Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Control Constitucional
Introducción
Objetivos:
1. Diferenciar los diferentes modos en que puede ser creada o modificada una Constitución.
3. Reconocer cuáles son los aspectos básicos del control de Constitucionalidad como
instrumentos de .garantía de la supremacía Constitucional.
Contenido:
Eduardo García de Enterría explica así las razones en que se fundamenta la supremacía de la
Constitución:
"... la Constitución define el sistema de fuentes formales del derecho de modo que solo por
dictarse conforme a lo dispuesto por la Constitución (…) una Ley será válida o un Reglamento
vinculante. En este sentido, es la primera de las "normas de producción", la norma normarum, la
fuente de las fuentes. Segundo, porque en la medida en que la Constitución es la expresión de
una intención fundacional, configuradora de un sistema entero que en ella se basa, tiene una
pretensión de permanencia (…) o duración (…), lo que parece asegurarle una superioridad sobre
las normas ordinarias carentes de una intención total tan relevante y limitada a objetivos mucho
más concretos, todos singulares dentro del marco globalizador y estructural que la Constitución
ha establecido"1 .
Una cabal comprensión del significado y sentido en el mundo contemporáneo del control de
constitucionalidad, requiere partir de una definición como esta:
Modelo concentrado: implica que el Control de Constitucionalidad sea ejercido por un Tribunal
Constitucional especialmente previsto en la respectiva Constitución para asumir dicha función,
para lo cual es necesario el uso de la acción de inconstitucionalidad; el resultado del control es
la extinción de la norma demandada a través de la declaratoria de inconstitucionalidad, la
sentencia por consiguiente vincula a todas las personas. Este sistema es propio de Europa
continental.
Modelo difuso: opera en los Estados Unidos, se le conoce como el modelo del "Judicial
Review", consiste en que cualquier juez tiene la posibilidad de inaplicar una norma si viola la
Constitución; el resultado del control no implica la expulsión de la norma revisada del
ordenamiento jurídico, sino tan solo su inaplicación para el caso concreto objeto de
juzgamiento, en tanto la parte enfrentada en juicio logra demostrar que ha sufrido o sufrirá en
forma inminente un agravio o daño, por consiguiente la sentencia tiene efectos restringidos, sólo
vincula a las partes enfrentadas.
Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que la jurisdicción constitucional es una función pública
que la Constitución asignó a órganos revestidos de competencias judiciales especiales a fine de
asegurar la prevalencia, guarda e integridad de la misma Carta Política. Pero a su vez asignó a
cualquier autoridad pública que tenga que aplicar normas jurídicas, el control de
constitucionalidad a través de la posibilidad de inaplicarlas en el evento en que contradigan la
Constitución (artículo 4 C.P).
- Se le califica como control difuso funcional, pues es ejercido por jueces de diferentes índoles,
e incluso se reconoce que puede ser ejercido por cualquier autoridad administrativa cuando se
trata del control por vía de inaplicabilidad. En Colombia opera una combinación entre dos
modelos de control diferentes: el modelo concentrado pues existe un órgano que hace las veces
de Tribunal Constitucional, se trata de la Corte Constitucional, la cual como veremos, entre
otras modalidades, realiza el control a partir de la iniciativa ciudadana, y el modelo difuso, pues
en Colombia opera la excepción de inconstitucionalidad.
- Hace partícipes a las tres ramas del poder público en la guarda de la Carta Política.
- Finalmente no podemos dejar de advertir que nuestro modelo de control constitucional recoge
todos los modelos clásicos existentes y todas las reformas que en este punto tuvo la
Constitución de 1886, lo que lo hace quizá el mejor modelo de control de constitucionalidad en
el mundo.
6. Modalidades de control Constitucional en Colombia
Esta acción, ha sido llamada también acción de inexequibilidad y consiste en la facultad que
tienen todos los ciudadanos colombianos - sin que sea posible predicar de las personas
jurídicas su titularidad- de impugnar ante la Corte Constitucional, por ser violatorios de la
norma fundamental, los siguientes actos que contempla el artículo 241 de la Carta Política:
“(..)
1. Actos reformatorios de la Constitución, cualquiera que sea su origen sólo por vicios de
procedimiento en su formación.
4. Leyes, tanto por su contenido material, como por vicios de procedimiento en su formación.
5. Decretos con fuerza de ley dictados con fundamento en los artículos 150 numeral 10, o sea
decreto leyes dictados por el Gobierno en uso de facultades extraordinarias.
(..)
Decretos con fuerza de ley expedidos con fundamento en el artículo 341 de la Constitución, se
refiere a los Decretos Planes.”
También hay que incluir aquí los decretos expedidos por el gobierno con fundamento en las
facultades extraordinarias que le otorgó la Constitución en sus artículos transitorios, el artículo
10 transitorio dispone: "los decretos que expida el Gobierno en ejercicio de las facultades
otorgadas en los anteriores artículos tendrán fuerza de ley y su control de constitucionalidad
corresponderá a la Corte Constitucional.
Se deben tener en cuenta también los decretos expedidos con base en normas posteriores a ese
artículo 10, pues aunque lo razonable de acuerdo a la distribución de competencias entre la
Corte Constitucional y el Consejo de Estado sería sostener que como sobre ellos no se asignó
competencia expresa a la Corte Constitucional su conocimiento corresponde al Consejo de
Estado, la Corte sin mayores argumentos y obviando el anterior razonamiento ha asumido en
varias oportunidades competencia para controlarlos, así lo hizo cuando decidió sobre la
constitucionalidad del decreto 2067 de 1991 que tiene fundamento en el artículo 23 transitorio
de la Constitución Nacional.
Características:
Es pública, lo que significa que puede incoarse por cualquier ciudadano y en defensa del interés
público.
Requiere solicitud ciudadana, pues la Corte no realiza el control a través de esta acción
oficiosamente, es decir, no hay control automático.
Dicha acción puede intentarse en cualquier tiempo, salvo que se trate de vicios de forma para lo
cual existe un término de caducidad de un año contado a partir de la publicación del acto.
La doctrina ha sostenido tradicionalmente que dicha sentencia tiene efectos pro-futuro, lo que
implica sean respetadas las situaciones jurídicas establecidas durante su vigencia; sin embargo,
la Corte Constitucional mantiene el criterio de que es a la misma Corte a la que corresponde
determinar el efecto de sus fallos. Y en varias ocasiones ha ejercido esa competencia dictando
fallos de inexequibilidad con efectos retroactivos "desde siempre" o "hacia atrás", es decir, la
invalidez se retrotrae al pasado y obliga a que las cosas se devuelvan a la situación existente
antes de que se produjera la norma declarada inexequible.
El artículo 2º del decreto 2067, preceptúa: “Las demandas en las acciones públicas de
inconstitucionalidad se presentarán por escrito, en duplicado, y contendrán:
La acción de "nulidad por inconstitucionalidad" que procede contra decretos del gobierno que se
dicten en ejercicio de función distinta a la administrativa, es de conocimiento de la Sala Plena
del Consejo de Estado y puede ser promovida por cualquier ciudadano (hoy desarrollada por la
Ley 446 de 1998 en una norma que quedo incorporada al artículo 97 del Código Contencioso
Administrativo).
De acuerdo con el artículo 237 de la Carta Política compete al Consejo de Estado, "conocer de
las acciones de nulidad por inconstitucionalidad de los decretos dictados por el Gobierno
nacional, cuya competencia no corresponda a la Corte Constitucional".
La acción pública de nulidad (tradicional), consagrada en el artículo 84 del C.C.A, que puede
ser promovida por cualquier persona, que tiene como propósito el respeto del orden jurídico
objetivamente considerado y que procede contra actos administrativos y es de conocimiento del
Consejo de Estado si el acto es del orden nacional, si es del orden territorial corresponde a los
Tribunales Administrativos Departamentales.
c. Acción de tutela
De conformidad con el artículo 86 de la Constitución Política, toda persona tendrá acción para
reclamar ante los jueces la protección inmediata de sus derechos constitucionales
fundamentales. Se cita esta acción como otra forma de control constitucional porque la misma
Corte Constitucional considera que la actividad judicial en materia de tutela es del resorte de la
jurisdicción constitucional.
a. Control previo
Si la Corte estima que el proyecto es constitucional, será remitido por el Presidente de la Corte
al Presidente de la República para que lo sancione. Si lo declara total o parcialmente
inconstitucional, el Presidente de la Corte deberá enviarlo a la Cámara de origen con el fallo al
respecto. Si la inconstitucionalidad es parcial procederá de la misma manera que cuando se trata
de un proyecto objetado por el Presidente, así lo indicará a la Cámara de origen para que oído el
Ministro del ramo rehaga e integre las disposiciones afectadas en forma concordante con el
dictamen de la Corte y una vez cumplido este trámite se remitirá de nuevo a la Corte para el
fallo respectivo.
El gobierno debe enviar el tratado y su respectiva ley aprobatoria a la Corte dentro de los seis
días siguientes a la sanción de la ley para que se pronuncie sobre su constitucionalidad. Si esta
Corporación los declara constitucionales el gobierno puede proceder al canje de notas, si los
declara no ajustados a la Constitución no podrá ratificarse el tratado.
Este control implica la exclusión de cualquier otra especie de control posterior sobre tratados ya
perfeccionados. Se caracteriza por ser un control previo, automático e integral.
b. Control automático
Estos decretos deben ser enviados a la Corte Constitucional al día siguiente de su expedición,
para que ella decida en forma definitiva sobre su constitucionalidad. Si el gobierno no cumple
con dicha obligación, la Corte aprehenderá inmediatamente de oficio su conocimiento.
Este tipo de control existente en Colombia, es a nuestro modo de ver la muestra más clara del
carácter difuso que caracteriza el control de constitucionalidad en Colombia.
Se diferencia del control por vía de acción en que sólo faculta a los funcionarios para declarar la
inaplicabilidad de la ley en el momento en el caso concreto objeto de decisión, sus efectos no
son erga omnes, sino relativos, por ello la norma no desaparece del ordenamiento jurídico.
Si la Corte estima que el proyecto es constitucional, será remitido por el Presidente de la Corte
al Presidente de la República para que lo sancione. Si lo declara total o parcialmente
inconstitucional, el Presidente de la Corte deberá enviarlo a la Cámara de origen con el fallo al
respecto. Si la inconstitucionalidad es parcial procederá de la misma manera que cuando se trata
de un proyecto objetado por el Presidente, así lo indicará a la Cámara de origen para que oído el
Ministro del ramo rehaga e integre las disposiciones afectadas en forma concordante con el
dictamen de la Corte y una vez cumplido este trámite se remitirá de nuevo a la Corte para el
fallo respectivo.
El gobierno debe enviar el tratado y su respectiva ley aprobatoria a la Corte dentro de los seis
días siguientes a la sanción de la ley para que se pronuncie sobre su constitucionalidad. Si esta
Corporación los declara constitucionales el gobierno puede proceder al canje de notas, si los
declara no ajustados a la Constitución no podrá ratificarse el tratado.
Este control implica la exclusión de cualquier otra especie de control posterior sobre tratados ya
perfeccionados. Se caracteriza por ser un control previo, automático e integral.
El último título de la Carta Política de 1991 (Título XIII) está dedicado a la reforma de la
Constitución. Del artículo 374 al artículo 379 la Constitución se dedica a regular la manera
cómo ha de ser reformada. El último artículo del título y la de la Constitución se dedica a otro
asunto: a derogar la Constitución anterior y todas sus reformas.
El artículo 374 refiere que la Constitución podrá ser reformada por el Congreso, por una
asamblea constituyente o por el propio pueblo mediante referéndum.
Podría derivarse de la escritura del texto del 374 que puede haber problemas entre el Congreso y
el pueblo, y en este artículo, que el constituyente originario debe optar por uno de dos
mecanismos: la asamblea constituyente o el referendo.
Como sujetos con iniciativa la Constitución enuncia al gobierno, los congresistas, el veinte por
ciento de los concejales o de los diputados del país o los ciudadanos en un porcentaje no inferior
al cinco por ciento del censo electoral vigente. El gobierno es el ejecutivo y según está definido
en el artículo 115 de la misma Carta. Los congresistas son los miembros del legislativo entre
nosotros, senadores o representantes a la Cámara. Los diputados son los representantes del
colegiado administrativo que en los departamentos acompaña a los gobernadores, y los
concejales, los miembros de la corporación edilicia municipal, también administrativa y que
acompaña al Alcalde. Todos ellos son funcionarios que elige el pueblo mediante sufragio
universal y secreto. Los ciudadanos son todos los naciones mayores de edad (18 años mientras
la ley no determine otra edad) sujetos a alcanzar el 5% del censo electoral, que está compuesto
por aquellos con capacidad de votar y que se hayan inscrito para el efecto.
Como se percibe, a excepción del gobierno, los sujetos con iniciativa requieren cumplir una
calidad de conjunto, deben llenar un requisito numérico específico.
Frente al trámite del proyecto establece el segundo inciso del artículo 375 que deberá someterse
a un tránsito de dos períodos ordinarios y consecutivos. Es decir no en sesiones de carácter
extraordinario, ni en períodos discontinuos.
El trámite exige que el proyecto aprobado en el primer período por la mayoría de los asistentes
sea publicado por el gobierno. Para la aprobación en el segundo período se exige y cualifica la
necesidad de un quórum mayor: se requiere la mayoría de los miembros de cada cámara y no ya
solo de la mayoría de los asistentes.
El artículo 375 se dedica, pues, a reglar la reforma que puede hacer el Congreso.
El artículo 376 de la Constitución establece que mediante ley el Congreso puede llamar al
pueblo para decidir si convoca una asamblea constituyente para reformar la Constitución.
Para que el mecanismo opere se requiere que sea aprobada la convocatoria de la ley por no
menos de la tercera parte del censo electoral. La votación sería por voto directo, en acto
electoral que no podrá coincidir con otro diferente. Si se elige la asamblea, se suspende
temporalmente la facultad ordinaria del Congreso para reformar la Constitución. El cuerpo de
reforma constitucional elegido puede darse su propio reglamento.
Trata este artículo 376, del segundo sujeto con posibilidad de reformar la Constitución. No
obstante es necesario señalar que se requiere el concurso del Congreso pues para el
establecimiento de la ley debe contarse con él.
El artículo 377 establece que deberán someterse a referendo las reformas de la Constitución que
apruebe el Congreso, cuando se refieran a los derechos y sus garantías, a los procedimientos de
participación popular, o al propio Congreso, si lo solicita dentro de los seis meses siguientes a
su promulgación, un 5% de los ciudadanos del censo electoral.. La reforma del Congreso
quedaría derogada, denegada sería mejor expresión, si la votación del referendo es negativa por
la mayoría, siempre que la participación en la votación llegare siquiera a la cuarta parte del
censo electoral.
De acuerdo con este artículo, el pueblo participa en referendo para aprobar o denegar una
reforma hecha a la Constitución por el Congreso de la República. El papel del pueblo es
complementario y está restringido a unos cuantos y a un de tiempo determinado. Como en los
anteriores artículos, la reforma está en el Congreso de manera más directa, y él mismo es parte
de un proceso complementario.
El artículo 378 se refiere a la iniciativa del ejecutivo o los ciudadanos en concordancia con el
artículo 155 de la propia carta, en lo que el Congreso puede someter a referéndum un proyecto
de reforma constitucional que el Congreso incorpore a la ley, con aprobación de la mayoría de
los miembros de cada sección legislativa. Este referéndum estará sujeto a un temario en el que
el pueblo puede disponer afirmativa y negativamente de acuerdo a las distintas propuestas de
cada disposición sometida a este tipo de mecanismo de participación constituyente. El quantum
de la votación afirmativa debe ser superior a la mitad de sufragantes siempre que su número
exceda la cuarta parte del total de integrantes del censo electoral.
El artículo 155 se refiere a la iniciativa de reforma legal o constitucional con unos quantums
exigidos y referidos a los mismos sujetos del artículo 375. Para el pueblo, los ciudadanos, la
iniciativa popular por propio mandato del artículo 155 se complementa de acuerdo a lo
establecido por el artículo 163 de la Carta, en lo que hace el trámite de urgencia para que el
Congreso tramite preferencialmente ciertas materias.
Al finalizar el artículo 155 dice que los ciudadanos pueden participar, además, a través de un
vocero que deberá ser escuchado por el Congreso.
De manera diferente al anterior referendo, el derogatorio del artículo 377, la iniciativa del
propio referendo nace de la participación popular pero no en respuesta a proposición del
Congreso. La iniciativa pasa por el Congreso y la posibilidad de decisión es más amplia pues
puede negar y afirmar en una misma votación frente al articulado que se propone. El trámite de
urgencia de la ley mediante la cual se convoca al referendo de iniciativa popular, con lo que se
asegura por lo menos su estudio.
Finalmente el artículo 379 establece una limitación a la Corte Constitucional en su ejercicio del
control de constitucionalidad. Reduce la posibilidad de la declaratoria de inexequibilidad a la
violación de las normas de este título particular y establece un período de un año para la
solicitud o acción de inconstitucionalidad que se cuenta a partir de la promulgación del acto y
con ajuste a lo estipulado en el artículo 241 numeral 2, que se refiere a la misión de la Corte
Constitucional como guardiana de la supremacía y la integridad de la Constitución, para lo cual
tiene como función decidir de manera preventiva acerca de la constitucionalidad de la
convocatoria a referendo, asamblea constituyente para la reforma de la Constitución; control
circunscrito solo el examen de constitucionalidad a requisitos formales o de procedimiento, no
respecto de los contenidos. Son de esta manera complementarios los artículos 379 y 241
numeral 2 de la Constitución y no presentan contradicción alguna.
Resulta novedosa la introducción de la consulta popular que en realidad no aparece en el título
XIII y no aparece que fuere en Colombia un mecanismo de reforma constitucional.
A manera de síntesis puede decirse que la Constitución regula lo atinente a su reforma. Para el
efecto establece mecanismos o procedimientos por los cuales puede tramitarse el cambio, los
sujetos con iniciativa de reforma constituyente, los quórums decisorios y el control que la Corte
Constitucional puede realizar, amén de términos de caducidad para interponer la acción o para
actuar de oficio.
Es necesario establecer que de cualquier modo, a iniciativa de sujetos diferentes, las reformas
constitucionales pasan inevitablemente, por cualquiera de los mecanismos previstos, por el
Congreso de la República, que se establece así como órgano no solo legislativo, sino además
como constituyente constituido, como constituyente derivado.
Quizás es necesario, al margen, preguntar por la validez de una reforma constitucional que
modifique sustancialmente la Constitución, cambio en el cual se actúe conforme a los
procedimientos, mandados establecidos en la Carta, pero en que de fondo se toquen
sensiblemente los contenidos materiales de la Carta. Por ejemplo, si el Congreso decide
modificar los principios y derechos para reducirlos de manera sustancial. Parece que el carácter
de constituido le implica límites respecto al constituyente original; no obstante, hay que tener en
cuenta que lo político no siempre mira en el mismo sentido que lo ético y lo jurídico.
Bibliografía: