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La vida surgió gracias a una pizca de océano, un océano esencial en cualquier ser vivo,
tratándose de una analogía, se describe este vasto océano como la sangre y su compleja
función dentro de un organismo.
Para Isaac Asimov, la vida surgió dado un grupo de materia viva emergida en dicho océano en
el que se encontraba una gran variedad de compuestos alimenticios que les permitía a
organismos unicelulares un proceso de alimentación y respiración, mediante luz ultravioleta
que permitió la construcción de elementos simples para este proceso; hasta que la vida se fue
multiplicando y disminuyendo aquellos recursos, obligando a dichos organismos a evolucionar
sus procesos, adaptándose a nuevos ambientes, dicha adaptación las células se especializaron
reuniéndose en una comunidad cooperativa para sostener a todo el organismo firmemente
sujetándose a una roca y otras para absorber alimento, aunque esta adaptación no progreso.
En el reino vegetal, esta adaptación evoluciono ligeramente, al observarse que las plantas
obtiene todas sus necesidades fácilmente de su medio, al no necesitar trasladarse, fabricar su
propio alimento, la obtención de una fuente de luz solar dióxido de carbono y minerales;
aunque esta especialización varía mucho del medio, las plantas marinas obtiene todo a su
alcance; a diferencia de las plantas terrestres, estas requieren una especialización más
desarrollada, poseen tallos, hojas, frutos, flores y raíces, compuestas de una gran variedad de
células avanzadas, absorbiendo el dióxido de carbono en el aire a través de sus ramificaciones
y captando los rayos del sol mediante sus hojas; aunque el agua es más escasa en la tierra,
extiende sus raíces hasta absorberla, transportándola a todo el organismo a través de un
complejo sistema de células; aunque su evolución es más compleja aun organismo unicelular,
son consideradas como formas de vida inferiores, al ser más indefensas en el entorno en
cuanto a otros sistemas vida.
La sangre tiene un significado especial dentro de cualquier cultura, sujetando la idea de que la
sangre es fuente de poder como don divino, en este caso, la religión dispone de la sangre
como señal de vida que solo Dios puede conceder o redimir; la trascendencia de cualquier
organismo es personificada por la sangre, que es devuelta a Dios instantáneamente después
de la muerte.
Pero estos solo son metáforas que simplifican el verdadero significado de la sangre dentro de
toda evolución presente en la sociedad, dada que las propiedades de la sangre son mucho más
sorprendentes e inimaginables más allá de fantasías mitológicas o doctrinas que no determina
carácter ni la personalidad de cualquier individuo.
Fuente: https://vdocuments.site/asimov-el-rio-viviente.html