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LÍNEA JURISPRUDENCIAL FAMILIA DE CRIANZA

AÑO 2011

SENTENCIA C 577 /11

M.P: GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO

ASUNTO: Demanda de inconstitucionalidad en contra de algunas expresiones


contenidas en el artículo 113 del Código Civil, en el inciso 1º del artículo 2º de la
Ley 294 de 1996 y en el inciso 1º del artículo 2º de la Ley 1361 de 2009.

PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE: reconoció de manera expresa la no


literalidad del artículo 42 de la Constitución Política de Colombia al no establecer
una tipología de familia excluyente y los diferentes tipos de familia que se dan en
nuestro país.

Reconoció el derecho que tienen las personas del mismo sexo a conformar una
familia y en la cual exhortó al Congreso de la República para que legislara en
materia de derechos de parejas del mismo sexo.

Hizo un reconocimiento expreso del significado e implicaciones del hijo de crianza


en Colombia. sostuvo que la familia no es solo un derecho de los cónyuges sino
también de los niños y niñas a pertenecer a un hogar. Es decir, lo que se busca
realmente en dicho precepto es tener en cuenta la primacía de la realidad sobre la
forma, donde lo que cobra importancia inusitada es el interés superior del niño de
hacer parte de una familia, sin dejar de lado que tal derecho a tener una familia no
es inherente sólo al menor, también lo es a toda persona, aun cuando no en todos
los casos sea de carácter prevalente, por tanto debe darse cumplimiento a las
garantías previstas en el artículo 44 de la Carta Magna Colombiana. La familia de
crianza y lo que respecta al hijo de crianza, puede ser igualmente reconocida,
como la biológica, pues lo que se busca privilegiar es la unidad familiar y los lazos
afectivos que se desarrollan al interior de estas.

 
AÑO 2013

SENTENCIA T 606 /13

M.P: ALBERTO ROJAS RÍOS

ASUNTO: Acción de tutela contra Ecopetrol. Solicitud de protección por el derecho


a la salud, convención colectiva, derecho a la igualdad, familia adoptiva, régimen
especial de salud, familia de hecho.

PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE: El concepto de familia no puede ser


entendido de manera aislada, sino en concordancia con el principio del pluralismo.
de igual suerte que, en una sociedad plural no puede existir concepto único y
excluyente de familia, identificando a esta última únicamente surgida del vínculo
matrimonial.

DEL DERECHO A LA IGUALDAD DE LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA DEL


TRABAJADOR para la afiliación de los regímenes especiales de salud, la
jurisprudencia nacional y organismos internacionales han interpretado que la
familia no es solo aquella conformada por vínculos civiles y naturales; sino
también la conformada por circunstancias de facto tal como la reconocida en el
artículo 42 de la constitución que consagran la igualdad de los miembros de la
familia y en la relación de padres e hijo de crianza. Por lo tanto, los sistemas
especiales de salud creados mediante ley o convenciones colectivas no pueden
desconocer la igualdad en el orden jurídico consagrado en favor de los miembros
que constituyen una familia. Aún más, cuando al aplicar estos regímenes
especiales imposibilita la aplicación de la ley 100 del 93, según esta misma
dispone lo que pondría en estado de vulneración de los derechos fundamentales a
aquellos miembros de familia que sean excluidos injustamente de estos regímenes
especiales de seguridad social.

AÑO 2014

SENTENCIA T 942 / 14

M.P: LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ.

ASUNTO:  Acción de tutela contra una caja de compensación familiar solicitando


el derecho a la seguridad social de un menor de edad por el pago de un subsidio
familiar.

PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE: Los hijos de crianza tienen derecho a


beneficios de la seguridad social, los derechos derivados de la misma como lo es
el reconocimiento y pago del subsidio familiar. se deben extender por igual a los
miembros de la misma familia. De tal manera que, es insignificante la distinción
que pueda darse entre una unión familiar de crianza y los demás protegidos por la
constitución que tal derecho sea reconocido. Este tribunal consideró que, al estar
bajo el amparo de la misma institución familiar, deben tener los mismos derechos.
De acuerdo con el art 42 de la Constitución Política, la familia es el núcleo
fundamental de la sociedad y se constituye por vínculos naturales o jurídicos
mediante el matrimonio o la voluntad responsable de conformarla.

En el mismo artículo se señala que los hijos habidos en el matrimonio o por fuera
de él, adoptados o procreados naturalmente o con asistencia científica tienen
iguales derechos y deberes. Proyectando de esta forma, el principio de igualdad
en el núcleo familiar, esta última consideración en relación a los hijos, cobra
especial relevancia cuando se trata de analizar familias conformadas por los hijos
procreados por la pareja y los habidos fuera del matrimonio o fuera de la unión
marital.

AÑO 2015

SENTENCIA T 070 / 15

M.P: MARTHA VICTORIA SACHICA MENDEZ

ASUNTO: El señor Carlos Arturo trabaja hace 20 años en la empresa de


Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, se encuentra en unión marital de hecho con
la señora Noemí Carlina y no tienen hijos propios en común, sin embargo, La
señora por su parte tiene un hijo llamado Santiago Andrés. La para la que labora
el señor Carlos Arturo le está negando un subsidio de educación al niño porque
según ellos en la convención colectiva por parte de los empleados se dispuso que
solo hijos biológicos, adoptados o en custodia podían beneficiarse del subsidio
para educación.

PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE: La Corte le da la razón a la señora Noemí,


ordena y concede que se le otorgue el subsidio al niño con base en el derecho a la
igualdad que se predica entre los hijos de crianza y los hijos biológicos y adoptivos
y que se hace extensiva a todos los aspectos de la vida de los menores, entre
ellos, la educación. La correcta protección y promoción de este derecho, garantiza
un adecuado nivel de vida. También manifiesta que se le estaba discriminando y
negando una gran ayuda para su educación.

AÑO 2016

SENTENCIA T 074 / 16

M.P: ALBERTO ROJAS RÍOS


ASUNTO:  El niño Josimar padece de autismo, retraso mental y esquizofrenia con
14 años, su padre el señor Miguel Antonio tiene 51 años y está desempleado
desde el 2006, su padre y abuelo del menor, el señor Luis María Camargo era
quien velaba por ellos dos, antes de su fallecimiento en el año 2012. El papá del
niño exige la pensión de sobreviviente del abuelo. Para ello instaura acción de
tutela, la cual fue rechazada en las dos instancias hasta llegar a la Corte
Constitucional.

PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE: Según la ley 100 de 1993, entre los


requisitos adquirir la pensión de sobrevivientes es tener una discapacidad mental
o encontrarse estudiando, sin embargo, esta no incluye a los nietos.

La Corte, interpreta el respectivo principio de solidaridad, reitera el derecho de la


protección a la familia y pone de manifiesto la declaración universal de los
derechos humanos y la convención de los derechos del niño;  determinando que
los hijos de crianza por asunción solidaria de la paternidad son beneficiarios de la
pensión de sobrevivientes, ya que el derecho debe ajustarse a las realidades
jurídicas reconociendo y brindando protección a aquellas relaciones en donde las
personas no se encuentran unidas por vínculos jurídicos o naturales. Por ello
reconoce al niño Josimar como hijo de crianza de su abuelo y concede la pensión
de sobreviviente.  

AÑO 2017

SENTENCIA T-316 / 17

M.P: Antonio José Lizarazo Ocampo 

ASUNTO: Reconocimiento excepcional por vía de tutela de los derechos a la


sustitución pensional para hijo de crianza. 

PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE: La corte dice que no se limita a sólo


vínculos de consanguinidad, sino que se extiende a otras estructuras conformadas
por lazos jurídicos o, de hecho, que surgen a partir de la convivencia y que se
basan en el afecto el respeto y la protección a la ayuda mutua la comprensión y la
solidaridad. La familia de quien sea así definida como aquella que nace por
relaciones de afecto.

La corte concluye que los hijos de crianza por asunción de solidaridad de la


paternidad son beneficiarios de la pensión de sobrevivientes al igual que son los
hijos biológicos adoptivos o de crianza siempre, La sala sexta de revisión concluyó
que cumple con las características propias para ser considerado como hijo de
crianza del abuelo paterno, por lo que concedió el amparo solicitado y ordenó a la
accionada reconocer y pagar la pensión de sobrevivientes con favor del niño
solicitado como hijo de crianza del causante. 

Prevalencia de los derechos del niño en la sentencia T-557 de 2011. 


AÑO 2018

SENTENCIA 6009 /18

M.P: Aroldo Wilson Quiroz Manosalvo

ASUNTO: solicitud de impugnación mediante acción de tutela al fallo del 22 de


marzo de 2018 proferido por la Sala Civil-Familia del tribunal Superior del Distrito
Judicial de cundinamarca, en acción promovida por Darine Yesennia Bogotá
Piraban contra el juzgado de familia de Soacha. La promotora del amparo reclama
protección constitucional de los derechos de igualdad y de acceso a la
administración de justicia supuestamente desconocidos por la entidad demandada
al rechazar la demanda por la cual se solicitaba que Teófilo Romero y Berenice
Romero de Romero fueran declarados como sus padres de crianza, bajo el
argumento de que dicha figura no existe en la ley.

PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE:

1 Reconoce con base al artículo 86 de la constitución política a la acción de tutela


como un mecanismo para la protección inmediata de los derechos fundamentales.

2 Se establece que según el artículo 42 de la constitución política, que el concepto


de familia, no se basa sólo en los vínculos biológicos o jurídicas sino también en
relaciones de hecho o crianza.

3 cita precedente, como el T-495/97, que reconoce el hecho de reparación directa


a padres por la muerte de un hijo de crianza.

4 la corte determina que el operador judicial no verificó el cumplimiento de


requisitos previstos en los artículos 82, 84 y 88 del código general del proceso del
libelo apresurandose a rechazarla con el argumento de existencia del concepto
"padres de crianza" en la ley atentando contra el deber del juez de "decidir aunque
no haya ley exactamente aplicable" por lo cual deberá aplicar leyes que regulen
materias semejantes acorde al numeral 6 del artículo 42.

5 reconoce que la sentencia niega el acceso de la jurisdicción al no interpretar la


demanda.

6 Se impone revocar el fallo y conceder el amparo dejando sin efecto el fallo del
17 de enero de 2018 para adoptar las medidas pertinentes para dar trámite a la
demanda formulada.
AÑO 2019

SENTENCIA C-085 /19

M.P: CRISTINA PARDO SCHLESINGER 

ASUNTO: En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, se demandó el


artículo 1045 del Código Civil sobre “los hijos legítimos, adoptivos y
extramatrimoniales, excluyen a todos los herederos y recibirán entre ellos iguales
cuotas, sin perjuicio de la porción conyugal.”. Considera el demandante que la
expresión “hijos” era inconstitucional porque excluía a los hijos de crianza del
primer orden sucesoral vulnerando, a su consideración, los artículos 1, 13, 42 y 95
de la carta política colombiana de 1991. Consideró en su momento el accionante
que el concepto de familia se ha hecho extensivo para los hijos de crianza y que
dejarlos por fuera del primer orden sucesoral genera un trato abiertamente
discriminatorio.”.

 
Se consideró que el legislador incurrió en omisión al no incluir expresamente en el
primer orden hereditario a los hijos de crianza, desconociendo que el vínculo filial
se desprende del amor, respeto y la solidaridad que tienen para con sus padres.
 

PRONUNCIAMIENTO DE LA CORTE:

1.     Se constata que existe una norma sobre la cual se predica una presunta
omisión, artículo 1045 del Código Civil, subrogado por el artículo 1º de la Ley 1934
de 2018. Esta disposición establece que “los hijos legítimos, adoptivos y
extramatrimoniales, excluyen a todos los otros herederos y recibirán entre ellos
iguales cuotas sin perjuicio de la porción conyugal”. La norma no incluye a los
hijos de crianza dentro del primer orden hereditario.”
 
2.     Indica que los hijos de crianza son una categoría de sujetos que ha sido
creada por la jurisprudencia constitucional como un concepto, dentro del concepto
de familia de crianza,  pues bajo circunstancias particularistas surge a partir de
“vínculos de afecto, solidaridad y respeto entre personas que no tienen un vínculo
de parentesco civil o consanguíneo”. 
 
3. Aunque esta relación ha sido protegida por la Corte Constitucional, dicha
protección ha sido excepcional, dando alcance a los principios determinados, que
pudieran estar flagrantemente violentados, como por ejemplo:
·        Interés superior del niño,
·        prohibición de discriminación por el origen familiar,
·    el principio de solidaridad y corresponsabilidad de las familias extensas
quienes, tomando el lugar de los padres, asumen el cuidado de los niños, quienes
a opinión de la Sala Plena, “no son una categoría de sujetos comparable con
aquellos incluidos en la norma demandada.”.
 
3.      Recuerda lo anunciado por la Sala en proveído C-359 de 2017, en donde
consideró que  el reconocimiento de protección de las llamadas familias de
crianza y a otro tipo relaciones familiares que también puedan surgir de
situaciones de facto basadas en lazos de afecto, ayuda mutua, respeto, socorro y
solidaridad, es en principio, atribuible a la jurisprudencia, y, en ese ámbito, no se
acredita (…) la existencia de una norma constitucional que imponga al legislador
un mandato concreto para su reconocimiento.
 
4. No se pueden extender los efectos normativos que la legislación civil establece
para las familias consanguínea y adoptiva a las familias de crianza, dado que  no
son categorías análogas. 
 
5. La proporción de la familia de crianza, no depende de elementos generales y
abstractos establecidos en la ley, sino de circunstancias muy particulares que solo
se pueden identificar caso a caso y para los que no existe una regulación
legislativa que sea subsanable por omisión, dado que traspasa un ámbito más
personal e íntimo. De manera tal que lo que materialmente existe para la Corte es
una omisión legislativa absoluta, frente a la cual la Corte Constitucional no tiene
competencia y por ende se declaró inhibida para resolver.
 
5. No se ha planteado en el ordenamiento jurídico colombiano una regulación
concreta para la familia de crianza, pues su reconocimiento y protección se ha
dado caso a caso en el ejercicio del control concreto de constitucionalidad. 
 
6. La crianza no es un hecho que la ley haya previsto como fuente de filiación.
 
FAMILIA DE CRIANZA
 
 
Durante los últimos meses, se ha venido discutiendo si los llamados «hijos de
crianza» tienen iguales derechos y obligaciones que los hijos legítimos,
extramaritales y adoptivos. El debate tiene origen, de un lado, en una demanda
que cursa actualmente ante la Corte Constitucional contra el artículo 1045 del
Código Civil, que pide declararlo condicionalmente exequible, porque, según el
demandante, contraría la Constitución Política, vulnera el derecho a la igualdad y
afecta el principio de solidaridad social. Y, del otro, en reciente sentencia de tutela
proferida por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia contra una decisión de
un juez de familia ante el cual se presentó una demanda con el objeto de que dos
personas fueran declaradas «padres de crianza», porque habían asumido el rol de
«verdaderos padres» desde la primera infancia de la demandante.
Vamos por partes.
Hoy se acepta que la familia que protege la Constitución Política es aquella que se
constituye por vínculos naturales o jurídicos, o por la simple voluntad de
conformarla, cuando se da una «relación de solidaridad y ayuda mutua, en la que
aspectos como el parentesco o la conformación de parejas son rasgos que
pueden concurrir o no» .
Nadie discute la existencia de diferentes tipologías de familia, algunas carentes de
presupuestos formales, como las constituidas «al margen de vínculos biológicos,
como las familias de crianza, con las que no se comparte un parentesco».
Así, se ha dado un giro radical de la concepción de las fuentes de la familia, a
través de la jurisprudencia constitucional.
 
Algunas observaciones
 
A nuestro juicio, sin poner en entredicho esas apreciaciones relativas a lo que
pudiéramos denominar «un nuevo concepto de familia», este no puede verse
como un carácter tan absoluto frente al tema de la filiación y al de los legitimarios,
por varias razones, a saber.
Porque la filiación guarda relación directa con el estado civil, el cual es indivisible,
en el sentido de que una misma persona no puede tener varios estados civiles, e
indisponible, por cuanto no puede ser objeto de acuerdo, conciliación o
transacción entre las personas.
Porque no se concibe cómo, por ejemplo, una persona podría registrarse como
«hijo de crianza», y seguir vigente la inscripción de su nacimiento como hijo de
padre y madre bilógicos.
Porque el artículo 14 de la Constitución Política consagra el derecho al
reconocimiento de la personalidad jurídica. Toda persona, por el solo hecho de
existir, tiene determinados atributos jurídicos, inseparables de ella. Por tanto, cada
acto o hecho debe ser inscrito en el correspondiente registro, y cualquier acción de
reclamación, modificación o corrección del estado civil, implica un cambio de este,
como, por ejemplo, cuando el inscrito es hijo matrimonial, extramatrimonial o
adoptivo. Entonces, ¿cómo podría una persona tener dos estados civiles, uno
como hijo de crianza de otra u otras, y, otro, el de hijo de padre y/o madre
biológicos, o de sus adoptantes?
Porque la filiación crea derechos y obligaciones entre padres e hijos, que
expresamente relacionan los artículos 250 y siguientes del Código Civil y guardan
armonía con el inciso sexto del artículo 42 de la Constitución Política, el cual
asigna iguales derechos y deberes a los hijos habidos en el matrimonio o fuera de
él, adoptados o procreados naturalmente o con asistencia científica.
Porque, acaso, el más importante de esos derechos se relaciona con el ejercicio
de la patria potestad, reglamentada en los artículos 282 y siguientes del Código
Civil, el cual supone la representación legal de los hijos menores de edad, así
como la administración y el usufructo legal de los bienes de estos.
 
CORTE INTERAMERICANA
Los Estados Parte pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del
principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a
la crianza y el desarrollo del niño. Incumbirá a los padres o, en su caso, a los
representantes legales la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo
del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del niño. A los
efectos de garantizar y promover los derechos enunciados en la presente
Convención, los Estados Parte prestarán la asistencia apropiada a los padres y a
los representantes legales para el desempeño de sus funciones en lo que respecta
a la crianza del niño y velarán por la creación de instituciones, instalaciones y
servicios para el cuidado de los niños. Los Estados Parte adoptarán todas las
medidas apropiadas para que los niños cuyos padres trabajan tengan derecho a
beneficiarse de los servicios e instalaciones de guarda de niños para los que
reúnan las condiciones requeridas. comentario: La crianza de los niños es
responsabilidad de los padres o representantes legales, quienes deben guiarse
por el interés superior del niño, que como vimos en el Artículo 5 es el conjunto de
todos los derechos establecidos en esta Convención. Hombres y mujeres tendrán
iguales obligaciones en cuanto a la crianza de los hijos. ¿Por qué muchas mujeres
en Guatemala después de una separación o divorcio deben pelear la pensión
alimenticia? ¿Afecta su carencia a la madre o al hijo o hija? ¿Da el sistema de
justicia la debida importancia a este derecho? El Estado debe proveer a padres o
representantes legales de todos los recursos para cumplir con esta
responsabilidad, incluyendo la creación de guarderías para apoyar a los padres
que trabajan.
 
TEORÍA COLOMBIANA
En este orden de ideas, podemos encontrar en la actualidad innumerables
procesos que dan cuenta de las transformaciones que ha sufrido la familia, en el
mundo y por supuesto en Colombia, como son los matrimonios entre parejas del
mismo sexo, la adopción por parte de homosexuales, menos reciente las uniones
maritales... y por supuesto la familia de crianza considerando dentro de esta
necesariamente al hijo de crianza que en este caso se erige como nuestro objeto
de estudio. Podemos encontrar en nuestra Constitución y en general en el
ordenamiento jurídico un conglomerado de normas, que hacen relación a la
familia, principalmente el artículo superior, que consagra al interior del título
correspondiente a los derechos fundamentales, el derecho a formar y tener una
familia, garantía no solo inherente a los menores especialmente protegidos por la
legislación de nuestro país, sino también reconocida a todos por el simple hecho
de ser personas. Tal derecho a la familia de acuerdo a la reglamentación actual
será reconocida en el ámbito jurídico mientras se encuentre constituida bien sea
por vínculos naturales o jurídicos. Así pues, nos enmarcamos en la estructura de
familia y los hijos que esta entraña y que deben ser tenidos en cuenta para efectos
jurídicos de acuerdo a los postulados de la Constitución de 1991.
Las doctrinas estudiadas encuentran sustento en múltiples y variadas razones.
Así, en el caso colombiano, el reconocimiento de las familias de crianza halla
justificación en la necesidad de proteger a aquellas personas, especialmente
menores, que sin tener vínculos de consanguinidad o legales con un determinado
núcleo familiar, fueron tratadas como parte de este. La protección de dichos
sujetos se fundamenta en los artículos 1. y 95 de la Constitución Política de
Colombia. De allí que a través de la doctrina de las familias de crianza se hagan
realidad importantes mandatos de la Constitución, al desarrollar, por una parte, el
deber de solidaridad social que tienen todos los colombianos, y, por otra, el deber
de protección integral de la familia que tienen a su cargo tanto el Estado como la
sociedad colombiana. En tal caso no se modifica el parentesco. El reconocimiento
de las familias de crianza encuentra también justificación en la necesidad de
garantizar la prevalencia de lo sustancial sobre lo formal. Así, bajo esta forma de
familia, prevalece la voluntad inequívoca de padres e hijos de conformar una
familia basada en el buen trato, el afecto y la asistencia mutua. Esta presunción
encuentra fundamento legal en múltiples normas e instrumentos nacionales e
internacionales la Convención sobre los Derechos del Niño, artículos 7-1 y 9-1, la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño . Ahora bien: la
presunción en favor de la familia biológica puede ser desvirtuada cuando su
mantenimiento o reconocimiento no permite garantizar el bienestar del menor, o
conlleva riesgos o peligros para este. De allí que la presunción deje de operar en
el caso de menores que han sido criados dentro del marco de una familia de
crianza, en donde se entiende que el interés superior del menor se satisface de
mejor manera al no ser interrumpido su proceso de desarrollo como consecuencia
de su ubicación familiar.
En el caso colombiano, acogiendo la jurisprudencia de tribunales internacionales
como la Corte Europea de Derechos Humanos, se ha señalado que cuando un
menor de edad ha sido separado de su familia biológica para ser cuidado por una
familia diferente durante un periodo de tiempo lo suficientemente amplio para
desarrollar vínculos afectivos entre el menor y los integrantes de la segunda
familia, y la modificación de dichos vínculos afectaría el interés superior de aquel,
la protección derivada del derecho del menor a tener una familia y a no ser
separado de ella se transfiere a la familia de crianza. En otras palabras, la
protección de la familia biológica cede su espacio para proteger a la familia de
crianza del menor. En virtud del deber de protección a las familias de crianza
contra toda forma de discriminación, el Estado debe ofrecer las mismas garantías
y prerrogativas reconocidas a las familias constituidas a partir de lazos naturales.
De allí que, por ejemplo, la jurisprudencia nacional haya señalado que quien hace
parte de una familia de crianza tiene el derecho a acceder a las mismas
indemnizaciones y prestaciones que le corresponden a los familiares de sangre.
 
Igualmente, ha ordenado el pago de pensiones e indemnizaciones a los hijos de
crianza, y reconocido a estos como beneficiarios de planes de salud o como
miembros de clubes de trabajadores. En consonancia con lo anterior, la familia de
crianza impone a sus integrantes la asunción de derechos y deberes que
comúnmente tienen los miembros de una familia biológica. Adicionalmente, los
padres deben velar por que sus hijos disfruten de un ambiente propicio para el
ejercicio de sus derechos y con las atenciones requeridas para su desarrollo
integral. Asimismo, la jurisprudencia constitucional colombiana consideró,
inicialmente, que con la familia de crianza surgía una relación de parentesco.
 
Por lo tanto, dicha relación implicaba, atendiendo el derecho a la igualdad, que
existían idénticas consecuencias jurídicas en materia de derechos y obligaciones
entre las familias de crianza y las biológicas. En esta decisión, la Corte
Constitucional da un viraje importante a su postura, al señalar que los hijos de
crianza «no son una categoría de sujetos comparable» con los hijos por
consanguinidad o adoptivos y que la crianza no es fuente de filiación, al tratarse
de un asunto de competencia del legislador. En primer lugar, es concordante con
lo establecido en el artículo 67 del Código de la Infancia y la Adolescencia, el cual
determina que la familia de crianza no genera un vínculo de parentesco.

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