con 1
las tijeras apropiadas, utilizar llaves, colorear figuras, etc.
Otros aspectos evolutivos tienen que ver con el considerable grado de autonomía
que va adquiriendo y que podrá ser potenciado con tareas cotidianas como lavarse las
manos, quitarse y ponerse prendas de vestir, recoger los juguetes, ordenar el material
escolar...
Debe prestarse una especial atención al tipo de comunicación que establecen con
su entorno más próximo, en muchos casos ambivalentes como su interés creciente por
las demás personas que le rodean y, a la vez, su tendencia a los soliloquios, las frecuentes
muestras de un claro sentido de la propiedad cuando juega con otros niños y los cambios
bruscos en su estado de ánimo. Todo esto no es otra cosa que su deseo de
autoafirmación o búsqueda de la propia identidad.
Para favorecer la capacidad perceptiva, así como los procesos intelectuales y los
del pensamiento, es conveniente en todo momento estimular la función de los órganos
de los sentidos, procurando que en cada captación se utilicen todos los sentidos posibles.
Partiendo de una percepción global se iniciará el proceso de pensamiento analítico.
No comprende la sucesión del tiempo. La noción del pasado y del futuro casi no
existe en su mente.
A los cinco años han superado enteramente la etapa "preconceptual" para entrar
en la del "pensamiento intuitivo", en la que la inteligencia del niño está sometida a la
primacía de la percepción.
Son más realistas, menos espontáneos y fantásticos que a los cuatro años.
Necesitan que les motivemos el desarrollo de su fantasía y favorezcamos el
desarrollo de su capacidad de expresión libre y espontánea.
Es importante el gusto que experimentan los niños de cinco años por el juego
verbal, así como por el aprendizaje de palabras nuevas y de su significado. Es
conveniente aprovechar este gusto e interés que ellos demuestran por el lenguaje
verbal, ayudándoles a enriquecer su vocabulario contribuyendo al desarrollo mental,
en general, por la última relación que guardan estos dos aspectos de la personalidad
infantil.
- Para Wallon, los 6 años marcan el final del estadio del personalismo.
Necesita afecto y a su vez es afectuoso. Una carencia afectiva nos dará niños, a
los 6 años, con dificultades serias de evolución. Nos dará niños tristes o bien hostiles,
niños temerosos o infelices.
Hay que tener en cuenta que a los seis años el niño interpreta, en su relación
dinámica con padres y educadores, los actos y palabras de éstos de manera bastante
subjetiva y a veces textual, por lo que una madre que exclame: I Este niño es tonto!
ante un fallo del pequeño, puede estar creando sentimientos de incapacidad y
vivencias de minusvalía, si existen predisposiciones en este sentido.
El control de los esfínteres debe haberse dado ya, por lo que un niño de 6 años 5
que presente micción nocturna de forma habitual o muy frecuente no está mostrando
un problema de «enuresis» que en el 95% de los casos alude su vez a conflictos o
dificultades en su evolución y que el psicólogo debe explorar y orientar . Otra cosa es
que el niño de 6 años se orine circunstancialmente en alguna ocasión, especialmente
en momentos de tensión o nerviosismo; esto último es normal y no constituye
enuresis.
En general los 6 años no es una edad especialmente «difícil», por ello Freud la
engloba en el período de latencia o «edad feliz»; lo normal es ver al niño
despreocupado, cariñoso, comunicativo... feliz.
Parece descubrirse que las niñas a los 6 años muestran por lo general mayores
aptitudes para lectura y escritura, mientras los niños son más hábiles en el cálculo
simple. Más claro es que ambos sexos son sensibles a la metodología que con ellos se
utiliza y por supuesto plenamente receptivos de los sentimientos que el profesor tiene
ante la clase, o ante un alumno en particular.
Piaget va desde esta edad hasta los 11 años. Del niño de la etapa anterior, dominado
por la percepción y la intuición, pasamos al niño con una mente presidida ya por la
lógica basada en experiencias concretas, (lo que se puede ver y tocar), muy lejos aún
del pensamiento abstracto, pero suficiente para que podamos referirnos a su
razonamiento como razonamiento lógico, con capacidad, por ejemplo, como para
entender las transformaciones de los objetos y con un inicio de interiorización mental
de las acciones, aunque todavía resuelva la mayoría de sus problemas por medio del
método de «ensayo y error».
Y tenemos que tener muy presente el hecho de lo fuerte que la Memoria suele
surgir en esta edad. Esta técnica de base es de una importancia notoria, sobre todo en
la 1ª etapa de Primaria, pero se nos puede convertir en un arma de doble filo, si al no
ser bien usada se convierte en un supletorio de la inteligencia, en vez de una ayuda.
Pero aparte de necesitar comprender las cosas de forma concreta, también las
necesita comprender, tal y como necesita que se estructure su mundo, de una forma
ordenada; este hecho se proyecta en la necesidad que advertimos en él de ordenar
cosas, hacer listas y sobre todo, ese empezar a coleccionar objetos, aunque le importa
más, por el momento, la cantidad que la calidad.
Vemos cómo en los juegos, los dos sexos empiezan a separarse o al menos no
admiten en su grupo a un miembro del otro sexo con la facilidad con que lo hacían
antes.
Y no queremos acabar esta breve exposición sin hacer mención a algo tan
trascendental como es el lenguaje, dada la incidencia que éste tiene en el desarrollo de
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA
La «etapa de la expansión» llama Gesell a esta edad de los 8 años, que serla
edad reglamentaria de los niños que nos encontremos en el 3º de Primaria; y creemos
que es una denominación muy adecuada ya que esta expansividad, esta extroversión,
será el denominador común del niño de esta edad, tanto en su personalidad, como en
todas sus realizaciones.
clase participa con entusiasmo: le gusta salir al encerado, siempre quiere dar las
respuestas que se le piden a otro, cualquier cosa que hace quiere que inmediatamente
se le dé el visto bueno... Quiere llevar a cabo muchas cosas y lo hace deprisa,
atropelladamente, pero teniendo en cuenta que tiende a elegir más que lo que le
mandan, lo que le gusta. Este entusiasmo y ansia de aprender hace que la mayoría de
los temas que se tratan en la clase los acepte totalmente y los sepa repetir, incluso
brillantemente, pero no nos equivoquemos en que estos conocimientos hayan sido
realmente interiorizados. Posiblemente, si a una de estas exposiciones que el niño ha
captado, sigue una evaluación en el momento oportuno, esta evaluación nos puede
dar unos resultados muy positivos y posteriormente llegar a sorprendernos unos
resultados desastrosos, en otra evaluación con una temática muy parecida a la 9
anterior. Esto nos lleva a unas consideraciones importantes, sobre todo para su
trayectoria futura. A los 8 años está capacitado para captar conceptos claros sobre
muchas cosas y hay que enseñarle a pensar en lo que se dice, en lo que se lee, a que
duden de las cosas y a que aclaren esas dudas, en una palabra, a empezar a crearle
unos hábitos de aprendizaje correctos, a que sepan usar los conceptos dentro del
contexto adecuado y que no se envicie a pasar sobre ellos con superficialidad. En 3º
tenemos que asegurarnos de que los conocimientos de los dos cursos anteriores están
plenamente asentados, para poder enfrentarse con las nuevas temáticas para las que
su desarrollo intelectivo le tiene ya preparado. Podríamos casi asegurar que su
maestro se ha convertido para él en la figura más importante del mundo adulto por lo
que será de una ayuda inapreciable en el desarrollo de su escolaridad el conseguir con
el profesor una buena simpatía. Si esto no es así, nos encontraremos, lo más probable,
con serios baches en su aprendizaje, aún cuando las capacidades intelectivas del niño
fueran buenas. Si este caso se da, habría que tener un cambio de impresiones con el
maestro o tutor para tratar de obviarlo, y si no es posible tendrá el niño necesidad de
la ayuda de sus padres u otras personas, para sus realizaciones escolares, aunque en
cualquiera de los casos, ya sea en este citado de la no empatía con el profesor u otro
tipo de problema que amerite de una ayuda extraescolar en temas de estudio, siempre
tendremos en cuenta que hablamos de ayuda en el sentido de dirección u orientación,
pues el niño ya a partir de esta edad se siente «mayor» y le gusta trabajar por su
cuenta sin ser vigilado.
Admira a los adultos pero tiene cierto retraimiento ante ellos ya que se le ha
agudizado notablemente el sentido del ridículo y tiene miedo a que se burlen de él por
no estar a la altura de las circunstancias, ya que, a pesar de que es un niño
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA
En el juego acepta las reglas que vienen dadas desde fuera con bastante
sentido de la responsabilidad y justicia, pasando ya del juego social al juego
organizado. En esta edad hay un rechazo grande al «niño tramposo» ya que el hacer
trampas en el juego, al contravenir las reglas que igualmente vienen de fuera y e1
grupo ha aceptado, es para él une falta muy grave. Esto implica también que es
bastante sincero y decimos bastante ya que sus verdades muchas veces se ven
distorsionadas por su fantasía.
Así como admite que las reglas del juego pueden venir de fuera, admite
también la justicia como un conjunto de normas que igualmente vienen de fuera, por
lo que su sentido de la justicia o de la moral, en general, no está aún introyectado en
su intimidad como algo personal, aunque ya es capaz, más en teoría que en la práctica,
de afrontar lo que pudiéramos llamar sus responsabilidades. Claro está que,
basándonos en todo esto, debemos entender que fácilmente encontrará
justificaciones válidas de sus propias acciones. De todos modos su sentido del bien y
del mal está clarificado así como las responsabilidades que tiene sobre lo que hace.
insistir en la importancia que el lenguaje tiene en el niño puesto que todos los
psicolingüistas y los psicólogos en general, siempre ponen el énfasis en la incidencia
que la inteligencia tiene en el desarrollo correcto de la lengua y en cómo el uso de un
lenguaje correcto facilita la maduración intelectual.
A partir de los 7 años, con el inicio del pensamiento lógico que implica la
capacidad de reversibilidad y cuyo desarrollo se va realizando hasta los 11-12 años,
donde empezará otra forma de pensamiento, la implicación de esta evolución
intelectual no se reflejará sólo en su manera de pensar o razonar, sino que repercutirá
en toda la vida social del niño, en sus relaciones personales. La capacidad de
reversibilidad relacionándola con la socialización permite que el niño pueda ponerse 11
en el punto de vista del otro y captar sus intenciones.
Ya a los 7 años, los niños se buscan para jugar juntos, pero será en estas
edades, entre los 9-10 años, cuando el juego, el grupo, la cooperación, adquieren su
pleno significado.
Las trampas, las mentiras, las acusaciones, son severamente condenadas por
sentirlas como una deslealtad al grupo. Son inflexibles, sobre todo, ante las trampas en
el juego, adoptando una actitud de estricta vigilancia para que nadie se atreva a
cometerlas. En el fondo, sucede que cada uno de ellos tiene ganas de hacer lo que sea
lícito o ilícito para ganar, pero en el grupo está su fuerza y es la conciencia del grupo la
que ayuda a la conciencia individual.
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA
El maestro sigue siendo una figura muy importante para él, pero su rol como tal
pasa por un momento muy delicado. Esta es una etapa muy competitiva, el maestro lo
sabe e intenta, consciente o inconscientemente, promoverlo en beneficio de unos
mejores rendimientos, pero cada niño puede recibir este fomento de la competitividad
de formas contrarias: para unos, puede ser fuente de acicate y superación, pero para
otros, puede resultar contraproductivo y ser fuente de frustración, al creer que lo que
se le pide no podrá alcanzarlo y como íntimamente pretende ser el mejor, tomar una
postura pasiva y de derrota, ya que no llegará a ser de los primeros de la clase
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA
Nos encontramos ya en el curso final del 2º Ciclo de Primaria. Los 10 años con
su buena adaptación, su tranquila seguridad, su equilibrio, constituyen realmente la
cima de la niñez. Su desarrollo intelectual se deriva del perfeccionamiento de las
adquisiciones y realizaciones de las operaciones concretas y la organización de los
conocimientos fundamentales que hasta ahora lleva alcanzados.
personas y las cosas que su propia mismidad. No olvidemos que sigue como a los 9
años en una etapa de introyección, buscando a todo trance la convivencia con sus
iguales, contrastando y apurando todas las posibilidades que se le ofrecen antes de
girar sobre sí mismo. Su intimidad busca la respuesta de sus inquietudes, curiosidades
y opiniones en los demás queriendo encontrar aquélla que puede adecuarse a sus
planteamientos con lo que aumenta su sociabilidad - hasta poderse decir que en este
período, la vida social del individuo alcanza su máxima intensidad- para, aunque
parezca un contrasentido, poder ampliar su intimidad. No es solamente el ser social y
gregario a ultranza - como dice Osterrieth - sino también el que quiere él mismo ser
con su originalidad propia. Las amistades así como el grupo suelen ser transitorias, lo
que es buena ayuda al desarrollo de su personalidad, pues tiene opción a un 14
intercambio más amplio con distintos tipos de personas, pero tendrá la necesidad de
pertenecer a un grupo, a una pandilla. Entre sus pares, sus iguales, está la fuerza que
tanto necesita. Una de las facetas más interesantes que tiene el grupo, es su carácter
de antiadulto. El chico de 10 años que presiente que deja atrás la niñez, pero sin
vivenciarse aún como adolescente, no quiere que le sigan viendo como un niño y el
adulto, con su sola presencia, le recuerda que lo es, ya que delante de él se siente
desvalorizado; es sólo dentro de su grupo, con chicos de su edad, donde se siente ese
ser que no es un niño ni adolescente pero es «alguien)); es con sus iguales, planeando
aventuras, travesuras más o menos importantes, teniendo secretos, ritos y consignas
donde únicamente se siente ubicado.