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HISTORIA DE LA REPOSTERÍA PERUANA

La repostería peruana viene de la colonia, porque los antiguos peruanos no


conocían el azúcar.
Los antiguos peruanos preferían el ocre y picante sobre el ají, a su vez tostaron
los granos de maíz y los molieron, llevándolos a una prolongada cocción que no
contenía grasa o sal. Con este proceso preparaban los api o mazamorra dulcete.
Conocieron los caldos dulces e incluso la miel que la obtuvieron por la ebullición
de la caña de maíz, así como de las semillas del molle, las frutas, el camote y las
raíces del algarrobo, obtuvieron miel de varios géneros de abejas nativas.Pero no
tuvieron mayor interés por lo dulce,

Con Colón, Cortés y Pizarro, la caña de azúcar es introducida en los países


americanos, desarrollándose su cultivo de forma vertiginosa, de modo que, en
menos de cien años, América superó en producción al resto del mundo.

En la colonia se Utilizaron productos peruanos para los postres, tales como el


frejol y huevo, sustituyeron la harina de trigo por la de maíz, hicieron manas con
almendras de zapallo, el calabazote y otros más.

La mayoría de postres tradicionales peruanos provienen de los conventos,hay


postres de origen afroperuano como son los picarones con miel o el turrón de
doña Pepa, el origen de este turrón proviene de siglos atrás, echo por una
afroperuana.
Se cuenta que los vendedores de dulces marcaban las horas –claro, de manera
implícita–, ya que la gente sabía que si pasaba la lechera, el frutero y el
barquillero, eran horas de la mañana, de medio día y de la tarde noche
respectivamente y así también la comunidad infería las horas intermedias
escuchando a otros ofrecedores de dulces.

Con relación a las historias sobre el origen de sus creaciones, tenemos por
ejemplo el Turrón de Doña Pepa, esclava que en agradecimiento elabora este
postre que “se lo ofreció al Señor de los Milagros en agradecimiento por haberla
curado de una artritis que le había imposibilitado usar las manos”. Así, ahora ese
dulce se encuentra relacionado a la celebración de este Cristo moreno
La repostería peruana está poblada de deliciosos postres, y no podemos
quedarnos sólo en sus representaciones o el resultado de sus preparaciones, sino
que también es interesante relacionarnos con su rica historia que se remonta a la
época en que llegaron los españoles y cuya cultura culinaria se mezcló con la de
los habitantes originarios, que con el tiempo fueron evolucionando producto de las
diferentes influencias culturales recibidas a través del tiempo en sus postres.

Champu de guanabana, Pastel de papa al horno, Pensamientos, Machacado de


membrillo, Leche asada, King kong, Crema volteada, Cocada, Chicha morada,
Frijol colado, Humitas dulces, Manjar blanco, Arroz zambito, Turrón de Doña Pepa,
Tres leches, Mazamorra morada y Suspiro a la limeña son algunas de las
exquisiteces que podemos encontrar a poco andar en tierras peruanas.
Estas creaciones datan del Perú colonial, ya que los antiguos peruanos no
conocían el azúcar, pero no tardaron en incorporarlos a sus celebraciones y a su
vida diaria.

La Repostería Colonial
"Es cosa increíble y que pone admiración, ver la inmensa cantidad de dulces que
se gastan en estas Indias, que yo tengo para mí, que no debe haber región en
todo el universo donde se consuma tanta suma; y con todo eso, sobra tan grande
copia de azúcar cada año, que se cargan muchos navíos de ella para España..."

Bernabé Cobo
En el Perú, donde funcionó uno de los principales virreinatos, se establecieron las
familias más adineradas que practicaron una culinaria exquisita en la que se
acostumbraba beber café muy temprano, se almorzaba entre las 10 y 11 a.m., se
comía de 4 a 5 p.m., y la cena se servía a las 6. A mediodía se servía "el Once",
que consistía en una copa de algún afamado "aguardiente". Se le llamaba así,
porque cuenta con once letras, según Pablo Patrón.

El chocolate, espeso y fragancioso, se perfumaba con canela, clavo, jengibre y


nuez moscada, se acompañaba con bizcochos y era la bebida preferida de los
peruanos que la denominaban "el Agasajo" ya que con ella agasajaban a las
visitas que eran atajadas para ser finamente atendidas.

Las ciudades que fundaron los españoles en todo el Perú fueron pobladas por
importantes familias que se dedicaron a la agricultura, formando importantes
haciendas; sus casas eran grandes y cómodas, se vivía con lujo y se practicaba
una excelente cocina y gran repostería.

Las damas eran educadas en labores de la casa. Se bordaba, tejía y se


practicaban exclusivos recetarios europeos, pero sobre todo, dulcería variadísima
con recursos de cada región.
La pasión por los dulces se extendió por todo el territorio. La zona norte del Perú
fue esencialmente azucarera y por lo tanto dulcera, allí se hacían el Antecoco, el
Mazapán, el Huevo Chimbo, el Budín de Chancay, dulce de Membrillo, Quesillo
con Miel, mazamorra de Algarrobina, entre otros.

Además abundan los dulces a base de chancaca y de productos de la región,


como cítricos, mangos, cocos, piñas, leche de cabra que producen las Natillas;
Cocadas, Chancaquitas con Maní, Gofios, Chumbeques, Turrón Amarillo con Miel
de Fresas y el Gran Alfajor de Yemas "King Kong", entre otros.

Huaraz se hizo conocido por sus dulces como Cajetas Cuarteadas, de Manjar
blanco y Jalea de Membrillo, de fantástico color rubí; los Huevos a la Nieve,
Mermelada de Cidra, Huevos Molles, Fachendas incomparables, Molletes,
Maicillos y muchas otras delicias.

En Lima se hacían Buñuelitos, Picarones, Maná, Bienmesabe, Mostachones,


Ponderaciones, Oquendos, Arroz con Leche, Mazamorra Morada. En esos
tiempos no se consultaba el reloj, sino al pregonero, nos cuenta Ricardo Palma:

 La lechera indicaba las seis de la mañana.


 La tizanera y chichera de Terranova, a las siete.
 El bizcochero y la vendedora de Leche Vinagre "Cuajadita", a las ocho.
 La vendedora de Sanguito de Ñajú y Choncholíes, a las nueve.
 La tamalera, era anuncio de las diez.
 A las once pasaban la melonera y la mulata del convento, vendiendo
Ranfañote, Cocada, Bocado de Rey, Chancaquitas de Cancha y Maní y
Frejoles Colados.
 A las doce, aparecían el frutero de canasta llena y el vendedor de
Empanaditas de Picadillo.
 La una era señalada por el vendedor de Ante con Ante, la arrocera y el
alfajorero.
 A las dos de la tarde la picaronera, el humitero y el de la rica Causa de
Trujillo.
 A las tres el melcochero, la turronera y el anticuchero, clamoreaban con
más claridad que la Mari-Angola de la Catedral.
 A las cuatro gritaban la picantera y el de la Piñita de Nuez.
 A las cinco chillaban el jazminero, el de las Caramanducas y el vendedor de
flores de trapo que gritaba: ¡jardín!, ¡jardín!,... ¿Muchacha, no hueles?
 A las seis canturreaba el raicero y el galletero.
 A las siete de la noche el caramelero, la mazamorrera y la champucera.
 A las ocho el heladero y el barquillero.
 A las nueve el animero o sacristán, pedía para las ánimas.
 Después el sereno del barrio: ¡Ave María, Purísima!, las diez han dado,...
¡Viva el Perú y sereno!
 Otro de los pregones limeños más recordado era el de las galletitas
"Caramanducas", llamadas así por la forma de gorro militar de la época,
sazonadas con anís, clavo y canela:

Caramanduca caliente
música para los dientes.
Azúcar, clavo y canela,
para rechinar las muelas,
¡Revolución!,...

Muchos negros esclavos al ser liberados se hicieron pequeños comerciantes al


menudeo de dulces y mazamorras que vendían en enormes peroles, los cuales
literalmente volaban antes de las cuatro de la tarde.

El Turrón de Doña Pepa, uno de los más logrados dulces limeños, recorre
nuestras calles, junto al Señor Morado, cada mes de Octubre. Cuentan que fue
preparado por primera vez en 1880, por una mujer negra llamada Josefa
Marmanillo o Josefa Piérola. -Piérola era el nombre de su amo- Ella se lo ofreció al
Señor de los Milagros en agradecimiento por haberla curado de una artritis que la
había imposibilitado de usar las manos.

El turrón se vendió por primera vez en una galería que había en la esquina de la
Pileta de la Encarnación y que pertenecía a José Piérola.

En el Sur se hacían los mejores dulces coloniales utilizando las extraordinarias


frutas que produce esta privilegiada zona.

En Ica se preparaban dulces, que aún se siguen haciendo, como las Tejas de
Limón, Naranja y Pecanas, el Manjar blanco de Frutas, el Frejol y Pallar Colado,
Higos Verdes Calados, Dulce de Nísperos de Palo, entre muchos otros.

Ica es la tierra donde nació el Pisco, nuestro incomparable aguardiente, "Puro de


Ica". Su campiña generosa nos provee de las más sabrosas frutas Endulzadas
bajo su sol abrasador; sus uvas, dulcísimas, producen los vinos generosos y de
mesa en las variedades de Cabernet, Merlot, Verdot, Sauvignon, Malbec,
Semilion, entre otros. La bebida más popular del Perú, el Pisco, se produce en
variedades de Puro, Italia, Moscatel, Mosto Verde y Acholado, que provienen de
las distintas clases de uvas: Albilla, Quebranta, Italia, Mollar, Torontel, Borgoña y
Negra Corriente.

El Perú fue el primer país de América en cultivar vides y fue Francisco de


Carabantes quién trajo las primeras cepas de Las Canarias entre 1551 y 1553,
siendo cultivadas en el Pago de Tacaraca, Ica, de tierras fértiles y con el
abundante riego de sus acequias y canales construidos por los Incas.

De Arequipa nos quedan: el Queso Helado, Arequipar o Arequipa, (dulce de leche


con frutas) Alfajores, Voladores, Bizcochos, Maná, Maicillos, Polvorones,
Mazapanes, Bombones, entre otros.

En Moquegua los Guargüeros, Alfajor de Penco, Empanada de Carnaval, la Torre


de Hojuelas, las Alegrías, así como muchísimas otras golosinas y licores finos que
siguen engalanando sus mesas.

En la sierra se acostumbra hacer los tradicionales Panes de Maíz, Alfeñiques,


Cajetas Cuarteadas de Jalea y Manjar blanco, Dulces de Mixtura, entre otros.

Es nuestra selva la despensa del futuro y fuente inagotable de frutas exquisitas


aún no explotadas.

LA PASTELERIA PERUANA

La Pastelería Peruana debe adecuarse a las preferencias actuales, con el


dinamismo que exige el arte de la repostería, pero sin perder la esencia de sus
preparaciones tradicionales.

¿Cuál es el origen de la caña de azúcar y cómo llegó a nuestro continente?


La caña de azúcar es originaria de Nueva Guinea. Los antiguos navegantes la
llevaron a India, desde donde se extendió a China y a otras regiones de Oriente.
Esto sucedió alrededor del año 4,500 a. C.

Mucho tiempo después, en el año 642 a. C. los persas invadieron la India, de la


que adoptaron el cultivo de la caña. Por el año 510 a.C. los soldados del rey persa
Darío se referían a ella como esa caña que da miel sin necesidad de abejas.
Su cultivo se siguió extendiendo: en el siglo VII d. C. los árabes conquistaron lo
que fue Persia y, tan aficionados al dulce, llevaron el azúcar a otro de sus
territorios conquistados: el norte de África y fue ahí donde los químicos egipcios
perfeccionaron su procesamiento y la empezaron a refinar.

El azúcar llegó a Europa en la Edad Media, donde se usó para condimentar toda
clase de alimentos. Los boticarios la utilizaron en la preparación de pócimas y
medicinas, además, la recomendaban para curar toda clase de males, incluido el
mal de amor.

Con el descubrimiento de América llegó el cultivo a nuestro continente y se


expandió por todas las zonas cálidas. Su producción comenzó a cobrar
importancia y se empezó a exportar a Europa.

Al inicio de las luchas de la independencia, la producción disminuyó, lo que se


convirtió en una amenaza para los europeos, por lo que a principios del siglo XIX
descubrieron que es posible obtenerla de la raíz del betabel. Actualmente, el
azúcar que se consume en América viene de la caña y la de Europa del betabel.

Durante los primeros años de la llegada de los españoles a Perú, llegó la caña de
azúcar gracias a la visión del conquistador y primer gobernador de Trujillo don
Diego de Mora, quien la trajo de México y la sembró en su hacienda del valle de
Chicama. En 1549, en el Perú ya había cuatro trapiches que molían caña y
producían azúcar.

Este fue el inicio de una actividad que ha estado presente permanentemente,


desde entonces, en la actividad económica de la agricultura peruana y, en
especial, en los valles de lo que hoy son la costa de las regiones de Lambayeque,
La Libertad y Áncash.

Durante las décadas de 1950 y 1960, el Perú fue uno de los productores de
azúcar más importantes del mundo para luego tener una estrepitosa caída en las
décadas de 1970 y 1980 por la implementación de la reforma agraria y luego el
terrorismo, como resultado de esto nos convertimos en importadores de azúcar.

Los ingenios azucareros, luego de muchos años de deterioro, volvieron en gran


parte a manos privadas iniciando, nuevamente, su desarrollo e incremento de
productividad gracias a importantes inversiones en equipos y tecnología. En la
actualidad tenemos superávit de producción.
La producción de azúcar en el mundo es de 194 millones de toneladas y su
consumo es de 144 millones de toneladas. Por este exceso de oferta es que los
precios a nivel mundial están bajando y muchos países, para proteger su industria,
están utilizando diversos mecanismos de protección.

En el Perú, el 2018 se produjeron 1.21 millones de toneladas y se importaron 284


000 toneladas, cifra menor a la de años anteriores. Asimismo, se exportaron sólo
89 000 toneladas.

En la actualidad, la caña de azúcar contribuye con el 3.6% del PBI agrícola,


representando 160 000 hectáreas sembradas, ubicadas principalmente en Piura,
Lambayeque, La Libertad, Lima Áncash y Arequipa. Según datos de Ministerio de
Agricultura, 492 000 personas dependen directa o indirectamente de la industria
azucarera y, en los últimos años, se han generado ingresos públicos por más de 2
000 millones. a través de impuestos. Además, es una actividad inclusiva, pues 50
000 hectáreas están en manos de 10 000 pequeños agricultores.

Pero todo este importante desarrollo de la industria azucarera, de los últimos 30


años, está seriamente amenazado debido a la coyuntura mundial de
sobreproducción y precios bajos, así como los subsidios al agro que tienen
muchos países. Por este motivo, al no haber una adecuada política arancelaria y
de protección a la industria en nuestro país -solo el acuerdo comercial que está en
proceso de firma con Guatemala-, implicaría el ingreso de 120 000 toneladas
métricas, a corto plazo, y hasta 400 000 toneladas métricas de azúcar al año, a
mediano plazo. Esta última cifra es equivalente a un tercio de la producción
nacional.

Los primeros afectados serían los pequeños agricultores y sus familias, luego las
medianas y grandes empresas. No todas las tierras de caña pueden convertirse a
cultivos de agro exportación; además, este proceso de reconversión, al ritmo
actual, tomaría casi 100 años.

El estado y la sociedad civil deben tomar conciencia de lo importante que es


contar con una industria nacional sólida, que invierta constantemente y que
permita el auto abastecimiento alimentario, así como proteger fuentes de empleo
formal que promuevan el crecimiento. Es importante competir con reglas de juego
parejas con los productores internacionales y no ser mercado de excedentes o
productos subsidiados. La historia ha demostrado que sin industria no hay
desarrollo y que, al afectar la producción azucarera local, también se perjudica a
otros sectores que utilizan los sub productos de la caña como el etanol y el papel.
APORTE EUROPEO
Las culturas prehispánicas sí habían consumido los productos dulces pero estas
los encontraban en las frutas y en las plantas y no se llegaba aún a ese nivel de
repostería que se dio con la llegada de las cultura española en tierras
sudamericanas.

Como vimos la caña de azúcar traída desde la India fue uno de los principales
insumos que se usaron para poder desarrollar un especialización, los datos que se
tienen de la llegada de caña de azúcar datan con el segundo viaje de Cristóbal
Colon y posteriormente la llegado de los peninsulares con sus diferentes regiones
que se mezclaron junto con los productos nativos y crearon lo que se conoce hoy
como repostería peruana.

Lo que se puede entender entonces es que no hay nada puro sino más bien se
puede encontrar una riqueza de diferentes partes del mundo que llegaron en Lima
para poder quedarse, las frutas secas se cocinan con harina, manteca y otros
ingredientes más que forman parte de la increíble mistura de los representantes
de la naturaleza.

Conocida en Perú y en otras partes son los turros sin embargo cada zona en
donde se encuentran recursos diferentes son aprovechados para poder crear el
arte culinario, los primero libros de la repostería en América datan del siglo XVII y
que desde Centro América empezaron a propagarse para desarrollarse en
diferentes zonas del Perú, así por ejemplo tenemos zonas a lo largo del Perú
como Trujillo, Lima, Moquegua, Cuzco.

Ya con el desarrollo de las colonias se iniciaron las plantaciones de azúcar en las


tierras del nuevo mundo, por lo que al inició este producto que resulto ser costoso
dejo de serlo ya que ya no era necesario importarlo desde tierras de la India. Los
Virreinatos de Mexico y Perú fueron las que se especializaron en el desarrollo de
la cultura de los dulces, siendo dos de los más grandes difusores alrededor del
nuevo mundo, por otro lado no solo eran grandes focos de una fuerte influencia
política sino también económica y cultural.

Durante la colonia se sabía que se comía en abundancia y los postres eran


elementos infaltables especialmente durante celebraciones especiales y ocasiones
que merecían la oportunidad, no se consumían de manera diaria razón que lo
convertía en pasos importantes para que hoy América sea un lugar con muchos
dulces.
Si miramos el pasado podemos ver que mucho de los postres vienen desde los
conventos con las monjas que llegaron de España, ellas pasaron horas
enseñando a las esclavas negras e indias a preparar los postres, con aquellos
dulces de olla y dulce de pasta los cuales eran trabajos de fino trabajo y de gran
esfuerzo, no solo en la ciudad de Lima sino también en ciudades como Trujillo,
Arequipa entre otras más.

Sabemos entonces que el papel de los conventos han marcado muchas cosas
para el desarrollo de los postres en esta parte del mundo, se mezclaba por
ejemplo las cosas de vino y postre al mismo tiempo, desde allí salieron todos
estos postres con sus primeras influencias de España y que luego recibieron los
recursos de cada zona para reinventarse y crear postres limeños como los limones
rellenos, trabajos que han perdurado a lo largo de los siglos y que
lamentablemente algunos de ellos ya se han quedado en el olvido.

Flora Tristán fue una francesa que llegando a las tierras peruanas, estuvo
hospedada en los conventos de Santa Rosa y Santa Catalina en Arequipa. Todo
esto que se veía de una persona de otra parte del continente hacía ver que ya los
productos se estaba especializando y que dejaban de lado la parte el viejo
continente para poder tener un propia versión y ser autentica.

Durante la colonia las monjas obsequiaban dulces a las comunidades y a sus


benefactores, los dulces eran también una manera para homenajear sus sectores
de la más alta elite de cada sociedad, hoy en día las monjas de diferentes
conventos siguen ofreciendo sus productos para la venta haciendo que alguno de
ellos se vuelva especial para cada tipo de postre.

Hay tantos postres que se pueden encontrar como la tradicional bola de hora, que
tiene la forma de media bola y que se puede usar para todo tipo de eventos,
además de ello también se empezaban a usar confiterías lugares donde los
postres cumplían también un papel importante para su venta al público.

Los pregoneros eran personas que ofrecían sus productos con frases ingeniosas y
cada una pasaba por horas especificas que según se cuenta en las crónicas no
era necesario tener un reloj ya que cualquiera podía saber de las horas
especificas sabiendo el canto de los vendedores, la relación entre el casero y el
vecino se estaban empezando a mezclar en la sociedad que tenía todas las
sangres. Pancho Fierro es uno de los acuarelistas más notables de la época
colonial y es gracias a este artista es que se ha podido rescatar la existencia de
estos personajes que formaron parte de la vida cotidiana de la ciudad de Lima.
Hoy las acuarelas de Pancho Fierro las pueden encontrar en algunos museos de
Lima.

Es indudable que la presencia de los negros del Africa que llegaron a América
también generaron un boom de una dulcería, la población negra que más se
destaca hoy en día son las zonas de Chincha (en el sur) y Zaña (en el norte) allí
tenemos a los postres como el ranfañote que son postres que eran usados por los
esclavos les daban utilidad a los panes fríos que sobraban y con ello generaban el
dulce con su sello y estilo peculiar.

En un primer momento el ranfañote empezó a ser consumido para la gente de


clase baja pero después fue empezando a adquirir notoriedad para todos los
ámbitos y escalas de la sociedad peruana, el ranfañote son uno de los postres
que hoy ya se está perdiendo nació en una cuna humilde pero que después se
acomodó muy bien en las familias de alto poder adquisitivo.

Con el paso del tiempo las regiones también cumplieron su papel así tenemos a
Ica con sus tejas, Chincha con su frejol colado, Trujillo con sus King Kong y Lima
con el maíz morada entre otras ciudades más. Una de los postres que son uno de
mis favoritos es la sabrosa mazamorra morada.

La mazamorra morada fue creciendo para la sociedad peruana y hoy en día se


puede encontrar en diferentes parte tradicionales de la sociedad allí tenemos a la
frase que dice “limeño mazamorrero” que se generó desde el siglo XVIII y que
hasta hoy en día se le sigue diciendo a los limeños por su inclinación con este
postre que no falta en ninguna mesa cuando es cumpleaños de alguien en las
tierras peruanas y limeñas. Las mazamorras han cumplido un papel interesante
siendo de diferentes sabores y con diferentes colores a base de diferentes
ingredientes.

La Mazamorra morada de hoy en día también se le acompaña con arroz con leche
que guarda ahora una fuerte influencia árabe también, cada persona lleva una
manera especial de poder cocinar su postre, los postres peruanos y limeños van
teniendo un eje a lo largo de sus diferentes regiones utilizando tubérculos también
como la papa y el camote.

No podemos dejar de mencionar a los sabrosos turrones de doña pepa aquellos


postres que se consumen durante el mes de octubre, se cuenta muchas historias
sobre el origen de este postre y una de los que les puedo conseguir es que una
señora llamaba Josefa soñó la receta de los turrones de doña pepa, uno de los
mejores lugares donde se puede conseguir los turrones de doña pepa son en los
portones de la plaza San Martín donde los turrones son las especialidad de esta
casa.

Los alfajores que fueron productos que llegaron con los españoles especialmente
de la zona de Andalucía hicieron que en estas zonas también se tenga el alfajor
que se vaya modificando y vaya adquiriendo características distintas que hace que
sea muy diferente de lo que se conoce de la zona del país Europeo.

Escribir este post sobre los dulces es hablar de muchos otros dulces más que
pueden ser grandes embajadores de esta especialidad allí tenemos a los
picarones, hay hoy en día algunos debates de como provienen el nombre de este
postre sin embargo lo que nadie pude discutir es que los picarones son uno de los
postres más difundidos en el Perú.

La repostería ha ido produciendo una vigencia hasta el día de hoy, además de


ello el nuevo continente abraza los productos de otras partes del mundo para
reconocer la trayectoria de los dulces internacionales como la francesa, italiana,
española, entre otras más.

La dulcería es entonces algo que se va gestando y se van usando insumos que


antes no se usaban como los es ahora el chocolate además de otros productos
suaves como el suspiro de un dulce extraordinario, podemos mencionar aquí al
suspiro a la limeña. Un postre que tiene menos de 100 años y que ya hoy en Lima
se ha convertido en uno de los postres más conocidos en Lima. Se dice que es
tan dulce y suave como el suspiro de una mujer limeña, el nombre que se podría
decir de este manjar es suspiro de la limeña y se encuentra en restaurantes para
todos los bolsillos.

oy en día no se pueden dejar de reconocer el aporte de las mujeres en la


repostería, sencillas, simples pero a la vez potentes en sus sabores que
deslumbras a los paladares más exigentes. Hay mujeres que han salido del
mundo de los andes, de la costa y de la selva, allí tenemos a la ya difunta Teresa
Izquierdo, Teresa Ocampo y otras mujeres más que han aportado con su trabajo
arduo una gran contribución de la repostería peruana.

Los postres de hoy en día también se han ido adaptando a los paladares
internacionales haciendo que los productos se vayan suavizando y conquistando
los corazones de las personas que llegan a conocer los postres tradicionales del
Perú, hoy tenemos no solo suspiros de la limeña sino también suspiro de la
chirimoya y así poco a poco se va jugando con los sabores para crear nuevos
productos siempre respetando los procedimientos que han pasado de generación
en generación, hay un trabajo pendiente que se debe de desarrollar que nosotros
estamos listas y listos para contribuir al éxito de que la repostería sea una de las
mejores representantes del Perú.

Las tradiciones están para ser respetadas y refrescadas a través de manos


conocedoras de la teoría y la práctica. Espero que este post les haya gustado y
que se enamoren de los postres que pueden encontrar aquí que hoy son ejemplos
de una diversidad única.

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