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MATRICULA: 21395
EXAMEN DE LA MOTILIDAD
Para que un movimiento se ejecute normalmente, con toda la eficiencia que ello implica,
es necesario que ocurra una adecuada contracción y relajación de los músculos agonistas,
sinergistas, fijadores y antagonistas.
Una vez examinados los movimientos se debe evaluar la fuerza de ese movimiento, que
puede variar ampliamente de acuerdo con la edad, el sexo y el grado de entrenamiento
muscular. Como esta exploración se realiza fundamentalmente comparando el lado
izquierdo con el lado derecho del paciente, se tendrá en cuenta, además, el hemisferio
dominante o si se está inspeccionando el lado derecho o izquierdo del paciente. Esta
maniobra se ejecuta solicitando al paciente que realice movimientos contra una
resistencia que se le oponga. Así, por ejemplo, para evaluar la flexoextensión del miembro
superior se intentará vencer la flexión y posteriormente se tratará de flexionar el brazo
extendido
Examen y motilidad de miembros superiores
Para cada grupo muscular se debe realizar una maniobra similar; por ejemplo, el
explorador deberá evaluar la fuerza de los músculos de la mano intentando juntar los
dedos separados, el paciente con los dedos juntos y el índice y pulgar opuestos por los
pulpejos se opondrá a que el explorador con su pulgar los separe el paciente deberá
apretar con su mano los dedos mayor e índice del explorador, quien deberá tener
dificultad para retirarlos
Esta misma maniobra se debe realizar en los miembros inferiores; el paciente, con ojos
cerrados, en decúbito dorsal, debe ser capaz de mantener las caderas flexionadas a 45°
con las piernas en horizontal, y en decúbito ventral deberá ser capaz de mantener las
rodillas flexionadas .
Los estados de tensión nerviosa pueden producir alteraciones del tono muscular; es por
ello que puede distraerse al paciente con la conversación. Es posible recurrir a otra
maniobra para evaluar el tono muscular. Con el paciente relajado, el explorador toma el
antebrazo de éste, lo sacude sucesivamente y observa los movimientos de la mano.
EXAMEN DEL TROFISMO.
Con la edad es posible observar cierta pérdida de las masas musculares, y a nivel de las
manos puede existir una ligera atrofia de las eminencias tenar e hipotenar y observarse
los tendones del dorso de la mano más prominentes.
Existe un temblor fisiológico de amplitud tan pequeña (10 oscilaciones/seg) que pasa
inadvertido. Se detecta por medios electrofisiológicos.
Hay mecanismos que regulan la coordinación motora y que les dan a los movimientos
armonía y regularidad. Esta coordinación se halla regulada por la sensibilidad profunda, el
laberinto y el cerebelo. La vista también colabora en conservar este equilibrio.
Se le solicita al paciente que camine por la habitación, que vaya y venga, observando los
movimientos de brazos y piernas y los movimientos asociados de balanceo. Luego
caminará en línea recta con talón-puntilla o marcha en tándem.
Marcha En Tándem
PRUEBA DE ROMBERG.
Con el paciente de pie, los pies juntos y los brazos levantados o junto al tronco, se le
solicita que cierre los ojos. En condiciones normales, el paciente debe ser capaz de
conservar el equilibrio y es posible observar mínimas oscilaciones. Pueden producirse
empujes mínimos hacia atrás, adelante o a los lados y el paciente debe conservar su
posición.
CORDINACIÓN DE BRAZOS.
Se le solicita al paciente que palmee con la mano derecha sobre la izquierda, y que lo haga
alternativamente con la palma y con el dorso. Posteriormente hará la misma maniobra,
pero en forma inversa. Luego se le solicita que, con los brazos extendidos, realice
movimientos de pronación y supinación rápidos. También se le pide que con su dedo
índice se toque la punta de su nariz y la punta del dedo índice del observador; esta
maniobra será efectuada, asimismo, con los ojos cerrados. Se le indicará al paciente que
realice movimientos de oposición al pulgar con todos los dedos.
Con el paciente acostado o sentado, se le indicará que con el talón derecho toque la
rodilla izquierda, descienda por la cresta anterior de la tibia y que coloque el miembro
inferior en su posición original. Esta maniobra se debe realizar con ambos miembros y
también, seguidamente, con los ojos cerrados.
Los reflejos constituyen los actos más simples del sistema nervioso central y son, a su vez,
una manifestación fundamental.
Para obtener un reflejo osteomuscular el paciente debe estar relajado, con los miembros
en la posición correspondiente para cada reflejo, y se debe estimular con el martillo en
forma rápida y directa en el área reflexógena.
Los estímulos no serán muy próximos entre sí para evitar que actúen en el período
refractario.
El martillo se tomará con la mano, con el índice y el pulgar, para dar el golpe con más
precisión. Se debe evaluar la amplitud y rapidez de la respuesta, y la relajación. Si hubiese
dificultad para obtener un reflejo, se descartará que esto se deba a la tensión nerviosa del
paciente.
REFLEJOS OSTEOTENDINOSOS.
El miembro superior debe estar en ligera flexión a nivel del codo, con la superficie palmar
hacia abajo. El explorador colocará su pulgar o su dedo sobre el tendón del bíceps y
estimulará ese dedo con el martillo de reflejos en busca de la flexión del antebrazo,
observando y sintiendo la contracción del bíceps
REFLEJO TRICIPITAL (C6-C7-C8).
Con el codo flexionado y las palmas hacia abajo o apoyado suavemente sobre el tórax, se
estimula el tendón del tríceps, por encima del codo. Se debe observar una contracción
que produce la extensión del codo.
Con el brazo en la misma posición que para obtener el reflejo bicipital, o descansando
sobre el muslo con la palma hacia abajo, se estimula el radio, por encima de la muñeca. Se
debe observar la flexión y supinación del .antebrazo.
Se obtiene con la pierna flexionada a nivel de la rodilla y dorsiflexionada a nivel del tobillo,
estimulando el tendón de Aquiles y observando la extensión del pie.
REFLEJOS CUTANEOMUCOSOS
Los reflejos cutaneomucosos abdominales T8-T1O por encima del ombligo y T10-T12 por
debajo del mismo, se obtienen estimulando a ambos lados del ombligo, con un
bajalenguas o aguja, de afuera adentro, y observando la contracción de los músculos
abdominales, que se manifiesta por la desviación del ombligo hacia el lado estimulado.
Estos reflejos están ausentes en el niño pequeño, ya que aparecen a los seis meses de
vida.
EL REFLEJO PLANTAR (L4-L5-S1-S2)
Se obtiene estimulando la planta del pie, con una llave o con una aguja, siguiendo una
línea paralela a su borde externo, desde el talón hasta el primer dedo. Se debe producir la
flexión de todos los dedos.
La dorsiflexión del primer dedo y la apertura del resto de los dedos en abanico (signo de
Babinski) se observan normalmente en el niño hasta la edad de dos años.
El estiramiento brusco del tendón de Aquiles obtenido por un impulso múltiple y firme
contra la cara plantar del antepié, puede producir pequeños movimientos de
flexoextensión del pie de rápida extinción. Cuando esta respuesta no se extingue se llama
clonus. También puede obtenerse a nivel de la rótula mediante un estiramiento brusco del
cuadríceps por encima de la rodilla.
Se obtiene estimulando por compresión la cara interna del muslo. Se debe producir la
contracción del músculo cremáster, con elevación del escroto.
Se obtiene estimulando con una mano la piel del glande, mientras que con la otra mano se
siente la contracción del músculo bulbocavernoso, a nivel de la porción bulbar de la
uretra.
EXAMEN DE LA SENSIBILIDAD
En los pacientes sin síntomas neurológicos bastará con un examen que evalúe la
sensibilidad dolor osa y vibratoria de manos y pies, un examen comparativo de la
sensibilidad táctil de brazos y piernas, y un breve examen de la estereognosis. El examen
detallado de la sensibilidad, que fatiga al paciente y con el cual se obtienen resultados no
reproducibles, debe estar bien planificado y destinado sólo a pacientes con sintomatología
del sistema nervioso o alteraciones cutáneas.
Para este examen se utilizan una torunda de algodón, un alfiler y un diapasón apropiado.
Se le dará al paciente una explicación adecuada sobre los exámenes a realizar y se le
solicitará que cierre los ojos. Se evaluarán zonas simétricas para que sirvan de
comparación.
Con dos tubos, uno lleno con agua caliente y otro con agua fría, se van estimulando los
distintos dermatomas. Este examen no se realiza en forma habitual, sino solamente
cuando se sospeche alguna alteración.
EXAMEN DE LA SENSIBILIDAD VIBRATORIA.
Evitando el contacto del dedo grande del pie con su dedo vecino, con los dedos índice y
pulgar de la mano del observador se moviliza el dedo gordo del paciente. Se le preguntará
en qué posición está su dedo.
EXAMEN DE LA ESTEREOGNOSIS.
Se coloca un objeto fácilmente reconocible (por ejemplo, moneda, llave, etc.) en la mano
del paciente y se le solicita que lo identifique. Asimismo, se pueden ir dibujando números
en la piel del paciente para que los reconozca. También se le pide que discrimine entre
dos puntos cercanos cuando se estimula el pulpejo de los dedos, intentando buscar la
menor distancia posible en que identifique a los dos puntos como diferentes. Puede
decirse que el paciente que realice correctamente estas tres últimas pruebas tiene una
corteza sensitiva normal.