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ENSAYO:

HISTORIA DEL SINDICALISMO


(1666-1920), S Y J., WEBB
WEBB, S y J., Historia del Sindicalismo 1666-1920, Centro de
Publicaciones Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, 1990, Madrid

Álvaro González Díaz


INDICE

1. Introducción………………………………………………………………….pp. 3

2. Ensayo………...……………………………………………………………..pp. 3

3. Conclusiones……………………………………………………………...…pp.11

4. Bibliografía………………………………………………………………….pp.12

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INTRODUCCION

El presente trabajo pretende analizar el libro Historia del Sindicalismo, centrado


en Reino Unido, donde nace este fenómeno.

Así mismo, el trabajo sintetizará de manera resumida la argumentación del autor acerca
del sindicalismo, abarcando desde sus orígenes en el siglo XVII, mediante la creación
de tímidas asociaciones de oficios, hasta el siglo XX, donde el sindicalismo ya aparece
formado completamente tal y como se conoce hoy en día.

El trabajo será un ensayo en el cual analizaré dicho libro de manera argumentativa y en


muchos casos critica, contrastando mi opinión con la del autor del libro, ya se
favoreciendo su argumentación o contradiciéndola. Así mismo, el texto a exponer se
presenta en una estructura clásica para finalizar con las ideas principales resumidas a
modo de conclusión. Para el trabajo, también se mencionará bibliografía oportunamente
según sea necesario para contrastar opiniones y de este modo el trabajo se ciña al
ámbito académico.

Mi trabajo se centrará en resumir el libro de Webb siguiendo su estructura textual, es


decir, me adaptaré a los diez capítulos que componen el libro e intentaré englobarlos en
un solo conjunto textual, evitando realizar diversos apartados y subapartados.

Por otro lado, el autor relata el avance y evolución del sindicalismo en un léxico
perfectamente entendible y legible, hecho para un gran público lector y estudiante. El
libro analiza perfectamente el fenómeno social, político y económico del sindicalismo
completado todo ello con la bibliografía utilizada por el autor. Pretende mostrar una
historia objetiva encuadrada dentro de una realidad, dejando a un lado su visión
personal de los acontecimientos o ideologías. Es decir, se ciñe bastante a la labor de
historiador y a la propia historia del fenómeno sindicalista demostrándolo con sus
fuentes, sus estadísticas y tablas de datos.

ENSAYO

Aunque la vida del sindicalismo puede resultarnos corta o pequeña según


nuestros conocimientos, el autor nos hace ver que no es así, y demuestra que el
sindicalismo ya existe en el siglo XVII.

Así el libro pretende analizar el sindicalismo desde sus orígenes hasta el siglo XX donde
ya aparece plenamente consolidado como un fenómeno real y social que interactúa en la
sociedad y provoca ciertos cambios.

Aunque en la Edad Media había ya organizaciones que comenzaban a imitar lo que en


el futuro se llamaría sindicalismo, no es hasta el siglo XVII cuando nace como tal. El

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sindicalismo por tanto se presentará como aquellas asociaciones de trabajadores que
tendrán como objetivo mantener o mejorar las condiciones de vida del trabajador.

En este aspecto la mejor representación de los trabajadores se encuentra en los oficios,


es decir en los gremios. Los gremios provienen de la Edad Media y no eran más que
agrupaciones de trabajadores del mismo oficio o rama de trabajo. Dentro de los oficios
hay que destacar el de la construcción como caso similar a un sindicato en el siglo XV.

Lo que diferencia a los gremios de los sindicatos es su composición orgánica, pero aun
así, hasta el nacimiento del sindicalismo, es el antecedente más claro de representación
de trabajadores.

De este modo, llegamos al siglo XVII, donde ya sí que encontraríamos casos primitivos
de sindicalismo. Las primeras asociaciones de trabajadores aparecen en la segunda
mitad del siglo XVII, actuando de manera esporádica y en muchos casos oculta y en
secreto. También en esta época aparecen las primeras huelgas como método de lucha
para conseguir demandas y mejoras laborales. La organización aquí dependía de los
diversos artesanos que a su vez van creando fondos de asistencia.

La causa del precoz desarrollo del sindicalismo, según el autor, es la ausencia de


industria en el oeste de Inglaterra, ya que en esta época predominaba el trabajo a
domicilio.

Así, tras ello, se observa el primer caso de factorías o fábricas en torno a 1794 en
Yorkshire. Aquí son los mercaderes de la lana los que organizan asociaciones de
trabajadores y se van constituyendo como tales en torno a un centro industrial, una red
de fábricas que se van desarrollando. Esto fue posible por la colaboración conjunta del
gremio, es decir, oficiales y maestros lucharán juntos por conseguir mejoras laborales.

Por lo tanto será el aumento de fábricas y su desarrollo el que permite la reproducción a


la par del sindicalismo. Este fenómeno fue posible porque el sindicalismo inicial carecía
de una base permanente en las industrias, hecho que permitió que el trabajador fuese
cada vez más separado de los instrumentos de producción, hasta tener que depender del
ritmo que imponía la industria.

El periodo inicial del sindicalismo primitivo de 1794 nos lleva en el tiempo hasta 1824.
En esta época, se intentará expandir el sindicalismo y a pesar de las trabas que se le
impondrán sobrevivirá. Los gobiernos ingleses e irlandeses al ver que las asociaciones
obreras van tomando consistencia y suponen una realidad social que no se puede evitar
intentarán frenar el fenómeno sindical. Así se observan numerosos leyes destinadas a
endurecer las multas y penas a los sindicalistas o también se verán enfrentamientos
entre obreros y empresarios.

Esta época es, pues, la época de las represiones y persecuciones, una época en la que los
oficios luchaban por escapar de lo que veían como semi-esclavitud o tiranía laboral. Así
se observa como las leyes contra cualquier coalición de oficios irán en aumento o como

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la disciplina se hace más rígida y arbitraria contra aquellos que pertenecieran a
cualquier organización obrera.

Estos hechos fueron positivos para la clase obrera ya que estas persecuciones
produjeron el aumento de solidaridad entre dicha clase. Gracias a dicha solidaridad el
obrero ya es un sujeto englobado en una clase, la clase obrera, ya mencionada. La clase
por tanto ya se diferencia del gremio ya que aquí se agrupan todos los trabajadores sin
distinción, no solo los del mismo oficio.

Aparece también en esta época el intento de acabar con las leyes impuestas por el
gobierno inglés y se inicia el periodo de dislocación industrial unido todo ello a la gran
represión policial. También, por otro lado, van apareciendo figuras importantes que van
organizando y configurando el movimiento sindical, es el ejemplo de Place y Hume
cuyas predicaciones hacia la moderación para evitar la represión no fueron escuchadas
por la clase obrera. En 1825 mientras los empresarios cargaban su furia contra el obrero
Place abogaba por la derogación de las leyes que prohibían la asociación, ambos hechos
con consecuencias beneficiosas para el obrero pues hizo aumentar el número de
sociedades obreras.

Aparte de la huelga como acción directa para conseguir unos propósitos, va apareciendo
en Inglaterra otros métodos de protesta contra el capitalismo industrial como por
ejemplo el ludismo y el cartismo, junto a conflictos graves protagonizados por luchas de
la clase obrera como mostrare más adelante.

En la década de los años 30 del siglo XIX el sindicalismo aparece ya mencionado en la


prensa como un gran “poder de las tinieblas” y descrito con el calificativo de Trades
Union (sindicatos obreros). Sera toda esta década la que marque el asentamiento
sindicalista hasta 1842 más o menos constituyendo un periodo revolucionario.

Así, de este modo, se observa en Lancashire uno de los primeros clubs de obreros y en
torno a 1829 aparecen unos intentos renovados de sindicalismo y organización. Serán
estas asociaciones las que van generando temor ante la sociedad política y empresarial,
pues los Trades aspiran a ser un proyecto universal para todo el Reino Unido. Es decir,
a los empresarios no les interesaba que hubiera coaliciones obreras ya que sus intereses
se verían afectados. A partir de esta fecha, se comienzan a ver relaciones fructíferas y
esfuerzos conjuntos entre sindicatos de diferentes ciudades como, por ejemplo
Manchester y Liverpool entre otras.

Llegando ya a 1831 se observan las primeras acciones directas en torno a los


trabajadores del algodón. Estas acciones supusieron huelgas permanentes y fuertes
conflictos entre obreros y empresarios con heridos graves y, en muchas ocasiones
muertos. Tras ello, en 1832 el sindicato permanecerá oculto y se desconocen sus
acciones pues dejó de estar activo y visible. Pero desde Lancashire se comienza a ver
positiva la idea de crear un Sindicato Universal y fuerte. Desde 1832 el sindicato se
extiende con asociaciones de oficios diversas por diversas ciudades inglesas. Ya se
habla de Asociación Nacional de Trabajadores.

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Avanzando en el tiempo, unos años después volverá a haber conflictos entre
asociaciones y empresarios al denegar estos las peticiones obreras. Esto favorecerá un
incremento de la violencia por medio de acciones agresivas, además no solo eso, sino
que propia la aparición y desarrollo de nuevas asociaciones y el aumento de huelgas.
Aparecen también en esta época nuevos líderes que cambian los planteamientos
iniciales del sindicalismo, ahora por medio de Doherty el sindicalismo se generalizará
sobre todo por huelgas consecuencia directa de la acción agitadora de muchos
miembros.

Todo ello lejos de ser negativo para los obreros lo que provocó fue un relanzamiento del
sindicalismo y el miedo generalizado de los sectores capitalistas. Aparece ya una
federación de grandes dimensiones y con gran estructura administrativa y organizativa.
Esto se pone de manifiesto en 1834 cuando aparecen numerosas y grandes huelgas que
demandan mejoras salariales. Pero las consecuencias esta vez fueron nefastas y muchos
obreros perdieron su trabajo, lo que trajo consigo el desmantelamiento de la federación.

Tras ello, aparece Owen que intenta implantar en los obreros su pensamiento
comunitario con pretensiones socialistas. Owen intentó implantar el reparto igualitario
de bienes y servicios en pequeñas comunidades de trabajadores. También, a su lado,
Benbow intentará la Huelga General como método eficaz para conseguir las demandas
obreras. Ambos fracasaron pero el movimiento sindical estaba destinado a aumentar y
seguir adelante en Inglaterra tras 1834. Serán los hiladores los que eviten el declive
sindicalista e impulsen aún más el nuevo sindicalismo. Aquí se desarrollará el
movimiento cartista que será fundamental en la lucha obrera hasta 1848.

Como ya hemos visto, a partir de los años 40 del siglo XIX aparece un nuevo
sindicalismo con un nuevo modelo de organización. Sera tras la desilusión y apatía del
periodo 1829-1842 cuando el sindicalismo se organice mejor que nunca y comience a
obtener victorias y éxitos.

A partir de aquí, en este momento el sindicalismo se presenta como la única entidad


social capaz de hacer frente a la “opresión capitalista e industrial”. El sindicalismo se
potencia en todos los oficios y se hace patente como una realidad social que ya no se
puede obviar, es parte integrante, y consecuencia, del estado moderno e industrial.

Es en 1842 cuando el sindicalismo cambia de rumbo y sus éxitos se corresponden con la


irrupción de las masas, ya que es aquí donde se difunde la solidaridad y el ideal
sindicalista. Esto, sin duda, se produce también en un momento de transformaciones
económicas y sociales. A partir de 1850 la industria se expande y su consecuencia
directa será la expansión del sindicalismo.

El nuevo modelo sindicalista es más revolucionarios en cuanto a sus tácticas de acción,


ahora se enfrenta ya a los abusos del empresario, por medios legales y de lucha. A pesar
de ello, los líderes sindicales seguían siendo perseguidos. Es por ello que aumentó la
solidaridad obrera y las principales organizaciones verán favorable la unión con otros
sindicatos. Se podría decir que la batalla entablada de manera cerrada entre capital y

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trabajo es lo que trae consigo el aumento, la organización y estructuración así como el
crecimiento del sindicalismo que pretenderá hacer frente al nuevo estado moderno. Un
paso más adelante, será la creación del Consejo Sindical de Londres en 1859-1860
promovido por estas organizaciones obreras tendentes a la unificación de los sindicatos.
Hay que decir que la huelga se hizo patente, nuevamente, y se vio como un método
excepcional de lucha pero el sindicalismo, mientras esto ocurría, avanzaba también.

Por todo ello, el núcleo central del sindicalismo será Londres donde se instalará la Junta
Central y los principales sindicatos. La configuración del sindicalismo se hace mediante
la creación de sociedades mutualistas obreras.

Por otro lado, la configuración del sindicalismo se ve favorecido por la crisis económica
y social por la que atraviesa Reino Unido en esta época y en torno a 1860 ya tenemos
unos sindicatos estables y más o menos fuertes. Además aparecen líderes de carácter
muy acusado y con gran preparación tanto en política como en acción y lucha. Un
ejemplo de ello será William Allan quien funda el “Nuevo Sindicalismo”, supondrá el
intento de un gran sindicato unificado y nacional. Lo que hace William Allan es
transformar el sindicalismo, renovarlo. Para ello es fundamental la figura del agitador
como hecho indispensable para la huelga y la moral de los obreros. Aparte de William,
en los años 60 aparecerá la figura de Robert Applegarth quien se interesará por
incrementar el estatus sociopolítico del sindicalismo.

En resumen, el sindicalismo de la década de los 60 es un sindicalismo favorecido por la


crisis económica y pautado por sus líderes, aparece también una nueva estructura y
organización. De este modo, se observa que el sindicalismo ahora estaba en manos
expertas, conocedoras por tanto de la realidad social del obrero, ya que estos líderes, a
diferencia de los precursores, son de clase obrera y tienen conciencia de ello. Esto hace
suponer que el sindicalismo que se implanta en los 60 es un sindicalismo de vínculos
estrechos e íntimos, de amistad y por tanto solidaridad. Aquí, aparece el rígido
colectivismo de la Internacional sumado al individualismo industrial como bases de
dicho sindicalismo.

Estos líderes, se adaptaron bien a los tiempos comprendiendo, incluso, a la clase media
burguesa y en tiempos de crisis adaptaron sus demandas sindicales al reclamar la
libertad de asociación. Lo que hace de ellos buenos líderes sindicales es su capacidad de
convicción, su cercanía a la masa obrera y su excepcional capacidad administrativa, es
por ello que en tiempos difíciles hicieron posible que el sindicalismo saliera a flote.

La Junta de Londres era la responsable de promover la lucha obrera y hacer que huelgas
y agitaciones sindicales se extendieran a otros sitios de Reino Unido, esto en la mayoría
de los casos era positivo ya que las peticiones de la clase obrera se cumplían o se
llegaban a acuerdos entre gobierno-empresario-obrero.

Sin embargo, el éxito no iba a consolidarse ya que el sindicalismo fue obstaculizado


nuevamente y la Junta quedo paralizada debido a las medidas políticas adoptadas. Por

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ello, a partir de 1867 el sindicalismo dejara de tener el carácter meramente local que
tenía y se consolida expandiéndose hacia más ciudades.

En este aspecto, es preciso hablar del Consejo Sindical de Londres, que nace tras una
huelga y estuvo formado principalmente por los representantes de las pequeñas
sociedades. Este consejo obtendrá muchas e importantes victorias e incluso contribuyó a
reformas democráticas. Las acciones del consejo incrementaron el interés de la prensa y
otros sindicatos. Pero, desafortunadamente, el sindicalismo sufrirá otro revés político
tras la mala imagen que dejo la prensa sobre los obreros debido a incidentes en huelgas.

A pesar de todo, el sindicalismo se mantendrá otra vez en la escena sociopolítica


reclamando sus intereses eficazmente y sin dejar de ser perseguido o prohibido. En este
aspecto, el gobierno impone nuevas leyes de carácter económico para agobiar y acabar
con el sindicalismo, esto fue clave ya que los sindicatos no eran solventes
económicamente y muchos entraron en quiebra al no poder pagar las tasas exigidas.
Esto fue fundamental ya que hizo que se impusiera como necesario y casi obligatorio el
seguro de socorro en los sindicatos, de este modo quedarían amparados legalmente en
caso de no poder pagar deudas.

Más adelante en el tiempo, ya en torno a 1874, se hace posible la necesidad de combatir


las peticiones sociales y políticas desde dentro del sistema y aparece así la idea de que
los sindicatos se presenten al parlamento inglés. Esto supuso un fracaso ya que los
representantes obreros eran una minoría con respecto a los partidos políticos. El peligro
de existencia ascendió para los sindicatos pero aun así sobrevivieron de nuevo.

Como ya he mencionado, es la década de los 60 la que hace propicio el cambio en los


sindicatos, que se mantendrá hasta 1885. Recordemos, hasta 1863 todas las fuerzas
efectivas del sindicalismo estaban en Londres, entre 1863 y 1867 el sindicalismo se
desarrolla y aumenta y se plantea la acción parlamentaria y en esta época es preciso
señalar que mientras la Junta y el Consejo sindicales obtenían victorias ahora el
sindicalismo se desplazaba hacia otras zonas abandonando Londres. Lo que genera que
el sindicalismo fuerte y unido que había hasta ahora se desplace generando un
particularismo sindical. Todo ello se debe al rápido aumento de dos grandes
organizaciones sindicales.

En primer lugar, aparece ya desarrollada la Federación de Mineros del Carbón que con
Alexander McDonald comienzan a exigir mejoras como por ejemplo la educación para
los niños y la reducción de la jornada laboral, todo ello de vital importancia para los
mineros. La influencia de McDonald, cabe decir, fue muy importante y llegó a potenciar
el incremento de la solidaridad de la acción colectiva entre obreros, pues los mineros se
asociarían en masa.

En segundo lugar, también se hacen fuertes como organización sindical los obreros del
algodón en Lancashire. A partir de 1869 ya son una fuerza importante en el
sindicalismo inglés. Esto pondrá de manifiesto el oportunismo táctico de los sindicatos
que van ganando terreno en política. Todo esto es el resultado de las transformaciones

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socioeconómicas de la industria que hace que el sindicalismo avance a la par
adaptándose a los tiempos nuevos. Aun así, Londres perdió el control del movimiento
sindical que se dispersó siendo ahora un movimiento particular y menos centralizado.

La realidad en esta época enfrentaba el temor de los empresarios y la aparente victoria


de los sindicalistas, digo aparente porque el sindicalismo que acabo de describir en
torno a 1875 ya no es el movimiento nítido y compacto que fue décadas atrás, ahora la
desorganización hacia ineficaz el “ejército de la masa obrera”, ya que ahora las huelgas
eran organizadas, a diferencia de la Junta y el Consejo, por secciones diferentes con
políticas e intereses diferentes.

El sindicalismo, por tanto, se consolidaba pero no se unía. Aumentaba el número de


afiliados pero también el de las secciones sindicales o sindicatos, cada oficio hacia
frente a sus problemas de manera no conjunta. El paro aumentaba pero también la
industria y como consecuencia de todo esto lo hacia el sindicalismo a la par. A pesar de
todo, las federaciones grandes tampoco lograron imponerse sobre las pequeñas.

Como ya he mencionado, 1875 es una fecha clave para el sindicalismo por los cambios
que aparecen, pero no todo se queda ahí. En este año concluye la celebración del
congreso de los sindicatos que ahora se perfila como una opción real y supondrá un
verdadero parlamento del mundo sindical. Sin embargo, lejos de la teoría, en la práctica
el congreso se convirtió en una mera asamblea anual donde se exponían temas
relacionados con el ámbito legal o legislación, ante lo que esperaban las diferentes
organizaciones obreras que lo componían, como el objetivo común de todas ellas. Será a
partir de 1885 cuando el congreso sea un simple lugar que enfrentaba a los sindicatos
debido a la rivalidad de sus intereses. Aquí se puede diferenciar el cambio con la fecha
de 1885 como punto de inflexión.

Lo que llamaríamos “Viejo Sindicalismo” seria la etapa anterior, 1875-1885. Aquí,


como ya he mencionado, predominó el particularismo extremo y es la conducta
individual la que predomina en el congreso. Esto limitaba la actuación del congreso y
por lo tanto las demandas de la clase obrera. Por el contrario, la etapa 1885-1890
supondrá el “Nuevo Sindicalismo”. Este sindicalismo se caracterizará por el aumento y
adopción de las doctrinas socialistas, que hace que el sindicalismo cambie de rumbo.
Aquí predomina Henry George o Karl Marx entre otros. Ya no es preciso ningún
agitador para abrir los ojos al obrero.

Serán las circunstancias económicas las que favorecían la implantación o el deseo de


implantar el socialismo, el obrero ya no se identificaba con el sindicalismo lo que
acrecentaba su descontento. El resultado de esta situación será la perdida de cualquier
liderazgo intelectual, la divergencia entre sindicalismo y socialismo y el atraso del
sindicalismo ante el empuje del socialismo. El sindicalismo, por tanto, perdió peso
debido a que no opuso resistencia alguna ni renovó sus bases ideológicas y sociales
frente al socialismo. Esto se observará en 1889 donde se ve que el programa oficial del
sindicalismo se hace incoloro ante las nuevas demandas del país.

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El mundo de los sindicatos entre 1892 y 1894 era una fuerza mayoritaria en ciertos
sectores industriales como en la metalurgia, la mecánica, el sector textil o la
construcción entre otros. En esta época el sindicalismo contaba con más de 1.500.000
afiliados, pero seguían sin poder competir en la política. La característica del nuevo
sindicalismo, o el sindicalismo diferenciado del socialismo, es que la mayoría de los
obreros calificados se concentraban en las principales ciudades industriales, en distritos
densamente poblados o en las grandes fábricas.

Es en esta época cuando se desarrollan los clubs de obreros, fundamentales para la


conciencia de clase además de ser centros que sirven para que el obrero este enterado de
las novedades sobre su oficio. En los clubs se van organizando reuniones periódicas que
tratan temas relevantes apareciendo en estos lugares los boletines o informes sindicales.

Todas estas causas y antecedentes anteriores hacen lleguemos a 1890, hasta 1920, en la
cual vemos treinta años de crecimiento y consolidación del sindicalismo. Esto se
observa en el número de afiliados ya que en torno a 1892 había 1.500.000 miembros, en
1920 hay ya 6.000.000. Por lo que deducimos que el crecimiento es permanente y
tendente al aumento. Además, no es un crecimiento limitado sino que más bien se puede
ver en todos los sectores obreros. La única diferencia es que 1920 es un sindicalismo
cohesionado, coherente y organizado, en 1890, sin embargo, cuenta con menos apoyos y
menos fuerza tanto numérica como económica. En estos treinta años se consolida una
red fuerte entre federaciones a nivel nacional, con negociaciones y pactos, hecho que
aumenta la influencia e importancia en muchos sindicatos.

A pesar de todo, no todos los sindicatos crecen por igual. Así, por ejemplo, el sindicato
más fuerte y el que más afiliados e influencia consigue será el de los mineros, mientras
que fuerzas históricas como la construcción o el algodón se mantienen y logran
sobrevivir pero pierden influencia, sobre todo a nivel nacional. Por otro lado, las
mujeres trabajadoras, en lo relativo a la industria textil, y también los trabajadores de
levita, trabajadores generales y el sector ferroviario aumentan lentamente su poder e
influencia y en torno a la década de los años veinte del siglo XX ya son fuerzas
importantes en el sindicalismo.

También, los oficios se constituyen cada vez mejor y el crecimiento del sindicalismo
propicia también el crecimiento de federaciones. Ahora hay multiplicidad de
organizaciones diferentes que engloban a los 6.000.000 afiliados del reino. Sin duda, la
consecuencia de ello es la dificultad en las relaciones entre los sindicatos, aunque todos
ellos con tendencia a la unificación. Esta tendencia última será positiva ya que evitará
bastantes rivalidades y favorecerá el sector industrial, de vital importancia en un país
desarrollado. Así, en 1899 se establece la Federación General de Sindicatos, creada
como una asociación mutualistas de reaseguro y, también, una forma de representación
a nivel internacional. Por otro lado, la estructura sindical cuenta también con los
consejos sindicales que aunque su crecimiento ha sido importante no lo fue tanto su
influencia, aun así en 1920 hay unos 500 consejos. Su fuerza fue positiva sobre todo a
nivel local.

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Por último, cabe mencionar el TUC o Congreso de los Sindicatos. Supone la red más
extensa en la que se engloban las federaciones del mundo sindical. Su crecimiento e
influencia no han ido a la par siempre marcando las pautas de comportamiento del
sindicalismo. El crecimiento fue positivo pero su influencia no duró mucho y se
convirtió en un comité anual que solo proponía medidas generales aplazadas para ser
efectivas en el próximo congreso. Aun así, en lo referente a lo positivo, el congreso veló
siempre por la solidaridad obrera.

CONCLUSIONES

Desde mi punto de vista y resumiendo los puntos principales del trabajo, el


sindicalismo desde sus inicios ha evolucionado con tendencia al crecimiento y de
manera positiva a la par que expansiva.

También creo necesario mencionar que su influencia ha sido reforzada en la sociedad


debido a la industrialización, es decir, el crecimiento del sindicalismo se acompañó
siempre del crecimiento industrial.

Por otro lado, la intromisión en el sindicalismo de personas intelectuales y preparadas


además de ser conocedoras de la situación de la clase obrera hizo posible el cambio, la
renovación y la supervivencia con el posterior crecimiento del sindicalismo en todos los
sectores. Además la contraposición entre sindicalismo y socialismo a partir de la
segunda mitad del siglo XIX fue fundamental para la preocupación por el obrero.

El sindicalismo del siglo XX nada tiene que ver con el sindicalismo inicial del siglo
XVII ya que ahora el sindicalismo interviene en políticas del gobierno aunque el
método de lucha seguirá caracterizando a este fenómeno, la huelga será sin duda ese
estímulo para conseguir las demandas obreras.

Creo que el sindicalismo ha evolucionado mucho desde el XVII y que sin duda su
periodo dorado serán los siglos XIX y XX. En Inglaterra al igual que en España y el
resto de Europa, el sindicalismo supuso la puerta a las mejoras de la clase obrera y la
gran masa productiva y asalariada del país, su expansión fue positiva para todo el
mundo obrero y sus logros y éxitos se hacen patentes con los cambios que produjeron.
La forma de vida y mentalidad de los obreros les hace formar parte de la realidad social
y ahora los gobiernos en el siglo XX prestarán sus oídos a reformas sociales y laborales
permitiendo, con ello, una mejoría en la vida del obrero. Se consiguió por tanto todo lo
que reclamaron, eso sí desde 1666. Así observamos la jornada laboral diaria de 8 horas,
las cotizaciones y seguros del trabajador, los contratos, una educación para los niños y
mujeres, mejor atención, días de descansos y vacaciones y protección al obrero, entre
otras muchas victorias del sindicalismo.

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Hoy en día, el mundo sindical está en franca decadencia tanto administrativa como
política y lo que dan a entender es que su juego es el mismo que el de los políticos, por
lo menos en España donde el sindicalismo aspira a ser una gran S.A.

Esta visión es la que hay que cambiar, desde mi punto de vista, ya que si el sindicalismo
no se refuerza y renueva el obrero volverá a ver restringida su libertad, ingresos y
protección laboral entre otras. El sindicalismo debe hacer una autocrítica y una revisión
de su historia y ver las cosas positivas del pasado, los éxitos y logros políticos y,
compararlos con los fracasos del presente. Además necesita líderes de clase obrera y no
personas de la burguesía, más que nada para poder tener una conciencia y valores de
clase no burguesa y acorde a sus intereses.

BIBLIOGRAFIA

ABELLO, GÜELL, T., El Movimiento obrero en España siglos XIX y XX, Hipotesi, 1997, Barcelona

http://ermoquisbert.tripod.com/pdfs/dt19-sindicato.pdf
http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/43_6_Zorrilla.pdf

WEBB, S y B., Historia del Sindicalismo (1666-1920), Centro de Publicaciones Ministerio del
Trabajo y Seguridad Social, 1990, Madrid

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