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Editores:
Víctor Raúl Rucoba Tello
Evelyn Yauri Aliaga
Ruth Elena Borja Santa Cruz
Investigadores:
Ángel Sandoval Sánchez
Alberto Valencia Bueno
Arturo Huaytalla Quispe
Carlos Ernesto Ráez Suárez
Clever Vidal Vásquez
Evelyn Yauri Aliaga
Juan Chenett del Pozo
Ricardo Gavilán Cortez
Víctor Raúl Rucoba Tello
Víctor Zanabria Angulo
Vladimir Uñapillco Champi
Corrección de estilo:
Jorge Accinelli Tanaka
Martha Solano Ccancce
Editado por:
Ministerio del Interior
Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana CONASEC
Plaza 30 de agosto s/n Urb. Corpac
San Isidro, Lima, Perú
CAPÍTULO I
UNA HISTORIA QUE MERECE SER CONTADA
REFERENCIA
BIBLIOGRÁFICA
FUERZAS ESPECIALES
Esto se grafica claramente en cada uno de los testimonios recogidos en el libro, que
dicen de la dureza de las condiciones, de la incertidumbre vivida, pero expresan de
manera inequívoca lo que significa el compromiso con la historia, la mística policial,
la ética personal y sobre todo la posibilidad real de construirnos desde el valor, la
verdad, el respeto y la convicción, de dar siempre lo mejor de sí, como señala uno de
los testimonios.
Este libro se ha realizado con los testimonios de los oficiales y suboficiales sobrevivientes de
la violencia terrorista, compartidos durante las ceremonias de homenaje a nuestros mártires
de la DIROES. Narraciones vívidas que nos retrotraen a esa cruenta época de terror, en las
que no faltan los detalles, las anécdotas, los ejemplos de valor o solidaridad, la fuerza de la
El título de este libro: Héroes entre nosotros, fuerzas especiales, hace referencia a la valentía
de los miembros de la DINOES, a la actuación de aquellos combatientes que sacrificaron sus
vidas en acciones armadas en defensa del estado democrático y a quienes nunca olvidare-
mos. Su sacrificio no fue en vano, pues las emboscadas y otras arteras modalidades terroris-
tas que buscaban subyugar a las fuerzas del orden fracasaron en su objetivo, y el terror fue
derrotado por valientes y tenaces hombres y mujeres. Muchos de los que sobrevivieron ca-
minan entre nosotros en el servicio diario: algunos, aún en el campo operativo, participando
en acciones de capacitación o instrucción; otros, cumpliendo labores administrativas o en
tareas de servicios generales.
¿Cuál fue la finalidad de la DIROES? ¿Cómo fueron entrenados y capacitados sus integrantes
para dar la lucha frontal a las acciones terroristas? Son las preguntas en torno a las que se
desarrolla este libro. Una cuestión interesante es que, debido a la reestructuración de la Po-
licía Nacional del Perú, a la DIROES se le asignó sucesivamente diferentes denominaciones
como: Divopesp (División de Operaciones Especiales), Diropesp (Dirección de Operaciones
Especiales), Diserpub (Dirección de Seguridad Pública), Direjfe (Dirección Ejecutiva de Fuer-
zas Especiales), y en la actualidad DIROES.
Sin embargo, a partir de estas líneas, encontrarán las siglas DINOES (Dirección Nacional de
Operaciones Especiales), debido a que es así como reconoce el pueblo peruano a los inte-
grantes de esta prestigiosa unidad policial de combate, cuyo accionar ha calado en lo más
profundo de sus corazones, más aun de quienes por diversas circunstancias de la vida tuvie-
ron que recibir el apoyo de estos valerosos policías, comprometidos a vivir los valores per-
manentes de la DINOES en jornadas continuas, aportando el máximo de sus capacidades.
Estas historias están dirigidas a todas las personas que vivieron la incertidumbre de esos
años complejos. También a los policías, hombres y mujeres, que no tuvimos el honor de
trabajar en la DINOES, y que a través de estos escritos conoceremos sus hazañas y lo que
ellas representan para nuestro presente y futuro. Asimismo, este libro constituye un reco-
nocimiento a los familiares de nuestros combatientes DINOES, que ofrecieron el invalorable
soporte de amor, generosidad y desprendimiento, bases de la fortaleza espiritual demostra-
da por los combatientes.
Pero, principalmente, este libro está escrito pensando en los jóvenes policías, en forma es-
pecial para los que se incorporan a laborar en esa Dirección, con la finalidad de que tengan
en claro que prestar sus servicios en un país casi pacificado y en pleno desarrollo social y
económico, no es producto de la casualidad, sino de una trayectoria bajo un legado digno
de emular. De ahí que la importancia de esta obra radica primordialmente no solo en lograr
que las heroicas acciones de nuestros hermanos DINOES perduren en la memoria, sino que
sirvan para recordar que debemos fortalecer una cultura de paz.
“La referencia general a las Fuerzas Policiales en la norma constitucional -de 1979- (...) com-
plicó la situación ya existente y agudizó la tensión entre las diversas instituciones policiales.
El conflicto se da, (...) en particular, respecto a la demarcación de los dominios de actividad
de ambas (Policía de Investigaciones y Guardia Civil). En la práctica se presenta como una
competencia negativa y una falta de coordinación que van en detrimento de la eficacia de
la lucha contra la delincuencia” (Hurtado, 1981).
Agradecemos a todas las personas que, a través de diversas labores, ya sea de coordina-
ción, compilación o edición, han hecho posible que este sueño se transforme en realidad;
muy especialmente a quienes han tenido la generosidad de compartir sus vivencias para
que esta historia no se pierda.
Uno de los actores importantes de esa época es la PNP que se hallaba compuesta por la Guardia
Civil, la Policía de Investigaciones del Perú y la Guardia Republicana. La Comisión de la Verdad
y Reconciliación (CVR), en su Informe Final, tomo II, ubica a las fuerzas policiales como el actor
que, al inicio del conflicto, enfrenta al PCP-SL en condiciones de desventaja. Las comisarías de las
zonas alejadas de Ayacucho fueron blanco fácil de la violencia desatada y estuvieron los policías
entre las primeras víctimas. Lo mismo pasó en las zonas de la selva, donde miembros de la policía
especializada los enfrentaron para recuperar el control de pueblos y zonas cocaleras.
En el libro “Héroes entre nosotros, fuerzas especiales, Historia y Memoria de la Dirección de Ope-
raciones Especiales de la Policía Nacional del Perú” se recoge la voz de los miembros de la Di-
rección Nacional de Operaciones Especiales (DINOES), personal entrenado para enfrentar a la
violencia desatada a inicios de 1980, en situaciones de extrema peligrosidad. Ellos tienen mucho
que contar, es necesario darles voz para conocer sus historias que nos ayuden a comprender y
explicarnos su actuación. Estos policías vivieron situaciones límites, donde sus vidas estaban en
Este libro es producto del trabajo conjunto entre la Escuela Académico Profesional de Historia
de la UNMSM y la DINOES. Se contó con la participación del personal DINOES, dirigido por el
general Víctor Raúl Rucoba Tello, la suboficial Evelyn Yauri Aliaga y los jóvenes historiadores Silvia
Castillo, Erick Ormeño y Jair Blas, alumnos del curso de Prácticas Pre Profesionales de la UNMSM.
Ellos trabajaron diligentemente en el acopio de los documentos, bibliografía y el procesamien-
to de las entrevistas realizadas a los miembros de la DINOES. A ellos se sumaron profesionales
quienes aportaron desde su disciplina.
Se espera que la presente publicación sirva como material de formación para los futuros miem-
bros de la DINOES y que las demás direcciones de la PNP se animen a elaborar la historia de
sus direcciones. Solo así seguiremos avanzando en el fortalecimiento de la democracia porque
damos voz a los actores de este luctuoso periodo. Como sociedad, es nuestro compromiso es-
cuchar y rescatar del olvido a los hombres y mujeres que valerosamente vivieron y enfrentaron
sucesos violentos en las zonas recónditas de nuestro país y se pueda avanzar hacia una sociedad
donde el respeto a los derechos humanos sea parte de nuestra vida.
Agradezco al general Víctor Raúl Rucoba Tello y a la suboficial Evelyn Yauri Aliaga por hacerme
partícipe de esta significativa experiencia.
Esta denominación es muy antigua dentro de los cuerpos de las fuerzas armadas a nivel
mundial. Tiene su origen posiblemente en las acciones que se desarrollaban fuera de las
operaciones cotidianas de guerra, en los conflictos internos e internacionales. Por ello, sus
emblemas son las flechas cruzadas y el puñal, ambos silenciosos y altamente eficaces. Su
acepción es entendida de diversas formas. Principalmente, se trata de misiones de alto
riesgo; es decir, que por su naturaleza tienen una razón especial y su efecto es altamente
impactante en el colectivo interno y del oponente, así como también aquellas cuya ejecu-
ción requiere mucha destreza, técnica y táctica. Estas operaciones, generalmente, se reali-
zan en conjunto, pero depende mucho del entrenamiento individual de sus componentes.
Las unidades que desarrollan estas operaciones se denominan fuerzas especiales. Por un
Las fuerzas especiales operan en situaciones que requieren de una respuesta inmediata
con gran capacidad de traslación y reacción ante cualquier escenario. En ese sentido, la
respuesta debe ser rápida, tener el menor costo social posible y generar un gran impacto
para que el cumplimiento de la misión esté garantizado.
Cada unidad policial dentro de su misión específica conlleva la razón de ser del instituto, es
decir, hay un objetivo general, una misión institucional, pero, dentro del cumplimiento de
las tareas cotidianas en cada unidad, se está alcanzando el objetivo institucional.
Una operación especial conlleva un riesgo mayor a una operación cotidiana. Es por ello
que se requiere de equipos especiales, no solo armas de fuego. Hay que contemplar los
elementos de transporte, comunicaciones, equipos de protección, visión nocturna, entre
otros. Además, se debe tener de un dominio especial de la tecnología empleada, movilidad
excepcional, capacidad de respuesta y una gran preparación física y psicológica. También
debemos entender que no todas las operaciones especiales conllevan un enfrentamiento
armado. Existen operaciones especiales de rescate ante siniestros e incluso aquellas para
efectuar acciones imprevistas o que nunca antes fueron realizadas: prestar ayuda en de-
sastres, labores de búsqueda, rescate y evacuación en diversos escenarios que se hacen
complicados, ya sea por situaciones adversas como población hostil, o condiciones natu-
rales que hacen la labor policial más riesgosa.
Los integrantes de las fuerzas especiales no solo entrenan y se despliegan en las zonas
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
de acción con rapidez y eficiencia, el lado humano de este personal se evidencia en las
acciones cívicas que desarrollan y en el apoyo humanitario en todos los eventos en los que
participan. La versatilidad de este personal permite su empleo en tareas de aproximación
comunitaria y despiertan una gran aceptación en niños y adolescentes. Su participación
en eventos cívicos de carácter patriótico, portando sus equipos especializados y desplaza-
mientos siempre es de aceptación popular.
A comienzos de la década de los 80, las Fuerzas Policiales (a partir de ahora FF.PP.) fueron
las primeras en verse afectadas por el inicio de los ataques de Sendero Luminoso (en ade-
lante SL), debido a que este le había declarado la guerra al estado y los efectivos policiales
eran los representantes más visibles del mismo en los pueblos de Ayacucho, los más po-
bres del Perú, en donde SL empezó a atacar. Así se señala en el Informe final de la Comisión
de la Verdad y Reconciliación (a partir de ahora IF-CVR, 2003, tomo II, p. 137).
La respuesta del Estado fue cambiar a los policías preventivos de contacto con la comuni-
dad, por patrullas policiales contrasubversivas. Además, tampoco existía el suficiente co-
nocimiento del enemigo al que se estaban enfrentando, por lo que se subestimó durante
mucho tiempo al movimiento subversivo que estaba detrás de los ataques y, como con-
secuencia de la subestimación, tanto por parte de las FF.PP. presentes en los lugares ata-
cados, como por parte de las autoridades en Lima, el Estado no prestó la suficiente ayuda
para combatir a este peligroso, creciente y violento movimiento subversivo.
Aun así, de 1980 a 1982, las FF.PP. se dedicaron a la lucha contrasubversiva bajo la dirección
del Ministerio del Interior, pero dentro de ellas existían conflictos anteriores al problema
subversivo que terminaron siendo determinantes en su desempeño contra SL. Estos con-
flictos tenían que ver con celos y rivalidades entre instituciones. Los comandos de cada
unidad peleaban –incluso entre ellas- por mejorar sus carreras policiales, provocando que
no se llegara a un acuerdo institucional sobre cómo atacar el problema. Estos conflictos
comprendían a la Policía de Investigaciones del Perú, la Guardia Republicana y la Guardia
Civil (a partir de ahora PIP, GR y GC, respectivamente).
La consecuencia más grave de este enfrentamiento fue el evidenciar que no existía unión o
preparación en las FF.PP. para hacerle frente a SL. En medio de este contexto, comenzaron
los ataques a los puestos policiales en Ayacucho, el departamento más golpeado por el
terrorismo.
En las zonas rurales del Perú, principalmente en las zonas alto andinas, las FF.PP. eran el
rostro más representativo del Estado, es por eso que SL dirigió su violento accionar a los
puestos policiales, convirtiéndolos en el punto central de sus ataques. El que realizó al
puesto de Quinua es uno de los más recordados. Ahí fue asesinado el sargento Ramiro
Flores Sulca, el primer policía caído por las acciones terroristas de SL.
Los puestos policiales resultaban, por su ubicación, fáciles de atacar: precarios estructural-
mente, alejados unos respecto de otros, con pocos policías, con escasa preparación y mal
equipados para hacer frente a la acción subversiva. A esta situación hay que sumarle un
importante factor que desde un inicio les jugó en contra, la subestimación de los subversi-
vos. Ante los primeros ataques, el desconcierto comenzó a calar entre las FF.PP. al no saber
con exactitud a qué o a quiénes se estaban enfrentando, pensaron que eran rezagos de las
guerrillas de años anteriores o grupos comunistas financiados por capitales extranjeros,
pero ninguna de estas opciones estaba cerca de la realidad.
Los ataques también eran perpetuados especialmente en la noche, en los días feriados o
de feria, para encontrar desprevenidos a los policías. Un ejemplo de ello es el ataque en
Tambo, que la CVR relata así:
El plan estuvo a cargo de seis grupos operativos respaldados por uno de reserva e in-
formados por otro de inteligencia. Se subdividió cada grupo en patrullas delimitadas te-
rritorialmente: las provincias de Huamanga y Vilcashuamán tenían seis patrullas; Huanta,
diez patrullas; La Mar, siete patrullas; Cangallo-Víctor Fajardo, cinco patrullas. Aun con sus
limitaciones, el plan le permitió a la Policía alcanzar sus niveles más altos de efectividad en
la lucha contra la subversión.
Durante los sesenta días que duró el estado de emergencia se logró capturar a impor-
tantes miembros de la cúpula de SL (Hildebrando Pérez Huarancca, Edith Lagos, Carlos
Alcántara, Eucario Najarro Jáuregui y Vicente Amílcar Urbay Ovalle), pero también habían
comenzado los actos más violentos y abusivos por parte de las fuerzas del orden (a partir
de ahora FF.OO.) y los terroristas (testimonios, http://lum.cultura.pe/cdi/). Sin embargo, las
condiciones bajo las que trabajaban las FF.PP. no habían mejorado y el ambiente laboral
seguía siendo hostil; muchas veces no tenían camas, materiales de oficina, comida, incluso
hubo momentos que tuvieron que comprar sus propias municiones. El testimonio del Sub-
oficial Superior (en adelante SS) PNP Dante Abel Vera Ojeda, puede corroborar lo señalado
en otro lugar del conflicto, el valle del Huallaga: “Nosotros estábamos en la montaña todos
barbones, pelo crecido como guerrilleros y todo eso. No había el avance de la tecnología
como la hay hoy en día, no había presupuesto como lo hay ahora” (D. Vera, comunicación
personal, 27 octubre, 2018).
Aun desprovistos de ayuda y bajo pésimas condiciones, las FF.PP. continuaron la lucha con-
trasubversiva en la búsqueda de alcanzar el dominio y control territorial.
El siguiente ataque sería también significativo por su magnitud (en número de subversi-
vos) y por el blanco atacado. El 28 de febrero en el Centro de Rehabilitación y Adaptación
Social (CRAS) de Huamanga se dio un intento de fuga en el que murieron cuatro subversi-
vos, resultaron gravemente heridos Eucario Najarro Jáuregui y Vicente Amilcar Urbay Ova-
lle, quienes fueron internados en el hospital de Huamanga, bajo la vigilancia de efectivos
de la GR.
Cerca de 100 subversivos atacaron, logrando escapar 247 presos, de los cuales al menos 50
estaban procesados por el presunto delito de terrorismo. El asalto tomó por sorpresa a la
GC y a la PIP que no pudieron responder a los ataques de manera adecuada, dejando como
resultado la muerte de dos policías: Florencio Aronés Guillén y José Rea Conde.
Esta clase de actos, tanto por parte de las FF.OO. –ya sean policiales o armadas- como de
SL constituyeron una constante durante el conflicto; un ataque provocaba la venganza del
otro grupo y así sucesivamente. Más aún si consideramos que las FF.OO. no podían distin-
guir quién podía ser un enemigo. Otro de los motivos que repercutió enormemente en la
opinión pública se debió a que el ataque al CRAS se dio una semana después de que el
ministro del Interior declarase ante la Comisión Permanente del Congreso de la República
que en Ayacucho todo estaba en calma.
Todo esto contribuyó a que la población notara la magnitud del conflicto, en donde SL
mostró su capacidad operativa y las FF.PP. reconocieron que los habían subestimado y “por
ende” hubo incapacidad de respuesta a estas acciones subversivas. Los ataques de SL se
incrementaron, especialmente en las ciudades de Huamanga y Huanta.
En el año de 1982, el entonces presidente Fernando Belaúnde Terry visitó Ayacucho des-
pués de los ataques para brindar apoyo moral a los efectivos policiales y para llamarlos a
tomar una actitud ofensiva contra los “enemigos” de la Constitución.
Después de los ataques, el Gobierno intentó mejorar el equipamiento de las FF.PP.; pero,
como veremos a lo largo de la historia de estas, las mejoras nunca fueron lo suficientemen-
te significativas para impactar óptimamente en el trabajo contrasubversivo. Los logros de
las FF.PP. eran obtenidos a pesar de las pésimas condiciones en las que se enfrentaron a SL.
Ante el incremento del accionar de SL fueron destacados más policías a Ayacucho, muchos
de ellos pedían ser enviados al lugar del conflicto atraídos por el beneficio de viáticos ele-
vados (hasta mediados de 1983, consistía en un sueldo más) por la calificación y el puntaje
que se otorgaba por laborar en zona de emergencia (enorme ventaja para postular al gra-
do inmediato superior). Otros eran enviados a la zona de conflicto por haber cometido una
falta disciplinaria grave (que podía ameritar su expulsión) o por haberse reincorporado a
las instituciones policiales luego de permanecer en disponibilidad o retiro a su solicitud o
por medida disciplinaria.
En el inicio del conflicto, uno de los grupos que mayor impacto tuvo en la lucha contra-
subversiva fue el de los “Sinchis”. Su misión fue reforzar los destacamentos policiales en
Ayacucho (IF-CVR, tomo II, p. 148). Habían llegado con un mensaje conciliador para la po-
blación, señalando que su objetivo era protegerla. Sin embargo, no estuvieron alejados
de la polémica de abusos al igual que los otros policías. Existía mucha desconfianza del
enemigo, los miembros de SL no eran fáciles de reconocer, ni siquiera en los ataques, pues
no llevaban uniformes que los identificaran; en consecuencia, todos eran posibles sospe-
chosos para las FF.PP.
Esta percepción se vio reforzada durante el entierro de la senderista Edith Lagos, de veinte
años, muerta cuando pretendía tenderle una emboscada a una patrulla de la GR (El País,
15 de setiembre, 1982). Las calles de Huamanga se vieron inundadas por miles de perso-
nas –un aproximado de 30 mil- que buscaban darle un último adiós. Así, las FF.PP. cayeron
en la cuenta de la gran cantidad de personas que apoyaban a SL o al menos simpatizaban
con ellos.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
De igual forma habían sido enviados a Ayacucho los “Llapan Atic” de la GR: “(…) junto a
los ‘Sinchis’, PIP o guardias con o sin formación contrasubversiva, hacia 1982 Huamanga
y todo el departamento de Ayacucho estaba invadido de policías que se comportaban
como una verdadera fuerza de ocupación y las disputas y peleas eran acontecimientos de
todos los días” (IF-CVR, tomo II, p. 152).
La recurrencia de hechos violentos comenzaba a poner en evidencia para las FF.PP. que la
situación era insostenible. A pesar de que las FF.AA. tampoco tenían un plan para enfrentar
a SL, a finales de diciembre de 1982 los policías de formación básica y los cuerpos poli-
ciales de élite se vieron obligados a subordinarse a las tropas del Ejército y a los infantes
de marina. Las FF.AA. entraron entonces al conflicto y las FF.PP. se sujetaron a ellas en un
diseño de guerra de guerrillas o conflicto no convencional.
Pese a ello, durante los primeros meses en que las FF.AA. tomaron el control de la zona de
conflicto, las FF.PP. seguían siendo las responsables del desarrollo de la mayor parte de
acciones armadas, principalmente, por el despliegue táctico en el territorio.
Cuando en 1985, el Partido Aprista Peruano asume el Gobierno se acercó a las FF.PP. en la
búsqueda de un ente estatal de confianza, debido al temor que tenía a un golpe de Estado
por parte de las FF.AA. En su discurso inaugural, el presidente Alan García declaró que iba a
reorganizar las FF.PP. Decisión que adoptó por las constantes disputas entre la GR, GC y PIP.
En ese contexto, el 4 de febrero de 1986 se promulgó la Ley de Bases de las Fuerzas Policia-
les, en donde se establecía que: “(…) las FF.PP. están al servicio de la comunidad y constitu-
yen el elemento fundamental que posee el Estado para proteger a las personas y mantener
el orden interno” (IF-CVR, tomo II, p. 175).
Esta ley resaltaba el carácter profesional no militar de las FF.PP., su finalidad de servicio y
garantía de los derechos y libertades. Resulta importante mencionar que esta reorganiza-
ción no fue una nueva estrategia de lucha contrasubversiva, en parte porque la subversión
no era considerada como un problema principal al que el Gobierno tuviese que responder.
Lamentablemente, el Ministerio del Interior priorizó otros problemas como la delincuencia
ciudadana, secuestros, entre otros.
En el mismo año, los ataques -esta vez del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (a par-
tir de ahora MRTA)- se incrementaron y provocaron que el Gobierno declarase en estado
de emergencia a Lima y el Callao.
Al igual que otras direcciones creadas en este periodo como la Dirección contra el Terro-
rismo (Dircote) o la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior (Digimin), la DOES
tenía como misión detener la subversión en estos años de violencia. Fue concebida como
un ente centralizado a cargo del planeamiento, coordinación y conducción de las opera-
ciones contrasubversivas armadas (IF-CVR, tomo II, p. 181).
Los testimonios de los entrevistados nos ayudarán a clarificar sobre quiénes estuvieron
detrás del origen de la DOES, quiénes fueron sus primeros integrantes las unidades de pro-
cedencia (GR, GC y PIP), el tipo de preparación recibida antes de formar parte de la DOES.
En 1985 se cierran todas las escuelas y en agosto de 1987 hay ingreso para integrar
a las FF.PP. Hubo admisión en Lima, Chiclayo y Arequipa. Nosotros, los de Lima, fui-
mos subdivididos entre licenciados de las FF.AA. y los que proveníamos de la civili-
dad, los licenciados nos quedamos en Barbadillo. En febrero de 1988, fuimos trasla-
dados a Mazamari para realizar el curso contrasubversivo un total de 250 efectivos.
Conformamos cuatro escuadrones al mando de un capitán cada uno de ellos. El 1
de mayo de 1988 terminó el curso y nos recibimos como “Sinchis” y guardias de las
fuerzas policiales [siendo la primera y única promoción FF.PP.]. Cuando partíamos
a Lima, llegaba a Mazamari la promoción de Arequipa. Arribamos a Lima el 2 de
mayo de 1988, 250 efectivos a la DOES FF.PP. formamos el batallón “Ppahuac” (P.
Quiñones, comunicación personal, 6 de setiembre, 2018).
La 48 Comandancia GC (en adelante CGC) fue creada el 21 de junio de 1965 y desde enton-
ces ya contaban con un historial fecundo, producto del espíritu de servicio de cada uno de
sus integrantes que prestaban ayuda eficaz y oportuna a la ciudadanía. En la amplitud del
suelo patrio en caso de emergencia o catástrofe, se desplazaban bajo su lema: “solo mere-
ce vivir, quién por un noble ideal, está dispuesto a morir” (Revista de la Guardia Civil, p. 9).
Esta gloriosa unidad demostró el valor de sus integrantes al ser la primera en llevar ayuda
a las zonas afectadas por el terremoto ocurrido en Huaraz en 1970 vía aerotransportada,
mediante el uso de paracaídas.
El origen del Grupo Delta (desde ahora GRUDE) fue la Fuerza de Intervención Rápida (FIR),
conformado por personal de la 41 CGC (Unidad de Servicios Especiales) y 29 CGC (Radio
Patrulla), que luego de un riguroso entrenamiento asumió la misión de combatir al terro-
rismo urbano, constituyendo la primera unidad operativa integrada por miembros de las
tres instituciones de las FF.PP.; al respecto el SS PNP Rubén De la Cruz Solano señala:
Cuando unifican las FF.PP., se creó el Grupo Élite, en el año 1987, para contrarres-
tar al terrorismo urbano (...) [Por] eso nosotros solo fuimos a hacer un curso en
Mazamari que duró 40 días aproximadamente. En el curso hicimos supervivencia
en selva, operaciones helitransportadas (...) al cabo de 40 días retornamos a Lima,
nos incorporamos cada uno a sus unidades de origen. Después de una semana de
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
haber llegado de Mazamari, por orden del comando, los que recibieron reentre-
namiento nos constituimos al cuartel de Los Cibeles; ahí nos dicen que a partir de
ese momento ya pertenecíamos al GRUDE de las FF.PP. Fuimos a trabajar y a hacer
nuestro reentrenamiento en lo que hoy en día es la Escuela de Formación Femeni-
na, en San Bartolo, siendo nuestro jefe el comandante GC Víctor Casuso del Águila.
Ahí nos reunieron y [nos dicen] que al mando de nosotros iba a estar el mayor GR
Celis Seminario. En febrero de 1988 llegamos al fundo Barbadillo (R. de la Cruz,
comunicación personal, 6 de setiembre, 2018).
Se señala también que a este grupo se sumaron los “Llapan Atic” de la GR. Ellos fueron
protagonistas en los primeros años de la lucha contrasubversiva. A continuación, el testi-
monio del SS PNP Nelson Pineda Astopilco:
Su complicada ubicación en el departamento de Junín hace que sea idóneo para poder
entrenar. Se instaló ahí la 48 CGC, luchando contra las inclemencias del tiempo y la agreste
floresta, los insectos, animales peligrosos y las enfermedades endémicas (Revista de la
Guardia Civil, p. 9). Estas condiciones favorecían los entrenamientos y permitían asimilar
las condiciones en las que después tuvieron que trabajar en diferentes partes del Perú
que, como se sabe, no solo son diversas, sino también muy adversas y agrestes. Es como
si todo aquel que hubiera podido soportar el entrenamiento en Mazamari hubiera esta-
do listo para sobrellevar cualquier enfrentamiento. Aún en la actualidad, Mazamari sigue
siendo un importante centro de entrenamiento para la Dirandro, un lugar histórico de la
PNP.
Los primeros miembros de la DOES fueron solicitados por los directores superiores de
cada institución, buscaron al personal más capaz de cada una de ellas, con formación en
contrasubversión, inteligencia, lucha antiterrorista, operaciones antisecuestros, operacio-
nes antidrogas, comandos, demolición, paracaidismo y rescate (IF-CVR, tomo II, p. 181).
Este personal también debía tener buena salud física y mental, no ser mayores de 34 años
de edad, según declaraciones del viceministro Agustín Mantilla “un hombre mayor, cuyo
promedio es 35 años, no puede hacer lo mismo que un muchacho de 18 que está en ser-
vicio militar, que puede correr el doble, desplazarse mucho más veloz” (IF-CVR, tomo II, p.
180). Esto se puede corroborar en los testimonios de nuestros entrevistados, que declara-
ron que el menor de los ingresados tenía 19 años mientras el mayor solo 23 años.
Mantilla menciona que estos muchachos pasaron primero por el servicio militar, la mayo-
Fuente: Archivo personal del ST1 (r) PNP Moisés Mendoza Huamán.
La DOES se constituyó en un grupo de élite durante esta etapa del conflicto y funcionó
como refuerzo en distintos destacamentos policiales de las zonas de emergencia; consi-
derándose esta su principal función. La DOES tuvo fuertes enfrentamientos con el MRTA y
SL en la zona de Ayacucho, en el Huallaga, Puno, entre otros, y fue en estos lugares donde
murieron varios de sus integrantes.
Sobre el origen del BOES “Ppahuac”, el testimonio del SS PNP Quiñones -citado líneas arri-
ba- sirve para ilustrar una de sus acciones más importantes. Sin embargo, el testimonio
del también SS PNP Nelson Pineda Astopilco, que a continuación se recoge, nos permite
una composición más precisa: “En Tulumayo había batallones del GRUDE, BOES “Ppahuac”,
GOES “Halcón” para operar en el Alto Huallaga, dando resultados positivos para la institu-
ción. Tanto así que se llegó a incautar un casete de grabaciones de senderistas del camara-
da Charli, quien pertenecía al comité central de Sendero Luminoso” (N. Pineda, comunica-
ción personal, 6 de setiembre, 2018).
Cabe mencionar que los grupos especiales, GOES “Halcón”, GRUDE y el GOES “Águila” eran
subunidades de aproximadamente 60 hombres, divididos en cinco escuadras de doce
componentes cada una, mientras que el GOES “Ppahuac”, llegó a tener casi 800 efectivos
distribuidos a nivel nacional.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Fuente: Archivo personal del ST1 (r) PNP Moisés Mendoza Huamán.
Fuente: Archivo personal del coronel (r) PNP Jesús Konja Chacón.
Asimismo, sobre el origen del GOES “Halcón” el SS PNP Dante Vera Ojeda declara:
Fuente: Archivo personal del coronel (r) PNP Jesús Konja Chacón.
Personal en el
Alto Huallaga,
1989.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Nos dijeron que se iba formar una nueva unidad de fuerzas especiales; la unifica-
ción de las tres instituciones policiales (GC, la GR y la PIP) (…) Yo trabajaba en la 22
Comandancia, nos pusieron a disposición como a 20 o 30 de mi unidad que recuer-
de. Al mando de ese grupo estaba el general Lizandro Alvítez Falcón, como jefe de
esa unidad. Pasamos lista, verificamos que se concentren una buena cantidad de
efectivos de las tres instituciones (...) solo pasábamos lista ahí porque el local no se
abastecía. En octubre nos mandaron hacer [un] curso contrasubversivo en Maza-
mari. El curso duró dos meses aproximadamente. Regresamos del curso aproxima-
damente en diciembre, regresamos a la 22 comandancia porque no teníamos local
(…) luego nos dijeron que en enero nos íbamos a ir a Ayacucho para relevar todas
las bases contrasubversivas de los “Sinchis”, a las cuales nos mandaron el 18 de ene-
ro de 1988. Llegamos a la novena [Comandancia], de donde nos distribuyeron a los
diferentes puestos de las bases de los “Sinchis”. Llegamos a relevar a 100 “Sinchis”,
a mí me mandaron a un puesto que se llamaba Huambal, en el que permanecimos
un año de comisión porque no había relevo. Regresamos a Lima en enero de 1989
directamente a la DOES en Barbadillo, en esta nueva base ya había un contingente
de nuevos efectivos que se llamaban FF. PP., procedían de promociones de Chicla-
yo, Lima y Arequipa (J. Aybar, comunicación personal, 27 octubre, 2018).
El GRUTAC “Águila” se organiza en el mes de junio de 1989, con personal egresado de los
cursos contrasubversivos de la 48 CGC, con la finalidad de contar con otra unidad espe-
cializada en la lucha contrasubversiva como consecuencia del incremento de las acciones
subversivas en la capital de la república. El comandante Miguel Santana Gogin “Pulpo” fue
su primer jefe. Dicha unidad se integró a las operaciones contrasubversivas conjuntas y
demás unidades de la DINOES (IF-CVR, tomo II, p. 183).
Fuente: Archivo personal del ST1 (r) PNP Moisés Mendoza Huamán.
Como se puede notar, muchos de los que integraron la DOES (“Sinchis”, “Llapan Atic”, entre
otros) ya llevaban tiempo en la acción contrasubversiva, mientras que otros fueron parte
de unidades creadas después del establecimiento de la DOES. A pesar de que la DOES
permitió la centralización de las operaciones contrasubversivas, e incrementó la capacidad
de combate de un sector de policías enviados a zonas de emergencia, existían todavía po-
licías con poco entrenamiento contrasubversivo en algunas zonas que eran atacadas por
SL (Historial de la DINOES, p. 10).
Este periodo importante, que abarca el origen de la DOES y sus unidades agregadas –des-
de 1987 a 1989–, está caracterizado por conflictos internos en las FF.PP. como consecuen-
cia de lo riesgosa que se había vuelto la carrera policial. Muchos policías en estos años soli-
citaban pasar a la situación de retiro o se quejaban constantemente de los magros salarios
que recibían, así como de ser mal vistos por la opinión pública. Estos factores generaron
una serie de huelgas de policías en el año 1988. Para entender lo riesgosa que se había
vuelto la carrera policial, el SS PNP Froilán Flores detalla: “En la base de Tulumayo todos las
noches te hostigaban, si hoy te hostigaban por el lado derecho, mañana te hostigaban por
el lado izquierdo, o por el frente o por la retaguardia (...) todos los días te hostigaban en esa
base” (F. Flores, comunicación personal, 27 octubre, 2018).
A pesar de esto, al final de ese año se produjo la reorganización de las FF.PP., creándose la
Policía Nacional del Perú (PNP), que asumió la organización y funciones de la Guardia Civil,
la Guardia Republicana, la Policía de Investigaciones y Sanidad.
A mediados de noviembre del año 1987, la recién creada DOES aún no contaba con local
propio. Por gestiones del general FF.PP. Lizandro Alvítez Falcón, el director general de las
mismas y el ministro del Interior dispusieron que el local ubicado en el fundo Barbadillo, en
Ate, se destine para el funcionamiento de la DOES (instalación que estaba siendo ocupada
por la Escuela Nacional de Policía en ese entonces). Cabe mencionar que esas instalaciones
originariamente pertenecieron a la Policía de Investigaciones, allí funcionaron sus centros
Cabe mencionar la relevancia que tomó Agustín Mantilla –aunque fue después un contro-
vertido personaje para la opinión pública- en calidad de ministro del Interior, debido a que
desempeñó un papel muy cercano a los policías, independientemente de la procedencia
de estos o de sus funciones dentro de la institución. A Mantilla le llenaba de orgullo la
DOES, pues era él quien había impulsado su creación y siempre se acercaba a sus miem-
bros a consultar directamente si necesitaban ayuda, más presupuesto o material logístico
para seguir con sus funciones; desde 1987 se priorizó a la DOES (IF-CVR, tomo II, pp. 188-
189).
Construcción de
nuevos Centros
Académicos-CIN
PIP (ahora DINOES).
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Mantilla gestionó la compra de los fusiles AK 47 original para la DOES y los AK modificados
de fabricación coreana para toda la Policía en reemplazo de las pistolas ametralladoras
Star Z45, Star Z72 y las MGP fabricadas por el SIMA de la Marina de Guerra del Perú, con
ello el potencial de fuego se elevó.
Personal de la
DOES, Ate-
Vitarte, 1988.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Fuente: Archivo personal del coronel (r) PNP Jesús Konja Chacón.
Instalaciones del
pabellón GOES “Halcón”-
DOES. De derecha a
izquierda el comandante
Miguel Santana Gogin,
Felipe Clavijo Nuñez y en
ese entonces el mayor
Jesús Konja Chacón, Ate-
Vitarte. 1988.
Fuente: Archivo personal del coronel (r) PNP Jesús Konja Chacón.
Fuente: Archivo personal del ST1 (r) PNP Moisés Mendoza Huamán.
Combatientes
DINOES
participando en
ceremonia por el
aniversario de la
DINOES, Ate-
Vitarte, 2014.
Una confluencia de fuerzas con diferente origen, doctrina, formación, funciones y mística;
que más adelante, se consolidaron en una sola fuerza; estos policías fundaron la DOES
FF.PP., camaradas de armas, llenos de valor, unidos por la sangre derramada y el amor a la
patria, sentaron las bases de la hermandad de operaciones especiales. Hoy los deltas cons-
tituyen la fuerza operativa más importante de la PNP.
Estoy seguro que la DOES es la primera gran unidad policial donde se dio la primera y ver-
dadera integración entre sus miembros, sin importar las ex instituciones de procedencia
de cada uno de ellos.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
HISTORIAS DE LUCHA Y SOBREVIVENCIA
El conocimiento de la evolución histórica de la Dirección de Operaciones como gran unidad po-
licial es un proceso que va acompañado de acciones e intervenciones realizadas por el personal
policial. Son estas últimas las que marcan y generan el arraigo del personal con la institución,
es decir, la función del personal en su lucha contra el terrorismo y por el restablecimiento del
orden, ha generado situaciones victoriosas como también de pérdidas de vidas del personal de
la DINOES.
Las acciones desplegadas, como parte de su labor, se vinculan con el restablecimiento del orden
interno, público y seguridad del país, según sus funciones, frente a elementos terroristas durante
los primeros años de su creación. Posteriormente, su accionar se centró en el restablecimiento
del orden frente a la convulsión social.
Muchas de estas luchas han sido victorias que han dejado pérdidas humanas; héroes que han
dado su vida al servicio de la patria y han recibido el reconocimiento por su entrega y lucha.
Es necesario el homenaje a los héroes que siguen con nosotros, que arriesgaron su vida, que
presenciaron la muerte de sus hermanos, colegas. Héroes que se encuentran con vida, que de-
fendieron a la población y permitieron la consolidación de la democracia y el desarrollo social y
económico del país.
2.1. TULUMAYO: FORTALEZA ANTE LA ADVERSIDAD
Los enfrentamientos y emboscadas más cruentos se dieron a fines de los años ochenta e
inicios de los noventa, teniendo como escenarios zonas como la ceja de selva de Huánuco
y el sur de San Martín. Desde 1989 los asesinatos se incrementaron. Algunos alcaldes de la
zona fueron asesinados e inclusive varios mandos locales de la organización SL desertaron
(IF-CVR, tomo IV, p. 352).
En este contexto, los integrantes de la recién creada DOES FF.PP. eran comisionados a las
zonas de conflicto a inmediaciones de la BCT Tulumayo, en donde se suscitaron la mayor
cantidad de enfrentamientos y emboscadas (hasta dos en un mismo día). Fue ahí donde
se puso de manifiesto la preparación y entrega que caracterizan a un policía de fuerzas
especiales.
(…) Salimos al medio día con destino a Tingo María en cuatro command car. El
primer vehículo estaba al mando del capitán Lúcar Espinoza “Beto”, el segundo
estaba al mando el mayor Hurtado Gonzales, de chofer estaba Li Yarleque de copi-
loto el mayor y en la parte arriba estaba Clavijo con la PKM y agarrado en la parte
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Según la CVR, en junio de 1987, la organización terrorista Sendero Luminoso declaró uno
de los primeros paros armados a nivel del Alto Huallaga, obligando a la población rural a
participar en el bloqueo de la carretera Marginal. Estos primeros paros constituyeron no
solamente una medida de fuerza de SL que impedía el transporte de vehículos entre Tin-
go María y el resto del Alto Huallaga, sino que también demostraban su control sobre el
campo, incluso sobre las garitas de control de la carretera Marginal. Con la destrucción de
pistas y puentes, el viaje de 40 km entre Tingo María y Aucayacu que se hacía antes en 45
minutos, se extendía a dos horas y media (IF-CVR, tomo IV, p. 357). Lo que es corroborado
por la narración del SS PNP Antonio Olivares:
(…) por orden del mayor Gonzales, nuestro vehículo sobrepasa al primero, cruza-
mos el río y pasamos. Los demás se quedaron y nosotros salimos. Avanzando por
una curva había una moto. Seguimos avanzando por la curva y ya no recuerdo
más. La explosión ni la he sentido. Despierto y estaba sangrando por la nariz, había
una lluvia de balas (…).
(…) la explosión había dejado un forado promedio de más de tres metros. Al flan-
co izquierdo estaba mi amigo Franchini con la pierna toda destrozada, mutilada.
El chofer estaba atrapado, el mayor estaba en la cabina todo destrozado (...), el
vehículo había quedado pegado al cerro y había dado un giro de ciento setenta
grados y quedó con las llantas hacia arriba. En esos instantes, tu “chip” se activa,
todo lo que has entrenado [de acuerdo a lo aprendido para reaccionar] en una
emboscada lo que hacemos es “aprovechar los cinco segundos de la polvareda” y
“aplicar la mayor potencia de fuego”. Nos posicionamos y empezamos a disparar
con la mayor potencia de fuego. Observamos que algunos terroristas corrían y nos
decían: ¡Ríndanse! ¡Ríndanse! (…).
(…) Vuelven a decir: “¡Ríndanse! ¡Solo queremos sus armamentos!” A mi lado es-
taba Beke, Palma, Santos y Puelles; eso fue un soporte para mí. Nos posicionamos
flanco derecho, flanco izquierdo y Puelles, que estaba herido, se puso a sacar las
armas y municiones de los fallecidos.
Empieza a gritar Clavijo diciendo que no lo dejemos [estaba herido, tenía una he-
rida en la cabeza]. Le dije que se tire a la cuneta; un GOES “Halcón” nunca deja a
sus muertos y menos a sus heridos. En unos segundos de vacío, empezamos a ver
quiénes faltaban; nos abastecíamos de municiones que recogíamos de nuestros
colegas muertos. En esos instantes los terroristas gritan: “¡Al asalto!” y vuelven a
atacar. Nosotros esperábamos que se acerquen, en silencio, y en el momento exac-
to respondimos (…).
(…) empieza a sonar la radio que tenía el mayor, pero se había caído al forado. El
La llegada del personal de apoyo fue dificultosa, ya que también habían sido atacado por
los terroristas. El enfrentamiento duró más de media hora. Los efectivos policiales lograron
sobrevivir a la emboscada y resistir. Obtuvieron entre los objetos de los delincuentes terro-
ristas una grabadora de casete con una cinta que contenía la grabación del enfrentamiento
–a la escucha del audio se puede percibir la crudeza de los acontecimientos–. Dicho audio
es utilizado como material de instrucción en algunos cursos. El personal de apoyo y los
que resistieron a la emboscada empezaron a auxiliar a los heridos, inspeccionar la zona y
sucedió un hecho que merece ser titulado...
Un milagro en Tulumayo…
(…) lo que me salvó la vida son los entrenamientos. Estábamos preparados físi-
ca, técnica y psicológicamente. En todo momento entrenábamos, en los entrena-
mientos se usaba la fuerza y la explosión. Reaccionar inmediatamente después
de una explosión, aprovechar la polvareda... porque el enemigo está esperando a
que despeje (…).
(…) somos un solo puño con mística y moral, así somos los DINOES (…) (Ibid.).
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Emboscada, carretera
Marginal de la selva-
Aucayacu, 1987.
Este es uno de los hechos más significativos y dolorosos para la Policía Nacional del Perú,
debido a la pérdida de vidas de valerosos policías, quienes enfrentaron a un contingente
de subversivos en el distrito de Uchiza, provincia de Tocache, departamento de San Martín.
Esta hazaña sucedió el 27 de marzo de 1989, fecha en la cual entre 300 a 400 miembros
de la organización terrorista Sendero Luminoso atacaron al personal policial de la Base
DOES1-6-Uchiza (IF-CVR, tomo VII, p. 319). La referida base contaba con un aproximado
de 40 policías, entre ellos tres oficiales (S. García, comunicación personal, 13 noviembre,
2018). Antes del enfrentamiento, en Uchiza reinaba un ambiente de desconfianza hacia la
Policía por parte de la población, principalmente por la presencia de Sendero Luminoso
en la zona: “(…) en el tiempo que estuvimos, las cosas cada día eran más duras, (…) la po-
blación civil vivía muchos momentos difíciles, porque el mismo hecho de hablar con los
policías, los de Sendero los tildaban de soplones y los mataban. Entonces el ciudadano era
muy difícil que se acerque a la policía y menos hablarte. Era peor, había un distanciamiento
entre la Policía y el ciudadano por las amenazas que hacia Sendero (…)” (Ibid.).
El SS PNP Sologuren García Ortiz recuerda que el enfrentamiento se inició a las 16:25 h y
duró hasta las 23:00 horas, aproximadamente. Al respecto, el referido suboficial manifiesta
lo siguiente:
(...) como a las seis de la tarde había un compañero a quien le dije: “hay que ganar
altura, hay que salir por el techo, hay que reventar esa calamina y tomemos la otra
vivienda colindante para salir hacemos un envolvente”. Y justo cuando el compa-
ñero salía y cuando estaba por llegar al techo, reventó una instalaza que destrozó
toda la calamina y [el suboficial perdió] el brazo (…) se desplomó de arriba. En su
desesperación, en su dolor nos decía lisuras, que por favor le ayudemos, [su voz]
iba apagándose de poco (…) y decía: “cuiden a mi mamá”. Era el primer herido que
veíamos, comenzamos a perder y seguíamos disparando (...) (S. García, comunica-
ción personal, 13 noviembre, 2018).
Según Inspectoría de la Policía Nacional, la finalidad del ataque armado por parte de los
miembros de Sendero Luminoso era “(...) liberar la zona del Alto Huallaga, mediante la eli-
minación de las fuerzas del orden, con acciones armadas violentas e incrementar su po-
derío bélico, apoderándose de las armas del personal del puesto” (IF-CVR, tomo IV, p. 322).
El SS PNP Sologuren García Ortiz recuerda que a las 23:00 horas aproximadamente los
efectivos policiales sobrevivientes ya no contaban con munición y que los senderistas
continuaban con el ataque por diferentes flancos. Este fue el momento en el cual, con sus
compañeros, emprendieron acciones para escapar, ponerse a buen recaudo y enfrentar a
la columna senderista.
((…) llegó un momento que era como las once de la noche y nosotros ya no dispa-
rábamos, (porque ya no teníamos más municiones), entonces nosotros queríamos
salir (…) pero de todos los frentes nos seguían disparando (...) tomé cacerinas de
unos compañeros que [estaban] muertos, tomé unas cápsulas de granada, [me
agarré aproximadamente unas cuarenta cápsulas de granada], me puse al cuerpo
ocho cacerinas y mi fusil. Al mayor le digo: “hay que salir y hay que hacer un envol-
vente, ya hemos perdido, ya no hay otra cosa”, y estuvimos saliendo (...).
(…) [al salir] con faros pirata [sic] nos alumbraron y de pronto sentí un fuerte golpe
en el pecho, como si alguien fuerte me hubiera pateado, y volteo rápidamente
para agarrar el pie y no había nadie. Pasaron los minutos y sentí que alguien me
ahorcaba por el cuello y rápidamente me llevo la mano al cuello para poder reac-
cionar, y no había nadie. Entonces yo pensé que era el chaleco. Como ya me había
caído la esquirla en el chaleco, lo retiro y siento que me (...) iba mojando. Cuando
traté de sentarme ya no tenía energía, tenía que pararme, me paré como borracho,
casi zigzagueando (...).
(...) me senté y a un compañero le digo: ”‘me dieron, me dieron”, y era que perdía
mucha sangre. Mi compañero me abrazó me dijo: “no vas a morir, vas a vivir”, pero
yo sentía que me moría. Hubo un momento [en el que] el aire que tragaba salía
por el costado del lado izquierdo del orificio de entrada que tenía y sentía que me
desesperaba más y de pronto decía: ‘bueno la guerra es así pues, yo vine aquí y
sabía a qué venía, y no siempre se gana. Bueno hay que ser hidalgo en reconocer
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
las cosas, bueno ya perdí y hasta aquí llegué (...) (S. García, comunicación personal,
13 noviembre, 2018).
La versión que nos muestra el SS PNP Sologuren evidencia el valor y coraje de los efectivos
policiales, quienes aun estando en inferioridad numérica, pudieron contener el ataque por
cinco horas, al punto de quedarse sin municiones y perder la vida de algunos oficiales y
suboficiales.
(…) en esos momentos vi de derecha a izquierda. Pasaba como una película; las
imágenes de mi papá, de mi mamá, mis hermanos menores, algunos serios y al-
gunos sonrientes y recordé que decían: “cuando miras esas imágenes es porque
te vas a morir”, yo dije entonces “me voy a morir”. Al compañero le digo: “me voy a
morir”. Le dije: “no me dejen aquí llévenme a Lima para que mis familiares sepan
dónde estoy enterrado”. “No vas a morir García” me respondió, e inmediatamente
recordé a mis hermanos menores. Tenía un rosario que hasta ahora lo tengo, le
pedí al Señor que no me abandone que me de fuerzas y energía (…) (Ibid.).
La resistencia por parte de los agentes fue ardua, pero la superioridad por parte de los
senderistas, tanto en número como en armamento, resquebrajó la defensa policial. Los
senderistas procedieron a tomar las armas.
Asimismo, procedieron a sacar a los oficiales. Así fue que se produjo el asesinato de tres de
ellos: el mayor PNP (GC) Carlos Farfán Correa, el capitán PNP (PIP) Walker Moscoso Carrera
y el alférez PNP (GR) Walter Rengifo López. Condenados y asesinados mediante un juicio
popular, tal como lo detalla nuestro entrevistado:
(…) los terroristas ingresaron y sacaron armamentos (…) dentro de los heridos es-
taban los compañeros que estaban en la parte externa y dentro de los ilesos esta-
ban los compañeros que eran bastante jóvenes y dentro de esos jóvenes estaba
el alférez (…) se hizo el juicio popular, se escuchaba (…) la voz del líder de SL que
decía: “bueno tenemos que hacer un trato para darles la última oportunidad o se
van ahora o se van mañana temprano”, pero por ahí se escucharon otras voces que
decían que no, que lo oficiales tenían que pagar por esto y otra voz dijo que aquí
hay tres oficiales. Para eso al mayor ya le habían amarrado la mano (…).
(…) se escuchó ráfagas de explosivos y la voz del alférez se dejó de escuchar. Como
estaban en juicio popular la plaza estaba llenecita de terroristas, todos con fusil
con AKM, con G3. Casi el 90 % con armamento de largo alcance, y dijeron: “bueno
el segundo”, luego se escuchó una explosión de dinamita y ráfagas de fusil. Qué
había pasado, que a la parte baja del mentón le habían puesto una carga de dina-
mita al capitán, le habían volado todo el mentón; y luego el tercero (…) muchos
nos preguntamos por qué (…) se habían ensañado con el alférez (...) tenía ochenta
impactos, le habían disparado en ráfaga. Ya era la una o dos de la mañana, y a los
Un aspecto que merece destacarse es lo referido a las solicitudes de ayuda y apoyo para
repeler y dar respuesta al ataque senderista. Según los testimonios de los sobrevivientes
del ataque, los mandos policiales de la base Uchiza realizaron llamadas mediante radio
a “(…) la 64-CPNP-UMOPAR-Tingo María, DOES-3-Tulumayo, 76-CPNP-Tocache, DOES-1-
Lima y del señor Ministro del Interior (…)” (IF-CVR, tomo IV, p. 321), ayuda que no llegó
oportunamente, debido a las malas condiciones climatológicas y a la falta de logística para
la navegación nocturna. Este comunicado fue emitido por el Ministerio del Interior. Asimis-
mo, fue corroborado por las investigaciones de Inspectoría de la Policía Nacional, que los
responsables de la Base de Tingo María, a cargo del Ejército, “(...) se negaron a brindar el
auxilio requerido, argumentando que sus helicópteros tan solo operaban hasta las 18:00
horas y que las aeronaves no contaban con instrumentos de navegación nocturna” (IF-CVR,
tomo IV, p. 334).
De igual manera, se puede deducir que la falta de coordinación entre los mandos policia-
les y militares de la zona generó la falta de atención a los llamados de auxilio del personal
policial atacado, lo cual evidenció la ausencia de una estrategia conjunta. La CVR sostiene
lo siguiente:
(…) lamenta que el apoyo solicitado por el personal policial de Uchiza, no haya
logrado concretarse. De acuerdo a la información existente, la autoridad policial
habría efectuado acciones con tal propósito, que no se plasmaron por razones de
seguridad y por falta de logística. Sin embargo, resultó evidente la descoordina-
ción entre los mandos policiales y militares de la zona que no lograron articular
una respuesta inmediata. Llama la atención, la poca disposición del Batallón Mili-
tar Contrasubversivo n° 313 de Tingo María y del Jefe Político Militar de la Sub-Zo-
na de Seguridad n° 7, frente a una situación de tanta magnitud, en la que estaba
en peligro no sólo los efectivos policiales, sino la propia población, por cuanto no
participaron inmediatamente en la coordinación y diseño inmediato de las accio-
nes de apoyo al personal policial atacado (IF-CVR, tomo IV, p. 336).
Un elemento a resaltar es que no existió una política de reconocimiento por parte del es-
tado al esfuerzo y sacrificio de los agentes policiales que enfrentaron el ataque senderista.
El SS PNP Sologuren García recuerda: “(…) lo que más me dolió en ese tiempo fue que vino
el ministro de Estado en la cartera del Interior. Yo pensé que al menos iban a fingir y decir
que habían venido a ayudarnos, que nos digan: “tranquilos muchachos que en Lima ya ha-
bíamos coordinado”. Pero nos miró desde lejos, movió la mano como despidiéndose y se
marchó. Eso sí dolió bastante para nosotros, dolió bastante (…)” (S. García, comunicación
personal, 13 noviembre, 2018).
El SS PNP José León Aráoz Choquehuanca nos relata: “(…) el comandante Gonzales Zega-
rra, que está en el puesto de Sollocota, comunica por radio que quiere visitarnos para ver
cómo estamos (…) y poder dar las noticias a Lima, (…) nos dicen que vayamos 10 efectivos
en el comandcar a esperarlo a Juliaca para darle seguridad (…)” (J. León, comunicación
personal, 17 noviembre, 2018).
Los efectivos policiales que tomaron la ruta de Juliaca a Pocosoni, comunidad ubicada en
el distrito de Asillo, provincia de Azángaro (Puno), deteniéndose en la comunidad de Ca-
lapuja, distrito en la provincia de Lampa, narran:
(...) había una fiesta de danzas y había (…) comida. Nosotros queríamos comer y
habíamos viajado regular. Moscón [el Mayor GC Marcos Hilarión Puente Llanos,
apodado “Moscón”] y el comandante [Rafael Gonzales Zegarra] ordenan que com-
premos lo que quieran para poder seguir. Las dos patrullas ya estábamos saliendo
de Juliaca rumbo a Posoconi. Entonces como empezamos a partir, (…) uno de ellos
se percata de que había visto unos autos Ford (tipo lanchas) que hacían colectivo
de Sicuani a Cusco, (…) parecían carros de carrera con doble escape. Pasaban ha-
Ante esta situación apremiante, el mayor GC Marcos Hilarión Puente Llanos solicitó al per-
sonal mayor atención ante una posible incursión terrorista. Los efectivos policiales avanza-
ron aproximadamente 15 km: “(…) ese mismo carro nos pasa a velocidad (…) empezamos
a seguirlo. Los commandcar no corren tanto, pero el carro del comandante, ese sí (Toyota
tipo Land Rover) (…) “ya estamos cerca, tengan mucho cuidado”, entonces ellos se ade-
lantan. El commandcar va lento y en esa época todo era carretera (…) por los baches el
commandcar iba haciendo bulla (…)” (Ibid).
2
El SS PNP José León Araoz Choquehuanca, ingresó a la Guardia Civil en el año de 1985. Es enviado a Mazamari para realizar entrenamiento para
combatir el terrorismo y formó parte de la segunda promoción de los “Sinchis” de Mazamari, denominada “Los Aguerridos”.
pequeña pendiente. Entonces le cae un tiro en el parabrisas al commandcar, en-
tonces dijeron: “¡ataque, cuidado!” y, al frenar (…) el commandcar retrocede con la
misma [fuerza] nos bota (…) caímos como cualquier cosa y las cajas de munición
estaban regadas. Las tuvimos que recoger y, sin saber, ya estábamos en plena ba-
lacera. Los terroristas estaban disparando por todos lados, en esa época yo llevaba
la RPD o sea yo era perrero (sic). La conocíamos como perra a la ametralladora
porque ladra (…) (Ibid).
El SS PNP José León Aráoz Choquehuanca manifestó que el commandcar se detuvo intem-
pestivamente. Ante ello, los terroristas iniciaron el ataque mediante disparos. El personal
policial decidió repeler el ataque, el cual -según el SS PNP Aráoz- tuvo una duración de una
hora aproximadamente.
(…) porque nosotros nos habíamos ido a un pampón (...) entonces comenzamos
a disparar, porque había cantidad de gente que estaba con jean y pasamontañas
y con chompas negras. Eran terroristas ellos eran los que disparaban. Entonces
empecé a ablandar (sic) la zona; sacaba otro tambor, sin descansar le daba para
que los muchachos empiecen a cubrirse, a situarse bien (…) los muchachos ya se
habían metido. Los terroristas habían hecho sus huecos de zorro. Entonces esto
ha sido exclusivamente para esperarnos a nosotros (…) una vez que había pasado
como una hora aproximadamente de enfrentamiento, nos vamos a unas casitas,
había unas casitas con techo de teja (…) empecé a correr hacia las casitas, enton-
ces dijimos: “creo que de ahí están disparando, mira ahí nace el fuego, se ve clarito”.
Entonces nosotros teníamos las lanzagranadas HK. Entonces, uno de ellos dispara
con la HK, creo que caen tres tiros a la casita y, al reventar, se cae el techo y yo estoy
atento a lo que está pasando (…) y de ahí sale una mujer y empieza a correr hacia
el río Azángaro (…) esa mujer tenía un fusil FN FAL y con eso, apoyándose, quería
cruzar y como es bajita y el río es hondo, se metió y no podía salir y tuvo que retro-
ceder de todas maneras. Al momento de salir estaba con un pantalón de corduroy
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
marrón y una chompa negra, (…) nos insultaba y nos escupía: “no les voy a decir
nada, mátenme si quieren” (…) (J. León, comunicación personal, 17 noviembre,
2018).
Posteriormente, los agentes se dirigieron a las casas a verificar el estado de los heridos.
(…) cuando fuimos a verlos la camioneta el Toyota tipo Land Rover estaba con las
llantas hacia arriba, o sea el explosivo le había caído. Vimos al comandante Gonza-
les Zegarra que había salido de la camioneta (…) no tenía un brazo, ni una pierna.
A pesar que había querido vivir, parece que los terroristas sabían que él era el jefe;
le habían metido molotov en la cabeza, su cabeza estaba toda quemada y aún
seguía ardiendo (…) a pesar de que estaba muerto lo han rematado (…). Hoguar
había salido del carro, había querido escapar rampando, le había caído de 37 a 38
tiros. Le han rematado. Dentro del carro, los jefes que estaban ahí, el capitán Sar-
miento entre ellos, por el explosivo han sido cortados como si fuera como una má-
quina (…), pero con solo mirarlos era una impresión que estaban todos en peda-
zos, ya no se veía nada los cuerpos estaban cortaditos. Te quedabas admirado. Los
armamentos en pedazos, tan fuerte había sido la explosión, se calcula unos 187 kg
de anfo, imagínate la explosión, por eso sonó tanto. Murieron todos los oficiales
que estaban ahí (...) hasta ahí empezamos a recoger todos los cadáveres y ellos
[los terroristas] se escaparon por una carretera hacia un pueblecito. Nosotros nos
quedamos jalando los cadáveres uno encima de otro, cadáveres de los terroristas
(…) ese día nosotros tuvimos seis muertos: murió el comandante Rafael Gonzales
Zegarra, el capitán Cegarra Sarmiento, murió Hoguar [apelativo], Híjar León y dos
efectivos de la otra comandancia. Bueno, después de eso empezamos a recoger
los vestigios, un montón de armamentos que habíamos recuperado. Esa vez sí de-
rramamos lágrimas (...) (J. León, comunicación personal, 17 noviembre, 2018).
Luego, llegó personal del Ejército y fiscales a constatar la lamentable situación, el SS PNP
Aráoz manifiesta:
(…) bueno después de hacer todo esto llegó el ejército, vinieron (…) los fiscales
y jueces (…) vieron varias autoridades y dijeron que nosotros habíamos hecho
abusos matándolos sobre muertos, porque la mayor parte de los muertos de los
terroristas han muerto en la casa, ósea los tiros que le dimos eran en la cabeza, a
casi todos, en pleno enfrentamiento no se les ha dado en el cuerpo, casi todos en
la cabeza. Al parecer uno de los fiscales era parte de ellos, de los terroristas, porque
no quería convencerse, dijeron que eso era un abuso de autoridad, abuso de lesa
(…) ahí hemos visto su carácter de Moscón dijo: “sabes que ya me estas hartando
acá te tiro encima de ellos porque tú no pareces fiscal pareces terrorista (…) tú vas
a sacar cara, no estás viendo mis muertos” (…) el resto de jueces le dijeron: “cállate
qué pasa” (…), le dijo: “has visto mis muertos”, y fueron a ver y cuando fueron y
vieron todas las autoridades se pusieron a llorar (Ibid.).
Esta hazaña ha permitido el reconocimiento, por parte de las autoridades locales, a la DI-
NOES, que, como parte de sus funciones y objetivos institucionales, tiene que enfrentar
situaciones de alto riesgo. Sus integrantes llegan en muchas ocasiones a entregar sus vidas
para lograr la victoria.
(…) Después de todo eso nos llamaron a la Universidad del Altiplano en donde
condecoran nuestra bandera de guerra. Nuestra bandera de guerra tenía unas
medallas especiales, tiene condecoraciones, nos condecoran porque nosotros ha-
bíamos contrarrestado el terrorismo a favor de las autoridades, habíamos salvado
a mucha gente. Nuestra pelea era por las autoridades, no era nuestra guerra, no
era contra la DOES, era el Perú. Nosotros sacamos cara dejando a nuestros seres
queridos, entregamos nuestras vidas a favor del Perú. Era el Perú lo que estamos
defendiendo (…) (J. León, comunicación personal, 17 noviembre, 2018).
2.4. CAÍDA DEL CAMARADA “CLAY”: PACIFICANDO EL ALTO
HUALLAGA
Evelyn Yauri Aliaga
Suboficial Técnico de Tercera PNP
Trabajadora Social
Debemos remontarnos hasta la década de 1940 al valle del Alto Huallaga para compren-
der por qué fue una de las zonas donde se desarrollaron las manifestaciones de violencia
más aberrantes.
La actividad cocalera, en crecimiento sostenido durante casi dos décadas, se explica fun-
damentalmente por el narcotráfico internacional y la llegada al Alto Huallaga de los cár-
teles colombianos y mexicanos. Posteriormente, este tráfico ilícito fue controlado por los
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
A ello se suma que el relieve de todo el Alto Huallaga fue propicio para que la organización
terrorista Sendero Luminoso lo convierta en uno de sus centros de acción con caracterís-
ticas particulares.
En 1980, por primera vez, se observó en la ciudad de Tingo María a más de 1500 “Sinchis”
de la GC provenientes de Mazamari, que se sumaron a los efectivos de la Marina de Gue-
rra y a los agentes de la DEA de EE.UU., con el objetivo de eliminar cocales con picos y
lanzallamas, utilizando dinamita para destruir las secadoras de coca. Por ello, cuando en
años posteriores SL, en alianza con el narcotráfico, destruyó puentes, derribaron torres
de alta tensión y tendió emboscadas a las patrullas militares. Estas acciones contaron con
la aprobación de un sector de la población, pues consideraban que se habían cometido
injusticias en su contra por agentes del Estado (IF-CVR, tomo IV, p. 314).
Estas características hicieron que la zona del Alto Huallaga estuviese en estado de emer-
gencia por tres décadas, período en el cual el terrorismo y el narcotráfico se nutrieron
mutuamente. Desde los años años ochenta, entre otros mandos terroristas, se logró iden-
tificar a Héctor Aponte Sinaragua, camarada “Clay”, quien era el encargado de planificar
los atentados, emboscadas y asesinatos colectivos en el valle. También cobraba cupos en
nombre de “Artemio”, según la documentación encontrada en su poder (Caretas, n° 1913).
Entre otros atentados y emboscadas, al camarada “Clay” se le atribuye haber colocado un
coche bomba que estalló en las cercanías de Palacio de Gobierno, en 1986, durante el
gobierno de Alan García. De igual manera, el ataque a la base policial en Uchiza, el 27 de
marzo de 1989, así como la emboscada a una patrulla de policías en Angashyacu , el 20 de
diciembre del 2005” (La República, 19 febrero, 2006).
El testimonio del SS PNP Alfredo Gómez Espilco señala lo siguiente:
(…) desde la aeronave, observábamos cómo los delincuentes terroristas de SL, co-
rrían con sus armas de fuego en dirección a sus refugios, resultando herido por un
proyectil de arma de fuego el combatiente “poronguito”, quien iba a bordo de uno
de los helicópteros. Motivo por el cual, a consecuencia de estar herido, tuvimos
que retirarnos del lugar respondiendo con disparos, al ataque terrorista (A. Gómez,
comunicación personal, 9 noviembre, 2018).
De acuerdo con ello, se hizo evidente lo riesgoso de la zona ante la presencia de terroristas.
Sin embargo, gracias a políticas de Estado, como el Programa de Recompensas, mediante
el cual se incentivaba a los ciudadanos a brindar información de primer orden sobre el pa-
radero y desplazamiento de los elementos de SL y al trabajo coordinado entre la Dirandro,
Dircote y la DINOES (que aplicaron sus destrezas y habilidades de acuerdo con su campo
funcional), se logró la captura del camarada “Clay”. He aquí el testimonio de uno de sus
artífices:
Establecidos en el local Dirandro de Tingo María nos recibió el general PNP Mario
Dávila Medina, jefe del recién creado Frente Policial Huallaga, quien venía coordi-
nando con personal de la Dirandro y Dircote, a fin de dar un duro golpe a los delin-
cuentes terroristas. Es así donde el general deposita su confianza en el personal de
la DINOES, quedando al mando el comandante “Zorro” de la DINOES, prosiguiendo
con las operaciones en todo el Alto Huallaga.
Es así como el 18 de febrero del 2006, el general ordena que el personal DI-
ROES-FIR, se mantengan en alerta máxima, toda vez que había que ejecutarse una
gran operación. Equipados totalmente, desde el sábado 18 hasta el domingo 19,
nos concentramos en nuestro local y, a horas 15:50 aproximadamente, se nos or-
denó abordar en un camión color celeste de uso particular. Abordamos personal
DINOES: el Mayor Chicana, Chicho, Palito, Popi, Reto, Iquira, Huiñac, Solo, Taquire
y otros más. También personal de la Dincote, entre oficiales y suboficiales, entre
ellos una teniente femenina. Totalmente equipados partimos con dirección des-
conocida. Previo a todo nos habíamos organizado en tres equipos de incursión:
seguridad flanco derecho e izquierdo.
(…) llegamos a la Garganta del Diablo recogiendo a un efectivo Dircote. Prose-
guimos hasta Angasyacu, en donde nos encontramos con una camioneta pick up,
siendo tripulada por el comandante ‘Vampiro Negro’, el capitán ‘Mosquito’ y agen-
tes Dircote. Efectuando los últimos detalles y dando luz verde el jefe operativo, un
comandante de la Dircote cuyo apellido no recuerdo, siempre en estrecha comuni-
cación con el general jefe del Frente Policial Huallaga y hasta Mininter (…).
Es así que dimos la vuelta y los dos vehículos avanzamos hacia el objetivo, llegan-
do hasta el lugar denominado Pacae, parando frente a un inmueble, que solo tenía
puerta por el lado del patio trasero. En el lugar se estaba realizando una fiesta, y
en ella estaba el camarada ‘Clay’. Paramos al frontis de la casa; es cuando se dan
cuenta los elementos de seguridad del mando terrorista y comienzan a abrir fuego
tupido contra nosotros. Hubo gritos y algunos gestos de desesperación de algu-
nos, aun así saltamos por los laterales de la carrocería del camión y enfrentamos el
ataque, respondiendo con fuego de fusiles (tal como nos habíamos organizado),
bordeando y, en pleno avance, es que el capitán “Mosquito” -quien recién venía de
un curso de lanceros de Colombia- es sorprendido por el camarada “Clay”, quien
en una rápida reacción neutralizó al delincuente terrorista, ya que corría riesgo la
vida del capitán “Mosquito”, bajo el cañón del arma de este sanguinario delincuen-
te terrorista, conocido por su larga trayectoria criminal desde los años 80: ataque
y muerte de diez efectivos DOES casi fundadores de la DINOES, emboscada a un
sinnúmero de vehículos policiales, todas con muerte de policías, es así como aca-
baba sus días.
Carlos Tapia “excomisionado” declaró: “Es el operativo más exitoso desde la captura de Fe-
liciano, en 1999” (Caretas, n° 1913); el coronel PNP (r). Benedicto Jiménez Baca señaló: “Es
un golpe muy importante al Comité Regional del Huallaga, el más conocido de SL” (La
República, 19 de febrero de 2006).
(…) Aprendimos que cuando embarcas en un vehículo para una incursión, el con-
trol de la puerta debe tenerse desde dentro, como en este caso del camión. Noso-
tros confiamos en que el chofer y el operador del camión iban a abrirnos la puerta
para dar inicio a la captura, lo cual no fue así, debido a la balacera desatada. Ellos
optaron por salir y tirarse al suelo, mientras nosotros teníamos que saltar por los
laterales de la carrocería (…) (Ibid).
La participación de la Policía Nacional del Perú y “en especial” del personal policial de la
DINOES, fue fundamental en la pacificación del Alto Huallaga, como lo demuestran los
diferentes enfrentamientos en que participaron sus efectivos. Muchos de ellos no regre-
saron, algunos retornaron con lesiones permanentes, seres humanos con padres, esposas,
hermanos, hermanas, con hijos, hijas y nietos, que cumplieron y cumplen con valor y sacri-
ficio su misión hasta el día de hoy.
2.5. OPERACIÓN “VOLCÁN”: DURO GOLPE A SENDERO
LUMINOSO
Reportes previos de agentes de la Dircote y del Frente Policial del Huallaga habían seña-
lado que una columna senderista se había movilizado del distrito vecino de José Crespo y
Castillo y habían instalado un campamento cerca del caserío de Cerro Azul. Los senderistas
habían movilizado todos sus equipos y pertrechos a 30 km de Aucayacu. No solo eso: la
información recibida indicaba que el “camarada JL” se había refugiado en casa de su con-
viviente Cleni Cántaro Silvestre, alias “camarada Flor” (La República, 27 noviembre, 2007).
(...) el personal DINOES PNP y personal Dircote PNP de la BCT Aucayacu-Alto Hua-
llaga, dando cumplimiento al operativo denominado Volcán partieron a 22:30 h
aproximadamente caminando por una trocha del momento, de acuerdo a la infor-
mación, por espacio de más de tres horas en la densa oscuridad, llegando hasta
el centro poblado menor de Cerro Azul, continuando por espacio de 30 minutos
por otra trocha en donde el comandante “Beto” dio las órdenes de tomar posición
a las tres escuadras de acuerdo a lo planeado. Es así que comandados por el co-
mandante “Beto” rodeamos una casa de madera que tenía una elevación de dos
metros de altura conformada por tres cuartuchos y uno amplio (…) (anónimo, 20
octubre, 2018).
No tardaron mucho los seguidores de Mario Espíritu Acosta, alias “camarada JL”, en darse
cuenta de la presencia policial. Rodeados por la policía, procedieron a abrir y responder
con fuego a las fuerzas del orden. Sin embargo, la estrategia de los agentes de rodear la
casa y, posteriormente, actuar con rapidez, fue decisiva en la batalla:
(...) con una gran destacada labor y profesionalismo el técnico “Garry”, quien con-
formaba la escuadra de incursión conformada por diez efectivos, es quien inicia
el asalto al objetivo, el cual se encontraba custodiado por dos centinelas, quienes
al observar la decisiva acción del técnico “Garry” fueron sorprendidos cual saeta a
su presa de tal modo que no tuvieron más remedio que retirarse disparando. En
ese momento es cuando el “camarada JL”, quien comandaba la columna terrorista,
al romperse el parapeto, decidió disparar a traición ante la arremetida de “Garry”
y el equipo de incursión, llegando a disparar en ráfagas de disparos contra él y el
equipo, quienes se parapetaron para no ser heridos, ante el desatado infierno de
disparos de fusilería, explosiones de quesos rusos y pepas de 40 mm (...) (Ibid.).
La derrota del segundo alto mando del núcleo terrorista en el Huallaga era segura. “JL”
fue abatido por el técnico “Garry”, mientras sus seguidores comenzaban la retirada ante la
muerte de su líder:
(...) siendo abatido “JL”, mando militar de Sendero Luminoso del Alto Huallaga,
por el fusil AKM del combatiente “Garry”, para luego como primer hombre de in-
cursión, continuar subiendo por una escalera de madera de dos metros de altura
aprox. donde observo que otro elemento terrorista disparaba en contra del perso-
nal interviniente, neutralizándolo con un disparo en el tórax de su fusil AKM-K. Se
oía disparos por todos lados por motivo de que las tres únicas escuadras estaban
combatiendo en sus respectivos flancos, dando persecución a los terroristas disi-
dentes (...) (Ibid.).
De los veinte terroristas, la mitad escapó y la otra mitad del grupo intentó resistir sin éxito.
En total fueron aprehendidos ocho senderistas. Cuando vieron que Mario Espíritu, alias “JL”,
había caído abatido a balazos, sus seguidores comenzaron a rendirse. La captura de los
senderistas, gracias al esfuerzo de las fuerzas de la Dircote y DINOES, tuvo especial recom-
pensa al reconocer a Atilio Cahuana Yuyali, alias “camarada Julián”, entre los prisioneros.
Las fuerzas del orden habían reconocido a “Julián” como el ideólogo de los remanentes
senderistas del Huallaga, y número tres del comité regional de Sendero Luminoso en la
zona. Abatido “JL” y aprisionado “Julián”, el jefe senderista “Artemio” quedaba solo en la cú-
pula de poder de la organización terrorista. Sin duda un fuerte golpe para SL.
La captura de “Julián” permitió a los agentes del orden desarticular la estructura por la cual
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
los presidiarios terroristas transmitían sus directivas a la cúpula del Huallaga, empleando
a “Julián” como intermediario. El referido tercero de la organización tenía una fuerte parti-
cipación política, siendo parte de los “acuerdistas” que buscaban el reconocimiento de los
senderistas como fuerzas derrotadas en una guerra interna y, por lo tanto, merecedores de
una amnistía con miras a una “pacificación total”. Reemplazarlos sería difícil para “Artemio”,
lo cual incrementa el impacto del golpe de la Operación Volcán en la estructura senderista
del Huallaga.
La intervención del comandante “Beto” fue esencial para tal logro: a la captura de los diri-
gentes senderistas le siguió la confiscación de su armamento de guerra y documentación
de la organización:
(...) después de subir por las escaleras, la escuadra de incursión, en la cual esta-
ba siempre el comandante “Beto” y personal de la Dircote, pudieron capturar a
toda una columna terrorista de Sendero Luminoso del Alto Huallaga con todos
sus armamentos fusiles AKM, FAL, GALIL, M16, lanza granadas, pistolas, escopetas,
quesos rusos, radios, propagandas subversivas, grabaciones de la emboscada de
Tocache al personal DINOES y uniformes; polos negros con estampado de la hoz y
el martillo y pantalones verde olivo, botas militares y de jebe, birretes, mochilas de
campaña y marmitas de combate. Casi la gran mayoría eran de los que robaban al
personal emboscado ya que tenían rastros de agujeros de bala y restos de sangre
(...) (anónimo, 20 octubre, 2018).
Se dieron a conocer versiones apresuradas que afirmaron que “JL” había sido ubicado y
abatido por error suyo, por irse a una pollada. Sin embargo, agentes participantes de la
operación han desmentido todo ello: “(...) en el monte no hay polladas. Dicen que estaba
en una reunión (...) ¿van a ir con una carga de dinamita? ¿Van a ir con todo su arsenal? Con
todos sus uniformes, con su mochila de campaña, donde llevan... porque ellos andan con
uniforme y se ponen otro para el combate. A una fiesta no voy a ir con toda mi columna”
(Instituto de Defensa Legal, 2009, p. 235).
La importancia de la acción radica en que fue la primera vez que la Policía logró una sor-
presa táctica sobre un grupo principal senderista en el Huallaga. Sorprender a un enemigo,
cuya principal fortaleza había sido la sorpresa, con amplio conocimiento geográfico, se
traduce en el manejo de inteligencia y del terreno por parte de la Policía que logró superar
a los senderistas (Ibid., 234). El logro es visto con orgullo por parte de los agentes partícipes
de la operación:
(...) Se destaca el valor y buen comando del comandante “Beto” quien, de principio
hasta el fin de nuestra comisión, nos esforzó al máximo con tal de capturar a estos
delincuentes terroristas con constantes patrullas, tanto de día como de noche, por
todos los lugares dominados por SL, logrando así sus frutos: primero con la captura
del cabecilla del comando de aniquilamiento y, luego, con la acción brillante de la
muerte en enfrentamiento del camarada “JL” y la captura de su ideólogo y toda una
columna armada hasta los dientes.
En San José de Secce las ferias tienen lugar los días sábados. Son eventos de amplia con-
vocatoria, realizados en la plaza del poblado, donde se intercambian bienes desde las 4
de la mañana hasta casi las 4 de la tarde. Esa era la dinámica, al menos hasta el 11 de julio
de 2009, cuando el SS PNP Fidel Álvarez Flores Sologuren notó que aquel día la feria había
culminado a las 11 de la mañana, dejando un silencio total. Este silencio se repitió los si-
guientes tres sábados (F. Álvarez, comunicación personal, 13 noviembre, 2018).
Al promediar las 23:20 horas, de acuerdo al SS PNP Álvarez, “empieza una explosión, ¡blum-
mmm! y por este lado de las ventanas empiezan a entrar balas”. Ante esto, un grupo de
efectivos de la DINOES permaneció apostado en la base, en el primer y segundo piso, co-
mandados por el capitán PNP Reinaldo Gómez Meza. Mientras que un segundo se dirigió
hacia la municipalidad, adyacente a la base, pues constituía la edificación más alta, desde
donde se podía repeler mejor el ataque: “(…) ya habíamos entrenado el plan de seguri-
dad que teníamos para la defensa del cuartel. Había gente que tenía que estar acá... acá y
nosotros teníamos que llegar a esta parte para entrar a la municipalidad; porque la muni-
cipalidad es más alta, la parte más alta, si es que ellos toman la municipalidad nos iban a
ganar” (Ibid.).
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Se calcula que las huestes terroristas estaban compuestas por 50 personas, entre hombres
y mujeres, distribuidos en cuatro grupos de ataque. Contaban con fusiles de largo alcance
Galil, ametralladoras, lanzagranadas RPG y material explosivo en grandes cantidades (DI-
NOES-PNP, parte n° 001-09, 2009).
Una de las primeras víctimas fue el SO2 PNP Giuseppe Carlotto Soto, quien, iniciado el
ataque, salió raudamente hacia la plaza, pues su novia, Meylin Geraldine Tineo Acero; y la
madre de esta, Milagros Acero Turriate, se encontraban en ese momento en aquel lugar.
Milagros Acero falleció al instante, en el intercambio de balas.
El SS PNP Álvarez se dirigió a la municipalidad en compañía del SOT1 PNP Prudencio La-
rico Mamani y otros tres efectivos. Localizaron a un grupo de senderistas apostados en el
colegio Santos Figueroa, próximo a la municipalidad, desarrollándose una escaramuza en
la que abatieron a un subversivo.
(…) éramos diez los que teníamos que estar acá. Yo salí, corrí, me puse acá, y atrás
estaba Larico conmigo, pero mirábamos y no llegaba nadie, hasta que llegaron
tres. Entonces les digo: “vamos a perder tiempo y ahorita nos van a ganar, vamos
a entrar”, yo entro acá corro y subo al segundo piso y escuchaba como caían ex-
plosiones y reventaban de esta parte. Abrimos la ventana y dijimos: “nadie dispara,
nadie dispara”, entonces comenzamos a ver de donde estaban disparando y ya yo
vi a un compañero muerto, y vino un subversivo corriendo hasta donde estaba
mi compañero, supuestamente a quitarle el fusil. El que estaba sentado acá, que
era Carlotto con su familia, él muere acá y nosotros estábamos en la ventana en la
parte de arriba y venía pues uno corriendo. Llegó hasta acá más o menos. Yo iba
a decir “fuego”, porque ya habíamos abierto la ventana y ellos no sabían que está-
bamos ahí, pero me adelantaron mis compañeros y comenzaron a disparar. Este
subversivo ahí nomás murió (…).
(…) llegó el capitán, la esposa de Carlotto estaba herida acá, y el capitán me dice:
“hay que traerla”. Entonces yo salgo, disparo. El viene corriendo, la agarra y la jala.
Regresamos de nuevo y, cuando yo la estoy tratando, poniendo venda, la señora se
muere (F. Álvarez, comunicación personal, 13 noviembre, 2018).
La refriega duró hasta aproximadamente las 00:40 horas del domingo 2 de agosto (duró
una hora y veinte minutos, aproximadamente) (DINOES-PNP, parte n° 001-09). Los sen-
deristas se posicionaron en cuatro flancos: el primero, frente a la base; el segundo, en el
colegio; y los dos restantes, en las esquinas más lejanas de la plaza de la ciudad (Caretas, n°
2090). Por un momento se creyó que Víctor Palomino Quispe, alias “José”, se encontraba al
mando de esta columna.
Con el transcurso del tiempo, la balacera fue disminuyendo. Ambos grupos se encontra-
ban al límite de municiones. Esto llevó al constante lanzamiento de granadas tanto por
parte de la DINOES como por los subversivos. La ubicación geográfica de San José de Sec-
ce dificultaba la rápida llegada de apoyo.
(…) empieza la balacera hasta que llega el capitán acá, con Larico llega. ¿Qué ha
pasado? Le digo: “Larico, están disparando allá”, y Larico se acerca: “¿Qué hace-
mos?” Y en lo que estamos hablando ha habido una explosión, demasiado fuerte.
(…) entonces yo seguía corriendo y cuando entro de nuevo al patio, me dicen: ‘¡ha
caído Larico! ¡Ha caído Larico!’. Y yo iba a correr y me agarra uno: “¡No! ¡Ahí hay un
hueco!” No se miraba el hueco. “¡No hay un hueco! Lo voy a sacar”, le digo: “Debe
estar herido todavía” “¡No!”. ‘Pero lo van a matar, ahí hay un hueco’ ‘Entonces tú dis-
para, cuídame’, le digo. Entonces él comienza a disparar y, cuando yo llego donde
Larico, efectivamente había un hueco. Recién me di cuenta de que había un hueco
ahí. Entonces yo le digo: ”¡Levántate, Larico! ¡Levántate!” No, ya estaba muerto, lo
único que hice fue que me llevé su fusil y vine acá de nuevo. Ya comenzamos a
disparar con más fuerza, yo llegué a esta parte de nuevo y de acá estaban tirando
unas granadas caseras. Llego ahí y no me doy cuenta, como es de un metro cua-
drado ese espacio y yo estaba escondido ahí, una granada cayó ahí. Me levanto,
me hizo explotar ahí, choque contra la pared y caí. Entonces ahí sí me confundí un
poco... ”No me duele nada, creo que me han matado”, me agarraba y no me dolía
nada. ‘Y si me han matado, ¿dónde está mi cuerpo?’ decía. Comencé a caminar
como zombi, estaban disparando y yo seguía. “¿Dónde he caído, si he volado de
acá?’ Después reaccioné y dije: “no, si mi compañero muerto está ahí y lo he jalado,
entonces estoy vivo”.
(…) he tirado mis granadas que tenía para ese lado, para atrás porque de ahí es-
taban tirando. Entonces sentí que decían: “¡Cayó, José! ¡Cayó, José!” (…) Entonces
agarré la otra granada más y la tiré. Ya empecé a correr de nuevo, me vine acá a
ver cómo estaban los compañeros, de nuevo comencé a recorrer las esquinas, ya
no disparaban de acá ya. Así hemos estado casi dos horas de enfrentamiento. Yo
les decía: “No disparen a nadie que no sea un blanco porque nadie nos va a venir a
apoyar, no disparen, traten de racionalizar su munición. Miren yo tengo cuatro ca-
cerinas y solo estoy gastando una, las otras todavía no las toco”, les decía: “Disparen
sobre hombres, sobre objetivos que están atacando”.
De nuevo corría por todos lados diciéndoles eso.
(…) el apoyo es difícil que llegue por las mismas características geográficas de lu-
gar. La geografía no permite un apoyo inmediato. Ya sabía. Por eso les decía ‘vamos
a racionalizar la munición porque no vamos a tener apoyo, y aparentemente esto
va a durar más de lo que estamos pensando’, decía. La gente comprendía, comen-
zó a regularizar. No salíamos porque todavía estaba nutrido [de subversivos] el
pueblo, pero cuando comenzaron a ser esporádicos, empezamos a salir sí o sí. Las
primeras arremetidas hacían una bulla total. Había armas automáticas que sona-
ban: ‘ta ta ta ta ta’, no se callaba. Sonaba de largo, paraba dos, tres, cuatro segun-
dos, otra vez de nuevo, y las explosiones: “bum bum bum”, han sido demasiadas
explosiones (F. Álvarez, comunicación personal, 13 noviembre, 2018).
Fallecieron tres efectivos policiales y dos civiles: S2 PNP Giussepe Carlotto Soto, ST1 PNP
Prudencio Larico Mamani, SO3 PNP Janier Iván Fernández Guevara, Milagros Acero Turria-
te y Meylin Geraldine Tineo Acero. Resultaron heridos el SO2 PNP Félix Chuquipul Macizo,
el SO3 P.N.P. Martín Alberto Cabrera Chalán, y el SO3 PNP Dante Rodolfo Pumallanqui Du-
rán: “(…) en la primera arremetida muere Carlotto, después Larico acá adentro y Fernández
en la puerta en el umbral, en la puerta de entrada de la base a la municipalidad. Fernández
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
yo lo jale hasta atrás pensando que estaba vivo, pero ya no reaccionaba” (Ibid.).
Por el lado de los subversivos no se tienen cifras exactas de sus bajas, puesto que tuvieron
la ocasión de llevarse los cuerpos. Huyeron repartidos en tres combis.
Yo he visto uno. Los pobladores dijeron que murieron cinco, pero vino el ejército
y dijeron que no había muerto nadie. Yo no le hago caso al ejército y a la Dircote
porque yo si he visto morir a uno, el que venía a recoger (...) sino que cuando mi
compañero tira la lacrimógena, la lacrimógena baja hacia la base y se nubla. No
hemos visto ahí, no sabemos qué ha pasado en ese lapso, cuando salimos ya no es-
taba ya, pero se nota como si se hubiesen llevado un trapeador con sangre jalando
y parece que lo han metido a la combi que ha pasado. Acá en la plaza encontramos
parte de la mandíbula con los dientes, de quien será, como le habría caído la bala
y le ha sacado todo esto (DINOES-PNP, parte n° 001-09, 2009).
Es necesario destacar la decisión de los policías por hacer frente y no dejarse arrinconar
por las huestes senderistas, aun siendo conscientes de su inferioridad numérica y sus limi-
tadas municiones. Procuraron seguir las tácticas planteadas, cuidándose la espalda cons-
tantemente y combatiendo para evitar que sus compañeros cayeran y que la instituciona-
lidad se viese afectada, garantizando así el orden interno.
Las lecciones aprendidas de este suceso reflejan que no hay que dar marcha atrás en el
cumplimiento del deber y que, además, se necesita de una mejor estrategia en la lucha
contra el narcoterrorismo, que permita un desempeño eficiente en esta lid. Hacia el año
2007, el distrito de Santillana contaba con 7215 habitantes, de acuerdo con el último censo
(2017), ahora solo residen 3852 personas (INEI, 2017).
Al lugar donde lleguemos lo primero que tenemos que hacer es revisar nuestras
armas, revisar la munición, porque incluso en las cacerinas que tenemos algunos
han perdido bala y le han puesto esas pilas AAA por bala. Hemos estado limpiando
y hemos encontrado. Como nos dan 30 cartuchos en esa cacerina, algunos le po-
nen eso, entonces hay que revisar todo eso y abrir la cacerina para que el resorte
al menos esté una hora libre. Luego de una hora lo volvemos a armar, eso se hace.
Por ejemplo, hacemos dos grupos, uno de servicio y otro disponible. El grupo de
servicio está cubriendo su servicio normal y el disponible está haciendo eso (…)
hay que ver los puntos débiles, no estar adentro, salir y ver por dónde podría ha-
cerle daño a la base, porque hay que tener en cuenta que las bases que tenemos
en el VRAEM, no son bases policiales, sino casas comunes; no están diseñadas para
soportar un enfrentamiento, un ataque. Lo que hay que hacer es reforzar las partes
y hacer un plan de defensa; instruir a la gente, eso era lo que hacíamos todos los
días, eso es lo que tienen que hacer, primero plan de defensa y verificar sus armas
(F. Álvarez, comunicación personal, 13 noviembre, 2018).
Episodios memorables ,como el narrado, deben servirnos, en primera instancia, para va-
lorar el arrojo desinteresado de los efectivos de la DINOES en defensa de la población,
de la institucionalidad democrática, y contra aquellos que buscan socavarla mediante la
violencia, anteponiendo intereses egoístas y sectarios, nocivos para el país. Asimismo, esta
hazaña debe tenerse presente para reparar en las dificultades y limitaciones que afectan
a la DINOES, como soporte de la lucha contra el narcoterrorismo que sigue asolando la
región del VRAEM, garantizando así mayor seguridad para el desarrollo pleno de prácticas
democráticas.
Base Contraterrorista
San José de Secce,
La importante captura del cabecilla terrorista Florindo Eleuterio Flores Hala, conocido
como el camarada “Artemio”, fue un duro golpe para el narcoterrorismo imperante en la
región del Huallaga y un triunfo de la cooperación entre la Policía y el Ejército sobre el ac-
cionar del último dirigente histórico de SL.
Tras mantener durante mucho tiempo su identidad oculta de las autoridades, el camara-
da “Artemio” pasó a convertirse en el hombre más buscado del país, con un ofrecimiento
de recompensa de un millón de soles por parte del gobierno peruano y cinco millones
de dólares por parte del gobierno estadounidense, a cambio de información directa que
llevara a su detención. Esquivando cualquier pesquisa que tratara de ubicarlo, no se pudo
revelar su verdadero nombre y biografía sino hasta 2010, después de 25 años de que este
extendiera y fortaleciera su influencia en el valle del río Huallaga.
A comienzos de los años ochenta, el cabecilla senderista había sido destacado por su
máximo líder, Abimael Guzmán, a la región conocida como el legendario “Salvaje Oeste de
la cocaína”. Durante el desarrollo de la guerra interna, esta parte de la selva tropical trajo
consigo un paisaje desolador y violento. Sin embargo, el reducto senderista ya guardaba
un papel primordial en la historia de la cocaína con repercusión internacional: “Este lugar
se volvería central para el boom mundial de la cocaína entre los años setenta y noventa.
Durante el pico de este boom en los años ochenta, el Huallaga proveía más de la mitad de
la cosecha mundial de coca y cocaína cruda ilícitas” (Gootenberg, 2016, p. 412).
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Formando parte de la estructura armada del narcotráfico, “Artemio” hundió a la región con
más de 500 acciones terroristas y más de 1000 muertos, entre civiles y agentes del estado.
Había sumergido a la región del Huallaga a un estado de emergencia que no sería levanta-
do hasta después de tres décadas. La presencia de “Artemio” problematizaba el pensar de
manera plena en un escenario posconflicto, era una herencia sumamente perjudicial del
conflicto armado interno.
3
Este texto se ha podido realizar gracias a la reconstrucción de los hechos narrados por el Suboficial Técnico de Primera (ST1) PNP Miguel Ángel
Valdivia Valerio, con 19 años de servicio en la DINOES e instructor de la Escuela de Fuerzas Especiales desde el 2009. El testimonio es tomado por
su participación en la captura del camarada “Artemio”.
En la medianoche del 8 de febrero de 2012, al camarada ‘‘Artemio’’ le sobró tiempo para ha-
cer proselitismo, huellas en forma de pintas dejadas en las casas que encontraba durante
su paso. En la madrugada del 9 de febrero, el hombre captado por el grupo de la División
de Investigaciones Especiales de la Dirandro –captado meses atrás– venía informando de
manera discreta a estos oficiales sobre los últimos movimientos del camarada ‘‘Artemio’’:
Así, mientras el informante enviaba señales por su radio, fue descubierto por otro cama-
rada quien alertó de la traición a su jefe. Al verse descubierto, en defensa propia, atinó a
disparar contra “Artemio” con la escopeta de perdigones con la que contaba.
Siguiendo sus pasos, esta vez se encontraban cerca de capturar al número uno de SL, que
yacía herido y no se sabía si había sobrevivido a los disparos de su propia seguridad:
(…) Nuestro centro de operaciones era el cuartel que estaba allá en Pizana. Desde
allí se montó todo el operativo. Otra vez nos vuelven a insertar en los distintos pun-
tos supuestamente donde iban a cercarlos a estos delincuentes terroristas. Todavía
no se hacía la captura de ellos. Después de estar dos días o tres días que hemos
estado insertados en estos puntos, otra vez nos vuelven a tomar las acciones, nos
vuelven a llevar al cuartel de Pólvora. Y es allí donde recién nos mandan otra vez a
los distintos puntos para poder hacer la captura (…) (Ibid.).
La persecución se vio más comprometida al saber que el camarada “Artemio” se hallaba
herido de gravedad mientras perdía mucha sangre. Aún rodeado de gente fiel a él, su cap-
tura se dio a partir de la formación de equipos de búsqueda. La patrulla del ST1 PNP Mi-
guel Ángel Valdivia fue la que encontró el equipaje abandonado del grupo de “Artemio”.
Paralelamente, otro escuadrón fue el que encontró al camarada “Artemio” abandonado por
los suyos, a la espera de primeros auxilios que lo salven de sus graves heridas. En la captura
de “Artemio” estuvieron las Fuerzas Especiales del Ejército, juntamente con la DINOES.
No hubo bajas por ningún lado. El camarada “Artemio” había caído por su propia gente,
reflejo de la inteligencia con la que se trató la operación. No obstante, los agentes de la
DINOES estuvieron en la primera línea, “dispuestos a cumplir la misión o morir en el inten-
to”. Pues, como declara el ST1 PNP Miguel Ángel Valdivia: “en ese momento de repente la
adrenalina, quizá el temor que nos pueda pasar algo, pero eso es parte de nuestro trabajo
(…) justamente el trabajo de nosotros [de la DINOES] es eso” (Ibid.).
Por último, el estar preparados para este tipo de acciones altamente peligrosas, inmedia-
tas y a su vez manejadas con estrategia, lo que implica la formación de agentes cuyas
capacidades deben ponerse en práctica día tras día. En otras palabras, la preparación con
la que cuentan tiene un ritmo fuerte, imprescindible para hacer frente a la más grande
amenaza, sumada a una geografía desafiante.
(…) nosotros nos preparamos para estar en una circunstancia de esta magnitud.
No sabemos qué es lo que nos va a deparar más allá; algún enfrentamiento, alguna
emboscada. Es por eso que nosotros nos preparamos constantemente, día a día,
(…) éste es nuestro trabajo, la lucha contraterrorista y el apoyo a otras unidades
(…) (M. Valdivia, comunicación personal, 23 noviembre, 2018).
Pertenencias
encontradas de
“Artemio”-2012.
El ataque fue provocado por la facción senderista de los hermanos Quispe Palomino, los
terroristas más buscados del país asentados en el VRAEM, específicamente por el menor
de ellos, el camarada “Gabriel”. Lejos de ideologías radicales, actúan como el brazo armado
del narcotráfico. Un grupo de aproximadamente 400 subversivos, entre hombres y niños,
operan en esta importante zona bajo el mando de los Quispe Palomino (la zona con mayor
producción de hojas de coca del Perú, con una producción anual de 20 mil hectáreas de
hojas de coca o de aproximadamente 300 toneladas de cocaína al año, convirtiéndola a su
vez en una de las zonas más peligrosas).
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
4
En el siguiente texto se hace presente el testimonio del Suboficial Técnico de Segunda (ST2) PNP Orlando Chirinos Barrios, quien participó en el
rescate de los hechos aquí reconstruidos, dejándonos su relato escrito de lo ocurrido. Él llegó a perder su audición debido a un artefacto explo-
sivo durante el cumplimiento de su deber, quedándose sordo desde entonces.
5
Extracto del relato “Retorno triste”, del ST2 PNP Luis E. Camacho, publicado originalmente en la Revista de la Guardia Civil del Perú, n° 404, 1983.
Esa misma tarde, otro helicóptero sin ninguna escolta decidió acortar la zona, sobrevo-
lando el otro lado del cerro donde sucedió el sacrificio de la capitana, lo que confirmó las
presunciones sobre la ubicación de los narcoterroristas. El objetivo era el descenso de 27
efectivos de la DINOES que iban a insertarse como apoyo en el enfrentamiento. Los prime-
ros en bajar fueron los suboficiales de Tercera (S3) PNP César Vilca Vega y Luis Astuquillca
Vásquez, siguiéndoles el S3 PNP Lander Tamani Guerra. Justo se preparaba para deslizarse
el S3 PNP José Miguel Millones Velásquez, cuando de pronto varios disparos sorprendieron
al helicóptero, impidiendo que éste último realizara su descenso, siendo alcanzado su ros-
tro por las esquirlas de una bala dirigida a la cabina de pasajeros. Con tres de sus hombres
en tierra, la tragedia siguió escribiéndose. El piloto de la nave, para sorpresa del equipo,
decidió sortear el ataque enemigo, abandonando –en su propósito de mantener en res-
guardo al resto-, a los agentes que yacían en tierra bajo el acecho mortal de las huestes
senderistas. Según un medio que cubrió estos terribles acontecimientos, los suboficiales
que se quedaron en el helicóptero solamente pudieron sentir consternación, impotencia e
indignación; ahora sus compañeros se encontraban a merced de los terroristas.
Tras el abandono, la pesadilla de esa tarde continuó. La columna del camarada “Gabriel” si-
guió con los disparos contra los tres agentes, abatiendo a Lander Tamani, cuyo cuerpo fue
hallado al día siguiente. Resultó que debió abrirse otra operación de ubicación y rescate
para los dos suboficiales restantes aún desaparecidos. Se movilizaron diferentes patrullas
de a pie y helitransportadas en el transcurso de los siguientes días. Durante esas jornadas,
la suerte de los secuestrados encontró buen puerto, ya que fueron liberados y recibidos en
un pueblo luego de ocho horas de caminata. Desde ese momento, todo el esfuerzo des-
plegado estuvo orientado al rescate de los policías DINOES Vilca y Astuquillca.
Esta era una de las tácticas senderistas: trabajar a la sorpresa, minar el terreno avanzar y
ocultarse en la selva a la espera del paso de agentes policiales y militares. Los explosivos
alcanzaron en plena marcha al BTC de Orlando Chirinos: “(…) después de repeler el ataque
inicial, el suscrito procedió a avanzar al lugar de los hechos buscando un lugar estratégico
para repeler el ataque, por tener el arma automática RPD, siguiendo el cruce de balas y el
sonido de explosivos de 40 mm (…) lo cual me dejó sordo y sangrando (…) pero el instinto
de supervivencia, de salir vivo, hizo olvidar las heridas (…) pasados los minutos comenzó a
llover y tapar la neblina a todo el cerro” (Ibid.).
Continuando con su testimonio, el ST2 PNP Orlando Chirinos narra que su moral no se vio
ahogada con las explosiones, su deber era socorrer a sus compañeros. Incluso, si él estaba
perdiendo su audición, había compañeros que se encontraban en situaciones más difíciles
por su cercanía a las cargas. Como escribió Ricardo Palma, el deber ya no era el éxito, era
la lucha: “En esos momentos el suscrito escuchó un sonido pidiendo auxilio, inicialmente
desconociendo de quién se trataba el primer auxilio (…) que decía: ‘¡Ayuden!’ (…) con una
voz seca, pausado, repetidas veces (…) el siguiente auxilio decía: ‘¡Sáquenme de aquí, no
quiero morir, quiero irme con ustedes, sáquenme de aquí!” (Ibid.).
El ataque no hizo más que poner en claro la mente de Orlando Chirinos Barrios:
Ese día fallecieron tres agentes policiales. “Escribir estas frases y otras es melancólico, tris-
te...”, termina escribiendo Orlando. Así culminó el operativo de búsqueda de los dos policías
DINOES perdidos. Las vidas de los suboficiales Vilca y Astuquillca corrieron distintos desti-
nos. Ambos, mejores amigos, estuvieron juntos durante cinco días hasta que otro ataque
los sorprendió, arrojándolos a la lucha por sus vidas. El sacrificio del primero se hizo nece-
sario para la salvación del segundo. Después de muchos días, el padre de Vilca encontró el
cuerpo de su hijo gracias a la ayuda de guías locales y, sobreviviendo a la selva del VRAEM,
Astuquillca aparece a salvo 17 días después en el poblado de Alto Postakiato. Un año des-
pués, en agosto de 2013, caen abatidos los camaradas “Alipio” y “Gabriel”, gracias al trabajo
en conjunto de la Brigada Especial “Lobo”, nada más y nada menos que policías y militares
nuevamente trabajando juntos.
sacrificio a lo largo de la historia de la PNP. Hazañas como estas traen al presente la decisión
del policía Mariano Santos Mateos, quien participó con victoria y osadía en la batalla de Ta-
rapacá en 1879, en el marco de la Guerra del Pacífico. El heroísmo del capitán Alipio Ponce
Vásquez, quien pereció durante una misión de reconocimiento en la batalla de Zarumilla
en 1941 en la guerra contra Ecuador; o aquella gran responsabilidad del capitán Alcides
Vigo Hurtado, que entregó su vida con lealtad en búsqueda de un famoso criminal de los
años sesenta, al cual encaró sin temor. Asimismo, la entrega del mayor Horacio Patiño Cru-
zatti cuando fue emboscado en Huancavelica, la inmolación del comandante Juan Benites
Luna frente a unos narcotraficantes en Ayabaca Piura, todos ejemplos de policías que en
algún momento de su vida enfrentaron las peores situaciones, con heroísmo y entrega de
lo mejor de sí al desplegar al máximo su preparación y experiencia.
No debemos olvidar que este sacrificio es la verdadera insignia que ha perdurado durante
los largos años de entrega por la seguridad del país. Así, desde antaño, o como aquella
vez cuando el policía Orlando Chirinos Barrios, perdiendo totalmente el sentido del oído
debido a la explosión de minas dejadas por el narcoterrorismo, acudió a la protección y
rescate de sus compañeros aquel 27 de abril de 2012. Por él y por todos los demás policías
que lo han antecedido, ofreciendo largos años de servicio e incluso sus vidas en el altar de
la patria, es que podemos decir: son héroes, todos héroes.
Cenotafio DINOES erigido en
honor a nuestros héroes y már-
tires caídos en el cumplimiento
del deber, Ate-2018.
El diccionario de la Real Academia Española define el símbolo como “la representación sensorial-
mente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una conven-
ción socialmente aceptada”. También lo define como la asociación de las palabras o signos para
producir emociones conscientes (Muñoz Grandes, 2015).
Estas representaciones o signos tienen que ser aceptados o reconocidos por un grupo determi-
nado de personas, que identificándose con estas representaciones en el tiempo de acuerdo con
el contexto histórico cultural, que va generando sentido de identidad y pertenencia.
Esto se evidencia con mayor claridad en las instituciones policiales y militares, ya que los sím-
bolos policiales y militares tienen la gran particularidad de convertirse en elementos de la vida
diaria porque los llevan consigo o los repiten, generando mística e historia.
Cuando llegamos a trabajar a una nueva empresa, institución o unidad, encontramos elementos
identificatorios que son propios de cada una; tales como creencias, valores, credos, himnos, em-
blemas y otros. Pero muy pocas veces conocemos o indagamos cómo y en qué contexto surgie-
ron, quiénes están detrás de esas creaciones. A continuación desarrollamos estas interrogantes
y les presentamos a los creadores de algunos símbolos DINOES.
3.1. Himno de la DINOES
En 1992 se vio la necesidad de establecer que la Dirección Nacional de Operaciones
Especiales (DINOES) cuente con un himno propio, con la finalidad de elevar la moral y crear
mística entre el personal que prestaba servicios en esta unidad especializada que cumple
una delicada y difícil misión (DINOES, 1993).
HIMNO A LA DINOES
Donde
clamen y clamen por ti, guiado por ese gran don impreso siempre has de
dejar, por siempre y en todo lugar
Nuestro lema dice patria y ley, (ilegible) que vidas nos cuesta oponente
serán contra el mal, alientos de paz dejarás
En todo lugar estarán, y si llaman DINOES presente dirás
Si es preciso la vida inmolar, después a ti gracias darán
6
Transcripción del documento original que se presentó en el concurso en 1993, proporcionado por el ST1 PNP (r) Moisés Mendoza Huamán.
Palabras que expresan sentimientos, deseos y acciones del quehacer de un policía. Un po-
licía que desarrolla su accionar en operaciones especiales, cumpliendo la función para la
que fue formado. También resulta preciso indicar el contexto social que se vivía en los años
noventa, un periodo de violencia, trayendo como consecuencia sucesos que seguro sirvie-
ron de inspiración para el himno.
El ganador del concurso del himno de la DINOES fue el ST2 PNP Moisés Mendoza Huamán,
perteneciente a la entonces GOES Halcón. ¿Cómo lo hizo? ¿Qué lo inspiró? Al respecto nos
expone:
De tantas comisiones que salía, de tantas muertes... por experiencia propia, de par-
ticipar de cinco o seis emboscadas, de seguir vivo, de ver cómo morían mis com-
pañeros, de impotencia. Lo escribí prácticamente con sangre y con lágrimas. Me
senté ahí en la esquina por la escalera, leyendo las bases comencé a escribir. Ese
mismo día hice una parte; justo salía el mayor Demóstenes García García y le dije
que estaba escribiendo estas letras para el himno: “¿Qué le parece?” Me dijo: “Está
bonito e interesante, me gustaría verlo terminado (…). Pasó por ahí el comandante
Pedro Vilca Sánchez, le dije: ¿Qué le parece? Me responde: Sí, pero está mal esto.
Honor y lealtad, no, porque recuerda que las instituciones están unidas en este
momento. Cámbialo por valor y lealtad. Suena bien -dije- y lo cambié a valor y leal-
tad (M. Mendoza, comunicación personal, 06 de noviembre, 2018).
Cabe señalar que el entonces ST2 PNP Moisés Mendoza Huamán pertenecía a la Policía de
Investigaciones del Perú, cuyo lema era “Honor y Lealtad”. Los hechos relatados se desarro-
llaron en el contexto de los primeros años de la unificación policial dada por el gobierno
de Alan García Pérez. Por ello, se puede deducir que cada efectivo policial llevaba consigo
la mística de sus ex instituciones.
(…) le comenté a mis colegas y todos me animaban que participe. Llegué a casa y
(…) después comencé a escribir otro himno, y lo presenté como autor anónimo.
Los dos himnos ganaron: el que estaba con mi nombre, primer puesto y el que
tenía autor anónimo segundo puesto. Como premio me dieron cinco días de per-
miso y una resolución directoral, resolución que me dieron después de un año de
realizado el concurso (…) (DINOES, 1993, p. 1).
(…) esa es la historia del himno, encierra mucho: hermanos, familias, ciudades y
todo por nuestro Perú, por nuestra institución.
Hemos vivido muchas cosas; ver a mis compañeros en el hospital, mutilados, des-
trozados, los años pasan, pero el dolor queda. Que sirva para que los jóvenes asi-
milen y no se dejen sorprender. Siempre hay que estar atentos, vigilantes porque
tenemos una familia, que nos esperan en casa. Ser policía es mucho, ser policía es
tener sentimiento por todos nuestros hermanos, ser policía es querer a nuestra
7
Cenotafio es el monumento funerario erigido en honor de una persona o grupo de personas para los que se desea guardar un recuerdo. Para
este caso ahí se encontraban grabados los nombres de los policías fallecidos
alma mater, que nos formó, ser policía es amar a la patria y ser DINOES es para
quien viene a luchar y dejar todo (M. Mendoza, comunicación personal, 6 noviem-
bre, 2018).
La capacidad creativa del ahora ST1 (r) PNP Moisés Mendoza Huamán se reafirma al ganar
los dos primeros puestos en el concurso de himnos, en su capacidad de poder representar
en palabras los hechos y sentimientos vividos, lo que se traduce en identidad, mística y
conciencia de la función policial.
Algunas palabras del himno fueron modificadas en el tiempo, e inclusive la melodía fue
adaptada para las marchas y desfiles. Aquí el himno original que ganó en el año 1992:
Himno de la DINOES
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Letras del himno proporcionadas por el autor ST1 (r) PNP Moisés Mendoza Huamán.
8
De izquierda a derecha ST1 (r) PNP
Moisés Mendoza Huamán, general
PNP Víctor Rucoba Tello y SS PNP
Nelson Pineda Astopilco, Ate, 2018.
El autor
del himno
DINOES, Moisés
Mendoza
Huamán en
la 48 - CGC
- Mazamari,
1987 -
Fuente: Archivo personal del ST1 (r) PNP Moisés Mendoza Huamán.
3.2. Credo de la DINOES
El credo nació en el año 1999 en los ambientes de instrucción y gracias al SS PNP Nelson
Pineda Astopilco, quien vio la necesidad de contar con un elemento cohesionador, que ge-
nerara fuerza, valor y coraje. Es así que, con una adaptación de los símbolos de las Fuerzas
Armadas, pero con identidad propia, se creó el credo DINOES. Al respecto el autor declara:
Después de haber vivido experiencias notables, marcadas (…) uno reflexiona, por
la cantidad de experiencia acumulada y siente la necesidad de compartir, tomar
conciencia de no querer que le pase al resto lo mismo (…).
(…) llegamos a instrucción (antes no era una escuela era un grupo pequeño de
instructores) y comenzamos a entrenar a la gente, no había cursos, era reentrena-
miento. Comenzamos a reentrenarnos entre nosotros en las diferentes materias y
salíamos a correr. Nosotros no teníamos cómo incentivarnos, no teníamos lema,
un credo. Eso nos motivó. Poco a poco comenzamos a aportar un grupo pequeño
de instructores, hasta terminarlo (…).
(…) en un aula con un curso, comencé a platicar con ellos sobre el credo, y, como
tenía la facilidad de guiar al curso, les indiqué que repitieran. Ahí lo fui perfeccio-
nando y así empezó: en un curso, en una ceremonia de curso interno, en las maña-
nas les decía que repitieran y así fue (…).
(…) Fui cambiado a otra unidad (…) y retorné después de cinco años. Ya no lo
escuché en la escuela, sino en una ceremonia de lunes; lo repetían en el patio de
honor, ya se había oficializado (N. Pineda, comunicación personal, 6 noviembre,
2018).
El héroe es aquel que en las condiciones más adversas toma la libre y consciente determi-
nación de enfrentar ciertas situaciones, aun a sabiendas de que con esa determinación se
expone al sacrificio de su propia vida. Del latín heros, la palabra héroe hace referencia a un
hombre (o su femenino heroína cuando hablamos de una mujer) que es famoso, ilustre y
reconocido por sus virtudes o hazañas, alguien que expone constantemente capacidades
y cualidades muy humanas.
El mártir es aquel que exhibe una inmensa capacidad de tolerancia a los vejámenes y/o
mutilaciones. Es una persona que sufre persecución y muerte por defender una causa. Del
latín “martyr”, que indica a una persona que sufre persecución y muerte por defender una
causa.
Recuerdo aquella vez que el equipo ALFA se había trasladado a la parte noroeste a operar
y perdió la comunicación con la base, motivo por el cual, a tempranas horas del día 28 de
setiembre de 1989, el equipo BETA se encontraba totalmente equipado y listo para ubicar
y apoyar al equipo ALFA. Fue entonces cuando el infortunio se cruzó en nuestras vidas… y
combatientes hermanos lacerados por el dolor, ganando previamente altura para reesta-
blecer la comunicación perdida, nos pusieron en conocimiento que habían sido embosca-
dos arteramente por el enemigo en una inmensa cañada natural del distrito de Ñuñoa. En
esta zona de cerros se parapetaron francotiradores y más de un centenar de subversivos
el día anterior. Supimos entonces que nuestros muchachos pelearon como siempre, sin
cuartel, y no pudieron doblegarlos ni aún después de la noche. Nos enteramos que detrás
de rebaños bovinos y ganados llegaron sigilosamente los delincuentes terroristas de SL, y
que nos habían ocasionados bajas. Entre ellas el maestro, el amigo, el jefe; “Moscón” ade-
más de “Charly”, “Oso”, “Rolo”, todos ellos reconocidos combatientes quienes tomaron la
decisión de inmolarse y de enfrentar un terrible destino por la paz social.
Contaba “Chiguillo” (pareja táctica de Moscón) que durante el enfrentamiento una bala le
perforó la arteria femoral y este, consciente de sus pocas posibilidades de supervivencia,
(falta de atención médica, además de encontrarse en un lugar lejano e inhóspito y con su-
perioridad numérica del enemigo) le ordenó que se retirara no sin antes aprovisionarse de
munición y cacerinas para pelear hasta el final en su posición. Evidentemente, “Chiguillo”
se opuso, por lo que nuestro maestro, “Moscón”, con tono enérgico y empleando palabras
fuertes le reiteró la orden de que se retire con la finalidad de salvaguardar la vida de su
pareja táctica, pero no se retiró. Se parapetó semioculto, sin perderlo de vista, testigo sin
igual de cómo Marco Puente Llanos fue hasta el último minuto de su vida un hombre ín-
tegro, un gran combatiente y, por encima de todo, una gran persona que ofrendó su vida
por los demás.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
A nosotros nos invadía la impotencia por no haber podido estar junto a nuestros herma-
nos Deltas, en esas horas tan aciagas, de no haber llegado en su auxilio. Queríamos estar a
su lado y poder doblegar juntos al vil enemigo, que había huido raudo como siempre. No
hubo piedra que no levantáramos, ni hueco que no se escrudriñara, con tal de encontrar al
enemigo y hacerlo pagar por tamaña infamia, pero no fue posible hallarlo. Sentimos una
impotencia indescriptible al percibir el daño que nos habían causado, al ver a nuestros
hermanos combatientes caídos en el cumplimiento del deber. Habían combatido hasta el
final aun en inferioridad numérica, enfrentado y resistido a una infame emboscada, mos-
trando virtud, entereza y bondad, propias de los predestinados a la mansión de los héroes.
Esta condición no se da tan solo por un solo acto, los que tuvimos el honor de trabajar,
interactuar y combatir al lado de “Moscón” estamos convencidos por una larga serie de
actos que marcaron su vida de servicio, que fuimos testigos, sin temor a equivocarnos,
de su condición de héroe de nuestra dirección, institución y nación, muy bien cabe ser el
patrono de la DINOES.
Han pasado 29 largos años y ellos viven en nuestras mentes y en nuestros corazones por
siempre, ellos nos motivan y condicionan porque trazaron el camino a seguir: Unión, fuer-
za y valor. (SS PNP Alberto Valencia Bueno, escrito, 11 noviembre, 2018).
3.4. Oración y poema de la DINOES
Sí que las vivencias inspiran en la DINOES. La oración y el poema no están exentos de ello,
vivencias que son esencia de frases motivadoras. A escasos años de la unificación policial
y de la creación de la DOES FF.PP., en el año 1992, la DINOES aún no contaba con algunos
símbolos identificatorios. Es así que, el mismo año, el ahora SS PNP Fidel Álvarez Flores creó
la oración DINOES y así lo recuerda:
(…) yo he servido en el ejército y he visto muchos lemas que han sido trasladados
acá. Sentía que le quitaban identidad. Como una unidad élite de la policía debía
tener sus propios lemas, de alguna forma, para levantar la moral (…).
Su capacidad creativa y las vivencias motivaron que el SS PNP Fidel Álvarez Flores, no solo
compusiera la oración, sino el poema DINOES, poema de su gran repertorio de poemas.
Es una virtud que él posee, mediante la escritura o las palabras expresar, emociones, sen-
timientos o sensaciones. A su vez resulta interesante e importante conocer qué vivencias
dieron origen a estos versos. Y en este caso particular, vivencias que a su vez explican por
qué uno en el tiempo quiere seguir siendo un DINOES, aquí su testimonio:
(…) iba juntando las cuartetas de acuerdo a las vivencias, aquello que sentía (…).
En mi caso, yo llegué y nos pusieron al curso GRUDE (eran seis meses). Inicialmente
dije: “no voy a soportar este ritmo”, (porque todos los días eran entrenamiento y
esfuerzo). Pensé: “termina el curso y me voy de la unidad”, pero terminó el curso
y salimos de comisión. Dentro del curso hubo mucha compenetración entre no-
sotros, ya no solo éramos colegas, éramos una hermandad, éramos muy amigos,
salimos a diferentes lugares (…).
(…) nosotros sí hemos tenido enfrentamientos, eso nos ha unido más y hemos per-
dido en el camino a algunos compañeros que formaban parte del grupo. Eso fue
postergando nuestra salida; todo lo que íbamos viviendo hacía que se postergara.
Poco a poco ha ido creciendo en nosotros un amor, una identidad con esta unidad
y nos olvidamos de irnos. Ahora, estamos esperando que nos voten (…) (F. Álvarez,
comunicación personal, 8 noviembre, 2018).
El poema DINOES se hizo en cinco cuartetas diferentes; la primera, cómo piensan los DI-
NOES, luego cómo piensa el autor, qué se hace en la DINOES y, finalmente, qué futuro le
espera (Ibid.).
Del poemario del SS PNP Fidel Álvarez Flores, nos comparte un poema en homenaje al
patrono de la DINOES, coronel PNP Marco Puente Llanos, que versa así:
Listín: En la parte superior, el listín es de letras doradas y de fondo negro, que lleva la
palabra DINOES PNP, que corresponde a las siglas de la División Nacional de Operaciones
Especiales de la Policía Nacional del Perú.
Al pie del escudo lleva indicado el lema de la unidad Fuerza, Ley y Orden, que resumido
significa que donde está presente la DINOES representa una fuerza, impone la ley que nos
da la carta magna y por ello el resultado se obtiene el orden en la sociedad.
Sol naciente: El Sol tiene un importante significado cultural en el Perú, significa una nueva
era y esperanza.
Escudo: El escudo es la similitud del escudo de armas con el borde de una línea gruesa
dorada y de fondo verde, esto representa nuestra nación, por lo cual servimos y damos la
vida por nuestros hermanos peruanos cuando lo necesiten.
Fondo verde: La heráldica del color verde es la naturaleza por excelencia, representa ar-
monía, paz, crecimiento, exuberancia, fertilidad, resistencia y seguridad.
Puñal: Simboliza la ferocidad, rapidez, la tenacidad y ante todo la muerte a manos de otro.
El puñal, daga o cuchillo, en su defecto ha sido el emblema representativo de la condición
de un comando desde los inicios históricos de la especialidad y representa la guerra, la
muerte, el poder y la justicia. El puñal como arma silenciosa para el combate cuerpo a
cuerpo y el ataque por sorpresa que caracteriza a las operaciones especiales. Como sím-
bolo de la fuerza armada o de una corporación, es por ello que se dio derecho a aplicar la
fuerza como el brazo de la ley, como en la insignia militar y de la policía de las unidades
especiales tipo comando. El puñal de combate se adjunta sobre las flechas, que reflejan las
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Alas: Como significado en la paz, el amor y el vínculo entre la tierra y el cielo (entre lo hu-
mano y lo divino), un símbolo de transcendencia y liberación, también tienen un significa-
do del “deber cumplido” después de superar pruebas o entrenamiento.
Flechas cruzadas: Dos flechas cruzadas simbolizan en las fuerzas especiales, en la guerra
no convencional. En esencia las flechas representan amistad.
En sus orígenes, la DINOES fue formada, entrenada y equipada para hacer frente al fenó-
meno terrorista, convirtiéndose, entonces, en una Fuerza Especial, altamente especializa-
da y versátil; y en la principal fuerza compulsiva del Estado para hacer frente a la organi-
zación terrorista SL y sus huestes, enclavados, principalmente, en Ayacucho, Apurímac,
Huancavelica; posteriormente, en el Alto Huallaga; así como al MRTA, con apariciones de
terror y violencia en diferentes lugares del Perú, incluyendo la capital del país.
1. Combatir la subversión.
2. Realizar operaciones especiales y/o de alto riesgo en zonas rurales con presencia de
la organización terrorista SL.
3. Participar en la defensa interior del territorio en operativos conjuntos con las FF.AA.
Habiendo logrado el objetivo de pacificar el país del terrorismo demencial, que aún sub-
siste en una zona focalizada del VRAEM, bajo control militar; la DINOES hizo un viraje es-
tratégico en su capacidad operativa. Su versatilidad, la formación y entrenamiento espe-
cial de sus miembros y la necesidad de enfrentar nuevos retos y fenómenos de violencia
delincuencial, que está viviendo el país, generaron esta nueva concepción funcional de la
DINOES. En consecuencia, se modificó el currículo especializado orientando su entrena-
miento e instrucción bajo las siguientes directrices en la capacitación:
La actual coyuntura social y los altos índices de inseguridad ciudadana, motivó que las
fuerzas operativas de la DINOES se asignen a cubrir servicios de patrullaje básico en apoyo
a las regiones policiales. Esta situación ameritó la reformulación de la estructura curricular,
para que su personal adquiera destrezas en cuanto al procedimiento policial operativo,
tales como:
uso del paracaídas como medio de despliegue de combate, donde desarrollan liderazgo,
confianza, un espíritu agresivo y físico a través del acondicionamiento mental.
El empleo del personal de la DINOES en estas operaciones garantiza un doble efecto posi-
tivo en las labores de apoyo en patrullaje y prevención; así como en apoyo a la interdicción
2. Es dueño de un espíritu superior y una moral elevada, que le permiten actuar con
gran profesionalismo, buscando cumplir con la misión encomendada o dejar la vida
en el intento. Eso lo hace totalmente diferente a policías de otras unidades.
Personal de la
DINOES en apoyo
durante estragos
del Niño Costero.
Luego de la formación en las escuelas, sea para ser oficial o suboficial, la Policía y, en espe-
cial la DINOES, forma a su personal en la Escuela de Fuerzas Especiales.
La Escuela de Fuerzas Especiales se inició el 1 de agosto de 1989 como una sección de ins-
trucción de la DINOES en la capacitación del primer curso denominado Rangers I, Rangers
II. Con el tiempo se crearon los cursos de Lucha Contraterrorista I, II, III y así sucesivamente.
La Sección de Instrucción pasó por un proceso de renovación para ser Unidad de Instruc-
ción y luego cambiar a Escuela de Fuerzas Especiales y actualmente como Escuela de Fuer-
zas Especiales teniendo como misión específica instruir a los hombres del mañana en la
guerra moderna.
El renacer
dos aspectos en los que basa el ¡ser o no ser! Si lo miramos desde el punto de vis-
ta didáctico, un efectivo policial, sea oficial o suboficial; sea cual sea su precedencia,
edad, cultura o personalidad, es sometido a un proceso de capacitación en el que se
le imparte una serie de conocimientos teóricos y prácticos basados en la experiencia
de las necesidades de destrezas y habilidades que un combatiente debe tener para
trascender más allá de dificultades, el tiempo o las circunstancias con el objetivo de
cumplir su misión.
En la actualidad para aquel efectivo policial que desea, necesita o debe prestar ser-
vicios en la actual División de Operaciones Especiales (DOES) ex Dirección Nacional
de Operaciones Especiales (DINOES), el proceso se inicia teniendo como requisito
fundamental el Curso de Lucha Contraterrorista, mal llamado Curso de Operaciones
Especiales (COPES). Luego de ser sometido a unos días de un bombardeo psicológico
opresivo, el participante que haya resistido iniciará el proceso teórico práctico con las
siguientes asignaturas:
• Medicina táctica,
• Operaciones anfibias,
• Supervivencia,
• Navegación,
• Formaciones tácticas,
• Adiestramiento individual del combatiente,
• Operaciones en convoy,
• Operaciones helitransportadas,
• Control de multitudes
Adicionalmente, recibirá asignaturas de sensibilización institucional que son obligato-
rias en todos los cursos institucionales de la PNP. Luego de concluir satisfactoriamente
con las horas exigidas, los participantes se trasladan a la legendaria base contraterro-
rista de Tulumayo, en el corazón del Huallaga, durante dos semanas. Allí pondrán en
práctica, en el escenario más real, los conocimientos adquiridos.
Al concluir de forma satisfactoria estas seis semanas de curso, el efectivo policial está
calificado para recibir la certificación de operador especial en la lucha contraterrorista.
Este logro lo habilita para ser desplazado a nivel nacional para cumplir las diferentes
misiones que cumple la DOES. Entre sus principales funciones están: la lucha contra
terrorista; el control, mantenimiento y restablecimiento del orden público, el apoyo
en la lucha contra el narcotráfico y otras funciones más que el comando le asigna de-
bido a su reconocida capacidad operativa y de maniobra.
Aquellos que se sienten atraídos por perfeccionar sus conocimientos optan por una o
varias de las especialidades mencionadas.
Alguno tiene la falsa idea que al concluir un curso lo hace ya un combatiente o cree-
mos ya que nació un DINOES. ¡Qué mentira más grande! Pues, como lo dije anterior-
9
El UH-104 Iroquois es un helicóptero militar de tamaño medio desarrollado por el fabricante estadounidense bell Helicopter para las FF.AA. de
los Estados Unidos.
Cuando haya visto en los ojos del hermano o de los suyos propios a la muerte, y no la tema
porque sabe, cómo lo dice su himno, que si muere con su sangre se harán mil poemas. Lue-
go de todo esto, el parto estará listo y sin más, sabremos que un combatiente ha nacido y
lo será por siempre.
Y desde lejos lo sentiremos porque excreta un aroma a selva, a monte, a pólvora, a dinami-
ta, su sudor es agrio y amargo, sus lágrimas y su sudor están mezclados con las aguas del
Huallaga, del Ene, del Apurímac y hasta del mar. Su camuflado lleva las manchas percudi-
das de sangre, lodo y sudor, no usa el uniforme de dotación, usa su camuflado americano
bien entallado, sus botas impregnadas de barro, arena y tierra de sus agotadoras jornadas,
siempre están al lustre, y tienen que ser también americanas, así como su cinto donde
lleva su pistola en su funda Bianchi y al otro lado su puñal K-bar. La falda de su boina negra
le cubre la vista y la lleva orgulloso y arrogante, su impedimenta (equipaje) al lado, lista
siempre a partir sin rumbo conocido y con el futuro siempre incierto. Su AKM ya es parte
de él y en su porta carnet las fotos de quienes lo motiva a ser cada día mejor, surcando las
vicisitudes de la vida, la distancia de la familia, lo escaso del sueldo; repitiendo siempre en
su cabeza o gritándolo cuando se sienta muy agotado y acongojado ¡Nadie se rinde carajo!
Fuente: Archivo personal del mayor PNP Juan Chenett del Pozo.
Bautizo del curso de
paracaidismo básico en
caída libre, 2019.
Fuente: Archivo personal del mayor PNP Juan Chenett del Pozo.
Fuente: Archivo personal del mayor PNP Juan Chenett del Pozo.
Participante del curso avanzado de
lucha contra terrorista en patrulla de
reconocimiento a orillas del río Huallaga, 2019.
Fuente: Archivo personal del mayor PNP Juan Chenett del Pozo.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Curso de
francotiradores
y observadores
de riesgo
entrenando para los
Panamericanos, 2019.
Fuente: Archivo personal del mayor PNP Juan Chenett del Pozo.
4.3. El orden de las cosas en la DINOES
Arturo Huaytalla Quispe
Sociólogo
El presente texto busca retratar tres aspectos de la DINOES actual. Estas son: i) la estructura
organizativa y las instalaciones de la DINOES, ii) Las nuevas funciones que ha cobrado el
DINOES y iii) evidenciar el lado humano de la policía de la DINOES a partir de sus testimo-
nios.
Como se indicó antes, la DINOES data del 25 de agosto de 1987, con el nombre
de Dirección de Operaciones Especiales de las Fuerzas Policiales DOES-FF. PP., en
aquel momento dependía de la Dirección General de las Fuerzas Policiales.
La DINOES fue creada sobre la base de las unidades que tenían como misión el
combate contra la subversión. De este modo, el cimiento de la actual DINOES está
en las siguientes unidades: i) el GRUDE -CGC- “Los Sinchis” de la Guardia Civil, ii)
Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Republicana, iii) Personal de la PIP y
iv) Unidad de Transporte y Operaciones Especiales UTOE de la GC.
Han pasado más de tres décadas desde la creación de esta importante unidad, y
Ingreso principal
al pabellón
comando DINOES,
Ate-Vitarte, 2018.
DIRECCIÓN DE
OPERACIONES ESPECIALES
SECRETARIA
4.3.2.1. Infraestructura
Las instalaciones de la DINOES colindan con asociaciones de vivienda
y AA.HH., construidos de material noble. Tiene todos los servicios bá-
sicos (agua, desagüe y fluido eléctrico), existe una puerta de ingreso
peatonal y vehicular por la Av. Marco Puente Llanos (Guardia de Ho-
nor) que es controlada por personal PNP de servicio las 24 horas.
DIVOES.
Instalaciones de la parroquia
DINOES, Ate-Vitarte, 2018.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Instalaciones del
Campo táctico de
paracaidismo DINOES,
Ate-Vitarte, 2018.
¿Qué significa ser una mujer en la DINOES, cómo fue el proceso de incorporación, los retos,
las dificultades, sus logros? Para ello mostramos a tres de sus representantes.
Para los hombres, era difícil ver a una mujer en la DINOES, y para mí fue un gran de-
safío estar aquí. Pensaban: ¿cómo una mujer va darme instrucción en la DINOES?
Trabajé muy duro, y logré que respeten mi trabajo. He sido una mujer guerrera,
mamá, hermana y compañera de mis colegas, de mis promociones.
Hice mi curso de contraterrorismo y el curso avanzado. Viajé a las zonas del Alto
Huallaga en zona de emergencia. Tuve la oportunidad de viajar a zonas donde ha-
bía problemas sociales como Arequipa, Moquegua Puerto Maldonado (La Pampa),
VRAEM, Kimbiri. También fuimos la primera ayuda en el terremoto de Pisco.
Les digo a las mujeres que, desempeñen la labor que realizan en el día a día como
si fuera el último. No se dejen amilanar ni desfallezcan. Costarán sangre, sudor y
lágrimas, pero el servicio por nuestra Unidad y nuestro país lo valen, nuestro uni-
forme camuflado lo vale.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Personal de la DINOES,
en terremoto de Pisco,
2007.
Al integrar esta gran unidad, tuve que adaptarme a las exigencias físicas, tácticas,
mística e identidad de los efectivos policiales de operaciones especiales PNP.
El entrenamiento es duro y exigente, y para poder cumplir y estar a la par con los
integrantes de esta unidad, se requiere de desprendimiento, coraje, valor, decisión
y sobre todo compromiso, gracias a ello he tenido la oportunidad de realizar va-
rias acciones, desde el 2015 a la fecha realicé varios cursos y perfeccionamiento a
nivel nacional e internacional, en el uso de explosivos, destrucción de estructuras
aplicadas a la interdicción de la minería ilegal, uso y manejo de armas no letales
tales y participé en demostraciones de habilidades operativas como explosivista.
En esta gran unidad de fuerzas especiales entendí que con esfuerzo, sacrificio,
disciplina y sobre todo compromiso se puede cumplir cualquier reto y nada es
imposible, la perseverancia y empeño que ponemos a nuestros sueños nos hace
grandes y fuertes, por todo ello logré calificar y ser integrante como operador es-
pecial. Sin embargo, comprendí que no podemos ser más ni menos que un varón
en esta especialidad, ya que juntos hombres y mujeres formamos un solo puño,
un solo equipo en el cual cada uno desempeña una función específica y bajo un
mismo norte logramos cumplir el objetivo.
Ser explosivista es enfrentarse a los efectos del explosivo, con el alma limpia, con
una vista agudizada, con los nervios templados para tener control de la detona-
ción; porque en esta labor no estamos permitidos a tener segunda oportunidad.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Instalación de granadas
fumígenas adecuadas
a sistemas electrónicos,
demostración en la VII
Conferencia Internacional
de Tecnología para la
Defensa y Prevención
de Desastres (SITDEF),
Pentagonito-San Borja,
2019.
Operador en explosivos en la
interdicción de la minería ilegal,
Puerto Maldonado, 2016.
Con mi experiencia quiero decir a las mujeres que nunca somos menos o más que
alguien y todo lo que deseemos lo podemos cumplir sólo necesitan decisión, men-
saje que puedo resumir con la frase: “Querer es poder”. Demostremos siempre lo
valiosas e importantes que somos.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Primera femenina de
la DINOES en culminar
satisfactoriamente el
curso paracaidismo
policial en caída libre.
La hortoterapia ayuda a aprender nuevas habilidades y recuperar las que se hayan per-
dido, mejora la memoria, la iniciación en tareas, la atención y la psicomotricidad fina. A
nivel mental es particularmente útil para el estrés crónico y postraumático así como para
el manejo de la ira, al proporcionar estimulación sensorial agradable viendo los colores,
oliendo las fragancias de las flores y hojas, tocando sus texturas e incluso pinchándose con
las espinas, distrae la atención de la persona de pensamientos negativos e indirectamente
mejora la calidad del sueño.
Nuestras palmeras de 25 años, el árbol árabe, árboles que se llaman tulipanes, ar-
bustos como las tujas, cipres, chifleras, ficus. También flores como la dromelandia,
geranio, margarita, girasoles. En árboles frutales contamos con plátanos, mango,
moras, durazno, paltos, higos, granadilla, maracuyá, níspero, uva, manzanas. Ahora
contamos con una pequeña parcela de zapallo, sandia, entre otros.
Todas las áreas verdes que observas en la DINOES, lo hicimos nosotros, estar en
medio del verde nos da calma, hasta los que nos visitan nos dicen que tienen la im-
presión de estar en un centro campestre, gracias a nuestras plantitas. Sembramos
vida (J. Pariona, comunicación personal).
Existen estudios donde se observó que las personas que viven con más espacios verdes
(parques y jardines) experimentan menos estrés que las otras, la naturaleza actuaría diver-
sificando nuestra atención mediante múltiples estímulos agradables que nos atraen, por
lo cual ahora se le llama “fascinación contemplativa” o “recreación contemplativa” hacia la
naturaleza, que nos permite recuperar nuestro bienestar mental y no cabe duda que la
naturaleza nos rescata.
SS PNP José León Araoz Choquehuanca en
terrenos de la DINOES, Ate - VItarte, 2019.
Así, la ST3 PNP Evelyn Vivians Gutiérrez Santillana, que trabaja en la Divopesp DINOES PNP,
nos dice:
Sin embargo, no son los únicos integrantes de la DINOES. De hecho, uno de los
seres más queridos que llevan alegría son los canes. Ellos llegaron por el abandono
de sus dueños y, al final, pararon en la base DINOES. Gracias a nuestro señor Gene-
ral PNP Víctor Raúl Rucoba Tello y a los hermanos combatientes de la DINOES, que
no fueron indiferentes a la indefensión de estos animales. Actualmente ellos son
las mascotas que se suman a nuestra base.
Los canes nos han acompañado en tiempos muy difíciles. Al menos desde la lucha
contra terrorista hasta el día de hoy. Y en todo este trayecto, el personal acondicio-
nó espacios para darles comodidades mínimas, tanto en la base de la DINOES PNP,
así como en las diferentes bases DINOES a nivel nacional. El personal policial ha
venido conservando una cultura de protección y humanismo a estos indefensos
animalitos, dándoles abrigo y alimentos, cariño y cuidado.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
A raíz del cariño que despiertan a los efectivos policiales, algunos de estos canes
los acompañan a cursos de operaciones especiales desarrollados por la Escuela
de Fuerzas Especiales de la DINOES PNP. En rutinas de entrenamiento físico, saltos
de la torre, en la piscina y en el mar durante las operaciones anfibias e incluso han
viajado en “comisión de servicios” al VRAEM, acompañando en los saltos de para-
caidismo como lo hace nuestros perritos “Record” y “Chato”.
“Perrón”, mascota de la
DINOES, Ate-Vitarte, 2018.
“Cabezon” con
personal de la
DINOES en guardia
de honor, Ate -
VItarte 2018.
“Record” en
actividad navideña
en la DINOES
“Cenizo” en Pabellón
Comando de la
DINOES, Ate-Vitarte,
2018.
CGC
Comandancia de la Guardia Civil
CRAS
Centro de Rehabilitación y Adaptación Social
Dircote
Dirección contra el terrorismo.
DDTT
Delincuentes terroristas
DIVOES
División de operaciones especiales.
DOES
Dirección de Operaciones Especiales
EE
Estado de emergencia
FF.AA.
Fuerzas Armadas
FF.OO.
Fuerzas del Orden
FF.PP.
Fuerzas policiales
FIR
Fuerzas de Intervención Rápida
GC
Guardia Civil
GOES
Grupo de Operaciones Especiales
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
GR
Guardia Republicana
GRUDE
Grupo Delta
GRUTAC
Grupo táctico Águila
MRTA
Movimiento revolucionario Túpac Amaru
PIP
Policía de investigaciones del Perú
S2
Suboficial de segunda
S3
Suboficial de tercera
SL
Sendero Luminoso
SS PNP
Suboficial Superior de la Policía Nacional del Perú
ST1
Suboficial técnico de primera
Uniasjur
Unidad de asesoría jurídica
Uniceope
Unidad central de operaciones policiales
UNIMA
Unidad de imagen
Unipledu
Unidad de planeamiento y educación
Uniteinf
Unidad telecomunicaciones e informática
Unitrad
Unidad de recepción documentaria
VOCABULARIO
OPERACIONES ANFIBIAS
Es el adiestramiento acuático en las técnicas de cruce de ríos que se realiza en la localidad de
Lima (río Rímac), para luego ser probados en el río Huallaga y sus afluyentes.
OPERACIONES EN CONVOY
Son desplazamientos ordenados tácticos en vehículos con los que cuenta la unidad para
contrarrestar un ataque o emboscada por parte de las organizaciones terroristas.
SUPERVIVENCIA
Técnicas, habilidades y destrezas con el fin de preservar la vida.
TÉCNICAS DE PATRULLAJE
Es un trabajo coordinado y planificado, con el fin de no ser visto en su desplazamiento o
movimientos tácticos para cumplir la misión de alto riesgo, ya sea de combate o rescate.
REFERENCIA
BIBLIOGRÁFICA
• Decreto Ley n° 18069, que establece la Ley Orgánica de la Guardia Civil del Perú.
• Testimonio del SS PNP Fidel Álvarez Flores, entrevista realizada el 13 de noviembre de 2018.
• Testimonio del SS PNP Javier Aybar Pérez, entrevista realizada el 27 de octubre de 2018.
• Testimonio del ST2 PNP Orlando Chirinos Barrios, entrevista realizada el 15 de noviembre
de 2018.
• Testimonio del SS PNP Juan Novoa Rojas, entrevista realizada el 8 de noviembre de 2018.
• Testimonio del SS PNP Antonio Olivares Príncipe, entrevista realizada el 9 de noviembre del
2018.
• Testimonio del ST1 PNP Miguel Ángel Valdivia Valerio, entrevista realizada el 23 de noviembre
2018.
• Testimonio del SS PNP Dante Abel Vera Ojeda, entrevista realizada el 27 de octubre de 2018.
HÉROES ENTRE NOSOTROS / FUERZAS ESPECIALES
Libros y revistas
• Aguilar Gonzáles, José W. y C. Ruiz Altamirano (2009). Voces del silencio policial. Antología de
la literatura policial peruana. Lima.
• Camacho, Luis E. ST2 PNP. “Retorno triste”, Revista de la Guardia Civil del Perú, n° 404, 1983.
• Defensoría del Pueblo (2003) Fortalecimiento de la Policía Nacional del Perú: Cinco áreas
de atención urgente. Informe Defensorial n° 142, http://www2.congreso.gob.pe/sicr/
cendocbib/con4_uibd.nsf/7AE67C57FF7F468005257CBC00565E05/$FILE/1_pdfsam_
informe-def-142.pdf
• Gootenberg, Paul (2016). Cocaína andina. El proceso de una droga global. Lima: La Siniestra.
• Historial de la DINOES
• Instituto de Defensa Legal “El Operativo Volcán en Cerro Azul”, en: Instituto de Defensa Legal.
Lo mejor de IDL–SC, Lima: 2009.
• Li Q, Morimoto K, Nakadai A, Inagaki H et al. 2007 Forest bathing enhances human natural
killer activity and expression of anti-cancer proteins. Int J Immunopathol Pharmacol. 20:3–8.
• Maas J, Verheij RA, de Vries S, et al. 2009. Morbidity is related to a green living environment.
Journal of Epidemiology & Community Health 63:967-973
• Muñoz Grandes Galilea, Agustín. Valor de los símbolos en las Fuerzas Armadas–2015. https://
gener- aldavila.com/el-valor-de-los-simbolos-en-las-fuerzas-armadas/
• Panfichi, A. (1983). La crisis y las multitudes: Lima, 5 de febrero de 1975. En: Debates en
Sociología, (9), 31-63. Recuperado a partir de https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/
debatesensociologia/article/view/6888