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Consejos Para los Nuevos Creyentes (Ahora que Usted es Salvo)

Por Cohen Gary Reckart

Esta es una amonestación para que los nuevos miembros de la Iglesia se


fortalezcan en la Fe 

I. Salvación

Hebreo=Yesha; ser hecho libre o seguro, ser rescatado en el sentido de ser


liberado de la destrucción, maldad, daño, o eterna condenación.

Griego=Sozo; estar protegido bajo divina seguridad, en el sentido de exención de


la futura ira de Dios sobre pecadores e impíos.

#1. La salvación es a través de Jesús solamente (Juan 8:24, Hechos 2:21).

#2. La salvación añade a una persona en la Iglesia del Nuevo Testamento


(Hechos 2:47).

#3. La salvación es por gracia por medio de la fe (Efesios 2:8, Hechos 2:38). No es
por las obras de la Ley (Gá. 2:16).

#4. La salvación es un sello de invisible protección que marca la exención de su


alma del lago de fuego, el cual es la futura ira venidera de Dios (Ro. 5:9, Ef. 1:13).

#5. La salvación es la presente promesa de una futura recompensa eterna (Ap.


21:24).

#6. La salvación es el acto inicial de la redención, llamando al creyente a una


nueva vida de santificación y santidad para cumplir la gracia y propósito de Dios
(Ro. 10:9, 2 Ti. 1:9).

#7. El plan de salvación que es por gracia por medio de la fe para todas las
naciones, se encuentra en Hechos 2:38.

II. Algunos consejos 

¡Alabe al Señor! Usted cree que Jesús murió por sus pecados en el Calvario, fue
sepultado, y resucitó por el dominio todopoderoso de Dios. Después que oyó el
Evangelio de salvación fue remordido en su corazón y se arrepintió de su rechazo
a Jesús y de su vida de pecado. En una profesión de su fe y deseante de la gracia
de Dios, fue bautizado en el maravilloso nombre de Jesús Mesías para el perdón o
el lavamiento de sus pecados por la sangre de Jesús. En evidencia que se
convirtió de su vida de pecado, Dios le dio como testimonio personal, el sello y
bautismo del Espíritu Santo según Hechos 2:4. Usted ahora es un miembro fiel de
la Iglesia que enseña el pleno Evangelio de salvación por gracia por medio de la fe
según Hechos 2:38. ¡Bienvenido a la familia de Dios!

Usted ahora ha comenzado a vivir la más grande vida que alguna vez se pudiera
vivir. Posee la garantía de que su nombre está inscrito en el cielo en el Libro de la
Vida del Cordero. El santo Espíritu de Dios ahora habita en usted. Su cuerpo es
ahora templo de la Divina Presencia. El diablo ha sido derrotado en su vida. Su
pasado ha sido colocado bajo la sangre de Jesús por toda la eternidad. Está en
pie ante el mundo y ante los santos ángeles de Dios sin condena. Ha recibido el
perdón. Ha sido salvado de toda la futura ira de Dios que viene súbitamente sobre
el impío en el juicio final. Dios ha hecho grandes cosas por usted e INCLUSO
PUEDE SER MEJOR.

Su nueva mente de fe le asegurará futuras bendiciones sobre usted, su familia,


sus amigos, y aquellos a quien ama. Se ha convertido en una nueva creación en
Jesucristo. ¡Qué persona maravillosa y bella llegará a ser! Ha renunciado al reino
de las tinieblas para ser trasladado por la sangre de Jesús al Reino de la Luz.
Usted se convertirá en un cristiano, no en palabra o en nombre, ¡sino en VIDA!
Vivirá como Cristiano. Será el ejemplo de un cristiano. Usted ha decidido tomar su
cruz y sufrir cualquier prueba que venga en su camino, para seguir a Jesús. Se ha
convertido en un hijo o una hija de Dios.

Ahora es tiempo de aprender las verdades de la Palabra de Dios para que así su
fe permanezca fuerte. Necesita colocar tanto de la Palabra de Dios en su corazón
como pueda, y así no pecará contra el Señor. Usted anhela crecer en su nueva
vida de fe y así no quiere ser desencaminado por falsos maestros o por alguien
que no esté predicando las correctas doctrinas de fe y prácticas del Nuevo
Testamento. El Señor Jesús no quiere que un nuevo convertido sea engañado por
el error o por falsas enseñanzas. Estos males iniciaron en el tiempo de vida de los
Apóstoles y continúan hoy. Cada año alguien trata de convencer al mundo de sus
errores y falsas doctrinas. Una regla de fe es, que SI LOS APÓSTOLES NO LO
PREDICARON Y NO ESTÁ REGISTRADO COMO UNA ENSEÑANZA
ESPECÍFICA EN LAS ESCRITURAS DEL NUEVO TESTAMENTO, NO LO
CREA.

Los nuevos convertidos y aquellos que son salvos, enfrentan grandes peligros
para su fe en los primeros días y meses de su nueva vida. El diablo atacó a Jesús
inmediatamente después de su bautismo y el diablo está justo allí después del
bautismo y salvación de una persona, para hacerle renunciar o llevarla por el mal
camino. Esa es la razón del por qué Jesús inspiró a los apóstoles y a otros
cristianos primitivos a escribir el Nuevo Testamento. Cuando no sabemos sobre
algo, nos volvemos a Jesús y a los apóstoles. Si no lo podemos hallar en el Nuevo
Testamento no lo aceptamos. El Señor Jesús sabía que el diablo atacaría a los
nuevos convertidos para engañarles si fuese posible (Mateo 24:24). Él sabía que
falsos cristos y falsos profetas se levantarían e intentarían apartar a muchos
llevándoles hacia la condenación engañándoles con mentiras, algunos usando
milagros como si estos fueran alguna prueba de que ellos son válidos mensajeros
de Dios. Estos guían a las multitudes para que sigan erróneas prácticas religiosas
o para que crean o confíen en un falso evangelio para su salvación.

Ahora que usted es salvo los únicos peligros de perderse eternamente son: 1.)
Caer y renunciar a su salvación y exención de estar protegido de la futura ira del
juicio venidero de Dios; 2.) Ser engañado por sus propias falsas interpretaciones y
teorías de fe y práctica contrarias a la fe original y práctica de los apóstoles; 3.)
Ser llevado por mal camino siguiendo los ingeniosos estratagemas y falsas
enseñanzas de alguien más en quien usted deposita su confianza pensando que
está diciéndole la verdad pero que en realidad le está engañando.

Jesús conocía estas tres amenazas que enfrentarían los nuevos creyentes. Los
apóstoles sabían de estas tres amenazas. Y estas tres áreas de peligros son
advertidas a lo largo de las Escrituras del Nuevo Testamento. El Señor no quiere
que usted vuelva a la vida de pecado y condenación eterna. Él no quiere que
usted renuncie a la salvación de su futura ira sobre el pecador y el impío. Jesús le
ama y quiere que continúe en su salvación de fe, andando por el camino hacia las
puertas de la Nueva Jerusalén. Ese es el por qué, yo estoy escribiendo este
estudio bíblico para usted. ¡Anhelo verle en el cielo!

Desde el día de su salvación en adelante, el Señor Jesús ha preparado el camino


para que su vida sea llena con bendición, victoria, paz, poder, amor, gozo, y
prosperidad financiera. Usted es un vaso de honra y un templo de bendición.
Usted ahora está en Cristo Jesús. Ahora desea vivir una vida agradable para su
Señor y Rey. Desea glorificarle en todo lo que hace de palabra y de hecho. Su
salvación de fe le ha dado una nueva vida y con esta nueva vida quiere honrar al
Señor y a su Iglesia.

Voy a escribirle algunos pensamientos y consejos básicos que le ayudarán a


permanecer fuerte en su nueva fe. Si sigue mi consejo y amonestaciones, no
fallará. Alcanzará el cielo. Escapará del lago de fuego. Estas grandes verdades
Bíblicas no pueden ser ignoradas o rechazadas. La misma salvación de su alma
depende de cómo usted estructure su vida de fe y lo que cree como el Evangelio.
Tengo dieciocho consejos para hacer fuerte su fe, y su llamamiento y elección
seguros.

III. Verdades Bíblicas Que Usted Necesita Conocer

1. La Biblia es la Palabra de Dios. 

Fue escrita por hombres inspirados por Dios. No es simplemente un libro escrito
por hombres, sino un libro escrito por hombres santos. La Biblia contiene las
Escrituras que contienen la misma Palabra de Dios. Las palabras que Dios
realmente ha hablado al hombre están registradas en estas páginas. Es a través
de estas reales palabras habladas por Dios y a través de las palabras que Dios
habló, que nosotros conocemos la mente y la voluntad de Dios para el mundo.
Estas palabras fueron escritas en pergaminos y preservadas a través de los siglos
hasta nosotros. Puede haber sutiles variaciones en la redacción de estas antiguas
palabras habladas por Dios, pero mientras el propósito de su palabra hablada
permanezca en el texto, no estamos para argüir sobre cuales palabras son
escogidas para expresar el propósito en los varios idiomas del mundo. Estos
escritos se convirtieron en los libros de la Biblia. Los libros de la Biblia contienen la
Escritura. La Escritura es enumerada en las versiones modernas para ayudar en
referencia y estudio. Lo que está escrito en la Biblia es nuestra ÚNICA autoridad
para la fe y la doctrina. Lo que debemos conocer sobre Dios y enseñar a otros
sobre Dios, DEBE proceder de estas escrituras.

Si está en la Biblia, está allí porque Dios quiso que lo conociéramos, porque eso o
algo similar puede aplicarse a usted, y por eso usted debe aceptarlas como las
ÚNICAS Sagradas Escrituras presentes en el mundo. Todos los demás supuestos
libros religiosos deben ser considerados profanos y no son dignos de ser
comparados con la Biblia o ser usados igual a la Biblia. Por consiguiente, cualquier
libro o escrito, cualquier decreto o tradición, cualquier ley de concilios o sínodos, y
cualquier tradición de ancianos judíos, sabios, o rabinos, son totalmente
rechazadas. Si debemos seguir al Dios de la Biblia, entonces debemos seguir a la
Biblia de este Dios. Si la Biblia lo enseña, usted debe creerlo como fue
interpretado por Jesús y los Apóstoles, y la Palabra de Dios debe estar sobre
todas las demás opiniones, teorías, y enseñanzas de hombres.

El Señor quiere que todo creyente lea y estudie la Biblia. Memorice tanto de la
escritura como le sea posible. Cada día usted necesita comer su porción diaria del
pan de Dios. Por ser un nuevo convertido, no es necesario que usted se convierta
en una autoridad en la doctrina y fe de la Iglesia. En cambio, lo que usted necesita
es alcanzar una fe mayor en Dios, que viene por el leer y estudiar las Escrituras.
Usted no está para probarle a alguien más que está errado o siguiendo un falso
evangelio o religión. Usted está leyendo y aprendiendo para que así usted y su
Dios se vuelvan lo mejores amigos a través de la Palabra. La Biblia le enseñará
como venir ante Dios con acción de gracias y adoración. Ésta le enseñará a usted
las riquezas ocultas que usted no conoce. El hombre interior tomará control sobre
el hombre exterior, y en la medida que lo carnal muera el alma alcanzará un nuevo
nivel en el Espíritu. Usted obtendrá sabiduría y entendimiento sobre sí mismo y
sobre los demás. Usted será capaz de elegir lo bueno y lo santo y rechazar lo
malo y lo profano. Ésta les dirá cómo comportarse y cómo ser una bendición a
otros. Usted encontrará mucha guía y liderazgo para su adoración leyendo los
Salmos de David. Cada día, cuando sea victorioso o esté en medio de una prueba
de fe, LEA SU BIBLIA. La victoria viene por medio de la oración y por leer  la Biblia
hasta que el Señor le hable a través de la Palabra. Usted debe perseverar en la fe,
que lo pasará por medio del valle y sombra de muerte, hasta ponerlo sobre un
monte de alabanza. La Biblia es el mapa de su camino y su guía de la tierra al
cielo. No permita que nadie trastorne su mapa del camino. ¡Usted podría finalizar
en el destino equivocado!

2. ¡Hay un Dios, solamente UN DIOS! 

El primer mandamiento nos prohibe a todos que NO tengamos la creencia en más


de UN DIOS. Como un nuevo convertido, usted debe dirigir toda su fe hacia este
ÚNICO DIOS. Esta es la gran verdad de la Biblia con la que otras religiones del
mundo discrepan. Pero usted DEBE adherirse a la Biblia. Marcos 12:32 dice: "Que
uno es Dios, y no hay otro fuera de Él." Deuteronomio 6:4 declara:"El Señor
nuestro Dios, el Señor UNO es." Hay solamente un Dios verdadero viviente. No
hay dos dioses, ni tres dioses, ni dos o tres personas actuando como un Dios.
Dios es uno, un uno singular, una unidad de su propia divina esencia; según sus
propias palabras habladas al Profeta Isaías: "No hay Dios sino yo. No hay Fuerte;
no conozco ninguno" (Isaías 44:8). Si el Dios de la Biblia no conoce a otro dios,
¿por qué nosotros le conoceríamos? ¿Sabemos nosotros más que Dios?

Usted debe convertirse en un creyente de UN DIOS. En los antiguos días de la


Iglesia, los creyentes que creían en un Dios fueron llamados "Monarquianos" o
"Monarquianistas". Esto quiere decir que ellos creían en un trono, en un Dios y en
un Reino de Dios. No se avergüence de declarar su fe en el único Dios de la
Biblia. No tema en rechazar todos los dioses del mundo. No dude en decir a otros
que no cree en ninguna enseñanza, doctrina, o credo que enseña que hay más de
una personalidad como Dios. ¡La Biblia dice en Gálatas 3:20 que Dios es uno! Eso
lo resuelve. Cuando usted ora, ora al único Dios. Cuando usted adora, adora al
único Dios. No se avergüence en decir a otros que cree en un único Dios. CADA
PROFETA Y SANTO DE LA BIBLIA CREÍA SOLAMENTE EN UN ÚNICO DIOS.

El único Dios de la Biblia se ha manifestado por medio de su encarnación en


Jesús Mesías (Mateo 1:23). ¡El Señor Jesús Mesías es más que un hombre, Él es
Dios y hombre! Dios mismo vino a la tierra para visitar a la humanidad a fin de
salvarnos. Nuestra salvación depende de que esto es una verdad de la Biblia. Las
Escrituras prueban que Jesús es Dios el Señor que vino a salvarnos: "Y se dirá en
aquel día; He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste
es el SEÑOR a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su
salvación" (Isaías 25:9). Cuando usted ora a Dios, está orando al Señor
Jesucristo. Jesús es Dios en su Deidad y Él es hombre por su herencia de la
simiente o carne de David (Salmos 132:11). Como Dios Él es el Padre, el cuerpo
de su carne es llamado el Hijo de Dios. No dos dioses, no dos personalidades en
Dios, sino un Dios y una personalidad que es Jesús Mesías. La Biblia enseña que
Jesús es el Dios Fuerte, el Padre eterno (Isaías 9:6). La Biblia enseña que el Hijo
de Dios es Jesús, y que Él es Dios manifestado en carne. La Biblia enseña que
Jesús vive dentro de nosotros ahora como el Espíritu de Dios o como el Santo
Espíritu (Juan 14:17-18). En Hechos 9:5, el único Dios habló a Saulo desde el
cielo cuando este gritó: "¿Quien eres tú Señor?" Ese único Dios respondió "Yo soy
Jesús a quien tú persigues." Si Saulo lo llamó SEÑOR, reconociéndolo como el
Dios del cielo, y si Jesús respondió a esa oración de Saulo, ¿quién es entonces el
verdadero Dios del cielo sino Jesús? Este es el Dios al que usted debe adorar.
Este es el Dios al que usted debe servir. Usted debe convertirse en su hijo o su
hija. Él es su gran Dios y Salvador (1 Timoteo 3:16, Tito 2:13, Apocalipsis 1:8, y
Juan 10:30).

Guárdese de Iglesias de 2 y 3 dioses 

Desde el momento en que Dios se reveló como el ÚNICO DIOS, la humanidad por
cualquier razón, ha sido fascinada por una fuerza malévola a creer que debe
haber más de un Dios. Por supuesto que sabemos cuál es esa fuerza, es el diablo.
Si la serpiente puede engañar a la humanidad haciéndole creer que hay más de
un Dios, entonces la humanidad no puede creer 100% solamente en un Dios. Este
único acto de traición hacia Dios, motivado por el diablo, trae la ira eterna de Dios.
¿Quién sino el diablo quería convertirse en un dios para que así hubiera dos
dioses? ¿Quién sino el diablo quería hacer al mundo creer que Dios el Padre es
un Dios y que hay otro dios o dioses además de Él? ¿Quién sino el diablo
desearía hacer creer a la humanidad que Dios el Padre es un Dios y que Jesús es
otro Dios, siendo dos Dioses? ¿Quién sino el diablo anhelaría robarle a Jesús ser
el Dios del Antiguo Testamento? ¿Quién sino el diablo desearía empañar a Jesús
su completa deidad como Dios manifestado en carne? Cualquier religión con
cualquier nombre, que enseñe que Jesús no es Dios, o que Jesús es un Dios
distinto del Padre, es una falsa religión. El Dios de la Biblia dijo que Él no conoce a
otro Dios. Este Dios de la Biblia es el mismo ayer, hoy y por los siglos, dando a
entender claramente que cuando Dios recorrió con su mirada a través de la
eternidad,  Él no vio la existencia de otro Dios en ningún tiempo. Por consiguiente,
no debemos recibir ninguna enseñanza o doctrina de que hay dos dioses (o
personas divinas) en el cielo.

¿Qué sobre tres dioses? ¿No enseñan algunos que hay tres Dioses? Sí, ellos
enseñan que hay tres personalidades, cada una teniendo la naturaleza de Dios,
pero que son tres actuando como un Dios en unidad. Ellos dicen que Dios no es
un uno singular sino una unidad de tres, teniendo cada uno una naturaleza de
Dios eterno, hablando en definitiva de tres Dioses. Ellos dicen que la palabra
*Dios* no describe a un Dios singular sino que es una palabra que describe la
naturaleza espiritual de tres personalidades como deidad. ¿Pero concuerda el
Dios de la Biblia con esta filosofía? ¿Nos dice el Dios de la Biblia que hay otros
dos dioses en el cielo con Él? ¡No! El único Dios de la Biblia nunca nos dice que
hay otros dioses en el cielo además del SEÑOR (Éxodo 31:14).

Cuando usted siga a Jesús Mesías su Salvador, tarde o temprano se encontrará


con un filósofo de 2 0 3 dioses (o personas). Ellos tratarán de convertirle a sus
teorías hechas por hombres. Incluso ellos intentarán usar la Biblia del único Dios
para seducirle a creer que hay otro dios o dos dioses más. No permita que le
engañen o desvíen del camino. Usted debe permanecer en la verdadera fe bíblica
de un Dios. Usted tiene el mensaje que ellos necesitan. Un binitario (alguien que
cree en dos dioses), y un trinitario (alguien que cree en tres dioses) no están
siguiendo la Biblia. Los binitarios creen que Jesús es solamente la mitad de los
dioses en el cielo. Los trinitarios creen que Jesús es solamente un tercio de los
dioses en el cielo. La verdad Bíblica es que Jesús es el ÚNICO DIOS en el cielo.
Jesús es el Padre eterno, el Hijo que nos redimió, y el Espíritu Santo que habita
dentro de nosotros. Por consiguiente confesamos al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo pero no según las tradiciones y los credos de hombres. Nuestra fe está en
la Biblia y en el Dios de la Biblia.

Jesús no es una mitad de dioses presentes en el cielo. Él no es uno de tres dioses


en el cielo. Cuando alguien trate de enseñarle esto o de convertirle a estos errores
de la filosofía humana, recuérdele que el primer mandamiento prohíbe a
cualquiera, que tenga una creencia o idea de múltiples Dioses. Dígales que la
Biblia enseña que hay solamente Un Dios. Si ellos no le creen, lo mejor es no
juzgarlos, sino orar por ellos para que sus ojos sean abiertos a la revelación de un
solo Dios. Dígales que si ellos realmente aman a Dios y están llamados a ser
salvos,  un día también confesarán y creerán en solamente un Dios. Siempre
exalte a Jesús como su Señor y Dios (Juan 20:28). Esta verdad ha sido revelada a
muchos binitarios y trinitarios que estaban siguiendo doctrinas y filosofías de
hombres, y se han convertido al único Dios de la Biblia que se les reveló como el
Señor Jesús Mesías ¡Gloria a Dios por esas conversiones!

Confiese su fe de que hay un Dios y no hay otro. Confiese su fe de que Jesús es


el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo: un Dios que se ha revelado en diferentes
manifestaciones. Crea en su corazón que Jesús es el Dios Creador venido en
carne (Juan 1:10). Usted no está equivocado y tiene la Biblia para probarlo. Usted
no tiene ninguna obligación de probar a los binitarios y trinitarios que ellos están
errados. Ellos son los que tienen la obligación de probarle que el UNICO DIOS EN
EL CIELO es una pluralidad de personas, pero ellos no pueden hacerlo. Hasta que
lo hagan, no hay obligación para nosotros de probar que los binitarios y trinitarios
están errados. Permanezca en la verdad del único Dios de la Biblia y adórele en
espíritu y en verdad.

Su fe no está solamente esperanzada en milagros, sino en las mismas cosas que


usted cree como verdad de Dios. Si alguien le ataca sobre lo que usted cree
acerca de la Unicidad de Dios, ellos no solo están atacando a una doctrina, están
atacando a su fe en la revelación del primer mandamiento. Comparta su fe en un
Dios con otros, explique cómo su fe está fundamentada sobre el primer
mandamiento y sustentada con muchas otras Escrituras bíblicas donde Dios
mismo dijo que no había otro Dios (Isaías 43:10-12). Si éstos difaman de usted
como maligno o catalogan su fe bíblica como herejía o error, no permita que esta
INTIMIDACIÓN le cause retraerse bajo la calumnia personal o el abuso a su fe. Si
éstos no pueden engañarle entonces intentarán destruirle. Pero usted es salvo
ahora, y su fe no está en los palos o piedras que los hombres lancen contra usted,
pues su fe está en el único Dios de la Biblia.

3. La Salvación por gracia por medio de la fe, fue predicada primero en


Hechos 2:38. 

Usted oirá mucho sobre Hechos 2:38 como el plan de salvación. Se podrá
imaginar por qué es tan importante. Es importante porque lo que dijo el Apóstol
Pedro en Hechos 2:38, le fue dado palabra por palabra por parte de Jesús Mesías
solo diez días antes del día de Pentecostés. Las Escrituras del Nuevo Testamento
que registran la historia de la Iglesia después del evento del día de Pentecostés,
revelan que los Apóstoles hicieron conversos a la Iglesia a judíos y a gentiles, en
consonancia con las instrucciones de Jesucristo. Ya que ningún hombre puede
cambiar las palabras de este Rey, las palabras dichas por Jesús al apóstol Pedro
y a los demás apóstoles, permanecen en completa vigencia y efecto en el Reino
de Dios hasta la segunda venida de Jesús. Si algo es cambiado, Jesús hará el
cambio. Él no ha dado a ningún hombre la autoridad de cambiar lo que Él ha
hablado y decretado como mandamientos de la Nueva Torá. Hechos 2:38
dice: "Arrepentios, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo
para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo." La salvación
por gracia por medio de la fe viene a través de:

a.) Arrepentimiento: esto es cuando una persona se acerca a la gracia de Dios


buscando misericordia por haber vivido una vida de pecado. El objeto del
arrepentimiento es obtener exención de la ira venidera de Dios, a través de la
salvación. Este corazón impactado, debe producir fe para creer que la salvación
viene solamente a través del Señor Jesús. La gracia dada a un pecador
arrepentido es el perdón. Una persona que desea ser perdonada de sus pecados
debe ser lavada por la sangre de Jesús. A continuación viene el

b.) Bautismo en agua en el nombre de Jesús Mesías: el bautismo es el acto


público de fe, confesando que Jesús es el Mesías y que por medio de su sangre
derramada en el calvario usted desea remisión (o expiación) de todos sus
pecados. La expiación es el sacrificio de Jesús y la santificación de su sangre que
limpia todo pecado y hace a una persona justa (o justificada),  que no posee más
algún castigo contra ella por causa del pecado. Somos justificados por la sangre
de Jesús (Romanos 5:9). El bautismo en agua por fe en el nombre de Jesús
Mesías produce la gracia de la expiación. El momento en que una persona es
bautizada, es el momento en que todos sus pecados son lavados por la sangre de
Jesús. Ese es el momento en que la persona es justificada por fe y ya no está más
bajo ninguna futura amenaza de juicio o condenación como un pecador;

c.) Recibir el bautismo del Espíritu Santo: Todos los actos anteriores de fe son


motivados desde el corazón, y la confesión del corazón es hecha con la boca por
medio de la oración para salvación (Romanos 10:9). La misericordia y gracia de
Dios nos han traído a la cruz. Hemos obtenido los méritos del calvario. Ahora
debemos por fe, experimentar el testimonio personal de Dios sobre nuestra
conversión. Cualquier persona puede afirmar la salvación con su boca por aceptar
cualquier religión que él o ella escoja creer, pero es Dios mismo quien certifica a
aquellos que son salvos con su propio MILAGRO del bautismo del Espíritu. El
bautismo del Espíritu Santo no es hecho por el hombre. No es galimatías
(palabras sin sentido), ni es de demonios o del diablo. Éste es el habitad interior
de la Divina Presencia en nosotros. La misma Divina Presencia que una vez llenó
el templo, ahora llena a todo convertido, cuyo cuerpo se convierte en un templo
del Señor (1 Corintios 3:16).

El bautismo del Espíritu Santo es la propia señal de Dios de que una persona es
salva y nacida de nuevo de arriba. De hecho, Jesús dijo que una persona no podía
ver o entrar al Reino de Dios sin el Bautismo del Espíritu Santo (Juan 3:3-5). El
bautismo del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas según el
Espíritu les dé que hablen, es el milagro personal de Dios, que señala al
convertido que ha recibido la completa salvación del Nuevo Testamento por gracia
por medio de la fe. Usted pudo haber oído un mensaje predicado de la Biblia que
le trajo al arrepentimiento y a la plena salvación, pero fue su fe en el cumplimiento
de la profecía de Hechos 2:38 la que le salvó por Jesús Mesías.

Ahora que usted es salvo, debe vivir una vida halagadora como un hijo o una hija
de Dios. Si usted desprecia esto, cayendo nuevamente en el pecado y la
inmoralidad, está al mismo tiempo diciendo al Señor Jesús que quite su gracia y
su misericordia de su vida. Si usted niega Hechos 2:38 y la gracia de esta
salvación y se una a otra religión que se oponga a esta conversión, está diciendo
al mismo tiempo que ya no desea vivir más una vida justificada bajo la protección
y expiación de la sangre de Jesús que fue derramada en el calvario. Cualquiera
que se aparta del plan de salvación de Hechos 2:38, blasfema contra el mismo
testimonio del Espíritu Santo. Ahora que usted es salvo, no permita que ningún
hombre o mujer le arrastre al error o herejía, diciendo que la gracia, expiación y
justificación de Hechos 2:38 es falsa. Que ningún hombre o mujer destruya su fe,
pues por ésta obtuvo la gracia de Dios para su salvación.

4. La Biblia enseña santidad interior y exterior. 

Santidad interior es la santificación del alma por la sangre de Jesús. La santidad


del corazón es manifiesta en frutos exteriores del Espíritu. Si una persona no tiene
el fruto exterior de la santidad interior, entonces ella no posee santidad en su
alma, sin importar de lo que ella se jacte. El Espíritu Santo produce su propia
santidad dentro de nosotros. En Dios no hay pecado y no hay impiedad. El Señor
no habitará en un templo sucio o impuro. Lo que el templo es por dentro y por
fuera, determina si la Divina Presencia habita allí. Que ningún hombre o mujer le
engañe con que Dios está solamente interesado en lo interior y no en lo exterior.
Aquellos que enseñan esta doctrina son libertinos que profesan una nueva
doctrina llamada la santidad del pecado. Básicamente, esa herejía enseña que los
pecados que usted hace con su corazón son impuros, pero cualquier pecado que
usted cometa con su cuerpo material exterior no es impuro. Así que, éstos creen
que cualquier santidad exterior es legalismo y esclavitud. Ellos enseñan que
cualquier cosa que sea más que esto, es obra de hombres y no tiene efecto sobre
la salvación de una persona. Esta herejía es probada falsa por muchas escrituras
del Nuevo Testamento (por ejemplo 1. Corintios 6:20), que nos enseñan que
debemos glorificar a Dios en nuestro cuerpo exterior y en nuestro espíritu interior.
Pablo dijo que el cuerpo exterior y nuestro espíritu, son ambos posesiones de
Dios.

Todos los libertinos están en contra del atavío de santidad, el cual es evidencia
externa de santificación interior. Como nuevo convertido, su fe no se basa en las
doctrinas de hombres, sino en la Palabra de Dios. Hebreos 12:14 dice: "Seguid la
paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." Ahora usted es
salvo. Ahora usted deseará vivir una vida santa. Usted es un hijo o una hija del
Señor y desea vivir en el mundo como hijo del Rey. Su nuevo nacimiento fue de
arriba y se rehúsa a volver a vivir los estilos de vida del mundo de oscuridad.
Usted vivirá como santo con su dedicación para vivir por la Palabra de Dios. La
Iglesia a donde usted asista, determinará la medida de su fe. Si usted desea vivir
la vida de un libertino, buscará una Iglesia libertina. Si desea vivir una vida santa,
buscará una Iglesia santa. Usted llegará a ser lo que predique el ministro de la
Iglesia a donde asista. Usted puede medir a cualquier pastor de una Iglesia,
observando lo que él está haciendo de su congregación. No sea arrastrado al
libertinaje. Si ya lo ha hecho, entonces confiese a Jesús que usted fue seducido y
engañado y que desea la reconciliación de su cuerpo y de su espíritu. El Señor
Jesús le renovará un corazón limpio. Él le dará fuerza para vivir una vida santa,
bella y agradable delante de su Dios.

No se desanime si cayó en tentación y por la debilidad de la carne ha pecado.


Entre por sus puertas con acción de gracias, entre por sus atrios con alabanza.
Diga: ¡este es el día que el Señor ha hecho, me regocijaré porque Él me ha hecho
complacer! Regrese de donde haya caído. Hágalo en la casa del Señor. Traiga
una dulce ofrenda de santidad interior y exterior. Llegar a ser como Jesús es un
proceso de crecimiento. Es un caminar de fe y de gracia en todo el camino hacia
las puertas de la Nueva Jerusalén. Para llegar a ese destino usted debe ser santo
y piadoso. Esto lo puede hacer si lo desea de corazón y alma. No haga algo que
no le agrade al Señor. No vaya a ningún lugar donde tengan asociaciones
malvadas. No lea, escuche o vea algo que sea malo o impuro. No partícipe en
ninguna actividad pecaminosa o de placer impío. Examine su música, sus libros,
su literatura, su ropa, su actitud, y deshágase de todo lo que sea impío. Si hay
algo que le estorbe para ir al cielo, quítelo de su vida. La santidad de adentro y de
afuera, es remover todo lo que es impío y profano de nuestro corazón y nuestra
alma. Realce su nueva vida salva con cosas que agraden al Señor. Escuche
música piadosa e inspirada. Lea libros que sean piadosos y que incrementen o
realcen su fe. Sobre todo, exalte al Señor Jesús Mesías a lo más alto, como
resultado de haber sido salvo. Esto le mantendrá santo delante del Señor. Ahora
que usted es salvo, deseará ser un ejemplo de santidad para el mundo.

5. La Biblia enseña que el Señor Jesús tiene una Iglesia (Mateo 16:18). 

La Iglesia es ambos, el cuerpo colectivo de creyentes en Jesús por todo el mundo,


y es también el lugar de una congregación local donde estos creyentes mesiánicos
se reúnen como una asamblea en adoración. Hay sólo una Iglesia, y esta Iglesia
es el Israel de Dios. Es el Reino de Dios, porque Jesús le transfirió a ésta el Reino
Davídico. Cada asamblea cristiana apostólica, es una representación de este trono
y de este reino. Cada una de éstas que tiene el protocolo apostólico mediante la
ordenación, tiene la autoridad de hacer conversos al Reino de Dios por el uso de
Hechos 2:38. ¡Los que están dentro de este cuerpo, pueden todos llamar a Jesús
Señor, pues Él es de hecho su REY!

Los primeros convertidos a la Iglesia del Nuevo Testamento, fueron judíos de


todas las doce tribus. Pablo, en Romanos 9:27, llama a estos judíos conversos, el
remanente, como fue profetizado por Isaías. La palabra Iglesia, cuando es llevada
a su raíz en la versión griega de la Septuaginta del Antiguo Testamento, quiere
decir: “Israel reuniéndose como asamblea de adoradores delante de Dios”. Así, la
palabra Iglesia, es una palabra griega que en su primer nivel significa asamblea,
pero en su raíz hebrea designa a esta asamblea como la reunión del Israel de
Dios. Lo que está reunido es Israel. Traduzca esto al griego y lo que está reunido
es la Iglesia. La Iglesia entonces es el Israel de Dios reuniéndose en asamblea.
Así, las doce tribus que se convirtieron en el Reino de Dios, se convirtieron en el
reemplazo del antiguo Israel que se negó a unirse al remanente en conversión.
Los gentiles fueron injertados en este Israel a través de Hechos 2:38. Toda Iglesia
judía o gentil que continua este legado, es una representación de este Israel de
Dios, cuando se reúnen en comunión y adoración.

La Iglesia es identificada por medio de otras tres formas adicionales: 1.) La


interpretación de las escrituras del Antiguo Testamento y las profecías de los
profetas deben venir mediante Jesús y sus apóstoles. La verdadera Iglesia
rechaza toda autoridad de cualquier religión judía para interpretar las Escrituras en
asuntos de fe, doctrina, y práctica. 2.) Los creyentes de esta Iglesia deben ser
apostólicos en asuntos de fe, doctrina, y práctica. Esto quiere decir que la Iglesia
sigue SOLAMENTE la Doctrina de los apóstoles como está registrada en las
Escrituras del Nuevo Testamento. El efecto de esta condición de exclusividad, es
que ningún hombre o grupo de hombres puede anular algo que los apóstoles
practicaron como fe del Reino de Dios. Concilios, credos, leyes de iglesias,
decretos papales, teólogos, filósofos, sacerdotes, ministros, obispos,
organizaciones religiosas, colaboradores, NO PUEDEN en absoluto, traer otro
evangelio u otro sistema de fe religiosa para reemplazar lo que fue primero
entregado a los Santos (Judas 1:3). 3.) La primera Iglesia creía en Jesús como el
Mesías; ellos creían en la salvación por la expiación y la santificación mediante la
sangre de Jesús por gracia, por medio de la fe que está unida a Hechos 2:38
como el plan de salvación; ellos creían en el bautismo del Espíritu con el milagro
sobrenatural de hablar en lenguas (otros idiomas) según el Espíritu les daba que
hablasen; ellos creían en vivir como Cristo en una vida de santidad y de justicia. Si
una Iglesia no encaja en estos protocolos, no es una verdadera Iglesia de las
Escrituras del Nuevo Testamento.

Cada creyente debe buscar una Iglesia Cristiana Apostólica ceñida a Hechos 2:38,
a fin de unirse al Reino de Dios. Cada creyente debe unirse por membresía a una
Iglesia, donde un hombre de Dios vigile la predicación de la Palabra de Dios en
sinceridad y en verdad. Estos hombres de Dios, son los profetas de Dios de los
días postreros. Ellos le guiarán a la perfección en verdadera santidad y justicia.
Sígales así como ellos siguen a Jesús Mesías, considerando que aquellos que
están siguiendo a Jesús, se han crucificado para el mundo, para poder conducirle
a toda la verdad necesaria para que usted llegue al cielo. No salte de Iglesia en
Iglesia para ver donde encaja. Deje que el Espíritu de Dios le encaje en su
gloriosa edificación como una piedra viva (1 Pedro 2:5). Usted ahora es salvo y
debe permanecer en la Iglesia. No debe descuidar el congregarse junto con el
Israel de Dios, como es la mala costumbre de algunos. Procure estar en la Iglesia
todas las veces que se programe una reunión.

Hay algunas otras grandes verdades bíblicas en las que quiero animarle, para que
hagan parte de su fe y de su código de conducta. Cuando continúe en su nueva
vida de salvación de fe, aprenderá más y más sobre la Palabra de Dios y de cómo
ésta gobierna su espíritu y su vida. Tengo trece ítems para concluir este estudio,
que son para su edificación y su bendición espiritual.

IV. Algunos Puntos Para Vivir en Salvación 

1. Nunca olvide lo que Jesús hizo por usted cuando recibió su salvación por
gracia por medio de la fe, como se encuentra en Hechos 2:38. 

Su nombre está escrito en el Libro de la Vida del Cordero, por eso si usted
permanece en la viña, nunca debe tener temor de estar perdido. Solamente si se
separa de la vid para vivir en pecado, estará en peligro de perderse (Juan 15:6).
Todos sus pecados están lavados. ¡Si el diablo viene a recordarle su pasado,
RECUERDELE SU FUTURO! El diablo no puede condenarle por sus pecados si
usted se encuentra bajo la sangre de Jesús. Nadie puede condenarle por sus
pecados si usted se encuentra bajo la sangre de Jesús. El diablo ha sido
derrotado y ha sido expulsado de su vida. La vergüenza del pecado ha sido
conquistada por la sangre de Jesús. El Espíritu de Dios ha venido para habitar
dentro de usted, como testimonio de que usted es un hijo o una hija de Dios.

Usted es una nueva creación en Jesús Mesías. Usted posee un nuevo corazón y
mente. Usted ama las cosas de Dios y su mente ha sido renovada según las
cosas de Dios. Usted tiene derecho a regocijarse, a danzar y a gritar en su
adoración. Usted es libre, le ha sido dada libertad y ahora su corazón puede
cantar cánticos de alabanza. Nunca pierda su primer amor o su primer gozo de
salvación. Cuando usted quiera hallar una razón para adorar o para alabar a Dios,
piense de dónde el Señor lo rescató, y luego recuerde una por una las grandes
cosas que el Señor ha hecho por usted. Adore y alabe al Señor con la memoria de
su vida de fe. Si usted nunca olvida lo que Jesús Mesías ha hecho por usted,
vivirá una vida de gracias y alabanza para el Señor. Así nunca se perderá. Usted
es salvo y va a vivir una vida salva hasta que Jesús venga o usted entregue su
vida en la fe de su salvación.

2. Siempre recuerde que el Espíritu Santo dentro de usted es más grande


que cualquier problema o prueba que pueda venir contra usted. 

Su Dios es más grande que cualquier problema, cualquier enfermedad o dolencia,


cualquier invento del diablo, cualquier odio o abuso de otros, y más grande que la
tentación que pueda intentar apoderarse de usted en la debilidad de la carne.
Cuando sea probado o tentado, vuelva al poder del Espíritu Santo. Vuelva a la
oración y lea la Palabra. Preste íntima atención a la predicación de la Palabra de
Dios que le envía una forma especial de confirmación para fortalecer su fe. El
diablo no está más equiparado que las armas espirituales que usted tiene contra
él. Si permanece en la Iglesia, lleno con el Espíritu Santo, puede vivir una vida
victoriosa. En nosotros y en nuestra carne fallaremos, por eso debemos caminar
no por vista sino por fe (2 Corintios 5:7). No mire cuán grande es el problema, sino
mire cuán grande es Dios para nosotros en TODOS NUESTROS problemas.

Nunca permita que el diablo le provoque a cuestionar a Dios o su salvación.


Nunca tema al diablo. Después de que usted es salvo, podrá hollar las obras de
las tinieblas y nada le dañará. Usted es salvo, incluso en los momentos más
difíciles de su fe. Solamente cuando usted rehusa arrepentirse y rehusa continuar
en su fe, es cuando el diablo puede tomar el control de su carne para destruirle.
Lentamente usted comenzará a deslizarse y hará provisión para que el pecado
sea aceptado en su conducta. Simplemente expresará que no puede ver el valor
espiritual del vivir santo o piadoso. Gradualmente se apartará y se sumergirá en el
lugar de pecado de donde el Señor ya lo había rescatado. Faltará a la Iglesia y
luego renunciará por completo usando una excusa u otra.

Si alguien va al lago de fuego, es porque permitió que su carne le llevará allí.


Usted es salvo ahora y ha vencido el poder de sus propios pecados y el poder del
maligno. Camine y viva en la victoria de aquel poder. Jesús vive dentro de usted y
usted es un poderoso templo de la Divina Presencia de Dios. Cuando el diablo o el
mundo peleen contra usted, inclínese ante Jesús y deje que el Señor luche sus
batallas. Cuando esté abrumado por las cosas de esta vida, vaya a la Roca de su
salvación y escóndase allí hasta que pase la tormenta. Si siempre está sujeto al
Gran Pastor y obedece desde su corazón la viviente Palabra de Vida, el diablo
nunca podrá derrotarle. Usted irá al cielo.

3. Mantenga una actitud positiva hacia la Iglesia, el Ministerio, y el cuerpo de


comunión de Creyentes. 

Piense en cosas buenas y en lo que usted puede lograr para hacer de la Iglesia
una mejor Iglesia, para que su ministerio sea bendecido y para que otros
creyentes estén complacidos de ser sus amigos.

Usted no tiene derecho o autoridad para juzgar a alguien por cualquier pecado que
este haya cometido alguna vez. El juicio del pecado ha sido retenido por el Señor
Jesús. Si usted juzga a otros por sus transgresiones, entonces todo lo que usted
puso bajo la sangre de Cristo, puede ser traído nuevamente y puede ser juzgado.
Eso es a lo que se refiere: “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7:1).
No se interese por cuáles son los pecados de un pecador, pues tan pronto como
se arrepiente y es bautizado bajo las aguas de separación, usted está obligado a
poner la memoria de ellos bajo la sangre de Jesús.

Busque formas para ayudar a activar la fe en el corazón y en la mente de otros, a


fin de que vivan una vida llena del Espíritu. Persiga después el gozo y la paz y
ayude a traerlos a las vidas de otros. Renuncie a estar triste y a estar siempre
criticando lo que otros están haciendo. Sí, algunos fallarán, algunos jugarán a la
Iglesia, y algunos caerán, pero su fe está en lo porvenir, no en lo presente. Nunca
permita que los pecados de otros se conviertan en un peso sobre su propio
caminar espiritual con Dios. El Señor quiere que seamos luces en un mundo
oscuro, y que brillemos por su piedad. No ponga una cara amargada, ore hasta
que haya recibido la belleza de la salvación. No sea medio espiritual o
cascarrabias. Usted es salvo ahora y debe estar feliz por esto, a cada hora, en
todo día, en todas formas.

No importa lo que otros hagan, usted fue salvo sin importancia o influencia de
ellos, así que ¿por qué permitir que estas cosas le causen deslizarse y caer
después de la salvación? Usted es salvo ahora y debe aprender a vivir para el
Señor como Él le ha llamado a que viva, y solamente usted puede vivir esa vida
para usted. El Señor Jesús no miente. Él no dirá bien hecho, si usted no lo ha
hecho bien. Todo lo que haga de hecho o de palabra, hágalo en el nombre de
Jesús. Usted es salvo ahora y la vida QUE USTED VIVE AHORA, vívala para Dios
y no para sí mismo o para el mundo (Gálatas 2:20). ¡Regocíjese en su nueva vida!

4. Usted es ahora un hijo de Dios. 

Usted ha sido redimido. El diablo no puede azotar a los hijos o hijas de Dios. Él
podrá estar como león rugiente, pero porque todos sus dientes le han sido
quitados o porque tiene su quijada sellada. Todo lo que él puede hacer es rugir y
hacer ruidos de amenazas. ¡Usted es un ganador! ¡USTED NO NACIÓ PARA
PERDER! Como un alma ganada, ahora usted se convierte en un ALMA
GANADORA. Piense en esto, el Señor nos ha ungido para ser testigos de su
gracia salvadora. Usted puede conducir a otros a esta gracia mediante el
testimonio personal. Usted es salvo ahora y parte de su conducta salva, es ganar
a otros del reino del diablo para el Reino de Dios. Usted tiene una esperanza y fe
que otros en el mundo necesitan. Usted es como una señal de pare, que permite a
Dios traer viajeros para el camino de la vida, pues por medio de usted, ellos
podrán ver los peligros que los esperan si continúan en la dirección en la que van.
Cuando el Señor le provee con unción divina para llevarle un mensaje de
esperanza y salvación a otra persona, y Dios  abre el corazón de esa persona,
usted está en una misión divina. Todo el poder del diablo estará contra usted en
ese momento. Usted podrá sentirse apenado de hablar. Usted podrá sentir que no
está calificado para hablar sobre temas bíblicos. Pero usted puede testificar lo que
el Señor ha hecho en su vida y cómo puede haber un nuevo inicio para ellos, si le
dan a Jesús una oportunidad de entrar en sus vidas. Deje que otros sepan lo que
el Señor ha hecho por usted. Ese es su testimonio, a usted no se le exige predicar
o dar un estudio bíblico, ese es el trabajo del pastor o de alguien asignado por el
pastor. Su trabajo como testigo, es invitar y traer a otros a la Iglesia, y luego
durante la adoración y ministración de la Palabra, estar en oración por la salvación
de su invitado. No intente hacer el trabajo del pastor. No intente hacer la obra del
Espíritu Santo de traer condenación o convicción de pecado. Haga solamente lo
que el Señor desea que usted haga y eso es testificar de la gracia salvadora de
salvación en su vida. Así que, distribuya literatura de la Iglesia. Anime a otros a
tener un estudio bíblico. Sea un pescador de hombres y mujeres y tráigalos. El
Señor sacará lo bueno de lo malo (Mateo 13:47-48). No es nuestra
responsabilidad hacer la clasificación. La predicación de la Palabra sacará a
aquellos que creerán para salvación y a aquellos que dudarán y se perderán.

Dios no le ha llamado para ser un chismoso, para propagar rumores y para traer
malas noticias. Usted está ahora ungido para traer las buenas nuevas. Dígalas a
todos cuando se abra una puerta de oportunidad. Nunca se avergüence del
Evangelio de Jesús Mesías, porque éste es el poder de Dios para salvación
(Romanos 1:16). Levántese, defienda la fe de Jesús. Levántelo en alabanza y
adoración. Rechace el odio hacia los apóstatas que dicen que Jesús fue
solamente un hombre, que Él es una de tres personas divinas, o que Él fue un
falso profeta que ahora está en el infierno. Usted es salvo ahora y usted vivirá por
siempre para reinar con Jesús. Su eternidad no iniciará cuando Jesús venga
nuevamente, ésta inició en el momento en que usted fue salvo. Haga la afirmación
de fe y no mire hacia atrás al mundo de pecado. Deje que el Señor lo use como un
ganador de almas, éste es el más grande de todos los dones.

5. Desarrolle un fuerte hábito de oración. 

La oración es comunicación con Dios. Dios espera que todos los días usted venga
a Él en oración. Él espera todo el día y toda la semana para que nosotros
vengamos y tengamos comunión con Él. En la oración usted está tocando la
puerta del cielo o acercándose al trono de misericordia. Ore al Señor por todos sus
asuntos. La oración es sumisión al Señor. Cuando una persona se somete al
Señor, el diablo inmediatamente huye de ella. Si usted quiere que el diablo
retroceda y deje de atormentar su mente cayendo rendido, inicie su oración con
adoración y alabanza. De al Señor acción de gracias por su misericordia y su
gracia. Deje que su corazón y su mente hallen palabras aceptables para adorar al
Señor. Cuando su tiempo de adoración haya terminado, espere silenciosa y
pacientemente por la voz silenciosa de su Dios que habla a su alma y a su mente.
Haga sus peticiones y su ruego al final de su sesión de oración. Si usted necesita
reprender en el nombre de Jesús alguna obra del enemigo o alguna prueba o
aflicción, hágalo preferiblemente después de haber adorado.

Por medio de su oración, usted verá milagros y verá como suceden actos
especiales del Señor Jesús. Usted verá sus necesidades y las de otros suplidas.
Usted experimentará las bendiciones del Señor. Cualquier cosa que pida en
oración que no sea pecaminosa o no conduzca al pecado o que le cause a usted o
a alguien más perderse, es buena pedirla en oración. Cuando usted ora, tiene fe y
cree que el Señor traerá toda cosa buena a su posesión. "Pero sin fe es imposible
agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay,
y que es galardonador de los que le buscan" (Hebreos 11:6).

6. Asóciese con creyentes fuertes y de pensamiento espiritual. 

Esto no quiere decir que se una a cierta elite o se mantenga distanciado. Quiere
decir solamente, que debe reconocer que sus anteriores amigos no van en la
misma dirección que usted. Usted está ahora dedicado al Señor.

Cuando usted se encuentre entre los miembros de la Iglesia, no procure tener una
estrecha comunión con aquellos que sean creyentes periféricos, es decir, que un
día están en la Iglesia y al siguiente día están afuera; un día están en la montaña
del triunfo, pero luego bajan al precipicio durante meses. Ese tipo de personas
nunca obtiene la victoria completa y declaran que no saben si van a alcanzar el
cielo. Ellos son inestables, y como tal, podrán aun ser sus amigos, pero no son
modelos espirituales convenientes, o gente cuyo consejo deba hacer el modelo de
su vida de fe.

Sea amable con los demás sin importar su nivel espiritual de fe. Usted necesita
comunión y compañeros de oración que amen al Señor. Si usted tiene amigos que
le arrastran al diablo, piensan el mal y que siembran discordia en su mente y
corazón sobre la Iglesia u otros, entonces usted se convertirá en una persona
rencorosa. Usted retará a su fe, a su salvación, y dudará de la salvación de otros.
¡NO LO HAGA! No corra con ellos al error. Dígales que el Señor ha puesto en su
corazón un deseo de asociarse con aquellos que viven una vida victoriosa y esa
es la influencia que usted quiere de la comunión con otros en su caminar con Dios.
Si sus amigos no desean seguir a Jesús, entonces debe abandonarlos para estar
en comunión con la Iglesia. Que sus amigos sean los hijos e hijas de Dios. Que
éstos se conviertan en su nueva familia.

7. El Pastor está colocado en la Iglesia por varias razones: 

1.) Para predicar el Evangelio para que los pecadores puedan ser salvos; 2.) Para
desarrollar las funciones de la salvación de fe como es demandada por los
ministros; 3.) Para establecer una familia de creyentes en la Iglesia y enseñarles
las doctrinas de nuestra fe y práctica; 4.) Para instruir y preparar a los creyentes
para ser ganadores de almas; 5.) Para mantener en la asamblea la justicia de
Jesús Mesías predicando sobre muchos temas y tópicos, todos los cuales son
para el propósito de desarrollar nuestra fe como la de Jesús, los apóstoles, y los
primeros convertidos a la Iglesia.

Todos los Creyentes deben tener un pastor. El pastor es a la Iglesia lo que un


esposo es al hogar. Él es la cabeza de la congregación puesta por Dios. Él tiene la
última palabra. Sus juicios son finales. Si él está equivocado o comete error en el
juicio, el Señor lo corregirá a él, no al pueblo. Él está encargado de predicar la
verdad y nada más que la verdad. Usted debe en todo tiempo respetar al ministro.
Algunos ministros caminan mal, algunos caen, algunos son libertinos y se niegan a
avergonzarse o arrepentirse del mal que se permite bajo el nombre de libertad.
Pero por cada uno de éstos, hay diez más que defienden la verdad. Siga al pastor
mientras él siga a la Biblia y la verdad que los apóstoles predicaron. Si él
abandona éstos principios, entonces múdese a una Iglesia donde sea predicada la
verdad. A usted se le demanda salvar su alma de esta desviada generación y
algunas veces eso significa que debe cambiar de Iglesia. Si usted tiene que hacer
esto, hágalo en amor y no deje a ninguna Iglesia en guerra o en odio. Un pastor
piadoso es una fuente para ayuda y consejo. Él le ayudará a tomar decisiones
espirituales y orará con usted para que el Señor dirija sus pasos. Ame a su pastor.
Él es su líder ordenado por Dios para presentarle sin tacha delante del trono de
Jesús (2 Pedro 3:14).

8. No permita que la confusión le regrese al pecado. 

La confusión es un truco del diablo para hacer que una persona no sepa lo que
cree, o algunas veces no sepa a quién creer. Cuando el diablo confundió a Eva
prometiéndole que no moriría, ella se inclinó hacia su propio entendimiento y pecó.
Muchos permanecen en el pecado, y no identifican al pecado en alguno de sus
hábitos o en alguna de sus conductas, porque están confundidos sobre lo que el
Señor demanda de ellos. Un punto que siempre debe ser la regla de fe en estas
instancias, es que una persona NUNCA debería renunciar a la Iglesia porque está
confundida o porque está teniendo problemas por no entender si algo es o no,
pecado. Esto es lo que el diablo quiere. El diablo usará cualquier invento que
necesite usar, para trabajar en todos los convertidos que son salvos, a fin de
alejarlos de la Iglesia.

Ahora mismo, haga un voto de asistir a la Iglesia sin importar cómo se sienta
respecto a algo. Ya que sería un pecado romper ese voto, usted librará a su alma
de muchos trucos y trampas del diablo. Si el pastor o ministro predica sobre algo
en lo que usted no está claro, no tome esto como un ataque personal contra usted.
Por supuesto, si usted está siendo terco y no acepta la verdad, el Señor puede
enviarle una reprensión. Pero de otra forma, el Señor está llamándolo y si usted
rechaza esto, su corazón se endurecerá y ninguna cantidad de predicación o
enseñanza suavizará un corazón insensible.

¡Nunca deje la Iglesia! Usted ha llegado tan lejos en su viaje como para llegar a
ser un cobarde. Jesús dijo que debíamos perseverar hasta el mismo fin (Mateo
24:13). ¡Una persona que está perseverando, es una persona que NO HA
RENUNCIADO! Mantenga sus ojos en Jesús y no en otros. Nunca permita que
alguien, sin importar su amistad, le persuada de que una parte de su fe es
estúpida, loca, esclavitud, legalismo, opresión, sectaria o errada.

Llénese de Escritura bíblica para sustentar lo que cree y practica como su fe. Si
usted rechaza las Escrituras, entonces no importará la cantidad de personas que
intenten convencerle sobre la realidad de algún pecado. No viva su vida de fe en
sus propios sentimientos o creencias personales, debe vivir su vida ahora, basada
en la misma Palabra de Dios. Si usted vive por las Escrituras, entonces no hay
razones para que sus oraciones deban ser entorpecidas y no hay razón por qué,
usted no pueda experimentar las grandes profundidades y riquezas del Espíritu
Santo.

Termine toda confusión siguiendo la fe y prácticas de la Iglesia, hasta que el Señor


le muestre la verdad sobre cualquier tema o asunto. Cuando el Señor le muestra
una verdad es para que esta se convierta en su fe. No errará o irá errado
siguiendo la santidad y la justicia que es enseñada por el pastor. Si usted muestra
esta humildad y amor hacia el Señor su Dios, entonces Él lo conducirá por la
senda de justicia por la que debe caminar.

9. Usted es libre y perdonado. 

Ya he mencionado esto pero quiero repetirlo. No permita que el diablo le arrastre a


su pasado para condenarle, cuando no había aceptado la sangre de Cristo. No
permita que otros que puedan conocer su pasado, le traigan vergüenza o
desgracia por los pecados que usted colocó bajo la sangre de Cristo, mediante el
arrepentimiento y las aguas de separación del bautismo. Olvide aquellas cosas
que quedaron atrás y esfuércese hacia la meta del supremo llamamiento en Jesús
Mesías (Filipenses 3:14). Todo el mundo sabe que cuando una persona dice:
“SOY SALVO”, que esto quiere decir que le han sido perdonados todos sus
pecados y ya su vida pasada no debe ser juzgada contra ella más. Cuando
alguien saque a colación su pasado, solo diga ¡FUÍ SALVADO! Si eso no cierra la
boca del acusador, diga nuevamente: “CUANDO JESÚS ME SALVÓ, ÉL ME
PERDONÓ Y AHORA VIVO UNA VIDA DIFERENTE.” Si esto no cierra la boca de
aquella persona, entonces retírese y termine la conversación.

Si usted se encuentra con antiguos amigos con quienes participó del pecado,
dígales inmediatamente que usted ahora es SALVO y vive para el Señor. No
permita que ninguna persona le saque del poder de la sangre de Jesús, por
antiguas relaciones o antiguos pecados por la vía de la reminiscencia. Pensar en
los tiempos antiguos cuando se estaba en pecado, conjurará la lujuria de la carne
y creará una batalla contra emociones que fueron puestas bajo la sangre de
Jesús. Simplemente dígale a los antiguos amigos que no desea hablar de su
antiguo yo, ya que esa persona murió y fue sepultada en el bautismo y levantada
como una nueva creación en Jesús Mesías (Romanos 6:4). No mantenga
compañía con cualquiera que usted sienta o sepa que le hará pecar. Siga a Jesús
desde ahora en adelante, hasta que Él regrese por su Iglesia. Usted es libre y
usted está perdonado. Regocíjese en su libertad y no vuelva a la condenación de
la esclavitud de algún pecado pasado.

10. No se avergüence ni tema pedir ayuda. 

No se avergüence ni tema pedir ayuda. Sin embargo, no pida ayuda de alguien


que esté en bancarrota espiritual. Especialmente, no pida consejos a pecadores
sobre cómo debería vivir su vida de fe. El pastor es a quien el Señor ha colocado
sobre la grey para conducirles y guiarles. Nunca confíe en otros miembros de la
Iglesia su vida o cosas privadas si desea que permanezcan secretas. Consulte
con su pastor y deje sus asuntos privados con él. Su trabajo como pastor no es
condenarle sino ayudarle a poner todos los pecados bajo la sangre de Cristo y
guiarle en el curso de la acción que deba tomar. Él orará por y con usted. Sus
batallas son las batallas de él. Cuando usted siente que no puede continuar
porque su fe ha sido dañada o destruida, su mejor amigo siempre será su pastor.

11. Adore y alabe al Señor con todo su corazón. 

Una vez que una persona se ha arrepentido, desde ese momento en adelante ella
tiene derecho a regocijarse, danzar y adorar en alabanza delante del Señor. Los
ángeles en el cielo, se regocijan cuando un pecador se arrepiente (Lucas 15:7). Lo
que estaba perdido se ha arrepentido y ha llegado a casa para ser parte de la
familia. El hijo (o hija) pródigo ha llegado a casa. Es tiempo para hacer fiesta y
celebrar la llegada a casa de los pecadores. Nos regocijamos en la Iglesia no
solamente porque sentimos una bendición, sino porque como un grupo colectivo
de pecadores que han llegado a casa, estamos celebrando nuestra libertad y
nuestra acción de gracias al Señor, que nos ha permitido llegar a casa,
sacándonos de las porquerizas del pecado.

Permanezca en el avivamiento de Dios. Entréguese a Dios. Si usted no sabe


cómo adorar, entonces observe como otros lo hacen y únase en adoración. Alabe
al Señor con sus manos, bata las palmas, levante sus manos, ondee sus manos y
de saltos de alegría. Usted brinca o salta no para obtener gozo, sino porque el
Señor ha llenado su corazón con gozo por lo que ha experimentado. Usted puede
regocijarse después del arrepentimiento y se espera que se regocije después de
pasar por las aguas de separación del bautismo. Si usted no ha recibido el
bautismo del Espíritu Santo, puede recibir este bautismo durante la oración y
adoración. No tenga temor de adorar al Señor en su gozo, porque el gozo del
Señor es su fuerza espiritual (Nehemías 8:10).

12. Guárdese de los adversarios de la Iglesia. 

No todo el que asiste a una Iglesia es piadoso. Hay simuladores y falsos. Algunos
vienen como espías o por alguna otra razón. Ellos no aman al Señor y no son
amigos de la Iglesia. Algunos son hacedores de problemas y se sientan en las
bancas para ver a quién pueden usar para crear o iniciar un conflicto. Algunos
actuarán como si fueran parte de la Iglesia, pero siempre parecerán estar en
contradicción con ella. Evite a éstos. Ellos tienen dobles caras. Con una cara
actúan como miembros de la Iglesia y con su segunda cara están contra la Iglesia.

No se preocupe por éstos que parecen ser algo, pero que en su adoración y en su
vida piadosa no son nada. Éstos se identifican porque siempre parecen encontrar
alguna forma pública para discrepar contra el pastor. Estos usualmente se
identificarán también porque siempre están echando abajo a otros, a la Iglesia o a
la fe de la Iglesia. Estos individuos son presumidos y la mayoría con frecuencia
nunca tiene la salvación del bautismo del Espíritu. Usted puede ser un santo de
Dios, 100% real, si no tiene comunión con ellos o sigue esos caminos torcidos.

Éstos son un obstáculo para los nuevos convertidos y muchas veces van directo
hacia los visitantes y hacia aquellos que desean ser salvos, usurpando el oficio del
pastor, diciendo a otros lo que deberían hacer o no, cuando ni siquiera ellos
obedecen a la fe. Cuando usted vea a una persona o personas semejantes
amontonadas sobre una visita o sobre algún nuevo miembro de la Iglesia, vaya y
dígale al pastor. Mediante su vida, usted puede tocar a muchos para que sean
salvos y puede ayudar a proteger a aquellos que buscan la salvación, de ser
ofendidos por adversarios que asisten a la Iglesia. Sea usted siempre verdadero
para Dios, sin importar lo que otros puedan hacer. Si usted hace esto, usted es un
sincero amante hijo o hija de Dios.

13.   Vive tu vida un día a la vez.  

Un día, cuando lleguemos a través de muchas tribulaciones con gran paciencia, el


Señor Jesús volverá del cielo. Usted debe mantener la segunda venida de Jesús
en perspectiva con su fe. Dígale a los demás que estén listos para la próxima
venida del Señor. SÍ, la Iglesia pasará por la tribulación pero no va a estar bajo la
ira de Dios. Está exenta de la ira de Dios por medio de la salvación. NO, no habrá
un rapto secreto antes de la tribulación. No habrá una selección secreta de
personas o un arrebatamiento como Hal Lindsey escribe en sus libros. La Iglesia
con muchos millones de creyentes pasarán por la tribulación y estaremos listos
para ver a Jesús viniendo en las nubes de gloria. No tengas miedo de la
tribulación. Advierta a todos los que puedas de ser salvos antes de que el
anticristo cierre las Iglesias. No creas todo lo que tiene lugar en Jerusalén o en
Israel como si fuera de Dios. El próximo gran milagro no es fuego del cielo o la
reconstrucción del templo, no es un templo reconstruido que Dios ya destruyó, no
es el renacimiento de un sacerdocio fariseo talmúdico, no es el nacimiento de una
vaca roja:  ES LA APARICIÓN DEL SEÑOR ¡JESÚS! Usted es salvo y este es el
día que estamos esperando. Este es el día que marca el comienzo de los mil
años. Muchos pecadores y los impíos morirán durante los siete sellos, las siete
trompetas y las siete copas. Pero la Iglesia del Señor se salvará. Sea activo en su
iglesia y trabaje mientras es de día porque la noche viene, cuando nadie podrá
trabajar. Usted es salvo y pronto entrará en la eternidad para estar por siempre
con el Señor en la Nueva Jerusalén.
14. Usted es un Creyente salvo del Nuevo Pacto. 

Usted se ha convertido al Israel de Dios. Usted es ahora salvo y no debe revertirse


nuevamente a los pecados gentiles del paganismo o adoración de ídolos. Ser
salvo por medio de la religión mesiánica de Jesús, no lo ubica bajo la ley del
Antiguo Testamento. El Evangelio enviado al mundo por Jesús, no fue la ley. Fue
salvación por gracia por medio de la fe como fue primero predicada en Hechos
2:38. Usted no está bajo un sacerdocio del Antiguo Testamento, por lo tanto no
debe seguir nada escrito por rabinos judíos de cualquier religión o secta judía.
Usted no tiene absolutamente conexión con el templo o el monte Moriah. Su
salvación vino de fuera de los muros de Jerusalén desde el Monte Calvario. Todo
lo que se había sacrificado el monte del templo, fue animales y sangre de
animales, pero sobre el Monte Calvario, el Salvador del mundo fue sacrificado y la
superficie de ese monte fue manchada con la sangre santa que salió de su frente,
de sus manos, de sus pies y de su costado, lo que lo hace el más santo.
Salgamos, pues, a Él (a Jesús), fuera del campamento (Jerusalén, saliendo del
templo) y llevemos su vituperio como parias, pero sabiendo que somos los
amados del Señor Dios (Hebreos 13:13).

Aquellos que se convierten al cristianismo no practican el guardar la ley del día del
Sábado. Igual aquellos que pretenden observarla, no lo hacen según las
Escrituras. Por ejemplo, ellos no matan a aquellos que quebrantan el sábado, por
consiguiente ellos no observan la completa ley del sábado. No nos abstenemos de
comer ciertos tipos de comidas. En el Nuevo Pacto, juzgar a otros sobre el día
sábado y sobre el comer ciertos alimentos ha sido prohibido (Col. 2:6). El libro de
Hebreos fue escrito mientras el antiguo templo aún estaba en pie. Esto nos da una
vívida prueba de que la Iglesia del Nuevo Testamento no era una Iglesia que
guardaba la Ley. Pablo dijo a los Gálatas muy claramente que si alguien intenta
ser justificado por la ley, se separa de Jesús Mesías y cae de la gracia (Gálatas
5:4). El Reino de Dios no es un reino de la Ley, por consiguiente ningún convertido
o persona salva tiene alguna obligación de volver a pasar por el Antiguo
Testamento, para intentar vivir como los judíos de los tiempos antiguos. Usted es
salvo ahora y en Jesús Mesías fue redimido de la maldición de la Ley, por lo tanto
no puede romper una ley que fue abolida y cancelada (Gálatas 3:13).

¡Amado, viva en paz y siga al Señor Jesús Mesías (Cristo), nuestro Rey!

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