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RESEÑA HISTÓRICA DE LA FUNDACIÓN DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS

EN EL ÁREA GEOGRÁFICA DE LO QUE HOY ES EL DISTRITO CENTRO.

Lo que se pretende es narrar la historia. Ella es la máquina del tiempo que nos alumbra
el pasado para que no nos perdamos en el futuro. Se pretende contarla lo más
objetivamente posible por medio de las pruebas testimoniales y principalmente
documentales. El Distrito cuenta de primera mano con documentos escritos de puño y
letra de insignes hombres de Dios: del Hno. Enrique Ávila Murguía, con fecha del 13 de
agosto de 1968, y de Saúl García, con fecha de abril de 1972. Por lo anterior, esta es
una investigación documental y de campo, indagando, además, con la generación de
convertidos de los pioneros y líderes que en su tiempo presidieron los Distritos
Central e Interoceánico, los cuales hicieron historia en la evangelización de nuestras
áridas tierras. Cuna de los cristeros y con un predominio católico casi absoluto. Lo que
se pretende consignar aquí es la historia antigua; la contemporánea toca hacerla a los
ministros actuales, pero escribirla a los del futuro para que sea imparcial. Si no notó
su nombre en este documento, es que usted apenas está haciendo historia.

El Distrito centro cuenta con tres ciudades capitales de entidades federativas; por un
lado en la parte occidente se encuentra la industriosa ciudad de Aguascalientes
incluida su feria de San Marcos, en la parte sur está la capital potosina, cuna de
Manuel José Othón, San Luis Potosí, y en la parte norte esta Zacatecas, ciudad minera y
colonial. Ellas son el centro y el corazón del Distrito. En estos centros de población
inició la evangelización con la doctrina pentecostés de las Asambleas de Dios, en
diferentes tiempos, pero con la misma pasión y los mismos tropiezos que el maligno
interpone. Se pretende narrar en el presente documento, cronológicamente, la llegada
del evangelio a estos estados del centro de la república mexicana. Motivados por el
vigésimo aniversario del Distrito Centro.

Primeramente a San Luis Potosí llegó la Palabra por medio del pionero Andrés Araiza
en los años de 1936 a 1940. Hay un dato de Enrique Ávila que dice que comenzó a
predicar en 1938. En aquel entonces se compró una casa por la calle Aquiles Serdán,
casi esquina con Damián Carmona, con el propósito de hacer cultos e iniciar la
predicación del evangelio pentecostés por primera vez en San Luis Potosí. Con el
tiempo se adquirió un lugar más adecuado en Coronel Espinosa 560, en el barrio de
Tlaxcala. En los años cincuenta del siglo pasado, se continuo con la obra del Señor en
este lugar usando Dios a los hermanos Ramón Abundis y Joel Rodríguez, de ocupación
sastres, entre otros como Juan Ríos y Telésforo Salazar. Una anécdota afirma que el
hermano Enrique Ávila en una visita que hizo a la capital del estado, en el año de
1955, en calidad de Presidente de Sección, encontró que el templo estaba cerrado ya
por espacio de seis o siete años. Para ese tiempo ya había sufrido dos divisiones. El
Hno. Ávila refiere: “Cuando yo llegue allí, fui a buscar el lugar y di con él, pero estaba
cerrado y la puerta tenía un sello de clausura…cuando yo abrí la puerta…en el piso
había poco más de un dedo de grueso de polvo…era desolador, era algo
angustioso…me hinqué y le dije al Señor: “Mira tu obra como está”…después me di
cuenta que estaba embargada. Le escribí al hermano Manuel Bustamente, que en ese
tiempo era mi pastor, a vuelta de correo recibí un giro por seiscientos pesos para
pagar los compromisos de la propiedad”. Este fue el parteaguas para que en este lugar
se le diera más atención a la obra de Dios, de tal manera que mandaron un buen
ramillete de obreros que desfilaron y continuaron con la predicación del evangelio:
Telésforo Salazar, a un hermano de apellido Suárez, Francisco Segovia. Otro joven, del
cual no se da su nombre, recién graduado del Instituto Bíblico Magdiel, se cuenta que
su esposa sufrió una terrible deshidratación, por lo cual “la cruz roja” la sacó de un
rincón del templo por falta de alimentos. En ese tiempo el campo era muy difícil para
el sostenimiento pastoral.

En los años 60s llegó el hermano Gregorio Lara, tiempo en que también arribaron al
campo potosino los misioneros Johnston, los cuales comenzaron la construcción del
Templo El Calvario y muchos lugares más del Distrito Centro. En esos mismos años
pastorearon ese lugar los hermanos Delfino Casillas y Arnulfo Alvarado, de quien se
dijo: “están fundadas nuestras esperanzas de que él continúe el trabajo aquí…es un
lugar duro…hay demonios escondidos allí…se vislumbra un nuevo horizonte para la
obra de San Luís Potosí y el hermano Alvarado tiene que lograrlo, porque la
experiencia habla”. Ya en los años setenta se le dio continuidad a la obra por obreros
de renombre como Arturo Gutiérrez Lugo, Trinidad Becerra, Miqueas Cantú, con el
cual se fundaron algunas iglesias en la capital del estado como Emanuel y Luz y
Verdad. La obra ha seguido, en la iglesia madre llamada ahora “Comunidad Cristiana
El Calvario” pastoreada por Humberto García Puga, Juan Martín López L. y
actualmente Joel Velásquez Córdova. La iglesia de las Asambleas de Dios en San Luis
Potosí se ha extendido contando en la actualidad con cuarenta y siete iglesias en lo
que es el altiplano y zona centro del estado. El esfuerzo de muchos ha redituado por la
obra del Espíritu Santo, y una vez más Dios ha sido vencedor.

Por otro lado, la obra en Aguascalientes se inició en 1953, por esfuerzo y dedicación
del pionero Enrique Ávila Murguía. Él lo narra así: “Empecé a trabajar y a hacer
trabajo personal acompañado de un hermano norteamericano…Byron Condem…
desde esa fecha Dios empezó a bendecirnos allí, y logré juntar un grupito de
veintisiete personas… solicité pastor, y entonces me mandaron a Manuel Chacón
Segovia”. Parece ser que después de la partida inesperada del hermano Chacón en el
año sesenta y cinco, el hermano Enrique Ávila y Arturo Gutiérrez, siguieron
celebrando campañas evangelísticas allí con la ayuda económica del pastor Josué Ortiz
de Santa Anna, California, y su iglesia llamada Calvario. Sin embargo, la obra tuvo sus
tropiezos ya que por un tiempo la casa donde se celebraban los cultos, en Calderón
116, quedo abandonada. Ya en el año 1965 con el apoyo de los misioneros Teodoro
Oliver y Artie Johnston, se construyó el primer templo de las Asambleas de Dios en un
terreno que se adquirió con la venta de la casa de la calle Calderón, en la colonia
Obrera, conocida como El Ranchito. Actualmente es identificada como Macías
Arellano. El templo lleva por nombre Dios es Amor, donde actualmente es pastor el
hermano Marcelino García Ramírez, con su esposa María Isabel Gaitán de García.

En el año setenta y dos, llegó como pastor el hermano Pilar Guevara, el cual duró hasta
el setenta y nueve, dejando huella en ese lugar. Por un tiempo ese lugar de predicación
se unió al cisma que provocó la llamada Confraterniad de Iglesias de las Asambleas de
Dios. Ya a finales de los ochenta se llegó a recuperar este punto de predicación, el cual
siguió dentro de las Asambleas de Dios pastoreándolo, en esos tiempos de
restauración, Francisco Santana Mireles. El refuerzo de la obra en este lugar se ha
dado de muchos lugares, por un lado Luis Espinosa con Casa de Alabanza y
Resurrección. Con Octavio Esparza en Pabellón, y en otros frentes Javier Soledad,
Oscar Roberto García, de Colima, Erasmo Galván en San Francisco y últimamente
Pedro Pulido, en Asientos. No se debe de omitir a “Peñita”, Miguel Peña Arenas, quien
vendió sus propiedades de Palmas Altas y Jerez, Zacatecas, con el fin de ir a establecer
la obra en Aguascalientes.

El lunes doce de enero de 1970, piso por primera vez suelo zacatecano el pionero Saúl
García, en un viaje de reconocimiento de la tierra, sugerido por el entonces
Superintendente del Distrito Central, Rev. José Ma. Duarte y Pecina. Ya convencido de
que era la voluntad de Dios que él estuviera allí, rentó una casa en la calle Montalvo
número seis, propiedad de la madre del conocido predicador y escritor presbiteriano
que llevó en vida el nombre de Juan M. Isáis. En seguida regresó por su familia a
Nuevo Laredo, Tamaulipas en donde fue despedido por su querida iglesia Emanuel. En
esa ocasión le tocó viajar por tren, haciendo un viaje largo de tal forma que no fue sino
hasta el día 23 de enero que llegó la familia a Zacatecas. El inicio de su ministerio fue
marcado por vicisitudes muy fuertes como ésta que describe el Hno. “El día 4 de
febrero lo único que poseía…eran diez centavos…ese día mis hijos tuvieron que
desayunar café negro, todavía me duele en el corazón ver a mi hija Marta, tomando
con tantas ganas su biberón de café negro…me puse a orar…y Dios me hablo
audiblemente, él me dijo: “No llores, hijo, no te quejes, pues más de lo que amas a tus
hijos, yo te amo a ti. Levántate porque en este día yo te daré provisión abundante. Esa
ocasión, pasado el mediodía, llegaron los hermanos Johnston que iban rumbo a los
Estados Unidos, llevando una gran despensa abundante que dejaron en la casa y no
sólo eso, sino que también pusieron en la mano del Hno. Saúl y su esposa Noemí
quinientos pesos…pero eso no fue todo, inmediatamente llegó un giro telegráfico de
trescientos pesos del hermano Rubén Campos y otro tanto más por parte del
Superintendente de Distrito, “para que no fueran a sufrir los niños”. En otra ocasión,
su hijo Jonathan fue atacado de una enfermedad que le produjo ceguera, demencia y
parálisis, fue la prueba de fuego en Zacatecas, así le llamaron los hermanos García a
esa situación. A través de la oración de fe su hijo fue sanado milagrosamente y
milagros como estos acompañaron a su ministerio en Zacatecas.

Los hermanos iniciaron la obra, haciendo campañas con películas con el misionero
Elías Stone, presentando también un coro, del Distrito Sur de California, por varios
años consecutivos en plazas, teatros, parques, escuelas, universidades y en la
penitenciaría del estado, dirigidos por el Rev. Paul Burton. Lo mismo haciendo
actividades evangelísticas con Joel Quiñones, de Guadalajara. Durante esos días el
Señor hizo sanidades y algunos aceptaron a Jesús como su Salvador. Con el propósito
de establecer la obra más firmemente se compró un terreno ubicado en la calle del
Cerrillo 423 (después Joaquín Amaro), en la colonia Buena Vista. El terreno costo diez
mil pesos aportados por los misioneros Johnston. Esta propiedad quedó registrada en
catastro el día 15 de abril de 1970 a nombre del Superintendente José Ma. Duarte y
Pecina. Así se construyó el primer templo de las Asambleas de Dios en todo el estado,
dedicándolo el 3 de marzo de 1971, que lleva hasta la fecha el nombre de Aposento
Alto. En ese mismo tenor, por la soberana voluntad del Espíritu del evangelismo, el
Espíritu Santo, el día 30 de marzo llegaron a la casa del Hno. Saúl García dos
estudiantes de apellido Rubio y el otro Zamora, del Instituto Bíblico Bethsaida, que
contactaron a los hermanos García con la comunidad de Bañon, Villa de Cos Zacatecas,
donde tiempo atrás ellos estaban visitando y haciendo cultos esporádicamente en la
casa de las hermanas Ramos, las cuales habían conocido al Señor en Ciudad Juárez.
Así, el 1 de abril 1972 se compró el terreno de quinientos metros cuadrados para
construir un templo al señor Carlos Salinas López, con una ofrenda de mil pesos
donados por el hermano Levit Juárez. De esta manera y por esos años se dejó de
pastor al Hno. Rubén Contreras y su esposa Crucita. Lo mismo pasó pero de manera
sorprendente, en Palmas Altas, Jerez, Zacatecas, donde una familia de simpatizantes, J.
Pilar López, donó un terreno de 200 metro cuadrados. En esta propiedad desde 1974
se construyó un bonito templo para la predicación del evangelio y comenzó a
pastorear el Hno. Norberto Aguilar. Cuando los hermanos García entregan la iglesia
Aposento Alto en abril de 1974, llegó de pastor Rubén Contreras y poco tiempo
después tomó el lugar el pastor Juan Antonio Vásquez y su esposa Lupita Ibarra. El
Hno. Vázquez por espacio de 35 años ejerció su ministerio en este lugar hasta el día de
su partida, ocurrida en noviembre pasado, en el cumplimiento de su deber, asistiendo
al Concilio Nacional celebrado en Mazatlán, Sinaloa.

Por otro lado, el mover del Espíritu Santo revoloteaba en el corazón de Delfino Casillas
para iniciar una obra en su tierra natal, Tenayuca, Zacatecas. Fue así que en 1974
nació la obra de Asambleas de Dios en el sur del estado, donde se dice que el hermano
tuvo “fe para edificar un templo”. En el área norte del estado de Zacatecas, en el año de
1977 aproximadamente, el hermano Mario Carrasco pastor de la iglesia Monte Sinaí,
de la ciudad de Durango, inicia la obra en San Antonio del Cerrito, municipio de
Sombrerete. En 1979 el Hno. Luis Dehuma, padre e hijo, encuentran un trabajo
temporal en la pisca de algodón en San Pedro de las Colonias, Coahuila. En tal lugar
escuchan la noticia sin igual, el evangelio de gracia, que reciben y se convierten bajo el
ministerio de la hermana Licha Orozco. Después de unos meses, en ese mismo año,
ellos abren la puertas de su casa para que vengan a seguirles compartiendo la palabra
de Dios. Fue como surgió y se fundó El Buen Pastor, en el ejido Zaragoza, Sombrerete,
Zacatecas, que ha sido semillero de predicadores e iglesias. De allí salieron: Luis
Dehuma, Ramón y Adelina Dueñez, Marcelino García, entre otros.

No se puede dejar de mencionar que en los años 80s, en octubre de 1984 llega a
reforzar la evangelización el Hno. Emerson Morales, evangelista y conocido pastor de
Houston, Texas, con una campaña que impactó la ciudad de Zacatecas. Se realizó en el
Casino Ganadero; a la gente que quedó de esa campaña le dio seguimiento el pastor
Fernando Garza Rodríguez y su esposa Nora Garza, quienes con el paso de poco
tiempo llegaron a fundar la iglesia Poder y Gozo, en Guadalupe, Zacatecas. En esos
mismos años Dios mandó al pastor Cesar Casillas, actual Director Nacional de
Misiones, a levantar la iglesia Emanuel, en Zacatecas, y en Jerez a José Isabel Mejía
Rodarte a darle seguimiento y consolidación a El Lirio de los Valles.

Para completar el cometido, finalmente, se escribe que grandes estrategas y


visionarios ministros comenzaron a fraguar en sus corazones la idea de formar un
nuevo Distrito en pleno corazón de la república mexicana. Con esa idea y propuesta
llegaron al magno Concilio Nacional XLII, a celebrarse en la ciudad de Villahermosa,
Tabasco, lugar donde fue aprobado el Distrito Centro. La Convención Constitutiva del
Distrito, se describe en la revista de Jornadas Asambleístas, del mes de abril de 1993:
“Con una nutrida representación ministerial del altiplano de San Luis Potosí y de los
estados de Zacatecas y Aguascalientes, se llevó a cabo la reunión constitutiva del que
ahora se llama Distrito Centro, los días 2 y 3 de febrero próximo pasado en el Templo
de Paz de la capital potosina. El ambiente fue festivo y fraternal y resultaron electos
como flamante Directiva de Distrito los Pbros. Rubén Martínez como Superintendente,
Rodrigo López como Vicesuperintendente y Nicolás Alcalá como Secretario Tesorero.
El nuevo Distrito, con seis Regiones y doce Secciones, cuenta con aproximadamente
cien ministros”. Así se escribe la historia Divina, con el empuje y la fuerza del Espíritu
Santo moviendo a su iglesia Asambleísta a la acción.

Pbro. David Medina Pérez.


6 de mayo de 2013.
Edición. Pbro. Enrique Gonzales Vásquez.

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