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I. Salvación
#3. La salvación es por gracia por medio de la fe (Efesios 2:8, Hechos 2:38). No es
por las obras de la Ley (Gá. 2:16).
#7. El plan de salvación que es por gracia por medio de la fe para todas las
naciones, se encuentra en Hechos 2:38.
¡Alabe al Señor! Usted cree que Jesús murió por sus pecados en el Calvario, fue
sepultado, y resucitó por el dominio todopoderoso de Dios. Después que oyó el
Evangelio de salvación fue remordido en su corazón y se arrepintió de su rechazo
a Jesús y de su vida de pecado. En una profesión de su fe y deseante de la gracia
de Dios, fue bautizado en el maravilloso nombre de Jesús Mesías para el perdón o
el lavamiento de sus pecados por la sangre de Jesús. En evidencia que se
convirtió de su vida de pecado, Dios le dio como testimonio personal, el sello y
bautismo del Espíritu Santo según Hechos 2:4. Usted ahora es un miembro fiel de
la Iglesia que enseña el pleno Evangelio de salvación por gracia por medio de la fe
según Hechos 2:38. ¡Bienvenido a la familia de Dios!
Usted ahora ha comenzado a vivir la más grande vida que alguna vez se pudiera
vivir. Posee la garantía de que su nombre está inscrito en el cielo en el Libro de la
Vida del Cordero. El santo Espíritu de Dios ahora habita en usted. Su cuerpo es
ahora templo de la Divina Presencia. El diablo ha sido derrotado en su vida. Su
pasado ha sido colocado bajo la sangre de Jesús por toda la eternidad. Está en
pie ante el mundo y ante los santos ángeles de Dios sin condena. Ha recibido el
perdón. Ha sido salvado de toda la futura ira de Dios que viene súbitamente sobre
el impío en el juicio final. Dios ha hecho grandes cosas por usted e INCLUSO
PUEDE SER MEJOR.
Ahora es tiempo de aprender las verdades de la Palabra de Dios para que así su
fe permanezca fuerte. Necesita colocar tanto de la Palabra de Dios en su corazón
como pueda, y así no pecará contra el Señor. Usted anhela crecer en su nueva
vida de fe y así no quiere ser desencaminado por falsos maestros o por alguien
que no esté predicando las correctas doctrinas de fe y prácticas del Nuevo
Testamento. El Señor Jesús no quiere que un nuevo convertido sea engañado por
el error o por falsas enseñanzas. Estos males iniciaron en el tiempo de vida de los
Apóstoles y continúan hoy. Cada año alguien trata de convencer al mundo de sus
errores y falsas doctrinas. Una regla de fe es, que SI LOS APÓSTOLES NO LO
PREDICARON Y NO ESTÁ REGISTRADO COMO UNA ENSEÑANZA
ESPECÍFICA EN LAS ESCRITURAS DEL NUEVO TESTAMENTO, NO LO
CREA.
Los nuevos convertidos y aquellos que son salvos, enfrentan grandes peligros
para su fe en los primeros días y meses de su nueva vida. El diablo atacó a Jesús
inmediatamente después de su bautismo y el diablo está justo allí después del
bautismo y salvación de una persona, para hacerle renunciar o llevarla por el mal
camino. Esa es la razón del por qué Jesús inspiró a los apóstoles y a otros
cristianos primitivos a escribir el Nuevo Testamento. Cuando no sabemos sobre
algo, nos volvemos a Jesús y a los apóstoles. Si no lo podemos hallar en el Nuevo
Testamento no lo aceptamos. El Señor Jesús sabía que el diablo atacaría a los
nuevos convertidos para engañarles si fuese posible (Mateo 24:24). Él sabía que
falsos cristos y falsos profetas se levantarían e intentarían apartar a muchos
llevándoles hacia la condenación engañándoles con mentiras, algunos usando
milagros como si estos fueran alguna prueba de que ellos son válidos mensajeros
de Dios. Estos guían a las multitudes para que sigan erróneas prácticas religiosas
o para que crean o confíen en un falso evangelio para su salvación.
Ahora que usted es salvo los únicos peligros de perderse eternamente son: 1.)
Caer y renunciar a su salvación y exención de estar protegido de la futura ira del
juicio venidero de Dios; 2.) Ser engañado por sus propias falsas interpretaciones y
teorías de fe y práctica contrarias a la fe original y práctica de los apóstoles; 3.)
Ser llevado por mal camino siguiendo los ingeniosos estratagemas y falsas
enseñanzas de alguien más en quien usted deposita su confianza pensando que
está diciéndole la verdad pero que en realidad le está engañando.
Jesús conocía estas tres amenazas que enfrentarían los nuevos creyentes. Los
apóstoles sabían de estas tres amenazas. Y estas tres áreas de peligros son
advertidas a lo largo de las Escrituras del Nuevo Testamento. El Señor no quiere
que usted vuelva a la vida de pecado y condenación eterna. Él no quiere que
usted renuncie a la salvación de su futura ira sobre el pecador y el impío. Jesús le
ama y quiere que continúe en su salvación de fe, andando por el camino hacia las
puertas de la Nueva Jerusalén. Ese es el por qué, yo estoy escribiendo este
estudio bíblico para usted. ¡Anhelo verle en el cielo!
Fue escrita por hombres inspirados por Dios. No es simplemente un libro escrito
por hombres, sino un libro escrito por hombres santos. La Biblia contiene las
Escrituras que contienen la misma Palabra de Dios. Las palabras que Dios
realmente ha hablado al hombre están registradas en estas páginas. Es a través
de estas reales palabras habladas por Dios y a través de las palabras que Dios
habló, que nosotros conocemos la mente y la voluntad de Dios para el mundo.
Estas palabras fueron escritas en pergaminos y preservadas a través de los siglos
hasta nosotros. Puede haber sutiles variaciones en la redacción de estas antiguas
palabras habladas por Dios, pero mientras el propósito de su palabra hablada
permanezca en el texto, no estamos para argüir sobre cuales palabras son
escogidas para expresar el propósito en los varios idiomas del mundo. Estos
escritos se convirtieron en los libros de la Biblia. Los libros de la Biblia contienen la
Escritura. La Escritura es enumerada en las versiones modernas para ayudar en
referencia y estudio. Lo que está escrito en la Biblia es nuestra ÚNICA autoridad
para la fe y la doctrina. Lo que debemos conocer sobre Dios y enseñar a otros
sobre Dios, DEBE proceder de estas escrituras.
Si está en la Biblia, está allí porque Dios quiso que lo conociéramos, porque eso o
algo similar puede aplicarse a usted, y por eso usted debe aceptarlas como las
ÚNICAS Sagradas Escrituras presentes en el mundo. Todos los demás supuestos
libros religiosos deben ser considerados profanos y no son dignos de ser
comparados con la Biblia o ser usados igual a la Biblia. Por consiguiente, cualquier
libro o escrito, cualquier decreto o tradición, cualquier ley de concilios o sínodos, y
cualquier tradición de ancianos judíos, sabios, o rabinos, son totalmente
rechazadas. Si debemos seguir al Dios de la Biblia, entonces debemos seguir a la
Biblia de este Dios. Si la Biblia lo enseña, usted debe creerlo como fue
interpretado por Jesús y los Apóstoles, y la Palabra de Dios debe estar sobre
todas las demás opiniones, teorías, y enseñanzas de hombres.
El Señor quiere que todo creyente lea y estudie la Biblia. Memorice tanto de la
escritura como le sea posible. Cada día usted necesita comer su porción diaria del
pan de Dios. Por ser un nuevo convertido, no es necesario que usted se convierta
en una autoridad en la doctrina y fe de la Iglesia. En cambio, lo que usted necesita
es alcanzar una fe mayor en Dios, que viene por el leer y estudiar las Escrituras.
Usted no está para probarle a alguien más que está errado o siguiendo un falso
evangelio o religión. Usted está leyendo y aprendiendo para que así usted y su
Dios se vuelvan lo mejores amigos a través de la Palabra. La Biblia le enseñará
como venir ante Dios con acción de gracias y adoración. Ésta le enseñará a usted
las riquezas ocultas que usted no conoce. El hombre interior tomará control sobre
el hombre exterior, y en la medida que lo carnal muera el alma alcanzará un nuevo
nivel en el Espíritu. Usted obtendrá sabiduría y entendimiento sobre sí mismo y
sobre los demás. Usted será capaz de elegir lo bueno y lo santo y rechazar lo
malo y lo profano. Ésta les dirá cómo comportarse y cómo ser una bendición a
otros. Usted encontrará mucha guía y liderazgo para su adoración leyendo los
Salmos de David. Cada día, cuando sea victorioso o esté en medio de una prueba
de fe, LEA SU BIBLIA. La victoria viene por medio de la oración y por leer la Biblia
hasta que el Señor le hable a través de la Palabra. Usted debe perseverar en la fe,
que lo pasará por medio del valle y sombra de muerte, hasta ponerlo sobre un
monte de alabanza. La Biblia es el mapa de su camino y su guía de la tierra al
cielo. No permita que nadie trastorne su mapa del camino. ¡Usted podría finalizar
en el destino equivocado!
Desde el momento en que Dios se reveló como el ÚNICO DIOS, la humanidad por
cualquier razón, ha sido fascinada por una fuerza malévola a creer que debe
haber más de un Dios. Por supuesto que sabemos cuál es esa fuerza, es el diablo.
Si la serpiente puede engañar a la humanidad haciéndole creer que hay más de
un Dios, entonces la humanidad no puede creer 100% solamente en un Dios. Este
único acto de traición hacia Dios, motivado por el diablo, trae la ira eterna de Dios.
¿Quién sino el diablo quería convertirse en un dios para que así hubiera dos
dioses? ¿Quién sino el diablo quería hacer al mundo creer que Dios el Padre es
un Dios y que hay otro dios o dioses además de Él? ¿Quién sino el diablo
desearía hacer creer a la humanidad que Dios el Padre es un Dios y que Jesús es
otro Dios, siendo dos Dioses? ¿Quién sino el diablo anhelaría robarle a Jesús ser
el Dios del Antiguo Testamento? ¿Quién sino el diablo desearía empañar a Jesús
su completa deidad como Dios manifestado en carne? Cualquier religión con
cualquier nombre, que enseñe que Jesús no es Dios, o que Jesús es un Dios
distinto del Padre, es una falsa religión. El Dios de la Biblia dijo que Él no conoce a
otro Dios. Este Dios de la Biblia es el mismo ayer, hoy y por los siglos, dando a
entender claramente que cuando Dios recorrió con su mirada a través de la
eternidad, Él no vio la existencia de otro Dios en ningún tiempo. Por consiguiente,
no debemos recibir ninguna enseñanza o doctrina de que hay dos dioses (o
personas divinas) en el cielo.
¿Qué sobre tres dioses? ¿No enseñan algunos que hay tres Dioses? Sí, ellos
enseñan que hay tres personalidades, cada una teniendo la naturaleza de Dios,
pero que son tres actuando como un Dios en unidad. Ellos dicen que Dios no es
un uno singular sino una unidad de tres, teniendo cada uno una naturaleza de
Dios eterno, hablando en definitiva de tres Dioses. Ellos dicen que la palabra
*Dios* no describe a un Dios singular sino que es una palabra que describe la
naturaleza espiritual de tres personalidades como deidad. ¿Pero concuerda el
Dios de la Biblia con esta filosofía? ¿Nos dice el Dios de la Biblia que hay otros
dos dioses en el cielo con Él? ¡No! El único Dios de la Biblia nunca nos dice que
hay otros dioses en el cielo además del SEÑOR (Éxodo 31:14).
Usted oirá mucho sobre Hechos 2:38 como el plan de salvación. Se podrá
imaginar por qué es tan importante. Es importante porque lo que dijo el Apóstol
Pedro en Hechos 2:38, le fue dado palabra por palabra por parte de Jesús Mesías
solo diez días antes del día de Pentecostés. Las Escrituras del Nuevo Testamento
que registran la historia de la Iglesia después del evento del día de Pentecostés,
revelan que los Apóstoles hicieron conversos a la Iglesia a judíos y a gentiles, en
consonancia con las instrucciones de Jesucristo. Ya que ningún hombre puede
cambiar las palabras de este Rey, las palabras dichas por Jesús al apóstol Pedro
y a los demás apóstoles, permanecen en completa vigencia y efecto en el Reino
de Dios hasta la segunda venida de Jesús. Si algo es cambiado, Jesús hará el
cambio. Él no ha dado a ningún hombre la autoridad de cambiar lo que Él ha
hablado y decretado como mandamientos de la Nueva Torá. Hechos 2:38
dice: "Arrepentios, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo
para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo." La salvación
por gracia por medio de la fe viene a través de:
El bautismo del Espíritu Santo es la propia señal de Dios de que una persona es
salva y nacida de nuevo de arriba. De hecho, Jesús dijo que una persona no podía
ver o entrar al Reino de Dios sin el Bautismo del Espíritu Santo (Juan 3:3-5). El
bautismo del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas según el
Espíritu les dé que hablen, es el milagro personal de Dios, que señala al
convertido que ha recibido la completa salvación del Nuevo Testamento por gracia
por medio de la fe. Usted pudo haber oído un mensaje predicado de la Biblia que
le trajo al arrepentimiento y a la plena salvación, pero fue su fe en el cumplimiento
de la profecía de Hechos 2:38 la que le salvó por Jesús Mesías.
Ahora que usted es salvo, debe vivir una vida halagadora como un hijo o una hija
de Dios. Si usted desprecia esto, cayendo nuevamente en el pecado y la
inmoralidad, está al mismo tiempo diciendo al Señor Jesús que quite su gracia y
su misericordia de su vida. Si usted niega Hechos 2:38 y la gracia de esta
salvación y se una a otra religión que se oponga a esta conversión, está diciendo
al mismo tiempo que ya no desea vivir más una vida justificada bajo la protección
y expiación de la sangre de Jesús que fue derramada en el calvario. Cualquiera
que se aparta del plan de salvación de Hechos 2:38, blasfema contra el mismo
testimonio del Espíritu Santo. Ahora que usted es salvo, no permita que ningún
hombre o mujer le arrastre al error o herejía, diciendo que la gracia, expiación y
justificación de Hechos 2:38 es falsa. Que ningún hombre o mujer destruya su fe,
pues por ésta obtuvo la gracia de Dios para su salvación.
Todos los libertinos están en contra del atavío de santidad, el cual es evidencia
externa de santificación interior. Como nuevo convertido, su fe no se basa en las
doctrinas de hombres, sino en la Palabra de Dios. Hebreos 12:14 dice: "Seguid la
paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." Ahora usted es
salvo. Ahora usted deseará vivir una vida santa. Usted es un hijo o una hija del
Señor y desea vivir en el mundo como hijo del Rey. Su nuevo nacimiento fue de
arriba y se rehúsa a volver a vivir los estilos de vida del mundo de oscuridad.
Usted vivirá como santo con su dedicación para vivir por la Palabra de Dios. La
Iglesia a donde usted asista, determinará la medida de su fe. Si usted desea vivir
la vida de un libertino, buscará una Iglesia libertina. Si desea vivir una vida santa,
buscará una Iglesia santa. Usted llegará a ser lo que predique el ministro de la
Iglesia a donde asista. Usted puede medir a cualquier pastor de una Iglesia,
observando lo que él está haciendo de su congregación. No sea arrastrado al
libertinaje. Si ya lo ha hecho, entonces confiese a Jesús que usted fue seducido y
engañado y que desea la reconciliación de su cuerpo y de su espíritu. El Señor
Jesús le renovará un corazón limpio. Él le dará fuerza para vivir una vida santa,
bella y agradable delante de su Dios.
5. La Biblia enseña que el Señor Jesús tiene una Iglesia (Mateo 16:18).
Cada creyente debe buscar una Iglesia Cristiana Apostólica ceñida a Hechos 2:38,
a fin de unirse al Reino de Dios. Cada creyente debe unirse por membresía a una
Iglesia, donde un hombre de Dios vigile la predicación de la Palabra de Dios en
sinceridad y en verdad. Estos hombres de Dios, son los profetas de Dios de los
días postreros. Ellos le guiarán a la perfección en verdadera santidad y justicia.
Sígales así como ellos siguen a Jesús Mesías, considerando que aquellos que
están siguiendo a Jesús, se han crucificado para el mundo, para poder conducirle
a toda la verdad necesaria para que usted llegue al cielo. No salte de Iglesia en
Iglesia para ver donde encaja. Deje que el Espíritu de Dios le encaje en su
gloriosa edificación como una piedra viva (1 Pedro 2:5). Usted ahora es salvo y
debe permanecer en la Iglesia. No debe descuidar el congregarse junto con el
Israel de Dios, como es la mala costumbre de algunos. Procure estar en la Iglesia
todas las veces que se programe una reunión.
Hay algunas otras grandes verdades bíblicas en las que quiero animarle, para que
hagan parte de su fe y de su código de conducta. Cuando continúe en su nueva
vida de salvación de fe, aprenderá más y más sobre la Palabra de Dios y de cómo
ésta gobierna su espíritu y su vida. Tengo trece ítems para concluir este estudio,
que son para su edificación y su bendición espiritual.
1. Nunca olvide lo que Jesús hizo por usted cuando recibió su salvación por
gracia por medio de la fe, como se encuentra en Hechos 2:38.
Su nombre está escrito en el Libro de la Vida del Cordero, por eso si usted
permanece en la viña, nunca debe tener temor de estar perdido. Solamente si se
separa de la vid para vivir en pecado, estará en peligro de perderse (Juan 15:6).
Todos sus pecados están lavados. ¡Si el diablo viene a recordarle su pasado,
RECUERDELE SU FUTURO! El diablo no puede condenarle por sus pecados si
usted se encuentra bajo la sangre de Jesús. Nadie puede condenarle por sus
pecados si usted se encuentra bajo la sangre de Jesús. El diablo ha sido
derrotado y ha sido expulsado de su vida. La vergüenza del pecado ha sido
conquistada por la sangre de Jesús. El Espíritu de Dios ha venido para habitar
dentro de usted, como testimonio de que usted es un hijo o una hija de Dios.
Usted es una nueva creación en Jesús Mesías. Usted posee un nuevo corazón y
mente. Usted ama las cosas de Dios y su mente ha sido renovada según las
cosas de Dios. Usted tiene derecho a regocijarse, a danzar y a gritar en su
adoración. Usted es libre, le ha sido dada libertad y ahora su corazón puede
cantar cánticos de alabanza. Nunca pierda su primer amor o su primer gozo de
salvación. Cuando usted quiera hallar una razón para adorar o para alabar a Dios,
piense de dónde el Señor lo rescató, y luego recuerde una por una las grandes
cosas que el Señor ha hecho por usted. Adore y alabe al Señor con la memoria de
su vida de fe. Si usted nunca olvida lo que Jesús Mesías ha hecho por usted,
vivirá una vida de gracias y alabanza para el Señor. Así nunca se perderá. Usted
es salvo y va a vivir una vida salva hasta que Jesús venga o usted entregue su
vida en la fe de su salvación.
Piense en cosas buenas y en lo que usted puede lograr para hacer de la Iglesia
una mejor Iglesia, para que su ministerio sea bendecido y para que otros
creyentes estén complacidos de ser sus amigos.
Usted no tiene derecho o autoridad para juzgar a alguien por cualquier pecado que
este haya cometido alguna vez. El juicio del pecado ha sido retenido por el Señor
Jesús. Si usted juzga a otros por sus transgresiones, entonces todo lo que usted
puso bajo la sangre de Cristo, puede ser traído nuevamente y puede ser juzgado.
Eso es a lo que se refiere: “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7:1).
No se interese por cuáles son los pecados de un pecador, pues tan pronto como
se arrepiente y es bautizado bajo las aguas de separación, usted está obligado a
poner la memoria de ellos bajo la sangre de Jesús.
No importa lo que otros hagan, usted fue salvo sin importancia o influencia de
ellos, así que ¿por qué permitir que estas cosas le causen deslizarse y caer
después de la salvación? Usted es salvo ahora y debe aprender a vivir para el
Señor como Él le ha llamado a que viva, y solamente usted puede vivir esa vida
para usted. El Señor Jesús no miente. Él no dirá bien hecho, si usted no lo ha
hecho bien. Todo lo que haga de hecho o de palabra, hágalo en el nombre de
Jesús. Usted es salvo ahora y la vida QUE USTED VIVE AHORA, vívala para Dios
y no para sí mismo o para el mundo (Gálatas 2:20). ¡Regocíjese en su nueva vida!
Usted ha sido redimido. El diablo no puede azotar a los hijos o hijas de Dios. Él
podrá estar como león rugiente, pero porque todos sus dientes le han sido
quitados o porque tiene su quijada sellada. Todo lo que él puede hacer es rugir y
hacer ruidos de amenazas. ¡Usted es un ganador! ¡USTED NO NACIÓ PARA
PERDER! Como un alma ganada, ahora usted se convierte en un ALMA
GANADORA. Piense en esto, el Señor nos ha ungido para ser testigos de su
gracia salvadora. Usted puede conducir a otros a esta gracia mediante el
testimonio personal. Usted es salvo ahora y parte de su conducta salva, es ganar
a otros del reino del diablo para el Reino de Dios. Usted tiene una esperanza y fe
que otros en el mundo necesitan. Usted es como una señal de pare, que permite a
Dios traer viajeros para el camino de la vida, pues por medio de usted, ellos
podrán ver los peligros que los esperan si continúan en la dirección en la que van.
Cuando el Señor le provee con unción divina para llevarle un mensaje de
esperanza y salvación a otra persona, y Dios abre el corazón de esa persona,
usted está en una misión divina. Todo el poder del diablo estará contra usted en
ese momento. Usted podrá sentirse apenado de hablar. Usted podrá sentir que no
está calificado para hablar sobre temas bíblicos. Pero usted puede testificar lo que
el Señor ha hecho en su vida y cómo puede haber un nuevo inicio para ellos, si le
dan a Jesús una oportunidad de entrar en sus vidas. Deje que otros sepan lo que
el Señor ha hecho por usted. Ese es su testimonio, a usted no se le exige predicar
o dar un estudio bíblico, ese es el trabajo del pastor o de alguien asignado por el
pastor. Su trabajo como testigo, es invitar y traer a otros a la Iglesia, y luego
durante la adoración y ministración de la Palabra, estar en oración por la salvación
de su invitado. No intente hacer el trabajo del pastor. No intente hacer la obra del
Espíritu Santo de traer condenación o convicción de pecado. Haga solamente lo
que el Señor desea que usted haga y eso es testificar de la gracia salvadora de
salvación en su vida. Así que, distribuya literatura de la Iglesia. Anime a otros a
tener un estudio bíblico. Sea un pescador de hombres y mujeres y tráigalos. El
Señor sacará lo bueno de lo malo (Mateo 13:47-48). No es nuestra
responsabilidad hacer la clasificación. La predicación de la Palabra sacará a
aquellos que creerán para salvación y a aquellos que dudarán y se perderán.
Dios no le ha llamado para ser un chismoso, para propagar rumores y para traer
malas noticias. Usted está ahora ungido para traer las buenas nuevas. Dígalas a
todos cuando se abra una puerta de oportunidad. Nunca se avergüence del
Evangelio de Jesús Mesías, porque éste es el poder de Dios para salvación
(Romanos 1:16). Levántese, defienda la fe de Jesús. Levántelo en alabanza y
adoración. Rechace el odio hacia los apóstatas que dicen que Jesús fue
solamente un hombre, que Él es una de tres personas divinas, o que Él fue un
falso profeta que ahora está en el infierno. Usted es salvo ahora y usted vivirá por
siempre para reinar con Jesús. Su eternidad no iniciará cuando Jesús venga
nuevamente, ésta inició en el momento en que usted fue salvo. Haga la afirmación
de fe y no mire hacia atrás al mundo de pecado. Deje que el Señor lo use como un
ganador de almas, éste es el más grande de todos los dones.
La oración es comunicación con Dios. Dios espera que todos los días usted venga
a Él en oración. Él espera todo el día y toda la semana para que nosotros
vengamos y tengamos comunión con Él. En la oración usted está tocando la
puerta del cielo o acercándose al trono de misericordia. Ore al Señor por todos sus
asuntos. La oración es sumisión al Señor. Cuando una persona se somete al
Señor, el diablo inmediatamente huye de ella. Si usted quiere que el diablo
retroceda y deje de atormentar su mente cayendo rendido, inicie su oración con
adoración y alabanza. De al Señor acción de gracias por su misericordia y su
gracia. Deje que su corazón y su mente hallen palabras aceptables para adorar al
Señor. Cuando su tiempo de adoración haya terminado, espere silenciosa y
pacientemente por la voz silenciosa de su Dios que habla a su alma y a su mente.
Haga sus peticiones y su ruego al final de su sesión de oración. Si usted necesita
reprender en el nombre de Jesús alguna obra del enemigo o alguna prueba o
aflicción, hágalo preferiblemente después de haber adorado.
Por medio de su oración, usted verá milagros y verá como suceden actos
especiales del Señor Jesús. Usted verá sus necesidades y las de otros suplidas.
Usted experimentará las bendiciones del Señor. Cualquier cosa que pida en
oración que no sea pecaminosa o no conduzca al pecado o que le cause a usted o
a alguien más perderse, es buena pedirla en oración. Cuando usted ora, tiene fe y
cree que el Señor traerá toda cosa buena a su posesión. "Pero sin fe es imposible
agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay,
y que es galardonador de los que le buscan" (Hebreos 11:6).
Esto no quiere decir que se una a cierta elite o se mantenga distanciado. Quiere
decir solamente, que debe reconocer que sus anteriores amigos no van en la
misma dirección que usted. Usted está ahora dedicado al Señor.
Cuando usted se encuentre entre los miembros de la Iglesia, no procure tener una
estrecha comunión con aquellos que sean creyentes periféricos, es decir, que un
día están en la Iglesia y al siguiente día están afuera; un día están en la montaña
del triunfo, pero luego bajan al precipicio durante meses. Ese tipo de personas
nunca obtiene la victoria completa y declaran que no saben si van a alcanzar el
cielo. Ellos son inestables, y como tal, podrán aun ser sus amigos, pero no son
modelos espirituales convenientes, o gente cuyo consejo deba hacer el modelo de
su vida de fe.
Sea amable con los demás sin importar su nivel espiritual de fe. Usted necesita
comunión y compañeros de oración que amen al Señor. Si usted tiene amigos que
le arrastran al diablo, piensan el mal y que siembran discordia en su mente y
corazón sobre la Iglesia u otros, entonces usted se convertirá en una persona
rencorosa. Usted retará a su fe, a su salvación, y dudará de la salvación de otros.
¡NO LO HAGA! No corra con ellos al error. Dígales que el Señor ha puesto en su
corazón un deseo de asociarse con aquellos que viven una vida victoriosa y esa
es la influencia que usted quiere de la comunión con otros en su caminar con Dios.
Si sus amigos no desean seguir a Jesús, entonces debe abandonarlos para estar
en comunión con la Iglesia. Que sus amigos sean los hijos e hijas de Dios. Que
éstos se conviertan en su nueva familia.
1.) Para predicar el Evangelio para que los pecadores puedan ser salvos; 2.) Para
desarrollar las funciones de la salvación de fe como es demandada por los
ministros; 3.) Para establecer una familia de creyentes en la Iglesia y enseñarles
las doctrinas de nuestra fe y práctica; 4.) Para instruir y preparar a los creyentes
para ser ganadores de almas; 5.) Para mantener en la asamblea la justicia de
Jesús Mesías predicando sobre muchos temas y tópicos, todos los cuales son
para el propósito de desarrollar nuestra fe como la de Jesús, los apóstoles, y los
primeros convertidos a la Iglesia.
La confusión es un truco del diablo para hacer que una persona no sepa lo que
cree, o algunas veces no sepa a quién creer. Cuando el diablo confundió a Eva
prometiéndole que no moriría, ella se inclinó hacia su propio entendimiento y pecó.
Muchos permanecen en el pecado, y no identifican al pecado en alguno de sus
hábitos o en alguna de sus conductas, porque están confundidos sobre lo que el
Señor demanda de ellos. Un punto que siempre debe ser la regla de fe en estas
instancias, es que una persona NUNCA debería renunciar a la Iglesia porque está
confundida o porque está teniendo problemas por no entender si algo es o no,
pecado. Esto es lo que el diablo quiere. El diablo usará cualquier invento que
necesite usar, para trabajar en todos los convertidos que son salvos, a fin de
alejarlos de la Iglesia.
Ahora mismo, haga un voto de asistir a la Iglesia sin importar cómo se sienta
respecto a algo. Ya que sería un pecado romper ese voto, usted librará a su alma
de muchos trucos y trampas del diablo. Si el pastor o ministro predica sobre algo
en lo que usted no está claro, no tome esto como un ataque personal contra usted.
Por supuesto, si usted está siendo terco y no acepta la verdad, el Señor puede
enviarle una reprensión. Pero de otra forma, el Señor está llamándolo y si usted
rechaza esto, su corazón se endurecerá y ninguna cantidad de predicación o
enseñanza suavizará un corazón insensible.
¡Nunca deje la Iglesia! Usted ha llegado tan lejos en su viaje como para llegar a
ser un cobarde. Jesús dijo que debíamos perseverar hasta el mismo fin (Mateo
24:13). ¡Una persona que está perseverando, es una persona que NO HA
RENUNCIADO! Mantenga sus ojos en Jesús y no en otros. Nunca permita que
alguien, sin importar su amistad, le persuada de que una parte de su fe es
estúpida, loca, esclavitud, legalismo, opresión, sectaria o errada.
Llénese de Escritura bíblica para sustentar lo que cree y practica como su fe. Si
usted rechaza las Escrituras, entonces no importará la cantidad de personas que
intenten convencerle sobre la realidad de algún pecado. No viva su vida de fe en
sus propios sentimientos o creencias personales, debe vivir su vida ahora, basada
en la misma Palabra de Dios. Si usted vive por las Escrituras, entonces no hay
razones para que sus oraciones deban ser entorpecidas y no hay razón por qué,
usted no pueda experimentar las grandes profundidades y riquezas del Espíritu
Santo.
Si usted se encuentra con antiguos amigos con quienes participó del pecado,
dígales inmediatamente que usted ahora es SALVO y vive para el Señor. No
permita que ninguna persona le saque del poder de la sangre de Jesús, por
antiguas relaciones o antiguos pecados por la vía de la reminiscencia. Pensar en
los tiempos antiguos cuando se estaba en pecado, conjurará la lujuria de la carne
y creará una batalla contra emociones que fueron puestas bajo la sangre de
Jesús. Simplemente dígale a los antiguos amigos que no desea hablar de su
antiguo yo, ya que esa persona murió y fue sepultada en el bautismo y levantada
como una nueva creación en Jesús Mesías (Romanos 6:4). No mantenga
compañía con cualquiera que usted sienta o sepa que le hará pecar. Siga a Jesús
desde ahora en adelante, hasta que Él regrese por su Iglesia. Usted es libre y
usted está perdonado. Regocíjese en su libertad y no vuelva a la condenación de
la esclavitud de algún pecado pasado.
Una vez que una persona se ha arrepentido, desde ese momento en adelante ella
tiene derecho a regocijarse, danzar y adorar en alabanza delante del Señor. Los
ángeles en el cielo, se regocijan cuando un pecador se arrepiente (Lucas 15:7). Lo
que estaba perdido se ha arrepentido y ha llegado a casa para ser parte de la
familia. El hijo (o hija) pródigo ha llegado a casa. Es tiempo para hacer fiesta y
celebrar la llegada a casa de los pecadores. Nos regocijamos en la Iglesia no
solamente porque sentimos una bendición, sino porque como un grupo colectivo
de pecadores que han llegado a casa, estamos celebrando nuestra libertad y
nuestra acción de gracias al Señor, que nos ha permitido llegar a casa,
sacándonos de las porquerizas del pecado.
No todo el que asiste a una Iglesia es piadoso. Hay simuladores y falsos. Algunos
vienen como espías o por alguna otra razón. Ellos no aman al Señor y no son
amigos de la Iglesia. Algunos son hacedores de problemas y se sientan en las
bancas para ver a quién pueden usar para crear o iniciar un conflicto. Algunos
actuarán como si fueran parte de la Iglesia, pero siempre parecerán estar en
contradicción con ella. Evite a éstos. Ellos tienen dobles caras. Con una cara
actúan como miembros de la Iglesia y con su segunda cara están contra la Iglesia.
No se preocupe por éstos que parecen ser algo, pero que en su adoración y en su
vida piadosa no son nada. Éstos se identifican porque siempre parecen encontrar
alguna forma pública para discrepar contra el pastor. Estos usualmente se
identificarán también porque siempre están echando abajo a otros, a la Iglesia o a
la fe de la Iglesia. Estos individuos son presumidos y la mayoría con frecuencia
nunca tiene la salvación del bautismo del Espíritu. Usted puede ser un santo de
Dios, 100% real, si no tiene comunión con ellos o sigue esos caminos torcidos.
Éstos son un obstáculo para los nuevos convertidos y muchas veces van directo
hacia los visitantes y hacia aquellos que desean ser salvos, usurpando el oficio del
pastor, diciendo a otros lo que deberían hacer o no, cuando ni siquiera ellos
obedecen a la fe. Cuando usted vea a una persona o personas semejantes
amontonadas sobre una visita o sobre algún nuevo miembro de la Iglesia, vaya y
dígale al pastor. Mediante su vida, usted puede tocar a muchos para que sean
salvos y puede ayudar a proteger a aquellos que buscan la salvación, de ser
ofendidos por adversarios que asisten a la Iglesia. Sea usted siempre verdadero
para Dios, sin importar lo que otros puedan hacer. Si usted hace esto, usted es un
sincero amante hijo o hija de Dios.
Aquellos que se convierten al cristianismo no practican el guardar la ley del día del
Sábado. Igual aquellos que pretenden observarla, no lo hacen según las
Escrituras. Por ejemplo, ellos no matan a aquellos que quebrantan el sábado, por
consiguiente ellos no observan la completa ley del sábado. No nos abstenemos de
comer ciertos tipos de comidas. En el Nuevo Pacto, juzgar a otros sobre el día
sábado y sobre el comer ciertos alimentos ha sido prohibido (Col. 2:6). El libro de
Hebreos fue escrito mientras el antiguo templo aún estaba en pie. Esto nos da una
vívida prueba de que la Iglesia del Nuevo Testamento no era una Iglesia que
guardaba la Ley. Pablo dijo a los Gálatas muy claramente que si alguien intenta
ser justificado por la ley, se separa de Jesús Mesías y cae de la gracia (Gálatas
5:4). El Reino de Dios no es un reino de la Ley, por consiguiente ningún convertido
o persona salva tiene alguna obligación de volver a pasar por el Antiguo
Testamento, para intentar vivir como los judíos de los tiempos antiguos. Usted es
salvo ahora y en Jesús Mesías fue redimido de la maldición de la Ley, por lo tanto
no puede romper una ley que fue abolida y cancelada (Gálatas 3:13).
¡Amado, viva en paz y siga al Señor Jesús Mesías (Cristo), nuestro Rey!