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para ·acercarse a uno de mis ojos y mírar en su interior.

¿Qué
mira? ¿Mi ojo, sus ojos reflejados o el vacío de representa- !/.- LA CONSTITUCIÓN DEL
ción? Quedaba literalmente pegado a mí. En todos estos casos
el vacío que se aloja entre los cuerpos no se constituye como .SUJETO
un inte~valo:
.
los ,objetos
. resultan así demasiado alejados o
excesivamente prox1mos.
La falta de constitución especular no impide la emergencia
de fenómenos calificados por .R. y R. Lefort como «pro-
toespeculares». Aparecen así fenómenos de ecolalia y ecopra-
xia; es decir, diferentes tipos de i1nitación verbal y motor. En
reaiidad, la ecolalia de la cadena significante se repite en lo La psicosis se caracteriza por la forclusión del Nombre-
· imaginario. 39 ·
del-Padre y la falta de inscripción de la operación lógica de
· En una de las primeras sesiones, intento explorar la separación. Retomaremos la dialéctica propia entre aliena-
relación que establece Alex entre los números que repite y ción y separación en la constitución subjetiva para indicar
los objetos y le pregunto: «¿cuántos cubos hay?», y él repite: su particularidad en la psicosis.
«¿cuántos jugos hay?» -cambiando la letra «C» por «j» y la
«b» por «g»-. Cuento «uno, dos»; el niño toma en forma
simétrica otros cubos y continúa metonímicamente «tres, 1.- Necesidad, demanda y deseo ·
cuatro». De la misma manera, repite palabras que escucha La oposición entre estos tres términos pertenece a Lacan;
por televisión y las utiliza fuera de contexto en medio de su Freud nunca habló de demanda. Esta trilogía fue modificada
soliloquio. en el curso de la enseñanza lacaniana: el término de necesidad
Juan, de dos años y medio, imitaba mis movimientos con cae y en su lugar se ocupa del tema del goce.
las manos, y se esforzaba por que pusiera mis piernas en la No obstante, encontramos el punto de partida de esta
misma posición que las suyas. Un día se sienta delante de mí distinción en Freud. En el «Proyecto de Psjcología para
y reproduce la búsqueda de que sus piernas y las mías neurólogos» ( 1895), 1 Freud presenta un esquema que rige 1a
concuerden en la misma postura. Más que volverme irnagen búsqueda de placer. A partir del llanto del bebé por una
quedaba junto a él del mismo lado del espejo: los dos nos necesidad desconocida para el observador, y dado su
encontrábamos frente al vacío que impedía el diseño de una desvalimiento inicial que le impide realizar el movimiento que
forma. elimine esa vivencia de displacer, interviene una acción
A partir de esta presentación de los fenómenos psicóticos, específica exterior de un «Otro primordial» que permite que
examinaremos la particularidad de la constitución del sujeto se constituya la primera «vivencia de satisfacción» y posibiliti
y su «inclusión» en la estructura psicótica o neurótica. que desaparezca esa necesidad indeterminada. A partir de
entonces frente a la emergencia de un estímulo el niño esperll
la reaparición de ese objeto primario de satisfacción que
permita apaciguarlo. Pero entre la satisfacción obtenida Y. la
anhelada existe siempre una diferencia que ~e denomina
~V B l.llllNhl, oel)\• qt1l·lqucs proh lemes de surtace dan s la p!>ychose et
1 S. Freud, <(Proyecto de psic ología para neurólogos» ( 1~95), 0'1rn'i
I¡ 1Mlllmt111, (J lltl J.,,, 2 ( 1'HI 1). CompleJas. Buenos Aires : Amorrortu , 1976.
i"

•• 35
«deseo». Ante el displacer, el aparato psíquico pone en atra viesa e l c ódigo a través del sentido otorgado por la madre,
marcha al deseo. Así, paradójicamente, Freud indica en «La se transforma e n demanda.
inte rpretación de los sueños» que el principio de displacer Este grito toca algo de lo real puesto que no está apresado
moviliza al deseo.2 Junto a esta impronta de goce dada por por lo simbólico . El Otro introduce en el e l grito la dimens ión
el objeto primordialmente perdido, se produce una inscripción de la significación, puesto que, como Jo señala E. Solano, 5 el
significante que traza el sendero de la repetición. Otro debe suponer de l lado del grito un sujeto, para suponer
Lacan, en su Seminario Vil, «La ética del psicoanálisis» ,3 que ese grito es el signo de un sujeto que pide. El S 2 de la
llama a este objeto das Ding, la Cosa, que como tal instaura respuesta le da retroactivamente el valor de un significante
un vacío y desencadena la repetición del imposible volver a al grito con índice 1 y se vuelve el significante que representa
enc.ontrar lo mismo. En realidad, indica Lacan, el objeto está al sujeto «supuesto-pedir».
perdido por estructura; es decir, el objeto está perdido desde La demanda como tal es una articulación de la cadena
siempre, esto permite poner en marcha el movimiento propio significante. La necesidad queda apresada en la red significante
de la pulsión. como sentido del Otro, que traduce la incidencia de lo
Los términos necesidad, deseo y demanda, distinguidos por siinbólico sobre lo real. Su más allá es el deseo como
Lacan en «La dirección de la cura», permiten ordenar esta metonimia for1nulado por la demanda: «El deseo se produce
secuencia. Define a la demanda como «la significación de en el niás allá de la demanda» .6
la necesidad... que proviene del Otro en la medida en que Lacan distingue dos valores de Ja demanda: articulación
de él depende que la demanda sea colmada» 4 • significante y demanda de amor. El énfasis puesto en la
Por el hecho .de hablar, el hombre se vuelve un ser de respuesta del Otro indica que antes que nada la demanda
demanda. El lenguaje antecede el nacimiento del niño. Al como tal es de presencia o ausencia del Otro, que se desliza
nacer, queda capturado en el lenguaje, distinguiéndose así del entonces hacia la demanda de amor. «(el deseo) ... también
animal. El reino del instinto, de la necesidad, queda perdido se ahueca en su niás acá de la demanda» y lo enlaza a. «la
para el hablante puesto que la necesidad se metaforiza en de1nanda incondicional de la presencia y de la ausen-
demanda. La demanda metaforiza. la necesidad, sin recubrirla cia» 7. La demanda de amor busc a los signos de presencia del
por completo. El resto de esta operación es el deseo. Otro todopoderoso en forma incondicional. El Otro pri mo rdial~
Frente al grito del niño, ante la emergencia de la necesidad, representado eventualmente por la madre, al responder a e sta
se presenta la madre como el Otro primordial que tiene el demanda lo reconoce como faltante en tanto que ella mismi
poder discrecional de responder o no. La necesidad del niño es confrontada a la falta . Esta dialéctica no sutura la hi anci a
queda confrontada a la discontinuidad significante de la · sino que la prese ntifica.
respuesta de la madre: es la estructura del mensaje invertido El más allá de la demanda remite a la metonimia del deseo
- el mensaje del Otro se le dirige como tú, pero e] niño lo en relación a la articulac ión significan te de Ja demanda ; sú
recibe en forma invertida, en tanto yo-. Cuando la necesidad más acá e voca la dependencia a) Otro primordjal en s ll
demanda de amor.
2 S. Freud, «La interpretación de los sueños» ( 1900), Obras Compie-
Por otra parte, lo que el niño demanda está del lado de líl
tus, op. cit. necesidad o de l amor, pero el deseo se sostiene en el Nomb re-
3 J. Lacan, El Sem inaritJ. Lib rt1 Vfl. <<La ética del ps icoaná lisis»
.5 E. Solano. «Los niños del uno solo~>. E l Annliti cón ) ( l Y~ 7l. p . 41.
( 1959-60). Buenos Aires : Paid5s , 1986.
6 J. Lacun , «La dirección de la curu>). op. cit .. p . 609 .
4 J. Lacan, «L_a dirección de la cura», E.~critt1.~. Buenos Aíres: Siglo
7 ldent.
Ve intiu no, 1976, p. 61 8.
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del-Padre, en la medida que introduce una hiancia entre Ja madre indica que ya está s imbolizada. No es sólo un objeto
madre y el niño. primordial sino que se volvió un símbolo .
2) La s imbo lizac ión introduce una mediac ió n del le ng uaje
2.- Los tres tiempos del Edipo en la relación madre-hijo.
3) Se trata de la oposición d e dos fonemas, prototipo de
En el Sen1inario V - «Las formac iones del inco nscien- la e ntrada en la estructura del lenguaje.
te»- Lacan distin gue tres tie mpos lógicos del Edipo que luego 4) La observación d e Freud termina con e l niñ o jugando
se cristalizan en la fórmula de la metáfora paterna.x frente al espejo y repitiendo F ort-Da. Esto permite ver el
En el primer tiempo e l niño se identifica con el objeto de e nlace entre lo imaginario y lo s in1bólico .
deseo de Ja tnadre, el falo. La madre, como ser-hablante, está 5) Si bien e n la prime ra parte de su enseñanza Lacan toma
sometida a la ley simbólica, por lo que e l niño recibe la acc ión e sta oposición como el paradigma de la simbo lizació n primor-
de la ley a través de ella. Pero la ley en este tiempo lógico dial , en el .Sen1inario XI termina por indicar que e l objeto
es incontrolada, on1nipote nte. La madre responde al grito del arrojado por e l niño lo representa a é1 mi smo.
niño según su propia voluntad, su capricho. El niño se En este tiempo del Edipo se introduce un tercer elenzento,
confronta así a un Otro absoluto que como tal es un Otro que más allá de la ley materna, que inter viene como una palabra
también vehiculiza al lenguaje . La madre representa también interdictora: es la ley del padre, que no interviene con su
al objeto primordial, Das Ding, goce perdido por la acción de presencia sino con su palabra. El No1nbre-del-Padre indica al
lo simbólico. niño que el deseo de la madre tiene relac ión con la ley del
Por otra parte, el niño se ide ntifica con la imagen ideal que padre. La pro hibición del incesto funciona del lado materno
le ofrece la madre, y constituye su yo --en Jo que Lacan llamó como la interdicción de re integrar su producto, y del lado del
el estadio del espejo- como primordialmente alienado. Se niño lo separa de su identificac ión con el objeto de deseo
trata de «Ser o no ser» el objeto de deseo de la madre. materno.
En el segundo tiempo se produce la inaugurac ión de la La madre pasa de ser un Otro absoluto a un Otro tachado,
simbolización . Lacan lo explica a través del j uego del carretel que indica la castrac ió n del Otro -«castrac ión de la madre »,
descrito por Freud en «Más allá del principio del placer» .9 El según el té rmino empleado p or Freud y retomado por
niño juega a tirar el objeto y luego a hacerlo reaparecer, con Lacan-, e incluye al niño en un orden simbólico.
la particularidad de pronunciar las palabras Fort-Da, que El padre interviene imaginariamente para el niño privando
indican su ausenci a y presencia. Re pite activamente a través a la madre d e su objeto . En lo si mbólico, la c astraci ón hace
d e l juego un a experiencia que vivió pasivame nte : la partida de que el falo como objeto imaginario del deseo materno aparez-
su madre . ca en lo imaginario como · falta, y en lo s imbólico como
Se pueden seña1ar di stintos aspectos en esta observación: 10 s ignificante del deseo que permite dar sentido a todos los otros
1) El hecho de pronunciar una palabra para nombra r a la sign ificantes, como as í también la ordenación d e las posicio ne s
sexuadas . Encontramos aquí las dos vertientes del falo en 1íl
8 J. Lacan. SeminaritJ V, «Las forn1acione s del incons ciente» (1 957- enseñanza de Lacan: el falo metonímico (que sostiene l it
SK J, in éd i1 0. ecuación niño- falo) y el falo metafórico, como significanle del
lJ S . Freu d , « Nlás allá d el prin c ipi<> d el pla ce r » (!922 ), Obras deseo del Otro. 11
Co111pl ecas , op . c it.
1ll Jan.¡ues-·Alain ~lill er realizó un un1,Jisi5 detallado de la estruc;tura del 11 Véase e l c urso de J.- A . Miller «La orientací()n !ucan iatlo~) ( I Y ~ l-82 ) .
F o r t ·f>1J en su curso «Del síntoma a l íantasrna y retorn o» (1982-lt°\). inédito . iné d ito .

J8 39
E l. ter,:er tie111.po corres ponde al dec live del Edipo : el niño
_])asa de se r e] falo de la madre a la problemát ica de te ne rlo. un efecto de significación fálica. La consecuencia que se
El padre real aparece como soporte de las identificac iones desp rende de la d istinción entre e l padre real y su función
del Jdeal de l yo que permite n la nominación del deseo. El simbólica es que <~ padre» e s un significante que se distingue
varó n encuentra un sentido a su órgano identif icándose al de la pate rnidad biológica: todo padre es adoptado. E l padre
pad re c omo el que t iene el falo: recibe la promesa fálica de adopta a su hijo al reconocerlo como propio; el ni ño adopta
que, co mo el pad re, también recibirá el falo ; puede acceder a su padre al consentir a Ja acción de su ley.
sob re la base de ace ptar no serlo. La niña se confro nta al ~a metáfora paterna i~di c a que si bien lo que pide el niño
Penisn.eid y tramita de d istintas maneras su falta en tener: esta de l lado de la necesidad o del amor, el deseo se sostiene
a través del parecer (mascarad a), de la ma ternidad, y del por el Nombre-del-Padre, en la medida que introduce un
llacerse amar correspo ndiente a la demanda de amor d irig ida límite, un borde, entre la madre y el ni ño, cercenando la acc ión
al parten ai re. f~era de ley del Deseo Materno (DM). Pe ro esta operación ·
tiene u n res to: toda me táfora paterna es fa llida - los síntomas
3.- La metáfora paterna y sus variaciones dan prueba de ello- , de donde e merge el e nigma del deseo
del Otro. Lacan lo indica e n el Sen1i11ario XI de la siguie nte
Lacan int rod uce la fórmula de la metáfo ra pate rna en la manera: « En los intervalos del discu rso del Otro surge en
«Cuestión preliminar. .. ». Es la metáfora que substituye el la experiencia del n iño algo que se p uede detectar en
Nombre-del-Padre «en el luga r pri1neran1ente silnbolizado ellos radica ln1ente -me dice eso, pero ¿qué quiere?». 14
por la operación de la ausencia de la madre» .12 Lo escribe Los té rminos involuc rados en esta metáfora no son exclusiva-
de la sigui ente manera : mente los de la triangulación edfpica :_padre, madre, niño- .
Hay un cuarto elemento, el falo, que se inscribe en el Otro.
Nombre-del-Padre Deseo de la fVládre ( A )
Eric Laure nt esta blece una distinción entre las estructuras
. . . = Nombre-del-Padre el ínicas a parti r de la artic ulación de la escritu ra DM/x : 1s se
Desee de la Madre S1gn1ficado al sujeto Falo
trata de las diferentes posiciones de l sujeto - e n tanto x,
La escritura DM/x indica que no hay una relac ión directa significado del sujeto- e n relac ión al deseo del Otro. Las tres
entre el niño y el padre, si no que está metafori zada por el DM, posibles significac iones que el niño to ma en relación a la
que no es un deseo - cuya escritura en Lacan es «d»-, sino madre son : como síntoma (neurosis), como falo de la madre
que nombra un goce sin ley. E l niño responde al enigma del (perve rsión), o como objeto del fantas ma mate rno (psicosis).
significado del sujeto a través de la incide ncia del padre. En c~ntrapartida, Antonio Dí Ciaccia señala que el niño, en
La madre no es una función: introduce a lo simbólico a tanto objeto correlativo a la subjeti vidad de la madre, da cuerpo
través de la inscripción de la alternancia presencia-ausencia, a fantasmas de acuerdo a la estructura: fantasma imaginado
del Fo rt-Da. 13 E l Nombre-del-Padre es un signi ficante. El (neurosis), realizado (perversión) y real (psicosis)."'
padre actúa por su nombre produciendo en el lugar del Otro En la neurosis el niño cobra valo r de s íntoma; el Nombre-
de l- Pad re se inscribe limitando el goce mate rno. Lacan indica
12 J l.~ acan , «De una cuestión preliminar a todo 1ra1amicnto posible de 14 J. Lacru1. El Senlinario, Libro XI. «Los cuatro conceptos fundan1en-
la psi1.:osis» . Escritos, op. cit., p. 539. 1alcs <lc l psicoanálisis». Buenos Aires: Paidós, 1993, p. 222.
13 Cf. A. Sh::vens . «Y-a-t-il une fonction maternelle ?n , Les feuil/ers du 15 E. Laurcnt, «El niño y su madre», El A11a!itic:ú11 1 ( 1986) .
Co11rtil 5 ( 1992 ). 16 A. Di Ciaccia , «Algunas notas sobre la psicosis en el niño en la
40 enseñan?.a de Lacan», Clínica diferen cial de las psico.~is.

41
que « ... el sínto1na del niño se encuentra en el luxar desde síntoma está puesta en inmixión discursiva con la madre, por
el que puede responcler a lo que hay de sin ton1áti co en lo que se desconoce quién es el sujeto de la consulta, y se
la estructura .f'aniiliar. .. puede representar la verdad de lo pierde de vista la articulación padre-madre.
que es la pareja en la .farnilia». 17 El síntoma del niño no El di scurso de los padres tiene una acción sobre el niño.
representa la verdad del discurso de la madre , sino sólo en C uanto más pequeños son más claramente se vislum bra e l
su articulación al padre; es decir, incluye la acción de Ja efecto de alienac ión en e l Otro de su propio discurso. Repiten
n1etáfora paterna. En e l grafo del deseo este sínto111a se lo que escuchan pero de una manera e lic tiva: siempre hay un
inscribe a ni vel del significado del Otro -en función del sujeto que trama de manera particular su historia. Cuando en
Nombre-del-Padre y de la significación fálica-. Está articu- el transcurso del tratami ento e l verdadero lugar de enuncia-
lado al significante de la falla en e l Otro, a un Otro que padece c ión de los padres es detectado, las frases que surgen
la castració~, introduciéndose así e l resto de esta operación parasitariamente en e l niño desaparecen . Ese es el caso de
que es e l enigma de l deseo del Otro. E l niño se sitúa con su un niño que se despertaba cada mañana diciendo que «ya no
propio síntoma e n e l lugar de la falta de un significante en e l tenía más ganas de vivir», 19 palabras que pertenecían al padre .
Otro. Un vez situado e l contexto de donde extrae esa frase y
Es necesario distinguir el niño corno sínto111a del síntorna remitida a la dialéctica asociativa, la pantomima depresiva del
del niño. El primer caso da cuenta del poder de la palabra niño desapareció. Esos «islotes» en el discurso indican el lugar
de los padres sobre e l niño; en e l segundo, nos e ncontramos en el que se ubica el síntoma del niño.
con la subjetividad del niño, sujeto en tratamiento . Más a llá de las buenas intenc iones de los padres, siempre
. El síntoma de l niño se vuelve su «respuesta» frente al hay un sujeto que se pos ic iona frente a lo que escucha. Un
discurso conyugal. Lacan contrapone e l enfoque fam iliarista niño que tuve en tratam iento, fue gestado para reemplazar a
a la orientación psicoanalítica de la inc lusión del sujeto e n ta un hermano muerto. Estaba muy angustiado por la muerte de
~struct~ra. «Lo que (.leterm,ina la biograj/a i1~fantil, su alguien quien nunca conoció - esta inquietud era la de la
tnstanc1a y su n7-otor no son n1ás que la rnanera en la que propia madre- . Los padres le dijeron que su hermano estaba
se han presentado en el padre y la nlallre el deseo, por muy próximo a ellos y los miraba siempre desde e l cielo . Esta
consigu~ente esto inc ita a explorar no sola111ente Ja frase, to111ada en su literal idad, e ra peor aún: era insoportable
historia, sin.o el 1nodo de presencia bajo el que cada uno ser mira do siempre. 20
de estos tres tér1ninos: saber, goce y objeto causa de cleseo La consulta de los padres se produce cuando algo q ue
hun sido, o.freciclos efectivam,ent e al sujeto n iiio». ii< sucede en e] niño los angustia, pero frecuentemente e nc on -
Esta indicación de Lacan se opone a la teoría de Maud trarnos cierta discordancia entre lo que dicen los padres y la
Mannoni de l niño como síntoma de la madre. En su libro El consulta del niño . Un niño que atendí lloraba todas las noches.
niíio, ."lu « e1~fern,iedad» y los otro.~ ( J 963), e l sín to ma es La madre trae a la consulta la historia del padre muerto de
definido u partir de la estructura del lenguaje co1no una sida que murió ocultando su verdadera enfermed ad; el secreto
palahra que debe ser libe rada (siguiendo las ind icaciones de es u n peso terrible para el la. El niño también trae su secreto:
J ,al:an en «Función y campo de la palabra y de l lenguaje ... » está enamorado de una compañera de colegto y no es
( llJ)3 ). Pero la palabra verdadera que aparece velada en el correspondido . Una vez alojado este secreto fu era del saber
17 J 1..ui.:an. «Nota sobre el niño» ( 1969). El A11C1/i1i.·rí11 3 ( l987) p. 17 .
19 C om unicación personal oc: un caso de A licia Hartrnu11fl.
IH J. Lm:an, t:t Seminario. L1/1ro XVr, «D e un otro al ()tro» , inédito, 20 S , Te ndlari.. <<Salvar a la dama - salvar a la madre peligrosa:.. Lu lu, c1
' la~1· dl.'I 21 de muyo de 1969.
<:omo 111;rudn , Culturo y psi(·ot11uílisi,~ . Bu enos Aires: Atuet. l 99"i _
materno desaparece s u angustia . La ind ignac ió n f re nte al entero de carne». E sta escena de comida s in límites es la
secre to de la muerte permanece del lado de la madre. El niño pri1nera parte d e l sueño. E n la segunda, aparece e l p ro pio
tiene su padre : cada no c he se dirige a él e n sus plegarias para pad re. mue rto, c u idando al niño, pero e lla te me que le pueda
confiarle sus secretos. suceder algo n1 alo. E n e l fantasma esta muje r incorpora un
En Ja psicosis el niño ocupa el lugar de objeto en el objeto oral sin introducir ninguna discontinuidad con lo que
fantasma materno --·según la indicación de Lacan- ; el come: es un fantas ma. d e d evorac ió n. El niño se sitúa frente
Nombre-del-Padre está forcluido y e l ni ño que.da identificado a es te fantas ma co m a una boca que co me, realiza e n lo rea~
a l objeto de goce de l fantasma de la madre. A ni vel del g rafo lo que la m adre su eña angu stiada: un a boca que devo ra. De
queda inscrito en e l lugar d el fan tas ma: $ <> a. allí que las pa labras que pronuncia son una lista de una comida
Un ejemplo de el lo es e l caso prese ntad o por Estela infinita, que só lo puede detenerse devorándose a sí mism o . El
So lano21 (Pa rís). Un niño psicótico de 6 años, en tratamie nto ni ño como «conde n s ador de goce» hace presente un real n o
a nalítico, relata e l s i.g uie nte sueño : «Soíié con un objeto que si mbolizable.
rn e rniraba y nie volví una pieclra, no poc/ía hablar 111.ás Y e n la perversió11, e l niño es ide ntificado por la madre
ni n1overn1e. Soñé que era un objeto en el castillo de las sonz- con el falo , por lo que la falta queda obturada . El niñ o se
bras. Man1á se clur1nió y en el sueño ele 111an1á ya no era vuelve instrumento del goce del O tro, n o hay metáfora sino
un n iño, nie tra1t~jo r1n é en objeto y no estaba ya allí. Son goce ligad o al falo . L acan afirma e R la «C uesti ón preliminar»:
pesadillas que rengo todo el tiernpo. Soiié que un objeto «Todo el problenia de las perversiones consiste en con-
tenía una vo z, o que tenía dos cabezas. ¡Qué pesadilla!». cebir córn.o el nilio .. . se identifica con el objeto i111aginario
En e ste s ueño se v isuali za có mo e l niño a lcanza a soñar con de ese deseo en cuanto que la 1nadre misma lo sünboliza
21
e l fantasma del Otro, su «ser objeto» de la madre, lugar en en el falo». Pero ex is te otra indicación de Lacan qu e apunta
e l que queda petr.ificado y vaciado de v ida. a esta cuestión : «¿ Qué fue para ese n iño su madre, y esa
Tomemos o tro ejemplo que me fue co municado personal- vo z por la que el a1no r se iclentijicaba con los 1nandatos
mente por Francesc Yllá (Barcelona). E l n iñ o en cuesti ón de l deber ? Se sabe bien que para querer sobre111ane ra a
tie ne 12-13 añ os e n e l momento d e la consul ta. Desenc aden a un niño hay 111ás de un niodo, y también entre las n1adres
su p s ic os is a los 3 años al estilo d e u na «demen t ia de honiose.xuales» .~ 3
precoccis1ma». En ese momento, el niño pierde todas su s J acques-Alain MilJer -en su come ntario del artícul o d e
adquisiciones .evolut ivas: no juega más, no h abla, se vuelve Lacan «Juventud de Gide o la letra y e l d eseo>->- e.xami11ó
e nurético, se masturba compul sivarne nt e . No para de comer es ta cuestión en la figura de las do s madres de André Gide .
y de beber hasta llegar al punto de vomitar; las únicas palabras Indica la disyunción e ntre el a mor y e l goce que se p roduce
que pronunc ia pe rte necen a u n menú de com ida , bastante sutil , e n las pervers io nes como efec to de la mortificac ión del
de seo. ~ La mn.d re de Gide, re p resenta nte de la madre idea]
4
al es ti lo de «c ha mp ign ons con crema de hie rba'\». Aunque el
tra tamiento a nal ítico te mperó su s epis od ios d e v iole nci a, no que se ocupa co n ·d e voció n de s u h ij o luego de la mu er1e del
podía parar de co mer. marido y renunc ia a Ja sexual idad , provocó e n su n iño u na
[)ura nte las ent rev is tas, la m adre c uenta un s ueño qu e tu vo re pulsión d e l d eseo que hace que bu squ e una sal ida p oi e l ICJd o
re pet idas veces: « Va a contprar carne, kilos, rnu cha ca rne., '
22 J. Laca n. « Oc u 11a cu estión preliminar... » , op. c it ., p. 5'.16 .
luu11h11 rguesas. va a Ja carn icería y contpra un peilazo
23 J. L acan, «J uventud Je G1dc o la le tra y el deseo,. ( 195 g), E .rr r ir1.1.1,
. ., p. 1. -7L'
op. en ':J .

~ 1 E. So lano. (<L t! m o n s trL~ a deux letes» , .f. ' uu ri~11 1e . .. IJf.1. c it .. p. 10.::t. 24 J.- A.. Millcr. At·erc., del Güie ,Je l.ui·a11. Barcelon a: M'"11~ n.te!ldi ilo. l ~ ~ I> .
44 Clj
de sus prácticas pedófilas. En este sentido Eric Laurent Antes de dormirse, cuando su madre viene a saludarla, no
subraya que lo que se debe captar no es tanto la relación del puede dejar de pensar: «mi madre es una boluda». Frase que
niño con eJ ideal materno , sino la manera en que fue objeto repite en voz baja cuatro o cinco veces. Esto le produce cierta
para la madre. 25 inquietud, aunque considera que esa no es la palabra adecuada
y prefiere verificarla en el diccionario. Es decir que la
4.- Algunos ejemplos de neurosis en niñas compulsión queda asociada a la duda.
A continuación relata el siguiente sueño: «Había un gran
Adela Fryd (Buenos Aires) se ocupó recientemente de departamento, con tres escalones para ir a la habitación y una
estudiar las diferentes posiciones sexuadas en la infancia y alfombra roja estaba extendida sobre la escalera. Los padres
su particular forma de presentación en la neurosis. 26 No se de un niño de 5 años (antiguo compañero de su clase) le
debe confundir estructura y tipo clínico con posición sexuada. regalaban algo de oro, una estatua o una cadena. Luego
La primera traduce la posición del sujeto frente a la inscrip- hacían una gran fiesta».
ción de la falta, dentro de la estructura clínica existen Poco a poco las obsesiones se extienden y cobran una
distintos tipos en los que un tratamiento particular de la nueva amplitud. Una nueva compulsión sustituye la palabra
relación con el Otro; la posición sexuada - masculina y «boluda» y ocupa su lugar. Luego de la lectura de una historia
femenina-- conciernen a lo que Lacan llamó «las estructuras de brujas le surgió la necesidad de verificar todas las noch~s
lógicas de la sexuación» y no dependen del sexo biológico sino si hay una bruja en su habitación. Para ello, tiene que repettr
del lugar en que se ubica un sujeto. Esta última cuestión no la siguiente fórmula mágica dos o tres veces antes de irse a
será tratada en esta oportunidad. dormir: «Bruja, bruja, cuidado con tu trasero». Al decirlo
Tomaremos tres casos de niñas: Ofelia, una niña obsesiva podría hacerla aparecer y echarla a continuación . Ahora bien,
que atendí en París; Elena, la niña histérica atendida por Eric la relación a la madre permanece intacta, y a veces le
Laurent; y Sandy, Ja fobia infantil comentada por Lacan en pregunta por las noches si la rnadre no es una bruja.
su Sent.inario IV. Describe también otras compulsiones: tocar una lámpara
a) La neurosis obsesiva: Ojelia (aunque sepa que va a quemarse), verificar antes de salir que
La consulta de Ofelia, de 9 años, reconoce una doble la lámpara no quede encendida. A su entender, se co1nporta
fuente: por un lado ciertos pensamientos que la torturan y la como el «tío rico» de los dibujos animados, que tiene un c ofre
culpabilizan, y por otro, su obesidad. Por lo menos eso es lo de oro y es a varo . El1a es avara con el dinero y la luz.
que dicen sus padres. En cambio Ofelia está inquieta sobre A través de esta asociación, Ofelia da un sentido a un
todo por sus ideas obsesivas, según su propia expresión. sueño d.onde un niño recibe un objeto de oro. Introduce es te
Jnexpli cable mente, Ofelia piensa algunas palabras que se objeto valioso en la metonitnia fálica que la incluye a ella
articulan en una frase, sin que en realidad concuerde con n1isma identificada al niño.
ellas. Las piensa y luego se siente obligada a dec irlas puesto Para ella es e] aro que las brujas no existen, pero ... a lo
que no le gusta ocultar sus pensamientos. Estas palabras son mej or a veces existen. Lo cree a medias. En princi pio no es
«boludo}>, o «boluda», asociadas a su padre y a su madre. verdad, pero a 1o mejor exi ste en e] mundo una gruta e11 l '1
que e.xjsten brujas y vampiros, y un día vendrán a visitar cas'1
25 E. Laurent, «lnstitu ti ou du foncasrna. íuntas mes de l'institu lion>). L e.~
Jeuiller.~ d11 (.'(1¡1rüf 4 < 1992 ).
por casa, y ento•nces algunas person~s morirán. La d u~a se
26 A. Fryd y otros. «Lo St~xu ación en Los ni:(los ;.,, Ct:11tro Pc:qudio Hnlls instala entonces eeomo la est ructura mi sma de su pensamu~nto.
(199'i). Los vampiros se incluyen a parti r de un programa de
46 itl
s i no es una manera de sostener la relac ión .con su h ija.
te levisión, y desde e ntonces quedan asociados a un rit o Ofelia es muy ce}osa de su madre. Le pide que ri nda cla-
particular. Cada noche, antes de dormirse, debe hacer una ramente cuenta de sus salidas, e insiste que no aceptará que
·cruz con dos tapiceras, junto a la fórmula mágica, para viva con otro hombre, bajo amenaza de ir a vivir con el padre.
asegurarse de que no vengan. La constitución de esta neurosis obsesiva femenina está
Otros ritos aco1npañan sus preliminares antes de irse a a nclada en este lazo entre la madre y la hija, en el que Ofel ia,
dormir. Debe acostarse del lado de la pared para confundirse protegiendo su identificación fálica, ocupa el lugar del hombre
con la sombra por s i llegan a venir. l)ue rme con la luz prendida junto a su madre.
para protegerse. No de be dormir de costado , porque si la bruja
viene puede creer que es más gorda y querer con1érsela. b) La histeria: Elena
Debe verificar varias veces que el placard donde guarda su Elena es una niña de 4 años. La traen a consulta por su
osito está abierto para que no le falte ni aire ni luz. « miedo a caerse de una banqueta» y por pesadillas de las que
Re lata una pesadilla: «Tenía barras de c hocoJate y soñé no puede hablar. «Su miedo a caer se presenta con1:0 una
que todos querían» . Los chocolates de su sueño son los que abasia de tipo histérico», dice Vicente Palomera en su
su madre le compró y que a ella le gustan. comentario del caso.:!7 Eric Laurent señala dos interpretacio-
Esta idea de qu e los otros quieren lo que ella tiene se nes diferentes: la de la madre y la de la niña. La madre piensa
expresa también en su miedo a los ladrones, tanto en la calle que la inquietud está ligada a un aborto espontáneo (en
como cuando tiene que entrar en su habitación . Al mis mo realidad la atorme nta a ella misma). Elena rápidamente pone
tie mpo tiene miedo de ser secuestrada por gangsters que al descubierto e l enlace de su síntoma con la muerte de su
pedirían un rescate de dinero. abuela -de la que lleva el nombre- . Ocurrió seis meses
Vemos cóm'o se diseña con preci s ión su identificación atrás y murió cayéndose de una banqueta. «Esta construc-
,.
yoica con el objeto de deseo de su madre, a ·ta que se añade ción de un síntoma, con un rasgo ton1ado, de unce 1nantru
' la serie metonírnica de objetos: dinero , un objeto cedible (que 1nuy precisa, de la abuela, n1e parece que sitúa a la niña
ella tiene y no quiere dar), oro, un niño , ella misma. Por otra más del lado de la h isteria que del de la fobia».-;:"'
parte, la imposibilidad se sitúa en las trabas que le impiden El relato del caso sitúa tres fases del tratamiento . En la
desembarazarse de estas ideas. primera la niña concurre a sus sesiones con un oso peluche
Tarnpoco falta la clásica mortificaci ón del Otro. A menudo con el que identifica a su hermana menor. A través de su queja
le dice a su madre que e lla te1ne que se 1nuera. Una idea por su hermana llega a contar su pesad illa: «Los ladrones
calificada por ella como tonta se le presentifica en ciertas entran en su casa y arrojan los objetos por la ventana)>, y
ocasiones. Se pregunta si acaso por la noche la madre no se añade que a su hermana no. Laurent aprovecha para sepa-
transforma en un esqu eleto viviente 1n ientras duerme . rarla del oso dicié ndole que los ladrones no lo iban a robar
Esta des cripció n tfpica de una neuros is obsesiva tiene una y que podía dejarlo en la casa .
histori u. Durante el embarazo, la mad re de Ofelia se e ntera En la segund a fase la formac ió n simbólica de la negac ión
de que su marido la e ngaña. Dos años después del nacimiento, introduce una nueva secuencia: interpret a la an gustia de la ma.dre
por in iciativa del marid o, se separan. Queda sumergida en una regalándole un dibujo de un niño muerto en una caja . .A.parece
Jepl'esión~ t iene d ifi cultades para recuperarse . Cuando vuelve
27 V. Pnlon1e ra. «La pr ueba del d~seo del ()tro. Una retrQ specti l' a S()l> rt:!
a salir con otros hombres, repite la condi ción de que exi sta 'El caso Elena',,. Freudiww 14 (1 995 i, p. 47 .
otra 1nuj e r ---que vuelva imposible un vínculo duradero--. 28 E . Laurent , «El objet o en el psicoonálisi s de niiios», 0ip. ci l ., p. ~ 3 .
Guard 8 así su lazo excl us ivo con ()fel ia; llega a pregun tarse t9
4~
entonces un despliegue imaginario en torno a su posic ión, a la Al día s iguiente expresó un miedo intenso ·en su cama, y días
de su hermana, al niño muerto entre las dos, y su articulación más tarde comenzó a aterrorizarse por los pe rros en la calle,
al deseo d e su madre, que concluye en la pregunta acerca de incluso vi stos de lejos. Este episodio duró un mes.
dónde vienen los niños. Esto se desplaza a continu ación a la El padre d e Sandy murió en un accidente de auto m ientras
problemática fálica y a la diferencia entre los sexos. estaba e n e l ejército, antes del nacimien to de Sandy. Tenía una
En la tercera fase aparece el miedo de que quieran robarla. hermana s iete años mayor que ella, que mue re de meningitis
Pero e l miedo también se desplaza: de los ladrones al padre. cuando Sandy tenía dos años, y un hermano dos años mayo r.
El aná lisis se detiene en el punto en el que la niña anuncia Los niñ os fueron evacuados por los bombardeos.
que prefiere ir al cumpleaños del niño que le interesa más que En e l primer tien1po de la observación, la mad re viene
ir a su sesión. Aquí comienza a situarse en relac ión a los regularme nte a verla y se ocupa de ella. Hay una alternancia
hombres en general. «El hecho de que tuviera seis años no regular de presencia-ausencia, con juegos de amor y contacto
canihia nada. Se encuentra con algo ele los niños -iden ~ con su hija que permiten la simbolización primordial. La madre
t(ficados coino ladrones- y hay algo en ellos con lo que juega a ocultarse y aparecer, y hace lo mi smo con los
ella se enfrenta, dando una interpretación persecutoria chocolates que le trae. Durante esa época Sandy tiene un
co1no hizo Dora». 29 Laurent concluye acentuando la temática objeto transicional: un trozo de sábana que chupaba continua-
del amor al padre, fundamen taltnente insatisfecho de esta me nte.
niña, desde donde asume su deseo. Durante el segundo tiempo, Sandy descubre la diferencia
entre los sexos y trata de orinar parada como un niño. Como
e) la fobia: Sandy . no lo logra, levanta su vestido y dice «Bicky » - palabra que
" E l caso de Sandy corres ponde a la observación de una niña utiliza para nombrar las cosas que le desagradan- mostrando
de dos años y medio realizada por Anneliese Schnurmann-'0 sus órganos genitales. En la observación se señala la demanda
y comentada por Lacan en el Sen1inario IV. 31 fálica dirigida a un Otro omnipotente. Pero la d iferenc ia entre
Durante la Segunda Guerra Mundial , Anna Freud, con la los sexos no desencadena el síntoma fóbico .
ay uda de Dorothy Burlingham, creó varias instituciones para En el tercer tiempo, la madre se ausenta durante un mes
niños, qui enes concurrían junt o con s us madres. Luego creó y medio a causa de una operación. Sandy no parecía sentirse
un centro suplementario para bebés en H ampstead, y una casa mal por ello. Pero cuando la madre vuelve, camina c o n mucha
de campo en Essex, que servía como residenc ia para los niños dificultad, apoyándose en un bastón . Estaba muy déb i l y no
rnás grandes que eran evacuados a causa de los bombardeos. podía jugar con la hija. Luego deja de ir a verla duran te un
Anneliese Schnurmann era la madre substituta de Sandy ti empo porque debe internarse para su convalecencia.
durante su permanencia en la guardería. Llega cu ando tiene Unas semanas más tarde estalla la fobia de Sandy c o n líl
siete semanas. pesadill a que la desp ierta en medio de la noche. A parti r de
Una noche la niña se desp ierta gritando: d ec ía que había entonces aumenta su angustia: no quiere ir a dormir . Al día
un perro en su cama y necesitó un largo rato para calmarse. siguie nte recibe a su observadora lad rando, pero cua nd o o tr o
niño juega a ser un perro ella se aterroriza. C om ienza a
29 l dc rn . p. 9 9. inspecciona rse su s órganos genitales en e stado de ang us1ia,
JO A. Sc:llnurma nn, P.• Jclunrnaly1ic S; udy {Jr rh c t'fii lrl ( 1949 J
y A. Schnurman le dice que todo e staba bien , y que 1od as 1cts
.1 l J . Lat.:a n. E/ s~111 h1 c1ri 1;, Liú rt: IV, « L a s rt:l acioncs el..: obj eio»
l 11J5(1. '.'i l) S uenos Aires : Pa id ó s . 199 5 Vf.asc cap. IV: «La dialét.:ric a de;: niñas e ra n a s í. Inten ta di smi nui r su angusti a explic á11 do le La
1:1 fruslroc ión ». d iferenc ia e ntre los sex.os para tranqu ilizarla por el presu a to
'.)() 5l
daño corporal. Pero Sandy comienza a tene r miedo de los castración y permite una elaboración significante. La solución
perros en Ja calle, y dice incluso que terne que los perros le del deseo la encuentra a través del fantasma del plomero que
muerdan su sexo. pone en juego la promesa fálica .
Lacan indica una progres ión en el caso. Primero aparece En cambio, para Sandy el desencadenami ento de la angus-
la madre simbólica que pe rmite la. estructuración del mundo tia se produce ante la falta de la función simbó lica de la madre,
simbólico a través de la alternancia de presencia y ausencia. que introduce la dimensión del enigma; la fobia aparece
El afalicis mo no introduce a la niña en el Complejo de Edipo también com o suplencia.
(no viene del falo) . No se trata del descubrimiento de la
diferencia entre los sexos (su emergencia), ni de su ausencia 5.- Alienación y separación
(cuando la madre rompe la alternancia de presencia-ausen-
cia). Fue necesario que la madre aparezca no solamente como Jacques-Alain Miller, al analizar las operaciones de alie-
alguien que podía faltar, sino que esta falta se inscriba a través nación y separación en su curso «Lo que hace insignia», 32
de la mane ra de presentació n: débil , enferma, apoyada sobre indica dos esquemas diferentes formulados por Lacan de la
un bastón . Esto produce la caída de la omnipotencia materna relación grito-respuesta. En el primer caso el grito suscita la res-
e inscribe la simbolización de la castración materna. En este puesta d el Otro ; en e l segundo, la respuesta precede al grito.
punto se desencadena la fobia. . .. En «Observ aciones sobre el informe de Daniel Lagache»
Un mes más tarde, cuando la madre vuelve sin d1f1cultad, ( J 960), Lacan indica: «Pero ese lugar original deJ sujeto,
desaparece la fobia de Sandy. Cuando tennina la guerra,. la ¿cómo lo recobraría en esa elisión que lo constituye con10
niña vuelve a la casa y comparte la cama con su madre, quien ausencia? ¿ Có1no reconocería ese vacío conio la Cosa
al poco tiempo se casa. Sandy debe cambiarse de lugar. nzás próxim.a, aun cuando lo excavara de nuevo en el .fiello
También el hermano vuelve a la casa, pero en lugar de que d el Otro, por hacer resonar en él su grito ? Más bien se
la diferencia entre los sexos despierte su angustia, la niña no con1¡Jlacerá en encontrar en él las rnarcas de respuesta
vuelve a tener trastornos. La introducción del padre - dice que fueron poderosas para hacer de su grito llan-iada. No
" Lacan- ordena la di stancia entre la madre, e l niño y el falo, es en vano si se llan1a insignes a esas realidades. Este
más allá del poder de la madre. térn1ino es aquí non?.inativo. Es la constelación de esas
La confrontación con la «ca stración de la madre» produce insignias la que constituye para eJ SL~jeto el Ideal del yo». 3·'
una «decepción» que la introdu ce en e] Edipo -por el Pe~is­ En esta perspectiva, la respu esta es primaria en relac ión
neid-. La fobia aparece en ese momen to como supJencta a a la llamada que se constituye como tal por efect o significante.
la falla e n el circuito simbólico. El lugar original del sujeto como vacío está recortado por e l
Para conclui r, pode mos establecer una diferencia entre La significante que precede a su n acimiento. La conver si ón de l
emergencia de la fo bia en Juanito y en Sandy. En Juani to la grito en llamada implica la entrada de l suj eto en 1a dialéctica
irrupción de un goce real que no entra en la metonimia de l signficante. El sujeto se con stituye en esta inclusjón en lo
<lcse() de la madre desencadena primero la angustia y luego sirnbólico que le da un doble estatuto: puro vacío del que
lu fobia . La anu~naza de castracjón pronunc iada por la madre emerge y significante con el que se represe nta frente a otro
aparece como una manifestac ión del enigmático deseo del S-ignificante. El sujeto, en comunid ad topológica con el inco n5-
(Jtro que lo confronta a .la falla de la func ión paterna. La fob ia
32 J .· A . M iller, ..:Ce q ui fait insign e>) {19 &6 -87 ). inédito.
urarc<.:c corno un a suplencia imag inaria fre nte a 1~ fal ta ro
3 3 J. Lucan , 1<0bse rvacio n es sobre el in rrn e de [) on i d
si1nh6lica. l~ I caball o aparece como el agente que sostiene l.a E~ cri to;, op . cit .. p. 65 8-659. · .

~2 )3
36
cie nte y .e l deseo; se ubi ca en el intervalo de l a cadena en el Otro ... ». En la n1edida que el énfasis esté puesto en
significante, en su hiancia. ~a p~r~e ~~c ía d el co njunto - resto de la operacjón de
Jacques-Alain Miller formaliza esta secuencia lógica con 1dent1f1cac1on con e] S 1 - , puede producirse una in tersección
la teoría de los conjuntos. Un conjunto vac ío recortado por c?n la parte vacía del Otro . El sujeto no «se hace significante»
e l sign ificante aloja al suj eto. Un s ignificante de l conjunto de ~ 'º? que «Se hace objeto». Allí se sitúa el objeto a, parte
los significantes se aloja en este co njunto vacío y lo sustituye. ex t1ma del Otro .
El sujeto se identifica con esta «insignia», S 1 , sign ificante am o Lacan desarrolla e sta c uestión en e l Seniinario XI e indica
que es el Ideal. Se constituye así la metáfora original del sujeto que se trata ?el recubrimi e nto de dos faltas (del sujeto y del
que sostiene la metonimia de la cadena s ignificante, puesto Otro) . El sujeto hace de s u desaparición e l objeto del Otro.
que al e legir al S" se e lige también a l Otro (represe ntado por «El prilner objeto que propone a ese cleseo parental cuyo
e l S 2 ) que da sen tido al primer sig nifi cante que se inscribe obj~to no conoce, es su propia pérdida - ¿Puede perd~r­
so lo. Este dar se ntid o traduce ya la acción de la represión. nie? El .fantasnia lle su 111uerte, de su desaparición, es el
E n este esquema prevalece la operac ió n de alienación prilner. o~je~o que el st~jeto tiene para ¡Joner en juego en
s ig nifi cante que implica la e ntrada del sujeto en lo simbó lico. esta t~ll~lect1ca y, en efecto, lo hace - co1110 sabenios por
En e l mismo sentid o, Lacan indica e n «Subversión del 1nuchlstn1os hechos, la anorexia niental por ejeniplo.
s ujeto ... »: «Lo llicho priniero llecreta, legisla, t~foriza, es Saben7.os ta1nbién que el niño evoca comúnmente el fan-
oráculo, confiere al otro real su oscura autoridad. Ton1e- tas111.a de su propia niuerte en sus relaciones de a1nor con
111os sola111ente un significante co1no insignia lle esa sus paclres».-' 7
i 01nnipotencia ... y tendre111.os el trazo unario que, por Existe una e lecció n del sujeto frente a estas operaciones
colnia r la 1narca invisihle que el sujeto recibe del lógicas. Ji< El suj eto elige la cadena significante o elige el vacío.
'· significante, enajena a ese sujeto en la identificac ión E l sujeto autista elige el vacío por lo que se produce una
priniera que for111a el Ideal del yo». 34 · petrificación s ignificante propia de la estructura de la holofrase.
>
" Del Otro primordial emerge la ins ignia que constituye el Cuando la operación de separación no se inscribe , la
Ideal del yo, sos tén de las identificaciones d el sujeto. ex~rac~Jó~ d~J objeto a se v ue l~e in ope~an te . Jacques-A la in
Pe ro e n «Posición del inconsc iente» ( 1964), Lacan inv ierte M1ller· 1nd1ca que esta operación permite tanto la con stit u-
este esquema: «Al sujeto no se le habla. «Ello» habla de c i ~ n de la ventana. del fantasma co mo la pan tal la que la cubre
él, y ahí es donde se aprehende... (antes de que) desapa- - 1(a)-~ la realidad se construye así a través de esta
rezca como sujeto bajo el si gn1ficante en el que se extracc ió n . La no ext racción produce su positivizac ión en el
convierte, no era absolutamente nada»:15 La respuesta es caso de la psicosis. Lacan da e l ejemplo de la paciente italiana,
primera y e l suje to surge como efecto de la acc ión significante. e n estado de mu tismo, que d ib uja u n árbol con tres ojos y un
Esta pe rspectiva introduce la operación d e separac ión. «El le~ rero q ue dice «Soy siempre vis ta» (sono setnpre vista). La
s1~;e10 viene a encontrar en el des eo del Otro su equiva- mi rada se vuel ve visibJe por su falta d e ext racción como o bjeto
lencia a lo que él es co1110 sujeto de l inconsciente. Por
esta vía el sujeto se realiza en la pérdida en la que ha 36 ldem . p. 82 1-8 22.
surgido conio inconsciente, por la curencia qu e p roduce 37 J. Lncan, El Seminario. Libro Xf, op.c..:il. , p. 222.
38 J. Á . Miller, « Done..:» ( 1993-94), inédito. cla e del I • <le lll<IJ<> de
.\4 J . f.acan , «S ubve rsión del sujeto y d ió lcct ic..:a de l d ese;; o e n t!I 199 4 .
im:onsdentc>>, Es<:riros, op. ci t. . p. 787. JY 1.-A . \'l iller. «l'vlostración en Pn::mon~ré». M""'""'-'" f. B11 e.11os Ai res:
:\'.' J. Lacan, «Pos ici ón del inconsciente>), f:.\'t"l'ilos. op. cil., p. 814 . Mananiin l. 198?

54
a. Sucede lo mi smo con la voz. En la neurosis es áfona, pero m anifestarse de distintas maneras: pasajes al acto suicidas,
en la psicosis se vuelve audible. Y esta positivación es enfermedad orgánica, anorexia, y variadas man ife staciones
corre lativa a su multiplicación. s intomáticas.
Desde una perspectiva de conexión de l psicoanáli sis con
6.- Clínica de las contingencias del «¿Puede perderme?» la pediatría, Ginette Raimbault analiza la cuestión de ·1a
incidencia del deseo de muerte de los padres en las enfer-
A partir de la indicac ión de Lacan podemos proponer una medades de los niños. Su trabajo toma como punto de partida
clínica de las conting encias de la pregunta «¿ Puede los grupos «Balint». En el capítulo IX de su libro Pediatría
perderme?». En e l «Informe de Daniel Lagache ... » Lacan y ps icoanálisis 43 analiza e l circuito de repe ticiones a través
indica: « ... es co1110 objeto a del deseo, corno lo que ha sido de las cuales la madre de la niña repite con la pediatra su
para el Otro en su erección de vivo, co1no el ivanted o el propia relación con los padres. En esta secuencia aparece la
unwanted de su venida al inundo, co1no el sujeto está manera con que son subjetivados por Chanta), la hija, a t.ravés
llan1.ado a renacer para saber si quiere Lo que desea ... ». 4º de sus enfermedades a repetición , los deseos de muerte de
Queda así puesto de re lieve el lugar del niño en el deseo del la madre hacia ella, en la medida en que odia en su hija e l
Otro. trastorno ocular que antes odiaba en sí mi s ma.
En el Se1ninario V Lacan indica que el niño no deseado Si bien este enfoque resulta descripti vo - se reproducen
puede tener tendencias suicidas pues no aceptan entrar e n la las entrevis tas de la pediatra con la madre, más que c on la
cadena significante e n la que fueron acogidos a regañadientes niña, por lo que se pierde la subjetivación del deseo del Otro
por la madre.41 En este seminario e l arti culador es el deseo que se pone en movimiento durante la cu ra ana lítica- , q ueda
como deseo de reconocimiento, lo que le da un ser, imaginario, articulado con las consideraciones antes planteadas .
al sujeto. De esta manera, cuando al niño no le es reconocida Ferenczi, en 1929, también se ocupó de la incidencia del
···. su existencia com o tal en el deseo de la madre, se produce deseo de muerte de los padres en los síntomas de sus hij os.
la caída del valor fálico . Este deseo queda vinculado al Dice: « ... los niños recibidos duramente y sin an1or 1nueren
..
'
'' wanted o unwanted antes mencio nado. pronto y por su propio deseo. O echarán 1nano de alguna
Años más tarde, al referirse a cómo los padres mode lan de las numerosas p osibilidades de índole orgánica p ara
al sujeto en lo simból ico, afirma que el niño lle va la marca del procurarse un rápida salida.,.». 44 Ferenczi pone el acento
modo con el cual lo aceptaron los padres, y añade: «Incluso en la capacidad de amar de los padres; es decir, enfatiza e l
un niño no deseado, en nombre de un no sé qué que surge sesgo de la dem anda de amor. Desde nuestra orientac ión,
de sus prin1eros bullicios, puede ser nt.ejor acogido niás queda enfatizada la incidencia del deseo del Otro, que puede
tarde. Esto no i1npide que algo conserve la niarc<l del volver a un suj eto un ser vivien te o mortificarlo.
hecho de que el deseo no existía antes de cie rta fecha ». 42 . Recientemen te, Fran~ois Ansermet se ocupó -a partir de
En definí ti va, lo que está en juego es la ]ncidencia del deseo s u experiencia en Suiza- del s uicidio en los niños: un niñ o
d e l Otro en la subjetividad del niño, y cómo esto puede no deseado puede buscar desaparecer a través de su pasaje
a l ac to .45 Al no haber sido subjeti vado en el deseo de 1os
40 J. L aca11 , «Observacio nes sobre el infor me d e Danie l Lagac he».
Fscriros, op. c it., p. 662 . 43 G. Rai1nbault, Pedia rrío )' p.~ icoanálisi:>. Buenos Aires: A.morronu . 1~ 77.
41 J. L:lcan , El Sl'mi~u1rio. Libro V. iné dito , clase d e l l2 de febrero de 44 S . Fcren\'.:z.i, «El niiío no deseado y su instin to de mt1er tl!>) 11 ??S>> ,
1•JS& . Pr11!J(e.111a.'i y 1nérodo.~ del psico11111ífisi.~. Buenos A i res: Paidós, l\>65, Jl . ~ 2.
42 J. La::an, «Conferend a en Ginebra so bnl e l sín1oma», op ci t .. p . 124. 4S F Ansennel. «Le suicide et l'en fant ». La l.etrre nre11.n¡eJle 1 1() ( J l)l)2).
51
padres, :vuelve sobre sí mismo el rechazo del que fue o bjeto. posición adecuada como padre. Una vez aislado este pun to
Romina, de 6 años, es traída a mi consulta por encopresis. la relación e ntre padre e hijo logra o rden arse.
La madre no deseaba tenerla, tampoco se decidió a abortar. En cuanto a la anorexia infantil, Kreisler, Fain y Soulé se
Carg? con el embarazo co mo una condena, y su odio hac ia ocupan de es te tema en su libro El niño y su cuerpo desde
la crlatura que obstaculizaba sus aspiraciones personales se la perspectiva de la Egopsychology 49 y establecen ciertas
expresaba en el profund o desprecio qu e sentía hac ia e sa niñ a distinc iones entre: 1) la forma común propia de la conducta
que «olía mal». Romina, por su parte, le dirigía su síntoma en re activa del niñ o a la madre en lo que está en juego es el
un a franca confrontación: desde e l lugar de desecho lloraba s istema vincular; 2) la configuración perversa, así sentida por
frente al fracaso de su demanda de amor. la madre, en la que el niño obtiene mayor placer en e l rechazo
En la literatura contemporánea, Kenzaburo Óé, premio que en la alimentación; 3) la psicosis; y 4) las enfermedades
Nobel de literatura e n 1994, trata el te m a del deseo de muerte psicosomáticas, en las que el niño no responde al tratamiento
de un padre hacia su hijo en su libro Una cuestión personal. analítico, por lo que concluyen en un trastorno constitucional
En e l relato, su esposa da a luz a un bebé con una «hernia o en una adquisición precoz de la perturbación alimenticia.
cerebral» que lo condena a u na muerte inminente o a una vida Anna Freud se había ocupado ya de las perturbaciones de
vegetat~va. Se le presenta el siguiente dilema ético : aceptar los hábitos alimentarios y ponía el acentro en tres elementos
la fatahdad de un hijo anormal o desembarazarse del bebé que interferían en la alime ntación normal: la relación del niño
dej ando que muera. Dice: «Tenía que decidir. Co1nenzó a con la madre que lo alimenta, los instintos de la sex ualidad
ca111inar hacia las o.ficinas: había a¡Jostaclo por la 111uerte infantil y la actividad destructora y agresiva del niño. 50 En
del bebé y lo tuvo presente. En este rnon1ento, él era el tanto que e l acento es puesto en la relación madre-hijo que
gran enen1igo ele su bebé, el prinier enen1igo que tenía en lleva a una traducción yoica de la relación demanda-deseo,
l. la vida, el peor. .. '» . 46 En esta historia el padre e lige fin almen- Anna Freud hace intervenir la agresividad narc isista. La
..
:-

' te salvarlo, y al final sólo se trataba de un tumor benigno. « inanición oral» es planteada como una defensa frente al
•"" Retoma luego esta cuestión en otras his torias dándole distintos sad ismo oral; es decir, la acción de la defensa contra la pulsión
"'·
desenlaces. E n el c uento «Agwil, el m o nstruo de las nubes», torna el relevo a la di aléctica propia del deseo.
el padre, fre nte a la misma encrucijada, decide matar a su hijo , Aunque Kreis ler, Soulé y Fain preg untan qué lugar ocupa
Y luego se entera del error di ag nóstico : sólo era un tumor el niño para la madre, su respuesta redu ce la relación a
benigno. Despu~s de ese acto, su propio destino es la locu ra. 47 intercambios imaginarios que desconocen el lugar del Otro
En real id ad Oé, tuvo que confrontarse en la realidad con s imbólic o que la madre person ifica para e l niño . El tratamien to
el ~acimiento de un niño con un retraso producido por una propuesto será restablecer un eje imagi nario adecuado en tre
lesión cerebral. L a relación con su hijo la describe en el cuento la madre y e l niño .
a
«l)ites-nous comme n1 survivre notre folie» .-'!\ I.,,o destac ado En su libro ilustran la temática de la anore xia y los v ómitos
<le esta h istoria es la sutil seza con qu e describe que el punto con e l caso de C hristophe, de 6 meses, a l que tuvieron que
l:lav~ no es la enfermedad del h ijo, s ino la relac ión con su atar con bandas en los brazos porque se introduc ía los d edos
propio padre q ue lo obstaculiza , a su vez, para to rnar una en la boca hasta llegar a la faringe y provocar el vómito.
:1(, ll:c111.ahu ro <?é. U1u1 c 11e.'>tiiÍ11 1rier .to11al. Bur~dona : Anagrama , 1898.
49 Kreislcr. Fnin y Soulé. El níiio y su cue1po. Buenos Aires: A1111>rrorr n.
·t 7 Kt·n:.i :ab 11n1 Oé . « Agwll le 111011st ~ des n l1ag~s ». Dile~ · lllJ i!J c om111 e 111
1977 .
J 11 11·11·,.,· , -, "º'''' f1Jl1t- P::iris: Folio. 1982.
··IH Kl!nt.~1buro C) é, ''Diles-nou s comment s urvivre a notre folie ". dites- 50 A . Frcud, E./ f>.~ú:aan úlisi.~ y In <"f'Í(lnz.ct del ni1in . Ruen~s Airt":~: P::iit16s.
cap. IV y V.
""" '· op . (" ÍI.
Se detienen en particular en el caso de Ch loé, de 1O meses, 7 .- Excursus. La anorexia mental
internada en urgencia por un estado de deshidratación aguda. A
los 5 meses y medio la niñita comienza con su anorexia. A los La perspectiva lacaniana se contrapone a toda psicologiza-
8 meses sólo aceptaba la leche y aparecen los vómitos provo- ción de la anorexia. Más qu e de un cuadro clínico indepen-
cados en forma voluntaria. En realidad, la niña sólo vomitaba diente se trata de un síntoma articulado en una estructura.
cuando se le acercaba la madre. Se la confía al mes siguiente Lacan aborda la cuestión de la anorexia en distintos momentos
a una puericultora, pero entra en un cuadro de anorexia absoluta. de su enseñanza relacionándola con diferentes conceptos:~'
Pasa entonces al cuidado de sus abuelos pero comienza con una 1) la agresividad del narcisismo ( 1938);
diarrea intensa que motiva su deshidratación. La internación fue 2) la dialéctica entre la neces idad, la demanda y el deseo
de 2 meses, y acepta comer paulatinamente. Sólo a l0s 1O días ( 1958-60);
de estar internada vuelve a sonreír. 3) Ja operación lógica de «separación» y el objeto oral
La madre tuvo muchas dific ultades para quedar embara- como «nada» ( 1964-67); y
zada, y luego tenía la convicción de que de tener un hijo, éste 4) el saber y el goce ( 1973).
nacería con una malformación . Cuando nace Chloé tuvo la
certeza de que su hija moriría. Desde entonces, vivía al Estas articulaciones no son arbitrarias , corresponden a
acecho de la enfermedad que la mataría (leucemia, enferme- distintas prevalencias de los registros en la enseñanza de
dad cerebral, tumor o encefaliti s). Estas fantasías ponen en Lacan: lo imaginario antes del inicio de su enseñanza en 1953;
escena sus fantasías de muerte asociadas a su hija. lo s imbólico en la década del 50; lo real en los 60; y la
En la anamnesis aparece un recuerdo infantil. El padre fue equivalencia de los tres reg istros en relación con la primacía
deportado durante la Segunda Guerra Mundial por participar del goce en los 70.
en la resistencia. Cuando lograron vo lver a verlo estaba En «Los Complejos familiares» ( 1938), Lacan se ocupa del
completamente desfigurado y só]o lo reconoc ió por su ropa. «complejo de destete» y de la « imago materna» puesta en jue¡o
En ese momento pensó que cometió un error1 puesto que fue en la forma oral de este complejo. Indica . ciertas formas de
la madre y no ella quien logró salvarlo. Cuando vuelve a ver suicidios no violentos que se manifiestan en «la huelga tlt
a su hija, un mes después de su internación, este episodio se hambre de la anorexia mental, envenena1rziento de ciertas
reprodu ce: no la reconoció, pensó que se había equivocado toxicomanías a través de la boca, y régimen de hambre tn
de sala. «No era su rostro ni su voz, si Ja hub ie ra encontrado neurosis gástricas».52 Y concluye que «el anáiisis cie tst"s
en la calle no la hubiera reconocido». Al mismo ti empo vuelve casos muestra que en su abandono a la nzuerte e.i suj~to
a tener la idea de que su hija era anormal, retrasada. En ambos busca volver a encontrar la im.ago de Ja madre» . La te11dencia
eventos vemos que frente a la falta aparece una vaci lación suicida invocada aquí se enlaza con la vertiente mortífera del
de la imagen que produce la emergencia de lo Unhein1lich, narcisismo que Lacan trata en «Acerca de la causalidad
lo famil iar que se vuelve desconocido. Esto devela el lugar psíquica» ( 1945).
de obj eto que ocupa esta niña para esa madre . La an gustia En «La di rección de la cura» ( 1958) vue lve sobre es 11
de la madre tiene su c ontrapunto en el efecto de mortificación cuestión a partir del caso d e Kris --«Ego psychology ílnd
Je lu niña. cuya única salida es· la ano rexia.
51 C f. S . Tendlar2. «'Joras de lectura sob1·e L aca11 y l:l oticre""i a~ , A1·r1
y O.fic·in 1 ( 1995).
52 J. Lacan, f,es Cn111plex es fam iUaux ( 1 9.~8 ) . Puris: Navain , l ~~-4 . ¡i
3 3- 34.
'1 0
interpretation in psychoanalyt ic therapy»- de los «sesos entre la neces idad y la demanda. El rechazo del dejarse
frescos» . Un jove n inte lectual de tre inta años presenta como alimentar protege al s ujeto de la desaparic ión de su deseo, a
s ínto ma un a in hi bic ión para publi car su s trabajos. Se queja de causa de su aplastamiento por la sati sfacción de la demanda.
ser pl ag iario: le saca las ideas a u n amigo. En el ~omento E n este punto Lacan cita los «Tres ensayos» de Freud para
en que e stá por publicar un trabajo importante, dice ~n la indicar la relaci ón entre demanda oral y canibalismo, p or lo
sesión que descubr ió en Ja biblioteca un tratado, publicado qu e la oralidad queda recubierta de un tinte sexu al.
unos añós antes, que conten ía sus propias ideas. Kris lee e l Nuevame nte, en el Se1ninario XI Lacan reto ma e n dos
trabajo menc ionado y le indica al paciente· que e l plagio . no oportun idades la cuestión de la anorex ia. Plantea a la «nada»
e r a ta l. En un primer análi sis anterior - con M e lttta como parad igma del objeto oral. «El objeto a es algo d e lo
Schmideberg-- se había puesto de relieve su tendencia a cual el sujeto, para constituirse, se separó co1no órgano.
robar, con un desplazamiento de los objetos a las ideas. La Vale corno símbolo. de la falta ... A nivel oral, es la nada,
respuesta a la interpretación de Kris -«Usted º.º, p lag.ía»- por cuanto el sit;jeto se tlestetó de algo que ya no es nada
es un acting out: cada vez que sale de la seston, dice el para él. En la anorexia 111.ental, el niño co1ne esa nada». 57
paciente, va a comer un plato de sesos frescos. . El objeto a se cons tituye por acción de la operac ió n lógica de
Vicente Palomera se ocupa de este caso e n su trabajo separación que inscribe una falta, la cual, a nivel o ral , se
sobre la anorex ia.53 Señala que, según Kris, si e l a náli sis inscribe com o nada .
anterior se ocupaba de interpretar la pulsión, ese anál is is se Una segunda indicac ión articula a la ano rex ia con la
oc upa de la acc ión de la defensa. Con esta inte rpretaci ó n, Kris contin gencia de la respuesta del Otro, con la inscripción de
hace s urg ir la «pul sión o ral » en el paciente. su falta. No se trata ya sólo de la dialéc tica entre la demanda
lJacan señala que «no es su defensa contra la idea de y el deseo, sino de la posició n del sujeto e n re laci ón al deseo
robar lo que le ha ce creer que roba. Es de que pueda del Otro. E l ni ño como objeto pone en juego su pro pia
tener una idea propia, de lo que no tiene la 1nenor illea , desaparic ión en la operac ión de separaci ón, tal c omo se
o apenas» .'~ No se trata de un sujeto que roba, sino qu~ roba presenta en e l caso de la anorexia m ental.
«nada» . La nada como objeto abre una nueva perspectiva e n E n e l « Discurso de c lausura de las jornadas sobre las ps ic osis
la c línica de la or alidad: puede d isting uirse del registro de la en el niño» ( 1967) Lacan evoca a la ano rexia mental co mo
nutrici ón. Lacan di agnostica a este paciente como «anorexia, ejemplo contrapuesto al mito de La comp lementariedad armónica
en este caso, en cuanto a fo mental, en cuanto al deseo entre la madre y el hijo.58 Esta concepción, ampliame nte
.
CiIe l que vive j a 1'd.ea ... >>:'iS· difundida entre los analistas de niños, que lleva al matemaje,
En el Serninario V///, «l.,,a transferenc ia» ( 1960-6 1), desco noce que la dialéctica entre la alie nación y la separación
Lacan reto1Tia el esquen1a necesidal1-llen1andcc-deseo, plan~ inscribe un a. falta que va en contra de la armonía del «hábitat
te ado en «La direcc ión de la cura», para explicar la anorexia materno» - la ano rexia es demostrativa al respecto.
m en tal. ~ó E l deseo su rge por la diferencia que se i nst aura La última referenci a de Lacan que re pertori aré en esta serie
5 :1 Y. P:•lomcra. «C o nsidc:raciones sob re la •tn orex ia mcn1 ul: e l ho mbre pertenece al Semi nario «Les non-dupes errent» (Lo~ desenga-
tk los sc¡;o~ frescos». E 1 A11(t fitfr·ún 1 ( 1986 ). ñados se engañan) (1973-74). Lacan señala el caso de llilíl
54 J . L:1c.:an . «Lu direc ción dt: la cura » ( 19 5&), J:sc ritn .'>, op .c il , 19 86, paciente que estaba tan preocupada por saber si com ía, que par:i
p. :'\8()
55 lck rn. 57 J. L ac~in . Semina rio XI , « Los c uatro concepto . ·" ( 11)6!1), 011.cit -
)ó J. Lacan. Le Sé111i11aire. J.ir1·e V l ll. «Le transfcrt » ( 1Y60-6 l l. Par i ~: p. 11 0 .
Sc uil. 1119 l. p. 2:\ 8 -240 . ."8 J Lac:in. « Discurso de claus uro ... ;> (1967 1. op.cil. . p . 11.

62 6]
desalentar ese saber estaba dispuesta a dejarse morir de ///.- ALGUNAS INDICACIONES
hambre. 59
En esta época Lacan define al inconsciente en «Televisión»
DE .LACAN
como un «saber que trabaja» y que aloja al goce de sentido
(jouis-sens).60 Esta orientación introduce la vertiente de goce
involucrada en la anorexia. La voluntad de no-comer resulta en
tnuchos de estos casos solidaria de su horror al saber, del rechazo
neurótico frente al saber acerca de Ja castración. Su no-querer
saber nada traduce Ja posición del sujeto frente a su goce.
Esta secuencia nos pe rmite visualizar distintos aspectos Es posi ble fijar un repertorio cronológico de los comenta-
tratados por Lacan a través de su enseñanza: la agresividad rios de Lacan en torno a la psicosis en los niños.
narcisista ; la dialéctica entre la necesidad, el deseo y el goce; 1.- 17 y 24 de febrero de 1954 (Se1ninario /) : comentario
la nada como objeto oral (que se distingue de la nutrición); del caso Dick de Melanie Klein.
la posición del sujeto frente al enigmático deseo del Otro; y 2.- 1O de marzo de 1954 (Seniinario /): comentario del
su relación al goce. Todas estas cuestiones están presentes caso Roberto de Rosine Lefort.
en el tratamiento de un sujeto que llega a la consulta con su 3.- 2 de febrero de 1955 (Seminario //) : observaciones
anorexia. Sin duda, la relación entre estos términos varía en sobre la psicosis infantil a partir del comentario de la
la psicos is y en la neurosis . De allí la necesidad de un presentación de J . Lang «El abordaje psicoanalítico de las
diagnóstico diferencial que permita visualizar cómo se modula psicos is en el niño».
la nada como objeto en cada uno de estos casos. 4.- 23 de enero de 1963 (Seminario X): Lacan indica a
En el caso de anorexia en niños pequeños nos volvemos a propós ito de la manera en que la futura madre del
encontrar con un síntoma articulado en una estructura. Los niños esquizofrénico subjetiva su embarazo: «nada n1ás qu<:' '"'
psicóticos pueden ser anoréxicos como parte de los trastornos cuerpo diversa111erite cónzodo o niolesto, a saber la
correlativos a la falta de constitución de un cuerpo: faltan los subjetivación del objeto a co1no puro real>>. 1 Alude '1quí
agujeros, tampoco experimentan la necesidad de comer puesto - sin nombrarlo- al artículo prese ntado por Piera Aulagnier
que el cuerpo está mortificado sin el efecto «viviente» que otorga «Observacione s sobre la estructura psicótica» .
la significación fálica. En los niños neuróticos es legítimo retomar S.- l O de junio de 1964 (Seminario XI) : Lacan señala que
las consideraciones de Lacan antes señaladas. El trastorno no «cut.villa no hay intervalo entre S 1 y S2) cuando el prinier
es vincular, responde a una estrategia del sujeto frente a su deseo par t.le sif?niJtcantes se .solidifica, se holof'rtlsea, obt~ne­
en tanto que toma como objeto a la nada. n1.os el tn odelo de toda una serie de ccxsos - si bie1i l1a y
que advertir que el si~jet o 1w ocupa el n1is111.o Íltgar e 11
cada caso». 1 Y a continuación se contr apone a la e)(pli ca(iÓTl
de M aud Mannoni en torno a .Ja din1ensión psicótica gu e se
1 J. L::i.c nn , f.J Se111i11t.1rio, l.ib ro X. «La :ang ustin », i néd it<J , cl~~e dd 2~
59 J. L a..:an. SeminHl'io XXI. «Les non -dlt~s errent » ( 197.' -74). i nédito, de ene ro de 1963.
duse del lJ dt! a br il de 1974. 2 J. Lacan. El Se111ina r io. Libro xr. « L OS cu :atro l:Onc epLOS. ..». º P- c it .,
ftl) J . La ca n. «Televisión» ( 1973). P5 ict,c111 ú/i.~i.~ . Radü~fonítt y Tefei ·i - p . 24 5-2 46.
1·1011 . 8an:dt> na : Anagra ma. 1977, p. 94 y 96 .
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