Вы находитесь на странице: 1из 8

19 de octubre

SIN MIEDO AL FUTURO


Lectura: Apocalipsis 1:17-18
“Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí
diciendo: no temas; yo soy el primero y el último...” v.17

Al participar de una carrera benéfica en las marismas, subiendo y


bajando cuestas por un camino estrecho en medio a un bosque con
mucha maleza y pequeños árboles, en una curva el atleta que iba
delante de mí sostuvo una de las ramas y, cuando me percaté, la
soltó. Por muy poco no me hizo daño, pues rápidamente me agaché,
casi tirándome al suelo. ¡Qué susto! Tras el percance, me sentí más
animado a seguir hasta la meta.

Son muchos los motivos que “casi” nos tiran al suelo. Suelen
interrumpir nuestros propósitos y algunas veces provocan el miedo a
continuar. Esas situaciones suelen ocurrir en forma sorpresiva e
inesperada.

Juan, el apóstol, muchos años tras la muerte y resurrección de Jesús,


vuelve a encontrarle para recibir las palabras proféticas del
Apocalipsis, y el impacto de tan hermosa y espléndida visión le llevó a
caerse. Pero el mismo Señor le advierte que no tenga miedo, porque
Él es el Primero y el Último, el que vive.

En la perspectiva de una revelación hacia el futuro, al saber que Cristo


es el dueño de la historia, aquel que viene antes de todo y aquel que
permanece cuando todo se termina, el temor se desvanece.

El siervo Juan encarcelado por ser fiel, ve sus expectativas de futuro


renovadas al caerse delante de Jesús. No fue una derrota, más bien
fue una entrega, rindiéndose ante aquel que realmente tiene el control
sobre lo que se avecina.

Dirceu Amorim de Mendonça, España


Reflexión: Rendirse al Señor es fortalecerse para el futuro
20 de octubre

GRACIA SORPRENDENTE
Lectura: Mateo 20:1-16
“Id también vosotros…”

Los niños son expertos en la justicia, ¿no es cierto? ¡Sobre todo


cuando les afecta a ellos! Si no me crees, dale un dulce a uno de tus
hijos - pero no a los demás. Antes de que lo pueda desenvolver, los
demás niños estarán gritando: "¿Por qué no me diste uno a mí? ¡Eso
no es justo!"

Seguramente cuando vamos creciendo dejamos todo eso atrás,


¿verdad? ¡Ojalá así fuera! Es bueno luchar por la justicia, sobre todo
cuando es para otros. Pero si estamos enfocados en conseguir lo que
merecemos, podemos alejarnos de los propósitos que tiene Dios para
nosotros. Jesús nos enseña esta lección en una parábola que nos
puede parecer algo extraña.

El dueño de una hacienda salió a buscar trabajadores para su viña.


Prometió pagarles el precio normal para un día de trabajo, y ellos se
fueron a trabajar en su viña. Después de dos o tres horas, él volvió al
pueblo y encontró a otros que estaban parados en la plaza, esperando
ver si alguien los contrataba. Los invitó a trabajar, y simplemente
prometió pagarles lo justo.

"¡Esto no es justo!" - exclamaron. "¡Estos hombres sólo trabajaron una


hora, pero les está pagando lo mismo que nos pagó a nosotros!
¡Trabajamos todo el día en el calor!"

El dueño les contestó: "Yo no les he hecho ninguna injusticia. ¿No


concordamos en lo que les iba a pagar? ¿No les di lo que acordamos?
¿No tengo el derecho de hacer lo que yo quiera con mi dinero? ¿Están
celosos porque soy generoso?" Jesús entonces nos da la moraleja:
"Así los últimos serán primeros, y los primeros últimos."

Enrique Azuaga, Paraguay


Reflexión: Así los últimos serán primeros, y los primeros últimos
21 de octubre

VICTORIOSO CON CRISTO


Lectura: 1ª Juan 5:1-5
“…y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. v.4

¿Qué respondería usted si alguien le hiciera la siguiente pregunta: es


en realidad posible vivir una vida Cristiana Victoriosa? Muchos
cristianos dicen: “Lucho y lucho, pero no puedo alcanzar la victoria”. La
respuesta más adecuada seria que Cristo ya la alcanzó para nosotros.
Y eso es porque creemos y confiamos que en Cristo podemos
alcanzar la victoria. En Cristo usted es más que vencedor. Cristo dijo
que en el mundo tendríamos aflicciones, pero que confiáramos porque
Él había vencido.

El sistema del mundo es un monstruoso artificio de tentación. Siempre


tratando de alejarnos de Dios y de aquello que es eterno. Haciendo
que nos preocupemos por lo temporal. Las personas en este mundo
están totalmente dadas a las cosas materiales y de los sentidos. Se
han vuelto víctimas de las cosas pasajeras. Ante esto, el cristiano es
más que vencedor, es más que ganador.

Pero, ¿Cómo puedes experimentar esta nueva vida victoriosa?


Solamente tienes que creer en Jesús y dejarlo que sea tu SEÑOR Y
SALVADOR. Solo el hombre que es verdaderamente nacido de Dios
vence al mundo, porque por la fe puede elevarse por encima de las
cosas perecederas de este mundo y contemplarlas en su verdadera
perspectiva, la eterna. Así que, el que verdaderamente vence al
mundo no es el gran científico, ni el filósofo, ni el psicólogo, sino el
sencillo creyente que se da cuenta de que la gloria de las cosas que
se ven es temporal, y que las cosas que no se ven son eternas.

Sigifredo Sabalza, Venezuela


Reflexión: La gloria de Dios en Jesús disipa la gloria del mundo
22 de octubre

EL MEJOR OYENTE
Lectura: Apocalipsis 5:1 – 14
“…todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las
oraciones de los santos.” v.8

En las dramatizaciones, para dar idea de alboroto, se usa el recurso


de hablar todos al mismo tiempo. Las voces superpuestas indican
confusión y falta de diálogo. Lo contrario a esto es la respetuosa
atención y espera a que el interlocutor finalice su exposición, para
presentar la respuesta a lo planteado.

Dios no se cansa de escucharnos. Lo hace con tanto cuidado que


guarda cada una de nuestras plegarias. En el libro de Apocalipsis,
Juan ve que los seres vivientes y los ancianos tenían copas llenas e
incienso, que son las oraciones de los santos. Todas ellas han llegado
a los oídos de Dios. Fueron conservadas como tesoro en su memoria.
Para el Padre, oírnos es tan importante como grato.

Pero también quiere hablarnos. El libro de Hebreos comienza diciendo


que Dios se ha comunicado muchas veces y de muchas maneras,
pero hoy nos habla por Su Hijo Jesucristo. A través de los Evangelios
conocemos Su carácter y todo cuanto desea anunciar. En esa
comunicación del día a día, es que se va elaborando la confianza.
Nosotros afirmamos la fe en Su palabra y también vamos recibiendo
de Su parte, Su confianza para asignarnos tareas para realizar en Su
Reino. Siempre habrá muchas oportunidades de tener buenas
relaciones, si aprendemos a escucharnos. Santiago nos dice que
seamos prontos para oír. Por cierto, que debemos interesarnos por
nuestros semejantes, al punto de no pasar por alto lo que nos
comunican. Dios tiene en cuenta nuestras oraciones y las contesta en
su tiempo. También debemos escuchar lo que nos dice.

Alicia Ituarte, Uruguay


Reflexión: Dios escucha lo que decimos
23 de octubre

LUZ BRILLANTE
Lectura: Juan 1:1-12
“La luz resplandece en las tinieblas…” v.5

Es impresionante el efecto que produce la luz cuando se proyecta.


Los reflejos son brillantes e iluminan el entorno. El diseño de la
creación nos guía a detenernos en la creación de Dios, dos lumbreras:
El Sol y la Luna.

Dios calificó todo lo creado por Él, como bueno en gran manera, de
ahí que, podemos reafirmar, que la luz es buena e indispensable para
la vida. La luz y las tinieblas se oponen entre sí, no es posible entre
ellas la coexistencia; es la luz o son las tinieblas.

El escritor Juan nos ofrece una interesante narrativa a partir de los


comienzos y destaca la íntima relación entre Jesús y la vida, de quien
señala que en Él estaba la vida y que esa vida, la de Jesús, era la luz
de los hombres. Por consiguiente, la afirmación de Jesús sobre sí
mismo cobra sentido: “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12).

¿Qué significaría para la persona tener un encuentro con Jesús?


¿Cuáles beneficios en la vida presente y en la vida por venir,
obtendrían quienes decidan seguir a Jesús? Estas preguntas le
pueden motivar a usted para elaborar desde una a varias respuestas.

La Palabra de Dios establece que estar en la luz, le evita a la persona


andar en oscuridad. La oscuridad es sinónimo de muerte, tropiezos y
desaciertos. La luz es sinónimo de vida, de Salvación, de liberación de
la opresión del pecado. La luz del mundo, Jesús, está disponible como
la luz verdadera, la luz del mundo para toda persona que anhele y
decida creer en Él.

Bienvenida González, República Dominicana


Reflexión: Permita que la luz de Jesús, ilumine su vida
24 de octubre

FUTBOLISTA DE CRISTO
Lectura: 2ª Timoteo 2:1-13
“Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha
legítimamente.” v.5

Benjamín, es un niño de trece años que juega fútbol, asiste


regularmente a su Iglesia, lee la Biblia y ora cada día. Practica su
deporte favorito con alegría, disfruta de los entrenamientos y cuando
juega oficialmente, pone toda su fuerza en hacer lo mejor que le ha
enseñado su entrenador.

Aprendió a orar al inicio de cada partido, una oración silenciosa que solo
escucha Dios. Sus compañeros tienen conocimiento que él es un
cristiano y es respetado por ellos. Se podría decir que ya es un futbolista
y discípulo de Cristo. A pesar de sus cortos años ha aprendido que el
grado de competición es muy alto y que cada día debe esforzarse para
ganar un puesto en el equipo. Doble trabajo es entrenar y estudiar, pero
logra con éxito su sueño de niño.

La imagen que proyectan los jugadores de éxito con sus ganancias


económicas y, además, la vida de adinerados que se dan, es una
tentación para quienes sueñan con ser profesionales. Algunos llevan
una vida de esfuerzo al límite de sus capacidades físicas; otros caen en
los vicios y derrochan la vida y el dinero ganado; terminan muy mal.

Pero, nuestro Benjamín, sueña con triunfar en su deporte favorito y


representa a miles de niños del mundo que esperan algún día ser
famosos jugadores de fútbol. Él sabe que solo logrará triunfar con Cristo
en su corazón siendo el centro de su vida. Principio de vida que vale
para todas las profesiones y actividades laborales que desarrollemos.

Luis Canihuante, Chile


Reflexión: ¡Con Cristo, somos más que vencedores!
25 de octubre

MANOS DE PADRE
Lectura: Job 12:1-12
“… te haré famoso y haré que seas una bendición para otros.”

Cuando mi primogénito era pequeño, su simpatía provocaba la sonrisa


de las personas. Era un niño dicharachero y raramente se lo escuchaba
llorar. Si se caía, corría hacia mí diciendo “sana, sana” señalando el
lugar del golpe. Yo, simplemente pasaba mi mano donde le dolía y
cantaba “sana, sana, colita de rana, si no sana hoy, sanará mañana”.
Eso le provocaba un alivio instantáneo, y después de algún arrumaco ya
salía corriendo otra vez.

Pasaron los años, y siendo él ya un muchacho, me encontraba otra vez


intentando aliviar su padecimiento con mis manos, masajeando su
espalda adolorida por una afección pleural. Durante esas largas horas
de incertidumbre y soledad en la habitación de un sanatorio, viéndolo
agravarse ante mis ojos, lo único que atinaba a hacer en mi impotencia
era rogarle a mi Padre que sus manos poderosas se posasen sobre su
cuerpo y obrasen sanidad, ya que las mías de madre no podían esta vez
aliviar el dolor de mi hijo.

En su inmensa misericordia, así lo hizo Dios. Fueron sus manos


amorosas de Padre las que lo levantaron milagrosamente y restauraron
lo que había sido dañado. Más pronto de lo esperado, mi jovencito ya
estaba nuevamente de pie con la certeza de que, aunque las manos de
mamá estuvieron también, fueron las manos del Eterno Soberano las
que hicieron la diferencia en su vida.

Esas manos no solamente obran sanidad, en ellas también encontramos


refugio en los tiempos de tormenta, consuelo en momentos de
decepción, sostén en horas de desesperación, seguridad en cualquier
circunstancia.

Nancy Rodríguez Antivero, Uruguay


Reflexión: Las manos del PADRE son más seguras que mis
manos de madre

Вам также может понравиться