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Resumen del texto lo Inconsciente (1915).

La esencia del proceso de la represión no consiste en cancelar, en aniquilar una representación


representante de la pulsión sino en impedirle que devenga consciente.

Todo lo reprimido tiene que permanecer inconsciente, pero hay que dejar en claro, que lo
reprimido no recubre todo lo inconsciente. Lo inconsciente abarca el radio más vasto; lo
reprimido es una parte de lo inconsciente.

¿De qué modo conocemos el inconsciente? Lo podemos conocer, solo como consciente,
después que ha experimentado una trasposición o traducción a lo consciente. Para ello, se
requiere que el analizado venza ciertas resistencias, las mismas que en su momento
convirtieron a eso en reprimido por rechazo de lo consciente.

II La multivocidad de lo inconsciente, y el punto de vista tópico.

Queremos establecer el hecho importante, pero también enojoso, de que la condición de


inconsciente es sólo una marca de lo psíquico que en modo alguno basta para establecer su
característica.

Existen actos psíquicos de muy diversa dignidad, que sin embargo coinciden en su carácter de
ser inconscientes. Lo inconsciente abarca por un lado , actos que son apenas latentes,
inconscientes por algún tiempo, pero en lo demás en nada se diferencian de los conscientes; y
por otros lado, procesos como los reprimidos, que, si devinieran conscientes, contrastarían de
la manera más llamativa con los otros procesos conscientes.

Por ciertas razones, no podemos escapar de ciertas ambigüedades: usamos las palabras
“consciente” e “inconsciente” ora en el sentido descriptivo, ora en el sistemático, en cuyo caso
significan pertenencia a sistemas determinados y dotación con ciertas propiedades.

Para evitar confusiones, Freud propone lo siguiente: sustituir, al menos en la escritura,


“conciencia” por el símbolo Cc, e “inconsciente” por la correspondiente abreviatura Icc, toda
vez que usemos esas dos palabras en el sentido sistemático. (Freud, ya había introducido esas
abreviaturas, en “La interpretación de los sueños” 1900).

Un acto Psíquico en general atraviesa por dos fases de estado, entre las cuales opera como
selector una suerte de examen (censura). En la primera fase él es inconsciente y pertenece al
sistema Icc; si a raíz del examen es rechazado por la censura, se le deniega el paso a la segunda
fase; entonces se llama “reprimido” y tiene que permanecer inconsciente. Pero si sale airoso
de este examen entra en a segunda fase y pasa a pertenecer al segundo sistema Cc. Empero,
su relación con la conciencia, no es determinada todavía unívocamente por esta pertenencia.
No es aun consciente, sino susceptible de conciencia (según la expresión de Breuer), vale decir,
ahora puede ser objeto de ella, sin una particular resistencia, toda vez que se reunan ciertas
condiciones. En atención a esta susceptibilidad de conciencia llamamos al sistema Cc también
el “preconsciente” El sistema Prcc participa de las propiedades del sistema Cc, y la censura
rigurosa está en función en el paso del Icc al Prcc (o Cc).

Con la aceptación de estos dos (o tres) sistemas psíquicos, el psicoanálisis se ha distanciado


otro paso de la psicología descriptiva de la conciencia. Se distingue, principalmente, por su
concepción DINÁMICA de los procesos anímicos; y a ello se suma que también quiere tomar en
cuenta la TÓPICA psíquica e indicar, para un acto psíquico cualquiera, el sistema dentro del
cual se consuma o los sistemas entre los cuales se juega. A causa de este empeño, recibió
también el nombre de PSICOLOGIA DE LO PROFUNDO.

Nuestra tópica psíquica, provisionalmente, nada tiene que ver con la anatomía; se refiere a
regiones del aparato psíquico, donde quiera que estén situadas dentro del cuerpo, y no a
localidades anatómicas.

¿Cómo una representación palabra pasa del sistema Icc al sistema Cc?

HIPOTESIS TOPICA: Es el primer supuesto, donde la fase Cc de la representación significa una


transcripción nueva de ella, situada en otro lugar. Con este supuesto tópico, se enlaza un
divorcio tópico entre los sistemas Icc y Cc y la posibilidad de que una representación esté
presente al mismo tiempo en dos lugares del aparato psíquico, y aun de que as traslade
regularmente de un lugar a otro si no está inhibida por la censura, llegado el caso sin perder su
primer asentamiento o su primera transcripción. Este es el supuesto más grosero, pero es el
más cómodo.

Ejemplo: Si comunicamos a un paciente una representación que él reprimió en su tiempo, ello


al principio nada modifica su estado psíquico. Sobre todo, no cancela la represión, ni hace que
sus consecuencias cedan por el hecho de que la representación antes inconsciente ahora
devenga consciente. Al contrario, no se conseguirá más que una nueva desautorización de la
representación reprimida (o sea que el paciente no se convence de lo que el analista le está
comunicando). Pero de hecho el paciente tiene ahora la misma representación bajo una doble
forma en lugares diferentes de su aparato anímico:

-Primero, posee el recuerdo consciente de la huella auditiva de la representación que se le ha


comunicado y,

-En segundo lugar, lleva en su interior el recuerdo inconsciente de lo vivenciado.

HIPOTESIS FUNCIONAL: el segundo supuesto, el de un cambio de estado meramente funcional,


que se cumple en la misma representación. Es el supuesto más verosímil de ante mano, pero
es menos plástico, de manejo más difícil.

En realidad, la cancelación de la represión no sobreviene hasta que la representación


consciente, tras vencer las resistencias, entra en conexión con la huella mnémica inconsciente.

Sólo cuando esta última es hecha consciente se consigue el éxito.

Una reflexión muestra que la identidad entre la comunicación y el recuerdo reprimido del
paciente es solo aparente. El tener-oído y el tener-vivenciado son, por naturaleza psicológica,
dos cosas por entero diversas, por más que posean idéntico contenido.

III Sentimientos Inconscientes.

¿Existen mociones pulsionales, sentimientos, sensaciones inconscientes?

La oposición entre consciente e inconsciente carece de toda pertinencia respecto de la pulsión.


Una pulsión nunca puede pasar a ser objeto de la conciencia, solo lo puede ser su
representación que es su representante.

Tampoco en el interior de lo inconsciente puede estar representado si no es por la


representación.
Si la pulsión no se adhiriera a una representación ni saliera a la luz como un estado afectivo
nada podríamos saber de ella.

En cuanto a los sentimientos, sensaciones: el hecho de que, un sentimiento puede ser sentido
y por lo tanto la conciencia tiene noticia de él, es inherente a su esencia. Por lo tanto la
posibilidad de una condición inconsciente faltaría en los sentimientos, sensaciones, afectos,
etc.

Puede ocurrir que un sentimiento o afecto sea percibido pero erradamente. Por la represión
de su representante genuino fue compelida a enlazarse con otra representación, y así la
conciencia la tiene por exteriorización de ésta última. Cuando restauramos la concatenación
correcta, llamamos “inconsciente” a la moción afectiva originaria, aunque su afecto nunca lo
fue, pues solo su representación debió pagar tributo a la represión. El uso de las expresiones
“afecto inconsciente” y “sentimientos inconscientes” remite en general a los destinos del
factor cuantitativo de la moción pulsional, que son consecuencia de la represión. Sabemos que
esos destinos pueden ser tres: (el afecto persiste-en un todo o en parte- como tal, o es
mudado en un monto de afecto cualitativamente diverso (en particular, en angustia), o es
sofocado, es decir, se estorba por completo su desarrollo.

Sabemos que la sofocación del desarrollo del afecto es la meta genuina de la represión, y que
su trabajo queda inconcluso cuando no la alcanza. En todos los casos en que la represión logra
inhibir el desarrollo de los afectos, llamamos inconscientes a los afectos que volvemos a poner
en su sitio tras enderezar lo que el trabajo represivo había torcido. Por lo tanto no puede
negarse consecuencia al uso lingüístico pero; en la comparación con la representación
inconsciente, existe una diferencia: tras la represión, aquella sigue existiendo en el interior del
sistema Icc como formación real, mientras que ahí mismo al afecto inconsciente le
corresponde solo una posibilidad de planteo (de amago) a la que no se le permite desplegarse.
En rigor, y aunque el uso lingüístico siga siendo intachable, no hay por tanto afectos
inconscientes como hay representaciones inconscientes. Pero dentro del sistema Icc muy bien
puede haber formaciones de afecto que, al igual que otras, devengan conscientes. Toda
diferencia estriba en que las representaciones son investiduras-en el fondo de huellas
mnémicas-, mientras que los afectos y sentimientos corresponden a procesos de descarga
cuyas exteriorizaciones últimas se perciben como sensaciones.

Tiene especial interés, el haber averiguado que la represión puede llegar a inhibir la
trasposición de la moción pulsional en una exteriorización de afecto. Esa comprobación nos
muestra que, mientras el sistema Cc gobierna la afectividad y la motilidad, llamamos normal al
estado psíquico del individuo.

Mientras que el imperio de la Cc sobre la motilidad voluntaria es muy firme, y por regla general
resiste el asalto de la neurosis y sólo es quebrada en la psicosis, su gobierno del desarrollo del
afecto es menos sólido. Y aun dentro de la vida normal puede discernirse una pugna
permanente de los dos sistemas, Cc e Icc, en torno del primado de la afectividad.

La importancia del sistema Cc (Prcc) para el acceso al desprendimiento del afecto y a la acción
nos permite también comprender el papel que toca a la representación sustitutiva en la
conformación de la enfermedad. Es posible que el desprendimiento del afecto parta
directamente del sistema Icc, en cuyo caso tiene siempre el carácter de la angustia, por la cual
son trocados los afectos reprimidos. Pero con frecuencia la moción pulsional tiene que
aguardar hasta encontrar una representación sustitutiva en el interior del sistema Cc. Después
el desarrollo del afecto se hace posible desde este sustituto cociente, cuya naturaleza
determina el carácter cualitativo del afecto.

IV TÓPICA Y DINAMICA DE LA REPRESION:

Represión: es un proceso que se cumple sobre representaciones en la frontera de los sistemas


Icc y Prcc (Cc).

1° Represión propiamente dicha (esfuerzo de dar caza) se ejerce sobre la representación


preconsciente a sobre lo ya consciente. Entonces la represión consistiría en que a la
representación se le sustraiga la investidura PRE o CONSCIENTE que pertenece al sistema Prcc.

La representación queda entonces des investida, o recibe investiduras Icc, o conserva la


investidura Icc que ya tenía.

El pasaje de un sistema a otro se produce mediante un “CAMBIO DE ESTADO”, una mudanza


de la investidura (predomina la hipótesis funcional).

Este proceso de sustracción de la investidura no basta:

La representación que sigue investida o que es provista de investidura desde el Icc haría
intentos por penetrar en el Prcc. En este caso la sustracción de investidura tendría que
retirarse y así se proseguiría interminablemente, pero el resultado no sería la represión.

El mecanismo de sustracción de investidura ´preconsciente no funcionaría cuando estuviera en


juego la represión primordial, ya que, en este caso está presente una representación
inconsciente que aún no ha recibido investidura del Prcc y no puede serle sustraída por lo
tanto, se requiere de otro proceso que, en el primer caso (esfuerzo de dar caza) mantenga la
represión y en el segundo (represión primordial) cuide su producción y permanencia.

2°El de una CONTRAINVESTUDURA mediante el cual el sistema Prcc se protege contra el asedio
de la representación inconsciente, representa el gasto permanente de energía de una
represión primordial pero es también lo que garantiza su permanencia (mecanismo de la
represión primordial).

La sustracción de la investidura de la representación se aplique a la contrainvestidura.

3°En la expresión de los fenómenos psíquicos delinea un tercer punto de vista además del
dinámico y del tópico; el económico: que aspira a perseguir los destinos de las magnitudes de
acotación y a obtener una estimación por lo menos relativa de ellos.

Cuando se consigna describir un proceso psíquico en sus aspectos dinámicos, tópicos y


económicos, esto se llame exposición metapsicológica.

V LAS PROPIEDADES PARTICULARES DEL SISTEMA INCONSCIENTE

Los procesos del sistema Icc exhiben propiedades que no se encuentran en el sistema Cc.

El núcleo del sistema Icc consiste en agencias representantes de pulsión que quieren descargar
su investidura de mociones de deseo.

Estas mociones pulsionales están coordinadas entre sí, subsisten unas junto a otras sin influirse
y no se contradicen entre ellas.
1)-Ausencia de contradicción: dentro de este sistema no existe negación, no existe duda, ni
grado alguno de certeza. Esto es introducido solo por el trabajo de la censura entre Icc y Prcc.

Dentro del sistema hay contenidos investidos con mayor o menor intensidad.

2)- Movilidad de las investiduras (proceso psicológico primario): prevalece en el inconsciente


una movilidad mucho mayor de las intensidades de investidura.

-por proceso de desplazamiento: una representación puede entregar a otra todo el monto de
su investidura.

- por condensación: una representación puede tomar sobre si la investidura integra de muchas
otras.

Dentro del sistema Prcc rige el proceso psicológico secundario; toda vez que a un tal proceso
psicológico primario le es permitido jugar con elementos del sistema Prcc, aparece como
“cómico” y mueve a risa.

3)- Atemporalidad: los procesos del inconsciente son atemporales, o sea, no están ordenados
con arreglo al tiempo, no se modifican por el transcurso de este, ni en general tienen relación
alguna con él.

La relación con el tiempo se sigue de trabajo del sistema Cc.

4)- Sustitución de la realidad material por la realidad Psíquica: tampoco conocen, los procesos
inconscientes un miramiento por la realidad. Están sometidos al principio del placer; su destino
depende de las fuerzas que poseen y de que cumplan los requisitos de la regulación placer-
displacer.

Los procesos inconscientes solo se vuelven cognoscibles para nosotros bajo las condiciones
del soñar y de las neurosis, o sea, cuando procesos del sistema Prcc, más alto, son trasladados
hacia atrás, a un estadio anterior, por obra de un rebajamiento (regresión).

Los procesos del sistema Prcc exhiben- con independencia de que sean ya conscientes o solo
susceptibles de conciencia-una inhibición de la proclividad a la descarga, característica de las
representaciones investidas. Cuando el proceso traspasa de una representación a otra, la
primera retiene una parte de su investidura y solo una pequeña proporción experimenta el
desplazamiento. Desplazamientos y condensaciones como los del proceso primario están
excluidos o son muy limitados.

Al sistema Prcc le corresponden:

-el establecimiento de una capacidad de comercio entre los contenidos de las


representaciones, de manera que puedan influirse unas a otras.

-el ordenamiento temporal de estas.

-la introducción de una censura o varias.

El examen de la realidad y el principio de realidad.

La memoria.

VI EL COMERCIO ENTRE LOS DOS SISTEMAS:


Sería erróneo imaginarse que el Icc permanece en reposo. O suponer que el comercio de los
dos sistemas se limita al acto de la represión, en que el Prcc arrojaría al abismo del Icc todo lo
que pareciese perturbador. El Icc es más bien algo vivo, susceptible de desarrollo, y mantiene
con el Prcc toda una serie de relaciones; entre otras, la de la cooperación. A modo de síntesis
debe decirse que el Icc se continúa en los llamados retoños, es asequible a las vicisitudes de la
vida, influye de continuo sobre el Prcc y a su vez está sometido a influencias de parte de este.

Entre los retoños de las mociones pulsionales icc, los hay que reúnen dentro de sí notas
contrapuestas. Por una parte presentan una alta organización, están exentos de contradicción,
han aprovechado todas las adquisiciones del sistema Cc y nuestro juicio los distinguirá apenas
de las formaciones de este sistema. Por otra parte, son inconscientes e insusceptibles de
devenir conscientes. Por tanto, cualitativamente pertenecen al sistema Prcc, pero, de hecho, al
Icc. Su origen sigue siendo decisivo para su destino.

VII EL DISCERNIMIENTO DE LO INCONSCIENTE:

A través del análisis de unas afecciones denominadas Psiconeurosis narcisisticas llega a su


tercera hipótesis sobre el inconsciente.

En la esquizofrenia: la investidura de las representaciones-palabra de los objetos se mantiene.

Lo que se llama REPRESENTACON OBJETO CONCIENTE, se descompone en Representación-


palabra y, en la Representación cosa, que consiste en la investidura de la imagen mnémica
directa de la cosa o al menos, huellas mnémicas más distanciadas, derivadas de ella.

Plantea que la diferencia entre una representación consciente y una representación


inconsciente no está como se creía en:

 Diversas transcripciones del mismo contenido en lugares psíquicos distintos;


 Ni diversos estados funcionales de investidura en el mismo lugar.
 Sino, que la REPRESENTACION CONCIENTE abarca REPRESENTACION COSA +
REPRESENTACION PALABRA.
 Y, la REPRESENTACION INCONSICIENTE abarca solamente la REPRESENTACION COSA.

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