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RICARDO CASTRO
(1864-1907)
Vida y obra
UMBRALES y VESTIGIOS
UNIVERSIDAD DE COLIMA
Mtro. José Eduardo Hernández Nava, Rector
Mtro. Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, Secretario General
Mtra. Vianey Amezcua Barajas, Coordinadora General de Comunicación Social
Mtra. Gloria Guillermina Araiza Torres, Directora General de Publicaciones
El compositor mexicano
RICARDO CASTRO
(1864-1907)
Vida y obra
ISBN: 978-607-8549-10-8
Es mi deseo agradecer a todas aquellas personas que de manera directa o indirecta hicieron posible
la realización de este trabajo. Siempre existe el riesgo de cometer algún olvido involuntario y, si llego a omi-
tir a alguien, le pido anticipadamente una disculpa: tengan la certeza de que el no figurar en un listado
no implica que sea menor mi agradecimiento.
Quiero agradecer a mis padres, Rogelio I. Álvarez Virgen y Zaida Meneses Rosales, el apoyo incondicional
que me han brindado, no solamente en mi etapa formativa, sino durante toda mi vida. Al Dr. Miguel
Ángel Aguayo López, por haber depositado su confianza en mí y convertirse en un factor decisivo para la
realización de este proyecto. De igual manera menciono al Lic. Rubén Pérez Anguiano.
Mi agradecimiento especial y perenne al Dr. Ramón Sobrino Sánchez, maestro y persona excepcional, por
haber aceptado la dirección de este trabajo.
A los Sres. Germán Castro Herrera y Hugo Antonio Vargas López agradezco infinitamente el haberme
permitido el acceso al archivo personal de Ricardo Castro.
A la Dra. María Sanhuesa Fonseca por su siempre útil ayuda y valiosas observaciones,
así como a la Dra. María Encina Cortizo Rodríguez por su colaboración y disponibilidad para compartir
sus acertados consejos y opiniones. A ambas agradezco también el regalo precioso de su amistad.
Deseo mencionar a todas aquellas personas que, sin haber sido mis maestros en el aula, se han convertido
en grandes referentes de disciplina, generosidad y rigor. Me refiero a Lázaro Azar Boldo, amigo y guía que
ha sabido transmitirme su pasión por la música mexicana de concierto. También a las Dras. Martha Alicia
Magaña Echeverría, Susana Aurelia Preciado Jiménez, Sara G. Martínez Covarrubias y Ada Aurora
Sánchez Peña, así como a las Mtras. Gloria Guillermina Araiza Torres y Mayra Analía Patiño Orozco:
todas ellas valiosas universitarias
siempre cercanas en mi andadura académica a las que agradezco su confianza.
A los brillantes doctores Alberto Pérez Amador Adam y José Alberto Saíd Ramírez Beteta les reconozco
su ejemplar compromiso con el patrimonio cultural mexicano y agradezco su tiempo y generosidad.
Igualmente quiero agradecer a quienes han estado presentes en este proceso y que en algún momento
me prestaron su ayuda. A mis hermanas Alba Gabriela y Maricela Álvarez Meneses, Rodolfo Ritter Arenas,
Eva María Zuk,† Áurea Maya, Claudia Jasso, José Luis Santana Rodríguez, Alberto Santana Záizar,
Izébel Alcaraz Tenorio, Alejandrina Vázquez Ramírez, David Rodríguez de la Peña, Israel Casillas Ortiz,
Israel López Estelche y Tania Perón Pérez, Diego Motta Álvarez, Sandra Álvarez Díaz, Juan Roces,
Guillermo Rodríguez, María Barnés, Alejandro Martínez Ares, María del Pilar Félix Urquídez,
Cindy Solórzano Ávalos y un largo etcétera: sepan que su amistad, ayuda y acompañamiento han sido
y serán siempre un apoyo invaluable.
He de mencionar también a los profesores responsables de mi formación y que además de enseñarme música
me inculcaron el deseo de superación: el Dr. Gleb Dobrushkin, la Mtra. Tatiana Zatina
y los Mtros. Jaime Ignacio Quintero Corona y Miguel Ángel Ayala Murguía.
A propósito he dejado hasta el final un agradecimiento tan especial como entrañable:
a Carmen Silvia Casanova Gutiérrez,† mi primera maestra de piano, que por el año de 1997 me compar-
tió la primera partitura de Ricardo Castro que tuve en mis manos:
un ejemplar original del Valse Caressante, irónicamente, la última obra editada en vida del compositor
a inicios de 1907. Lamento verdaderamente que la partida de mi maestra, justo en la etapa final del pro-
ceso de edición, me haya impedido poner este libro en sus manos. Queda un sentimiento de enorme cariño,
y gratitud, en mi memoria.
A todos ellos les agradezco y les dedico este libro.*
*
Aludiendo a “un extraño enemigo”, Francisco González Bocanegra (1824-1861), autor de la letra del Himno Nacional Mexicano, pide
“un sepulcro para ellos de honor”. De igual manera dedico a todos aquéllos que se esforzaron en obstaculizar esta investigación, esta
nota al pie, sin mencionarlos, pues hacerlo equivale a conferirles el privilegio de la existencia.
Índice
9 Prólogo
15 Introducción
Capítulo 1
37 Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
Capítulo 2
61 El hombre y sus facetas
61 Imagen y personalidad
68 El intérprete
72 El docente
74 El compositor
Capítulo 3
79 Trayectoria biográfica y artística
79 Infancia y formación
96 Periodo de consolidación
242 Etapa europea
301 Última etapa en México
Capítulo 4
331 Características musicales
331 Periodos compositivos
340 Géneros y formas
353 Desarrollo temático
372 Lenguaje armónico
408 Factura pianística
465 Música de cámara
482 Música orquestal
505 Obra vocal
529 Conclusiones
535 Anexo 1
584 Anexo 2
597 Bibliografía y fuentes
Prólogo
rales mexicanas tras su inesperada muerte cuando ocupaba el pues- La obra que tengo el ho-
to de director del Conservatorio Nacional de Música de México, fue nor de prologar es absolu-
de indiferencia. Posteriormente, el proceso revolucionario de 1910
tamente necesaria, llama-
y los cambios socioculturales derivados del mismo contribuyeron a
que la figura de Castro fuese cayendo en el olvido. da a convertirse en el es-
Por eso, la obra que tengo el honor de prologar es absolu- tudio de referencia sobre
tamente necesaria, llamada a convertirse en el estudio de referen- Ricardo Castro, reparan-
cia sobre Ricardo Castro, reparando así la enorme injusticia históri- do así la enorme injusticia
ca cometida con “el músico mexicano más importante del siglo xix, histórica cometida con “el
quizá también el más apto”, en palabras del maestro Jorge Velazco
músico mexicano más im-
publicadas en el Diccionario de la Música Española e Hispanoameri-
cana ya citado. portante del siglo xix, qui-
Conocí a su autor, el doctor Rogelio Álvarez Meneses, en zá también el más apto”,
el curso académico 2008-2009, cuando llegó a la Universidad de en palabras del maestro
Oviedo desde Colima, para realizar en nuestra Universidad el Pos- Jorge Velazco publicadas
grado de Experto Universitario en Análisis e Interpretación Musi- en el Diccionario de la
cal, que yo dirigía. Tras trabajar con él como alumno, pude descu-
Música Española e His-
brir su excepcional rendimiento, su madurez musical e intelectual y
su ansia de saber, que me llevó a animarle a matricularse en los estu- panoamericana.
dios de Tercer Ciclo, Doctorado, de la Universidad de Oviedo, con
objeto de realizar los Cursos de Doctorado en el Programa Músi-
ca en la España Contemporánea, del Departamento de Historia del
Arte y Musicología de esta universidad, decana de los estudios uni-
versitarios de esta disciplina en España. Así, en 2009, el doctor Ál-
varez Meneses concluyó el Posgrado, y durante el bienio 2008-2010
realizó los Cursos de Doctorado, presentando un trabajo para la ob-
tención del Diploma de Estudios Avanzados, sobre la obra del com-
positor mexicano Ricardo Castro, que obtuvo la máxima califica-
ción. Ya en ese trabajo se revelaban algunos de los rasgos intelectua-
les que le definen: su rigor y exigencia metodológica en la búsque-
da y el tratamiento de las fuentes, su capacidad para interpretar los
datos e ir más allá, su autonomía y capacidad de decisión, su inicia-
tiva investigadora, y su madurez intelectual, todo ello acompañado
de un hermoso estilo literario que convierte en un disfrute la lectu-
ra de sus trabajos.
Al mismo tiempo, en el curso 2009-2010 inició los estudios
del nuevo Grado en Historia y Ciencias de la Música, primera titu-
lación de cuatro años impartida en las Universidades españolas, es-
tudios que concluyó brillantemente en 2013, logrando el Premio
Fin de Grado de la Facultad de Filosofía y Letras en la Especialidad
de Historia y Ciencias de la Música, auspiciado por la Sociedad Ge-
neral de Autores y Editores de España (sgae).
En 2010, Rogelio Álvarez Meneses matricula, bajo mi direc-
ción, su tesis doctoral titulada El compositor mexicano Ricardo Cas-
tro (1864-1907). Vida y obra. Durante los tres cursos académicos
10
Prólogo
11
Rogelio Álvarez Meneses
Este texto está publicado en Cuadernos de Música Iberoamericana, volumen 22, 2011,
1
Castro, el compositor más varias veces el número de opus, apareciendo hasta tres obras con el
refinado, completo y tras- mismo número de opus, pese a corresponder a periodos compositi-
vos diversos; el doctor Álvarez Meneses ha sabido resolver los pro-
cendental del México de
blemas de datación de las obras, y ha presentado un nuevo catálogo
finales del xix ha encon- que contempla y vence estas dificultades.
trado en el doctor Álvarez Pocas veces un trabajo académico como es prologar la obra
Meneses su mejor mentor. de un exalumno y colega trasciende lo meramente formal para con-
vertirse en un acto gratificante de reconocimiento intelectual. En
este caso, así es: Castro, el compositor más refinado, completo y
trascendental del México de finales del xix ha encontrado en el doc-
tor Álvarez Meneses su mejor mentor. Él ha hecho brillantemente
su trabajo. Agradezcamos su labor en pro del patrimonio musical
hispano incorporando y normalizando la figura y la obra de Castro
a nuestra realidad musical.
13
Introducción
En el fenómeno musi-
cal confluyen muy diver- M éxico es un país cuya inmensa cultura musical ha alcanzado
niveles relevantes incluso desde las etapas precortesianas. Éste
no es el espacio para abundar en las particularidades y en las glo-
sos factores: las condicio-
rias de cada época o estilo, pues existen múltiples trabajos enfocados
nes políticas y económicas, en estos aspectos. Tampoco es el momento de esgrimir argumentos
la recepción e influencia para definir cuál de todas las músicas cultivadas en los distintos pe-
de repertorios externos y riodos es “más mexicana”.
una sociedad proclive al ¿Qué es lo mexicano? ¿Cuáles son los criterios con los que
cultivo musical de acuer- habría de tasarse nuestra música con respecto a una presunta au-
tenticidad u originalidad? ¿Hasta qué punto un proceso de hibri-
do a determinados gustos.
dación atenta contra la pureza de determinada expresión artística
Sin embargo, existe un y afecta su valor? Éste es un desgastado y desgastante debate al que
elemento indispensable en desde luego decido renunciar. Me centraré en una reflexión concre-
esta dinámica: los compo- ta: nuestra música —porque podemos estar seguros de que es nues-
sitores e intérpretes nacio- tra—, fiel reflejo de nuestra historia cultural y política, acrisola di-
nales que se perfilan como versas influencias estilísticas y responde a diferentes ideologías de
igual manera que la praxis musical cobra un sentido paralelo a la
los principales promotores
praxis social de cada época.
del quehacer musical En el fenómeno musical confluyen muy diversos factores:
de su tiempo. las condiciones políticas y económicas, la recepción e influencia de
repertorios externos y una sociedad proclive al cultivo musical de
acuerdo a determinados gustos. Sin embargo, existe un elemento
indispensable en esta dinámica: los compositores e intérpretes na-
cionales que se perfilan como los principales promotores del queha-
cer musical de su tiempo.
Durante una parte importante del siglo xx, la música y los
músicos del siglo xix fueron denostados por motivos que se amplia-
15
Rogelio Álvarez Meneses
rán en este libro: su gran identificación con el canon estético inter- Castro representa el pa-
nacional —léase europeo— y su vinculación con el régimen del dic- radigma de personali-
tador Porfirio Díaz (1830-1915). En consecuencia, pese a ser el si- dad culta y cosmopoli-
glo xix el más cercano a nosotros, ha sido el menos estudiado con ta del México decimonó-
el debido rigor musicológico. La mayoría de los escasos trabajos de- nico. Poseedor de una ex-
dicados al xix mexicano comparten una óptica tendenciosa y más traordinaria capacidad
bien distorsionada en donde la música es tratada con injusta severi- musical, aunada a una
dad: se considera a las obras como mera imitación a escala del gran adecuada formación aca-
repertorio europeo y a los compositores e intérpretes como un re- démica, desde temprana
medo de sus pares europeos. El caso del pianista y cirujano Aniceto edad destacó como concer-
Ortega del Villar (1825-1875), conocido con el mote de “el Chopin tista y compositor, activi-
mexicano”, resulta por sí mismo elocuente: presenta a Ortega como dades a las que más tar-
copia al carbón del polaco y, si bien pudo haber sido halagüeño en de añadiría la pedagogía
su momento, hoy resulta a todas luces eurocéntrico, y logra desper- y la gestión musical y que
tar en el compositor mexicano el mismo interés con el que se obser- desarrolló de manera con-
van las artesanías de un mercadillo. tinuada durante su vida.
Hacia finales del siglo xx se produce un renovado interés
que deriva en una serie de trabajos que miran hacia el xix con un
enfoque más ecuánime que reivindica a los bienes y prácticas cultu-
rales del periodo como genuinas expresiones de su tiempo. Este li-
bro se suma precisamente a esta labor de rescate y puesta en valor
del compositor más sobresaliente de todo el Romanticismo mexi-
cano: Ricardo Castro Herrera. La afirmación anterior la demostra-
ré en esta investigación, la cual se fundamenta en el hecho de que se
trata del músico con el perfil profesional más amplio y diversificado
de su época, cuyas cualidades le permitieron realizar una carrera de
gran repercusión tanto en México como en el extranjero y producir
un importante legado musical.
Castro representa el paradigma de personalidad culta y cos-
mopolita del México decimonónico. Poseedor de una extraordina-
ria capacidad musical, aunada a una adecuada formación académi-
ca, desde temprana edad destacó como concertista y compositor, ac-
tividades a las que más tarde añadiría la pedagogía y la gestión mu-
sical y que desarrolló de manera continuada durante su vida. Así
pues, el objetivo de este trabajo es el estudio de la influencia de la
actividad de Castro en los campos mencionados, así como el análi-
sis sistemático de su obra.
Nacido el 7 de febrero de 1864 en el estado de Durango, se
trasladó a finales de 1877 a la Ciudad de México y estudió piano,
armonía y composición en el Conservatorio Nacional de Música.
Durante esta primera etapa, Castro combinó sus actividades estu-
diantiles con actuaciones en recitales, conciertos y audiciones priva-
das. Rápidamente alcanzó notoriedad como pianista y compositor
en la capital mexicana y en algunas provincias. En 1885 se presentó
con éxito en Nueva Orleans y en 1889 el compositor y musicólogo
español Felipe Pedrell (1841-1922) le dedica el artículo principal de
16
Introducción
2
Velazco, Jorge. “México” en Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana. Emilio
Casares Rodicio (dir. y coord.), 10 vols., vol. 7. Madrid, Sociedad General de Autores y
Editores, 1999, p. 510.
3
Velazco, Jorge. “Ricardo Castro” en De música y músicos. Rodolfo Halffter (pról.). México,
Universidad Nacional Autónoma de México, 1983, p. 591. Esta obra es una compilación
de artículos y colaboraciones escritos por el autor en épocas anteriores en el suplemento
semanal “Diorama de la Cultura” del periódico mexicano Excélsior. El ensayo dedicado
a Castro fue publicado en 1980. En el prólogo, Rodolfo Halffter (1900-1987) anota:
“Mención especial merecen los artículos que Jorge Velazco dedica a algunos destacados
compositores mexicanos del siglo XIX. Al estudiarlos con un enfoque crítico objetivo,
Jorge Velazco sitúa a cada uno de ellos en las circunstancias históricas que les tocó vivir
y en el ambiente de la sociedad que les rodeó, señalando cuáles fueron los idearios esté-
ticos que les impulsaron a la creación, los bagajes técnicos que poseían y la herencia que
recibieron de sus predecesores nacionales y extranjeros”.
17
Rogelio Álvarez Meneses
Su producción incluye dos óperas, canción de concierto, Dentro de las fuentes mu-
obra sinfónica, música de cámara, conciertos para instrumento so- sicales se encuentran las
lista y orquesta y un importante corpus de más de cien composicio-
partituras de la obra de
nes para piano solo.4 Castro exploró ciertos géneros que no habían
sido previamente abordados en México: la Primera Sinfonía en do Castro. Desafortunada-
menor, Op. 33, el poema sinfónico Oithona, Op. 55 y los conciertos mente los manuscritos lo-
para piano y violonchelo constituyen las primeras obras en sus res- calizados son proporcio-
pectivos géneros escritas por un compositor mexicano. nalmente escasos. De un
legado de más de un cen-
Fuentes tenar de composiciones,
Debido a las características de esta investigación, una labor funda- el número de manuscri-
mental para su desarrollo fue la consulta de archivos públicos y pri- tos que se han conserva-
vados tanto en México como en otros países. El amplio espectro del
do apenas supera la de-
proyecto demandó la búsqueda de obras bibliográficas, publicacio-
nes hemerográficas, documentos tanto de índole personal como ad- cena, la mayoría de ellos
ministrativa y, especialmente, la localización y obtención de un ele- inéditos.
mento imprescindible para el estudio sistemático de la obra de todo
compositor: las partituras de su música. Una vez reunido lo anterior
fue posible emprender el estudio biográfico y de las características
musicales de la producción de Castro.
Fuentes primarias
Se trata principalmente de fuentes escritas e iconográficas. Resultan
más abundantes las musicales y epistolares y, en menor medida, las
administrativas e iconográficas.
Dentro de las fuentes musicales se encuentran las partituras
de la obra de Castro. Desafortunadamente los manuscritos locali-
zados son proporcionalmente escasos. De un legado de más de un
centenar de composiciones, el número de manuscritos que se han
conservado apenas supera la decena, la mayoría de ellos inéditos
como Capricho-Allegro para piano; Amor filial, Op. 4; Melodía en Sol
mayor para violín con acompañamiento de piano, Op. 17; Cuarteto en
fa sostenido menor, Op. 21; Primera Sinfonía en do menor, Op. 33;
el poema sinfónico Oithona, Op. 55; el arreglo para piano y cuar-
teto de cuerdas del Concert Symphonique No. 4, Op. 102 de Henry
Litolff; la reducción para canto y piano de Atzimba (únicamente en
fotocopias); la partitura incompleta de la misma ópera y la partitu-
ra completa de La légende de Rudel.5 Las piezas de las cuales se tie-
ne el manuscrito autógrafo y la respectiva partitura editada son to-
davía más escasos: se conserva el manuscrito del arreglo para piano
4
La cifra puede variar si se contabilizan como piezas independientes las que pertenecen
a obras cíclicas tales como los Six Préludes pour piano, Op. 15, la Suite pour piano, Op.
18, las ocho Improvisaciones, Op. 29, las dos colecciones de Cuatro danzas, entre otras.
5
Esta última no es una partitura autógrafa del compositor, sino que fue realizada por el
buró de copia y dibujo musical Ch. Schnéklüd de París.
18
Introducción
El contenido extramusi- a cuatro manos que Castro hiciera del Himno Sinfónico de Gustavo
cal de las partituras edi- E. Campa, publicado por la Imprenta de Ireneo Paz; el manuscrito
titulado 15 Gradas ad Parmassum [sic] ejercicios escojidos [sic] y pa-
tadas de Castro (y en ge-
rafraseados por R. Castro fue editado más tarde como Douze études
neral de los composito- pour piano d’après Clementi, choisies et paraphrases par Ricardo Cas-
res de la época) reviste un tro, Op. 7 por la editorial parisina Henry Lemoine & Cie. También
gran interés que requie- se localizó el manuscrito del Caprice-Valse, Op. 1 en su versión para
re un estudio aparte. La piano solo que fue editado en 1901 por Friedrich Hofmeister.
mayoría de las portadas Por lo descrito anteriormente también se han considerado
como fuentes primarias musicales las partituras editadas de las obras
eran impresas a color y
de Castro, las cuales son documentos que por sus características res-
tienen la estética moder- ponden a tres tipologías de fuentes: son musicales por contener músi-
nista del art nouveau. ca notada; son fuentes escritas porque muchas de ellas incluyen lista-
dos de obras del propio compositor, con lo que se les puede datar en
conjunto como contemporáneas o previas a la fecha de la publicación
y, finalmente, son fuentes iconográficas debido a que algunas presen-
tan diferentes retratos del autor y otros elementos gráficos de interés.6
Otras fuentes relevantes son los autógrafos y notas que Cas-
tro recopiló en su cuadernillo de viaje durante su estancia en Eu-
ropa, el cual se resguarda en el Fondo Reservado del Conservatorio
Nacional de Música de México. Se han hecho reproducciones fac-
similares únicamente de algunos de sus autógrafos,7 permanecien-
do la mayoría inéditos. Este cuadernillo fue un obsequio del Lic.
Rafael Reyes Spíndola, admirador de Castro y director del periódi-
co El Imparcial el 9 de diciembre de 1902, justo antes de la partida
del pianista al Viejo Continente. La primera página es precisamen-
te una nota de Reyes Spíndola, quien de manera entusiasta y pro-
fética escribió:
El principio de su carrera artística que ha de ser gloriosa, ha
sabido hacerlo con su talento. Él le guiará, y seguramente inscribiremos
su nombre entre los de las grandes celebridades mexicanas. Expreso no
6
El contenido extramusical de las partituras editadas de Castro (y en general de los com-
positores de la época) reviste un gran interés que requiere un estudio aparte. La mayoría
de las portadas eran impresas a color y tienen la estética modernista del art nouveau.
Téngase en cuenta que una partitura representaba un producto de consumo ya sea para
uso propio o para regalo. En la contraportada de la partitura para piano solo de la danza
¡No me caso! (1885) se anunciaban los Nocturnos Opp. 48 y 49 y se señalaba: “estas dos
piezas llevan en la carátula el retrato del autor”. Al reverso de cada uno de los ejemplares
de obras póstumas de Castro publicados en 1911 por Enrique Munguía, se anuncian otras
composiciones anunciadas como “novedades con carátulas muy elegantes, a propósito
para obsequio”. Además del contenido gráfico, es posible encontrar información sobre el
gusto musical, piezas y compositores de moda, métodos de enseñanza, música religiosa,
para banda, de salón, arreglos, bailes, danzas y otros géneros, precios de instrumentos de
todo tipo, estrategias publicitarias y diversas curiosidades. En general eran productos de
gran calidad editorial debido a la bonanza por la que atravesaba el negocio. Reitero que
este fascinante universo requiere de estudios independientes.
7
Véase: Romero, Jesús C. Ricardo Castro. Sus efemérides biográficas. Durango, Instituto
Juárez, 1956, y Carmona, Gloria. Álbum de Ricardo Castro. Investigación iconográfica y
documental. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2009.
19
Rogelio Álvarez Meneses
Fuentes secundarias
Constituyen el conjunto de fuentes que, aunque fueron elaboradas
por otros autores, están relacionadas directamente con Castro y su
obra. Son teóricas, hemerográficas y epistolares, siendo éstas últimas
las menos numerosas.
Las fuentes teóricas son aquéllas que, con sus respectivos al-
cances y limitaciones, han abordado alguno de los aspectos de la
vida y obra de Castro y serán analizadas en el capítulo siguiente.
Los documentos epistolares en los que se cita al compositor
son más bien escasos. Mencionamos principalmente las cartas que
Gustavo E. Campa, en su calidad de corresponsal de la revista Ilus-
tración Musical Hispano-Americana, envió a Felipe Pedrell, editor de
la misma.
Las fuentes hemerográficas han resultado ser las más nume-
rosas. Debe considerarse que Castro fue una figura de gran presen-
cia en los medios: de hecho, como se demuestra en esta investiga-
ción, la prensa ejerció una influencia decisiva para potenciar su ca-
rrera musical. Se consultaron tanto periódicos mexicanos como de
otros países (Estados Unidos, España, Francia y Bélgica) y en total
se encontraron cerca de dos mil referencias a Castro. Ante este am-
plio panorama, se propone una clasificación sucinta:
• Periódicos mexicanos en castellano con subvención gubernamen-
tal. Es el caso de El Imparcial y El Mundo, cuyo director, el
Lic. Rafael Reyes Spíndola, no solamente era un gran meló-
mano sino que también, al igual que Castro, era protegido
8
México. Fondo Reservado de la Biblioteca del Conservatorio Nacional de Música. Libro
de autógrafos de Ricardo Castro. Nota de Rafael Reyes Spíndola, 9 de diciembre de 1902.
20
El compositor mexicano Ricardo Castro
The Evening Telegram, The New York Daily Tribune y The New
York Herald; en Europa, los franceses Le Journal, Le Figaro,
Le Temps, Le Petite Journal, Le Radical y Le Petite République
y los belgas L’Independance Belge, Gazet van Antwerpen y Het
Handelsblad van Antwerpen.
• Publicaciones periódicas extranjeras especializadas en música. Se
pueden citar el neoyorkino The Musical Courier, la española
Ilustración Musical Hispano-Americana, los franceses Le Gui-
de Musical, Le Ménestrel y Le Monde Musical y el bruselense
L’Eventail Théâtral, Artistique et Mondain.
9
Véase Biblioteca de las Artes. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Centro Na-
cional de las Artes. Consultado el 18 de noviembre de 2016. Disponible en http://bibart.
cenart.gob.mx/
10
Maya, Áurea. “Ricardo Castro en el Fondo Reservado de la Biblioteca del Conservatorio
Nacional de Música” en Pauta. Cuadernos de teoría y crítica musical. Vol. XXVII, Nú-
mero 107. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, julio-septiembre de
2008, pp. 52-102. Véase también: Conservatorio Nacional de Música. Consultado 12 el
de noviembre de 2016. Disponible en http://www.conservatorio.bellasartes.gob.mx/
22
Introducción
Colecciones particulares
Son fondos pertenecientes a personas cuyo interés en Castro y otros
compositores mexicanos les ha llevado a hacer acopio de partituras,
grabaciones y literatura musical, llegando a constituir archivos de
cierto relieve. El acceso y revisión de estos fondos ha significado gra-
tos hallazgos y sorpresas. En la mayoría de los casos los documentos
se encontraron en buen estado de conservación, puesto que sus pro-
11
Véase Facultad de Música. Universidad Nacional Autónoma de México. Consultado el
12 de noviembre de 2016. Disponible en http://www.fam.unam.mx/
12
Véase Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos
Chávez”. Centro Nacional de las Artes. Consultado el 12 de noviembre de 2016. Dispo-
nible en http://www.cenart.gob.mx/centros/cenidim/
13
Véase Hemeroteca Nacional de México. Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Investigaciones Bibliográficas. Biblioteca Nacional de México. Consultado
el 12 de noviembre de 2016. Disponible en http://hnm.unam.mx/. La digitalización de
fondos ha derivado en la Hemeroteca Nacional Digital de México. Sitio web: http://www.
hndm.unam.mx/
14
Véase Centro de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim. Consultado
el 12 de noviembre de 2016. Disponible en Sitio web: http://www.cehm.com.mx
23
Rogelio Álvarez Meneses
pietarios son conscientes de su valor. Además, los ejemplares de las En las colecciones particu-
partituras no presentan el sello que las bibliotecas públicas suelen lares se han localizado al-
poner a este tipo de materiales (algunas veces invadiendo la nota-
gunas obras que se con-
ción musical) y tampoco muestran las anotaciones y marcas de mal-
trato ocasionadas por los múltiples usuarios. En las colecciones par- sideraban perdidas e in-
ticulares se han localizado algunas obras que se consideraban perdi- clusive fotocopias de obras
das e inclusive fotocopias de obras cuyo original se encontraba, en cuyo original se encontra-
principio, resguardado en un archivo público y que ha sido expolia- ba, en principio, resguar-
do, pasando a ser la fotocopia un ejemplar único. Estos coleccionis- dado en un archivo públi-
tas reconocen la importancia del estudio y difusión del patrimonio
co y que ha sido expolia-
musical mexicano, por lo que al depositar su confianza han favore-
cido en gran medida esta investigación. Los archivos privados con- do, pasando a ser la foto-
sultados fueron los siguientes: copia un ejemplar único.
• Colección del Sr. Germán Castro Herrera. Sobrino nieto del
compositor. Explica que a la muerte de Castro, en 1907, el
archivo personal y musical pasó a manos del Lic. Vicente
Castro Herrera (1867-1949), hermano del pianista. Señala
que en 1913, este último donó al Conservatorio Nacional de
Música parte de los fondos. El fondo familiar fue heredado
a Alfonso Villa Castro (1930-1957); a su muerte, el archivo
pasó a su hermana Luz María Villa Castro (1920) y ésta a su
vez lo obsequió en 1996 a Germán Castro Herrera (1930),
quien también se ha dedicado a lo largo de su vida a la reco-
pilación de material de su antepasado.15
El Sr. Germán Castro Herrera tiene los siguientes documen-
tos musicales:
• Un tomo encuadernado con 33 obras para piano solo.
• Un tomo encuadernado con obra póstuma: el conjunto de
veintiún piezas publicadas en 1908 por Jos. W. Stern & Co.,
así como el grupo de once composiciones y los Soirées mon-
daines. Cinq valses légères, ambas series editadas en 1909 por
la misma casa.
• Un total de 98 ejemplares originales sueltos de obras de Cas-
tro, algunos repetidos y con dedicatorias e inscripciones au-
tógrafas del propio compositor.
• Dos colecciones de música para piano solo de diversos auto-
res de mediana dificultad, encuadernados por Castro en dos
libros: el primero con catorce piezas y el segundo con vein-
ticinco. Los libros son de idéntico tamaño y color, uno de
ellos tiene en su interior un sello que dice: “Encuadernación
Guadalupana. Dirigida por Antonio Guerrero, Núm. 3. - 6ª
Calle Mayor. - Núm. 3. Durango. Número 165”, por lo que
se asume que contienen la música que el compositor tocaba
durante su infancia en Durango.
24
Introducción
25
Rogelio Álvarez Meneses
17
Díaz Cervantes, Emilio y R. de Díaz Dolly. Ricardo Castro. Genio de México. México,
Instituto de Cultura del Estado de Durango, 2007.
18
Gracias Evita por tu generosidad, por creer en mí y en este proyecto. Gracias por tu amor
a la música mexicana: queda como ejemplo el rigor con el que siempre la abordaste. La
muerte te impidió ver este trabajo convertido en libro, pero no te olvidaremos.
19
Véase The Free Library of Philadelphia. Consultado el 12 de noviembre de 2016. Dis-
ponible en http://www.freelibrary.org
20
Véase Biblioteca Nacional de España. Consultado el 12 de noviembre de 2016. Disponible
en: http://www.bne.es
21
Véase Biblioteca Nacional de Cataluña. Consultado el 12 de noviembre de 2016. Dispo-
nible en http://www.bnc.cat
26
Introducción
22
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Ricardo Castro a Felipe Pedrell.
23
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Gustavo E. Campa a Felipe Pedrell.
24
Véase Álvarez Meneses, Rogelio. “La presencia de México en la revista Ilustración Musical
Hispano-Americana a través de la corresponsalía de Gustavo E. Campa” en Cuadernos de
Música Iberoamericana, vol. 22, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, julio-
diciembre 2011.
25
Véase Archivo Municipal de Barcelona. Consultado el 13 de mayo de 2013. Disponible
en www.bcn.cat/arxiu
26
Véase Bibliothèque Nationale de France. Consultado el 12 de noviembre de 2016. Dis-
ponible en www.bnf.fr
27
Rogelio Álvarez Meneses
27
Véase Les Archives à Bruxelles. Consultado el 12 de noviembre de 2016. Disponible en
archives.bruxelles.be
28
Véase Bibliothèque Royale de Belgique. Consultado el 12 de noviembre de 2016. Dispo-
nible en http://www.kbr.be/
29
Véase Centre Belge de Documentation. Consultado el 12 de noviembre de 2016. Dispo-
nible en http://www.cebedem.be/
30
Véase Bibliothèque du Conservatoire Royal de Bruxelles. Consultado el 12 de noviembre
de 2016. Disponible en: http://www.conservatoire.be/biblio.html
31
Véase Erfgoedbibliotheek Hendrik Conscience Antwerpen. Consultado el 12 de noviembre
de 2016. Disponible en www.consciencebibliotheek.be
32
Véase Friedrich Hofmeister Musikverlag Leipzig. Consultado el 12 de noviembre de 2016.
Disponible en http://www.hofmeister-musikverlag.com/
28
Introducción
El estudio sistemático de gua nativa alemana como también para la venta en el Impe-
la vida y obra de Ricardo rio Alemán que se han publicado en el extranjero]. Volúme-
nes disponibles: de 1858 a 1921.
Castro fue realizado con
• Verzeichniss der im Jahre […] erschienenen Musikalien, auch
una metodología que tuvo musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der Ver-
como punto de partida la leger und Preise. In alphabetischer Ordnung nebst systematisch
localización, recopilación geordneter Uebersicht. Dreiundvierzigster Jahrgang oder Sieben-
y estudio de las fuentes bi- ter Reihe dritter Jahrgang. [Listado de las partituras, o también
bliográficas detalladas con escritos musicales y reproducciones con indicador de editor
y precios, publicadas en el año [...]. En orden alfabético jun-
anterioridad. Posterior-
to con una visión general de orden sistemático. Desde el año
mente se inició el proce- [18]43 o serie séptima del año tercero]. Volúmenes disponi-
so de consulta y acopio de bles: de 1852 a 1908.
materiales documentales La revisión exhaustiva de los volúmenes disponibles in situ
en los diversos archivos y (que afortunadamente comprenden el periodo vital de Castro:
centros de documentación 1864-1907) permitió conocer con exactitud los años de publica-
ción de las obras y sus distintas reimpresiones incluso después de
de los lugares por donde
la muerte del compositor. Es una fuente de gran interés y utilidad,
se desplazó el compositor puesto que también figuran las obras que fueron publicadas por edi-
durante su vida. toriales filiales de Hofmeister en ultramar (como las casas mexica-
nas Wagner & Levién y Enrique Munguía y la neoyorkina Jos. W.
Stern & Co.), debido a que el dibujo musical utilizado en las plan-
chas de imprenta se realizaba en los talleres de grabado vinculados
a Hofmeister: Engelman & Mülberg, C. G. Röder y Oscar Brands-
tetter, todas de Leipzig. También se encontraron referencias a publi-
caciones de obras de otros compositores mexicanos.
Metodología
El estudio sistemático de la vida y obra de Ricardo Castro fue rea-
lizado con una metodología que tuvo como punto de partida la lo-
calización, recopilación y estudio de las fuentes bibliográficas deta-
lladas con anterioridad. Posteriormente se inició el proceso de con-
sulta y acopio de materiales documentales en los diversos archivos
y centros de documentación de los lugares por donde se desplazó el
compositor durante su vida.
El análisis de las fuentes bibliográficas reveló que, si bien la
trayectoria vital de Castro siguió una cronología lineal, hubo algu-
nas etapas que planteaban interrogantes, principalmente las relacio-
nadas con la primera infancia en Durango, su ciudad natal. Con el
traslado de la familia a la Ciudad de México a finales de 1877, las
referencias a las actividades musicales de un niño pianista de trece
años comienzan a ser constantes y se hacen cada vez más profusas,
lo que permite hacer un seguimiento de su desenvolvimiento en un
primer momento como intérprete y posteriormente como compo-
sitor, docente y gestor musical.
29
Rogelio Álvarez Meneses
Castro es el ejemplo paradigmático de una vida dedicada en- Castro es el ejemplo pa-
teramente a la música. En consecuencia, el devenir de su vida y sus radigmático de una vida
actividades artísticas fueron dos aspectos íntimamente relacionados
dedicada enteramente a
que ejercían una mutua influencia. En algunos episodios, las cues-
tiones musicales derivan de circunstancias personales y, a su vez, la la música. En consecuen-
esfera individual se ve condicionada por el quehacer artístico. Es cia, el devenir de su vida
pertinente hacer esta reflexión puesto que ayuda a explicar dos va- y sus actividades artísti-
cíos documentales. cas fueron dos aspectos ín-
El primero es el del año 1891. En abril de 1890, Eugen timamente relaciona-
D’Albert ofreció seis conciertos en la capital mexicana. El alum-
dos que ejercían una mu-
no de Liszt tocó una Hoja de álbum de Castro, y éste a su vez le de-
dicó su Ballade in sol mineur pour piano, Op. 5. Después de los re- tua influencia. En algu-
citales de D’Albert, que causaron una honda impresión en Castro, nos episodios, las cuestio-
prácticamente no se tiene ninguna referencia a actuaciones del pia- nes musicales derivan de
nista mexicano, quien reaparecerá hasta 1892 no solamente tocan- circunstancias personales
do algunas de las piezas de D’Albert, sino mostrando grandes avan- y, a su vez, la esfera indi-
ces. De hecho, la prensa comparó a ambos pianistas y destacó que
vidual se ve condicionada
Castro había “[…] adelantado notablemente, apropiándose de va-
rios de sus procedimientos. Muchas personas, en efecto, nos habla- por el quehacer artístico.
ron la noche del viernes de la semejanza notable que encontraron
entre D’Albert y el pianista mexicano”.33 Lo anterior lleva a deducir
que durante 1891 Castro se retiró de las actuaciones públicas para
concentrarse en el estudio individual del instrumento, lo cual expli-
ca la ausencia de referencias.
El segundo vacío documental se da entre la segunda mitad
de 1898 y los primeros tres meses del año siguiente, tiempo en que
el compositor permaneció en su natal estado de Durango, escribien-
do su ópera Atzimba, que fue anunciada como totalmente termina-
da en abril de 1899.
La consulta y la ordenación cronológica de las referencias
hemerográficas fueron decisivas para la reconstrucción de la vida
de Castro, principalmente durante la etapa europea. Entre 1903
y 1906 el pianista escribió una serie de correspondencias musica-
les que enviaba a México para su publicación en El Imparcial. Es-
tas colaboraciones periodísticas, así como diferentes cartas y tarjetas
postales, resultaron de gran utilidad para ilustrar su periplo por di-
ferentes ciudades del Viejo Continente. Igualmente valiosas fueron
las aportaciones del Sr. Germán Castro Herrera, quien por medio
de entrevistas personales ayudó a clarificar y precisar diversos aspec-
tos de la vida de su antepasado.
Se ha optado por realizar un estudio biográfico que vaya más
allá del mero listado de efemérides. Por este motivo se presenta de-
talladamente la trayectoria biográfica y artística del compositor ple-
namente documentada, no como una sucesión de hitos, sino aten-
30
Introducción
Una vez reunida y cata- diendo al contexto histórico, social, cultural y político de la épo-
logada la obra se procedió ca y aportando continuas reflexiones en torno al quehacer musical
de Castro. Igualmente se ha considerado una prioridad el mantener
al análisis musical de toda
un acercamiento siempre objetivo hacia el compositor y su obra en
la producción de Castro, aras de que los resultados de esta investigación sean igualmente vá-
tanto obra para piano solo lidos e imparciales.
como música vocal, de cá- Dado que las fuentes documentales se encuentran en dife-
mara y sinfónica. En ge- rentes idiomas (francés, inglés, alemán y flamenco), se ha decidido
neral se realizó un análi- presentar todas las citas textuales traducidas al castellano.
He considerado conveniente estructurar este libro en dos
sis formal que contempla
secciones bien diferenciadas: la primera —capítulos 1 al 3— se cen-
análisis armónico, temáti- tra en la biografía del compositor; la segunda —capítulo 4—, se
co y estructural. aboca al estudio, a profundidad, de su obra, planteamiento que per-
mite abordar ambos aspectos con sumo detalle.34
Un aspecto fundamental es el conocer con certeza la totali-
dad de las obras compuestas, de ahí la necesidad de generar un catá-
logo de obra que fuera el punto de partida para su posterior estudio.
Una primera versión se realizó en 2008, considerando tanto los tra-
bajos elaborados anteriormente como las partituras que por nues-
tra parte se habían localizado. El curso de la investigación derivó en
el catálogo definitivo, mismo que se ha visto enriquecido con obras
cuya existencia se ignoraba y que se han localizado durante el pro-
ceso. Este catálogo presenta la información completa de las obras
conservadas, su localización y datación, así como las obras perdidas,
atribuidas y anunciadas.
Una vez reunida y catalogada la obra se procedió al análi-
sis musical de toda la producción de Castro, tanto obra para piano
solo como música vocal, de cámara y sinfónica. En general se rea-
lizó un análisis formal que contempla análisis armónico, temático
y estructural. En todos los casos se procuró aportar la mayor infor-
mación posible para contextualizar la obra musical en sus tres nive-
les: poiético, neutro y estésico, siguiendo la propuesta tripartita de
Jean-Jacques Nattiez.35 Sin embargo, el emprender el estudio analí-
tico de más de cien piezas reveló la existencia de composiciones de
34
Es el modelo seguido en trabajos monográficos de referencia en el ámbito musicológi-
co. Puedo citar los libros de Jean y Brigitte Massin sobre Schubert (véase Massin, Jean
y Brigitte. Franz Schubert. Isabel Asumendi (trad.) 2 vols.: vol. 1, vida y vol. 2, obra.
Madrid, Turner, 1991) y sobre Beethoven (véase íbid., Ludwig van Beethoven, Isabel Asu-
mendi (trad.). Madrid, Turner, 2003). Una estructura análoga presenta Otterbach en su
estudio sobre Bach (véase Otterbach, Friedemann. Johann Sebastian Bach. Vida y obra.
Helena Cortés y Arturo Leyte (trads.). Madrid, Alianza, 1990). En estas investigaciones
se observa una separación entre la biografía del personaje y todo lo relacionado con su
producción musical, de tal manera que ambos aspectos son ampliamente documentados
y abordados en su totalidad. La primera parte es perfectamente abordable por el meló-
mano aficionado; la segunda parte —rica en ejemplos musicales vinculados al texto—,
sin embargo, requiere una competencia musicológica por parte del lector.
35
Nattiez, Jean-Jacques. Music and discourse. Toward a semiology of music. Carolyn Abbate
(trad.). New Jersey, Princeton University Press, 1990, p. 15.
31
Rogelio Álvarez Meneses
distinta naturaleza que, por sus particularidades, requieren la aplica- Independientemente del
ción de metodologías específicas que sean las idóneas para una me- grado de pertinencia e
jor comprensión de la coherencia interna y las características pro-
idoneidad de las metodo-
pias de cada obra.36 Es el caso de composiciones como el Concer-
to pour piano avec accompagnement d’orchestre, Op. 22, pieza que logías aplicadas, no aspi-
por su notable trabajo motívico puede ser analizada desde una óp- ramos a la obtención de
tica distributiva,37 además del correspondiente análisis estructural.38 un único resultado irre-
La misma obra ofrece la posibilidad de aplicar criterios de índole batible, sino más bien a
schenkeriana para la mejor visualización de las derivaciones y rela- una reflexión que, en su
ciones entre motivos.39 En las obras para canto y piano se ha pues-
conjunto, repercuta en
to especial atención a la relación entre música y texto, así como a
la función expresiva del acompañamiento. Independientemente del una mejor comprensión
grado de pertinencia e idoneidad de las metodologías aplicadas, no de la obra de Castro.
aspiramos a la obtención de un único resultado irrebatible, sino más
bien a una reflexión que, en su conjunto, repercuta en una mejor
comprensión de la obra de Castro. En este sentido compartimos la
postura de Yvan Nommick:
Definir precisamente con palabras el impacto que nos causa
una obra de arte, y sobre todo, el porqué y el cómo de dicho impacto, es
prácticamente imposible: no estamos analizando hechos que pertenecen
a la esfera de las ciencias naturales y que pueden expresarse con palabras.
[…] Si bien es verdad que toda obra de arte auténtica es fuente inagota-
ble de análisis e interpretaciones —cada estudioso aportando su propia
“verdad”—, también es cierto que el enigma de la existencia, de la esen-
cia profunda de dicha obra, está fuera del alcance del lenguaje […]. Hay
que analizar infatigablemente para llegar a lo inanalizable, a aquello que
únicamente podemos intuir, pero no describir ni explicar.40
36
Sobre las particularidades y criterios de pertinencia de diversas metodologías de análisis,
véase: Sobrino, Ramón. “Análisis musical. De las metodologías del análisis al análisis de
las metodologías”. Revista de Musicología, vol. 28, número 1, 2005, pp. 667-696.
37
Véase Dunsby, Jonathan y Whittall, Arnold. ([1988] 1999). “El análisis motívico”.
[“Motives”. Music Analysis in Theory and Practice]. Quodlibet, número 13, febrero 1999,
pp. 88-89. Véase también Reti, Rudolf. The Thematic Process in Music. New York, Mac-
Millan, 1951 y Reti, Rudolf. Thematic Patterns in Sonatas of Beethoven. London, Faber,
1967.
38
Véanse los trabajos de Nattiez, Jean-Jacques. Musicologie générale et sémiologie. París,
Christian Bourgois Editeur, 1987 y de Chouvel, Jean-Marc. Analyse musicale. Sémiologie
et cognition des formes temporelles. París, L’Harmattan, 2006.
39
Véase Meeùs, Nicolas ([1993] 1999). “Elementos para una evaluación de la teoría schenke-
riana”. [“Elements d’évaluation de la théorie schenkerienne”. Capítulo III de Heinrich
Schenker: Une Introduction. Ed Pierre Mardaga, Lieja (1993)]. Quodlibet, número 15,
octubre 1999, pp. 48-63. Véase también Kamien, Roger. “Aspects of Motivic Elabora-
tion in the Opening Movement of Haydn’s Piano Sonata in C# minor”, en: Aspects of
Schenkerian Theory. D. Beach (ed.). New Haven, Yale University Press, 1983, pp. 77-93,
y Epstein, David. Beyond Orpheus. Studies in musical structure. Oxford, Oxford University
Press, 1987.
40
Nommick, Yvan. “Del carácter imprescindible e inagotable del análisis musical”. Revista
de Musicología, vol. 33, número 1-2, pp. 225-234.
32
Introducción
Se ha conferido especial llo temático y lenguaje armónico. Éste es el segundo gran apartado
importancia a lo con- de este libro. Se ha conferido especial importancia a lo concernien-
te a la producción pianística así como a la obra de cámara y vocal,
cerniente a la produc-
tanto en el género lírico como en la canción de concierto. Con rela-
ción pianística así como ción a la música de cámara, se ha tomado en cuenta la labor de Cas-
a la obra de cámara y vo- tro como ejecutante de música de conjunto y se ha analizado pos-
cal, tanto en el género lí- teriormente cada una de sus obras para distinguir las características
rico como en la canción generales de su lenguaje camerístico. Lo anterior responde al obje-
de concierto. Con relación tivo de evidenciar las características musicales de la obra a partir de
su estudio sistemático. En aras de una mayor claridad, se proporcio-
a la música de cámara, se
nan abundantes ejemplos musicales con una extensión que permite
ha tomado en cuenta la contextualizar el aspecto concreto que se desea demostrar. En algu-
labor de Castro como eje- nas ocasiones se ha encontrado que una misma obra es válida para
cutante de música de con- ilustrar más de un aspecto en particular; en estos casos se ha decidi-
junto y se ha analizado do insertar nuevamente el ejemplo, ya sea de manera íntegra o par-
posteriormente cada una cial, para propiciar una lectura más lineal y evitar la molestia de re-
gresar a páginas anteriores para consultar dicho ejemplo.
de sus obras para distin-
Gracias a este estudio fue posible distinguir determinados
guir las características ge- rasgos que revelan una evolución en el lenguaje compositivo de Cas-
nerales de su lenguaje ca- tro incluso en las obras escritas antes de su estancia europea, por lo
merístico. que se propone una división en tres periodos tomando en cuen-
ta los elementos detectados a partir del análisis sistemático de toda
su obra.
Durante el curso de esta investigación se han generado una
serie de anexos de recomendable consulta tanto por las continuas
referencias que se hacen a ellos como por su contenido documental:
• Catálogo de obra. Metodología y propuesta de datación de la
obra. Durante su vida el compositor realizó dos renumera-
ciones de sus obras, desestimando algunas y reasignando nú-
meros de opus a nuevas composiciones. En consecuencia, se
tienen números de opus duplicados o triplicados en algunos
casos, así como opus desiertos. De igual manera, un núme-
ro de opus alto no corresponde necesariamente a una obra
tardía. Si bien esta problemática ha sido señalada en traba-
jos previos, no se ha ofrecido ninguna alternativa para su so-
lución. Siguiendo una rigurosa metodología se ha presen-
tado una datación de la obra basada en los datos obtenidos
en nuestra investigación. El catálogo también contempla las
obras perdidas, anunciadas y atribuidas, así como composi-
ciones que fueron escritas y estrenadas en vida del composi-
tor y de las cuales no se tenía previo conocimiento.
• Obra de otros compositores interpretada por Ricardo Castro.
Consideramos que el conocimiento de las obras que forma-
ban parte de su repertorio da la clave para comprender una
parte importante de su propia producción para piano, la más
33
Rogelio Álvarez Meneses
34
Introducción
•
La existencia de un patri- La realización de este trabajo obedece tanto al gusto por la música
monio musical —tan rico de Ricardo Castro como a la convicción de emprender acciones de
como el mexicano— su- rescate y difusión del legado de este notable compositor. La existen-
cia de un patrimonio musical —tan rico como el mexicano— supo-
pone a su vez una enor- ne a su vez una enorme responsabilidad para los intérpretes y los in-
me responsabilidad para vestigadores. La producción de los músicos que durante cinco siglos
los intérpretes y los inves- configuraron el paisaje sonoro de nuestro país es un universo vastí-
tigadores. La producción simo en espera de ser estudiado. Ya en las catedrales novohispanas,
de los músicos que duran- ya en el teatro, ya en el salón o en los muy diversos espacios públi-
te cinco siglos configura- cos, los compositores mexicanos realizaron una importante activi-
dad que se ha convertido en nuestro legado.
ron el paisaje sonoro de Es natural que, como mexicanos, nos sintamos orgullosos de
nuestro país es un univer- nuestras “glorias nacionales”. Sin embargo, para ser honestos, de la
so vastísimo en espera de mayoría de nuestros músicos más egregios se conocen apenas algu-
ser estudiado. nos datos que no van más allá de lo anecdótico y, lo que es peor, al-
gunos no confirmados. De Ángela Peralta (1845-1883) se sabe que
fue la primera cantante mexicana en presentarse en el Teatro alla
Scala de Milán y las crónicas sobre su desempeño vocal son contra-
dictorias. El nombre de Juventino Rosas (1868-1894) está irremisi-
blemente ligado a su universal vals Sobre las olas; el escaso rigor his-
tórico de la película homónima protagonizada por Pedro Infante en
1954 no abona a un mayor conocimiento del músico.41 Algo simi-
lar pasa con Felipe Villanueva (1862-1893) y su Vals poético. De Er-
nesto Elorduy Medina (1854-1913), incansable trotamundos y do-
tadísimo pianista, se sabe que estudió en los conservatorios de Ber-
lín y Frankfurt y que fue alumno de Clara Schumann, de Joachim
Raff, de Anton Rubinstein y de Carl Reinecke: un personaje fabulo-
so con una obra prácticamente desconocida. De María Joaquina de
la Portilla Torres (1885-1951), María Grever, se desconoce su lugar
exacto de nacimiento, se rumora que fue alumna de Claude Debus-
sy y no se sabe su número exacto de canciones, mucho menos su lo-
calización. Es el mismo caso de Agustín Lara (1897-1970) y de toda
la brillante generación de cancionistas mexicanos activos en el siglo
xx, entre los que destacan varias mujeres con producciones que han
alcanzado dimensión global, como la ya citada Grever y otras igual-
mente relevantes como Consuelito Velázquez (1916-2005) o María
Elena Valdelamar (1925-2012).
No es mi afán consignar una nómina del estado de la inves-
tigación de todos nuestros compositores. Más bien poner de ma-
nifiesto que, en la abrumadora mayoría, existe un gran desconoci-
41
Existe un solvente trabajo dedicado a Juventino Rosas realizado por el etnomusicólogo
austriaco Helmut Brenner, aún no traducido al castellano. Véase Brenner, Helmut. Ju-
ventino Rosas. His life. His work. His time. Robert Stevenson (pról.). Michigan, Harmonie
Park Press, 2000.
35
Rogelio Álvarez Meneses
36
Capítulo 1
42
Herrera y Ogazón, Alba. El arte musical en México. México, Dirección General de Bellas
Artes, 1917. Reimpresión facsimilar: Centro Nacional de Investigación, Documentación
e Información Musical, México, 1992, pp. 65-66-141-142.
43
Mayer Serra, Otto. Panorama de la música mexicana desde la Independencia hasta la ac-
tualidad. México, El Colegio de México, 1941, p. 75.
37
Rogelio Álvarez Meneses
fronteras nacionales —aunque superadas, en cuanto a éxito mundial por Mayer Serra señala que
una pieza mexicana del género “de salón”: el vals Sobre las olas, de Juventi-
no Rosas—, México no ha dado a la música universal, hasta los lindes del “las obras musicales es-
siglo xx, ninguna figura de verdadero relieve [y] ninguna obra duradera.44 critas durante este perio-
Estas drásticas afirmaciones propician una visión reduccionis- do histórico son de inspira-
ta y radical de la música compuesta en México durante el siglo xix. ción netamente europea y
De hecho, en su mismo libro, Mayer Serra señala que “las obras mu- trabajadas, en una imita-
sicales escritas durante este periodo histórico son de inspiración neta- ción esclava, sobre los mol-
mente europea y trabajadas, en una imitación esclava, sobre los mol- des italianos, y posterior-
des italianos, y posteriormente, franceses y alemanes”.45 Su aguda crí-
mente, franceses y alema-
tica se fundamenta en lo que el autor considera una carencia de sen-
tido auténticamente nacionalista en los compositores decimonónicos. nes”. Su aguda crítica se
En contraste, reconoce el valor artístico de Castro y sus ata- fundamenta en lo que el
ques no están dirigidos a su persona. Más bien, denuesta el reperto- autor considera una ca-
rio, el gusto y las prácticas musicales de la época. Aludiendo concre- rencia de sentido auténti-
tamente a Campa y Castro, afirma que su obra: camente nacionalista en
[...] fue más bien de re-creación que de verdadera originalidad. los compositores decimonó-
Pero el grado de su sensibilidad asimiladora era más completo y más per-
fecto de lo que se había conocido hasta entonces. La falta de una persona-
nicos. En contraste, reco-
lidad creadora de nuevos valores, en estos dos estimables maestros, tuvo noce el valor artístico de
la consecuencia irremediable de que su producción musical no perdurara, Castro y sus ataques no
exceptuando, tal vez, el Vals-Capricho, de Castro, que sigue atrayendo, en
alguna ocasión, a los jóvenes pianistas mexicanos.46 están dirigidos a su perso-
na, sino más bien denues-
Al mismo tiempo que ataca la posición ideológica de Cas-
ta el repertorio, el gusto y
tro, reconoce su labor como concertista y compositor de gran oficio
siempre volcado en la asimilación e imitación sistemática de mo- las prácticas musicales de
delos extranjeros, en detrimento de un nacionalismo que, según él, la época.
sólo tendría su manifestación plena hasta después de la muerte del
compositor:
Castro era un pianista acabado [...]. La agilidad del estilo schu-
manniano, las fórmulas chopinianas y la técnica de Liszt fueron apro-
vechadas por Castro con una habilidad, una elegancia y un buen gusto
admirables. Gracias a su labor, la música mexicana compensó de un
golpe un retraso de más de medio siglo. Debido a su ejemplo, se había
establecido, de una vez para siempre, una comunicación continua entre
el continente europeo y su patria mexicana. Pero también en él debía cul-
minar la extranjerización del arte musical mexicano. Los compositores que
le siguieron por esta senda, como Julián Carrillo, Rafael J. Tello y otros,
sólo lograron aportar nuevos elementos europeos —el estilo de Wagner
y de Strauss, o el impresionismo francés— pero sin lograr con ello un
arte genuino y representativo. Con Castro, la época de la imitación de los
valores musicales ajenos había concluido. La cultura mexicana, arraigada
en las esencias populares y vernáculas, había reclamado, entre tanto, sus
derechos inalienables. El nacionalismo musical había nacido en México.47
44
Ibíd., p. 17.
45
Ibíd., p. 74.
46
Ibíd., p. 92.
47
Ibíd., pp. 92-93.
38
Capítulo 1 | Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
48
En mayo de 1907 Castro dedicó sus Deux pièces intimes, Op. 30 (Número 1, Valse
sentimentale, y Número 2, Barcarolle) al Dr. Alfonso Pruneda, rector de la Universidad
Nacional de México entre 1924 y 1928.
49
Pruneda, Alfonso. “Ricardo Castro” en Tres grandes músicos mexicanos. México, Univer-
sidad Nacional Autónoma de México, 1949, p. 26.
50
Romero, Jesús C. Ricardo Castro. Sus efemérides biográficas. Durango, Instituto Juárez,
1956, p. 3.
51
Me refiero a una carta al director de orquesta José G. Aragón, fechada en la localidad
parisina de Le Vésinet el 2 de julio de 1903 y una tarjeta de visita del 24 de junio de
1904 enviada desde París a su amigo el violinista Justo R. Uribe.
39
Rogelio Álvarez Meneses
52
Vázquez Sánchez, Esperanza. “Ante la figura de Ricardo Castro”. Tesis de licenciatura.
Director: Pablo Castellanos Cámara. México, Instituto Nacional de Bellas Artes, Con-
servatorio Nacional de Música, 1968, p. 18.
53
Este dato erróneo se encuentra en: Arriola Saucedo. “La sinfonía en los compositores
mexicanos”. Tesis de licenciatura. Director: Filiberto Ramírez Franco. México, Univer-
sidad Nacional Autónoma de México, Escuela Nacional de Música, 1980, p. 33; Ben-
jamin, Gerald R. “Ricardo Castro Herrera” en The New Grove Dictionary of Music and
Musicians. Stanley Sadie (ed.), 20 volúmenes, Londres, Macmillan Publishers Limited,
1980, volumen 3, pp. 878-879; Velazco, J. “Ricardo Castro”, p. 587; Romero Franco,
María Angélica. “La música para piano de Ricardo Castro”. Tesis de licenciatura. Di-
rector: Luis Mayagoitia-Vásquez. Universidad Nacional Autónoma de México, Escuela
Nacional de Música, México, 1984, p. 25; Tapia Colman, Simón. Música y músicos en
México. México, Panorama, 1991, pp. 26-27.
54
Vázquez Sánchez, E., op. cit., p. 16.
55
Mayer Serra, O., op. cit., p. 92.
40
Capítulo 1 | Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
En su Breve historia sistemático del folklore, aún no había nacido en México (Ponce fue quien
lo introdujo). En segundo lugar, hay que tener muy presente la época en
de la Música en Méxi- que vivió, la que corresponde a la de Alberto Williams, en Argentina; de
co, Guillermo Orta Ve- Ignacio Cervantes en Cuba, de Alberto Nepomuceno, en Brasil; o la de
Eduardo MacDowell, en los Estados Unidos. También estos compositores
lázquez define a Castro han sido injustamente olvidados por considerárseles ‘pasados de moda’.56
como “un evolucionista en
el uso de procedimientos Incluye un análisis “de algunas de sus principales obras”57
realizado a manera de comentario breve que reseña determinados
técnicos, [con obras que]
aspectos estilísticos, formales o de recepción de las obras, en donde
acusan una sensibilidad la mayoría de los casos permanecen en un nivel superficial: en nin-
romántica que se acerca a gún caso se trata de un análisis sistemático.
la escuela francesa”. Entre sus conclusiones menciona que si Castro no llegó a
desarrollar una escuela pianística propia fue “debido a su prematu-
ra muerte; no obstante, el sistema pedagógico que usaba no deja lu-
gar a duda de que sus conceptos sobre la técnica pianística eran de
lo más avanzado en el México de entonces”. También recomienda a
los músicos mexicanos “interesarse más, tanto en conocer las obras
de Castro como en interpretarlas en México y en el extranjero”.58
En su Breve historia de la Música en México, Guillermo Orta
Velázquez define a Castro como “un evolucionista en el uso de pro-
cedimientos técnicos, [con obras que] acusan una sensibilidad ro-
mántica que se acerca a la escuela francesa”.59 Por su parte, Pablo
Castellanos realiza una interesante reflexión sobre la influencia de la
cultura musical francesa en México:
En el campo de la música, la presencia de Francia se manifiesta en
las canciones infantiles y danzas francesas que se han conocido en México;
en la música culta, los métodos musicales y los instrumentos franceses
traídos a nuestro país; en los músicos franceses que vinieron a México
y en los músicos mexicanos que fueron a Francia. Además, ocupan un
lugar destacado aquellos músicos mexicanos que, aunque no estudiaron
en París, divulgaron la música francesa en México.60
56
Vázquez Sáchez, E., op. cit., p. 18.
57
Comenta brevemente el Caprice-Valse, Op. 1, los Aires nacionales mexicanos, Op. 10, la
transcripción del Himno Nacional Mexicano, el argumento de Atzimba, las colecciones
de danzas, el Vals de Concert, Op. 25, la Tarantella, Op. 24, No. 2, los Six Préludes pour
piano, Op. 15 (únicamente el Nocturne), los Deux études de concert pour piano, Op. 20,
la Suite pour piano, Op. 18, el Thème Varié, Op. 47 y el Concert pour piano avec accom-
pagnement d’orchestre, Op. 22.
58
Ibíd., pp. 28-29.
59
Orta Velázquez, Guillermo. Breve historia de la música en México. México, Joaquín Porrúa
Editores, 1970, p. 410.
60
Castellanos, Pablo. “Presencia de Francia en la música mexicana” en Heterofonía. volumen
IV, número. 22. México, Imprenta Ideal, enero-febrero de 1972, p. 4.
41
Rogelio Álvarez Meneses
una estrategia tanto política como ideológica “para evitar la peligro- La primera publicación
sa tutela del poderoso vecino del norte, en una política de compen- relacionada con Castro,
sación de fuerzas [y] apostando por un afrancesamiento para frenar
en la década de los años
la yanquización [cursivas en el original]”.61
Castellanos también sostiene que “en la extraordinaria figu- ochenta, es su correspon-
ra de Ricardo Castro se sintetiza todo lo realizado por los composi- diente entrada en The
tores mexicanos del siglo pasado” y, refiriéndose a la Suite pour pia- New Grove Dictionary
no, Op. 18, considera que: of Music and Musicians,
[...] es la obra más importante que compuso Ricardo Castro en la cual se habla lacó-
para el piano, sin contar su Concierto con orquesta [...]. Las armonías nicamente de la “influen-
son sumamente interesantes y constituyen lo más avanzado que escribió
hasta entonces un compositor mexicano [...]. Tal vez sea la obra más cia schumanniana en la
trascendental para piano solo del romanticismo musical del siglo XIX en obra de Castro”.
todo el Continente Americano.62
61
Pérez Herrero, Pedro. Porfirio Díaz. Madrid, Ediciones Quorum, 1987, p. 106.
62
Castellanos, P., op. cit., p. 9.
63
Malström, Dan. Introducción a la música mexicana del siglo XX. Juan José Utrilla (trad.).
México, Fondo de Cultura Económica, 1977, p. 26.
64
Benjamin, G. R., op. cit., pp. 878-879.
65
Sánchez Beltrán, María de Jesús. “El piano en México: sus grandes pedagogos e intér-
pretes”. Tesis de licenciatura. Director: Juan D. Tercero. México, Universidad Nacional
Autónoma de México, 1980, pp. 11, 75-79, 95-96.
42
Capítulo 1 | Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
Uno de los principa- Los trabajos del musicólogo Jorge Velazco (1942-2003) son
les motivos por los cua- de un gran valor tanto por la documentación que los respalda, como
por su enfoque reflexivo y orientado a la comprensión de Castro y
les la obra de Castro cayó
su obra que toma en cuenta el contexto ideológico y social en que
en el olvido después de su surgieron. Esta postura de mayor ecuanimidad será la que afortuna-
muerte, en 1907, fue por- damente se observa en la mayoría de las publicaciones de la última
que el país se vio conmo- década del siglo xx.
cionado por el proceso re- En El pianismo mexicano del siglo xix (1982), Velazco hace
volucionario iniciado en un recorrido cronológico de los principales pianistas nacionales y
otorga la primacía al “gran Ricardo Castro”, al que considera “el
1910, el cual generó una
más importante pianista y uno de los más valiosos compositores de
serie de cambios en distin- este país”.66 Lo califica como uno de los “puntales pianísticos” del
tos órdenes que se tradu- México decimonónico, junto con Carlos J. Meneses y Felipe Villa-
jeron en una aversión sis- nueva. Cataloga al Concierto para piano como una composición “de
temática a las expresiones indudable mérito y atracción, que debería ser de obligada ejecución
y prácticas culturales que para la muy abundante legión de pianistas mexicanos [...]” y añade
que “[...] por sus propios méritos [la obra] debería ser oída, es una
tuvieran algún vínculo
miserable vergüenza que no sea tocada en nuestro país”.67
con el régimen anterior. Uno de los principales motivos por los cuales la obra de Cas-
tro cayó en el olvido después de su muerte, en 1907, fue porque el
país se vio conmocionado por el proceso revolucionario iniciado en
1910, el cual generó una serie de cambios en distintos órdenes que
se tradujeron en una aversión sistemática a las expresiones y prác-
ticas culturales que tuvieran algún vínculo con el régimen anterior.
En este sentido, Velazco argumenta lo siguiente:
[...] la muerte del gran Ricardo Castro, cuyo solemne funeral
oficial, encabezado por Justo Sierra, marcó el fin de toda una era cultural
en México, el piano entra en franca declinación en nuestro país. [...] Con
el deceso de Ricardo Castro, se acabó la escuela mexicana desde el punto
de vista de la tradición.68
66
Velazco, Jorge. “El pianismo mexicano del siglo XIX” en Anales del Instituto de Investi-
gaciones Estéticas, volumen VIII, número 50. México, Universidad Nacional Autónoma
de México, 1982, p. 228.
67
Ibíd., p. 231.
68
Ibíd., p. 231.
69
Velazco, Jorge. “El caso de Ricardo Castro” en Con la música por dentro. México, Uni-
43
Rogelio Álvarez Meneses
Este desinterés abarcó una gran parte del siglo xx. Aludiendo María Angélica Rome-
al género lírico, Alberto Pérez-Amador Adam puntualiza que: ro Franco aborda la pro-
[...] en México la difusión y el estudio de las óperas compuestas blemática del enorme des-
por los autores locales ha sido casi nulo [...]. Esto tiene diferentes causas. conocimiento de la músi-
La principal de ellas es el poco interés del partido en el poder en difundir la
cultura operística al relacionar el género con el gobierno de Porfirio Díaz.70 ca de concierto mexicana
—la de piano incluida—
Paralelamente, María Angélica Romero Franco aborda la pro-
blemática del enorme desconocimiento de la música de concierto tanto en el país como en el
mexicana —la de piano incluida— tanto en el país como en el ex- extranjero. Pondera a Cas-
tranjero. Pondera a Castro como “el músico más representativo de tro como “el músico más
la segunda mitad del siglo xix” y señala que su producción significó representativo de la segun-
“una importante evolución dentro del terreno de la composición”.71 da mitad del siglo xix” y
Acierta al afirmar que las investigaciones realizadas hasta el momen-
señala que su producción
to son poco profundas y que la información existente sobre Castro es
“escasa y repetitiva”. Expresa la necesidad de “propiciar una llamada significó “una importante
de atención hacia Ricardo Castro y su música, tan injustamente ol- evolución dentro del terre-
vidada y menospreciada, tal vez por la carencia de promotores y di- no de la composición”.
fusores de su obra”.72 Además de incluir una aproximación biográfica
con ciertas omisiones, realiza un trabajo de análisis de determinadas
obras73 y aclara que “[...] será necesaria la elaboración de otro trabajo
que incluya todas las pequeñas formas para piano utilizadas por Cas-
tro y que no han sido incluidas en este trabajo”.74
Concluye señalando que en su obra Castro se muestra como
“un compositor vanguardista”, “un hombre de su tiempo admira-
blemente actualizado” y un “importante propulsor del movimiento
nacionalista”.75
En el volumen correspondiente al periodo de la Independen-
cia a la Revolución (1810-1910) de La música en México, Gloria Car-
mona se concreta a realizar una valoración de las capacidades artísti-
cas de Castro, de su influencia en el ámbito musical y de su obra coar-
tada por la fatalidad:
La figura de Castro se antoja carismática y su personalidad domi-
nante como para asumir el liderazgo de la música mexicana que de hecho
ejercía. Poseía las cualidades para ello, es decir, la formación e información
suficientes, el respaldo de una obra musical en evolución, considerable en
cantidad y aciertos y, lo que es más importante, el conocimiento de las
“La figura de Castro se carencias y necesidades de su medio. Por desgracia, su muerte, acaecida
inesperadamente el 28 de noviembre de 1907, clausuró toda posibilidad
antoja carismática y su de cimentar una obra verdaderamente trascendente en la composición y
personalidad dominante una labor que de él se esperaba como mentor e impulsor.76
como para asumir el lide- En su artículo dedicado al Concierto para piano, el composi-
razgo de la música mexi- tor y crítico musical, José Antonio Alcaraz (1938-2001), otorga un
cana que de hecho ejercía. voto de calidad a la obra y en defensa de su autor afirma que “cual-
Poseía las cualidades para quier indecisión, cualquier falta, cualquier amaneramiento inclu-
ello, es decir, la forma- so, son debilidades de su tiempo y no tanto de él”.77 Este juicio es
formulado con la suficiente distancia para ser objetivo y esclarece-
ción e información sufi-
dor a la vez:
cientes, el respaldo de una
En general, la materia sonora, como la orquestación, es brillante,
obra musical en evolu- llena de rasgos espectaculares, ocasionalmente exuberantes hasta llegar
ción, considerable en can- precisamente al punto en que se rozan con lo sobrecargado, pero sin
tidad y aciertos y, lo que es invadir definitivamente el terreno de lo aparatoso. Es el Concierto, con
mucho lucimiento como se usaba entre ellos, de un compositor-pianista
más importante, el cono- fin de siècle que aunque no deja de mirar con insistencia hacia la música
cimiento de las carencias y de salón (como en la brillante Polonesa, su mejor fragmento) contiene
suficientes atractivos y rasgos característicos como para situarse en el um-
necesidades de su medio.” bral del repertorio trascendente, sin transponerlo precisamente a causa de
Gloria Carmona aquello que es su pérdida y su gloria: el encanto hiperbólico.78
76
Carmona, Gloria. “Período de la Independencia a la Revolución (1810 a 1910)” en La
música de México. Julio Estrada (ed.). México, Universidad Nacional Autónoma de Mé-
xico, 1984, p. 166.
77
Alcaraz, José Antonio. “Ricardo Castro: concierto para piano” en En una música estelar.
México, Instituto Nacional de Bellas Artes. Centro Nacional de Investigación, Documen-
tación e Información Musical, 1987, p. 38. Alcaraz comete una imprecisión al datar la
composición de la obra entre 1885 y 1887, siendo que el Concierto fue escrito y concluido
el mismo año de su estreno: 1904.
78
Ibíd., p. 40.
79
Carredano, Consuelo. “Servir a la música. Entrevista a Miguel García Mora” en Pauta.
Cuadernos de teoría y crítica musical. Volumen VIII, número. 29. México, Consejo Na-
cional para la Cultura y las Artes, enero-marzo de 1989, p. 31.
45
Rogelio Álvarez Meneses
de la generación posterior, Raúl Herrera Márquez (1949), comenta En la década de los años
que, en su época de estudiante, “gustar de la música del porfiriato, noventa asistimos a un re-
específicamente de la de Castro, no se hablaba en público” y agrega
novado interés en la reva-
que lo “políticamente correcto” en el medio musical profesional era
tocar algunas de las obras de Ponce, y añade: loración de la música del
siglo xix, a raíz de una se-
[...] sabiendo cómo andaban las cosas, me parece una osadía ad-
mirable de Miguel García Mora la de haber grabado en los años cincuenta rie de trabajos que tienen
aquel extraordinario long play [titulado] Valses mexicanos de 1900, en el un importante elemen-
que, por cierto, conocí varios de los valses de Castro.80 to en común: la revisión y
Los testimonios anteriores llevan implícita la postura gene- reconsideración de la pos-
ralizada del común denominador de los intérpretes, funcionarios tura ideológica de los ar-
culturales, curadores y programadores, pedagogos y, en consecuen- tistas decimonónicos.
cia, del público: un sentimiento de animadversión hacia un reper-
torio denostado por haber sido la expresión de un régimen políti-
co igualmente satanizado que, independientemente de sus luces y
sombras, dio lugar a manifestaciones culturales con entidad propia.
En este sentido resulta muy pertinente la opinión de Eduardo Con-
treras Soto al afirmar que:
[...] si Ituarte, Morales, Castro o Villanueva eligieron un discurso
y unas influencias determinadas para la música que compusieron, esto
nos habla del medio histórico, cultural, en el que vivieron, y de cómo lo
vivieron; además no por ello sus obras son mediocres, despreciables, ni
lo que es más fácil de aceptar, por la orientación estética y la forma de
practicarla, sus obras dejan de ser mexicanas. [Cursivas en el original]81
80
Herrera, Raúl. “Interpretando a Ricardo Castro” en Heterofonía, revista de investigación
musical. Número 140. México, Centro Nacional de Investigación, Documentación e
Información Musical, enero-junio de 2009, p. 188.
81
Contreras Soto, Eduardo. “El paso de nuestra música del siglo XIX al XX: un trayecto
menos accidentado” en Heterofonía. Número 107. México, Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes, julio-diciembre de 1992, p. 58.
46
Capítulo 1 | Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
[...] los artistas mexica- [...] los artistas mexicanos de la época porfiriana estaban obsesio-
nados con París y su legendario ambiente cultural. Se aplicaban a apren-
nos de la época porfiriana der y dominar el francés, con la esperanza de hablarlo cuando el destino
estaban obsesionados con los llevara, por fin, a la Ciudad Luz [y que] hacia el fin del siglo [XIX],
ser “moderno” era “vivir” en francés: savoir-vivre. Los artistas mexicanos
París y su legendario am- fin-de-siècle no hacían sino estar a tono con el mundo en su búsqueda
biente cultural. Se aplica- frenética de la avant-garde.82
ban a aprender y dominar
Si bien algunos de los trabajos anteriormente citados inclu-
el francés, con la esperanza yen una parte analítica, el artículo de Ricardo Miranda, ‘Pour le pia-
de hablarlo cuando el des- no’: reflexiones sobre Claude Debussy y Ricardo Castro, es el primero
tino los llevara, por fin, a dedicado a una obra de Castro en particular —la Suite pour piano,
la Ciudad Luz [y que] ha- Op. 18— y en abordar un aspecto que por sí mismo se antoja evi-
cia el fin del siglo [XIX], dente pero que a la vez resulta nebuloso: la postura de Castro ante la
música de Debussy (o dicho en otras palabras, ante la modernidad).
ser “moderno” era “vivir”
Miranda considera que Castro debió haber tenido conocimiento
en francés: savoir-vivre. de la obra del compositor francés en Europa, cuestión de la que sin
Los artistas mexicanos fin- embargo no se tiene prueba documental alguna. Después de anali-
de-siècle no hacían sino zar determinadas correspondencias entre la Suite pour piano, Op. 18
estar a tono con el mundo (1904) y Pour le piano, L95 (1894-1901) de Debussy, Miranda sos-
en su búsqueda frenética tiene que la partitura en sí es una evidencia clara de que Castro tuvo
contacto con la obra de Debussy:
de la avant-garde.
No existen hasta el momento referencias a Debussy en la docu-
mentación de Ricardo Castro; sin embargo, la Suite, Op. 18 es precisa-
mente ese documento perdido. […] Castro demuestra entender ciertos
aspectos claves de la escritura de Debussy —tales como el uso de acordes
aumentados (producto, a su vez, de utilizar una escala de tonos enteros).
[...] Pese a todas las similitudes señaladas, la obra de Castro no es en
ningún momento una mera copia. Todos los elementos inspirados por
Debussy fueron asimilados por Castro e incorporados a su estilo particular.
La obra no es una copia, sino un experimento —llevado a cabo con gran
éxito— con nuevas y llamativas herramientas musicales. [...] Aun cuando
los elementos utilizados son iguales, el significado de éstos es diferente para
cada compositor. Por esta razón la Suite guarda un estilo muy personal.83
te mucho tiempo fue el principal argumento esgrimido por sus de- Yolanda Moreno Rivas
tractores. Yolanda Moreno Rivas sostiene que durante el siglo xix la sostiene que durante el si-
transición hacia el romanticismo se dio a través de la adaptación de
glo xix la transición hacia
nuevos temas y formas:
el romanticismo se dio a
Se podría definir y resumir que los desarrollos estilísticos o for- través de la adaptación de
males del siglo XIX mexicano como un intento prolongado, a veces in-
fructuoso o parcial, de penetrar en los grandes estilos románticos y códigos nuevos temas y formas.
culturales europeos considerados como valores universales. Lo prueba el
surgimiento de las efímeras escuelas mexicanas apoyadas alternativamente
en las influencias italianas, francesas o alemanas.84
Ricardo Castro fue el mú- chelo. Realiza una aproximación analítica a la que denomina curio-
sico mexicano más impor- samente “sinopsis musical” que se centra en cuestiones formales.
Menciona también algunas de sus particularidades interpretativas
tante del s[iglo] XIX, qui-
desde el aspecto técnico, aspecto desarrollado correctamente puesto
zá también el más apto, que el autor del artículo es violonchelista de formación.88
y condujo a la música Robert Stevenson firma la entrada correspondiente a Ricar-
mexicana al s[iglo] XX. do Castro en el Diccionario de la Música Española e Hispanoameri-
Castro conoció y dominó cana (1999). Hace una reseña biográfica con las habituales impreci-
casi todos los géneros mu- siones, como que “el 6 de abril de 1903 Marix Loevensohn, un vir-
tuoso belga de 23 años, estrenó su Concierto para chelo en París, to-
sicales disponibles para
cándolo poco después en Bruselas”, dato que aparece también en
un músico de su época e otras fuentes y que carece de sustento documental puesto que la
hizo sentir su influencia prensa mexicana y parisina no consignaron dicho evento. Se refie-
como intérprete, composi- re tangencialmente a la problemática de los números de opus en
tor y maestro hasta un ex- la obra de Castro y presenta un catálogo con erratas e incompleto
tremo al que nadie había (únicamente con las obras publicadas y conservadas en la Biblioteca
del Congreso de la Unión de México).89
llegado en México antes
Mayores alcances tiene el apartado dedicado a la música des-
de que su corta y brillante de el siglo xix hasta la primera mitad del siglo xx en la extensa voz
carrera lo colocara en la dedicada a México realizada por Jorge Velazco en el mismo Diccio-
cima de la profesión. nario de la Música Española e Hispanoamericana. El autor retoma a
Jorge Velazco Castro después de más de una década de haberlo abordado en sus
primeros trabajos,90 ratificando con mayor convicción su postura
reivindicativa hacia el compositor, poniendo abiertamente de mani-
fiesto su relevancia en la historia musical de México:
Ricardo Castro fue el músico mexicano más importante del
siglo XIX, quizá también el más apto, y condujo a la música mexicana
al siglo XX. Castro conoció y dominó casi todos los géneros musicales
disponibles para un músico de su época e hizo sentir su influencia como
intérprete, compositor y maestro hasta un extremo al que nadie había
llegado en México antes de que su corta y brillante carrera lo colocara en
la cima de la profesión.91
88
Mendoza, Jorge. “El concierto para violonchelo y orquesta de Ricardo Castro” en Pauta.
Cuadernos de teoría y crítica musical. Volumen XVI, número 65. México, Consejo Na-
cional para la Cultura y las Artes, enero-marzo de 1998.
89
Stevenson, Robert. “Ricardo Castro Herrera” en Diccionario de la Música Española e
Hispanoamericana. Emilio Casares Rodicio (dir. y coord.), 10 volúmenes, volumen 3.
Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, pp. 410-413.
90
Me refiero a “El pianismo mexicano el siglo XIX” (1982), “Ricardo Castro” (1983), “El
caso de Ricardo Castro” (1988), opp. cit.
91
Velazco, Jorge. “México: III. La música desde el siglo XIX hasta la primera mitad del
siglo XX” en Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana. Emilio Casares Ro-
dicio (dir. y coord.), 10 volúmenes, volumen 7. Madrid, Sociedad General de Autores y
Editores, 1999, p. 509.
49
Rogelio Álvarez Meneses
corriente dominante de inspiración operística italiana”,92 pues más En la primera década del
que existir una escuela italiana como tal, debe hablarse efectivamen- siglo xxi se escribieron
te de un gusto y una praxis musical, orientados al estilo belcantísti-
una serie de artículos con
co italiano de la primera mitad del siglo xix.
Como se ha mencionado con anterioridad, en 1983 Velazco temáticas relacionadas
—con sus habituales destellos de ironía— se refería al Grupo de los con Castro, especialmen-
Seis como un conjunto de compositores con una “miopía ideológica te hacia el 2007, año del
y estética” que pretendía configurar una auténtica música nacional primer centenario luctuo-
mexicana al grito de “mi extranjero es mejor que el tuyo”.93 Poste- so del compositor. Ricardo
riormente el mismo investigador replantea su postura y emite unas
Miranda define a Castro
reflexiones en un tono más ecuánime: lo que anteriormente era fru-
to de una “confusión ideológica” ahora lo consideraba “un resulta- como uno de los “patricios
do fructífero e interesante”: musicales del porfiriato”
junto con Carlos J. Mene-
México tenía que sacudirse de la corriente italianizante para llegar
a otro estrato evolutivo y el sistema de Castro y de sus contemporáneos ses y Gustavo E. Campa.
de reemplazar una tendencia extranjera por otra igualmente ajena pero
diferente —la corriente de pensamiento franco-ruso-germana—, tuvo un
resultado fructífero e interesante.94
92
Ibíd., p. 510.
93
Velazco, J. “El pianismo mexicano…”, p. 226.
94
Velazco, J. “México…”, p. 510.
95
Ibíd.
50
Capítulo 1 | Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
96
Miranda, Ricardo. “A tocar, señoritas” en Ecos, alientos y sonidos: ensayos sobre música
mexicana. México, Universidad Veracruzana - Fondo de Cultura Económica, 2001, pp.
128, 130 y 138.
97
Vázquez Montano, Miriam. “El modernismo en la obra para piano de Castro, Elorduy y
Villanueva”. Tesis de maestría. Xalapa, Universidad Veracruzana, 2006, p. 20.
98
Ibíd.
99
Ibíd., p. 13.
100
Ibíd., p. 29.
51
Rogelio Álvarez Meneses
cales del pasado —es decir anteriores al siglo xix— como lo fue- En 2007 la revista de in-
ron la gavota, el musette, además del preludio y la sarabanda como vestigación musical He-
parte de la suite”.101 También identifica algunos recursos utilizados
terofonía dedicó un nú-
por los compositores para recrear lo exótico: la variedad rítmica, el
uso de la textura de unísono, la estructura libre, las tonalidades me- mero doble al compositor,
nores, la brevedad de los motivos melódicos y el papel relevante de quien es definido en la
la armonía como elemento de sonoridad. Subraya que el piano ya presentación como “una
no se concebirá únicamente como instrumento “que puede can- figura central en la esce-
tar, sino que además pueden resaltarse sus cualidades percusivas y na musical de su tiem-
sonoras”.102
po [y] compositor emble-
La tesis de Vázquez Montano es un trabajo de gran vali-
dez tanto por su alto nivel de reflexión e investigación documental mático del porfiriato”. De
como por presentar una alternativa para revalorar el legado de Cas- la misma manera se pun-
tro y sus contemporáneos: no desde el nacionalismo sino desde el tualiza que existen aspec-
modernismo, como la propia autora sostiene. Comulgo totalmente tos de Castro y su produc-
con esta postura que resulta menos radical y más justa con el com- ción que están por estu-
positor y su obra, al tomar en cuenta su contexto sociocultural.
diar y que requieren nue-
En 2007 la revista de investigación musical Heterofonía de-
dicó un número doble al compositor, quien es definido en la pre- vas reflexiones: “queda
sentación como “una figura central en la escena musical de su tiem- pendiente fijar con ma-
po [y] compositor emblemático del porfiriato”. De la misma mane- yor precisión algunas de
ra se puntualiza que existen aspectos de Castro y su producción que las virtudes que su música
están por estudiar y que requieren nuevas reflexiones: “queda pen- entraña, así como expli-
diente fijar con mayor precisión algunas de las virtudes que su mú-
car mejor el valor que di-
sica entraña, así como explicar mejor el valor que dicha música os-
tenta en nuestros días”. Atinadamente se repara en el hecho de que: cha música ostenta
en nuestros días”.
[...] la simple invocación de algún músico desde la efeméride no
hace sino prolongar una inercia historicista. Para que la invocación sea
válida requiere un sentido, un sentido renovado que explique el valor del
recuerdo. En el caso de un músico, es evidente que cualquier rememora-
ción crítica ha de nutrirse de nuevas lecturas. Sólo si el músico invocado
pertenece de manera crítica al presente, el ejercicio de la memoria cobra
validez. [...] Por paradójico que parezca, esas nuevas lecturas comienzan
por la revisión de los documentos y las fuentes mismas.103
101
Ibíd., p. 68.
102
Ibíd., p. 90.
103
Robles Cahero, José Antonio; Miranda, Ricardo. “Presentación” en Heterofonía, revista
de investigación musical. Números 136-137. México, Centro Nacional de Investigación,
Documentación e Información Musical, enero-diciembre de 2007, p. 3.
52
Capítulo 1 | Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
Un artículo pionero por y del que los títulos hacen las veces de clave, de sugerencia que apuntala
y acota su significado. [...] Los títulos de estos valses no son aleatorios y
su temática es el de Joel [sugieren] un vínculo estrecho entre los rasgos técnicos más prominentes
Almazán, titulado Apro- de cada obra y el título que la inspira. [Cursivas en el original]104
ximaciones al lengua- No pierde la oportunidad de reivindicar al compositor y su
je armónico de Ricardo legado:
Castro. El autor sostiene [...] los músicos del porfiriato fueron paulatinamente envueltos
que con el estudio de de- en una crítica insensata que los alejó del centro de la historia y la historio-
terminados procedimien- grafía musical de México. Sólo ahora, cuando tales nociones han sido supe-
radas renace un interés por la música de aquella época extraordinaria [...].
tos armónicos en la obra Al conmemorar cien años de su partida, apenas comenzamos a recuperar
de Castro pretende am- en forma sistemática su obra. Rescatar sus óperas, su producción sinfónica
y de cámara, seguirá entre los mayores deberes de la comunidad musical
pliar “la información que de México. Incluso la obra para piano es discretamente conocida.105
tenemos hasta el momen-
to sobre la personalidad Un artículo pionero por su temática es el de Joel Almazán,
titulado Aproximaciones al lenguaje armónico de Ricardo Castro. El
composicional de
autor sostiene que con el estudio de determinados procedimientos
dicho músico”. armónicos en la obra de Castro pretende ampliar “la información
que tenemos hasta el momento sobre la personalidad composicional
de dicho músico”.106 La profundidad de los análisis armónicos rea-
lizados refleja un profundo conocimiento de Almazán en la mate-
ria. El estudio explica el empleo estructural del acorde de sexta au-
mentada, los procedimientos modulantes por terceras y las relacio-
nes tonales por tritonos. Se centra en algunas obras ilustrativas107 y
finaliza afirmando que es necesario “analizar obra por obra esta pro-
ducción pianística y musical anterior a Ponce, por la sencilla razón
de que ofrece un repertorio en suma interesante para nuestra histo-
ria musical”.108
Armando Gómez Rivas analiza algunos aspectos de la rela-
ción de Castro con la prensa de la capital mexicana, a raíz de la ad-
miración que le profesaba el Lic. Rafael Reyes Spindola, director de
los periódicos El Imparcial y El Mundo. Los tres conciertos ofrecidos
por el pianista en junio y julio de 1902 a instancias del empresario,
significaron un punto de inflexión en su carrera. Aborda los antece-
104
Miranda, Ricardo. “Música de raro encantamiento: los valses de Ricardo Castro” en He-
terofonía, revista de investigación musical. Números 136-137. México, Centro Nacional de
Investigación, Documentación e Información Musical, enero-diciembre de 2007, p. 20.
105
Ibíd., p. 11.
106
Almazán, Joel. “Aproximaciones al lenguaje armónico de Ricardo Castro” en Heterofonía,
revista de investigación musical. Números 136-137. México, Centro Nacional de Inves-
tigación, Documentación e Información Musical, enero-diciembre de 2007, p. 27.
107
Presenta ejemplos de la Mazurka, Op. 3, No. 1 [Nerveux], Barcarola, Op. 15, No. 2,
Nocturne, Op. 15, No. 5, Menuet humoristique, Op. 40, Près du ruisseau, Op. 16, Fileu-
se, Op. 43, Berceuse, Op. 26, No. 2 y las melodías para canto y piano Je veux t’oublier y
Chanson d’automne.
108
Almazán, J., op. cit., p. 43.
53
Rogelio Álvarez Meneses
dentes de la propuesta de Reyes Spindola, los programas de los con- Castro nunca entró en po-
ciertos, su desarrollo e impacto mediático.109 lémicas periodísticas ni se
Gloria Carmona realiza una recensión sobre dos de las vein-
vio envuelto en controver-
te colaboraciones periodísticas realizadas por Castro, tanto en Méxi-
co como desde Europa y que fueron publicadas en periódicos mexi- sias con otros personajes
canos entre 1900 y 1906:110 del medio musical, como sí
Como su condiscípulo y amigo Gustavo E. Campa, y probable- lo hizo Campa, por citar
mente influido por él, Ricardo Castro tomó la pluma en varias ocasiones un ejemplo, quien llegó a
para dejar registro de aquellos acontecimientos musicales de mayor signi-
ficación [...]. Su estancia en Europa de 1903 a 1906 le proporcionaría, así
tener desencuentros en la
mismo, un rico material que el músico aprovechó no sólo para cumplir prensa con su antiguo pro-
con el compromiso contraído en México de publicarlos en el periódico fesor Melesio Morales.
El Imparcial, sino para exteriorizar sus impresiones y hacer partícipe al
público mexicano de la calidad y proporción con que la actividad musical
se desarrollaba en el Viejo Continente.111
109
Gómez Rivas, Armando. “El segundo concierto de Ricardo Castro para El Imparcial” en
Heterofonía, revista de investigación musical. Números 136-137. México, Centro Nacional
de Investigación, Documentación e Información Musical, enero-diciembre de 2007, pp.
45-55.
110
Presenta dos artículos: “Impresiones artísticas” (15 de febrero de 1903) y “El arte en
Ginebra” (12 de febrero de 1906), cuyo texto se reproduce íntegramente.
111
Carmona, Gloria. “Los escritos periodísticos de Ricardo Castro” en Heterofonía, revista
de investigación musical. Números 136-137. México, Centro Nacional de Investigación,
Documentación e Información Musical, enero-diciembre de 2007, p. 87.
112
Ibíd., p. 92.
113
Álvarez Meneses, Rogelio. “La presencia de México en la revista Ilustración Musical
Hispano-Americana a través de la corresponsalía de Gustavo E. Campa” en Cuadernos de
Música Iberoamericana, volumen 22, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores,
julio-diciembre de 2011, pp. 130-131.
54
Capítulo 1 | Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
Francisco José Calderón ser Op. 35] y Romance, Op. 21, así como una obra para instrumen-
Ramírez presenta un en- tos de arco: el conocido Minuetto, Op. 23”.114
El artículo se inicia con una breve contextualización de la
sayo relacionado con un
música para violín en México producida con anterioridad a Castro
género que había sido “el y posteriormente realiza un estudio de los estrenos y recepción en
gran olvidado”: la música Europa de la Romance pour Violon, Op. 21 y del Menuet pour orches-
de cámara. El título del tre d’archets, Op. 23.115
trabajo, Ricardo Castro En la sección “Documentos” del citado volumen de Hete-
y el violín: breve sem- rofonía, se reproducen dos textos periodísticos que versan sobre Ri-
cardo Castro, mismos que también se han localizado en su fuente
blanza de una discre-
original: una “Entrevista con Ricardo Castro” firmada por Cyrano
ta relación, es por demás y publicada el 18 de noviembre de 1906 en El Diario, así como el
sugerente y en primera artículo de Rubén M. Campos “La Musa de Ricardo Castro”, pu-
instancia parecería alu- blicado en la Revista Moderna de México en su número de diciem-
dir específicamente a las bre de 1907. La sección “Música” incluye dos partituras inéditas: la
obras para violín y pia- versión para violonchelo y piano del Concierto para violonchelo (re-
ducción realizada por Eduardo Hernández Moncada y editada por
no, pero también incluye
Eugenio Delgado) y la melodía para canto y piano Je dois te fuir, así
el Menuet pour orches- como una más ya editada previamente: el Impromptu en forme de
tre d’archets, Op. 23, lo valse, Op. 28, Número 1.
que supondría ampliar el En el mismo año 2007, se publicó el libro Ricardo Castro.
tema hacia el resto de las Genio de México, escrito por Emilio Díaz Cervantes y Dolly R. de
obras de cámara. Díaz. Es un monográfico que presenta determinados datos concre-
tos que resultan de utilidad, lo cual demuestra que sus autores han
realizado una cierta labor de documentación. Sin embargo, el tono
de su escritura revela un apasionamiento exacerbado combinado
con una falta de formación específicamente musicológica. Recor-
demos que si algo perjudicó a Castro cien años antes fue precisa-
mente el apasionamiento de sus detractores. Este libro representa el
caso opuesto: el firme afán reivindicativo de los autores les ha lleva-
do a una retórica entusiasta rayana en lo vehemente. Es preciso ser
cautelosos pues frecuentemente se mezcla el dato objetivo con jui-
cios provenientes del criterio y la valoración personal de sus auto-
res. En el siguiente párrafo tomado de la introducción se han pues-
to en cursiva las aseveraciones hiperbólicas o imprecisas que poste-
riormente puntualizamos:
[Ricardo Castro] fue el primer virtuoso del piano que llevó
triunfalmente el nombre de México a través de varios países en América
y Europa. Sus composiciones, su personalidad impactante y el virtuosismo
114
Calderón Ramírez, Francisco José. “Ricardo Castro y el violín: breve semblanza de una
discreta relación” en Heterofonía, revista de investigación musical. Números 136-137. Mé-
xico, Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical, enero-
diciembre de 2007, p. 184. Si bien realiza algunas reflexiones de interés, su perspectiva
se queda un tanto limitada puesto que no incluyó dos obras de juventud —la Melodía
en Sol mayor para violín con acompañamiento de orquesta o piano, Op. 17 y el Cuarteto en
Fa sostenido menor, Op. 21— ni consideró algunas de las obras perdidas.
115
Ibíd., pp. 186-187.
55
Rogelio Álvarez Meneses
pianístico desplegados, deslumbraron a todos los públicos que lo escu- Uno de los grandes temas
charon. Los conciertos siempre se ofrecieron a sala llena. A sus audiciones
acudieron lo mismo fanáticos ávidos de escucharlo, que familias reales, postergados ha sido la ca-
presidentes y primeros ministros. Donde quiera que se presentó cosechó talogación sistemática de
carretadas de aplausos y críticas favorables, y no es exagerado afirmar que
los públicos de París, Bruselas y Amberes, en donde más se presentó,
la obra de Castro. La sol-
estuvieron a sus pies.116 vente musicóloga Áurea
Más que una “personalidad impactante”, el carácter de Cas- Maya publicó en 2008
tro tendía a la modestia y la discreción, rasgo que más de una vez en la revista Pauta un ca-
fue aprovechado por la prensa satírica; no todos sus conciertos fue- tálogo centrado específi-
ron “a sala llena”, pues en la gira previa a su traslado a Europa, en al- camente en las obras res-
gunas ciudades con gobiernos no alineados al régimen porfirista, el guardadas en el fondo re-
público fue escaso; el único presidente y la única familia real en asis-
servado de la Bibliote-
tir a un concierto de Castro fueron Porfirio Díaz y la familia real de
Bélgica, respectivamente; la prensa parisina elogió su virtuosismo al ca “Candelario Huízar”
teclado pero criticó la orquestación del Caprice-Valse, Op. 1; si los del Conservatorio Nacio-
públicos de París, Bruselas y Amberes estuvieron “a los pies de Cas- nal de Música, esto es: 97
tro”, valdría la pena preguntarse qué adjetivos tendrían ante pianis- obras editadas (86 para
tas como Édouard Risler, Marguerite Long, Alfred Cortot, Élie-Mi- piano, siete canciones
riam Delaborde, André Bloch, Raoul Pugno, Emil von Sauer, Joa-
para canto y piano, una
quín Malats, Ignaz Paderewski u Ossip Gabrilowitsch, personalida-
des que se presentaron en París al mismo tiempo que Castro y cuyos para canto y orquesta, el
conciertos también fueron reseñados por la prensa especializada. concierto para piano y or-
Uno de los grandes temas postergados ha sido la cataloga- questa, el concierto para
ción sistemática de la obra de Castro. La solvente musicóloga Áu- violonchelo y orquesta y
rea Maya publicó en 2008 en la revista Pauta un catálogo centrado la reducción para canto y
específicamente en las obras resguardadas en el fondo reservado de
piano de La légende de
la Biblioteca “Candelario Huízar” del Conservatorio Nacional de
Música, esto es: 97 obras editadas (86 para piano, siete canciones Rudel) y siete manuscri-
para canto y piano, una para canto y orquesta, el concierto para pia- tos autógrafos.
no y orquesta, el concierto para violonchelo y orquesta y la reduc-
ción para canto y piano de La légende de Rudel) y siete manuscritos
autógrafos. Se trata de un trabajo realizado con gran rigor musico-
lógico y que incluye, además de la información de cada una de las
composiciones, el correspondiente íncipit. Describe también el es-
tado físico que guardan los ejemplares depositados en dicho acer-
vo, transcribiendo además las anotaciones, dedicatorias autógrafas
e indicaciones que se han hecho posteriormente sobre las partituras
y que resultan de interés documental.117 Reiteramos que es un tra-
bajo excelente centrado en la obra depositada en un fondo específi-
co: el Conservatorio Nacional de Música de México, por lo que no
116
Díaz Cervantes, Emilio; R, de Díaz, Dolly. Ricardo Castro. Genio de México. México,
Instituto de Cultura del Estado de Durango, 2007, p. 10.
117
Maya, Áurea. “Ricardo Castro en el Fondo Reservado de la Biblioteca del Conservatorio
Nacional de Música” en Pauta. Cuadernos de teoría y crítica musical. Número 107. México,
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, julio-septiembre de 2008, pp. 59-102.
56
Capítulo 1 | Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
Sus mazurkas y polone- figuran las obras que se encuentran en otros archivos tanto públi-
sas han dejado de ser de cos como privados.
En su libro Álbum de Ricardo Castro, Gloria Carmona re-
Polonia para convertirse
flexiona sobre la necesidad de “aclarar los malentendidos y las impu-
en música mexicanísima, taciones que sobre su música se han hecho”, como la etiqueta de ser
con el espíritu, giros y de- un mero “compositor de música de salón”. Explica cómo la Revo-
sinencias de la música ro- lución y la postrevolución afectaron la actividad creadora de Castro
mántica de México, vis- y los artistas de su época. Señala que el legado de Castro es más que
ta desde la perspectiva del un cúmulo de obras de salón, ya que en sus obras “hay un propósito
artístico muy alejado del solaz diletantismo de las señoritas de la alta
modernismo.
o media burguesía mexicana”, así como por su dificultad técnica.118
Gloria Carmona Califica al compositor como un hombre de su tiempo y aun-
que las influencias de Chopin, Liszt, Schumann y Debussy pudie-
ran llegar a ser obvias, considera que Castro deja su sello personal
en sus obras:
Sus mazurkas y polonesas han dejado de ser de Polonia para
convertirse en música mexicanísima, con el espíritu, giros y desinencias
de la música romántica de México, vista desde la perspectiva del mo-
dernismo. Señalar las procedencias no significa empañar la paternidad:
mucha o poca, lograda o fallida, la música de Castro tiene la huella de
una personalidad altamente definida, inequiparable con la de cualquier
otro músico, mexicano o extranjero.119
118
Carmona, Gloria. Álbum de Ricardo Castro. Investigación iconográfica y documental. Mé-
xico, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2009, pp. 13-20.
119
Ibíd., p. 22.
57
Rogelio Álvarez Meneses
observación: “habrían de pasar veintiún años antes de que Carlos Reivindicando a Castro
Chávez inaugurara los temas indígenas en la música mexicana”.120 como precursor del na-
Con relación a la parte biográfica, la autora advierte: “muy
cionalismo, Carmona
lejos de la biografía como narración, nos pareció a este respecto que
el documento hemerográfico y el dato simple, escueto, adquirían hace una perspicaz obser-
por sí mismos una pátina y una intensidad superiores, de muchas vación: “habrían de pa-
maneras similares a las del documental cinematográfico”.121 A su sar veintiún años antes de
vez, el catálogo de obra consigna algunas composiciones como per- que Carlos Chávez inau-
didas, las cuales hemos localizado en archivos privados.122 gurara los temas indíge-
Atinadamente Carmona define su propio trabajo como una
nas en la música
“investigación iconográfica y documental” y ése es precisamente el
principal atractivo del libro: la inclusión de reproducciones facsimi- mexicana”.
lares de diversos documentos como el cuaderno de viaje con los au-
tógrafos recopilados por el pianista en Europa y las cartas de Cécile
Chaminade, Carl Reinecke y Felipe Pedrell a Castro.
Por su parte, el pianista Raúl Herrera declara que:
Castro es sin duda el mejor pianista mexicano de su generación
[...]. Sus obras más complejas exigen para su ejecución una solvencia
técnica completa que rebasa con mucho las demandas de cualquier obra
de Elorduy, Carrasco, Villanueva o Campa. Hasta la llegada de Ponce a
la escena musical, ningún compositor hizo al intérprete exigencias com-
parables.123
Sostiene que a lo largo del siglo xx “han sido oídos muy dife-
rentes los que en una u otra época han escuchado la música de Cas-
tro como nueva, como retrógrada, como objeto de rescate, como
parte del acervo cultural de México, como parte de un pasado que
se aleja inevitablemente frente a nuestra mirada nostálgica, o sim-
plemente jamás la han escuchado” y concluye señalando que “hoy,
en los albores del siglo xxi, parece que el gusto por Castro ha salido
a la luz, que aquellas opiniones radicales y prejuiciosas han quedado
atrás, que nuestro destacado compositor va encontrando su espacio
en las salas de concierto y en los catálogos discográficos”.124
En la Historia de la música en España e Hispanoamérica,
Consuelo Carredano y Victoria Eli reconocen el valor de la produc-
ción operística de Castro dentro del repertorio lírico mexicano e in-
cluso americano.125 En el mismo volumen Carredano señala la im-
120
Ibíd., pp. 24-25.
121
Ibíd., p. 25.
122
Adjudica una obra a la autoría de Castro: un Poptpourri de Aires nacionales de los Esta-
dos Unidos, pieza que interpretó en el Steinway Hall de Nueva York en 1885. Nuestras
investigaciones nos han hecho concluir que en realidad se trata de Union. Paraphrase
de Concert on the National airs Star Splangded Banner, Yankee Doodle & Hail Columbia,
Op. 48 (1862) de Louis Moreau Gottschalk. Véase la parte correspondiente a 1885 del
estudio biográfico.
123
Herrera, R., op. cit., pp. 189-190.
124
Ibíd., pp. 187-188.
125
Carredano, Consuelo, Eli, Victoria. “El teatro lírico” en Historia de la música en España
58
Capítulo 1 | Castro y su legado a la luz de los siglos xx y xxi
La revisión de los trabajos pronta de “los grandes maestros románticos europeos” en la música
que han abordado a Cas- para piano de Castro y sus contemporáneos Ernesto Elorduy y Fe-
lipe Villanueva, destacando “la exuberancia pianística y riqueza ar-
tro y su obra permite co-
mónica” de sus obras, que a su vez poseen “rasgos plenamente vin-
nocer objetivamente el es- culados a la música de concierto”.126
tado que guarda la inves- En su excelente texto dedicado a la identidad y cultura mu-
tigación. En primera ins- sical del siglo xix en México, Ricardo Miranda considera a Castro
tancia, se aprecia que la como “la figura dominante del fin de siécle mexicano tanto en el te-
mayoría de las investi- rreno del piano como en el de la ópera” y destaca impronta wagne-
riana en La légende de Rudel, su última producción lírica,127 valoran-
gaciones se han centra-
do también su aportación al repertorio pianístico de carácter nacio-
do en el aspecto biográfi- nal y de concierto.128
co y en reseñar sus proezas Por su parte, Áurea Maya reseña el proceso de recepción y
musicales haciendo apo- asimilación del género lírico en México, así como las vicisitudes de
logía de sus hitos artísti- los compositores locales para representar sus óperas y abonar con
cos, con mayor o menor ello a la configuración del repertorio operístico nacional.129
La revisión de los trabajos que han abordado a Castro y su
grado de documentación
obra permite conocer objetivamente el estado que guarda la inves-
y exactitud. En contras- tigación. En primera instancia, se aprecia que la mayoría de las in-
te, los trabajos enfocados vestigaciones se han centrado en el aspecto biográfico y en reseñar
en los procesos de estreno y sus proezas musicales haciendo apología de sus hitos artísticos, con
recepción de sus obras son mayor o menor grado de documentación y exactitud. En contraste,
menos frecuentes en pro- los trabajos enfocados en los procesos de estreno y recepción de sus
obras son menos frecuentes en proporción y aún más escasos resul-
porción y aún más escasos
tan las investigaciones centradas en el análisis musical. Por tanto, el
resultan las investigacio- panorama presenta luces y sombras:
nes centradas en el análi-
sis musical. • Se carece de un estudio sistematizado de toda la obra de Cas-
tro que permita conocer con profundidad las características
de su estilo musical.
• Si bien existen algunas biografías previas, se justifica la per-
tinencia de una investigación que vaya más allá de la simple
relación de datos y fechas y documentar ampliamente la tra-
yectoria vital del hombre y del compositor.
• La problemática de la datación de las obras es un asunto que
únicamente ha sido mencionado sin ofrecerse ninguna pro-
60
Capítulo 2
1
La Patria Ilustrada. México, 20 de abril de 1885.
2
Pedrell, Felipe. “Ricardo Castro” en Ilustración Musical Hispano-Americana. Barcelona,
Torres y Seguí, Año II, Número 31, 23 de abril de 1889, pp. 57-58.
3
“Gacetilla. El joven pianista durangueño D. Ricardo Castro”. Periódico Oficial de Durango.
Durango, 2 de abril de 1885.
61
Rogelio Álvarez Meneses
en el Sr. Castro es la modestia, que debería ser la compañera inse- A raíz de los brillantes
parable del mérito, porque lo realza y enaltece”.4 También fue cali- conciertos pactados con el
ficado como un artista “modesto y perseverante”5 y como un com-
periódico El Imparcial en
positor “cuya modestia es igual a su talento”.6 A raíz de los brillantes
conciertos pactados con el periódico El Imparcial en 1902, el críti- 1902, el crítico español
co español Alfonso Viñas señaló: “la modestia, ingénita en Ricardo Alfonso Viñas señaló: “la
Castro, subsiste; la personalidad ha surgido, magnífica, creando un modestia, ingénita en Ri-
genio, honra de México”.7 cardo Castro, subsiste; la
Su discreción y mesura en el hablar también fueron objeto personalidad ha surgido,
de comentarios, algunas veces en clave satírica. En la festividad del
magnífica, creando un ge-
Día de Muertos en México, es tradición que los periódicos publi-
quen falsos epitafios de personalidades conocidas en su medio, ha- nio, honra de México”.
ciendo mofa de algún rasgo particular. Estas notas, siempre anóni-
mas y en tono más o menos mordaz, son llamadas “calaveras”. En el
año 1885 fue publicada la siguiente que alude al temperamento ca-
llado del pianista, quien ya había alcanzado la notoriedad suficiente
para inspirar una “calavera”:
Genio y figura…
Murió sin prescindir de su antipático estilo de doncella mustia.
Sus manos fueron notablemente ligeras,
pero su lengua hay quien asegura que se le apolilló.
La primera vez que levantó los ojos al cielo falleció.
rip.8
4
“Velada deliciosa”. El Eco de Hidalgo. Hidalgo, 19 de abril de 1885.
5
La Patria Ilustrada. México, 28 de febrero de 1887.
6
“Estreno de Atzimba”. El País. México, 11 de noviembre de 1900.
7
“Notas artísticas”. La Iberia. México, 28 de junio de 1902.
8
La calavera del diablo. México, 2 de noviembre de 1885.
9
El Diario del Hogar. México, octubre de 1885.
62
Capítulo 2 | El hombre y sus facetas
Un análisis grafológico Germán Castro Herrera, sobrino nieto del compositor y único des-
póstumo realizado a par- cendiente vivo, señaló que todos “los papeles personales” de su an-
tepasado se perdieron y que “no quedó nada”.10 Como bien señala
tir de una firma de Castro
María Encina Cortizo en su brillante biografía sobre Emilio Arrieta
que fue publicado en 1908 (1823-1894), este asunto “pertenece a la parcela de la intimidad que
en El Imparcial consigna- cada ser humano tiene derecho a disfrutar aun después de su muerte
ba las siguientes caracterís- y resulta irrelevante de cara al estudio de su producción artística”.11
ticas: “Grafología armó- Por su parte, Rubén M. Campos definió al pianista como un
nica. Nerviosidad. Poca ser consagrado totalmente a la música. En su poema titulado Ber-
ceuse a Ricardo Castro, escrito a raíz de la muerte del compositor, re-
franqueza y mucha lógica.
lata:
Inclinación a la tristeza.
Grandes aficiones artísti- Duerme, pobre alma sola, alma jamás amada
que sin saber de amor vino y fuese a la nada,
cas. Sentido estético y mu- y en el temblor sagrado de tu vida infecunda
cho amor a lo bello. Gran diste sólo tu música que este recinto inunda.12
excitación mental. Mezcla Con relación a su carácter, existen testimonios que señalan
de generosidad y economía. que era “dulce, pero enérgico”.13 Refiriéndose a su etapa como di-
Firmeza de carácter”. rector del Conservatorio, Alba Herrera y Ogazón afirma que:
Castro pertenecía a esa raza de enérgicos que se imponen sin
levantar la voz, sin permitirse un solo gesto violento; pero, en el Conser-
vatorio, tuvo poca necesidad de ejercitar esta facultad. No se imponía; era
querido. La bondad, la modestia y la sencillez se adunaban a sus prestigios
artísticos para atraerle afectos y admiraciones irresistibles.14
64
Capítulo 2 | El hombre y sus facetas
65
Rogelio Álvarez Meneses
17
Se refiere al escritor ruso Maksin Gorki (1868-1936). Su verdadero nombre era Alekséi
Maksímovich Peshkov y, efectivamente, su cabellera es sumamente similar a la de Castro.
18
“Entrevista con Ricardo Castro”. El Diario. México, 18 de noviembre de 1906.
19
Luis G. Urbina. “La Semana. Ricardo Castro”. El Mundo Ilustrado. México, 1 de diciem-
bre de 1907.
66
Capítulo 2 | El hombre y sus facetas
Ibíd.
20
67
Rogelio Álvarez Meneses
El intérprete
Si se preguntara cómo tocaba el
piano Ricardo Castro, se podría
zanjar la cuestión rápidamen-
te contestando que tocaba exce-
lente y la prueba irrebatible sería
su brillante trayectoria interna-
cional como virtuoso. Sin em-
bargo, el asunto implica diver-
sos aspectos que llevan a formu-
lar reflexiones interesantes.
Aunque no existe regis-
tro sonoro alguno de las inter-
pretaciones de Castro,21 dispo-
nemos de elementos que permi-
ten dilucidar determinados as-
pectos relacionados con su con-
cepción musical, su actitud ante
el texto y la manera de abordar
los diferentes compositores y es-
tilos. También han de conside-
rarse aquellas cualidades que
sistemáticamente son mencio-
nadas por los críticos: la técni-
ca pianística totalmente resuel-
ta, la calidad del sonido, la ex-
celente conducción melódica en
sus interpretaciones y por ende,
el manejo de una gran variedad
de ataques que deriva en un ade-
cuado control de matices y pla-
nos sonoros.
Cuando en 1892 Cas-
4. Castro hacia 1907. Fotografía pu-
tro realizó la primera audición en México del Concierto para piano, blicada en las obras póstumas editadas
Op. 16 de Grieg, la prensa destacó la precisión y limpieza de la eje- en 1908 en Nueva York por Jos. W.
cución, la habilidad en el manejo de los pedales, el fraseo y la cla- Stern & Co.
ridad en la conducción de los pasajes melódicos. Se hizo particu-
lar énfasis en la sonoridad: “una cosa sobre todo nos llama la aten-
ción: la vibración de sus sonidos, vibración que sostiene, que pro-
longa, que hace resaltar con una pureza y energía maravillosas”.22
Después de sus presentaciones en Nueva Orleans, los periódicos
21
Lamentablemente Castro no realizó ninguna grabación, pese a que ya existía el fonógrafo
de Edison y que muchos intérpretes contemporáneos sí legaron valiosos y reveladores
registros.
22
“En el Teatro Nacional”. El Tiempo. México, 22 de junio de 1892.
68
Capítulo 2 | El hombre y sus facetas
La mayoría de sus pro- elogiaron su habilidad para “hacer cantar al piano, tan rebelde a ve-
gramas de concierto eran ces a tal solicitud”.23 Por su parte, la crítica neoyorquina lo conside-
ró como “un eminente pianista” con un mecanismo “absolutamen-
un verdadero tour de
te perfecto”.24
force que, por la canti- Asimismo, resulta notable la versatilidad en la ejecución de
dad y dificultad de las Castro, puesto que no solamente se alaban sus aparatosas proezas
piezas, dan fe de la con- técnicas, sino también sus momentos de gran lirismo, expresividad
dición pianística de Cas- y sutileza:
tro. Eran repertorios Tiene Castro una manera especial, enteramente suya, de “decir”
eclécticos que incluían ciertas piezas, acreditando con ella que las siente y comprende en toda su
plenitud. La famosa Mazurka de Chopin-Brassin, principalmente efectis-
tanto obras de autores ta, agrada tanto al público y le entusiasma precisamente por la elegancia
“antiguos” y “modernos” y discreción del ejecutante. En cambio, la divina Source enchantée, tan
como piezas compuestas delicada, tan exquisita, es interpretada por el maestro con suavidad casi
femenina.25
por el propio Castro. En
la configuración de sus Otro testimonio de la solvencia musical del intérprete es su
capacidad para abordar obras de diferente carácter en un mismo
recitales, el pianista tam-
programa. El crítico de El Imparcial, refiriéndose a uno de los con-
bién experimentó una ciertos en la Sala Wagner en 1901, señaló: “ni padeció su exquisi-
evolución y un refina- ta delicadeza en los pasajes románticos, ni su colosal ejecución en
miento en su gusto con- los arrebatos de bravura”.26 A juicio del cronista de El Tiempo, Cas-
forme avanzaba en tro poseía “dotes complejas, que muy rara vez se ven reunidas en un
su carrera. solo artista”.27
La prensa europea también consignó las diversas cua-
lidades pianísticas de Castro. Fue calificado como “un artista
concienzudo”28 y con un “talento personal en el que dominan la pa-
sión y la energía”.29 En el estreno de su Concerto pour piano avec ac-
compagnement d’Orchestre, Op. 22 en Amberes, logró cautivar al pú-
blico con su “virtuosidad amable y graciosa”.30
La mayoría de sus programas de concierto eran un verdade-
ro tour de force que, por la cantidad y dificultad de las piezas, dan fe
de la condición pianística de Castro. Eran repertorios eclécticos que
incluían tanto obras de autores “antiguos” y “modernos” como pie-
zas compuestas por el propio Castro. En la configuración de sus re-
citales, el pianista también experimentó una evolución y un refina-
miento en su gusto conforme avanzaba en su carrera. Como seña-
la Gustavo E. Campa, “como pianista, [Castro] olvidó para siempre
los tempranos triunfos obtenidos en la ejecución del famoso Himno
23
L’Abeille de la Nouvelle-Orléans. Nueva Orleans, 9 de marzo de 1885.
24
“An eminent pianist”. The New York Daily Tribune. New York, 28 de enero de 1894.
25
“En el Renacimiento”. El Popular. México, 8 de diciembre de 1902.
26
“El héroe de anoche: Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 8 de junio de 1901.
27
“Notas de la semana”. El Tiempo. México, 6 de julio de 1902.
28
“Chronique de la Semaine”. Le Guide Musicale. París, 5 de mayo de 1904.
29
Le Guide Musicale. París, 12 de abril de 1903.
30
“Le Concert Castro á Anvers”. L’Independance Belge. Bruselas, 31 de diciembre de 1904.
69
Rogelio Álvarez Meneses
del Brasil y las fantasías de Norma y Rigoletto, para hacer estudio se- Los documentos que Cas-
rio y reposado de estilos y maestros”.31 Efectivamente, Castro tras- tro escribió sobre la ma-
cendió del sensacional repertorio de exhibición virtuosística de su
nera de tocar de los gran-
juventud hacia obras y autores más serios de la literatura pianística
universal. De hecho, la asistencia a recitales de intérpretes como Ca- des pianistas que pudo es-
rreño, Paderewski y D’Albert significaron para Castro no solamente cuchar tanto en Méxi-
una oportunidad para observar en directo sus procedimientos pia- co como en Europa son su-
nísticos para interiorizarlos después,32 sino que también representa- mamente reveladores: en
ron una vía para el conocimiento de nuevos repertorios aún no di- ellos Castro deja ver su
fundidos en México.
propia concepción del pia-
Los documentos que Castro escribió sobre la manera de to-
car de los grandes pianistas que pudo escuchar tanto en México nismo y manifiesta, entre
como en Europa son sumamente reveladores: en ellos deja ver su líneas, sus filias y fobias.
propia concepción del pianismo y manifiesta, entre líneas, sus fi-
lias y fobias.
Consideraba que para interpretar correctamente la música
de Chopin no solamente es necesario el “dominio absoluto del me-
canismo, sino también conocimiento perfecto del arte de matizar,
de graduar la sonoridad, precisión rítmica, gran vigor y delicadeza
extrema: cualidades complejas que sólo a muy pocos artistas les es
dado poseer”. También censuraba las excesivas libertades y altera-
ciones innecesarias de ritmo y tiempo.33 Cuando en 1900 se presen-
tó Paderewski en la capital mexicana, Castro criticó la falta de “cla-
sicismo severo y grave” en su interpretación de la Sonata, Op. 53,
‘Waldstein’ de Beethoven y reclamó “más precisión y justicia en la
ejecución”, añadiendo que “Bach y Beethoven son venerables y de-
ben ser siempre respetados”. Como puede observarse, Castro siem-
pre recomendó evitar las “afectaciones exageradas o de mal gusto”,34
así como las acrobacias y el mero exhibicionismo.
Naturalmente estos posicionamientos se ven reflejados en el
momento de interpretar las obras de los diferentes autores que figu-
raron en su repertorio. Castro fue muy apreciado precisamente por
su corrección estilística y por su gran respeto al texto: “en la inter-
pretación de las piezas, parece ajustarse estrictamente a lo que el pa-
pel le demanda; es un lector fidelísimo”.35
A raíz de su exitoso concierto en la Sala Wagner en 1901, el
crítico de El Popular alabó la versatilidad de Castro para interpretar
obras de diferentes géneros y su maestría para “dar a cada autor el
31
Gustavo E. Campa. “A propósito del triunfo de Ricardo Castro. Carta abierta a un ami-
go”. La Gaceta Musical. México, 1 de julio de 1901.
32
En este punto conviene citar nuevamente la opinión de Campa, quien lamentaba “la falta
absoluta de modelos y de guía […] en un país como el nuestro, en el que no se cuenta
con frecuentes audiciones”. (Gustavo E. Campa, ibíd.).
33
Ricardo Castro. “Algo sobre la música de Chopin”. El Tiempo. México, 11 de noviembre
de 1893.
34
Ricardo Castro. “Paderewski”. El País. México, 13 de marzo de 1900.
35
“El primer concierto del Sr. Castro”. El Tiempo. México, 29 de junio de 1902.
70
Capítulo 2 | El hombre y sus facetas
Se ha mencionado ante- colorido que exigía”.36 Por su parte, Juan N. Cordero hace una des-
riormente la constitución cripción que ilustra la sutil realización del rubato:
física un tanto endeble Severo y medido en lo clásico, arreció muy justamente en los
de Castro. Es pertinen- aires sin por ello engarrotar el tiempo. Sus matices de celeridad y de fuerza
estuvieron siempre atinados, sobrios y, en una palabra, estéticos. [...] En
te decir que tal condición las obras románticas, demostró con más libertad y con talento su propia
no mermó su desenvolvi- personalidad y su sentimiento, sin posponer ni desfigurar la intención de
los autores.37 [Cursivas en el original].
miento al piano ni su ca-
pacidad de ejecución. Esto En numerosas ocasiones la prensa mexicana comparó a Cas-
revela una técnica racio- tro con artistas como Rubinstein, Paderewski, Carreño, D’Albert y
Planté. Por su parte, el pianista mexicano admiró la “ligereza aérea y
nalizada y corporalmen-
digitación impecable” de Louis Diémer; la “sonoridad e inteligente
te bien asumida, así como interpretación” de Anna Hirzel y “la claridad, elegancia y precisión
un conocimiento del pro- absoluta de mecanismo” de Marie Panthés.38 A Ossip Gabrilowitsch
pio cuerpo que le permi- le alabó su “bravura y brillantez” y lo consideró como “el maestro
tía la máxima optimiza- de la técnica”; de Raoul Pugno destacó su delicadeza y sentimenta-
ción de sus recursos: dis- lismo mientras que a Édouard Risler lo catalogó como un pianis-
ta “correcto, clásico y severo” y sobre el ya maduro Eugen D’Albert
tribución del peso, control
opinó que “su poder de expresión […] llega a lo fantástico”.39 Cas-
de la fuerza y direcciona- tro tuvo la oportunidad de escuchar a todos estos pianistas en Eu-
lidad en el ataque. ropa.
Se ha mencionado anteriormente la constitución física un
tanto endeble de Castro. Es pertinente decir que tal condición no
mermó su desenvolvimiento al piano ni su capacidad de ejecución.
Esto revela una técnica racionalizada y corporalmente bien asumi-
da, así como un conocimiento del propio cuerpo que le permitía la
máxima optimización de sus recursos: distribución del peso, control
de la fuerza y direccionalidad en el ataque. A juicio del crítico espa-
ñol Alfonso Viñas:
Sorprende en el Sr. Castro su temperamento físico, en aparien-
cia débil, y en realidad, para el arte, de una fuerza atlética. [En el piano]
Ricardo Castro crece, se agiganta, domina, avasalla [...]. El Sr. Castro a
un mecanismo perfecto y limpísimo asocia un juego de pedales notable,
obteniendo efectos de sonoridad y de expresión sorprendentes.40
36
“Ricardo Castro en la Sala Wagner”. El Popular. México, 10 de junio de 1901.
37
Juan N. Cordero. “Ricardo Castro. Su concierto en la Sala Wagner”. El Tiempo. México,
9 de junio de 1901.
38
“Impresiones artísticas”. El Imparcial. México, 16 de marzo de 1903.
39
“Los pianistas célebres. Crónica musical”. El Imparcial. México, 25 de junio de 1906.
40
Alfonso Viñas. “Concierto Ricardo Castro”. El Correo Español. México, 9 de junio de
1901.
71
Rogelio Álvarez Meneses
nera de asumirlo. Sus composiciones formaron parte de su reperto- Castro fue un profesor di-
rio habitual y en ellas se observan ciertos procedimientos particu- ligente y siempre atento a
lares como la manera de conducir la melodía, la disposición de las
los problemas y necesida-
voces, determinadas búsquedas de contrastes sonoros, texturales y
tímbricos o el gusto por explorar ciertas regiones del teclado. En re- des de sus alumnos. Esto
sumen: una serie de elementos que en su conjunto constituyen una le permitía seleccionar un
marca de estilo.41 repertorio didáctico acor-
de a sus capacidades par-
El docente ticulares, alcances técnicos
La enseñanza del instrumento fue una actividad que el pianista de- y temperamento musical.
sarrolló durante una parte importante de su vida, de manera simul-
tánea a la interpretación y la composición. Castro se inició en la do-
cencia al poco tiempo de haber concluido sus estudios en el Con-
servatorio y la interrumpió en 1901 para centrarse en otras activida-
des como la preparación de los tres conciertos para el periódico El
Imparcial. No volvería a tener alumnos sino hasta su regreso a Mé-
xico en 1906.
Las evidencias localizadas permiten calcular que la cantidad
de discípulos de Castro en diferentes épocas supera la treintena,
pero este número bien podría ser más elevado. La mayoría de sus
alumnos pertenecían a la burguesía mexicana y algunos llegaron a
interpretar obras de gran envergadura, como la Srita. Guadalupe
Villada, hija del gobernador del Estado de México, que tocó el Con-
cierto No. 6 en Si bemol mayor, kv 238 de Mozart.
Castro fue un profesor diligente y siempre atento a los pro-
blemas y necesidades de sus alumnos. Esto le permitía seleccionar
un repertorio didáctico acorde a sus capacidades particulares, al-
cances técnicos y temperamento musical. Algunos de los alumnos
más destacados fueron Concepción Zubieta y Julio Muirón, a quie-
nes dedicó las piezas de su Op. 9, Deux morceaux pour piano: el No.
1, Valse Intime, está dedicado a la primera, y el No. 2, Minuetto, al
segundo. También alcanzaron un nivel notable Heriberto Ramos
Cuevas, quien interpretó el Concierto No. 15 en Si bemol mayor, kv
450 de Mozart, así como Isabel Sandoval y Bros, quien tocó el Con-
cierto No. 3 en Do menor, Op. 37 de Beethoven. Castro escribió ex
profeso sendas cadencias para estos conciertos y evidentemente con-
sideró las cualidades pianísticas de los alumnos que las estrenaron.
Con relación a los métodos de piano utilizados en la ense-
ñanza, Castro se valió del Grosse Theoretisch-Praktische Klavierschu-
le für den systematischen Unterricht de Sigmund Lebert y Ludwig
Stark, así como a L’art du jouer du piano de Félix Richert. Los dis-
tintos enfoques y particularidades de estas obras requieren comen-
tarios específicos.
72
Capítulo 2 | El hombre y sus facetas
Con relación a los métodos Editado en 1872 en Stuttgart por J. G. Cotta, el método de
de piano utilizados en la Lebert-Stark es un compendio orientado al estudio de las grandes
dificultades del piano: igualdad de los dedos, desarrollo del canta-
enseñanza, Castro se valió
bile y el legato, ejercicios para la práctica de octavas, acordes y arpe-
del Grosse Theoretisch- gios, texturas polifónicas, distintas clases de ataques y efectos de so-
Praktische Klavierschu- noridad y uso del pedal, entre otras, por lo que no se trata de un mé-
le für den systematischen todo precisamente para principiantes. Además de composiciones de
Unterricht de Sigmund los propios Lebert y Stark, incluye obras de Franz Bendel, Julius Be-
Lebert y Ludwig Stark, así nedict, Johannes Brahms, Immanuel Faisst, Stephen Heller, Ferdi-
nand Hiller, Wilhelm Krüger, Theodor Kullak, Franz e Ignaz Lach-
como a L’art du jouer du
ner, Ignaz Moscheles, Anton Rubinstein, Camille Saint-Saëns, Wil-
piano de Félix Richert. helm Speildel y el imprescindible Franz Liszt: un ecléctico conjun-
to de compositores y obras que, independientemente de su mayor o
menor trascendencia, tienen un punto en común: el cultivo prácti-
co de un exacerbado virtuosismo pianístico.42
Por su parte, L’art du jouer du piano es una obra con un plan-
teamiento absolutamente teórico. Es un singular tratado estructu-
rado en dos partes y un apéndice, en el que resulta llamativa la total
ausencia de ejemplos musicales. La primera parte, titulada El siste-
ma de mecanismo fundamental o la base técnica de la ejecución, abor-
da aspectos como el ejecutante y su instrumento, condiciones esen-
ciales del mecanismo, el asiento ante el instrumento, posición del
cuerpo, dirección de brazos y manos, la posición de la mano y los
dedos, naturaleza y variedades de ataques, articulación de la mano,
la muñeca, el codo y los dedos, la producción del sonido, el uso del
pedal de resonancia y el cambio de posición de la mano. La segun-
da parte, El método de enseñanza: guía práctica del maestro y el alum-
no avanzado, aborda cuestiones como la iniciación en la enseñan-
za, la preparación de un examen, los deberes recíprocos del maestro
y del alumno, la teoría general de la digitación, el estudio personal
o el desarrollo de una clase. Un apéndice concluye la obra, con cu-
riosidades como el cuidado de las manos, aspectos a considerar en
la compra de un piano y su cuidado, máximas musicales y consejos
prácticos.43 Pablo Castellanos León (1860-1929), integrante funda-
dor del Grupo de los Seis, publicó en 1888 en Mérida su traducción
del tratado de Richert, dedicada a Ricardo Castro.44
Castro no se limitó exclusivamente a los dos métodos ante-
riores, sino que amplió sus opciones a través de la búsqueda de dife-
rentes obras encaminadas a elevar el nivel pianístico de sus discípu-
los. En este punto no puede dejar de mencionarse un trabajo de cla-
ro enfoque didáctico: los Douze études pour piano d’après Clementi,
42
Veáse Lebert, Sigmund, Stark, Ludwing. Grosse Theoretisch-Praktische Klavierschule für
den systematischen Unterricht. Stuttgart, J. G. Cotta’schen Buchhandlung, 1872.
43
Veáse Richert, Félix. L’art du joeuer du piano. París, Alphonse Leduc, 1864.
44
Pareyón, Gabriel. Diccionario Enciclopédico de la Música en México. 2 volúmenes, México,
Universidad Panamericana, 2007, volumen 1, p. 200.
73
Rogelio Álvarez Meneses
45
Existe un manuscrito que es el origen de la obra editada: [15] Gradas ad Parnassum [sic].
Ejercicios escojidos [sic] y parafraseados por R. Castro (circa 1899).
46
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Ricardo Castro a Felipe Pedrell. Carta del 10 de julio de 1889.
74
Capítulo 2 | El hombre y sus facetas
La producción de Castro hasta entonces” y añade que “gracias a su labor, la música mexicana
responde a la estética y pro- compensó de un golpe un retraso de más de medio siglo”.47
Como se ha puesto de relieve anteriormente, uno de los mo-
cedimientos propios del Ro-
tivos por los que la producción de Castro y sus contemporáneos se
manticismo y en este senti- soslayó durante una parte importante del siglo xx fue debido a su
do se ciñe totalmente a la proclividad por todo lo extranjero y por no volver su mirada creati-
tradición europea. va hacia el propio sustrato nacional. Llegados a este punto, son per-
tinentes algunas reflexiones para ubicar al compositor frente a dos
disyuntivas: la primera relacionada con la tradición y la vanguardia
y la segunda, la cuestión del nacionalismo.
La producción de Castro responde a la estética y procedi-
mientos propios del Romanticismo y en este sentido se ciñe total-
mente a la tradición europea. Su postura ante la vanguardia la ex-
presa el propio compositor en un artículo que escribió en Génova
en febrero de 1906 y que fue publicado un mes más tarde en El Im-
parcial:
[...] El prototipo de la manera actual de los compositores fran-
ceses [es una] música sutil, espiritual, tormentosa, música impresionista
que no carece de encantos, pero a la que [le] falta sencillez y que pudiera
tacharse de artificiosa por su poca espontaneidad.48
47
Mayer Serra, Otto. Panorama de la música mexicana desde la Independencia hasta la ac-
tualidad. México, El Colegio de México, 1941, p. 92.
48
“El arte en Ginebra”. El Imparcial. México, 13 de marzo de 1906.
49
“Entrevista con Ricardo Castro”. El Diario. México, 18 de noviembre de 1906.
50
Véase el apartado correspondiente al uso de escalas y secuencias de acordes.
75
Rogelio Álvarez Meneses
Todos los elementos inspirados por Debussy fueron asimilados En el catálogo de Cas-
por Castro e incorporados a su estilo particular. La obra no es una copia,
sino un experimento —llevado a cabo con gran éxito— con nuevas y tro existen determinadas
llamativas herramientas musicales.51 obras que tienen un claro
Por otra parte, no es nuestro objetivo sumarnos al innecesa- vínculo con la música fo-
rio debate que supone la reivindicación de “lo nacional”. En el catá- lklórica y popular mexi-
logo de Castro existen determinadas obras que tienen un claro vín- cana: los Aires Naciona-
culo con la música folklórica y popular mexicana: los Aires Nacio- les Mexicanos, Op. 10,
nales Mexicanos, Op. 10, la transcripción sobre el Himno Nacional la transcripción sobre el
Mexicano, las distintas colecciones de danzas y la ópera Atzimba son
Himno Nacional Mexi-
excelentes ejemplos en este sentido. Sin embargo, el hecho de que
Castro haya tomado diferentes temas de origen o inspiración ver- cano, las distintas colec-
nácula, y los haya desarrollado a la usanza de la tradición románti- ciones de danzas y la ópe-
ca europea, ha sido también motivo de censura. Como bien señala ra Atzimba son excelentes
Vázquez Montano: ejemplos en este sentido.
[...] la crítica historiográfica mexicana se ha centrado en la idea
de que las obras musicales compuestas en México a lo largo de su historia,
deben ser la representación de una “identidad sonora mexicana” asociada
única y exclusivamente al carácter prehispánico o a la tradición folklórica.52
Ibíd., p. 25.
54
77
Capítulo 3
1
Romero, Jesús, C. Ricardo Castro. Sus efemérides biográficas. Durango, Instituto Juárez,
1956, p. 4.
2
Carmona, Gloria. Álbum de Ricardo Castro. Investigación iconográfica y documental. Mé-
xico, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2009, p. 29.
3
Romero, J. C., op. cit., p. 5.
4
Herrera y Ogazón, Alba. El arte musical en México. México, Dirección General de Bellas
Artes, 1917. Reimpresión facsimilar: Centro Nacional de Investigación, Documentación
e Información Musical, México, 1992, p. 148.
79
Rogelio Álvarez Meneses
cada García,5 Esperanza Vázquez Sánchez,6 José Ramón Aguirre Resulta de gran importan-
Aguilera,7 Juan Álvarez Coral,8 Jorge Velazco,9 Robert Stevenson,10 cia la información apor-
Emilio Díaz Cervantes y Dolly R. de Díaz,11 Gabriel Pareyón,12
tada por Germán Cas-
Gloria Carmona13 y Gerald R. Benjamin.14 Dos de estas publicacio-
nes transcriben la partida de bautizo y el acta de nacimiento, y en tro Herrera (1930), sobri-
ambos documentos se indica Durango como lugar de nacimiento.15 no nieto del compositor,
Con ocasión del centenario luctuoso del compositor, se quien señala que efectiva-
publicó el 23 de enero de 2007 en el periódico El Sol de Durango, mente “la familia Castro
un artículo firmado por José de la O Holguín, en el que se hace era originaria de Nazas,
referencia a Ricardo Castro como “oriundo del municipio de Nazas,
pero que se fueron a radi-
[nacido] en la Hacienda de Santa Bárbara de esa municipalidad”.16
Cuestionado sobre este aspecto específico, el periodista responde: car a Durango, Durango,
por eso hay algunas versio-
La tradición oral de Nazas cuenta que nació en Nazas, sin embar-
go, se registró en la ciudad de Durango. El padre de Castro era de Nazas. nes de que Ricardo Castro
Lamentablemente no existe documento oficial de esta aseveración, pero era de Nazas [pero que]
sí hay el acta de nacimiento que dice que nació en Durango. A pesar de nació en Durango”.
ello, la tradición oral de Nazas dice lo contrario.17
5
Moncada García, Francisco. Pequeñas biografías de grandes músicos mexicanos. México,
Ediciones Framong, 1966, p. 75.
6
Vázquez Sánchez, Esperanza. “Ante la figura de Ricardo Castro”. Tesis de licenciatura.
Director: Pablo Castellanos Cámara. México, Instituto Nacional de Bellas Artes, Con-
servatorio Nacional de Música, 1968, p. 3.
7
Aguirre Aguilera, José Ramón. Ricardo Castro. Semblanza de la obra musical. México,
Secretaría de Educación, Cultura y Deporte de Durango, 1994, p. 13.
8
Álvarez Coral, Juan. Compositores mexicanos. 6ª ed. México, Editores Asociados Mexica-
nos, 1993, p. 63.
9
Velazco, Jorge. “El caso de Ricardo Castro” en Con la música por dentro. México, Uni-
versidad Nacional Autónoma de México, 1988, pp. 517-518.
10
Stevenson, Robert. “Ricardo Castro Herrera” en Diccionario de la Música Española e His-
panoamericana. Emilio Casares Rodicio (dir. y coord.), 10 volúmenes, Madrid, Sociedad
General de Autores y Editores, 1999, volumen 3, p. 410.
11
Díaz Cervantes, Emilio; R. de Díaz, Dolly. Ricardo Castro. Genio de México. México,
Instituto de Cultura del Estado de Durango, 2007, p. 17.
12
Pareyón, Gabriel. Diccionario Enciclopédico de la Música en México. 2 volúmenes, México,
Universidad Panamericana, 2007, volumen 1, p. 204.
13
Carmona, G., op. cit., p. 29.
14
Benjamin, Gerald R. “Ricardo Castro Herrera” en The New Grove Dictionary of Music and
Musicians. Stanley Sadie (ed.), 20 volúmenes, Londres, Macmillan Publishers Limited,
1980, volumen 3, p. 878.
15
Así lo consignan tanto el Dr. Jesús C. Romero (op. cit., p. 5) como Emilio Díaz Cervantes
y Dolly R. de Díaz (op. cit., pp. 18 y 19).
16
De la O Holguín, José. “Nazas en el centenario de dos grandes hombres de la cultura” en
El Sol de Durango [En línea]. Consultado el 30 de abril de 2010. Disponible en http://
www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n145389.htm
17
José de la O Holguín, presidente de la Unión de Cronistas Municipales del Estado de
Durango. Comunicación personal, 30 de abril de 2010.
18
“Nazas” en Enciclopedia de los Municipios y Delegaciones de México. Estado de Durango.
Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal. Órgano desconcentrado
de la Secretaría de Gobernación. 2010 [En línea]. Consultado el 3 de marzo de 2012.
80
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Disponible en http://www.inafed.gob.mx/work/templates/enciclo/
19
“Ricardo Castro” en Portal educativo del Instituto Latinoamericano de la Comunicación
Educativa [en línea]. Consultado el 3 de marzo de 2012. Disponible en http://www.
redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/publicaciones/publi_quepaso/ricardo_castro.htm
20
Germán Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011.
21
El libro muestra una doble numeración: la menor ubicada en la esquina superior derecha
del folio, con una caligrafía más fuerte y pronunciada; una segunda numeración, hacia
el centro de la página, va cinco números adelante que la anterior y fue realizada con
una caligrafía más discreta. Conforme se avanza en los folios, la proporción entre ambas
numeraciones se altera. En el último folio 290 [293] recto puede leerse: “Concluyó este
libro en 31 de Enero de 1865 con 289 páginas. Andrade. [Rúbrica]”.
81
Rogelio Álvarez Meneses
22
Álvarez Meneses, Rogelio. “La presencia de México en la revista Ilustración Musical
Hispano-Americana a través de la corresponsalía de Gustavo E. Campa” en Cuadernos de
Música Iberoamericana, volumen 22, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores,
julio-diciembre 2011, p. 125.
23
Pedrell, Felipe. “Ricardo Castro” en Ilustración Musical Hispano-Americana. Barcelona,
Torres y Seguí, Año II, Número 31, 23 de abril de 1889, p. 57.
24
Romero, J. C., op. cit., p. 4.
25
Romero Franco, María Angélica. “La música para piano de Ricardo Castro”. Tesis de
licenciatura. Director: Luis Mayagoitia-Vásquez. Universidad Nacional Autónoma de
México, Escuela Nacional de Música, México, 1984, p. 26.
82
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El pianista inició sus es- vel. Sin embargo, Germán Castro Herrera, sobrino nieto del com-
tudios musicales a la edad positor, sospecha que quizá haya habido más hermanos e incluso
cree que hubo, al menos, un tercero llamado Francisco, que posi-
de seis años con el profe-
blemente haya muerto de niño, basándose en la dedicatoria de Sou-
sor Pedro H. Ceniceros venir. Méditation pour piano, Op. 9, «À la mémoire de mon frère
(1825-1883) en la Aca- François”.26 Empero, Germán Castro Herrera comenta que no hay
demia de Música San- la certeza de que haya más hermanos o hermanas.27
ta Cecilia, donde asis- El pianista inició sus estudios musicales a la edad de seis
tían “algunos de los jóve- años con el profesor Pedro H. Ceniceros28 (1825-1883) en la Aca-
demia de Música Santa Cecilia,29 donde asistían “algunos de los jó-
nes más distinguidos de
venes más distinguidos de la sociedad duranguense”.30 Esta primera
la sociedad duranguen- etapa formativa se prolongó por siete años, periodo en el cual com-
se”. Esta primera eta- puso algunas mazurkas y valses,31 obras que no han llegado hasta
pa formativa se prolongó nosotros.
por siete años, periodo en En principio, estas enseñanzas estaban encaminadas a que
el cual compuso algunas Castro tuviera una formación musical sin mayores pretensiones que
las de un aficionado:32 el licenciado Vicente Castro aspiraba a que
mazurkas y valses, obras
sus dos hijos, tanto Ricardo como Vicente, abrazaran la carrera de
que no han llegado hasta
nosotros. 26
Editada por la casa Wagner y Levién, la portada de esta obra muestra un mausoleo de
estilo gótico en cuyo interior se encuentra un catafalco con un cuerpo masculino de me-
diano tamaño; una pareja contempla la escena con vestimenta luctuosa. En la primera
página de la partitura puede leerse el siguiente verso de: Il est mort pour vous qui cherchez
son visage. Mais pour nous, il est prés [sic], il vit, il dort!... [Ha muerto por ustedes que
buscan su rostro. Pero para nosotros, él está cerca, él vive, él duerme!...]. Se trata de un
verso de Alphonse de Lamartine (1790-1869) del poema «À M. Wap, poète hollan-
dais, en réponse à une ode adressée à l’auteur sur la mort de sa fille» [A M. Wap, poeta
holandés, en respuesta a una oda dirigida al autor por la muerte de su hija], que es el
sexto de los Recuillements poétiques. Castro ha optado por cambiar el sentido del texto,
pues el verso original está redactado en el género femenino de la tercera persona: Elle est
morte pour vous qui cherchez son visage, mais pour nous elle est près, elle vit, elle dort. Véase
Lamartine, Alphonse. “Recuillements poètiques” en Oeuvres de Lamartine de l’académie
française: édition complète en un volume. Bruxelles, Adolphe Wahlen, Impr. Libr. de la
Cour, 1836, pp. 16-17.
27
Germán Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011.
28
Su verdadero nombre era Pedro Hernández García. Tomó el apellido Ceniceros de su
mentor, Manuel Ceniceros. Tuvo cierto reconocimiento como organista y como profe-
sor de la aristocracia duranguense durante la segunda mitad del siglo xix. (Pareyón, G.,
op. cit., p. 215).
29
Escuela fundada por Manuel Herrera y Álvarez (1849-1906), originario de Durango.
Emilio Díaz Cervantes (op. cit., p. 20) es la única fuente que consigna a Herrera y Álva-
rez también como profesor de Castro, lo cual debe interpretarse como una confusión,
ya que entre los alumnos destacados de Herrera y Álvarez consignados en el Diccionario
geográfico, histórico y biográfico del Estado de Durango, no figura Castro (Pareyón, G.,
op. cit., pp. 490-491). Por otro lado, la ficha correspondiente a Pedro H. Ceniceros en
el Diccionario Enciclopédico de la Música en México (op. cit., p. 215) sí incluye a Castro
entre sus discípulos. Lo anterior lleva a concluir que, si bien coexistieron entre 1870 y
1877 Ceniceros y Herrera y Álvarez en la academia, en todo caso el profesor directo de
Castro sería el primero y ha de considerarse al segundo únicamente como fundador y
director de la escuela.
30
Pareyón, G., op. cit., p. 215.
31
Stevenson, R., op. cit., p. 410.
32
Monzón, Francisco. Semblanzas de músicos mexicanos. Jalapa, Universidad Veracruzana,
1999, p. 33.
83
Rogelio Álvarez Meneses
derecho. Solamente el segundo habría de complacer los deseos del A finales de 1877 la fa-
padre.33 milia abandona Durango
Traslado a la Ciudad de México: el Conservatorio para instalarse en la Ciu-
Nacional de Música y Declamación (1877-1883) dad de México, ya que el
A finales de 1877 la familia abandona Durango para instalarse en la Lic. Vicente Castro, padre
Ciudad de México, ya que el Lic. Vicente Castro, padre del compo- del compositor, había sido
sitor, había sido elegido diputado de la viii Legislatura del Congreso elegido diputado de la viii
de la Unión por el primer distrito de Durango. En enero de 187834 Legislatura del Congreso
Ricardo se matricula en la Escuela Nacional Preparatoria,35 pues de de la Unión por el primer
acuerdo con los deseos del padre, habría de estudiar la carrera de le-
distrito de Durango.
yes. Al respecto, comenta Germán Castro Herrera:
En aquella época, la carrera musical estaba relegada y el plan
original era que Castro estudiara en la Escuela Nacional Preparatoria, que
era la única que existía en aquellos años [...]. Y entonces, en el primer
año, ya estando aquí en México, fue que supo del Conservatorio [...] y
comenzó a informarse de las carreras musicales [...]. Y después ya, hasta
el año, o así, fue la labor de convencimiento con su padre.36
33
Para evitar confusiones, en lo sucesivo se citará al licenciado Vicente Castro especificando
el parentesco que guarde con el compositor, ya que tanto el padre como el hermano eran
homónimos y cultivaban la misma profesión.
34
Romero, J. C., op. cit., p. 6.
35
Creada por el decreto del 2 de diciembre de 1867 del presidente Benito Juárez, la Escuela
Nacional Preparatoria impartía la formación necesaria para ingresar posteriormente a las
Escuelas de Altos Estudios. Su primer director fue el Dr. Gabino Barreda y su primer curso
fue inaugurado el 3 de febrero de 1868 con una matrícula de novecientos alumnos. Tuvo
como sede el Antiguo Colegio de San Ildefonso hasta el año de 1982. (“Antecedentes de
la Escuela Nacional Preparatoria” en Dirección General de la Escuela Nacional Preparatoria.
Universidad Nacional Autónoma de México [En línea]. Consultado el 13 de marzo de
2012. Disponible en http://dgenp.unam.mx/acercaenp/anteced.html)
36
Germán Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011.
37
Ignacio Manuel Altamirano, citado por Mayer Serra, Otto. Panorama de la música mexicana
desde la Independencia hasta la actualidad. México, El Colegio de México, 1941, pp. 36-37.
84
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Siendo Castro alumno de La cita anterior sintetiza los grandes escollos que suponía el
la Escuela Nacional Pre- dedicarse a la música: la enorme dificultad de ejercer la profesión
a alto nivel y superar el entorno meramente amateur y domésti-
paratoria, siguió culti-
co propio de los aficionados para llegar a legitimarse como un ver-
vando el estudio del pia- dadero músico triunfando en el gran género del siglo xix: la ópe-
no y llegó a tener algunas ra. A esto hay que sumar la escasa tradición musical de un público
presentaciones musicales. con escasos referentes artísticos. Ni siquiera se contempla una op-
La primera referencia de ción que, con mayor razón, resultaba aún menos viable: el concer-
una actuación en públi- tismo. Como podrá verse a lo largo de la trayectoria vital y musical
de Ricardo Castro, el compositor fue capaz de trascender el mundo
co nos informa de su par-
de los diletantes para incursionar con éxito no solamente en el cam-
ticipación en una vela- po del teatro musical sino en el de la composición de grandes for-
da artístico-literaria rea- mas, el concertismo y la enseñanza.
lizada el 8 de marzo de La reticencia del padre de Castro también es relatada por
1878 en el Liceo Hidal- Pedrell en su artículo ya mencionado de la Ilustración Musical
go en la que se conmemo- Hispano-Americana del 23 de abril de 1889:
raba el natalicio de Mi- Comenzó en su ciudad natal el estudio de la música, no para
guel Hidalgo y Costilla. hacer de dicho estudio una carrera, sino para cultivar como aficionado
un ramo necesario y hasta indispensable en la educación moderna, pues
sus padres no querían que emprendiese este orden de conocimientos con
otro fin que el que hemos referido. Trabajo le costó a Castro, y no poco,
obtener su consentimiento, que desbarataba todos los proyectos de carre-
ra acariciados, y no sólo por esta contrariedad de momento sino porque
varios médicos declararon que la delicada constitución de nuestro biogra-
fiado en los años de su niñez no resistiría las fatigas propias del estudio.38
38
Pedrell, F. “Ricardo Castro…”, p. 57.
39
“La velada del Liceo”. La Libertad. México, 9 de mayo de 1878.
40
Fundado en 1866 como Conservatorio de Música de la Sociedad Filarmónica Mexicana,
en 1868 se denominó Conservatorio Mexicano de Música y desde 1877, Conservatorio
Nacional de Música. A partir de 1906 se llamó Conservatorio Nacional de Música y
Declamación, nombre que tenía el centro educativo cuando Castro se hizo cargo de la
dirección en 1907 (Pareyón, G., op. cit., p. 267).
41
Romero, J. C., op. cit., p. 6.
42
Díaz Cervantes, E., R. de Díaz, D., op. cit., p. 21.
85
Rogelio Álvarez Meneses
ria Carmona43 señalan de manera precisa que Castro se matriculó el El excelente desempeño
5 de enero de 1879, esto es, un curso después de su llegada a la Ciu- académico de Castro en
dad de México. Por otro lado, Robert Stevenson maneja un lapso
su primer año en el Con-
temporal más amplio al señalar que Castro “en 1877 se trasladó con
su familia a la capital, donde estudió en el Conservatorio Nacional servatorio le permitió
de Música con Antonio Balderas.44 Su primer profesor de piano fue aprobar en 1879 los tres
Juan Salvatierra”.45 primeros grados de pia-
El resultado de nuestras investigaciones arroja que Castro no con Salvatierra y el
realizó exámenes en el Conservatorio en noviembre de 1878,46 lo primero de armonía con
que en primera instancia se contradice con la fecha oficial manejada
Melesio Morales Cardoso
en las fuentes mencionadas. Germán Castro Herrera aporta un dato
que hace congeniar ambas informaciones, pues sostiene que duran- (1838-1908), obtenien-
te el primer curso combinó los estudios en la Escuela Nacional Pre- do primer premio y me-
paratoria con la carrera musical y que no sería hasta pasado un año dalla de plata.
cuando obtuvo el consentimiento de su padre para dedicarse total-
mente a la música.47
Con respecto a este primer examen, realizado el jueves 28
de noviembre de 1878, la prensa hizo comentarios muy halagüe-
ños con relación a las aptitudes musicales de Castro, considerándo-
lo una “de las esperanzas más risueñas [del] arte nacional”:
El jueves pasado sustentó un brillante examen, en el Conser-
vatorio de Música, el alumno del mismo establecimiento niño Ricardo
Castro. Increíble parece que un niño de doce años de edad, como es el
que nos ocupa, haya dominado ya grandes dificultades en el piano, y se
abra paso por en medio de nuestras notabilidades artísticas. Los sinodales
lo aprobaron unánimemente, y ¿cómo no habrían de aprobarlo si es para
el arte nacional una de las esperanzas más risueñas?48
43
Carmona, G., op. cit., p. 30.
44
El dato es impreciso, pues Antonio Balderas (1824-1887) fue profesor cofundador del
Conservatorio de la Sociedad Filarmónica Mexicana y director de este instituto, ya na-
cionalizado y convertido en Conservatorio Nacional de Música, entre el 13 de enero de
1877 y el 23 de abril de 1882 (Pareyón, G., op. cit., p. 106).
45
Stevenson, R., op. cit., p. 410.
46
“Un examen lucido”. El Siglo Diez y Nueve. México, 3 de diciembre de 1878.
47
Germán Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011.
48
“Un examen lucido”. El Siglo Diez y Nueve. México, 3 de diciembre de 1878. Evidente-
mente, la nota periodística tiene una errata que de manera intencionada o no, manipula
la edad de Castro, que en ese momento no tendría doce, sino catorce años, al haber
nacido en 1864.
49
Pianista y profesor de música. Discípulo de Felipe Larios e integrado desde 1866 al Club
Filarmónico de Tomás León, de cuyo seno emanaría el Conservatorio de la Sociedad Fi-
larmónica Mexicana, donde fue profesor fundador de la cátedra de piano, permaneciendo
en este plantel hasta después de su nacionalización en 1877. Entre sus alumnos destacaron
Pablo Castellanos León y Ricardo Castro (Pareyón, G., op. cit., p. 940).
50
Moncada García, F., op. cit., p. 76.
86
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
51
“Tertulia”. El Combate. México, 29 de junio de 1879.
52
“El Concierto en el Conservatorio”. El Siglo Diez y Nueve. México, 9 de julio de 1879.
53
Pedrell, F. “Ricardo Castro…”, p. 57.
54
Romero, J. C., op. cit., p. 6.
55
Díaz Cervantes, E., R. de Díaz, D., op. cit., p. 29.
56
Stevenson, R., op. cit., p. 410.
87
Rogelio Álvarez Meneses
cualquier profesor que las hubiese ejecutado no habrían tenido mejor A partir de 1881 la activi-
éxito. Felicitamos a los señores padres del joven pianista de quien nos
ocupamos, y a éste deseamos un porvenir digno de su talento y sus estu- dad musical de Castro tras-
dios. ¡Dichosos quince años!57 ciende el ámbito meramen-
La crónica alude a las Variaciones de Rigoletto y fue el pri- te escolar del Conservatorio
mer esbozo de una composición de la cual se vuelven a tener refe- y adquiere una mayor pre-
rencias en 1885 y que finalmente fuera editada por la casa Wagner y sencia en los círculos cultu-
Levién como Rigoletto. Trascrizione Elegante para piano-forte sur mi- rales de su entorno.
gliori motivi dell’opera di Verdi. Op. 1,58 dedicada “al mio caro ami-
co Paolo Castellanos Leon”.59
El 28 de septiembre de 1880 el pianista participó en un con-
cierto realizado en el Teatro del Conservatorio organizado por la
Academia Nacional de Profesores. El ecléctico programa incluía Les
Huguenots. Fantaisie brillante, Op. 66 para piano a cuatro manos
de Charles Voss (1815-1882), interpretada por Castro y su profe-
sor, Juan Salvatierra. El concierto concluyó con un número cuan-
do menos llamativo: la ejecución de Le réveil du lion. Caprice héroï-
que, Op. 115 de Anton de Kontski (1817-1899), tocada a dos pia-
nos y ocho manos por los discípulos de la clase de Juan Salvatierra:
Ricardo Castro, Benigno Brizuela, Pablo Castellanos León y Eduar-
do Salvatierra, este último, hijo del profesor.60
En octubre de 1880 Castro superó los exámenes correspon-
dientes a cuarto y quinto de piano y segundo de armonía.
A partir de 1881 la actividad musical del pianista trasciende
el ámbito meramente escolar del Conservatorio y adquiere una ma-
yor presencia en los círculos culturales de su entorno. El lunes 22
de agosto participó en un concierto realizado en el Teatro Principal
en honor del director de la Escuela Nacional Preparatoria, Alfonso
Luis Herrera López. Ahí tocó una Fantasía sobre temas de Dinorah,
obra de su propia autoría actualmente no localizada que el cronista
calificó como “bellísima y de ejecución irreprochable” y añade: “pa-
rece mentira que un joven de tan tierna edad haya hecho cosa tan
notable”.61
57
“Ricardo Castro”. El Libre Sufragio. México, 8 de enero de 1880.
58
Este opus 1 corresponde a la primera numeración de sus obras, pues en vida el propio
Ricardo Castro renumeró sus obras, modificando los números de opus de algunas de ellas
y reasignando el opus 1 al Caprice-Valse. Evidentemente esto ha repercutido en la datación
de las obras, por lo que se ha realizado una propuesta a esta problemática.
59
Se refiere a Pablo Castellanos León (1860-1929), pianista y pedagogo integrante fun-
dador del Grupo de los Seis. Estudió en México con Melesio Morales a partir de 1875
y en 1880 se trasladó al Conservatorio de París donde fue alumno de Antoine François
Marmontel. Realizó la traducción al castellano del tratado de Félix Richert L’art du joeuer
du piano (1864), la cual fue publicada en Mérida en 1888 y dedicada a Ricardo Castro.
Un accidente le afectó la mano izquierda por lo que abandonó su carrera concertística y
se dedicó a la enseñanza (Pareyón, G., op. cit., p. 200).
60
“Invitación”. La Patria. México, 28 de septiembre de 1880.
61
El Cable Trasatlántico. México, 28 de agosto de 1881.
88
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
62
Vázquez Sánchez, E., op. cit., p. 3.
63
Evento realizado el año de la llegada del ferrocarril al estado de Querétaro de Arteaga,
por el gobernador Francisco González de Cosío.
64
Vieytez, Hipólito A. “Ecos de la Exposición”. La Hoja Suelta. Querétaro, 4 de junio de
1882.
65
Romero, J. C., op. cit., pág. 7.
66
Díaz Cervantes, E., R. de Díaz, D., op. cit., p. 27.
67
El periódico The Evening Telegram del 25 de enero de 1894 publicó: Senor De Castro’s
selections included two of his own compositions, a minuet and a valse-caprice, both of which
delicate and poetic compositions the author rendered in a charming manner. [Las selec-
ciones del Señor De Castro incluyeron dos de sus propias composiciones, un minueto y
un vals-capricho, composiciones poéticas y delicadas que el autor interpretó de manera
encantadora].
89
Rogelio Álvarez Meneses
75
Ibíd.
76
“Revista de la semana”. La Patria. México, 27 de agosto de 1882.
77
Ibíd.
78
El Casino Español de México fue uno de los principales espacios para los actos de la
alta sociedad mexicana del Porfiriato. Lo mismo se organizaban tertulias, bailes, cenas y
saraos que asambleas y conciertos. Para conocer diversas reseñas sobre estas actividades
véase: Díaz y De Ovando, Clementina. Invitación al baile. Arte, espectáculo y rito en la
sociedad Mexicana (1825-1910). 2 volúmenes. México, Universidad Nacional Autónoma
de México, 2006. Ubicada en el centro histórico de la Ciudad de México, la sede actual
del Casino Español fue construida entre 1903 y 1905.
79
“El Casino Español”. El Siglo Diez y Nueve. México, 5 de diciembre de 1882.
91
Rogelio Álvarez Meneses
Según Otto Mayer Serra, el gusto italiano fue en gran medi- Los compositores e intér-
da perjudicial para el público, ya que lo habituó “a una melodía fá- pretes cercanos a Castro
cil y predecible, enquistada en un cliché melódico y siempre sujeta
se decantaron por una
a un lenguaje armónico igualmente esquematizado”.80
Los compositores e intérpretes cercanos a Castro se decanta- búsqueda de alternati-
ron por una búsqueda de alternativas estilísticas distintas al plantea- vas estilísticas distintas al
miento belcantístico italiano, orientándose hacia las escuelas france- planteamiento belcantís-
sa y germánica. Uno de los más encarnizados defensores de esta re- tico italiano, orientándo-
novación musical fue precisamente Gustavo E. Campa, quien llegó se hacia las escuelas fran-
a tener agrias disputas ideológicas con su antiguo profesor Melesio
cesa y germánica.
Morales, principal representante del italianismo en México, y quien
aún vivía del recuerdo por el éxito que había alcanzado su ópera Il-
degonda en Florencia.81
En este sentido, conviene matizar la afirmación de Emilio
Díaz Cervantes, que sostiene que los miembros del Grupo de los
Seis “rompieron los lazos de unión con quienes fueron sus maestros,
pertenecientes a la pasada generación musical”.82 En el caso de Cas-
tro, éste siempre mantuvo una relación de cordialidad con Morales.
Incluso el propio Campa reconoció de manera póstuma la valiosa
aportación del viejo maestro a la música mexicana.83
La denominación del Grupo de los Seis es posterior y se
debe al Dr. Jesús C. Romero, quien explica que en 1882, Castro:
[...] con sus condiscípulos conservatorianos Gustavo E. Campa,
Juan Hernández Acevedo y Pablo Castellanos León y sus amigos los no
conservatorianos Carlos J. Meneses, Felipe Villanueva e Ignacio Quezadas,
constituyó el grupo francesista que se reunía en una habitación ubicada
en la Calle del Tompeate, hoy Avenida Isabel la Católica, entre Mesones
y Regina. Partido a Mérida de Yucatán Castellanos León, de donde era
originario, los seis restantes continuaron desarrollando activamente su
labor. A este grupo le bauticé yo con el nombre de Grupo de los Seis.84
80
Mayer Serra, O., op. cit., pp. 79-83.
81
Álvarez Meneses, R., “La presencia de México…”, p. 131.
82
Díaz Cervantes, E., R. de Díaz, D., op. cit., p. 39.
83
Álvarez Meneses, R., “La presencia de México…”, p. 143.
84
Romero, J. C., op. cit., p. 7.
92
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Mientras Campa se per- época) por otras tendencias, igualmente ajenas y lejanas, importadas de
Francia, Rusia o Alemania, según las inclinaciones personales de los di-
filó como el líder intelec- versos miembros del grupo. [Cursivas en el original]85
tual del Grupo de los Seis,
Empero, pueden aportarse ciertos argumentos a favor del
Castro representó la figu-
Grupo de los Seis. En primer lugar, los compositores carecían de
ra de músico virtuoso que elementos para crear un estilo nacional fundamentado en la tra-
utilizaba la composición dición propia, ya que como bien señala Mayer Serra, “de la músi-
y la interpretación como ca precortesiana no nos ha llegado ni una sola melodía, ni un solo
herramientas para la di- compás”.86 A esto hay que agregar el hecho de que durante el man-
fusión de su postura esté- dato del Gral. Porfirio Díaz la política cultural se orientó a la imita-
ción sistemática de los cánones culturales y artísticos de provenien-
tica. Más tarde, varios de
cia europea. Por lo anterior, la postura del Grupo de los Seis y las
los integrantes del Grupo características de su producción musical responden a las demandas
de los Seis formarían par- de la sociedad de su tiempo e incluso representan “un avance que tal
te del Instituto Musical vez hubiera llegado muy lejos, de no haberse cortado bruscamente
Campa-Hernández Ace- con la guerra civil que se inició en 1910”.87
vedo, que apostaba por la El año de 1883 fue sumamente significativo para Castro.
Uno de los primeros hitos en la difusión internacional de su inci-
renovación musical desde
piente corpus compositivo ocurrió el 22 de mayo, cuando con mo-
la enseñanza. tivo del centenario de Simón Bolívar, el gobierno mexicano envió
a Venezuela una nutrida colección de obras editadas de composito-
res mexicanos. El Boletín de la Biblioteca Nacional de México explica:
El Gobierno de Venezuela solicitó del nuestro la letra y música
del Himno Nacional, y en contestación se le mandó, además de lo pedido,
391 piezas musicales de 114 compositores mexicanos.88
1892), músico de origen francés llegado a México en 1849 y que El 10 de agosto de 1883
ocupó el cargo de director del Conservatorio Nacional de Música concluye su Primera sin-
entre 1881 y 1892.90 El Dr. Jesús C. Romero, poseedor del manus-
fonía en Do menor,
crito, señala que la dedicatoria fue tachada posteriormente, y afirma
que esta “es la primera sinfonía de autor mexicano que se conoce”.91 Op. 33, dedicada a Al-
También hace la misma aseveración Emilio Díaz Cervantes.92 fredo Bablot D’Olbreusse
Nuevamente debemos tomar esta afirmación con ciertas re- (1827-1892), músico
servas, debido a que existen referencias a trabajos sinfónicos escritos de origen francés llega-
antes de 1883. En el capítulo “Los primeros sinfonistas” de su tra- do a México en 1849 y
bajo titulado La sinfonía en los compositores mexicanos,93 José Rafael
que ocupó el cargo de di-
Arriola Saucedo antepone a Juan Hernández Acevedo (1862-1894)
como autor de dos sinfonías, hoy perdidas. Hernández Acevedo era rector del Conservatorio
una figura próxima a Castro ya que ambos habían sido alumnos de Nacional de Música en-
armonía y composición de Melesio Morales y también figuraron tre 1881 y 1892.
como miembros del Grupo de los Seis.
También debe citarse una obra sinfónica del mencionado
Melesio Morales compuesta y estrenada en 1869. En el marco de
los festejos de la Independencia, el 16 de septiembre de ese año, se
inauguró el tramo ferroviario México-Puebla y la intervención mu-
sical incluía el estreno de dos obras de Morales compuestas para la
ocasión: la marcha Salud, ¡oh Puebla! y la ‘sonata característica’ titu-
lada El ferrocarril. La primera obra se ejecutó a la llegada del presi-
dente Benito Juárez (1806-1872) y su gabinete a la estación y la se-
gunda esa misma noche en el Teatro Guerrero de Puebla.94 Es una
composición para orquesta a dos y banda militar que es conocida
por diferentes títulos: en el manuscrito para orquesta y banda apa-
rece bajo el nombre de Vapor-Morales, sinfonía para orquesta y ban-
da militar; en la reducción para piano, Locomotora Morales. Fantasía
imitativa en forma de obertura; la obra también es conocida como
Locomotiva Morales, El ferrocarril o Sinfonía Vapor. Es una pieza sui
géneris de tipo descriptivista que incluía sonidos propios de una lo-
comotora y que fueron recreados ingeniosamente por látigos, cas-
cabeles, hojas de lata y otros artilugios en el estreno.95 Articulada en
90
Sosa Manterola, José Octavio. “140 años del Conservatorio Nacional de Música” en
Operacalli.com, el lugar de la ópera en México [en línea]. Consultado el 28 de abril de
2010. Disponible en http://www.operacalli.com/jose_octavio_sosa/conservatorio_na-
cional_de_musica.htm
91
Romero, J. C., op. cit., p. 8.
92
Díaz Cervantes, E., R. de Díaz, D., op. cit., pp. 30-31.
93
Arriola Saucedo, José Rafael. “La sinfonía en los compositores mexicanos”. Tesis de maes-
tría. Director: Filiberto Ramírez Franco. México, Universidad Nacional Autónoma de
México, Escuela Nacional de Música, 1980, pp. 32-33.
94
Para más detalles en cuanto a las características, estreno y recepción de esta obra véase:
Maya, Áurea. “La verdadera locomotora de la Sinfonía Vapor de Melesio Morales” en
Heterofonía, revista de investigación musical. Números 136-137. México, Centro Na-
cional de Investigación, Documentación e Información Musical, enero-diciembre de
2007, pp. 57-67.
95
Ibíd., p. 64.
94
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Un suceso importante, en cuatro movimientos: I. Introducción: Allegro deciso, ii. Marcia, iii.
la vida artística de Cas- Adagio y iv. Galopa: Allegro brillante, su estreno fue un éxito. Con
relación a esta obra, Áurea Maya comenta:
tro, fue la culminación
de sus estudios en el Con- Morales no volvió a componer una obra de este tipo. Quede
la Sinfonía Vapor como testimonio de la imaginación de un compositor
servatorio Nacional de decimonónico que buscó conjuntar la idea del progreso y el avance tec-
Música el 29 de octubre nológico de un país con el arte musical.96
de 1883 y la consecuen- Independientemente de que las dos sinfonías de Hernández
te participación en la au- Acevedo se encuentren perdidas y de las singularidades de la men-
dición de fin de curso lle- cionada Sinfonía Vapor de Morales, consideramos que en aras del ri-
vada a cabo el miércoles gor documental, deben tomarse en cuenta como obras precedentes
5 de diciembre en el Tea- a la Primera Sinfonía en Do menor, Op. 33 de Castro que, por su
parte, es ciertamente la primera cuyas características responden al
tro del Conservatorio.
canon clásico y que además se ha conservado.
El 13 de agosto de 1883 Castro participó en una soirée
organizada por la Sociedad Filarmónica Francesa en la Calle de
Santa Isabel, acompañando al piano a la Sra. M. Arona la melodía
Non t’amo piú de Francesco Paolo Tosti y un extracto de Carmen de
Georges Bizet.97 El 15 de septiembre del mismo año, participó en
una función cívica realizada en el Teatro Hidalgo, evento en el que
dirigió una obra de su autoría: la Marcha Hidalgo, interpretada por
una orquesta formada por alumnas del Conservatorio Nacional de
Música. La nota de El Tiempo señala: “La marcha del Sr. Castro se
distingue por su corte franco y la fluidez del dibujo melódico”.98
Un suceso importante, en la vida artística de Castro, fue la
culminación de sus estudios en el Conservatorio Nacional de Mú-
sica el 29 de octubre de 188399 y la consecuente participación en la
audición de fin de curso llevada a cabo el miércoles 5 de diciembre
en el Teatro del Conservatorio. Acompañó la Fantasía para clarine-
te sobre temas de Rigoletto de Luigi Bassi a Susano Robles, y también
ejecutó Delirio de Safo, fantasía de concierto para piano, violín y ar-
monio de José White, junto a Alberto Amaya en el violín y a Gus-
tavo E. Campa en la parte del armonio.100
Una de las principales exponentes del panorama lírico en el
México decimonónico fue la soprano Ángela Peralta Castera (1845-
1883), quien a los diecisiete años de edad pasara a la historia como
la primera cantante mexicana en actuar en el Teatro alla Scala de
Milán en una representación de Lucia de Lammermoor de Gaetano
Donizetti en 1862.101 Conocida como “el ruiseñor mexicano”, su
96
Ibíd., p. 67.
97
“Sociedad Filarmónica Francesa”. El Siglo Diez y Nueve. México, 4 de agosto de 1883.
98
“Juventud Artística Mexicana”. El Tiempo. México, 2 de octubre de 1883.
99
Romero, J. C., op. cit., pág. 8.
100
“El Conservatorio Nacional de Música”. El Siglo Diez y Nueve. México, 5 de diciembre
de 1883.
101
Sosa Manterola, José Octavio. “Cantantes mexicanos en la Scala de Milán” en Weblaopera
95
Rogelio Álvarez Meneses
repentina muerte el 30 de agosto de 1883, víctima de fiebre amari- Una vez culminados sus
lla, la sorprendió en el cenit de su carrera.102 A raíz del fallecimien- estudios en el Conserva-
to de la diva se organizaron conciertos y veladas fúnebres en su me-
torio Nacional de Músi-
moria. Como miembro activo y relevante de la sociedad musical de
su tiempo, Ricardo Castro no dejó de participar en estos eventos. ca, la continua presencia
El 12 de noviembre de 1883 se realizó una velada en ho- de Ricardo Castro en los
nor de la Peralta, en la que Castro interpretó el primero y segundo principales actos musica-
tiempos de la Sonata No. 8 en Do menor, Op. 13, “Patética” de L. v. les, ya como intérprete o
Beethoven así como una Marcha fúnebre de su autoría “que recogió como compositor, será una
en esa noche un laurel de triunfo”.103 En el mismo concierto tam-
realidad.
bién participó Gustavo E. Campa, amigo y correligionario de Cas-
tro. En su reseña para La Patria, José María Vigil ya observa la posi-
ción de los jóvenes compositores y su potencial en la música:
Representantes de la nueva generación artística, los jóvenes
Campa y Castro manifestaron en sus composiciones no solamente los
profundos conocimientos musicales que poseen, sino su familiaridad con
los grandes maestros y el estudio constante que los tiene al corriente de los
progresos del divino arte en las naciones más cultas de la Europa [...].104
Periodo de consolidación
Hacia la consolidación como compositor e intérprete:
1884 y 1885
Una vez culminados sus estudios en el Conservatorio Nacional de
Música, la presencia de Ricardo Castro en los principales actos mu-
sicales, ya como intérprete o como compositor, será una realidad
constante.
A partir de esta época la producción compositiva de Cas-
tro mantuvo un ritmo regular: el 31 de enero de 1884 concluyó
Son image, Op. 40, melodía para canto y piano dedicada a su ami-
go Adrián Guichenné.105
En febrero del mismo año se anunció la publicación de un
álbum titulado La Aurora Musical, colección editada por la casa
Wagner y Levién y que prometía publicar semanalmente “las obras
más en boga” tanto de compositores extranjeros como mexicanos,
Otro acto de trascenden- entre los que figuraba naturalmente Ricardo Castro. El anuncio no
cia en la proyección tanto solamente da cuenta de su popularidad, sino que también ilustra el
próspero estado del negocio de música impresa en la época, ya que
artística como social del
La Aurora estaría realizada con “papel excelente, carátulas elegante-
compositor, fue su parti- mente litografiadas, limpieza, corrección y baratura”.106
cipación en la inaugura- Otro acto de trascendencia en la proyección tanto artística
ción de la Biblioteca Na- como social del compositor, fue su participación en la inauguración
cional de México el 2 de de la Biblioteca Nacional de México el 2 de abril de 1884, acto en
abril de 1884, acto en el el que estuvo presente el presidente de México, Gral. Porfirio Díaz,
y en el que se interpretaron las siguientes obras:
que estuvo presente el pre-
• Obertura de La hija del Rey. Melesio Morales.
sidente de México, Gral. • Marcha Solemne. Ricardo Castro.
Porfirio Díaz. • Himno sinfónico (escrito expresamente para el acto). Gusta-
vo E. Campa.
• Melodía para violín con acompañamiento de orquesta [Op. 1].
Gustavo E. Campa.
• Ave María. Gustavo E. Campa.
• Marcha patriótica. Gustavo E. Campa.107
El programa reúne obras firmadas por Melesio Morales y
por los músicos más notables formados bajo su magisterio: Cas-
tro y Campa. Separados por una generación, integraban la tríada
de compositores más relevante del momento. La Marcha solemne
fue interpretada en posteriores ocasiones a su estreno y todavía en
1889 fue consignada por Felipe Pedrell como parte de las obras in-
éditas de Castro.108 Aunque actualmente la obra se encuentra perdi-
da, nos queda el informe de las proporciones del conjunto orques-
tal que la estrenó:
Cuarteto de cuerda. 16 violines primeros, 16 segundos, 7 violas, 7
violoncellos, 5 contrabajos.
106
“La Aurora Musical”. El Nacional. México, 19 de febrero de 1884.
107
“Inauguración de la Biblioteca Nacional de México” en Boletín de la Biblioteca Nacional
de México. José María Vigil (dir.). Año I, número 1. 31 de julio de 1904, p. 2.
108
Pedrell, F. “Ricardo Castro…”, p. 57.
109
“Inauguración de la Biblioteca Nacional de México” en Boletín de la Biblioteca Nacional
de México. José María Vigil (dir.). Año I. Número 1. 31 de julio de 1904, p. 3.
97
Rogelio Álvarez Meneses
En el mes de septiem-
bre, el compositor se encontró
en su natal Durango y partici-
pó en un acto realizado el día 15
114
Obra cuya partitura editada había sido seleccionada el año anterior para enviarse a Ve-
nezuela, con ocasión del centenario de Simón Bolívar.
115
“El día 15”. La Tribuna de Durango. Durango, 23 de septiembre de 1884.
116
“Durango de mis recuerdos”. El Siglo de Durango. Durango, 7 de junio de 2009.
117
“15 y 16 de Setiembre”. La Tribuna de Durango. Durango, 25 de noviembre de 1884.
99
Rogelio Álvarez Meneses
de Durango ha llegado a esta capital el Sr. Ricardo Castro, inspirado En el mes de septiembre,
compositor y hábil pianista de buena y merecida reputación”.118 el compositor se encon-
Primera actuación internacional: Exposición de Nueva tró en su natal Durango y
Orleans en 1885 participó en un acto rea-
Durante el último tercio del siglo xix, el estado norteamericano de lizado el día 15 por la ce-
Louisiana tenía una gran producción de algodón y en 1884 se rea- lebración de la Indepen-
lizó la World’s Industrial and Cotton Centennial Exposition para con- dencia de México en el
memorar el inicio de las exportaciones de algodón de Estados Uni- Teatro Victoria.
dos a Inglaterra en 1784. La Exposición fue inaugurada el 16 de di-
ciembre de 1884 y se prolongó hasta el 2 de junio del año siguiente.
La participación de la delegación mexicana fue muy señalada tanto
por su pabellón —cuyo coste de construcción superó los 200,000
dólares— como por las actuaciones de sus representantes artísti-
cos.119 Además de Castro, participó la Banda del Octavo Regimien-
to de Caballería dirigida por José Encarnación Payén Ayala (1844-
1919).120
La prensa local causó una gran expectación previa a las ac-
tuaciones de los mexicanos. The Daily Picayune escribió:
Para el domingo [8 de marzo de 1885] se espera que el programa
musical sea excepcionalmente bueno, y además de la banda mexicana,
que presentará uno de sus espléndidos programas a las 2:30 de la tarde
en el Music Hall, el señor Ricardo Castro, un distinguido pianista del
Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México, tocará algu-
nas buenas selecciones. Los músicos mexicanos que el público ha tenido
la fortuna de escuchar hasta ahora en la Exposición han demostrado ser
de gran orden y mérito, y por lo tanto no hay temor de que el Sr. Castro
cumpla con las apasionadas expectativas que se han depositado en su
nombre. Se anticipa una gran asistencia para ese día.121
118
“Un joven filarmónico”. El Lunes. México, 29 de diciembre de 1884.
119
Kendall, John. “The World’s Cotton Centennial Exposition” en History of New Orleans.
Chicago, The Lewis Publishing Company, 1922, pp. 457-467.
120
Payén Ayala asumió la dirección en 1878 y desde esa fecha el conjunto se caracterizó por
la calidad de sus actuaciones. Entre las diversas giras por México y el extranjero, destaca-
mos, además de la de Nueva Orleans en 1885, el viaje a España realizado en 1892 para
participar en los actos conmemorativos del Cuarto Centenario del Descubrimiento de
América, donde actuaron en el Palacio Real de Madrid. Un dato muy útil para ilustrar
la buena recepción que tuvo la banda en España, es el hecho de que la editorial Zozaya,
proveedora de la Real Casa y de la Escuela Nacional de Música, publicó “todas las obras
que ha ejecutado la aplaudida Banda mejicana durante su estancia en Madrid” en ar-
reglos para piano a 2 y 4 manos, canto y piano, guitarra, banda y orquesta. Entre otros
títulos aparece La cacería de Buccalosi, Los lagartijos de F. Wagner, Ensueño seductor y
el célebre vals Sobre las olas de Juventino Rosas. En 1892 Gustavo E. Campa escribió
a Felipe Pedrell refiriéndose a la banda como “sin duda alguna lo mejor que tenemos”
(Álvarez Meneses, Rogelio. “El epistolario de Gustavo E. Campa (1863-1934) en el Le-
gado Pedrell de la Biblioteca de Cataluña” en Actas del Primer Encuentro Iberoamericano
de Jóvenes Musicólogos. Lisboa, 22-24 de febrero de 2012. Marcos Brescia (ed.). Lisboa,
Tagus Atlanticus Associação Cultural, 2012, pp. 933-934).
121
“Music”. The Daily Picayune. New Orleans, 7 de marzo de 1885.
100
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El mismo día del concier- Por su parte, The Times Democrat anunció:
to, The Daily City Item La Banda Mexicana dará un gran concierto [...] y además el
hizo referencia al espléndi- señor Ricardo Castro, un célebre pianista mexicano, dará una actuación
especial. Se dice que su ejecución es magnífica. Se espera que el domingo
do programa que interpre- se tenga el mayor lleno de la temporada.122
taría la Banda Mexicana,
El mismo día del concierto, The Daily City Item hizo refe-
y que además, el señor Ri-
rencia al espléndido programa que interpretaría la Banda Mexicana,
cardo Castro, “un gran pia- y que además, el señor Ricardo Castro, “un gran pianista”, haría su
nista”, haría su aparición. aparición.123 Así pues, se ofreció un programa compartido entre la
Banda del Octavo Regimiento de Caballería y Castro que se repro-
duce a continuación:
Part First.
1. Double Quick March. Bocaccio. Suppé.
2. Tannhäuser. Potpourri. R. Wagner.
3. Schottisch. Roses and Thorns. Videnguo.
4. Traviata. Fantasie. Verdi.
5. Fantasia. National Hymn of Brazil. Piano, by Señor Ricardo Castro.
6. Serenade. Bocaccio. Song by the band.
Part Second.
7. Minuet. Polka. Walteufel [sic].
8. Overture. Marta. Flotow.
9. Bolero. The Boy. L. Rontier.
10. Fantasia. Elegant. Piano. Ricardo Castro.
11. Aida. Hymn, March and Dance. Verdi.
12. L’Immensitre. Waltz. Baron Mary. Mexican Dance. Garcia.
Lamentablemente, tanto la Fantasía sobre el Himno Nacional
del Brasil como la Fantasía elegante para piano interpretadas en esta
ocasión, se encuentran perdidas. Por otra parte, su recepción fue fa-
vorable. El Music Hall registró un lleno total, con todos los asientos
ocupados e incluso gente de pie. Las piezas de la banda fueron bien
acogidas y algunas fueron objeto de repetición, como Dixie, Yankees
Doodle y The Marseillaise. En su oportunidad, Castro fue recibido
con un gran aplauso del público, y además le concedió una ovación
al terminar su arreglo sobre el Himno Nacional de Brasil.124
Nuevamente abrimos un inciso para comentar el origen de
la mencionada Fantasía sobre el Himno Nacional del Brasil. Se re-
fiere al compuesto en 1822 por Francisco Manoel da Silva (1795-
1865), sobre el cual Louis Moreau Gottschalk (1829-1869) realizó
su Grande fantaisie triomphale sur l’Hymne national Brésilien, Op.
69 (1869).125 Esta obra gozó de gran popularidad en América, pues
figuraba constantemente en las giras de Gottschalk, quien la arregló
para piano a dos y cuatro manos y para piano y orquesta. Fue asi-
122
“Tomorrow’s Attractions”. The Times Democrat. New Orleans, 7 de marzo de 1885.
123
“To-Day’s Programme”. The Daily City Item. New Orleans, 8 de marzo de 1885.
124
“The Mexican Musicians”. The Times Democrat. New Orleans, 9 de marzo de 1885.
125
Gottschalk, Louis Moreau. Notes of a Pianist. The Chronicles of a New Orleans Music
Legend. Jeanne Behrend (ed.). New Jersey, Princeton University Press, 2006, p. 409.
101
Rogelio Álvarez Meneses
mismo una de las piezas de lucimiento más interpretadas por Cas- Castro prolongó su estan-
tro en su juventud, quien realizó a su vez su propia versión de con- cia en Nueva Orleans un
cierto.
mes, dando conciertos tan-
El cronista de L’Abeille de la Nouvelle-Orléans reconoce que
no asistió al concierto; sin embargo, reproduce algunas de las bue- to en el Music Hall de la
nas impresiones de la actuación del pianista en el Music Hall: Exposición como en la ex-
Ayer recibimos la visita del Sr. Ricardo Castro, pianista mexi- clusiva Lonja Orleanesa.
cano que el domingo apareció por primera vez ante el público de Nueva
Orleans. Lamentamos mucho no haber escuchado a este artista que ha
tenido un rotundo en el Music Hall de la Exposición. Amigos en quienes
tenemos plena fe, nos hablan con mucho calor de este joven de cuando
mucho veinte años. Nos dicen que no sólo brilla por el mecanismo, por
el virtuosismo, sino que también tiene estilo, elegancia, sentimiento, que
sabe hacer cantar al piano, tan rebelde a veces a tal solicitud.126
130
La Patria Ilustrada. México, 20 de abril de 1885.
131
Carmona, G., op. cit., p. 34.
132
Los periódicos mexicanos La Patria y El Diario del Hogar del 7 de abril de 1885, El
Monitor Republicano del 8 de abril de 1885 y La Época Musical del 12 de abril de 1885,
consignan fechas distintas dentro de la primera semana del mes.
133
“Velada deliciosa”. El Eco de Hidalgo. Pachuca, 19 de abril de 1885.
134
El texto íntegro de estas poesías fue publicado en El Diario del Hogar del 7 de mayo
de 1885.
103
Rogelio Álvarez Meneses
ejecutó sus fantasías sobre temas de Dinorah de Meyerbeer y de Ri- Es a partir del mes de
goletto de Verdi, así como un Potpourrí de aires nacionales de los Es- mayo de 1885 cuando
tados Unidos.135 y 136
Castro comienza a cola-
Es a partir del mes de mayo de 1885 cuando Castro comien-
za a colaborar musicalmente con la soprano Rosa Palacios (1858- borar musicalmente con
1937) y a figurar en las veladas y reuniones artísticas organizadas la soprano Rosa Palacios
por la diva en su domicilio, donde se congregaba lo más selecto del (1858-1937) y a figurar
ambiente musical: en las veladas y reunio-
En aquel salón resuena la magnífica voz del barítono Manuel nes artísticas organizadas
Escudero; las hermosas y vibrantes notas de José Nava; los apasionados por la diva en su domici-
acentos de Adrián Guichenné, y los sonidos agradables emitidos por la
simpática voz de José Vigil y Robles. Allí se escuchan las cascadas de perlas lio, donde se congregaba
melódicas que brotan de los dedos mágicos del joven pianista Ricardo lo más selecto del ambien-
Castro, y se deleita uno oyendo los hermosos pensamientos y el clásico te musical.
y elegante fraseo del inspirado compositor y pianista Gustavo Campa.137
135
La Patria Ilustrada. México, 20 de abril de 1885.
136
Gloria Carmona (op. cit., pág. 182) sostiene que este potpurrí es obra de Castro y que
lo interpretó en el Steinway Hall de Nueva York en 1885. Al revisar las críticas y reseñas
hemerográficas, encontramos que efectivamente Castro interpretó la pieza, pero no se
señala que sea de su propia autoría. El periódico mexicano La Patria Ilustrada del 20 de
abril de 1885 puntualiza: “[Castro] tocó una fantasía sobre temas de la ópera Dinorah,
otra sobre melodías de la ópera Rigoletto, las dos, elegantes composiciones suyas, y un
potpourri de aires nacionales de los Estados Unidos”. La redacción es clara y evidente-
mente no adjudica la obra a Castro. Muy posiblemente se trate de Union. Paraphrase
de Concert on the National airs Star Splangded Banner, Yankee Doodle & Hail Columbia,
Op. 48 (1862) de L. M. Gottschalk. Recordemos que Castro tuvo contacto con la obra
de Gottschalk desde la época en que fue alumno de Ituarte. En su Union…, Op. 48,
Gottschalk presenta los tres aires y posteriormente les otorga un tratamiento contra-
puntístico haciéndolos sonar de manera simultánea. Un procedimiento análogo realiza
Castro en sus Aires nacionales mexicanos, Op. 10, al presentar simultáneamente El atole
y El perico (cc. 101-117). Por lo tanto, existen suficientes elementos para deducir que
Castro conocía el Op. 48 de Gottschalk y que probablemente lo aprendió como un gesto
de simpatía para el público estadounidense. Lo que sí es un hecho es que no lo volvió
a tocar, lo cual se explica por la situación política que se vivía en México por esa época.
137
La Patria Ilustrada. México, 1 de junio de 1885.
104
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El 8 de septiembre con- sus detalles refiriéndose al evento como “el concierto de la Calle de
cluyó Oithona, poema Gante”:
sinfónico a grande or- ¿Pero no es Cherubino el que se sienta después al piano? No; es
questa, Op. 55, dedica- Ricardo Castro que tiene la juventud, la buena presencia, el porte ele-
gante y
el aspecto de enamorado del paje de Beaumarchais. Al pulsar
do a Gustavo E. Campa, los primeros acordes el paje se convierte en un titán artístico, ejecutando
inspirado en la obra ho- soberbiamente un Nocturno y una Polonesa de su composición, demos-
trando ser un pianista hors ligne y un compositor de suma inspiración. El
mónima. Se trata de una público lo clamó, pidiéndole la repetición de la última pieza; entonces tocó
poesía traducida al in- el Himno de Brasil de Gottschalk, arreglado por él, y el entusiasmo de los
glés en 1773 por el es- oyentes no tuvo límites. Semejaba un piano encantado el que respondía
a la presión de la mano del joven artista y parecían escucharse trompetas,
cocés James MacPher- tambores, cañonazos y gritos bélicos en aquel canto patriótico. Esta com-
son (1736-1796) y que posición no es una de las mejores de Gottschalk, pero Ricardo Castro le
da una interpretación diferente a los demás pianistas convirtiéndola en
fue publicada junto con una página grandiosa. [...].
otras obras en un volu- Contamos con notabilidades artísticas entre nuestra juventud,
men titulado Los poe- tales como Ricardo Castro y Gustavo Campa; el primero puede desafiar
a los más eminentes pianistas europeos, y el segundo brillaría en todas
mas de Ossian, el hijo partes como profundo músico, inspirado compositor, distinguido pianista
de Fingal. y elegante literato.138
138
La Patria Ilustrada. México, 9 de agosto de 1885.
139
“Más sobre el Concierto de la Calle de Gante verificado el 5 de agosto de 1885. Algo
sobre la música del porvenir”. El Diario del Hogar. México, 16 de agosto de 1885.
140
The poems of Ossian, the son of Fingal. James MacPherson (trad.). Edimburgo, Oliver &
Boid, 1812, pp. 183-188.
105
Rogelio Álvarez Meneses
141
“Concierto”. El Siglo Diez y Nueve. México, 15 de septiembre de 1885.
142
La Patria Ilustrada. México, 20 de septiembre de 1885.
143
El Diario del Hogar. México, 4 de octubre de 1885.
144
Romero, J. C., op. cit., p. 10.
145
Pareyón, G., op. cit., pp. 725-726.
106
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
En una fecha tan patrió- laboraciones independientes o bien en sus columnas habituales ti-
tica como el 15 de sep- tuladas “Cartas Semanales” y “El Pastel de la Semana”, que firma-
ba con el seudónimo Titania. Mantuvo un estrecho contacto con la
tiembre de 1885, Castro
élite artística de su tiempo, siendo muy comentadas las reuniones
hace oír nuevamente sus realizadas los días lunes en su habitación del Hotel Iturbide, don-
Aires nacionales mexica- de residía:
nos, Op. 10, esta vez en
Las noches de los lunes recibe a sus amigas y amigos, en gran
el concierto realizado en número hombres de ciencia, escritores y artistas, la galante escritora Sra.
la Sociedad Filarmónica y Fanny Natali de Testa [donde participa entre otros artistas] el modesto y
valiosísimo Ricardo Castro.146
Dramática Francesa.
En la reseña de esta velada se menciona que el pianista
“pronto se trasladará a Europa”147 y este dato se encontrará de
manera continua en la prensa de los últimos tres meses de 1885.
Este viaje no llegó a realizarse.
A finales de octubre Castro participó en dos conciertos de
beneficencia. La dificultad de las piezas interpretadas y la cercanía
entre ambas fechas dejan entrever que se encontraba en plena forma
como ejecutante. El miércoles 28 participó en el concierto a bene-
ficio del tenor Giuseppe Anovazzi realizado en el salón de la Socie-
dad Filarmónica Francesa, donde tocó el Scherzo No. 2, Op. 31 de
Frederic Chopin así como la recientemente estrenada Gavota en La
menor para piano a cuatro manos de Gustavo E. Campa, teniendo
al autor como partenaire.148 Al respecto se comentó:
Ricardo Castro ejecutó maravillosamente el segundo Scherzo [op.
31] de Chopin, siendo llamado al palco escénico para recibir las calurosas
demostraciones que le tributaron los oyentes y en la segunda parte tocó
con Gustavo Campa una bellísima Gavota, composición de éste último,
que fue aplaudida con entusiasmo.149
146
La Patria. México, 24 de febrero de 1889.
147
“Reuniones íntimas”. El Pabellón Español. México, 14 de octubre de 1885.
148
“Concierto”. El Siglo Diez y Nueve. México, 24 de octubre de 1885. También anunciado
en La Patria de la misma fecha y El Tiempo del 25 de octubre de 1885.
149
“El concierto de Anovazzi”. La Patria. México, 5 de noviembre de 1885.
150
“El pastel de la semana”. El Diario del Hogar. México, 25 de octubre de 1885.
107
Rogelio Álvarez Meneses
del Brasil de Gottschalk que fue recibido con un delirio de entusiasmo. Fue durante el año 1885
El admirable ejecutante se sentó otra vez ante el instrumento y tocó una
bellísima mazurca, composición suya, con gran delicadeza, aclamándolo cuando fue publicado el
de nuevo el público. Este concierto ha sido un verdadero triunfo para primer conjunto de com-
nuestro inspirado artista.151
posiciones de Ricardo Cas-
Durante la primera semana de noviembre, El Correo de las tro por la casa Wagner y
Señoras publicó el vals Josefina de la autoría de Castro y dedicado a Levién.
Josefina Gallardo, viuda de Tornel. En la “Gaceta de las Damas” el
mencionado periódico anunció:
“Josefina”. Este es el título del wals con que obsequiamos a
nuestros suscritores. Siempre deseosos de dar a conocer las producciones
nacionales, hoy publicamos una hermosa pieza musical del reputado
pianista Ricardo Castro. El wals a que nos referimos no puede ser más
bello, elegante y de un gusto esquisito [sic]; es una verdadera inspiración
digna de la inteligente escritora a quien está dedicado.152
151
“Concierto a beneficio de los pobres”. La Patria. México, 5 de noviembre de 1885.
152
“Gaceta de las Damas”. El Correo de las Señoras. México, 29 de noviembre de 1885.
153
“Concierto”. El Siglo Diez y Nueve. México, 24 de noviembre de 1885.
154
Publicado por la editorial A. Wagner y Levién en 1886. Existe un ejemplar editado en el
archivo de Germán Castro Herrera en el que puede leerse la siguiente dedicatoria holó-
grafa del compositor: “A mis queridas tías Rafaelita y Cuca. Recuerdo de su sobrino que
nunca las olvida. El Autor. [Rúbrica]. México. Diciembre 14 de 1886”. Los archivos de
la editorial alemana lo registran como publicado en 1886. (Verzeichniss de im Jahre 1886
erschienenen Musikalien, auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1886, p. 49).
155
La Patria Ilustrada. México, 29 de noviembre de 1885.
156
Otero Muñoz, Ignacio. “Un recuerdo para sus autores de gloria, Himno Nacional: Mé-
xico, dueño y señor” en AapaUnam. Academia, Ciencia y Cultura. Volumen 3. Número
1. México, Asociación Autónoma del Personal Académico de la Universidad Nacional
Autónoma de México, enero-marzo, 2011, pp. 29-31.
108
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
157
La última reforma de esta ley fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 17
enero de 2012. Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales. México, Cámara de
Diputados del H. Congreso de la Unión, 2012 [en línea]. Consultado el 19 de marzo de
2012. Disponible en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/213.pdf
158
Ibíd.
159
En el archivo del Sr. Germán Castro Herrera, existe un ejemplar editado del Segundo Noc-
turno en Fa sostenido menor, Op. 49 en cuya portada puede leerse la siguiente dedicatoria
autógrafa del compositor: “A Cuca, para que nunca se olvide de mí. El autor. [Rúbrica].
México, Diciembre 14 de 1886”. Sin embargo, encontramos referencias hemerográficas
que informan que algunas de las obras publicadas junto al Op. 49 ya habían sido inter-
pretadas por otros pianistas desde inicios de 1885 (El Diario del Hogar del 29 de marzo
y 30 de octubre de 1885). Los archivos de la editorial Hofmeister dan constancia de la
edición de esas obras en el año 1885. (Verzeichniss de im Jahre 1885 erschienenen Musi-
kalien, auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der Verleger und Preise,
Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1885, p. 47).
109
Rogelio Álvarez Meneses
Previo al concierto
Desde mediados del mes de octubre de 1885 la prensa capitalina
empezó a informar que Castro estaba próximo a abandonar el país
para emprender un viaje de estudios por Europa. El 14 de octubre,
El Pabellón Español publicó que el pianista “muy pronto se trasla-
dará a Europa”.161 El 25 de noviembre El Diario del Hogar señaló:
“en breve [lo] veremos partir para Europa. Auguramos a nuestro jo-
ven y ya célebre pianista muchos triunfos en el Viejo Mundo”.162
Posteriormente aparecieron gacetillas similares: “el reputado pianis-
ta Ricardo Castro dará un concierto antes de partir para Europa”;163
“lo oiremos por última vez en público antes de alejarse de su tie-
160
Álvarez Meneses, R., “La presencia de México…”, p. 131.
161
“Reuniones íntimas”. El Pabellón Español. México, 14 de octubre de 1885.
162
“El Concierto del Lunes 23”. El Diario del Hogar. México, 25 de noviembre de 1885.
La misma nota fue reproducida en El Correo de las Señoras del 29 de noviembre de 1885.
163
“Gran Concierto”. La Patria. México, 9 de diciembre de 1885.
110
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Previo a la proyectada sa- rra natal a la que hace tanto honor”;164 “Ricardo Castro [se encuen-
lida a Europa, el artis- tra] próximo a salir para Europa a perfeccionar sus conocimientos
filarmónicos”.165 El cronista de The Two Republics incluso especificó
ta organizó un concier-
el destino del compositor:
to para su beneficio en el
que también participa- Un concierto de despedida será ofrecido dentro de una semana
en el Teatro Nacional por el Sr. Ricardo Castro, el talentoso joven pianista
ron varios de sus compa- virtuoso mexicano. El Sr. Castro pretende salir a inicios de enero para Ale-
ñeros músicos habituales. mania, con el fin de terminar su educación musical en Berlín y Leipzig.166
El concierto, programado Previo a la proyectada salida a Europa, el artista organizó un
para el sábado 26 de di- concierto para su beneficio en el que también participaron varios de
ciembre de 1885 fue un sus compañeros músicos habituales. El concierto, programado para
evento que la prensa de la el sábado 26 de diciembre de 1885 fue un evento que la prensa de
la capital del país se encargó de publicitar casi diariamente desde los
capital del país se encargó
inicios del mes. Al principio con breves notas y más tarde con artí-
de publicitar casi diaria- culos de mayor extensión que resaltaban la musicalidad y trayecto-
mente desde los primeros ria artística de Castro, los periódicos fueron creando una gran ex-
días del mes. pectación entre el público.
Con veintiún años de edad, Castro se encontraba en un
punto álgido de su carrera: tenía presencia habitual en los eventos
musicales públicos y privados; gozaba de alto reconocimiento en los
círculos melómanos y sociales; la excelente culminación en 1883
de sus estudios en el Conservatorio le confirió una posición pro-
minente en la escena musical, en la que ya figuraba incluso desde
sus tiempos de estudiante. Sus éxitos como compositor e intérprete
eran tema recurrente lo mismo en las tertulias que en la prensa, que
continuamente comentaba sus triunfos tanto en la capital del país
como en las provincias y en el extranjero. En pocas palabras, había
alcanzado gran notoriedad en el medio. El siguiente paso era el obli-
gado perfeccionamiento en Europa.
Por lo anterior se ha decidido abordar este concierto a pro-
fundidad y detalle, pues representa un punto de inflexión en la ca-
rrera de Castro, independientemente de la frustración de este pri-
mer proyecto de viajar a Europa.
Como se ha mencionado, la prensa tuvo un papel decisivo
en la difusión de este concierto. Encontramos la primera referencia
en La Patria del 9 de diciembre de 1885, que de manera escueta pu-
blicó: “el reputado pianista Ricardo Castro dará un concierto antes
de partir para Europa”.167 En El Siglo Diez y Nueve del mismo día
puede leerse “se dice que el notable pianista Sr. Ricardo Castro [...],
164
La Patria Ilustrada. México, 20 de diciembre de 1885.
165
“Gran concierto vocal e instrumental”. El Partido Liberal. México, 23 de diciembre de
1885.
166
“Ricardo Castro. ‘Farewell concert to a talented Mexican’”. The Two Republics. México,
19 de diciembre de 1885.
167
“Gran Concierto”. La Patria. México, 9 de diciembre de 1885.
111
Rogelio Álvarez Meneses
antes de partir para Europa, piensa dar un concierto en uno de los Con veintiún años de
salones públicos de esta capital”.168 edad, Castro se encontra-
Mayores detalles proporciona The Two Republics, periódico
ba en un punto álgido de
de habla inglesa editado en la capital mexicana:
su carrera: tenía presen-
El gran interés que siempre han tenido los círculos musicales cia habitual en los eventos
locales en el señor Castro, cuyos dotes musicales no son menos que fe-
nomenales, ha permitido al joven artista preparar un concierto que será
musicales públicos y pri-
uno de los acontecimientos musicales más brillantes de la temporada vados; gozaba de alto re-
[...]. Entre las obras que se tocarán habrá varias novedades, incluyendo conocimiento en los círcu-
“Oithona”, un poema sinfónico, “Ilusión” y “Dulce recuerdo”, todas las
composiciones para orquesta, compuestas por el Sr. Castro y también los melómanos y sociales;
un “Himno a la noche”, para orquesta, coro masculino y soprano solo, la excelente culminación
del Sr. Gustavo E. Campa. En este último colaborará el Doble Cuarteto
Alemán “Teutonia” y el solo será cantado por la señorita Virginia Galván,
en 1883 de sus estudios
alumna consumada del profesor Testa. La venta de localidades comienza en el Conservatorio le
hoy en la taquilla del Teatro Nacional y también en todas las tiendas de confirió una posición pro-
música, donde pueden adquirirse programas.169
minente en la escena mu-
La nota deja entrever un evento musical de interés, tanto por sical, en la que ya figura-
las novedades de su programa como por la participación de los prin- ba incluso desde sus tiem-
cipales compositores e intérpretes del momento. Como una estra-
tegia para persuadir al público, La Patria Ilustrada publicó al día si-
pos de estudiante.
guiente:
Hay mucho alboroto por este concierto que va a ser el suceso
musical más notable en su género que hemos tenido hace largo tiempo.
Los palcos del Teatro Nacional están casi todos ya vendidos y hay gran
pedido de localidades. Es muy natural el entusiasmo con que se ha acogido
la noticia de este festival filarmónico, pues Ricardo Castro goza del aprecio
y de la simpatía de sus compatriotas que reconocen en él un pianista y
compositor dotado de un inmenso talento [...].170
168
“Concierto”. El Siglo Diez y Nueve. México, 9 de diciembre de 1885.
169
“Ricardo Castro”. The Two Republics. México, 19 de diciembre de 1885.
170
La Patria Ilustrada. México, 20 de diciembre de 1885.
112
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Comprometido por las re- acompañamiento de orquesta. El de Ricardo Castro causará sensación
entre los aficionados al bello arte.171
petidas instancias de mis
amigos para arreglar este La estrategia de la prensa continuó y poco a poco se fueron
concierto, que he organi- desvelando en los periódicos datos que hacían aún más atractivo el
evento, como la presencia de bandas militares en el vestíbulo del
zado gracias a la valio-
Teatro Nacional, que además estaría profusamente decorado e ilu-
sa cooperación de las per- minado con luz eléctrica, así como la “gran orquesta formada por
sonas que tan bondado- sesenta de nuestros más hábiles profesores”.172
samente se han presta- El día de Nochebuena de 1885 fue publicado un breve co-
do a tomar pate en él, me municado de Ricardo Castro al público:
es grato manifestarles pú- Comprometido por las repetidas instancias de mis amigos para
blicamente mi gratitud y arreglar este concierto, que he organizado gracias a la valiosa cooperación
de las personas que tan bondadosamente se han prestado a tomar pate en
agradecimiento. Al dejar él, me es grato manifestarles públicamente mi gratitud y agradecimiento.
mi país, con el objeto de Al dejar mi país, con el objeto de continuar mis estudios de música en
las capitales europeas, ni un momento he vacilado en poner mi concierto
continuar mis estudios de bajo la protección de la ilustrada sociedad mexicana, que tan benévola
música en las capitales eu- ha sido para conmigo. Y cuando lejos de mi patria piense en mi adorado
ropeas, ni un momento he México, el recuerdo de esta noche, me alentará siempre en los estudios
de mi carrera artística.
vacilado en poner mi con-
cierto bajo la protección Ricardo Castro.173
de la ilustrada sociedad El programa definitivo fue dado a conocer el 24 de di-
mexicana, que tan bené- ciembre. Todavía el día 26 fueron publicados recordatorios, me-
vola ha sido para conmi- mentos y notas elogiosas para el concierto que se realizaría esa mis-
ma noche, que prometía ser “el evento musical más brillante de la
go. Y cuando lejos de mi temporada”174 y para el cual se encontraba “el Teatro Nacional de
patria piense en mi ado- gran tenú [en francés en el original]”.175 El cronista de El Partido Li-
rado México, el recuerdo beral apuntó:
de esta noche, me alentará Esperamos con mucho fundamento de razón que sea el mejor
siempre en los estudios de concierto que se ha dado en México [...]. Jamás hemos recomendado al
mi carrera artística. público con tanta seguridad, que preste su auxilio a un joven de mayor
mérito, sin que nos quede la menor duda, de que se apoya esta vez una
Ricardo Castro. gloria indubitable [...].176
El programa
La Patria y El Partido Liberal dieron a conocer el programa el 24 de
diciembre, mismo que a continuación se reproduce en su ortogra-
fía original:177
171
“Gran Concierto”. El Diario del Hogar. México, 22 de diciembre de 1885. También
reproducida en El Tiempo del 24 de diciembre de 1885.
172
“Crónica artística. Concierto de Ricardo Castro”. La Patria. México, 24 de diciembre
de 1885.
173
“Gran Concierto”. La Prensa. México, 24 de diciembre de 1885.
174
“Castro’s Concert”. The Two Republics. México, 26 de diciembre de 1885.
175
“El Teatro Nacional de Gran Tenú”. El Diario del Hogar. México, 26 de diciembre de 1885.
176
“Gran Concierto”. El Partido Liberal. México, 24 de diciembre de 1885.
177
“Crónica Artística”. La Patria. México, 24 de diciembre de 1885.
113
Rogelio Álvarez Meneses
114
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
115
Rogelio Álvarez Meneses
Después del concierto, la Cabe señalar que el programa no fue realizado fielmente
prensa comentó profusa- conforme a lo anunciado, ya que la soprano Rosa Palacios no par-
ticipó en el concierto “por una repentina indisposición”, por lo que
mente los detalles de la
Virginia Galván la remplazó en la escena y balada de Il Guarany de
velada. Las numerosas Carlos Gomes,178 mientras que la danza ¡No me caso! para soprano y
crónicas tuvieron a su vez orquesta no se interpretó. Por su parte, el Doble Cuarteto Alemán
distintos carismas: aun- “Teutonia” no interpretó las dos canciones anunciadas, sino que
que la mayoría fueron es- “cantó una pieza seria, con un éxito tal, que se hizo salir a la escena
critas en un tono hala- por dos veces a los ejecutantes”.179
güeño que en ocasiones La recepción
rayó lo hiperbólico, tam- Después del concierto, la prensa comentó profusamente los detalles
bién se localizaron testi- de la velada. Las numerosas crónicas tuvieron a su vez distintos ca-
monios con un juicio más rismas: aunque la mayoría fueron escritas en un tono halagüeño que
objetivo y desapasionado. en ocasiones rayó lo hiperbólico, también se localizaron testimonios
con un juicio más objetivo y desapasionado.
Como ejemplo de una crítica entusiasta y condescendiente,
citamos los últimos párrafos de la reseña publicada en La Patria del
31 de diciembre que se solaza en proclamar las virtudes y adelantos
del “arte nacional”:
Este festival filarmónico ha sido un verdadero acontecimiento
musical que nos dio la prueba del progreso a que ha llegado el divino arte
en este país. Con excepción de Figueroa, Luis David y del Doble Cuarteto
Alemán, todos los que tomaron parte en él, fueron mexicanos y notables
artistas que se hicieron aclamar: Julio Ituarte como consumado maestro y
director de orquesta; Ricardo Castro como compositor de mucho mérito
y gran pianista, Gustavo Campa como inspirado compositor y profundo
músico, y Virginia Galván y José Nava como admirables cantantes. Un
maestro y doctor en música que ha llegado en estos días de Nueva York y
que asistió a la velada, nos dijo: “Nunca hubiera yo creído que el arte de
la música en México estuviera a tal punto de perfección”.180
178
The Two Republics. México. 29 de diciembre de 1885.
179
“El Concierto del Sr. Ricardo Castro”. El Diario del Hogar. México, 31 de diciembre
de 1885.
180
“Revista Musical. El concierto de despedida de Ricardo Castro”. La Patria. México, 31
de diciembre de 1885.
181
The Two Republics. México, 29 de diciembre de 1885.
117
Rogelio Álvarez Meneses
182
“Revista Musical. El concierto de despedida de Ricardo Castro”. La Patria. México, 31
de diciembre de 1885.
183
La partitura editada consigna la siguiente leyenda: “Un jeune Pianiste trompé dans ses
premières affections deviente fou. Il exprime sur son Piano les diverses sensations qu’il
éprouve”.
184
“El Concierto del Sr. Ricardo Castro”. El Diario del Hogar. México, 31 de diciembre
de 1885.
118
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
185
“Revista Musical. El concierto de despedida de Ricardo Castro”. La Patria. México, 31
de diciembre de 1885.
186
“El Concierto del Sr. Ricardo Castro”. El Diario del Hogar. México, 31 de diciembre
de 1885.
187
Ibíd.
188
“Gran Concierto Vocal e Instrumental”. El Partido Liberal. México, 23 de diciembre
de 1885.
119
Rogelio Álvarez Meneses
que les brinda la codicia de una empresa, sin cuidar los fines del arte que Podría tocar con aplauso
como una religión debían estar esculpidos en cada uno de los corazones
que trabajan en el arte y que deberían trabajar para el arte. [...] Sirvan en cualquier capital de la
estas líneas para estimular las orquestas al constante estudio colectivo que culta Europa. A una co-
de seguro bien podrían fructificar sus trabajos como fructifican en otros
países en que se tiene más alta idea del porvenir.
rrecta y sorprendente eje-
[...] Con toda la franqueza necesaria hay que confesar que la cución, reúne la figura y
orquesta rodó (como técnicamente se dice) en la Pastoral del Sr. Cam- el sentimiento. No es un
pa, y además tuvo poco estilo en los acompañamientos, que desvirtuaban el
éxito de las piezas, como sucedió en el concierto de Mendelssohn, que golpeador de teclas, es un
magistralmente interpretó el aplaudido violinista Sr. Antonio Figueroa, pianista.
y en el excelente Concierto en Re menor que tan bien dijo en el piano
su autor Ricardo Castro.
El Nacional. México, 3
[...] No creo de mí deber, por ahora, el hablar del mérito ar- de enero de 1886.
tístico de las composiciones de los jóvenes Castro y Campa, por no ser
ahora la oportunidad: me he limitado a consignar hechos y nada más.
[Las cursivas son mías]189
189
El Diario del Hogar. México, 3 de enero de 1886.
190
“Revista Musical. El concierto de despedida de Ricardo Castro”. La Patria. México, 31
de diciembre de 1885.
191
“El Concierto del Sr. Ricardo Castro”. El Diario del Hogar. México, 31 de diciembre
de 1885.
192
“Entre páginas”. El Nacional. México, 3 de enero de 1886.
120
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
193
Los últimos artículos periodísticos fueron publicados durante los primeros días de enero
de 1886.
194
“Honras fúnebres”. El Siglo Diez y Nueve. México, 28 de diciembre de 1885.
195
Su verdadero nombre era Frances Erskine Inglis de Calderón de la Barca (Edimburgo,
1806 - Madrid, 1882). Fue esposa del marqués Ángel Calderón de la Barca (1790-1861),
quien había sido enviado por la reina Isabel de Borbón como Primer Ministro Pleni-
potenciario de España en México. Durante su estancia en el país entre 1839 y 1842,
escribió cincuenta y cuatro cartas dirigidas a una rama de su familia en Boston, en las
cuales reseña con sumo detalle la vida en México. El epistolario fue publicado en Boston
en 1843 en inglés en 1843 y en castellano en 1959.
196
Erskine Inglis, Frances. La vida en México durante una residencia de dos años en ese país.
Felipe Teixidor (trad. y prólogo). 14ª ed. México, Editorial Porrúa, Colección “Sepan
cuantos…”, 2010, p. 87.
197
“Honras fúnebres de doña Teresa Mier Fernández del Castillo en el templo de San Fer-
nando de México” en Ilustración Musical Hispano-Americana. Barcelona: Torres y Seguí,
año II, número 32, 7 de mayo de 1889, p. 67.
198
“Ecos”. La Patria. México, 25 de marzo de 1886.
121
Rogelio Álvarez Meneses
que en México tenemos en la aristocracia del talento, [incluidos] el Hacia finales de octubre
primero de nuestros pianistas, Ricardo Castro, y el más inspirado y la prensa comenzó a pu-
más profundo de nuestros compositores, Gustavo Campa”.199
blicitar la próxima in-
Durante el mes de agosto se registra la participación de Cas-
tro y sus compañeros habituales: la soprano Virginia Galván, la con- auguración de un ins-
tralto Concepción Alvarado, el tenor José Nava, el barítono Manuel tituto musical fundado
Escudero y el violonchelista Luis David, en dos conciertos de be- por Gustavo E. Campa y
neficencia realizados en Guanajuato. El primero, se llevó a cabo en Juan Hernández Aceve-
León el 18 de agosto y el segundo en la capital el día 24. Las cró- do que tenía por objetivo
nicas señalan que el público acudió en masa200 a estos conciertos
“vulgarizar las doctrinas
donde participaba “el más notable de nuestros pianistas, Ricardo
Castro”.201 modernas, adoptándolas
El 10 de noviembre Castro se encontró nuevamente en la como base de su enseñan-
residencia de Ignacio Manuel Altamirano, ahora por la celebración za y aplicándolas a todos
del matrimonio civil de su hija. Interpretó “el allegro de un Con- los ramos que en el plan-
cierto, pensamiento suyo” y “un elegantísimo wals [sic] de concier- tel se cursarán”.
to compuesto por él”.202 La primera obra se corresponde con la ver-
sión para piano solo del Allegro de concierto en Re menor estrenado el
26 de diciembre de 1885, mientras que la segunda es la primera de
muchas referencias al Valse de Concert, Op. 25 editado en 1906 por
Friedrich Hofmeister con dedicatoria “á Monsieur Henri Brody”.
Hacia finales de octubre la prensa comenzó a publicitar la
próxima inauguración de un instituto musical fundado por Gus-
tavo E. Campa y Juan Hernández Acevedo que tenía por objeti-
vo “vulgarizar las doctrinas modernas, adoptándolas como base de
su enseñanza y aplicándolas a todos los ramos que en el plantel se
cursarán”.203 Otro anuncio informa que las enseñanzas irían dedica-
das a aficionados de ambos sexos y que los profesores serían:
[...] los más distinguidos de los que se encuentran en esta musical
[...], sacerdotes del arte moderno y del progreso musical, tan descuidado
entre nosotros por cuestión de rutina o de insuficiencia en los maestros
de la escuela pasada, enemigos del talento y retrógrados, artísticamente
hablando.204
199
“Ecos de la Semana. Salones y Teatros”. La Patria Ilustrada. México, 9 de agosto de 1886.
200
“Ecos de la Semana”. El Diario del Hogar. México, 2 de septiembre de 1886.
201
La Patria Ilustrada. México, 6 de septiembre de 1886.
202
“Ecos de la Semana”. El Diario del Hogar. México, 11 de noviembre de 1886.
203
“Gacetilla. Instituto Musical”. El Siglo Diez y Nueve. México, 20 de octubre de 1886.
204
“Ecos de la Semana”. La Patria Ilustrada. México, 26 de octubre de 1886.
122
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El Instituto Musical Cam- tantes del italianismo musical en México.205 Los ataques también al-
pa-Hernández Acevedo se canzaron al Conservatorio Nacional de Música, como puede leerse
más adelante en la misma nota periodística:
estableció en la calle Cin-
co de Mayo, número 10; El nuevo plantel cubrirá un vacío en México, por carecer abso-
lutamente de un establecimiento que llene esa necesidad [de enseñanza
el periodo de matrícula fue moderna], pues aun cuando contamos con uno que lleva el pomposo
abierto el día 4 de noviem- nombre de Conservatorio de Música y Declamación, en los largos años
bre, iniciando las clases el que lleva de fundado no ha producido nada digno de tomarse en cuenta
ni como instrumentalistas, ni como compositores, ni como cantantes, ni
día 15. La inauguración como artistas dramáticos.206
formal tuvo lugar el día
El Instituto Musical Campa-Hernández Acevedo se estable-
16. Desde sus inicios se per- ció en la calle Cinco de Mayo, número 10; el periodo de matrícu-
filó como un centro de ense- la fue abierto el día 4 de noviembre, iniciando las clases el día 15.207
ñanza alternativo al Con- La inauguración formal tuvo lugar el día 16.208 Desde sus inicios
servatorio Nacional de Mú- se perfiló como un centro de enseñanza alternativo al Conservato-
sica, establecimiento cuyos rio Nacional de Música, establecimiento cuyos profesores no siem-
pre simpatizaban con las innovaciones en la estética y la pedagogía
profesores no siempre sim-
musical.209
patizaban con las innova- El cuerpo docente quedó integrado de la siguiente manera:
ciones en la estética y la pe- Bernardo Gómez.210 Primero de piano.
dagogía musical. Felipe Villanueva. Segundo de piano.
Vicente Lucio. Tercero de piano.
Ricardo Castro. Cuarto de piano.
Julio Ituarte. Quinto de piano.
Gustavo Campa. Primero y cuarto de armonía y de contrapunto y fuga.
Ricardo Castro. Segundo y quinto de armonía.
Juan Hernández Acevedo. Tercero de armonía e instrumentación.
Enrique Testa. Canto.
205
Al respecto Mayer Serra señala: “el público mexicano supo imponer a sus músicos el
gusto reinante, determinado por el único factor que suscitó su pasión por la música: la
ópera italiana. Esta imposición, a la par con la complacencia absoluta de los composi-
tores en esta materia, les fue sumamente perjudicial […]”. Refiriéndose concretamente
a Morales opina que “su estilo se convirtió en un elemento retrógrado, conservador e
incluso reaccionario, de un efecto nocivo para el progreso musical en México” (Mayer
Serra, O., op. cit., pp. 79 y 86).
206
Ibíd.
207
“Gacetilla”. El Siglo Diez y Nueve. México, 5 de noviembre de 1886.
208
“Ecos de la Semana”. La Patria Ilustrada. México, 15 de noviembre de 1886.
209
Álvarez Meneses, R., “La presencia de México…”, p. 125.
210
A este profesor dedicó Castro su Valse Capricieuse, pieza editada de manera póstuma en
1909 por Jos. W. Stern & Co.
211
Aparentemente la división de turnos por sexos no fue una medida del todo efectiva para
evitar ciertas suspicacias, pues un mes más tarde se publicó la siguiente nota: “Atendiendo
a justificadas indicaciones que se nos han dirigido por algunos padres de familia, habrá
en lo sucesivo y durante el día, una señora exclusivamente consagrada a la recepción de
las señoritas alumnas y a la vigilancia del establecimiento”. El Diario del Hogar. México,
23 de diciembre de 1886.
123
Rogelio Álvarez Meneses
bliotecas particulares de los profesores. También se realizó un con- Así pues, Castro figuró
venio con la casa Wagner y Levién para abaratar el costo de los mé- como profesor fundador
todos y obras impresas a los estudiantes.212
de piano y armonía en
Así pues, Castro figuró como profesor fundador de piano y
armonía en este instituto que se jactaba de poseer el mejor cuerpo este instituto que se jac-
docente del país en sus aulas.213 Sin embargo su permanencia fue taba de poseer el mejor
más bien breve, pues el 15 de diciembre de 1886 la dirección infor- cuerpo docente del país
mó que “habiéndose separado del Instituto el Sr. Ricardo Castro, las en sus aulas. Sin embargo
cátedras que le estaban encomendadas” serían impartidas por otros su permanencia fue más
profesores.
bien breve, pues el 15 de
Hemos localizado algunos indicios para comprender la corta
permanencia de Castro en un proyecto que, además de ser dirigido diciembre de 1886 la di-
por su amigo Campa, le ofrecía la oportunidad de impartir su ma- rección informó que “ha-
gisterio de manera más seria y sistematizada que en las clases parti- biéndose separado del Ins-
culares. Frustrado el viaje a Europa a inicios de 1886, Castro reac- tituto el Sr. Ricardo Cas-
tivó el asunto, pues durante el mes de febrero de 1887 aparecieron tro, las cátedras que le es-
dos notas periodísticas que informan de otro próximo viaje a Euro-
taban encomendadas” se-
pa.214 Con mucho acierto, el cronista de La Patria Ilustrada señala
que el talento de Castro deberá llevarlo a buscar superarse en el ex- rían impartidas por otros
tranjero: profesores.
[Sus] excepcionales dotes le reservan un puesto envidiable no
sólo en México, cuyos límites son ya estrechos para su fama, sino en el
Viejo Continente, en donde más tarde dará honor y gloria a su país.215
Uno de los periodos de Ciencias y Variedades que, además de contar con la pluma de los es-
menor actividad para critores más relevantes, ofrecía también la colaboración “más nota-
ble y competente” en música. Como encargados de la sección mu-
Castro fue el año de
sical figuraron Gustavo Campa y Ricardo Castro.219
1888, en el que no encon- El 9 de abril el pianista presidió una velada musical privada
tramos referencias al estre- llevada a cabo en la casa del Dr. Rafael Lavista, donde dirigió el Sta-
no de nuevas obras y sus bat Mater de Rossini para solistas, coro mixto y orquesta. Resulta
presentaciones en público cuando menos llamativa la disposición de los músicos, ya que la or-
fueron menos numerosas. questa y los cantantes se encontraban en estancias distintas:
En otra pieza se había colocado la orquesta, ocupando el director
un puesto en la puerta de comunicación, de manera de poder dominar a los
instrumentalistas y a los cantantes que se hallaban en el salón principal.220
219
“Antes de comenzar”. La Juventud Literaria. México, 13 de marzo de 1887.
220
El Diario del Hogar. México, 14 de abril de 1887.
221
Ibíd.
222
En las partituras editadas para canto y orquesta y canto y piano no se consigna la de-
dicatoria.
223
El Diario del Hogar. México, 14 de abril de 1887.
224
“El nuevo ungido del Señor: Solemnísima consagración de Mons. Eulogio G. Gillow”.
El Nacional. México, 2 de agosto de 1887.
125
Rogelio Álvarez Meneses
El 11 de septiembre participó en una fiesta musical realiza- 14. Henselt: Estudio No. 6: Si j’étais
da en la Escuela de Sordomudos. Ahí interpretó “unos pensamien- oiseau à toi je volerais de Douze études
caractéristiques pour piano, Op. 2. (Lei-
tos de Chopin” y su siempre bien recibida Fantasía sobre el Himno pzig, Breitkopf & Härtel, 1880).
Nacional del Brasil. De manera tangencial, la reseña hace notar que,
efectivamente, las presentaciones de Castro ya no eran tan frecuen-
tes como en otras épocas:
[Escuchamos a] Ricardo Castro, que hace tiempo no se deja
oír en público y que aventaja a los pianistas que nos han llegado del ex-
tranjero en estos últimos años precedidos por inmerecida fama. Ricardo
causó la más honda impresión interpretando magistralmente el Himno
del Brasil y unos pensamientos de Chopin, en los que lució su notable
225
El Universal. México, 7 de agosto de 1888.
126
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Un hecho de gran im- pulsación, delicado fraseo y la asombrosa facilidad con que ejecuta los
pasajes más difíciles.226
portancia en la difu-
sión de la figura de Cas- El resto de 1888 y los primeros meses del año siguiente
tro, internacionalmen- transcurrieron para Castro sin mayor novedad: siguió figurando ha-
bitualmente en las reuniones de los lunes organizadas por Titania y
te, fue la publicación de
actuando en soirées y veladas de menor relevancia, en las que inter-
un artículo enteramente pretaba repertorio ya conocido. Una de ellas fue el concierto de des-
dedicado a su persona el pedida de las Hermanas Jorán227 realizado el 17 de marzo de 1889
23 de abril de 1889 en en el Teatro Nacional, junto a Gustavo Campa, Julio Ituarte y Vir-
la Ilustración Musical ginia Galván.228
Hispano-Americana. Ricardo Castro en la Ilustración Musical Hispano-
Americana: difusión de su figura en España y América.
Años 1889-1891
Como ha quedado demostrado, la fama de Ricardo Castro como
compositor e intérprete no se circunscribía a la Ciudad de México,
sino que se extendía a todo el país, ya que la prensa de las provin-
cias reproducía constantemente las notas de los periódicos de la ca-
pital. En el extranjero el nombre de Castro era conocido en Vene-
zuela desde 1883, cuando el gobierno de México envió a aquel país
una colección de obras editadas de compositores mexicanos entre
las que se encontraban tres piezas de Castro. También era conocido
en Estados Unidos, a raíz de sus presentaciones en la World’s Indus-
trial and Cotton Centennial Exposition en Nueva Orleans y en otras
ciudades americanas en 1885.
Un hecho de gran importancia en la difusión de la figura de
Castro, internacionalmente, fue la publicación de un artículo ente-
ramente dedicado a su persona el 23 de abril de 1889 en la Ilustra-
ción Musical Hispano-Americana.
La Ilustración fue fundada por Felipe Pedrell (1841-1922)
en 1888, apareciendo su primer número el 30 de diciembre de ese
año. Durante el tiempo de su publicación, fue un excelente medio
de difusión del quehacer musical a ambos lados del océano Atlánti-
co, tanto en la Península Ibérica como en las diferentes capitales de
América Latina. Ése fue el deseo manifiesto de Pedrell desde el ini-
cio de la revista, al escribir que la Quincena Musical sería una sec-
ción fija destinada a “historiar, fielmente, en sus líneas el movimien-
to artístico así en España como en el extranjero”.229
226
El Nacional. México, 16 de septiembre de 1888.
227
Pianistas y violinistas indistintamente, Lula, Elisa y Paulina eran tres hermanas de origen
australiano-estadounidense. (Carmona, G., op. cit., p. 37).
228
Romero, J. C., op. cit., p. 10.
229
Pedrell, Felipe. “A nuestros lectores. Introducción” en Ilustración Musical Hispano-Ame-
ricana. Barcelona: Torres y Seguí, año I, número 1, 30 de enero de 1888.
127
Rogelio Álvarez Meneses
230
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Gustavo E. Campa a Felipe Pedrell. Carta del 8 de junio de 1888. La Sección de Mú-
sica de la Biblioteca de Cataluña posee entre sus fondos el Legado Pedrell, quien estuvo
en contacto con diversas personalidades del panorama musical de su época, entre ellos
Gustavo E. Campa. La comunicación sostenida entre ambos personajes derivó en un
abundante e interesante epistolario que ya ha sido estudiado. Véase a Álvarez Meneses,
Rogelio. “La presencia de México…”, pp. 123-150.
231
Ibíd., p. 125.
232
Se trata de Soupir, melodía para mezzosoprano con acompañamiento de violonchelo y
piano. Fue publicada fraccionada en los números del 15 y 27 de enero de 1889.
233
Posteriormente figuraron otros compositores mexicanos como Benigno de la Torre (perfil
biográfico publicado el 15 de agosto de 1890; Tercera mazurka para piano fraccionada en
los números del 27 de enero y 16 de febrero de 1889), Melesio Morales (perfil biográ-
fico publicado el 8 de julio de 1889) y Felipe Villanueva. De este último no se publicó
ni retrato ni biografía, solamente su Minueto para piano, Op. 30 (15 de abril de 1893).
128
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
15. Ricardo Castro en la Ilustración Musical Hispano-Americana. Barcelona: Torres y Seguí, año II, número 31, 23 de abril de 1889.
129
Rogelio Álvarez Meneses
Campa envió a Pedrell retrato, biografía y una obra inédita Campa envió a Pedrell
de Castro a finales de 1888.234 Con ellos, el musicólogo catalán con- retrato, biografía y una
feccionó el artículo que fue publicado en la primera página del nú-
obra inédita de Castro
mero del 23 de abril de 1889, junto con el retrato del compositor.
No pretendemos realizar la transcripción íntegra del texto a finales de 1888. Con
firmado por Pedrell, sino más bien analizarlo y poner de manifiesto ellos, el musicólogo cata-
su valor en nuestro estudio. En la estructura interna del artículo se lán confeccionó el artícu-
distinguen con claridad cuatro apartados temáticos: lo que fue publicado en la
1. Reseña biográfica. primera página del nú-
2. Valoración de las composiciones y estilo musical. mero del 23 de abril de
3. Catálogo de obra. 1889, junto con el retrato
4. Valoración del estado del arte musical en México. del compositor.
Reseña biográfica
Realizada con datos aportados por el propio Castro y transmitidos
a Pedrell por Campa. En consecuencia, maneja datos ya expues-
tos anteriormente: lugar de nacimiento, etapa de formación en el
Conservatorio Nacional de Música, participación en las exposicio-
nes de Querétaro y Nueva Orleans y la gira por los Estados Unidos
de América.
Catálogo de obra
Constituye el único catálogo realizado por el propio compositor.
Todavía utiliza la primera numeración de opus y hace referencia a
nueve obras editadas y veintiséis inéditas, así como una ópera y un
trío con piano en redacción. Desde luego, representa un listado in-
234
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Gustavo E. Campa a Felipe Pedrell. Cartas del 7 de noviembre y del 7 de diciembre
de 1888.
235
Pedrell, F. “Ricardo Castro…”, p. 58.
130
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El grupo de composicio- completo, pues únicamente figuran las obras escritas hasta la edad
nes inéditas plantea una de 25 años. Esto es precisamente lo que otorga un especial valor a
este catálogo, pues resulta una útil referencia temporal para ayudar
problemática debido a
a datar las principales obras de juventud.236 Además, hace una dis-
que no todas se correspon- tinción entre obras editadas, inéditas y “en cartera”, mismas que se
den con las obras que in- reproducen en su orden y ortografía original:
tegran el actual catálogo
• Obras editadas. Nocturno en Si menor, Op. 48, Nocturno
de Castro, lo que no sig-
en Fa sostenido menor, Op. 49, Los campos, pastoral para
nifica necesariamente que piano, Op. 16, Gran fantasía sobre Rigoletto, Op. 1, Clo-
sean obras perdidas, pues tilde, vals elegante, Op. 4, Meditación, Souvenir, Aires Na-
cabe la posibilidad de cionales Mexicanos, Op. 10, Fantasia de concert sur Nor-
que hayan sido reagru- ma, Transcripción del Himno Nacional Mexicano y algunas
padas o reutilizadas con otras piezas más.
• Obras no editadas. 3 Nocturnos, Batalla [sic] en Sol menor,
otro nombre.
2 Mazurkas en Mi bemol menor y en Mi menor, un Allegro
appasionato, 2 polonesas, 2 Caprichos, 12 Romanzas sin pa-
labras. Concierto para piano y orquesta, Sinfonía en Re me-
nor a grande orquesta, Marcha Sagrada, Marcha Solemne,
Marcha a Hidalgo.
• Obra en cartera. Don Giovanni d’Austria, Trío para piano, vio-
lín y violoncello e infinidad de lieders [sic] para canto y piano.
El grupo de composiciones inéditas plantea una problemá-
tica debido a que no todas se corresponden con las obras que inte-
gran el actual catálogo de Castro, lo que no significa necesariamen-
te que sean obras perdidas, pues cabe la posibilidad de que hayan
sido reagrupadas o reutilizadas con otro nombre. Revisamos el caso
concreto de cada pieza:
236
Evidentemente tanto las obras editadas como las no editadas han de datarse como pre-
vias a diciembre de 1888, que es la fecha en la que Pedrell recibió la información para
realizar su artículo.
131
Rogelio Álvarez Meneses
237
El Nacional. México, 12 de junio de 1892.
238
El Universal. México, 8 de febrero de 1893.
132
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
239
Pedrell, F. “Ricardo Castro…”, p. 58.
240
“Nuestra Música” en Ilustración Musical Hispano-Americana. Barcelona: Torres y Seguí,
año II, número 30, 9 de abril de 1889.
241
Carmona, G., op. cit., p. 37.
133
Rogelio Álvarez Meneses
En agradecimiento a la publicación del artículo y a la valora- 17. Castro: Trois pensées musicales pour
ción de sus obras, Castro envió a Pedrell la siguiente misiva: piano, Op. 8. No. 1: Appassionato. (Pa-
rís, Alphonse Leduc, 1903).
México, Julio 10 de 1889.
Sr. Dn. Felipe Pedrell.
Barcelona.
Muy Sr. mío:
Muy pocos días hace que tuve el honor de ver publicados mi retrato
y biografía, en su acreditada publicación, «La Ilustración Musical» y
sumamente obligado por los elogios tan inmerecidos, tan entusiastas que
Vd. bondadosamente me prodiga, tomo la pluma con apresuramiento
para enviarle en estas líneas mis más profundos agradecimientos.
Nada valen Señor mis composiciones musicales, y si haciendo á un lado
la benebolencia [sic] con que Vd. las juzga, les quiere, todavía encontrar
algún mérito, póngales el de la expontaneidad [sic], ya que es rara,
rarísima, la vez que he retocado alguna de ellas. Todas mis obras brotan
al calor de un sentimiento ó de alguna impresión por fugaz que sea; la
idea es en mí, el natural desahogo, de lo que pasa en mi alma, y allá van
condensadas en notas las ansias todas que se apoderan del espíritu. Están
pues, [son] tal como las siento y solo me pesa no poder revestirlas como
yo quisiera, para poder merecer no ya sus inteligentes elogios, sino la
aceptación de los aficionados.
Mucho me halaga, y por qué no decirlo, me enorgullece mucho
la estima en que tiene Vd. mis obras. Algún día tendré el honor de
enviarle algunos manuscritos para orquesta, piano, y canto, porque
una opinión tan autorizada é inteligente como la suya, no debe nunca
desaprovecharse, tanto más, cuanto que este ha sido siempre mi más
constante anhelo.
Si llego á merecer la honra de recibir contestación y entablar
correspondencia, sírvase hacer su dirección: 3ª Calle de Humboldt Nº
5 (México).
134
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
En el mes de julio de Sírvase Vd. Señor, aceptar las protestas de afectuosa consideración de
su admirador.
1889, con el “loable fin
Ricardo Castro.
de hacer adelantar el arte [Rúbrica].242
musical en México”, el pe-
El contenido de esta carta revela no sólo la personalidad de
riódico El Universal abrió un artista absolutamente romántico con un carácter más bien mo-
la convocatoria para el desto e introspectivo, sino también a un compositor con alto nivel
Concurso Nacional de la de autocrítica y, sobre todo, consciente de encontrarse aún en pro-
Mazurka, en el cual fue- ceso de formación y aprendizaje. Castro revela la propia opinión de
ron miembros del jurado sí mismo, que es la de un joven que no se conforma con poseer un
Gustavo E. Campa, Ri- talento prometedor, sino que aspira a dominar completamente los
rudimentos de su oficio.
cardo Castro y Felipe Vi- Aunque con cuatro meses de retraso, el número de la Ilus-
llanueva. tración dedicado a Castro circuló por México, y esto no pasó desa-
percibido para la prensa nacional. Los principales periódicos pusie-
ron de manifiesto algo que consideraban como “el peor defecto” del
público mexicano —y de la sociedad en general: el no reconocer el
mérito de un compatriota hasta que su valía no fuese legitimada por
una instancia del extranjero. Esta situación era una de las principa-
les causas que motivaban a los artistas a perfeccionar sus estudios en
Europa. El siguiente extracto de un artículo de El Nacional resulta
muy ilustrativo en este sentido:
La Ilustración Musical de Barcelona, publica en su último número el
retrato y la biografía de este compatriota nuestro, joven músico, célebre
ya allende los mares. Escribe la biografía uno de los más notables
músicos españoles, Felipe Pedrell, crítico también muy eminente, quien
considera a Ricardo Castro como una de las personalidades artísticas
más notables de la época actual [...].
Acostumbrados nosotros a ver con indiferencia, y lo que es más, como
cosa baladí, todo lo que al arte se refiere, abandonamos al artista a sus
propios esfuerzos, y ya que no le impartimos la más débil protección,
no tenemos para él ni siquiera una palabra de estímulo o una frase de
afecto o de admiración. Triste es decirlo, pero necesitamos, como en el
presente caso, que un extranjero saque a pública admiración lo bueno
que tenemos y que nosotros no hemos sabido apreciar.
Gracias a Pedrell, Ricardo Castro será ya desde hoy, una personalidad en
el mundo musical europeo.243
242
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Ricardo Castro a Felipe Pedrell. Carta del 10 de julio de 1889.
243
“Ricardo Castro”. El Nacional. México, 10 de agosto de 1889.
244
“Concurso Musical”. El Siglo Diez y Nueve. México, 25 de julio de 1889.
135
Rogelio Álvarez Meneses
245
Pareyón, G., op. cit., p. 645.
246
Ibíd.
136
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Las anteriores citas son una evidencia más de que los jóve-
nes compositores buscaban alternativas distintas al anquilosado re-
pertorio italiano. Este afán de renovación y búsqueda de nuevos re-
ferentes es comprensible si tomamos en cuenta que México era co-
nocido como “la Italia de América”.251 El propio Campa era inca-
paz de tolerar por más tiempo la “imposición de la infantil melodía
italiana”.252 Ya desde cincuenta años antes, Madame Calderón de la
Barca relataba que en las corridas de toros las bandas militares to-
247
Le Trait d’Union y The Two Republics del 11 de agosto de 1889, así como El Diario del
Hogar del día 13 del mismo mes.
248
Baqueiro Foster, Gerónimo. Historia de la música en México: la música en el periodo in-
dependiente. México, Instituto Nacional de Bellas Artes, 1964, p. 285-286.
249
El Tiempo. México, 15 de enero de 1890.
250
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Gustavo E. Campa a Felipe Pedrell. Carta del 27 de enero de 1890.
251
El Siglo Diez y Nueve. México, 23 de abril de 1887.
252
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Gustavo E. Campa a Felipe Pedrell. Carta del 22 de enero de 1892.
137
Rogelio Álvarez Meneses
253
Erskine Inglis, F., op. cit., p. 68.
254
Ibíd., p. 341.
255
Álvarez Meneses, R., “La presencia de México…”, p. 135.
256
El Tiempo. México, 27 de noviembre de 1889.
257
El Nacional. México, 22 de junio de 1890.
258
Para mayores detalles en torno a las giras de Sarasate por el Continente Americano y
general sobre la vida de este intérprete, véase: Iberni, Luis G. Pablo Sarasate. Madrid,
Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 1994, p. 92.
259
Los conciertos se realizaron los días 6, 8, 10, 12, 13 y 15 de abril de 1890. Llegaron en un
vagón de lujo del Ferrocarril Central acompañados “de seis personas de su servidumbre, un
cocinero y un músico afinador, encargado de tener al corriente el espléndido piano Stein-
way que traían consigo para sus conciertos”. (Baqueiro Fóster, G., op. cit., pp. 505-506).
138
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
En opinión de Rubén M. “una artística corona con lazos, en los cuales se hallaban representa-
Campos, las actuaciones dos los colores nacionales”.260
La actuación de D’Albert tuvo una importante repercusión
de D’Albert y Sarasate en
en Castro. La presencia de concertistas de ese nivel no era frecuen-
México significaron “una te en México, por lo que muy probablemente Castro, además de es-
revelación para los pia- tar presente en el último recital en que D’Albert tocó su Hoja de
nistas y violinistas mexi- álbum,261 pudo haber asistido a más de alguno de los anteriores,
canos y el principio de cuando no a todos. Como hemos mencionado, el pianista germa-
una evolución en el arte no escocés llegó el 5 de abril y abandonó la Ciudad de México el día
17, en medio de una despedida multitudinaria en la que no faltó
de interpretar la música
Castro.262 Fueron doce días de intensa actividad en los que se reali-
y en la técnica de los ins- zaron seis conciertos con diferentes programas. Más allá del corres-
trumentos”. pondiente encuentro de presentación y cortesía, no se tienen evi-
dencias de que Castro hubiera recibido alguna clase magistral. Por
tanto, se infiere que la influencia de D’Albert, en el pianista mexica-
no, fue precisamente a raíz de verlo tocar en directo y observar con
sumo detenimiento su manera de afrontar los grandes retos pianísti-
cos, principalmente problemas técnicos y resolución de pasajes vir-
tuosísticos, pero sobre todo, aspectos como el uso del pedal, sonori-
dad y cuestiones de estilo y fraseo. En opinión de Rubén M. Cam-
pos, las actuaciones de D’Albert y Sarasate en México significaron
“una revelación para los pianistas y violinistas mexicanos y el princi-
pio de una evolución en el arte de interpretar la música y en la téc-
nica de los instrumentos”.263
Más tarde, el cronista de El Tiempo haría la siguiente obser-
vación respecto al desempeño interpretativo de Castro:
Ricardo Castro no llega todavía a esta perfección, habiéndose
resentido seguramente de la falta de modelos de quiénes aprender, pues
quizá a D’Albert fue al primero a quien sorprendió muchos de los secretos
del piano. Y decimos esto, porque creemos poder asegurar que desde que
oímos a aquel eminente pianista, Castro ha adelantado notablemente,
apropiándose varios de sus procedimientos. Muchas personas, en efecto,
nos hablaron la noche del viernes de la semejanza notable que encontraron
entre D’Albert y el pianista mexicano, semejanza que también encontra-
mos nosotros y que hacemos constar con la más legítima satisfacción.264
260
“El último concierto Sarasate-D’Albert”. El Tiempo. México, 17 de abril de 1890.
261
Al respecto Rubén M. Campos reseña: “Por primera vez, un artista de fama mundial
como Eugenio D’Albert, consagró dos composiciones de dos mexicanos, Villanueva y
Castro, al tocarlas con su arte incomparable de pianista” (Campos, R. M., op. cit., p. 58).
262
El Tiempo. México, 18 de abril de 1890.
263
Campos, R. M., op. cit., p. 58.
264
“En el Teatro Nacional”. El Tiempo. México, 22 de junio de 1892.
265
Olavarría y Ferrari, Enrique de. Reseña Histórica del Teatro en México. 2ª ed. México,
139
Rogelio Álvarez Meneses
141
Rogelio Álvarez Meneses
267
El Nacional. México, 22 de junio de 1890.
268
“Concierto”. La Patria. México, 30 de octubre de 1890.
269
El Nacional. México, 4 de enero de 1891.
270
Obra no especificada; puede referirse a la Barcarola No. 2, Op. 45bis, o bien la Barcarola
No. 4, s/Op. (1870).
271
El Universal. México, 9 de febrero de 1892. También publicado en El Nacional del 10
y del 14 de febrero del mismo año.
272
Diplomático y economista de origen francés. Su gran afición a la música le llevó a otorgar
su protección a los músicos más notables de México. Fue nombrado ministro de Hacienda
por el presidente Porfirio Díaz en 1893. Durante su gestión se proyectó la edificación
del nuevo Teatro Nacional, hoy Palacio de Bellas Artes. Iniciada la Revolución, se exilió
definitivamente en París en 1911. Su nieto, homónimo (1919-1976), incursionó en la
dirección de orquesta. (Pareyón, G., op. cit., p. 591).
273
Baqueiro Fóster, G., op. cit., p. 511.
142
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Los objetivos de la aso- concertista y profesor de piano. Sin embargo, a raíz de sus aparicio-
ciación eran un reflejo nes como en la Sociedad Anónima abrazó con éxito la carrera de di-
rector de orquesta.274
de las aspiraciones de su
Los objetivos de la asociación eran un reflejo de las aspira-
creador y promotor: di- ciones de su creador y promotor: difundir la música sinfónica, rea-
fundir la música sinfó- lizar primeras audiciones de obras desconocidas en México, recurrir
nica, realizar primeras a solistas y ejecutantes mexicanos y atender la calidad interpretati-
audiciones de obras des- va del conjunto orquestal. A lo anterior se sumaría el propósito de
conocidas en México, re- estrenar obras de autores mexicanos, motivando así a los composi-
tores nacionales.
currir a solistas y ejecu-
Evidentemente la propuesta de Meneses tuvo eco entre sus
tantes mexicanos y aten- coetáneos, por lo que no resulta sorprendente encontrar los nom-
der la calidad interpre- bres de Campa, Castro y Villanueva desde la primera temporada de
tativa del conjunto or- la Sociedad Anónima. Desde luego, la prensa capitalina también
questal. A lo anterior se contribuyó a publicitar el nuevo proyecto musical y a despertar el
sumaría el propósito de interés del público:275
estrenar obras de auto- Mucho tiempo hacía que los aficionados a la buena música de-
res mexicanos, motivan- seaban en México que se iniciara una serie de audiciones en las que pu-
dieran conocerse las obras maestras antiguas y modernas [...]. Un grupo
do así a los compositores de verdaderos artistas, los maestros Rivas, Campa, Meneses, Villanueva
nacionales. y Castro, han constituido un grupo musical que va a iniciar una serie de
conciertos de buena música. No ofrecerán tan sólo el atractivo de presentar
una oportunidad de escuchar composiciones de alta trascendencia musi-
cal, sino también la de conocer producciones de nuestros compatriotas,
inéditas hasta hoy.276
274
Velazco, Jorge. “El pianismo mexicano del siglo XIX” en Anales del Instituto de Investi-
gaciones Estéticas, volumen VIII, número 50. México, Universidad Nacional Autónoma
de México, 1982, p. 221.
275
Entre el 11 y el 17 de junio de 1892 publicaron numerosos artículos informando la
reciente creación de la Sociedad Anónima y sus próximas actividades los periódicos: El
Universal, El Nacional, El Partido Liberal, The Daily Anglo-American, El Imparcial y El
Siglo Diez y Nueve.
276
El Nacional. México, 12 de junio de 1892.
143
Rogelio Álvarez Meneses
277
El Universal. México, 11 de junio de 1892.
278
Plantinga, León. La música romántica. Madrid, Ediciones Akal, Colección Akal Música,
1992. p. 191.
144
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Pese a que la crí- fin de dar a los programas toda posible variedad y satisfacer, hasta donde
fuese dable, diversos gustos.279
tica consideró a Campa
y Villanueva como inex- Pese a que la crítica consideró a Campa y Villanueva como
pertos en la dirección or- inexpertos en la dirección orquestal,280 el concierto alcanzó un ver-
dadero éxito. El número más celebrado fue el Concierto para piano,
questal, el concierto alcan-
Op. 16 de Edvard Grieg, cuya interpretación significó su estreno en
zó un verdadero éxito. El México. Las crónicas alabaron la originalidad de la obra, la inusual
número más celebrado fue calidad de la orquesta y, sobre todo, el correcto desempeño pianís-
el Concierto para piano, tico de Castro.
Op. 16 de Edvard Grieg, La prensa comentó el concierto durante más de dos sema-
cuya interpretación signi- nas, considerándolo un acontecimiento musical sin precedentes en
México. Resulta interesante la recepción de las nuevas obras inter-
ficó su estreno en México.
pretadas, pues el público respondió de manera favorable ante un
Las crónicas alabaron la programa en el que “no se tocó más que música de la que los artis-
originalidad de la obra, la tas de la evolución nueva llaman del porvenir”.281
inusual calidad de la or- El crítico de The Daily Anglo-American (a quien le resultó
questa y, sobre todo, el co- llamativo que Castro tocara el concierto de memoria), realiza una
rrecto desempeño pianísti- interesante reseña en la que valora tanto las características de la obra
como la ejecución del intérprete:
co de Castro.
El tercer número en el programa fue considerado por muchos la
mejor pieza de instrumentación de la noche. Era el Concierto para piano,
Op. 16 de Grieg, una novedad en esta ciudad. El Sr. Ricardo Castro, el
brillante joven virtuoso mexicano, tocó en el piano, sin partitura, este muy
original concierto del mundialmente famoso compositor noruego Edvard
Grieg. El pianista fue acompañado por la orquesta completa dirigida por
el Sr. Meneses y una de las raras bellezas de esta pieza es que el piano a
lo largo del concierto domina a la orquesta, esta última dando color a la
pieza. Es muy original en su concepción. El movimiento Allegro moderato
fue especialmente hermoso con sus dobles trinos. Hubo algunos efectos
exquisitos en la flauta en el Andante, que fue inexpresablemente delicado
y soñador. Sr. Castro regresó al escenario una y otra vez y finalmente res-
pondió con una mazurca de Godard que tocó en su estilo inimitable.282
279
Olavarría y Ferrari, E., op. cit., pp. 248-249.
280
Baqueiro Fóster, G., op. cit., p. 511.
281
“El Correo de los Teatros. Gran Concierto”. El Universal. México, 19 de junio de 1892.
282
The Daily Anglo-American. México, 18 de junio de 1892.
283
Pieza no especificada; puede referirse a una de las cinco mazurkas para piano (Opp. 25,
54, 74, 103 No. 4 o 127), o menos probablemente al Impromptu-mazurka Op. 117 o la
Mazurka héroique, Op. 122.
145
Rogelio Álvarez Meneses
D’Albert, con quien se establecieron ciertas analogías musicales por Dedicado a Edmund
ser un referente inmediato tanto para el público como para Castro: Neupert, el Concierto
Admirable por su ejecución de gran claridad, su sonido tiene una para piano, Op. 16 fue
amplitud e intensidad notables; la nobleza de su juego, la sonoridad que escrito por Grieg en 1868
saca del piano, los matices que sabe imprimir a este rebelde instrumen-
to, son cualidades muy raras y que Castro reúne en alto grado; una cosa y fue objeto de varias re-
sobre todo nos llama la atención: la vibración de sus sonidos, vibración visiones. La que se inter-
que sostiene, que prolonga, que hace resaltar con una pureza y energía
maravillosas. De todos los pianistas célebres y actuales que hemos escu- preta actualmente es la
chado en estos últimos años, sólo dos poseen en supremo grado esta rara versión de 1907. Castro
cualidad: Rubinstein y Eugenio D’Albert [...]. Bajo este punto de vista utilizó una edición pu-
debemos considerar a Castro como un pianista eminente, la sonoridad y
energía de su juego, procediendo directamente de la escuela de Rubinstein. blicada en 1872 por E.
[…] W. Fritzsch de Leipzig y
En cuanto a la manera de frasear del pianista mexicano, en la
noche del viernes nos dejó completamente satisfechos: no se limita sim- que había adquirido en
plemente a decir las notas, sin cortar las frases ni marcar las ligaduras; por 1887. Las reseñas perio-
el contrario, pudimos observar que Castro tiene esa gran escrupulosidad dísticas exaltaron la in-
en seguir estrictamente las indicaciones del autor que interpreta: matiza
la frase, la hace cantar, la termina, deja perder su última vibración para terpretación de la caden-
pasar a otra frase distinta, sin producir ninguna confusión. Para lograr cia del primer tiempo,
esto, Castro se vale de dos procedimientos, que son los mismos de que
se valía D’Albert: el pedal, que usa con una precisión y con una reserva Allegro moderato (en la
prudente, sin abusar de él y aun tocando muchos pasajes sin acudir a ese versión de 1872), pero sa-
recurso y la manera de atacar cada nota, según las indicaciones de la obra bemos que Castro insertó
y en ciertas partes según su propia inspiración.284
una cadencia de su pro-
En la misma tónica, el periódico El Nacional comentó: pia autoría en el tercer
Su manera de herir las teclas, es artística: más correcto, tal vez, tiempo, Allegro marcato,
que D’Albert, se le asemeja mucho en su estilo, aunque no lo iguala en la justo después de la recapi-
dulzura de ciertas expresiones; maneja los pedales con tacto y discreción,
y se comprende, al oírlo, que se le compare, como se le ha comparado, tulación del tema princi-
con los virtuosos de fama europea.285 pal. En la partitura que
Dedicado a Edmund Neupert, el Concierto para piano, Op. perteneció a Castro se ob-
16 fue escrito por Grieg en 1868 y fue objeto de varias revisiones. servan sus propias indica-
La que se interpreta actualmente es la versión de 1907.286 Castro ciones manuscritas y las
utilizó una edición publicada en 1872 por E. W. Fritzsch de Leipzig del director Meneses.
y que había adquirido en 1887. Las reseñas periodísticas exaltaron
la interpretación de la cadencia del primer tiempo, Allegro mode-
rato (en la versión de 1872), pero sabemos que Castro insertó una
cadencia de su propia autoría en el tercer tiempo, Allegro marcato,
justo después de la recapitulación del tema principal. En la partitu-
ra que perteneció a Castro se observan sus propias indicaciones ma-
nuscritas y las del director Meneses. Una vez recapitulado el tema
principal, pueden leerse las siguientes inscripciones: “Ojo a Caden-
284
“En el Teatro Nacional”. El Tiempo. México, 22 de junio de 1892.
285
“Notas Artísticas”. El Nacional. México, 24 de junio de 1892.
286
Véase: Parouty, Michel. “Edvard Grieg” en Guía de la música sinfónica. François-René
Tranchefort (dir.). Madrid, Alianza Editorial, 2008, pp. 428-434.
146
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
287
“Gacetilla”. El Monitor Republicano. México, 5 de agosto de 1892. También publicado
en el “Servicio de Policía” de La Patria del mismo día.
288
“Extra Concert”. The Two Republics. México, 20 de agosto de 1892. También publicado
en El Siglo Diez y Nueve del mismo día.
289
Véanse las siguientes publicaciones: “Extra Concert”. The Two Republics. México 20 de
agosto de 1892; “La Sociedad de Conciertos”. El Siglo Diez y Nueve. México, 22 de agos-
to de 1892; “Espectáculos públicos”. El Correo Español. México, 24 de agosto de 1892;
“Don Ricardo Castro”. El Tiempo Ilustrado. México, 28 de agosto de 1892.
290
“Cuarto Concierto de la Sociedad Anónima”. El Nacional. México, 26 de agosto de 1892.
147
Rogelio Álvarez Meneses
291
“Notas Artísticas”. El Nacional. México, 13 de septiembre de 1892.
292
Su muerte tuvo lugar en la Ciudad de México, como informó El Tiempo del 9 de enero
de 1907: “La conocida cantante mexicana, Srita. Beatriz Franco, se suicida por decep-
ciones amorosas, tomando un veneno”. (Alejandro Villaseñor y Villaseñor. “Efemérides
del año de 1906”. El Tiempo. México, 9 de enero de 1907).
293
Todavía en 1956 el Dr. Jesús C. Romero enlistaba el manuscrito para canto y orquesta
en el catálogo de obra de Castro. (Romero, J. C., op. cit., p. 53).
294
“El Cuarto Concierto en el Teatro Nacional”. El Universal. México, 9 de septiembre
de 1892.
295
“Notas Artísticas”. El Nacional. México, 13 de septiembre de 1892.
296
Campos, Rubén M. “La contralto Beatriz Franco” en El folklore musical de las ciudades.
México, Secretaría de Educación Pública, 1930, p. 69.
297
“El Cuarto Concierto en el Teatro Nacional”. El Universal. México, 9 de septiembre
de 1892.
148
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Haciendo una síntesis de bilísima por el talento y los conocimientos que revela: sus efectos ar-
la temporada de 1892 se mónicos son totalmente nuevos: su instrumentación presenta ver-
daderos arabescos musicales”.298
puede concluir que fue be-
En el mismo concierto se escucharon también algunos frag-
néfica en tanto que per- mentos de la ópera Keofar de Felipe Villanueva, como homenaje
mitió el estreno en Méxi- póstumo a su autor, quien falleciera el 28 de mayo de 1892,299 lo
co de nuevas obras, tanto que significó una pérdida importante para el Grupo de los Seis. Esta
de compositores extranjeros sería la última vez que Castro se presentara en concierto como di-
como nacionales y significó rector de orquesta, pues las críticas a su desempeño en el podio no
fueron del todo favorables: “Ricardo Castro no ha vencido en todos
un hito importante en la
los momentos los obstáculos de la dirección de orquesta y tal vez se
carrera musical de Castro. le puede pedir mayor energía en la batuta; pero a pesar de todo debe
afirmarse que su obra será inmortal”.
Haciendo una síntesis de la temporada de 1892 se puede
concluir que fue benéfica en tanto que permitió el estreno en Mé-
xico de nuevas obras, tanto de compositores extranjeros como na-
cionales y significó un hito importante en la carrera musical de Cas-
tro. También podemos hacer una valoración positiva en favor de la
orquesta, que por primera vez “no fue una simple agrupación sin
unidad ni método, como han sido todas nuestras orquestas: fue un
todo armónico, de notable precisión, que no tuvo vacilaciones ni
desafinación ninguna”.300 En este aspecto debe valorarse el trabajo
de Carlos J. Meneses, quien logró que la orquesta hiciera “progresos
notabilísimos desde que estudia y está bien dirigida”.301
Otro de los hitos importantes del año 1892 fue la conclu-
sión de la ópera Don Giovanni d’Austria, que tuvo un proceso de
composición intermitente. Anunciada ya desde 1889 como obra
“en cartera” por Pedrell, se debe tener en cuenta que la información
para la Ilustración fue remitida por Campa en una corresponden-
cia de finales del año inmediato anterior. En consecuencia, Castro
se encontraba trabajando en Don Giovanni d’Austria al menos des-
de 1888. En junio de 1892, la obra se menciona como terminada y
dada a conocer parcialmente en un concierto privado en el que Ma-
nuel Escudero interpretó algunas romanzas de la ópera, de la cual se
elogiaban algunas “escenas escritas con inspiración y brío”.302
Respecto a Don Giovanni d’Austria, Emilio Díaz Cervan-
tes señala que Castro abandonó el proyecto al saber que Filippo
Marchetti (1831-1902) había estrenado recientemente en Italia una
ópera homónima.303 Por su parte, Jorge Velazco duda de que Castro
298
“Notas artísticas”. El Nacional. México, 13 de septiembre de 1892.
299
Moncada García, F., op. cit., p. 277.
300
“Cuarto Concierto de la Sociedad Anónima”. El Nacional. México, 26 de agosto de 1892.
301
El Partido Liberal. México, 28 de agosto de 1892.
302
El Nacional. México, 12 de junio de 1892.
303
Díaz Cervantes, E., R. de Díaz, D., op. cit., p. 48. El dato aportado resulta impreciso, ya
que el Don Giovanni d’Austria de Filippo Marchetti, con libreto de Carlo D’Ormeville,
149
Rogelio Álvarez Meneses
haya concluido la ópera y ofrece un argumento distinto al afirmar Al igual que en años an-
que el compositor no fue más allá: teriores, una de las pri-
[…] por razones de ideología estética, ya que Campa y el habían meras actuaciones musi-
decidido acabar con el domino extranjero de la música mexicana y volver
a este arte absolutamente nacionalista mediante la imitación servil de cales de 1893 será la ve-
patrones franceses y alemanes. Como la postura de Castro en su Giovan- lada musical organizada
ni d’Austria era, al igual que la de todos los compositores mexicanos de
ópera, italianizante, el autor la congeló en definitiva. No sabemos si la
por su cumpleaños, el día
concluyó [...].304 7 de febrero. En su resi-
Al igual que en años anteriores, una de las primeras actua- dencia, ahora ubicada en
ciones musicales de 1893 será la velada musical organizada por su la 4ª Calle de Humboldt,
cumpleaños, el día 7 de febrero. En su residencia, ahora ubicada en Castro convocó a sus com-
la 4ª Calle de Humboldt, Castro convocó a sus compañeros músi- pañeros músicos y ofreció
cos y ofreció una audición con repertorio de interés musical. una audición con reperto-
Junto con su hermano Vicente Castro (1867-1949), tam-
rio de interés musical.
bién pianista de nivel, Ricardo interpretó el Rondó en Do mayor para
dos pianos, Op. 73 de Chopin. Más tarde la señorita Carmen Ran-
gel tocó completo el Concierto en Sol menor, Op. 25 de Mendels-
sohn, siendo acompañada desde un segundo piano por su profesor:
Castro. El barítono Manuel Escudero cantó una “gran escena” del
Don Giovanni d’Austria, acompañado por el propio compositor. El
concierto concluyó con la Fantasía húngara para piano y orquesta, S.
123305 de Liszt,306 tocada por Castro y acompañado desde un segun-
do piano por su discípulo Julio Muirón.
Durante la segunda mitad de 1893 Castro participó en se-
siones musicales de diferentes sociedades artísticas de las que era
miembro. El 13 de agosto intervino en la sesión ordinaria de la So-
ciedad Artística Mexicana, donde interpretó al piano “un minueto
inédito”.307 A su vez el 24 de septiembre se realizó en el Teatro del
Conservatorio una sesión de la Sociedad Artística y Literaria, presi-
dida por el Lic. Justo Sierra. En esta ocasión Castro presentó nueva-
mente su romanza Les larmes, cantada por Beatriz Franco, así como
diferentes “composiciones inéditas”.308
El día 3 de noviembre Castro concluyó una colaboración es-
crita especialmente para El Tiempo y publicada en este periódico el
día 12 del mismo mes. El texto titulado “Algo sobre la música de
Chopin” resulta de interés porque lejos de concretarse a retransmi-
había sido estrenado más de una década antes, en el Teatro Regio di Torino en 1880 y
editada por Ricordi ese mismo año. (Marchetti, Filippo. Don Giovanni d’Austria. Partitura
para canto y piano. Milán, Ricordi, 1880).
304
Velazco, J. “El pianismo mexicano…”, pp. 228-229.
305
Como el propio título lo indica, la obra es original para piano y orquesta y está basada
en la Rapsodia Húngara No. 14, S. 244/14.
306
“En casa de un artista. Reunión íntima”. El Universal. México, 8 de febrero de 1893.
307
“Noticias de Arte”. El Municipio Libre. México, 16 de agosto de 1893.
308
“La Sociedad Artística y Literaria”. El Nacional. México, 28 de septiembre de 1893.
También publicado en El Partido Liberal del mismo día, así como en El Monitor Repu-
blicano y El Siglo Diez y Nueve del 29 de septiembre de 1893.
150
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Durante la segunda mitad tir meros datos biográficos sobre el compositor polaco, Castro des-
de 1893 Castro participó vela su postura ante el legado musical de Chopin.309 Del artículo se
desprenden los siguientes ejes temáticos:
en sesiones musicales de di-
ferentes sociedades artísticas • El público y la recepción de la música de Chopin. Por principio,
Castro señala que esta música es inaccesible para las media-
de las que era miembro. nías por estar alejada de lo vulgar. Considera que para su to-
tal comprensión son indispensables “cultura general del es-
píritu […], sentido estético, ilustración, refinamiento y una
organización sensible y poética”. Señala que el gran público
no está preparado para esta clase de música debido a que “la
sociedad no busca sino impresiones frívolas, ligeras [y] su-
perficiales que se desvanezcan al día siguiente, sin dejar nin-
guna huella”.
• El tempo rubato. Castro asegura que “el carácter de la música
de Chopin, nos enseña la manera de interpretarla”. Sostiene
que “no puede ni debe sujetarse a una regla invariable de
interpretación, sino que ella debe ejecutarse con esa vaguedad
e indecisión de la idea, con este movimiento ondulado,
irregular, lánguido o enérgico, y al mismo tiempo vaciante
que se conoce con el nombre de tempo rubato”.
• Requerimientos básicos para la interpretación. Afirma que no
es necesaria únicamente una “virtuosidad trascendente” y
dominio técnico, sino que para una correcta ejecución es
necesario el conocimiento perfecto “del arte de matizar,
de graduar la sonoridad, precisión rítmica, gran vigor y
delicadeza extrema: cualidades complexas [sic] que a muy
pocos artistas les es dado poseer”. También advierte de los
peligros del amaneramiento y el exceso de libertades.
• Influencia de Chopin en la literatura pianística. Castro hace
una valoración del legado de Chopin y su repercusión en
el repertorio y los recursos idiomáticos del instrumento.
“A Chopin se deben extensión de acordes, sinuosidades
cromáticas y progresiones armónicas absolutamente nuevas,
y esos rasgos o adornos que antes se reducían a las fiorituras
italianas servilmente copiadas hasta entonces en el piano, y
que en Chopin son de una novedad completa”.
A mediados de noviembre se anunció la segunda temporada
de la Sociedad Anónima de Conciertos de Orquesta, de la que
Castro participaba no solamente como intérprete, sino a partir de
ahora como miembro de su Consejo Artístico.310
309
Ricardo Castro. “Algo sobre la música de Chopin”. El Tiempo. México, 12 de noviem-
bre de 1893.
310
Originalmente Castro no figuraba en la organización de la sociedad, ya que en la tem-
porada de 1892 el consejo estaba integrado por José Yves Limantour, Francisco Ortega y
Fonseca, Nicolás Martínez del Río, Luis David, Carlos J. Meneses, José Ortega y Fonseca,
Manuel Ortega y Espinosa y Rafael Elguero. (Olavarría y Ferrari, E., op. cit., p. 248). En
151
Rogelio Álvarez Meneses
algunas fuentes (Olavarría y Ferrari, E., op. cit., p. 366 y Carmona, G., op. cit., p. 39) se
menciona a Felipe Villanueva como nuevo miembro del Consejo Artístico de la Sociedad
Anónima para la temporada de 1893. Es necesario precisar que este nombramiento fue
otorgado como homenaje póstumo, pues Villanueva había muerto el 28 de mayo de 1893.
311
“Los Conciertos en el Teatro Nacional”. La Voz de México. México, 23 de noviembre
de 1893.
312
“Los Conciertos en el Teatro Nacional”. El Tiempo. México, 17 de diciembre de 1893.
313
No ha sido posible identificar a cuál de los seis minuetos del catálogo de Castro se refiere
la crónica. El único que está en Sol Mayor (como el de Paderewski), es el Menuet pour
orchestre d’archets, Op. 23, del cual existe reducción para piano solo. Sin embargo, esta
pieza no fue estrenada sino hasta 1900 y no es de corte virtuosístico. El más próximo es el
Minuetto, Op. 9, No. 2 de los Deux morceaux pour piano, pieza dedicada a Julio Muirón,
alumno de Castro y publicada por Friedrich Hofmeister en 1894.
314
Olavarría y Ferrari, E., op. cit., pp. 367-369.
315
Para mayores detalles véase el apartado correspondiente a factura pianística, donde
se presentan numerosos ejemplos que ilustran diferentes aspectos de interés sobre el
Caprice-Valse, Op. 1.
316
“De Castro Played for the Fund”. The New York Herald. New York, 25 de enero de 1894.
152
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Estos conciertos son José B. Nava.317 Además de acompañar a los cantantes algunas piezas
importantes no solamente de Verdi, Gounod y Massenet, Castro interpretó como solista:318
por el éxito alcanzado por La Tercera mazurka de Felipe Villanueva.
los artistas mexicanos y su Dos selecciones de Souvenirs d’Italie, Op. 39 de Leschetizky: No. 1,
Barcarola (Venecia) y No. 4, Mandolinata (Roma).
repercusión, sino porque Un vals póstumo de Chopin, sin identificar.
representó el estreno de El Nocturno No. 3, S. 541/3. [Liebestraum No. 3] y la Rapsodia Húngara
No. 11, S. 244/11 de Liszt.
la obra más conocida de Minuetto y Caprice-Valse de su autoría.
Castro: el Caprice-Valse,
Los conciertos tuvieron un notorio éxito que fue comentado
Op. 1, cuya composición por los periódicos neoyorkinos, siendo Castro el artista más
puede ser datada a finales destacado, a quien la prensa se refirió como “an eminent pianist”:
del año anterior, 1893. Un eminente pianista. El señor Ricardo de Castro [sic] ha dado dos
conciertos en el Madison Square Garden Concert Hall. Él es uno de los
mejores artistas que hemos escuchado. Su forma de tocar es de extrema
energía y pasión y su mecanismo es absolutamente perfecto; pero
sobretodo Liszt es tocado maravillosamente bien por él. Le enviamos
nuestra más sincera admiración.319
317
“De Castro’s Concert”. The Evening Telegram. New York, 24 de enero de 1894.
318
“A Charity Concert”. The Musical Courier. New York, 31 de enero de 1894.
319
“An Eminent Pianist”. The New York Daily Tribune. New York, 28 de enero de 1894.
320
Publicaron extractos de periódicos neoyorkinos traducidos al castellano El Partido Liberal
del 2 de febrero, El Tiempo y Las Tres Américas del 25 de febrero de 1894.
321
The Two Republics. México, 6 de abril de 1894.
322
La asignación del opus 1 obedece a la segunda numeración realizada en vida por el propio
compositor. Anteriormente el Op. 1 correspondía a Rigoletto. Trascrizione Elegante para
piano-forte sur migliori motivi dell’opera di Verdi, editada por Wagner y Levién hacia 1885.
323
Sobre la fecha de composición de esta obra se han manejado datos contradictorios. Sin
aportar pruebas documentales, Emilio Díaz Cervantes menciona 1882 como año de
estreno del Vals Capricho. (Díaz Cervantes, E., R. de Díaz, D., op. cit., p. 27). Jorge Ve-
lazco sostiene que fue estrenado en 1902 en el tercero de los conciertos pactados con el
periódico El Imparcial. (Velazco, Jorge. “Ricardo Castro” en De música y músicos. Rodolfo
Halffter (pról.). México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1982, p. 589).
Nuestra investigación nos lleva a concluir, con evidencias documentales contundentes,
que el Vals Capricho en su versión para piano solo fue estrenado en 1894 en Nueva York,
y por tanto, compuesto hacia finales de 1893; la primera referencia a su interpretación
con acompañamiento de orquesta de cuerda la aporta un programa de mano del 15 de
diciembre de 1899, siendo ejecutado por Vicente Castro, hermano del compositor. Pos-
teriormente fue arreglado para orquesta completa (picc., 2 fl., 2 ob., 2 cl., 2 fg., 4 cor.
3 tb., tba., timp., tri., gc., plat., piano solo, vl. 1, vl. 2. vla., vc., cb.), para el concierto
del 11 de julio de 1902 para El Imparcial. La partitura para piano solo fue editada en
1901 por Friedrich Hofmeister de Leipzig y la versión para dos pianos (2º piano, parte
de orquesta) se publicó al año siguiente por la misma casa.
153
Rogelio Álvarez Meneses
Tanto en vida del propio compositor, como a lo largo del si- 22. Castro: Caprice-Valse, Op. 1.
glo xx, fue su obra más interpretada y difundida. La versión para Manuscrito autógrafo. (Colección
particular).
piano y orquesta data de 1899; a finales de 1901, la casa Friedrich
Hofmeister publicó la partitura para piano solo y al año siguien-
te la reducción para dos pianos. El Dr. Jesús C. Romero señala que
la editorial envió en compensación cien marcos a Castro y que los
ejemplares, puestos a la venta en la casa Wagner y Levién de Méxi-
co, se habían agotado en dos días, por lo que se había ordenado ca-
blegráficamente a Alemania una reimpresión de la obra. “Ni antes
ni después se ha dado en México igual caso en música ni en literatu-
ra. A Castro le corresponde ser el único en este sentido”.324
En los archivos de la casa Friedrich Hofmeister encontramos
que la última reimpresión fue realizada en el año 1952. En Méxi-
co, la música impresa de Castro era distribuida por la mencionada
casa Wagner y Levién, que tenía sucursales en Guadalajara, Puebla,
324
Romero, J. C., op. cit., pp. 23-24.
154
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El vals fue un género bai- Aguascalientes, León, Monterrey, Mérida, Querétaro, San Luis Po-
lable como las polkas, tosí, Tampico y Veracruz.325
Yolanda Moreno Rivas refiere que el vals llegó a México ha-
mazurcas y schotises,
cia 1815 “en medio de grandes censuras y anatemas de la Iglesia [...]
igualmente provenien- para más tarde convertirse en una de las formas más socorridas por
tes de Europa. El fuerte los compositores de varias generaciones”.326 En primera instancia el
arraigo del piano en Mé- vals fue un género bailable como las polkas, mazurcas y schotises,
xico favoreció que el vals igualmente provenientes de Europa. El fuerte arraigo del piano en
trascendiera de las orques- México favoreció que el vals trascendiera de las orquestas de baile
al teclado. Al lado del vals de salón floreció el vals de concierto para
tas de baile al teclado.
piano, de corte más virtuosístico y, por tanto, demandante de una
mayor solvencia técnica en el instrumento. Éste es el caso del Capri-
ce-Valse, Op. 1, también conocido llanamente por su título castella-
nizado: Vals Capricho.
El Caprice-Valse, Op. 1 junto con Sobre las olas (1887) de Ju-
ventino Rosas y el Vals poético (1888) de Felipe Villanueva configu-
ran la triada de valses del México decimonónico cuyo éxito les ha
significado su trascendencia y permanencia en la cultura musical.
En su opúsculo firmado en 1982, “El caso de Ricardo Castro”, Jor-
ge Velazco consideraba al Vals capricho como:
[…] un bonito subproducto de la influencia francesa y chopi-
niana [que] logró subsistir en ciertas capas mexicanas hasta el presente
y no solamente los ancianos, cuyas memorias están vinculadas a las
consecuencias del porfiriato, sino también muchos jóvenes, conocen la
obrita y disfrutan de ella por diversas razones, todas ellas válidas estética
y personalmente.327
325
Su éxito derivó en que la pieza fuera objeto de una difusión sin precedentes. Aunado
a este amplio radio de comercialización, debe considerarse además el fenómeno de cir-
culación de partituras espurias que eran reproducidas utilizando el dibujo musical de
un ejemplar original sin presentar créditos editoriales, así como las copias manuscritas.
326
Moreno Rivas, Yolanda. “El esplendor del vals romántico” en Historia ilustrada de la
música popular mexicana. México, Promexa, 1979, p. 7.
327
Velazco, J. “El caso de Ricardo…”, p. 517.
328
Moreno Rivas, Yolanda. Rostros del nacionalismo en la música mexicana. Un ensayo de
interpretación. México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1995, p. 69.
155
Rogelio Álvarez Meneses
La Sociedad Filarmónica
Mexicana. Años 1895 y 1896
Ante las dificultades que implicaba la
organización de conciertos sinfónicos,
Castro apostó por un proyecto orienta-
do a la interpretación y difusión de mú-
sica de cámara. A finales de 1895 ins-
tituyó la Sociedad Filarmónica Mexica-
na331 teniendo como sede principal el sa-
lón de actos de la Escuela Nacional Pre-
paratoria en la calle de San Ildefonso.
Consecuentemente se formó un quin-
teto profesional integrado por Castro al
piano, los violinistas Luis Gabriel Salo-
ma y Rosendo Romero, el violista An-
drés Herrera y el violonchelista Rafael
Galindo. La nueva sociedad significó a
su vez un espacio de proyección para los
discípulos avanzados de Castro, quienes
23. Portada del Caprice-Valse, Op. 1 con
actuaron eventualmente en los conciertos, como Carmen Rangel, el sello del monograma de las iniciales
Julio Muirón y Vicente Herrera, hermano del compositor.332 del compositor. (Leipzig, Friedrich Ho-
fmeister, 1901). Colección particular.
329
Miranda, Ricardo. “A tocar, señoritas” en Ecos, alientos y sonidos: ensayos sobre música
mexicana. México, Universidad Veracruzana - Fondo de Cultura Económica, 2001, p. 128.
330
Josefina Gallardo de Tornel estuvo relacionada con las casas de los marqueses de Gua-
dalupe Gallardo y Vizcondes de Casa Gallardo, títulos nobiliarios concedidos en 1810
y renovados en 1894. Su marido, Don Agustín Tornel y Rincón era hijo del segundo
marqués, Don José María Rincón. (Ortega y Pérez Gallardo, Ricardo. Estudios genealó-
gicos. México, Imprenta de Eduardo Dublán, 1902, pp. 116-118). La prensa de la época
registra una activa participación en los bailes, festejos y tertulias de la alta sociedad. (Díaz
y de Ovando, C., op. cit.).
331
El Dr. Jesús C. Romero la refiere como Sociedad Filarmónica para el Estudio y Propa-
gación de la Música. (Romero, J. C., op. cit., p. 13).
332
En la historia musical del México independiente, se registraron tres sociedades homónimas
predecesoras a la de Castro. La primera Sociedad Filarmónica Mexicana fue fundada en
156
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Ante las dificultades que El primer concierto se llevó a cabo el 2 de mayo333 con el si-
implicaba la organiza- guiente programa:334
ción de conciertos sinfóni- Ferdinand Hiller: Serenade, Op. 64. [Trío]. Alla Marcia (Allegro). Scher-
zando (Molto vivace). Tempo di minueto un poco vivace. Chassel (An-
cos, Castro apostó por un dante espressivo). Intermezzo (Non troppo vivace). Tarantella (Presto).
proyecto orientado a la in- Aleksandr Glazunov: Novelettes para cuarteto de cuerdas, Op. 15. 1. Alla
Spagnola. 2. Interludium en modo antico. 3. Orientale.
terpretación y difusión de Josef Haydn: Serenata [Andante cantabile del Cuarteto No, 5 en Fa ma-
música de cámara. yor, Hob. III:17].
Robert Schumann: Quinteto en Mi bemol, Op. 44. Allegro brillante. In
modo d’una marcia – Molto vivace. Allegro ma non troppo.
enero de 1824 por José Mariano Elízaga (1786-1842) y funcionó hasta 1829; la segunda
fue creada por José Antonio Gómez (1805-1878) y funcionó entre 1839 y 1846; la ter-
cera fue encabezada por Tomás León (1826-1893), que fue fundada en 1866 y congregó
músicos de la generación inmediata anterior a Ricardo Castro, como Melesio Morales,
Julio Ituarte y Alfredo Blabot, entre otros. Esta tercera sociedad fue el antecedente del
moderno Conservatorio Nacional de Música. Por tanto, la fundada por Castro en 1895
será la cuarta Sociedad Filarmónica Mexicana.
333
Originalmente se programó para el 24 de febrero, pero fue pospuesto por el fallecimiento
de la señora de Castañeda y Nájera. (“La Sociedad Filarmónica de México”. El Siglo Diez
y Nueve. México, 30 de abril de 1895).
334
“Concierto”. El Siglo Diez y Nueve. México, 1 de mayo de 1895. En la “Revista de
Espectáculos” del mismo periódico del 3 de mayo se publicó el segundo artículo del
reglamento de la sociedad: “Queda absolutamente prohibida la conversación durante
la ejecución de las obras y nadie deberá entrar a la sala durante dicha ejecución, sino
esperar hasta que ésta termine”.
335
Olavarría y Ferrari, E., op. cit., p. 547.
336
Ibíd.
157
Rogelio Álvarez Meneses
En el cuarto concierto,
realizado el 26 de junio, partici-
pó Vicente Castro, hermano del
compositor. Interpretó Wedding
Cake, Caprice-Valse, Op. 76
para piano y quinteto de cuer-
das, el Septeto en Mi bemol, Op.
65 para trompeta, piano y quin-
teto de cuerdas de Saint-Saëns
y el segundo tiempo, Romanze
del Concierto No. 1 en Mi me-
nor, Op. 11 de Chopin, tam-
bién con acompañamiento de
arcos. El cuarteto repitió las No-
velettes, Op. 15 de Glazunov, to-
cadas en el primer concierto. El
trompetista invitado fue el Sr.
Malpica.337
El quinto concierto con-
tó con la participación de Julio
Muirón, también alumno avan-
zado de Castro y se realizó el 23
de octubre. Se interpretó el Trío
No. 1 en Si bemol, D. 898 de
Schubert, el Spanisches-Quar-
tett, Op. 11 de Louise Héritte-Viardot y el Cuarteto en Si bemol, 24. Castro: Deux morceaux pour piano,
Op. 41 de Saint-Saëns, para piano, violín, viola y violonchelo.338 Op. 9. No. 1. Valse Intime. No. 2. Mi-
El año de 1895 concluyó con un examen de piano de sus nuetto. (Leipzig, Friedrich Hofmeister,
1894).
alumnas que realizó el martes 31 de diciembre en su residencia par-
ticular, ahora ubicada en la 4ª Calle de Hidalgo, No. 823.339 Las
participantes, que demostraron “su buena ejecución y su correc-
to tecnicismo musical”,340 fueron Mercedes Gutiérrez, María Luisa
Calderón, Encarnación González, Dolores Díaz, Dolores Campu-
zano, Sara Tapia, Carmen Rangel y Concepción Zubieta. A esta úl-
tima y a Julio Muirón, también discípulo avanzado, dedicó Castro
sendas piezas de su Op. 9, Deux morceaux pour piano: No. 1, Val-
se Intime, “A mi discípula Srita. Concepción Zubieta” y No. 2, Mi-
nuetto, “A mi discípulo Sr. Julio Muirón”.
337
“Audición Musical”. El Tiempo. México, 28 de junio de 1895.
338
“Concierto”. El Tiempo. México, 26 de octubre de 1895.
339
Sabemos que ésta era la dirección de Castro en esta época gracias a una carta enviada
por el compositor a Felipe Pedrell en 1897, en cuyo papel membretado se especifica el
mismo domicilio. (Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell.
Correspondencia de Ricardo Castro a Felipe Pedrell. Carta del 10 de abril de 1897).
340
“Exámenes de Piano”. El Tiempo. México, 3 de enero de 1896.
158
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
341
Pareyón, G., op. cit., p. 1103.
342
“Salón para Conciertos”. La Voz de México. México, 13 de marzo de 1896.
343
Olavarría y Ferrari, E., op. cit., p. 622.
344
La imposición de la dedicatoria del Chant d’amour no fue realizada sino hasta 1904. En
una carta fechada el 1º de marzo de 1904 Castro escribió al maestro catalán: “Recibirá
Vd. el Chant d’amour, cuya dedicatoria le ruego se sirva aceptar. Bien conoce Vd. mis
sentimientos de profunda admiración y de vivo reconocimiento por la exquisita amabilidad
y benevolencia con que se ha servido Vd. acogerme. Es impulsado por esos sentimientos,
que escribí esas páginas, cuyo único mérito es ostentar al frente su ilustre nombre. […]
Solo deseo que mi Chant d’amour sea de su agrado, y con esto quedaré bien satisfecho”.
(Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña [BNCat]. Legado Pedrell. Correspondencia
de Ricardo Castro a Felipe Pedrell. Carta del 1º de marzo de 1904).
345
El Monitor Republicano. México, 13 de marzo de 1896.
346
Se utilizó el arreglo para piano y quinteto de cuerdas de Vincenz Lachner (1811-1893) edi-
tado por Sigmund Lebert (1821-1884) y publicado en Stuttgart por J. G. Cotta en 1881.
347
Carmona, G., op. cit., p. 43.
159
Rogelio Álvarez Meneses
348
“Concierto”. El Tiempo. México, 2 de mayo de 1896.
160
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
349
Melesio Morales. “El Arte Musical en México y el Conservatorio”. El Tiempo. México,
28 de junio de 1896.
350
“El Sr. Ricardo Castro”. El Popular. México, 21 de enero de 1898.
351
“En el Salón Wagner”. El Mundo. México, 22 de enero de 1898.
352
Se han consignado los títulos de las obras en el idioma original de las primeras ediciones,
salvo en las obras concertantes.
161
Rogelio Álvarez Meneses
353
“Los Exámenes del Maestro Ricardo Castro”. La Gaceta Musical. México, 30 de enero
de 1898.
354
“La boda de la Srita. Villada y el Sr. Peña y Reyes”. La Patria. México, 27 de enero de 1898.
355
“Gama Honored”. The Mexican Herald. México, 21 de mayo de 1898.
162
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
356
“En Honor de Vasco de Gama”. El Universal. México, 22 de mayo de 1898.
357
Journal do Comercio. Lisboa. Citado en “México y Portugal. La gratitud lusitana. El
Centenario de Vasco de Gama”. La Voz de México. México, 25 de noviembre de 1898.
358
“El Camino Marítimo de La India. Cuarto Centenario de su Descubrimiento”. El Im-
parcial. México, 13 de mayo de 1898.
359
“La Exposición Universal de 1900”. La Convención Radical Obrera. México, 27 de no-
viembre de 1898. También publicado en The Two Republics del 24 y La Patria del 25 de
noviembre, así como en El Chisme del 18 de agosto de 1899.
360
Conjeturamos que Castro viajó a Durango hacia finales de 1898. Su última aparición
pública en la capital mexicana fue en mayo de 1898 en el acto en honor a Vasco de Gama
en la Cámara de Diputados. No se registra ninguna mención de actividades durante la
segunda mitad de 1898 ni en los primeros tres meses de 1899.
361
“En honor de un artista”. El Tiempo. México, 25 de enero de 1899. También publicada
en The Two Republics del mismo día.
163
Rogelio Álvarez Meneses
composición de Atzimba, que fue anunciada como obra terminada Castro cerrará el año con
el 9 de abril de 1899.362 el examen de sus alumnos
Como en ocasiones anteriores, la labor de la prensa fue un
y la posterior audición con
factor determinante para despertar interés en el público. Dosifican-
do información sobre la obra y su argumento, dando cuenta pun- acompañamiento de or-
tual de los ensayos y decorados, los periódicos crearon una gran ex- questa. Las pruebas tuvie-
pectación entre la sociedad mexicana. ron lugar en la Sala Wag-
El Tiempo refiere que los ensayos se iniciaron durante los pri- ner el 29 de noviembre,
meros días de junio y anticipa una atractiva puesta en escena: figurando como miembros
A propósito, en el teatro mencionado [Principal] se está ensa- de tribunal Julio Ituarte y
yando la obra Atzimba con letra de Alberto Michel y música del maestro Gustavo E. Campa.
Ricardo Castro. Es un episodio de costumbres mejicanas [sic] en la época
de la Conquista y el nombre de la pieza es el de una heroína de Michoa-
cán. La obra está siendo montada con gran lujo, pues así lo requiere su
desarrollo y va a ser puesta con toda la propiedad escénica necesaria.363
362
El Diario del Hogar. México, 9 de abril de 1899.
363
“Por los Teatros”. El Tiempo. México, 7 de junio de 1899.
364
“Novedad Teatral”. El Tiempo. México, 6 de septiembre de 1899. También publicado
en La Patria del 8 de septiembre de 1899.
365
“Atzimba. Un artista y una obra de arte”. El Mundo. México, 12 de septiembre de 1899.
366
“Revista de la Prensa”. El Tiempo. México, 13 de septiembre de 1899.
164
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
27. Examen de alumnos de Ricardo
Castro. Noviembre 29 de 1899. Invi-
tación. (Colección particular).
165
Rogelio Álvarez Meneses
Con relación a la técnica pianística, nuevamente Castro recu- Con relación a la técni-
rre a los estudios de Schumann, Godard, Meyer y Henselt. Asimis- ca pianística, nuevamen-
mo, es llamativa la presencia de preludios y fugas de Bach —cuya re-
te Castro recurre a los es-
cuperación se está dando en Europa a finales del siglo xix— en este
apartado. También se encuentran en el repertorio dos nuevos títulos tudios de Schumann, Go-
que resultan de interés para nuestro estudio. Nos referimos en pri- dard, Meyer y Henselt.
mera instancia a los “Estudios escogidos de Chopin-Philipp” inter- Asimismo, es llamativa la
pretados por Julio Muirón, que se corresponden con selecciones de presencia de preludios y
los Seis estudios de concierto editados en París J. Hamelle en 1895. fugas de Bach —cuya re-
Esta colección se integra por transcripciones de los estudios
cuperación se está dando
Op. 10, Nos. 2 y 5, Op. 25 No. 2 y del Vals en Re bemol, Op. 64,
No. 1 de Chopin. Descartamos los Dos estudios de concierto reali- en Europa a finales del si-
zados sobre el Op. 25, No. 6, pues no fueron publicados sino has- glo xix— en este apartado.
ta 1900 por Alphonse Leduc. Dentro de la obra de Isidor Philipp
(1863-1958) ocupan un lugar importante los estudios de concier-
to, tanto originales como transcripciones y paráfrasis de estudios de
otros compositores.367 Durante su estancia en Europa, Castro cono-
ció y estuvo en contacto con Philipp.
Más interesante resulta la transcripción de estudios sobre
Gradus ad parnassum, Op. 44 realizada por el propio Castro. Esta
colección fue publicada con el título de Douze études pour piano
d’après Clementi, choisies et paraphrases par Ricardo Castro, Op. 7
por la editorial parisina Henry Lemoine & Cie. en 1902 y dedicada
nada menos que “à Monsieur I. Philipp”.
Existe además un manuscrito inédito titulado 15 Gradas ad
Parmassum [sic] Ejercicios escojidos [sic] y parafraseados por R. Castro,
que contiene cuatro ejercicios no publicados por Lemoine, y que ca-
rece a su vez de uno que sí se encuentra en la partitura editada. Por
tanto, se contabilizan un total de dieciséis estudios.
La siguiente tabla comparativa muestra las correspondencias
y omisiones entre ambas fuentes:
367
“Isidor Philipp Archive” en Dwight Anderson Music Library. University of Louisville [en
línea]. Consultado el 22 de marzo de 2012. Disponible en http://louisville.edu/library/
music/coll/philipp.html
166
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Estudios Clementi-Castro
15 Gradas ad Parmassum [sic] Ejercicios Douze études pour piano d’après Clementi, choisies
escojidos [sic] y parafraseados por R. Castro et paraphrases par Ricardo Castro, Op. 7
[México, manuscrito inédito, ca. 1899] [París, Henry Lemoine & Cie, 1902]
I. Allegro. Do mayor. 3/1. I. Allegro. Do mayor. 3/1.
II. Vivo. Do mayor. 3/1. II. Vivo. Do mayor. 3/1.
III. Presto. La menor. 2/4. III. Presto. La menor. 2/4.
IV. All. Moderato. Sol menor. 2/4. IV. Allegro moderato. Sol menor. 2/4.
V. Veloce. Mi menor. 6/4. V. Veloce. Mi menor. 6/4.
VI. Vivace. Si mayor. 2/4. VI. Vivace. Si mayor. 2/4.
VII. Presto é Vigoroso. Re menor. 2/2. VII. Presto é Vigoroso. Re menor. 2/2.
VIII. Vivace. Mi menor. 3/8. VIII. Vivace. Mi menor. 3/8.
IX. Presto. Si bemol mayor. 4/4. IX. Presto. Si bemol mayor. 4/4.
X. All. Modto. Re mayor. 2/4. X. Allegro moderato. Re mayor. 2/4.
XI. Presto. La mayor. 2/2. -
XII. Vivace. La mayor. 3/2. -
XIII. Allegro. Sol menor. 4/4. XI. Allegro. Sol menor. 4/4.
XIV. Veloce. La mayor. 12/8. -
XV. Allegro. Si mayor. 2/2. -
- XII. Allegro. Mi bemol mayor. 3/4.
29. [15] Gradas ad Parmassum [sic] Ejercicios escojidos [sic] y parafraseados por R. Castro. (México, manuscrito inédito, ca. 1899). Colección
particular.
167
Rogelio Álvarez Meneses
El 15 de diciembre se
verificó, en el salón de actos de
la Escuela Nacional Preparato-
ria, la audición de los alumnos
de piano con acompañamiento
de orquesta de cuerda. En este
concierto se estrenaron las si-
guientes composiciones de Cas-
tro: el Scherzino, Op. 6 y sen-
das cadencias para los concier-
tos para piano No. 15 en Si be-
mol mayor, KV 450 de Mozart
y No. 3 en Do menor, Op. 37
de Beethoven. El Scherzino, Op.
6 fue publicado en 1902 por la
editorial Lyon & Healy de Chi-
cago y las cadencias de manera
póstuma en 1909 por Jos. W.
Stern & Co. de Nueva York.368
En la misma velada se interpre-
tó el Caprice-Valse, Op. 1 en su
versión para piano y orquesta de
cuerdas, actuando como solista
Vicente Castro Herrera.
Refiriéndose a su faceta
como pedagogo, Vázquez Sán-
chez señala que:
Ricardo Castro no llegó
a desarrollar una escuela pianística
propiamente dicha (como Carlos J. Meneses) debido a su prematura 30. Invitación y programa (véase página
169) del concierto de alumnos de Ri-
muerte. No obstante, el sistema pedagógico que usaba, no deja lugar
cardo Castro. 15 de diciembre de 1899.
a duda de que sus conceptos sobre la técnica pianística eran de lo más (Colección particular).
avanzado en el México de entonces.369
368
Fueron publicadas como Cadenza pour le premier mouvement du Concert I (sib mayor)
de Mozart y Cadenza pour le premier mouvement du Concert No. III (Do Menor) de Bee-
thoven, respectivamente.
369
Vázquez Sánchez, E., op. cit., p. 28. Esta fuente proporciona la nómina más completa
y fidedigna de discípulos de Ricardo Castro, información que resulta confiable pues el
director de este trabajo fue José Pablo Castellanos Cámara (1917-1981), hijo de Pablo
Castellanos León (1860-1929), compañero de Ricardo Castro. En diferentes épocas los
alumnos fueron: María Camargo, Melquíades Campos, Ignacio del Castillo, María Luisa
Cevallos, Enriqueta Díaz, Dolores Díaz, Miguel Durán, Victoria Franco, Juan González,
María González del Campo, José González Vega, Soledad M. Hinojosa, Nally Viniegra,
Amalia Michel, María Luz Miranda, Hipólita Moreno, Julio Muirón, Juan Nieto, Josefina
Pacheco, Carmen Rangel, Francisco R. Rodríguez, Adolfo D. Romero, Isabel Sandoval
y Bros, Concepción Zubieta, Sara Tapia y Alejandro Villanueva Torres.
168
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
370
Sosa, José Octavio. Diccionario de la ópera mexicana. México, Instituto Nacional de
Bellas Artes, 2006, pp. 55-57.
169
Rogelio Álvarez Meneses
Atzimba
(c. ha. 1899, rev. 1900)
Primera versión Segunda versión
(estr. 20 de enero de 1900, Teatro Arbeu) (estr. 10 de noviembre de 1900, Teatro Renacimiento)
Zarzuela en dos actos. Ópera en tres actos y siete cuadros.
Texto en español de Alberto Michel Parra basado en un
episodio de La conquista de Michoacán de Eduardo Ruiz Texto traducido al italiano.
Álvarez.*
Personajes:
Atzimba, princesa tarasca. Soprano.
Sirunda, su fiel amiga. Mezzosoprano.
Jorge de Villadiego, oficial español. Tenor.
Huépac, gran sacerdote. Bajo.
Hirepan, general tarasco. Barítono.
El rey Tzimzitcha. Bajo.
Guerreros, sacerdotes, conquistadores, doncellas y pueblo tarasco: coro mixto.
La acción se desarrolla en Michoacán, en la época de la conquista de Hernán Cortés, en 1522.
Acto primero.
Un salón en el palacio del rey Tzimzitcha. Huépac, Hirepan y un grupo de sacerdotes y guerreros ven el suelo de su
patria devastado por el invasor blanco. Acusan a Moctezuma por su cobardía ante el enemigo español. Llegan emisarios
españoles a pedir audiencia con el rey, aunque los sacerdotes saben que pretenden imponer la esclavitud en el pueblo,
por lo que piden al rey que convoque a la guerra. Huépac revela a Hirepan el amor que siente por la princesa Atzimba,
hermana del rey y de la que ha descubierto que ama al emisario enemigo, Jorge de Villadiego, quien pide audiencia con
el rey. Hirepan y Huépac juran asesinarlo para ofrecer al sol su corazón como ofrenda.
Escena segunda. Habitación de Atzimba. La princesa se entrega a pensamientos melancólicos y contradictorios. Cuando
Sirunda, su amiga, cree adivinar lo que sucede y menciona el nombre de Jorge, Atzimba niega cualquier relación. Al
quedar sola, Atzimba abre su corazón al amor que siente por Jorge. Regresa Sirunda, quien dice a la princesa que Jorge
pide hablar con ella. El español pide perdón a la princesa por su atrevimiento, ya que el amor que siente por ella es más
fuerte que la misma guerra. Se escuchan voces y Atzimba, temerosa, le pide a Jorge que se marche.
Acto segundo.
Un salón de palacio. Huépac sorprende la turbación de Atzimba y aprovecha la ocasión para decirle que la ama,
amenazándola con revelar el secreto de su amor por el invasor. Ella confiesa que ama al español con la misma fuerza
que lo odia a él. Huépac le hace saber que el corazón de Jorge será ofrenda para los dioses. Atzimba, ejerciendo su
poder real, reprende a Huépac por su comportamiento. El rey descubre la traición de su hija. Invoca al sol y promete la
sangre del extranjero como ofrenda.
Escena segunda. Sala de audiencias del palacio. El rey recibe a Jorge como emisario de Hernán Cortés y se niega a
aceptar la amistad del conquistador. El rey ordena la aprehensión de todos los españoles. Atzimba se desmaya en brazos
de Sirunda.
Acto tercero.
Interior de la prisión tarasca, la yácata. Los guerreros claman la muerte del enemigo extranjero. Unas sacerdotisas
preparan la piedra de los sacrificios. Jorge dormita en su celda y Huépac lo despierta para anunciarle la muerte de
Atzimba. Sirunda logra entrar hasta la celda e informa a Jorge que todo es un engaño y lo ayuda a escapar. Atzimba se
encuentra en la yácata. Llega Jorge y se prometen amor hasta la muerte. Huépac los sorprende y arresta. En el templo,
reunidos los sacerdotes, guerreros y sacerdotisas, invocan a su dios. Jorge aparece camino al sacrificio. Atzimba, que
desea seguirlo hasta la muerte, toma el puñal que Huépac lleva en el cinturón y se lo clava en el corazón. El extranjero
es llevado hasta la piedra de los sacrificios.
*Tanto Alberto Michel Parra (1867-1947) como Eduardo Ruiz Álvarez (1839-1902) eran escritores contemporáneos a Castro. Michel
solía firmar con el seudónimo Gwynplaine, mientras que Eduardo Ruiz destacó a su vez como político, historiador y periodista. Olavarría
y Ferrari señaló: “[…] como periodista, como biógrafo, como autor de obras didácticas y habilísimo narrador de historias, tradiciones y
leyendas [Eduardo Ruiz] tiene conquistados y continúa conquistando altísimos méritos en el campo liberal a que siempre ha pertenecido
y en el campo de las letras”. (Olavarria y Ferrari, Enrique. “El Lic. Eduardo Ruiz” en El Renacimiento. Periódico literario. Segunda época.
México, Tipografía y Litografía de F. Díaz de León, Sucs., 1894, p. 149).
170
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
371
Se refiere a las representaciones verificadas los días 24, 26 y 27 de julio de 1952 en el
Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. La ópera de Castro fue interpretada en
el mismo recinto el 16 de septiembre de 1928 (entonces llamado Teatro Nacional) y el
3 y 4 de agosto de 1935. (Sosa, José Octavio. Setenta años de ópera en el Palacio de Bellas
Artes. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Instituto Nacional de Bellas
Artes, 2004, pp. 14, 21 y 164.
372
Germán Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011.
373
Maya, Á., op. cit., p. 58.
171
Rogelio Álvarez Meneses
374
Véanse: “La Atzimba de Ricardo Castro. Impresiones”. El Imparcial. México, 22 de enero 31. Atzimba. Reducción para canto
de 1900; El Popular. México, 23 de enero de 1900; “Atzimba. Acontecimiento teatral”. y piano del compositor. Revisión de
El Diario del Hogar. México, 24 de enero de 1900; “Obsequio al maestro Castro”. El 1900. (México, Conservatorio Nacional
Tiempo. México, 27 de enero de 1900; “Crónica de la Semana”. El País. México, 29 de de Música).
enero de 1900; “Atzimba y Cuauhtémoc”. El Mundo Ilustrado. México, 18 de febrero de
1900 (también reproducido en La Evolución de Durango del 25 de febrero de 1900);
“Notas artísticas”. El País. México, 11 de julio de 1900.
172
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
375
El Nacional. México, 29 de noviembre de 1899.
376
“Una audición de Atzimba”. El Universal. México, 21 de enero de 1900.
377
“En el Arbeu”. El Imparcial. México, 21 de enero de 1900.
378
R. N. Montante. “Atzimba. Acontecimiento teatral”. El Diario del Hogar. México, 24
de enero de 1900.
379
“La interpretación de Atzimba”. El Mundo. México, 2 de febrero de 1900.
380
“En el Arbeu”. El Imparcial. México, 21 de enero de 1900.
381
“Correo de los Teatros”. El País. México, 21 de enero de 1900.
382
“En el Arbeu”. El Imparcial. México, 21 de enero de 1900.
173
Rogelio Álvarez Meneses
Con todo y las incidencias, la obra fue recibida con emo- Considerado como una
ción. Encontramos reiteradas alusiones favorables hacia el dúo de pieza “sugestiva y afili-
amor del primer acto y la romanza de Jorge de Villadiego, pese al
granada”, el Intermez-
cuestionado desempeño de Luján. El fragmento más celebrado fue
el Intermezzo del segundo acto, que fue bisado. Considerado como zo triunfó tanto por su
una pieza “sugestiva y afiligranada”,383 el Intermezzo triunfó tanto idea musical como “por el
por su idea musical como “por el talento profundo que el maestro talento profundo que el
ha demostrado en la instrumentación”.384 maestro ha demostrado en
Con respecto a su estilo y características musicales, Atzim- la instrumentación”.
ba fue considerada como una expresión de modernidad a la par que
“rica en instrumentación y combinaciones armónicas”, fácilmente
comprensible y cautivadora desde la primera audición.385 La músi-
ca fue juzgada como:
[...] accesible, melódica, comprensible, a la vez que severa, mo-
derna y tendenciosa. Como Puccini en la “Bohemia”, como Mascagni
en “Cavalleria”, Leoncavallo en “los Payasos”, Ricardo Castro ha hecho
gran música accesible a las masas, y no ha perdido de vista ni un mo-
mento las teorías y doctrinas armónicas, melódicas, contrapuntísticas e
instrumentales.386
383
“Correo de los Teatros”. El País. México, 21 de enero de 1900.
384
“Una audición de Atzimba”. El Universal. México, 21 de enero de 1900.
385
“Notas de la Semana”. El Tiempo. México, 21 de enero de 1900.
386
“Gacetilla. Obra nueva”. La Patria. México, 8 de septiembre de 1899.
387
“Atzimba. Acontecimiento teatral”. El Diario del Hogar. México, 24 de enero de 1900.
388
Ibíd.
174
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
No obstante, los defenso- en ambas óperas, Atzimba presenta una factura de genuina instrumen-
tación moderna.389
res de Castro y de su obra
eran mayoría y opinaban Junto a estas críticas favorables, surgieron otras voces que de
que Atzimba no debe- manera más desapasionada evidenciaron ciertas deficiencias de la
obra, principalmente en lo concerniente a la conducción dramática
ría ser considerada como
y el desarrollo argumental. La longitud de algunos fragmentos de la
opereta o zarzuela, sino ópera derivó en la pérdida de interés dramático “ocasionada por de-
como una ópera. sarrollos ligeramente exagerados que, no por ser bellos musicalmen-
te, dejan de provocar cierta languidez en la escena”.390 El cronista de
El País opinó similar que “los números resultan largos, pudiendo ser
indudablemente acortados sin mengua substancial en el efecto líri-
co”, pero exculpó a Castro argumentando que Atzimba era su pri-
mera experiencia en el género lírico y que, con todo, la obra conte-
nía “verdaderos primores de inspiración y orquestación”.391
No obstante, los defensores de Castro y de su obra eran ma-
yoría y opinaban que Atzimba no debería ser considerada como
opereta o zarzuela, sino como una ópera. Los críticos más entusias-
tas afirmaban que la obra “no tuvo más defecto que haber sido es-
crita como zarzuela”392 y agregaban que era una ópera “sujeta musi-
calmente a los cánones característicos del drama lírico”.393
Tanto la prensa como el público relacionaron Atzimba con
Guatimotzin, ópera del médico y compositor Aniceto Ortega del Vi-
llar (1825-1975).394 Definida como “episodio musical” en un acto,
Guatimotzin presenta al último emperador azteca como un héroe
romántico. El libreto de José Tomás de Cuéllar incluye a tres per-
sonajes: Malitzin (soprano), Cuauhtémoc (tenor) y Hernán Cortés
(bajo). Fue estrenada en el Teatro Nacional el 13 de septiembre de
1871 nada menos que por Ángela Peralta, Enrico Tamberlick y Luis
Gassier en los respectivos papeles. El séptimo número de la ópera
de Ortega consiste en una marcha y danza tlaxcalteca en la que uti-
liza un tema indígena. El empleo de temas de inspiración prehispá-
nica hace considerar a Guatimotzin como la primera ópera mexica-
na de corte nacionalista. Baqueiro Foster la considera como un “do-
cumento excepcional de folklorismo operístico”.395
Evidentemente la temática argumental favoreció el que se
estableciera una relación entre las óperas de Ortega y Castro. Ade-
389
“Crónica de la Semana”. El País. México, 29 de enero de 1900.
390
“La Atzimba de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 22 de enero de 1900.
391
“Crónica de la Semana”. El País. México, 29 de enero de 1900.
392
“En el Arbeu”. El Imparcial. México, 21 de enero de 1900.
393
“Crónica de la Semana”. El País. México, 29 de enero de 1900.
394
Pianista, compositor y médico perteneciente a una familia sobresaliente en las huma-
nidades y la ciencia. Estudió piano, armonía y composición con profesores privados. Se
graduó como médico en México y en 1853 se traslada a París para continuar sus estudios
de medicina y paralelamente recibir lecciones particulares de piano y armonía. (Pareyón,
G., op. cit., p. 785).
395
Baqueiro Fóster, G., op. cit., p. 224.
175
Rogelio Álvarez Meneses
más, en la marcha tarasca, Castro utiliza una melodía pertenecien- Campa hizo llegar la me-
te a esta tribu prehispánica, de manera análoga a la danza tlaxcalte- lodía tarasca a Pedrell a
ca presente en Guatimotzin.
finales de enero de 1899,
Es muy posible que la melodía en cuestión haya sido pro-
porcionada a Castro por su amigo Campa. En una carta enviada a pero desafortunadamente
Pedrell el 7 de diciembre de 1888, Campa menciona el reciente ha- no ha sido posible locali-
llazgo de una melodía tarasca que, una vez armonizada, habría de zarla. Puesto que Campa
dar a conocer al compositor catalán: era el corresponsal para
[...] tengo preparado para enviárselo próximamente, un verda- México de la Ilustración
dero hallazgo: una melodía tarasca, himno de un pueblo indígena que he
tenido la fortuna de obtener, y reservo exclusivamente para su interesante
Musical Hispano-Ame-
periódico. Pienso armonizarlo y escribir un pequeño artículo alusivo para ricana, en la mayoría de
que tenga mayor interés, y me lisonjeo de que será una verdadera novedad las cartas se menciona el
para los lectores de la Ilustración.396
envío anexo de diversos
Un par de semanas más tarde, Campa tocó nuevamente el documentos: partituras,
tema de su hallazgo:
biografías, artículos y re-
La melodía tarasca, que es un himno á las estrellas, está ya lista y
terminada; la he armonizado cuidadosamente procurando darle el carácter
cortes periodísticos, retra-
grandioso que requería, pero no se la enviaré á Ud. hasta no salir de dudas tos y otros materiales.
respecto de la prosodia que está terriblemente estropeada en el original.397
396
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Gustavo E. Campa a Felipe Pedrell. Carta del 7 de diciembre de 1888.
397
Ibíd. Carta del 24 de diciembre de 1888.
398
Ibíd. Carta del 20 de enero de 1899.
399
Sin embargo, sí hemos localizado la versión armonizada por el propio Campa editada
por A. Wagner y Levién. Esta melodía es la octava de una colección de Doce cantos co-
rales a 1, 2, 3 y 4 voces para uso de las Escuelas Primarias y Normales. Titulada “Cruz
hoscue–Himno a las estrellas”, la letra es una adaptación de Eduardo Noriega. La parti-
tura editada consigna la siguiente nota al pie: “La melodía de este coro se remonta a los
antiguos pobladores del Estado de Michoacán y fue comunicada por el Sr. Lic. Eduardo
Ruiz. Pertenecen pues, solo al autor [a Campa], la transcripción y armonización”.
176
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
178
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El 17 de agosto Castro el que revela sus opiniones sobre el polaco. Refiriéndose a la inter-
participó en un concierto pretación de la Sonata No. 21 en Do mayor, Op. 53, Waldstein, de
Beethoven, Castro opinó que la obra:
en honor del Ministro de
Justicia llevado a cabo en [...] requiere menos imaginación y más seriedad, más precisión y
justicia en la ejecución: los ‘rubatos’, las alteraciones de matices y ritmos,
el Teatro del Conservato- la precipitación o lentitud exagerada de los tiempos o cualquiera otra
rio. Al frente de la orques- semejante libertad de interpretación, son siempre censurables y más de
ta, Castro dirigió el In- una ocasión le han valido a Paderewski serios y justificados reproches.
Bach y Beethoven son venerables y deben ser siempre respetados.405
termezzo de Atzimba y su
Vals capricho, interpre- La comparación de Paderewski con Eugen D’Albert resul-
taba inevitable. En este sentido, la opinión de Castro favoreció ple-
tado por su hermano Vi-
namente al segundo:
cente Castro Herrera.
Por lo que se refiere a D’Albert y Paderewski, el público mismo
que ha escuchado a ambos, podrá juzgar de la superioridad del primero.
El eclecticismo del pianista alemán, la maravillosa variedad de su inter-
pretación, su mecanismo casi fenomenal, su inmenso repertorio abar-
cando todos los estilos y todos los géneros lo colocan evidentemente en
primera línea. [...] Cuando interpreta a Beethoven y a Bach, [D’Albert]
es grandioso, soberbio, colosal. No es solamente un virtuoso de inmenso
talento, es además músico profundo y severo.406
405
Ricardo Castro. “Paderewski”. El País. México, 13 de marzo de 1900.
406
Ibíd.
407
Romero, J. C., op. cit., pp. 16-17.
408
“Notas Artísticas”. El País. México, 11 de julio de 1900.
409
“Notas Artísticas”. El País. México, 14 de septiembre de 1900.
179
Rogelio Álvarez Meneses
180
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
33. Atzimba. Invitación. (México,
1900).
[Rúbrica].410
410
México. Centro de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim.
Fondo José Y. Limantour. Correspondencia de Ricardo Castro a José Yves Limantour.
Carta del 9 de noviembre de 1900.
182
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Esta nueva versión de remuneración que les era prometida. Ésta fue la constante durante los
primeros treinta años del siglo XX.411
Atzimba fue recibida con
mayor interés por parte del Además de la traducción del texto, Atzimba fue modificada
público, haciendo salir a estructuralmente al añadírsele un tercer acto: “la ópera ha sido arre-
glada de la zarzuela que ya nuestros lectores conocieron en el Teatro
Castro al escenario en más
Arbeu, habiéndosele hecho algunos aditamentos artísticos”.412 Ma-
de diez ocasiones. Al igual yores detalles aporta el cronista de El Tiempo:
que en su estreno, el Inter-
En los programas que han circulado de “Atzimba” del profesor
mezzo fue bisado y el des- Ricardo Castro, aparece como que ha sido enteramente refundida la obra,
empeño de los solistas, todos puesto que además de habérsele suprimido la parte hablada que tenía como
zarzuela substituyéndose por recitados de canto, se le ha agregado un acto
italianos, fue mucho más de más, teniendo por consiguiente, en la actualidad, tres actos la obra.413
destacado.
Esta nueva versión de Atzimba fue recibida con mayor inte-
rés por parte del público, haciendo salir a Castro al escenario en más
de diez ocasiones. Al igual que en su estreno, el Intermezzo fue bisa-
do y el desempeño de los solistas, todos italianos, fue mucho más
destacado.414 Una segunda reposición se verificó el día once,415 con
gran asistencia del público y aún mejor desempeño vocal, incluida
la Sra. Zilli, quien ya se había repuesto del catarro que la aquejó en
la primera función.416
Pese a que el público celebró el hecho de que Atzimba se hu-
biera representado “ya puesta en el lugar que merece: ascendida a
ópera”, no faltaron aquellos críticos que señalaron algunos defectos
de los que aún adolecía la obra, nuevamente originados por las ca-
rencias dramáticas del libreto.
A Castro se le hizo notar que en general “la orquesta esta-
ba mucho más hábilmente manejada que las voces”. Particularmen-
te severo con el libretista y la obra en general se mostró el crítico de
El Tiempo, quien opinó:
Lo primero que se echa de ver en la pieza que nos ocupa, es que
el argumento no le supo dar ningún interés dramático y que las escenas
todas son lánguidas en demasía [...]. Aun cuando se tenga la inspiración
musical y además el conocimiento profundo de las leyes de la armonía y
del contrapunto, poco se logrará tratándose de la factura de una ópera si
se desconocen los resortes dramáticos. En tal caso podrían hacerse exce-
lentes piezas de concierto, pero no una ópera propiamente dicha. No por
otro motivo vemos en la ópera del Sr. Castro, que a pesar de ciertos trozos
aceptables, fatiga en breve la pieza y parece como que tuviera demasiada
música, cuando en realidad lo que pasa es que falta el interés dramático
411
Delgado, Eugenio, Maya, Áurea. “La ópera mexicana durante el siglo XX” en La música
en México. Panorama del siglo XX. Aurelio Tello (coord.). México, Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes, Fondo de Cultura Económica, 2010, pp. 614-615.
412
“Una ópera mexicana”. La Patria. México, 9 de noviembre de 1900.
413
“La representación de Atzimba”. El Tiempo. México, 11 de noviembre de 1900.
414
“Por los Teatros. En el Renacimiento”. El Imparcial. México, 11 de noviembre de 1900.
415
“Despedida de la Compañía de Ópera”. El Imparcial. México, 12 de noviembre de 1900.
416
“A Mexican Opera”. The Mexican Herald. México, 11 de noviembre de 1900.
183
Rogelio Álvarez Meneses
y por eso nos parece redundante la música. [...] Tan desprovisto está de El 10 de diciembre Cas-
pensamientos el libreto de la ópera en cuestión, que para llenar la pri-
mera aria del acto primero, el tenor tiene que ponerse a decir “Atzimba, tro se presentó nuevamen-
Atzimba mía” por más de treinta ocasiones. [...] Diremos, para terminar, te en el Teatro del Rena-
que reconociendo el meritorio esfuerzo artístico del joven compositor
Castro, la factura de una ópera es una de las empresas más arduas y que
cimiento, ahora como in-
muy disculpable es que no haya dado una obra maestra en su género, si térprete invitado de la
bien ha producido una obra escuchable. Esto es cuanto.417 Asociación Musical Ba-
Como se ha mencionado anteriormente, tanto Atzimba rradas-Tello-Saloma.
como El rey poeta de Campa, fueron anunciadas como obras con-
cluidas en abril de 1899.418 El hecho de que la compañía Sieni-Pi-
zorni-López se decantase por representar la ópera de Castro, susci-
tó comentarios malintencionados en la prensa que demeritaban gra-
tuitamente la obra de Campa, quien a la sazón se encontraba en Eu-
ropa. El Lic. Juan N. Cordero Altamirano,419 periodista, composi-
tor y amigo de ambos personajes, escribió una nota en tono conci-
liador en la que invitaba a valorar ambas óperas en su justa dimen-
sión:
[Se han publicado] unas cuantas acritudes dirigidas a mi ausente
amigo Gustavo Campa, con motivo de no haberse cantado su ópera Le
roi poète y a propósito de la representación de Atzimba [...]. Para tributar
un merecido elogio a mi otro amigo Ricardo Castro, que para brillar por
sí solo no necesita que depriman a su competidor y amigo Campa, no
era necesario asociar esa nota discordante, que amargará sin duda la sa-
tisfacción del encomiado. Yo ruego muy encarecidamente al público, en
nombre de mi ausente amigo y profesor Gustavo Campa, que aplace su
juicio para [que] cuando [se encuentre] presente el aludido pueda explicar
satisfactoriamente el enigma.420
tuvo como primera sede el Teatro del Conservatorio para después actuar en otros recin-
tos de mayor importancia. Su acta fundacional figuraba el objetivo de proporcionar a
los compositores mexicanos los medios adecuados para hacer ejecutar sus producciones
ante el público, así como el de propagar más el conocimiento que existe de las obras de
reputados maestros extranjeros”. (Pareyón, G., op. cit., p. 85).
423
“En el Renacimiento”. El Mundo. México, 12 de diciembre de 1900.
424
Rubén M. Campos. “Hebdomadarias”. La Patria. México, 16 de diciembre de 1900.
425
Se refiere a uno de los cinco valses Strauss-Tausig, de Nouvelles soirées de Vienne, Valses-Ca-
prices d’après J. Strauss. Premier Suite No. 1-3; Deuxieme suite No. 4-5. El cronista de La
Patria del 16 de diciembre de 1901 señala que “tocó el delicioso wals de Strauss, Amar,
beber y cantar, transcrito por Tausig”, aludiendo al vals Wein, Weib und Gensang, Op.
333, lo cual es una errata, ya que ninguna de las transcripciones de Tausig está realizada
sobre temas de ese vals de Strauss en particular. Primera suite: No. 1, Nachtfalter, Op.
157. No. 2, Man lebt nur einmal, Op. 167. No. 3, Wahlstimmen, Op. 250; segunda
suite: No. 4, Immer heiterer, Op. 253 y Wiener Chronik, Op. 268. No. 5, en La mayor,
póstumo. Por otra parte, es muy posible que se trate del No. 2, Man lebt nur einmal, Op.
167, pues fue el que tocó Eugen D’Albert en el Teatro Nacional el 6 de abril de 1890,
recital al que asistió Castro.
426
“Los maestros mexicanos y el arte nacional al finalizar el siglo XIX”. El Diario del Hogar.
México, 1 de enero de 1901.
185
Rogelio Álvarez Meneses
cribir un artículo periodístico en el que comentó las cualidades de En una carta del 18 de
la artista: marzo de 1901 dirigida
Todo el programa fue desempeñado de modo tan magistral, que al Lic. José Yves Liman-
sin temor de equivocarnos, podemos asegurar que Teresa Carreño puede tour, Castro solicita ocu-
competir ventajosamente con los más celebres pianistas. Ella lo reúne todo:
la fuerza y la energía del hombre, con la ternura, la poesía y la gracia feme- par interinamente la cáte-
ninas; su técnica llega hasta lo prodigioso, su ejecución es de asombrosa dra de composición, cuyo
claridad, su manejo de pedales es notabilísimo, y su interpretación noble
y de alto vuelo, se pliega a todos los estilos y géneros [...]. Fue llamada titular era su antiguo pro-
innumerables veces a la escena y nos dio como “encores” la Berceuse de fesor Melesio Morales.
Chopin, “Si oiseau j’etais a toi je volerais” de Henselt y un coqueto wals de
su composición; estos dos últimos tocados con una vaporosidad y encanto
indescriptibles. La interpretación de Beethoven en particular, nos dejó
maravillados, así como la de las obras de Liszt. En Chopin causó frenesí
el Estudio en Sol bemol, que repitió, consecuentando con la delirante
ovación que le tributó el público, sin que en el Nocturno op. 27, número
2 y de la Berceuse del mismo autor, nos impresionara en igual grado.427
427
“Primer concierto de Teresa Carreño en el Renacimiento”. El Tiempo. México, 28 de
febrero de 1901.
428
México. Centro de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim.
Fondo José Y. Limantour. Correspondencia de Ricardo Castro a José Yves Limantour.
Carta del 18 de marzo de 1901.
429
Romero, J. C., op. cit., p. 22.
186
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El recital del 7 de junio presentaciones, tanto públicas como privadas, el pianista compartía
de 1901 fue de gran im- escenario con otros músicos: ya con acompañamiento de orquesta o
formando parte de ensambles de cámara. El recital del 7 de junio de
portancia pues, como se
1901 fue de gran importancia pues, como se verá más adelante, de-
verá más adelante, detonó tonó sucesos determinantes en la carrera del compositor.
sucesos determinantes en En un artículo publicado después de la muerte de Castro,
la carrera del compositor. Campa hace un espléndido y entrañable relato de los prelimina-
res de este concierto al que consideró como “el punto de partida de
[una] ascensión gloriosa”:430
Hacía algunos años que Ricardo se había rehusado a presentarse al
público como pianista, engolfado como estaba en algunos trabajos de
composición y consagrado —como es preciso consagrarse en México
para vivir— a la ruda labor de la enseñanza, cuando una tarde del
mes de mayo de 1901, tropecé con él en el Conservatorio. Llevaba
en la mano unas esquelas, y al saludarme puso una de ellas en la mía
interpelándome a la vez, con esa afabilidad que tan típica era en él:
—¿Quieres asistir a mi concierto?
—¿Cuál concierto? Interpelé a mi vez.
—Preparo uno, dentro de pocos días, en la sala Wagner.
Y a mi nuevo ademán interrogativo se adelantó a contestar con cierto
dejo de amargura: “Voy a tocar
para que no se olviden de mí
…” [Cursivas
en el original]431
430
Campa, Gustavo E. “Ricardo Castro” en Críticas Musicales. Felipe Pedrell (pról.). París,
Librería Paul Ollendorff, 1911, p. 342.
431
Ibíd., p. 341.
432
“Fiesta artística”. El Tiempo. México, 5 de junio de 1901. También publicado en El
Diario del Hogar de la misma fecha.
187
Rogelio Álvarez Meneses
Destaca en este comprome- Castro: Primera mazurka [De Nerveux et Gracieux. Deux mazurkas pour piano,
Op. 3, No. 1, Nerveux].
tido programa la presen- Castro: Laendler pour piano, Op. 12, Núm. 1.
cia de los dos nombres im- Beethoven-Busoni: Escocesas WoO 83, BV B 47.
Moszkowski: Estudio de concierto en Sol bemol mayor, Allegro patetico, Op. 24,
prescindibles en todo re- No. 1.
cital de piano hacia fina- Berlioz-Liszt: Danse des Sylphes de La damnation de Faust, S. 475.
les del xix: Chopin y Liszt, Alabiev-Liszt: Deux mélodies russes – Arabesques, No. 1, Le Rossignol, S. 250.
Liszt: Nocturno No. 3, S. 541/3. [‘Sueño de Amor’, Liebestraum No. 3].
al lado de diversos autores Liszt: Rapsodia Húngara No. 11, S. 244/11.
cuyas obras conferían una
Destaca en este comprometido programa la presencia de los
connotación de “moderni- dos nombres imprescindibles en todo recital de piano hacia finales
dad” al repertorio. del xix: Chopin y Liszt, al lado de diversos autores cuyas obras con-
ferían una connotación de “modernidad” al repertorio. Nos referi-
mos a una serie de compositores-intérpretes que se encontraban ac-
tivos durante la segunda mitad del siglo, provenientes de naciones
de la periferia y que tenían como marco de acción los países de Cen-
troeuropa. Piero Rattalino considera que estos compositores “em-
piezan a separarse de la tutela de las culturas dominantes” para ini-
ciar un proceso de consolidación propia contemporáneamente con
la afirmación de las naciones.433
El negocio editorial no era ajeno a este fenómeno, por lo
que es posible encontrar numerosos anuncios de música impresa
en portadas y contraportadas de las partituras de la época. Los ca-
tálogos editoriales hacen una interesante diferenciación estilística y
temporal entre compositores “clásicos” o “antiguos” entre los que fi-
guran Scarlatti, Bach, Haendel, Haydn y Mozart y, en contrapar-
te, aquéllos considerados “modernos”. En este último apartado fi-
gura una extensa nómina de autores que incluye a figuras como An-
ton Rubinstein, Stephen Hiller, Théodore Dubois, Isidor Philipp,
Edward Schytte, Edvard Grieg, Zdenko Fibich, Aleksandr Glazu-
nov, Théodor Leschetizky y su alumno Édouard Schütt, Jean Sibe-
lius, Christian Sinding, Xaver Scharwenka, Carl Tausig o Edward
MacDowell por citar solamente a algunos. Comentamos lo anterior
porque en los programas de concierto de Castro continuamente en-
contramos obras de este tipo de compositores de carácter eminen-
temente virtuosístico.
Ofrecido a sala llena y ante un público que pidió la repe-
tición de varios números del programa,434 el concierto dio lugar a
múltiples comentarios en la prensa que iban desde la habitual rese-
ña hasta la crítica centrada en aspectos específicos de la interpreta-
ción musical. Destacan las notas escritas por el crítico español Al-
fonso Viñas y por el compositor Joaquín N. Cordero: el conoci-
433
Rattalino, Piero. Historia del piano. Barcelona, Idea Books, 2005, pp. 219-227.
434
“A piano recital”. The Mexican Herald. México, 8 de junio de 1901.
189
Rogelio Álvarez Meneses
miento musical de ambos cronistas otorga a sus textos especial va- Además de comparar a
lor e interés. Castro con Marmontel y
Además de comparar a Castro con Marmontel y Rubinstein,
Rubinstein, el crítico de
el crítico de El Correo Español señala que la sobria interpretación de
las obras de Chopin acercaba a Castro a Planté, a Albéniz y a Tra- El Correo Español se-
gó. “El Sr. Castro a un mecanismo perfecto y limpísimo asocia un ñala que la sobria inter-
juego de pedales notable, obteniendo efectos de sonoridad y de ex- pretación de las obras de
presión sorprendentes. Es, en una palabra, un gran artista, un artis- Chopin acercaba a Cas-
ta de verdad”.435 tro a Planté, a Albéniz y
Por su parte, Joaquín N. Cordero inicia su reseña refirién-
a Tragó.
dose al “éxito anormal” alcanzado por Castro en su concierto. A su
vez, destaca las virtudes del intérprete y su habilidad para el mane-
jo de los diferentes estilos de las obras contenidas en el programa:
Sus matices de celeridad y de fuerza estuvieron siempre atinados,
sobrios, y en una palabra, estéticos. Su fraseo fue noble, amplio y claro, y
la pasión que se hizo sentir en los pasajes adecuada, sin amaneramiento
ni capricho. En las obras románticas, demostró con más libertad y con
talento su propia personalidad y su sentimiento, sin posponer ni desfigu-
rar la intención de los autores. En las obras de carácter descriptivo, supo
persuadir al auditorio y sacar del piano tintas de admirable sinceridad. En
las dificultades técnicas reveló una sorprendente agilidad asociada con una
claridad difícil por extremo, desarrollando a veces energía conmovedora
de la que parece incapaz el endeble físico del artista.
En los diversos estilos y en todo el concierto, la dicción del ejecu-
tante fue nítida y diáfana; no se le escapó la menor cacofonía, el mínimo
descuido, el más pequeño desfallecimiento de vigor. Pasó sin esfuerzo
sensible de las más enérgicas peroraciones a las más plañideras y sentidas
quejas, y su manejo de pedales resultó tan adecuado, que sin producir
veladuras ni confusión, mudó agradable y ricamente el colorido sonoro.436
435
Alfonso Viñas. “Concierto Ricardo Castro”. El Correo Español. México, 9 de junio de
1901.
436
Joaquín N. Cordero. “Ricardo Castro. Su concierto en la Sala Wagner”. El Tiempo.
México, 9 de junio de 1901.
437
“Ricardo Castro en la Sala Wagner”. El Popular. México, 10 de junio de 1901.
438
Joaquín N. Cordero. “Ricardo Castro. Su concierto en la Sala Wagner”. El Tiempo.
México, 9 de junio de 1901.
190
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Fueron los periódicos afi- diferentes críticos que aseguraban que el éxito del pianista era una
nes al régimen porfirista muestra del progreso del arte musical en México.
Resulta llamativa la manera de cómo se buscó equiparar el
los que con mayor inten-
adelanto musical de una persona con la evolución cultural de toda
sidad pregonaron el éxito una sociedad.439 Fueron los periódicos afines al régimen porfiris-
de Castro, en consonan- ta los que con mayor intensidad pregonaron el éxito de Castro,440
cia con la ideología del en consonancia con la ideología del propio régimen basada en dos
propio régimen basada ejes: liberalismo y modernidad. Por tanto, adjetivos como “adelan-
en dos ejes: liberalismo y tamiento”, “progreso”, “evolución” e incluso “renacimiento” consti-
tuían un guiño de afinidad a la política cultural del porfiriato, que a
modernidad.
través de la continua asimilación de influencias europeas pretendía,
paradójicamente, lograr la consolidación del arte nacional. Cierto
es que durante el mandato de Porfirio Díaz se lograron importantes
avances en materia de comunicaciones e industria, sin embargo, pa-
ralelamente al crecimiento económico en determinados sectores, se
generaron grandes desigualdades sociales. Lo que en la época se de-
nominaba “espectro de la vida social” fue un constructo que se tor-
naba cada vez más heterogéneo y los sectores a los que verdadera-
mente llegaba la cultura y la modernidad representaban una selec-
ta oligarquía.441 Por lo anterior revisten un especial interés comen-
tarios como el del crítico de El Tiempo, quien aseguraba que el éxito
de Castro revelaba “que en el público se había iniciado una restau-
ración de los gustos estéticos”.442
439
“¿Será el renacimiento del arte en México?”. El Tiempo. México, 13 de junio de 1901.
440
Nos referimos en primera instancia a los periódicos dirigidos por el Lic. Rafael Reyes
Spíndola, melómano y protector de Castro, y a otros más con discursos afines al régi-
men como El Imparcial, El Mundo, El Mundo Ilustrado, Jueves del Mundo, El Diario del
Hogar o El Entreacto. Este último publicó el 17 de julio de 1902 un artículo publicado
“La prensa, palanca del arte” que describe la propia concepción del periodismo: “[…] la
prensa es una fuerza llamada a ser la primera fuerza social, sobre todo si está servida por
espíritus como Reyes Spíndola, que la ponen al logro y conquista de todo aquello que
tiende a enaltecerla y dignificarla, constituyéndose, como en el caso del maestro Castro,
en voceros de los méritos y aptitudes de un artista que necesita, para llegar al pináculo
de la gloria, de la palanca del estímulo. […] Son, pues, tanto éste como el triunfo del
maestro Castro, triunfos de un hombre que sabe hacer de la prensa una palanca, una
poderosa palanca del progreso y de la civilización”.
441
Moreno Villegas, Gloria. México: liberalismo y modernidad 1876-1917. Voces, rostros
y alegorías. México, Fondo Cultural Banamex, Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes, 2008, p. 134.
442
“¿Será el renacimiento del arte en México?”. El Tiempo. México, 13 de junio de 1901.
191
Rogelio Álvarez Meneses
443
Originario de Oaxaca, Rafael Reyes Spíndola se formó como abogado en su estado natal.
Trasladado a Michoacán, fungió como secretario particular del general Mariano Jiménez,
gobernador de dicho estado y además su suegro. En 1888 se instaló en la Ciudad de
México, donde fundó el periódico El Universal con el apoyo del partido de los Cientí-
ficos. En 1896 fundó El Imparcial, diario ilustrativo de la mañana, con una subvención
gubernamental de cien mil pesos iniciales y cuatro mil pesos mensuales. De esta manera,
el gobierno contaba con un medio de opinión favorable al régimen. Editado diariamente
en formato tabloide, a cinco columnas y cuatro páginas, El Imparcial publicaba los lunes
una sección literaria especial y los domingos un suplemento ilustrado. A partir de Reyes
Spíndola se marca la diferencia entre una prensa artesanal y un periodismo industrial
con miras a la profesionalización, logrando que el periódico dejase de ser un artículo de
lujo para pasar a ser de primera necesidad. Reyes Spíndola se vio obligado a vender su
periódico en 1911 a raíz del triunfo de la Revolución. (Castro, Miguel Ángel. “Reyes
Spíndola y la traza urbana de El Imparcial” en Revista Zócalo. Comunicación, política,
sociedad. Julio de 2010 [en línea]. Consultado el 11 de abril de 2016. Disponible en
http://www.revistazocalo.com.mx
444
“El héroe de anoche: Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 8 de junio de 1901.
192
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
445
“Nuestro ofrecimiento al Maestro Castro”. El Imparcial. México, 10 de junio de 1901.
446
Melesio Morales. “Con motivo del triunfo obtenido por el eximio virtuoso Ricardo
Castro”. El Tiempo. México, 24 de junio de 1901.
447
“El nuevo Sub-secretario de Instrucción Pública”. El Imparcial. México, 14 de junio
de 1901.
448
“En la casa del maestro D. Ricardo Castro”. El País. México, 15 de junio de 1901.
449
“Un maestro juzgado por sus alumnos”. El País. México, 17 de junio de 1901.
193
Rogelio Álvarez Meneses
no, pues albergaba “serios temores” con respecto al éxito de la em- Contrariamente a lo
presa y consideraba que, si bien la propuesta de El Imparcial era loa- esperado, Castro conti-
ble, no dejaba de ser cuando menos “arriesgada”.450
nuó realizando diver-
Pocos días después Campa publicó su posicionamiento en
un artículo intitulado “Carta abierta a un amigo” en el que habla sas actividades duran-
tanto de la evolución musical de Castro como de la situación artís- te la segunda mitad de
tica del país: 1901 y la primera del
Como pianista, olvidó para siempre los tempranos triunfos año siguiente, de ma-
obtenidos en la ejecución del famoso Himno del Brasil y las fantasías de nera paralela a la pre-
Norma y Rigoletto, para hacer estudio serio y reposado de estilos y maes- paración de los con-
tros; como compositor, desechó sus primeras producciones y evolucionó
completamente, asimilando el estilo de los compositores franceses y ciertos convenidos para
alemanes contemporáneos. Para valorizar el empuje de tales esfuerzos El Imparcial.
hay que tomar en consideración el medio desfavorable en que se vive
y la atmósfera antiartística que se respira; débese reflexionar en la falta
absoluta de modelos y de guía y en las dificultades con que se lucha para
producir en un país como el nuestro [...].451
450
Melesio Morales. “Con motivo del triunfo obtenido por el eximio virtuoso Ricardo
Castro”. El Tiempo. México, 24 de junio de 1901.
451
Gustavo E. Campa. “A propósito del triunfo de Ricardo Castro. Carta abierta a un
amigo”. La Gaceta Musical. México, 1 de julio de 1901.
452
El Imparcial. México, 10 de noviembre de 1901.
194
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El año 1902 se inició Gama, la Danza sagrada de Atzimba de Castro y el Vals Poético de
con una noticia agrada- Villanueva, en versión para orquesta hecha por Campa.
ble para Castro, ya que Respecto a la parte musical, diremos que este concierto es una
los periódicos informaron de las más brillantes notas anuales de arte. Todos los números del pro-
grama, escogido con mucho gusto, fueron aplaudidos. Causaron especial
que su Caprice-Valse, entusiasmo, los siguientes: “Himno a Vasco de Gama” de Ricardo Castro
Op. 1, editado a finales y “Wals poético” de Felipe Villanueva. Esta pieza se repitió a instancias
del público. Los cantantes que tomaron participación en el concierto
de 1901 por la casa Frie- agradaron bastante.
drich Hofmeister de Lei- [...] También debemos hacer notar que el pianista [Pedro Luis]
pzig, había sido muy bien Ogazón, obtuvo muy buen éxito, tocando, acompañado de coros y
orquesta, la “Fantasía” de Beethoven.453
aceptado en Alemania.
Año 1902: los tres conciertos para El Imparcial
Contrariamente a lo esperado, Castro continuó realizando diversas
actividades durante la segunda mitad de 1901 y la primera del año
siguiente, de manera paralela a la preparación de los conciertos con-
venidos para El Imparcial.
Encontramos que, aunado al estudio personal del instru-
mento, realizó la orquestación de la zarzuela Zulema de su amigo
Ernesto Elorduy; fue miembro fundador de la Sociedad de Autores,
Escritores y Artistas Mexicanos, a la que ingresó como vocal en el
área de música; realizó un arreglo para ensamble de cámara del In-
termezzo de su ópera Atzimba y presentó varias obras para su edi-
ción en la casa Wagner. Además, se enfrentó a ciertos contratiem-
pos: por un lado, se vio aquejado de un proceso catarral y una pos-
terior intoxicación ocasionada por los medicamentos con los que
pretendía recuperarse, y por otro, emprendió los trámites necesarios
para la cesión de una parte del terreno de su casa habitación al ayun-
tamiento por ampliación de la vía pública.
El año 1902 se inició con una noticia agradable para Castro,
ya que los periódicos informaron que su Caprice-Valse, Op. 1, edi-
tado a finales de 1901 por la casa Friedrich Hofmeister de Leipzig,
había sido muy bien aceptado en Alemania. Con este motivo la edi-
tora envió al compositor:
[...] la suma de cien marcos como recompensa y desde luego puso
el nombre de la pieza en sus catálogos. Castro es el primer compositor
mexicano que ha alcanzado tal distinción. El wals ha gustado tanto, que
en muy poco tiempo se han hecho remesas duplicadas a los repertorios.
A la casa Wagner le ha llegado ya la segunda remesa.454
453
“El concierto de anoche. En honor de los congresistas”. El Imparcial. México, 12 de
noviembre de 1902.
454
“Un triunfo del maestro Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 24 de enero de 1902.
También publicado en El Tiempo del día siguiente.
195
Rogelio Álvarez Meneses
Campos. La exitosa representación tuvo lugar en el Teatro del Con- Elorduy escribió Zule-
servatorio y fue posible gracias al apoyo brindado por el Lic. Justo ma en versión para canto
Sierra, subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes.455
y piano. La obra fue ob-
Un breve comentario merece la interesante figura de Ernes-
to Elorduy Medina (1854-1913). Habiendo iniciado a temprana jeto de dos instrumenta-
edad sus estudios musicales, quedó huérfano de ambos padres a los ciones: una primera reali-
quince años y recibió una cuantiosa fortuna como herencia, trasla- zada por Ricardo Castro
dándose a Alemania junto con su hermano Edmundo. Estudió pia- para su estreno y otra pos-
no en los conservatorios de Berlín y Frankfurt con Clara Schumann terior hecha por Eduardo
y posteriormente completó su formación con Joachim Raff, Anton
Vigil y Robles. La orques-
Rubinstein y Carl Reinecke. Viajó por Grecia, Creta, Chipre, Tur-
quía y Egipto y en 1878 se estableció en París, donde recibió cla- tación de Castro se en-
ses de George Mathias, director del Conservatorio. Colaboró con el cuentra perdida.
servicio diplomático mexicano en el Consulado de México en Mar-
sella y después fue designado canciller en Barcelona.456 Retornó a
México en 1892 y rápidamente figuró en el escenario musical de la
época, cautivando por “su brillante inteligencia, cosmopolita refina-
miento y personalidad chispeante y bulliciosa”,457 cualidades que le
dieron entrada a los círculos de la alta sociedad, siendo además gran
amante de la vida bohemia. Fue nombrado profesor de piano en el
Conservatorio Nacional de México por Justo Sierra, pero ninguno
de sus alumnos alcanzó relieve, ya que, en palabras de Jorge Velaz-
co, “no se pueden impartir lecciones de dotes ni clases de talento”.458
Elorduy escribió Zulema en versión para canto y piano.459
La obra fue objeto de dos instrumentaciones: una primera realiza-
da por Ricardo Castro para su estreno y otra posterior hecha por
Eduardo Vigil y Robles.460 La orquestación de Castro se encuen-
tra perdida.
455
“Ecos de la Zulema”. El Entreacto. México, 30 de enero de 1902.
456
Pareyón, G., op. cit., p. 347.
457
Velazco, J. “El pianismo mexicano…”, p. 219.
458
Ibíd., p. 220.
459
Algunos fragmentos fueron publicados por la editorial mexicana Otto y Arzoz.
460
El argumento de Zulema guarda una cierta analogía con Atzimba: el amor de una pareja
cuyos miembros viven circunstancias que vuelven ilícito el idilio. Zulema pertenece al
harem de Selim, de quien es favorita. Sin embargo, está enamorada de Muley, príncipe
árabe convertido en esclavo. Enterado Selim de la traición fraguada en su propio serrallo,
apresa a Muley y repudia a Zulema. Ambos se reencuentran en el mercado de esclavos
y parten juntos hacia el destierro. (Sosa, J. O., Diccionario de la ópera…, pp. 104-105).
196
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
35. Ernesto Elorduy: Zulema. Partitura Campa dio a conocer sus impresiones de la obra de Elorduy,
para canto y piano. (México, Otto y
Arzoz Editores [s/f ]).
y dejando de lado la amistad que le unía con el compositor, señaló
que pese a no ser una obra maestra, Zulema era, “en su género, de lo
mejor y más inspirado que se ha escrito en México”. Asimismo, elo-
gió el color local que imprimió el autor a la obra, efecto conseguido
“con el empleo de las indecisas tonalidades orientales y [determina-
dos] ritmos e intervalos persistentes”. Campa felicitó a Castro por
haber realizado la instrumentación, “labor que ha sido la del honra-
do obrero que pule y engarza”.461
En agradecimiento a Castro, Elorduy publicó la siguiente
carta en El Imparcial:
San Ángel, 23 de Enero de 1902.
Sr. D. Ricardo Castro. México.
Muy querido Ricardo:
Profundamente agradecido a todas las personas que han tenido la
bondad de alabar la música de “Zulema”, y debiendo íntima gratitud a
quienes para ello han contribuido, réstame tan solo darte públicamente
las gracias más expresivas y sinceras por la manera tan cariñosa, tan
fraternal y tan admirablemente bella con que has sabido instrumentar
la obra y que de un modo tan poderoso ha contribuido a que el público
la haya aceptado.
461
Gustavo E. Campa. “La Zulema de Elorduy. Breves impresiones”. El Imparcial. México,
27 de enero de 1902.
197
Rogelio Álvarez Meneses
462
Ernesto Elorduy. “Carta al Maestro Castro”. El Imparcial. México, 27 de enero de 1902.
También publicada en El Entreacto del 30 de enero.
463
“La reunión de hoy en el Conservatorio. A los autores, escritores y artistas”. El Popular.
México, 4 de marzo de 1902.
464
El Popular. México, 5 de marzo de 1902.
465
“La reunión de anoche en el Conservatorio. La velada inaugural de la Asociación de
Autores y Escritores”. El Popular. México, 12 de marzo de 1902.
466
Boletín Municipal del Distrito Federal 1901-1903. México, 7 de marzo de 1902.
467
Boletín Municipal del Distrito Federal 1901-1903. México, 24 de junio de 1902.
468
Los miembros de la agrupación eran Luis Beristáin, violín primero; Luis Girón, violín
segundo; Ignacio Landagaray, violonchelo; Susano Robles, clarinete, Manuel Priego, arpa;
Joaquín Beristáin, armónium, y Julio Morales en el piano. El primer concierto, dedicado
a la prensa, tuvo lugar el 3 de abril de 1902.
198
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Los tres conciertos de compromiso con El Imparcial se pro- Los tres conciertos de com-
gramaron en días viernes consecutivos: 27 de junio, 4 y 11 de ju- promiso con El Imparcial
lio de 1902 en el Teatro Renacimiento. Al acercarse el primero, los
se programaron en días
periódicos publicaron numerosos artículos y notas para su difusión.
No era la primera vez que la prensa actuaba como una bien aceitada viernes consecutivos: 27 de
maquinaria a favor de Castro: ya en el concierto del 26 de diciembre junio, 4 y 11 de julio de
de 1885 observamos la manera en que los periódicos contribuyeron 1902 en el Teatro Renaci-
al éxito del evento a través de una pertinaz campaña publicitaria. miento. Al acercarse el pri-
Así pues, la prensa ejerció una influencia decisiva para el de- mero, los periódicos publi-
sarrollo de los conciertos. En todo momento se buscaba persuadir
caron numerosos artículos
al público para que favoreciera con su asistencia al concertista mexi-
cano: nuevamente el factor determinante fue generar gran expecta- y notas para su difusión.
ción e interés por conocer los resultados de un año de trabajo.
Los argumentos para atraer al público fueron muy variados:
el prestigio del artista, ya demostrado en la composición y ahora en
vías de legitimarse como intérprete virtuoso; la variedad de las obras
del programa, sus altas exigencias técnicas y musicales y la oportuni-
dad de escuchar obras poco tocadas en México; la ocasión de asistir
a un evento musical sumamente prometedor por su calidad y, por
tanto, contrastante con otros espectáculos teatrales considerados
poco edificantes.470 También se aludió al espíritu nacionalista del
público, invitándole a ser testigo del desempeño de un concertista
mexicano, suceso por sí mismo excepcional debido a que regular-
mente los recitales eran ofrecidos por intérpretes extranjeros. Tam-
poco se omitió el detalle relativo a primeras audiciones de obras del
propio compositor y hasta el estreno de un piano Steinway de gran
concierto construido en Nueva York expresamente para los recitales.
De esta manera los periódicos ejercieron un papel decisivo
que convirtió a Castro en un fenómeno mediático de gran alcance.
La prensa apelaba a la sensibilidad, refinamiento y buen gusto de la
oligarquía burguesa del porfiriato, que vio en Castro un producto
cultural con el cual podría sentirse plenamente identificada.
Reproducimos algunas notas periodísticas con la finalidad
de ilustrar lo anterior. Con casi un mes de anticipación al primer
concierto, el suplemento Los Jueves de El Mundo publicó:
Pocos todavía son los “elegidos” en el dominio del Arte. De estos,
algunos forman una encantadora promesa y otros palpitan en la reali-
dad. Entre los últimos está Ricardo Castro, nuestro notable compositor
y aplaudido pianista.471
470
Nos referimos a espectáculos de variedades y teatro por horas (algunas veces de temática
sicalíptica), géneros a los que ciertos periodistas se referían en tono despectivo: “[…] los
indigestos atracones de deficientes representaciones dramáticas y a las inmoralidades e
indecencias de la tanda”. (“Notas de la semana”. El Tiempo. México, 13 de julio de 1902).
471
“Arte y Artistas. Ricardo Castro”. Jueves de El Mundo. México, 29 de mayo de 1902.
200
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
472
“Los conciertos de Ricardo Castro y El Imparcial”. El Entreacto. México, 12 de junio
de 1902.
473
“El Arte de plácemes”. La Evolución. Durango, 15 de junio de 1902.
474
“Los conciertos de Ricardo Castro”. El Tiempo. México, 15 de junio de 1902.
475
“Encouragement to Art”. The Mexican Herald. México, 16 de junio de 1902.
476
“Los conciertos de Ricardo Castro”. La Iberia. México, 17 de junio de 1902.
477
“Los conciertos de Ricardo Castro”. El Entreacto. México, 22 de junio de 1902.
201
Rogelio Álvarez Meneses
478
“Los conciertos de Ricardo Castro”. El Tiempo. México, 15 de junio de 1902.
479
“Conciertos del eminente pianista Ricardo Castro”. El País. México, 20 de junio de 1902.
480
“Conciertos de Ricardo Castro. Un gran piano”. El Imparcial. México, 26 de junio de
1902.
481
“Abono abierto. Ricardo Castro. Los tres grandes conciertos”. El Imparcial. México, 19
de junio de 1902. También publicado en el mismo periódico los días 20, 21, 22, 23 y
25 de junio de 1902.
202
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
482
“Ricardo Castro”. Jueves de El Mundo. México, 19 de junio de 1902.
203
Rogelio Álvarez Meneses
En las notas al programa del primer concierto se hace nue- 40. Conciertos de Ricardo Castro.
Invitación – Programa de mano del
vamente hincapié en la dificultad técnica y musical de las obras, así primer concierto, 27 de junio de 1902.
como de su novedad en México: (México, Linotipia de El Mundo y El
Imparcial, 1902). Colección particular.
El programa de Ricardo Castro es muy interesante; extenso,
difícil, variado y nuevo. [...] Contiene números para el ejecutante y nú-
meros para el intérprete, números hermosos y accesibles para la mayoría,
sin degenerar en la mediocridad de composiciones brillantes, ruidosas,
faltas de mérito e indignas de colocarse junto a creaciones serias ya san-
cionadas con el universal aplauso de los artistas verdaderos. [...] Consta de
números de prueba, que exigen una técnica consumada; unos por el vigor
que requieren, otros, por la delicadeza suma que demandan; números de
prueba también por lo que toca a su interpretación. [...] Como noveda-
des no oídas en México (hablamos de audiciones públicas) citaremos del
Programa que nos ocupa: la Mazurka en Do mayor de Chopin-Brassin,
el Preludio de Delafosse, el Vals Capricho número 2 de Strauss-Philipp;
la Source Enchantée de Dubois; el Nocturno de Chopin-Liszt y el
Arabesque de Liszt.483
483
El programa de Ricardo Castro. [Programa de mano]. México, Linotipia de “El Mundo”
y “El Imparcial”, 1902.
204
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
En las notas al progra- El texto concluye señalando que el público cifra todas sus
ma del primer concier- esperanzas en el desempeño de Castro, “joven virtuoso considera-
do hasta hoy como compositor de gran valía, como técnico de pro-
to se hace nuevamente
badas facultades, como artista estudioso y exigente [que] podrá lla-
hincapié en la dificul- marse sin réplica el primer pianista de México. Su programa será su
tad técnica y musical de credencial.”484
las obras, así como de su La campaña periodística surtió su efecto en la sociedad mexi-
novedad en México. cana, pues según el cronista de El Entreacto se consiguió “una victo-
ria magna sobre el desdén habitual de nuestro público para las co-
sas de arte exquisito”,485 aunque no se registró el lleno total espera-
do, como informa El Imparcial al señalar que “un público numeroso
de todas las clases cultas colmó casi por completo las localidades”.486
De la ingente cantidad de reseñas y notas periodísticas rela-
tivas al concierto, seleccionamos aquéllas concernientes específica-
mente al desempeño pianístico del intérprete.
Refiriéndose a la sonoridad y reprochando un estricto apego
a la partitura capaz de limitar por momentos la “pasión en el ejecu-
tante”, el crítico de El Tiempo escribió:
El mecanismo lo domina llegando a un alto grado de perfec-
ción en punto a soltura y vigor de la mano. Sus fuertes, sobre todo, son
magistrales, y fue con lo que mayor éxito obtuvo. En la interpretación
de las piezas, parece ajustarse estrictamente a lo que el papel le demanda;
es un lector fidelísimo, pero se hecha [sic] de menos algo de pasión en
el ejecutante, y algo más acentuados los contrastes. Valiéndonos de un
símil pictórico, diremos que el señor Castro es un excelente dibujante
que marca con una energía magistral los perfiles, pero desdeña o se le
escapan el colorido y el claroscuro. [Es] un pianista digno de presentarse
y con gloria en los centros musicales del extranjero.487
484
Ibíd.
485
“Brillante triunfo artístico. El concierto Imparcial-Castro”. El Entreacto. México, 29 de
junio de 1902.
486
“El primer concierto de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 28 de junio de 1902.
487
“El primer concierto del Sr. Castro”. El Tiempo. México, 29 de junio de 1902.
488
Alfonso Viñas. “Notas artísticas. Ricardo Castro”. La Iberia. México, 28 de junio de 1902.
205
Rogelio Álvarez Meneses
pin-Brassin, pieza con “dificultades muy rudas y arduas” que el ar- Ciertamente la Ma-
tista superó incólume.489 Al respecto el crítico Alfonso Viñas exaltó zurka causó una gran
la manera en cómo Castro salió airoso de los comprometidos glis-
impresión en el públi-
sandi de octavas que “no era posible decir mejor”.490
Ciertamente la Mazurka causó una gran impresión en el pú- co. Por lo tanto, la pie-
blico.491 Por lo tanto, la pieza amerita un breve comentario. Después za amerita un breve co-
de una ardua labor de localización, encontramos que se trata de la mentario. Después de
Mazurka Op. 33, No. 2 (1837-38, dedicadas à Mlle. la Comtes- una ardua labor de lo-
se Mostowska) de Chopin, cuya tonalidad original es Re mayor. La calización, encontra-
transcripción tocada por Castro pertenece a los Douze grandes étu-
mos que se trata de la
des de concert en quatre livres formant l’Ecole moderne du pianoforte,
Op. 12 (1861) de Louis Brassin (1840-1884); la novena pieza de Mazurka Op. 33, No.
esta colección es precisamente una transcripción de la mazurka de 2 (1837-38, dedicadas
Chopin.492 El programa de mano del concierto consignaba: à Mlle. la Comtesse
La Mazurka en Do mayor de Chopin es conocida, pero no lo es la Mostowska) de Chopin,
transcripción de Brassin, y merece serlo; en ella la idea musical permanece cuya tonalidad original
intacta, elegante, sentida, flotante, sirviéndole de fondo dificultades de
toda suerte y verdaderos problemas de técnica; entre otros los “glissan- es Re mayor. La trans-
dos” en octavas, en tercias y hasta en acordes cuya ejecución demanda cripción tocada por Cas-
aptitudes muy personales; con especialidad de mecanismo; leyendo con
anterioridad esa transcripción se dará cuenta el que conozca la literatura
tro pertenece a los Dou-
del piano, cuántos escollos hay que vencer para ejecutarla.493 ze grandes études de
concert en quatre livres
El hecho de que la obra original estuviera en una tonali-
dad diferente fue precisamente lo que dificultó la labor de identifi- formant l’Ecole mo-
cación de la pieza. El que Brassin haya decidido transportar la Ma- derne du pianoforte,
zurka, Op. 33, No. 2 de Chopin a Do Mayor tiene una explicación Op. 12 (1861) de Louis
lógica que obedece fundamentalmente a un aspecto técnico: favo- Brassin (1840-1884);
recer la ejecución de los glissandi que tanto impresionaron al públi- la novena pieza de esta
co y al crítico de La Iberia,494 de tal manera que se realizaran sola-
colección es precisamen-
mente sobre las teclas blancas del piano. A continuación presenta-
mos el inicio de la obra original de Chopin y algunos extractos de te una transcripción de
la transcripción de Brassin que muestran los diferentes tipos de glis- la mazurka de Chopin.
sandi que deslumbraron:495
489
“En el Renacimiento. El primer concierto de Ricardo Castro”. El Popular. México, 29
de junio de 1902.
490
Alfonso Viñas. “Notas artísticas. Ricardo Castro”. La Iberia. México, 28 de junio de 1902.
491
Así lo reseñaron la mayoría de los críticos, quienes no pasaron por alto la dificultad de
la pieza y su magistral interpretación, así como su efecto en el público.
492
Estos doce estudios se han editado ocasionalmente en dos colecciones de seis, lo que
altera la numeración de los mismos.
493
El programa de Ricardo Castro. [Programa de mano]. México, Linotipia de “El Mundo”
y “El Imparcial”, 1902.
494
Alfonso Viñas. “Notas artísticas. Ricardo Castro”. La Iberia. México, 28 de junio de 1902.
495
Agradecemos la gentileza del maestro Lázaro Azar Boldo, quien proporcionó la partitura
de esa rareza que es la Mazurka Chopin-Brassin justo en la etapa final de esta investigación.
206
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
41. Chopin: Mazurka, Op. 33, No. 2, cc. 1-13 (Karl Klindwordth, ed., Berlín, Bote & Bock, 1880).
42. Chopin-Brassin: Mazurka [Op. 33, No. 2], tema inicial, cc. 1-4. (Isidor Philipp, ed., París, F. Durdilly & Ch. Hayet).
207
Rogelio Álvarez Meneses
208
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Segunda parte.
Castro: Scherzino, Op. 6.
Castro: Minuetto.
Moszkowski: Estudio de concierto en Sol bemol mayor, Allegro patetico,
Op. 24, No. 1.
Sinding: Marche Grotesque, Op. 32, No. 1.
Sinding: Brisa de primavera, Op. 32, No. 3. [Frühlingsrauschen
(Gazouillement du Printemps, Rustle of Spring) de Sechs Stücke, Op.
32, No. 3].
Liszt: Rapsodia Húngara No. 11, S. 244/11.
496
Posiblemente se trate de Álbum leaf. Air de Ballet, en Mi menor, publicada en 1901.
497
“El primer concierto de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 28 de junio de 1902.
498
“El primer concierto de Ricardo Castro. Extraordinaria ovación”. El País. México, 28
de junio de 1902.
499
“Conciertos Ricardo Castro”. El Entreacto. México, 3 de julio de 1902. El programa y
los precios del concierto también fueron publicados en The Mexican Herald y El Diario
del Hogar del 4 de julio de 1902.
500
El Centinela de Hermosillo. México, 5 de julio de 1902.
209
Rogelio Álvarez Meneses
la siguiente décima de su autoría en honor del pianista, gesto que Durante el transcurso de
arrancó una ovación del público: los anteriores recitales y los
Las discípulas vuestras, claras estrellas, días intermedios, la ex-
de la virtud y el arte, tiernas y bellas,
os dan estos presentes, cuya valía pectación fue en constan-
es no ser sólo ofrenda de simpatía, te aumento. Las interpre-
sino de sus cariños emblema y fruto,
de gratitud inmensa pobre tributo,
taciones eran profusamen-
y al par una sencilla, noble memoria te comentadas, y con ma-
de que admiran al genio y honran su gloria. yor ardor se hablaba de las
Se encuentran orgullosos del triunfo vuestro,
como lo estamos todos: ¡Salve, Maestro!501 piezas que “habían mere-
cido el honor de la repeti-
En contraste con el concierto anterior y el tercero de la serie,
las notas de prensa son relativamente exiguas en este caso. Consig- ción” así como de aquéllas
namos la reseña publicada en El Tiempo que además de exponer las que eran ejecutadas fuera
facultades pianísticas de Castro, realiza lo que parecía inevitable: la de programa.
comparación del artista mexicano con las grandes figuras europeas
de la talla de Rubinstein, Liszt y Chopin:
Dotes complexas [sic] constituyen la personalidad del maestro
Castro: pulsación pujante a la Rubinstein, de quien la leyenda refiere
que reventaba una cuerda para imitar con sus vibraciones la caída del
agua; digitación amplia, rápida y flexible a lo Liszt, de quien las consejas
populares decían tener rasgado el cartílago que enlaza el dedo pulgar a
los demás; unción y penetrante melancolía a lo Chopin, para dar a los
sonidos el suave aleteo del céfiro, juego magistral de pedales, al punto
de engañar al oído figurándole la plasticidad de las voces del órgano.502
501
“En el Renacimiento. Nuevo y brillante triunfo de Ricardo Castro”. El País. México, 5
de julio de 1902.
502
“Notas de la semana”. El Tiempo. México, 6 de julio de 1902.
503
Gómez Rivas, Armando. “El segundo concierto de Ricardo Castro para El Imparcial” en
Heterofonía, revista de investigación musical. Números 136-137. México, Centro Nacional
de Investigación, Documentación e Información Musical, enero-diciembre de 2007, p. 52.
504
“Ruidosa ovación a Ricardo Castro. El último concierto”. El País. México, 12 de julio
de 1902.
210
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Los comentarios siem- lazaba en comentar detalladamente los sucesos anecdóticos surgidos
pre halagüeños del públi- durante los descansos y al final de los conciertos. Los comentarios
siempre halagüeños del público asistente eran reproducidos en los
co asistente eran reprodu-
diversos periódicos y, en consecuencia, el “fenómeno Castro”505 era
cidos en los diversos perió- un vox populi no sólo en la Ciudad de México sino también en las
dicos y, en consecuencia, numerosas ciudades de provincia cuyos periódicos hacían eco de las
el “fenómeno Castro” era noticias de los diarios capitalinos.
un vox populi no sólo en El día del concierto, El Popular anunció que como un gesto
la Ciudad de México sino de agradecimiento “por las grandes ovaciones” del público, Castro
había dispuesto la participación de “una magnífica orquesta de cin-
también en las numerosas
cuenta profesores del Conservatorio”.506
ciudades de provincia cu- El programa incluyó las siguientes obras:
yos periódicos hacían eco
Primera parte. (Piano solo).
de las noticias de los dia- Beethoven: Sonata [No. 25] en Sol mayor, Op. 79. Presto alla tedesca.
rios capitalinos. Andante. Vivace.
Chopin: Nocturno en Fa sostenido. [Sin especificar; puede referirse al Op.
15, No. 2 en Fa sostenido mayor o al Op. 48, No. 2 en Fa sostenido
menor].
Chopin: Vals en Mi menor, Op. 72 post.
Muirón: Minueto.
Chaminade: Arlequine, Op. 53.
MacDowell: Estudio de concierto, Op. 36.
Segunda parte. (Con acompañamiento de orquesta). Director: José
G. Aragón.
Chaminade: Concertstück, Op. 40 para piano y orquesta.
Castro: Caprice-Valse, Op. 1.
Liszt: Fantasía Húngara para piano y orquesta, S. 123. [Basada en la
Rapsodia Húngara No. 14, S. 244/14].
505
Gómez Rivas, A., op. cit., p. 47.
506
“El concierto de Ricardo Castro. Último de la serie”. El Popular. México, 11 de julio
de 1902.
507
“Ruidosa ovación a Ricardo Castro. El último concierto”. El País. México, 12 de julio
de 1902.
211
Rogelio Álvarez Meneses
Castro reconoció que una los protectores y al protegido”.511 El crítico de El Imparcial dejó ver
parte importante de su que se trataba de un hecho sin precedentes y escribió que solamente
se habían registrado apoteosis similares con “los artistas de la ópera
éxito era gracias a la la-
y de la tragedia”.512 En el mismo sentido el cronista de El Entreac-
bor realizada por la pren- to precisó que “desde los días grandes y gloriosos de Ángela Peralta
sa. Así lo manifestó en su no [se había] nunca presenciado una electrización tan completa”.513
carta del 12 de julio en La comparación resulta válida si se considera que Peralta y Castro
la que agradecía todas las fueron los dos intérpretes mexicanos que durante el siglo xix des-
deferencias al Lic. Ra- tacaron en el panorama musical internacional y europeo.514 Entre
las numerosas reseñas destaca la de Antonio Herrera, quien atina-
fael Reyes Spíndola, a sus
damente reflexiona sobre el tiempo que había demorado el apoyo
alumnos y compañeros del para el pianista:515 “sentimos mucho que la subvención no se le haya
Conservatorio y natural- acordado siquiera diez años antes, pues ya Castro hubiera dado óp-
mente al presidente de la timos frutos con su privilegiado talento”.516
república, Porfirio Díaz Por su parte, Castro reconoció que una parte importante de
y al subsecretario de Ins- su éxito era gracias a la labor realizada por la prensa. Así lo mani-
festó en su carta del 12 de julio en la que agradecía todas las defe-
trucción Pública y Bellas
rencias al Lic. Rafael Reyes Spíndola, a sus alumnos y compañeros
Artes, Lic. Justo Sierra. del Conservatorio y naturalmente al presidente de la república, Por-
firio Díaz y al subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes,
Lic. Justo Sierra:
México, julio 12 de 1902.
Sr. Director de El Imparcial.
Presente.
Muy estimado señor y amigo:
Emocionado hondamente por los aplausos y manifestaciones de
cariño con que el público premió mis esfuerzos, debo ante todo, Señor
Director, manifestarle que no desconozco que el éxito de mis conciertos,
lo debo en gran parte a la desinteresada y nobilísima protección que El
Imparcial me ha impartido, proporcionándome la manera de dedicarme
exclusivamente al estudio del piano, apartándome de las exigencias
diarias e ineludibles de la lucha por la vida. Reciba, pues, en éstas líneas,
la expresión más sincera de mi profundo agradecimiento.
511
“El último concierto de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 12 de julio de 1902.
512
Ibíd. Cuando el cronista de El Imparcial alude a apoteosis que solamente se habían dado
con “los artistas de la ópera”, podemos recordar las actuaciones de figuras extranjeras
como Adelina Patti, Francesco Tamagno y Emma Albani, quienes se habían presentado
en la capital mexicana en 1890. (Véase Álvarez Meneses, R., op. cit., p. 134).
513
“Gran vencedor Ricardo Castro. Su triunfo de anoche”. El Entreacto. México, 13 de
julio de 1902.
514
Si bien el compositor Juventino Rosas Cadenas (1868-1894) alcanzó fama internacional
con su vals Sobre las olas (1887), su radio de acción se circunscribió a México, Cuba y
Estados Unidos; además, al no ser un virtuoso de su instrumento, tampoco realizó carrera
como intérprete como sí lo hicieron Ángela Peralta y Ricardo Castro.
515
Recordemos que en 1886 Castro había intentado hacer el ansiado viaje de estudios a
Europa.
516
Antonio Herrera. “Último concierto de Ricardo Castro”. El Diario del Hogar. México,
13 de julio de 1902.
213
Rogelio Álvarez Meneses
No desconozco que la prensa de toda la capital, ha contribuido a avivar En todos los casos los re-
el entusiasmo, y que a ella se debe también gran parte del éxito; mi
reconocimiento a éste respecto no tiene límite, y en cuanto al público, citales dan inicio con
tan generoso, tan extraordinariamente generoso y entusiasta para una sonata de Beetho-
conmigo, no sé cómo expresarle la profundísima e indecible gratitud
de mi alma.
ven y culminan con una
A todos, especialmente al Sr. Director, profesores y empleados del de las Rapsodias húnga-
Conservatorio Nacional de Música, por cuyo establecimiento siento ras, S. 244 de Liszt, me-
tanto cariño, a mi respetable maestro Melesio Morales, al Ateneo diando obras de Chopin
Mexicano Literario y Artístico, a los alumnos del Conservatorio y de la
Escuela de Jurisprudencia, al Septuor Mexicano, a los señores Wagner y Schubert, además de las
y Levién Sucs., y a mis discípulos, les doy las gracias más expresivas, llamadas composiciones
sintiéndome profundamente obligado.
“modernas” y piezas de la
Y por lo que toca a la altísima protección que el Señor Presidente de
la República y el Señor Subsecretario de Instrucción Pública, se han propia autoría de Castro,
servido dispensarme, proporcionándome la manera de viajar por los en una decidida búsque-
grandes centros artísticos de Europa, he de manifestarles mi gratitud
inmensa, gastando todas mis energías, sin economizar trabajo alguno,
da de la “apoteosis artís-
en hacerme digno de la gran distinción que se han servido hacerme. tica bajo los lineamientos
¡Ojalá pueda dejarlos satisfechos! más estrictos de la moder-
Ruego a Usted, Señor director, se sirva publicar esta carta, y siga
contándome en el número de sus amigos, que mucho lo estima su
na escuela pianística”.
afectísimo y seguro servidor.
Ricardo Castro.517
517
“Carta de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 16 de julio de 1902.
518
Gómez Rivas, A., op. cit., p. 50.
214
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
En el conjunto de sonatas mo en Berlín en 1870, concluye que los programas en general in-
de Beethoven se incluyen cluyen:
las Op. 78 en Fa sosteni- • Una importante sonata completa (o bien un solo movimiento de
sonata) de Beethoven.
do mayor, Op. 31, No. • Un grupo de pequeñas páginas del siglo XVIII y modernas.
3 en Mi bemol mayor y • Un importante trabajo o un grupo de trabajos románticos.
• Un grupo de páginas acentuadamente virtuosísticas.519
Op. 79 en Sol mayor, in-
terpretadas con todos sus Esta distribución puede ser extrapolada a los programas de
movimientos. Castro, salvo que en este caso se tiene además la ejecución de piezas
del propio compositor y de obras con acompañamiento de orques-
ta en el tercero de los conciertos.
En el conjunto de sonatas de Beethoven se incluyen las Op.
78 en Fa sostenido mayor, Op. 31, No. 3 en Mi bemol mayor y Op.
79 en Sol mayor, interpretadas con todos sus movimientos.
Con respecto al grupo de “pequeñas páginas del siglo xviii
y modernas” destacamos dos aspectos concretos. El primero, la ya
explicada diferenciación entre los conceptos de autores “antiguos”
y “modernos”, que era una realidad en el gusto y la praxis musical
de la época y que se vio fielmente reflejada por el negocio editorial.
El segundo es precisamente la gran ausencia de compositores “an-
tiguos”: Scarlatti, Bach y Haendel (ni siquiera en arreglos o trans-
cripciones de concierto, tan habituales en la segunda mitad del xix)
o Haydn y Mozart como representantes de la escuela clásica viene-
sa del xviii. En contraste, se observa una clara tendencia a presen-
tar obras de compositores “modernos”, la mayoría de ellos todavía
vivos y en plena actividad: Grieg, Leschetizky, Philipp, Chamina-
de, Sinding, Dubois, Godard, D’Albert o Schytte, cuyas obras “dan
ocasión al concertista de exhibir el virtuosismo de la mecánica o el
virtuosismo del toque”.520 Destacamos en este apartado la inclusión
de una obra compuesta por un alumno de Castro: el Minueto de Ju-
lio Muirón.
En el grupo de obras románticas figura Chopin con una po-
lonesa (en Re menor, Op. 71, No. 1, posth.), tres preludios del Op.
28 (Nos. 11, 7 y 23), un estudio (el Op. 10, No. 12, “Revolucio-
nario” o el Op. 25, No. 12), un nocturno (el Op. 15, No. 2 en Fa
sostenido mayor o el Op. 48, No. 2 en Fa sostenido menor)521 y un
vals (en Mi menor, Op. 72 posth.). También encontramos piezas de
autores franceses y “un plus bailable que conduce al intermedio”.522
En las segundas partes de los recitales se interpretaron com-
posiciones del propio Castro: Valse Intime, Op. 9, No. 1 (de los
Deux morceaux pour piano), Chant d’amour, Scherzino, Op. 6, Mi-
519
Rattalino, P., op. cit., pág. 232.
520
Ibíd.
521
El programa y las reseñas del concierto no especifican a cuál de los dos nocturnos se
refiere, pues ambas obras de Chopin comparten la misma tonalidad.
522
Gómez Rivas, A., op. cit., p. 50.
215
Rogelio Álvarez Meneses
523
Rattalino, P., op. cit., p. 232.
524
“La prensa, palanca del arte”. El Entreacto. México, 17 de julio de 1902.
525
Ibíd.
216
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
En el caso de Castro, es cal gracias a la prensa local, que favoreció el culto a la figura del pia-
pertinente hacer notar que nista. En su artículo sobre la visita de Herz en México, Yael Bitrán
señala “que si bien algunas de estas prácticas se habían visto ante-
la maniobra de la prensa
riormente con la visita de cantantes de ópera, ésta fue la primera vez
por primera vez tuvo por que un instrumentista las promovía”.526
objeto la promoción de un En el caso de Castro, es pertinente hacer notar que la ma-
concertista mexicano. niobra de la prensa por primera vez tuvo por objeto la promoción
de un concertista mexicano. El hecho de tratarse de un compatriota
fue el principal argumento esgrimido en numerosas noticias y pu-
blicaciones que no disimulaban su entusiasmo al afirmar que “no
era una gloria europea la aclamada: era una gloria mexicana, san-
cionada por méritos demostrados en todas las palestras, y por tan-
to, indiscutible”.527 Con la misma vehemencia se hablaba del surgi-
miento del primer “pianista nacional”.528
Uno de los recursos más frecuentes en este proceso persua-
sivo fue la comparación de Castro con otros concertistas que pre-
viamente habían actuado en México y con su repertorio. Con rela-
ción al Staccato-étude, Op. 23, No. 2, una de las obras más difíci-
les de Rubinstein, se recordó que había sido “ejecutado en México
hace poco más de diez años por el inolvidable D’Albert”.529 De la
misma forma se equiparaba al pianista mexicano con diferentes in-
térpretes extranjeros, siempre homologando el talento del primero
al de los segundos: “como grandes ejecutantes en México, de reco-
nocido empuje, Ricardo Castro no tiene más antecesores que Pade-
rewski, D’Albert y Teresa Carreño [...]”. Evidentemente en ningún
caso la comparación desfavorecía al mexicano: “digno de ellos es el
primer programa de Ricardo Castro, a un mismo tiempo variado y
elegante”.530
Con estos antecedentes, Castro se perfiló como el primer
gran pianista concertista nacional. Después del primer recital, el
crítico de La Iberia escribió: “desde ayer cuenta Méjico [sic] con un
gran concertista, gigante del arte, igual a los primeros y a los más
célebres. No desmerece en su comparación con nadie”,531 mientras
que El Entreacto emitió una opinión no menos entusiasta: “nuestro
pianista nacional, Ricardo Castro, se ha levantado por fin a cimas
526
Bitrán, Yael. “Los que no han oído tocar a Herz no saben lo que es un piano. Un virtuoso
europeo en México (1849-1850)” en Heterofonía, revista de investigación musical. Núme-
ros 134-135. México, Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información
Musical, enero-diciembre de 2006, p. 89.
527
“El último concierto de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 12 de julio de 1902.
528
“Gran vencedor Ricardo Castro. Su triunfo de antenoche”. El Entreacto. México, 13 de
julio de 1902.
529
El programa de Ricardo Castro. [Programa de mano]. México, Linotipia de “El Mundo”
y “El Imparcial”, 1902.
530
“En el Renacimiento. El primer concierto de Ricardo Castro”. El Popular. México, 29
de junio de 1902.
531
“Notas artísticas. Ricardo Castro”. La Iberia. México, 28 de junio de 1902.
217
Rogelio Álvarez Meneses
de las cuales no habrá de caer nunca, ni por la desgracia, ni por la Velazco ofrece una intere-
muerte, ni por el olvido”.532 sante retrospectiva con re-
Tales declaraciones tuvieron inmediata repercusión en la
lación al gusto por deter-
opinión pública. Efectivamente, asistimos al surgimiento del “pri-
mer gran concertista nacional”, sin embargo, para validar este títu- minados constructores de
lo tan generosamente otorgado por la prensa, es conveniente consi- instrumentos en México
derar además, el panorama de la composición e interpretación mu- a lo largo del siglo xix y
sical previo a Castro. hasta mediados del xx.
Ya desde el periodo colonial los instrumentos de teclado tu-
vieron una importante recepción, presencia y difusión en México.
Velazco señala que según la Gazeta de México “en 1793 se armaban
pianos en Durango y en 1796 en la Ciudad de México”, resaltan-
do también actividad del alemán Adan Miller, primer fabricante de
pianos que hubo en México.533
Hacia 1810, año del inicio del proceso de Independencia de
México, la afición musical era palpable no solamente “en los coros
de los templos, en los paseos públicos, donde entonces, como aho-
ra, tocaban las bandas militares, sino también en las casas, pues la
moda de tener pianos se había hecho general, y rara era la señori-
ta que en su habitación no se distinguiese en tocar, ya en tertulias
que daban frecuentemente o en el seno de sus amistades íntimas”.534
A su vez, Mayer Serra ha presentado evidencias de que du-
rante las primeras décadas del siglo xix la importación, construc-
ción y venta de instrumentos de tecla era “un negocio floreciente”.
Entre 1805 y 1815 El Diario de México anunciaba semanalmente la
venta de claves y monocordios, con una preferencia por los instru-
mentos de fabricación inglesa.535 Paulatinamente el fortepiano fue
adquiriendo mayor popularidad frente al clave. En este sentido Ve-
lazco ofrece una interesante retrospectiva con relación al gusto por
determinados constructores de instrumentos en México a lo largo
del siglo xix y hasta mediados del xx:
1) Españoles. En 1804 se ofrecían pianos fabricados en Cartagena,
España, “imitando a los ingleses”. Velazco considera que muy po-
siblemente esto se debiera a que el piano preferido por Beethoven
era un Broadwood.
2) Ingleses. Una vez finalizado el monopolio español en 1821, año de
la consumación de la Independencia de México, se dio paso al pe-
riodo de pianos importados de fabricación inglesa.
3) Franceses. A raíz de las intervenciones francesas en México (1838-
1839 y 1863-1867 respectivamente) se dio un “afrancesamiento
nacional que nos trajo la ola de Pleyel y Érard”.
532
“Gran vencedor Ricardo Castro. Su triunfo de anoche”. El Entreacto. México, 13 de
julio de 1902.
533
Velazco, J., “El pianismo mexicano…”, p. 210.
534
González Obregón, Luis. La vida de México en 1810. México, Editorial Innovación, 1979,
p. 86. También citado por Mayer Serra en Panorama de la música mexicana…, p. 16.
535
Mayer Serra, O., op. cit., pp. 16-17.
218
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
536
Velazco, J., “El pianismo mexicano…”, p. 210.
537
Erskine Inglis, F., op. cit., pp. 27-28.
538
Ibíd., pp. 193-194.
219
Rogelio Álvarez Meneses
las que tocan han aprendido sin maestro y, por lo tanto, lo abandonan Hasta el surgimiento de
pronto por falta de enseñanza o estímulo.539
Castro, el cultivo del piano
Este amateurismo fue una realidad constantemente presen- en México se dará en ma-
te a lo largo del siglo xix en México y tuvo su lógica repercusión en nos de personajes que, con
los ámbitos de la enseñanza, la composición y la interpretación pia-
mayor o menor talento, cul-
nística. Hasta el surgimiento de Castro, el cultivo del piano en Mé-
xico se dará en manos de personajes que, con mayor o menor ta- tura y refinamiento musi-
lento, cultura y refinamiento musical, estarán fuertemente ligados cal, estarán fuertemente li-
al diletantismo. No se produce una dedicación absoluta al piano de gados al diletantismo.
concierto, sino que más bien existe un constante tránsito entre éste
y otros instrumentos de tecla (como el clave, o más frecuentemen-
te el órgano) y una multiplicidad de actividades ejercidas de mane-
ra simultánea a la interpretación: la dirección coral u orquestal, la
gestión musical, la enseñanza, algún improvisado magisterio de ca-
pilla, repertorista o inclusive alguna otra profesión distinta a la mú-
sica. Lo anterior puede ser confirmado mediante una revisión a los
trabajos de Jorge Velazco540 y de María Angélica Romero Franco.541
Uno de los primeros nombres es Agustín Horcasitas, cita-
do en 1809 por El Diario de México como un “prominente músi-
co”, empleado de la capilla musical de la catedral de México y co-
laborador de Mariano Soto Carrillo (ca. 1760-1807) en las acade-
mias de música del Palacio de Minería.542 Por su parte Soto Carri-
llo, compositor de boleros, polonesas y tonadillas, fue el introduc-
tor de la música de Haydn hacia el final del virreinato. También li-
gado al Palacio de Minería se encuentra José Manuel Aldana (1758-
1810), violinista, compositor y director de orquesta autor de un Mi-
nueto con variaciones (ca. 1810) para piano.543
José Mariano Elízaga (1786-1842) es considerado por Ve-
lazco como el primer mexicano “que se ocupó del piano profesio-
nalmente”. Alumno de Soto Carrillo, compaginó su actividad mu-
sical con la composición y la enseñanza, no alcanzando el rango de
virtuoso.544 José Antonio Gómez Olguín (1805-1878) fue un hábil
pianista con una gran capacidad de lectura a primera vista, lo que le
llevó a realizar una carrera como acompañante, repertorista y direc-
tor de orquesta, además de ejercer la docencia y la composición. No
se desempeñó como concertista y “al igual que muchos otros, cam-
bió el piano por el órgano”.
Aniceto Ortega del Villar (1825-1875) fue médico de profe-
sión, y precisamente fue medicina lo que estudió durante su estan-
cia en París, donde frecuentó algunos círculos musicales solamen-
539
Ibíd., pp. 295-296.
540
Velazco, J. “El pianismo mexicano…”, pp. 207-227.
541
Romero Franco, M. A., “La música para piano…”, pp. 18-25.
542
Pareyón, G., op. cit., p. 502.
543
Velazco, J. “El pianismo mexicano…”, p. 209.
544
Ibíd., p. 210.
220
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
221
Rogelio Álvarez Meneses
Conciertos de Orquesta, entidad en la que Castro realizara partici- Revisado el perfil y activi-
paciones musicales de gran repercusión en el medio. La carrera de dad profesional de los pia-
Meneses se complementa con su labor como acompañante, docen-
nistas que antecedieron a
te y promotor musical. Falleció en el curso de una clase en el Con-
servatorio Nacional de Música.545 Castro, es posible afirmar
Otros intérpretes que de manera espacial y temporal coinci- que efectivamente se posi-
dieron con Castro fueron Alberto Villaseñor (1876-1909), pianista ciona como el primer con-
de gran nivel formado en Leipzig con Robert Teichmüller. Su activi- certista mexicano cuya ca-
dad se centró más bien en la docencia y no incursionó en la compo- rrera, aunque breve, tuvo
sición; al igual que Castro murió prematuramente. Pedro Luis Oga-
un impacto significativo en
zón (1873-1929) fue el primero en optar por estudiar en Estados
Unidos en lugar de Europa. Se formó en el Instituto Curtis de Fila- la cultura y la sociedad de
delfia bajo la égida de Józef Hofmann; una de las principales causas su tiempo.
por las que no formó escuela fueron las críticas que recibió por sus
peculiares métodos pedagógicos.
Luis Moctezuma (1875-1954) fue alumno de Carlos J. Me-
neses y se posiciona como el pedagogo mexicano que ha realizado la
labor más intensa y continuada en la enseñanza del piano; su lon-
gevidad le permitió formar a un considerable número de alumnos.
Publicó en 1945 su método titulado El arte de tocar el piano.546
Carlos del Castillo Díez de Urdanivia (1882-1957) fue tam-
bién alumno de Meneses y gracias a las gestiones de Justo Sierra, es-
tudió en Bruselas en 1900 y en el Real Conservatorio de Leipzig en-
tre 1900 y 1903.547 Su carrera como concertista la realizó en Euro-
pa y Estados Unidos y a su retorno a México se centró en la docen-
cia, actividad que era su verdadera vocación y que compaginó con la
promoción, la gestión y la edición musical.548 Rafael J. Tello (1872-
1946) estudió piano con Meneses e Ituarte, y composición con Cas-
tro a partir de 1884. Obtuvo la cátedra de piano en el Conservato-
rio y a partir de 1903 abandonó el concertismo para iniciar una as-
cendente carrera burocrática.549
Revisado el perfil y actividad profesional de los pianistas que
antecedieron a Castro, es posible afirmar que efectivamente se po-
siciona como el primer concertista mexicano cuya carrera, aunque
breve, tuvo un impacto significativo en la cultura y la sociedad de
su tiempo. No pretendemos menospreciar la labor de los ejecutan-
tes previos a Castro, pues como ha quedado demostrado, la afición
y el cultivo del piano eran realidades sumamente extendidas en la
época y evidentemente el instrumento contaba con una legión de
intérpretes. Castro es el primer caso en el que a un talento natural
545
Ibíd., p. 221.
546
Ibíd., p. 225.
547
Pareyón, G., op. cit., p. 201.
548
Velazco, J. “El pianismo mexicano…”, p. 233.
549
Ibíd., pp. 234-235.
222
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Previo a su partida a Eu- se aúna una formación sólida y sistematizada que derivó en una ca-
ropa, Castro realizó una rrera internacional.
A lo anterior ha de agregarse el hecho de que Castro tuvo
gira de conciertos por dife-
una presencia constante como intérprete en diferentes contextos,
rentes ciudades del territo- incluso en su etapa estudiantil, y que estas actividades comprendie-
rio nacional. Fue una in- ron un amplio radio de la geografía del país merced a la gira de con-
tensa tournée que se pro- ciertos que emprendiese antes de su partida a Europa.
longó de julio a diciembre Castro fue el primero en trascender el ámbito del salón en
de 1902, en la que ofreció sus composiciones y de la soirée como escenario. Si bien el número
de piezas de salón en su catálogo es considerable, existen obras que
una treintena de recitales
evidentemente no están destinadas al aficionado: la factura pianísti-
en diecinueve ciudades. ca, el manejo de los recursos idiomáticos del instrumento y la pre-
sencia de importantes dificultades técnicas en sus obras revelan a un
compositor cuyas miras no se centran exclusivamente en el amplio
mercado de los diletantes, sino más bien preocupado por la confor-
mación de un legado pianístico con entidad propia y abordable por
el concertista profesional.
La gira de conciertos
Previo a su partida a Europa, el pianista realizó una gira de concier-
tos por diferentes ciudades del territorio nacional. Fue una inten-
sa tournée que se prolongó de julio a diciembre de 1902, en la que
ofreció una treintena de recitales en diecinueve ciudades. De la mis-
ma manera en que fueron publicitados los tres conciertos para El
Imparcial, la prensa dio especial difusión a la gira a través de una es-
trategia que nuevamente combinaba la continua expectación y la
apelación a la cultura del público. Uno de los primeros periódi-
cos en iniciar este proceso fue El Entreacto, que publicó: “Un co-
lega de hoy da como muy posible que el maestro Ricardo Castro
haga una gira para dar conciertos en diversas ciudades de la Repú-
blica, pues ha recibido varias cartas en que se le hacen proposicio-
nes para ello”.550
La realización de la secuencia cronológica de estos concier-
tos supuso un análisis exhaustivo de los testimonios hemerográficos
que va más allá de un mero concentrado de fechas y lugares conse-
cutivos. Lo anterior obedece a que la gira no tenía una programa-
ción cerrada y muchas de las presentaciones fueron concertadas so-
bre la marcha o con muy pocos días de anticipación. Las siguientes
gacetillas son un ejemplo claro:
Hoy saldrá de esta capital el Mtro. Castro, para comenzar su gira artís-
tica por el interior de la República. Tocará primero en las ciudades de
Querétaro y Zacatecas y en seguida irá a Chihuahua o bien a San Luis
Potosí y Monterrey.551
550
“Gira de Ricardo Castro”. El Entreacto. México, 17 de julio de 1902.
551
“La gira artística del Mtro. Castro”. El Imparcial. México, 25 de julio de 1902.
223
Rogelio Álvarez Meneses
[...] Su primera función probablemente la hará en Zacatecas donde le Los periódicos cada día
han sido comprados dos conciertos y de allí irá probablemente a San
Luis o a Chihuahua, según las proposiciones que se le hagan. Cabe lla- anunciaban una ruta dis-
mar la atención que de Torreón y Gómez Palacio, poblaciones que por tinta, mencionando las
su número no llegaban a categoría de Capitales, tienen empeño de que
las visite.552
ciudades que posiblemen-
Así pues, se tiene una agenda de compromisos abierta y su- te visitaría el pianista.
peditada a los contratos que se fueran concretando. Los periódicos
cada día anunciaban una ruta distinta, mencionando las ciudades
que posiblemente visitaría el pianista. Esto arroja datos ambiguos y
en muchos casos contradictorios, por lo que se han contrastado los
conciertos anunciados con las respectivas críticas de los mismos, re-
curriendo al calendario perpetuo para verificar la fecha exacta de las
presentaciones según la redacción de la nota y tomando como refe-
rencia no solamente la fecha del periódico, sino también la fecha en
que el corresponsal firma su crónica, misma que en ocasiones se pu-
blicaba con algunos días de retraso.
Castro salió de la Ciudad de México el 25 de julio rumbo a
Zacatecas,553 acompañado de su hermano Vicente y del piano Stein-
way, cedido por la casa Wagner y Levién.554 Llegó a Zacatecas el día
27 y fue recibido por un grupo de “personas significadas” y la Ban-
da Municipal. Se hospedó en el Hotel Zacatecano, a donde fue a sa-
ludarle el Sr. Ignacio Flores Maciel, gobernador del estado.555 Más
tarde fue presentado a la Sociedad Artístico-Científico-Literaria, de
la cual fue nombrado socio honorario.556 Los conciertos tuvieron lu-
gar en el Teatro Calderón los días 27 y 29 de julio; en el segundo,
“el empresario rebajó los precios, causándose pérdida, a fin de que
todo Zacatecas pudiera escuchar a Castro”. Abandonó la ciudad el
día miércoles 30, rumbo a Aguascalientes.557
El concierto en Aguascalientes tuvo lugar el día 31 en el Tea-
tro Morelos, a las 8.45 de la noche.558 Después de la actuación rea-
lizó una visita al gobernador, Carlos Sagredo.559
La siguiente ciudad fue Querétaro, donde ofreció un exito-
so recital la noche del lunes 4 de agosto en el Teatro Iturbide.560 La
niña Carmen Acevedo entregó a Castro una corona de laurel y lazos
tricolores con la inscripción “Ricardo Castro. Las señoras y señores
profesores de piano, al eminente maestro”. La niña Acevedo recitó
552
“Ricardo Castro en los Estados”. El Popular. México, 29 de julio de 1902.
553
“La gira artística del Mtro. Castro”. El Imparcial. México, 25 de julio de 1902.
554
“Don Ricardo Castro”. El Diario del Hogar. México, 27 de julio de 1902.
555
Romero, J. C., op. cit., p. 34.
556
“Ricardo Castro en Zacatecas”. El Imparcial. México, 28 de julio de 1902.
557
Romero, J. C., op. cit., p. 34.
558
“Notas de espectáculos”. El Entreacto. Bisemanal de espectáculos, literatura y arte. México,
3 de agosto de 1902. Nota también publicada en El Entreacto del 7 de agosto de 1902.
559
“Conciertos de Castro”. El Imparcial. México, 3 de agosto de 1902.
560
“Ricardo Castro”. El Fígaro de Querétaro. Querétaro, 3 de agosto de 1902.
224
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
561
“El Concierto de D. Ricardo Castro en Querétaro”. El Tiempo. México, 7 de agosto de
1902. Nota también publicada en El Popular del mismo día.
562
Como se ha señalado anteriormente, puede referirse al Op. 15, No. 2 en Fa sostenido
mayor o al Op. 48, No. 2 en Fa sostenido menor.
225
Rogelio Álvarez Meneses
563
“Inauguración del Ferrocarril Coahuila y Pacífico”. El Tiempo. México, 6 de agosto de
1902. También mencionado en El País del día 8 y en El Entreacto del 17 de agosto de 1902.
564
Romero, J. C., op. cit., p. 35.
565
“Ricardo Castro en Durango”. El Entreacto. México, 21 de agosto de 1902.
566
Ibíd.
567
“Ovaciones al Sr. Castro”. El Diario del Hogar. México, 18 de agosto de 1902. Gloria
Carmona (op. cit., p. 57) señala que realizó tres conciertos, los días 16, 17 y 19 de agosto;
por su parte Jesús C. Romero (op. cit., p. 35) indica que solamente se registraron dos,
los días 16 y 17 de agosto. Únicamente consignamos los recitales a los que la prensa de
la época hace referencia.
568
Romero, J. C., op. cit., p. 36.
226
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
569
Gloria Carmona señala que ofreció también un concierto en Celaya el día 17 de sep-
tiembre (op. cit., p. 57), sin embargo, encontramos evidencias que demuestran que ese
concierto se realizó el 1 de octubre de 1902 (“El Maestro Ricardo Castro” en El Diario del
Hogar del 2 de octubre de 1902), lo cual concuerda temporalmente con otros conciertos
que ofreció Castro en el estado de Guanajuato.
570
“Ricardo Castro”. El Contemporáneo de San Luis Potosí. San Luis Potosí, 18 de septiem-
bre de 1902.
571
Obra no especificada; puede referirse al Op. 10, No. 12, Revolucionario o bien al Op.
25, No. 12, ambos en la misma tonalidad.
572
“Noticias de León”. La Patria. México, 17 de octubre de 1902.
573
“Notas de la Agencia de Espectáculos de Luis A. Rivera”. El Popular. México, 29 de
septiembre de 1902. Con dos semanas de anticipación, el mismo periódico anunció:
“Ha sido obtenido el Teatro Degollado de Guadalajara, por el Sr. D. Carlos Mongrand,
empresario del cinematógrafo por un mes, y deseando el eminente pianista mexicano, Sr.
D. Ricardo Castro, el 24 y 26 del corriente, se ha dirigido éste último señor al primero
por una atenta carta, solicitando del Sr. Mongrand le alquilara el teatro para la noche de
esos días, y el Sr. Mongrand aceptó y cedió el teatro a fin de no privar al público de oír
227
Rogelio Álvarez Meneses
580
Ibíd.
581
“El Maestro Ricardo Castro”. El Diario del Hogar. México, 2 de octubre de 1902.
582
“Castro at Leon. Famous pianist gives a recital and receives an ovation”. The Mexican
Herald. México, 7 de octubre de 1902. También publicado en La Patria del 17 de oc-
tubre de 1902.
583
“El Maestro Castro”. El Entreacto. México, 9 de octubre de 1902.
584
“Ricardo Castro” La Patria. México, 14 de octubre de 1902. La obra aludida puede
referirse al Nocturno Op. 27, No. 1 o bien al Op. posth. (c. 1830), ambos en la misma
tonalidad.
585
“La Exposición Nacional de Toluca”. El Popular. México, 17 de octubre de 1902. La
obra aludida puede referirse al Nocturno Op. 27, No. 1 o bien al Op. posth. (c. 1830),
ambos en la misma tonalidad.
586
“Notas de la Agencia de Espectáculos de Luis A. Rivera”. El Popular. México, 31 de
octubre de 1902.
587
“Ricardo Castro en Puebla”. El Entreacto. México, 6 de noviembre de 1902.
229
Rogelio Álvarez Meneses
El programa del primer concierto guardó una gran similitud con los El sábado 8 de noviem-
anteriores:588 bre se registró un concier-
Primera parte. to de invitación en el Ca-
Beethoven: Sonata [No. 25] en Sol mayor, Op. 79. Presto alla tedesca.
Andante. Vivace. sino Poblano, y el lunes
Chopin: Nocturno en Fa sostenido. [Sin especificar; puede referirse al Op. 10 otro más en el Teatro
15, No. 2 en Fa sostenido mayor o al Op. 48, No. 2 en Fa sostenido
menor].
Guerrero con entradas a
Chopin-Brassin: Mazurka en Do. precios populares. El pú-
Godard: Barcarola en Fa sostenido menor [Sin identificar]. blico llenó el teatro e hizo
Grieg: Marcha de los enanos. [Marche des Nains del quinto volumen de
Piezas líricas, Op. 54, No. 3]. repetir al pianista su Ca-
Bendel, Franz: Cascade du Chaudron. price-Valse. Al terminar,
Strauss-Philipp: Valse Caprice No. 2.
“todo el mundo lo lla-
Segunda parte. maba el primer pianista
Castro: Scherzino, Op. 6.
Castro: Caprice-Valse, Op. 1. mexicano”.
Chaminade: Arlequine, Op. 53.
Dubois: La source enchantée. [No. 5 de Six poèmes silvestres pour piano].
Moszkowski: Estudio de concierto en Sol bemol mayor, Allegro patetico,
Op. 24, No. 1.
Liszt: Valse d’Adèle. [Transcripción brillante, arreglo del No. 3 de los seis
Études pour la main gauche seule de Géza Zichy].
Liszt: Rapsodia Húngara No. 6, S. 244/6.
588
“Gran Concierto”. El Popular. México, 8 de noviembre de 1902.
589
“Primer Gran Concierto del Maestro Ricardo Castro en Puebla”. El Tiempo. México, 8
de noviembre de 1902.
590
“Ricardo Castro en Puebla”. La Voz de México. México, 9 de noviembre de 1902.
591
“Noticias de los Estados”. El Tiempo. México, 14 de noviembre de 1902.
592
“Ricardo Castro en Puebla”. La Voz de México. México, 9 de noviembre de 1902.
593
“Otro triunfo del Maestro Castro”. El Entreacto. México, 13 de noviembre de 1902.
594
Romero, J. C., op. cit., p. 39.
230
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Uno de los últimos con- pocos días, El Imparcial publicó una nota que reseñaba todo el re-
ciertos de la tournée se corrido de Castro:
verificó el 12 de noviem- Fin de una gira artística. Se comenta que fue un caso único
bre; fue aplaudido en el el hecho de que los treinta conciertos que ofreció Ricardo Castro, todos
hayan tenido un éxito completo. Se dice que el señor Castro no creía en
Teatro Caus de Jalapa. éxitos tan rotundos, tanto en la parte artística como en la financiera. Visitó
A los pocos días, El Im- en su gira las ciudades de: Querétaro, Aguascalientes, Zacatecas, Torreón,
Durango, Chihuahua, San Luis Potosí, Gómez Palacio, Guadalajara,
parcial publicó una nota Guanajuato, Celaya, León, Morelia, Toluca, Salvatierra, Jalapa y Puebla.595
que reseñaba todo el re-
Es necesario precisar la información anterior pues los nom-
corrido de Castro.
bres de las ciudades se encuentran en desorden y no se correspon-
den con la secuencia cronológica real de las presentaciones. Por otro
lado, se omite a propósito un concierto que distó mucho de ser “un
éxito completo” como consigna El Imparcial. Se trata de un reci-
tal ofrecido en Monterrey que según el Dr. Jesús C. Romero y Glo-
ria Carmona se llevó a cabo el 6 de agosto.596 Sin embargo, hemos
encontrado referencias que contradicen tales afirmaciones. El En-
treacto del 24 de agosto de 1902 publicó: “Hay gran entusiasmo en
Monterrey por asistir a los conciertos que ya anuncia en aquella ca-
pital el eminente pianista mexicano Sr. D. Ricardo Castro”.597 Dos
días más tarde El Diario del Hogar publicaba:
Ricardo Castro parece que no ha logrado despertar gran entu-
siasmo en el público regiomontano para admirarle en los conciertos que
allí había anunciado: hasta el día 23, el público se mostraba indiferente a
los anuncios del genial artista. Deseamos que los reynenses [sic] no sean
nota discordante en el concierto de aplausos que para el notable músico
mexicano se escucha en todas las ciudades del país.598
595
“Fin de una Gira Artística”. El Imparcial. México, 17 de noviembre de 1902.
596
Romero, J. C., op. cit., p. 35 y Carmona, G., op. cit., p. 57.
597
“Notas de Espectáculos”. El Entreacto. México, 24 de agosto de 1902.
598
El Diario del Hogar. México, 26 de agosto de 1902.
599
“El Maestro Ricardo Castro”. El Diario del Hogar. México, 31 de agosto de 1902.
231
Rogelio Álvarez Meneses
lo mismo, precedido por la fama. [...] ¿A qué fue debido esto? La cultura Una vez instalado en la
de los regiomontanos es tan reconocida como el mérito de D. Ricardo
Castro, y no alcanzamos a comprender cuál sea el motivo por el que no Ciudad de México, el
hayan simpatizado un artista, símbolo de la cultura, y un pueblo culto y pianista se encontró en-
progresista. Después del desastre ha permanecido el maestro en esta Ca-
pital más de una semana, guardando el más absoluto silencio. Pronto par-
fermo, muy posiblemente
tirá para Guadalajara en donde se le espera con verdadero entusiasmo.600 debido al agotamiento ge-
nerado por los conciertos
Gira de Conciertos de Ricardo Castro
1. 1902-07-27 Zacatecas. Teatro Calderón.
y los traslados. Pese a ello,
2. 1902-07-29 Zacatecas. Teatro Calderón. aceptó la invitación para
3. 1902-07-31 Aguascalientes. Teatro Morelos. ofrecer un concierto den-
4. 1902-08-04 Querétaro. Teatro Iturbide. tro de los festejos por la
5. 1902-08-09 Torreón. Teatro Herrera. toma de protesta del Lic.
6. 1902-08-10 Durango. Teatro Victoria.
Emilio Pimentel como go-
7. 1902-08-11 Durango. Teatro Victoria.
8. 1902-08-15 Chihuahua. Teatro de los Héroes.
bernador de Oaxaca. El
9. 1902-08-17 Chihuahua. Teatro de los Héroes. recital tuvo lugar en la
10. 1902-08-21
Gómez Palacio. [Regreso a Cd. de México hasta capital de ese estado el día
1902-10-16]. 1 de diciembre a las diez
11. 1902-09-18 Salvatierra.
12. 1902-09-20 San Luis Potosí. Teatro de la Paz.
de la noche en el Palacio
13. 1902-09-21 San Luis Potosí. Teatro de la Paz. de los Poderes.
14. 1902-09-24 Guadalajara. Teatro Degollado.
15. 1902-09-26 Guadalajara. Teatro Degollado.
16. 1902-09-30 Guanajuato. Teatro Principal.
17. 1902-10-01 Celaya.
18. 1902-10-03 León. Teatro Doblado.
19. 1902-10-05 Morelia. Teatro Ocampo.
Morelia. Teatro Ocampo. [Breve retorno a Cd. de
20. 1902-10-07
México].
21. 1902-10-17 Toluca. Teatro Principal.
22. 1902-10-26 Querétaro. Teatro Iturbide.
23. 1902-11-05 Puebla. Círculo Católico.
24. 1902-11-07 Puebla. Círculo Católico.
25. 1902-11-08 Puebla. Casino Poblano.
26 1902-11-10 Puebla. Teatro Guerrero.
27. 1902-11-12 Jalapa. Teatro Caus.
28. 1902-12-01 Oaxaca. Palacio de los Poderes.
29. 1902-12-06 Ciudad de México. Teatro Renacimiento.
30. 1902-12-08 Ciudad de México. Teatro Renacimiento.
31. 1902-12-09 Ciudad de México. Teatro Renacimiento.
Una vez instalado en la Ciudad de México, el pianista se en-
contró enfermo, muy posiblemente debido al agotamiento genera-
do por los conciertos y los traslados.601 Pese a ello, aceptó la invita-
600
“Un desastre de Ricardo Castro”. El Entreacto. México, 11 de septiembre de 1902.
601
“Ricardo Castro”. El Entreacto. México, 27 de noviembre de 1902.
232
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
A su retorno a la capi- ción para ofrecer un concierto dentro de los festejos por la toma de
tal del país, se anunció protesta del Lic. Emilio Pimentel como gobernador de Oaxaca. El
recital tuvo lugar en la capital de ese estado el día 1 de diciembre a
un concierto de despedi-
las diez de la noche en el Palacio de los Poderes.602 Castro se trasla-
da para el sábado 6 de di- dó junto con su familia y otros invitados en un tren especial de la
ciembre a las 8:45 en el línea del Ferrocarril Interoceánico y se hospedó en el Hotel del Jar-
Teatro Renacimiento. Jun- dín.603 La noche previa al evento se recibió “el sonoro y elegante
to a las obras acostumbra- piano”604 en el que se interpretó un programa integrado por obras
das, aparecen como nove- tocadas previamente.605
A su retorno a la capital del país, se anunció un concierto de
dades el Vals en Do sos-
despedida para el sábado 6 de diciembre a las 8:45 en el Teatro Re-
tenido menor, Op. 64, nacimiento. Junto a las obras acostumbradas, aparecen como nove-
No. 2 de Chopin, el Val- dades el Vals en Do sostenido menor, Op. 64, No. 2 de Chopin,606 el
se poétique de Cesare Ga- Valse poétique de Cesare Galeotti,607 Vals de Strauss-Henselt y la Bar-
leotti, Vals de Strauss- carole No. 5 de Rubinstein,608 como puede apreciarse en el siguiente
Henselt y la Barcarole programa publicado en The Mexican Herald:609
No. 5 de Rubinstein. Primera parte.
Beethoven: Sonata [No. 25] en Sol mayor, Op. 79.
Chopin: Vals en Do [sic].
Chopin-Brassin: Mazurka en Do.
Galeotti, Cesare: Valse poétique.
Grieg: Marcha de los enanos. [Marche des Nains del quinto volumen de
Piezas líricas, Op. 54, No. 3].
Liszt: Arabesque [No. 1 de las Mélodies ruses (Arabesques) S. 250: Le
rossignol, romance de Alexander Alabief, S. 250/1].
Strauss-Philipp: Valse Caprice No. 2.
Segunda parte.
Castro: Laendler pour piano, Op. 12, Núm. 1.
Castro: Scherzino, Op. 6.
Strauss-Henselt: Valse.
602
“Oaxaca’s Governor”. The Mexican Herald. México, 25 de noviembre de 1902.
603
“Personal News. Registered ad hotels”. The Mexican Herald. México, 2 de diciembre
de 1902.
604
“Crónica Oaxaqueña. Las fiestas en honor del Señor Gobernador”. La Patria. México,
4 de diciembre de 1902.
605
Enrique C. Olivera. “Oaxaca. Las fiestas en honor del Señor Gobernador”. La Patria.
México, 6 de diciembre de 1902.
606
Consignado en el programa como Vals en Do [sic]. Evidentemente se trata de una errata,
pues en el catálogo de Chopin no existe ningún vals en esa tonalidad. Debe tratarse del
Op. 64, No. 2 en Do sostenido menor (c. 1847).
607
Se trata de una composición temprana y sin número de opus asignado, publicada como
suplemento musical de Le Ménestrel del 27 de octubre de 1895 (Año 61, No. 43), donde
se menciona como obra dedicada a Jules Massenet. Un listado de obras de Cesare Galeotti
(1870-1929) titulado “C. Galeotti. Ouvres pour Piano & Piano & Chant” publicado en
París hacia la primera década del siglo XX por Henry Lemoine & Cie., no consigna esta
obra. Aparecen tres Valse lente (Opp. 17, 18 y 33, respectivamente), un Valse Caprice,
Op. 38 y otro más titulado En Valsant, Op. 86.
608
Esta pieza es la séptima de las Verschiedene Stücke für Piano, Op. 93, y es a su vez la
quinta obra perteneciente a este género en el catálogo de Anton Rubinstein, de ahí su
doble numeración: Barcarole No. 5, Op. 93, No. 7.
609
“A Farewell Concert. Ricardo Castro to be Heard for the Last Before Going to Europe”.
The Mexican Herald. México, 4 de diciembre de 1902.
233
Rogelio Álvarez Meneses
Este concierto fue dedicado al “culto público de la capital”, 50. Rubinstein: Barcarolle [No. 5], Op.
como expresó el propio Castro en su mensaje de despedida publica- 93, No. 7. (New York, G. Schirmer,
1897).
do tres días antes en El Imparcial:
Debiendo partir dentro de breves días para Europa, en donde perma-
neceré varios años, gracias a la generosa protección que se ha servido
otorgarme el señor Presidente de la República, me despido del culto pú-
blico de la capital que tan benévolo ha sido conmigo, dedicándole éste
concierto, como una manifestación de mi inmenso cariño y gratitud.
Ricardo Castro.610
Como era de esperarse el concierto resultó todo un éxito
en el que fueron muy celebradas las composiciones de Rubinstein,
Moszkowski, Godard y Liszt, sin faltar su emblemático Caprice-Val-
se, Op. 1.611 El día lunes 8 de diciembre se realizó un segundo con-
cierto en horario vespertino a precios económicos, con una concu-
610
“Despedida de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 3 de diciembre de 1902.
611
“Por los Teatros”. El Diario del Hogar. México, 9 de diciembre de 1902.
234
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Castro abandonó la rrencia todavía más nutrida que la anterior que le prodigó una ova-
Ciudad de México la ción de pie, como relata el cronista de El Tiempo:
tarde del miércoles 10 La concurrencia era más numerosa, y al terminar su ya célebre
de diciembre por el Fe- Vals-Capricho, todo el mundo, como una sola alma, subyugado por tanto
talento y tanta belleza, se levantó febrilmente para aclamar al portentoso
rrocarril Interoceánico artista. Los caballeros aplaudían, y las damas aplaudían también o agitaban
rumbo a Veracruz, don- sus pañuelos, dominados por esa emoción indescriptible que solamente
el verdadero arte es capaz de producir.612
de se embarcó en el va-
por “La France” acom- Un tercer y último concierto se llevó a cabo el 9 de diciem-
pañado de su madre, la bre en el mismo recinto. “Como el día anterior, estuvo el Renaci-
miento pleno de espectadores, en su mayoría artistas y entusiastas
Sra. Ma. Jesús Herrera
por el arte. [El público] aplaudió con frenesí y despidió al maestro
Jaime y su sobrino Vi- dignamente”, escribió en su reseña el crítico de El Entreacto.613
cente Castro Olivares. El mismo día, el Lic. Rafael Reyes Spíndola regaló al pianista
un cuaderno bellamente decorado, que Castro llevaría consigo a
Europa y donde coleccionó los autógrafos de las personalidades
musicales que conoció en el Viejo Continente.614
Finalmente Castro abandonó la Ciudad de México la tarde
del miércoles 10 de diciembre por el Ferrocarril Interoceánico rum-
bo a Veracruz,615 donde se embarcó en el vapor “La France” acom-
pañado de su madre, la Sra. Ma. Jesús Herrera Jaime616 y su sobrino
Vicente Castro Olivares.617
612
“Los últimos conciertos de Ricardo Castro”. El Tiempo. México, 10 de diciembre de 1902.
613
“Por los Teatros. El Renacimiento”. El Entreacto. México, 11 de diciembre de 1902.
614
Véase la introducción para más detalles sobre este cuadernillo de viaje.
615
“Viaje de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 10 de diciembre de 1902.
616
Germán Castro señala que para esas fechas, la madre del compositor ya había enviudado
y quienes permanecieron con Castro durante su primer año de estancia en Europa fueron
precisamente su madre y su sobrino Vicente. El hermano del compositor, el Lic. Vicente
Castro Herrera, llegó a viajar puntualmente a Europa, pero no residió ahí de manera
continua. (Germán Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011).
617
Carmona, G., op. cit., p. 58.
235
Rogelio Álvarez Meneses
idiosincrasia de un pueblo, y por tanto, con cierta autoridad moral Una lectura crítica de las
para encauzar el posicionamiento ideológico de toda una nación. reseñas, crónicas, gaceti-
En consecuencia, es conveniente tener en cuenta la realidad
llas y anuncios publica-
del ejercicio de la prensa en una época en la que imperaba un régi-
men como el de Porfirio Díaz, quien consideraba que la población dos en torno a los concier-
mexicana aún “era menor de edad [...], como un árbol que necesi- tos de Castro, nos revela a
tara de una guía constante para que no se torciera”.618 Bajo esta pre- una prensa empeñada en
misa, buscó y logró ejercer un continuo control a través de la pren- presentarse como legítima
sa, a la que otorgaba subvenciones continuas. portadora de la idiosin-
El historiador Daniel Cosío Villegas (1888-1976) identifi-
crasia de un pueblo, y por
ca tres corrientes de la prensa hacia el segundo periodo presidencial
(1884-1888) de Díaz:619 tanto, con cierta autori-
dad moral para encauzar
A. De oposición conservadora, como La Voz de México, El Na-
cional, El Tiempo y La Defensa Católica.
el posicionamiento ideoló-
B. De oposición liberal, como El Monitor Republicano, El Dia- gico de toda una nación.
rio del Hogar y El Hijo del Ahuizote, entre otros.
C. Gobiernista, como El Partido Liberal, El Siglo XIX y El Pa-
bellón Nacional.
En 1896 fue fundado El Imparcial por el Lic. Rafael Re-
yes Spíndola, contando con un patrocinio gubernamental inicial de
cien mil pesos y una asignación de cuatro mil pesos mensuales, con
lo que el gobierno se garantizaba un medio de opinión favorable
al propio régimen.620 El Tiempo, periódico católico, también aca-
bó por aceptar una subvención del gobierno, llegándose al acuerdo
de “aceptar cierto tipo de textos para dar la impresión de que exis-
tía una prensa libre”.621
En palabras de Pedro Pérez Herrero, ésta fue la manera como
la oposición periodística fue comprada hasta hacerla callar comple-
tamente, aunque hubo algunos rotativos que “resistieron heroica-
mente” como El Monitor Republicano, La Voz de México, El Hijo del
Trabajo, El Hijo del Ahuizote y más tarde, El Amigo de los Artesanos,
El Pueblo Libre, El Federalista, entre otros. El mismo autor propor-
ciona una periodización de la dictadura porfiriana:622
1. Porfirismo. De 1876 a 1888, periodo en el que Díaz conso-
lida su autoridad y “se convierte en Don Porfirio”.
2. Porfiriato. De 1888 a 1904, lapso en el que Don Porfirio,
después de eliminar la cláusula de no relección de la Consti-
tución, “se aristocratiza y distancia de las masas aferrándose
a la silla presidencial”.
618
Pérez Herrero, Pedro. Porfirio Díaz. Madrid, Ediciones Quorum, 1987, p. 105.
619
Cosío Villegas, Daniel. Historia moderna de México. El porfiriato: vida política interior.
México, Editorial Hermes, 1972, pp. 175-176.
620
Castro, M. A., op. cit.
621
Pérez Herrero, P., op. cit., p. 104.
622
Ibíd., pp. 100-101.
236
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
623
Ibíd., p. 110.
237
Rogelio Álvarez Meneses
dejando aparte las aptitudes de raza, ha tenido en estos últimos años, ten- En medio de tan inten-
dencias progresistas [...]. El piano, hace diez años, fue un mueble de lujo;
la clase de piano, un derroche de ricos; hoy en cualquier casa de la clase sa campaña publicitaria e
media, es el imprescindible amigo, la alegría del hogar. ideológica, no faltaron las
El Gobierno, pues, no ha beneficiado a Ricardo Castro, para
deleitar a un grupo restringido de iniciados; su protección es de pública
voces que expresaron una
utilidad [...]. Podemos afirmar que estamos en presencia de una realidad cierta saturación pianís-
y no de una utopía; que el arte nacional tiene un fin, y que esa buena tica que sarcásticamen-
nueva, no la resolvemos nosotros los periodistas de poca fe, sino una
carta civilizadora, más elocuente que todas nuestras lamentaciones. [Las te el crítico de El Popu-
cursivas son nuestras]624 lar bautizó en su colum-
En la misma línea se encuentran numerosos anuncios de los na como “monopianoma-
conciertos de la gira de Castro, en los cuales quedaba de manifies- nía” y “pianomanitis”, a
to que contratar al pianista era un gesto de concordancia con la po- los que consideraba como
lítica cultural del régimen. Al mismo tiempo se apelaba al nivel cul- padecimientos puestos de
tural de los públicos de las diferentes ciudades donde se presenta- moda desde que Castro y
ría el artista:
Meneses comenzaron a fi-
Muchas de las capitales mencionadas, imponiéndose de las altas
ideas que animaron al Sr. General Díaz para dispensar su protección al
gurar en la escena públi-
joven Ricardo Castro, se han apresurado a comprarle varios conciertos. ca.
[El no hacerlo] sería una muestra de egoísmo y de escasa cultura. [...]
Respecto a la concurrencia que tenga en sus conciertos en los Estados,
debemos llamar la atención del público de que se trata de un espectáculo
altamente noble y bello, pero que para sentirlo, se necesita de una cultura
superior, por eso es que aquí en México, se vieron concurridos sus con-
ciertos con todas aquellas familias reputadas de exquisito gusto artístico y
musical [...]. ¿Podremos creer que capitales verdaderamente numerosas y
cultas no harán otro tanto tratándose de un artista nacional aclamado por
la sociedad culta de México y premiado especialmente por los colegios de
más alta reputación y nuestro Primer Magistrado?625
624
“Después del Concierto”. El Entreacto. México, 17 de julio de 1902.
625
“Ricardo Castro en los Estados”. El Popular. México, 29 de julio de 1902.
626
“Ricardo Castro en Durango”. El Entreacto. México, 21 de agosto de 1902.
238
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
629
“Eslabonazos”. El Agricultor Mexicano. México, 1 de agosto de 1902.
241
Rogelio Álvarez Meneses
los grandes perdedores del periodo; una política exterior proclive a Después de haber atra-
acercarse más las naciones de Europa —concretamente a Francia— vesado el Atlántico en el
para contrarrestar “la excesiva y preocupante vinculación con el ve-
vapor “La France”, Cas-
cino del norte”,630 lo cual tendría grandes repercusiones en el pano-
rama cultural. tro llegó a París el 28 de
Ésta era la nación de la que se despidió Castro el 12 de di- diciembre de 1902 y en
ciembre de 1902631 cuando se embarcó en el vapor “La France” pre- enero de 1903 dio inicio
cisamente rumbo a Francia. A su retorno a finales de 1906, “el úl- a su trabajo de perfeccio-
timo romántico del porfiriato” encontró un país de contrastes to- namiento pianístico bajo
davía más marcados y un régimen y una época que tenían sus días
la égida de Teresa Carre-
contados.
Jorge Velazco apunta que, en el caso de Ricardo Castro, “su ño y Eugen D’Albert, a
éxito lo llevó a recibir lo que aseguró su muerte como compositor: quienes conocía desde sus
la protección del partido científico y los favores de Porfirio Díaz”.632 presentaciones en la capi-
Esta afirmación cobra mucho sentido al tomar en cuenta que el pro- tal mexicana.
ceso revolucionario iniciado en 1910 supuso nuevos planteamien-
tos ideológicos que ocasionaron una gran ruptura con el gusto mu-
sical y las prácticas culturales relacionadas con la época anterior.
Etapa europea
Año de 1903
Después de haber atravesado el Atlántico, Castro llegó a París el 28
de diciembre de 1902 y en enero de 1903 dio inicio a su trabajo de
perfeccionamiento pianístico bajo la égida de Teresa Carreño633 y
Eugen D’Albert,634 a quienes conocía desde sus presentaciones en
la capital mexicana.
El viaje tenía una doble finalidad: por un lado la depuración
y el estudio personal del compositor y, por otro, el viajar y conocer
“los grandes centros artísticos de Europa”635 para tener contacto con
sus principales pedagogos y analizar los sistemas de enseñanza mu-
sical de cara a implantarlos posteriormente en México. Como se de-
mostrará más adelante, Castro consideró prioritario el segundo ob-
jetivo pues fue al que le dedicó más tiempo: durante su permanen-
cia en Europa, se desplazó por diferentes ciudades para observar la
dinámica de trabajo en los centros de enseñanza, asistió a tempora-
das sinfónicas, de ópera y conciertos y trabó contacto con numero-
sos compositores e intérpretes de nivel.
630
Pérez Herrero, P., op. cit., p. 106.
631
“Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 29 de noviembre de 1907.
632
Velazco, J., “Ricardo Castro…”, p. 589.
633
Romero, J. C., op. cit., p. 40.
634
Le Monde Musical. París, 15 de abril de 1903.
635
“Carta de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 16 de julio de 1902.
242
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
636
La prensa especificó que se dirigiría a Berlín y Leipzig. (Véase: “Ricardo Castro. Farewell
concert to a talented Mexican”. The Two Republics. México, 19 de diciembre de 1885).
637
Durante su estancia en Europa, Castro envió diversas colaboraciones en exclusiva para El
Imparcial, que fueron publicadas en dicho periódico como columnas tituladas “Revista
musical”, “Correspondencia musical”, “Impresiones artísticas”, entre otros similares.
638
“Impresiones artísticas”. El Imparcial. México, 16 de marzo de 1903.
243
Rogelio Álvarez Meneses
días, las más diversas, dulces y penetrantes, tiernas y dramáticas, de Especial impacto causa-
expresión y savia intensas”, mientras que con relación a la segun- ron en Castro los recitales
da, opinó que “Schumann ha buscado de preferencia la parte reli-
de pianistas que a la sa-
giosa del poema de Goethe y ha hecho música etérea, de una poesía
infinita”. También asistió a la temporada de Concerts Lamoureux, zón se presentaban en Pa-
en la que presenció dos títulos beethovenianos imprescindibles: la rís: concertistas de la talla
Novena Sinfonía, Op. 125 y la Sinfonía Pastoral, Op. 68, dirigidas de Josef Lhévinne (1874-
nada menos que por Camille Chevillard, así como el poema sinfó- 1944), Harold Bauer
nico Mazeppa, S. 100 de Liszt bajo la batuta de Félix Weingartner. (1873-1951) y Louis
Especial impacto causaron en Castro los recitales de pianis-
Diémer (1843-1919),
tas que a la sazón se presentaban en París: concertistas de la talla de
Josef Lhévinne (1874-1944), Harold Bauer (1873-1951) y Louis considerando a este últi-
Diémer (1843-1919), considerando a este último como “el decano mo como “el decano de los
de los pianistas franceses y quizá el más respetado de todos [...] con pianistas franceses y quizá
una ligereza aérea y una digitación impecable”.639 el más respetado de todos
También dio cuenta de las pianistas mujeres que ofrecían re- [...] con una ligereza aé-
citales en la Salle Érard de París: Anna Hirzel-Langenhan (1874-
rea y una digitación im-
1951), alumna de Théodor Leschetizky, Marie Panthés (1871-
1955) y Fanny Davies (1861-1934) quien fuera la “discípula predi- pecable”.
lecta de Clara Schumann” y a la que consideró “una pianista de jue-
go viril, dedos de acero y talento extraordinario, quizá la más nota-
ble de todas”.640
Resulta comprensible la emoción experimentada por Castro
al presenciar las interpretaciones de estas pianistas, por el simple he-
cho de que, en México, la mujer pianista profesional era una rara
avis entre los intérpretes, pues en la mayoría de los casos las señori-
tas de la burguesía mexicana veían la clase de piano como mero pa-
satiempo, sin tener mayor aspiración que reproducir en el teclado,
con más o menos corrección, las melodías de moda en la próxima
soirée. Esta realidad la ilustra con mordacidad el poeta Amado Ner-
vo, quien hacia 1896 escribió:
De cuarenta mil muchachas en pleno estudio, treinta y nueve
mil son boxeadoras del piano y no pasan de ahí. Nos quedan mil; más de
estas mil, novecientas cincuenta aturden a los vecinos con trocillos de zar-
zuela, tales como los Marineritos, el dúo de La verbena o las seguidillas del
Certamen. Restan cincuenta, cuarenta de las cuales tocan algo, al pertinaz
tejemaneje merced al cual se logra leer alguna mazurca de Chopin [...].
Nos quedan aún las diez últimas: ¿serán artistas? ¿Sabrán dar a la música
ese colorido sin el cual se convierte en el más fastidioso de los ruidos?641
639
Ibíd.
640
Ibíd.
641
Nervo, Amado. “El piano” en Obras completas. México, Editorial Aguilar, 1991, pp.
650-651. Citado por Miranda, Ricardo. “A tocar, señoritas” en Ecos, alientos y sonidos:
ensayos sobre música mexicana. México, Universidad Veracruzana - Fondo de Cultura
Económica, 2001, p. 103.
244
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
642
“Impresiones artísticas”. El Imparcial. México, 16 de marzo de 1903.
643
Ibíd.
644
Véase Álvarez Meneses, R., op. cit., p. 130.
645
“Ricardo Castro”. El Tiempo. México, 12 de abril de 1903.
245
Rogelio Álvarez Meneses
646
Carta de Ricardo Castro a José Gonzalo Aragón. (Imagen facsimilar reproducida en
Romero, J. C., op. cit., p. 30).
647
“Concerts annonces”. Le Monde Musical. París, 30 de marzo de 1903.
648
En los documentos consultados no se encontró mayor especificación, por lo que puede
referirse al Op. 10, No. 12, Revolucionario o bien al Op. 25, No. 12.
649
No se logró identificar una obra con este título o con alguna de sus traducciones en
el catálogo de Isidor Philipp. Posiblemente se trate de Álbum leaf. Air de Ballet, en Mi
menor, publicada en 1901.
246
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
51. Castro: Valse-Bluette, Op. 12, No. 2 Dos días más tarde, Le Journal publicó la siguiente crítica fa-
(París, Henry Lemoine & Cie., 1903). vorable del recital:
Ayer, en la Sala Érard, asistimos a un interesantísimo recital de piano,
dado por Ricardo Castro, profesor del Conservatorio de México. Desde
los primeros compases de la Sonata Op. 31 de Beethoven, pudimos
comprobar que es merecida la gran reputación de que goza este artista,
pues fraseó a Beethoven, a Bach y a Chopin con seducción y gusto,
se mostró elegante y brillante en diversos trozos modernos, y nos
proporcionó un vivo placer al ejecutar algunas de sus propias obras:
Minueto, Valse Bluette y Canto de amor [que] tienen inspiración fresca y
distinguida. Todo el concierto fue un éxito para Ricardo Castro, quien
conservará, según creemos, los mejores recuerdos de su debut en París.650
650
Le Journal. París, 8 de abril de 1903.
247
Rogelio Álvarez Meneses
menor y el Estudio en Do menor de Chopin, dos encantadoras piezas de La llegada de Castro a Eu-
I. Philipp, la Marcha de los enanos de Edvard Grieg, La fuente encantada
de T. Dubois, un Estudio de concierto, muy brillante, de Moszkowski ropa permite valorarlo en
y, finalmente, tres piezas suyas que no carecen de valor: Minueto, Valse su justa dimensión, ya que
Bluette y Chant d’amour. El Sr. Castro fue muy aplaudido.651
lo sitúa en un panorama
Por su parte Le Monde Musical también emite una valora- totalmente distinto al de
ción positiva de la actuación de Castro, observando la impronta México: lo enfrenta a un
de los consejos de Eugen D’Albert en la interpretación del pianis-
ejercicio de crítica musical
ta mexicano:
verdaderamente profesional
Ricardo Castro. Profesor en el Conservatorio de México, Ricardo
Castro, cuyo valor tanto como pianista como compositor es de los más y a una oferta de conciertos
serios, ha emprendido un viaje por Europa, enviado, en misión especial, donde figuraban pianistas
para estudiar la organización de todos los conservatorios de Europa.
Durante su residencia en París, el notable pianista quiso darse a conocer
de talla mundial.
y el éxito del evento le ha dado plenamente la razón. Si bien ha trabajado
mucho él solo, Castro ha recibido los consejos de Eugen D’Albert y su
ejecución lo demuestra. De la Sonata Op. 31, número 3, de Beethoven,
apreciamos sobre todo el Minueto y el Scherzo. Luego escuchamos, con
gran satisfacción, la Gavota en Re de Bach (transcripción Philipp), la
Polonesa en Re menor y el Estudio en Do menor de Chopin. De Philipp,
Ricardo Castro ejecutó con elegancia lo siguiente: Bailando y Elfo, luego
perló La Fuente Encantada de Th. Dubois, la Marcha de los Enanos de
Grieg y el difícil Estudio de Concierto de Moszkowski. La interpretación
del Arabesco de Liszt nos complació particularmente. Finalmente hemos
reservado para lo último el placer de hablar de las muy encantadoras
composiciones de Ricardo Castro: Minueto, Valse-Bluette y Chant
d’amour, a las cuales dispensó el público una cálida acogida. Añadimos
que Ricardo Castro no se limita a escribir para el piano y que es autor de
una ópera muy estimada en México: Atzimba.652
Análisis de la crítica
Evidentemente estas críticas tuvieron repercusión del otro lado del
Atlántico. Sin embargo, en aras de la objetividad hemos de manifes-
tar que los conciertos de Castro se publicitaban más en México que
en París. Sin llegar a ser escuetas, las notas publicadas en la prensa
musical francesa eran más bien de mediana extensión, pero se repro-
ducían con virulencia en la prensa mexicana traducidas al castellano
y ampliamente glosadas por el periodista de turno. Evidentemente
un concierto de Castro en París no era objeto de la misma cobertu-
ra que los ofrecidos en México, donde la prensa nacional exaltaba a
su pianista antes, durante y después del evento.
Por lo anterior se ha considerado imprescindible la consul-
ta de las críticas directamente en la fuente original tanto para certi-
ficar su veracidad como para recrear el contexto musical de la épo-
ca. Aunado a lo anterior, se localizó mayor información relativa a la
651
Le Guide Musicale. París, 12 de abril de 1903.
652
Le Monde Musical. París, 15 de abril de 1903.
248
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Castro se presentó en la recepción de la figura de Castro, tanto como intérprete como com-
Petite Salle de las Salles positor.
La llegada de Castro a Europa permite valorarlo en su jus-
Érard, que además alber-
ta dimensión, ya que se sitúa en un panorama totalmente distinto
gaba la Grande Salle y al de México: lo enfrenta a un ejercicio de crítica musical verdade-
las Salles des Quatuors. ramente profesional y a una oferta de conciertos donde figuraban
Otros recintos importan- pianistas de talla mundial. La revisión exhaustiva de la prensa mu-
tes donde se ofrecían con- sical revela que en 1903 actuaban regularmente en París personali-
ciertos de interés eran las dades como Édouard Risler (1873-1929), Marguerite Long (1874-
1966), Alfred Cortot (1877-1962), Élie-Miriam Delaborde (1839-
Salles Pleyel, el Nouveau-
1913), André Bloch (1873-1960), Raoul Pugno (1852-1914), Emil
Théâtre, la Salle de Jour- von Sauer (1862-1942), Joaquín Malats (1872-1912), Ignaz Pade-
nal, la Salle Aeolian o la rewski (1860-1941) u Ossip Gabrilowitsch (1878-1936). También
Salle des Agriculteurs. es relevante la presencia otros artistas como la clavecinista Wan-
da Landowska (1879-1959), el violinista Jacques Thibaud (1880-
1953), George Enescu (1881-1955) o incluso Enrico Toselli (1883-
1926) con un programa en el que no faltó su célebre serenata Rim-
pianto, Op. 6, No. 1.
Castro se presentó en la Petite Salle de las Salles Érard, que
además albergaba la Grande Salle y las Salles des Quatuors. Otros
recintos importantes donde se ofrecían conciertos de interés eran las
Salles Pleyel, el Nouveau-Théâtre, la Salle de Journal, la Salle Aeo-
lian o la Salle des Agriculteurs.
Con lo anterior no se pretende minimizar la calidad musical
de Castro, pues es evidente que a su llegada a Europa ya era un pia-
nista formado y con las cualidades necesarias para compartir carte-
lera con las personalidades anteriormente mencionadas. Si bien el
advenimiento de Castro a este tipo de escenarios es por demás me-
ritorio, es preciso dimensionarlo con la debida distancia y partiendo
del hecho de que si bien era un pianista técnica y musicalmente sol-
vente, no puede negarse la presencia simultánea de un buen número
de artistas de similar valía en su entorno inmediato, pues como está
visto, la agenda musical parisina era numerosa y diversa y no carecía
de intérpretes de alto nivel.
Paralelamente, la prensa mexicana no perdía oportunidad de
exaltar los éxitos de Castro, motivada no sólo por difundir los triun-
fos del compatriota, sino también por complacer al régimen de Por-
firio Díaz, patrocinador de muchos medios impresos. Así, se infor-
maba a la sociedad que el dinero invertido en Castro —y en otros
artistas becados por el régimen— era un recurso bien utilizado. En
esta tónica El Popular publicó:
Las crónicas extranjeras nos han venido a llenar de satisfacción. Ricardo
Castro, nuestro artista, acaba de obtener un triunfo en París. La noche
del 6 del pasado, la Sala Érard, se veía concurrida por gran número
de músicos notables y representantes de casi toda la prensa. El triunfo
de Castro comenzó desde el momento en que fue admitido en la Sala
249
Rogelio Álvarez Meneses
Érard, a la que solo tienen acceso los artistas de reconocida fama [...]. El 12 de abril, Castro
Ricardo Castro ha logrado entrar de lleno en la gloriosa senda del arte,
obteniendo triunfo, tras de triunfo. ¡Que siga así!653 participó en una soirée
en casa de Madame The-
El mismo día El Entreacto, también en tono hiperbólico, dio
cuenta del que consideró uno de los “primeros triunfos del artista unissen, donde tocó algu-
mexicano en Europa”: nas de las piezas interpre-
El día 6 de abril, Castro dio una audición de piano en la Sala Érard, tadas en el recital del día
que, como saben todos los músicos, solo es accesible para artistas de 6, así como el Minueto,
fama reconocida en esa audición que fue a precio alto, pues se cobró
a diez francos el billete. Castro tuvo casa llena, felicitaciones y grandes
Valse-Bluette y Chant
aplausos, tanto por su ejecución como por sus composiciones. De esa d’amour de su autoría,
audición se ocuparon casi todos los periódicos de París, y todas las que fueron calificadas
revistas musicales, y damos a conocer a nuestros lectores las opiniones
textuales que emite la prensa francesa. como piezas “brillantes,
[...] A nadie que conozca las dificultades que hay que vencer para ser verdaderamente pianísti-
aceptado en París, se le oculta la magnitud de lo que allí ha hecho
Ricardo Castro en los cuatro meses que lleva de permanencia en Europa.
cas y muy musicales”.
La sola circunstancia de haberse logrado aceptación en la Sala Érard
(donde no han logrado acceso algunos pianistas de fama) así como
haber encontrado editoriales para sus obras, y tener los elogios de
revistas como Le Guide Musical y Le Menestrel, los más respetables y los
más intransigentes de París, estos hechos, decimos, colocan a nuestro
compatriota en posición envidiable en el mundo musical.654
653
“Teatros”. El Popular. México, 10 de mayo de 1903.
654
“Ricardo Castro en París”. El Entreacto. México, 10 de mayo de 1903.
655
Ibíd.
656
“Ricardo Castro en Europa”. El Contemporáneo. San Luis Potosí, 12 de mayo de 1903.
657
“Ricardo Castro en París”. El Entreacto. México, 10 de mayo de 1903.
250
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
del propio Le Rey, la Procession: Dieu s’avance à travers les champs Le Vésinet es un asenta-
FWV 88, melodía para voz y orquesta de César Franck y un aria miento señorial y apacible
de Grisélidis de Jules Massenet, a cargo de Mme. Bureau-Berthe-
lo suficientemente alejado
lot. Para terminar, se interpretó una Marche funèbre de Edouard
L’Enfant “à la mèmoire d’Hector Berlioz”, un Concierto en Do soste- del bullicio parisino pero
nido menor para piano y orquesta de Leon Moreau (1870-1946) in- a la vez bien comunicado
terpretado por René Billa (1884-1944)662 bajo la dirección del autor con la capital francesa des-
y la Suite orquestal No. 4: Scènes pittoresques de Massenet. de que en 1837 se trazó la
En la crítica de Le Guide Musical se publicó: primera línea ferroviaria.
En el concierto Le Rey del domingo 26 de abril, se tocaron va-
rias obras del Sr. Ricardo Castro, profesor del Conservatorio de México:
una pequeña marcha en la que el autor parece haber seguido la escuela
de Meyerbeer y dos fragmentos de su ópera Atzimba, de los cuales, el In-
termezzo, nos ha parecido que contenía temas de un lindo sentimiento
melódico; en cuanto al segundo fragmento, la ejecución de la orquesta
no fue tan buena como para permitirnos hacer un juicio equitativo sobre
esta página, que denota sin embargo, una cierta habilidad de escritura en
el compositor. Ricardo Castro ha ejecutado él mismo, con mucho brío,
un Caprice-Valse para piano y orquesta de su composición, que no carece
de encanto, pero sería deseable que suprimiese el bombo, que subraya
frecuentemente los tiempos fuertes.663
662
Pianista francés nacido en Niza, también conocido por su seudónimo Richard Burgstahl.
663
Le Guide Musical. París, 3 de mayo de 1903. También citado por Campa, Gustavo E.
“Ricardo Castro” en Críticas Musicales. Felipe Pedrell (pról.). París, Librería Paul Ollen-
dorff, 1911, p. 346.
664
“Ricardo Castro en París”. El Entreacto. México, 7 de junio de 1903.
665
“Ricardo Castro”. El Tiempo. México, 12 de abril de 1903.
666
“Ricardo Castro en París”. El Entreacto. México, 7 de junio de 1903.
667
Carta de Ricardo Castro a José Gonzalo Aragón. (Imagen facsimilar reproducida en
252
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Anteriormente Saint-
Saëns había recibido a Campa,
quien lo había visitado duran-
te su primer viaje a Europa en
1900 y lo haría de nuevo el 10
de septiembre de 1908; en su se-
gunda visita el autor de Le car-
naval des animaux expresó su de-
seo de conocer México: “¡Cuán-
to desearía ir a ese país de sol y
de los volcanes! Estuve a pun-
to de emprender el viaje cuan-
do viví en Nueva York, pero es-
taba enfermo y tenía otros com-
52. Le Vésinet. La Gare. (Colección promisos aquí”.668
particular). Por las mismas fechas
Castro pudo escuchar a Edvard
Grieg dirigir un concierto en el
Théâtre du Chatêlet e interpre-
tar su propia obra para piano
solo en la Sala Pleyel. También
asistió a los conciertos semana-
les de la sociedad Lamoreaux, en
los cuales vio dirigir a Richard
Strauss, Siegfried Wagner y Fe-
lix Weingartner. Sobre este últi-
mo opinó: “el que no ha oído a
Weingartner no tiene idea de lo
que es dirigir una orquesta”.669
El día primero de junio
el pianista se muda a Le Vésinet,
53. Le Vésinet. Le Lac de Croissy. (Co- elegante suburbio de París en el
lección particular).
distrito de Saint-Germain-en-Laye cuya primera mención como vi-
lla se remonta al año 704.670 Le Vésinet es un asentamiento señorial
y apacible lo suficientemente alejado del bullicio parisino pero a la
vez bien comunicado con la capital francesa desde que en 1837 se
trazó la primera línea ferroviaria.671
vivió a partir de los años veinte y hasta 1940 en 36, Rue Alphonse Pallu), Gabriel Dupont
(1878-1914, residió hasta su muerte en 6, Boulevard du Nord, actualmente Boulevard
de Belgique), Gabriel Fauré (1845-1924, residió en 26, Rue Alphonse-Pallu durante los
veranos de 1885 a 1887), Moritz Moszkowski (1854-1925, quien contrajo matrimonio
en 1884 con la hermana menor de Cécile Chaminade, Henriette). En tiempos más recien-
tes también habitó en la villa Camille Sauvage (1910-1981, vivió en 2, Avenue Georges
Bizet desde los años sesenta hasta su muerte) y Iannis Xenakis (1922-2001, habitó en la
villa “Les Vertes Feuilles” en 35, avenue de la Princesse, alojamiento patrocinado por la
editorial Salabert). También son destacables las visitas de Guillaume Apollinaire (1880-
1918), cuya madre era propietaria de una villa en 8, Boulevard Carnot. (“Les vésigondins
célèbres” en Société d’Histoire du Vésinet [en línea]. Consultado el 24 de septiembre de
2012. Disponible en http://www.histoire-vesinet.org/
672
Carta de Ricardo Castro a José Gonzalo Aragón, 2 de julio de 1903. (Imagen facsimilar
reproducida en Romero, J. C., op. cit., p. 31).
673
Ibíd. Véase la nota 671.
254
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
55. Aspecto urbanístico actual de Rue En agosto, Castro emprende solo un viaje por Europa, de-
Félicien David. (Fotografías de Rogelio
Álvarez). jando a su madre y a su sobrino Vicente en Le Vésinet. Se dirigió
a Múnich donde conoció al pianista Bernhard Stavenhagen (1862-
1914), discípulo de Franz Liszt y director de la Real Academia de
Múnich.674 En esta ciudad escuchó la Tetralogía y en Berlín estuvo
presente en la inauguración, el 1 de septiembre de 1903, del mo-
numento erigido a Richard Wagner en esa ciudad, obra del escultor
Gustav Heinrich Eberlin (1847-1926).
56. Anton von Werner: Die Einweihung
des Denkmals am 1. September 1903.
Colección particular.
¡Puedo asegurarte que yo no tenía idea de la intensidad dramática Fue también a finales de
de su música, ni de los desencadenamientos, maravillosa resonancia
y plasticidad de su orquesta! Aquello es algo suprahumano, que no 1903 cuando la fami-
puede describirse con palabras. En Tristán e Isolda, por ejemplo, todo lia de Castro abandonó
el instrumental toma al final de la obra progresiones tan extensas, en
períodos tan largos y tan maravillosamente desarrollados, que se llega
Francia y regresó a Méxi-
no al paroxismo de la pasión, sino a algo más, a expresar acentos de un co, pues el periódico The
poder y fuerza desconocidos al hombre, como apenas puede concebirse Mexican Herald del 1 de
la pasión entre semidioses o seres de otra naturaleza.676
diciembre publicó que el
Hacia finales de septiembre visitó los conservatorios de Salz- Lic. Vicente Castro Herre-
burgo, Praga y Dresde. El día 22 sostuvo un encuentro en Leipzig
ra y su familia habían re-
con Carl Reinecke (1824-1910) y esa misma noche asistió a un con-
cierto dirigido por Arthur Nikisch (1855-1922), de quien obtiene gresado de Europa el do-
un autógrafo.677 En Berlín conoce a Ferrucio Busoni (1866-1924), mingo 29 de noviembre
quien le escribió: tras un año de ausencia,
Al colega Señor Castro. añadiendo que “su herma-
Con la esperanza y el deseo de verlo de nuevo en México. no, Ricardo Castro, el ce-
Berlín, septiembre de 1903. Ferruccio Busoni.678
lebrado pianista, perma-
En la misma ciudad conoció a Ludwig Schytte (1848-1909) necerá en el continente por
y el 16 de octubre escuchó a Joseph Joachim, además de presenciar
Fidelio de Beethoven y de nuevo Los maestros cantores. Conoce Post-
algún tiempo continuando
dam y retorna a Berlín para dirigirse a Bruselas, vía Colonia. Du- sus estudios musicales”.
rante el mes de noviembre permaneció en Bruselas, donde cono-
ció a François Auguste Gevaert (1828-1908) y a Alfred Wotquen-
ne (1867-1939), director y bibliotecario respectivamente del Con-
servatorio de Bruselas. El 1 de diciembre se encontró reinstalado en
París.679
Fue también a finales de 1903 cuando la familia de Castro
abandonó Francia y regresó a México, pues el periódico The Mexi-
can Herald del 1 de diciembre publicó que el Lic. Vicente Castro
Herrera y su familia habían regresado de Europa el domingo 29 de
noviembre tras un año de ausencia, añadiendo que “su hermano,
Ricardo Castro, el celebrado pianista, permanecerá en el continente
por algún tiempo continuando sus estudios musicales”.680
676
México. Fondo Reservado de la Biblioteca del Conservatorio Nacional de Música. Li-
bro de autógrafos de Ricardo Castro. Carta de Ricardo Castro a Gustavo E. Campa, 1º
de septiembre de 1903. (Reproducción facsimilar en: “Carta inédita de Ricardo Castro
a Gustavo E. Campa” en Pauta. Cuadernos de Teoría y Crítica Musical. Volumen XX,
números 77-78. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, enero-junio de
2001, pp. 66-67).
677
México. Fondo Reservado de la Biblioteca del Conservatorio Nacional de Música. Libro
de autógrafos de Ricardo Castro. Autógrafo de Arthur Nikisch, 22 de septiembre de 1903.
678
México. Fondo Reservado de la Biblioteca del Conservatorio Nacional de Música. Libro
de autógrafos de Ricardo Castro. Ferrucio Busoni, septiembre de 1903.
679
Carmona, G., op. cit., pp. 67-68.
680
“Return from Europe after year’s absence”. The Mexican Herald. México, 1 de diciembre
de 1903.
256
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
681
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Ricardo Castro a Felipe Pedrell. Carta del 1 de marzo de 1904.
257
Rogelio Álvarez Meneses
El domingo 10 de abril en el Teatro Víctor Hugo el pro- 58. Castro: Près du Ruisseau. (Leipzig,
Fiedrich Hofmeister, 1903).
grama de los Conciertos Le Rey incluye nuevamente obras de Cas-
tro. El largo y variado programa incluía la Sinfonía Pastoral, Op.
68 de Beethoven, la Symphonie romantique para piano y orquesta
de Louis Edouard Bernard Destenay (1850-1924), interpretada por
primera vez en París, así como el aria de Susanna de Le nozze di Fi-
garo de Mozart cantada por Mlle. Luquiens y melodías a cargo de
Mlle. R. Marmont. De Castro se interpretó el Menuet pour Orches-
tre d’Archets, Op. 23, la Romance pour Violon, Op. 21 y la Marcha
tarasca de su ópera Atzimba.
682
“Bibliographie”. Le Guide Musical. París, 13 de marzo de 1903.
258
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
La prensa musical tam- El Menuet pour Orchestre d’Archets, Op. 23 fue editado de
bién publicitó las últimas manera póstuma en 1908 tanto en versión orquestal como en re-
ducción para piano solo por Jos. W. Stern & Co. de Nueva York. La
composiciones de Castro.
Romanza pour Violon, Op. 21 fue publicada por la casa Henry Le-
En la sección “Bibliogra- moine & Cie., París, en versión para violín y piano y fue dedicada a
phie” de Le Guide Mu- su primer intérprete, el violinista cubano de origen francés José Sil-
sical del 3 de marzo, fue- vestre White Laffite (1836-1918); la partitura orquestal se encuen-
ron comentadas dos obras tra perdida, conservándose únicamente en el archivo particular del
publicadas el año inme- Sr. Germán Castro Herrera un juego de partichelas instrumentales
que nos lleva a inferir la siguiente plantilla: Fl. 1 y 2, Ob. 1 y 2, Clar.
diato anterior por la casa
en La 1 y 2, Fag. 1 y 2, Cor. en Fa 1, 2, 3 y 4, Trb. 1, 2 y 3, Timp. Sol
Friedrich Hofmeister. y Re, Arpa y cuerda (2.2.2.2.-4.0.3.0.-Harp.-Str.).683 Por su parte,
la Marcha tarasca, como toda la ópera Atzimba, permanece inédita.
Con una semana de retraso, el crítico de Le Guide Musical se
ocupó del concierto:
Ricardo Castro [...] ha hecho ejecutar algunas páginas de su
composición; se debe citar una hermosa romanza para violín, escrita
para M. White y brillantemente tocada por este célebre artista, y también
una “Marcha Tarasca” muy original y armonizada con extraordinaria
habilidad.684
683
Además de la ausencia de trompetas, faltan los folios 2 y 3 de la parte de Cornos en Fa 1 y 2.
684
“Concert Le Rey”. Le Guide Musical. París, 24 de abril de 1904.
685
Le Journal. [S/f ]. Citado en “Nuevos éxitos de Ricardo Castro en la temporada de Con-
ciertos en París”. México, 18 de mayo de 1904.
259
Rogelio Álvarez Meneses
Pocos días más tarde, el jueves 28 de abril de 1904, Cas- 59. Castro: Romance pour Violon avec
accompagnement de Piano, Op. 21.
tro se presenta nuevamente en la Salle Érard ofreciendo un recital (París, Henry Lemoine & Cie., 1904).
de piano solo en la función de matinée de la Petite Salle. El progra-
ma se integró de obras de envergadura en las que dio muestra de su
depurado mecanismo pianístico e incluyó entre otras: Beethoven:
Sonata No. 25 en Sol mayor, Op. 79, Bach: Preludio y fuga en Do
sostenido,687 Chopin: Vals en Mi menor, Op. 72 posth. y Estudio en
Mi menor, Op. 25, No 5,688 Chaminade: Thème Varié, Op. 89 (bisa-
do) y Novelette, Op. 110 (dedicada a Ricardo Castro). De su pro-
pia autoría, Castro interpretó los Six préludes, Op. 15 (dedicados a
Chaminade), el segundo de sus Deux études de concert pour piano,
Op. 20 (No. 2 en Do mayor), Près du ruisseau, Op. 16, también bi-
sado689 y Vals Impromptu, Op. 17.690
En su número doble de la primera quincena de mayo, Le
Guide Musical emitió una crítica favorable a la labor de Castro
como compositor “que se aleja de los senderos trillados”:
686
Campa, G. E., “Ricardo Castro” en Críticas Musicales, op. cit., pp. 346-347.
687
Sin mayor especificación, por lo que puede referirse al BWV 847 en Do sostenido
menor o al BWV 848 en Do sostenido mayor de Das wohltemperierte Klavier I, o bien
al BWV 872 en Do sostenido menor o al BWV 872a en Do sostenido mayor de Das
wohltemperierte Klavier II.
688
“Mexicanos en París”. El Tiempo. México, 27 de mayo de 1904.
689
“M. Ricardo Castro”. Le Monde Musical. París, 15 de mayo de 1904.
690
“Chronique de la Semaine”. Le Guide Musical. París, 5 y 8 de mayo de 1904.
260
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
60. Castro: Six préludes pour piano, Op. Por su parte, la reseña de Le Journal del 1 de mayo de 1904
15. (Leipzig, Friedrich Hofmeister,
1903).
resulta de gran valor por la detallada descripción que aporta respec-
to a las cualidades de Castro en el terreno pianístico: conocimiento
de estilo, virtuosismo, técnica depurada y rasgos que evidencian una
concepción musical madura e intelectual:
691
Ibíd.
261
Rogelio Álvarez Meneses
El concierto tuvo una nutrida concurrencia, encontrándose 61. Chaminade: Novelette pour piano,
entre el público un importante número de mexicanos residentes en Op. 110. «à Monsieur Ricardo Castro».
(París, Enoch et Cie., Editeur, 1903).
París, entre ellos el poeta Rubén Darío.693 Desafortunadamente no
pudo estar presente Cécile Chaminade, quien a los pocos días envió
la siguiente carta a Castro:
39 Boulevard du Midi.
Le Vésinet.
Martes 10 de mayo [de 1904].
Estimado señor:
Supe de su buen éxito en la Sala Érard por mi hermano que estaba feliz,
encantado, de la manera admirable como usted tocó mis dos piezas y
de todo el concierto en general. Hubiera querido agradecérselo antes y
repetirle cuánto siento no haber podido escucharlo.
692
Le Journal. París, 1 de mayo de 1904. Citado en “Ricardo Castro. Su último buen éxito
en París. La leyenda de Roudel. Un buen pronóstico de Le Journal”. El Imparcial. México,
4 de junio de 1904. También publicado en El País del 6 de junio de 1904.
693
“Mexicanos en París”. El Tiempo. México, 27 de mayo de 1904.
262
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Castro quedó gratamente Espero que todavía se quede en París algún tiempo.
Estoy en espera de mi marido que llega el 25 de este mes. Desea mucho
impresionado por el éxito conocerlo, así que en cuanto llegue le escribiré de nuevo para invitarlo
obtenido en sus dos últi- a venir a Le Vésinet.
mos conciertos y atravesa- Mis mejores recuerdos de simpatía y hasta pronto, espero.
ba un periodo de gran ac- C. Carbonel-Chaminade.694
tividad musical y compo- Castro quedó gratamente impresionado por el éxito obteni-
do en sus dos últimos conciertos y atravesaba un periodo de gran
sitiva, pues se encontraba
actividad musical y compositiva, pues se encontraba escribiendo su
escribiendo su Concerto Concerto pour piano avec accompagnement d’Orchestre, Op. 22 mien-
pour piano avec accom- tras se preparaba para participar en conciertos en Blankenberge y
pagnement d’Orchestre, Ostende durante julio y agosto y en Amberes en diciembre. Así lo
Op. 22 mientras se pre- relató a Felipe Pedrell:
paraba para participar París, mayo 9 de 1904.
en conciertos en Blanken- Sr. D. Felipe Pedrell.
berge y Ostende durante Madrid.
Eminente amigo:
julio y agosto y en Ambe-
Tiempo hace que deseaba escribirle, pero me ha sido absolutamente
res en diciembre. imposible hacerlo, porque he estado lleno de trabajo. Le acompaño
los programas de los conciertos en que acabo de tomar parte y algunas
opiniones de la prensa, por si Vd. tiene tiempo é interés en leerlo. Ya
Vd. comprenderá la satisfacción tan grande que siento por este éxito tan
inesperado, y mi entusiasmo para seguir trabajando no tiene límites.
Me acaban de escribir de Bélgica solicitando mi concurso para tomar
participación, tanto como pianista como compositor en los conciertos
sinfónicos de Ostende y Blakenberghe [sic], que se verificarán durante
los meses de Julio y Agosto.
También en Anvers, y a principios del mes de Diciembre próximo, se
dará un festival sinfónico consagrado exclusivamente á mis obras, y para
el cual necesito terminar un Concerto para piano y orquesta y algunas
obras corales. Tengo pues por ahora mucho trabajo y el mes próximo
saldré para Bélgica en donde permaneceré hasta que se verifiquen todos
los conciertos de que le hablo.
Había pensado ir á Madrid próximamente, pero por el momento me es
imposible y muy á mi pesar aplazo mi entrevista con Vd. probablemente
hasta fines del presente año.
Grandísimos deseos é interés tengo en saber si realizará Vd. su proyecto
en el Teatro Griego de Barcelona, y á cuya festividad procuraré asistir
á todo trance, pues ya me figuro el deleite intelectual y profunda
enseñanza que la audición de sus obras me proporcionará.
Si tiene Vd. tiempo infórmeme de sus trabajos y reciba entretanto mis
más afectuosos recuerdos.
Su incondicional amigo y ferviente admirador.
Ricardo Castro.
10, Rue Notre Dame des Victoires. Hotel de l’Europe.695
694
México. Fondo Reservado de la Biblioteca del Conservatorio Nacional de Música. Libro
de autógrafos de Ricardo Castro. Carta de Cécile Chaminade a Ricardo Castro. (Repro-
ducción facsimilar en: Carmona, G., op. cit., p. 112).
695
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
263
Rogelio Álvarez Meneses
Con los éxitos obtenidos y estos nuevos proyectos para el fu- El 8 de junio de 1904 un
turo, un asunto trascendental para Castro era prorrogar su perma- numeroso grupo de alum-
nencia en Europa que en principio tendría una duración original
nos del Conservatorio
por dos años. Argumentando la notoriedad que estaba alcanzan-
do en los círculos musicales parisinos, y con el afán de prolongar su Nacional de Música en-
viaje de observación, le escribió el 14 de mayo de 1904 al Lic. José vió a París una carta en
Yves Limantour, ministro de Hacienda de México, cuyo reciente la que manifestaban a
viaje por Europa dio lugar a un encuentro con el pianista, en París: Castro “la justa satisfac-
[Deseo] prolongar mi permanencia en Europa porque creo sacar de ella ción que nos causa la re-
mucho provecho, sólo que la posición artística y social en que me he compensa que a su talen-
colocado y que hay que sostener a todo trance, origina gastos costosos,
pues hay que convenir en que no estoy en la misma situación que los to y laboriosidad acaban
demás pensionados que más bien vienen como simples alumnos y de otorgar el público y la
pueden por tanto llevar una vida retraída y exenta de compromisos. prensa de la capital del
[...] Como Ud. debe suponer todo esto me origina gastos superiores a mis
recursos, los cuales he agotado y aun me he visto obligado a gravar mis
mundo”.
pequeños intereses de México, pues a toda costa he querido continuar
viviendo aquí, porque cada día se hace más palpable lo que avanzo en
mis estudios y lo que gano en reputación; empiezo ya a ser conocido,
mis composiciones son editadas, mi nombre figura con frecuencia en
revistas musicales siendo de notar que este año fui solicitado para tomar
parte en los conciertos sinfónicos de Le Rey y para mi recital de la Salle
Érard. [Cursivas en el original]
700
“Ricardo Castro”. El Diario del Hogar. México, 19 de agosto de 1904.
701
“Ricardo Castro”. El Tiempo. México, 7 de agosto de 1904.
265
Rogelio Álvarez Meneses
Anunciado como un “concierto extraordinario, vocal e 62. Palais des Fêtes au Jardin Zoo-
instrumental”703 que prometía ser “uno de los más importantes de logique. Vista exterior. (Colección
particular).
toda la temporada”,704 el evento dio inicio a las 20:30 horas en la Gran-
de Salle del Palais des Fêtes del Jardín Zoológico, sala inaugurada en
1897.705 Participaron como solistas el violonchelista Marix Loeven-
sohn (1880-1943), el violinista Florencio Antonio Mora Tête
(1882-1975), y el propio Castro como pianista, así como las sopra-
nos Louise Desmaisons y Marguerite Chabry, el tenor Jean Baptis-
te Georges Imbart de La Tour, el barítono Georges Surlémont y los
bajos Van den Eynden y Borkmans. También tomaron parte las so-
ciedades corales “L’Orpheon” y “Caecilia” de Bruselas; la orquesta
fue dirigida por Edward Keurvels (1853-1916).
702
KMDA. Koninklijke Maatschappij voor Dierkunde van Antwerpen [en línea]. Consultado
el 10 de septiembre de 2012. Disponible en http://www.kmda.org
703
“Agenda des Concerts: Anvers”. Le Guide Musical. París, 25 de diciembre de 1904.
704
“Muziek”. Gazet van Antwerpen. Volksdagblad. Amberes, 29 de diciembre de 1904.
705
“L’histoire du Zoo d’Anvers en un clin d’oeil” [en línea]. Consultado el 10 de septiembre
de 2012. Disponible en http://www.zooantwerpen.be
266
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
63. Grande Salle del Palais des Fêtes del Jardín Zoológico. Escenario y patio de butacas. (Colección particular).
64. Grande Salle del Palais des Fêtes del Jardín Zoológico. Escenario. (Colección particular).
267
Rogelio Álvarez Meneses
706
“Le Concert Castro a Anvers”. L’Independance Belge. Bruselas, 31 de diciembre de 1904.
707
“Correspondances”. Le Guide Musical. París, 8 de enero de 1905.
708
Campa, G. E., “Ricardo Castro” en Críticas Musicales, op. cit., p. 348.
709
El primer concierto para piano y orquesta de un compositor americano es de la autoría
del estadounidense Edward Alexander MacDowell (1860-1908). Su Primer concierto
para piano en La menor, Op. 15, dedicado a Franz Liszt, fue compuesto en Frankfort en
1882 y publicado por Breitkopf und Härtel en 1884. Al igual que el Op. 22 de Castro,
el Op. 15 de MacDowell fue escrito, estrenado y publicado en Europa.
710
Pareyón, G., op. cit., p. 831.
711
Lázaro Azar Boldo (Campeche, México, 1964). Pianista, conferencista, periodista y
crítico musical. Ha realizado una continua labor documentación e investigación de la
música para piano, en especial de compositores poco conocidos o difundidos. Creó el
sello Clásicos Mexicanos de la compañía Prodisc, para la cual ha realizado más de cien
discos compactos que han merecido el reconocimiento de la crítica especializada. Confe-
rencista de la Orquesta Sinfónica Nacional desde 1994 y colaborador de diversas revistas
especializadas (Pauta, ProÓpera y L’Orfeo). Desde 1998 es columnista del periódico
Reforma de la Ciudad de México y a partir de 2002 y hasta la fecha, presidente de la
Unión Mexicana de Cronistas de Teatro y Música. [Lázaro Azar Boldo. Comunicación
personal, 21 de octubre de 2012].
712
Pareyón, G., op. cit., p. 259.
713
Díaz Cervantes, E., R. de Díaz, D., op. cit., pp. 46-47.
268
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Asumir que el Concerto En 1889, Felipe Pedrell informa que entre las obras inéditas de
Ricardo Castro se encuentra el Concierto para piano. [Por tanto] puede
pour piano avec accom- deducirse (o aventurar, quizá sea más preciso el término) que este Con-
pagnement d’Orchestre, cierto fue escrito entre los años de 1885 y 1887. Sin embargo, el estreno
no se llevó a cabo sino hasta diciembre de 1904, en los conciertos efec-
Op. 22 estrenado en Am- tuados en la Sala del Jardín Zoológico de Amberes, con el propio autor
beres y el Concierto para como solista.714
piano citado por Pedrell y
Ciertamente, Tanto Pareyón, como Díaz Cervantes y Alca-
posteriormente por Alca- raz coinciden en que se trata del primer concierto para piano y or-
raz son la misma obra, es questa escrito por un mexicano, pero los tres autores caen en im-
un error. Las investigacio- precisiones en lo relativo a su datación. En principio, asumir que
nes realizadas nos han lle- el Concerto pour piano avec accompagnement d’Orchestre, Op. 22 es-
vado a concluir de mane- trenado en Amberes y el Concierto para piano citado por Pedrell y
posteriormente por Alcaraz son la misma obra, es un error. Las in-
ra contundente que se tra-
vestigaciones realizadas nos han llevado a concluir de manera con-
ta de obras distintas. tundente que se trata de obras distintas. La obra citada por Pedrell
(y posteriormente por Díaz Cervantes y Alcaraz) es en realidad un
Allegro de concierto para piano en Re menor (que es la única com-
posición para piano y orquesta de la que se tiene referencia antes de
1889, año de la publicación del artículo de Pedrell), que fue inter-
pretado por Castro en el concierto del sábado 26 de diciembre de
1885 en el Teatro Nacional. Al respecto, el cronista de La Patria del
31 de diciembre del mismo año publicó:
Como contraste siguió una bella composición de corte severo y
clásico emanada del genio de Ricardo Castro; el Allegro del primer con-
cierto en Re menor, que fue tocado en el piano por el autor acompañado
por la orquesta dirigida por Julio Ituarte, y que tuvo una interpretación
magnífica.715
714
Alcaraz, José Antonio. “Ricardo Castro: concierto para piano” en En una música estelar.
México, Instituto Nacional de Bellas Artes. Centro Nacional de Investigación, Docu-
mentación e Información Musical, 1987, p. 39.
715
“El concierto de despedida de Ricardo Castro”. La Patria. México, 31 de diciembre de
1885.
716
Véase la nota al pie de la página 116.
269
Rogelio Álvarez Meneses
717
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Ricardo Castro a Felipe Pedrell. Carta del 9 de mayo de 1904.
718
“Concert in den Dierentuin”. Gazet van Antwerpen. Amberes, 30 de diciembre de 1904.
270
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Además de las opiniones melodioso. Su Concierto para piano, que tocó él mismo con virtuosidad
amable y graciosa, pertenece al Castro de la primera manera, que no es
vertidas en la prensa, re- la mejor. Nos pareció encontrar allí una reminiscencia de La Mort d’Ase
sulta de sumo interés la [de Peer Gynt] de Grieg.719
opinión de Carl Reinecke, Una semana más tarde, Le Guide Musical se refirió al con-
dedicatario del Concerto, cierto como “una obra con grandes bellezas y dificultades, pero con
quien tras haber recibido una generosa fuente de inspiración; el señor Castro lo abordó con
un ejemplar editado, escri- maestría y la sala le dio una larga ovación”.720 La Federación Artísti-
bió una carta de agrade- ca calificó la interpretación como “magistral” y a la obra la conside-
ró “intrépida y lúcida que se resuelve en una delirante polonesa”.721
cimiento al compositor, en
Además de las opiniones vertidas en la prensa, resulta de
la que considera a la obra sumo interés la opinión de Carl Reinecke, dedicatario del Concer-
como “magistral”, desta- to, quien tras haber recibido un ejemplar editado, escribió una car-
cando la calidad de diver- ta de agradecimiento al compositor, en la que considera a la obra
sos pasajes del concierto. como “magistral”, destacando la calidad de diversos pasajes del con-
cierto, a excepción de la cadencia hacia el final la polonesa del ter-
cer movimiento:
Muy honorable señor:
Acepte mi cordial agradecimiento por el envío de su Concerto que usted
ha tenido la amabilidad de dedicarme, así como por su encantadora
carta que lo acompañaba. He leído de inmediato su obra con el más
vivo interés y esta lectura me ha dado la impresión que tenía ante mis
ojos una obra magistral, porque he constatado que usted escribe sus
piezas para piano de manera muy brillante y que sobre todo sabe usted
evitar el poner la orquesta en lucha contra el piano, como sucede hoy
frecuentemente. Muchas cosas me han complacido enormemente en
su creación, sobre todo el primer motivo. Por lo contrario, para serle
franco, me permito decirle que la cadencia en la Polonesa es, a mi modo
de sentir, un poco pesada.722
719
“Le Concert Castro a Anvers”. L’Independance Belge. Bruselas, 31 de diciembre de 1904.
720
“Correspondances. Anvers”. Le Guide Musical. París, 8 de enero de 1905.
721
Campa, G. E., “Ricardo Castro” en Críticas Musicales, op. cit., p. 348.
722
México. Fondo Reservado de la Biblioteca del Conservatorio Nacional de Música. Libro
de autógrafos de Ricardo Castro. Carta de Carl Reinecke, 26 de marzo de 1906. (Repro-
ducción facsimilar y traducción en: Carmona, G., op. cit., pp. 114-115).
723
Alcaraz, J. A., op. cit., p. 37.
271
Rogelio Álvarez Meneses
bral del repertorio trascendente, sin transponerlo precisamente a causa de La Romance pour vio-
aquello que es su pérdida y su gloria: el encanto hiperbólico.724
lon avec accompagne-
La Romance pour violon avec accompagnement de piano, Op. ment de piano, Op. 21
21 fue interpretada por el violinista chileno Florencio Antonio fue interpretada por el
Mora Tête, quien residía en Bélgica desde 1900, año en que ini- violinista chileno Floren-
ció su perfeccionamiento con César Thomson y Eugène Ysaÿe en el cio Antonio Mora Tête,
Real Conservatorio de Bruselas.725 El acompañamiento de esta pie-
za no fue orquestal, sino que fue realizado al piano por el propio
quien residía en Bélgi-
compositor.726 Destacó el solista “con la enérgica fuerza de su soni- ca desde 1900, año en
do, que supo mantener hasta en las notas más agudas”.727 Al igual que inició su perfecciona-
que el Concierto Op. 22, la obra fue relacionada con la “primera ma- miento con César Thom-
nera” de Castro: son y Eugène Ysaÿe en el
En la Romanza para violín, el Sr. Mora ha tocado con delicadeza Real Conservatorio de
y con un sentimiento deliciosa. [Esta obra] pertenece a la primera manera Bruselas.
del compositor, en la que predomina la influencia de Jules Massenet. Si
bien esta obra no es muy personal, no deja de estar escrita con mucho
gusto y distinción.728
724
Ibíd., pp. 39-40.
725
Dittmann Hube, Alden L., “Conmemorando a un músico chileno: el violinista Florencio
A. Mora (1882-1975)” en Revisa Musical Chilena. Santiago, volumen 57, número 199,
enero 2003, pp. 84-85.
726
“Correspondances. Anvers”. Le Guide Musical. París, 8 de enero de 1905. También citado
en El Imparcial de México del 19 de febrero de 1905.
727
“Concert in den Dierentuin”. Gazet van Antwerpen. Amberes, 30 de diciembre de 1904.
728
“Le Concert Castro a Anvers”. L’Independance Belge. Bruselas, 31 de diciembre de 1904.
729
Se ha localizado una referencia a la actuación de Marix Loevensohn con la Orquesta Co-
lonne en Queen’s Hall de Londres el 16 de octubre de 1896, en un concierto dirigido por
Edouard Colonne. (Arts & Humanities Research Council. Concert Programmes [en línea].
Consultado el 15 de mayo de 2012. Disponible en http://www.concertprogrammes.org.uk
730
Carmona, G., op. cit., p. 70.
731
Mendoza, Jorge. “El concierto para violonchelo y orquesta de Ricardo Castro” en Pau-
ta. Cuadernos de teoría y crítica musical. Volumen XVI, número 65, México, Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, enero-marzo de 1998, p. 51.
732
“Concert in den Dierentuin”. Gazet van Antwerpen. Amberes, 30 de diciembre de 1904.
272
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Tanto el concierto para ta una buena cantidad de detalles y, acorde a su personal distinción
piano como el de violon- de las “dos maneras” en la obra de Castro, catalogó a este concierto
como perteneciente a la segunda:
chelo no solamente tie-
nen en común el ser los Llegamos a la segunda manera del señor Castro. El Concierto
primeros escritos en su para violoncello y orquesta nos da una prueba de ello. Aquí el compositor
ha vuelto sobre sí mismo, todo le pertenece. Los temas son originales,
género por un mexicano, nuevos e impregnados de un sabor delicado que es probablemente mexi-
sino que también com- cano; la orquestación es variada y rica. Es una obra que honra mucho al
señor Castro. Debemos decir también que ha servido a maravilla el solista
parten el hecho de tener Marix Lœvensohn, que interpretó la partitura con el estilo impecable y
una depurada escritura la sonoridad suave y rica que le conocemos.733
instrumental, tanto en
El Concerto pour violoncelle avec accompagnement d’Orchestre
la parte solista como en permanece inédito. Copias microfilmadas del manuscrito se conser-
el terreno orquestal. van en la colección de música orquestal Edwin A. Fleisher de The
Free Library of Philadelphia,734 así como en la Biblioteca “Cande-
lario Huízar” del Conservatorio Nacional de Música de México. La
plantilla comprende 1 Picc., 2 Fl., 2 Ob., Ci., 2 Cl., 2 Fg., 4 Cor.,
2 Tpt., 3 Tb., Timp., Perc., Arp., Vl. 1, Vl., 2, Vla., Vc. y Cb. Tan-
to la partitura orquestal como las partes instrumentales permanecen
inéditas. La reducción para violonchelo solo y piano es póstuma:
fue realizada hacia 1983 por el compositor y pianista Eduardo Her-
nández Moncada (1899-1995) y editada hasta 2007 por el Centro
Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical
“Carlos Chávez” en la sección de música de la revista Heterofonía.735
La obra fue estrenada en México en 1938 por Domingo González y
la Orquesta Sinfónica Universitaria dirigida por José F. Vázquez.736
En palabras de Jorge Velazco, “la obra es de una gran brillan-
tez, tiene una coherente unidad, es digna de cualquier pluma euro-
pea y no merece el horrendo olvido en el que su bella música está
silenciada”.737
Tanto el concierto para piano como el de violonchelo no so-
lamente tienen en común el ser los primeros escritos en su género
por un mexicano, sino que también comparten el hecho de tener
una depurada escritura instrumental, tanto en la parte solista como
en el terreno orquestal.
733
“Le Concert Castro a Anvers”. L’Independance Belge. Bruselas, 31 de diciembre de 1904.
734
The Free Library of Philadelphia. Collections [en línea]. Consultado el 12 de octubre de
2016. Disponible en http://libwww.freelibrary.org/collections/
735
Castro, Ricardo. “Concierto para violoncello y orquesta”. Reducción para piano de Eduar-
do Hernández Moncada. Eugenio Delgado (ed). en Heterofonía, revista de investigación
musical. Números 136-137. México, Centro Nacional de Investigación, Documentación
e Información Musical, enero-diciembre de 2007, pp. 125-169.
736
Mendoza, J., op. cit., p. 62.
737
Velazco, J. “Ricardo Castro…”, p. 590.
273
Rogelio Álvarez Meneses
738
Mendoza, J., op. cit., p. 56.
739
“Le Concert Castro a Anvers”. L’Independance Belge. Bruselas, 31 de diciembre de 1904.
274
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Castro se refiere a un
próximo encuentro con Edoar-
do L. Dagnino (1876-1944),
crítico musical que desde Roma
enviaba a Pedrell sus colabora-
66. Tarjeta postal de Ricardo Castro
a Felipe Pedrell 3 de abril de 1905.
(Barcelona. Biblioteca Nacional de 740
“Concert in den Dierentuin”. Gazet van Antwerpen. Amberes, 30 de diciembre de 1904.
Cataluña [BNCat]. Legado Pedrell. 741
“Le Concert Castro a Anvers”. L’Independance Belge. Bruselas, 31 de diciembre de 1904.
Correspondencia de Ricardo Castro a 742
“Ricardo Castro, operista”. El Diario. México, 1 de noviembre de 1906.
Felipe Pedrell). 743
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Ricardo Castro a Felipe Pedrell. Tarjeta postal del 3 de abril de 1905.
275
Rogelio Álvarez Meneses
ciones para la Ilustración Musical Hispano-Americana744 y que reali- Según Henry Brody, crí-
zó la adaptación rítmica para la versión en italiano de La légende de tico musical de La Re-
Rudel. No sería ésta la última ocasión en la que compositores mexi-
vue Musicale y autor del
canos tuvieran acercamiento con estas personalidades gracias a la
mediación de Pedrell: durante su segundo viaje por Europa (1908- libreto de La légende de
1909), Gustavo E. Campa entró en contacto con Joaquín Nin en Rudel, Castro escribió la
1908 y en febrero de 1909 se reuniría con el propio Dagnino. ópera “durante los me-
Según Henry Brody, crítico musical de La Revue Musica- ses de febrero y marzo de
le y autor del libreto de La légende de Rudel, Castro escribió la ópe- 1905” y la instrumen-
ra “durante los meses de febrero y marzo de 1905”745 y la instru-
tación la realizó un año
mentación la realizó un año más tarde en París. Sin embargo, se
tienen evidencias de que el proceso de composición comenzó des- más tarde en París. Sin
de varios meses antes. Ya en noviembre de 1903 la prensa mexica- embargo, se tienen evi-
na aseguraba que Castro se encontraba “escribiendo una ópera en dencias de que el proceso
dos actos”,746 por lo que muy probablemente pueda hacer alusión de composición comenzó
a los primeros esbozos de La légende de Rudel o bien a alguna de las desde varios meses antes.
dos óperas inconclusas iniciadas en Europa: Satán vencido o El beso
de la rousalka.747
Lo que si es un hecho es que en mayo de 1904 Castro ya se
encontraba inmerso en la composición de La légende de Rudel, pues
en una carta de fechada en París el 14 de mayo de de ese año, y di-
rigida al Lic. José Yves Limantour, Ministro de Hacienda de México
y a su vez dedicatario de la ópera, el pianista declaró:
[...] He logrado así también conseguir un hermoso libreto de Henry
Brody, literato de fama, al que estoy escribiéndole música y abrigo gran-
des esperanzas de hacer representar aquí o en Italia esa ópera que se
intitulará La Leggende du Rudel [sic].748
744
La comunicación entre Dagnino y Pedrell fue abundante. En el Legado Pedrell se cuen-
tan 55 cartas enviadas por el crítico italiano entre 1901 y 1916, así como 29 tarjetas
postales, un folio con melodías populares italianas y un telegrama. (Barcelona. Biblio-
teca Nacional de Cataluña [BNCat]. Legado Pedrell. Correspondencia de Edoardo L.
Dagnino a Felipe Pedrell).
745
“Ricardo Castro, operista”. El Diario. México, 1 de noviembre de 1906.
746
“Ricardo Castro”. El Contemporáneo. San Luis Potosí, 1 de noviembre de 1903.
747
De estos dos títulos no se conserva ningún material. Fuentes indirectas señalan que
Castro realizó en Europa los primeros esbozos y que a su muerte quedaron inconclusas.
Jorge Velazco señala que de Satán vencido y El beso de la rousalka “se perdió todo trazo
a la muerte del autor” (Velazco, J., Ricardo Castro…, op. cit., p. 592). Tampoco de la
juvenil ópera Don Giovanni d’Austria nos ha llegado ningún material.
748
México. Centro de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim.
Fondo José Y. Limantour. Correspondencia de Ricardo Castro a José Yves Limantour.
Carta del 14 de mayo de 1904.
749
“Ricardo Castro, operista”. El Diario. México, 1 de noviembre de 1906.
276
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
750
El original, realizado en el Bureau de copie de musique de Ch. Schnéklüd de París, se
conserva en el archivo particular de Germán Castro Herrera, sobrino nieto del compositor.
751
Verzeichniss de im Jahre 1906 erschienenen Musikalien, auch musikalischen Schriften und
Abbildungen mit Anzeige der Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906, p. 26.
752
Diversas fuentes manejan imprecisiones en la fecha de realización de este concierto y
algunos detalles anecdóticos. Jesús C. Romero (op. cit., p. 42) y Gloria Carmona (op.
cit., p. 70) sostienen que tuvo lugar el 11 de mayo de 1904. Se han localizado evidencias
documentales que demuestran que el concierto tuvo lugar un año más tarde: concreta-
mente el 7 de mayo de 1905 a las 15.00 horas. Tómese en cuenta además que el proceso
de independencia de Bélgica tuvo lugar en 1830.
753
“Musique”. L’Eventail Théatral, Artistique et Mondain. Bruselas, 7 de mayo de 1905.
754
L’Independance Belge. Bruselas, 30 de abril de 1905.
755
“Agenda des Concerts. Bruxelles”. Le Guide Musical. París, 14 de mayo de 1905.
756
“Agenda de Concerts. Bruxelles”. Le Guide Musical. París, 30 de abril de 1905.
277
Rogelio Álvarez Meneses
757
“Musique”. L’Eventail Théatral, Artistique et Mondain. Bruselas, 14 de mayo de 1905.
758
“Agenda de Concerts. Bruxelles”. Le Guide Musical. París, 30 de abril de 1905.
759
“Musique”. L’Eventail Théatral, Artistique et Mondain. Bruselas, 14 de mayo de 1905.
760
Se localizaron referencias al respecto en L’Independance Belge del 30 de abril de 1905,
así como en L’Eventail Thèatral, Artistique et Mondain del 7 y del 14 de mayo de 1905.
761
Díaz Cervantes, E., R. de Díaz, D., op. cit., p. 144.
762
Germán Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011.
763
Romero, J. C., op. cit., p. 43.
278
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Castro no disimula su ad- El 26 de agosto presenció tres conciertos del cuarteto de Jo-
miración por Wagner y seph Joachim,764 agrupación que ya había tenido la oportunidad de
escuchar en París en 1903.765 También escuchó a Giovanni Sgamba-
como se ha visto, acudía
ti, a quien Castro admiró “por su técnica impecable, por la dulzura
con asiduidad a cualquier ideal de su ejecución que parece ser su dote especialísima, por su in-
representación de las obras terpretación elevada, por su estilo, en fin, puro y noble”.766
del maestro de Leipzig. El 31 de agosto de 1905 falleció el tenor Francesco Tamag-
no, quien había visitado México en 1890. El deceso del intérpre-
te verdiano motivó a Castro a escribir una correspondencia especial
para El Imparcial, firmada en Roma el 8 de septiembre de 1905 y
publicada un mes más tarde en dicho periódico. En su texto, Castro
hace una breve reseña biográfica de quien fuera el primer intérpre-
te del Otello de Verdi, señalando que para este papel “le ayudaban
a Tamagno hasta sus peculiaridades físicas: su corpulencia poco co-
mún, su voz a veces áspera, de timbre metálico y estridente [que] le
venían de molde para caracterizar al feroz personaje”.767 Además de
alabar sus formidables “Do de pecho”, que podía emitir “sin el más
débil desfallecimiento”, Castro da una nota de color a su artículo re-
firiendo algunas anécdotas sobre los “exagerados hábitos de econo-
mía” del tenor, quien a su muerte dejó una fortuna estimada en más
de diez millones de francos.768
En Roma también asistió a la temporada lírica del Teatro
Costanzi. Con ocasión del estreno de La Walkyria, Castro da cuenta
de la buena recepción de la ópera wagneriana en Italia:
[...] que por su índole, por su escuela, por tradición y hasta por
amor propio, había permanecido refractaria a las atrevidas y colosales
innovaciones del espíritu profundamente filosófico y seminebuloso de
Ricardo Wagner, ha concluido por inclinarse ante él sin discreción.
Bolonia, en primer término, y después sucesivamente Milán, Florencia
y Nápoles, le han rendido sus tributos de respeto y admiración. Le
ha tocado ahora su turno a Roma que, aunque algo tardía, ha sabido
comprender y estimar a aquel maravilloso genio.769
764
Carmona, G., op. cit., p. 73.
765
“Impresiones artísticas”. El Imparcial. México, 16 de marzo de 1903.
766
Carmona, G., op. cit., p. 74.
767
“Correspondencia especial de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 8 de octubre de
1905.
768
Ibíd.
769
“Crónica musical”. El Imparcial. México, 23 de octubre de 1905.
279
Rogelio Álvarez Meneses
Tampoco se mostraba
muy afecto hacia las obras de
Mascagni, de quien afirmó que
“si en Cavalleria hay chispazos
que pudieran hacer en pensar
en un futuro genio musical, el
compositor mismo, con sus ul-
teriores producciones, se ha en-
cargado de destruir las esperan-
zas en él cifradas, mostrándo-
nos su número escaso de facul-
tades creadoras”. Consideró a su
vez que el tratamiento musical
de Amica era poco innovador,
así como “artificioso y poco es-
pontáneo”. En opinión de Cas-
tro, Mascagni buscaba por medio de un vano rebuscamiento, paliar 68. El Teatro Costanzi de Roma hacia
la escasez de inspiración y la “carencia de ideas”.771 1930. (Colección particular).
En sus colaboraciones co Ricci.773 Sin embargo, pese a las habilidades de los protagonistas,
para El Imparcial, Castro Castro consideró el espectáculo como algo más bien triste al ver a
“los pobres niños en la escena rivalizando con los grandes [...] como
transmite sus impresio-
si hubieran sido arrebatados fraudulentamente a la amorosa protec-
nes sobre el concurso An- ción de la madre”.774
ton Rubinstein celebra- También en el Teatro Costanzi presenció el estreno en Roma
do en agosto de 1905 en de las dos óperas ganadoras del concurso internacional convocado
el Conservatorio de Pa- por la editorial Sonzogno de 1904. Ese año los ganadores fueron
rís, cuyo primer premio Lorenzo Filiasi (1878-1963) con la ópera Manuel Menéndez y Ga-
briel Édouard Xavier Dupont (1878-1914) con La cabrera, títulos
fue otorgado nada menos
cuyo estreno absoluto se realizó en Milán en 1904 y que fueron re-
que a Wilhelm Backhaus presentados por primera vez en Roma al año siguiente. El certero
(1864-1969), quien a su juicio de Castro sobre la calidad y permanencia en el repertorio de
vez se había formado con este par de óperas ha sido confirmado por la propia historia:
Eugen D’Albert. Nadie se explica la razón que el jurado tuvo para conceder a
esas óperas la recompensa, y el público, que en último análisis es el juez
supremo y definitivo, las recibió con frialdad y pasaron obteniendo ape-
nas un mediano éxito de estima. La verdad es que son obras de escaso
valor y que tendrán una vida efímera. El Manuel Menéndez está plaga-
do de lugares comunes, carece de ilación y desarrollo y está escrito con
un desconocimiento completo de las situaciones y efectos teatrales. En
cuanto a La Cabrera, no es sino una imitación poco feliz de la manera
de Massenet [...].775
773
Se refiere a Crispino e la comare, “ópera jocoso-fantástica en cuatro actos” con texto de
Francesco María Piave y música de los hermanos Luigi y Federico Ricci, escrita en 1850.
Una posterior revisión fue publicada en 1866 en Francia bajo el título de Le docteur Crispin
(Ricci, L. y F. Le docteur Crispin. Opera bouffe en quatre actes. París, Ricordi, 1866). Un
libreto impreso en Madrid en 1884 permite datar su representación en España hacia ese
año traducida al castellano (Vv. Aa. Manuel Gómez Vera [comp.]. Colección de libretos
de óperas en español. Madrid, Galería de la Lira, 1884).
774
“Crónica musical”. El Imparcial. México, 23 de octubre de 1905.
775
Ibídem.
776
“Concurso Internacional de Música”. El Imparcial. México, 3 de diciembre de 1905.
777
Ibíd.
281
Rogelio Álvarez Meneses
Además de oferta lírica de Roma, Castro también destacó la Castro sentía una enor-
calidad de la música sacra de la Basílica de San Pedro y la Capilla me admiración por el
Sixtina, donde tuvo la oportunidad de escuchar obras de Palestrina,
ruso y le dedicó su opús-
Haendel, Jomelli y Pergolesi. También informa de los solistas que fi-
guraban en los conciertos de música instrumental. Al violonchelis- culo a raíz del concur-
ta Pau Casals (1876-1973) lo calificó como “un artista lleno de ori- so realizado hacía pocos
ginalidad y absolutamente personal [capaz de dominar] con la mis- meses en París del cual
ma maestría todos los estilos, desde la serenidad clásica de Beetho- también se ocupó en su
ven y la severa virtuosidad de Bach, hasta el sugestivo romanticis- correspondencia musical
mo de Schumann y de los modernos”, considerándolo “uno de los
para El Imparcial.
más geniales virtuosos” de su instrumento.778 Del pianista Alfonso
Rendano (1853-1951) elogió su manera de tocar “sin afectación ni
exageraciones”.
A finales de año el compositor se encontró en Ginebra, des-
de donde escribió un artículo dedicado íntegramente a la figura
de Anton Rubinstein (1829-1894),779 con quien la prensa france-
sa alguna vez lo llegó a comprar afirmando que el pianista mexi-
cano poseía “una sonoridad a la Rubinstein [y] una virtuosidad
extraordinaria”.780 Castro sentía una enorme admiración por el ruso
y le dedicó su opúsculo a raíz del concurso realizado hacía pocos
meses en París del cual también se ocupó en su correspondencia
musical para El Imparcial.781 Su juicio fue certero:
Si la figura fulgurante del pianista va desvaneciéndose con el
transcurso implacable de los años, quedará no obstante, imperecedera y
brillante, como la de uno de los más grandes músicos de la época actual.782
778
“La música sacra en Roma”. El Imparcial. México, 18 de diciembre de 1905.
779
Gloria Carmona señala que Castro escuchó conciertos de Anton Rubinstein en Gine-
bra (op. cit., p. 74), lo cual es un anacronismo pues este último había fallecido en 1894.
Castro nunca tuvo la oportunidad de escucharlo; en sus comunicaciones para la prensa
mexicana, únicamente se refiere a él como el instaurador del Concurso Internacional
de Música realizado en 1905 en el Conservatorio de París. (“Concurso Internacional de
Música”. El Imparcial. México, 3 de diciembre de 1905).
780
Le Journal. París, 1 de mayo de 1904. Citado por Campa, G., op. cit., p. 347.
781
“Concurso Internacional de Música”. El Imparcial. México, 3 de diciembre de 1905.
782
“Correspondencia musical”. El Imparcial. México, 19 de diciembre de 1905.
282
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
783
“Las grandes pianistas”. El Imparcial. México, 19 de febrero de 1906.
784
“Primer concierto de Teresa Carreño en el Renacimiento”. El Imparcial. México, 27 de fe-
brero de 1901. También reproducido parcialmente en El Tiempo del 28 de febrero de 1901.
785
“Las grandes pianistas”. El Imparcial. México, 19 de febrero de 1906.
786
Ibíd.
787
Carta de Ricardo Castro a José Gonzalo Aragón, 2 de julio de 1903. (Imagen facsimilar
reproducida en Romero, J. C., op. cit., p. 31).
283
Rogelio Álvarez Meneses
[En] una coqueta villa [en Le Vésinet], tiene la artista su estudio. Castro era asiduo a todo
Forman su mobiliario la mesa de trabajo, el piano, un armónium y
un pequeño clavicordio; sobre la chimenea un bello busto en mármol tipo de conciertos, y muy
de la compositora. No escribe más de tres o cuatro horas al día, lo particularmente a recita-
que es bastante para su fecunda inspiración. En su salón, decorado
y amueblado también con sencillez, recibe una vez por semana; su
les de piano. De esta ma-
sociedad se compone de literatos, de artistas y de personas distinguidas nera presenció la ejecu-
del gran mundo. Ella las acoge con su amabilidad exquisita, evitando ción de los pianistas más
cuidadosamente hacer distinciones, y cumplimenta y halaga a todos por
igual [...]. No hay en ella el más ligero asomo de pedantería. Después brillantes de su genera-
se hace música.788 ción: un conjunto de in-
En febrero se encontró nuevamente en Ginebra, ciudad que térpretes que habiendo
por su pujanza económica ya podía ufanarse de poseer de un exce- nacido durante la segun-
lente movimiento artístico a la altura de “las grandes capitales como da mitad del siglo xix al-
París, Viena, Londres o Berlín”. Estuvo presente en la interpretación canzaron el cenit de sus
de la Tercera Sinfonía, Op. 90 de Brahms, misma que valoró como
carreras hacia la primera
una “obra colosal que debe clasificarse entre las más grandes que
haya producido el genio moderno”. Escuchó nuevamente a Pau Ca- década del xx; la longe-
sals interpretando dos de las Suites para violonchelo solo de Bach y vidad de algunos les per-
el Concierto para violonchelo, Op. 20 de Eugen D’Albert.789 mitió vivir hasta media-
En el Victoria Hall escuchó a Leon Delafosse (1874-1955), dos del nuevo siglo.
a quien dedicó su Valse-Bluette, Op. 12, Núm. 2, catalogándolo
como “un pianista de los más interesantes y aun verdaderamente
cautivador”. También admiró a Jacques Thibaud (1880-1953), “a
quien podría llamársele, sin hipérbole, el violinista de la poesía y
de la delicadeza”, especialmente en su interpretación de Rêverie de
Martin Pierre Marsick. Finalmente refirió la audición del Te Deum,
WAB 45 de Bruckner, el Salmo 150: Louez le Dieu, caché dans ses
saints tabernacles, FWV 69 de Franck y la trilogía sacra L’enfance du
Christ, Op. 25, H. 130 de Berlioz, obras que calificó de “artificiosas
y monumentales”.790
Como ha quedado documentado, Castro era asiduo a todo
tipo de conciertos, y muy particularmente a recitales de piano. De
esta manera presenció la ejecución de los pianistas más brillantes de
su generación: un conjunto de intérpretes que habiendo nacido du-
rante la segunda mitad del siglo xix alcanzaron el cenit de sus carre-
ras hacia la primera década del xx; la longevidad de algunos les per-
mitió vivir hasta mediados del nuevo siglo.
En sus colaboraciones para El Imparcial, Castro dio a cono-
cer su opinión en torno al desempeño de estos artistas. Su juicio tie-
ne especial valor ya que es formulado bajo los criterios de un profe-
sional del propio instrumento, por lo que es una apreciación aleja-
da del diletantismo. A través de estos ensayos, Castro desvela su pro-
788
“Las grandes pianistas”. El Imparcial. México, 19 de febrero de 1906.
789
“El arte en Ginebra”. El Imparcial. México, 13 de marzo de 1906.
790
Ibíd.
284
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Sobre todos los pianistas pia concepción pianística al expresar su afinidad o rechazo respecto
anteriores, Castro otorgó la a cada uno de ellos.
Así pues, es posible reflexionar el ideal pianístico de Castro
primacía a Eugen D’Albert,
en general a partir de su opinión sobre estos ejecutantes. Desde el
a quien había escuchado en inicio de su carrera, el autor de Atzimba se perfila como un intér-
México en 1890 y de nue- prete que, lejos de orientarse hacia el virtuosismo vacuo o a la mera
va cuenta durante su estan- exhibición acrobática basada en el mecanismo, opta por otras vías
cia en Europa. de expresión. Así pues, valora especialmente la originalidad en la in-
terpretación, la concepción personal e intelectual de la música por
parte del ejecutante, la cultura del sonido mediante la búsqueda del
cantábile y la diferenciación de planos sonoros, la fidelidad al tex-
to, la sobriedad en el acto interpretativo, la musicalidad y el refina-
miento.
En una correspondencia firmada en París el 26 de mayo de
1906 y dedicada esta ocasión a los pianistas varones, encontramos
un interesante ejercicio de comparación entre el estilo de concer-
tistas de la talla de Ossip Gabrilowitsch (1878-1936), Raoul Pug-
no (1852-1914), Édouard Risler (1873-1929) y Eugen D’Albert
(1864-1932). A Gabrilowitsch lo calificó como “el maestro de la
técnica”, encontrando su ejecución un tanto fría “porque se resien-
te tal vez un cuidado exagerado de una intención demasiado acen-
tuada en todos los detalles”, aunque reconocía su bravura y brillan-
tez.791
A Pugno lo consideró como la contraparte de Gabrilowitsch,
por su estilo “delicado y fino” y su manera de “hacer cantar y aún
suspirar al piano”. Encuentra su interpretación absolutamente na-
tural y apartada de “los tours de force y los acrobatismos pianísti-
cos”. Después de haber escuchado a Risler en una serie de audicio-
nes dedicadas íntegramente a las treinta y dos sonatas de Beethoven,
Castro lo calificó como “un pianista excesivamente correcto, clási-
co y severo [capaz de interpretar] con una ciencia, con una fideli-
dad y con un respeto superiores a cualquier elogio”. Uno de los ras-
gos de Risler con el que Castro se sintió más identificado fue el he-
cho de que “la virtuosidad en él cede siempre ante el sentimiento
musical de la obra interpretada, y en este sentido su probidad artís-
tica es insuperable”.792
Sobre todos los pianistas anteriores, Castro otorgó la prima-
cía a Eugen D’Albert, a quien había escuchado en México en 1890
y de nueva cuenta durante su estancia en Europa.793 Al oír al con-
791
“Los pianistas célebres”. El Imparcial. México, 25 de junio de 1906.
792
Ibíd.
793
Castro no aporta la fecha exacta del recital en que escuchó a D’Albert en París; sin em-
bargo, sí refiere en su correspondencia que “al oírlo interpretar a Beethoven es donde
más descuella”. (“Los pianistas célebres”. El Imparcial. México, 25 de junio de 1906).
Obviamente, Castro se refería a un concierto realizado con anterioridad a la fecha en
que escribió la carta. La prensa musical francesa hizo referencia de un recital de Eugen
285
Rogelio Álvarez Meneses
certista en su madurez, Castro se impresionó tanto o más vivamen- Además de ser publica-
te que en su juventud, al opinar que “su ejecución tiene ahora una das sus colaboraciones en-
vida intensa [y] un poder de expresión que llega a lo fantástico”. La
viadas desde Europa en
admiración por el alumno de Liszt era tal que escribió:
El Imparcial y otros pe-
Las interpretaciones de D’Albert, son intensas e insuperables en lo
que se refiere a la pasión y al sentimiento y en lo que se refiere a la riódicos, sus composicio-
intelectualidad, porque además carecen de convencionalismos y lo nes eran un éxito de ven-
abarcan todo: la expresión, la sonoridad, el ritmo y el movimiento.
tas en las casas de músi-
[Ignaz] Paderewski, tan personal y sugestivo; Emil [von] Sauer, audaz,
brillante con sus sonoridades tempestuosas e imponentes; [Alfred] ca e interpretadas con fre-
Reisenauer, ecléctico, profundo, pasional; [Moritz] Rosenthal, con cuencia.
su técnica fascinadora; [Ferruccio] Busoni con su ático clasicismo
y [Frederic] Lamond y Harold Bauer y otros más, son dignos de la
admiración universal.
Pero D’Albert, es superior a todos ellos, ocupa un lugar aparte. No sólo
es más grande que los demás, sino que es único y no puede compararse
más que a sí mismo.794
to que] han resultado danzas modelo, naturalmente, y muy pron- Otro suceso que demues-
to serán populares, dada la demanda que hay de sus ejemplares”.799 tra la vigencia de Castro,
Otro suceso que demuestra la vigencia de Castro, en Méxi-
en México, fue el “concier-
co, fue el “concierto homenaje” que se realizó en su honor el viernes
20 de julio de 1906 en el teatro del Conservatorio, el cual se dedi- to homenaje” que se reali-
có exclusivamente a su música. Fue organizado por César del Cas- zó en su honor el viernes
tillo, alumno de Castro y a la sazón profesor de piano en el mismo 20 de julio de 1906 en el
Conservatorio.800 El programa fue interpretado por algunos alum- teatro del Conservatorio,
nos avanzados y reunió las siguientes obras, algunas de muy recien- el cual se dedicó exclusiva-
te edición:
mente a su música.
Primera Parte.
Six Préludes, Op. 15.
No. 2. Barcarole.
No. 6. Étude.
Niña Ma. del Carmen Rivero Noriega
Trois Pensées Musicales pour piano, Op. 8.
No. 1. Appassionato.
No. 2. Mélodie.
Niña Eva Villalobos
Scherzino, Op. 6.
Six Préludes, Op. 15.
No. 5. Nocturne.
Valse rêveuse, Op. 19.
Señor Manuel Calderón
Deux etudes de concert pour piano, Op. 20.
No. 1 en Fa sostenido menor.
No. 2 en Do mayor.
Srita. Rosa Ma. Herrera
Segunda Parte.
Trois Pensées Musicales pour piano, Op. 8.
No. 3. Menuet.
Près du ruisseau, Op. 16.
Sr. Ramón Cardona
Deux morceaux pour piano, Op. 9.
No. 2, Minuetto.
Polonaise pour piano, Op. 11.
Srita. María Solórzano
Laendler, Op. 12, No. 1.
Valse Bluette, Op. 12, No. 2.
Cuatro danzas.
Chant d’amour.
Sr. Aurelio M. López
Suite pour piano, Op. 18.
Prélude.
Sarabande.
Caprice.
Srita. Alba Herrera y Ogazón
799
“Ecos del último concierto”. El Imparcial. México, 26 de julio de 1906.
800
“En el Conservatorio. En honor de Ricardo Castro”. El Popular. México, 19 de julio de
1906. También publicado en La Patria y en La Voz de México del 20 de julio de 1906.
288
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
801
Además de los periódicos diarios y semanales del Distrito Federal, publicaron crónicas del
concierto El Contemporáneo de San Luis Potosí del 19 de julio de 1906, Savia Moderna
de Jalisco del 1 de agosto de 1906.
802
“Nota de Arte”. El Mundo Ilustrado. México, 29 de julio de 1906.
803
The Mexican Herald. México, 20 de julio de 1906.
804
“Audición Castro”. El Tiempo Ilustrado. México, 22 de julio de 1906.
805
“La temporada de Montecarlo”. El Imparcial. México, 20 de agosto de 1906.
806
Ibíd.
807
Así informa el compositor al Lic. José Yves Limantour en su carta del 12 de septiembre
de 1906, que es el documento con fecha más tardía escrito en París. (México. Centro
de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim. Fondo José Y. Li-
mantour. Correspondencia de Ricardo Castro a José Yves Limantour. Carta del 12 de
septiembre de 1906). Sin embargo, en la misma carta el pianista señala que realizará el
viaje a bordo del trasatlántico alemán Kronprinzessin Cecilie, lo que no fue posible ya
que dicha embarcación no fue botada sino hasta diciembre de 1906. Finalmente, como
señala la prensa mexicana, llegó a su país natal en La Navarre. (“Kronprinzessin Cecilie.
German Passenger Liner, 1906-1940” en Departament of the Navy. Naval Historical Cen-
289
Rogelio Álvarez Meneses
tico La Navarre, para llegar al puerto de Veracruz el 7 de octubre;808 Desde los últimos meses
desde ahí se dirigió por tren a la Ciudad de México, a donde lle- de su estancia en Europa,
gó el día 8 a la estación de Buenavista acompañado de su madre y
Castro se ocupó de hacer
su sobrino Vicente Castro.809 Como era de esperarse, su regreso fue
anunciado por los medios impresos, lo que ocasionó un verdadero estrenar su ópera en Mé-
tumulto a su arribo al andén: xico. Fue decisivo el apoyo
del Lic. José Yves Liman-
La recepción hecha al distinguido pianista y compositor mexi-
cano, el lunes último, en la estación de Buenavista, fue un triunfo para el tour y de Justo Sierra, a
maestro compatriota. Una multitud de personas distinguidas y de artistas la sazón ministros de Ha-
notables y discípulos de Castro llenaba el andén y aclamó al maestro al
descender del tren que lo conducía. Entre aplausos y vivas fue estrechado cienda y de Instrucción
entre todos los brazos y conducido a su alojamiento.810 Pública y Bellas Artes de
La noche del 16 de octubre el Lic. Rafael Reyes Spíndo- México, respectivamente.
la ofreció un banquete en honor del compositor en el restaurant
Silvayn,811 uno de los lugares de moda en la Ciudad de México prác-
ticamente desde su apertura en 1903 y que era propiedad del fran-
cés Silvayn Daumont, a su vez chef personal del presidente Porfirio
Díaz.812 Entre la concurrencia se encontraban, además del organi-
zador y el agasajado, los poetas Luis G. Urbina, Carlos Díaz Dufóo
(padre e hijo), entre otros. El Quinteto Jordá-Rocabruna813 inter-
pretó arreglos de las más recientes composiciones de Castro.
El día 22 de octubre Castro ofreció un concierto en el Casi-
no Español, al cual asistió el Lic. Justo Sierra, Ministro de Instruc-
ción Pública y Bellas Artes.814
Después de haber atendido los diferentes compromisos y
cortesías de rigor, el compositor se enfocó en los preparativos del
estreno de La légende de Rudel, al tiempo que retomaba sus activi-
dades como pianista y como docente en el Conservatorio Nacional
de Música.
ter. Naval History and Heritage Command [en línea]. Consultado el 16 de septiembre de
2015. Disponible en http://www.history.navy.mil).
808
“Llegada de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 7 de octubre de 1906.
809
“Ricardo Castro en México”. El Imparcial. México, 9 de octubre de 1906.
810
“Información de México. El maestro Ricardo Castro”. El Contemporáneo. San Luis Po-
tosí, 12 de octubre de 1906.
811
“Banquete a Ricardo Castro”. El Diario. México, 17 de octubre de 1906.
812
Morales, Francisco. “Imágenes de la industria turística en México 1900-1950” en Re-
vista Archipiélago. Número 47, volumen 13. México, Universidad Nacional Autónoma
de México, 2005, p. 61. Véase también: Díaz y de Ovando, Clementina. “La Ciudad de
México en 1904” en Historia Mexicana. Número 93, volumen 24. México, El Colegio
de México, Centro de Estudios Históricos, julio-septiembre 1974, pp. 122-144.
813
Ensamble fundado por el músico catalán Lluis Gonzaga Jordá y Gascón (1869-1951),
originalmente llamado Cuarteto artístico. Al unirse en 1903 el violinista Josep Rocabruna
i Valdivieso (1879-1957), también de origen catalán, la agrupación tomó el nombre de
Quinteto Jordá-Rocabruna. (Pareyón, G., op. cit., p. 543).
814
“Telegramas”. El Contemporáneo. San Luis Potosí, 22 de octubre de 1906.
290
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
815
México. Centro de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim.
Fondo José Y. Limantour. Correspondencia de Ricardo Castro a José Yves Limantour.
Carta del 12 de septiembre de 1906.
816
“La próxima temporada de ópera en el Teatro Arbeu”. El Popular. México, 17 de julio
de 1906.
817
“Notas foráneas”. La Gaceta de Guadalajara. Jalisco, 28 de octubre de 1906. También
referido en The Mexican Herald del 30 de octubre de 1906.
291
Rogelio Álvarez Meneses
La légende de Rudel
Poema lírico
(Mayo de 1904 – marzo de 1905 en versión para canto y piano.
Instrumentación concluida en 1905).
Texto en francés de Henry Brody.
Versión rítmica de Edoardo L. Dagnino para la versión en italiano.
Estrenada el jueves 1º de noviembre de 1906 en el Teatro Arbeu, con dos representaciones más los días sábado 3 y
domingo 4 de noviembre.
Reducción para canto y piano editada en julio de 1906 por Fiedrich Hofmeister de Leipzig.
Personajes.
Segolena, soprano.
La condesa de Trípoli, contralto.
Jaufré Rudel, tenor.
Un peregrino, barítono.
Un piloto, barítono.
Un heraldo, barítono o tenor.
Coro de peregrinos, coro de marinos, coro de mujeres.
La acción se desarrolla en la época de las Cruzadas.
Primer episodio.
Jaufre Rudel, un trovador, está entonando sus canciones, y el coro le hace cantar todavía. En pago de sus himnos, el tro-
vador pide que le cuenten un suceso de conmover a quien lo oiga. Un peregrino le refiere las grandezas y los dolores de
un campo de batalla. El coro canta a la Belleza. Desde lejos se escuchan las voces de la Condesa deseando amor y triunfos
para el que en el combate resulte vencedor. Entra Segolena. El poeta está profundamente pensativo. Le refiere que seguía
el frágil volar de una rima. En el dúo entre ambos, ella dice a Rudel que es rica, pero que busca sobre todo el amor, pero
al mismo tiempo, le dice su resolución de marchar peregrino a Tierra Santa.
Segundo episodio.
La nave que conduce a Rudel está en alta mar. Los marineros se encuentran reunidos sobre el puente, y oran a Dios, en
previsión del naufragio. Rudel se presenta en tanto y anima a los marineros para la maniobra, asegurándoles que es fácil
vencer y domar la tempestad. La tormenta se calma poco a poco. Desde lo alto, habla Segolena, reprochando a Rudel que
de esa suerte desafía la ira divina, la cual un día se hará sentir. Le dice que es la voz de su conciencia la que por ella habla.
Tercer episodio.
En Trípoli de Siria. Tienda de la Condesa. Lujo oriental. Tapetes, cojines, divanes. Coro de mujeres. Bailarinas. Ellas
cantan la gloria de los héroes y las dichas del amor. Llega la Condesa. Las mujeres salen. Un heraldo se presenta anun-
ciando a la dama la llegada de una nave extranjera. La Condesa dice que no le importa. En el estado de ánimo en que se
encuentra, manda para los hombres la prisión, para los bienes, la confiscación.
El heraldo le dice que la nave llega de Francia. Entonces la condesa se interroga si es cierto que tiembla al nombre solo
de esta gran nación. Recuerda los versos del poeta y se sumerge en dolorosa melancolía. Llega Rudel. Es la escena más
dramática de la ópera. Desarróllase entre ambos un largo dúo de amor. La Condesa le invita a beber. Rudel canta sus su-
frimientos y sus penas lejos de la bien amada. Canta los versos la Condesa que Rudel le mandara. Murmura los cantos de
los peregrinos. Después ella se arrodilla ante Rudel muerto, y llora el amor que le tuvo, recordando sus hechiceras poesías.
292
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
70. Castro: La légende de Rudel. Parti-
tura orquestal. Manuscrito. (París, Ch.
Schnéklüd, Bureau de copie de musi-
que, s/f ). Colección particular.
818
Castro, Ricardo. La Légende de Rudel. Reducción para canto y piano. Leipzig, Friedrich
Hofmeister, 1906, p. V.
293
Rogelio Álvarez Meneses
819
“Ricardo Castro. La leyenda de Rudel”. El Imparcial. México, 1 de noviembre de 1906.
820
“Desde México”. La Gaceta de Guadalajara. Jalisco, 11 de noviembre de 1906.
821
“La leyenda de Rudel. El estreno de hoy”. El Popular. México, 1 de noviembre de 1906.
822
“Teatros”. La Iberia. México, 3 de noviembre de 1906.
294
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
823
“Artistas mexicanos. Ricardo Castro. Su ópera La leyenda de Rudel”. El Tiempo Ilustrado.
México, 11 de noviembre de 1906.
824
Henríquez Ureña, Pedro. “La leyenda de Rudel” en Pauta. Cuadernos de teoría y crítica
musical. Volumen III. Números 26, 27 y 28. México, Consejo Nacional para la Cultura
y las Artes, pp. 49-50.
295
Rogelio Álvarez Meneses
72b.
72c.
296
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
825
“Artistas mexicanos. Ricardo Castro. Su ópera La leyenda de Rudel”. El Tiempo Ilustrado.
México, 11 de noviembre de 1906.
826
Henríquez Ureña, P., op. cit., p. 49.
827
“Página literaria de los domingos. La leyenda de Rudel: un artículo del maestro Campa”.
El Tiempo. México, 18 de noviembre de 1906.
828
“Teatros. La leyenda de Rudel”. La Iberia. México, 3 de noviembre de 1906.
829
“Telegramas”. El Contemporáneo. San Luis Potosí, 3 de noviembre de 1906.
830
“Artistas mexicanos. Ricardo Castro. Su ópera La leyenda de Rudel”. El Tiempo Ilustrado.
México, 11 de noviembre de 1906.
831
“Página literaria de los domingos. La leyenda de Rudel: un artículo del maestro Campa”.
El Tiempo. México, 18 de noviembre de 1906.
297
Rogelio Álvarez Meneses
tercer episodio. ¡Lástima grande que las condiciones literarias del libro El 30 de noviembre Cas-
y su factura, un tanto deslavazada, no le ofrecieran a usted un buen
compañero de viaje en vez de un molestoso acompañante!832 tro participó en un con-
cierto en honor de la Sra.
Tras la función de estreno del 1 de noviembre, se ofrecieron
dos representaciones más los días sábado 3 y domingo 4, registrán- Carmen Romero Rubio
dose una menor afluencia en la segunda. El cronista de La Patria de Díaz (1864-1944),
lanzó un reclamo abierto al público al aseverar que “una vez más se primera dama de México.
acredita la masa como díscola y poco entusiasta cuando de la obra El evento fue organizado
de un mexicano se trata”.833 En tono incisivo, Campa señaló: por Elena Marín, sopra-
Preciso es confesarlo: el defecto capital, tremendo e inevitable de la no dramática que tam-
producción de Castro, estriba únicamente en ser obra de mexicano. Si
La leyenda de Rudel nos hubiese llegado amparada por el prestigio de bién había sido pensiona-
una firma extranjera, habrían faltado palabras para elogiarla, manos para da por el gobierno mexi-
aplaudirla, y en último caso, amplias fauces para deglutirla [...]. Esto es
lo cierto por más que me sonroje al escribirlo.834
cano para perfeccionarse
en Europa.
La légende de Rudel es producto de un Castro en proceso de
búsqueda y definición de su propio lenguaje. Ciertamente las vi-
vencias europeas fueron benéficas para el compositor, quien a juicio
de sus contemporáneos no dispuso del tiempo necesario para que
la asimilación de dichas vivencias derivase en un estilo consolidado,
maduro y personal.
El 30 de noviembre Castro participó en un concierto en ho-
nor de la Sra. Carmen Romero Rubio de Díaz (1864-1944),835 pri-
mera dama de México. El evento fue organizado por Elena Marín,
soprano dramática que también había sido pensionada por el go-
bierno mexicano para perfeccionarse en Europa, concretamente en
Marsella.836 La audición tuvo lugar en el Teatro del Conservatorio a
las 3:30 de la tarde y contó con la participación de artistas naciona-
les y extranjeros, como Julián Carrillo, Elena Marín y Castro, ade-
832
México. Fondo Reservado de la Biblioteca del Conservatorio Nacional de Música. Libro
de autógrafos de Ricardo Castro. Carta de Felipe Pedrell, 28 de abril de 1907.
833
“Ricardo Castro, compositor”. La Patria. México, 7 de noviembre de 1906.
834
“Página literaria de los domingos. La leyenda de Rudel: un artículo del maestro Campa”.
El Tiempo. México, 18 de noviembre de 1906.
835
Nacida María Fabiana Sebastiana Carmen Romero Rubio y Castelló, fue la segunda esposa
de Porfirio Díaz, con quien contrajo nupcias el 5 de noviembre de 1881. Su padre era
el Lic. Manuel Romero Rubio, aristócrata y ex Ministro de Asuntos Exteriores durante
el mandato presidencial de Sebastián Lerdo de Tejada (1872-1876). Carmen Romero
Rubio fue “educada en los ambientes selectos de México y Estados Unidos, joven, bella,
elegante, distinguida, católica practicante y con conocimiento de idiomas”. En palabras
del periodista Francisco Alonso de Bulnes, a raíz de su enlace con Díaz se inició el pro-
ceso de “aristocratización del César”, puesto que “el general fue refinando sus modales,
aprendiendo la urbanidad necesaria en los círculos políticos y olvidándose de la rudeza
de los cuarteles; del desaliño pasó al aseo y los buenos trajes; del andar rápido y a grandes
zancadas, al paso moderado y pausado; del hablar atropellado a la lentitud y gravedad
de la expresión; del mirar superficial, a la mirada penetrante […]. Nueva mujer, nuevos
modales, nueva imagen”. (Pérez Herrero, P., op. cit., pp. 110-111, 152). Véase también:
Garner, Paul. “Porfirio Díaz” en Gobernantes mexicanos. Will Fowler (coord.), 2 volúme-
nes, volumen 1: 1821-1910. México, Fondo de Cultura Económica, 2008, pp. 383-401.
836
“Artistas mexicanos”. La Gaceta de Guadalajara. Jalisco, 29 de octubre de 1905.
298
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
837
“Great Array of Artists”. The Mexican Herald. México, 30 de noviembre de 1906.
838
“Damas, música y flores. El gran concierto de ayer en honor de la Señora Romero Rubio
de Díaz”. El Imparcial. México, 1 de diciembre de 1906.
839
“En honor de la Señora Romero Rubio de Díaz”. El Imparcial. México, 30 de noviem-
bre de 1906.
299
Rogelio Álvarez Meneses
840
“Entrevista con Ricardo Castro”. El Diario. México, 18 de noviembre de 1906. Según
Gloria Carmona, el seudónimo “Cyrano” corresponde a Gustavo F. Aguilar. (Carmona,
Gloria. “Los artículos periodísticos de Ricardo Castro” en Heterofonía, revista de inves-
tigación musical. Números 136-137. México, Centro Nacional de Investigación, Docu-
mentación e Información Musical, enero-diciembre de 2007, p. 113).
841
Ibíd.
300
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Desde mediados del mes marco será el punto de partida de su siguiente y última etapa de su
de noviembre de 1906 vida profesional: la pedagógica.
empezó a circular el ru-
mor de que Ricardo Cas- Última etapa en México
tro sería designado direc-
Año de 1907: la dirección el Conservatorio Nacional de
tor del Conservatorio Na-
Música y Declamación
cional de Música y De-
Desde mediados del mes de noviembre de 1906 empezó a circular el
clamación. La noticia fue rumor de que Ricardo Castro sería designado director del Conser-
confirmada el 1 de di- vatorio Nacional de Música y Declamación.842 La noticia fue confir-
ciembre y se programó la mada el 1 de diciembre843 y se programó la protesta del cargo para
protesta del cargo para un mes mas tarde: el 1 de enero de 1907.844
un mes mas tarde: el 1 de Durante los primeros días de diciembre,845 presentó su di-
misión José Rivas (1837-1909), profesor de violín, corneta y corne-
enero de 1907.
tín y director del Conservatorio desde 1892.846 El anuncio del nue-
vo nombramiento fue celebrado por la comunidad artística. Se con-
sideró a Castro como “el más indicado para estar al frente del más
importante centro musical de la República”, tanto por su compe-
tencia en materia musical como por su carácter apropiado y perso-
nalidad “ajena a envidias y pequeñas vanidades”.847
Acorde a lo previsto, Castro asumió el cargo el 1 de enero de
1907 a las once de la mañana en el teatro del Conservatorio.848 El
acto fue presidido por el Lic. Ezequiel A. Chávez, Subsecretario de
Instrucción Pública849 y contó con la presencia de todo el profesora-
do del centro.850 En un breve discurso, Castro habló “de las energías
842
“Ricardo Castro. Director del Conservatorio”. El Popular. México, 13 de noviembre de
1906. La misma nota errónea fue consignada también en El Centinela de Hermosillo,
del 24 de noviembre de 1906. Al día siguiente, 14 de noviembre de 1906, El Popular
publicó una nota que desmentía la información; en el mismo sentido comentó La Voz
de México del 15 de noviembre de 1906, precisando la falsedad de la noticia.
843
“Grandes puestos educativos”. El Imparcial. México, 1 de diciembre de 1906.
844
“El nuevo director del Conservatorio”. La Voz de México. México, 1 de enero de 1907.
845
“Renuncia”. El Popular. México, 13 de diciembre de 1906. También publicado en La
Iberia del 21 de diciembre de 1906 y en La Patria del 22 de diciembre de 1906.
846
Pareyón, G., op. cit., pp. 891-892.
847
“Algo sobre el Conservatorio”. La Patria. México, 25 de diciembre de 1906.
848
“Ricardo Castro will enter upon new duties”. The Mexican Herald. México, 31 de di-
ciembre de 1906.
849
“El nuevo director del Conservatorio”. El Imparcial. México, 2 de enero de 1907.
850
El cronista de El Diario reproduce la siguiente nómina de profesores: José Rivas, Juan
de Dios Peza, Carlos Meneses, César del Castillo, Pedro Valdés Fraga, Ernesto Elorduy,
Luis Moctezuma, Maestros Melesio y Julio Morales, Alberto Amaya, Miguel Otea, Rafael
Tello, Carlos Pizzorni, Guillermo Campos, Rafael López, Adrián Guichenné, Luis Bo-
neri, Luis David, Félix y Arturo Rocha, Pedro L. Manzano, Gabriel Unda, Luis Saloma,
Manuel Serrano, Francisco Velázquez, Rafael Galindo, Jacobo García Sagredo, Marcos
Rocha, Manuel del Sordo, Francisco Contreras, Librado Suárez, Nicolás Bravo, Carlos
Solórzano, Miguel Álvarez, José Rocabruna, Luis G. Schiaffino, Julio L. Perié, Maximi-
liano Valle, Apolonio Arias, Sritas. Rita Villa, Luz Miranda, Soledad Abaunza, Eulalia
Ciprés, Rosa María Herrera y Beatriz Loya. (“Ricardo Castro en el Conservatorio”. El
Diario. México, 2 de enero de 1907).
301
Rogelio Álvarez Meneses
con que llega armado a dirigir el plantel”851 y su entusiasmo fue re- Castro sabía que el medio
cibido con beneplácito: musical del país se encon-
[El nuevo director] reúne todas las condiciones necesarias para llenar de traba aún en estado inci-
la manera más satisfactoria la difícil tarea que le ha conferido el Supremo
Gobierno. Posee grande y sólida instrucción en el arte que cultiva, y es piente y así lo había ma-
un hábil ejecutante, un delicado intérprete y un exquisito compositor. nifestado en diversas oca-
Su carácter es dulce, pero enérgico; su laboriosidad reconocida, y tiene
gran cariño al plantel que se ha colocado bajo su dirección, porque en
siones incluso antes de su
él hizo sus estudios, que más tarde perfeccionó en Europa, y también nombramiento como di-
porque la mayor parte de los profesores son verdaderos amigos suyos. rector del Conservatorio.
Ricardo Castro dedicó una gran parte del tiempo que permaneció en
el extranajero a estudiar la música bajo el punto de vista pedagógico;
observó los métodos implantados en los más notables conservatorios
del mundo, examinó detenidamente los diversos sistemas empleados en
diferentes partes, los programas de enseñanza y su aplicación práctica,
y seleccionando entre todo lo bueno que encontró en dichos planteles,
aplicará a nuestro Conservatorio lo que esté más en relación con la
manera de ser y las costumbres de los estudiantes mexicanos.852
851
“Ricardo Castro en el Conservatorio”. El Diario. México, 2 de enero de 1907.
852
“Nuevo director del Conservatorio”. El Mundo Ilustrado. México, 30 de diciembre de
1906.
853
“Algo sobre el Conservatorio”. La Patria. México, 25 de diciembre de 1906.
854
“Por el Conservatorio Nacional de Música”. El Mercurio. México, agosto de 1907.
855
“El nuevo director del Conservatorio”. La Voz de México. México, 3 de enero de 1907.
302
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
856
“Mañana protestará Ricardo Castro. Han sido citados los profesores del Conservatorio.
Una conversación con el maestro”. El Imparcial. México, 31 de diciembre de 1906.
857
Velazco, J. “El caso de Ricardo…”, p. 517.
858
Véase “Entrevista con Ricardo Castro”. El Diario. México, 18 de noviembre de 1906.
859
“Mañana protestará Ricardo Castro. Han sido citados los profesores del Conservatorio.
Una conversación con el maestro”. El Imparcial. México, 31 de diciembre de 1906.
860
Ibíd.
861
“La apertura del año escolar”. El Imparcial. México, 2 de febrero de 1907.
303
Rogelio Álvarez Meneses
Otra de sus prioridades fue mejorar el aprendizaje de los ins- Paralelamente a sus res-
trumentos de viento metal, ya sea como solistas o músicos de con- ponsabilidades como do-
junto: “ninguna orquesta puede carecer de estos instrumentos, los
cente y director del Con-
cuales, por muchos que sean, deben parecer uno solo en el momen-
to de la ejecución”.862 Para estimular el estudio de estos instrumen- servatorio, Castro conti-
tos, formuló y envió para su revisión a la Secretaría de Instrucción nuó con sus actividades
Pública un proyecto que incluía la asignación de ayudas económi- como compositor e intér-
cas para los alumnos de esa clase.863 prete, mientras su música
Con respecto a la orquesta del Conservatorio, se preocupó impresa seguía circulando
de renovar su instrumental, para lo cual encargó un lote de instru-
con éxito en los reperto-
mentos de viento madera por valor de cinco mil pesos.864 La pia-
nista y musicóloga Alba Herrera y Ogazón (1885-1931) señala que rios y en publicaciones pe-
el propio Ricardo Castro le informó personalmente de su afán de riódicas.
dignificar la orquesta del Conservatorio y “ponerla a disposición
de los autores serios que la solicitasen para el ensayo y la ejecución
pública de sus obras; a este propósito deseaba organizar concier-
tos en el Conservatorio, con el carácter de obligatorios, y su inten-
ción era conceder a los compositores el derecho de dirigir sus pro-
pios trabajos”.865
El sistema de evaluación del alumnado también fue objeto
de modificaciones. Se optó por suprimir los exámenes anuales e ins-
taurar el sistema de reconocimientos trimestrales, iniciativa que fue
aprobada por la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes.866
También propuso un aumento de sueldo para los profeso-
res del Conservatorio, solicitud que fue denegada por el Ministro
de Hacienda, el Lic. José Yves Limantour, quien contestó: “Mu-
cho tengo también que decirle en contra de los aumentos de suel-
do propuestos, pues no le toca en este año su turno a los Profeso-
res, sino a los empleados de Oficina, que no fueron mejorados el
año pasado”.867
Paralelamente a sus responsabilidades como docente y direc-
tor del Conservatorio, Castro continuó con sus actividades como
compositor e intérprete, mientras su música impresa seguía circu-
lando con éxito en los repertorios y en publicaciones periódicas. El
primer número de 1907 del semanario El Mundo Ilustrado publicó
“una deliciosa Berceuse escrita especialmente para el periódico por
862
“Mañana protestará Ricardo Castro. Han sido citados los profesores del Conservatorio.
Una conversación con el maestro”. El Imparcial. México, 31 de diciembre de 1906.
863
“La música de aliento en el Conservatorio”. El Diario. México, 6 de abril de 1907.
864
“Audiciones en el Conservatorio”. El País. México, 26 de julio de 1907.
865
Herrera y Ogazón, A., op. cit., p. 66.
866
“Los reconocimientos en el Conservatorio”. La Voz de México. México, 4 de abril de
1904. También publicado en El Popular del 17 de marzo de 1907.
867
México. Centro de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim.
Fondo José Y. Limantour. Correspondencia de José Yves Limantour a Justo Sierra. Carta
del 11 de noviembre de 1907.
304
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
74. Castro: Berceuse para piano [Op. 36, El domingo 13 de enero de 1907, participó en la entrega de
No. 1]. (México, Álbum Musical de El
Mundo Ilustrado, 1907).
reconocimientos a los mexicanos premiados en la Exposición Mun-
dial de St. Louis Missouri, evento realizado en el Teatro Arbeu y
donde tocó la polonesa de su Concerto pour piano avec accompagne-
ment d’Orchestre, Op. 22 acompañado por la orquesta del Conser-
vatorio, dirigida por Carlos J. Meneses. En la velada estuvo presen-
te el Gral. Porfirio Díaz, presidente de México.870
868
“La buena música”. El Imparcial. México, 21 de diciembre de 1906.
869
Tanto en la edición realizada por El Mundo Ilustrado (1907) como en la publicada en
Nueva York por Jos. W. Stern & Co. (1908), puede leerse la siguiente nota: “Esta berceuse
es muy melódica y de un intenso sentimiento poético. Debe interpretarse con gran deli-
cadeza, con suave expresión de ternura y con un ritmo muy igual, principalmente en la
primera parte. Después del primer motivo, aparece un segundo tema que debe, tocarse
con cierta pasión, marcando claramente el crescendo indicado por el autor, graduando la
suavidad desde la media fuerza hasta el fortissimo para volver de nuevo al primer motivo.
Se retardará un poco el tiempo en los últimos acordes, pianissimo, que terminan la pieza”.
870
“Desde México”. La Gaceta de Guadalajara. Jalisco, 20 de enero de 1907.
305
Rogelio Álvarez Meneses
871
“Un nuevo Valse de Ricardo Castro”. México Musical. México, 15 de febrero de 1907.
Se trata de la última pieza publicada, en vida, del compositor.
872
Pruneda, Alfonso. “Ricardo Castro” en Tres grandes músicos mexicanos. México, Uni-
versidad Nacional Autónoma de México, 1949, pp. 23-24. (Texto leído en el concierto
trasmitido el día 16 de julio de 1948 por Radio Universidad).
306
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
873
“En honor del Cuerpo Diplomático”. El Imparcial. México, 14 de abril de 1907.
874
“El banquete en el Palacio a los miembros del Cuerpo Diplomático”. El Tiempo. México,
16 de abril de 1907.
875
“Nombramientos con motivo del nuevo año fiscal”. El Diario. México, 5 de julio de 1907.
El listado de nombramientos también incluía a: Antonia Arévalo, Profesora de Declama-
ción; Enrique Labrada, Profesor de Declamación; Esmeralda Cervantes de Grossman,
Profesora de Arpa; Eduardo Trucco, Profesor de Solfeo; Carlos Huerta, Profesor Auxiliar
de las Clases de Piano; Presbítero José Guadalupe Velázquez, Profesor de Composición por
licencia del Sr. Gustavo Campa, y Carlos Zolórzano [sic], Profesor de Lectura Escénica.
876
“Gacetilla. Profesores del Conservatorio”. El Tiempo. México, 24 de julio de 1907. Tam-
bién fueron nombrados profesores auxiliares de la clase de piano Carlos Huerta, Isabel
Ochoa y Ana María Charles Sánchez.
307
Rogelio Álvarez Meneses
76. Castro: Thème Varié, Op. 47, posth. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908).
308
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El Thème Varié, Op. El Thème Varié, Op. 47 constituye una de las composiciones
47 constituye una de para piano solo más avanzadas de Castro. Por su concepción y fac-
tura pianística la sitúan en el repertorio del concertista profesional.
las composiciones para
Como puede apreciarse en el esquema anterior, su estructura obe-
piano solo más avan- dece a un plan de gran equilibrio formal. Se ha detectado una cier-
zadas de Castro. Por ta similitud con los Études symphoniques, Op 13 (1834) de Schu-
su concepción y factura mann, principalmente en los fragmentos en los que el tratamiento
pianística la sitúan en pianístico y la reelaboración del material temático siguen un curso
el repertorio del con- análogo. La Variación iii del Op. 47 de Castro se asemeja a la Varia-
ción iii, Vivace, del Op. 13 de Schumann; por su parte la Variación
certista profesional.
v, Moderato molto espressivo e doloroso de Castro guarda relación
a la Variación xi de Schumann por su expresividad, tratamiento po-
lifónico, la textura del acompañamiento y la manera de preparar el
clímax. Asimismo, se observa que el patrón rítmico de la Variación
iv, Tempo de Valse moderato, se corresponde con el empleado por
Teresa Carreño en su Kleiner Walzer, pieza suelta de escaso interés
dedicada “a su hija Teresita” y publicada Leipzig en 1896 por la casa
Carl Friedrich Wilhelm Siegel.
Muy posiblemente en esta reunión Castro tuvo la oportu-
nidad de plantear a Justo Sierra una de las cuestiones de mayor ur-
gencia en el Conservatorio: la mejora física del edificio y las instala-
ciones, asunto que requería el consenso dos altas instancias: las Se-
cretarías de Educación y de Hacienda. Se tienen evidencias de que
a los pocos días Castro solicitó al arquitecto E. Mancebo un estudio
del estado del edifico y la cotización de las obras necesarias. El diag-
nóstico fue tan drástico como oneroso. El documento, fechado en
la Ciudad de México el 24 de octubre de 1907, da cuenta del esta-
do deplorable del edificio que recibió Castro:
[…] que una parte de la construcción se desploma hacia el norte y la otra
hacia el sur. Estas cuarteaduras que se manifiestan en las ventanas y
balcones de la fachada, tienen su nacimiento en el basamento y suben
hasta la cornisa. En los corredores, tanto de la planta baja como en los
de la alta, se notan los mismos movimientos de la fachada; acentuándose
estos movimientos más en el ala sur que han cuarteado los muros en
sus dos pisos, y cuyas cuarteaduras han sido cojidas [sic], según se ve
varias ocasiones. [...] Las columnas no han seguido los movimientos
de los muros, principalmente las del lado oriente, ni el mismo paño
de muro tiene en toda su longitud igual desplome, lo que hace que
tanto las paredes como los arcos tengan paños torcidos. Los desplomes de
las columnas [del segundo piso] siguen movimientos diferentes al de los
muros y con mayor intensidad que los de la planta baja. Los desniveles
acusan un metro de diferencia en el sentido longitudinal, o sea de la entrada
a la escalera. De lo anterior se deduce:
Hundimiento general de todo el edificio al oriente, y dos hundimientos más,
uno hacia el norte teniendo su máximo en la esquina de las calles de
Meleros y Universidad, y otro hacia el sur teniendo su máximo por la
entrada al teatro del mismo edificio. Como estos hundimientos son debidos
al cimiento y por otra parte a la desecación del sub-suelo, para radicalmente
evitar que estos movimientos continuasen, sería necesario cimentar de
309
Rogelio Álvarez Meneses
nuevo el edificio con traves [sic] de cemento armado, haciendo cargar al El día 22 de septiembre
subsuelo 400 gramos por centímetro cuadrado.
[...] Los arcos [de los corredores] en su total mayoría están cuarteados de 1907 Castro partici-
[...] y los basamentos en las columnas están totalmente ensalitrados, pó como presidente del ju-
llegando el salitre hasta un metro en el fuste de las columnas y siendo
indispensable cambiar estas piezas para la conservación del edificio,
rado del concurso de ban-
sobre todo las columnas N.O. y N.E. en que el fuste se ha hojeado das convocado por la Co-
haciendo que el peso descanse sobre una parte solamente de la base lonia Española para cele-
es más económico, según lo expuesto anteriormente, deshacer los arcos y
volverlos a colocar, aprovechando las piedras útiles, que ir acodalando brar la fiesta en honor de
arco por arco y recibiendo los techos de los dos pisos sobre puntales, la Virgen de Covadonga
para armar con fierro las dovelas desunidas y cambiar las piedras rotas.
[...] En las clases, sobre todo en el piso bajo, hay falta de ventilación,
en el Parque Español de
notándose una atmósfera pesada, no solo después de la clase sino aun la Ciudad de México.
antes de que hayan entrado los alumnos. Para proporcionar ventilación a
las clases, es necesario abrir puertas y hacerlas cuando menos iguales a las
que ya existen con mochetas de cantería y capelos [...]. Es de aconsejarse
que el jardín se quite por la humedad que produce a los muros y se pavimente
con mosaico o losa relabrada. [Cursivas en el original].
877
México. Centro de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim.
Fondo José Y. Limantour. Correspondencia de E. Mancebo a Ricardo Castro. Carta del
24 de octubre de 1907.
878
México. Centro de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim.
Fondo José Y. Limantour. Correspondencia de José Yves Limantour a Justo Sierra. Carta
del 11 de noviembre de 1907.
879
“El Concurso de Bandas en el Parque Español”. El Tiempo. México, 24 de septiembre de
1907. Además de Castro, el jurado estuvo integrado por Rafael Gascón, Pantaleón Arzoz,
Luis G. Jordá, José Rocabruna, José Austri, Arturo Rocha y José Rivas. El grupo ganador
fue la Banda del Parque Luna; al respecto se publicó “La Banda de Policía, aunque no
obtiene el primer premio, sigue siendo la primera de México”. (“El Concurso de Bandas”.
El Popular. México, 23 de septiembre de 1907). También publicada en El Popular del 24
de septiembre de 1907 y en El Universo de Chihuahua del 29 de septiembre de 1907.
310
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
880
Romero, J. C., op. cit., p. 47.
881
“La muerte de Ricardo Castro”. El Heraldo (edición de la tarde). México, 28 de no-
viembre de 1907.
882
“Funerales del Maestro Ricardo Castro”. El Tiempo. México, 30 de noviembre de 1907.
883
“Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 29 de noviembre de 1907.
884
Ibíd.
885
“Muere el distinguido compositor y genial artista Don Ricardo Castro”. El Diario. Mé-
xico, 29 de noviembre de 1907.
886
“Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 29 de noviembre de 1907.
311
Rogelio Álvarez Meneses
que ya habían sido arregladas por el Conservatorio, por lo que pi- A las nueve y cincuen-
dieron permanecer formando dos filas en el corredor frente a la cá- ta minutos llegó el corte-
mara mortuoria de nueve a diez de la noche.887 Como reseña El Im-
jo al Conservatorio, cuyos
parcial, “a las once de la noche, la casa era insuficiente para contener
tantas coronas como llegaban”.888 balcones estaban enluta-
Poco después de las nueve de la mañana se formó el corte- dos y donde esperaban los
jo fúnebre que escoltaría a Ricardo Castro hacia el conservatorio; el alumnos formados en do-
ataúd fue llevado a la carroza en hombros de los señores Carlos So- ble fila. Al ser introduci-
lórzano, César del Castillo, Ramón Cardona, Carlos R. Huerta, Pe- do el féretro a la capilla
dro Valdés Fraga y Elías Guevara:
ardiente, la orquesta del
La comitiva se instaló en seis coches de primera clase, que si- Conservatorio interpretó
guieron detrás del carro funerario. En dos plataformas fueron colocadas
las ofrendas florales. El cortejo recorrió las calles de Guerrero, San Fer- la Marcha fúnebre de la
nando, Portillo de San Diego, San Juan de Dios, Mariscala y siguientes, Sonata No. 2, Op. 35 en
para seguir por la del Empedradillo hasta la Plaza de Arla Constitución. Si bemol menor de Cho-
En este lugar el ataúd fue bajado por las mismas personas que lo habían
cargado antes, dirigiéndose a pie todos los manifestantes al Conservatorio pin, bajo la dirección de
Nacional de Música.889 Carlos J. Meneses.
A las nueve y cincuenta minutos llegó el cortejo al Conser-
vatorio, cuyos balcones estaban enlutados y donde esperaban los
alumnos formados en doble fila. Al ser introducido el féretro a la
capilla ardiente, la orquesta del Conservatorio interpretó la Marcha
fúnebre de la Sonata No. 2, Op. 35 en Si bemol menor de Chopin,
bajo la dirección de Carlos J. Meneses.890
El homenaje fue presidido por el Lic. Justo Sierra, flanquea-
do por el Lic. Ezequiel A. Chávez, Subsecretario de Instrucción Pú-
887
“El Orfeón Popular”. El Popular. México, 30 de noviembre de 1907.
888
“Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 29 de noviembre de 1907. La crónica del mismo
periódico reporta: “A las siete de la noche de ayer habían llegado coronas de los señores
profesores y empleados del Conservatorio Nacional de Música, Secretaría de Instrucción
Pública y Bellas Ares, Lic. Justo Sierra, alumnos del Profesor César del Castillo, Gaviwche
Miró, Lic. Ismael Elizondo, Ignacio de la Torre y Gutiérrez, Josefa C. V. de Pacheco,
Lic. Rafael Reyes Spindola, Luz Valdez V. de García, Manuel de la Torre, Joaquín M.
Beristáin, El Imparcial, Gustavo E. Campa, Carlos Meneses, Berthold Otto, Pantaleón
Arzoz, Director y Profesores de la Orquesta del Conservatorio; Carlos R. Huerta, Joaquín
Muycelo, Rafael Tello, Manuel Herrera, Virginia Díaz, Hesiquio Tello y otras muchas
[…]. Además de las que hemos mencionado antes, en el curso del día fueron llegando
innumerables ofrendas florales para el extinto artista. Citaremos algunas de ellas: Cuar-
teto Jordá-Rocabruna, gardenias, violetas y rosas; Ana María Charles, elegante corona de
pensamientos y margaritas con ancho listón de seda e inscripción alusiva; pensamientos,
rosas blancas y floripondios con listón negro con inscripción, Profesora Virginia Díaz;
rosas, margaritas y pensamientos, Director y profesores de la Orquesta del Conserva-
torio Nacional de Música; hermosa corona de gardenias con un listón e inscripciones
alusivas, Carlos J. Meneses; margaritas y crisantemos, discípulos del profesor César R.
del Castillo; en una elegante corona de flores artificiales, enviada con artístico tarjetón se
leían los nombres de las alumnas de la clase especial del Maestro Castro, señoritas Sole-
dad Abaunza, Eustolia Guzmán, María Solórzano, Felipa Parra, Alba Herrera, Carmen
Symonds, Matilde Loustalau y Graciela Vásquez; señores José Pereches, Carlos Lozano
y Francisco Corona”.
889
“Honores a Ricardo Castro”. El Heraldo. México, 29 de noviembre de 1907.
890
“Suntuosos funerales de Ricardo Castro”. El Popular. México, 30 de noviembre de 1907.
312
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El cronista de El Heraldo
apuntó que en la ceremonia ha-
bía más de quinientas personas:
“las que pudieron caber en la ca-
pilla ardiente”.893 Después se or-
ganizó un desfile fúnebre a pie
hasta el Palacio Nacional, don-
de en seis trenes de primera cla-
se se dirigieron al Panteón Fran-
cés, en un cortejo “que parecía
interminable”.894
Una vez en el cementerio
tomó la palabra el Dr. Máximo
Silva, representante de la Colo-
nia Duranguense. Luego hicie-
ron lo propio los alumnos Ma-
rio Talavera, Leopoldo Gutié-
78. Carroza fúnebre con el féretro de
Ricardo Castro. (El Mundo Ilustrado.
México, 8 de diciembre de 1907). 891
“Los funerales de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 30 de noviembre de 1907.
892
“Discurso del maestro Gustavo E. Campa”. El Diario del Hogar. México, 1 de diciembre
de 1907.
893
“Honores a Ricardo Castro”. El Heraldo. México, 29 de noviembre de 1907.
894
“Los funerales de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 30 de noviembre de 1907.
313
Rogelio Álvarez Meneses
895
“Suntuosos funerales del maestro y compositor Don Ricardo Castro”. El Diario. México,
30 de noviembre de 1907.
896
Ibíd.
897
“Los funerales de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 30 de noviembre de 1907.
898
“Tres días de luto en las Escuelas Nacionales”. El Popular. México, 1 de diciembre de 1907.
899
“Conciertos transferidos”. El Tiempo. México, 30 de noviembre de 1907.
900
El Entreacto, El Heraldo del día 28; El País, El Tiempo, El Popular, La Iberia, El Correo
Español y La Opinión de Veracruz del día 29 y El Popular y El Tiempo del día 30 de no-
viembre de 1907, El Tiempo Ilustrado del día 1º y El Imparcial del 5 de diciembre de 1907.
901
“La muerte de Ricardo Castro”. El Heraldo. México, 28 de noviembre de 1907.
314
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
El repentino deceso del el ciudadano Faustino Fragoso, de México, de 30 treinta años, soltero,
empleado, vive en la calle de la Mariscala número 3 tres y declaró que
compositor en el cenit de hoy a las 5 cinco y 30 treinta minutos de la mañana en los bajos de la
su carrera tuvo un fuerte casa número 45 cuarenta y cinco de la 6ª sexta Calle de los Héroes,
falleció de enterocolitis infecciosa, el ciudadano Ricardo Castro, según
impacto tanto en su ám- consta del certificado que subscrito por el médico Velásquez Uriarte,
bito familiar como en el se archiva con las constancias de ley.- El compareciente agregó que el
panorama musical y so- finado, era de Durango, de 42 cuarenta y dos años, soltero, maestro,
compositor y pianista, hijo del finado Vicente Castro y de la señora
cial de México. María de Jesús Herrera.- Se dio boleta para el Panteón Francés.- Fueron
testigos los ciudadanos Alejandro García Conde y Porfirio Fragoso, de
México, empleados; el 1º primero, de 36 treinta y seis años de edad,
casado, vive en la calle Sur 40 cuarenta número 81 ochenta y uno; el
2º segundo de 60 años, soltero, vive donde el compareciente. Leída esta
acta la ratificaron y firmaron: R. G. Garnica.- F. Fragoso.- Alejandro G.
Conde.- P. Fragoso. Rúbricas.902
Repercusión de su muerte
El repentino deceso del compositor en el cenit de su carrera tuvo un
fuerte impacto tanto en su ámbito familiar como en el panorama
musical y social de México.
Castro murió sin haber dejado testamento, por lo que el Lic.
Vicente Castro promovió un juicio de intestado ante el juzgado ter-
cero de lo civil en representación de la familia.903 La prensa mexi-
cana especuló que el capital del pianista alcanzaba los cien mil pe-
sos.904 Esta cifra se antoja exagerada: recordemos que el coste de las
mejoras materiales del Conservatorio que proyectó Castro dos me-
ses antes de su muerte se elevaba a $105,557.72, monto que repre-
sentaba un 40% de la partida anual para educación, según el Lic.
José Yves Limantour, Ministro de Hacienda.905 Por lo tanto, una
cantidad de esa magnitud resulta hiperbólica.
Fue también Vicente Castro quien decidió el destino de la
biblioteca musical de su hermano. A inicios de mayo de 1908, la Se-
cretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes adquirió, para el Con-
servatorio Nacional de Música, una parte importante de la colec-
ción integrada por:
Treinta y seis óperas para piano y canto, cuidadosamente escogidas entre
las más famosas; cuatro partituras de orquesta de la Tetralogía de Wagner,
902
Díaz Cervantes, Emilio; R. de Díaz, Dolly. Ricardo Castro. Genio de México. 2ª ed.
México, Instituto de Cultura del Estado de Durango, 2007, pp.192-193. Desde luego,
el acto tiene una errata al mencionar la edad del compositor quien, al momento de su
muerte, tenía 43 años cumplidos.
903
“R. Castro left no will”. The Mexican Herald. México, 26 de diciembre de 1907. También
publicado en El Imparcial del mismo día.
904
“Ricardo Castro dejó $100,000 de capital”. La Opinión de Veracruz. Jalapa, 26 de diciem-
bre de 1907. También publicado en El Diario del Hogar del 27 de diciembre de 1907.
905
México. Centro de Estudios de Historia de México Carso. Fundación Carlos Slim.
Fondo José Y. Limantour. Correspondencia de José Yves Limantour a Justo Sierra. Carta
del 11 de noviembre de 1907.
315
Rogelio Álvarez Meneses
cinco Oratorios, diez y siete Conciertos para piano, con partituras Tras el fallecimiento del
de orquesta y partes sueltas, también cuidadosamente seleccionados;
treinta y siete obras de música de cámara, con partituras y partes sueltas, autor del Caprice-Valse,
contándose entre ellas muchos cuartetos célebres; nueve obras de música se registró una profusa se-
de orquesta, con partituras y partes; quince volúmenes de música para
piano, de Beethoven, Schumann, Schubert, Mendelssohn, Chopin y
rie de homenajes póstu-
Haydn; ciento doce obras didácticas y de literatura musical; treinta y mos, veladas y conciertos
cinco tomos de música escogida, para piano, de Liszt, Rubinstein y en su honor, tanto en la
autores modernos de los más célebres, y más de quinientas piezas sueltas,
de piano, de autores modernos de los más notables, lo que hace un total capital del país como en
de cerca de ochocientos volúmenes.906 las provincias.
Este lote de música impresa no representa la totalidad del ar-
chivo de Castro, como sugiere la prensa.907
Tras el fallecimiento del autor del Caprice-Valse, se registró
una profusa serie de homenajes póstumos, veladas y conciertos en
su honor, tanto en la capital del país como en las provincias.
El primero fue el organizado por el Orfeón Popular, uno de
los grupos corales más activos durante los últimos años del porfiria-
to, dirigido por el Profr. José Austri (1848-1911).908 En la audición,
que tuvo lugar el 2 de diciembre,909 se estrenó un Requiem aeternam
compuesto ex profeso por el tenor Jesús Santana.910 También se pro-
yectó la fundación de la Sociedad Literaria “Ricardo Castro”, a ins-
tancias de “algunas personas amantes de las letras y de la música y
que fueron discípulas del maestro”.911 Por su parte, la Liga Antialco-
hólica Nacional formó un grupo infantil al cual nombró Estudian-
tina “Ricardo Castro”.912
El miércoles 11 de diciembre tuvo lugar en el Templo de Je-
sús María un servicio religioso en memoria del compositor: se en-
tonó la Vigilia a las diez de la mañana y a las once se celebró la mi-
sa.913 El Orfeón Mexicano interpretó la Messa da requiem a tres vo-
ces masculinas (1898) de Lorenzo Perosi (1872-1956), bajo la di-
rección de Marcos Rocha y Pedro L. Bandorica. También se cantó
el quinto número, Hostias, de la Messe de Requiem, Op. 54 (1878)
de Camille Saint-Saëns. La ceremonia concluyó con la ejecución de
la Marcha fúnebre de la Sonata No. 2, Op. 35 de Chopin, interpre-
tada por la orquesta del Conservatorio.914
906
“La biblioteca musical de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 12 de mayo de 1908.
907
Germán Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011.
908
Pareyón, G., op. cit., p. 88.
909
“En memoria de Castro”. El Imparcial. México, 3 de diciembre de 1907.
910
“Homenaje a Ricardo Castro”. El Tiempo. México, 4 de diciembre de 1907. También
publicado en El Diario del 5 de diciembre de 1907.
911
“Sociedad Literaria Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 6 de diciembre de 1906.
912
“Estudiantina Ricardo Castro”. El Diario. México, 15 de diciembre de 1907.
913
“Solemnes Honras Fúnebres en Honor de Ricardo Castro”. El Diario. México, 12 de
diciembre de 1907.
914
“Requiem Mass Yesterday in Memory of Castro”. The Mexican Herald. México, 12 de
diciembre de 1907.
316
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
80. Perosi: Messa da requiem. (Milán, El 13 de diciembre se realizó una velada en el Teatro Flo-
Ricordi, 1898).
res de Durango, donde tomó parte la actriz dramática Evangelina
Adams. Se estrenó además un Andantino fúnebre, obra del composi-
tor duranguense Alberto Magno Alvarado (1864-1939).915 En Salti-
llo se llevó a cabo otro homenaje organizado por el Sr. Praxedes Rei-
na Rubio en el cual el pianista Ricardo Alessio Robles (1890-1924)
interpretó obras para piano solo de Castro.916
El lunes 30 de diciembre tuvo lugar en el Teatro del Conser-
vatorio un concierto organizado por alumnos de dicho centro. Se
interpretó el aria de Segolena, el Intermezzo Oriental y la escena fi-
nal de La légende de Rudel, así como la Romance pour Violon avec ac-
915
“Velada en honor del Maestro Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 12 de diciembre
de 1907. También publicado en The Mexican Herald del 13 de diciembre de 1907.
916
“Gacetilla”. El Diario del Hogar. México, 20 de diciembre de 1907.
317
Rogelio Álvarez Meneses
compagnement de Piano, Op. 21 y obras para piano solo.917 Entre el Con la llegada del año
numeroso público se encontraba el Lic. Justo Sierra, así como la fa- 1908 también se sucedie-
milia del finado.918
ron diversos homenajes,
Con la llegada del año 1908 también se sucedieron diversos
homenajes, varios de ellos en el interior del país. El 2 de enero se varios de ellos en el inte-
ofreció una misa de “por el alma del notable pianista y compositor rior del país.
D. Ricardo Castro” en la Capilla del Santísimo Cristo en Saltillo.919
El día 12 se efectuó una “solemne matinée” en la sala de conciertos
de la sucursal de la Casa Wagner y Levién de Torreón, en la que se
interpretó música de Castro.920 El 15 de enero se registró una “vela-
da literario musical” en la Biblioteca del Pueblo de Veracruz, orga-
nizada por el Cabildo del Ayuntamiento de dicho municipio. Se in-
terpretó una sola obra de Castro: el Valse Bluette, Op.12, No. 2.921
En la Ciudad de México, César del Castillo (a quien Castro
dedicara sus Deux impromptus, Op. 28), motivado por su afán de
“tributar honores póstumos” al finado maestro, organizó una audi-
ción el miércoles 22 de enero el Teatro del Conservatorio:
Los alumnos de mi clase, que van a tomar parte en esa audición, ejecutarán
todos ellos, obras de nuestro muy querido e inolvidable Ricardo Castro.
He deseado darme la satisfacción de rendir de este modo un homenaje
póstumo de admiración y cariño al artista inspirado, elegante y original,
legítimo orgullo nuestro, y al excelente amigo y muy sentido director,
cuya pérdida nunca lamentaremos suficientemente.922
917
“Homenaje a Ricardo Castro”. El Heraldo. México, 28 de diciembre de 1907. También
publicado en El Diario del mismo día.
918
“Homenaje a Ricardo Castro”. El País. México, 31 de diciembre de 1907.
919
“Sufragios por el alma de Ricardo Castro”. El Tiempo Ilustrado. México, 9 de enero de
1908.
920
“En honor del Maestro Castro”. La Evolución. Durango, 12 de enero de 1908.
921
“En la Biblioteca”. La Opinión. Veracruz, 15 de enero de 1908.
922
“Más homenajes a Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 22 de enero de 1908.
923
“En memoria de Ricardo Castro”. La Opinión. Veracruz, 28 de enero de 1908.
924
“Concert at Oaxaca in honor of Ricardo Castro”. The Mexican Herald. México, 28 de
enero de 1908.
925
“Honor to Castro”. The Mexican Herald. México, 7 de febrero de 1908. También
publicado en El Popular del 8 de febrero de 1908 y en La Iberia del mismo día.
318
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Al margen de todas es- Gutiérrez Nájera” realizó una velada homenaje en los salones de los
tas manifestaciones espon- Sepulcros de Santo Domingo.926
Al margen de todas estas manifestaciones espontáneas, el
táneas, el Conservatorio
Conservatorio Nacional de Música también preparaba su propia
Nacional de Música tam- velada oficial en honor de quien fuera su director. Se había proyec-
bién preparaba su propia tado inicialmente para el 28 de diciembre de 1907, esto es, al mes
velada oficial en honor de del deceso, pero por diferentes motivos —entre ellos el periodo de
quien fuera su director. evaluaciones del alumnado— se había postergado. Finalmente se
fijó su fecha para el viernes 6 de marzo a las 21:00 horas en el Tea-
tro Arbeu.927
El evento, anunciado como “un acto conmemorativo y de
apoteosis”,928 causó gran expectación en la sociedad incluso desde
su ensayo general, que tuvo lugar el día 4.929 El programa interpre-
tado fue el siguiente:
Primera Parte.
I. Andante de la Primera Sinfonía, Julián Carrillo. (Orquesta sola).
II. Alocución. Rubén M. Campos (leída por el señor Leopoldo Gutiérrez
Lara).
III. Gradual, Felipe Villanueva. (Coro masculino y orquesta).
IV. Ave Verum, Op. 4, Ricardo Castro. (Barítono solo y orquesta). Solista
Roberto Marín.
V. Agnus Dei, Gustavo E. Campa. (Barítono, coro masculino y orquesta).
Solista M. Malpica.
Segunda Parte.
I. Marcia funebre de la Tercera Sinfonía, Op. 55 ‘Eroica’, Beethoven. (Or-
questa).
II. Poesía, Luis G. Urbina (leída por Manuela Eugenia Torres).
III. Canción del Sauce y Ave María de Otello, Verdi. (Antonia Ochoa de Mi-
randa).
IV. Ave verum corpus, KV. 618, Mozart. (Voces solas, cuerpo de coros).
V. Nocturno en Do menor, Chopin. (Orquesta sola).930
926
“Velada”. El País. México, 14 de febrero de 1908.
927
“Homenaje a Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 4 de marzo de 1908.
928
“En honor de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 3 de marzo de 1908.
929
“Gran velada en honor de Ricardo Castro”. El Heraldo. México, 5 de marzo de 1908.
930
“Página de letras y arte. Velada solemne en honor de Ricardo Castro”. El Entreacto.
México, 5 de marzo de 1908.
931
“El Señor General Díaz asistirá a la velada en el Teatro Arbeu”. El Imparcial. México,
6 de marzo de 1908.
319
Rogelio Álvarez Meneses
932
“Cómo se honró la memoria de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 7 de marzo de
1908. 81. Mausoleo de Ricardo Castro en el
933
“El concierto de anoche”. El Correo Español. México, 7 de marzo de 1908. Panteón Francés de la Ciudad de Mé-
934
“En honor del Maestro Castro”. El Diario. México, 9 de mayo de 1908. También pu- xico con detalle de la columna con el
blicado en La Iberia del mismo día. íncipit del Caprice Valse, Op. 1 (imagen
935
“Gacetilla”. El Diario del Hogar. México, 26 de junio de 1908. inferior). Junio de 2011. (Fotografías de
936
“Se funda el Orfeón Infantil llamado Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 27 de Rogelio Álvarez).
agosto de 1908.
937
Cuando el pianista fue inhumado el 28 de noviembre de 1907, el sepulcro era solamente
una fosa que la familia había comprado rápidamente a raíz del deceso de Castro. (Germán
Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011).
938
“En la tumba de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 2 de octubre de 1908. También
publicado en El Heraldo del mismo día.
939
“En la tumba de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 2 de octubre de 1908.
320
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
940
“Muerte de una dama”. El Tiempo. México, 7 de octubre de 1908.
941
“Aniversario de la muerte de R. Castro”. El Heraldo. México, 27 de noviembre de 1908.
942
“El Orfeón Popular”. El Diario. México, 30 de noviembre de 1908.
943
“La velada de anoche”. El Imparcial. México, 1 de diciembre de 1908.
944
“Ricardo Castro ha sido glorificado por los artistas”. El Imparcial. México, 29 de no-
viembre de 1908.
945
“El Imparcial quiere que se levante un monumento en memoria de R. Castro”. El Im-
parcial. México, 1 de diciembre de 1908.
321
Rogelio Álvarez Meneses
946
Ibíd.
947
“El monumento en honor de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 8 de diciembre
de 1908.
948
“Billa y palos”. La Iberia. México, 2 de diciembre de 1908.
949
Luis G. Urbina. “A Ricardo Castro”. El Mundo Ilustrado. México, 8 de marzo de 1908.
950
Urbina, Luis G. Puestas de Sol. México, Librería de la Vda. de Ch. Bouret, 1910, pp. 53-56.
951
Rubén M. Campos. “Berceuse a Ricardo Castro”. La Gaceta Musical. México, 1 de
322
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
La inesperada muerte de año más tarde, el poeta Rafael López (1873-1943) publicó Rosas
Castro originó una pro- votivas, también dedicada a Castro [Ahí van mis versos vestidos de
luto | cargadas las manos de un pobre tributo
].952 Estas produccio-
blemática más próxima al
nes pertenecen a la corriente literaria modernista.
contexto musicológico: la Hasta el quinto aniversario luctuoso de Castro en 1912, la
ordenación y cronología respectiva visita al Panteón Francés y la velada en su honor se suce-
de las obras póstumas, lo dieron consecutivamente, siendo su principal promotor el Prof. Ra-
que dificulta la datación fael J. Tello.953 Cada vez con menos asistentes, la siguiente visita fue
precisa de las mismas. hasta 1917 al cumplirse la primera década del fallecimiento.954
La obra póstuma
La inesperada muerte de Castro originó una problemática más
próxima al contexto musicológico: la ordenación y cronología de
las obras póstumas, lo que dificulta la datación precisa de las mis-
mas. Salvo aquéllas en las que el autor consignó con su puño y le-
tra la fecha de finalización, no se conoce a ciencia cierta la fecha de
composición de la mayoría de las piezas.
La situación se complica al reparar en el hecho de que du-
rante su vida el compositor realizó al menos dos renumeraciones de
sus obras. Una primera numeración se aprecia en las composiciones
inéditas de juventud, en la cual encontramos, por ejemplo, Amor fi-
lial. Fantasía poética para piano, Op. 4, compuesta como un obse-
quio a su “adorada Mamá el día de su santo” y firmada en México
el 4 de junio de 1880. Hacia 1885 el compositor realizó una segun-
da numeración de opus, pues cuando la casa Wagner y Levién pu-
blicó en México el primer conjunto de obras editadas de Castro, to-
das ellas para piano, encontramos que el Op. 4 corresponde a Clo-
tilde. Vals elegante.
Posterior a esta primera publicación, Castro realizó una nue-
va numeración de sus composiciones, de tal manera que para 1892
se observa que había reasignado algunos números de opus de obras
previas a composiciones nuevas. Como ejemplo puntual comenta-
mos nuevamente el caso del opus 4. En 1892 la casa Friedrich Ho-
fmeister de Leipzig publicó su Ave verum pour chant avec accompag-
nement d’orchestre ou piano con el opus 4, mismo que anteriormen-
te correspondía a Clotilde. Vals elegante (ca. 1885) y que, junto con
la temprana Amor filial. Fantasía poética para piano (1880) compar-
te el número de opus 4 por partida triple.
Es sabido que Vicente Castro Herrera, hermano del compo-
sitor y también pianista, continuó la relación con las empresas edi-
toriales después de la repentina muerte de Ricardo.955 Esto hace más
enero de 1908.
952
Rafael López. “Rosas votivas”. Revista Moderna de México. México, 1 de enero de 1909.
953
“En memoria de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 5 de diciembre de 1912.
954
El Universal Ilustrado. México, 4 de enero de 1918.
955
Maya, A., op. cit., p. 55.
323
Rogelio Álvarez Meneses
complejo el asunto de la datación, en tanto que no conocemos con A raíz de las negocia-
qué criterio Vicente Castro organizó y entregó el material a las edi- ciones de Vicente Castro
toras, y quizá ni él mismo conociese la fecha de composición de las
con las casas editoriales
piezas. Sin embargo, nos inclinamos a pensar que pudieron haber
sido escritas durante su estancia en Europa y que eran obra “en car- fueron publicadas tam-
tera”, pues además de no existir referencias hemerográficas sobre al- bién algunas obras pós-
guno de sus estrenos, son obras que en general ya denotan de mane- tumas escritas en dife-
ra evidente el estilo compositivo y personal de su autor. rentes etapas de la vida
A raíz de las negociaciones de Vicente Castro con las casas del compositor, pero que
editoriales fueron publicadas también algunas obras póstumas es-
por diversas razones per-
critas en diferentes etapas de la vida del compositor, pero que por
diversas razones permanecían inéditas. Estas piezas configuran un manecían inéditas.
grupo heterogéneo, en donde es clara la “convivencia de muchas
obras cuya elaboración y estilo acusan una mezcla de lo antiguo con
lo nuevo”.956 Las colecciones editadas con obras póstumas fueron:
Composiciones de Ricardo Castro. Editadas en 1908 por
Jos. W. Stern & Co., New York, colección que incluye:
Opus 34, No. 1. Moment de Valse.
Opus 34, No. 2. Petite Marche militaire.
Opus 35. Mélodie pour Violon et Piano.
Opus 36, No. 1. Berceuse.
Opus 37, No. 2. Valse fugitive.
Opus 38, No. 1. Menuet rococo.
Opus 38, No. 2. Plainte.
Opus 39. Valse printanière.
Opus 40. Menuet humoristique.
Opus 41. Impromptu.
Opus 42. Scherzando.
Opus 43. Fileuse.
Opus 44. Nostalgie.
Opus 45. Gavotte et Musette.
Opus 46. Mazurka.
Opus 47. Thème varié.
Dos Danzas para Piano [I. Moderato. II. Allegretto]
Opus 23. Menuet pour Orchestre d’archets.
[ídem]do. arrange pour Piano.
956
Carmona, G., op. cit., p. 130.
324
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Castro y la posteridad
Como se verá, durante el siglo xx la postura de las instituciones cul-
turales y de los propios intérpretes hacia el legado de Castro fue más
bien de indiferencia. Las ocasiones en que su música se interpretó
fueron escasas, determinadas por circunstancias puntuales y separa-
das por grandes intervalos de tiempo. Con agudeza, Jorge Velazco
señala: “los mexicanos somos tan dados a los homenajes [porque]
957
Título erróneo, tanto en el listado como en la partitura. Se refiere a la Mazurka en si mineur.
325
Rogelio Álvarez Meneses
958
Velazco, J. “El caso de Ricardo…”, p. 517.
959
“Conciertos. México”. Boletín Musical de Córdoba. Córdoba, España, números de di-
ciembre de 1930 y marzo de 1931.
960
Sosa, J. O., Diccionario de la ópera…, p. 59.
961
Sosa, J. O., Setenta años de ópera…, p. 21.
326
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
82. Temporada de Ópera 1952.
Programa doble: Castro: La légende
de Rudel – Puccini: Gianni Schicchi.
Palacio de Bellas Artes. (México,
Instituto Nacional de Bellas Artes,
1952). Colección particular.
cional Autónoma de México: Ricardo Castro. Sus efemérides biográfi- En 1957, año del cin-
cas. Este trabajo fue auspiciado por el Instituto Juárez de Durango. cuentenario de la muer-
En 1957, año del cincuentenario de la muerte del composi-
te del compositor, se lle-
tor, se llevaron a cabo algunos actos conmemorativos, para después
confinarlo nuevamente al olvido. El miércoles 18 de diciembre a las varon a cabo algunos ac-
21:00 se realizó un concierto gratuito en la Sala Principal del Pala- tos conmemorativos, para
cio de Bellas Artes, organizado por la Secretaría de Educación Pú- después confinarlo nueva-
blica en coordinación con el Instituto Nacional de Bellas Artes y el mente al olvido.
Gobierno del Estado de Durango. El Secretario de Educación Pú-
blica, Lic. José Ángel Ceniceros, suscribió el siguiente mensaje en el
programa de mano:
Entre los forjadores de nuestra cultura hay representativos de la más
alta valía: artistas, intelectuales, maestros, que vieron la luz primera
en los Estados del interior. La provincia es el vivero fecundo de la
cultura mexicana. Por ello, los homenajes que les brindan las entidades
donde nacieron, trascienden a la vida nacional y, en ocasiones, rebasan
los límites de nuestro país y el merecido tributo lo rinde la cultura
universal. El caso del distinguido compositor duranguense y mexicano
Ricardo Castro, tiene precisamente esa proporción y la cultura nacional
lo recuerda en este año y le rinde pleitesía.962
962
Concierto con motivo del cincuentenario de Ricardo Castro. [Programa de mano]. México,
Secretaría de Educación Pública, Instituto Nacional de Bellas Artes, Gobierno del Estado
de Durango, 1957.
963
Además del Op. 33 de Castro, se interpretó la Obertura Primavera de Joaquín Beristáin,
la Marcha Cuarto Poder de Velino M. Presa y el Concertino para órgano y orquesta de
Miguel Bernal Jiménez.
328
Capítulo 3 | Trayectoria biográfica y artística
Castro fue un hombre de fue realizado por la Orquesta Clásica de México bajo la dirección de
su tiempo y protegido de Carlos Esteva.964
Mayor repercusión ha tenido la labor de la pianista Eva Ma-
un régimen y gran par-
ría Zuk (1946-2017). Nacida en Venezuela con ascendencia polaca,
te de su olvido se debe a y radicada en México, procuró la difusión de obras de compositores
los cambios socioculturales mexicanos. El 10 de marzo de 1997 ofreció un concierto con músi-
derivados de los procesos ca de Castro en el Palacio de Bellas Artes965 y el 19 de marzo del año
revolucionarios de 1910. siguiente presentó en el mismo recinto su producción discográfica
“Composiciones de Ricardo Castro”, íntegramente dedicada al au-
tor del Caprice-Valse.966
El domingo 20 de agosto del año 2000 se ofreció en la Sala
Nezahualcóyotl un concierto titulado “Festival de música mexicana
para piano inédita o agotada”, en cuyo programa se incluyeron tres
obras para canto y piano de Castro: Chanson d’automne, Les larmes
y la danza ¡No me caso!, interpretadas por la soprano Silvia Rizo y el
pianista James Demster.967
Con ocasión del centenario de la muerte del compositor en
2007, además de los eventos conmemorativos se realizaron algunos
estudios y publicaciones. En dicho año se publicaron los trabajos
de Gloria Carmona y Emilio Díaz Cervantes. El Centro Nacional
de Investigación, Documentación e Información Musical dedicó el
número doble de su revista Heterofonía (136-137, enero-diciembre
2007) al autor de Atzimba.
Castro fue un hombre de su tiempo y protegido de un régi-
men y gran parte de su olvido se debe a los cambios socioculturales
derivados de los procesos revolucionarios de 1910. Como bien se-
ñala el musicólogo Ricardo Miranda “desde cierto punto de vista no
exento de ironía, puede afirmarse que nos ha tomado un siglo ente-
ro reponernos del fallecimiento de Ricardo Castro”.968
964
Concierto en Sala Nezahualcóyotl. [Programa de mano]. México, Universidad Nacional
Autónoma de México, 1988.
965
Gran ciclo de piano 1997. [Programa de mano]. México, Consejo Nacional para la Cul-
tura y las Artes, Instituto Nacional de Bellas Artes, 1997.
966
Presentación-Concierto del CD Composiciones de Ricardo Castro. [Invitación-programa de
mano]. México, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, 1998.
967
Festival de música para piano inédita o agotada. [Programa de mano]. México, Universidad
Nacional Autónoma de México, 2000.
968
Miranda, Ricardo. “Música de raro encantamiento: los valses de Ricardo Castro” en He-
terofonía, revista de investigación musical. Números 136-137. México, Centro Nacional de
Investigación, Documentación e Información Musical, enero-diciembre de 2007, p. 9.
329
Capítulo 4
Características musicales
Periodos compositivos
La primera referencia a una composición de Castro data de 1880, a
la sazón con quince años de edad, cuando estrenó de unas Variacio-
nes sobre Rigoletto de su propia autoría.1 Por otra parte, si se toma en
cuenta el dato aportado por Stevenson, quien sostiene que entre los
seis y trece años compuso algunas piezas de salón,2 se tiene un lapso
1
“Ricardo Castro”. El Libre Sufragio. México, 8 de enero de 1880.
2
Stevenson, Robert. “Ricardo Castro Herrera” en Diccionario de la Música Española e His-
panoamericana. Emilio Casares Rodicio (dir. y coord.), 10 volúmenes, Madrid, Sociedad
General de Autores y Editores, 1999, volumen 3, p. 410.
331
Rogelio Álvarez Meneses
creativo que abarca más de treinta años durante los cuales la com- Las distintas etapas vi-
posición fue una actividad constante. tales del compositor, así
Las distintas etapas vitales del compositor, así como sus ac-
como sus actividades ar-
tividades artísticas y el conocimiento de la música de otros autores,3
tienen una estrecha relación con las características de su obra. Con tísticas y el conocimiento
base en lo anterior y considerando los cambios que revelan una evo- de la música de otros au-
lución estilística, proponemos una división en tres periodos. tores, tienen una estrecha
relación con las caracte-
Primer periodo
rísticas de su obra.
Comprende desde las primeras obras concluidas, tanto publicadas
como inéditas, hasta la primera mitad de la década de 1890, concre-
tamente el año de 1894.
En este apartado tendrían cabida las obras que, según Ste-
venson, habrían sido compuestas por Castro entre los seis y los tre-
ce años, periodo en que estudió con su primer profesor Pedro H.
Ceniceros en Durango. Se trata de “algunas mazurkas y valses”4 de
los cuales ninguno se ha conservado. La primera obra que sí ha lle-
gado hasta nosotros es Rigoletto. Trascrizione elegante per piano-for-
te sui migliori motivi dell’opera Rigoletto di Verdi, estrenada por Cas-
tro en enero de 18805 y editada por A. Wagner y Levién hacia 1885
como opus 1. Este primer periodo culminaría con el Caprice-Valse,
pieza que fue interpretada en 1894 por el propio compositor en el
Concert Hall de Madison Square en Nueva York6 y que sería publi-
cada por Friedrich Hofmeister en 1901 también con el opus 1. La
reasignación de este opus es significativa, en tanto que revela un re-
planteamiento del compositor ante su propia obra.
Los números de opus pertenecientes a la primera ordenación
superan las cincuenta obras, no todas conservadas (y algunas inclu-
so desechadas por el compositor):7 el Op. 1 (la citada fantasía sobre
Rigoletto) data de 1880; el Op. 21, (el Cuarteto en Fa sostenido menor
para dos violines, viola y violoncello), de 1882; el Op. 33 (la Primera
Sinfonía en Do menor), de 1883; el Op. 40 (la mélodie titulada Son
image), de 1884 y el Op. 55 (el poema sinfónico Oithona), de 1885.
Como obras pertenecientes a esta primera etapa creativa
pueden citarse:
3
Véase el anexo correspondiente.
4
Stevenson, R., op. cit., p. 410.
5
La prensa de la Ciudad de México reseñó una audición privada realizada en la casa de los
señores Rivera y Río: “[…] Entre las piezas que más nos causó nuestro loco frenesí, fueron
las Variaciones de Rigoletto, arregladas por el mismo joven, y se desprende en ellas tal maes-
tría y tal gimnasia de dedos, que cualquier profesor que las hubiese ejecutado no habrían
tenido mejor éxito”. (“Ricardo Castro”. El Libre Sufragio. México, 8 de enero de 1880).
6
The New York Herald. Nueva York, 25 de enero de 1894.
7
Castro era un artista con altos niveles de autocrítica, por lo que no es sorprendente su
decisión de desestimar ciertas obras tempranas. Para mayores detalles en torno a este
asunto, véase el estudio sobre la reasignación de números de opus y nuestra propuesta
de datación de obras en el apartado correspondiente.
332
Capítulo 4 | Características musicales
pos. Pastoral, Op. 16, Melodía en Sol mayor para violín con acompa- A finales de la década
ñamiento de piano, Op. 17, Clotilde. Vals elegante para piano, Op. 4, de 1890, Castro intenta
Ilusión. Romanza sin palabras, Op. 37, Enriqueta. Mazurka, el arre-
por primera vez el paso
glo para piano a cuatro manos del Himno Sinfónico de Gustavo E.
Campa, Primer Nocturno en Si menor para piano, Op. 48, Segundo obligado de todo aquél
Nocturno in Fa sostenido menor para piano, Op. 49, Première Polo- que buscase su legiti-
naise, ¡No me caso!, danza para canto y piano, Deux Mazurkas pour mación como composi-
piano [Nerveux et Gracieux], Op. 3, entre otras. tor: estrenar y tener éxi-
Un rasgo distinto a este periodo es la composición de obras to con una ópera.
de notable carácter virtuosístico, como era natural en una etapa en
la que Castro se perfilaba principalmente como intérprete. En este
aspecto son muy ilustrativas las fantasías sobre temas operísticos, o
himnos nacionales, las cuales presentan las siguientes características:
• Interpolación de pasajes virtuosos como artificio de lucimien-
to del mecanismo pianístico más que como recurso expresi-
vo: ágiles diseños repetidos por amplios segmentos del tecla-
do, pasajes escalísticos cromáticos (simples, en octavas o en
intervalos de tercera o sexta), acordes repercutidos en el regis-
tro agudo, octavas repartidas en ambas manos con ataque de
antebrazo, acordes en el sobreagudo con bajo generalmente
doblado en la octava grave y toda una gama de recursos para
potenciar la sonoridad y brillantez de la ejecución.
• Influencia del estilo italiano: textura de melodía acompaña-
da con línea de carácter vocal, a veces presentada en octavas
o en intervalos de terceras o sextas paralelas.
• A nivel formal, abundancia de la estructura poliseccional o
ternaria simple, a veces con episodios fragmentarios.
• En el plano textural, se aprecia una relativa tendencia al tra-
tamiento polifónico, principalmente en las secciones inicia-
les de las obras, presentando los materiales a manera de en-
tradas escalonadas para luego optar por la textura de melodía
acompañada. Véanse las páginas 368, 471 y 522.
A finales de la década de 1890, Castro intenta por prime-
ra vez el paso obligado de todo aquel que buscase su legitimación
como compositor: estrenar y tener éxito con una ópera. Me refiero
a Don Juan de Austria, mencionada por Pedrell en 1889 como “obra
en cartera” y concluida e interpretada parcialmente en un concier-
to privado en 1892.17 La obra fue desestimada por su autor por en-
contrarla demasiado “italianizante”18 y nunca fue llevada a la escena.
17
El Nacional. México, 12 de junio de 1892.
18
Velazco, Jorge. “El pianismo mexicano del siglo XIX” en Anales del Instituto de Investi-
gaciones Estéticas, volumen VIII, número 50. México, Universidad Nacional Autónoma
de México, 1982, pp. 228-229.
334
Capítulo 4 | Características musicales
Con relación a las obras El proceso de evolución y búsqueda de una nueva estética ha
de otros compositores es- sido comentado por un personaje tan cercano a Castro como Gus-
tavo E. Campa:
tudiadas e interpretadas
por Castro durante este Como pianista, olvidó para siempre los tempranos triunfos
obtenidos en la ejecución del famoso Himno del Brasil y las fantasías de
periodo, se observa que Norma y Rigoletto, para hacer estudio serio y reposado de estilos y maes-
en un primer momen- tros; como compositor, desechó sus primeras producciones y evolucionó
to se orientó hacia cier- completamente, asimilando el estilo de los compositores franceses y ale-
manes contemporáneos [...].19
to repertorio que actual-
mente resulta démodé o Con relación a las obras de otros compositores estudiadas e
interpretadas por Castro durante este periodo, se observa que en un
al menos, poco conocido.
primer momento se orientó hacia cierto repertorio que actualmen-
te resulta démodé o al menos, poco conocido:
Smith, Frederick: Sur le lac. Morceau de salon pour piano.
Kontski, Anton de: Le réveil du lion. Caprice héroïque, Op. 115.
Gottschalk: La Favorita, grand fantaisie de concert, Op. 68.
Le bananier. Chanson négre, Op. 5.
Kalkbrenner: Le Fou, Op. 136.
Henselt: Estudio No. 6: Si j’étais oiseau à toi je volerais de Douze
études caractéristiques pour piano, Op. 2.
Leschetizky: Souvenirs d’Italie, Op. 39: No. 1. Barcarola (Venecia) y
No. 4. Mandolinata (Roma).
Segundo periodo
Abarca la producción realizada durante la segunda mitad de la déca-
da de 1890 hasta 1903, inicio de la etapa europea. Si la etapa ante-
rior significó para Castro su consolidación como intérprete, en este
19
Gustavo E. Campa. “A propósito del triunfo de Ricardo Castro. Carta abierta a un ami-
go”. La Gaceta Musical. México, 1 de julio de 1901.
335
Rogelio Álvarez Meneses
periodo se afirmará como compositor, docente y gestor musical, sin Paralelamente encontra-
que esto signifique que dejara de lado su labor como pianista con- mos obras vinculadas a la
certista, actividad que cultivó durante toda su vida. El Caprice-Val-
enseñanza del instrumen-
se, Op.1, como se ha mencionado, es el punto de inflexión entre
ambas fases. En lo sucesivo, la depuración de la escritura pianística to. Es el caso de las pa-
será un proceso constante. ráfrasis que Castro rea-
Paralelamente encontramos obras vinculadas a la enseñan- lizara sobre determina-
za del instrumento. Es el caso de las paráfrasis que Castro realiza- dos estudios de Gradus ad
ra sobre determinados estudios de Gradus ad Parnassum, Op. 44 de Parnassum, Op. 44 de
Muzio Clementi. De esta obra se tienen dos versiones: un manus-
Muzio Clementi.
crito inédito que contiene quince ejercicios titulado 15 Gradas ad
Parmassum [sic] Ejercicios escojidos [sic] y parafraseados por R. Castro
(ca. 1899) y finalmente el compendio de doce estudios editado en
París en 1902 por Henry Lemoine & Cíe. publicado como Douze
études pour piano d’après Clementi, choisies et paraphrases par Ricar-
do Castro, Op. 7.
En la misma línea se encuentran la Cadenza pour le premier
mouvement du Concert i (Sib mayor) de Mozart y la Cadenza pour
le premier mouvement du Concert No. iii (Do menor) de Beethoven,
ambas piezas estrenadas por alumnos de Castro (Heriberto Ramos
Cuevas e Isabel Sandoval y Bros, respectivamente) en el concier-
to realizado en la Escuela Nacional Preparatoria el 15 de diciem-
bre de 1899. También con fines didácticos fue realizado el arreglo
para piano y cuarteto de cuerdas del Concerto Symphonique No. 4,
Op. 102 pour piano et orchestre par Henry Litolff pour piano avec qua-
tuour, pieza que tuvo como solista a Concepción Zubieta, discípu-
la de Castro.
Destacan también algunas piezas dedicadas a sus alumnos,
como los Deux morceaux pour piano, Op. 9: No. 1, Vals Intime, a
Concepción Zubieta y No. 2, Minuetto, a Julio Muirón o la Polo-
naise pour piano, Op. 11, dedicada a Rafael J. Tello.
Un hito relevante será la ópera Atzimba, concluida en abril
de 1899 y representada con éxito al año siguiente. De Atzimba
derivaron otras composiciones como el Intermezzo, en versión para
dos y cuatro manos, y el Potpourri para piano sobre temas de la
misma ópera.
Algunas que fueron estrenadas en diversas circunstancias de
la vida cultural y política son el Chant d’amour,20 el Himno a Vasco
de Gama y el Scherzino, Op. 6 en versión para piano y orquesta21
(estos dos últimos perdidos), la Petite Marche Militaire, Op. 34, No.
20
Estrenado el 15 de marzo de 1896 en la inauguración de la sala de conciertos de la casa
Wagner y Levién de la Ciudad de México. (El Monitor Republicano. México, 17 de
marzo de 1896).
21
Obras estrenadas el 20 de mayo de 1898 en la velada de la Sociedad Mexicana de Geo-
grafía y Estadística en la Cámara de Diputados en la conmemoración del IV Centenario
del descubrimiento del Camino de Indias. (El Universal. México, 22 de mayo de 1898).
336
Capítulo 4 | Características musicales
Un hito relevante será 2 y el Menuet pour Orchestre d’archets, Op. 23,22 así como la ins-
la ópera Atzimba, trumentación (no localizado) de Zulema, zarzuela en dos actos de
Ernesto Elorduy.
concluida en abril de
Finalmente consignamos algunas piezas que, habiendo
1899 y representada con sido escritas en este periodo, fueron concluidas o publicadas pos-
éxito al año siguiente. teriormente, como los Trois Pensées Musicales pour piano, Op. 8. La
pieza No. 1, Appassionato, fue compuesta en 1888 y enviada por
Campa a Felipe Pedrell como obra inédita para la Ilustración Musi-
cal Hispano-Americana,23 siendo publicada en abril del año siguiente
en dicha revista bajo el título de Una hoja de álbum. Las piezas No.
2, Mélodie y No. 3, Menuet, fueron mencionadas por primera vez en
1902.24 Este conjunto de obras fue publicado por Alphonse Leduc
en 1903, cuando el compositor ya se encontraba en París.
Durante este segundo periodo Castro incluye en su reperto-
rio obras de autores que han mantenido una mayor vigencia dentro
de literatura pianística universal. En general el conjunto es hetero-
géneo y no deja de incluir alguna rareza:
Beethoven: Sonata [No. 18] en Mi bemol mayor, Op. 31, No. 3.
Sonata [No. 24] en Fa sostenido mayor, Op. 78.
Sonata [No. 25] en Sol mayor, Op. 79.
Trío “Fantasma”, Op. 70, No. 1.
Beethoven-Busoni: Escocesas WoO 83, BV B 47.
Chopin: Estudio en Do menor. (No especificado. Puede
referirse al Op. 10, No. 12, Revolucionario o bien al
Op. 25, No. 12).
Fantaisie-Impromptu, Op. 66.
Nocturno en Fa sostenido. (No especificado. Puede
referirse al Op. 15, No. 2 en Fa sostenido mayor o al
Op. 48, No. 2 en Fa sostenido menor).
Polonesa en Re menor, Op. 71, No. 1 (posth.).
Preludio en La mayor, Op. 28, No. 7.
Preludio en Fa mayor, Op. 28, No. 23.
Preludio en Si bemol, Op. 28, No. 31.
Vals en Do sostenido menor, Op. 64, No. 2.
Vals en Mi menor, Op. posth. (c. circa 1830, pub.
1868).
22
Estrenados el 5 de noviembre de 1900 en la inauguración del Concurso Científico Na-
cional.
23
Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado Pedrell. Correspondencia
de Gustavo E. Campa a Felipe Pedrell. Cartas del 7 de noviembre y del 7 de diciembre
de 1888.
24
“Arte y artistas. Ricardo Castro”. Jueves de El Mundo. México, 29 de mayo de 1902.
337
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior. El notable avance de
Liszt: Le rossignol, romance de Alexander Alabief, S. 250/1
las composiciones de
de la colección Mélodies ruses (Arabesques) S. 250. este periodo denota la
Danse des Sylphes de La damnation de Faust de asimilación de las corrientes
Berlioz, S. 475.
Rapsodia Húngara No. 6, S. 244/6. musicales europeas. La
Rapsodia Húngara No. 10, S. 244/10. producción de Castro
Rapsodia Húngara No. 11, S. 244/11.
Valse d’Adèle. (Transcripción del No. 3 de los seis
es verdaderamente
Études pour la main gauche seule de Géza Zichy). significativa tanto en
Grieg: Marcha de los enanos (Troldtog, Marche des Nains) orden cuantitativo como
del 5º libro de Piezas líricas, Op. 54, No. 3. cualitativo.
MacDowell: Estudio de concierto, Op. 36.
Moszkowski: Estudio de concierto en Sol bemol mayor, Allegro
patetico, Op. 24, No. 1.
Rubinstein: Trío No. 2 en Sol menor, Op. 15, No. 2.
Barcarole No. 5, Op. 93, No. 7.
Staccato-étude. (De Six Études, Op. 23, No. 2).
Schubert: Scherzi D. 593, No. 2 [Re bemol].
Schumann: Quinteto en Mi bemol, Op. 44.
Sinding: Marche Grotesque, Op. 32, No. 1.
Frühlingsrauschen, Op. 32, No. 3. (Gazouillement du
Printemps, Rustle of Spring) de Sechs Stücke Op. 32.
Sgambati: Concierto para piano en Sol menor, Op. 15.
Strauss, Richard: Sonata para piano en Si menor, Op. 5 [TrV 103].
Chaminade: Arlequine, Op. 53.
Concertstück, Op. 40 para piano y orquesta.
Fileuse, Op. 35, No. 3. (De Six Études de Concert pour
piano, Op. 35).
Completan el cuadro obras menores de D’Albert, Lescheti-
zky, Delafosse y Stojowski.
Tercer periodo
Comprende las obras escritas durante la estancia del compositor
en Europa (1903-1906) así como las del último año de su vida en
México (1907). El notable avance de las composiciones de este
periodo denota la asimilación de las corrientes musicales europeas.
La producción de Castro es verdaderamente significativa tanto en
orden cuantitativo como cualitativo.
Dos importantes obras inauguran esta última fase: los Six
Préludes pour piano, Op. 15 y Près du ruisseau pour piano, Op. 16,
ambas publicadas en Leipzig en 1903 por Friedrich Hofmeister. Será
precisamente en el terreno pianístico en donde encontramos obras
de gran envergadura; además de las mencionadas, son relevantes los
Deux études de concert pour piano, Op. 20, los Deux morceaux de con-
cert, Op. 24, los Deux impromptus, Op. 28, la Suite pour piano, Op.
18, el Thème Varié, Op. 47 y el Valse capricieuse. Son composiciones
de gran aliento, escritas por y para el concertista; así pues, deman-
dan un intérprete de sólida formación técnica y musical.
338
Capítulo 4 | Características musicales
A este periodo pertene- Junto a estas obras coexisten otras piezas de menor alcan-
cen los dos conciertos para ce, pensadas más bien para el amplio mercado de aficionados de la
burguesía mexicana, tan devota a Castro. Se pueden mencionar las
instrumento solista y or-
Cuatro danzas (i. Coquetería, ii. Declaración, iii. Sí
, iv. En vano)
questa: el Concerto pour escritas en París en 1906 a solicitud expresa de la editorial Wagner
piano avec accompagne- y Levién y publicadas en México el mismo año. Otras colecciones
ment d’Orchestre, Op. de piezas similares son las Improvisaciones. Ocho danzas característi-
22 y el Concerto pour cas mexicanas, Op. 29 y las Dos danzas editadas de manera póstuma
violoncelle avec accom- en 1908, así como la Danza frívola y la Danza de salón, publicadas
en 1911. De corte un tanto más cosmopolita pero igualmente liga-
pagnement d’Orchestre,
dos al mundo del salón burgués son las Soirées mondaines. Cinq val-
escritos y estrenados en ses légères. Se trata de una serie de cinco valses lentos sin grandes de-
Amberes en 1904. mandas técnicas; en el No. 1, Vibration d’Amour, puede leerse esta
curiosa sugerencia para su interpretación:
Como su nombre lo indica, este hermoso vals debe tocarse en un tiempo
moderado, sobre todo la primera parte. La segunda es más brillante y de
un movimiento más animado, pero en general debe dominar en toda la
pieza una expresión de poesía y delicadeza, y un ritmo muy preciso. Este
vals puede presentarse como un bello tipo del vals “lento”, que está tan
en boga en París y demás capitales europeas.
25
Fue escrita entre mayo de 1904 y marzo de 1905 en versión para canto y piano e instru-
mentada el mismo año y estrenada en México en 1906.
26
“Los funerales de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 30 de noviembre de 1907.
27
Carmona, Gloria. Álbum de Ricardo Castro. Investigación iconográfica y documental. Mé-
xico, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2009, p. 130.
28
Véase nuestra propuesta de datación en el apartado correspondiente.
339
Rogelio Álvarez Meneses
Géneros y formas
Para Hugo Riemann (1849-1919) la forma es “la unidad en la di-
versidad” y sus elementos determinantes son la repetición, la varia-
ción, la diferenciación y el contraste. Considera que “la unidad es
una necesidad absoluta para toda forma, incluida la musical, pero
su acción estética no puede desarrollarse plenamente más que a tra-
vés de la oposición, el contraste y el conflicto”.30 Ampliando su pro-
pia definición, Riemann ha identificado determinados elementos
relacionados con la unidad y con el contraste:31
El acorde consonante.
La tonalidad.
Unidad La persistencia de un ritmo determinado o fórmula métrica.
El retorno de motivos melódicos.
La formación y repetición de temas característicos.
La disonancia
Cambios armónicos.
Contraste Modulación.
Cambios rítmicos y motívicos
Oposición de temas contrastantes.
29
Sin mayor especificación, por lo que puede referirse al BWV 847 en Do sostenido menor
o al BWV 848 en Do sostenido mayor de Das wohltemperierte Klavier I, o bien al BWV
872 en Do sostenido menor o al BWV 872a en Do sostenido mayor de Das wohltem-
perierte Klavier II.
30
Vv. Aa. “La forma en la música” en Temas de lenguaje musical. Fundamentos teóricos. Sal-
vador Seguí Pérez (dir.), Valencia, Piles, Editorial de Música, 1995, volumen 1, p. 347.
31
Ibíd.
32
Schönberg, Arnold. “Brahms el progresivo” en El estilo y la idea. Barcelona, Idea Books,
2005, p. 64.
340
Capítulo 4 | Características musicales
Caprice-Valse, Op. 1.
Estructura formal Material temático Compás Región tonal
Introducción [Allegro] 1-6 Cadenza sobre el V7 de Mi Mayor.
Vals 1 a1 7-22 Mi mayor [I a V]
a2 23-38 Mi mayor [I a III]
b1 38-54 Mi mayor [de II a V]
b2 55-70 Mi mayor [de II a V]
a1 71-86 Mi mayor [de I a V]
a2 87-101 Mi mayor [de I a III]
Transición Prolongación del final de a2, hacia Do mayor.
Vals 2 c1 115-123 Do mayor [en el V]
c2 123-130 Do mayor [en el V]
Transición 130-131 Cadenza sobre el séptimo grado con séptima
disminuida de Do menor.
Vals 3
d1 131-143 Do menor [en el V]
Capriccioso
d2 144-156 Do menor [de V a I]
e1 157-166 La bemol mayor
e2 166-175 La bemol mayor – Do menor
d3 175-187 Do menor [Reelaboración de d1]
Transición 187-196 Modulación hacia Mi mayor
196 Cadenza con citas de la introducción
Vals 1
a1 197-212 Mi mayor [de I a V]
Come prima
a2 213-228 Mi mayor [de I a III]
b1 228-244 Mi mayor [de II a V]
a1 245-260 Mi mayor [de I a V]
a3 261-284 Mi mayor [de I a V, con prolongación del final
de a1]
Coda 1
f1 285-300 Mi mayor.
Grandioso
Coda 2 300-312 Mi mayor. Ascenso del grave al agudo por octavas
Vivo repartidas en ambas manos.
83. Cuatro Danzas. No. 2, Allegro En otras obras de estructura binaria no contrastante, la se-
moderato [Sol mayor]. (New York, Jos.
W. Stern, 1909). Final de A (cc. 13-16)
gunda sección deriva de la primera, sin ser llegar a ser su repetición
e inicio de B (cc. 17 y ss.), cc. 13-19. literal (AA’). Es el caso de la primera de las Deux chants sans paroles
(New York, Jos. W. Stern, 1909), la Mélodie de los Trois pensées mu-
sicales pour piano, Op. 8, No. 2 o el Étude de los Six Préludes pour
piano, Op. 15, No. 5. En los siguientes esquemas se aprecia la esta-
bilidad tonal entre ambas secciones, así como la presencia de breves
pasajes de transición que preparan la recapitulación de A’.
36
Zamacois, Joaquín. Curso de formas musicales. Barcelona, Editorial Labor, 1960, p. 48.
343
Rogelio Álvarez Meneses
344
Capítulo 4 | Características musicales
345
Rogelio Álvarez Meneses
Valse-Impromptu, Op. 17
Vals 1 Vals 2 Vals 1’
ABA’ CDC’ A’’B’A’’’
Valse de Concert, Op. 25
Vals 1 Vals 2 Vals 1’
ABA’ CDC’ ABA’’
La forma sonata
Aunque Castro no tituló a ninguna de sus obras como “sonata”, esto
no significa que no conociese la forma y que no haya recurrido a
ella en determinadas obras. En principio deberá considerarse que en
esta época el cultivo del allegro de sonata clásica vienesa era ya una
práctica considerada desfasada, cuando no obsoleta. Por ello se tie-
nen pocos ejemplos en su producción y en ellos encontramos cier-
tas particularidades que muestran cómo el compositor asumió este
planteamiento formal. Hay determinados rasgos que caracterizan la
forma sonata en Castro:
• Desarrollo breve en proporción a la exposición y recapitu-
lación.
• Recapitulación incompleta de los grupos temáticos, por lo
general el A (o incluso algunas veces omitida).
• Introducción y coda facultativas, siempre de mediana exten-
sión y claramente seccionables.
Con una extensión de 294 cc., el primer tiempo del Cuarte-
to en Fa sostenido menor, Op. 21, tiene una introducción de 38 cc.,
Andante, a la que sigue un Allegro vivace con forma sonata en la
que se omite la recapitulación del grupo temático B:
37
Velazco, Jorge. “El caso de Ricardo Castro” en Con la música por dentro. México, Univer-
sidad Nacional Autónoma de México, 1988, p. 517.
346
Capítulo 4 | Características musicales
347
Rogelio Álvarez Meneses
38
La pieza requiere un comentario especial debido a sus particularidades y a su inusual
planteamiento armónico y tonal. Destacamos la unidad temática lograda por Castro,
puesto que todos los temas utilizados derivan de la cabeza de a1. A su vez es interesante
la ambigüedad tonal presente en el grupo temático B. Al inicio de b1 (cc. 69 y ss.) se
emplea la escala de Sol bemol lidio de manera recurrente, sin que esta tonalidad sea con-
firmada; lo mismo sucede en b2, con la diferencia que la tonalidad de Re bemol mayor
se define hasta el último momento (cc. 100-101), con lo que se tiene un periodo de 33
compases en los cuales el comportamiento tonal parece fluctuar entre Sol bemol mayor,
Mi bemol menor y Re bemol mayor.
348
Capítulo 4 | Características musicales
349
Rogelio Álvarez Meneses
350
Capítulo 4 | Características musicales
39
Samson, Charley. “Franck Sonata” en Spotlight extras. Colorado Public Radio. [Notas al
programa. En línea]. Consultado el 28 de abril de 2012. Disponible en http://www.cpr.
org/article/Franck_Sonata
40
Véase el apartado correspondiente al desarrollo temático, así como el análisis de esta
obra en particular.
351
Rogelio Álvarez Meneses
84. Concerto pour piano avec accompagnement d’orchestre, Op. 22. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906). Primer movimiento: Allegro
moderato. Inicio del tema secundario en clarinete, cc. 33-37.
352
Capítulo 4 | Características musicales
86. Valse fugitive, Op. 37, No. 2. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908). Inicio sección A, cc. 1-14.
353
Rogelio Álvarez Meneses
87. Valse fugitive, Op. 37, No. 2. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908). Final de A (cc. 15-17) e inicio de B (cc. 18 y ss.), cc. 15-27.
En todo caso la monotonía es evitada por medio de la orna- 88. Valse fugitive, Op. 37, No. 2. (New
mentación y a través de una imaginativa figuración pianística apli- York, Jos. W. Stern & Co., 1908). Sec-
ción C, cc. 35-45.
cada a las recapitulaciones de material previamente expuesto. A
continuación, se presentan algunos ejemplos notables:
En el Valse-Bluette, Op. 12, No. 2, pieza con forma ABA’, se
observa claramente cómo el material temático de la sección A es re-
capitulado en A’ con un nuevo revestimiento pianístico que man-
tiene a la melodía cantando en el registro central mientras que una
delicada ornamentación se realiza en el registro agudo del teclado:
354
Capítulo 4 | Características musicales
89. Valse-Bluette, Op. 12, No. 2. (París, Henry Lemoine & Cie., 1903). Sección A, cc. 1-16.
355
Rogelio Álvarez Meneses
90. Valse-Bluette, Op. 12, No. 2. (París, Henry Lemoine & Cie., 1903). Recapitulación de A (A’), cc. 33-48.
356
Capítulo 4 | Características musicales
91. Barcarolle, Op. 37, No. 1. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908). Sección A, cc. 1-6.
92. Barcarolle, Op. 37, No. 1. (New Mayor elaboración presenta el material temático de la reca-
York, Jos. W. Stern & Co., 1908). pitulación de A en Berceuse, Op. 26, No. 2:
Sección A’, cc. 33-35.
357
Rogelio Álvarez Meneses
93. Berceuse, Op. 26, No. 2. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906). Inicio de sección A, cc. 1-9.
358
Capítulo 4 | Características musicales
94. Berceuse, Op. 26, No. 2. (Leipzig, En otros casos las variantes tienen lugar en el plano rítmico,
Friedrich Hofmeister, 1906). Inicio de
A’, (cc. 53-59), cc. 52-59.
como sucede en las sucesivas recapitulaciones del tema principal de
la cuarta variación, Tempo de valse moderato, del Thème Varié, Op.
47. Como puede apreciarse, la cabeza del tema presenta una sutil
variación rítmica en su parte inicial, sin que esto afecte al resto del
diseño melódico:
95. Thème Varié, Op. 47. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908). Var. IV. Tempo di Valse moderato, sección A (a1), cc. 1-5.
359
Rogelio Álvarez Meneses
96. Thème Varié, Op. 47. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908). Var. IV. Tempo di Valse moderato, sección A (a2), cc. 15-19.
Otro recurso para otorgar un sentido de variedad a las dis- 97. Thème Varié, Op. 47. (New York,
tintas recapitulaciones de los temas es la adición de un tejido con- Jos. W. Stern & Co., 1908). Var. IV.
Tempo di Valse moderato, sección A’
trapuntístico construido sobre el material previamente expuesto. (a3), cc. 64-67.
Encontramos este procedimiento en el primero de los Deux im-
promptus pour piano, Op. 28, No. 1, En forme de valse, pieza con
forma ternaria en la que el tema principal de A’ reaparece acompa-
ñado de un fluido tramado contrapuntístico:41
41
El musicólogo Ricardo Miranda ya ha apuntado con anterioridad el uso de este recurso 98. Impromptu en forme de valse, Op.
en esta obra y en el Valse-Bluette, Op. 12, No. 2. Véase: Miranda, Ricardo. “Música de 28, No. 1. (Leipzig, Friedrich Hof-
raro encantamiento: los valses de Ricardo Castro” en Heterofonía. Revista de investigación meister, 1907). Inicio de sección A
musical. Números 136-137. México, Centro Nacional de Investigación, Documentación (a1), cc. 1-14.
e Información Musical, enero-diciembre 2007, pp. 9-26.
360
Capítulo 4 | Características musicales
99. Impromptu en forme de valse, Op. La sección A’ del Valse Caressante es un caso similar al ante-
28, No. 1. (Leipzig, Friedrich Hofmeis-
ter, 1907). Inicio de A’ (a3), cc. 97-106.
rior: la mano izquierda presenta una voz una voz añadida consisten-
te en un sencillo floreo sobre la nota Mi:
100. Valse Caressante. (México, Otto y Arzoz, 1907). Inicio de sección A (a1, cc. 1-17) e inicio de la repetición de a1 (cc. 17-20), cc. 1-20.
361
Rogelio Álvarez Meneses
También pueden destacarse Esquise-Mazurka, el segundo 101. Valse Caressante. (México, Otto
y Arzoz, 1907). Sección A’: final de la
Deux impromptus, Op. 28, No. 2, En forme de Polka; la Polonaise, recapitulación de a1 (cc. 80-81) y a2
Op. 11; la Barcarolle, Op. 30, No. 2 de Deux pièces intimes; la Ro- (cc. 81-101), cc. 80-101.
mance, Op. 31, No. 1; el Valse Mélancolique, Op. 36, No. 2; las dos
piezas del Op. 36: No. 1, Berceuse y No. 2, Valse Mélancolique. En
este sentido es muy válida la aportación de Miranda: “afirmar que
a la música de Castro la distingue una particular fluidez idiomática
resulta casi una redundancia”.42
Con relación al aspecto anterior, otro ejemplo notable se en-
cuentra en el segundo movimiento, Andante, del Concerto pour pia-
no avec accompagnement d’orchestre, Op. 22.43 En la recapitulación
del tema principal, se observa cómo la melodía original es retomada
por la orquesta, mientras que el piano realiza una afiligranada figu-
ración ornamental en el registro agudo y central del teclado:
42
Miranda, R., op. cit., p. 14.
43
Para un análisis detallado sobre esta obra, véase el estudio realizado sobre la misma.
362
Capítulo 4 | Características musicales
102. Concerto pour piano avec accompagnement d’orchestre, Op. 22: II. Andante. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906). Inicio de sección
A, cc. 10-11.
103. Concerto pour piano avec accompagnement d’orchestre, Op. 22: II. Andante. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906). Recapitulación de
A, con el tema en la orquesta y figuración ornamental en el piano, cc. 87-89.
363
Rogelio Álvarez Meneses
En las obras de juventud se observa una tendencia al trata- 105. Je veux t’oublier. (New York, Jos. W.
miento monotemático y monomotívico. El ejemplo paradigmáti- Stern & Co., 1909). Parte A’, cc. 31-32.
co es el Primer Nocturno en Si menor para piano, Op. 48, así como
Oithona, poema sinfónico a gran orquesta, Op. 55 (ambas obras
de 1885). En el caso concreto del Op. 48 (pieza con estructura
ABA’CA’’B’A’’’ – Coda), todos los materiales motívicos derivan de
la cabeza del tema de la introducción, como puede observarse:
364
Capítulo 4 | Características musicales
106. Primer Nocturno en Si menor para piano, Op. 48. (México, Wagner y Levién, 1886). Introducción (cc. 1-5) e inicio de A (cc. 6-10),
cc. 1-10.
107. Primer Nocturno en Si menor para piano, Op. 48. (México, Wagner y Levién, 1886). Final de a2 (cc. 26-28) e inicio de B (cc. 28-35),
cc. 26-35.
365
Rogelio Álvarez Meneses
El planteamiento estructural de la obra anterior hace evi- 108. Primer Nocturno en Si menor para
piano, Op. 48. (México, Wagner y Le-
dente el afán de lograr una coherencia temática, sin embargo, pre- vién, 1886). Final de b4 (cc. 134-136),
sentación de los materiales se torna predecible y reiterativa y, en inicio de A’’’ (cc. 136-147) y coda (cc.
mi opinión, determinados episodios rozan la redundancia (como la 147-154).
coda) y generan cierta fatiga.
En contraste, hacia su periodo de madurez Castro muestra
una mayor habilidad en el tratamiento y la reelaboración temática.
En estos aspectos, el ejemplo más representativo es el Concerto pour
piano avec accompagnement d’orchestre, Op. 22, obra en la cual la to-
talidad de los temas provienen de dos breves motivos generadores
presentados ya desde la introducción. En el segundo movimiento,
Andante, los temas proceden de un solo motivo generador, pero en
ningún momento se produce una sensación de agotamiento o mo-
366
Capítulo 4 | Características musicales
44
Campa, Gustavo E. “Ricardo Castro” en Críticas Musicales. Felipe Pedrell (pról.). París,
Librería Paul Ollendorff, 1911, p. 348.
367
Rogelio Álvarez Meneses
110. Concerto pour piano avec accompagnement d’orchestre, Op. 22. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906). Tema de la introducción, cc. 1-8.
Castro no fue particularmente proclive a cultivar el contra- 111. Concerto pour piano avec accom-
pagnement d’orchestre, Op. 22. (Leipzig,
punto imitativo en su obra. Los ejemplos con textura polifónica son Friedrich Hofmeister, 1906). Expansión
escasos y la mayoría de las veces pertenecen a obras de juventud. motívica a partir de la reelaboración de
Se trata de determinados pasajes, siempre de relativa brevedad, en la cabeza del tema principal (final de
la recapitulación, cc. 95-102; coda, cc.
los cuales el compositor se limita a realizar la exposición de las en- 102-113), cc. 95-113.
tradas de las distintas partes para después orientarse a otro tipo de
textura (acordal o de melodía acompañada), esto es, sin llegar rea-
lizar un desarrollo estrictamente contrapuntístico como en el caso
de una fuga.
Se pueden mencionar algunos episodios del Cuarteto en Fa
sostenido menor para dos violines, viola y violoncello, Op. 21, el tema
principal del primer movimiento de la Sinfonía en Do menor, Op.
33, las introducciones del ya citado Primer nocturno en Si menor,
Op. 48 y del Segundo Nocturno en Fa sostenido menor, Op. 49, así
368
Capítulo 4 | Características musicales
como las de Son image, Op. 40, Ave verum pour chant avec accompa-
gnement d’orchestre ou piano, Op. 4, Les larmes y Le secret, estas últi-
mas para canto y piano.
112. Cuarteto en Fa sostenido menor, Op. 21. (México, 1882, inédito). IV. Finale: Presto. Inicio de sección A, cc. 14-27.
369
Rogelio Álvarez Meneses
113. Segundo nocturno en Fa sostenido menor, Op. 49. (México, Wagner y Levién, 1886). Introducción, cc. 1-7.
114. Son image, Op. 40. Mélodie pour piano et chant. (Inédita. México, colección particular, manuscrito autógrafo, 1884). Introducción,
cc. 1-5.
115. Ave verum pour chant avec accompagnement d’orchestre ou piano, Op. 4. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1892). Introducción, cc. 1-5.
370
Capítulo 4 | Características musicales
116. Le secret. (New York, Jos. W. Stern En contraste, son más frecuentes los pasajes donde se pro-
& Co., 1909). Introducción, cc. 1-6. duce una simultaneidad temática, como en la Ballade en Sol mineur
pour piano, Op. 5, el Scherzino, Op. 6 y el primero de los Trois pen-
sées musicales, Op. 8, No. 1, Appassionato. En esta última pieza se
observa como el autor realiza un breve desarrollo a manera de due-
to entre la línea de la mano izquierda (con materiales de a4) y la voz
superior (con la cabeza de a1):45
45
Una disposición muy similar en el plano textural puede encontrarse en los Nos. 4, 8
y 11 de los Douze études de salon, Op. 5 (1838) de Adolph von Henselt (1814-1889).
Recordemos que Castro conocía la obra de Henselt al menos desde 1888 y significó un
importante referente pianístico cuya impronta se hace patente en obras tan significativas
como su Caprice-Valse, Op. 1.
371
Rogelio Álvarez Meneses
372
Capítulo 4 | Características musicales
46
La confirmación de La bemol mayor como tonalidad principal de la obra se produce
hasta la recapitulación de A’ (cc. 74-97) y la coda seccionada en dos partes (cc. 98-102
y 103-108).
373
Rogelio Álvarez Meneses
Un caso similar al anterior es la Mazurka, Op. 46 posth. en 118. Impromptu, Op. 41. (New York,
Jos. W. Stern & Co., 1908). Inicio de
Fa sostenido menor con forma ABACABA. No existe duda de la to- sección A, cc. 1-16.
nalidad principal de la obra, sin embargo Castro evita la presencia
del acorde de tónica en estado fundamental durante toda la sección
A: en el c. 5 aparece mayorizado, en el c. 7 la línea melódica ocasio-
na la presencia de una nota extraña al acorde (en este caso una nove-
na añadida con su resolución en el tiempo débil del compás, cuan-
374
Capítulo 4 | Características musicales
119. Mazurka, Op. 46. (New York, Jos. Utilización de diversos tipos de acordes, notas extrañas
W. Stern & Co., 1908). Sección A (cc.
1-16) e inicio de sección B (cc. 17 y y manejo de la disonancia
ss.), cc. 17-19. Es frecuente el uso de acordes con séptima, sexta y novena agre-
gadas, tanto en acordes con función de dominante como en otros
construidos sobre distintos grados de la escala, sin que necesaria-
mente tengan una función estructural. Así sucede en el inicio del
Valse Caressante, donde encontramos el acorde de tónica con sexta
375
Rogelio Álvarez Meneses
En otros casos, dichas notas extrañas (también pertenecien- 120. Valse Caressante. (México, Otto
tes a la melodía) funcionan como anticipaciones, retardos o apoya- y Arzoz, 1907). Inicio de sección A,
cc. 1-20.
turas. Citamos nuevamente la Mazurka, Op. 46, refiriéndonos es-
pecíficamente al acorde del c. 9 que, si fuera cifrado en sí mismo y
sin considerar su resolución en el compás siguiente, sería un acor-
de con treceava con quinta omitida y con séptima y novena natural,
cuya nomenclatura desde luego se torna demasiado compleja. Todo
se simplifica si se toma en cuenta que la melodía en octavas anticipa
la tercera del acorde en que resuelve en el compás siguiente (c. 10).
Visto así, se trata simplemente de un acorde de dominante con no-
vena que resuelve a la tónica (V9 – I).
376
Capítulo 4 | Características musicales
121. Mazurka, Op. 46. (New York, Por su parte, en la sección central de Laendler, Op. 12, No.
Jos. W. Stern & Co., 1908). Sección 1, se tiene una serie de acordes con funciones armónicas básicas; las
A, cc. 5-14.
notas extrañas a los mismos no son más que apoyaturas resueltas en
tiempo débil, recurso que el compositor utiliza continuamente en
este pasaje:
122. Laendler, Op. 12, No. 1. (París, En la Gondoliera, Op. 24, No. 1, la disonancia de la nota Si
H. Lemoine, 1903). Inicio de sección
B, cc. 25-34.
sostenido del tema presentado en la mano derecha no es más que
una apoyatura que resolverá en tiempo débil:
377
Rogelio Álvarez Meneses
Otras veces surgen con acordes de relativa complejidad que 123. Gondoliera, Op. 24, No. 1. (Lei-
en realidad son resultado del propio tejido pianístico. Así sucede en pzig, Friedrich Hofmeister, 1905),
cc. 1-2.
Fileuse, Op. 43, pieza de una incesante figuración de semicorcheas
que le otorga un carácter de moto perpetuo: la fluidez del diseño
pianístico genera una constante presencia de notas extrañas.
Los acordes construidos sobre grados alterados es un rasgo
más bien propio de las obras póstumas y del último periodo, como
la Mazurka en si mineur,47 Op. posth. Esta pieza muestra una gran
unidad temática y un interesante planteamiento armónico y cromá-
tico. En la sección A (cc. 1-16) es notable la abundancia de acor-
des construidos sobre grados alterados así como el retraso de la apa-
rición del acorde de tónica en estado fundamental hasta el compás
15. A su vez, el movimiento del bajo por grados conjuntos confiere
un sentido de fluidez armónica a la obra:
47
Publicada como Mazurka en Re majeur, título erróneo dado que la tonalidad real es Si
menor.
378
Capítulo 4 | Características musicales
124. Mazurka en Si mineur. (New York, Como lo demuestran los anteriores ejemplos, el compositor
Jos. W. Stern & Co., 1909). Sección hace un uso mesurado de la disonancia y en la mayoría de las oca-
A, cc. 1-14. siones, el empleo de notas extrañas al acorde obedece a fines expre-
sivos y siempre con un tratamiento apegado a las normas armónicas
(anticipaciones, apoyaturas y retardos con su respectiva resolución).
En contraste, la utilización de disonancias de manera recurrente es
un rasgo más bien atípico, como sucede en el segundo de los Deux
morceaux de concert, Tarantella, Op. 24, No. 2, donde la disonan-
cia es más bien un recurso para recrear el carácter propio de la pieza.
En el caso concreto del acorde napolitano (bII6), se consta-
ta que es utilizado con función expresiva y particularmente en mo-
mentos de clímax. Por su naturaleza, este acorde adquiere relevan-
cia estructural, como podrá observarse en los ejemplos que a conti-
nuación se comentan.
En el Thème Varié, Op. 47, el acorde napolitano aparece en-
harmonizado y en estado fundamental (no en la habitual primera
inversión), en el c. 14 y resuelve directamente a la tónica en el com-
pás siguiente, para luego realizar una cadencia perfecta:
379
Rogelio Álvarez Meneses
Hacia el final de la quinta variación de la misma obra, Mo- 125. Thème Varié, Op. 47. (New York,
derato molto espressivo e doloroso, el mismo acorde napolitano (c. Jos. W. Stern & Co., 1908). Thème,
cc. 9-16.
27) se presenta en un dramático clímax y aparece, ahora sí, en su
primera inversión, resolviéndose de manera más académica, esto es:
bII6 – I6/4 – V7 – I, como puede observarse:
380
Capítulo 4 | Características musicales
126. Thème Varié, Op. 47. (New York, En el segundo movimiento del Concerto pour piano avec ac-
Jos. W. Stern & Co., 1908). Var. V. compagnement d’orchestre, Op. 22, Andante, la parte central (sec-
Moderato molto espressivo e doloroso, ción C) tiene un carácter contrastante (Allegro appassionato). En
cc. 27-32.
este caso, el acorde de sexta napolitana no solamente tiene presen-
cia en el punto de clímax, sino que también ejerce un papel estruc-
tural, dado que a partir de dicho acorde se inicia la retransición a la
sección A’. Observamos cómo aparece en su primera inversión, so-
bre un tutti orquestal y con octavas descendentes en ambas manos
desde el registro agudo del teclado:
381
Rogelio Álvarez Meneses
En el tercer movimiento del mismo Op. 22, Polonaise, Alle- 127. Concerto pour piano avec accompag-
gro moderato, aparece el acorde de sexta napolitana (c. 37 y ss.) en nement d’orchestre, Op. 22: II. Andante.
(Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906).
la progresión bII6 – I6/4 – V7 – I, en la región tonal de Fa sostenido: Segundo movimiento, Andante, cc.
63-69.
382
Capítulo 4 | Características musicales
128. Concerto pour piano avec accom- Un original uso del acorde de sexta napolitana se da en el
pagnement d’orchestre, Op. 22: III.
Polonaise, Allegro moderato. (Leipzig,
primero de los Deux impromptus pour piano, Op. 28, No. 1, En for-
Friedrich Hofmeister, 1906). Tercer me de valse, donde el final de la sección A’ se ve interrumpido por un
movimiento, Allegro moderato, cc. abrupto acorde de Re bemol mayor en su primera inversión:
36-40.
383
Rogelio Álvarez Meneses
Otro ejemplo de uso del acorde de sexta napolitana con fun- 129. Impromptu en forme de valse, Op.
ción estructural se encuentra en la segunda pieza de los Six préludes, 28, No. 1. (Leipzig, Friedrich Hofmeis-
ter, 1907). Final de a4 con acorde de
Op. 15, No. 2: Barcarole. Castro utiliza el acorde hacia el final de sexta napolitana (cc. 125 y ss.) y coda
las secciones B y B’, otorgando mayor expresividad a la fórmula ca- (cc. 131-136), cc. 122-136.
dencial con la que se cierra el pasaje.48
48
El musicólogo Joel Almazán ha reflexionado sobre el uso del acorde con sexta aumentada
en esta pieza, como elemento estructural. Por nuestra parte, hemos reparado en la fun-
ción del acorde de sexta napolitana. (Véase: Almazán, Joel. “Aproximaciones al lenguaje
armónico de Ricardo Castro” en Heterofonía, revista de investigación musical. Números
136-137. México, Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Mu-
sical, enero-diciembre de 2007, p. 34). Para conocer nuestra postura ante el planteamiento
armónico y un análisis detallado sobre esta obra, véase el estudio realizado sobre la misma.
384
Capítulo 4 | Características musicales
130. Six Préludes, Op. 15, No. 2: Barcarole. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1903). Final de a2 en acorde con sexta aumentada sobre el
VI grado (c. 10), inicio de sección B (b1, cc. 11-14 y b2, cc. 15-18) y modulación de Do mayor a La menor (cc. 18 y ss.), cc. 10-21.
Obsérvese el uso del acorde aumentado (c. 10) y de sexta napolitana sobre el segundo grado descendido de Do mayor (c. 16); cc. 10-21.
385
Rogelio Álvarez Meneses
132. Improvisaciones, Op. 29, No. 4: Otro ciclo de quintas se encuentra al inicio de las secciones
Allegro (México, Wagner y Levién, A de la Première Polonaise:
Sucs., 1907). Ciclo de quintas en
sección A cc. 5-8, con resolución a la
tónica en el c. 9.
133. Première Polonaise, Op. posth. Los casos de ciclos de quintas incompletos aparecen con mayor
(New York, Breitkopf & Härtel, 1911), frecuencia y por su naturaleza tienen un mayor interés armónico,
cc. 91-96. Ciclo de quintas iniciado en
la última corchea del c. 93. ejerciendo en la mayoría de los casos función modulante. En el
Menuet Humoristique, Op. 40, en Mi bemol mayor, encontramos
un ciclo de quintas incompleto iniciado en el IV de la tonalidad
original (c. 9 y ss.) que se ve interrumpido por la preparación de la
modulación a la dominante en el c. 17:
387
Rogelio Álvarez Meneses
En la Mazurka en si mineur, Op. posth., el material temático 134. Menuet Humoristique, Op. 40
(New York, Jos. W. Stern & Co., 1908).
presente en la sección B (cc. 16-33) es derivado de a1. Es interesante Minueto. Sección B, cc. 9-18.
el tratamiento secuencial (tanto a nivel motívico como en el plano
armónico) realizado entre los cc. 20 y 28, en el que se aprecia un
ciclo de quintas incompleto:
388
Capítulo 4 | Características musicales
135. Mazurka en Si mineur (New York, Además del ciclo de quintas, son frecuentes las progresiones
Jos. W. Stern & Co., 1898). Sección B, y series de distintos tipos de acordes ya sea de manera diatónica o
cc. 18-30.
cromática que en la mayoría de los casos forman parte de procesos
modulatorios. Revisemos algunos ejemplos relevantes.
En el No. 5 de los Six Préludes, Op. 15, Nocturne existe una
secuencia de acordes de séptima de dominante a distancia de se-
mitono en el c. 25, resolviendo de manera atípica en el siguiente
compás:51
51
Los procesos modulantes de la sección central de esta pieza ameritan un comentario
específico que se realizará más adelante en el apartado correspondiente.
389
Rogelio Álvarez Meneses
En Près du Ruisseau, Op. 16, se encuentra un brillante des- 136. Six Préludes, Op. 15, No. 5: Noc-
censo cromático de acordes mayores en segunda inversión (I6/4). El turne. (Leipzig, Friedrich Hofmeister,
1903). Sección B, cc. 24-26.
pasaje, iniciado en el c. 23, concluye en el V7 de la tonalidad princi-
pal de la obra en el c. 25. Los descensos de acordes por grados con-
juntos en la misma posición son frecuentes en las obras del último
periodo del compositor.
Contemporáneo a la obra anterior, el Valse-Impromptu, Op. 137. Près du Ruisseau, Op. 16. (Leipzig,
17, presenta un pasaje similar. En los cc. 17 y 18 se da un descenso Friedrich Hofmeister, 1903). Sección
B, cc. 23-25.
desde la subdominante hasta la tónica IV-III-II-I:
390
Capítulo 4 | Características musicales
138. Valse Impromptu, Op. 17. (Leipzig, La Suite pour piano, Op. 18 es una de las obras de mayor en-
Friedrich Hofmeister, 1904). Sección vergadura tanto en el plano compositivo como a nivel pianístico.
A, cc. 13-22.
Resulta innegable la asimilación de las tendencias en boga en París
durante los primeros años del siglo xx. La Suite es en sí misma un
catálogo de recursos compositivos que para el propio Castro resul-
tan novedosos. A continuación, detallamos algunos de los más re-
levantes:
Secuencias de acordes que describen la triada aumentada Sol#-
Mi-Do. Es el caso de la progresión utilizada (con las correspondien-
tes enharmonizaciones) en los cc. 45-49 del Caprice, desplazamien-
139. Suite pour piano, Op. 18: Caprice. to que traza la escala de tonos enteros.
(París, J. Hamelle, 1904), cc. 41-51.
391
Rogelio Álvarez Meneses
En determinados pasajes se observa la interpolación de dos 140. Suite pour piano, Op. 18: Caprice.
diferentes escalas de tonos enteros simultáneas a distancia de quin- (París, J. Hamelle, 1904), cc. 217-232.
ta. Esto sucede en los cc. 253-256 del Caprice, donde en la parte
fuerte del compás tiene lugar una escala que inicia desde la nota Sol
natural, mientras que en la parte débil la nota inicial es Re natural.
Ambas escalas descienden un tetracordo por movimiento parale-
lo (Sol-Fa-Mi bemol-Re bemol y Re, Do, Si bemol, La bemol, res-
pectivamente). En la misma sección, se tiene un descenso por semi-
tonos en los cc. 257-260 y a partir del c. 261, un ciclo de quintas:
392
Capítulo 4 | Características musicales
142. Suite pour piano, Op. 18: Caprice. (París, J. Hamelle, 1904), cc. 407-416.
393
Rogelio Álvarez Meneses
El fragmento resulta llamativo por su sonoridad, ya que en 143. Ballade en Sol mineur, Op. 5.
primer lugar presenta una triada aumentada con las notas Sol bemol (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1892),
cc. 83-85.
– Si bemol – Re natural y desde esta última se produce el descenso
por tonos enteros Re – Do – Si bemol – La bemol – Sol bemol (este
último en la mano izquierda). La distancia cronológica que existe
entre esta obra y las del último periodo, así como la naturaleza ines-
table del pasaje (el bajo es una nota de paso) llevan a considerarla
más bien como un ejemplo aislado.
Procedimientos modulantes
Como se ha demostrado, la obra de Castro se circunscribe total-
mente al ámbito tonal. Sin embargo, resultan interesantes deter-
minados procesos modulantes ya que las particularidades de su uso
les convierten en un rasgo característico de su producción. El gus-
to por ciertos esquemas tonales, así como la frecuente modulación a
determinados grados de la escala y la manera de realizarlo, son tam-
bién una marca de estilo. A continuación se muestran los más re-
presentativos.
En primera instancia destacamos la frecuente enharmoni-
zación de acordes para reducir el número de alteraciones y facilitar
su lectura. Así pues, la enharmonización de las funciones permite
comprender la lógica de determinados pasajes en tonalidades apa-
rentemente muy lejanas o de acordes fuera de contexto. Los ejem-
plos son numerosos y pueden encontrarse desde las primeras com-
posiciones. Citamos puntualmente el caso de la parte central del
tercero de los Six Préludes, Op. 15, Rêve. La tonalidad principal de
la pieza es La bemol mayor. La sección b se encuentra en el IV gra-
do, Re bemol mayor y realiza una inflexión a Mi mayor, entendido
como el VI descendido de La bemol mayor o el III descendido de
394
Capítulo 4 | Características musicales
144. Six Préludes, Op. 15, No. 3: Rêve. La modulación al III grado es sin lugar a dudas una de las
(Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1903). más frecuentes en la obra de Castro y en muchos casos es reali-
Sección B, cc. 9-16.
zada sin preparación. Se encuentran ejemplos desde las obras más
tempranas hasta las póstumas. Puede citarse la conclusión del tema
principal del Caprice-Valse, Op. 1, la recuperación de la tonalidad
original en la sección final del Laendler, Op. 12, No. 1, o la finali-
zación del tema principal del Valse de Concert, Op. 25. Asimismo,
se observa que la modulación al III grado se produce en lugares de
importancia estructural en obras como el Valse Caressante, los Deux
études de concert pour piano, Op. 20, las Deux pièces intimes, Op. 20,
el Valse Amoureuse, Op. 31, No. 2, Menuet à Ninon, Op. 32, Mo-
ment de Valse, Op. 34, No. 1, las dos piezas del Op. 38: No. 1, Me-
nuet Rococo y No. 2, Plainte o Valse printanière, Op. 39. A continua-
ción presentamos algunos ejemplos.
395
Rogelio Álvarez Meneses
145. Valse Caressante. (México, Otto y Arzoz, 1907). Finalización de sección B en III menor, cc. 53-65.
146. Plainte, Op. 38, No. 2. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908). Sección A, finalización de a1 en el III (c.8) e inicio de a2, (cc. 1-10).
396
Capítulo 4 | Características musicales
147. Romance, Op. 31, No. 1. (Leipzig, El uso atípico del III grado en una obra menor merece
Friedrich Hofmeister, 1908). Finaliza- un comentario específico. El final de la segunda de las Dos dan-
ción de a1 en III (c. 8) e inicio de a2,
(c. 9), cc. 1-9.
zas para piano, de publicación póstuma, Allegretto, en Si mayor,
concluye sorpresivamente en Mi bemol mayor, esto es, el III grado
enharmonizado:52
52
En ambas danzas se da el caso que no concluyen en la tonalidad original, sino en la do-
minante (I. Moderato) y en el tercer grado (II. Allegretto) respectivamente. Esto resulta
llamativo, puesto que es el no recuperar la tónica es algo totalmente atípico en Castro.
También es curiosa la desproporción de las secciones B en relación con A; en las dos
danzas la repetición de la parte A no les confiere un carácter conclusivo, como tampoco
es del todo viable interpretarlas como danzas consecutivas. Muy posiblemente se trate
de bocetos inconclusos al momento de la muerte del compositor.
397
Rogelio Álvarez Meneses
Un excelente ejemplo de modulación al III grado sin pre- 148. Dos danzas, II: Allegretto. (New
paración se encuentra en la tercera de las ocho Improvisaciones, Op. York, Jos. W. Stern & Co., 1908). Final
de sección B en III grado enharmoniza-
29. En el c. 28 la tonalidad se traslada a Mi bemol mayor (III enhar- do, cc. 31-36.
monizado de Si mayor), para retornar de la misma manera al tono
original en el c. 33:
La frase inicial de Je veux t’oublier, obra póstuma para can- 149. Improvisaciones, Op. 29, No. III:
to y piano, es realizada sobre un acompañamiento que interpola el Moderato. (México, Wagner y Levién,
Sucs., 1907), cc. 25-33.
I con el III descendido, creando una falsa relación:
398
Capítulo 4 | Características musicales
150. Je veux t’oublier. (New York, Jos. La presencia de desplazamientos armónicos a distancia de
W. Stern & Co., 1909). Parte a1, com-
pases 1-4.
tercera mayor y la existencia de secciones cuyo centro tonal descri-
be la triada aumentada es también una característica propia de las
obras escritas durante y después del periodo europeo. Es el caso de
la parte inicial de la Barcarolle, Op. 37, No. 1, con forma ABA’ en
donde el material es presentado en Fa mayor (c. 1), La mayor (c.
5) y Re bemol mayor (c. 9). La enharmonización del último acorde
permite observar que el planteamiento armónico de estas secciones
describe la triada del acorde aumentado construido desde la nota de
la tónica Fa – La – Do sostenido.53
53
Un procedimiento análogo se encuentra en la sección central de Près du Ruisseau, Op. 16,
en donde se producen tres modulaciones sucesivas a distancia de tercera mayor, desde
Sol bemol a Si bemol y finalmente a Re (cc. 88-91).
399
Rogelio Álvarez Meneses
En el tercer movimiento del Concerto pour piano avec accom- 151. Barcarolle, Op. 37, No. 1. (New
York, Jos. W. Stern, 1908). Inicio de
pagnement d’orchestre, Op. 22, Polonaise, también se encuentran di- sección A: a1 (cc. 1-4), a2 (cc. 5-8) e
ferentes regiones cuyo centro tonal describe la triada del acorde au- inicio de a3 (c. 9), cc. 1-9.
mentado desde la nota la (tonalidad principal de la obra), esto es, La
mayor – Do sostenido mayor – Mi sostenido mayor (enharmoniza-
do Fa mayor). En la coda el tema principal es alternado entre la or-
questa y el piano, modulando sin preparación entre las tonalidades
mencionadas para finalmente realizar una nueva modulación a dis-
tancia de tercera mayor, recuperando así la tonalidad principal (La
– Do# - Fa [Mi#] – La):
400
Capítulo 4 | Características musicales
152. Concerto pour piano avec accom- De igual manera es posible que las modulaciones a distan-
pagnement d’orchestre, Op. 22: III.
Polonaise, Allegro moderato. (Leipzig,
cia de tercera mayor no se realicen necesariamente en sentido ascen-
Friedrich Hofmeister, 1906). Tercer dente como en los casos anteriores. En Fileuse, Op. 43 el proceso es
movimiento, Allegro moderato, cc. descendente, modulando de La mayor (cc. 43-50) a Fa mayor (cc.
181-186.
51 y ss.) y por último a Re bemol mayor (cc. 83 y ss.).
Con respecto a los procesos modulantes por terceras mayo-
res, citamos finalmente la cuarta pieza de los Six Préludes, Op. 15,
No. 4: Sérénade. En la sección A’ se parte de la tonalidad principal,
Si bemol mayor, para pasar al III, Re mayor y luego al III/III, esto
es Fa sostenido mayor (enharmonizado Sol bemol mayor). Un nue-
vo salto de tercera desde este último acorde propiciará la recupera-
ción de la tonalidad original.
También se ha detectado el empleo de resoluciones armóni-
cas no convencionales, lo cual significa una ampliación de las po-
401
Rogelio Álvarez Meneses
402
Capítulo 4 | Características musicales
153. Six Préludes, Op. 15, No. 2: Noc- La exploración de las múltiples opciones modulantes del
turne. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, acorde disminuido con séptima disminuida la encontramos en pie-
1903). Sección B (b1, cc. 15-20; b2,
cc. 21-26), cc. 15-26. zas como la sexta de las ocho Improvisaciones, Op. 29, danza en Fa
sostenido mayor. Hacia el final de la sección B se da la modulación
al VI grado enharmonizado (Mi bemol mayor) y para recuperar la
tonalidad original en el c. 29, Castro recurre al acorde #IVdis7 que
resuelve a I6/4:
403
Rogelio Álvarez Meneses
La modulación a regiones tonales a distancia de tritono es 154. Improvisaciones, Op. 29, No. 6:
un procedimiento de relativa frecuencia. Como ya lo ha señalado Moderato. (México, Wagner y Levién,
Sucs., 1907). Modulación del VI al I
Almazán, en la primera de las Deux mazurkas pour piano, Op. 3 por medio del acorde disminuido con
[No. 1, Nerveux en Mi bemol menor y No. 2, Gracieux en Mi me- séptima (c. 30), cc. 23-32.
nor], se observa cómo “a lo largo de toda la obra va a existir una re-
lación muy importante entre la tonalidad inicial [Mi bemol me-
nor] y la tonalidad de La mayor”.54 Se trata de una obra temprana
(a. 1889). Las relaciones tonales a distancia de tritono son más fre-
cuentes en obras del último periodo. En la Tarantella, Op. 24, No.
2 (1905), el intervalo de quinta disminuida (Sol# - Re) está presen-
te ya desde la introducción. El tritono será un elemento recurren-
te en toda la obra:
54
Almazán, J., op. cit., pp. 28-29.
404
Capítulo 4 | Características musicales
155. Deux morceaux de concert, Op. 24, No. 2: Tarantella. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1905), cc. 1-12.
156. Deux morceaux de concert, Op. 24, En la Première Polonaise Castro realiza una modulación a la
No. 2: Tarantella. (Leipzig, Friedrich tonalidad antipódica (de La bemol mayor a Re mayor) entre las sec-
Hofmeister, 1905), cc. 220-224.
ciones A y B, en la cual el compositor asciende cromáticamente la
tónica anterior (La bemol – La natural) para convertirla en la domi-
nante de la nueva tonalidad (Re mayor), tanto en el bajo como en
la melodía de la mano derecha:55
55
Una obra próxima a la Première Polonaise es precisamente la Deuxième Polonaise, obra
póstuma también publicada por Enrique Munguía en 1911 en cuya parte central se
produce la relación La mayor – Mi bemol mayor.
405
Rogelio Álvarez Meneses
Abundando en las relaciones tonales a distancia de tritono, 157. Première Polonaise, Op. posth.
merece especial atención el Concerto pour piano avec accompagne- (México, Enrique Munguía, 1911).
ment d’orchestre, Op. 22. Como se ha señalado, la totalidad de te- Final de sección A e inicio de B: modu-
lación de La bemol mayor a Re mayor,
mas de esta obra provienen de dos motivos generadores a su vez cc. 44-50.
muy vinculados entre sí precisamente por el uso de la relación del
tritono:
• El primer motivo generador es un pentacordo ascendente cu-
yas notas extremas se encuentran a distancia de tritono (Re
sostenido – La).
158. Concerto pour piano avec accom- Finalmente mencionamos un procedimiento modulante
pagnement d’orchestre, Op. 22. (Leipzig,
Friedrich Hofmeister, 1906). Introduc- más sencillo que los anteriores, pero muy habitual en la obra de
ción, cc. 1-8. Castro: la modulación por nota común. Un ejemplo muy ilustrati-
159. Laendler, Op. 12, No. 1. (París, vo se observa en Laendler, Op. 12, No. 1: la parte central concluye
H. Lemoine, 1903). Finalización de B y en la tonalidad principal de la obra, Mi mayor, y la recapitulación
recapitulación de A en el VI descendido de A se realiza en Do mayor (VI descendido). Llegado a este punto,
de Mi mayor (Do mayor); modulación
por medio de nota común tenida en el compositor mantiene tenida la nota común que hace las veces de
la voz superior (cc. 56-57), cc. 53-61. pivote entre ambas tonalidades:
407
Rogelio Álvarez Meneses
En la Deuxième Polonaise, Op. posth. en Mi mayor con for- 160. Los campos, Op.16. (México,
Wagner y Levién, 1886). Final de a2
ma ABACDA’BA’’, la sección D concluye en La bemol mayor (III
(cc. 25-27) e inicio de B en el VI grado
enharmonizado); para recuperar la tonalidad original, Castro reali- descendido de la tonalidad original,
za el mismo procedimiento de los casos anteriores: volviendo a en- modulando por nota común enharmo-
nizada (cc. 28 y ss.), cc. 25-28.
harmonizar la tónica de llegada, la convierte en la tercera del acor-
de de Mi mayor:
56
L’Abeille de la Nouvelle-Orléans. Nueva Orleans, 10 de marzo de 1885.
57
El Nacional. México, 18 de mayo de 1890.
408
Capítulo 4 | Características musicales
Si bien es un hecho que 1894, de nuevo en los Estados Unidos, la prensa neoyorkina calificó
los críticos coinciden en la interpretación de Castro como “extremadamente enérgica y apa-
sionada” y su mecanismo “absolutamente perfecto”.58
reconocer la capacidad
Las crónicas publicadas a raíz de los tres conciertos pactados
técnica de Castro, consi- con el periódico El Imparcial en 1902 dieron cuenta del grado de
dero que la depurada es- depuración técnica alcanzado por Castro. Desde las columnas de La
critura de sus propias Iberia, el crítico español Alfonso Viñas consignó que el intérprete
composiciones representa “lo reúne todo: elegancia suprema, limpieza extraordinaria, meca-
la evidencia definitiva de nismo perfecto, precisión absoluta”.59 En la misma línea se encuen-
tra el comentario publicado en El Tiempo, que describe el desenvol-
su nivel pianístico.
vimiento técnico del pianista:
El mecanismo lo domina llegando a un alto grado de perfección
en punto a soltura y vigor de la mano. Sus fuertes, sobre todo, son ma-
gistrales, y fue con lo que mayor éxito obtuvo. En la interpretación de
las piezas, parece ajustarse estrictamente a lo que el papel le demanda; es
un lector fidelísimo [...].60
58
“An Eminent Pianist”. The New York Daily Tribune. New York, 28 de enero de 1894.
59
Alfonso Viñas. “Notas artísticas. Ricardo Castro”. La Iberia. México, 28 de junio de 1902.
60
“El primer concierto del Sr. Castro”. El Tiempo. México, 29 de junio de 1902.
61
“Le Concert Castro a Anvers”. L’Independance Belge. Bruselas, 31 de diciembre de 1904.
62
“Concert in den Dierentuin”. Gazet van Antwerpen. Volksdagblad. Amberes, 30 de di-
ciembre de 1904.
409
Rogelio Álvarez Meneses
ción de los acompañamientos determinan a su vez cuestiones textu- El gran oficio del pianis-
rales y de planos sonoros. ta compositor queda pa-
Virtuosismo y técnica pianística tente en su concepción y
El gran oficio del pianista compositor queda patente en su con- asimilación de la técnica,
cepción y asimilación de la técnica, puesto que en su propia escri- puesto que en su propia
tura aparecen constantemente recursos que favorecen la resolución escritura aparecen cons-
de los pasajes virtuosísticos: distribución de figuraciones rápidas en tantemente recursos que
ambas manos, uso de notas que actúan como apoyo para el cambio favorecen la resolución de
de posición de la mano en arpegios (cuidando especialmente el paso
los pasajes virtuosísticos.
de pulgar), acentuación de determinadas notas para afianzar rítmi-
camente el pasaje, cruces de manos y, en general, abundantes e ima-
ginativos diseños pianísticos cuya ejecución se amolda naturalmen-
te a la posición de la mano.
La obra de Castro ofrece una ingente cantidad de ejemplos
al respecto. En primera instancia recurriremos específicamente al
Caprice-Valse, Op. 1, no sólo por tratarse de la obra para piano más
difundida incluso en vida del compositor, sino porque cuando fue
editada en 1901, Castro ya atisbaba el impacto que tendría. La pri-
mera alusión de la pieza data de 1894 y desde 1898 fueron numero-
sas las referencias a su interpretación siempre con buena recepción
por parte del público, con lo que su popularidad fue en continuo
aumento. Por tanto, el autor sabía que la partitura impresa llegaría a
manos de pianistas de diversas clases. Lejos de optar por una escritu-
ra menos comprometida —y con ello degradar la calidad de la fac-
tura pianística—, Castro se enfoca a escribir los pasajes virtuosos de
manera clara y específica, buscando lograr en todo momento, como
apunta Miranda, una escritura “solvente, idónea y de una compleji-
dad que guarda la propia llave de su solución”.63 Para ilustrar lo an-
terior, comentamos a detalle algunos aspectos pianísticos de la ver-
sión para piano solo del Caprice-Valse, Op. 1.64
La introducción, de corte virtuosístico y cercano a la impro-
visación, comienza con un acorde de dominante en estado funda-
mental después del cual se realiza una serie de arpegios descenden-
tes repartidos en ambas manos. Nótese cómo Castro, al final del c.
2, asigna las dos últimas semicorcheas a la mano derecha buscando
preparar el ataque del siguiente acorde, que da inicio a la repetición
del mismo pasaje una octava más grave:
63
Miranda, R., op. cit., p. 14.
64
Recurrimos precisamente a la versión para piano solo debido a que en las versiones para
dos pianos y para piano y orquesta, ciertos pasajes no son realizados por el piano principal,
sino que han sido trasladados al acompañamiento, con lo que se modifica la parte solista.
410
Capítulo 4 | Características musicales
162. Caprice-Valse, Op. 1. (Leipzig, En el inicio del vals (cc. 7 y ss.), la disposición señalada por
Friedrich Hofmeister, 1901), cc. 1-5.
el compositor propicia que la mano permanezca quieta, sin apenas
cambiar de posición. A su vez, la posición de la mano permite reali-
zar y mantener el tenuto indicado mientras los otros dedos tocan las
notas restantes. Es un pasaje de gran fluidez y ligereza que, al estar
convenientemente repartido entre ambas manos, permite incluso a
las manos pequeñas alcanzar cómodamente todas las notas:
411
Rogelio Álvarez Meneses
412
Capítulo 4 | Características musicales
165. Caprice-Valse, Op. 1. (Leipzig, Hacia el final de la misma sección se tiene un rápido ascen-
Friedrich Hofmeister, 1901), cc. 37-52.
so que, al estar igualmente repartido entre ambas manos, afianza
rítmicamente el pasaje y favorece la velocidad (cc. 66-70). La cul-
minación está en el Fa sostenido sobreagudo que, al ser tocado por
la mano izquierda, bien podría ser atacado de manera más incisiva
usando los dedos 2 y 3, logrando el ff en dicha nota:
166. Caprice-Valse, Op. 1. (Leipzig, La distribución del pasaje de los cc. 108 y 114 entre ambas
Friedrich Hofmeister, 1901), cc. 66-70. manos facilita su realización. Concretamente en el cc. 114, la par-
te de la mano derecha puede tocarse con los dedos 1-5-1-2, mien-
tras que las notas de la izquierda con los dedos 1-3-5, con lo que se
logra un toque más preciso y brillante, como lo pide el compositor:
413
Rogelio Álvarez Meneses
Hacia el final de la coda encontramos otro pasaje notable 167. Caprice-Valse, Op. 1. (Leipzig,
en el que el empleo de las dos manos, según la indicación del com- Friedrich Hofmeister, 1901), cc. 108-
114.
positor, resulta fundamental para su ejecución. A partir del c. 300
(Vivo) se produce un poderoso ascenso que desde el grave reco-
rre toda la extensión del teclado. La indicación martellato requiere
el ataque de antebrazo alternado entre ambas manos. Como puede
verse, es un pasaje que demanda simultáneamente velocidad, fuer- 168. Caprice-Valse, Op. 1. (Leipzig,
Friedrich Hofmeister, 1901), cc. 296-
za y precisión: 312.
414
Capítulo 4 | Características musicales
169. Caprice-Valse, Op. 1. (Leipzig, Más allá del Caprice-Valse, Op. 1, la obra de Castro es pro-
Friedrich Hofmeister, 1901), cc. 156-
166. fusa en ejemplos de determinadas figuraciones realizadas por ambas
manos para facilitar su ejecución y lograr diferentes efectos. Cita-
mos el último de los Six Préludes pour piano, Op. 15, No. 6, Étude,
así como el primero de los Deux études de concert, Op. 20, No. 1 en
Fa sostenido menor. En ambos casos se trata de piezas con un movi-
miento rápido en donde el empleo de las dos manos ayuda a man-
tener la regularidad en el pasaje:
415
Rogelio Álvarez Meneses
170. Six Préludes, Op. 15, No. 6: Étude. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1903), cc. 1-7.
Con respecto a fórmulas que implican cambios de posición 171. Deux études de concert pour piano,
de la mano, encontramos que el empleo de estas figuraciones siem- Op. 20, No. 1. (París, J. Hamelle,
1904), cc. 1-2.
pre está escrito de tal manera que el paso del pulgar resulte cómodo
y poco comprometido a la vez, como en los cc. 75-80 de la Ballade
pour piano, Op. 5, en donde el mismo diseño se despliega rápida-
mente en un ámbito de dos octavas:
416
Capítulo 4 | Características musicales
1.
2.
3.
172. Ballade en Sol mineur, Op. 5. En el inicio del segundo de los Deux études de concert, Op.
(Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1892),
cc. 75-80.
20, el pulgar actúa como pivote y genera un cambio de posición que
otorga direccionalidad a la mano y afianza el acorde siguiente:
173. Deux études de concert pour piano, Op. 20, No. 2. (París, J. Hamelle, 1904), cc. 1-5.
417
Rogelio Álvarez Meneses
Conducción melódica
En general, la escritura pianística de Castro propicia el realce de la
línea melódica, utilizando diversos recursos para destacarla. Si bien
el compositor explora un amplio espectro del teclado en sus obras,
por lo general la melodía canta principalmente en el registro central
y en la zona aguda.65 Una sucinta clasificación de las melodías nos
llevaría a establecer tres tipos bien diferenciados:
1. Melodías de naturaleza vocal.
2. Melodías de carácter instrumental.
3. Melodía resultante.
Melodías de naturaleza vocal. Son relativamente abundantes
y en la mayoría de las ocasiones la disposición se corresponde pre-
cisamente con la textura de melodía acompañada. Un ejemplo ilus-
trativo se encuentra en la sección A del Valse Mélancolique, Op. 36,
174. Valse Mélancolique, Op. 36, No.
No. 2, cuya melodía de carácter vocal es realizada por la mano de- 2. (New York, Jos. W. Stern & Co.,
recha: 1908), cc. 1-6.
No es casualidad que uno de los aspectos más destacados, por los críticos que presenciaron
65
175. Six Préludes, Op. 15, No. 1: Feuille Melodías de carácter instrumental. Son frecuentes las piezas
d’Album. (Leipzig, Friedrich Hofmeis-
ter, 1903), cc. 1-4.
cuyos diseños melódicos muestran una elaboración claramente ins-
trumental, con un perfil que en todo momento el oyente registra
como la melodía, pero que no llega a ser cantable, ya sea por su ca-
rácter, velocidad o cambios de registro. En palabras de Miranda se
trata de una filigrana pianística, una “caprichosa línea cuyo perfil se
rehúsa a ser fijado del todo”.66 Carmona señala que “Castro sensua-
lizó la música al estilizar las líneas mediante un airoso y elegante di-
bujo melódico, más ornamental que motívico”.67 El ejemplo para-
digmático es nuevamente el tema inicial del Caprice-Valse, Op. 1,
obra sobre la que Romero Franco comenta:
Más que un preciosismo propio del dieciochista estilo rococó, el
Caprice-Valse emana otra atmósfera: la del art noveau y paralelamente la
de las artes decorativas, cuando los artistas relegan el contenido para dar
importancia primordial al ornamento: línea y color.68
66
Miranda, R., op. cit., p. 20.
67
Carmona, G., op. cit., p. 18.
68
Romero Franco, María Angélica. “La música para piano de Ricardo Castro”. Tesis de
licenciatura. Director: Luis Mayagoitia-Vásquez. Universidad Nacional Autónoma de
México, Escuela Nacional de Música, México, 1984, p. 67.
419
Rogelio Álvarez Meneses
176. Fileuse, Op. 43. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908), cc. 1-8.
Melodía resultante. Existen casos en los que la melodía per- 177. Valse amoureuse, Op. 31, No. 2.
cibida el oyente no es exactamente la línea escrita, en la partitura, (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908),
cc. 1-13.
como voz principal, sino una melodía resultante que el oído regis-
tra a partir de fusionar dos voces distintas. Un caso muy ilustrativo
es inicio del tema del Valse Caressante, en donde la nota del tercer
tiempo en la voz de contralto se integra perfectamente al diseño me-
lódico resultante, incluso sin haber cruzamiento de voces. (cc. 1-7):
420
Capítulo 4 | Características musicales
178. Valse Caressante. (México, Otto y En este apartado podrían tener cabida los diseños melódicos
Arzoz, 1907), cc. 1-13.
generados a partir de sucesiones de acordes, como en el inicio de la
Sarabande de la Suite pour piano, Op. 18. Otro ejemplo es la parte
central del Impromptu, Op. 41:
179. Suite pour piano, Op. 18: Sarabande. (París, J. Hamelle, 1904), cc. 1-4.
421
Rogelio Álvarez Meneses
Recursos para destacar la melodía 180. Impromptu, Op. 41. (New York,
Jos. W. Stern, 1908), cc. 33-42.
El principio de la adecuada conducción de una línea melódica en
el piano tiene un fundamento tanto técnico como corporal. Es un
proceso en el cual no solamente intervienen los dedos sino también
el movimiento y la posición de la mano para que por medio de la
distribución del peso se logre una melodía bien timbrada y mante-
ner el legato.
El recurso más elemental para realzar una melodía es ubi-
carla precisamente en la voz superior, al mismo tiempo que se arro-
pa con un patrón de acompañamiento que contribuya a destacarla.
Es el caso del tercero de los Six Préludes pour piano, Op. 15, No. 3,
Rêve, pieza con una diáfanta textura de melodía acompañada. En
el inicio del tema, el legato de la melodía es realizado por los dedos
3, 4 y 5, mientras que la repetición del mismo acorde en el acom-
pañamiento genera una sonoridad muy sutil al conservar la misma
posición de la mano y mantener el contacto con la tecla, sin ape-
nas percutirla:
422
Capítulo 4 | Características musicales
181. Six Préludes pour piano, Op. 15, La presentación de una melodía en tiempo fuerte con un
No. 3, Rêve. (Leipzig, Friedrich Hof-
meister, 1903), cc. 1-8.
acompañamiento acéfalo o sincopado también ayuda a realzarla na-
turalmente. Este procedimiento se encuentra con relativa frecuencia
en obras como el Chant d’amour, donde la melodía tiene un acom-
pañamiento arpegiado acéfalo que favorece su sonoridad:
182. Chant d’amour. (México, A. Wagner y Levién, Sucs., 1902), cc. 27-32.
423
Rogelio Álvarez Meneses
En el primero de los Trois pensées musicales, Op. 8, No. 1, 183. Liszt: Nocturno, S. 541/3. [Sueño
de Amor, Liebestraum No. 3]. (Leipzig,
Appassionato, observamos como la melodía también es presentada C. F. Peters, 1917), cc. 26-31.
con un acompañamiento acéfalo en la misma mano derecha, lo que
permite timbrar la voz superior y realizar cómodamente el legato.
Otras piezas, como Ilusión, Op. 37 y la sección B del Caprice de la
Suite, Op. 18, presentan procedimientos análogos a los anteriores.
Las obras con textura de melodía acompañada son mayoría.
Algunos ejemplos relevantes los encontramos en los Nocturnos Opp.
48 y 49, la Romance, Op. 31, No. 1, el Souvenir, Op. 9:
185. Romance, Op. 31, No. 1. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908), cc. 1-3.
186. Souvenir, Op. 9. (México, edición En la primera de las Dos danzas (No. 1, Moderato, en La
privada propiedad del autor, h. 1882), menor), publicadas de manera póstuma por Jos. W. Stern en 1908,
cc. 12-16. la melodía y el acompañamiento son realizados simultáneamente
por la mano derecha. La disposición de la melodía permite que ésta
destaque naturalmente: al realizar el legato indicado se crea una ten-
sión en los dedos 4 y 5 mientras que los restantes, encargados de to-
car el acompañamiento, se mantienen relajados por lo que su toque
es más sutil. De esta manera es posible lograr una adecuada entre
ambos planos sonoros:
425
Rogelio Álvarez Meneses
Una curiosa manera de destacar la melodía la encontramos 188. Six Préludes pour piano, Op. 15,
en el tema principal del Laendler, Op. 12, No. 1. Se trata de un pa- No. 4, Sérénade. (Leipzig, Friedrich
Hofmeister, 1903), cc. 34-38.
saje que bien podría interpretarse con una sola mano, sin embargo,
Castro señala expresamente un cruce de manos para recalcar la me-
lodía; el primer clímax melódico de la frase también es realzado por
la indicación del arpegio:
189. Laendler, Op. 12, No. 1. (París, H. Lemoine, 1903), cc. 1-9.
426
Capítulo 4 | Características musicales
190. Henselt: Estudio No. 6: Si j’étais El uso de la octava en el registro medio agudo constituye un
oiseau à toi je volerais de Douze études recurso frecuente para realzar la línea melódica. En el tema secun-
caractéristiques pour piano, Op. 2. (Lei-
pzig, Breitkopf & Härtel, 1880). dario de la Berceuse, Op.36, No. 1, la melodía es presentada en el re-
gistro medio agudo en octavas, interpolando acordes solamente en
las partes fuertes del compás, lo cual favorece la realización del lega-
to indicado y destaca la propia melodía:
70
Castro tocó el mencionado estudio de Henselt en un concierto de beneficiencia el 7 de
agosto de 1888 en el Teatro Nacional.
427
Rogelio Álvarez Meneses
En Norma. Fantaisie de concert pour piano sur des motifs de 191. Berceuse, Op. 36, No. 1, (New
l’Opera de Bellini, Op. 8, la melodía del coro ‘Dell’aura tua pro- York, Jos. W. Stern, 1908), cc. 9-14.
fetica’ es presentada en octavas con acordes repetidos en la misma
mano, figuración que al mismo tiempo permite destacar la línea
melódica y aumentar la sonoridad del pasaje gracias al pedal de re-
sonancia y a la repetición del acorde:
192. Norma. Fantaisie de concert pour piano sur des motifs de l’Opera de Bellini, Op. 8 (México, A. Wagner y Levién, 1885), cc. 105-108.
428
Capítulo 4 | Características musicales
429
Rogelio Álvarez Meneses
Acompañamientos bajo-acorde
Es un patrón recurrente que puede encontrarse en obras como Ber-
ceuse, Op. 36, No. 1, Norma. Fantaisie de concert pour piano sur des
motifs de l’Opera de Bellini, Op. 8, Primer nocturno en Si menor para
piano, Op. 48 y Segundo nocturno en Fa sostenido menor para pia-
no, Op. 49.
En contraste, en el ámbito de las obras para canto y piano 195. Himno Nacional Mexicano trans-
este tipo de acompañamiento aparece con mucha mayor frecuencia. crito para piano por Ricardo Castro.
(México, A. Wagner y Levién, h. 1885),
Es el caso de Je dois te fuir!, Les larmes, Ave Maria, Premier Chagrin cc. 122-128.
y Je veux t’oublier:
430
Capítulo 4 | Características musicales
431
Rogelio Álvarez Meneses
Acompañamientos realizados a partir de desdoblamientos 198. Je veux t’oublier. (New York, Jos. W.
Stern & Co., 1909), cc. 7-16.
del acorde
Nos referimos a acordes quebrados y a la presentación del mismo en
diferentes posiciones. En el ya citado Laendler, Op. 12, No. 1, por
ejemplo, la mano derecha realiza tanto la melodía como un acom-
pañamiento de acordes quebrados. En el inicio del Nocturne de los
Six Préludes pour piano, Op. 18, No. 5, se observa como la tónica es
199. Six Préludes, Op. 15, No. 5: Noc-
desdoblada en un diseño mixto que presenta arpegiación y acordes: turne. (Leipzig, Friedrich Hofmeister,
1903), cc. 1-5.
432
Capítulo 4 | Características musicales
200. Aires Nacionales Mexicanos. Ca- El mismo patrón se encuentra también en la parte central
pricho brillante para piano, Op. 10. de Souvenir, Op. 9 (cc. 37-49), donde las inversiones del acorde se
(México, A. Wagner y Levién, Sucs., h.
1886), cc. 26-35. suceden en sentido ondulante de manera análoga a un acompaña-
miento belcantístico:
201. Souvenir, Op. 9. (México, edición Acompañamientos derivados de la figura del arpegio
privada propiedad del autor, h. 1882),
cc. 45-49. Son figuraciones recurrentes en la obra de Castro. A juicio de Váz-
quez Montano, entre los compositores mexicanos del siglo xix, “fue
Castro quien mejor trabajó la escritura del arpegio [al ser] el más
433
Rogelio Álvarez Meneses
202. Norma. Fantaisie de concert pour piano sur des motifs de l’Opera de Bellini, Op. 8. (México, A. Wagner y Levién, Sucs., h. 1885), cc. 30-31.
Otras piezas con acompañamientos basados principalmen- 203. Los campos, Op.16. (México, Wag-
te en la figura del arpegio son Chant d’amour (arpegios simultáneos ner y Levién, 1886), cc. 38-40.
en ambas manos, cc. 27-32), la segunda de las Deux chants sans pa-
roles, la Mélodie pour Violon avec accompagnement de Piano, Op. 35
(arpegios repartidos en ambas manos sin paso de pulgar) o la Ro-
mance, Op. 31, No. 1 (arpegios en mano izquierda sin paso de pul-
gar, cc. 33 y ss.):
71
Vázquez Montano, Miriam Laura. “El modernismo en la obra para piano de Castro,
Elorduy y Villanueva”. Tesis de maestría. Xalapa, Universidad Veracruzana, 2006, p. 52.
434
Capítulo 4 | Características musicales
204. Deux chants sans paroles [No. 2]. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1909), cc. 1-4.
205. Mélodie pour Violon avec accompagnement de Piano, Op. 35. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908), cc. 1-3.
206. Romance, Op. 31, No. 1. (Leipzig, En otras obras se encuentran patrones de acompañamien-
Friedrich Hofmeister, 1908), cc. 33-35. to en donde la amplitud del arpegio demanda paso de pulgar y un
cambio de posición en la mano más o menos comprometido. Algu-
nos ejemplos para demostrar lo anterior se pueden encontrar en la
parte central de Plainte, Op. 38, No. 2 y el Valse-Impromptu, Op. 17
(cc. 1-6, acompañamiento arpegiado; cc. 149-160, arpegio grande):
435
Rogelio Álvarez Meneses
207. Plainte, Op. 38, No. 2. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908), cc. 17-20.
208. Valse-Impromptu, Op. 17. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1904), cc. 1-6.
209. Valse-Impromptu, Op. 17. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1904), cc. 149-160.
436
Capítulo 4 | Características musicales
72
Nos referimos específicamente a los valses de concierto, por lo que exceptuamos el con-
junto de cinco valses lentos publicados en 1909 por Jos. W. Stern bajo el título Soirées
mondaines. Cinq valses légères, en donde abundan secciones cuyo acompañamiento
consiste en la fórmula arquetípica del vals de salón bailable. Como hemos mencionado,
estas piezas están más próximas al mundo del pianista aficionado que al del concertista.
Ricardo Miranda establece una clara división del repertorio pianístico mexicano del siglo
XIX: Música de baile, música de salón y piezas de concierto. Esta clasificación responde
tanto a aspectos prácticos como técnicos de la propia música. Véase: Miranda, Ricardo.
“Identidad y cultura musical en el siglo XIX” en La música en los siglos XIX y XX. Ricar-
do Miranda y Aurelio Tello (coords.). México: Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes, 2013, pp. 41-57.
437
Rogelio Álvarez Meneses
En el segundo de los Six Préludes pour piano, Op. 15, No. 2, 211. Berceuse, Op. 26, No. 2. (Leipzig,
Friedrich Hofmeister, 1906), cc. 1-6.
Barcarole, el acompañamiento combina en el mismo compás, una
figuración arpegiada ascendente con acordes en la segunda mitad:
El Valse-Rêveuse, Op. 19, es un interesante ejemplo de in- 212. Six Préludes, Op. 15, No. 2:
terpolación de distintas texturas de acompañamiento: en un primer Ba r c a r o l e . ( L e i p z i g , Fr i e d r i c h
Hofmeister, 1903), cc. 1-5.
momento realizado de manera sencilla a partir del arpegio de tóni-
ca, posteriormente derivará en patrones de mayor complejidad. En
el primer movimiento, Prélude, de la Suite pour piano, Op. 18, en-
438
Capítulo 4 | Características musicales
213. Suite pour piano, Op. 18: Prélude. Otro ejemplo de acompañamiento con textura mixta se en-
(París, J. Hamelle, 1904), cc. 1-11. cuentra en Menuet à Ninon, Op. 32, donde existen figuraciones de
acorde-bajo, notas repetidas a distancia de octava y arpegiación:
439
Rogelio Álvarez Meneses
En la obra para canto y piano la realización del acompaña- 214. Menuet à Ninon, Op. 32. (Leipzig,
miento mantiene una estrecha relación con el sentido expresivo del Friedrich Hofmeister, 1908), cc. 19-32.
texto. Requiere especial mención una de las creaciones más avanza-
das de Castro: Je veux t’oublier, pieza de gran refinamiento y belleza
donde la variedad del acompañamiento resulta notable. Castro uti-
liza una amplia gama de diseños en la parte pianística: acordes pla-
cados, acordes repetidos en diferentes registros, figuraciones deriva-
das del arpegio, acordes quebrados y pasajes escalísticos:
215. Je veux t’oublier. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1909), cc. 1-4: acordes placados.
440
Capítulo 4 | Características musicales
216. Je veux t’oublier. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1909), cc. 7-11: acordes repetidos en el registro central.
217. Je veux t’oublier. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1909), cc. 16-21: figuraciones derivadas del arpeggio.
441
Rogelio Álvarez Meneses
218. Je veux t’oublier. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1909), cc. 31 y 32, interpolación de arpeggios y acordes.
Finalmente mencionamos el caso de ciertas obras en las que 219. Je veux t’oublier. (New York, Jos. W.
Stern & Co., 1909), cc. 43-46, acordes
la delimitación entre melodía y acompañamiento llega a tornarse quebrados.
difusa, como en el Impromptu, Op. 41, donde el perfil del diseño
melódico es muy similar al del acompañamiento (cc. 1-7),73 el mul-
73
Respecto a esta obra, Vázquez Montano señala: “en la renovación del lenguaje musical,
la figura del arpegio ya no estaba subordinada a tener únicamente la función de acom-
pañamiento de una línea melódica, más bien los compositores de la época modernista
442
Capítulo 4 | Características musicales
220. Valse capricieuse. (New York, Jos. Acompañamientos con presencia de una línea melódica
W. Stern & Co., 1909), cc. 1-5.
propia
Es un patrón infrecuente. Es el caso de la quinta variación del Thè-
me Varié, Op. 47, Moderato molto espressivo e doloroso, en donde
221. Thème Varié, Op. 47. (New York, la mano izquierda presenta un diseño tremolante escrito en el cual
Jos. W. Stern & Co., 1908), Var. V, el pulgar dibuja un perfil descendente mientras la mano derecha
Moderato molto espressivo e doloroso,
cc. 1-4. realiza la melodía principal:
experimentaron de tal forma con los acordes en forma de arpegio que éste llegó a ocupar
el papel principal al dibujar la melodía” (Vázquez Montano, M., op. cit., p. 55).
443
Rogelio Álvarez Meneses
La disposición textural del Andante del Op. 22 es deudora 222. Concerto pour piano avec accompag-
del sexto de los Douze grandes études de concert en quatre livres for- nement d’orchestre, Op. 22: II. Andante.
mant l’Ecole moderne du pianoforte, Op. 12 (1861) de Louis Brassin. (Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906).
[Parte de piano solista], cc. 6-11.
Castro conocía esta serie de estudios desde 1902, cuando interpre-
tó la transcripción de la Mazurka Op. 33, No. 2 de Chopin, arreglo
de Brassin que forma parte de su Op. 12:
444
Capítulo 4 | Características musicales
223. Douze grandes études de concert En el Valse Rêveuse, Op. 19 observamos cómo los floreos rea-
en quatre livres formant l’Ecole moderne
du pianoforte, Op. 12, No. 6 en Fa
lizados sobre las notas de los acordes de tónica y de dominante en
sostenido mayor (Maguncia, Schott’s la mano izquierda confieren al acompañamiento un cierto carácter
Söhne, 1904). melódico:
74
Esta obra bien podría interpretarse como pieza para piano solo sin mayor problema, a la 226. Je t’aime. (New York, Jos. W. Stern
manera de una canción sin palabras. De hecho, es posible encontrar ciertas similitudes & Co., 1909), cc. 1-4.
entre la parte pianística de Je t’aime y algunos lieder ohne worte de Mendelssohn. Véanse
las primeras piezas de las colecciones de los Opp. 19 (Mi mayor), 38 (Mi bemol mayor),
53 (La bemol mayor) u 85 (Fa mayor).
446
Capítulo 4 | Características musicales
228. Suite pour piano, Op. 18: Caprice. (París, J. Hamelle, 1904), cc. 1-9.
447
Rogelio Álvarez Meneses
En Fileuse, Op. 43, pieza con una incesante figuración de se- 229. Suite pour piano, Op. 18: Caprice.
micorcheas, se observa que además de un ataque de dedos contro- (París, J. Hamelle, 1904), cc. 25-29.
lado, es necesario conservar la muñeca flexible para facilitar el paso
de pulgar y que todo el pasaje se mantenga preciso y uniforme (cc.
1-8):
La tercera variación del Thème Varié, Op. 47 consiste en un 230. Fileuse, Op. 43. (New York, Jos.
breve estudio de octavas cuya ejecución también requiere flexibili- W. Stern & Co., 1908), cc. 1-8.
dad en la muñeca y precisión en el ataque (cc. 1-3):
231. Thème Varié, Op. 47. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908), Var. III, cc. 1-3.
448
Capítulo 4 | Características musicales
Por otro lado, abundan los pasajes que demandan una so-
noridad más potente y un toque brillante, generalmente por medio
de una mayor profundidad en la pulsación y con una disposición
rítmica que propicie un ataque desde el antebrazo —naturalmen-
te más incisivo—, lo que deriva precisamente en mayor sonoridad y
brillantez. Dentro del citado Thème Varié, Op. 47, se puede ilustrar
lo anterior con el inicio de la segunda variación, Enérgico (cc. 1-6)
o la última, Alla Polacca (cc. 1-5):
232. Thème Varié, Op. 47. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908), Var. II, Enérgico, cc. 1-6.
233. Thème Varié, Op. 47. (New York, Un ejemplo similar al anterior es la parte central del Val-
Jos. W. Stern & Co., 1908), Alla Po- se Capricieuse, con un pasaje de acordes repercutidos en el registro
lacca, cc. 1-5.
agudo con sentido ascendente, mientras que el bajo sigue un movi-
miento descendente por grados conjuntos. La ampliación del regis-
tro hacia los extremos y el ataque de antebrazo en los acordes gene-
ran un espectro de gran sonoridad. (cc. 116-121).
449
Rogelio Álvarez Meneses
Procedimientos análogos se encuentran en la juvenil Balla- 234. Valse capricieuse. (New York, Jos.
W. Stern & Co., 1909), cc. 116-121.
de pour piano, Op. 5 y en la introducción de Polonaise, Op. 11 (cc.
1-9). En la coda de Norma. Fantaisie de concert pour piano sur des
motifs de l’Opera de Bellini, Op. 8, Castro presenta otra figuración
de gran efecto sonoro: arpegios en octavas en ambas manos, lo que
nuevamente exige un ataque de antebrazo (c. 123-128):
450
Capítulo 4 | Características musicales
75
Chiantore, Lucca. Historia de la técnica pianística. Madrid, Alianza Editorial, 2001, p. 283.
76
Ibíd., p. 287.
451
Rogelio Álvarez Meneses
En Rigoletto. Trascrizione Elegante para piano-forte sur mi- 236. Thalberg: Fantaisie sur l’opéra Moïse
gliori motivi dell’opera di Verdi, Op. 1, Castro utiliza una disposi- de Rossini, Op. 33 (Leipzig, Breitkopf
& Härtel, 1857).
ción textural muy similar a la obra de Thalberg: melodía y arpegios
rápidos con paso de pulgar en el registro agudo en la mano derecha
y acompañamiento y bajo en las partes fuertes del compás en la iz-
quierda (cc. 198-200):
452
Capítulo 4 | Características musicales
237. Rigoletto. Trascrizione Elegante para Otro ejemplo notable se tiene en Norma. Fantaisie de con-
piano-forte sur migliori motivi dell’opera cert pour piano sur des motifs de l’Opera de Bellini, Op. 8. En la céle-
di Verdi, Op. 1. (México, A. Wagner y bre Casta diva, Castro reparte la melodía entre ambas manos, mien-
Levién, h. 1885), cc. 198-200.
tras que la mano izquierda realiza el bajo y un acompañamiento ar-
pegiado análogo al de la obra original. Simultáneamente se escucha
una ligera filigrana de trinos y arpegios descendentes en el registro
agudo (cc. 30-33):
453
Rogelio Álvarez Meneses
En la misma obra, concretamente en la sección pertenecien- 238. Norma. Fantaisie de concert pour
piano sur des motifs de l’Opera de Bellini,
te a la frase cantada por el coro ‘Casta diva che inargenti’, la parte Op. 8 (México, A. Wagner y Levién,
coral es presentada en terceras (con la indicación un poco marcato il 1885), cc. 30-33.
canto) con una figuración que despliega el acorde en el registro agu-
do en la misma mano derecha, todo con un acompañamiento con-
sistente en bajo y acordes repetidos (cc. 45-46):
454
Capítulo 4 | Características musicales
239. Norma. Fantaisie de concert pour En los Aires Nacionales Mexicanos, Op. 10 existen algunos
piano sur des motifs de l’Opera de Bellini, ejemplos notables de yuxtaposición de distintos planos sonoros.
Op. 8 (México, A. Wagner y Levién,
1885), cc. 45-46.
Nos referimos a la reelaboración del tema “El payo” (cc. 48 y ss.),
la doble presentación de los temas “El atole” y “El perico” (cc. 101-
111) y su posterior reelaboración en la tónica minorizada (cc. 118
y ss.):77
77
Este procedimiento puede observarse en Union. Paraphrase de Concert on the National airs
Star Splangded Banner, Yankee Doodle & Hail Columbia, Op. 48 (1862) de Gottschalk,
cuya obra conocía Castro desde su etapa estudiantil.
455
Rogelio Álvarez Meneses
240. Aires Nacionales Mexicanos. Capricho brillante para piano, Op. 10. (México, A. Wagner y Levién, Sucs., 1882), cc. 101-111.
456
Capítulo 4 | Características musicales
241. Aires Nacionales Mexicanos. Ca- Una obra cronológicamente posterior a las anteriores es el
pricho brillante para piano, Op. 10. Chant d’amour. El tema principal es recapitulado de manera acor-
(México, A. Wagner y Levién, Sucs.,
1882), cc. 118-123.
dal y se acompaña por un ágil diseño que recorre un ámbito cerca-
no a las cinco octavas desde el grave al agudo, por lo que Castro es-
cribe el pasaje en tres pentagramas, dejando la melodía en el cen-
tro (cc. 86-89):
457
Rogelio Álvarez Meneses
En su última etapa el compositor utilizó este tipo de textura 242. Chant d’amour. (Leipzig, Friedrich
solo eventualmente. En el Valse-Impromptu, Op. 17 (1904), al reca- Hofmeister, 1902), cc. 86-89.
pitularse el tema principal se ha añadido una nueva línea melódica
central distribuida entre ambas manos mientras la izquierda realiza
un acompañamiento arpegiado. Aunque Castro escribe el pasaje en
un sistema de tres pentagramas, es interesante reparar en que, a di-
ferencia de sus obras juveniles, la disposición de varios planos sono-
ros no supone el afán de llegar forzosamente a los registros extremos
del teclado, sino que permanece en una zona central (cc. 201-210):
458
Capítulo 4 | Características musicales
78
Algunos de los Douze études pour piano d’après Clementi, choisies et paraphrases par Ricardo
Castro, Op. 7, fueron interpretados por María Luisa Calderón, Amelia Michel e Isabel
Sandoval y Bros en el examen público de piano realizado el 29 de noviembre de 1899
en la Sala Wagner.
459
Rogelio Álvarez Meneses
244. Douze études pour piano d’après Clementi, choisies et paraphrases par Ricardo Castro, Op. 7, No. 1: Do mayor, Allegro. Estudio para
independencia de los cinco dedos de la mano derecha, sin paso de pulgar.
245. Douze études pour piano d’après Clementi, choisies et paraphrases par Ricardo Castro, Op. 7, No. 3: La menor, Presto. Estudio para
ejercitar los dedos 3, 4 y 5 de la mano derecha con notas tenidas.
246. Douze études pour piano d’après Clementi, choisies et paraphrases par Ricardo Castro, Op. 7, No. 4: Sol menor, Allegro moderato. Pasaje
de los dedos 1 y 2 de la mano izquierda.
247. Douze études pour piano d’après Clementi, choisies et paraphrases par Ricardo Castro, Op. 7, No. 6: Si mayor, Vivace. Figuraciones
mixtas en mano izquierda: arpegio y diseños escalísticos.
460
Capítulo 4 | Características musicales
248. Douze études pour piano d’après Clementi, choisies et paraphrases par Ricardo Castro, Op. 7, No. 8, Mi menor: Vivace. Figuraciones
mixtas en ambas manos: arpegios con paso de pugar y diseños escalísticos, en ambos casos en movimiento contrario.
Por su parte el Caprice-Valse, Op. 1 tiene unas pocas digita- 250. Cadenza pour le premier mouve-
ciones del autor en el tema principal del vals (cc. 7-23). Son indica- ment du Concert I (Sib mayor) de Mo-
ciones escuetas que preparan el ataque del acorde del tiempo fuerte zart. (New York, Jos. W. Stern & Co.,
1909), cc. 1-6.
en los cc. 17 y 19, así como la realización del cambio de posición de
la mano en los arpegios descendentes del c. 21:
463
Rogelio Álvarez Meneses
La escasa presencia de digitaciones permite plantear algu- 253. Mazurka Mélancolique. (New
nas reflexiones al respecto, máxime cuando sabemos que Castro era York, Jos. W. Stern & Co., 1909), cc.
1-18.
sumamente escrupuloso y detallista su escritura. Debe tenerse en
cuenta que Castro era un pianista de técnica absolutamente resuel-
ta, por lo que evidentemente no precisaba de digitaciones para sí
mismo. Igualmente puede inferirse que Castro, al igual que mu-
chos pianistas, pensara que cada intérprete tendría que elaborar sus
propias digitaciones en función de las particularidades de su propia
mano,81 pues es un hecho que no todas las digitaciones resultan úti-
les a todos los pianistas.
En contraste Castro fue muy minucioso con respecto a las
indicaciones de uso del pedal de resonancia. Las obras que carecen
de pedalización son escasas y pertenecen al periodo de juventud82 o
bien son póstumas (como las publicadas en 1908 y 1909 por Jos. W.
Stern de New York y en 1911 por Breitkopf & Härtel de New York,
81
Con la evidente salvedad de aquellas digitaciones expresamente indicadas en las obras
escritas para sus discípulos, como ya se ha mencionado.
82
Algunas obras editadas en vida del compositor que carecen de indicaciones de pedaliza-
ción son: los Nocturnos, Op. 48 y 49, Nerveux et Gracieux. Deux mazurkas pour piano,
Op. 3, Polonaise, Op. 11, Enriqueta. Mazurka, Ballade en Sol mineur pour piano, Op. 5,
Norma. Fantaisie de concert pour piano sur des motifs de l’Opera de Bellini, Op. 8, Himno
Nacional Mexicano transcrito por Ricardo Castro, Intermezzo de Atzimba para piano a dos
manos, Potpourri para piano a dos manos, Josefina, Los campos, Op. 16, Ilusión, Op. 37.
464
Capítulo 4 | Características musicales
Castro ama el sonido así como Soirées mondaines. Cinq valses légères y las Cinq Chansons
del piano: el milagro de pour une voix avec piano).
En las obras publicadas en vida de Castro encontramos una
la tabla de resonancia,
pedalización muy precisa y sutil. Piezas como los Trois pensées musi-
la plenitud del golpe del cales, Op. 8, Laendler, Op. 12, No. 1 y Valse-Bluette, Op. 12, No. 2,
martinete sobre las cuer- Six Préludes pour piano, Op. 15, Près du Ruisseau, Op. 16, Valse-Im-
das, las inflexiones infi- promptu, Op. 17, Suite pour piano, Op. 18, Deux études de concert,
nitas de los pedales, y su Op. 20 o Valse de Concert, Op. 25, por citar algunas, son notables
música es de un tipo su- por su precisión en el uso del pedal de resonancia.
Finalmente, es pertinente indicar que, dada la fecha de com-
mamente grato a los pia-
posición y edición de las obras de Castro, estas pedalizaciones son
nistas: está escrita con las útiles incluso para su interpretación en el piano moderno. No es el
manos en el instrumen- caso de obras de compositores editadas un siglo antes, cuando la ca-
to, a partir de un conoci- pacidad de resonancia de los instrumentos era menor y por tanto las
miento profundo. indicaciones de uso del pedal tenían una mayor amplitud.83
Raúl Herrera Concluimos este apartado citando el comentario del pia-
nista Raúl Herrera, que pone en relieve precisamente un aspecto
que se ha venido destacando: el pleno conocimiento de los recursos
idiomáticos del piano y su relación con la interpretación:
Castro ama el sonido del piano: el milagro de la tabla de reso-
nancia, la plenitud del golpe del martinete sobre las cuerdas, las inflexio-
nes infinitas de los pedales, y su música es de un tipo sumamente grato
a los pianistas: está escrita con las manos en el instrumento, a partir de
un conocimiento profundo. El compositor sabe no sólo cómo se oye su
música, sino cómo se acomodan los dedos, las manos y los brazos a las
teclas blancas y negras, a las distancias; cómo bailan las manos y el cuer-
po entero hacia los diferentes registros y qué movimientos requieren de
más tiempo; qué sonidos produce el peso del cuerpo; cómo se consigue
un legato. Ese disfrute de la relación con el teclado, ese contacto con el
sonido a través de mucho más que los oídos, es a mi juicio, una caracte-
rística fundamental de la obra de Castro: el cuerpo entero materialmente
se sumerge en el sonido, y el teclado parece subir hacia las manos y que-
darles como un guante.84
Música de cámara
Antes de abordar la producción camerística de Castro, es convenien-
te analizar su faceta como intérprete de música de conjunto, dado
que durante una etapa importante de su trayectoria figuró como in-
tegrante de ensambles musicales de diversa formación. Atendiendo
al tipo de repertorio, se tienen dos vertientes:
83
Para conocer con mayor profundidad los detalles de la pedalización en las obras e instru-
mentos del siglo XVIII véase las obras de Rattalino, Piero. Historia del piano. Barcelona,
Idea Books, 2005, pp. 59-63.
84
Herrera, Raúl. “Interpretando a Ricardo Castro” en Heterofonía, revista de investigación
musical. Número 140. México, Centro Nacional de Investigación, Documentación e
Información Musical, enero-junio de 2009, p. 190.
465
Rogelio Álvarez Meneses
85
“Invitación. Academia Nacional de Profesores”. La Patria. México, 28 de septiembre de
1880. La pieza de Kontski fue repetida dos meses más tarde en las audiciones de fin de
curso realizadas también en el Teatro el Conservatorio en noviembre de 1880.
86
“El Conservatorio de Música”. El Siglo Diez y Nueve. México, 5 de diciembre de 1885.
87
No es casual que Castro realizara el arreglo para piano a cuatro manos del Himno Sinfónico
de Gustavo E. Campa. Esta pieza fue publicada en México por la Imprenta de Ireneo
Paz en 1884 y en su portada puede leerse: “Ejecutado a grande orquesta el 2 de abril de
1884 en la Biblioteca Nacional de México, para cuya solemne inauguración fue escrito”.
(México, Imprenta de Ireneo Paz, 1884).
88
Se interpretó en el concierto de beneficio ofrecido el 28 de octubre de 1885 en el salón de la
Sociedad Filarmónica Francesa. (“Beneficio”. El Tiempo. México, 25 de octubre de 1885).
89
“El concierto de Annovazzi”. La Patria. México, 5 de noviembre de 1885.
90
“En casa de un artista. Reunión íntima”. El Universal. México, 8 de febrero de 1893.
466
Capítulo 4 | Características musicales
91
Como el Concierto, Op. 73, “Emperador” de Beethoven que fue interpretado con acom-
pañamiento de doble cuarteto de arcos en el concierto de aniversario de la Sociedad el
2 de mayo de 1896, dirigido por Gustavo E. Campa. (“Concierto”. El Tiempo. México,
2 de mayo de 1896).
92
Para mayores detalles sobre las obras conservadas, véanse el apartado con los análisis
realizados sobre cada una de dichas composiciones.
93
Una Romanza para flauta con acompañamiento de orquesta fue mencionada dentro el con-
junto de composiciones en el monográfico “Arte y Artistas” dedicado a Ricardo Castro
publicado en Jueves de El Mundo del 29 de mayo de 1902. La revisión exhaustiva de las
fuentes hemerográficas y programas de mano no arroja ninguna otra referencia a algún
trabajo para flauta. Por tanto, nos inclinamos a considerar que muy posiblemente se trate
de una errata y se refiera a la Romance pour Violon avec accompagnement de piano, Op.
21, obra de la cual existió versión orquestal.
467
Rogelio Álvarez Meneses
254. Melodía en Sol mayor para violín con acompañamiento de orquesta o piano, Op. 17.
(México, 1882, inédita). Inicio de sección A, cc. 13-17.
94
Pedrell, Felipe. “Ricardo Castro” en Ilustración Musical Hispano-Americana. Barcelona,
Torres y Seguí, Editores-Propietarios, año II, número 31, 1889, p. 58.
95
En el Fondo Reservado de la Biblioteca Candelario Huízar del Conservatorio Nacional de
Música de México se encuentra la partitura autógrafa del compositor. En la carátula de la
partitura para violín y piano puede leerse: “A mi apreciable amigo Lauro Beristain (hijo).
| Melodía en Sol mayor para Violín con acompañamiento de orquesta o piano compuesta
por Ricardo Castro (op. 17). | México, setiembre 7 de 1882”. A su vez, la parte para
violín solo muestra la siguiente leyenda: “Romanza para violín con acompañamiento de
piano por Ricardo Castro. | Violín solo pral.”. La revisión de ambos documentos arroja
que se trata de la misma obra; por tanto, no debe confundirse la obra en cuestión con
la Romance pour Violon avec accompagnement de Piano, Op. 21 (París, Henry Lemoine
& Cie., 1904) o la Mélodie pour Violon avec accompagnement de Piano, Op. 35, posth.
(New York, Jos. W. Stern & Co., 1908), obras del mismo género que a su vez comparten
la tonalidad de Sol mayor.
468
Capítulo 4 | Características musicales
255. Melodía en Sol mayor para violín En determinados pasajes el acompañamiento recrea sonori-
con acompañamiento de orquesta o pia-
no, Op. 17. (México, 1882, inédita). dades de tipo orquestal. Se encuentran, por ejemplo, secciones cuyo
Sección C, cc. 75-82. acompañamiento consiste en un trémolo prolongado (cc. 54-66)
que emula a la sección de la cuerda. Asimismo, aparecen arpegios de
notas dobles en staccato que han de ser tocados por la mano derecha
a una velocidad que los torna casi irrealizables (cc. 35 y ss.). Como
hemos visto, la escritura pianística de Castro está pensada para la
469
Rogelio Álvarez Meneses
comodidad del intérprete, lo que lleva a inferir que este pasaje pudo
haber sido concebido originalmente para un par de instrumentos en
la orquesta (v. gr., violines 1 y 2 en pizzicato):
Al igual que la obra anterior, el Cuarteto en Fa sostenido me- 256. Melodía en Sol mayor para violín
nor para dos violines, viola y violoncello, Op. 21 fue compuesto en con acompañamiento de orquesta o pia-
1882. Durante gran parte de la obra las tesituras de los instrumen- no, Op. 17. (México, 1882, inédita).
Sección central, cc. 35-40.
tos se mantienen muy próximas entre sí, por lo que su sonoridad no
se aparta del registro central. Es notoria la predominancia del vio-
lín primero, que tiene abundantes pasajes dialogados con el violon-
chelo, realizando los instrumentos restantes el relleno armónico. La
introducción del primer tiempo ejemplifica claramente lo anterior:
470
Capítulo 4 | Características musicales
257. Cuarteto en Fa sostenido menor, El segundo tiempo, Adagio, tiene forma ternaria en la que
Op. 21. (México, 1882, inédito). I. predomina la textura de melodía acompañada. Nuevamente el ma-
Andante-Allegro vivace: introducción,
cc. 1-14.
terial temático es presentado por el violín primero con los consabi-
dos momentos de diálogo con el violonchelo:
471
Rogelio Álvarez Meneses
El inicio del scherzo se construye con sucesivas entradas es- 258. Cuarteto en Fa sostenido menor,
calonadas que presentan el material temático de manera imitativa Op. 21. (México, 1882, inédito). II.
para más tarde optar por una textura acordal, esto es, sin llegar a de- Adagio, cc. 14-21.
472
Capítulo 4 | Características musicales
259. Cuarteto en Fa sostenido menor, El Finale está seccionado en tres partes: Presto, Poco meno
Op. 21. (México, 1882, inédito). III. y Prestissimo. Nuevamente se observa la tendencia del compositor
Scherzo: Allegro, cc. 1-8.
a utilizar acordes en posición cerrada (cc. 1-13), así como extensos
pasajes en los que la voz principal recae invariablemente en el violín
primero (cc. 42 y ss.):
473
Rogelio Álvarez Meneses
El Andantino en Sol mayor para piano, armónium y violín, 260. Cuarteto en Fa sostenido menor,
Op. 42 (1884) es una obra perdida de la que se tiene información Op. 21. (México, 1882, inédito). IV.
Finale, cc. 42-45.
escueta. En un artículo de Campa dedicado a la memoria de Castro
publicado en El Mundo Ilustrado del 18 de enero de 1918, se repro-
dujo la primera página de la partitura, siendo éste el único vestigio
de la obra que ha llegado hasta nosotros. No se localizaron indicios
de su estreno o edición.
La versión para ensam-
ble de cámara del Intermezzo de
Atzimba fue un encargo del Sep-
tuor Mexicano, agrupación fun-
dada y dirigida por Julio Mo-
rales, hijo de Melesio Mora-
les. Este arreglo fue estrenado
el 3 de abril de 1902 en la Sala
Wagner de la Ciudad de Méxi-
co en un concierto dedicado a la
prensa de la capital mexicana.96
La pieza, que fue instrumenta-
da por Castro “expresamente
para este grupo musical”,97 fue
interpretada en diversas ocasio-
nes siempre con buena acogida.
No se conserva la par-
titura de este arreglo, pero evi-
dentemente la instrumentación
realizada por el compositor de-
bió corresponderse con la plan- 261. Castro: Andantino en Sol mayor
para piano, armónium y violín, Op. 42.
(Manuscrito inédito, 1884). Reproduc-
96
“El concierto dedicado a la prensa”. El Popular. México, 4 de abril de 1902. ción facsimilar en El Mundo Ilustrado,
97
“Otro concierto del Septuor Mexicano”. El Popular. México, 18 de junio de 1902. México, 18 de enero de 1918.
474
Capítulo 4 | Características musicales
98
En la reseña de una de las presentaciones del ensamble, el cronista de El Popular consigna:
“[El Septuor Mexicano está] compuesto por los Sres. Luis Beristain, violín; Luis Girón,
violín segundo; Ignacio Landagaray, violonchelo; Susano Robles, clarinete, Manuel
Priego, arpa; Joaquín Beristáin, armónium y Julio Morales, piano. (“En casa de artistas.
Concierto del Septuor”. El Popular. México, 9 de junio de 1902).
475
Rogelio Álvarez Meneses
La Romance pour Violon avec accompagnement de Piano, Op. 263. Atzimba: Intermezzo para pia-
no a dos manos. (New Orleans, L.
21 fue estrenada en París el domingo 10 de abril de 1904 en el
99
Grunewald, 1900), cc. 39-44.
Teatro Víctor Hugo en la temporada de Conciertos Le Rey.100 Fue
interpretada con acompañamiento orquestal, teniendo como solista
a José Silvestre White Laffite (1836-1918), a su vez dedicatario de la
obra. La partitura para orquesta permaneció inédita y se ha perdido,
conservándose únicamente un juego incompleto de partichelas ins-
trumentales en el archivo de Germán Castro Herrera, sobrino nie-
to del compositor.101 La versión para violín y piano fue editada tam-
bién en París por Henry Lemoine & Cie. en 1904.102
En esta obra se observa un planteamiento camerístico pro-
piamente dicho. En primera instancia, hay una mayor explotación
de las posibilidades técnicas y sonoras del violín, instrumento del
99
Esta obra comparte número de opus con el Cuarteto en Fa sostenido menor (1882), ambas
piezas con el Op. 21. La Romance pour Violon avec accompagnement de Piano fue com-
puesta después de la renumeración opus que hiciera el compositor en vida. Para mayores
detalles véase nuestro estudio sobre la datación de la obra de Castro.
100
El concierto incluyó, además del Op. 21, otras dos composiciones de Castro: el Menuet
pour Orchestre d’Archets, Op. 23 y la Marcha tarasca de Atzimba.
101
La plantilla orquestal es la siguiente: Fl. 1 y 2, Ob. 1 y 2, Clar. en La 1 y 2, Fag. 1
y 2, Cor. en Fa 1, 2, 3 y 4, Trb. 1, 2 y 3, Timp. Sol y Re, Arpa y quinteto de arcos
(2.2.2.2.-4.0.3.0.-Harp.-Str.). Además de la ausencia de trompetas, faltan los folios 2 y
3 de la parte de Cornos en Fa 1 y 2.
102
La Romance pour Violon avec accompagnement de Piano, Op. 21 es la obra para violín y
piano de Castro que ha sido más interpretada. La prensa registra su ejecución en diferentes
conciertos e incluso en bodas y ceremonias religiosas. (“Brillante nota social”. El Popular.
México, 26 de mayo de 1908). Asimismo, fue tocada por un joven Julián Carrillo en el
homenaje realizado a Castro en su primer aniversario luctuoso. (“En honor del maestro
D. Ricardo Castro”. El Diario. México, 28 de noviembre de 1908).
476
Capítulo 4 | Características musicales
264. Romance pour Violon avec accom- Por su parte, el acompañamiento pianístico reviste cierto in-
pagnement de Piano, Op. 21. (París, terés en su elaboración. Se escuchan pequeñas células melódicas en
Henry Lemoine & Cie., 1904). [Parte
de violín solo], cc. 81-118.
la mano derecha, arpegios, exposición de materiales temáticos refor-
zados en octavas, líneas melódicas en el bajo, sutiles variaciones en
los diseños del acompañamiento para evitar la monotonía (como en
el inicio de a2 en el c. 19 con relación al c. 1 o la recapitulación del
mismo material en a’ en el c. 67) y diálogos entre el violín y deter-
minadas voces del piano.
477
Rogelio Álvarez Meneses
El Menuet pour Orchestre d’archets, Op. 23 fue estrenado en 265. Romance pour Violon avec accom-
pagnement de Piano, Op. 21. (París,
México el 5 de noviembre de 1900.103 Su interpretación en Europa Henry Lemoine & Cie., 1904). Inicio
suscitó comentarios favorables: a juicio del crítico de Le Journal, la de sección B (b1, cc. 35-43; b2, cc. 43-
obra es “muy original y de alta inspiración, denota una habilidad de 46, con melodía en piano), cc. 35-46.
escritura poco común, con sus soberbias modulaciones y orquesta-
ción de una claridad diáfana”.104 En palabras del laureado compo-
sitor cántabro, Israel López Estelche (1983),105 esta composición es
un notable “ejercicio de estilo”.
103
“Concurso Científico Nacional”. La Patria. México, 7 de noviembre de 1900. En la
misma ocasión se estrenó la versión orquestal de la Petite Marche Militaire, cuya partitura
está perdida y de la cual Gustavo E. Campa señaló en 1918 que estaba “escrita e instru-
mentada a la manera de Bizet”. (El Universal Ilustrado. México, 4 de enero de 1918). Ha
llegado a nosotros únicamente la reducción para piano editada de manera póstuma en
1908 por Jos. W. Stern de New York.
104
Le Journal. [S/f ]. Citado en “Nuevos éxitos de Ricardo Castro en la temporada de Con-
ciertos en París”. México, 18 de mayo de 1904.
105
Compositor e investigador musical. Estudió con David Puerto, Luis de Pablo y Cristóbal
Halffter. Doctor en música por la Universidad de Oviedo. Entre sus reconocimientos
se encuentra el Premio “Sociedad General de Autores y Editores (SGAE)”, Leonardo-
BBVA, entre otros. Colabora regularmente con orquestas, ensambles y solistas de España,
Francia, México, Inglaterra y Estados Unidos.
478
Capítulo 4 | Características musicales
266. Menuet pour Orchestre d’archets, Op. 23. (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908), cc. 1-7.
267. Menuet pour Orchestre d’archets, La Mélodie pour Violon avec accompagnement de Piano, Op.
Op. 23. (New York, Jos. W. Stern & 35 podría considerarse “hermana menor” de la Romance pour Violon
Co., 1908), cc. 48-54.
avec accompagnement de Piano, Op. 21, pues a todas luces se trata
de una obra de menores pretensiones. Fue editada como obra pós-
479
Rogelio Álvarez Meneses
268. Mélodie pour Violon avec accompagnement de Piano, Op. 35 (New York, Jos. W. Stern & Co., 1908). Inicio de sección A, cc. 1-9.
480
Capítulo 4 | Características musicales
269. Mélodie pour Violon avec accom- La parte del violín no plantea grandes demandas técnicas,
pagnement de Piano, Op. 35 (New York,
Jos. W. Stern & Co., 1908). Inicio de
sino que más bien se orienta al lirismo y la expresividad en el fra-
sección B, cc. 18-23. seo. La melodía es de carácter eminentemente vocal en la que el uso
de dobles cuerdas es mínimo (cc. 23, 24 y 26). El acompañamien-
to, consistente en arpegios repartidos en ambas manos, resulta su-
mamente cómodo y recrea una sonoridad que realza la línea meló-
dica del solista.
Hemos visto que la aproximación del compositor a la músi-
ca de cámara fue algo circunstancial y en consecuencia, la propor-
ción de obras para ensamble resulta cuantitativamente menor en su
catálogo. Asimismo, observamos que en las piezas que escribió inva-
riablemente tiene presencia el violín, instrumento con el que Castro
mantuvo “una discreta relación”, como señala Calderón.106
Es pertinente formular algunas reflexiones al respecto. Cier-
tamente en México había “una notoria escasez” de violinistas con-
certistas de alto nivel. Si bien el brillante Julián Carrillo107 (1875-
106
Calderón Ramírez, Francisco José. “Ricardo Castro y el violín: breve semblanza de una
discreta relación” en Heterofonía, revista de investigación musical. Números 136-137.
México, Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical,
enero-diciembre de 2007, p. 183.
107
Violinista, compositor, director de orquesta, teórico y profesor de música originario de
San Luis Potosí, México. Autor del sistema microtonal conocido como Sonido 13. Becado
por el gobierno de Porfirio Díaz, fue alumno de violín de Hans Becker en el Conserva-
torio de Leipzig y de Albert Zimmer en el de Bruselas, violinista de la Gewandhaus Or-
chester y de la Orquesta del Real Conservatorio de Leipzig. Ganador del primer premio
por unanimidad y con distinción en el Concurso Internacional de Violín de Gante en
481
Rogelio Álvarez Meneses
1965) fue contemporáneo de Castro, nunca establecieron una cola- Si bien la música para
boración directa: cuando Carrillo llegó al Conservatorio Nacional piano es la más abun-
de México en 1895, Castro había concluido sus estudios dos años
dante dentro del catálo-
antes; Carrillo se trasladó a Europa en 1899 mientras que Castro lo
hizo en 1903 y en el Viejo Mundo ambos personajes desarrollaron go de Castro, el composi-
sus actividades por ciudades distintas. El violinista retornó a Méxi- tor no limitó su produc-
co en 1905 y el pianista en 1906, para fallecer intempestivamente ción únicamente al tecla-
al año siguiente. do, sino que también ex-
En consecuencia, es lógico que Castro no compusiera obras ploró otros ámbitos.
de gran envergadura para el violín, puesto que no disponía de un
ejecutante solvente para su ejecución. De hecho, si escribió su con-
cierto para violonchelo fue porque las circunstancias permitieron
que un joven Marix Loevensohn (1880-1943) pudiera estrenar-
lo. Como hemos demostrado, estos conciertos son los primeros es-
critos para dichos instrumentos por un compositor mexicano. Las
obras de concierto para violín y orquesta en el panorama mexicano
son más tardías108 y fueron escritas en una época en la que ya había
concertistas de nivel, tanto nacionales como extranjeros.109
Castro no explota las posibilidades del instrumento de cuer-
da con la misma maestría que el teclado. Esto se hace patente en el
escaso uso de recursos idiomáticos como dobles cuerdas y armóni-
cos, así como en las nulas indicaciones relativas a golpes y efectos de
arco como pizzicato, col legno, sul ponticello, sul tasto, staccato vo-
lante, spiccato, sautillé, por citar algunos.
Parafraseando nuevamente a Calderón, puede afirmarse que
Castro no tuvo una “discreta relación” solamente con el violín, sino
en general con la música de cámara.
Música orquestal
Si bien la música para piano es la más abundante dentro del catá-
logo de Castro, el compositor no limitó su producción únicamen-
Se han contabilizado un te al teclado, sino que también exploró otros ámbitos. En el terre-
total de dieciocho piezas no orquestal la mayoría de las composiciones se han perdido: se han
contabilizado un total de dieciocho piezas en las que Castro escribió
en las que Castro escribió
para orquesta de las cuales sólo se conservan siete.
para orquesta de las cua- Las obras de género estrictamente sinfónico son dos: la Pri-
les sólo se conservan siete. mera Sinfonía en Do menor, Op. 33 y Oithona. Poema sinfónico a
grande orquesta, Op. 55; en las restantes la orquesta hace las veces de
acompañante. El siguiente cuadro muestra las composiciones en or-
den cronológico, presentándose en la columna izquierda la fecha de
finalización o estreno. Se han sombreado las casillas correspondien-
tes a obras perdidas o no localizadas:
1883-08-10 Primera Sinfonía en Do menor, Op. 33.
1884-04-02 Gran Marcha Solemne para Orquesta.
¡No me caso! [Se proyectó en versión para canto y
1885-12-26
orquesta.]
1885-09-08 Oithona. Poema sinfónico a grande orquesta, Op. 55.
Allegro de concierto en Re menor para piano con acompaña-
1885-12-26
miento de orquesta.
Arreglo para orquesta del Lied, Op. 16, No. 2 de Carl Da-
1885-12-26
vidoff.
Ave verum pour chant avec accompagnement d’Orchestre ou
1887-04-14
Piano, Op. 4.
1892-09-10 Les Larmes. Versión para canto y orquesta.
1898-05-20 Himno a Vasco de Gama. Obra orquestal.
1898-05-22 Scherzino, Op. 6. Versión para piano y orquesta.
1898-05-13 Caprice-Valse, Op. 1. Vals para piano y orquesta.
1900-11-05 Petite Marche Militaire, Op. 34, No. 2.
1901-11-11 Danza sagrada para orquesta.
1902-01-22 Orquestación de la zarzuela Zulema de Ernesto Elorduy.
Romance pour Violon avec accompagnement de piano, Op.
1904-04-10
21.
Concerto pour piano avec accompagnement d’orchestre, Op.
1904-05-09
22.
1905-05-09 Concerto pour violoncelle avec accompagnement d’orchestre.
1907-11-30 Gran fantasía para piano y orquesta.
110
Unicamente se conserva la partitura de Atzimba (incompleta) y de La légende de Rudel.
El primer título, Don Giovanni d’Austria, fue estrenado parcialmente y al igual que los
esbozos de las dos óperas restantes, no ha llegado hasta nosotros ningún material.
111
Castro también proyectó hacer la instrumentación de su juvenil Melodía en Sol mayor para
violín con acompañamiento de piano, Op. 17 (1882), pero no la llevó a cabo. La prensa
hace referencia además a una Romanza para flauta con acompañamiento de orquesta, que
fue mencionada en el monográfico “Arte y Artistas” dedicado a Ricardo Castro en Jueves
de El Mundo. (“Arte y artistas. Ricardo Castro”. Jueves de El Mundo. México, 29 de mayo
483
Rogelio Álvarez Meneses
de 1902). Posiblemente se trate de una errata y se refiera a la Romance pour Violon avec
accompagnement de piano, Op. 21.
484
Capítulo 4 | Características musicales
270. Primera Sinfonía en Do menor, Op. El tema principal (Molto allegro) se inicia con un tutti or-
33. Introducción, cc. 1-7.
questal y a continuación se presenta el tema inicial, de textura imi-
tativa, en la cuerda, para más tarde ser retomado por oboe y clari-
nete, y después fagot y flauta, con sentido contrapuntístico, casi a
modo de una exposición fugada. La utilización de materiales a ma-
nera de imitaciones con entradas escalonadas es un procedimiento
característico de las obras de juventud:
485
Rogelio Álvarez Meneses
El tema secundario está ubicado en la sección de la cuerda y 271. Primera Sinfonía en Do menor,
la melodía canta en un solo de violonchelo. Es llamativo el hecho de Op. 33. Molto allegro. Inicio del tema
A, cc. 42-65.
que esta sección inicie en la tónica y el compositor no haya modula-
do hacia otra región armónica, como habría de esperarse en un alle-
gro de sonata convencional. El desarrollo es una sección muy frag-
mentaria, realizado a partir de reelaboraciones temáticas un tanto
indecisas. La recapitulación omite el tema secundario.
486
Capítulo 4 | Características musicales
272. Primera Sinfonía en Do menor, El Andante, en la tonalidad relativa, tiene forma de lied ter-
Op. 33. Molto allegro. Tema B, solo nario. Es un movimiento de gran unidad temática en el que los ma-
de violonchelo.
teriales de la sección central (B, en la tonalidad del VI descendido)
están derivados de A. El compositor explora las cualidades melódi-
cas de las maderas de doble caña y de la cuerda. Es quizá uno de los
trozos mejor logrados de la sinfonía tanto por sus perfiles melódi-
cos como por los sutiles efectos de la textura orquestal. El tema ini-
cial es realizado por el oboe con un acompañamiento sincopado en
la cuerda en el que pueden escucharse pequeños incisos melódicos.
La disonancia entre la flauta y el oboe en los cc. 6 y 7 propicia un
curioso efecto:
487
Rogelio Álvarez Meneses
En el Scherzo se aprecian múltiples momentos de contraste 273. Primera Sinfonía en Do menor, Op.
33. Andante. Inicio de tema A (solo de
tímbrico. Con una escritura acordal, durante la sección A se obser- oboe), cc. 1-9.
va cómo la incorporación de las diferentes secciones de instrumen-
tos deriva en notorios contrastes dinámicos y texturales. El moti-
vo inicial de las maderas es derivado del tema A del primer tiempo:
488
Capítulo 4 | Características musicales
489
Rogelio Álvarez Meneses
El tema principal del Finale: Allegro cita materiales del desa- 275. Primera Sinfonía en Do menor,
rrollo del primer tiempo (c. 268 y ss.) y es realizado por los metales Op. 33. Scherzo. Inicio de C (Trío),
cc. 41-48.
con la indicación molto marcato, mientras que la cuerda y la madera
tejen un acompañamiento de figuración fluida y un tanto nerviosa:
490
Capítulo 4 | Características musicales
276. Primera Sinfonía en Do menor, Habría de pasar más de un siglo para el estreno de esta obra.
Op. 33. Finale: Allegro. Inicio del tema
A, cc. 1-7.
Su primera audición tuvo lugar el 19 de octubre de 1988 en la Sala
Nezahualcóyotl de la Universidad Nacional Autónoma de México
a cargo de la Orquesta Clásica de México bajo la dirección de Car-
los Esteva.112 Esta Primera Sinfonía en Do menor, Op. 33, data de la
etapa estudiantil de Castro: una época en que no existían conjuntos
orquestales profesionales ni estables. Es oportuno retomar la críti-
112
Concierto en Sala Nezahualcóyotl. [Programa de mano]. México, Universidad Nacional
Autónoma de México, 1988.
491
Rogelio Álvarez Meneses
ca publicada en El Diario del Hogar que, refiriéndose a un concier- Los fragmentos orques-
to realizado el 26 de diciembre de 1885 en el que se interpretaron tales pertenecientes a la
obras orquestales de Castro y Campa, hace alusión al deficiente des-
producción lírica son
empeño del conjunto:
piezas que también re-
[...] si las piezas de orquestación no tuvieron el lucimiento posi- visten un interés. De
ble, fue porque la deforme agrupación que se titula orquesta, no coadyuvó
a los fines nobles y levantados de los nacientes artistas. [...] En el conjunto hecho, lo único que se
falta el sentimiento uniforme para poder formar una sola entidad ins- ha grabado de sus dos
pirada en un constante estudio colectivo [...]. Es público y notorio que
las agrupaciones imperfectas que llamamos orquestas, no tienen delante óperas conservadas son
de si otra mira, que la del mezquino interés que les brinda la codicia de el Intermezzo del se-
una empresa, sin cuidar los fines del arte que como una religión debían gundo acto de Atzimba
estar esculpidos en cada uno de los corazones que trabajan en el arte y
que deberían trabajar para el arte. [...] Sirvan estas líneas para estimular y el Intermezzo Orien-
las orquestas al constante estudio colectivo que de seguro bien podrían tal previo al tercer epi-
fructificar sus trabajos como fructifican en otros países en que se tiene
más alta idea del porvenir. [La orquesta] tuvo poco estilo en los acom- sodio de La légende de
pañamientos, que desvirtuaban el éxito de las piezas, como sucedió en el Rudel, siendo el prime-
concierto de Mendelssohn, que magistralmente interpretó el aplaudido ro mucho más conocido.
violinista Sr. Antonio Figueroa, y en el excelente Concierto en Re menor
que tan bien dijo en el piano su autor Ricardo Castro.113
113
El Diario del Hogar. México, 3 de enero de 1886.
114
“Una audición de Atzimba”. El Universal. México, 21 de enero de 1900.
115
“Correo de los Teatros”. El País. México, 21 de enero de 1900.
116
“Atzimba. Acontecimiento teatral”. El Diario del Hogar. México, 24 de enero de 1900.
117
En la partitura para piano, la introducción comprende una extensión de 16 cc. mien-
tras que en la orquestal solamente mide 8 cc. A partir del tema principal (c. 16 en la
versión para piano y c. 9 en la orquestal), ambas versiones comparten el mismo material
de manera literal.
492
Capítulo 4 | Características musicales
493
Rogelio Álvarez Meneses
496
Capítulo 4 | Características musicales
279. Intermezzo de Atzimba. (México, inédito, 1899). Inicio del tema, cc. 9-12.
497
Rogelio Álvarez Meneses
498
Capítulo 4 | Características musicales
280. Intermezzo de Atzimba. (México, inédito, 1899). Recapitulación del tema con ostinato de semicorcheas en violines 1 y 2, cc. 45-46.
499
Rogelio Álvarez Meneses
281. Intermezzo de Atzimba. (México, inédito, 1899). Suma de efectivos instrumentales hacia el clímax en fff, cc. 52-56.
500
Capítulo 4 | Características musicales
118
“Ricardo Castro”. El Tiempo. México, 7 de agosto de 1904.
501
Rogelio Álvarez Meneses
• Adecuado equilibrio entre el solista y un conjunto orquestal 282. Concerto pour piano avec accom-
pagnement d’orchestre, Op. 22. (Leipzig,
de amplia plantilla. Friedrich Hofmeister, 1906). Allegro
• Reducción de la plantilla orquestal como recurso de contras- moderato. Introducción, cc. 1-4.
te, como sucede en el tema secundario del primer movimien-
to: diálogo entre clarinete solo y melodía en la mano dere-
502
Capítulo 4 | Características musicales
283. Concerto pour piano avec accompag- Carl Reinecke, dedicatario de este concierto, elogió la parte
nement d’orchestre, Op. 22. Polonaise.
(Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906), orquestal de la obra. En una carta del 26 de marzo de 1906, señaló:
cc. 119-121.
503
Rogelio Álvarez Meneses
He leído de inmediato su obra con el más vivo interés y esta lectura me El citado Intermezzo es
ha dado la impresión que tenía ante mis ojos una obra magistral, porque
he constatado que usted escribe sus piezas para piano de manera muy una composición pulida
brillante y que sobre todo sabe usted evitar el poner la orquesta en lucha en todos los aspectos, in-
contra el piano, como sucede hoy frecuentemente.119
cluido el orquestal. Más
Con respecto a la instrumentación del Concierto, retoma- tarde se suscitó un deta-
mos nuevamente la opinión del crítico José Antonio Alcaraz, quien lle que debe de ser tomado
en 1987 consideraba que: en cuenta: el hecho de que
En general, la materia sonora, como la orquestación, es brillante, Ernesto Elorduy le confia-
llena de rasgos espectaculares, ocasionalmente exuberantes hasta llegar
precisamente al punto en que se rozan con lo sobrecargado, pero sin in-
se precisamente a Castro la
vadir definitivamente el terreno de lo aparatoso. [...] Contiene suficientes labor de instrumentación
atractivos y rasgos característicos como para situarse en el umbral del re- de su zarzuela Zulema
pertorio trascendente, sin transponerlo precisamente a causa de aquello
que es su pérdida y su gloria: el encanto hiperbólico.120 (1902), que desafortuna-
damente no se conserva.
Por su parte, Gloria Carmona ha aportado algunas reflexio-
nes sobre la producción orquestal en Castro:
Es muy obvio suponer que, sin el incentivo del instrumento
sinfónico, inexistente entonces en México —recordemos que el primer
intento serio y a la vez fallido de crear una orquesta sinfónica se dio hasta
1892—, era difícil aventurarse en una empresa mayor, sin caer en tenta-
tivas que volvían evidente el desconocimiento del músico en el manejo
del color tímbrico y los efectos instrumentales, talón de Aquiles en las
obras con orquesta de Castro.121
La historia de la música gende de Rudel nos revelan a un compositor que se desenvuelve con
nos confirma que la ópera solvencia en el arte de la orquestación.
fue uno de los géneros de
mayor relieve durante el Obra vocal
siglo xix. Aunque su pro-
Teatro lírico
ducción destacase princi-
La historia de la música nos confirma que la ópera fue uno de los
palmente en otros ámbitos, géneros de mayor relieve durante el siglo xix. Aunque su produc-
prácticamente no hubo ción destacase principalmente en otros ámbitos, prácticamente no
ningún compositor centro- hubo ningún compositor centroeuropeo que no abordara el género
europeo que no abordara operístico en algún punto de su carrera.122 Al lado de nombres liga-
el género operístico en al- dos intrínsecamente al teatro lírico (v. gr. Rossini, Massenet, Wag-
ner o Verdi), tenemos que compositores con un catálogo más bien
gún punto de su carrera.
orientado hacia otros géneros (v. gr. Beethoven, Schubert o Liszt),
también escribieron ópera. En el caso español, Emilio Casares seña-
la que “no es exagerado decir que la ópera es uno de los temas que
vertebra la música del xix”,123 lo cual puede ser extrapolable a todo
el contexto hispanoamericano.
Lo anterior nos revela la importancia de la ópera como un
género con múltiples implicaciones de índole social, cultural, ideo-
lógica y estética. Asimismo, para el compositor la ópera representa
una vía de consolidación en su medio musical. Dicho en otras pala-
bras, escribir y estrenar con éxito una ópera era un paso casi obliga-
do para aquél que desease legitimar su actividad creadora.
Nuestro estudio se centrará específicamente en las dos ópe-
ras estrenadas y conservadas: Atzimba y La légende de Rudel. Estos
títulos representaron dos hitos importantes en la vida de Castro,
por lo que se ha decidido abordar los aspectos relacionados con sus
procesos compositivos, estrenos y recepción en la parte del estudio
biográfico y reservar para este apartado lo relativo a sus característi-
cas musicales.
En Atzimba observamos la asimilación y manejo de distintos
recursos musicales y técnicos relacionados con el mundo del teatro
lírico, con las siguientes particularidades:
• Sustitución de la obertura, sinfonía o preludio por una intro-
ducción que enlaza directamente con la entrada del coro. En
su día, este detalle fue considerado un rasgo de modernidad.
122
La excepción confirma la regla y podemos referir puntualmente el caso de compositores
decimonónicos como Brahms o Chopin que, sin haber escrito óperas tuvieron algún tipo
de aproximación al género. Del primero citamos Rinaldo, Op. 50 sobre Torquato Tasso
y de segundo sus Variaciones sobre el aria “Là ci darem la mano”, Op. 2.
123
Casares Rodicio, Emilio. “La música del siglo XIX español. Conceptos fundamentales”
en Casares Rodicio, Emilio; Alonso González, Celsa. La música española en el siglo XIX.
Oviedo, Universidad de Oviedo, 1995, p. 94.
505
Rogelio Álvarez Meneses
506
Capítulo 4 | Características musicales
285. Castro: Atzimba. Acto I. Entrada • Amplia plantilla orquestal que incluye: piccolo, dos flautas,
del coro de sacerdotes y guerreros.
oboe, corno inglés, dos clarinetes, clarinete bajo, dos fago-
tes, cuatro cornos, tres trombones, tuba, saxofón tenor, dos
trompas en Mi, arpa, timbales, percusión, cuatro caracoles
en Si bemol, teponaxtles y cuerda.
• Utilización del coro dividido por colores vocales: conjuntos
de voces masculinas (tenores y bajos) en el coro de guerreros
y sacerdotes y de voces femeninas (sopranos y contraltos) en
el coro de esclavas. El empleo del coro mixto se da princi-
palmente en momentos de clímax y en escenas multitudina-
rias, como en el concertante final del acto segundo: Atzimba,
Sirunda, Jorge, Huépac, el rey Tzimtzitcha, sacerdotes, gue-
rreros, esclavas y pueblo. La escritura es a tres o cuatro voces,
con uso comedido del unísono.
507
Rogelio Álvarez Meneses
124
De los fragmentos orquestales de Atzimba, el Intermezzo constituye el único trozo co-
nocido de la ópera, pues fue grabado en diferentes ocasiones durante la segunda mitad
del siglo XX. Citamos los siguientes registros en disco compacto: Fantasía Sinfónica.
Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional, Dir. Salvador Carballeda. México,
Arte Politécnico, 1990 (primera grabación mundial); Grandes del romanticismo en México.
Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, Dir. Luis Herrera de la Fuente. México,
Spartacus - Clásicos Mexicanos, 1993 y Mi alma mexicana. Philharmonic Orchestra of
the Americas, Dir. Alondra de la Parra. New York, Sony Music, 2010. También se utilizó
como música incidental en el melodrama Alondra transmitido en la televisión mexicana
en 1995, creado a partir de una obra de Yolanda Vargas Dulché (1926-1999).
508
Capítulo 4 | Características musicales
125
“El Cuarto Concierto en el Teatro Nacional”. El Universal. México, 9 de septiembre
de 1892.
126
“El último concierto de Ricardo Castro”. El Imparcial. México, 12 de julio de 1902.
509
Rogelio Álvarez Meneses
288. Castro: Atzimba. Acto I. Diálogo entre Hirepan y Huépac. Aparición del tema de Atzimba.
510
Capítulo 4 | Características musicales
289. Castro: Atzimba. Acto I. Diálogo entre Hirepan y Huépac. Aparición del tema de Jorge vinculado a la mención del invasor.
511
Rogelio Álvarez Meneses
La légende de Rudel pertenece al periodo europeo de su au- 291. Acto I. Inicio del aria de Atzimba.
tor y si bien se trata de una obra más avanzada que Atzimba, es po-
sible encontrar en La légende de Rudel ciertas analogías en lo que res-
pecta a la búsqueda de la continuidad dramática y la utilización del
arioso, así como el tratamiento vocal (importancia del aria) y el ma-
nejo de los coros (división por colores de voces: sopranos-altos, te-
nores-barítonos). De la misma manera, existen fragmentos orques-
tales que tienen función narrativa, como la tormenta del segundo
episodio y el ballet inicial del tercero. Curiosamente, con La légende
de Rudel ha sucedido algo similar al caso de Atzimba: el único tro-
zo medianamente conocido es un fragmento orquestal: el Intermez-
512
Capítulo 4 | Características musicales
127
Grandes del romanticismo en México. Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México,
Dir. Luis Herrera de la Fuente. México, Spartacus - Clásicos Mexicanos, 1993. [Disco
compacto].
128
“Teatros. La leyenda de Rudel”. La Iberia. México, 3 de noviembre de 1906.
513
Rogelio Álvarez Meneses
292. Castro: La légende de Rudel. Primer episodio, escena segunda. Aria de Segolena: “Je ne sais pourquoi je vais pleurer…”.
514
Capítulo 4 | Características musicales
293. Massenet: Manon. Acto segundo, Principalmente hay dos aspectos que revelan la influencia
aria de Des Grieux: “En fermant les
yeux...” (Berlín, Adolph Fürstner, 1890,
wagneriana en La légende de Rudel. Por un lado, el desarrollo armó-
Ferdinand Gumbert, trad.). nico que por momentos alcanza un abundante cromatismo, pero
que no llega a poner en peligro la tonalidad, y por otra parte el em-
pleo del leitmotiv, particularmente en el motivo de Rudel, presen-
tado desde los primeros compases del preludio. Este breve motivo
se someterá a reelaboraciones según la intencionalidad dramática de
cada momento.
El manejo de los leitmotiven en La légende de Rudel es aná-
logo al planteamiento de Atzimba en tanto que asigna al personaje
masculino (Rudel) un motivo breve y diatónico, y al femenino (Se-
golena) una melodía más prolongada y de abundantes cromatismos:
515
Rogelio Álvarez Meneses
296. Castro: La légende de Rudel. Presentación del motivo de Rudel al inicio del Preludio.
516
Capítulo 4 | Características musicales
297. Castro: La légende de Rudel. Episodio primero, escena segunda. (Rudel inmerso en profunda meditación). Tratamiento polifónico.
298. Castro: La légende de Rudel. Episodio segundo, escena segunda. Rudel después de la tormenta.
299. Castro: La légende de Rudel. Episodio tercero, escena cuarta. Rudel: “Mon premier mot d’amour…”.
517
Rogelio Álvarez Meneses
Posterior al estreno de La légende de Rudel, la prensa dio 300. Castro: La légende de Rudel. Mo-
tivo de Rudel citado en el aria de la
cuenta de la impronta de Wagner. El crítico de La Iberia publicó: Condesa. Episodio tercero, escena sexta.
El telón se levanta y aparecen los santos peregrinos reclinados
en el suelo; y no sé como fue, pero el caso es que el Tannhäuser vino a mi
mente, y recordé aquel coro grandioso del tercer acto, cuando peregrinos
también entonan un canto místico, de grandiosa factura. [...] Se ve bien
claramente que Castro, enamorado de la factura de Wagner, le sigue, le
imita, pero claro, no le llega.
Canción de concierto
Después de la música para piano solo, la canción de concierto cons-
tituye el género más abundante dentro del catálogo de Castro. Se
trata de un total de once obras para canto y piano que por sus carac-
terísticas se identifican con la mélodie francesa. La proporción de la
canción de arte dentro de la obra de Castro muestra una realidad de
la época: la convivencia de este género vocal con la música para pia-
no solo y la ópera. En este sentido es pertinente la afirmación de Au-
relio Tello al decir que “casi no hay compositor de música de con-
cierto que no haya escrito cuando menos una canción”.130
129
Henríquez Ureña, P., op. cit., p. 50.
130
Montemayor, Cecilia. El lied mexicano. Aurelio Tello (pról.). México, Universidad Au-
tónoma de Nuevo León, 2009.
518
Capítulo 4 | Características musicales
De las once obras para La producción de canciones con texto en francés en México
canto y piano, solamente alcanzó un punto culminante en la obra de Castro. Su calidad mu-
sical se ve complementada por el refinamiento de la parte pianística:
la danza ¡No me caso!
un acompañamiento siempre al servicio de la expresividad del tex-
tiene letra en castella- to, realizado por un conocedor de las posibilidades del instrumento.
no. Existen dos de cor- Mención aparte merece la producción de Gustavo E. Cam-
te religioso pero no de pa, correligionario y amigo de Castro. Las piezas para voz y piano
uso precisamente litúr- de Campa superan el medio centenar y por su calidad merecieron
gico: el Ave María y el los elogios de personalidades como Camille Bellaigue, Jules Masse-
net o Giuseppe Verdi.131 La multifacética personalidad de Campa
Ave verum, Op. 4. Las
como compositor, docente, “polemista”132 y crítico musical, le con-
restantes tienen texto en vierten en un personaje tan interesante como necesitado de una ur-
francés, algunas con ver- gente revisión musicológica que por su alcance requiere de estudios
sión italiana alternativa, independientes.
no siempre traducida de De las once obras para canto y piano, solamente la danza ¡No
manera precisa. Sólo una me caso! tiene letra en castellano. Existen dos de corte religioso pero
no de uso precisamente litúrgico: el Ave María y el Ave verum, Op.
de ellas se conserva inédi-
4. Las restantes tienen texto en francés, algunas con versión italia-
ta: Son image, Op. 40, na alternativa, no siempre traducida de manera precisa. Sólo una de
siendo las demás publi- ellas se conserva inédita: Son image, Op. 40, siendo las demás pu-
cadas tanto en vida del blicadas tanto en vida del compositor como de manera póstuma.
compositor como de ma- Con respecto a las cinco obras editadas en 1909 en Nueva
nera póstuma. York por Jos. Stern & Co., como Cinq Chansons pour une voix avec
piano, existen elementos suficientes para determinar que no fueron
concebidas como un ciclo en el sentido estricto de la palabra. Dos
son obras póstumas (las No. 1, Premier chagrin y No. 5, Je veux t’ou-
blier), lo que implica un cierto distanciamiento temporal entre las
restantes. De hecho, con buen juicio crítico Ricardo Miranda consi-
dera que la cuarta, Le secret, pese a estar en francés, “su música es
una perfecta romanza italiana”,133 por lo que su composición podría
datar de etapas anteriores. También se observa el uso de diferentes
tesituras vocales:
1. Ave María. Tesitura no especificada [voz aguda].
2. Je t’aime. Tesitura no especificada [voz central].
3. Premier chagrin. Romanza para soprano o tenor.
4. Le secret. Romanza para barítono [línea vocal escrita en cla-
ve de Fa en cuarta línea].
5. Je veux t’oublier. Tesitura no especificada [voz central].
131
Escorza, Juan José. “La mélodie mexicaine o una necesaria vindicación de Campa y Castro”
en La mélodie mexicaine. [Notas al CD]. México, Urtext Digital Classics, 2004, pp. 10-11.
132
De Grial, Hugo. Músicos mexicanos. México, Editorial Diana, Colección Moderna,
1965, pp. 64-65.
133
Miranda, Ricardo. “Entre la nación y el mundo: canciones de autores mexicanos de
los siglos XIX y XX” en Larmes. Canciones mexicanas de concierto de los siglos XIX y XX.
[Notas al CD]. México, Urtext Digital Classics, 2004, p. 7.
519
Rogelio Álvarez Meneses
134
Es el mismo caso del grupo de once obras publicadas en 1909 también bajo el título de
“Composiciones de Ricardo Castro” y que contiene obras para piano solo de muy diversa
índole, desde las dos virtuosísticas cadenzas para sendos conciertos para piano de Mozart
y Beethoven respectivamente, hasta las Cuatro danzas.
135
Se refiere a Stefano Edoardo Ettore Trucco (1862-1940), compositor y teórico musi-
cal de origen genovés llegado a México en 1903. Entre 1907 y 1914 fue profesor del
Conservatorio Nacional de Música y en 1918 emigró a Estados Unidos, donde residió
hasta su muerte.
136
Cuando Gustavo E. Campa editó su ciclo de diez melodías para canto y piano en Breitkopf
& Härtel de Leipzig en 1890, la editorial solicitó al compositor la autorización de los au-
tores de los poemas utilizados. Dado que Campa no contaba con dicho consentimiento,
se acordó que, por un precio de cien francos, los libretistas de la editorial “transformasen
dichas letras sin modificar los textos más que en la forma”. De esta manera se aseguraban
que no sobrevendría “ninguna dificultad”. (Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña
[BNCat]. Legado Pedrell. Correspondencia de Gustavo E. Campa a Felipe Pedrell. Cartas
del 6 de abril y 2 de diciembre de 1889 y del 22 de abril de 1890).
520
Capítulo 4 | Características musicales
137
“Ecos de la Semana”. El Diario del Hogar. México, 16 de diciembre de 1886.
138
El Diario del Hogar. México, 14 de abril de 1887.
139
Escorza, J. J., op. cit., p. 12.
140
Me permito ilustrar el caso de determinados pasajes en la correspondencia texto-música
con recursos análogos a la retórica musical del barroco, particularmente figuras de repeti-
ción melódica como clímax (repetición de la misma melodía en la misma voz una segunda
más alta), gradatio (secuencia de clímax), palillogia (repetición de una idea melódica en las
mismas notas y en la misma voz), poliptoton (repetición de la idea melódica en diferente
registro), epizeusis (repetición inmediata de una expresión textual y de una frase melódica
transportada a un registro más agudo o más grave) o synonimia (repetición de una idea
melódica en diferentes notas y en la misma voz). Un tanto menos frecuentes resultan las
figuras de relaciones disonantes o interválicas. Para mayores detalles véase Rubén López
Cano: Música y retórica en el barroco. Barcelona, Amalgama Edicions, 2011.
521
Rogelio Álvarez Meneses
301. Son image, Op. 40. Mélodie pour piano et chant. (Colección particular, manuscrito autógrafo, 1884), cc. 1-5.
• Planteamientos armónicos plagales entre las diferentes sec- 302. Je veux t’oublier. Oeuvre posthume.
ciones de las obras: tónica – subdominante, tónica – tercer (New York, Jos. W. Stern & Co., 1909),
cc. 1-4.
grado descendido; esto orienta al discurso armónico hacia re-
giones tonales distintas a la dominante.
• Utilización de la modalidad menor y mayor como recurso de
contraste expresivo en concordancia con el sentido del texto,
como en Je dois te fuir! y Les larmes, que interpolan secciones
en ambas modalidades o el final de Ave María.
• Estructuras formales de gran concisión que incluyen dife-
rentes variantes del planteamiento del lied: AA’, ABA, ABA’
ABAB, ABA’B, ABABAB, ABCABB.
• Introducciones, interludios y codas instrumentales relativa
brevedad, cuya extensión no sobrepasa los ocho compases:
522
Capítulo 4 | Características musicales
303. Premier chagrin. Romance pour • Presentación de variantes en la escritura pianística en la re-
Soprano ou Tenor. Oeuvre posthume.
capitulación de secciones expuestas con anterioridad. Lo an-
(New York, Jos. W. Stern & Co., 1909).
Introducción, cc. 1-5. terior es un rasgo recurrente en Castro e implica un uso de-
purado de los recursos idiomáticos del piano a través de un
acompañamiento que favorece a la expresión musical:
○○ Diseños de acordes repetidos e inclusión de variantes en
su figuración rítmica de acuerdo al texto (v. gr. corchea –
tresillo – semicorchea).
○○ Arpegios en posición abierta repartidos en ambas manos
304. Je t’aime. (New York, Jos. W. Stern sin modificación de la posición de la mano y sin paso de
& Co., 1909), cc. 1-4. pulgar en la mayoría de los casos.
523
Rogelio Álvarez Meneses
○○ Figuraciones de escalas y arpegios rápidos con cruce de 305. Chanson d’automne. Oeuvre pos-
thume. (México, Enrique Munguía,
manos en un amplio registro del teclado (parte central Editor, 1911), cc. 1-2, cc. 11-12.
de Je veux t’oublier).
524
Capítulo 4 | Características musicales
306. Je veux t’oublier. Oeuvre posthume. ○○ Melodía cantábile y legato en la voz superior que ha de
(New York, Jos. W. Stern & Co., 1909),
cc. 16-19. tocarse con los dedos 3, 4 y 5 de la mano derecha, lo
que obliga a hacer frecuentes sustituciones para manten-
er el legato. Esta disposición confiere un mayor realce a
la melodía y evita un ataque percusivo, derivando en una
sonoridad más discreta.
○○ Bajo tenuto en mano izquierda, ya sea escrito en valores
reales o prolongado por acción del pedal de resonancia,
principalmente en piezas con ritmo armónico lento.
○○ Acordes de octava con notas intermedias, repetidos y to-
cados por ambas manos, cuya ejecución requiere control
de la muñeca y favorece un ataque desde el antebrazo,
lo que propicia un efecto brillantez y amplitud sonora.
525
Rogelio Álvarez Meneses
○○ Bajo en octavas prolongado con el pedal durante todo el 307. Premier chagrin. Romance pour
compás y la simultánea repetición del mismo acorde con Soprano ou Tenor. Oeuvre posthume.
(New York, Jos. W. Stern & Co., 1909),
ambas manos en el registro agudo, particularmente en cc. 22-24.
momentos de clímax.
○○ Combinación de distintos diseños pianísticos en el mis- 308. Je veux t’oublier. Oeuvre pos-
mo compás. Es notable el tratamiento de la recapitu- thume. (New York, Jos. W. Stern &
Co., 1909), cc. 26-28.
lación de Je veux t’oublier (compás 31 y ss.) en el que se
interpola la figuración de arpegios de la parte central (cc.
16 a 21) con la textura acordal de la sección inicial (c.
1 y ss.).
526
309. Je veux t’oublier. Oeuvre pos- ○○ Aligeramiento de texturas por medio de la síncopa, evitan-
thume. (New York, Jos. W. Stern & do la percusión del tiempo fuerte (v. gr. Ave verum, Op. 4,
Co., 1909), cc. 31-32.
Premier chagrin, Le secret).
Esta riqueza en el tratamiento pianístico convierte al acom-
pañamiento en un elemento activo al servicio de una mayor expre-
sividad. Es la canción de concierto el género en el que se sintetizan
de mejor manera las dos vías creativas de Castro: el teatro musical y
la música para piano solo.
527
Conclusiones
El estudio de la trayec-
toria vital y producción E l estudio de la trayectoria vital y producción musical de Ricar-
do Castro lo sitúa como el personaje más representativo del pa-
norama musical del México decimonónico.
musical de Ricardo Cas-
Pese a no haber tenido antecedentes musicales familiares,
tro lo sitúa como el per- tuvo un temprano acercamiento a la música en su provincia natal.
sonaje más representativo Su posterior traslado a la capital del país le significó la oportunidad
del panorama musical del de estudiar en el Conservatorio Nacional de Música, centro donde
México decimonónico. adquirió los rudimentos de los dos ejes principales que marcaron su
Pese a no haber tenido carrera artística: la interpretación y la composición musical.
En el terreno interpretativo, la solvencia técnica demostra-
antecedentes musicales fa-
da desde su juventud le permitió abordar una serie de obras de cor-
miliares, tuvo un tempra- te meramente virtuosístico: un repertorio que había conocido a tra-
no acercamiento a la mú- vés de su profesor Julio Ituarte y que era heredero del mundo de la
sica en su provincia na- transcripción operística y de la fulgurante escritura de autores como
tal. Su posterior trasla- Gottschalk, Henselt, Tausig, Brassin o Leschetizky. Posteriormente
do a la capital del país le se centró en composiciones de mayor contenido y trascendencia en
la literatura pianística universal y se inclinó por el estudio de obras
significó la oportunidad
de Beethoven, Schubert, Chopin, Schumann y Liszt.
de estudiar en el Conser- En el ámbito de la composición, recibió una sólida forma-
vatorio Nacional de Mú- ción de la mano de Melesio Morales, personaje fuertemente vincu-
sica, centro donde adqui- lado al gusto operístico italiano imperante en México durante la se-
rió los rudimentos de los gunda mitad del siglo xix. Algunas obras tempranas muestran la
dos ejes principales que impronta de esta primera etapa. Más tarde Castro se identificó con
otras corrientes musicales de índole igualmente europea, orientán-
marcaron su carrera ar-
dose hacia la estética de compositores del contexto francés y germá-
tística: la interpretación y nico, siendo particularmente proclive a Wagner.
la composición musical. Los dos aspectos anteriores tienen un punto de encuentro
en la producción de Castro, puesto que en su catálogo se advierte el
proceso desarrollado por el compositor hacia la búsqueda de su pro-
pio lenguaje. Así lo revela la línea seguida en su obra para piano que,
teniendo como punto de partida las paráfrasis de óperas famosas y
la música de salón para el consumo inmediato de los aficionados, se
529
Rogelio Álvarez Meneses
orientó más tarde hacia la creación de obras dirigidas al concertista Castro y sus contempo-
profesional. En el género lírico también se observa el cambio ideo- ráneos pretendieron una
lógico y estético suscitado en Castro: una primera ópera, Don Gio-
renovación de la músi-
vanni d’Austria, fue desestimada por el propio autor por considerar-
la demasiado anquilosada en los moldes italianos, mientras que sus ca mexicana sustentada
dos títulos posteriores, Atzimba y La légende de Rudel, dan fe de que precisamente en la apro-
el compositor ha vuelto su mirada hacia el mundo lírico francés y piación de aquellos cáno-
que tampoco ignora los procedimientos wagnerianos, con los que nes europeos que consi-
se identifica plenamente. deraban modernos. Esto
Castro y sus contemporáneos pretendieron una renovación
motivó la formación del
de la música mexicana sustentada precisamente en la apropiación
de aquellos cánones europeos que consideraban modernos. Esto mo- Grupo de los Seis, inte-
tivó la formación del Grupo de los Seis, integrado por músicos co- grado por músicos coetá-
etáneos que tenían por afinidad su refinado espíritu cosmopolita y neos que tenían por afi-
su vocación renovadora. Mientras que el también compositor y pia- nidad su refinado espíritu
nista Gustavo E. Campa hacía las veces de líder intelectual del gru- cosmopolita y su vocación
po y manifestaba sus posturas desde la cátedra y la prensa, Castro
renovadora. Mientras
hacía lo propio desde el teclado. Ligado al Grupo de los Seis surgió
el Instituto Musical Campa-Hernández Acevedo, centro que apos- que el también composi-
taba por la difusión de nuevos autores y métodos de enseñanza, por tor y pianista Gustavo E.
lo que desde su concepción se perfiló como una alternativa al Con- Campa hacía las veces de
servatorio Nacional de Música. líder intelectual del grupo
Otro aspecto destacable es la participación de Castro en so- y manifestaba sus posturas
ciedades musicales, como la Sociedad Anónima de Conciertos de
desde la cátedra y la pren-
Orquesta y posteriormente la Sociedad Filarmónica Mexicana, ins-
tancias desde las que el compositor realizó el estreno y difusión de sa, Castro hacía lo propio
nuevos repertorios aún no conocidos en México, tanto de autores desde el teclado.
nacionales como extranjeros.
Paralelamente Castro desarrolló una notable carrera como
concertista profesional cuyo campo de acción no se limitó a Méxi-
co, sino que también se extendió por Estados Unidos y Europa, con
lo cual se convirtió en el primer pianista mexicano de proyección
internacional. En este punto debe mencionarse la importante labor
realizada por la prensa a su favor, pues Castro fue un personaje con
una presencia constante en los medios impresos.
El éxito de Castro como pianista y compositor se debió en
parte a su sorprendente capacidad de asimilación y a su labor auto-
didacta. Los recitales ofrecidos en México por Teresa Carreño, Eu-
gen D’Albert e Ignaz Paderewski significaron un impacto decisivo
en el pianista mexicano, quien después de haberlos visto tocar en
directo e interiorizado sus procedimientos pianísticos, experimentó
importantes mejoras en su propia ejecución.
Gracias al apoyo del gobierno mexicano, presidido enton-
ces por el Gral. Porfirio Díaz, Castro, siendo ya un artista formado,
se trasladó a Europa, estancia que se prolongó por cuatro años. En
530
Conclusiones
531
Rogelio Álvarez Meneses
tanto, una de las tareas más urgentes era el demostrar que se esta- Es inaplazable superar
ba a la altura de los países europeos. Indiscutiblemente, lo anterior el complejo de inferiori-
tuvo una innegable repercusión en todos los órdenes de la cultura.
dad derivado de la in-
Éste fue uno de los motivos por los que la historiografía del
siglo xx relegó a un segundo plano gran parte de las manifestacio- útil, desgastante e injus-
nes culturales del siglo anterior: precisamente por no tener una vin- ta comparación de nues-
culación directa con lo mexicano. En el caso concreto de Castro las tro legado musical con
condiciones le fueron aún menos propicias: habiendo fallecido en los de naciones de otras
1907, el proceso revolucionario iniciado en 1910 supuso una serie latitudes. Es improce-
de cambios significativos a nivel social e ideológico que no le fueron
dente confrontar cual-
favorables en absoluto. Como efectivamente sucedió durante una
parte importante del siglo xx, Castro tenía todos los agravantes para quier pieza de Castro
ser condenado al ostracismo: una fuerte identificación con la estéti- con otra de cualquier
ca romántica europea y el haber gozado de la protección de un régi- compositor europeo con-
men igualmente deleznado: el porfiriato. sagrado a la universali-
Una de las críticas más recurrentes a Castro ha sido la no- dad por el hecho de fi-
toria influencia de autores como Chopin, Schumann o Liszt en su
gurar en los manuales
obra. El presente estudio ha permitido formular reflexiones contun-
dentes al respecto. Ciertamente Castro tuvo modelos previos, pero de historia: resulta in-
consideramos que esto no significa necesariamente una carencia de viable la comparación
originalidad u oficio creativo, como tampoco implica que el com- de diferentes creadores
positor haya sido incapaz de desarrollar un lenguaje propio. Ade- con sus distintas tradi-
más, es un hecho irrebatible que Castro no fue el único músico en ciones musicales. Esti-
asumir la influencia de los compositores antes citados ni en emular
mamos que este traba-
la estética centroeuropea.
Es inaplazable superar el complejo de inferioridad deriva- jo ha permitido revelar
do de la inútil, desgastante e injusta comparación de nuestro lega- la identidad propia de
do musical con los de naciones de otras latitudes. Es improcedente Castro entendida desde
confrontar cualquier pieza de Castro con otra de cualquier compo- su propio contexto tem-
sitor europeo consagrado a la universalidad por el hecho de figurar poral y cultural.
en los manuales de historia: resulta inviable la comparación de dife-
rentes creadores con sus distintas tradiciones musicales. Estimamos
que este trabajo ha permitido revelar la identidad propia de Castro
entendida desde su propio contexto temporal y cultural.
La presente investigación responde a la necesidad de realizar
un estudio sistematizado de la vida y obra de Castro desde una óp-
tica desprovista de todo prejuicio o resentimiento histórico precisa-
mente con el objetivo de apreciar al creador y su legado en su jus-
ta dimensión.
El estudio de su producción ha permitido definir las carac-
terísticas generales de su música y establecer una periodización crea-
tiva de acuerdo a rasgos y criterios bien diferenciados. Con base en
lo anterior y a través de la localización de datos biográficos e infor-
maciones de diversa índole, se ha establecido una propuesta de da-
532
Conclusiones
La presente investiga- tación de la obra de Castro, quien durante su vida realizó dos ree-
ción responde a la nece- numeraciones de sus piezas.
De igual forma se ha elaborado un catálogo de la obra que
sidad de realizar un es-
incorpora nuestros propios hallazgos y, además de la obra debida-
tudio sistematizado de mente datada, discrimina entre piezas perdidas, anunciadas o falsa-
la vida y obra de Castro mente atribuidas.
desde una óptica des- El análisis musical de toda su obra nos revela a un composi-
provista de todo prejui- tor con gran sentido del equilibrio formal y estructural en sus pie-
cio o resentimiento his- zas, la mayoría de las cuales también muestran una notable uni-
dad temática, como el Concerto pour piano avec accompagnement
tórico precisamente con
d’orchestre, Op. 22. Si bien su obra recurre a un lenguaje estricta-
el objetivo de apreciar mente tonal, existen determinados procedimientos armónicos que
al creador y su legado en revisten especial interés y que por lo tanto constituyen una marca
su justa dimensión. de estilo, principalmente en lo relacionado con la modulación y los
El estudio de su produc- diferentes usos de acordes específicos.
ción ha permitido de- El oficio del pianista compositor ha quedado implícito pre-
cisamente en su producción para piano. La solvencia técnica de
finir las característi-
Castro es palpable en los pasajes pianísticamente comprometidos,
cas generales de su mú- los cuales se encuentran escritos de manera que se facilite su ejecu-
sica y establecer una pe- ción. Teniendo la melodía especial importancia en su obra, el com-
riodización creativa de positor se vale de múltiples recursos para destacarla desde el tecla-
acuerdo a rasgos y crite- do. Igualmente se aprecia una clara diferenciación de los planos so-
rios bien diferenciados. noros a partir del manejo de una amplia gama de ataques. En resu-
men, la obra para piano solo revela el alto conocimiento y explota-
ción de los recursos idiomáticos del instrumento.
La obra vocal es, después de la música para piano solo, la más
abundante dentro del catálogo de Castro. En este género confluyen
dos vías creativas en las que el compositor ya ha demostrado su
valía: el manejo de la voz humana y el refinado tratamiento de la
parte pianística.
Además de la composición y el concertismo, Castro también
se dedicó a la enseñanza del instrumento y eventualmente al perio-
dismo musical. La docencia la suspendió antes de su partida a Eu-
ropa y volvió a ejercerla a su regreso a México; si bien algunos de
sus alumnos alcanzaron cierta notoriedad como intérpretes profe-
sionales, su prematura muerte no dio lugar a una generación de dis-
cípulos lo suficientemente abundante que diese contundente conti-
nuidad a su magisterio. En contraste, la labor periodística que había
realizado puntualmente en México, se intensificó durante la etapa
europea. Más que crítica musical, se trata de una serie de colabora-
ciones con temática musical de un enfoque casi didáctico; estos ar-
tículos también han sido localizados y estudiados y revelan una gran
parte del ideario musical y artístico del compositor.
La línea de trabajo emprendida tiene como principales obje-
tivos el rescate y puesta en valor del legado musical de Castro. Este
533
Rogelio Álvarez Meneses
534
Anexo 1
Metodología y propuesta
de datación de la obra
1
“Ricardo Castro”. El Libre Sufragio. México, 8 de enero de 1880.
2
Se tiene la evidencia de que los Aires Nacionales Mexicanos, Op. 10 fueron editados por
Wagner y Levién exactamente en 1882, por lo que la publicación de Rigoletto…, Op. 1
puede situarse hacia el mismo año o incluso antes. Véase: “Ricardo Castro” en Verzeichniss
de im Jahre 1882 erschienenen Musikalien, auch musikalischen Schriften und Abbildungen
mit Anzeige der Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1882, p. 56.
3
“Ricardo Castro” en Verzeichniss de im Jahre 1885 erschienenen Musikalien, auch
musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der Verleger und Preise, Leipzig,
Friedrich Hofmeister, 1885, p. 47.
4
Cuca y Rafaelita eran dos tías de Ricardo Castro, muy cercanas al compositor. (Germán
Castro Herrera. Entrevista, 18 de agosto de 2011).
536
Anexo 1
5
“Pastel de la Semana”. El Diario del Hogar. México, 29 de marzo de 1885.
6
“Gacetilla”. El Diario del Hogar. México, 30 de octubre de 1885.
7
“Ricardo Castro” en Verzeichniss de im Jahre 1885 erschienenen Musikalien, auch musika-
lischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich
Hofmeister, 1885, p. 47.
8
“Ricardo Castro” en Verzeichniss de im Jahre 1883 erschienenen Musikalien, auch musika-
lischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich
Hofmeister, 1883, p. 39.
537
Rogelio Álvarez Meneses
sos se observan obras cuyos números de opus se solapan. Con res- Con respecto a la data-
pecto a la datación de las obras póstumas, no se tienen los elemen- ción de las obras póstu-
tos suficientes para proporcionar una fecha de composición certera
mas, no se tienen los ele-
de cada una de las piezas.9 Esto dio lugar a la publicación de grupos
de obras póstumas escritas en diferentes etapas de la vida de Cas- mentos suficientes para
tro, pero que permanecían inéditas. De algunas piezas se localiza- proporcionar una fecha
ron referencias a su estreno, pero de la mayoría no se encontró nin- de composición certera de
gún dato. Aun así, ha sido posible ubicarlas en alguno de los perio- cada una de las piezas.
dos compositivos del autor por medio del análisis de sus caracterís- Esto dio lugar a la publi-
ticas musicales y estilísticas.
cación de grupos de obras
Las piezas póstumas configuran un grupo heterogéneo, en
donde es clara la “convivencia de muchas obras cuya elaboración y póstumas escritas en dife-
estilo acusan una mezcla de lo antiguo con lo nuevo”, como señala rentes etapas de la vida de
Gloria Carmona.10 Castro, pero que perma-
Este panorama hace evidente la problemática de que el nú- necían inéditas.
mero de opus no concuerde con el orden cronológico de composi-
ción de las obras, lo que dificulta la labor de integrar un catálogo en
riguroso orden consecutivo.
La postura de los anteriores estudios realizados en torno a la
obra de Castro es variada: en algunos se omite y en otros se comenta
tangencialmente, pero en ningún caso se ha ofrecido una propuesta
de datación de las obras.
El Dr. Jesús C. Romero11 presenta un listado con cuatro
apartados: obras editadas por A. Wagner y Levién, Sucs., obras im-
presas pertenecientes a la primera numeración, obras sin numerar y
manuscritos. Su ordenación es ascendente y deja en blanco los nú-
meros de opus que no tienen obra asignada. En consecuencia, no
realiza un orden cronológico sino numérico, con la problemática
que esto supone. Es además un listado con importantes omisiones.
En su tesis de licenciatura, Esperanza Vázquez Sánchez12
presenta un “listado de las principales obras de Ricardo Castro”. Es
un catálogo no exhaustivo que, como su nombre indica, sólo con-
templa las obras que a juicio de la autora, son las más relevantes, se-
ñalando que Castro “escribió, además, varias piezas de salón, con tí-
tulos románticos”, sin especificar tales composiciones. Toma como
eje cronológico la estancia de Castro en Europa, y organiza el listado
en dos apartados: “1. De 1880 a 1902, antes de su viaje a Europa, y
9
Recordemos que Vicente Castro Herrera (1867-1949), hermano del compositor y tam-
bién pianista, continuó la relación con las casas editoriales luego de la repentina muerte
de Ricardo y posiblemente ni él mismo conociese la fecha de composición de las piezas.
10
Carmona, Gloria. Álbum de Ricardo Castro. Investigación iconográfica y documental. Mé-
xico, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2009, p. 130.
11
Romero, Jesús C. Ricardo Castro. Sus efemérides biográficas. Durango, Instituto Juárez,
1956, pp. 50-53.
12
Vázquez Sánchez, Esperanza. “Ante la figura de Ricardo Castro”. Tesis de licenciatura.
Director: Pablo Castellanos Cámara. México, Instituto Nacional de Bellas Artes, Con-
servatorio Nacional de Música, 1968, pp. 30-31.
538
Anexo 1
El trabajo mono- 2. De 1903 a 1907, hasta su prematura muerte”. Hacia el final, se-
gráfico sobre Ricardo Cas- ñala que los números de opus “no coinciden exactamente con su or-
den cronológico [ya que] el propio compositor decidió iniciar una
tro publicado por Emilio
nueva numeración”,13 pero tampoco ofrece una solución.
Díaz Cervantes y Dolly El listado de obras presentado por María Angélica Romero
R. de Díaz presenta un Franco14 es también un catálogo incompleto, pues únicamente pre-
catálogo con criterios de senta setenta títulos siguiendo únicamente un criterio de ordena-
organización similares a ción alfabético, aclarando que en su listado solamente se encuen-
los del Dr. Jesús C. Rome- tran consignadas aquellas obras cuyas partituras se encontraban dis-
ponibles en las bibliotecas. Por lo tanto, no hay tampoco un discer-
ro: obras con número de
nimiento entre las obras con distinta numeración de opus o aqué-
opus en orden ascendente, llas que son de carácter póstumo.
obras sin número de opus El catálogo consignado en la entrada correspondiente a Ri-
y manuscritos y se concre- cardo Castro Herrera en el Diccionario de la Música Española e His-
tan a señalar que existen panoamericana, realizado por Robert Stevenson,15 no repara en el
algunas composiciones con problema de la datación de las obras. Tampoco lo hace Gerald R.
Benjamin16 en la correspondiente entrada de The New Grove Dictio-
numeración antigua, sin
nary of Music and Musicians. Por su parte, Gabriel Pareyón17 en su
especificar cuáles. Diccionario Enciclopédico de la Música en México, presenta una gran
cantidad de obras sin fechar y, en aquéllas en que consigna año de
composición, se tiene que en muchos casos las fechas son imprecisas
de acuerdo a los resultados de la presente investigación.
El trabajo monográfico sobre Ricardo Castro publicado por
Emilio Díaz Cervantes y Dolly R. de Díaz18 presenta un catálogo
con criterios de organización similares a los del Dr. Jesús C. Rome-
ro: obras con número de opus en orden ascendente, obras sin nú-
mero de opus y manuscritos y se limitan a señalar que existen algu-
nas composiciones con numeración antigua, sin especificar cuáles.
El catálogo realizado por la investigadora Áurea Maya re-
quiere una mención especial. Se integra por un total de 88 regis-
tros que en su conjunto representan 97 obras editadas y siete ma-
nuscritos autógrafos. Este trabajo, realizado con un gran rigor mu-
sicológico, se centra específicamente en las obras depositadas en el
Fondo Reservado del Conservatorio Nacional de Música. Las fe-
13
Ibíd., p. 31.
14
Romero Franco, María Angélica. “La música para piano de Ricardo Castro”. Tesis de
licenciatura. Director: Luis Mayagoitia-Vásquez. Universidad Nacional Autónoma de
México, Escuela Nacional de Música, México, 1984, pp. 103-112.
15
Stevenson, Robert. “Ricardo Castro Herrera” en Diccionario de la Música Española e His-
panoamericana. Emilio Casares Rodicio (dir. y coord.), 10 volúmenes, Madrid, Sociedad
General de Autores y Editores, 1999, volumen 3, p. 413.
16
Benjamin, Gerald R. “Ricardo Castro Herrera” en The New Grove Dictionary of Music
and Musicians. Stanley Sadie (ed.), 20 vols., Londres, Macmillan Publishers Limited,
1980, volumen 3, p. 879.
17
Pareyón, Gabriel. Diccionario Enciclopédico de la Música en México. 2 volúmenes, México,
Universidad Panamericana, 2007, volumen 1, pp. 205-206.
18
Díaz Cervantes, Emilio, R. de Díaz, Dolly. Ricardo Castro. Genio de México. México,
Instituto de Cultura del Estado de Durango, 2007, pp. 178-184.
539
Rogelio Álvarez Meneses
Propuesta de datación
La siguiente propuesta se fundamenta en un exhaustivo trabajo de
investigación hemerográfica y documental, así como en el contraste
de las diversas fuentes que contienen información referente a las fe-
chas de composición de las obras, a saber:
1. Las menciones hemerográficas. Constituyen una fuente de
gran utilidad para conocer con exactitud tanto las fechas
de composición y estreno de las obras, como los procesos
de evolución que pudieron haber tenido. En este último
apartado nos referimos a los casos de aquellas piezas que,
después de su estreno, fueron objeto de revisiones o adapta-
ciones. Las notas periodísticas nos han permitido hacer un
seguimiento de las diferentes versiones que tuvieron algunas
obras. Es el caso de Rigoletto. Trascrizione elegante per piano-
forte sui migliori motivi dell’opera Rigoletto di Verdi, Op. 1,
Caprice-Valse, Op. 1, Norma, Fantaisie de concert pour piano
sur des motifs de l’Opera de Bellini, Op. 8, la ópera Atzimba,
entre otras.
2. Las obras consignadas en el artículo dedicado a Ricardo Cas-
tro en la Ilustración Musical Hispano-Americana del 23 de
abril de 1889. Este listado fue redactado en vida por el pro-
pio compositor y debido a su fecha de publicación, cita las
obras con su primera numeración de opus. Evidentemente
es un catálogo incompleto, ya que fue realizado cuando el
compositor tenía veinticinco años, pero es una fuente de
gran valor para datar algunas de sus principales obras de ju-
ventud, tomando como eje precisamente el año de 1889. Se
incluyen nueve obras editadas y veintiséis inéditas, así como
una ópera, un trío con piano e “infinidad de lieders [sic]
para canto y piano” en redacción.20
21
Handbuch der Musikalischen Literatur oder Verzeichnis der im Deutschen Reiche, in den
Ländern deutschen Sprachgebietes sowie der für den Vertrieb im Deutschen Reiche wichtigen,
im Auslande Erschienenen Musikalien auch musikalischen Schriften, Abbildungen und plas-
tischen Darstellungen mit Anzeige der Verleger und Preise. Leipzig, Friedrich Hofmeister,
años de 1887, 1900, 1906, 1910, 1915.
22
Verzeichniss der im Jahre […] erschienenen Musikalien, auch musikalischen Schriften und
Abbildungen mit Anzeige der Verleger und Preise. In alphabetischer Ordnung nebst system-
atisch geordneter Uebersicht. Leipzig, Friedrich Hofmeister, años de 1882, 1883, 1885,
1886, 1892, 1894, 1901, 1902, 1903, 1904, 1906, 1907, 1908.
541
Rogelio Álvarez Meneses
543
Rogelio Álvarez Meneses
Piano solo.
Amor filial, Op. 4. 1880-06-04. Manuscrito inédito.
Fantasía poética para piano.
“A mi querida madre el día de su santo”.
Piano solo.
Alegría del corazón, Op. 6. Manuscrito inédito. [Próximo a Amor filial, Op. 4].
Vals brillante para piano.
Piano solo.
Fantasía sobre temas de Dinorah de 1881-08-22. Interpretada en el concierto realizado en el
Meyerbeer. Teatro Principal el 22 de agosto de 1881 en honor de Alfonso
Herrera, director de la Escuela Nacional Preparatoria. [Citado
en El Cable Trasatlántico del 28 de agosto de 1881].
Interpretada en una reunión musical organizada por el Dr.
Contreras como bienvenida para Ricardo Castro el martes 19
de abril de 1885. [Citado en La Patria Ilustrada del 20 de abril
de 1885 y por El Eco de Hidalgo del 19 de abril de 1885].
Aires nacionales mexicanos, Op. 10. 1882. Verzeichniss de im Jahre 1882 erschienenen Musikalien,
Capricho brillante para piano. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1882.
Piano solo. 1884-09-15. Primera mención hemerográfica.
1886h. Edición por A. Wagner y Levién, Sucs. Plancha No. 29.
1889-04-23. Mención en la Ilustración Musical Hispano-
Americana, como obra editada.
Los campos, Op. 16. 1882-08-06. Finalización de la obra.
Pastoral. 1886h. Edición por A. Wagner y Levién, México. Plancha
AWyL 151. Oscar Brandstetter, Grav. – Impr., Leipzig.
“A mi querido maestro Lauro Beristáin”. 1889-04-23. Mención en la Ilustración Musical Hispano-
Americana, como obra editada.
Piano solo.
Himno a la ciencia. 1882-08-21. Compuesto y ejecutado con ocasión del concierto
ofrecido en el Gran Teatro Nacional en honor de Alfonso
Herrera, director de la Escuela Nacional Preparatoria el lunes
21 de agosto de 1882. [Citado en La Libertad del 19 de agosto
de 1882 y en La Patria del 27 de agosto de 1882].
544
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Violín y piano.
Cuarteto en Fa sostenido menor para dos 1882. Finalización de la obra.
violines, viola y violoncello, Op. 21.
Manuscrito inédito.
Cuarteto de cuerdas.
Enriqueta. Mazurka. 1883p. Sin créditos editoriales. Edición previa a 1883. Esta
obra fue enviada a la Biblioteca de Nacional de Venezuela
Piano solo. con ocasión del centenario de Simón Bolívar. “El año pasado
[1883] con motivo del centenario de Bolívar, el Gobierno de
S/F, S/Op. Venezuela solicitó del nuestro la letra y música del Himno
Nacional, y en contestación se le mandó, además de lo pedido,
391 piezas musicales de 114 compositores mexicanos, cuyos
nombres, así como los títulos de las obras, pueden verse en el
Álbum Musical, núm. I”. (Citado en el Boletín de la Biblioteca
Nacional de México del 31 de julio de 1904).
[En el envío se incluyen tres piezas de Ricardo Castro: Norma.
Fantaisie de concert pour piano sur des motifs de l’Opera de
Belini, Op. 8, Aires Nacionales Mexicanos. Capricho brillante
para piano, Op. 10 y la mazurka Enriqueta.]
545
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Canto y piano.
Gran Marcha Solemne para Orquesta. 1884-04-02. Interpretada el 2 de abril de 1884 en la ceremonia
de inauguración de la Biblioteca Nacional de México. [Citado
por el Periódico Oficial del Estado de Campeche del 18 de abril
de 1884. Reseñado en el primer número del Boletín de la
Biblioteca Nacional, publicado el 31 de julio de 1904].
Interpretada en el concierto del 26 de diciembre de 1885 en el
Teatro Nacional. [Citado en La Patria del 24 de diciembre de
1885 y en El Diario del Hogar del 26 de diciembre de 1885].
Una “Marcha” de Ricardo Castro fue tocada en una función
cívica realizada el 15 de septiembre de 1883 en el Teatro
Hidalgo, interpretada por “una pequeña orquesta” formada por
educandas del Conservatorio. La prensa consigna: “La marcha
del Sr. Castro se distingue por su corte franco y la fluidez del
dibujo melódico”. [Citado en El Tiempo del 2 de octubre de
1883].
1889-04-23. Mención en la Ilustración Musical Hispano-
Americana, como obra inédita.
546
Anexo 1
Viene de la página anterior.
“Al señor Don José María Vigil”. “Ejecutado á grande orquesta el 2 de Abril de 1884, en
la Biblioteca Nacional de México, para cuya solemne
inauguración fue escrito”.
Andantino en Sol mayor para piano, 1884-05. Mencionada por Gustavo E. Campa en “Ricardo
armónium y violín, Op. 42. Castro y sus obras”. [Citado por El Mundo Ilustrado del 18 de
enero de 1918; incluye la reproducción de la primera página
del manuscrito autógrafo de Castro].
Ilusión, Op. 37 [No. 1]. 1884-05-17. Anuncio de su publicación como parte del Álbum
Romanza sin palabras. Musical de El Siglo Diez y Nueve. La pieza es anterior, ya que
indica que fue compuesta por Ricardo Castro, “alumno del
Piano solo. Conservatorio de Música”.
1884. Edición por H. Nagel, Sucesores. Plancha No. 136.
547
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Piano solo.
Primer Nocturno en Si menor para piano, 1885. Verzeichniss de im Jahre 1885 erschienenen Musikalien,
Op. 48. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
“A mi apreciable amigo Luis David”. Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1885.
1885-08-05. Estreno.
Piano solo. 1889-04-23. Mención en la Ilustración Musical Hispano-
Americana, como obra editada.
Segundo Nocturno in [sic] Fa sostenido menor 1885. Verzeichniss de im Jahre 1885 erschienenen Musikalien,
para piano, Op. 49. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
“A mi apreciable amigo Luis David”. Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1885.
1889-04-23. Mención en la Ilustración Musical Hispano-
Piano solo. Americana, como obra editada.
1890. Primera mención hemerográfica en El Nacional del 4 de
enero de 1891.
Fantasía elegante para piano. 1885-03-08. Interpretada en el concierto del domingo 8 de
marzo de 1885 en el Music Hall de la Exposición de Nueva
Orleans. [Citado en The Times Democrat del 7 y 9 de marzo de
1885].
Himno Nacional del Brasil de Gottschalk, 1885-03-08. Interpretado en el concierto del domingo 8 de
arreglado para piano por Ricardo Castro. marzo de 1885 en el Music Hall de la Exposición de Nueva
Orleans. [Citado en The Times Democrat del 7 y 9 de marzo de
Se trata del himno compuesto en 1822 por 1885.
Francisco Manoel da Silva (1795-1865), La Patria Ilustrada del 20 de septiembre de 1885 también
sobre el cual Louis Moreau Gottschalk refiere una interpretación exitosa de la misma obra. También
(1829-1869) realizó su Grande fantaisie interpretado en el concierto del 5 de agosto de 1885 en el salón
triomphale sur l’Hymne national Brésilien, de la calle de Gante. [Citado por El Diario del Hogar del 11 de
Op. 69 (1869). agosto de 1885].
Fantasía sobre Aida de Verdi. 1885-04-19. Interpretada en una reunión musical organizada
por el Dr. Contreras como bienvenida para Ricardo Castro el
martes 19 de abril de 1885. [Citado en El Eco de Hidalgo del
19 de abril de 1885].
Casta diva de Norma de Bellini: transcripción 1885-04-19. Interpretada en una reunión musical organizada
para mano izquierda sola. por el Dr. Contreras como bienvenida para Ricardo Castro el
martes 19 de abril de 1885. [Citado en El Eco de Hidalgo del
19 de abril de 1885].
Première Polonaise.
1885-08-05. Mención del estreno de una polonesa en La
bemol, que es la única de Castro en esa tonalidad.
Piano solo.
1911. Edición por Enrique Munguía, Editor Breitkopf &
Obra póstuma.
Härtel. Plancha E. M. No. 108.
[Imprenta de Breitkopf & Härtel en Leipzig].
S/F S/Op.
548
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Piano solo.
Dulce recuerdo (No. 2 del Op. 37). 1885-12-26. Ambas piezas del Op. 37: No. 1, Ilusión y No.
2, Dulce recuerdo, fueron interpretadas por orquesta en el
concierto del 26 de diciembre de 1885 en el Gran Teatro
Nacional (instrumentación realizada por Gustavo E. Campa).
[Citado en La Patria del 24 de diciembre de 1885].
Allegro de concierto en Re menor para piano 1885-12-26. Interpretado en el concierto del 26 de diciembre
con acompañamiento de orquesta. de 1885 en el Teatro Nacional. [Citado en El Diario del Hogar
del 22 de diciembre de 1885; La Patria del 24 de diciembre de
1885 publicó el programa íntegro, en el que se especifica como
Allegro del Primer Concerto en Re menor].
El 10 de noviembre de 1886, en un concierto en la casa de
Ignacio Manuel Altamirano, tocó “el allegro de un Concierto,
pensamiento suyo”, sin acompañamiento de orquesta [Citado
por El Diario del Hogar del 11 de noviembre de1886].
549
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Lied de Davidoff: arreglo para orquesta. 1885-12-26. Mencionado dentro del programa del concierto
del 26 de diciembre de 1885 en el Teatro Nacional.
La obra original pertenece a las Tres piezas de salón para
violoncelo y piano, Op. 16: 1. Mondnacht. 2. Lied. 3. Märchen,
de Carl Davidoff (1838-1889).
[Citado en La Patria del 24 de diciembre de 1885].
¡No me caso! 1885-12-26. Se anunció su interpretación por la soprano
Danza. Rosa Palacios en el concierto del 26 de diciembre de 1885
en el Teatro Nacional. [Citado en El Diario del Hogar del 22
Versión para soprano y orquesta. de diciembre de 1885]. Crónicas del evento señalan que la
cantante no tomó parte del concierto por una indisposición,
por lo que la pieza no se ejecutó. [Citado en The Two Republics
del 29 de diciembre de 1885 y en La Patria del 31 de
diciembre de 1885].
Je dois te fuir! 1886. Finalización de la obra.
Mélodie pour chant et piano. 2007. Edición Centro Nacional de Investigación,
Documentación e Información Musical.
“A Manuel Escudero. Recuerdo cariñoso”.
Canto y piano.
Salve Regina para barítono con 1886-12-08. Interpretada el 8 de diciembre de 1886 en la
acompañamiento de órgano o piano. festividad de la Inmaculada Concepción en la Capilla de la
Expiración por Manuel Escudero. [Citado en El Diario del
Hogar del 16 de diciembre de 1886].
Misterios para el Rosario. 1887-04-09. Melodía compuesta para la velada musical
realizada el 9 de abril de 1887 en la casa del Doctor Rafael
Lavista. [Citado en El Diario del Hogar del 14 de abril de
1887].
Ave Verum pour chant avec accompagnement 1887-04-14. Estreno en concierto privado en versión para
d’Orchestre ou Piano, Op. 4. canto y orquesta.
1892. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
Partitura para canto y piano. 8225.
1892. Verzeichniss de im Jahre 1892 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1892.
Ave Verum pour chant avec accompagnement 1887-04-14. Estreno en concierto privado.
d’Orchestre ou Piano, Op. 4. 1892. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
8224.
Partitura para canto y orquesta. 1892. Verzeichniss de im Jahre 1892 erschienenen Musikalien,
(2 fl., ob., 2 cl., fg., 2 cor., 2 tp., 3 tb., timp- auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
gc., vl. 1, vl. 2., vla., vc., cb.). Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1892.
550
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Trois Pensées Musicales pour piano, Op. 8. 1888. Compuesta a finales de 1888 y enviada por Gustavo
E. Campa a Felipe Pedrell como obra inédita compuesta
No. 1: Appassionato. expresamente para la Ilustración Musical Hispano-Americana.
[Barcelona. Biblioteca Nacional de Cataluña (BNCat). Legado
“A Luis G. Urbina”. Pedrell. Correspondencia de Gustavo E. Campa a Felipe
Pedrell. Cartas del 7 de noviembre y del 7 de diciembre de
Piano solo. 1888].
1889-04. Distribuida de manera fraccionada con los números
de la Ilustración Musical Hispano-Americana del 9 y 23 de abril
de 1889 como suplemento musical bajo el título Una hoja de
álbum (Álbum musical de la Ilustración).
1890-04-17. Interpretada por Eugen D’Albert en México.
1903. Edición por Alphonse Leduc, París, junto con las dos
restantes piezas del Op. 8. Plancha No. A.L. 10.796. [Gravé
chez Alphonse Leduc Paris, Imp. Delpiésente].
1991. Publicado por Ediciones Mexicanas de Música.
Don Juan de Austria. 1889-04-23. Citada por Felipe Pedrell en la Ilustración Musical
Hispano-Americana como “obra en cartera”.
1892-06-12. Mencionada como obra concluida y dada a
conocer parcialmente, pues Manuel Escudero había cantado
una romanza en un concierto privado. [Citado en El Nacional
del 12 de junio de 1892].
El Universal del miércoles 8 de febrero de 1893 reseña la
interpretación de una “Gran escena de la ópera Don Giovanni
D’Austria” por el mismo cantante Manuel Escudero, en
audición privada realizada en la casa de Ricardo Castro, con
ocasión de su cumpleaños.
Ballade en Sol mineur pour piano, Op. 5. 1889-04-23. Mención en la Ilustración Musical Hispano-
Americana, como obra inédita.
“A Monsieur Eugen D’Albert”. 1892. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
8223.
Piano solo. [Stich un Druck C. G. Röder, Leipzig].
1892. Verzeichniss de im Jahre 1892 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1892.
Nerveux et Gracieux. Deux mazurkas pour 1889-04-23. Mención en la Ilustración Musical Hispano-
piano, Op. 3. Americana, como obra inédita.
1892. Edición por Friedrich Hofmeister. Plancha No. 8222.
“A mon ami Manuel Escudero”. [Inst. Lith de C. G. Röder, Leipzig].
1892. Verzeichniss de im Jahre 1892 erschienenen Musikalien,
1er Mazurka en Mib mineur [Nerveux] Op. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
3, No. 1. Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1892.
Piano solo.
551
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Nerveux et Gracieux. Deux mazurkas pour 1889-04-23. Mención en la Ilustración Musical Hispano-
piano, Op. 3. Americana, como obra inédita.
1892. Edición por Friedrich Hofmeister. Plancha No. 8222.
“A mon ami Manuel Escudero”. [Inst. Lith de C. G. Röder, Leipzig].
1892. Verzeichniss de im Jahre 1892 erschienenen Musikalien,
2ème Mazurka en Mi mineur [Gracieux] Op. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
3, No. 2. Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1892.
Piano solo.
Trío para piano, violín y violoncello. 1889-04-23. Mención en la Ilustración Musical Hispano-
Americana, como obra en cartera. Obra inconclusa y no
localizada.
Canto y piano.
Marcha Humorística. 1892-09-10. Interpretada en el cuarto concierto de la Sociedad
Anónima de Conciertos. [Citado en El Universal del 9 de
septiembre de 1892; El Nacional del 13 de septiembre de 1892
hace una descripción cercana a la forma cíclica].
Les larmes. 1892-09-10. Interpretada por Beatriz Franco en el cuarto
Versión para canto y orquesta. concierto de la Sociedad Anónima de Conciertos. [Citado en
El Universal del 9 de septiembre de 1892; El Nacional del 13 de
Versión orquestal de la obra original para septiembre de 1892 reseña un acompañamiento con orquesta].
piano en Si bemol menor. La obra fue
editada el mismo año por Wagner y Levién
en versión para canto y piano en tonalidad
de Do menor.
Deux morceaux pour piano, Op. 9. 1894. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
Valse Intime, Op. 9, No. 1. 8371.
“A mi discípula Srita. Concepción Zubieta”. [Stich und Druck von C. G. Röder, Leipzig].
1894. Verzeichniss de im Jahre 1894 erschienenen Musikalien,
Piano solo. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1894.
1902-05-29. Primera mención hemerográfica.
Deux morceaux pour piano, Op. 9. 1894. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
Minuetto, Op. 9, No. 2. 8372.
“A mi discípulo Sr. Julio Muirón”. [Stich und Druck von C. G. Röder, Leipzig].
1894. Verzeichniss de im Jahre 1894 erschienenen Musikalien,
Piano solo. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1894.
Continúa en la página siguiente.
552
Anexo 1
Viene de la página anterior.
553
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
554
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Atzimba: Recitativo y romanza para tenor. 1899-04-09. Mención como obra terminada.
Transportada para barítono. 1899-09. Inicios de septiembre de 1899: primera audición con
piano para los lectores de El Mundo.
Recitativo y romanza de Jorge (Giorgio) 1900-01-20. Estreno como zarzuela en dos actos y texto en
castellano en el Teatro Arbeu.
Letra italiana y española. 1900-11-10. Reposición como drama lírico en tres actos en el
Teatro Renacimiento.
Canto [barítono] y piano. 1900. Edición por L. Grunewald Co. Lt’d. – New Orleans.
1900. Plancha No. 1381.
Atzimba: Romanza para soprano. 1899-04-09. Mención como obra terminada.
1899-09. Inicios de septiembre de 1899: primera audición con
Canto y piano. piano para los lectores de El Mundo.
1900-01-20. Estreno como zarzuela en dos actos y texto en
castellano en el Teatro Arbeu.
1900-11-10. Reposición como drama lírico en tres actos en el
Teatro Renacimiento.
1900. Edición por L. Grunewald Co. L’d. – New Orleans.
1900. Plancha No. 1381.
Atzimba. 1899-04-09. Mención como obra terminada.
Drama lírico en tres actos. 1899-09. Inicios de septiembre de 1899: primera audición con
piano para los lectores de El Mundo.
Libreto: Alberto Michel. 1900-01-20. Estreno como zarzuela en dos actos y texto en
castellano en el Teatro Arbeu.
Partitura para orquesta (picc., 2 fl., ob., ci., 1900-11-10. Reposición como drama lírico en tres actos en el
2 cl., bc., 2 fg., 4 cor., 3 tb., tba., sax tenor, Teatro Renacimiento.
2 trompas en Mi, timbales, arpa, perc., 4
caracoles en Si bemol, teponaxtles, coro Manuscrito inédito.
femenino, coro masculino, coro masculino
interno).
S/F S/Op.
[15] Gradas ad Parmassum [sic]. Ejercicios 1899-11-29.
escojidos [sic] y parafraseados por R. Castro. Manuscrito inédito.
Interpretados en el examen de alumnos de Ricardo Castro el 29
Piano solo. de noviembre de 1899 en la Sala Wagner y Levién.
Sin dedicatoria.
S/F S/Op.
Douze études pour piano d’après Clementi, 1899-11-29. Interpretación en examen de alumnos de Ricardo
choisies et paraphrases par Ricardo Castro, Castro en la Sala Wagner y Levién [Programa de mano].
Op. 7. 1902-09. Edición por Henry Lemoine & Cie., París. Plancha
No. 19564 HL. [Imp. Chaimbaud & Cie. Gulon Grav.].
“À Monsieur I. Philipp”.
Piano solo.
555
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
556
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Menuet pour Orchestre d’archets, Op. 23 – 1900-11-05. Primera mención en versión orquestal.
Réduction pour piano. 1904-04-10. Interpretado en el Teatro Victor Hugo de París en
Oeuvre posthume. versión orquestal.
1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Piano solo. No. 220.
[Stich un Druck von C. G. Röder, G.m.b.H., Leipzig].
1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
1996. Publicación por Ediciones Mexicanas de Música.
Polonaise pour piano, Op. 11. 1902. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
“A mi discípulo Rafael J. Tello”. 8660.
[Stich und Druck von C. G. Röder, Leipzig].
Piano solo. 1902. Verzeichniss de im Jahre 1902 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1902.
Orquestación de la zarzuela Zulema de 1902-01-22. Estrenada el 22 de enero de 1902 en el Teatro del
Ernesto Elorduy. Conservatorio. [Citado en El Tiempo Ilustrado del 27 de enero
de 1902].
557
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Piano solo.
Valse impromptu pour piano, Op. 17. 1902-05-29. Primera mención.
1904. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
“À Monsieur Hugues Imbert”. 8690.
[Stich und Druck von C. G. Röder, Leipzig].
Piano solo. 1904. Verzeichniss de im Jahre 1904 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1904.
Trois Pensées Musicales pour piano, Op. 8. 1902-07-04. Primera mención.
Menuet, Op. 8, No. 3. 1903. Edición por Alphonse Leduc, París. Plancha No. A.L.
10.798.
“A Ángel de Campo”. [Gravé chez Alphonse Leduc · Paris, Imp. Delpiésente].
Piano solo.
Six préludes pour piano, Op. 15. 1903. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig, 1903.
Plancha No. 8681.
“À Madame C. Chaminade”. [Stich und Druck von C. G. Röder, Leipzig].
1903. Verzeichniss de im Jahre 1903 erschienenen Musikalien,
No. 1. Feuille d’album [La mayor]. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
No. 2. Barcarole [La menor]. Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1903.
No. 3. Rêve [La bemol mayor]. 1904-03-13. Obra comentada en la sección “Bibliographie” de
No. 4. Sérénade [Si bemol mayor]. Le Guide Musical de París.
No. 5. Nocturne [Si bemol mayor]. 1904-04-28. Estreno en el concierto del 28 de abril de 1904 en
No. 6. Étude [Mi menor]. la Sala Érard de París.
Piano solo.
Continúa en la página siguiente.
558
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Près du Ruisseau pour piano, Op. 16. 1903. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
“À Madame Teresa Carreño”. 8682.
[Stich und Druck von C. G. Röder, Leipzig].
Piano solo. 1903. Verzeichniss de im Jahre 1903 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1903.
1904-03-13. Obra comentada en la sección “Bibliographie” de
Le Guide Musical de París.
1904-04-28. Interpretación en el recital ofrecido el 28 de abril
de 1904 en la Sala Erard de París.
Valse - Bluette, Op. 12, Núm. 2. 1903-04-06. Estreno.
“A Monsieur León Delafosse”. 1903. Edición por Henry Lemoine & Cie., París. Plancha No.
19563 HL.
Piano solo. [París, Imp. Laroche & Cie.].
1993. Publicación por Ediciones Mexicanas de Música.
La légende de Rudel, Op. 27. 1903-11-13. “Se asegura que está escribiendo una ópera en dos
actos”. (Puede aludir a los primeros esbozos o a alguna de las
Poème lyrique en trois parties de Henry dos óperas inconclusas iniciadas en Europa: Satán vencido o El
Brody. beso de la rousalka). [Citado en El Contemporáneo de San Luis
Potosí del 13 de noviembre de 1903].
Versione rítmica di Edoardo Dagnino. 1904-05-14. En una carta de Ricardo Castro a José Yves
Limantour fechada en París el 14 de mayo de 1904 el
“Al señor ministro de Hacienda, licenciado compositor escribió: “He logrado así también conseguir un
don José Ives Limantour. Respetuoso hermoso libreto de Henry Brody, literato de fama, al que
homenaje”. estoy escribiéndole música y abrigo grandes esperanzas de
hacer representar aquí o en Italia esa ópera que se intitulará La
Estrenada el 1 de noviembre de 1906 en el Leggende du Rudel [sic]”.
Teatro Arbeu de México. 1905-02. “La Leyenda de Rudel fue escrita en Roma, durante
los meses de febrero y marzo de 1905, de acuerdo con el
Partitura de orquesta. poeta, notable libretista y crítico musical Henry de Brody. La
Soprano, contralto, tenor, 2 barítonos, 1 instrumentación de la obra fue hecha un año más tarde en
tenor, 2 coros masculinos y coro femenino. París”. [Citado en El Diario del 1 de noviembre de 1906].
(Picc., 2 fl., ob., ci., 2 cl., 2 fg., 4 cor., 2 tp., 1905-04-03. Postal de Ricardo Castro a Felipe Pedrell,
3 tb., tba., arpa, 2 timp., perc., cuerdas). buscando concertar un encuentro en Roma con E. Dagnino.
1906-11-01. Estrenada el 1º de noviembre de 1906 en el
Manuscrito inédito. Teatro Arbeu [Citado en El Diario del 1 de noviembre de
1906].
1906. Registrada como obra publicada en 1906. [Verzeichniss
de im Jahre 1906 erschienenen Musikalien, auch musikalischen
Schriften und Abbildungen mit Anzeige der Verleger un Preise,
Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906, p. 26].
La légende de Rudel, Op. 27. 1905-02. Finalización de la obra. “La Leyenda de Rudel fue
“Al señor ministro de Hacienda, licenciado escrita en Roma, durante los meses de febrero y marzo de 1905
don José Ives Limantour”. [...]. La instrumentación de la obra fue hecha un año más tarde
en París”. [Citado por El Diario del 1º de noviembre de 1906].
Texto en francés e italiano. 1906. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
F. H. 8812.
Partitura para canto y piano (reducción del 1906. Verzeichniss de im Jahre 1906 erschienenen Musikalien,
autor). auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906.
Continúa en la página siguiente.
559
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Suite pour piano, Op. 18. 1904. Edición por J. Hamelle, Éditeur, París. Plancha No.
“Al señor licenciado Don Justo Sierra, J.51·41 H.
Subsecretario de Instrucción Pública”. 1906-06-20. Estreno en México por Alba Herrera y Ogazón
en concierto organizado por el Profr. César del Castillo
Prélude [Fa sostenido menor] exclusivamente con obras de Ricardo Castro. [Citado por El
Sarabande [Re bemol mayor] Imparcial del 19 de julio de 1906].
Caprice [Fa sostenido mayor] 1991. Publicado por Ediciones Mexicanas de Música, México
[Prélude y Sarabande].
Piano solo 1996. Publicado por Ediciones Mexicanas de Música, México,
1996 [Caprice].
Valse rêveuse pour piano, Op. 19. 1904. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
“Al Sr. Lic. Dr. Rafael Reyes Spíndola”. 8691.
[Stich und Druck von C. G. Röder, Leipzig].
Piano solo. 1904. Verzeichniss de im Jahre 1904 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1904.
1906-07-20. Estreno en México.
Deux etudes de concert pour piano, Op. 20. 1904. Edición por J. Hamelle, Éditeur, París. Plancha No. J.
I en Fa# mineur, Op. 20, No. 1. 5142. H.
[Contemporáneo al Op. 20, No. 2].
“A Monsieur Maurice Moszkowski”.
Piano solo.
Deux etudes de concert pour piano, Op. 20. 1904-04-28. Estreno en Sala Érard de París.
II en ut majeur, Op. 20, No. 2. 1904. Edición por J. Hamelle, Éditeur, París. Plancha No. J.
5143. H.
“A Monsieur Maurice Moszkowski”.
Piano solo.
Romance pour Violon avec accompagnement 1904-04-10. Estreno en versión orquestal.
de Piano, Op. 21. 1904. Edición por Henry Lemoine & Cie., París, en versión
para violín y piano. Plancha No. 19744 HL.
“A mon ami Joseph White”. [París, Imp. A. Chaimbaud & Cie.].
Violín y piano.
Romance pour Violon, Op. 21. 1904-04-10. Partichelas instrumentales.
Manuscrito inédito.
Violín y orquesta.
La partitura orquestal se encuentra perdida, solamente se
cuenta con las partichelas (incompletas) realizadas en París en
el Bureau de copie Ch. Schnéklüd, por encargo de Ricardo
Castro. La obra en versión para violín y orquesta fue estrenada
el 10 de abril de 1904 en París, en la temporada de Conciertos
Sinfónicos Le Rey, teniendo como solista a José White,
dedicatario de la obra.
560
Anexo 1
Viene de la página anterior.
561
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Concerto pour violoncello avec 1904-12-28. Estreno en la sala de la Real Sociedad Zoológica
accompagnement d’Orchestre. de Amberes.
“À mon ami Marix L’vensohn”. 1983c. Edición Centro Nacional de Investigación,
Documentación e Información Musical.
Allegro moderato [Do menor].
Thème varié. Andante [Sol menor].
Vivo [Do mayor].
“À Monsieur G. Sgambati”.
Piano solo.
Deux morceaux de concert, Op. 24. 1905. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
Tarantella, Op. 24, Núm. 2. 8706. [Stich und Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
“À Monsieur G. Sgambati”.
Piano solo.
Esquisse-Mazurka. 1905-12-24. Primera mención y anuncio de su publicación en
el número de año nuevo de El Mundo Ilustrado.
Piano solo. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
No. [12] 21767. [Stich & Druck von Engelmann & Mülberg,
S/Op. Leipzig].
La légende de Rudel, Op. 27. Reducción para 1905p. Realización posterior a 1905.
piano de los principales motivos. [S/F] A. Wagner y Levien, Sucs. Plancha No. 1554.
Piano solo.
Valse de Concert, Op. 25. 1906. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
8725. [Stich und Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
“À Monsieur Henri Brody”. 1906. Verzeichniss de im Jahre 1906 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Piano solo. Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906.
1993. Publicado en Ediciones Mexicanas de Música.
562
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Valse-arabesque, Op. 26, No. 1. 1906. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
8726.
“À mon frère Vicente”. 1906. Verzeichniss de im Jahre 1906 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Piano solo. Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1906.
Piano solo.
París, mayo de 1906.
S/Op.
Improvisaciones, Op. 29 [Nos. 1-8]. S/F Edición de A. Wagner y Levién, Sucs. Planchas Nos. 1557
Ocho danzas características mexicanas en a 1564 inclusive, respectivamente.
cuatro cuadernos de a dos danzas cada uno. [Tir. y lit. de A. Wagner y Levién, Sucs.].
1er Cuaderno Son obras cercanas a las Cuatro danzas compuestas en París en
Allegro. Op. 29, No. 1 [La mayor] mayo de 1906. Los números de plancha permiten deducir que
Allegro. Op. 29, No. 2 [Si bemol menor] su composición también es próxima cronológicamente.
2º Cuaderno
Moderato. Op. 29, No. 3 [Si menor]
Allegro. Op. 29, No. 4 [Sol menor]
3er Cuaderno
Allegro. Op. 29, No. 5 [La menor]
Moderato. Op. 29, No. 6 [Fa sostenido
menor]
4º Cuaderno
Allegro non molto. Op. 29, No. 7 [Do
menor]
Moderato. Op. 29, No. 8 [Mi menor]
Piano solo
563
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Berceuse, Op. 36, No. 1. 1906-12-30. Anunciada su publicación en el mes de enero del
Oeuvre posthume. año 1907 en El Mundo Ilustrado.
1907-01. Edición en el Álbum Musical de El Mundo Ilustrado.
“Escrita expresamente para El Mundo 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Ilustrado”. No. 224.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
1996. Publicación en Ediciones Mexicanas de Música.
Deux impromptus, Op. 28 – En forme de 1907. Edición por Friedrich Hofmeister, Leipzig. Plancha No.
Valse, Op. 28, No. 1. 8227.
“A mi querido amigo César del Castillo”. [Stich und Druck von C. G. Röder, Leipzig].
1907. Verzeichniss de im Jahre 1907 erschienenen Musikalien,
Piano solo. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1907.
2007. Edición por el Centro Nacional de Investigación,
Documentación e Información Musical.
564
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Romance, Op. 31, No. 1. 1908. Edición por Friedrich Hofmeister. Plancha No. 8926.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Valse amoureuse, Op. 31, No. 2. 1908. Edición por Friedrich Hofmeister. Plancha No. 8927.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Menuet à Ninon, Op. 32. 1908. Edición por Friedrich Hofmeister. Plancha No. 8928.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
565
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Mélodie pour Violon avec accompagnement de 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Partitura
Piano, Op. 35. para violin y piano y parte de violín solo. Plancha No. 223.
Oeuvre posthume. [Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
Violín y piano. auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Moment de valse, Op. 34, No. 1. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 221.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Valse Mélancolique, Op. 36, No. 2. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 225.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
1993. Publicado en Ediciones Mexicanas de Música.
Barcarolle, Op. 37, No. 1. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 226.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Menuet Rococo, Op. 38, No. 1. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 228.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Plainte, Op. 38, No. 2. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 229.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Valse printanière, Op. 39. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 230.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
1993. Publicado en Ediciones Mexicanas de Música.
566
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Menuet Humoristique, Op. 40. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 231.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Impromptu, Op. 41. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 232.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Scherzando, Op. 42.
1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume.
No. 233.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo.
1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Nostalgie, Op. 44. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 235.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Gavotte et Musette, Op. 45. 1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. 236.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Dos danzas.
1908. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Obra póstuma.
No. 239.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Moderato [La menor].
1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
Allegretto [Si mayor].
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Piano solo.
567
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Valse fugitive, Op. 37, No. 2. 1908. Publicación por Jos. W. Stern & Co., New York.
Oeuvre posthume. Plancha. No. 227.
[Stich un Druck von C. G. Röder G.m.b.H. Leipzig].
Piano solo. 1908. Verzeichniss de im Jahre 1908 erschienenen Musikalien,
auch musikalischen Schriften und Abbildungen mit Anzeige der
Verleger und Preise, Leipzig, Friedrich Hofmeister, 1908.
Mazurka en Si mineur. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. [13] 21768.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Piano solo. 1996. Publicación Ediciones Mexicanas de Música.
S/Op.
Mazurka Mélancolique. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
No. [14] 21769.
Piano solo. [Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
1996. Publicación por Ediciones Mexicanas de Música.
S/Op.
Trozo en el estilo antiguo. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. [15] 21770.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Piano solo.
S/Op.
Valse capricieuse. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
“Al Sennor Bernando [sic] Gómez”. No. [16] 21771.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Piano solo.
Ave María. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Canto y piano.
Plancha No. [17] 21772.
Je t’aime. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
No. [18] 21773.
Canto y piano. [Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Premier Chagrin. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Romance pour Soprano ou Tenor. No. [19] 21774.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Oeuvre posthume.
Canto y piano.
Le Secret. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Romance pour Baryton. No. [20] 21775.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Canto y piano.
568
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Je veux t’oublier. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
Oeuvre posthume. No. [21] 21776.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Canto y piano.
Deux chants sans paroles, No. 1. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
No. [8] 21763.
Piano solo. [Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Deux chants sans paroles, No. 2. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
No. [9] 21764.
Piano solo. [Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Soirées mondaines. Cinq valses légères. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
1. Vibration d’Amour. Valse lente. No. 21756.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Piano solo.
S/Op.
Soirées mondaines. Cinq valses légères. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
2. Parfums de Vienne. Valse lente. No. 21757.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Piano solo.
S/Op.
Soirées mondaines. Cinq valses légères. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
3. Paris entrainant. Valse lente. No. 21758.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Piano solo.
S/Op.
Soirées mondaines. Cinq valses légères. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
4. Fleurs, Femmes et Chant. Valse lente. No. 21759.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Piano solo.
S/Op.
Soirées mondaines. Cinq valses légères. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Plancha
5. Frivole passionnée. Valse lente. No. 21760.
[Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Piano solo.
S/Op.
569
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Cuatro Danzas [en dos cuadernos]. 1909. Edición por Jos. W. Stern & Co., New York. Planchas
No. [10] 21765 [Cuaderno 1] y [11] 21766 [Cuaderno 2].
Cuaderno 1. [Stich & Druck von Engelmann & Mülberg, Leipzig].
Danza No. 1. Allegretto [Re mayor].
Danza No. 2. Allegretto moderato [Sol
mayor].
Cuaderno 2.
Danza No. 3. Allegretto espressivo [Fa
sostenido menor].
Danza No. 4. Allegro [Re menor].
Piano solo.
S/Op.
Chanson d’Automne. 1911. Edición por Breitkopf & Härtel, New York. Plancha E.
Oeuvre posthume. M. No. 116
[Imprenta de Breitkopf & Härtel, New York en Leipzig].
Paroles de E. Favin.
[Texto en francés e italiano].
Canto y piano
Scherzetto. 1911. Edición por Breitkopf & Härtel, New York. Plancha No.
102.
Piano solo. [Imprenta de Breitkopf & Härtel, New York en Leipzig].
Danza frívola. 1911. Edición por Breitkopf & Härtel, New York. Plancha No.
103.
Piano solo. [Imprenta de Breitkopf & Härtel, New York en Leipzig].
Danza de salón. 1911. Edición por Breitkopf & Härtel, New York. Plancha No.
104.
Piano solo. [Imprenta de Breitkopf & Härtel, New York en Leipzig].
Dieuxième Polonaise. 1911. Edición por Enrique Munguía, Editor Breitkopf &
Härtel. Plancha EM No. 109.
Piano solo. [Imprenta de Breitkopf & Härtel en Leipzig].
Obra póstuma.
S/F S/Op.
570
Anexo 1
Viene de la página anterior.
571
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
572
Anexo 1
Viene de la página anterior.
573
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
574
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Mazurka Mélancolique.
Trozo en el estilo antiguo.
Oeuvre posthume.
Valse capricieuse.
Deux chants sans paroles, No. 1.
Deux chants sans paroles, No. 2.
Soirées mondaines. Cinq valses légères.
1. Vibration d’Amour. Valse lente.
Soirées mondaines. Cinq valses légères.
2. Parfums de Vienne. Valse lente.
Soirées mondaines. Cinq valses légères.
3. Paris entrainant. Valse lente.
Soirées mondaines. Cinq valses légères.
4. Fleurs, Femmes et Chant. Valse lente.
Soirées mondaines. Cinq valses légères.
5. Frivole passionnée. Valse lente.
Cuatro Danzas [en dos cuadernos].
Cuaderno 1.
Danza No. 1. Allegretto.
Danza No. 2. Allegretto moderato.
Cuaderno 2.
Danza No. 3. Allegretto espressivo.
Danza No. 4. Allegro.
Scherzetto.
Danza frívola.
Danza de salón.
Dieuxième Polonaise.
Obra póstuma.
575
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
576
Anexo 1
Música de cámara
Melodía en Sol mayor para violín con acompañamiento de piano, Op. 17.
Cuarteto en Fa sostenido menor para dos violines, viola y violoncello, Op. 21.
Menuet pour Orchestre d’Archets, Op. 23.
Oeuvre posthume.
Romance pour Violon avec accompagnement de Piano, Op. 21.
Mélodie pour Violon avec accompagnement de Piano, Op. 35.
Oeuvre posthume.
Obra orquestal
Primera Sinfonía en Do menor, Op. 33.
Partitura de orquesta. [También con reducción para piano del autor].
Oithona, Op. 55.
Poema sinfónico a grande orquesta. [También con reducción para piano del autor].
Teatro lírico
Atzimba, drama lírico en tres actos.
[Partitura general incompleta. Reducción para canto y piano del autor, completa e inédita].
La légende de Rudel, Op. 27.
Poème lyrique en trois parties de Henry Brody.
[Partitura general completa. Reducción para canto y piano, completa y editada].
Arreglos
Marcha Hidalgo.
Guía para cuarteto de cuerdas.
Himno sinfónico de Gustavo E. Campa.
Versión para piano a 4 manos.
Concert Symphonique No. 4, Op. 102 pour piano et orchestre par Henry Litolff pour piano avec quatuor.
Partitura para piano y cuarteto de cuerdas.
Obra perdida
Obra Referencia
Fantasía sobre temas de Dinorah de 1881-08-22. Interpretada en el concierto realizado en el
Meyerbeer. Teatro Principal el 22 de agosto de 1881 en honor de Alfonso
Herrera, director de la Escuela Nacional Preparatoria. [Citado
en El Cable Trasatlántico del 28 de agosto de 1881].
Interpretada en una reunión musical organizada por el Dr.
Contreras como bienvenida para Ricardo Castro el martes 19
de abril de 1885. [Citado en La Patria Ilustrada del 20 de abril
de 1885 y por El Eco de Hidalgo del 19 de abril de 1885].
577
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
578
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Casta diva de Norma de Bellini: 1885-04-19. Interpretada en una reunión musical organizada
transcripción para mano izquierda sola. por el Dr. Contreras como bienvenida para Ricardo Castro el
martes 19 de abril de 1885. [Citado en El Eco de Hidalgo del
19 de abril de 1885].
Fantasía sobre el Miserere de El Trovador de 1885-10-12. Interpretada en la reunión realizada por el
Verdi. cumpleaños de Titania el 5 de octubre de 1885 en el Hotel
Iturbide. [Citado en La Patria Ilustrada del 12 de octubre de
1885].
Dulce recuerdo (No. 2 del Op. 37). 1885-12-26. Ambas piezas del Op. 37: No. 1, Ilusión y No.
2, Dulce recuerdo, fueron interpretadas por orquesta en el
concierto del 26 de diciembre de 1885 en el Teatro Nacional
(instrumentación fue por Gustavo E. Campa). [Citado en La
Patria del 24 de diciembre de 1885].
Allegro de concierto en Re menor para piano 1885-12-26. Interpretado en el concierto del 26 de diciembre
con acompañamiento de orquesta. de 1885 en el Teatro Nacional. [Citado en El Diario del Hogar
del 22 de diciembre de 1885; La Patria del 24 de diciembre de
1885 publicó el programa íntegro, en el que se especifica como
Allegro del Primer Concerto en Re menor].
El 10 de noviembre de 1886, en un concierto en la casa de
Ignacio Manuel Altamirano, tocó “el allegro de un Concierto,
pensamiento suyo”, sin acompañamiento de orquesta [Citado
por El Diario del Hogar del 11 de noviembre de1886].
Posiblemente relacionado con el Capricho-Allegro en Re menor
para piano compuesto el 3 de noviembre de 1884 en Durango.
Lied de Davidoff: arreglo para orquesta. 1885-12-26. Mencionado dentro del programa del concierto
del 26 de diciembre de 1885 en el Teatro Nacional.
Obra perteneciente a las Tres piezas de salón para violoncelo
y piano, Op. 16: 1. Mondnacht. 2. Lied. 3. Märchen, de
Carl Davidoff (1838-1889). [Citado en La Patria del 24 de
diciembre de 1885].
¡No me caso! Danza para soprano y piano. 1885-12-26. Se anunció su interpretación por la soprano
Versión para soprano y orquesta. Rosa Palacios en el concierto del 26 de diciembre de 1885
en el Teatro Nacional. [Citado en El Diario del Hogar del 22
de diciembre de 1885]. Crónicas del evento señalan que la
cantante no tomó parte del concierto por una indisposición,
por lo que la pieza no se ejecutó. [Citado en The Two Republics
del 29 de diciembre de 1885 y en La Patria del 31 de
diciembre de 1885].
579
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
580
Anexo 1
Viene de la página anterior.
581
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
Obra atribuida
Obra Referencia
Potpourri de aires nacionales de los Estados Gloria Carmona sostiene que este potpourri es obra de
Unidos de América, para piano. Castro y que lo interpretó en el Steinway Hall de Nueva
York en 1885.1 Al revisar las críticas y reseñas hemerográficas,
encontramos que efectivamente Castro interpretó la pieza,
pero no se señala que sea de su propia autoría. El periódico
mexicano La Patria Ilustrada del 20 de abril de 1885
puntualiza: “[Castro] tocó una fantasía sobre temas de la
ópera Dinorah, otra sobre melodías de la ópera Rigoletto,
las dos, elegantes composiciones suyas, y un potpourri de
aires nacionales de los Estados Unidos”. La redacción es
clara y evidentemente no adjudica la obra a Castro. Muy
posiblemente se trate de Union. Paraphrase de Concert on the
National airs Star Splangded Banner, Yankee Doodle & Hail
Columbia, Op. 48 (1862) de L. M. Gottschalk. Recordemos
que Castro tuvo contacto con la obra de Gottschalk desde la
época en que fue alumno de Ituarte. En su Union…, Op. 48,
Gottschalk presenta los tres aires y posteriormente les otorga
un tratamiento contrapuntístico haciéndolos sonar de manera
simultánea. Un procedimiento análogo realiza Castro en sus
Aires nacionales mexicanos, Op. 10 presentar simultáneamente
El atole y El perico (cc. 101-117). Por lo tanto existen
suficientes elementos para deducir que Castro conocía el Op.
48 de Gottschalk y que probablemente lo aprendió como un
gesto de simpatía para el público estadounidense. Lo que sí es
un hecho es que no lo volvió a tocar, lo cual se explica por la
situación política que se vivía en México por esa época.
1
Carmona, Gloria. Álbum de Ricardo Castro. Investigación iconográfica y documental. México, Consejo Nacional para la Cultura
y las Artes, 2009, p. 182.
2
Pareyón, Gabriel. Diccionario Enciclopédico de la Música en México. 2 vols., México, Universidad Panamericana, 2007, vol.
1, p. 205.
582
Anexo 1
Viene de la página anterior.
Melodía en Sol Mayor, para violín y órgano. Atribuida por Emilio Díaz Cervantes y Dolly R. de
Díaz.3 Se refiere a la Melodía en Sol mayor para violín con
acompañamiento de piano, Op. 17, obra inédita concluida el 7
de septiembre de 1882.
Cuarteto de cuerdas No. 2 en Si bemol Gloria Carmona afirma que existe dicha partitura en el archivo
menor. particular de Juan José Escorza, investigador del Centro
Nacional de Investigación, Documentación e Información
Musical. Señala que tiene tres movimientos: Allegro, Andante
con variazioni y Finale: allegro agitato. “Mientras no se tenga
a la vista el original que —se me asegura— existe, sólo puedo
considerarla por el momento como atribuida al compositor
del Vals capricho”.4
Obra anunciada
Obra Referencia
Allegro appassionato, para piano. Mencionada en 1889 por Felipe Pedrell en la Ilustración
Musical Hispano-Americana como obra inédita. No se
encontró evidencia alguna.5
Tres nocturnos Ídem. No se refiere a los Nocturnos Opp. 48 y 49, pues estas
obras son mencionadas en el mismo artículo como obras
editadas. El Nocturno Op. 15, No. 5 de los Six Préludes pour
piano (1903) es una obra cronológicamente distante.
Doce romanzas sin palabras. Ídem.
Dos caprichos. Ídem.
Marcha Sagrada. Ídem.
Trío para piano, violín y violonchelo. Ídem. Señalado como “obra en cartera”.
Infinidad de lieders para canto y piano. Ídem. Señalados como “obra en cartera”.
Segunda Sinfonía en Re menor. Ídem. Frecuentemente confundida en diversas fuentes con
Oithona. Poema sinfónico a grande orquesta, Op. 55 (1885).
3
Díaz Cervantes, Emilio; R. De Díaz, Dolly. Ricardo Castro. Genio de México. México, Instituto de Cultura del Estado de Du-
rango, 2007, p. 39.
4
Carmona, G., op. cit., p. 131.
5
Pedrell, Felipe. “Ricardo Castro” en Ilustración Musical Hispano-Americana. Barcelona, Torres y Seguí, año II, número 31, 23
de abril de 1889, p. 58.
583
Rogelio Álvarez Meneses
Anexo 2
584
Anexo 2
Viene de la página anterior.
585
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
1885-12-26 Weber, Carl Maria von: Konzertstück Interpretado en el concierto del 26 de diciembre
en Fa menor, Op. 79. de 1885 en el Teatro Nacional. [Citado en La
Patria del 24 de diciembre de 1885].
1888-07-07 Henselt, Adolf von: Estudio No. 6 Si Tocado en el concierto de beneficio el sábado 7
j’étais oiseau à toi je volerais de Douze de julio de 1888 en el Teatro Nacional. [Citado
études caractéristiques pour piano, Op. en El Nacional del 6 de julio de 1888].
2.
1888-07-07 Gottschalk, Louis Moureau: Le Tocado en el concierto de beneficio el sábado 7
bananier. Chanson négre, Op. 5. de julio de 1888 en el Teatro Nacional. [Citado
en El Nacional del 6 de julio de 1888].
1888-12-02 Ascher, Joseph: Fantasía. Tocada en una velada musical en noviembre
de 1888. La prensa refiere “una fantasía de
Ascheo [sic]”, refiriéndose a una de las fantasías
operísticas de Joseph Ascher (1829-1869), sin
especificar. [Citado en El Nacional del 2 de
diciembre de 1888].
1890-06-22 Liszt, Franz: Nocturno No. 3, S. Interpretado en el concierto realizado en el Teatro
541/3. del Conservatorio por el sexto aniversario de la
[Sueño de Amor, Liebestraum No. Comisión de la “Prensa Asociada”. [Citado en El
3]. Nacional del 22 de junio de 1890].
También interpretado en el Concert Hall de
Madison Square en Nueva York el 24 de enero de
1894, nombrado como Nocturno “O lieb”, título
que recibe el lied S. 298. [Citado en The Musical
Courier del 31 de enero de 1894].
Interpretado en el concierto realizado en la Sala
Wagner el 7 de junio de 1901 [Citado por El
Popular del 5 de junio de 1901].
1892-02-07 Wieniawski, Henryk: Légende, Op. Pieza acompañada al violinista Rosendo Romero
17. en la tertulia realizada el 7 de febrero de 1892
en casa de Ricardo Castro, por su cumpleaños.
[Citado en El Universal del 9 de febrero de
1892].
1892-02-07 Liszt, Franz: Harmonies poetiques et Interpretadas en la tertulia realizada el 7 de
religieuses, S. 173. febrero de 1892 en casa de Ricardo Castro, por
su cumpleaños. [Citado en El Universal del 9 de
febrero de 1892].
1892-02-07 Rubinstein, Anton: Barcarola. Interpretada en la tertulia realizada el 7 de
[No especificada; puede referirse a la febrero de 1892 en casa de Ricardo Castro, por
Barcarola No. 2, Op. 45bis, o bien la su cumpleaños. [Citado en El Universal del 9 de
Barcarola No. 4, s/Op. (1870)]. febrero de 1892].
1892-02-07 “Unas rapsodias bellísimas”. Interpretadas en la tertulia realizada el 7 de
No se localizaron mayores referencias, febrero de 1892 en casa de Ricardo Castro, por
es posible que se refiera a alguna su cumpleaños. [Citado en El Universal del 9 de
de las obras de Liszt ya tocadas febrero de 1892].
previamente.
Continúa en la página siguiente.
586
Anexo 2
Viene de la página anterior.
1892-06-17 Grieg, Edvard: Concierto para piano Estrenado por Ricardo Castro en México el 17 de
en La menor, Op. 16. junio de 1892 en el Teatro Nacional. [Citado en
El Universal del 11 de junio de 1892].
1892-06-17 Paderewski, Ignaz Jan: Menuet “à Interpretado fuera de programa en el primer
l’antique” de los seis Humoresques de concierto de la Sociedad Anónima de Conciertos
Concert Op. 14, No. 1. el 17 de junio de 1892 en el Teatro Nacional.
[Citado en El Universal del 19 de junio de 1892].
1892-06-17 Godard, Benjamin: Mazurka. Interpretada como encore después del Concierto
[No especificada; puede referirse a para piano y orquesta, Op. 16 de Edvard Grieg,
una de las 5 mazurkas para piano en el primer concierto de la Sociedad Anónima
(Opp. 25, 54, 74, 103 No. 4 o de Conciertos el 17 de junio de 1892 en el Teatro
127), o menos probablemente al Nacional. [Citado en The Dayly Anglo-American
Impromptu-mazurka Op. 117 o la del 18 de junio de 1892].
Mazurka héroique, Op. 122].
1893-02-08 Chopin, Frédéric: Rondó en Do Interpretado en audición privada en la casa de
mayor para dos pianos, Op. 73 posth. Ricardo Castro realizada el 8 de febrero de 1893
(1828). por el onomástico del compositor, junto a su
hermano Vicente Castro. [Citado en El Universal
del 8 de febrero de 1893].
1893-02-08 Liszt, Franz: Fantasía Húngara para Interpretada en audición privada en la casa
piano y orquesta. de Ricardo Castro realizada el 8 de febrero de
[S. 123, original para piano y 1893 por el onomástico del compositor, con
orquesta, basada en la Rapsodia acompañamiento de segundo piano a cargo de
Húngara No. 14, S. 244/14. Existe Julio Muirón [Citado en El Universal del 8 de
una versión para 2 pianos arreglada febrero de 1893].
por Hans von Bülow].
1893-12-10 Rubinstein, Anton: Concierto para Tocado en el Teatro Nacional en el primer
piano No. 2, Op. 35. concierto de la temporada de la Sociedad
Anónima de Conciertos el 10 de diciembre de
1893. [Citado por El Siglo Diez y Nueve del 11
de diciembre de 1893].
1894-01-24 Leschetizky, Theodor: Barcarola y Interpretadas en el Concert Hall de Madison
Mandolinata. Square en Nueva York el 24 de enero de 1894.
[De Souvenirs d’Italie, Op. 39. 1. [Citado en The New York Herald del 25 de enero
Barcarola (Venecia) y 4. Mandolinata de 1894].
(Roma)].
1894-01-24 Chopin, Frédéric: Vals, Op. posth. Interpretado en el Concert Hall de Madison
[Sin especificar]. Square en Nueva York el 24 de enero de 1894.
[Citado en The Musical Courier del 31 de enero
de 1894].
1894-01-25 Villanueva, Felipe: Tercera mazurka. Tocada en el Concert Hall de Madison Square
en Nueva York en enero de 1894. [Citado en The
New York Herald del 25 de enero de 1894].
587
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
1895-02-24 Goldmark, Carl: Trio No. 2, Op. 33. Proyectado para ser interpretado en el primer
concierto de la Sociedad Filarmónica de México
el domingo 24 de febrero, en el salón de actos de
la Escuela Nacional Preparatoria. [Citado por El
Siglo Diez y Nueve del 22 de febrero de 1895].
Sin embargo, el concierto se pospuso para el 2 de
mayo de 1895, con diferente programa. [Citado
en El Siglo Diez y Nueve del 22 de febrero de
1895].
1895-02-24 Beethoven, Ludwig van: Trío Proyectado para ser interpretado en el primer
“Fantasma”, Op. 70, No. 1. concierto de la Sociedad Filarmónica de México
el domingo 24 de febrero, en el salón de actos de
la Escuela Nacional Preparatoria. [Citado por El
Siglo Diez y Nueve del 22 de febrero de 1895].
Sin embargo, el concierto se pospuso para el 2 de
mayo de 1895, con diferente programa. [Citado
en El Siglo Diez y Nueve del 22 de febrero de
1895].
1895-05-02 Schumann, Robert: Quinteto en Mi Interpretado en el concierto de la Sociedad
bemol, Op. 44. Filarmónica de México del 2 de mayo de 1895
en el salón de actos de la Escuela Nacional
Preparatoria. [Citado en El Siglo Diez y Nueve del
30 de abril de 1895].
1895-05-02 Hiller, Ferdinand: Serenade para Interpretado en el concierto de la Sociedad
piano, violín y violoncello, Op. 64 Filarmónica de México del 2 de mayo de 1895
[Trío No. 4] en La menor. en el salón de actos de la Escuela Nacional
Preparatoria. [Citado en El Siglo Diez y Nueve del
30 de abril de 1895].
1896-03-15 Rubinstein, Anton. Trío No. 2 en Sol Interpretado en el primer concierto de la
menor, Op. 15, No. 2. Sociedad Filarmónica Mexicana, realizado el 15
de marzo de 1895 en la Sala Wagner. [Citado en
el artículo de Jesús C. Romero “Ricardo Castro”
publicado en Excélsior del 1 de diciembre de
1957].
1896-03-15 Leschetizky, Theodor: Le premier Interpretado en el primer concierto de la
amour. Impromptu. Sociedad Filarmónica Mexicana, realizado el 15
[De las Seis improvisaciones para de marzo de 1895 en la Sala Wagner. [Citado en
piano, Op. 11, No. 3]. el artículo de Jesús C. Romero “Ricardo Castro”
publicado en Excélsior del 1 de diciembre de
1957].
1896-03-15 Beethoven, Ludwig van: Sonata [No. Interpretada en el sexto concierto de la Sociedad
25] en Sol mayor, Op. 79. Filarmónica Mexicana, realizado el 15 de marzo
de 1895 en la Sala Wagner. [Citado en el artículo
de Jesús C. Romero “Ricardo Castro” publicado
en Excélsior del 1 de diciembre de 1957].
588
Anexo 2
Viene de la página anterior.
589
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
590
Anexo 2
Viene de la página anterior.
1902-06-04 Grieg, Edvard: Marcha de los enanos. Interpretada en el concierto del 4 de julio de
[(Troldtog, Marche des Nains) del 1902 en el Teatro Renacimiento. [Citado en
quinto volumen de Piezas líricas, Op. El Entreacto del 3 de julio de 1902] y el 10
54, No. 3]. de agosto de 1902 en Durango. [Citado en el
artículo de Jesús C. Romero “Ricardo Castro”
publicado en Excélsior del 1 de diciembre de
1957].
También interpretada en el recital ofrecido el
6 de abril de 1903 en la Sala Erard de París.
[Citado en Le Monde Musical del 15 de abril de
1903 y en El Imparcial del 8 de mayo de 1903].
1902-06-27 Beethoven, Ludwig van: Sonata [No. Interpretada en el primer concierto para El
24] en Fa sostenido mayor, Op. 78. Imparcial, realizado el 27 de junio de 1902 en el
Teatro Renacimiento. [Programa de mano].
591
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
592
Anexo 2
Viene de la página anterior.
1902-07-04 Beethoven, Ludwig van: Sonata [No. Interpretada en el concierto del 4 de julio de
18] en Mi bemol mayor, Op. 31, 1902 en el Teatro Renacimiento. [Citado por El
No. 3. Entreacto del 3 de julio de 1902].
Interpretada en el recital ofrecido el 6 de abril
de 1903 en la Sala Erard de París. [Citado en Le
Monde Musical del 15 de abril de 1903 y en El
Imparcial del 8 de mayo de 1903].
1902-07-04 Chopin, Frédéric: Estudio en Do Interpretado en el concierto del 4 de julio de
menor. 1902 en el Teatro Renacimiento. [Citado en El
[Puede referirse al Op. 10, No. Entreacto del 3 de julio de 1902].
12, “Revolucionario” o menos También interpretado en el recital ofrecido el
posiblemente al Op. 25, No. 12]. 6 de abril de 1903 en la Sala Erard de París.
[Citado en Le Monde Musical del 15 de abril de
1903 y en El Imparcial del 8 de mayo de 1903].
593
Rogelio Álvarez Meneses
Viene de la página anterior.
594
Anexo 2
Viene de la página anterior.
1902-08-12 Chaminade, Cécile: Fileuse, Op. 35, Interpretada en el concierto del 4 de julio de
No. 3. 1902 en el Teatro Renacimiento. [Citado en El
[De Six Études de Concert pour piano, Entreacto del 3 de julio de 1902] y en el concierto
Op. 35 (1886)]. realizado el 12 de agosto de 1902 en Durango.
[Citado en el artículo de Jesús C. Romero
“Ricardo Castro” publicado en Excélsior del 1 de
diciembre de 1957].
1902-12-06 Chopin, Frédéric: Vals en Do [sic]. Interpretado en el concierto realizado el sábado 6
[Evidentemente se trata de una de diciembre de 1902 en el Teatro Renacimiento.
errata, pues en el catálogo de [Citado en The Mexican Herald del 4 de
Chopin no existe ningún vals en esa diciembre de 1902].
tonalidad. Debe tratarse del Op. 64,
No. 2 en Do sostenido menor (c.
1847)].
1902-12-06 Galeotti, Cesare: Valse poethique [sic]. Interpretado en el concierto realizado el sábado 6
[No existe en el catálogo de Galeotti de diciembre de 1902 en el Teatro Renacimiento.
una obra que se corresponda [Citado en The Mexican Herald del 4 de
exactamente con ese nombre. En diciembre de 1902].
un listado titulado “C. Galeotti.
Ouvres pour Piano & Piano &
Chant” publicado en París por Henry
Lemoine & Cie. no se consigna
ninguna obra con ese nombre.
Aparecen tres Valse lente (Opp. 17,
18 y 33, respectivamente), un Valse
Caprice, Op. 38 y otro más titulado
En Valsant, Op. 86. Posiblemente
se trata de una errata, un subtítulo
añadido posteriormente o una mala
traducción al castellano del título
original en francés].
1902-12-06 Strauss-Henselt: Valse. Interpretado en el concierto realizado el sábado 6
de diciembre de 1902 en el Teatro Renacimiento.
[Citado en The Mexican Herald del 4 de
diciembre de 1902].
595
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na Sieni – Pizzorni – López, Mé- como también para la venta en el
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[Invitación-programa de mano]. Verzeichniss der im Jahre […] erschiene-
México, 1901. nen Musikalien, auch musika-
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El compositor mexicano Ricardo Castro (1864-1907). Vida
y obra, de Rogelio Álvarez Meneses, fue editado en la
Dirección General de Publicaciones de la Universidad de
Colima, avenida Universidad 333, Colima, Colima, Mé-
xico, www.ucol.mx. La impresión se terminó en diciembre
de 2018 con un tiraje de 500 ejemplares. Se utilizó papel
bond ahuesado de 90 gramos para interiores y cartulina
sulfatada de 12 puntos para la portada. En la composición
tipográfica se utilizó la familia Adobe Garamond Pro.
El tamaño del libro es de 28 cm de alto por 21.5 cm de
ancho. Programa Editorial: Alberto Vega Aguayo. Gestión
Administrativa: María Inés Sandoval Venegas. Diseño de
portada: Miguel Ángel Ávila. Cuidado de la edición: José
Augusto Estrella.
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