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Inteligencia artificial en el diagnóstico de enfermedades

El uso de la inteligencia artificial (IA) en la medicina es ya una realidad. El director de los Estudios
de Ciencias de la Salud de la UOC, Dr. Ramon Gomis, reflexiona sobre la aplicación de la IA en la
práctica clínica con ejemplos de cómo está cambiando el día a día de los y las profesionales de la
salud, tanto a nivel diagnóstico como terapéutico.

Por todas partes se habla de las ventajas que la inteligencia artificial (IA) puede suponer para el
futuro de nuestra vida cotidiana y, entre sus posibles aplicaciones, se hace mención del interés de
los profesionales de la salud en aplicarla a la práctica clínica diaria. Pero, a menudo, no se concreta
cuándo y cómo estos profesionales deberían hacer uso, o mejor dicho, en qué casos se debería
priorizar la aplicación de la inteligencia artificial en medicina. Haremos un breve comentario en
relación con un reciente debate sobre el tema entre investigadores de diferentes disciplinas y, por
supuesto, con la participación de clínicos.

Vayamos por partes. Los profesionales de la salud aplicamos en nuestra rutina clínica, sea en la
medicina de urgencias o en la atención de la cronicidad, algoritmos de decisión. Para hacerlo fácil,
preguntamos: ¿tiene dolor el paciente? En función de que tenga dolor, por ejemplo, en la barriga,
si o no, pasaremos a una segunda pregunta o exploración. ¿Ha vomitado? ¿Tiene diarrea? ¿Tiene
fiebre? ¿Cuánta? ¿Tiene la barriga dura? Y así sucesivamente. Según las respuestas, iremos
orientando nuestra sospecha clínica a un determinado diagnóstico. Este sería un árbol de
decisiones fácil o, en apariencia, fácil. Pero hay algoritmos de decisión mucho más complejos,
donde se mezclan los datos clínicos actuales y previos, la biología en suero (también llamados
análisis clínicos), las pruebas de imágenes (ecografías, radiografías …), los registros eléctricos
(electrocardiogramas, electromiogramas …) y, más recientemente – y en algunos casos – análisis
genómicos. Y aquí una ayuda no nos iría nada mal. Y más si consideramos las nuevas exploraciones
de futuro (microbioma, epigenoma…).

Inteligencia artificial en medicina y toma de decisiones

No hay que ser ningún lince para ver que con la complejidad y la abundancia datos que ya
disponemos, la IA nos será útil para procesarlos y facilitar su decisión diagnóstica y terapéutica. No
quiere decir que, hoy por hoy, pensemos en un diagnóstico exclusivo de la inteligencia artificial,
pero sí en una considerable ayuda en la toma de decisiones. Esta sería una aplicación cercana y
factible, y ya es de utilidad en algunas tomas de decisión parciales. En cuanto a la decisión
terapéutica, el farmacogenoma y el nutrigenoma, analizados a través de las herramientas de IA,
ayudan muchísimo a encontrar el tratamiento farmacológico o la dieta adecuada. Y si no ahora, en
poco tiempo. Muy interesante ha sido un trabajo reciente donde en función del patrón patológico
de los tumores renales, la inteligencia artificial discrimina qué enfermos tendrán riesgo elevado de
sufrir infecciones y cuáles no y, por tanto, con qué habrá que tomar medidas específicas.

La inteligencia artificial en medicina nos será útil para procesar la abundancia de datos y facilitar su
decisión diagnóstica y terapéutica

IA y análisis de imágenes clínicas

El anterior comentario lo he referido a la toma de decisiones. Pero hay otras aplicaciones que ya
han demostrado ser de mucha utilidad como es el caso del análisis de imágenes. Aquí la IA es
capaz de leer mucho mejor que nosotros una retinografía (análisis de lesiones en la retina, número
de micro aneurismas, tamaño de los microvasos …), un ecocardiograma, una tomografía
computarizada o TAC, una resonancia e incluso una simple radiografía. Es tan potente el análisis
que puede obtenerse por métodos de IA que, algunos médicos ya piensan que como lector de
imágenes, su actividad profesional de futuro estará muy limitada. ¿Cuál será el papel de estos
profesionales? ¿Supervisores? Aún más. Imaginemos que tenemos que leer una preparación
microscópica de un tumor. ¿Aceptaremos el diagnóstico de carcinoma y tipos de carcinoma
porque nos lo dice la máquina? ¿Es más preciso que el ojo humano? No seguimos. Es fácil darse
cuenta de que en este campo la inteligencia artificial como herramienta de lectura tiene un gran
futuro en la medicina.

“La inteligencia artificial tiene un potencial enorme para revolucionar el diagnóstico de


enfermedades y su tratamiento, al ser capaz de hacer al instante análisis y clasificaciones que
involucran una gran cantidad de datos muy difíciles o imposibles de manejar para los humanos”

considera, en una entrevista a Big Vang, Kang Zhang, director del Instituto de medicina genómica
de la Escuela de Medicina de la Universidad de California San Diego (EE.UU.).

Las pruebas se han revelado como una herramienta crítica en la lucha contra la COVID-19. Países
como Corea del Sur y Alemania deben gran parte de su éxito en la gestión de la pandemia a la
cantidad de analíticas que han llevado a cabo. Por ello, incrementar el número de pruebas se ha
convertido en una prioridad para las autoridades sanitarias. El principal problema es que se trata
de procesos muy intensivos en cuanto a necesidades de personal y de tiempo. Pero la IA está
ofreciendo ayuda con otros tipos de pruebas, como son el análisis de radiografías. Existen
diferentes programas de IA de procesamiento de imagen capaces de detectar anormalidades
pulmonares a partir de radiografías de tórax y ofrecer diagnósticos de posibles casos de COVID-19
mucho más rápido que un radiólogo humano.

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