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Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros. (Romanos 5:8)
amas a tu hermano?”,¿Por qué amas a ese familiar que tanto confronta contigo?, ¿qué dirías?
Probablemente, las mujeres dirían algo sobre lo atractivo que es su esposo o sobre su
personalidad. Lo elogiarían por su firmeza y por su carácter estable. Dirían que lo aman porque
siempre está allí cuando lo necesitan, Es generoso. Es servicial.
¿Pero qué sucedería si con el correr de los años, tu cónyuge, tu familiar, tu hermano, tu hijo,
dejara de ser todas estas cosas? ¿Seguirías amándolo? En función de lo que contestaste antes,
la única respuesta lógica sería “no”. Si todas las razones por las que amas a ese ser especial es
por sus cualidades (y luego esas mismas cualidades desaparecen de repente o con el tiempo) el
fundamento de tu amor se esfuma.
El amor sólo puede durar toda la vida si es incondicional. La verdad es la siguiente: al amor no
lo define la persona amada sino la que decide amar.
La Biblia se refiere a esta clase de amor con el uso de la palabra griega ágape; el amor ágape es
desinteresado e incondicional. Así que a menos que esta clase de amor constituya el cimiento
de tu familia y matrimonio, el desgaste del tiempo lo destruirá. El amor ágape es un amor que
se manifiesta “en la salud y la enfermedad”, “en la prosperidad y en la adversidad”, en buenos y
malos momentos. Es la única clase de amor verdadero.
Esto se debe a que es la clase de amor que Dios tiene. No nos ama porque lo merezcamos sino
porque El es amoroso. La Biblia dice: “El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en
sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.” (1 Juan 4:10).
Si Él quisiera que probáramos ser dignos de su amor, fracasaríamos de manera lamentable. Sin
embargo, el amor de Dios es una elección que toma por su cuenta. Es algo que recibimos de su
parte y que luego transmitimos a los demás. “Nosotros amamos, porque Él nos amó primero”
(1 Juan 4:19).
Si un hombre le dice a su esposa: “Ya no estoy enamorado de ti”, lo que en realidad está
diciendo es: “Para empezar, nunca te amé en forma incondicional”. Su amor se apoyaba en
sentimientos o circunstancias en lugar del compromiso.
Sin embargo, no quiere decir que el amor que haya comenzado por razones erróneas no pueda
ser restaurado y redimido. Es más, cuando reconstruyes un matrimonio, una familia con el
ágape como fundamento, los aspectos de amistad, de apoyo, de amabilidad, compresión,
paciencia etc, se vuelven más fuertes que nunca.
No obstante, a menos que le permitas a Dios que comience a cultivar este tipo de amor dentro
de ti, lucharás y no lograrás alcanzar esta clase de amor por los miembros de tu familia. Debes
pedírselo a Dios, no solo pensar en que si se lo voy a pedir.. Dios quiere escuchar que estas
dispuestas a recibir esa bendición.
El amor que “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7) no
surge en nuestro interior. Sólo puede venir de Dios.
Las Escrituras dicen que “ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo
por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39).
Es la clase de amor que Dios tiene. Y por fortuna (si quieres) puede transformarse en tu clase de
amor; pero primero, debes recibirlo y transmitirlo.
El desafío de hoy
Haz algo fuera de lo común por algún familiar, esa persona con la que normalmente tienes
conflictos: algo que pruebe (tanto a ti como a él) que tu amor tiene su fundamento en tu
decisión y en nada más. Lava su automóvil. Limpia la cocina. Compra su postre favorito. Dobla
la ropa lavada. etc, Demuéstrale amor por la pura satisfacción de ser su mamá,
hija,esposa,hermana, entre otra.
Analiza
Dios te ama aunque conoce todas tus faltas. Su amor no tiene límites. Él está listo para
perdonarte y restaurarte. Solo tienes que aceptar su petición de amistad, arrepentirte de tus
pecados que él obrará en ti.
(Isaías 49:15) pero, ¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues,
aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré.
El amor de Dios es mayor que el de la madre más amorosa del mundo. Aunque nunca hayas
conocido el amor de tus padres terrenales, puedes conocer el gran amor de Dios.
No buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.
(Filipenses 2:4)
Si te pidieran que nombraras tres áreas en las que tú familiar y tú no concuerdan, es probable
que pudieras hacerlo sin pensar demasiado. Quizá, hasta podrías confeccionar una lista de las
diez cuestiones más importantes si te dieran unos minutos más. Y lamentablemente, a menos
que alguien en tu hogar comience a ceder un poco, estos mismos problemas seguirán
surgiendo entre tú y tu familiar.
Por desgracia, la obstinación viene en todos los modelos de personas. Defender tus derechos y
tus opiniones es una parte esencial de tu naturaleza y tu modo de ser. Sin embargo, es
perjudicial dentro de una relación familiar y quita tiempo y productividad. Además, puede
generar una gran frustración a todos.
En realidad, ser obstinado no siempre es malo. Vale la pena defender y proteger algunos
asuntos. Nuestras prioridades, nuestros valores morales y la obediencia a Dios deberían
protegerse con gran esfuerzo. Sin embargo, demasiadas veces discutimos por temas
insignificantes, como el color de la pintura para la pared o la elección de restaurantes.
Por supuesto, otras veces lo que está en juego es mucho mayor. Uno de ustedes quiere castigar
a un niño en la familia y el otro no. Uno quiere irse de paseo a la playa con la familia extendida;
el otro no. Uno cree que es hora de buscar ayuda profesional por alguna situación que está
sucediendo en la familia, y el otro no.
Aunque quizá estas cuestiones no afloren todos los días, vuelven a salir a la superficie y no
terminan de desaparecer. Parece que nunca te acercaras a una solución o a un acuerdo. Cada
vez son más intransigentes.
Solo hay una manera de salir de puntos muertos como estos, y es encontrar una palabra que
sea lo opuesto de la obstinación, una palabra que encontramos antes cuando hablábamos
sobre la amabilidad. Esa palabra es "disposición". Se trata de una actitud y un espíritu de
cooperación que deberían impregnar nuestras conversaciones.
Se parece a una palmera junto al océano, que soporta los vientos más fuertes porque sabe
cómo doblarse con gracia. Y el mejor ejemplo es Jesucristo, como se lo describe en Filipenses 2.
Sigue la evolución de su amor desinteresado...
Como Dios, tenía todo el derecho de negarse a transformarse en hombre pero cedió y lo hizo...
porque estaba dispuesto. Tenía derecho a que toda la humanidad lo sirviera pero en cambio,
vino a servirnos. Tenía derecho a vivir en paz y seguridad, pero voluntariamente entregó su vida
por nuestros pecados. Incluso accedió a soportar la tortura penosa de la cruz. Amó, cooperó y
estuvo dispuesto a hacer la voluntad de su Padre en vez de la suya.
En vistas de este testimonio increíble, la Biblia nos instruye con una frase que resume todo:
"Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús" (Filipenses 2:5): la
actitud de la disposición, la flexibilidad y la sumisión humilde. Significa entregar por el bien de
los demás lo que tienes derecho a reclamar para ti mismo.
Lo único que se necesita para que sus peleas actuales continúen es que permanezcan
atrincherados e inflexibles; pero cuando uno de ustedes dice: "Estoy dispuesto a hacer las cosas
a tu manera en esto", la discusión se termina de inmediato. Y aunque llevarlo a cabo quizá te
cueste algo de orgullo e incomodidad, has hecho una inversión amorosa y duradera en en
ambiente familiar.
"Bueno, pero quedaré como un tonto. Perderé la batalla. Perderé el control." Ya has quedado
como un tonto al ser cabeza dura y negarte a escuchar. Ya perdiste la batalla dándole más
importancia al problema que a tu relación bien sea con un familiar o matrimonial. Quizá ya
hayas perdido el control emocional diciéndole cosas hirientes que afectan el plano personal.
La manera sabia y amorosa de actuar es comenzar por abordar los desacuerdos con la
disposición de no insistir en que las cosas se hagan siempre a tu manera. No quiere decir que tu
familiar siempre tenga la razón o sea el que más sabe del tema, sino que eliges considerar
seriamente su preferencia como una forma de valorarlo.
El mejor consejo del amor viene de la Biblia, que dice: "Pero los que tienen la sabiduría que
viene de Dios, llevan ante todo una vida pura; y además son pacíficos, bondadosos y dóciles.
Son también compasivos, imparciales y sinceros, y hacen el bien.(Santiago 3:17). Todo esto
obviamente no viene de la noche a la mañana, debes pedirle a Dios Sabiduria en el nombre de
Jesús, para que comience a obrar en ti, para que él observe que estás dispuestas a dejar malos
frutas y ahora cosechar los mejores.
Ya no es necesario que veas a ese familiar como a un enemigo o como alguien de quien
protegerse, comienza tratándolo como a tu amigo más íntimo y honrado. Dale valor a sus
palabras.
No, no siempre estarán de acuerdo y las diferencias entre ustedes están para que se escuchen y
aprendan el uno del otro.
¿Estás dispuesto a ser flexible para demostrarle amor a tu familiar?
¿O no quieres ceder debido al orgullo? Si a la larga eso no importa (en especial, en la eternidad),
entonces deja de lado tus derechos y decide honrar a esos familiares que amas. Será bueno
tanto para ti como para tu familia.
El desafío de hoy
Demuestra amor al decidir ceder en un área de desacuerdo entre tú y tu familiar. Dile que
pondrás primero sus preferencias.
(Filipenses 2:2-4) llénenme de alegría viviendo todos en armonía, unidos por un mismo
amor, por un mismo espíritu y por un mismo propósito.No hagan nada por rivalidad o
por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores
que él mismo.Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el bien de los
otros.
Recita durante el día los versiculos memorizados y pídele al Espiritu Santo que te dé
revelación para saber el significado de los mismos en tu vida.
DIA 12. ALABANZA y ADORACIÓN A DIOS
Pablo y Silas sabía el secreto de cómo elevar sus corazones sobre sus problemas y entrar a la
presencia y el Poder de Dios. A través de la alabanza y la adoración sus corazones fueron
levantados y llevados a la presencia y la paz de Dios y le proveyeron a Dios un canal para que Su
poder operara en sus circunstancias. (Hechos 16: 23-33)
La Biblia dice que Dios habita en las alabanzas de Su pueblo (Salmo 22:3). En otras palabras,
Dios “habita” o “mora” en la atmósfera de Su alabanza. Esto significa que la alabanza es un
vehículo de fe, el cual los lleva a la presencia y el poder de Dios! La alabanza y la adoración som
"pases” que nos permiten entrar a lo santo de Su gloria.
El Salmista escribe, “Entrad por sus puertas con acción de gracias y por sus atrios con alabanza:
“Sed agradecidos con Él y bendecid su nombre” (Salmo 100:4). Esto concuerda con la
Enseñanza de Jesús, que Su presencia habita en donde se reúnen creyentes en su nombre: “Por
que donde dos o tres se reúnen en su nombre , ahí esta Él en medio de ellos” (Mateo 18:20)
Una “reunión en Su nombre” significa que Jesús debe ser el foco de atención , el centro de la
asamblea. El debe ser de quien se predique, a quien se le cante – a quien se alabe y se adore.
La Presencia de Dios responde cuando nosotros nos movemos hacia él con adoración a Él. El
exaltar a Jesucristo a través de la alabanza y la adoración invoca la presencia del Señor y su
poder fluye en medio nuestro.
¿Qué es la alabanza?
Jesús habló acerca de la hipocresía de los fariseos, cuya adoración no era solamente un show
externo y no procedente del corazón. Mateo 15:8 se refiere a esto asi: Este pueblo de labios me
honra; Mas su corazón está lejos de mí. La alabanza genuina es una cuestión de humildad y
devoción sincera al Señor y que proviene del interior.
La alabanza y la adoración sincera son agradables al Señor. El se deleita en el amor y la
devoción de sus hijos e hijas. De acuerdo a las Escrituras, las expresiones de alabanza traen
bendición al Señor. El espera la fragancia de nuestros afectos, que anhelan que se manifieste su
dulce presencia y poder. Juan 4:23 dice “Los verdaderos adoradores adoraran al Padre en
Espíritu y en verdad: porque tales adoradores busca el Padre que lo adoren”.
Muy a menudo, la alabanza a Dios es algo que mucha gente deja en la iglesia, un evento que
sucede únicamente cuando se reúnen con otras personas. Sin embargo, se pueden hacer y
escuchar en el trabajo, en el carro, en casa, en la cama, o en cualquier lugar, la alabanza al
Señor trae refrescamiento de la presencia del Señor junto con Su poder y su unción…”
“Bendeciré al Señor en todo tiempo: su alabanza de continuo en mi boca estará (Salmo 34:1).
La alabanza es una expresión de fe y una declaración de victoria! Declara que nosotros creemos
que Dios está con nosotros y que tiene el control del resultado de nuestras circunstancias
(Romanos 8:28).
La alabanza es “UN SACRIFICIO”, algo que nosotros ofrecemos a Dios sacrificialmente, no sólo
porque lo sentimos, sino porque nosotros creemos en Él y deseamos agradarlo. Hebreos 13:15
dice así: “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir,
fruto de labios que confiesan su nombre.”
Debido a que la alabanza manifiesta la Presencia de Dios, tambien nos damos cuenta que la
alabanza repele la presencia del enemigo, Satanás.
Una atmósfera llena con adoración y alabanza sincera a Dios de corazones contritos y
humillados es disgustante para el enemigo. El le tiene temor al poder en el Nombre de Jesús, y
hulle de la habitación del Señor en alabanza. Salmo 20:23 dice : “El que sacrifica alabanza me
honrará; Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.”
Cuando los hijos de Judá se encontraron atacados por muchos ejércitos hostiles de Amón,
Moab, y del Monte Seir, el Rey Josafat y todo el pueblo buscaron al Señor por ayuda. El Señor
le aseguró al pueblo que esta sería Su batalla. El les dijo que salieran en contra de ellos y que
Él pelearía por ellos. Así que entonces ¿Qué hicieron los hijos de Judá? Ya que eran un
pueblo de “alabanza” (de hecho Judá significa ALABANZA) y sabiendo que Dios manifiesta
Su poder a través de la alabanza, enviaron su ejercito en contra de sus enemigos, guiado por
alabadores.
Veamos 2 Crónicas 20:22 : “Y cuando comenzaron a entonar cánticos y alabanzas, el Señor
puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y del monte Seir, que habían venido
contra Judá, y fueron derrotados”
Cuando el Pueblo de Dios empieza a alabar su nombre , la alabanza hace que los enemigos
salgan huyendo. Te reto a que nos volvamos personas de alabanza, y experimentaremos la
liberación del Poder de Dios.
La alabanza que se dirige a Dios abre las puertas de la cárcel, convierte al hombre, salva a la
familia y pone fin a la cautividad satánicas.
Para ayudarnos a distinguir mejor entre estas dos manera de ir adelante de Dios, veamos
algunas de sus principales diferencias:
5-Alabar es como construir una casa para Dios. Adorar es Dios mudándose a vivir a esa casa.
El desafío de hoy
Escucharás en el lugar donde te encuentres alabanzas dirigidas a Dios, durante las 24 horas lo
vas hacer en varias ocasiones
(Distribuye la actividad) En ocasiones si sientes necesidad de levantar las manos con alguna
melodía, no ignores ese deseo y levantarlas, que es Dios que te quiere bendecir y tu espíritu se
inclina ante él.
Si una casa está dividida contra sí misma esa casa no podrá permanecer. (Marcos 3:25)
Todas las familias atraviesan lo mismo. Es lo habitual. Sin embargo, no todas lo superan o lo
manejan de la mejor manera.
Así que no creas que poner en práctica el desafío de hoy alejará todos los conflictos de tu vida
familiar. En cambio, se trata de abordar el problema de una manera tal, que cuando atravieses
una situación conflictiva, la relación familiar se va a enriquecer.
Es probable que el daño más profundo y desgarrador que puedas hacerle (o que le hayas hecho)
a algún miembro de tu familia, ocurra en pleno conflicto, porque es el momento en el cual tu
orgullo es más fuerte.
Estás más enojado que nunca. Eres más egoísta y sentencioso que nunca. Tus palabras
contienen más veneno que nunca. Tomas las peores decisiones. Si el conflicto desenfrenado
toma el control y ninguno de los dos pone el pie en el freno, cualquier relación en esta situación
puede estar bien el lunes y comenzar a venirse abajo el martes.
Sin embargo, el amor interviene y cambia las cosas. Te recuerda que tu familia es demasiado
valiosa como para permitir que se autodestruya, y que el amor por tu ellos es más importante
que cualquier asunto por el que estén peleando. El amor te ayuda a instalar airbags y montar
barreras de protección en tu ambiente familiar.
Las familias que aprenden a resolver sus diferencias suelen tener más unidad, más confianza,
más comprensión ,más apoyo.
Pero, ¿cómo? La manera más sabia es aprender a pelear limpio, estableciendo reglas de juego
saludables. Si no tienen pautas para abordar cuestiones problemáticas, no respetarán los
límites cuando se caldeen los ánimos.
En esencia, hay dos clases de límites para lidiar con el conflicto: los limites de l familia o pareja y
los límites personales.
Los límites de l familia o pareja son reglas que los acuerdan de antemano, reglas que se utilizan
durante cualquier pelea o altercado. Si se violan estas reglas, cualquiera tiene derecho a
hacerlas respetar, con delicadeza, pero de inmediato. Estas reglas podrían incluir:
Los límites personales son reglas que practicas por tu cuenta. Aquí tienes algunos de los
ejemplos más efectivos:
1. Escucharé antes de hablar. "Que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para
la ira" (Santiago 1:19)
2. Abordaré mis propios problemas con franqueza. "¿Y por qué miras la mota que está en el ojo
de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?" (Mateo 7:3)
3. Hablaré con dulzura y no levantaré la voz. "La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra
hiriente hace subir la ira" (Proverbios 15:1)
Pelear limpio significa cambiar de armas; disentir con dignidad. Como resultado, deberías poder
tender un puente en lugar de quemarlo. Recuerda, el amor no es una pelea, sino que siempre
vale la pena pelear por él.
El desafío de hoy
Habla con tu familia con respecto a establecer reglas de juego saludables. Si no están listos para
esto, entonces anota tus propias reglas personales para respetar durante las discusiones.
Decide cumplirlas cuando vuelva a surgir un desacuerdo.
Escucharás algunas alabanzas y leerás el o los versiculos de la Biblia que te indique el Espiritu
Santo. (anota cual fue para que lo tengas presente)