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DE CULO
IN DUBI pro reo
CÓDIGO
EN CIVIL
ESTUDIANTES INDEPENDIENTES
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IN DUBI pro reo El 20 de diciembre no estaba la bandera del Centro
Las materias no te salen, te tenés que anotar en cualquier horario, te jodés la semana. Y encima en la facultad, ni
ganas de quedarte te dan, casi no tenés dónde –el bar es un desastre -ni birra venden-, ni bien termina la clase, te
rajás.
Una cagada, tu carrera.
Por suerte no tiene que ser así. Te proponemos que nos ayudes a cambiar esto. De a poco, con mucho, mucho
laburo. Con honestidad, humildad; pensando, escuchando. Pero eso si, con muchísima alegría. Con la plenitud
de saber que estás laburando por un pasar mejor. ¿Para vos? Para todos.
Imaginate que tenés un Centro de Estudiantes. Uno de verdad, que te represente, que sea tu herramienta
gremial. Que proponga debates, que sea participativo, en el que puedas desarrollar tus inquietudes y tus ganas
de intervenir en la realidad como sujeto político. Un Centro que se mueva, que se pueda oponer a otro nefasto
cambio de plan de estudios, que pueda reclamar más oferta o más cursos de verano, siempre con la fuerza de los
estudiantes. Y que además se nutra de los aportes de los estudiantes, que refleje una cultura joven que
transforme los parámetros establecidos: que tenga una publicación, una revista, talleres, asesorías, que trabaje
en las villas, en las cárceles, en donde haga falta. Pero sobretodo, en el que todos podamos participar y donde la
relación sea de iguales, no queremos que nos atiendan detrás de un mostrador, queremos hacer política de otra
forma.
Imaginate una facultad mejor. Donde las clases sean dadas por los titulares. Que te hagan leer buenos libros –
aunque igual le van a dar piel de gallina al resto de la gente-, pensarlos, entenderlos, discutirlos. Debates e ideas
que se puedan trasladar a esa birra milagrosa que te van a vender en el barcito más barato del mundo cuando
salís de obligaciones – le decís a tu amigo que pague y que te queda una obligación natural-. La realidad, la
política, se discute en todos lados, en todas las aulas, entre los alumnos y con el profesor. Mirá que temas hay de
sobra: el matrimonio igualitario, la ley de medios, la reforma electoral, el parque indoamericano, los Qom,
Mariano Ferreyra, la baja de la edad de imputabilidad… y sigue la lista…
Una facultad que piensa y genera pensamiento crítico -y no cassetes del código- forma mejores profesionales,
más comprometidos y más humanos; mejores personas, que pueden, desde su profesión luchar pora otra
sociedad, más justa e igualitaria.
Por un convenio entre la Universidad de Buenos Aires y el Sistema Penitenciario Federal se le acerca el
derecho a la educación a quienes se encuentran detenidos en la cárcel capitalina de Devoto. Allí pueden estudiar
varias carreras, como abogacía, economía, sociología, etc, como también hacer talleres de computación, teatro,
música, entre otras actividades. La universidad tiene asignado un espacio físico, al cual acuden los estudiantes
todos los días hábiles para tomar sus clases o estudiar, y al que no pueden ingresar los guardias del servicio
penitenciario. Rige la autodisciplina.
Quienes tienen la fortuna de pasar por el CUD conocen lo valioso de la experiencia, lo maravilloso de la
posibilidad de salir, aunque sea por un momento, de la violencia que implican el sistema penal y la cárcel. Es un
ámbito de libertad y de resistencia, desde donde se combate con ideas a la alineación y deshumanización a la
que es sometida la población carcelaria, que en su gran mayoría pertenecen a la parte de nuestra sociedad más
perjudicada, por la economía y la política actuales.
Es también un lugar de dignidad, donde se revaloriza el ser humano, florece su creatividad y solidaridad y se
pueden apreciar sus posibilidades infinitas de superación, aún contra cualquier adversidad.
Este espacio que genera la contradicción libertad/autoridad, produce una fricción constante entre el SPF y el
CUD. Tanto es así que a finales del 2010 se produjo un ataque frontal por parte del Servicio Penitenciario, en el
cual se allanó el espacio del CUD y se suspendieron las clases y muchas de las actividades que allí se
desarrollan; también implicó el robo de una computadora. Este hecho produjo que se trasladaran a varios de
sus estudiantes a otras prisiones. Esto se dio en el marco de una causa dudosa, en la cual el fiscal ordenó un
allanamiento por supuestos secuestros virtuales realizados desde dentro del CUD. La violencia del
allanamiento alcanzó incluso a profesores de la universidad que se encontraban dando clases en ese momento,
en total incumplimiento del convenio firmado con la Universidad de Buenos Aires. Los estudiantes
inmediatamente comenzaron la resistencia, iniciando peticiones legales, junto con la UBA, para la
normalización de las actividades en el centro. A falta de respuesta iniciaron una medida de fuerza: una huelga
de hambre, que se prolongó durante 45 dias.
Como corriente Universitaria y como nueva conducción de la FUBA, La Mella y otras fuerzas políticas nos
movilizamos reiteradas veces al Ministerio de Justicia para exigir que se normalizara la situación y se
reanudaran las actividades suspendidas.
Finalmente se derrotó el ninguneo y de parte del Ministerio se garantizó “la vuelta a la normalidad”. Así se
levantó la extensa huelga de hambre. Dejando claras consecuencias en algunos de los compañeros.
A pesar de la importancia del Programa UBA XXII de educación en las cárceles, es impresionante su
aislamiento. Pocos estudiantes de la UBA saben que tienen compañeros estudiando dentro de un penal. Esta
falta de visibilidad le quita fuerza y dinamismo a un programa que tiene muchísimo que ofrecer y nos puede
hacer pensar que no “hace falta” garantizar el derecho a la educación a esa parte de nuestra sociedad que se
encuentra aislada. Es para romper este aislamiento que nosotros, desde In Dubio Pro Reo, realizamos un
trabajo dentro del CUD, junto con estudiantes de la facultad. Nos acercamos e ingresamos al centro a
conversar con nuestros compañeros sobre distintas situaciones de la actualidad, que nos afectan a todos, aunque
no a todos por igual. En este proceso generamos experiencias únicas, de un tremendo valor para nuestra
formación como futuros profesionales y también como personas. De alguna manera, también rompemos con el
aislamiento y la alineación que toda prisión supone para sus internos.
Porque estamos convencidos de que la única construcción posible se hace desde el diálogo y de la reflexión
conjunta de todas las partes, nos proponemos trazar un puente de contacto sólido y permanente que permita el
intercambio fluido entre los estudiantes que participan de la vida universitaria independientemente del espacio
en el que se encuentre cada uno. Con el próposito de disolver aquel velo que existe actualmente, esa
estigmatización que encontramos en toda la sociedad, pero particularmente la que se reproduce dentro de la
Facultad, donde el silenciamiento o el ocultamiento de los estudiantes del Centro Universitario de Devoto
ayuda a reproducir la exclusión social en la que se ven éstos inmersos. Por eso, te invitamos a ser parte de este
proyecto, a aportar todo lo que quieras y puedas para que el mismo crezca y se fortalezca la educación en las
cárceles. Sabemos, después de haber ido tantas veces, que los estudiantes del CUD también te invitan.