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PLAGUICIDAS

¿Qué son los plaguicidas?

Una de las definiciones más completas es la propuesta por la FAO en 1986 (OMS, 1992), la cual
establece que un plaguicida es cualquier sustancia o mezcla de sustancias destinadas a prevenir,
destruir o controlar cualquier plaga, incluyendo los vectores de organismos causantes de
enfermedades humanas o de los animales, las especies no deseadas de plantas o animales que
causan perjuicio o que interfieren de cualquier otra forma en la producción, elaboración,
almacenamiento, transporte o comercialización de alimentos, productos agrícolas, madera,
productos de ésta o alimentos para animales. (Calva y Torres. 1998)
Asimismo la definición abarca las sustancias reguladoras del crecimiento de las plantas, defoliantes,
desecantes, agentes para reducir la densidad de las frutas o agentes para evitar la caída prematura de
la misma y sustancias utilizadas antes o después de la cosecha, con el propósito de proteger el
producto. (Calva y Torres. 1998)
Los plaguicidas se pueden clasificar de diversas maneras:
1. Por su naturaleza química:
Inorgánicos
Orgánicos
Naturales (botánicos y microbianos)
Sintéticos
2. Por su mecanismo de acción:
Contacto
Ingestión
Fumigante
Sistémicos

3. Por el tipo de organismos que afectan:


Insecticidas
Acaricidas
Fungicidas
Herbicidas

En la categoría de plaguicidas orgánicos sintéticos están incluidos los Organoclorados (OC), los
cuales se clasifican por su estructura química en:
I.- Derivados halogenados de hidrocarburos alicíclicos (HCH, lindano)
II.- Derivados halogenados de hidrocarburos aromáticos (DDT, p,p’DDT, p,p’DDE)
III.- Derivados halogenados de hidrocarburos ciclodiénicos (aldrín, dieldrín)
Otra clasificación fue descrita por González, Campuzano, Martínez y Jáquez. (2013). Donde Los
plaguicidas se clasifican en función de algunas de sus características principales, como la toxicidad
aguda, la vida media, la estructura química y su uso. De acuerdo a su estructura química, los
plaguicidas se clasifican en diversas familias, que incluyen desde los compuestos organoclorados y
organofosforados hasta compuestos inorgánicos:

La Organización Mundial de la Salud estableció una clasificación de los plaguicidas basada en su


peligrosidad o grado de toxicidad aguda, definida ésta como la capacidad del plaguicida de producir
un daño agudo a la salud a través de una o múltiples exposiciones, en un período de tiempo
relativamente corto (Ramírez y Lacasaña, 2001).
Por su vida media, los plaguicidas se clasifican en permanentes, persistentes, moderadamente
persistentes y no persistentes.
Tomado de (Mohammad & Landeros. 2020)

MECANISMOS DE TRANSPORTE AMBIENTAL DE LOS PLAGUICIDAS


Los mecanismos de transporte son la forma en que se mueven los plaguicidas en el medio ambiente,
desde la fuente emisora del plaguicida hasta los puntos donde existe exposición para el ser humano
o biota. El transporte ambiental involucra los movimientos de gases, líquidos y partículas sólidas
dentro de un medio determinado y a través de las interfaces entre el aire, el agua, sedimento, suelo,
plantas y animales (ATSDR, 1995). Mecanismos que influyen en el destino y transporte de
sustancias químicas:
Aire: Fotólisis, reacciones con oxhidrilos, reacciones con ozono, otras reacciones.
Suelo: Fotólisis, hidrólisis, biodegradación, oxidación/reducción.
Agua: Hidrólisis, fotólisis, oxidación/reducción, biodegradación.
Sedimento: Hidrólisis, degradación microbiana, oxidación/reducción.
Biota: Bioacumulación, metabolismo.
Los mecanismos que influyen en el destino y transporte de los plaguicidas se describen a
continuación (INE, 2012).
Difusión.
Es el movimiento de moléculas debido a un gradiente de concentración. Este movimiento es al azar
pero trae como consecuencia el flujo de materiales desde las zonas más concentradas a las menos
concentradas. Para medir la difusión de un compuesto en el suelo hay que considerar la interacción
conjunta de parámetros tales como la porosidad, los procesos de adsorción, la naturaleza del
compuesto, entre otros. (González, Campuzano, Martínez y Jáquez. 2013)
Lixiviación.
Es el parámetro más importante de la evaluación del movimiento de una sustancia en el suelo. Está
ligada a la dinámica del agua, a la estructura del suelo y a factores propios del plaguicida. Los
compuestos aplicados al suelo tienden a desplazarse con el agua y lixiviar a través del perfil,
alcanzando las capas más profundas y el acuífero, que en consecuencia resulta contaminado.
(González, Campuzano, Martínez y Jáquez. 2013)
Evaporación.
La tasa de pérdida de un plaguicida por volatilización depende de su presión de vapor, de la
temperatura, de su volatilidad intrínseca y de la velocidad de difusión hacia la superficie de
evaporación. (González, Campuzano, Martínez y Jáquez. 2013)

Solubilidad en agua
Las substancias con solubilidad acuosa mayor a 500 ppm son muy móviles en los suelos y en los
otros elementos del ecosistema; su mayor concentración se encuentra en los ecosistemas acuáticos.
Por otro lado las substancias con una solubilidad acuosa mayor de 25 ppm no son persistentes en los
organismos vivos, en tanto que aquellas con una solubilidad acuosa menor a 25 ppm tienden a
inmovilizarse en los suelos y a concentrarse en los organismos vivos. En general los plaguicidas
organofosforados tienen una solubilidad acuosa mayor a los 25 ppm, en tanto que los plaguicidas
organoclorados tienen una solubilidad menor a los 25 ppm. (Mohammad & Landeros. 2020)

El coeficiente de partición lípido-agua


El coeficiente de partición lípido/agua de una substancia muestra cuánto de una substancia se
disuelve en agua y cuánto en lípido; este coeficiente de una manera indirecta proporciona
información sobre la solubilización y distribución de una substancia en un organismo vivo. Por
ejemplo el aldrín y el DDT tienen un coeficiente de partición lípido/agua mayor a uno, por lo tanto,
son liposolubles y podemos inferir que se absorben fácilmente a través de las membranas biológicas
y que se acumulan en el tejido graso. (Mohammad & Landeros. 2020)

La presión de vapor
La presión de vapor de una substancia determina su volatilidad. Las substancias con presión de
vapor mayor a 10-3 mm de Hg a 25° C, tienen gran movilidad y, por lo tanto, se dispersan hacia la
atmósfera; existen substancias ligeramente volátiles, con presión entre 10 -4 a 10-6 mm de Hg a 25°
C, y las no volátiles, que son más persistentes en suelos y agua, con presión de vapor menor a los
10-7 mm de Hg. Por ejemplo los herbicidas tienen presiones de vapor muy bajas; las clorotriazinas
(probablemente los herbicidas más utilizados) tienen presiones de vapor menores a los 10 -7 mm de
Hg. Este grupo es de mayor persistencia y menor volatilidad que las metoxitrinas, con presiones de
vapor igual o mayores a los 10-7 mm de Hg. (Mohammad & Landeros. 2020)
Disociación e ionización
Las substancias al solubilizarse se pueden o no disociar. Las que no se disocian son substancias no
iónicas, las que se disocian son substancias iónicas, las cuales pueden tener carga positiva
(catiónicas) o bien cargas negativas (aniónicas). Los plaguicidas aniónicos y los no iónicos son
móviles en los suelos, en tanto los catiónicos son absorbidos, inmovilizandose en ellos. El paraquat
y el diquat son substancias catiónicas que se adsorben fuertemente a las partículas de los suelos, en
tanto que los plaguicidas fenoxiacéticos, substancias aniónicas, se movilizan fácilmente.
(Mohammad & Landeros. 2020)

Degradabilidad
Es importante considerar también las propiedades químico-biológico de degradabilidad de los
plaguicidas. Dicha propiedades se refieren a que la actividad de un plaguicida puede ser permanente
o bien puede disminuir con el tiempo en función de su descomposición, ya sea química
(quimiodegradabilidad), por acción de la luz (fotodegradabilidad), o por acción de sistemas
microbianos (biodegradabilidad). (Mohammad & Landeros. 2020)
Los plaguicidas contaminan tanto los ambientes terrestres como los acuáticos. En los ambientes
terrestres contaminan los suelos y la biota terrestre cuando se aplican directa y deliberadamente o se
precipitan de la atmósfera, como consecuencia de las aspersiones aéreas, o bien por el uso para
riego de aguas contaminadas. Los plaguicidas en los suelos y en la biota pueden persistir desde unos
días hasta años. La persistencia de un contaminante se puede definir como la propiedad de un
compuesto para retener sus características físicas, químicas y funcionales en el medio a través del
cual es transportado o distribuido por un periodo limitado después de su emisión. (Mohammad &
Landeros. 2020)
Los plaguicidas que persisten más tiempo en el ambiente tienen una mayor probabilidad de
interacción con otros elementos del sistema. Por otro lado, si su vida media y su persistencia es
mayor a la frecuencia con la que se aplica, el plaguicida tiende a acumularse tanto en los suelos
como en la biota. El agua es contaminada por plaguicidas, ya sea porque se aplican directamente a
un cuerpo de agua, o bien porque se encuentran en precipitaciones atmosféricas o en los deslaves de
tierras, cultivos, etc. Tanto los plaguicidas solubles en el agua como los insolubles interaccionan
con la biota acuática. Sin embargo, los hidrosolubles persisten en el medio según sus propias
características antes señaladas, y los insolubles se adsorben a las partículas no solubles, a los
sedimentos y se concentran en la biota acuática. (Mohammad & Landeros. 2020)
Como consecuencia de la amplia distribución de los plaguicidas en el aire, suelos, aguas y biota, se
produce una acumulación variable de ellos en los elementos que constituyen la alimentación
humana y por ende en el organismo humano. La contaminación de alimentos se puede presentar por
la aplicación directa a éstos, por acumulación de plaguicidas en las cadenas tróficas, así como a
través del manejo, transporte y almacenamiento de los productos comestibles. (Mohammad &
Landeros. 2020)
MECANISMOS DE DESCOMPOSICIÓN DE LOS PLAGUICIDAS EN LA NATURALEZA

El ambiente también puede verse afectado por la presencia de plaguicidas. La contaminación del
agua por este tipo de compuestos puede afectar diversos sistemas biológicos. Una vez contaminada
el agua puede pasar mucho tiempo para su saneamiento, existiendo el riesgo de la bioacumulación
(Dalvie et al., 2003). La entrada de plaguicidas al agua procedentes de tierras agrícolas está
regulada por factores que controlan el destino del plaguicida en el suelo.
Estos pueden verse afectados por otros factores como la volatilización del compuesto, además de
transformaciones sufridas por procesos químicos, biológicos o fotoquímicos (Flores et al., 2002).
Entre estos factores se incluyen la descomposición por hidrólisis química, la degradación por
microorganismos, la humedad, el pH del suelo y el contenido de materia orgánica. (Tellechea,
Fonseca & Sosa. 2018)
La degradación de los plaguicidas es diferente en cada caso. Por ejemplo, la hidrólisis química del
plaguicida carbofuran es la principal ruta de degradación del compuesto en suelos alcalinos,
mientras que en suelos ácidos ocurre principalmente gracias a la acción microbiana. En contraste,
la hidrólisis química del organofosforado Diazinon ocurre bajo condiciones ácidas, pudiendo
presentarse también la descomposición por microorganismos (Bro-Rasmussen et al., 1968;
Getzwin, 1973).
Trabajos realizados en el laboratorio de Biología Molecular y Bioquímica de la Universidad
Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) estudiaron los efectos tóxicos de diversos plaguicidas sobre la
salud. Para esto se utilizaron varios modelos experimentales bajo condiciones controladas de
laboratorio. (Tellechea, Fonseca & Sosa. 2018)
En primer lugar, estudiaron el efecto de algunos de los plaguicidas más utilizados sobre un par de
sistemas enzimáticos clave en los organismos vivos. Las enzimas son proteínas que funcionan como
catalizadores biológicos de diversas reacciones celulares y tienen funciones cruciales en el
metabolismo de cualquier organismo, incluyendo el ser humano. En este caso, se utilizaron dos
enzimas encargadas de regular las concentraciones de calcio (Ca 2+): la Ca2+-ATPasa de membrana
plasmática del eritrocito y la Ca 2+-ATPasa del retículo sarcoplásmico de músculo esquelético.
(Tellechea, Fonseca & Sosa. 2018)
Los experimentos consistieron en aislar las enzimas a partir del tejido de interés y colocar las
preparaciones utilizando un medio de reacción apropiado para que la enzima funcione
correctamente. A este medio se le agregaron distintas concentraciones del plaguicida bajo estudio.
Se estudiaron plaguicidas organofosforados como el Diazinon y el Glyfosato, piretroides como
deltametrina y cipermetrina y organoclorados como los diclorobencenos. Los resultados fueron muy
diversos, ya que mientras algunos plaguicidas como los diclorobencenos mostraron una correlación
negativa con la actividad de las enzimas, otros como el glifosato no afectaron considerablemente la
actividad catalítica de las enzimas. (Tellechea, Fonseca & Sosa. 2018)
Los plaguicidas tienen alta afinidad para adherirse a las membranas celulares de los tejidos donde
están insertas estas proteínas. Esto sugiere que los mecanismos de acción de los plaguicidas son
diferentes en cada caso. (Tellechea, Fonseca & Sosa. 2018).
También se estudió el efecto del plaguicida organofosforado Diazinon sobre linfocitos de sangre
humana. Los linfocitos son células sanguíneas que forman parte del sistema inmunológico del
cuerpo, ayudando a combatir infecciones y protegiendo al cuerpo de agentes patógenos. Para esto se
realizaron cultivos celulares de linfocitos de sangre periférica. Esto implica aislar los linfocitos de la
sangre total y colocarlos en un medio de cultivo rico en nutrientes que les garantiza todo el aporte
necesario para mantenerse vivos. A esta preparación se agregaron diversas concentraciones de
plaguicida Diazinon para evaluar el efecto tóxico del compuesto sobre la proliferación de las
células. Se observó a distintas concentraciones el diazinón estimuló o inhibió la proliferación
celular. (Tellechea, Fonseca & Sosa. 2018)

Ciclo de distribución y fijación de plaguicidas de alta persistencia. (Fuente: De la Barra, 1987)

Efectos de los organoclorados en el hombre

Existen diversas fuentes de exposición humana a los plaguicidas, que circunscriben las agudas o
crónicas, las profesionales o no profesionales y las intencionales o no intencionales. La exposición
del hombre a los plaguicidas provoca que ´estos sean acumulados a partir de tres formas, la oral
(por ingestión), la inhalación (a través de las vías respiratorias) y la dérmica (a través de la piel).

Una vez que los OC son incorporados en el organismo humano se almacenan en el tejido graso
donde suelen ser inactivos. En las ´épocas de nutrición deficiente o de relativa inanición, los
deposito adiposos se movilizan y los OC se liberan, pasando al torrente sanguíneo, con posibilidad
de producir efectos tóxicos si la concentración alcanza un nivel suficientemente elevado. En los
seres humanos los plaguicidas (principalmente DDT y lindano) provocan diversos efectos, entre los
que se incluyen los de tipos cutáneos caracterizados por reacciones alérgicas y exantemas.

Frecuentemente todos los OC producen alteraciones metabólicas al desencadenar la formación de


enzimas y cloracné; asimismo tienen efectos neurológicos que abarcan lesiones del sistema
nervioso central (OMS, 1992). El endosulfán altera las concentraciones de sodio y potasio y
disminuye los niveles de calcio y magnesio en el plasma sanguíneo (Naqvi y Vaishnavi, 1993). En el
caso de la exposición a HCH, ´este puede ocasionar una enfermedad llamada porfiria; mientras
que el DDT y sus metabolitos como el p,p’DDT, p.p’DDE se reporta que tienen efectos
estrogénicos. El heptacloro aumenta el riesgo de leucemia y des órdenes en el hígado en niños
contaminados por ingestión de leche (Fig. 11) que contenía heptacloro (Nasir, 1998)
BIBLIOGRAFÍA

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Disponible en: <https://erevistas.uacj.mx/ojs/index.php/culcyt/article/view/454>. Fecha de acceso:
14 oct. 2020
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Valdivia, Chile.
Entre las propiedades físico-químicas de los plaguicidas que son importantes en su dinámica
ambiental, se puede mencionar las siguientes (Vega 1985):
FLORES, F., González, E., Fernández, M., Villafranca, M., Socías, M., Ureña, M. (2002).
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