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Módulo 5.

Control Constitucional

Introducción

Con el fin de mantener la supremacía formal y material de la Constitución, se crean mecanismos


de protección como lo son el control y la reforma. El control de constitucionalidad busca que las
actuaciones de los poderes públicos, especialmente las del legislador se sometan a lo consagrado
en la Constitución; los procedimientos de reforma tienen como sentido establecer límites para
que lo decidido por el poder constituyente primario en la Constitución tenga mayor garantía de
permanencia y de estabilidad.

Objetivos:

1. Diferenciar los diferentes modos en que puede ser creada o modificada una Constitución.

2. Identificar cuáles son los procedimientos de reforma de la Constitución y la importancia de


los mismos en el sistema democrático Colombiano.

3. Reconocer cuáles son los aspectos básicos del control de Constitucionalidad como
instrumentos de .garantía de la supremacía Constitucional.

4. Determinar el papel de la Corte Constitucional dentro del ordenamiento jurídico Colombiano.

Contenido:

1. Fundamento del control de Constitucionalidad


2. Definición de control de Constitucionalidad
3. Modelos típicos de control de Constitucionalidad
4. Naturaleza de la función ejercida por el juez de Constitucionalidad
5. Características del control de Constitucionalidad en Colombia
6. Modalidades de control Constitucional en Colombia
Módulo 5. Control Constitucional

1. Fundamento del control de Constitucionalidad

El control de constitucionalidad tiene sustento en el principio de supremacía de la Constitución.


Según este principio la Carta Política constituye la norma de normas, es la norma fundamental,
de ella derivan su validez todas las normas del sistema jurídico, el cual se entiende organizado
jerárquicamente a partir de la Constitución.

Eduardo García de Enterría explica así las razones en que se fundamenta la supremacía de la
Constitución:

"... la Constitución define el sistema de fuentes formales del derecho de modo que solo por
dictarse conforme a lo dispuesto por la Constitución (…) una Ley será válida o un Reglamento
vinculante. En este sentido, es la primera de las "normas de producción", la norma normarum, la
fuente de las fuentes. Segundo, porque en la medida en que la Constitución es la expresión de
una intención fundacional, configuradora de un sistema entero que en ella se basa, tiene una
pretensión de permanencia (…) o duración (…), lo que parece asegurarle una superioridad sobre
las normas ordinarias carentes de una intención total tan relevante y limitada a objetivos mucho
más concretos, todos singulares dentro del marco globalizador y estructural que la Constitución
ha establecido"1 .

El control de constitucionalidad se deriva del principio de supremacía de la Constitución, pero


al mismo tiempo se debe destacar que es el ejercicio de ese control lo que posibilita que sea
realidad la configuración de la Constitución como norma de normas y ostente carácter
coercitivo.

2. Definición de control de Constitucionalidad

Una cabal comprensión del significado y sentido en el mundo contemporáneo del control de
constitucionalidad, requiere partir de una definición como esta:

"El control constitucional es un conjunto de mecanismos destinados a mantener el


funcionamiento del Estado dentro de los lineamientos señalados por la voluntad constituyente, y
para impedir que ese poder exorbitante sea colocado al servicio de intereses diferentes a los de
la comunidad"2.
1
EDUARDO GARCIA DE ENTERRIA. La Constitución como norma y el Tribunal
Constitucional, 3ª. Edición, Madrid: Civitas, 1988, p. 49-50.
2
JUAN MANUEL CHARRY UREÑA. Justicia Constitucional. Derecho Comparado y
Colombiano. Santa fe de Bogotá: Banco de la República, 1993, p. 73.

3. Modelos típicos de control de Constitucionalidad

En el mundo contemporáneo existen dos sistemas típicos de control de constitucionalidad:

Modelo concentrado: implica que el Control de Constitucionalidad sea ejercido por un Tribunal
Constitucional especialmente previsto en la respectiva Constitución para asumir dicha función,
para lo cual es necesario el uso de la acción de inconstitucionalidad; el resultado del control es
la extinción de la norma demandada a través de la declaratoria de inconstitucionalidad, la
sentencia por consiguiente vincula a todas las personas. Este sistema es propio de Europa
continental.

Modelo difuso: opera en los Estados Unidos, se le conoce como el modelo del "Judicial
Review", consiste en que cualquier juez tiene la posibilidad de inaplicar una norma si viola la
Constitución; el resultado del control no implica la expulsión de la norma revisada del
ordenamiento jurídico, sino tan solo su inaplicación para el caso concreto objeto de
juzgamiento, en tanto la parte enfrentada en juicio logra demostrar que ha sufrido o sufrirá en
forma inminente un agravio o daño, por consiguiente la sentencia tiene efectos restringidos, sólo
vincula a las partes enfrentadas.

4. Naturaleza de la función ejercida por el juez de Constitucionalidad

El carácter de la función ejercida por el juez de constitucionalidad ha sido objeto de discusión:


mientras para algunos se trata de una función típicamente judicial, porque cuando se decide por
los Tribunales Constitucionales, en nuestro caso, la Corte Constitucional, que la norma
examinada es exequible, actúa en ejercicio de la potestad ordinaria de determinar la norma que
define el derecho, es decir se trata de una función típicamente jurisdiccional, para otros dicha
actividad implica una función que supera el papel ordinario del juez para convertirse en una
función equiparable a la del legislador, incluso hay quienes llegan a afirmar que tiene naturaleza
constituyente.

Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que la jurisdicción constitucional es una función pública
que la Constitución asignó a órganos revestidos de competencias judiciales especiales a fine de
asegurar la prevalencia, guarda e integridad de la misma Carta Política. Pero a su vez asignó a
cualquier autoridad pública que tenga que aplicar normas jurídicas, el control de
constitucionalidad a través de la posibilidad de inaplicarlas en el evento en que contradigan la
Constitución (artículo 4 C.P).

5. Características del control de Constitucionalidad en Colombia

Es posible caracterizar así el control de constitucionalidad consagrado en la Constitución


Política de 1991:

- Se le califica como control difuso funcional, pues es ejercido por jueces de diferentes índoles,
e incluso se reconoce que puede ser ejercido por cualquier autoridad administrativa cuando se
trata del control por vía de inaplicabilidad. En Colombia opera una combinación entre dos
modelos de control diferentes: el modelo concentrado pues existe un órgano que hace las veces
de Tribunal Constitucional, se trata de la Corte Constitucional, la cual como veremos, entre
otras modalidades, realiza el control a partir de la iniciativa ciudadana, y el modelo difuso, pues
en Colombia opera la excepción de inconstitucionalidad.

- El sistema de control constitucional en nuestro país es democrático, en tanto consagra la


acción pública para acudir a un órgano jurisdiccional a fin de que se pronuncie sobre la validez
de una determinada disposición que se estima violatoria de la Carta Fundamental.

- Hace partícipes a las tres ramas del poder público en la guarda de la Carta Política.

- Finalmente no podemos dejar de advertir que nuestro modelo de control constitucional recoge
todos los modelos clásicos existentes y todas las reformas que en este punto tuvo la
Constitución de 1886, lo que lo hace quizá el mejor modelo de control de constitucionalidad en
el mundo.
6. Modalidades de control Constitucional en Colombia

El control de constitucionalidad en Colombia tiene diferentes modalidades que lo hacen objeto


de variadas clasificaciones, comprende mecanismos por vía de acción y por vía de excepción,
además el control puede ser previo o posterior.

No obstante lo dicho, en Colombia está instituida una autoridad jurisdiccional, la Corte


Constitucional, como principal guardián de la supremacía e integridad constitucional, esta
preceptiva se desprende del artículo 241 de la Constitución Política.

6.1. Controles por vía de acción

a. Acción pública de inconstitucionalidad

La acción de inconstitucionalidad es un derecho constitucional fundamental que legitima a


cualquier ciudadano para demandar ante la Corte Constitucional actos con fuerza de ley
(llámese ley, decreto con fuerza de ley, o los actos legislativos reformatorios de la
Constitución), así como también los referendos legislativos , las consultas populares y
plebiscitos del orden nacional, con el objeto de que se declare inexequible (o inconstitucional), a
fin de restablecer la supremacía de la Constitución.
Se incluye dentro del concepto la acción de que trata el artículo 237, numeral 2 de la
Constitución, por el cual se le reconoce el derecho a un ciudadano para demandar ante el
Consejo de Estado “los decretos de carácter general dictados por el Gobierno Nacional, que no
correspondan a la Corte Constitucional, cuya inconformidad con el ordenamiento jurídico se
establezca mediante confrontación directa con la Constitución Política y que no obedezca a
función propiamente administrativa”.

Esta acción, ha sido llamada también acción de inexequibilidad y consiste en la facultad que
tienen todos los ciudadanos colombianos - sin que sea posible predicar de las personas
jurídicas su titularidad- de impugnar ante la Corte Constitucional, por ser violatorios de la
norma fundamental, los siguientes actos que contempla el artículo 241 de la Carta Política:

“(..)

1. Actos reformatorios de la Constitución, cualquiera que sea su origen sólo por vicios de
procedimiento en su formación.

4. Leyes, tanto por su contenido material, como por vicios de procedimiento en su formación.

5. Decretos con fuerza de ley dictados con fundamento en los artículos 150 numeral 10, o sea
decreto leyes dictados por el Gobierno en uso de facultades extraordinarias.

(..)

Decretos con fuerza de ley expedidos con fundamento en el artículo 341 de la Constitución, se
refiere a los Decretos Planes.”

También hay que incluir aquí los decretos expedidos por el gobierno con fundamento en las
facultades extraordinarias que le otorgó la Constitución en sus artículos transitorios, el artículo
10 transitorio dispone: "los decretos que expida el Gobierno en ejercicio de las facultades
otorgadas en los anteriores artículos tendrán fuerza de ley y su control de constitucionalidad
corresponderá a la Corte Constitucional.
Se deben tener en cuenta también los decretos expedidos con base en normas posteriores a ese
artículo 10, pues aunque lo razonable de acuerdo a la distribución de competencias entre la
Corte Constitucional y el Consejo de Estado sería sostener que como sobre ellos no se asignó
competencia expresa a la Corte Constitucional su conocimiento corresponde al Consejo de
Estado, la Corte sin mayores argumentos y obviando el anterior razonamiento ha asumido en
varias oportunidades competencia para controlarlos, así lo hizo cuando decidió sobre la
constitucionalidad del decreto 2067 de 1991 que tiene fundamento en el artículo 23 transitorio
de la Constitución Nacional.

Características:

Es pública, lo que significa que puede incoarse por cualquier ciudadano y en defensa del interés
público.

Requiere solicitud ciudadana, pues la Corte no realiza el control a través de esta acción
oficiosamente, es decir, no hay control automático.

Dicha acción puede intentarse en cualquier tiempo, salvo que se trate de vicios de forma para lo
cual existe un término de caducidad de un año contado a partir de la publicación del acto.

La sentencia decide la cuestión debatida de manera definitiva y constituye según lo indica la


misma Carta Política, cosa juzgada constitucional. Además tiene efectos erga omnes, es decir,
validez para todos y no sólo para quienes intervinieron en el proceso.

La doctrina ha sostenido tradicionalmente que dicha sentencia tiene efectos pro-futuro, lo que
implica sean respetadas las situaciones jurídicas establecidas durante su vigencia; sin embargo,
la Corte Constitucional mantiene el criterio de que es a la misma Corte a la que corresponde
determinar el efecto de sus fallos. Y en varias ocasiones ha ejercido esa competencia dictando
fallos de inexequibilidad con efectos retroactivos "desde siempre" o "hacia atrás", es decir, la
invalidez se retrotrae al pasado y obliga a que las cosas se devuelvan a la situación existente
antes de que se produjera la norma declarada inexequible.

Como lo dejamos expuesto anteriormente, la Constitución trata de la acción de


inconstitucionalidad y también de las demandas de inconstitucionalidad (art. 241, núm. 1, 4 y
5). Por lo tanto, el ciudadano ejercerá la acción presentando una demanda de
inconstitucionalidad con el cumplimiento de los siguientes requisitos formales.

El artículo 2º del decreto 2067, preceptúa: “Las demandas en las acciones públicas de
inconstitucionalidad se presentarán por escrito, en duplicado, y contendrán:

1. El señalamiento de las normas acusadas como inconstitucionales, su transcripción literal por


cualquier medio o un ejemplar de la publicación oficial de las mismas;
2. El señalamiento de las normas constitucionales que se consideren infringidas;
3. Las razones por las cuales dichos textos se estiman violados;
4. Cuando fuere el caso, el señalamiento del trámite impuesto por la Constitución para la
expedición del acto demandado y la forma en que fue quebrantado; y
5. La razón por la cual la Corte es competente para conocer de la demanda.
b. Acción pública de nulidad

Hoy la acción pública de nulidad tiene dos modalidades:

La acción de "nulidad por inconstitucionalidad" que procede contra decretos del gobierno que se
dicten en ejercicio de función distinta a la administrativa, es de conocimiento de la Sala Plena
del Consejo de Estado y puede ser promovida por cualquier ciudadano (hoy desarrollada por la
Ley 446 de 1998 en una norma que quedo incorporada al artículo 97 del Código Contencioso
Administrativo).

De acuerdo con el artículo 237 de la Carta Política compete al Consejo de Estado, "conocer de
las acciones de nulidad por inconstitucionalidad de los decretos dictados por el Gobierno
nacional, cuya competencia no corresponda a la Corte Constitucional".

La acción pública de nulidad (tradicional), consagrada en el artículo 84 del C.C.A, que puede
ser promovida por cualquier persona, que tiene como propósito el respeto del orden jurídico
objetivamente considerado y que procede contra actos administrativos y es de conocimiento del
Consejo de Estado si el acto es del orden nacional, si es del orden territorial corresponde a los
Tribunales Administrativos Departamentales.

Lo anterior significa que la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo (hasta hoy integrada


por Consejo de Estado como máximo Tribunal de dicha jurisdicción y los Tribunales
Administrativos Departamentales) tiene la cláusula residual de competencia respecto del control
de constitucionalidad de los actos jurídicos dictados por el Gobierno Nacional, pues las
competencias de la Corte Constitucional son expresas. En este orden de ideas para saber ante
quien hay que demandar la inconstitucionalidad de una norma proveniente del Estado lo
primero que hay que examinar es si está prevista dentro de las competencias de la Corte
Constitucional previstas en el artículo 241, si no lo está la inconstitucionalidad de dicha norma
se solicitará ante la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo

c. Acción de tutela

De conformidad con el artículo 86 de la Constitución Política, toda persona tendrá acción para
reclamar ante los jueces la protección inmediata de sus derechos constitucionales
fundamentales. Se cita esta acción como otra forma de control constitucional porque la misma
Corte Constitucional considera que la actividad judicial en materia de tutela es del resorte de la
jurisdicción constitucional.

6.2. Controles que no requieren interposición de acciones:

a. Control previo

Control previo de proyectos de ley objetados por el Presidente

Es el que se presenta en el caso de que el Presidente objete por inconstitucional un proyecto de


ley que le remita el Congreso para su sanción, tiene fundamento constitucional en los artículos
166, 167 y 241 numeral 8. Si el Congreso luego de surtido el segundo debate, insiste en el
proyecto deberá pasar a la Corte Constitucional para que decida sobre su conformidad con la
Carta Política dentro de los seis días siguientes.

Si la Corte Constitucional determina que el proyecto es exequible el presidente estará obligado a


sancionarlo. Si estima que es inexequible tendrá que archivarse. Pero si lo califica como
parcialmente inexequible, lo indicara a la Cámara de origen para que, una vez oído el Ministro
del ramo, se reelabore e integren las disposiciones inválidas en armonía con el pronunciamiento
de la Corte Constitucional. Luego de cumplido este trámite deberá remitirse el proyecto a la
Corte Constitucional para fallo definitivo.

El control de constitucionalidad previo por objeción de proyectos de ley no es un control


integral, pues la Corte se limita a revisar los aspectos objetados por el presidente, lo que
significa que con posteridad puede demandarse la ley por motivos diferentes a los que fueron
punto de objeción presidencial. Pero si el proyecto de ley fue objetado en su totalidad, el control
ejercido por la Corte será integral y no podrá demandarse la ley a través de acción pública de
inconstitucionalidad, salvo que se produzca un vicio en la sanción presidencial o en la
promulgación.

Control previo de proyectos de ley estatutaria

Tiene también fundamento constitucional en el artículo 241 numeral 8 y además en el artículo


153 y fue reglamentado por los artículos 39 y siguientes del Decreto 2067 de 1991.

El Presidente del Congreso tiene la obligación de enviar a la Corte Constitucional copia


auténtica de los proyectos de leyes estatutarias inmediatamente después de haber sido aprobados
en segundo debate. Si no cumple con este deber el Presidente de la Corte le solicitará la copia
auténtica a la secretaría de la Cámara donde su hubiere surtido el segundo debate.

Si la Corte estima que el proyecto es constitucional, será remitido por el Presidente de la Corte
al Presidente de la República para que lo sancione. Si lo declara total o parcialmente
inconstitucional, el Presidente de la Corte deberá enviarlo a la Cámara de origen con el fallo al
respecto. Si la inconstitucionalidad es parcial procederá de la misma manera que cuando se trata
de un proyecto objetado por el Presidente, así lo indicará a la Cámara de origen para que oído el
Ministro del ramo rehaga e integre las disposiciones afectadas en forma concordante con el
dictamen de la Corte y una vez cumplido este trámite se remitirá de nuevo a la Corte para el
fallo respectivo.

El control examinado se caracteriza por ser automático, previo, integral, definitivo y


participativo.

Control previo de tratados y de sus leyes aprobatorias

Tiene sustento constitucional en el artículo 241 numeral 10 de la Carta Política

El gobierno debe enviar el tratado y su respectiva ley aprobatoria a la Corte dentro de los seis
días siguientes a la sanción de la ley para que se pronuncie sobre su constitucionalidad. Si esta
Corporación los declara constitucionales el gobierno puede proceder al canje de notas, si los
declara no ajustados a la Constitución no podrá ratificarse el tratado.

Este control implica la exclusión de cualquier otra especie de control posterior sobre tratados ya
perfeccionados. Se caracteriza por ser un control previo, automático e integral.

b. Control automático

Aunque ya la Corte Constitucional ha calificado como automático el control de proyectos de ley


estatutaria y de tratados y sus leyes aprobatorias, la mayoría de la doctrina utiliza esta
denominación para designar el control de los decretos legislativos, es decir de los que dicte el
Presidente de la República con base en los artículos 212 declaración de guerra exterior; 213
declaración de estado de conmoción interior; 215 declaración de estado de emergencia
económica, social y ecológica.

Su fundamento constitucional se encuentra en el artículo 241 numeral 7 de la Carta Política.

Estos decretos deben ser enviados a la Corte Constitucional al día siguiente de su expedición,
para que ella decida en forma definitiva sobre su constitucionalidad. Si el gobierno no cumple
con dicha obligación, la Corte aprehenderá inmediatamente de oficio su conocimiento.

Como se desprende de lo dicho, se trata de un control posterior a la vigencia de la norma.

c. Control por vía de excepción

De acuerdo al artículo 4º. De la C.P. en todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la


ley u otra norma jurídica, deberán aplicarse las disposiciones constitucionales.

De este precepto se deriva la guarda de la Constitución a través de la excepción de


inconstitucionalidad. Su objetivo se circunscribe a que el juez o autoridad que conozca de un
determinado asunto se abstenga de aplicar una norma que se considere contraria a la
Constitución en el momento de tomar una decisión.

Este tipo de control existente en Colombia, es a nuestro modo de ver la muestra más clara del
carácter difuso que caracteriza el control de constitucionalidad en Colombia.

Se diferencia del control por vía de acción en que sólo faculta a los funcionarios para declarar la
inaplicabilidad de la ley en el momento en el caso concreto objeto de decisión, sus efectos no
son erga omnes, sino relativos, por ello la norma no desaparece del ordenamiento jurídico.

d. Control previo de proyectos de ley objetados por el Presidente

Es el que se presenta en el caso de que el Presidente objete por inconstitucional un proyecto de


ley que le remita el Congreso para su sanción, tiene fundamento constitucional en los artículos
166, 167 y 241 numeral 8. Si el Congreso luego de surtido el segundo debate, insiste en el
proyecto deberá pasar a la Corte Constitucional para que decida sobre su conformidad con la
Carta Política dentro de los seis días siguientes.

Si la Corte Constitucional determina que el proyecto es exequible el presidente estará obligado a


sancionarlo. Si estima que es inexequible tendrá que archivarse. Pero si lo califica como
parcialmente inexequible, lo indicara a la Cámara de origen para que, una vez oído el Ministro
del ramo, se reelabore e integren las disposiciones inválidas en armonía con el pronunciamiento
de la Corte Constitucional. Luego de cumplido este trámite deberá remitirse el proyecto a la
Corte Constitucional para fallo definitivo.

El control de constitucionalidad previo por objeción de proyectos de ley no es un control


integral, pues la Corte se limita a revisar los aspectos objetados por el presidente, lo que
significa que con posteridad puede demandarse la ley por motivos diferentes a los que fueron
punto de objeción presidencial. Pero si el proyecto de ley fue objetado en su totalidad, el control
ejercido por la Corte será integral y no podrá demandarse la ley a través de acción publica de
inconstitucionalidad, salvo que se produzca un vicio en la sanción presidencial o en la
promulgación.
e. Control previo de proyectos de ley estatutaria

Tiene también fundamento constitucional en el artículo 241 numeral 8 y además en el artículo


153 y fue reglamentado por los artículos 39 y siguientes del Decreto 2067 de 1991.

El Presidente del Congreso tiene la obligación de enviar a la Corte Constitucional copia


auténtica de los proyectos de leyes estatutarias inmediatamente después de haber sido aprobados
en segundo debate. Si no cumple con este deber el Presidente de la Corte le solicitará la copia
auténtica a la secretaría de la Cámara donde su hubiere surtido el segundo debate.

Si la Corte estima que el proyecto es constitucional, será remitido por el Presidente de la Corte
al Presidente de la República para que lo sancione. Si lo declara total o parcialmente
inconstitucional, el Presidente de la Corte deberá enviarlo a la Cámara de origen con el fallo al
respecto. Si la inconstitucionalidad es parcial procederá de la misma manera que cuando se trata
de un proyecto objetado por el Presidente, así lo indicará a la Cámara de origen para que oído el
Ministro del ramo rehaga e integre las disposiciones afectadas en forma concordante con el
dictamen de la Corte y una vez cumplido este trámite se remitirá de nuevo a la Corte para el
fallo respectivo.

El control examinado se caracteriza por ser automático, previo, integral, definitivo y


participativo.

f. Control previo de tratados y de sus leyes aprobatorias

Tiene sustento constitucional en el artículo 241 numeral 10 de la Carta Política

El gobierno debe enviar el tratado y su respectiva ley aprobatoria a la Corte dentro de los seis
días siguientes a la sanción de la ley para que se pronuncie sobre su constitucionalidad. Si esta
Corporación los declara constitucionales el gobierno puede proceder al canje de notas, si los
declara no ajustados a la Constitución no podrá ratificarse el tratado.

Este control implica la exclusión de cualquier otra especie de control posterior sobre tratados ya
perfeccionados. Se caracteriza por ser un control previo, automático e integral.

g. Procedimientos de reforma Constitucional en Colombia

El último título de la Carta Política de 1991 (Título XIII) está dedicado a la reforma de la
Constitución. Del artículo 374 al artículo 379 la Constitución se dedica a regular la manera
cómo ha de ser reformada. El último artículo del título y la de la Constitución se dedica a otro
asunto: a derogar la Constitución anterior y todas sus reformas.

El artículo 374 refiere que la Constitución podrá ser reformada por el Congreso, por una
asamblea constituyente o por el propio pueblo mediante referéndum.

De acuerdo con el artículo habría en principio tres maneras de reformar la Constitución. La


expresión reformar quiere decir variar, cambiar parcialmente, modificar. Se hace notar que
reforma se opone a expedir una nueva Constitución que es una función que no puede
válidamente prohibirse al constituyente originario, al soberano, al pueblo. De conformidad con
esto resulta un poco extraño que se atribuya la reforma a una Asamblea Constituyente. La
función de reforma entre nosotros la venía desarrollando el Congreso y es claro que no puede
negarse al pueblo. Pero es que supuestamente el Congreso representa al pueblo, la Asamblea
Constituyente, también, pero extraordinariamente, casi siempre para expedir una nueva carta.
No obstante, bien mirado el contenido del artículo puede señalarse que se está limitando al
pueblo a un mecanismo específico para reformar la Constitución: al referendo.
Debe distinguirse que es una manera de establecer la reforma a la Carta jurídicamente, pues
políticamente el depositario de la soberanía, siempre conserva la capacidad de darse una nueva
organización, valga decir una nueva superior normativa.

Podría derivarse de la escritura del texto del 374 que puede haber problemas entre el Congreso y
el pueblo, y en este artículo, que el constituyente originario debe optar por uno de dos
mecanismos: la asamblea constituyente o el referendo.

El artículo 375 establece qué sujetos tienen la iniciativa de reforma constitucional y el


procedimiento al cual habrá de avocarse.

Como sujetos con iniciativa la Constitución enuncia al gobierno, los congresistas, el veinte por
ciento de los concejales o de los diputados del país o los ciudadanos en un porcentaje no inferior
al cinco por ciento del censo electoral vigente. El gobierno es el ejecutivo y según está definido
en el artículo 115 de la misma Carta. Los congresistas son los miembros del legislativo entre
nosotros, senadores o representantes a la Cámara. Los diputados son los representantes del
colegiado administrativo que en los departamentos acompaña a los gobernadores, y los
concejales, los miembros de la corporación edilicia municipal, también administrativa y que
acompaña al Alcalde. Todos ellos son funcionarios que elige el pueblo mediante sufragio
universal y secreto. Los ciudadanos son todos los naciones mayores de edad (18 años mientras
la ley no determine otra edad) sujetos a alcanzar el 5% del censo electoral, que está compuesto
por aquellos con capacidad de votar y que se hayan inscrito para el efecto.

Como se percibe, a excepción del gobierno, los sujetos con iniciativa requieren cumplir una
calidad de conjunto, deben llenar un requisito numérico específico.

Frente al trámite del proyecto establece el segundo inciso del artículo 375 que deberá someterse
a un tránsito de dos períodos ordinarios y consecutivos. Es decir no en sesiones de carácter
extraordinario, ni en períodos discontinuos.

El trámite exige que el proyecto aprobado en el primer período por la mayoría de los asistentes
sea publicado por el gobierno. Para la aprobación en el segundo período se exige y cualifica la
necesidad de un quórum mayor: se requiere la mayoría de los miembros de cada cámara y no ya
solo de la mayoría de los asistentes.

El inciso tercero establece que en el segundo período consecutivo y ordinario dedicado al


estudio y debate de la iniciativa a proyectos de reforma constitucional, los congresistas sólo
pueden debatir propuestas formuladas en el primer período de sesiones, estableciendo una clara
limitación al congreso y al gobierno.

El artículo 375 se dedica, pues, a reglar la reforma que puede hacer el Congreso.

El artículo 376 de la Constitución establece que mediante ley el Congreso puede llamar al
pueblo para decidir si convoca una asamblea constituyente para reformar la Constitución.

El inciso primero establece para el efecto la necesidad de la aprobación decisoria de la mayoría


de una y otra cámara legislativa. También se completa con la decisión de competencia, período
y composición de la Asamblea Constituyentes que la propia ley determine.

Para que el mecanismo opere se requiere que sea aprobada la convocatoria de la ley por no
menos de la tercera parte del censo electoral. La votación sería por voto directo, en acto
electoral que no podrá coincidir con otro diferente. Si se elige la asamblea, se suspende
temporalmente la facultad ordinaria del Congreso para reformar la Constitución. El cuerpo de
reforma constitucional elegido puede darse su propio reglamento.
Trata este artículo 376, del segundo sujeto con posibilidad de reformar la Constitución. No
obstante es necesario señalar que se requiere el concurso del Congreso pues para el
establecimiento de la ley debe contarse con él.

El artículo 377 establece que deberán someterse a referendo las reformas de la Constitución que
apruebe el Congreso, cuando se refieran a los derechos y sus garantías, a los procedimientos de
participación popular, o al propio Congreso, si lo solicita dentro de los seis meses siguientes a
su promulgación, un 5% de los ciudadanos del censo electoral.. La reforma del Congreso
quedaría derogada, denegada sería mejor expresión, si la votación del referendo es negativa por
la mayoría, siempre que la participación en la votación llegare siquiera a la cuarta parte del
censo electoral.

De acuerdo con este artículo, el pueblo participa en referendo para aprobar o denegar una
reforma hecha a la Constitución por el Congreso de la República. El papel del pueblo es
complementario y está restringido a unos cuantos y a un de tiempo determinado. Como en los
anteriores artículos, la reforma está en el Congreso de manera más directa, y él mismo es parte
de un proceso complementario.

El artículo 378 se refiere a la iniciativa del ejecutivo o los ciudadanos en concordancia con el
artículo 155 de la propia carta, en lo que el Congreso puede someter a referéndum un proyecto
de reforma constitucional que el Congreso incorpore a la ley, con aprobación de la mayoría de
los miembros de cada sección legislativa. Este referéndum estará sujeto a un temario en el que
el pueblo puede disponer afirmativa y negativamente de acuerdo a las distintas propuestas de
cada disposición sometida a este tipo de mecanismo de participación constituyente. El quantum
de la votación afirmativa debe ser superior a la mitad de sufragantes siempre que su número
exceda la cuarta parte del total de integrantes del censo electoral.

El artículo 155 se refiere a la iniciativa de reforma legal o constitucional con unos quantums
exigidos y referidos a los mismos sujetos del artículo 375. Para el pueblo, los ciudadanos, la
iniciativa popular por propio mandato del artículo 155 se complementa de acuerdo a lo
establecido por el artículo 163 de la Carta, en lo que hace el trámite de urgencia para que el
Congreso tramite preferencialmente ciertas materias.

Al finalizar el artículo 155 dice que los ciudadanos pueden participar, además, a través de un
vocero que deberá ser escuchado por el Congreso.

De manera diferente al anterior referendo, el derogatorio del artículo 377, la iniciativa del
propio referendo nace de la participación popular pero no en respuesta a proposición del
Congreso. La iniciativa pasa por el Congreso y la posibilidad de decisión es más amplia pues
puede negar y afirmar en una misma votación frente al articulado que se propone. El trámite de
urgencia de la ley mediante la cual se convoca al referendo de iniciativa popular, con lo que se
asegura por lo menos su estudio.

Finalmente el artículo 379 establece una limitación a la Corte Constitucional en su ejercicio del
control de constitucionalidad. Reduce la posibilidad de la declaratoria de inexequibilidad a la
violación de las normas de este título particular y establece un período de un año para la
solicitud o acción de inconstitucionalidad que se cuenta a partir de la promulgación del acto y
con ajuste a lo estipulado en el artículo 241 numeral 2, que se refiere a la misión de la Corte
Constitucional como guardiana de la supremacía y la integridad de la Constitución, para lo cual
tiene como función decidir de manera preventiva acerca de la constitucionalidad de la
convocatoria a referendo, asamblea constituyente para la reforma de la Constitución; control
circunscrito solo el examen de constitucionalidad a requisitos formales o de procedimiento, no
respecto de los contenidos. Son de esta manera complementarios los artículos 379 y 241
numeral 2 de la Constitución y no presentan contradicción alguna.
Resulta novedosa la introducción de la consulta popular que en realidad no aparece en el título
XIII y no aparece que fuere en Colombia un mecanismo de reforma constitucional.

A manera de síntesis puede decirse que la Constitución regula lo atinente a su reforma. Para el
efecto establece mecanismos o procedimientos por los cuales puede tramitarse el cambio, los
sujetos con iniciativa de reforma constituyente, los quórums decisorios y el control que la Corte
Constitucional puede realizar, amén de términos de caducidad para interponer la acción o para
actuar de oficio.

Es necesario establecer que de cualquier modo, a iniciativa de sujetos diferentes, las reformas
constitucionales pasan inevitablemente, por cualquiera de los mecanismos previstos, por el
Congreso de la República, que se establece así como órgano no solo legislativo, sino además
como constituyente constituido, como constituyente derivado.

Quizás es necesario, al margen, preguntar por la validez de una reforma constitucional que
modifique sustancialmente la Constitución, cambio en el cual se actúe conforme a los
procedimientos, mandados establecidos en la Carta, pero en que de fondo se toquen
sensiblemente los contenidos materiales de la Carta. Por ejemplo, si el Congreso decide
modificar los principios y derechos para reducirlos de manera sustancial. Parece que el carácter
de constituido le implica límites respecto al constituyente original; no obstante, hay que tener en
cuenta que lo político no siempre mira en el mismo sentido que lo ético y lo jurídico.

Bibliografía:

Vásquez Cárdenas, Ana Victoria, Manual de Derecho Constitucional, Universidad de


Antioquia, Medellín, 2005.

EDUARDO GARCIA DE ENTERRIA. La Constitución como norma y el Tribunal


Constitucional, 3ª. Edición, Madrid: Civitas, 1988, p. 49-50.

JUAN MANUEL CHARRY UREÑA. Justicia Constitucional. Derecho Comparado y


Colombiano. Santa fe de Bogotá: Banco de la República, 1993, p. 73.

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