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¿QUÉ HABÍA ANTES DEL BIG BANG?

Cabe exponer que las matemáticas de la relatividad general explican la evolución del
universo hasta su mismo principio sin la intervención de ninguna deidad.
Roger Penrose y Stephen Hawking, usando la teoría de la relatividad de Albert Einstein
y observaciones directas demostraron en 1965 que el Universo, el tiempo y el espacio, sí
habían tenido un principio. A ese punto del espacio-tiempo se le llama Singularidad.
Una zona de densidad de energía infinita. La súbita expansión que vino justo después es
el Big Bang. Pero te preguntarás qué había antes de la Singularidad. Imagina que en la
tierra caminas hacia el norte. Si caminas lo suficiente llegarías al polo norte, si te pido
que camines más hacia el norte ¿A dónde irías? No es posible. En este sentido el polo
norte es singular, de la misma manera, no es lógico preguntar qué había antes del
principio, el tiempo mismo comenzó ahí.
O como diría Javier Santaolalla (Físico de partículas): Gracias a la teoría de la
relatividad de Albert Einstein, sabemos que el espacio y el tiempo NO son absolutos,
NO son una especie de telón de fondo sobre el que ocurren los eventos, sino que son
dinámicos, relativos el uno al otro y son deformados por la energía y la materia, son
definidos por el Universo, no independientes de él. Por eso NO tiene sentido hablar de
un tiempo antes de que el Universo iniciara. El tiempo comenzó con el Universo.
El Universo era tan pequeño en el mismo momento de su inicio (aún menor que un
átomo) que en este caso hay que incorporar la mecánica cuántica; la teoría que explica
el funcionamiento de la materia a escala súper, hiper, microscópica, la razón por la que
se formaron galaxias, estrellas, y planetas etc, es porque el Universo cuántico primordial
era irregular e inestable como lo muestran los mapas de radiación de fondo cósmica del
Universo actual. Si existe el sol, la tierra, los seres humanos etc, se debe a las
irregularidades probabilísticas del microuniverso cuántico.
Javier Santaolalla; Somos el producto de las fluctuaciones cuánticas del Universo bebé
Si se aplica la mecánica cuántica a la gravedad, tanto el tiempo como el espacio se
convierten en variables mecánicas cuánticas. La nada es inestable, es más, cuando se
combinan la mecánica cuántica y la relatividad, el espacio vacío, que aparentemente es
nada, resulta no ser tan simple. En realidad es un hirviente brebaje burbujeante de
partículas virtuales, que entran y salen de la existencia en una escala temporal tan breve
que no puedes observarla a simple vista y en realidad si esperas que la gravedad opere y
haga su trabajo, el espacio vacío comienza a producir suficientes partículas para formar
las cientos de miles de millones de galaxias que hay y las cien mil millones de estrella
de cada galaxia, la gravedad cuántica no solo parece permitir que se creen universos a
partir de nada —en referencia, en este caso, insisto, a la ausencia de espacio y tiempo—,
sino que puede requerirlo así. Así, la «Nada» —en este caso, la ausencia de espacio, de
tiempo, de todo: la «nada de nada»— es inestable.
Es más: cabe esperar que las características generales de tal universo, si dura mucho
tiempo, sean las que observamos hoy en nuestro Universo.
Nuestro conocimiento de la expansión del Universo reposa enteramente en el hecho de
que los astrónomos pueden medir mucho más exactamente el movimiento de un cuerpo
luminoso a lo largo de la visual que su movimiento perpendicular a ésta. La técnica
utiliza una conocida propiedad de toda especie de movimiento ondulatorio llamada
efecto Doppler. Cuando observamos una onda sonora o luminosa proveniente de una
fuente en reposo, el tiempo transcurrido entre la llegada de las crestas de las ondas a
nuestros instrumentos es el mismo que el tiempo transcurrido entre las crestas cuando
dejan la fuente. En cambio, si la fuente se aleja de nosotros, el tiempo que pasa entre las
llegadas de crestas de ondas sucesivas es mayor que el tiempo transcurrido entre ellas al
abandonar la fuente, porque cada cresta tiene que recorrer una distancia un poco mayor
que la cresta anterior para llegar hasta nosotros. El tiempo transcurrido entre las crestas
es igual a la longitud de onda dividida por la velocidad de la onda, de modo que una
onda emitida por una fuente que se aleja de nosotros parecerá tener una longitud de
onda mayor que si la fuente estuviera en reposo
el Universo NO es estático, sino que está expandiéndose; y que esta expansión se inició
en un Big Bang, una «Gran Explosión» increíblemente caliente y densa que tuvo lugar
hace unos 13.700 millones de años. Y lo que es igual de importante: sabemos que
nuestra galaxia es solo una más del total de galaxias del universo observable, que quizá
ascienda a los 400.000 millones, algunas de las evidencias que lo respaldan es la
existencia de la radiación cósmica de fondo, radiación de fondo de microondas o CMB
(Cosmic microwave background). El universo temprano, debido a su alta temperatura,
se habría llenado de luz emitida por sus otros componentes
La RFCM (radiación del fondo cósmico de microondas) es el resplandor residual del
Big Bang. Nos ofrece una prueba, si es que se necesita alguna más, de que el Universo
estaba muy caliente, porque nos permite mirar hacia atrás de forma directa y descubrir
la naturaleza del caliente y jovencísimo universo del que más tarde emergieron todas las
estructuras que hoy vemos
Por otra parte la prueba directa del Big Bang sería el fondo de ondas gravitatorias, estas
ondas gravitacionales surgen a partir de un gran número de sucesos aleatorios e
independientes combinados para formar un fondo cósmico de ondas gravitacionales.

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