J.

Vernon McGee

La
historia
humana
J. Vernon McGee

La
historia
humana
 ©2020 THRU THE BIBLE RADIO NETWORK

Impreso en los Estados Unidos

Al menos que se indique lo contrario, el texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera ©
1960 Sociedades Bíblicas en América Latina;
© renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
Reina-Valera 1960TM es una marca registrada de la American Bible Society,
y puede ser usada solamente bajo licencia.

Este folleto está basado en la enseñanza del Dr. J. Vernon McGee (1904-1988),
autor del estudio bíblico A Través de la Biblia.

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 A Través de la Biblia

La historia humana

H
Hay una pregunta que ha hecho toda mente pensante. Ud. la ha hecho.
Hasta ha invadido el campo de las rimas infantiles como se encuentra
en este poema de George MacDonald:

¿De dónde viniste, querido bebé?

Por doquiera hasta aquí.

“¿De dónde vino el hombre?” ha sido una pregunta común a través de los
siglos, y demanda una respuesta. La repuesta dada en este poemita ni es
bíblica ni biológicamente correcta, pero enfrenta el problema de origen.

¿Dónde comenzó la raza humana? ¿Cuál es el origen del hombre? Se han

ofrecido muchas explicaciones. Algunas han sido populares por algún
tiempo y luego se han descartado por falta de evidencia. Cuando yo tenía
dieciséis años, leí El origen de las especies de Darwin y luego leí su Origen
del hombre. Pero la evolución darwiniana está desacreditada hoy.

El Dr. Arnold Brass hizo una declaración tremendamente reveladora en

su librito concerniente al Dr. Haeckel, un evolucionista. Él dijo que el Dr.
Haeckel había publicado falsedades en su libro para probar su teoría. El
Dr. Haeckel, admitiendo que lo había hecho, respondió diciendo:

“Me sentiría totalmente condenado y humillado por la admisión si

no fuera que cientos de los mejores observadores y los biólogos más
reputados mienten bajo las mismas circunstancias. La gran mayoría
de todos los diagramas morfológicos, anatómicos, históricos y
embriológicos no son verdad según la naturaleza, sino que son más o
menos manipulados, sistematizados y reconstruidos”.
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 La historia humana

Y fue el Dr. Watson, el gran evolucionista inglés, que hizo la declaración:

“La evolución es una teoría universalmente aceptada, no porque
pudiera probarse cierta, sino porque la única alternativa – la creación
especial – era claramente increíble.”

Una de las razones, supongo, por la aceptación de la evolución por

tantos es que le ofrece al hombre una “alternativa” para que no tenga
que aceptar el relato bíblico de la creación. Sin la evolución, el hombre
hoy está en un grave dilema y no tiene una teoría. Recientemente, un
agnóstico declaró: “No tenemos que ofrecer una explicación para el
origen del hombre.” A pesar de su declaración, la mente del hombre
clama y quiere una respuesta a la pregunta: “¿De dónde vino el hombre?”

El acto de la creación
Por más de tres mil años la Escritura ha presentado un récord escrito
del origen del hombre. Al principio, tenía que superar la superstición
e idolatría de días de antaño, y hoy soporta la especulación de esta
edad agnóstica y científica. El relato bíblico está expresado en términos
nobles; está escrito en lenguaje elevado. Los hallazgos más recientes,
cuando se comparan lado a lado con el relato de Génesis, dan motivo
por cantar el coro de aleluya. ¡Cuán majestuoso se lee Génesis en
nuestro día!

Por importante que sea el hombre en nuestro pensar, la Biblia no abre

con la historia de su creación. Abre con el hecho de Dios; Él es quien es
preeminente en este Libro. Si el mundo entero se volviera al ateísmo,
no alteraría el hecho de que hay un Dios y que Él creó todas las cosas.
El primer acto de Dios en la creación fue traer a la existencia los cielos
y la tierra.

Un verano tuve el privilegio de escuchar al Sr. Chestnut, un maravilloso

laico cristiano quien en aquel tiempo dirigía el Departamento de
Investigación de la compañía General Electric. Él nos dijo que se había
demostrado en el laboratorio que la materia puede crearse de la
energía. Este es un proceso más difícil que el de dividir el átomo, pero
se ha hecho. Habiéndonos dicho esto, el Sr. Chestnut entonces citó este
profundo pasaje de la Palabra de Dios:

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 A Través de la Biblia

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la

palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se
veía. (Hebreos 11:3)

En otras palabras, la energía y el poder han sido traducidos a materia.

La Palabra de Dios es “viva y eficaz”. Dios habló y energía fue trasladada
a materia. Hemos entendido este hecho por fe. Hoy se demuestra en el
laboratorio.

Vamos a tener clara otra cosa en nuestro pensar. Génesis no fue

escrito como una declaración científica. ¿Le sorprende esto a Ud.? Le
doy gracias a Dios que no fue así, y esta es mi razón por decir eso: Se
comparará con las declaraciones científicas de la actualidad, pero la
ciencia es un tema cambiante y, si Génesis hubiera sido escrito en la
ciencia de la hora, habría estado equivocado veinte años en adelante.

La hipótesis nebular del astrónomo francés Pierre Laplace era buena

ciencia hace cien años, pero ahora se descarta. El hombre cambia sus
teorías mientras progresa en su búsqueda. No, el récord de Génesis
es un récord religioso, y debemos aprender a compararlo con las
cosmogonías de aquel día.

¿Contiene error científico el récord de Génesis? Constantemente oímos

la acusación que sí. Unos años atrás se nos dijo que no duraría, porque
menciona luz el primer día y no menciona el sol, la luna ni las estrellas
hasta el cuarto día y esa luz no se puede obtener sin sostenedores de luz.
Pero Génesis era correcto en aquellos días de ataque científico porque
ahora sabemos que había luz antes de que hubiera contenedores de
luz, porque la luz cósmica es una luz que no necesita contenedor. Así
que el relato de Génesis permanece.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (Génesis 1:1)

Sostengo el punto de vista que siguiendo el acto creativo de Dios,

ocurrió una gran catástrofe – la tierra vino a estar sin forma y vacía. Bajó
una cortina sobre la creación pre-adámica, una cortina de hierro. No

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 La historia humana

había, ni hay, penetración de esa cortina, y cualquier cosa que diga el

hombre es pura especulación. Puede poner detrás de esa cortina todas
las edades que quiera para esta tierra, pero no olvide nunca que Ud. está
tratando con un Dios de la eternidad, y esta pequeña tierra en la cual
vivimos puede haber estado aquí por mucho tiempo – quizá millones,
miles de millones o términos de años conocidos solo en el lenguaje de
la eternidad. A nuestro Dios de la eternidad no le falta tiempo. Él tiene
la eternidad detrás de Él, Él tiene la eternidad delante de Él – y ¿qué son
unos mil millones de años en Su economía?

El récord del hombre

Lo que muchos consideran seis días de la creación en Génesis 1, yo creo
ser renovación, preparatorio para un nuevo inquilino que llega. Cuando
se crea al hombre, y estamos vitalmente preocupados con él, esta
pequeña tierra llega a ser el centro de interés en el universo en cuanto
a lo que concierne al récord bíblico. Antes era uránico – perteneciente
a los cielos; entonces el récord cambia al geocéntrico – perteneciente
a la tierra como el centro. El telescopio se ha puesto al lado y ahora
el microscopio entra en uso. Ya no es el estudio del macrocosmo – el
universo, sino el microcosmo – el hombre, la naturaleza humana.

Aquí está el récord que se da:

Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron

creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos.
(Génesis 2:4)

He descubierto que cada vez que leo las Escrituras, encuentro algo
nuevo. A veces ha sido desconcertante para mí encontrar algo nuevo
en un capítulo tan familiar como este, pero esto ha sucedido. Note
como se lee: “Estos son los orígenes [literalmente generaciones] de
los cielos de la tierra…” Se mencionan primero los cielos. Entonces,
cuando Él empieza a hablar del hombre, se lee: “… el día que Jehová
Dios hizo la tierra y los cielos.” Hay una vuelta a la derecha; la tierra
llega a ser el centro de interés porque el hombre ha de ser creado y
puesto sobre esta tierra.

Aquí notamos una palabra, el uso de la cual es peculiar a Génesis.

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 A Través de la Biblia

Es la palabra generaciones, y cada vez que se usa siempre se dan las

generaciones que van a seguir, y las generaciones de los cielos y la tierra
son las generaciones del hombre. Ahora note algo que es maravilloso, y
tenga en mente que cuando Él habla de las generaciones de la tierra, no
está hablando de lo que ha precedido, sino de lo que sigue – Él habla de
resultados y no de causas; es una súper inscripción, no una suscripción
– y la creación del hombre sigue. Nótelo:

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y

sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
(Génesis 2:7)

El hombre es a la vez descendencia del cielo y de la tierra. Estas son

las generaciones de los cielos y la tierra, y ahora Dios toma polvo – el
hombre es de la tierra y terrenal – pero Dios sopla en su nariz el aliento
de la vida. El hombre no es solo de la tierra, sino que es del cielo. De
hecho, se dan aquí tres etapas de la creación:

1. La creación del mundo de materia:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (Génesis 1:1)

2. La creación de la vida:

Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que
se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave
alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. (Génesis 1:21)

3. La creación del hombre con capacidades espirituales:

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón

y hembra los creó. (Génesis 1:27)

Estas tres fases hallan su conclusión en la gran declaración de Pablo: “…

todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible
para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. (1 Tesalonicenses 5:23)

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 La historia humana

En el plano físico el hombre es similar al mundo animal. Sin embargo,

solo porque un automóvil Ford tenga cuatro ruedas, dos focos y un
volante no quiere decir que haya sido hecho en la misma fábrica que
un Chevrolet. Son diferentes aunque ambos tienen las mismas piezas
básicas. Se hacen así porque los dos van a operar en el mismo lugar,
la carretera. El hombre tiene dos ojos, y tiene dos orejas, y tiene una
boca, como también el mundo animal, porque ambos viven en el
mismo ambiente. Esto no prueba que uno evolucionó del otro sino que
del lado físico el hombre fue creado del polvo, como dice la Escritura.
Del lado sicológico él tiene un alma, la parte funcional del hombre
con sus impulsos – los cuales demasiado a menudo son depravados y
pervertidos.

Entonces hay su lado espiritual el cual vino de Dios cuando Dios sopló
en él aliento de vida. El hombre tiene un origen humilde, y tiene un
origen elevado. Él es tanto terrenal como celestial. Dios creó del polvo
uno a Su propia imagen, y se nos dice que Él recuerda que somos polvo.
Demasiado a menudo olvidamos esto. El salmista dijo: “… porque
formidables, maravillosas son tus obras… ”

El hombre la criatura fue hecho un agente moral libre. Se le dio el derecho

a escoger entre el bien y el mal, lo cual es esencial a la personalidad;
de otra manera él sería un autómata. Habiendo recibido este derecho a
escoger, él fue probado, no para probar que él podía cometer un crimen,
sino más bien para probar su obediencia a Dios. Y aquí encontramos
que cuando el diablo tentó al hombre, en vez de resistir, él escuchó.
Dios podía haber hecho al hombre un autómata, pero no lo hizo. Así
que, el hombre podía separarse de este compañerismo divinamente
arreglado. El hombre dudó de Dios, negó Su Palabra y le desobedeció.
Vino el desastre y el hombre vino a estar depravado.

Génesis 3 es el capítulo más importante de la Biblia en explicar los

frutos trágicos de la desobediencia, desde el huerto de Edén por los
siglos de la marcha del hombre hasta la hora actual. Este capítulo dibuja
un cuadro claro de la vida del pueblo en el cual Ud. vive. En Génesis 1
y 2, se ve al hombre creado y puesto en el huerto de Edén. Al leer el
capítulo 3, el cual delinea nuestra vida moderna, no puede menos que
concluir que el hombre no está en el huerto. Algo trágico ha sucedido –
el hombre desobedeció a Dios. Si Ud. quiere saber cuán grande fue esa

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 A Través de la Biblia

desobediencia y cuán trágicos los resultados, escuche al apóstol Pablo

mientras él miraba la historia humana, y dijo:

Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le

dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su
necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron
necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza
de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de
reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en
las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron
entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios
por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que
al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. (Romanos 1:21)

Si Ud. mira alrededor en su pueblo hoy, verá esa impureza en muchos

miles de vidas.

Una ilustración de esto viene de los indígenas americanos. El Sr.

Theodore Epp, quien fundó la transmisión radial “La Biblia dice” me dijo
que su padre era uno de los primeros misioneros a la tribu Hopi. Él dijo
que la obra misionara fue tan desastrosa al principio que los menonitas
pensaban dejar la misión, pero el padre del Sr. Epp dijo: “Yo seguiré con
la obra. Permaneceré aquí.” Dios recompensó su fe cuando uno de los
jefes de la tribu Hopi fue convertido. Esto le abrió el camino para poder
acercarse a los indígenas, y, por lo menos, podía leer la Biblia a los que
se reunían allí.

Un día él leyó ante ellos el primer capítulo de Romanos. Después que

terminó la lectura, un miembro del concilio le llevó aparte y dijo enojado:
“No trate de engañarnos diciendo que Ud. sacó eso de la Biblia. El jefe
se ha convertido y ahora es cristiano y él le ha hablado de nosotros, y
Ud. nos está regañando, recitando nuestros pecados a nosotros.” Este
indio se maravilló al descubrir que este récord fue escrito hacía casi dos
mil años por el apóstol Pablo. Amigo mío, cuando el hombre cayó, su
desobediencia sumergió a una raza entera en el pecado.

Y, cuando tuvo lugar la caída trágica del hombre, se difundió a los lejanos
rincones del universo. Las inteligencias creadas por Dios leyeron los

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 La historia humana

titulares y lloraron por el pequeño hombre quien había alzado su puño

pequeñito a la cara del cielo y había desafiado a Dios.

El juicio de la humanidad
Como resultado de su pecado, un juicio cuádruple vino sobre la
humanidad. Hubo, primero de todo, un juicio sobre la serpiente.

Y Jehová Dios dijo a la serpiente: “Por cuanto esto hiciste, maldita

serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo;
sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida”.
(Génesis 3:14)

Este juicio de Dios está sobre el mundo animal en derredor nuestro.

Pablo, escribiendo de ello en el capítulo octavo de Romanos, dice:

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la

manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada
a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la
sujetó en esperanza… (Romanos 8:19, 20)

Mientras hay este juicio sobre la serpiente, más allá de la serpiente hay
otro – Satanás, y leemos que hay un juicio a venir sobre él:

Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama

diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la
tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. (Apocalipsis 12:9)

Y aún otro juicio fue pronunciado – este fue sobre la mujer. Dios dijo que
con dolor ella daría a luz hijos, pero Él también dijo:

Y pondré enemistad entre ti [la serpiente] y la mujer, y entre tu

simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar. (Génesis 3:15)

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 A Través de la Biblia

Amado, vaya a Belén y mire el evento que transpiró allí hace unos dos
mil años. Esa es obra de Dios, no del hombre:

He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su

nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. (Mateo 1:23)

Ahora, vaya a Gólgota y vea la herida de la Simiente de la mujer. Esa

es obra de Dios, no del hombre. Hubo una transacción entre Dios el
Padre y Dios el Hijo cuando Él llevó la penalidad por los pecados del
mundo entero. Sí, vino juicio sobre la mujer y sobre esta tierra, y hoy
toda la creación gime en dolor, esperando una liberación que viene por
la redención que hay en Cristo.

Entonces encontramos que vino un cuarto juicio, y fue sobre el hombre.

Escuche mientras Dios le habla al hombre:

Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la

tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo
volverás. (Génesis 3:19)

Sea que consideramos al hombre laborando con un implemento crudo

en la Edad de Piedra o le vemos laborando bajo las tensiones y presiones
de la civilización tecnológica, es aún verdad que es por el sudor de su
rostro que él come pan. Es el juicio de Dios sobre el hombre.

Esta entonces es la historia humana. Es una historia triste – el llanto

de la ciudad y el suspiro del campo. Encontramos la vida llena de
irritaciones, disturbios, desilusiones. El corazón de los hombres está
lleno de frustraciones, tensiones y complejos los cuales a menudo
pueden conducir a una persona a algún puente o edificio alto a lanzarse
a la muerte. Es una historia de hogares rotos, niños hambrientos y
ancianos descuidados. La canción de Broadway es un tema en el cual
el borrachón, la prostituta y el ladrón transitan entre la corriente de
personas honestas. La luz de la libertad se ha apagado. Amargura y
enojo están en los corazones de los hombres, envidia y odio están entre
las naciones y la lucha y el chisme están en la casa de Dios. Tal es la
historia humana. La Escritura dice:

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 La historia humana

Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros,

vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores,
impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella;
a éstos evita. (I Timoteo 3:2-5)

Pero ese, gracias a Dios, no es el capítulo final. Es verdad que “… por

la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres” pero
también es verdad que “de la misma manera por la justicia de uno
vino a todos los hombres la justificación de vida”. (Romanos 5:18)

Hoy hay una cruz entre nosotros y el huerto de Edén. ¡Esa cruz no es una
ambulancia enviada a un accidente automovilístico! El Señor Jesucristo
es el Cordero de Dios inmolado desde el principio del mundo. La cruz no
es lo segundo mejor de Dios, sino que es Su mejor. Dios cierra el récord
de la caída del hombre con este versículo:

Echó, pues, fuera al hombre y puso al oriente del huerto de Edén

querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos
lados, para guardar el camino del árbol de la vida. (Génesis 3:24)

Los querubines no estaban para bloquear el camino, sino que Dios decía
en efecto: “A pesar del pecado del hombre, Yo le mantendré abierto el
camino de la vida.”

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo

unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. (Juan 3:16)

Y antes de que baje la cortina sobre este pequeño día del hombre, Dios
nos permite oír el sonido de un gran crescendo final de alabanza.

… y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar

el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu
sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo

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 A Través de la Biblia

y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y

reinaremos sobre la tierra. (Apocalipsis 5:9, 10)

Ahora, escuche la seguridad de Dios encontrada en Romanos 8. Aunque

la culpa vino sobre el hombre, hoy…

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que
también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que
también intercede por nosotros. (Romanos 8:33, 34)

Ahora no hay condenación para aquellos que están en Cristo Jesús

– porque Jesús murió, resucitó de entre los muertos, y hoy está a
la diestra de Dios donde Él vive para siempre a hacer intercesión por
nosotros. Pablo hace la pregunta: “¿Quién nos separará del amor de
Cristo?” Allá en el huerto de Edén el hombre fue separado de Dios. Pero
ahora tenemos el consuelo y la seguridad de saber que nada nos puede
separar de Su amor.

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles,

ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni
lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
(Romanos 8:38, 39)

Hoy hemos ganado más en Cristo de lo que perdimos en Adán, y yo

preferiría estar en medio de esta civilización perversa con Cristo que
en el huerto de Edén sin Él. ¡En Cristo tenemos esperanza, salvación,
liberación y seguridad!

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