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A LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE LA JUNTA DE

ANDALUCIA.

En Cádiz, a 15 de noviembre de 2010

Encarnación de las Nieves Ruiz Amaya, con DNI nº 32856172 M, con


domicilio a efectos de notificaciones en el actual puesto de trabajo comparece
ante esta Consejería en calidad de empleado público de la misma, y como sea
más procedente en Derecho DICE:

Que mediante el presente escrito interpone RECURSO DE ALZADA


contra la reducción retributiva que se ha practicado de hecho en su nómina
del mes de septiembre de 2010, al amparo de los artículos 114 y siguientes de
la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, en base
a los siguientes:

HECHOS

Primero.- Que presta sus servicios como empleado público de la


Administración de la Junta de Andalucía.

Segundo.- Que recientemente le ha sido ingresada la cuantía


correspondiente a la nómina del mes de septiembre de 2010; y que dicha
cuantía es inferior a la que le correspondería en caso de aplicación de los
conceptos retributivos aprobados en la Ley 5/2009, de 28 de diciembre, de
Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Andalucía para el año 2010.

Tercero.- Que la reducción en el importe de la nómina de septiembre se


debe a la aplicación del Decreto Ley 2/2010, de 28 de Mayo, por el que se
aprueban medidas urgentes en materia de retribuciones en el ámbito del sector
público andaluz (en adelante, DL 2/2010), dictado en el marco del mandato
que, con el carácter de básico, se incluye en el Real Decreto Ley 8/2010, de 20
de mayo, por el que se adoptan medidas extraordinarias para la reducción del
déficit público (en adelante, RDL 8/2010).

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Siendo a estos hechos de aplicación los siguientes:

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Uno. Requisitos del recurso.

La nómina es un acto administrativo típico, periódico y en masa, no


resulta firme en vía administrativa, y por ello es susceptible de ser recurrida por
el interesado, cuando, como es el caso, produzca un perjuicio a los derechos
e intereses legítimos del empleado público.

Se califica el presente recurso como recurso de alzada interpuesto ante


el Consejero de Educación, ya que éste es el órgano superior inmediato de la
Secretaria General Técnica encargada de la confección de las nóminas; no
obstante, y dado que no ha se ha realizado por esta notificación expresa al
amparo del art. 58 LRJ-PAC; debe tenerse en cuenta en todo caso, “el error
en la calificación del recurso por parte del recurrente no será obstáculo
para su tramitación, siempre que se deduzca su verdadero carácter”,
según el artículo 110.2 de la citada Ley 30/1992.

Que el recorte aplicado en la nómina del mes de junio fue la primera


manifestación de la aplicación de los citados decretos leyes para cada
empleado público, y por ello contra dicha reducción se recurrió en su momento;
como resulta evidente, que el recurso se interpusiese a raíz de una nómina en
concreto no supone en absoluto la conformidad con el resto de nóminas
venideras donde también se reduzcan las retribuciones, ya que el verdadero
motivo del recurso, como se expondrá seguidamente, es la infracción del
ordenamiento jurídico que significa tal reducción.

Dos. Motivos del recurso.

El recurso encuentra su motivación en aquellos vicios de


inconstitucionalidad que presenta el RDL 8/2010, y por extensión, el DL 2/2010
que sigue el mandato de aquél, y que se enumeran seguidamente:

a) No concurrencia del requisito de “extraordinaria y urgente


necesidad” para la aprobación de decretos-leyes. (artículo 86
CE).
b) Afectación de los derechos y libertades del Título I de la
Constitución Española (en adelante, CE) en los decretos-leyes.
c) Falta de negociación colectiva (artículo 37 CE).
d) Afectación de derechos económicos consolidados de los
empleados públicos (artículo 33 CE).

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e) Alcance confiscatorio y discriminatorio del recorte salarial
(artículos 14 y 31 CE).
f) Vulneración de los principios de seguridad jurídica y de
jerarquía normativa (artículo 9.2 CE, artículo 21 del Estatuto
Básico de los Empleados Públicos, en adelante EBEP).

Dos. A. No concurrencia del requisito de “extraordinaria y urgente


necesidad”.

El artículo 86.1 CE, al igual que su homónimo en el Estatuto de


Autonomía de la Comunidad Andaluza, obligan a que haya un supuesto de
“extraordinaria y urgente necesidad” que permita la aprobación de un Decreto
Ley.

En realidad, no se encuentra en la exposición de motivos del RDL


8/2010 ninguna justificación de ello; más si tenemos en cuenta que unos pocos
meses atrás se aprobó la Ley de Presupuestos Generales del Estado, norma
legal especial que determina las retribuciones de los empleados públicos.

Si en la Ley de Presupuestos no se tomaron aquellas medidas que


conforman el RDL 8/2010, la única explicación posible es que hayan sucedido
circunstancias sobrevenidas de tal gravedad que provoquen la extraordinaria y
urgente necesidad; pero tales circunstancias no han existido, ya que aquellos
datos referentes a la “crisis económica” y “contención del gasto público” ya
eran de sobra conocidos con anterioridad a la propia Ley de Presupuestos. El
Tribunal Constitucional, entre otras, en la STC 60/86, exige un cierto grado de
imprevisibilidad para acudir a la vía excepcional de legislar vía Decreto-Ley;
imprevisibilidad que en este caso no se ve por ninguna parte.

Por tanto, no estamos ante un presupuesto habilitante del Decreto Ley,


sino ante una decisión de carácter político, asumida en estos momentos por
razones de oportunismo o presión internacional; debiendo recordar que el
Gobierno de la Nación, al igual que el Consejo de Gobierno de Andalucía, son
órganos del poder ejecutivo, y no pueden realizar actos del poder legislativo a
su conveniencia.

Dos. B. Afectación de los derechos y libertades del Título I de la


Constitución Española.

El artículo 86.1 CE, al igual que su homónimo en el Estatuto de


Autonomía de la Comunidad Andaluza, establecen a su vez que los Decretos
Leyes “no podrán afectar (…) a los derechos, deberes y libertades de los
ciudadanos regulados en el Título Primero”.

Como argumentaremos posteriormente, el recorte salarial establecido


en el RDL 8/2010, y por consiguiente, en el DL 2/2010, afecta a numerosos
derechos establecidos en el Título Primero de la CE (artículos 9, 14, 28, 31, 33,
37).

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Por ello, ambos decretos leyes son claramente contrarios a la
Constitución, por cuanto exceden claramente del ámbito en el que resulta
posible su aprobación.

Dos. C. Falta de negociación colectiva

En primer lugar, hay que destacar que la determinación y aplicación de


las retribuciones de los empleados públicos es materia objeto de negociación
de forma evidente e indiscutible, según el artículo 37 del EBEP; al aprobar el
recorte salarial sin esta negociación, se está afectando y vulnerando el artículo
37 CE (lo que resulta doblemente inconstitucional, por un lado porque un
Decreto Ley no puede afectar a ese derecho, y por otro lado porque,
obviamente, no puede vulnerarlo).

En septiembre de 2009 se firmó y publicó el Acuerdo para la función


pública en el marco del diálogo social 2010-2012, del que se derivaron los
incrementos retributivos en las Leyes de presupuestos estatal y autonómica
para 2010; ahora, el RDL 8/2010 considera suspendido dicho Acuerdo,
basándose en el artículo 38.10 del EBEP.

Si bien el citado artículo 38.10 permite la suspensión de los Acuerdos, el


procedimiento para ello no es la publicación de un Decreto Ley, “impuesto” por
el Gobierno –que es uno de los firmantes del Acuerdo- de forma unilateral. En
todo caso, es necesaria la negociación colectiva (derecho del artículo 37 CE,
que forma parte esencial del derecho a la libertad sindical, según la propia Ley
Orgánica de la Libertad Sindical, lo que afecta a uno de los derechos
fundamentales incluido en el artículo 28 CE).

Además de ello, la citada suspensión del Acuerdo derivaría


necesariamente de una “alteración sustancial de las circunstancias
económicas”, circunstancia que no se da en el presente caso según veíamos
en el apartado Dos.A; por ello, ni el artículo 38.10 del EBEP estaría bien
aplicado en el recorte, puesto que se realiza sin negociación social, ni es en
realidad susceptible de aplicación, puesto que no hay tal alteración sustancial
desde la firma del Acuerdo (septiembre 2009) hasta la actualidad (septiembre
2010).

Dos. D. Afectación de derechos económicos consolidados de


los empleados públicos.

El artículo 33 CE establece el derecho a la propiedad privada y a la no


privación de bienes y derechos adquiridos; en el ámbito de las retribuciones por
cuenta ajena, ello supone la diferenciación entre derechos económicos
consolidados y no consolidados.

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En numerosas ocasiones, se ha remitido a esta tipología para distinguir
entre unas retribuciones y otras; así, la productividad es un derecho “no
consolidado”, mientras que sí lo es el sueldo base del empleado público.

En el presente caso, las Leyes de Presupuestos estatal y autonómica


establecen las retribuciones de los empleados públicos, por lo que deben
entenderse dichos derechos como consolidados, no pudiendo verse minorados
posteriormente, y lo que es más grave, en el mismo ejercicio presupuestario.
Los derechos económicos del empleado público ya han sido reconocidos, para
todo el ejercicio 2010, en las correspondientes leyes presupuestarias, por lo
que el recorte salarial tiene un carácter expropiatorio.

Así, la Sentencia del Tribunal Supremo de 29/05/95, en el recurso


1311/1992, establece que “dentro del amplio campo que la noción estatutaria
del régimen jurídico de los funcionarios ofrece a los poderes públicos para
introducir innovaciones en dicho régimen, sin que frente a las mismas
resulte eficaz invocar la intangibilidad característica de los derechos
adquiridos, la jurisprudencia, acompañada en su doctrina por una usual
práctica normativa, ha delimitado aquel campo al sostener que aunque no
puede incluirse entre los derechos adquiridos el mantenimiento de una
determinada estructura de las retribuciones, sin embargo si merece aquella
calificación el montante consolidado de las mismas, al que normalmente suele
atenderse, en caso de que el nuevo régimen lo disminuya, mediante la técnica
de los complementos personales y transitorios, absorbibles por futuros
aumentos (sentencias de 17 de febrero y 11 de julio de 1.989)”.

Dos. E. Alcance confiscatorio y discriminatorio del recorte salarial

El RDL 8/2010 y el DL 2/2010 son normas de alcance confiscatorio, ya


que recortan derechos adquiridos; son normas progresivas aplicadas de forma
desigual, ya que determinan unos porcentajes desiguales en función de la
clasificación de los puestos de trabajo; son normas fiscales, ya que en realidad
gravan por segunda vez las rentas del trabajo de los empleados públicos.

Por todo ello, más que una minoración de los salarios de funcionarios y
personal laboral, en realidad nos encontramos ante una prestación patrimonial
de carácter público, de forma que los empleados han de contribuir al
sostenimiento del gasto público de acuerdo con su capacidad económica, lo
que en la práctica incluye este recorte dentro del artículo 31 CE.

Además del hecho comentado de que un Decreto Ley no puede regular


materias establecidas en dicho artículo, en el mismo se prohíbe expresamente
el alcance confiscatorio de dicha medida, carácter que se incumple en el
presente caso, puesto que la Administración grava sobre derechos ya
reconocidos en las leyes de presupuestos.

Asimismo, tampoco estas medidas pueden tener un carácter desigual,


por lo que el RDL 8/2010, al amparar que cada Comunidad Autónoma

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establezca el detalle de su reducción salarial, está vulnerando el artículo 14 CE
en relación con el artículo 31.

Carácter desigual que también se manifiesta en la disparidad de


porcentajes en el recorte retributivo que se realizan en función del grupo de
titulación o complementos al que pertenezca el interesado, quebrando la
linealidad de modificación –por incremento- de las retribuciones de los
empleados públicos.

Dos. F. Vulneración de los principios de seguridad jurídica y


de jerarquía normativa.

El principio de seguridad jurídica, en relación con el principio de


confianza legítima del artículo 3 de la Ley 30/1992, pueden verse vulnerados
cuando la Administración, cuya voluntad se ha manifestado con una cierta
estabilidad, generando en los administrados la legítima y racional creencia en
el mantenimiento de dicha voluntad, actúa de forma drástica e inesperada de
forma contraria a la usual.

Desde varios ejercicios presupuestarios anteriores, el incremento de las


retribuciones era el 2%; incremento que se ve reducido en 2010 por el
citado Acuerdo de septiembre de 2009; a su vez, el EBEP contempla en su
articulado la previsión de incremento de retribuciones, pero no de reducción de
las mismas. Y es que en la práctica nunca se había producido rebaja alguna
en los salarios de los empleados públicos.

Por ello, se deben entender lesionados los principios de seguridad


jurídica y de confianza legítima ante una actuación inesperada que nunca
antes se había producido en la democracia española.

A la vez, el principio de seguridad jurídica implica el sometimiento de los


poderes públicos al ordenamiento jurídico, cuestión que no se cumple en el
presente caso ya que, como hemos visto, el Gobierno de España –y el Consejo
de Gobierno de la Junta de Andalucía-han incumplido aquellos requisitos que
les permitían aprobar sus decretos leyes.

Junto a todo ello, el EBEP establece que los incrementos salariales y


cuantías retributivas deben reflejarse en las Leyes de Presupuestos estatal y
autonómicas (artículos 21 y 24), leyes cuya tramitación y aprobación responde
a unas especiales características por su especificidad.

Al modificar, con un decreto ley, lo dispuesto en una Ley presupuestaria,


se vulnera claramente el principio de jerarquía normativa; numerosas
sentencias del Tribunal Constitucional han establecido que a través de estas
Leyes no pueden regularse cuestiones objeto de las Leyes Ordinarias, y por
tanto, es evidente que no puede modificarse el articulado de una Ley de
Presupuestos que se tramita mediante un procedimiento específico, por medio
de un Decreto Ley.

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En caso contrario, nos encontraríamos con que aquélla, aprobada en el
Congreso y en las Cortes, es modificada por el Gobierno y Consejo de
Gobierno de la Junta de Andalucía a los pocos meses de su entrada en vigor,
haciendo caso omiso a los preceptos del artículo 134 CE en relación a la
aprobación de Presupuestos Generales.

Por último, resulta evidentemente contrario a la seguridad jurídica que


una norma desfavorable se aplique retroactivamente, cosa que ocurre tras la
publicación del DL 3/2010, que establece una reducción salarial aplicable
desde el 1 de junio de 2010, cuando es publicado el 8 de junio (y por tanto,
posteriormente a su pretendida fecha de efectividad).

Tres. Suspensión del acto.

El artículo 111 de la Ley 30/1992 establece que “el órgano a quien


competa resolver el recurso, previa ponderación, suficientemente razonada,
entre el perjuicio que causaría al interés público o a terceros la suspensión y el
perjuicio que se causa al recurrente como consecuencia de la eficacia
inmediata del acto recurrido, podrá suspender, de oficio o a solicitud del
recurrente, la ejecución del acto impugnado cuando concurran alguna de las
siguientes circunstancias:

· Que la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o difícil


reparación.
· Que la impugnación se fundamente en alguna de las causas de nulidad
de pleno derecho previstas en el artículo 62.1 de esta Ley.”

En el presente caso consideramos necesaria la suspensión del acto


administrativo de aplicación del DL 2/2010, en relación con el RDL 8/2010, lo
que conllevaría el mantenimiento de las retribuciones de los empleados
públicos de la Comunidad Autónoma de Andalucía según lo establecido
inicialmente por las Leyes de Presupuestos.

El motivo de ello es que se cumplen las dos circunstancias que indica la


Ley 30/1992: Por un lado, la ejecución del acto podría “causar perjuicios de
imposible o difícil reparación”, ya que, en caso de mantener el recorte salarial
en el tiempo, cuando bien derivado de una norma claramente inconstitucional,
y afectando a un colectivo extraordinariamente numeroso, podría tener
graves consecuencias para el erario público en el futuro, teniendo que hacerse
cargo, tras la hipotética declaración de inconstitucionalidad del RDL 8/2010 y
las normas derivadas del mismo, de unas inmensas cuantías de atrasos más
sus correspondientes intereses.

Por otro lado, también es posible la suspensión si “la impugnación se


fundamenta en alguna de las causas de nulidad de pleno derecho previstas en
el artículo 62.1”, como es el presente recurso, ya que en el mismo hemos
fundamentado suficientemente la nulidad del acto de aplicación por lesionar
“los derechos y libertades susceptibles de amparo constitucional”.

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Cuatro. Responsabilidad patrimonial de la Administración.

El presente recurso se presenta sin perjuicio de que, al amparo del


artículo 33 CE, en relación con el Título X de la citada Ley 30/1992, el recorte
salarial que se aplica en la nómina de septiembre 2010 (así como aquellos
recortes que, supuestamente, se aplicarán en las siguientes nóminas), y
suponiendo dicha reducción un perjuicio en los derechos económicos
consolidados derivado del funcionamiento normal o anormal de la
Administración, pueda resultar el mismo objeto de una reclamación por
Responsabilidad Patrimonial de la Administración.

Por todo lo anteriormente expuesto,

SOLICITO A LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN que, teniendo por


presentado este escrito, se sirva admitirlo, y en virtud del mismo, tenga
por formulado en tiempo y forma RECURSO DE ALZADA contra la reducción
retributiva practicada en mi nómina a percibir a partir del mes de septiembre
de 2010, en aplicación del Real Decreto Ley 8/2010 de ámbito estatal y el
Decreto Ley 2/2010 de ámbito autonómico; y que, tras los trámites
pertinentes, proceda a la estimación del presente recurso, reconociendo mi
derecho a percibir las cuantías retributivas en la suma que establece la Ley
5/2009, de Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Andalucía para el
ejercicio 2010, abonándome aquéllas dejadas de percibir junto a los intereses
legales correspondientes.

SOLICITO igualmente que, mientras se tramita el presente recurso, se


proceda a la suspensión del acto administrativo de aplicación de la reducción
salarial, según lo expuesto en el Fundamento Tres.

Fdo.: Encarnación N. Ruiz Amaya

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A LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN DE LA JUNTA DE

ANDALUCIA.

En Sevilla, a

, con DNI ,
con domicilio a efectos de notificaciones en el actual puesto de trabajo
comparece ante esta Consejería en calidad de empleado público de la misma,
y como sea más procedente en Derecho DICE:

Que mediante el presente escrito interpone RECURSO DE ALZADA


contra la reducción retributiva que se ha practicado de hecho en su nómina
del mes de , al amparo de los artículos 114 y
siguientes de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, en base
a los siguientes:

HECHOS

Primero.- Que presta sus servicios como empleado público de la


Administración de la Junta de Andalucía.

Segundo.- Que recientemente le ha sido ingresada la cuantía


correspondiente a la nómina del mes de ; y que dicha
cuantía es inferior a la que le correspondería en caso de aplicación de los
conceptos retributivos aprobados en la Ley 5/2009, de 28 de diciembre, de
Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Andalucía para el año 2010.

Tercero.- Que la reducción en el importe de la nómina de septiembre se


debe a la aplicación del Decreto Ley 2/2010, de 28 de Mayo, por el que se
aprueban medidas urgentes en materia de retribuciones en el ámbito del sector
público andaluz (en adelante, DL 2/2010), dictado en el marco del mandato
que, con el carácter de básico, se incluye en el Real Decreto Ley 8/2010, de 20
de mayo, por el que se adoptan medidas extraordinarias para la reducción del
déficit público (en adelante, RDL 8/2010).

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Siendo a estos hechos de aplicación los siguientes:

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Uno. Requisitos del recurso.

La nómina es un acto administrativo típico, periódico y en masa, no


resulta firme en vía administrativa, y por ello es susceptible de ser recurrida por
el interesado, cuando, como es el caso, produzca un perjuicio a los derechos
e intereses legítimos del empleado público.

Se califica el presente recurso como recurso de alzada interpuesto ante


el Consejero de Educación, ya que éste es el órgano superior inmediato de la
Secretaria General Técnica encargada de la confección de las nóminas; no
obstante, y dado que no ha se ha realizado por esta notificación expresa al
amparo del art. 58 LRJ-PAC; debe tenerse en cuenta en todo caso, “el error
en la calificación del recurso por parte del recurrente no será obstáculo
para su tramitación, siempre que se deduzca su verdadero carácter”,
según el artículo 110.2 de la citada Ley 30/1992.

Que el recorte aplicado en la nómina del mes de junio fue la primera


manifestación de la aplicación de los citados decretos leyes para cada
empleado público, y por ello contra dicha reducción se recurrió en su momento;
como resulta evidente, que el recurso se interpusiese a raíz de una nómina en
concreto no supone en absoluto la conformidad con el resto de nóminas
venideras donde también se reduzcan las retribuciones, ya que el verdadero
motivo del recurso, como se expondrá seguidamente, es la infracción del
ordenamiento jurídico que significa tal reducción.

Dos. Motivos del recurso.

El recurso encuentra su motivación en aquellos vicios de


inconstitucionalidad que presenta el RDL 8/2010, y por extensión, el DL 2/2010
que sigue el mandato de aquél, y que se enumeran seguidamente:

g) No concurrencia del requisito de “extraordinaria y urgente


necesidad” para la aprobación de decretos-leyes. (artículo 86
CE).
h) Afectación de los derechos y libertades del Título I de la
Constitución Española (en adelante, CE) en los decretos-leyes.
i) Falta de negociación colectiva (artículo 37 CE).
j) Afectación de derechos económicos consolidados de los
empleados públicos (artículo 33 CE).
k) Alcance confiscatorio y discriminatorio del recorte salarial
(artículos 14 y 31 CE).

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l) Vulneración de los principios de seguridad jurídica y de
jerarquía normativa (artículo 9.2 CE, artículo 21 del Estatuto
Básico de los Empleados Públicos, en adelante EBEP).

Dos. A. No concurrencia del requisito de “extraordinaria y urgente


necesidad”.

El artículo 86.1 CE, al igual que su homónimo en el Estatuto de


Autonomía de la Comunidad Andaluza, obligan a que haya un supuesto de
“extraordinaria y urgente necesidad” que permita la aprobación de un Decreto
Ley.

En realidad, no se encuentra en la exposición de motivos del RDL


8/2010 ninguna justificación de ello; más si tenemos en cuenta que unos pocos
meses atrás se aprobó la Ley de Presupuestos Generales del Estado, norma
legal especial que determina las retribuciones de los empleados públicos.

Si en la Ley de Presupuestos no se tomaron aquellas medidas que


conforman el RDL 8/2010, la única explicación posible es que hayan sucedido
circunstancias sobrevenidas de tal gravedad que provoquen la extraordinaria y
urgente necesidad; pero tales circunstancias no han existido, ya que aquellos
datos referentes a la “crisis económica” y “contención del gasto público” ya
eran de sobra conocidos con anterioridad a la propia Ley de Presupuestos. El
Tribunal Constitucional, entre otras, en la STC 60/86, exige un cierto grado de
imprevisibilidad para acudir a la vía excepcional de legislar vía Decreto-Ley;
imprevisibilidad que en este caso no se ve por ninguna parte.

Por tanto, no estamos ante un presupuesto habilitante del Decreto Ley,


sino ante una decisión de carácter político, asumida en estos momentos por
razones de oportunismo o presión internacional; debiendo recordar que el
Gobierno de la Nación, al igual que el Consejo de Gobierno de Andalucía, son
órganos del poder ejecutivo, y no pueden realizar actos del poder legislativo a
su conveniencia.

Dos. B. Afectación de los derechos y libertades del Título I de la


Constitución Española.

El artículo 86.1 CE, al igual que su homónimo en el Estatuto de


Autonomía de la Comunidad Andaluza, establecen a su vez que los Decretos
Leyes “no podrán afectar (…) a los derechos, deberes y libertades de los
ciudadanos regulados en el Título Primero”.

Como argumentaremos posteriormente, el recorte salarial establecido


en el RDL 8/2010, y por consiguiente, en el DL 2/2010, afecta a numerosos
derechos establecidos en el Título Primero de la CE (artículos 9, 14, 28, 31, 33,
37).

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Por ello, ambos decretos leyes son claramente contrarios a la
Constitución, por cuanto exceden claramente del ámbito en el que resulta
posible su aprobación.

Dos. C. Falta de negociación colectiva

En primer lugar, hay que destacar que la determinación y aplicación de


las retribuciones de los empleados públicos es materia objeto de negociación
de forma evidente e indiscutible, según el artículo 37 del EBEP; al aprobar el
recorte salarial sin esta negociación, se está afectando y vulnerando el artículo
37 CE (lo que resulta doblemente inconstitucional, por un lado porque un
Decreto Ley no puede afectar a ese derecho, y por otro lado porque,
obviamente, no puede vulnerarlo).

En septiembre de 2009 se firmó y publicó el Acuerdo para la función


pública en el marco del diálogo social 2010-2012, del que se derivaron los
incrementos retributivos en las Leyes de presupuestos estatal y autonómica
para 2010; ahora, el RDL 8/2010 considera suspendido dicho Acuerdo,
basándose en el artículo 38.10 del EBEP.

Si bien el citado artículo 38.10 permite la suspensión de los Acuerdos, el


procedimiento para ello no es la publicación de un Decreto Ley, “impuesto” por
el Gobierno –que es uno de los firmantes del Acuerdo- de forma unilateral. En
todo caso, es necesaria la negociación colectiva (derecho del artículo 37 CE,
que forma parte esencial del derecho a la libertad sindical, según la propia Ley
Orgánica de la Libertad Sindical, lo que afecta a uno de los derechos
fundamentales incluido en el artículo 28 CE).

Además de ello, la citada suspensión del Acuerdo derivaría


necesariamente de una “alteración sustancial de las circunstancias
económicas”, circunstancia que no se da en el presente caso según veíamos
en el apartado Dos.A; por ello, ni el artículo 38.10 del EBEP estaría bien
aplicado en el recorte, puesto que se realiza sin negociación social, ni es en
realidad susceptible de aplicación, puesto que no hay tal alteración sustancial
desde la firma del Acuerdo (septiembre 2009) hasta la actualidad (
).

Dos. D. Afectación de derechos económicos consolidados de


los empleados públicos.

El artículo 33 CE establece el derecho a la propiedad privada y a la no


privación de bienes y derechos adquiridos; en el ámbito de las retribuciones por
cuenta ajena, ello supone la diferenciación entre derechos económicos
consolidados y no consolidados.

En numerosas ocasiones, se ha remitido a esta tipología para distinguir


entre unas retribuciones y otras; así, la productividad es un derecho “no
consolidado”, mientras que sí lo es el sueldo base del empleado público.

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En el presente caso, las Leyes de Presupuestos estatal y autonómica
establecen las retribuciones de los empleados públicos, por lo que deben
entenderse dichos derechos como consolidados, no pudiendo verse minorados
posteriormente, y lo que es más grave, en el mismo ejercicio presupuestario.
Los derechos económicos del empleado público ya han sido reconocidos, para
todo el ejercicio 2010, en las correspondientes leyes presupuestarias, por lo
que el recorte salarial tiene un carácter expropiatorio.

Así, la Sentencia del Tribunal Supremo de 29/05/95, en el recurso


1311/1992, establece que “dentro del amplio campo que la noción estatutaria
del régimen jurídico de los funcionarios ofrece a los poderes públicos para
introducir innovaciones en dicho régimen, sin que frente a las mismas
resulte eficaz invocar la intangibilidad característica de los derechos
adquiridos, la jurisprudencia, acompañada en su doctrina por una usual
práctica normativa, ha delimitado aquel campo al sostener que aunque no
puede incluirse entre los derechos adquiridos el mantenimiento de una
determinada estructura de las retribuciones, sin embargo si merece aquella
calificación el montante consolidado de las mismas, al que normalmente suele
atenderse, en caso de que el nuevo régimen lo disminuya, mediante la técnica
de los complementos personales y transitorios, absorbibles por futuros
aumentos (sentencias de 17 de febrero y 11 de julio de 1.989)”.

Dos. E. Alcance confiscatorio y discriminatorio del recorte salarial

El RDL 8/2010 y el DL 2/2010 son normas de alcance confiscatorio, ya


que recortan derechos adquiridos; son normas progresivas aplicadas de forma
desigual, ya que determinan unos porcentajes desiguales en función de la
clasificación de los puestos de trabajo; son normas fiscales, ya que en realidad
gravan por segunda vez las rentas del trabajo de los empleados públicos.

Por todo ello, más que una minoración de los salarios de funcionarios y
personal laboral, en realidad nos encontramos ante una prestación patrimonial
de carácter público, de forma que los empleados han de contribuir al
sostenimiento del gasto público de acuerdo con su capacidad económica, lo
que en la práctica incluye este recorte dentro del artículo 31 CE.

Además del hecho comentado de que un Decreto Ley no puede regular


materias establecidas en dicho artículo, en el mismo se prohíbe expresamente
el alcance confiscatorio de dicha medida, carácter que se incumple en el
presente caso, puesto que la Administración grava sobre derechos ya
reconocidos en las leyes de presupuestos.

Asimismo, tampoco estas medidas pueden tener un carácter desigual,


por lo que el RDL 8/2010, al amparar que cada Comunidad Autónoma
establezca el detalle de su reducción salarial, está vulnerando el artículo 14 CE
en relación con el artículo 31.

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Carácter desigual que también se manifiesta en la disparidad de
porcentajes en el recorte retributivo que se realizan en función del grupo de
titulación o complementos al que pertenezca el interesado, quebrando la
linealidad de modificación –por incremento- de las retribuciones de los
empleados públicos.

Dos. F. Vulneración de los principios de seguridad jurídica y


de jerarquía normativa.

El principio de seguridad jurídica, en relación con el principio de


confianza legítima del artículo 3 de la Ley 30/1992, pueden verse vulnerados
cuando la Administración, cuya voluntad se ha manifestado con una cierta
estabilidad, generando en los administrados la legítima y racional creencia en
el mantenimiento de dicha voluntad, actúa de forma drástica e inesperada de
forma contraria a la usual.

Desde varios ejercicios presupuestarios anteriores, el incremento de las


retribuciones era el 2%; incremento que se ve reducido en 2010 por el
citado Acuerdo de septiembre de 2009; a su vez, el EBEP contempla en su
articulado la previsión de incremento de retribuciones, pero no de reducción de
las mismas. Y es que en la práctica nunca se había producido rebaja alguna
en los salarios de los empleados públicos.

Por ello, se deben entender lesionados los principios de seguridad


jurídica y de confianza legítima ante una actuación inesperada que nunca
antes se había producido en la democracia española.

A la vez, el principio de seguridad jurídica implica el sometimiento de los


poderes públicos al ordenamiento jurídico, cuestión que no se cumple en el
presente caso ya que, como hemos visto, el Gobierno de España –y el Consejo
de Gobierno de la Junta de Andalucía-han incumplido aquellos requisitos que
les permitían aprobar sus decretos leyes.

Junto a todo ello, el EBEP establece que los incrementos salariales y


cuantías retributivas deben reflejarse en las Leyes de Presupuestos estatal y
autonómicas (artículos 21 y 24), leyes cuya tramitación y aprobación responde
a unas especiales características por su especificidad.

Al modificar, con un decreto ley, lo dispuesto en una Ley presupuestaria,


se vulnera claramente el principio de jerarquía normativa; numerosas
sentencias del Tribunal Constitucional han establecido que a través de estas
Leyes no pueden regularse cuestiones objeto de las Leyes Ordinarias, y por
tanto, es evidente que no puede modificarse el articulado de una Ley de
Presupuestos que se tramita mediante un procedimiento específico, por medio
de un Decreto Ley.

En caso contrario, nos encontraríamos con que aquélla, aprobada en el


Congreso y en las Cortes, es modificada por el Gobierno y Consejo de
Gobierno de la Junta de Andalucía a los pocos meses de su entrada en vigor,

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haciendo caso omiso a los preceptos del artículo 134 CE en relación a la
aprobación de Presupuestos Generales.

Por último, resulta evidentemente contrario a la seguridad jurídica que


una norma desfavorable se aplique retroactivamente, cosa que ocurre tras la
publicación del DL 3/2010, que establece una reducción salarial aplicable
desde el 1 de junio de 2010, cuando es publicado el 8 de junio (y por tanto,
posteriormente a su pretendida fecha de efectividad).

Tres. Suspensión del acto.

El artículo 111 de la Ley 30/1992 establece que “el órgano a quien


competa resolver el recurso, previa ponderación, suficientemente razonada,
entre el perjuicio que causaría al interés público o a terceros la suspensión y el
perjuicio que se causa al recurrente como consecuencia de la eficacia
inmediata del acto recurrido, podrá suspender, de oficio o a solicitud del
recurrente, la ejecución del acto impugnado cuando concurran alguna de las
siguientes circunstancias:

· Que la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o difícil


reparación.
· Que la impugnación se fundamente en alguna de las causas de nulidad
de pleno derecho previstas en el artículo 62.1 de esta Ley.”

En el presente caso consideramos necesaria la suspensión del acto


administrativo de aplicación del DL 2/2010, en relación con el RDL 8/2010, lo
que conllevaría el mantenimiento de las retribuciones de los empleados
públicos de la Comunidad Autónoma de Andalucía según lo establecido
inicialmente por las Leyes de Presupuestos.

El motivo de ello es que se cumplen las dos circunstancias que indica la


Ley 30/1992: Por un lado, la ejecución del acto podría “causar perjuicios de
imposible o difícil reparación”, ya que, en caso de mantener el recorte salarial
en el tiempo, cuando bien derivado de una norma claramente inconstitucional,
y afectando a un colectivo extraordinariamente numeroso, podría tener
graves consecuencias para el erario público en el futuro, teniendo que hacerse
cargo, tras la hipotética declaración de inconstitucionalidad del RDL 8/2010 y
las normas derivadas del mismo, de unas inmensas cuantías de atrasos más
sus correspondientes intereses.

Por otro lado, también es posible la suspensión si “la impugnación se


fundamenta en alguna de las causas de nulidad de pleno derecho previstas en
el artículo 62.1”, como es el presente recurso, ya que en el mismo hemos
fundamentado suficientemente la nulidad del acto de aplicación por lesionar
“los derechos y libertades susceptibles de amparo constitucional”.

Cuatro. Responsabilidad patrimonial de la Administración.

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El presente recurso se presenta sin perjuicio de que, al amparo del
artículo 33 CE, en relación con el Título X de la citada Ley 30/1992, el recorte
salarial que se aplica en la nómina de (así como aquellos
recortes que, supuestamente, se aplicarán en las siguientes nóminas), y
suponiendo dicha reducción un perjuicio en los derechos económicos
consolidados derivado del funcionamiento normal o anormal de la
Administración, pueda resultar el mismo objeto de una reclamación por
Responsabilidad Patrimonial de la Administración.

Por todo lo anteriormente expuesto,

SOLICITO A LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN que, teniendo por


presentado este escrito, se sirva admitirlo, y en virtud del mismo, tenga
por formulado en tiempo y forma RECURSO DE ALZADA contra la reducción
retributiva practicada en mi nómina a percibir a partir del mes de
de 2010, en aplicación del Real Decreto Ley 8/2010 de ámbito
estatal y el Decreto Ley 2/2010 de ámbito autonómico; y que, tras los
trámites pertinentes, proceda a la estimación del presente recurso,
reconociendo mi derecho a percibir las cuantías retributivas en la suma que
establece la Ley 5/2009, de Presupuestos de la Comunidad Autónoma de
Andalucía para el ejercicio 2010, abonándome aquéllas dejadas de percibir
junto a los intereses legales correspondientes.

SOLICITO igualmente que, mientras se tramita el presente recurso, se


proceda a la suspensión del acto administrativo de aplicación de la reducción
salarial, según lo expuesto en el Fundamento Tres.

Fdo.:

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