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Kant y la Razón Práctica

Immanuel Kant nació en Königsberg en 1724 y su vida giró en torno a


la enseñanza y al escritura de obras de filosofía, las cuales fueron tan
magníficas que marcaron un antes y un después en la historia del
pensamiento occidental.

Sabemos que los textos kantianos fueron fuertemente influenciados por


dos corrientes filosóficas de la modernidad: racionalismo y empirismo.

El racionalismo tiene como mayor representante al francés René


Descartes, quién consideraba que los seres humanos somos capaces de
conocer gracias a que poseemos ideas innatas en nuestra razón. Esto quiere decir que
nacemos con ciertas ideas preconcebidas acerca del mundo y de nosotros mismos,
postura que no había sido propuesta hasta el momento por los medievales ni los
clásicos. En efecto, este filósofo es el primero en considerar que la única fuente
confiable de conocimiento, para tener ideas claras y distintas, es la propia razón
humana, puesto que los sentidos nos engañan y varían de una persona a otra. Lo único
seguro que conocemos, es el mismo hecho de conocemos. De allí la famosa frase
“Pienso, por lo tanto existo”. Descartes acuña un nuevo método filosófico: la duda
metódica. Puedo dudar de todo, porque los sentidos son engañosos, pero hay algo de lo
que no puedo dudar, de mi propia existencia. A partir de entonces se inicia una escuela
que exaltará el poder de la razón humana.

Por su parte, la escuela empirista tiene otra concepción muy distinta a la cartesiana acerca del
principio del conocer. Según filósofos de esta corriente como Bacon, Locke y Hume, los seres
humanos no traemos en nuestra razón ideas innatas, sino que la fuente del conocimiento es la
experiencia. En sus escritos, estos pensadores se encargan de argumentar cómo la fuente segura de
la ciencia y el filosofar es la experiencia y el modo en que nuestra razón ordena esos datos extraídos
de la sensibilidad.

Ambas posiciones, completamente diferentes, evidencian al mismo tiempo el llamado giro


antropológico surgido en la modernidad. Dios ya no se considera el principio de todas las cosas,
sino que es el hombre de quien brota el conocer y el obrar. Es el hombre, ora por su razón, ora por
su experiencia de quién pueden surgir los lineamientos de la universalidad científica.
Dato curioso

René Descartes (1595-1650) fue el primer filósofo en publicar una obra escrita en lengua
vernácula. Antes de esto, en el medioevo, todo texto era escrito en latín. Este hecho es otro signo de
la secularización que comenzó a sufrir la sociedad moderna.

El pensamiento práctico de Kant

Teniendo en cuenta las influencias


recibidas de su pasado reciente, Kant
elaboró un sistema filosófico compuesto
por tres obras principales: Crítica de la
Razón Pura, Crítica de la Razón Práctica
y Crítica del Discernimiento. Los tres
libros se ocupan cada uno de tres temas
importantes: de los alcances y los límites del conocimiento humano, del obrar humano y de la
estética, respectivamente.

Para entender el sistema del filósofo alemán hay que tener presente la importancia que había
cobrado la ciencia físico-matemática en aquella época. La metafísica había pasado a un segundo
plano, puesto que no garantizaba ideas claras y distintas, ni progresaba a la par de la ciencia.
Ciertamente la preocupación de Kant era saber si la filosofía era o no ciencia, y cuáles eran los
alcances de la razón humana, fuente de conocimiento metafísico.

Por otra parte, en la Crítica de la Razón Práctica, Kant estaba interesado en comprender cómo
era necesario obrar según cierta universalidad. Recordemos que los principios morales no eran
cognoscibles al modo aristotélico, en donde las leyes de la naturaleza marcaban la manera de obrar
humana. Ni tampoco la moralidad se regía ya por mandamientos divinos. En la modernidad, el
hombre alcanzó la mayoría de edad y buscó regir su propia vida a partir de sus propias
determinaciones, su propia autonomía. Pero surge la siguiente pregunta: ¿Cómo vivir en sociedad y
ser responsable si cada uno dirige su propia vida según sus gustos e intereses personales? Kant
puede responder a esto porque considera que la razón humana es universal, igual para todos y por lo
tanto impera de un modo similar para cada uno.

Según el filósofo de Königsberg, en la razón existen ciertas leyes llamadas imperativos. Hay
imperativos categóricos e imperativos hipotéticos. Los primeros son aquellos principios
racionales que nos obligan a obrar de cierto modo en cada circunstancia, según lo manda la razón
humana. Los segundos son los que podemos hacer según nuestros deseos. Pero son los imperativos
categóricos los que nos interesan para obrar de modo plenamente humano. A Kant no le interesan
las inclinaciones, las pasiones y los intereses personales, lo que le interesa es que se obre según lo
dicta la ley moral universal cuya residencia está en la razón de todo hombre. La intención no
cuenta de ninguna manera si se viola la ley moral.

Los imperativos categóricos tienen ciertas formulaciones que marcan el lineamiento del
accionar humano en una sociedad:

-Obra solo según una máxima tal, que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley
universal.

-Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier
otro, siempre como un fin y nunca solamente como un medio.

-Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino
universal de los fines.

El fin último de cada acción humana serán hacerla de


tal modo que se corresponda con el deber moral
universal. Es decir, el principio de la acción es siempre
subjetiva, del sujeto que actúa pero que tiene en vista la
universalidad de la ley. La única acción buena será la que
se ha realizado en vistas a este deber universal. Una
acción teñida de intereses e inclinaciones personales, no
será buena sino moral, si se adecua a los imperativos
categóricos; o será mala si no se corresponde con las leyes de la razón.

Actividades:

1. Explicar las diferencias entre los filósofos empiristas y los filósofos racionalistas.
2. Explicar brevemente en dónde radica la universalidad del obrar para Kant.
3. ¿Cuál es la acción verdaderamente buena? ¿Por qué?
4. ¿Qué relación hay entre el giro antropológico y la moral kantiana?
5. Realizar un esquema que incluya los conceptos fundamentales de la moral kantiana.

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