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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LAMBAYEQUE

SEGUNDA SALA PENAL DE APELACIONES


REGISTRO DEL DESARROLLO DE AUDIENCIA

CARPETA JUDICIAL : 2863–2012–37-1706–JR–PE–02


IMPUTADO : LUIS ALBERTO TAFUR CASTRO
Delito : EXTORSIÓN
AGRAVIADO : MEDINA CUBAS, WALTER ORLANDO
Especialista de Sala : ALEJANDRO CRUZ CONDEMARIN
ESP. DE AUDIENCIA : ROSARIO BOGGIO SILVA

I.-INTRODUCCION:

En Picsi, siendo las once con cuatro minutos de la mañana, del día veintiséis de noviembre del
año dos mil trece, en la sala de audiencias del Establecimiento Penitenciario de Picsi, integrada
por los señores magistrados HUGO NUÑEZ JULCA, OSCAR BURGA ZAMORA y RAUL SOLANO
CHAMBERGO; se da inicio a la audiencia programada de lectura de sentencia.

El presidente de la sala deja constancia que la audiencia inicia con unos minutos de retraso
debido que recién a terminada la audiencia anterior consignada en el expediente 766-2013-25.

II.- ACREDITACIÓN:

 ENRIQUE MORALES SALDAÑA, Fiscal Adjunto Superior de la Cuarta Fiscalía Superior Penal
de Lambayeque.
 ABOGADO DEL SENTENCIADO ABSUELTO LUIS ALBERTO TAFUR CASTRO: Dr. Manuel
Antonio Lozano Díaz con registro ICAL Nº 1422 con domicilio procesal: Calle Manco Cápac
501- Of. 04 - Chiclayo.
 SENTENCIADO LUIS ALBERTO TAFUR CASTRO: no recuerda su número de DNI y con
domicilio en la calle Julio C Tello N° 100 – San Antonio

III.- DESARROLLO DE LA AUDIENCIA:


 11:07 a.m. Asume la dirección de debate el doctor Hugo Núñez Julca, quien delega la
lectura de sentencia a la especialista de audio. (grabado en audio)

SENTENCIA NÚMERO: 132-2013

Resolución número: NUEVE


Picsi, veintiséis de noviembre
Del dos mil trece.-

OIDOS Y VISTOS en audiencia pública, es objeto de apelación la sentencia


contenida en la resolución número tres, de fecha trece de agosto del año dos mil trece,
emitida por el Juzgado Penal Colegiado de Chiclayo, que falla: ABSOLVIENDO al acusado LUIS
ALBERTO TAFUR CASTRO como autor del delito contra el patrimonio en su modalidad de
EXTORSIÓN AGRAVADA previsto en el artículo 200° con las agravantes a) y b) del quinto
párrafo del Código Penal en agravio de WALTER ORLANDO MEDINA CUBAS, y;
CONSIDERANDO:

PRIMERO: Pretensión Impugnativa.


MINISTERIO PÚBLICO
El representante del Ministerio Público, ha referido que el día veinticuatro de abril del año dos
mil doce, el personal de investigación de extorsiones en mérito a una denuncia por extorsión
del agraviado Walter Medina Cubas, por lo que se efectúa las coordinaciones para la entrega
de dinero de cinco mil nuevos soles el agraviado; los policías y el representante del Ministerio
Público hacen una entrega de ochocientos nuevos soles para lo cual prestan una moto color
negra y el suboficial Lino Carlos Rodríguez conducía dicha moto, mientras que Jhon
Alburuqueque Cabrera haría la entrega del dinero; al hacerse pasar como empleados de la
empresa, los cuales se dirigen hacia San Antonio, a la cancha “Nene Cubillas”, en la
intersección de las calles Independencia y Amazonas, en dicho lugar se aparecen tres motos,
en la primera iban dos personas, en la segunda dos personas y en la tercera con tres personas,
solicitándoles el dinero y al percatarse uno de los intervinientes que tenían una máquina, uno
de ellos reconoce al miembro policial, se dan a la fuga abandonando la moto y realizan dos
disparos a los policías, uno de ellos fue auxiliado y llevado al hospital y el vehículo fue
conducido a la comisaría de Campodónico.
Es con ayuda del señor Pozo López logran fugar, luego al ser reconocidos, él indica que uno
conocido como “Bocón” o William y el Segundo como Henry, eran los que habían recogido la
mototaxi, era reconocido como Negro Pozo y que traslado a las personas de Tandazo Guevara
y William Mundana Romero hasta la calle Humbolt, lugar denominado “La Gallera”.
El suboficial Lino Carlos Rodríguez identifica a William Mundaca y Tandazo y a Luis Alberto
Gálvez Monsalva, posteriormente a Cristian Tandazo Guevara y a Luis Alberto Tafur Castro,
como partícipes en el delito de extorsión.
Durante la investigación, el policía Lino Carlos Rodríguez identifica plenamente a Luis Alberto
Castro Tafur como responsable del delito de extorsión y además por versiones del señor Pozo
López, quien indica que las personas que iban en las motos eran Tandazo, que trasladaba a luis
Alberto Gálvez Monsalve alias pajarito y en la segunda iba William Smith Mundana Romero y
como copiloto estaba Henry Tandazo Guevara y en la tercera uno conocido como Timoteo
Tanaka Guevara y que iba un sujeto conocido como el “chavo” su nombre Luis Alberto Tafur
Castro.
Indica que no se ha valorado la testimonial del policía y agraviado Lino Carlos Rodríguez
indicando que el sentenciado apelante ha sido la persona que se encontraba en el lugar de los
hechos.
Asimismo el A-quo ha interpretado erróneamente el acuerdo plenario N° 02-2005, de igual
manera indica que existe un proceso 2863-12-37, donde el inculpado William Smith Mundaca
Romero ha sido sentenciado por los mismos hechos, por la sindicación del agraviado, donde la
Segunda Sala Penal de Apelaciones confirma la sentencia. Concluye solicitando se revoque la
sentencia de primera instancia.

DEFENSA TÉCNICA DEL SENTENCIADO


Refiere que con respecto a los argumentos de la apelación del representante del Ministerio
Público, ni en el escrito de apelación ni en el acto oral ha debatido punto por punto el motivo
por el cual el juzgado colegiado ha emitido una sentencia absolutoria bajo el principio del
indubio pro reo.
Es evidente que con fecha veinte de abril del año dos mil doce, el señor Orlando Medina Cubas
recibe un mensaje a su celular 973956527, mensaje que proviene del celular 989627133,
apreciando que este celular es del penal del establecimiento penitenciario de Piedras Gordas
de Lima, al interponer la denuncia ante la policía anti extorsiones conviene en realizar un
operativo con fecha veinticuatro de abril, en donde se dirigen al lugar donde habían quedado
para encontrarse y dar la suma de dinero extorsiva, saliendo a la calle Leoncio Prado y Manco
Cápac, luego han recibido una llamada para dirigirse a la calle de la cancha “Nene Cubillas”,
lugar donde uno de los testigos refiere que vio a un gordito que estaba llamando por teléfono
luego le indican que vaya a la calle Primero de Mayo, luego a Independencia y San Juan donde
se produce el hecho materia de investigación.
En ese lugar según la investigación policial preliminar llegan un grupo de personas a bordo de
tres motos lineales en las cuales se precisa, según el testigo Lino Carlos Rodríguez, quien se
encontraba como agente encubierto, para la entrega de dinero es que aparecen tres motos
lineales una moto conducida por William Smith Mundaca Romero, quien según manifestación
del testigo iba a bordo Cristian Tandazo Guevara, otra moto conducido por Henry Tandazo
Guevara quien iba Luis Alberto Gálvez Manosalva alias El Pajarito y una tercera moto
conducida por el Alias Timo que fue identificado como Timoteo Tanaka Guevara donde según
refiere el testigo iba a bordo el señor Enrique Montalvo conocido como Kike Montalvo y en la
parte posterior según refiere iba Luis Alberto Tafur Castro.
De las declaraciones durante el interrogatorio del juzgamiento oral existe como única prueba,
que según el representante del Ministerio Público como válida para emitir una sentencia
condenatoria, la declaración de Lino Carlos Rodríguez, el cual menciona en el juzgamiento oral
una serie de hechos contradictorios a sus primeras declaraciones, recalcando que si bien es
cierto, existen dos condenados William Smith por el delito de extorsión en grado de tentativa
porque hubo a la declaración de Lino Carlos Rodríguez, lo avaló la declaración de su
compañero Alburuqueque Cabrera, hubo dos declaraciones pero en este caso con respecto a
la referencia y a la sindicación que se realiza contra su patrocinado Luis Alberto Tafur Castro,
pretendió el mismo testigo Lino Carlos Rodríguez sindicar a su patrocinado como una de las
personas que iba en la tercera moto, lo cual fue desvirtuado por la propia declaración de su
compañero Jhon Harry Albururqueque Cabrera y el colegiado absuelve porque existe duda no
dándole el valor probatorio que corresponde a la declaración testimonial de Lino Carlos
Rodríguez, porque cayo en contradicciones y una de ellas es que refiere que cuando iban a la
canchita Nene Cubillas vio un gordito que llamaba por teléfono que indica su compañero, que
efectivamente había un gordito, pero no es el que estuvo en el lugar de los hechos, como
segunda contradicción que vio a un gordito a una distancia de cincuenta metros cuando
llamaba y el oficial Lino indica que estaba a diez metros pero que no escuchaba nada de lo que
hablaba, otra contradicción es que el testigo Lino Carlos Rodríguez es que a su patrocinado no
lo conoce ni nunca lo ha visto, pero sin embargo refiere que si lo vio y que lo conoce como El
Chavo, hecho esto refutado por el testigo Harry Alburuqueque, que indica que no es la misma
persona que se encontraba en el lugar de los hechos por lo tanto no lo reconoce en ese lugar.
Bajo estas circunstancias refiere que una sentencia condenatoria necesita medios probatorios
que en su conjunto sean valorados con el razonamiento lógico y no como se pretende, con
una sola declaración que es contradictoria a cargo del señor Lino Carlos Rodríguez, en la que el
Colegiado menciona que efectivamente no cumple o no se encuentra su declaración dentro
del plenario 02-05 y no ha existido otros elementos periféricos que avalen esa declaración; su
patrocinado en el juicio oral ha referido que no se encontraba en el lugar de los hechos.
La apelación se basa en el articulo 425 del código procesal penal, en este caso la Sala Superior
ya ha emitido una sentencia confirmatoria en la cual se apeló sobre la sentencia de Mundaca y
Gálvez justamente por dar un valor diferente a la declaración de Lino Carlos Rodríguez y la sala
resolvió en su resolución de fecha ocho de julio del dos mil trece, en el fundamento quinto que
conforme al artículo 425 código procesal penal, este colegiado solo valorara independiente las
prueba actuada en la audiencia de apelación, la sala superior no puede otorgar diferente valor
probatorio a la prueba personal que fue objeto de inmediación por el juez de primera
instancia.
En estos hechos, el juzgado de primera instancia valoró bajo el principio de inmediación y
resolvió que no se de da el valor que corresponde y que no se encuentra dentro de la certeza
legal del plenario N° 02-05, absolviendo a su patrocinado bajo el principio del indubio pro reo,
existe la sentencia del TC en el expediente N° 2101-05 en la cual se refiere la terminación de la
responsabilidad penal conlleva a la evaluación de elementos probatorios en conjunto no con
una sola declaración testimonial.
En este caso la sentencia emitida por el juzgado de primera instancia, sí cumple con los
requisitos en cuanto considera que en el presente caso al no existir los medios probatorios,
existe una duda razonable si estuvo en el lugar de los hechos, al no haber ofrecido nuevos
medios probatorios para que avale la declaración testimonial conforme al articulo 425 la
sentencia debe confirmarse por el principio del indubio pro reo.

SEGUNDO.- Delimitación del Recurso Impugnatorio.


De conformidad con lo prescrito en el artículo 419° del Código Procesal Penal, es facultad de la
Sala Superior, dentro de los límites de la pretensión impugnatoria, examinar la resolución
recurrida tanto en la declaración de hechos cuanto en la aplicación del derecho; cuyo
propósito es que la resolución impugnada sea anulada o revocada, total o parcialmente. En
este último caso, tratándose de sentencias absolutorias podrá dictar sentencia condenatoria.
Asimismo, es competencia de este Tribunal Revisor, tal como se ha establecido en el artículo
409 del Código Procesal penal, declarar la nulidad en caso de nulidades absolutas o
sustanciales no advertidas por el impugnante.

TERCERO.- Hechos imputados al acusado


El día veinte de abril de dos mil doce, el agraviado Walter Orlando Medina Cubas recibió
mensajes de contenido extorsivo en su teléfono celular 973956527, provenientes del número
989627133, lo que motivó que dos días después formulara su denuncia, dando origen al
operativo policial que se llevaría a cabo el veinticuatro del mismo mes y año.
Ese día, a las tres y diez de la tarde, la policía especializada con presencia de la Representante
del Ministerio Público pretendía capturar a las personas que estarían enviando este tipo de
mensajes y realizadas las coordinaciones se acordó que los efectivos policiales Lino Carlos
Rodríguez y John Harry Alburuqueque Cabrera se trasladaran hasta el punto de encuentro con
estos sujetos, transportándose en una motocicleta de placa de rodaje M9-6050 conducida por
el primero de los nombrados, mientras el otro iba como copiloto, llevando la suma de S/800.00
que había sido entregada por el agraviado.
Se desplazaron por inmediaciones del Pueblo Joven San Antonio hasta llegar al Pasaje San Juan
con intersección de la calle Independencia donde fueron interceptados por tres vehículos
motos lineales, una que se ubicó delante suyo con dos sujetos a bordo, seguidamente otra
motocicleta con dos hombres y una tercera que se ubicó detrás con tres personas, la primera
era conducida por Cristian Tandazo Guevara y como copiloto iba el acusado Luis Alberto Gálvez
Manosalva, la segunda conducía el acusado William Smit Mundaca Romero llevando como
pasajero a Segundo Henry Tandazo Guevara y la tercera con los sujetos Tineo Tanaka, Kike
Montalvo y Luis Alberto Tafur Castro.
En estas circunstancias, uno de los sujetos baja y advierte que el efectivo Lino Carlos Rodríguez
tenía un arma de fuego, lo cual comunica a los demás, siendo que los acusados William Smit
Mundaca Romero y Segundo Henry Tandazo Guevara efectuaran disparos contra ambos
policías, con la finalidad de matarlos, logrando herir únicamente a Lino Carlos Rodríguez, a la
altura del pecho lado izquierdo.

CUARTO: Consideraciones Generales


Existe responsabilidad penal única y exclusivamente, cuando existen medios probatorios
plurales y convergentes que acrediten en forma indubitable y fehaciente no sólo el hecho
punible, sino la vinculación del hecho con el sujeto de imputación, lo que permite arribar al
juez a la convicción de culpabilidad, sin la cual no es posible revertir la inicial presunción de
inocencia que ampara al procesado, conforme a lo previsto en el literal “e” del inciso vigésimo
cuarto del artículo segundo de la Constitución Política del Perú.
La actividad probatoria hábil para destruir la presunción de inocencia, son las practicadas en el
acto del juicio oral, que constituyen la fase estelar y fundamental del proceso penal donde
concurren las garantías de oralidad, publicidad, concentración, inmediación, igualdad y
dualidad de partes; de tal forma que la convicción del Juez o Tribunal que ha de dictar
sentencia se logre en contacto directo con los medios probatorios aportados a tal fin por las
partes.
La prueba es la demostración de una afirmación de la existencia de un hecho o de una cosa,
sirve al descubrimiento de la verdad acerca de los hechos que en él se investigan y respecto de
los cuales se pretende aplicar la Ley sustantiva; sin embargo, existe también la denominada
prueba indiciaria, consistente en la actividad probatoria de naturaleza necesariamente
discursiva e indirecta, cuya fuente es un dato comprobado, concretándose en la obtención del
argumento probatorio mediante una inferencia correcta. La valoración de la prueba constituye
indudablemente una operación fundamental en todo proceso, y más aún en el proceso penal,
puesto que de ella depende que se determine el carácter absolutorio o condenatorio de la
sentencia para el acusado; esta valoración tiene por objeto establecer la utilidad jurídica y
legal de las diversas pruebas que se han incorporado válidamente al proceso penal buscando
crear convicción en el juzgador.
Se debe tener en cuenta que conforme al artículo 425 del código procesal Penal, este
Colegiado Superior, sólo valorará independientemente la prueba actuada en la audiencia de
apelación y las pruebas, pericial, documental, preconstituida y anticipada. La Sala Superior no
puede otorgar diferente valor probatorio a la prueba personal que fue objeto de inmediación
por el juez de primera instancia, salvo que su valor probatorio sea cuestionado por una
prueba actuada en segunda instancia.

QUINTO.- Análisis de la resolución recurrida


1. La sentencia recurrida, fundamenta su decisión absolutoria, en la inexistencia de
pruebas de cargo que acrediten la participación del acusado Luís Alberto Tafur Castro
en la comisión del delito de extorsión agravada; asimismo, que durante el juicio oral no
se logrado desvirtuar la presunción de inocencia del acusado.
2. De inicio debe quedar establecido que, de las pruebas actuadas durante el juicio oral,
se encuentra acreditada la comisión del delito de extorsión agravada, por lo que se ha
sentenciado en su oportunidad, a los acusados Luís Alberto Gálvez Manosalva y
William Smit Mundaca Romero.
3. Así tenemos, que la coautoría tiene lugar, de conformidad con lo previsto en el
articulo 23 del Código penal, cuando varias personas cometen un delito en común;
señala el autor Percy García Cavero al respecto, que: la teoría del dominio del hecho
en esta forma de autoría tiene lugar “cuando los intervinientes toman la decisión
común de realizar el delito y cada uno realiza un aporte esencial en el estadio de
ejecución”, (Lecciones de Derecho Penal, Parte General, ED. Grijley 2008, Pág. 577) y
en el caso de autos se ha establecido, fuera de toda duda, que hubo un plan general
que se inicia con las llamadas telefónicas y envió de mensajes de texto al celular del
agraviado (N° 973956527), tal como se acreditó con acta de denuncia verbal de fecha
veintidós de abril del año dos mil doce, acta de recepción de teléfono celular, acta de
lectura y visualización de mensajes de texto del teléfono celular del agraviado y el
oficio de la empresa CLARO de fecha uno de junio del dos mil doce en el que adjunta el
reporte de llamadas realizas por el teléfono celular N° 989627133 utilizado por los
extorsionadores; posteriormente se realizaron las coordinaciones con participación de
efectivos policiales y representante del Ministerio Público para el encuentro y entrega
del dinero, es así que había una persona encargada de efectuar las llamadas y
mensajes extorsivos, otros que se encargarían de recibir el dinero, como el rol de los
acusados Luis Alberto Gálvez Manosalva y William Smit Mundaca Romero, fue el de
acudir al lugar de la entrega del dinero por parte del agraviado, recibirlo e inclusive
tomar las medidas pertinentes para el cumplimiento de dicho fin, constituyendo las
conductas de los recurrentes un aporte indispensable en la ejecución del ilícito. En
este sentido, en aplicación del principio de imputación recíproca, la totalidad del
hecho punible es imputado a cada uno de los coautores.
4. Por otro lado, se imputa a Tafur Castro, haber participado como el sujeto que se
comunica vía telefónica con los otros procesados, realizar labor de marcaje, además se
imputa haber participado como uno de los sujetos que interceptó a los efectivos
policiales y que manifestó “están con máquina”.
5. Como se ha mencionado, ha quedado probada la comisión del delito de extorsión ya
que concurren los elementos objetivos y configurativos de este tipo penal, puesto que,
usando como modos facilitadotes la “vis compulsiva” o intimidación obligaron con
amenazas a la víctima a hacer la entrega de la ventaja patrimonial económica. El grado
de desarrollo del delito quedó en tentativa, conforme al artículo dieciséis del código
penal, ya que no se logró la disposición del bien, por la intervención de los efectivos
policiales. Para probar la comisión del delito de extorsión se ha tenido en cuenta los
siguientes medios probatorios admitidos y actuados durante el juicio oral: acta de
denuncia verbal N° 082-2012-RPN-DIRTEPOL-DIVICAJ/PF-DCP-EXT.G1, en la que el
agraviado Medina Cubas denuncia las llamadas extorsivas, acta de recepción ed
teléfono celular N° 973956527, acta de lectura y visualización de mensajes de texto del
teléfono celular N° 973956527, acta de intervención policial N° DIVICAJ/PF-Chiclayo
donde se detalle el operativo policial, acta de intervención policial, acta de
visualización y lectura de mensajes de texto del celular 973956527 en la que obran los
mensajes extorsivos, acta de recepción y fotocopiado de dinero, carta de fecha uno de
junio del dos mil doce, remitida por la empresa de telefonía móvil CLARO, en la que
obra el reporte de llamadas del número celular 989627133 utilizado para realizar las
llamadas extorsivas.
6. Para acreditar la responsabilidad penal del acusado Luis Alberto Tafur Castro, como
uno de los coautores del delito de extorsión agravada, el representante del Ministerio
Público, ha ofrecido el testimonio de Lino Carlos Rodríguez, para lo cual nos remitimos
al fundamento décimo del Acuerdo Plenario No. 02-2005-CJ-116 que sostiene:
“Tratándose de las declaraciones de un agraviado, aún cuando sea el único testigo de
los hechos, al no regir el antiguo principio jurídico testis unus testis nullus, tiene
entidad para ser considerada prueba válida de cargo y, por ende, virtualidad procesal
para enervar la presunción de inocencia del imputado, siempre y cuando no se
adviertan razones objetivas que invaliden sus afirmaciones. Las garantías de certeza
serían las siguientes: a) Ausencia de incredibilidad subjetiva. Es decir, que no existan
relaciones entre agraviado e imputado basadas en el odio, resentimientos, enemistad
u otras que puedan incidir en la parcialidad de la deposición, que por ende le nieguen
aptitud para generar certeza. b) Verosimilitud, que no sólo incide en la coherencia y
solidez de la propia declaración, sino que debe estar rodeada de ciertas
corroboraciones periféricas, de carácter objetivo que le doten de aptitud probatoria y
c) Persistencia en la incriminación, es decir, que las sindicaciones hayan sido
ratificadas en el transcurso del proceso.
7. Aplicando dichas garantías de certeza a la declaración del testigo, este colegiado llega
a la conclusión que, si bien, existe ausencia de incredibilidad subjetiva; es decir, que no
se ha probado que exista enemistad, odio, rencor entre el testigo o su familia con el
acusado o su familia, no se cumple con las garantías de persistencia en la
incriminación, ya que, si bien ha identificado desde el inicio de las investigaciones a los
sentenciados Luis Alberto Gálvez Manosalva y William Smit Mundaca Romero, lo
mismo no ocurren con respecto a Luis Alberto Tafur Castro; tampoco se cumple con la
garantía de verosimilitud, puesto que su versión no se encuentra corroborada con
otros medios probatorios, si tenemos en cuenta que el testigo Jhon Harry
Alburuqueque, quien se encontraba presente en el lugar al momento de cometerse el
delito, durante el juicio oral ha sostenido que “no puede reconocer a la persona
procesada (Tafur Castro) no constándole si se encontraba entre los sujetos de la moto
o no”. Por otro lado, se debe tener en cuenta que este colegiado, no puede otorgar
diferente valor probatorio a la prueba personal que fue objeto de inmediación por el
juez de primera instancia; asimismo, el testigo Lino Carlos Rodríguez, al proporcionar
las características físicas del imputado, lo señala como una persona de tez blanca; sin
embargo, por el principio de inmediación se advierte que el acusado es de tez
trigueña. Aunado a ello, los argumentos expuestos por el representante del Ministerio
Público, no han sido lo suficientemente sólidos como para poner en cuestión la
valoración efectuada por el órgano de juzgamiento, toda vez que por un lado, durante
el desarrollo el juicio y específicamente mediante el uso de las técnicas de litigación
(contrainterrogatorio) no se ha puesto en duda la versión de la prueba personal
actuada en juicio, y por otro lado, los cuestionamientos del Fiscal no han sido
respaldados con medios de prueba, toda vez que ni durante la etapa intermedia, ni
durante el juicio han logrado introducir prueba a favor de su teoría del caso, por lo que
no puede ser otra la consecuencia que desestimar el recurso interpuesto y admitir la
pretensión de confirmación de la sentencia solicitado por la defensa técnica del
sentenciado.
8. La imposición de una sentencia condenatoria exige del juzgador haber alcanzado
absoluta certeza respecto, tanto de la existencia del delito como de la responsabilidad
del encausado, esto es, cuando a través de la prueba actuada se ha logrado destruir la
presunción de inocencia que como garantía de rango constitucional ampara al
encausado (articulo 2.24.e de la Carta Magna).
9. Respecto de la presunción de inocencia el Tribunal constitucional, ha expresado:
“como regla de juicio, la presunción de inocencia impone que, para declarar la
responsabilidad penal de una persona se “requiere de suficiente actividad probatoria
de cargo, obtenida y actuada con las debidas garantías procesales. En caso de duda
sobre la responsabilidad penal debe resolverse a favor del imputado” 1
10. Igualmente, en cuanto a su contenido, el mismo Tribunal Constitucional ha
considerado que el derecho a la presunción de inocencia comprende: “(...) el principio
de libre valoración de la prueba en el proceso penal que corresponde actuar a los
Jueces y Tribunales; que la sentencia condenatoria se fundamente en auténticos
hechos de prueba, y que la actividad probatoria sea suficiente para generar en el
Tribunal la evidencia de la existencia no sólo del hecho punible, sino también la
responsabilidad penal que en él tuvo el acusado y así desvirtuar la presunción”.2

1
Exp. 156-2012-PHC-TC caso Tineo Cabrera, sentencia del 8 de agosto de 2012, numeral 45.
2
STC 0618-2005-PHC7TC, fundamento 22
11. Siendo esto así, en el juicio oral, no se ha logrado desvirtuar la presunción de inocencia
del acusado; asimismo, conforme a los principios que inspiran el proceso penal
vigente, los argumentos expuestos por el representante del Ministerio Público, no
desvirtúan las razones dadas por el A Quo, en la sentencia de primera instancia.

SEXTO: De la Conclusión de la Sala.


Que, por todo lo arriba señalado, en criterio de la Sala, la sentencia de primera instancia se
encuentra debidamente motivada y arreglada a ley, por lo que no se ha quebrantado el
principio de presunción de inocencia durante el juzgamiento, al no haberse aportado
suficiente material probatorio que acredita la coautoría del acusado en los hechos materia de
imputación, habiendo efectuado el A quo una correcta valoración de los medios de prueba
aportados en el juicio oral.

SÉTIMO: Costas del proceso


Conforme a lo dispuesto por el artículo 504, inciso 02, del código procesal penal, el apelante,
por no haber sido estimada su impugnación, está obligado al pago de las costas que el juicio de
apelación hubiera causado en este proceso; sin embargo, al ser el Ministerio Público, la parte
recurrente, de conformidad con el artículo 499 inciso 1 del Código procesal Penal, se
encuentra exento del pago de costas.

Por tales fundamentos la Segunda Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de
Lambayeque, de conformidad con lo prescrito en el artículo 425º del Código procesal Penal,
resuelve: CONFIRMAR la sentencia, contenida en la resolución número tres, de fecha trece de
agosto del año dos mil trece, emitida por el Juzgado Penal Colegiado de Chiclayo, que falla:
ABSOLVIENDO al acusado LUIS ALBERTO TAFUR CASTRO como autor del delito contra el
patrimonio en su modalidad de EXTORSIÓN AGRAVADA previsto en el artículo 200° con las
agravantes a) y b) del quinto párrafo del Código Penal en agravio de WALTER ORLANDO
MEDINA CUBAS, sin costas; devolver el cuaderno de apelación al juzgado de origen.

Señores:

NÚÑEZ JULCA

BURGA ZAMORA

SOLANO CHAMBERGO.
IV- CONCLUSIÓN:
Siendo las once y veinticinco minutos, se da por terminada la audiencia y por cerrada la
grabación del audio, procediendo a firmar el Señor Presidente de la Segunda Sala Penal de
Apelaciones y la Asistente de Audiencia encargada de la redacción del acta, como lo dispone el
artículo 121 del código procesal penal.

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