Okagaki y Frensch (1998) afirman que “Las creencias y conductas de los padres, y las

percepciones que el hijo tenga acerca de éstas y de las expectativas de sus padres, es
una variable que está relacionada con el éxito escolar” (p. 142)[ CITATION ESC \l 10250 ]
Es decir, el padre que confía en la escuela como un medio donde se potencializa las
cualidades cognitivas, socioemocionales, físicas y espirituales de su descendiente,
servirá de confianza e influencia para su hijo, que percibirá a ese espacio sociocultural,
como una oportunidad de crecer, adquiriendo experiencias educativas que le servirá
como soporte para elaborar su proyecto de vida personal y colectivo, con libertad y
responsabilidad. Por otra parte, si el padre no tiene expectativas educativas positivas,
o no demuestra conductas que motiven al hijo a desempeñarse exitosamente en la
escuela, es posible que el hijo tenga un bajo rendimiento escolar. Podemos afirmar
que nuestras creencias son el filtro que nos permite relacionarnos con los demás.
Stevenson y Baker (1987, citado por Georgiou, 1996) examinaron la relación entre la
participación de los padres en la educación y el rendimiento escolar del niño,
concluyeron que “los niños de padres que participan en las actividades escolares
muestran un aprovechamiento mayor que los niños de padres menos participativos”
(p. 34)[ CITATION ESC \l 10250 ]
El interés de los padres; refleja el empeño de sus hijos dentro de la escuela. Con
padres más activos en la participación y colaboración escolar de actividades
programadas por la INSTITUCIÓN EDUCATIVA de lo quiere hacer y cómo se realizará; y
teniendo en cuenta las actividades extracurriculares establecerá un nexo entre escuela
y hogares; todo ello estimulará a los hijos a lograr mejoras en sus quehaceres
académicos con ímpetu y entusiasmo.
Como una inclusión impostergable los padres de familia deben participar en el rol
activo del dinamismo educativo. Si penetramos a la realidad educativa (en el Proyecto
Educativo Institucional) aún todavía carece de estos agentes participativos. Para
incrementar la participación de los hogares se han de planificar respectivas actividades
con esa finalidad, especificando con claridad los tipos posibles de participación y
definiendo rotundamente el rol que corresponde desempeñar a los hogares. 
Existen determinadas barreras que dificultan y no habilitan la participación de los
padres de familia son, entre otras: las políticas, las creencias de las familias, las
creencias del profesorado, la percepción del profesorado (sobre los hogares, la
educación y la escuela), la cultura, el liderazgo, factores sociales, barreras de
comunicación o experiencias negativas. Todas se deben convertir en fortalezas y se
deben tener presentes en las propuestas de participación, colaboración de los padres
en la vida del centro educativo. La participación puede ser individual, principalmente
asistiendo a reuniones y tutorías; y colectiva, de padres y madres. Todo nos ayudará a
recopilar las necesidades y los problemas que se presentan en los hogares.
Que la articulación familia y escuela da como resultado mejores aprendizajes en niños
y niñas; en segundo lugar, por el reconocimiento a los hogares como primeros
educadores de sus hijos e hijas, demostrando el impacto positivo que puede tener una
educación temprana de calidad en el desarrollo y aprendizaje de los niños y niñas, y en
tercer lugar porque la familia aparece como un espacio privilegiado para lograr una
ampliación de la cobertura de la educación de la primera infancia (p.3). [ CITATION
HOR18 \l 10250 ]

Es decir, que la comunicación es una alianza para entablar relaciones constructivas

entre escuela y familia como responsables en la formación integral de las personas.
Donde la escuela será un espacio educativo abierto para el acceso equitativo y de
calidad, donde todas las personas, recibiendo aprendizajes pertinentes en dicho
escenario, donde se desarrollarán en armonía con la diversidad que le rodea;
reconociendo el valor y el esfuerzo de sus padres y profesores que les facilitaron
formación(valores) y conocimientos

Los maestros, como actores importantes en el proceso educativo, esperan que las
familias se preocupe, entregue a su hijo cariño y apoyo en el proceso escolar de sus
hijos, interesándose en su quehacer, revisando y acompañando las tareas, facilitando
el lugar y los materiales necesarios para éstas, además que forme en hábitos, valores y
normas.[ CITATION Esp09 \l 10250 ]
Los docentes no bastan para moldear la razón de ser de los alumnos, es imposible
suplir el rol tan necesario de los hogares como un elemento clave para mantener en
pie la actitud interesada hacia la educación, suministrando no solo de recursos
académicos, sino también entregar una buena estabilidad emocional a sus hijos, con
buenos valores para su actuar ético y responsable; es decir invirtiendo más tiempo
para atender sus necesidades afectivas y de apoyo que ellos demandan.
CONCLUSIONES.
Determinamos que AEH es un mecanismo que busca simplificar la problemática
educativa de la I. E armonizando la cercanía de escuela y hogar, cuyos dos elementos
unidos son requeribles para moldear formación del alumno; insertando la participación
activa de los padres como factores motivacionales; creando las circunstancias
confiables en los hogares para habilitar los caminos educativos, rescatando el valor
formativo que brinda la educación, y borrando concepciones históricas que han
desprestigiado a la escuela.

El AEH permitirá subsanar los puntos de quiebre que impide el desarrollo positivo,
constructivo de la Institución Educativa. Es una de las acciones que nutrirán a las ideas fuerza,
para que lo débil se torne en fortaleza; para que las falsas creencias transformen en confianza
y motivación; El AEH es un concientizador, por lo tanto, la escuela se verá como el corazón del
desarrollo.

Bibliografía
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