Las etapas de la vida son de naturaleza social tanto como
natural. Están influenciadas por las diferencias culturales, así como por las circunstancias materiales en las que vive la gente en determinados tipos de sociedades. La infancia es la etapa que abarca desde la niñez y el principio de la adolescencia. Antiguamente esta etapa no existía, los niños pasaban de bebés a adultos comenzado, por ejemplo, a trabajar a una edad muy temprana, los derechos de los niños son relativamente recientes. La adolescencia viene representada por los cambios biológicos que se sufren en la pubertad. Pero en muchas culturas esto no provoca los mismos cambios que en la cultura occidental actual que se considera una expansión generalizada de los derechos de los niños con proceso educativo formal. Los adolescentes tratan a menudo de copiar las formas de sus padres. El joven adulto esta etapa parece única de del desarrollo personal y sexual de las sociedades modernas. La edad adulta es una etapa en que hace años era considerada la vejez, ya que la tasa de mortalidad era tan elevada que pocas personas la superaban. Actualmente los adultos tienen que formarse su vida independientemente, al contrario que en la antigüedad en la que las familias estaban compuestas por padres, hijos y nietos que compartían un mismo horario de trabajo, hoy en día las principales incertidumbres se producen en el matrimonio, la familia y otros contextos sociales. La última etapa es la vejez la cual provocaba un gran respeto en las sociedades tradicionales, en las que los viejos tenían la última palabra en las decisiones importantes. Actualmente es al contrario ya que una persona de más de sesenta y cinco años jubilada, disfruta de menos dinero y a la vez que deja de sentirse útil por lo que no logra alcanzar al máximo grado de plenitud. Gracia a una longevidad mayor en la que se ha incrementado el número de personas que pasa de los sesenta y cinco años se ha creado una nueva etapa de aprendizaje, la tercera edad.
La muerte hoy en día es menos visible que en la antigüedad ya
que las personas tienden a morir en recintos cerrado de hospitales. También se ha cambiado el concepto ya que actualmente la muerte se considera el final de la vida personal y no como una renovación de generaciones. La muerte da miedo a las personas y se tiende a esconderla a enfermos terminales, se han estudiado los cinco estados que adopta una persona ante el final de la vida: negación, ira, negociación, depresión, y finalmente si se pasa este último la aceptación.
Socialización y libertad individual. Dado que el entorno en el
que nacemos y alcanzamos la madurez tiene tanta influencia en nuestro comportamiento es lógico pensar que nos movemos por unos cánones establecidos y de los que no podemos salir, pero la socialización es también el origen de nuestra propia individualidad y de nuestra libertad. En el curso de la socialización cada uno desarrolla un sentido de la identidad propio.