[7/6, 5:47 a.m.

] Herney: *MI ALMA TIENE PRISA*

Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que
viví hasta ahora.

Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces; los primeros los comió con agrado,
pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.

Ya no tengo mucho tiempo...

Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten estatutos, normas,

procedimientos y reglamentos humanos sin el respaldo de dos o tres testigos inspirados que
hablen con un claro y rotundo "Escrito Está", un "así dice Jehová" examinado correctamente de
acuerdo al contexto de tiempo, lugar y circunstancia.

Ya no tengo tiempo que perder en aspectos oscuros de doctrina que no son principios para
salvación, sino meras interpretaciones extremas. Cosas que hubiera sido mejor dejarlas quietas y
nunca haberles dado importancia, porque cuando se examinan, por la poca luz o la ambigüedad
que encierran, generan división y malas sospechas. Son cosas que seria mejor dejarlas al libre
albedrío del creyente, sabiendo que si se insiste en ellas, más bien pueden servir de estorbos,
"pierdetiempos" y cargas que Dios nunca dejó, y que aunque se las achaquemos a este o a aquel
profeta, en realidad son absurdas ideas surgidas de mentes fantasiosas y que por singularidad,
tradición o por terquedad se quieren conservar.

Ya no tengo tiempo que perder en detalles que no son de utilidad para nada y que sólo sirven al
propósito diabólico de entorpecer la mente del creyente, enloquecerle el juicio, hacerle perder el
rumbo y trastornarle la definición de lo que es fundamental, de lo que es verdad.

Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no
han crecido.

Mi tiempo es escaso como para discutir por títulos. Quiero la esencia, mi alma tiene prisa… Sin
muchos *dulces* en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy cristiana. *Que sepa aprender de sus errores*. Que no
se envanezca, con sus triunfos, ni se desanime con sus fracasos. Que no se considere electa antes
de la hora. Que no huya de sus responsabilidades. Que defienda la verdad revelada claramente. Y
que desee tan solo andar del lado de la luz y la honradez.

Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.

*Quiero rodearme de gente que quiera, con el amor de Cristo, tocar el corazón de las personas*…

*Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñaron a crecer con toques suaves en el alma.

Sí…, tengo prisa…, tengo prisa por vivir con la intensidad que solo la madurez puede dar.

Pretendo no desperdiciar parte alguna de los *dulces* que me quedan… Estoy seguro que serán
más exquisitos que los que hasta ahora he comido.

*Mi meta es llegar al final*con Cristo, satisfecho y en paz con Dios, con mis seres queridos y con
mi conciencia.

Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que solo tienes una.......

😉👍

[7/6, 6:00 a.m.] +57 318 8016619: Uff!!...Que buen mensaje Herney, eso confirma lo que
precisamente nos enseña Cristo através de la lección de esta semana: "Cristo ilustra la naturaleza
de la verdadera religión. Muestra que ésta no consiste en sistemas, credos, o ritos, sino en la
realización de actos de amor, en hacer el mayor bien a otros, en la bondad genuina.”—

Bueno Dios nos permita empezar a vivir nuestra segunda vida AHORA, proponiéndonos no saber
otra cosa más que a Cristo pues ejemplificándolo en nuestra vida diaria nos libraríamos de perder
el tiempo en tantas cosas que no salvan sino que nos hacen perder la oportunidad de la inmensa
gloria que se nos aguarda. Feliz día

[7/6, 8:46 a.m.] +57 318 8016619: Todos están decidiendo hoy su destino eterno. Es necesario
despertar a la humanidad para que comprenda la solemnidad del momento, la proximidad del día
cuando terminará el tiempo de gracia para los seres humanos. Deben hacerse esfuerzos definidos
para presentar a la gente en forma impactante el mensaje para este tiempo. El tercer ángel ha de
avanzar con gran poder. Que nadie ignore esta obra, ni la trate como si tuviera poca importancia
(Testimonios para la iglesia, tomo 6, p. 25).