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13 La representación social:
fenómenos, concepto y teoría
por DENISE JODELET
Introducción
Partiendo de la noción de representación social intentaremos presentar Antes que nada surge un núcleo central donde se cristaliza un fantasma pri-
las líneas principales de esta teoría. Pero antes, algunos ejemplos para ilus- mogenio, la cuna, las raíces de la ciudad: todo lo positivo se concentr'<l en
trar la variedad de los fenómenos con que se relaciona. los barrios del nacimiento de la urbe. Luego, una corona, hOY-Ínexistente,
el «mur des Fermiers généraux», demolido en 1859. Este último deja en la
memoria colectiva la huella de un ordenamiento social, realiz·ado por e! barón
A. De los fenómenos representativos a la noción Haussmann, que implicó el desplazamiento de las capas popul'<lres- hacia los
de representación social límites de la periferia, estableciendo una segregación humana y residencial
que aún está muy presente en las imágenes sociales del París actual. La es-
- En una situación experimental (J. C. Abric, 1971), varios grupos de tructuración urbana reposa sobre una base imaginaria y simbólica que incide
sujetos deben llevar a cabo dos tipos de tareas, precisando cada una de ellas sobre la manera con que los parisinos viven su ciudad. Esta organización
una diferente estructura de comunicación: la tarea de resolución de proble- de! espacio mediante su historia organiza la percepción de los diferentes ba-
ma reclama una estructura jerárquica y la tarea de creatividad exige una rrios en una representación socio-espacial ampliamente compartida.
estructura no jerárquica. En la experiencia que nos interesa, el simple hecho Es hacia e! norte y el este que serán rechazados los pobres y, sobre todo,
de que el experimentador haga intervenir una definición de la tarea que sea los inmigrantes de todo tipo. No se carece de imaginación para ponerles
o no congruente con su naturaleza (en este caso, provoca la idea de que la nombres despectivos. Así. vemos aparecer una nueva clase de inmigrantes:
tarea consiste en resolver un problema, cuando realmente se trata de una los «Porto-croui1les». Un neologismo espontáneo que crea una imagen, que
prueba de creatividad y viceversa), basta para afectar el nivel de rendimiento por sí solo resume toda la evolución de la inmigración y engloba en e! mis-
de los grupos y para implicar diferentes procedimientos cognitivos y diversas mo desprecio a toda la mano de obra extranjera. Esta reducción identifica
comunicaciones. Los sujetos comprenden e interpretan de manera diferente a los portugueses (designados a partir de un término genérico, inspirado en
la situación en que se encuentran y no se comportan de manera similar ante el nombre de un producto conocido, emblema de Portugal: el Porto-Cruz),
un procedimiento que se mantiene idéntico. Su rendimiento es mayor cuando y a los árobes (que en argot también son denominados «crouillas»; recordemos
su representación concuerda con el. ejergc~~b~ñ -~~anZár-LliieñQi al célebre héroe de Queneau «Crouilla-bey-sidi-mouilleminche» de Pierrot
cu~ndo- noconcuerCfíl'- con él; lOs-.'~.~Jet~s_. s~ .0Eg,~niza!1. segúfl s,u. ,represen t~ mon ami). Esta categorización de los portugueses indica que sustituyen a los
ción: de fOrma. jerárquica cuando la tarea de creatividad es. vista como reso- árabes en un cierto status social, y que se asimila a ambos en un mismo gru-
luciÓn. de problema y de' forma-ruqeiárquica -cú-añdo la't~r~a.· 'd<:resoltÍél6n po. ~ep_resentación social que condensa en una imagen cosifican te historia, re-
de problema 'es vista como tarea de creatlvldaa.Por úÍtTmo, ante una -ta~~; de y
laciones -sodales prejuicios. . .. - ,
creatividad presentada como resolución de problema, hacen intervenir pro-
cesos cognitivos adaptados a este tipo de prueba: mayor control de la produc- - Marzo de 1983. El gobierno anuncia medidas de rigor económico.
ción y menor riqueza cuantitativamente y menor originalidad cualitativa- Una de ellas moviliza especialmente la atención del público: la instauración
mente. de un carnet de cambio de divisas y la limitación del dinero que puede trans-
La representación que elabora un grupo sobre lo que debe llevar a cabo, ferirse al extranjero para las vacaciones. La opinión se divide. Aparecen di-
define objetivos y procedimientos específicos para sus miembros. Aquí descu- versas posiciones en el discurso público. Entre otras, algunos denuncian que
brimos una primera forma de representación s,o_c!al:. la.. elaboraciói1 por parte la medida constituye un atentado contra las libertades individuales, mencio-
de una coleétiV"idíld,báJo indticcióri soCiar; de una concepción de la tarea que nando a este propósito el aislamiento de los países del Este, el monopolio
no toma' en consideración la realidad de su estructura funcional. Esta repre- de la agencia soviética «Intourist», etc. Otros se congratulan de la reacción de
'sentación incide directamente sobre el comportamiento social y la organización los franceses que denotaría un cambio de mentalidad: ahora se preocupan
del grupo y llega a modificar el propio funcionamiento cognitivo. menos del «tener» que del «ser», ya que han demostrado ser menos sensi-
bles a los nuevos impuestos que a la restricción de las posibilidades de enri-
- En una encuesta sobre la imagen de París (S. Milgram, D. Jodelet, quecimiento que ofrecen las vacaciones en el extranjero. Más deseosos de
1976 l, las evaluaciones de los barrios (<<arrondissements» 1 desde un punto consumir ocio que de acumular capital, los franceses han optado por la feli-
de vista de preferencia, conocimiento, elección o rechazo residencial, del cidad presente, cosa que vale más que una promesa de herencia para la de
tipo d.e actividad y población que se obs,erva en ellos, ponen de manifiesto sus hijos en el futuro. También aquí encontramos representaciones sociales:
una división del espacio urbano, entre un núcleo y un cinturón históricos. un mismo hecho es situado y analizado dentro de dos marcos de referencia,
472 I Pensamiento y vida social 13. La representación social: fenómenos, concepto y teorra I 473
a su vez articulados a una percepción ideológica. El empleo de una contextuali- textos sociales o hist6ricos, de datos recopilados mediante procedimientos
zación histórica de tipo político o sociológico cambia el significado y la gra- codificados al análisis de los discursos institucionales o espontáneos, vemos
vedad que se presta a la medida en cuestión y produce diferentes reacciones. perfectamente que, siempre se trata de lo mismo,. A saber: una manera de
Representaciones que transmitirán los medios de comunicación social, modi- interpr~ar y de pensar nuestra r~ªl@ad cot~/.o.al1Lde_iiiii;g¡mleiito
ficando la respuesta del público según sus expectativas y deseos. social. 'correl:Úivamente,' Eí actividacrmental desplegada por individuos y
~s a fin de fijar su posici6n en relaci6n con situaciones, acontecimientos,
- Un artículo del International Herald Tribune comentaba en 1979 la objetos y comunicaciones que les conciernen, 10 social interviene ahí de va-
decisión de la Sociedad Americana de Psiquiatría de sustituir los términos rias maneras: a través del contexto concreto en que se sitúan los individuos
de «neurosis» y «neurótico» por la designación de «desórdenes» específicos. y los grupos; a través de la comunicaci6n que se establece entre ellos; a tra-
Para el periodista, el abandono de estos términos por parte de la comunidad vés de los marcos de aprehensi6n que proporciona su bagaje cultural; a través
científica repercutirá en el empleo corriente y, así, es la posición de cada de los c6digos, valores e ideologías relacionados con las posiciones y perte-
uno respecto a las personas que son calificadas de «neuróticas» la que es nencias sociales específicas, /'
cuestionada. Por sus implicaciones, esta categoría representa, cuando es em- Así pues, ,ía noci6n de / representaci6n ,social nos sitúa en el punto donde
pleada, una actitud de excusa, un acto de comprensión, un deseo de ajus- se intersectan 10 psicol6gico y lo sociaL JAn tes que nada concierne a la ma-j\ Sl
tarse a aquellas personas que no dominan completamente lo que les sucede. nera c6mo nosotros, sujetos sociales, aprehendemos los acontecimientos de O.,
y el periodista añade: decir que alguien tiene un «desorden» equivale a la la vida diaria, las caracterí'sticas de nuestro medio ambiente, las informacioóes
misma actitud que adoptamos al descubrir una avería en nuestro automóvil; que en él circulan, a las personas de nuestro entorno pr6ximo o lejano. En
ya no se trata de una excusa ni de compasión, sino de una exigencia de re- pocas palabras, el conocimiento «espontáneo», «ingenuo» que tanto interesa
paración a fin de reducir el desorden y adaptar socialmente al paciente. Cues- en la actualidad a las ciencias sociales, ese que habitualmente se denomina
tión que no carece de consecuencias para la propia estima. La sociedad concede conocimiento de sentido co/flún, o bien pensamiento natural, por oposici6n
al neurótico un lugar honorable y, en ocasiones, deseable entre el psicótico al pensamiento científico, 'Este conocimiento se constituye a partir de nues-'I
y el hombre normal, pero no reserva ese mismo sitio para aquellos que sufren . . pero tamb'len
tras expenenClas, , d e Ias 'm f '
ormaclOnes, . ,
con.:>cImIentos, y mo-¡I 1--\
,[]
de «desórdenes» debidamente especificados.
El hombre de la calle utiliza una palabra de diccionario para clasificar
delos de pensamiento qu~ r~c!bimo~ y transmitimos a trayés de l~ t~adici6n, O
la educaci6n y la comUnICaClOn SOCIal. De este modo, este conOCImIento es,
J
a los individuos. Esta palabra, que conlleva en estado latente una teoría so- en muchos aspectos, un conocimiento socialmente elaborado y compartido,
bre su naturaleza y la de sus actos, se convierte en parte integrante de nues- Bajo sus múltiples aspectos intenta dominar esencialmente nuestro entorno,
tra cultura. Representación social que esta palabra, importada del conocimien- comprender y explicar los hechos e ideas que pueblan nuestro universo de
to erudito, inyecta en el lenguaje cotidiano hasta convertirse en categoría vida o que surgen en él, actuar sobre y con otras personas, situarnos respecto
del sentido común, en instrumento para comprender al otro, para saber cómo a ellas, responder a las preguntas que nos plantea el mundo, saber lo que
conducirnos ante él e, incluso, para asignarle un lugar en la sociedad. significan los descubrimientos de la ciencia y el devenir hist6rico para la con-
ducta de nuestra, vida, etc. En otros términos, se trata de un conocimiento
práctico, Al dar sentido, dentro de un incesante movimiento social, a acon-
La noción de representación social tecimientos y actos que terminan por sernos habituales, este conocimiento
forja las evidencias de nuestra realidad consensual, participa en la construc-
En tanto que fenómenos, las representaciones sociales se presentan bajo ción social de nuestra realidad, para emplear una expresi6n de quienes 10
formas variadas, más o menos complejas. Imágenes que condensan un con- han elevado a la dignidad de objeto de una nueva sociología del conocimien-
junto de significados; sistemas de referencia que nos permiten interpretar lo t;;X,p, 1. Berger y T. Luckman, 1966),
que nos sucede, e incluso, dar un sentido a lo inesperado; categorías que sir- - En 1961, S. Moscovici considera que este mismo conocimiento constituye
ven para clasificar las circunstancias, los fenómenos y a los individuos con el eje central de una psicología del conocimiento. Producci6n mental social,
quienes tenemos algo que ver; teorías que permiten establecer hechos sobre como la ciencia, el mito, la religi6n y la ideología, se distingue de ellos, no
ellos. Y a menudo, cuando se les comprende' dentro de la realidad concreta obstante, por sus modos de elaboración y funcionamiento en sociedades ca-
de nuestra vida social, las representaciones sociales son todo ello junto. racterizadas, como la nuestra, por el pluralismo de las doctrinas y las ideas,
Pero en los ejemplos que hemos citado, pasando del laboratorio a con- el aislamiento y el esoterismo de la ciencia, la movilidad social, etc, Sus pa-
474 I Pensamiento y vida social 13, La representación social: fenómenos, concepto y teorra I 475
rentescos no van muy lejos con esos objetos parciales que son, en' psicología las representaciones, a las comunicaciones mediante las que circulan Yd a l~s \
social, las opiniones, actitudes, estereotipos e imágenes, a través de las cua- funciones a las que sirven dentro de la interacción con el mundo y los e";,~.
les los modelos conductistas reducen el conocimiento a simples disposiciones Aproximémonos un poco más a la manera cómo se abordarán estos aJe·
de respuesta (J. Fodor, 1981). tos así definidos.
El concepto de Durkheim recubría esta forma de pensamiento social sin
circunscribirlo en su especificidad. Para explicarlo era necesario establecer un
modelo que revelase los mecanismos psicológicos y sociales de su producción,
B. Elementos para acotar la noción de representación social
sus operaciones y sus funciones. La obra La psychanalyse, son image et son
public sigue siendo hasta el día de hoy la única tentativa sistemática y global De los ejemplos que ymos dado se desprenden .~os co~stataciones t : i
en este sentido, como recuerda e Herzlich (1972). banales como necesarias'For una parte, la r~~resentacl~n SOCIal se define c~n- '/
En efecto, si bien numerosos e interesantes trabajos se han inscrito en un contenido: informaCIOnes, imágenes, opmlones, a~utudes, etc. Es~e. ntO \
esta línea de preocupación, sobre todo desde hace una década, estos estudios tenido se relaciona con un objeto: un trabajo a reahzar, un acont~;lmlecia1
han concentrado su atención, dentro de investigaciones experimentales o so- . .1 P 1 otra es la representacIOn so
económico, un personaje sOCIa, etc. or a , ., su-
bre el terreno, en aspectos especifkos de las representaciones sociales, a me- de un sujeto (individuo, familia, grupo, cl~se, et.c.), en rela~l~? con ot~~ atl
nudo en respuesta a las preguntas teóricas que plantea este nuevo campo de jeto. De esta forma, la representación es trlbuta~la/de la poslclon que o p
exploración que se halla en perpetua tensión entre el polo psicológico y el los sujetos en la sociedad, la economía, la cultura.. . enta-
polo social. Sin duda, el acuerdo tiene lugar en el hecho de que debe ser )Por ello siempre debemos recordar esta pe9uen¡ l~ea: toda {1~e;icado
abordada como el producto y el proceso de una elaboración psicológica y so- ción social es representación de algo y de algulen.,_A:I,. no es e. p . 19
f
cial de lo real. Pero los fenómenos aislados, los mecanismos puestos de ma-
nifiesto se sitúan a diversos niveles que van desde lo individual hasta lo co-
lectivo, dificultando así una comprensión global del pensamiento social.
de lo real, ni e! duplicado de lo ideal, ni .Ia parte subjetiva del oblet~, S~l eS-
parte objetiva de! sujeto. Sino que \glnstItuye e! proces?, podr ebl rua busca!
., ~ _1,
S' en eI fo,ndo de toda representaclon e~ __
tablece su re1actan. ,--,--,---------------'-;- oceso S
Por otra parte, el hecho de que la representación social constituya una eata-reladén con- e mundo y con_ Jas.cesas.An~~s de ,exammar los ~r. 1-
forma de conocimiento implica el riesgo de reducirla a un acontecimiento '~ través de los cuales constituye dicha' relacIOn, aun debemos anad!r a
-se
intraindividual, donde lo social tan sólo interviene de forma secundaria. El gunas precisiones.
hecho de que se trate de una forma de pensamiento social entraña el peligro
de diluirla en fenómenos culturales o ideológicos.
Sin embargo, en este campo de investigación que se halla en plena evo- Del hecho de representación ...
lución, se obtienen resultados cuyo carácter convergente contribuye a escla-
recer, en diversas relaciones, Jos fenómenos representativos. Estos resultados tituye e! nivel ele~
El acto de representar por el que empezaremos cons . , eS
pueden alinearse dentro de un modelo teórico unitario que desarrolle e! con- mental para abordar la representación social. El acto de repre~entaclOn fJ
cepto de representación social, para la que proponemos la siguiente definición un acto de pensamiento por medio del cual un sujeto s~ relaCIona con U!1~
general: El concepto de representación social designa una forma de conoci- ¡" .objeto. Pero a este propósito resulta imposible no mencIonar las f ~e?res~¡;t5
miento específico, el saber de sentido común, cuyos contenidos manifiestan Á taciones teatral y política. Estas pueden esclarecer, de forma meta ortca,
la operación de procesos generativos y funcionales socialmente caracterizados. V características de la representación social. .' star ef'J
En sentido más amplio, designa un,a forma de pensamiel1to social. Primero por lo que respecta al acto. Representar es sustztuzr a, e 1 ele
Las representaciones sociales constituyen modalidades de pensamiento el lugar de.' En este sentido, la representación es el represent,ant~ menta o-~
práctico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del algo: objeto, persona, acontecimiento, idea, etc. ~or esta ~azo~, ~er~fl:sse 1~
entorno social, material e ideal. En tanto que tales, presentan características tación está emparentada con el símbolo, con el SIgno. Al IgU q. , so~i~
específicas a nivel de organización de los contenidos; las operaciones men- r re resentación remite a otra cosa. No existe ,n~ngun~ re~res~ntaclon
tales y la lógica. q:e no sea la de un objeto, aunque éste sea m1tlCO o lmagmatlo. te,
La caracterización social de los contenidos o de los procesos de repre-; hacer presente en la men
Por otra parte, representar es re-presentar, ., d . , me~·
sentación ha de referirse a las condiciones y a los contextos en los que surgen, en la conciencia. En este sentido, la representaclOn es la repro UCClon
476 I Pensamiento y vida social
1¡ 13. La representación social: fenómenos, concepto y teoría I 417
1
tal de otra cosa: persona, objeto, acontecimiento material o psíquico, idea, se imprime e integra mecánicamente en el espíritu. No es la reproducción
etcétera. pasiva de un exterior en un interior, concebidos como radicalmente distin-
En todos estos casos, en la representación tenemos el contenido mental
1
! tos. Como podrían hacer pensar ciertos empleos de la noción de imagen que
concreto de un acto de pensamiento que restituye simbólicamente algo ausen- la asocian a la idea de «copia conforme», especie de «sensación mental»,
te, que aproxima algo lejano. Particularidad importante que garantiza a la «átomo cognitivo». Los estudios sobre las representaciones sociales emplean
representación su aptitud para fusionar percepto y concepto y su carácter de el término imagen en un sentido totalmente diferente, ya sea como «figura»,
imagen. «conjunto figurativo», es decir, constelación de rasgos de carácter concreto,
Las metáforas teatral y política permiten avanzar en la comprensión del o bien en sus acepciones que hacen entrar en juego la intervención especi-
concepto, pues señalan aspectos fundamentales de la representación social: ficante de lo imaginario, individual o social, o de la imaginación. Además,
sus aspectos de significado, de creatividad, de autonomía. La representación en sus corrientes más recientes, la psicología cognitiva ha tenido que refle-
teatral permite que un público vea actos y escuche palabras que hacen pre- xionar sobre las distinciones que existen entre imagen y representación, y
sente algo invisible: el destino, la muerte, el amor, la incomunicabilidad; etc. considerar a la imagen como una de las especies del género representación, . ív
En la representación política, el elegido, el delegado, sustituye ante ciertas junto a las representaciones de lenguaje y de relaciones (M. Denis, 1979). V&
~ '.
instancias a quienes lo han designado (el electorado, la base, etc.). Habla en 3 / El propio concepto de represemación social fue introducido en psi- ]V
su nombre, actúa en su lugar, decide por ellos. A través de ello se autono- co1ogía social debido a las insuficiencias de los modelos clásicos, y en parti-
miza de quienes representa y dispone de un poder creativo. cular del modelo conductista, a fin de explicar nuestras interacciones signi-
La representación mental, social, conlleva igualmente este carácter signi- ficativas con el mundo (J. J. Franks, 1974). En su crítica de las nociones 5\0
ficante. No solamente restituye de modo simbólico algo ausente, sino que de imagen, opinión y actitud, S. Moscovid (1969) explica el fracaso de toda
puede sustituir lo que está presente, como indica nuestro primer ejemplo. una tradición de investigación que pretendía predecir o cambiar los compor-
Siempre significa algo para alguien (para uno mismo o para otra persona) tamientos, mediante el hecho de que la relación entre el sujeto y el objeto
y hace que aparezca algo de quien la formula, su parte de interpretación, se reducía a una relación entre un estímulo y una respuesta, y se introducía
como en el caso del actor. Debido a ello, no es simple reproducción, sino una división entre el universo exterior y el universo interior. Ahora bien,
construcción y conlleva en la comunicación una parte de autonomía y de según él, «el sujeto y el objeto no son congénitamente distintos» y «repre-
creación individual o colectiva. Con las siguientes consecuencias: sentarse algo es darse, conjunta e indiferenciadamente, el estímulo y la res-
puesta». «Este fenómeno es una característica de la interacción del sujeto y
l / E l aspecto de imagen, figurativo de la representación es inseparable del objeto, que se enfrentan modificándose mutuamente sin cesar», como
de su aspecto significante: la estructura de cada representación, dice S. Mos- dice Piaget (1968). /
covici, «aparece desdoblada, tiene dos caras tan poco disociables como el an- 4 / Esto implica que siempre haya una parte de actividad de construc-
verso y el reverso de una hoja de papel: la cara figurativa y la cara simbólica. ción y de reconstrucción en el acto de representación. «Una vez en el terreno /
figura de la percepción», continúa Piaget, «el sujeto no es el simple teatro en cuyo .~. ~
Decimos que: Representación = , 10 que significa que la represen- escenario se interpretan piezas independientes de él y reguladas de antemano ~.
sentido~ por las leyes de un equilibramiento físico automático, sino el actor y, a
tación hace que a toda figura corresponda un sentido y a todo sentido corres- menudo, incluso el autor de estas estmcturaciones que él mismo ajusta a me-
ponda una figura». Una de las personas interrogadas en una encuesta sobre dida que se desarrollam>. A fortiori, nos sentiríamos tentados a afirmar,
la representación del cuerpo (D. Jodelet, 1976) designó al sexo femenino cuando nos hallamos en el terreno de la representación, puesto que el sujeto
como «el tabernáculo sagrado de la vida», sin añadir nada más. Por esta considerado no es un organismo, sede de procesos psicobiológicos, sino un
imagen pasa todo un mundo de significados e ideas: la cavidad del útero sujeto social, ya que su actividad es tanto simbólic'<l como cognitiva. Pero
restituida por «tabernáculo», objeto indisociable· de una cultura religiosa; aquí tenemos que dar un paso más y ver cómo el estudio de las represen-
«sagrado» anuncia lo prohibido y «vida» la dedicación del sexo a la repro- taciones sociales analiza en todas sus facetas este proceso de construcción de
ducción. Todo un programa y resulta evidente que pensar en tales términos la realidad.
tendrá una incidencia sobre la vida sexual. 5 / Al decir que la representación tiene un .:arácter creativo y autóno-
I~ aI1 2 / En contra de lo planteado por ciertas teorías psicológicas clásicas, mo, no sólo nos situamos respecto al objeto. Volvamos a tomar la imagen
~ la representación no es un puro reflejo del mundo exterior, una huella que del sexo-femenino-tabernáculo-sagrado-de-la-vida. Al expresarla, nuestra entre-
lJ¡ ~ pp.-t
478 I Pensamiento y vida soclar 13. La representación social: fenómenos, concepto y teorfa I 479
vistada no s610 buscaba un buen ejemplo, sustituyendo una designaci6n la construcción psicológica y social que es una representación so~ial. Las prin-
anat6mica que le molestaba por una imagen-modelo; expresaba también su cipales son:/
propia relaci6n con la sexualidad, pero para ello utilizaba elementos descrip- ~na primera óptica se limita a la actividad puramente kognitiva] a (3)
tivos y simb6licos proporcionados. por la comunidad a la que pertenece, así través de la cual el sujeto construye su representación. La representación
como elementos normativos. El juego del simbolismo social se impone a nues- presenta dos <iimensiones. Una dimensión de contexto: el sujeto se halla en
tro sujeto, el cual, a su vez, la manipula con fines de expresi6n. En el caso situación de interacción social o ante un estímulo social y la representación
de los «Porto-crouilles», la categorizaci6n es una construcción ficticia, pero aparece entonces como un caso de la cognición social, tal como es abordada
contiene elementos que circulan en el medio cultural. En ambos casos, los por la psicología social. Una dimensión de pertenencia: siendo el sujeto un
¿
.. elementos se imponen de cierta manera e influyen sobre los comportamientos. sujeto social, hace intervenir en su elaboración ideas, valores y modelos pro-
Incluso en representaciones muy elementales tiene lugar todo un proceso venientes de su grupo de pertenencia o ideologías transmitidas dentro de la
1'" l de elaboraci?n cognitiva y simb6lica que orientará los comportamientos. Es sociedad.(Los estudios experimentales de la representación en sus relaciones
_ r en este sentldo que la noci6n de representaci6n constituye una innovaci6n con la conducta entran, en su mayoría, en esta óptica (J. C. Abric, 1971,
.U_A e~ re!~ción con los otros modelos pSicoló?icos, y~ que relaciona los procesos 1972, 1982 a y b; E. Apfelbaum, 1967; J. P. Codol, 1969, 1970 a v b;
cr' slmbohcos con las conductas. Pero a partlr de ahl, también se puede presen- C. Flament, 1971, 1979, etc.).
- rtJn segundo enfoque pone el acento sobre los aspect()s Li;nificant~
tir que las representaciones que circulan en la sociedad desempeñarán un pa-
pel, adquirirán autonomía y tendrán una eficacia específica. de la actividad representativa. Se considera que el sujeto es productor de
sentido, que expresa en su representación el sentido que da a su experiencia
En resumen, del análisis del hecho de representar se desprenden cinco en el mundo social. El carácter social de la representación se desprende de
características fundamentales de representación: la utilización de sistemas decooificaC16n e mterpretación proporcionados por la
sociedad o dela proyección de valores y aspiraciones sociales. En tal sentido;
siempre es la representación de un objeto; la representación también es considerada la expresión de una sociedad de-
tiene un carácter de imagen y la propiedad de poder intercambiar lo terminada. /
sensible y la idea, la percepción y el concepto; Cuand¿ es propia de sujetos que comparten una misma condición social
tiene un carácter simbólico y significante; o una misma experiencia social, la representación frecuentemente se relaciona
tiene un carácter constructivo; con una dinámica que hace que intervenga 10 imagiMrio. Situada en el cruce
tiene un carácter autónomo y creativo. de las coacciones sociales que pesan sobre el individuo y de los deseos o ca-
rencias que hacen eco de ellas, la representación expresa y permite trascender
También se impone otra característica de importancia. Incluso cuando sus contradicciones (c. Herzlích, 1969; M. J. Chombart de Lauwe, 1971,
· nos situamos a nivel social cero para rutalizar el acto del -sujeto que se re·
presenta o representa un objeto, laJeQresentafión siempre conlleva _. algo so-
1976' R. Kaes, 1968, 1976).
2- Una tercera corriente trata la representación como un forma de dis-
9¡f
V
,
cia!: las categorías que la estructuran y expresan, categorías tomadas de un
1mdo común de cultura (como muestran los 'ejemplos del «tabernáculo» y
del «Porto-crouille»). Estas categorí~s. ~~1J.~a~~~rí.asd:.}~1Jguaje.
curso y desprende sus características de la práctica \ iscursi de sujetos si-
tuados en la sociedad. Sus 2,ropiedades sociales provienen de la situación de
comunicación, de la perte';;encia social de los sujetos que hablan y de la fi·
nalidad de su discurso lE. Lípians~,-!?79; U. Windisch, 1978, 1982).
f-En la cuarta óptica es lalPtáctica y;;gandel sujeto la que es tomada
... a la construcción de una representación social en consideración. A9~r social inscrito en una posición o lugar social, el su-
jeto produce una representación que refleja las normas institucionales d~riva
Con anterioridad ya hemos dicho que el paso dado en estos últimos años das de su posición olas ideologías relacionadas con el lugar - que ocupa
es el que va de un concepto a una teoría. A medida- que ésta se precisa, se (M. GilIy, 1980; M. Plon, 1972). ~./
desarrollan los conocimientos y se cristaliza un campo de investigación, en J Para el quinto punto de vista, el juego de las 'iéládones1ñter r:uii3
cuyo interior se delimitan áreas específicas y se esbozan ópticas diferentes. les determina la dinámica de las representaciones. El esarro o e las in- ,
teracggnes entre las grupos mQditlSCll las representaciones que los miembros
IEstas ópticas constituyen diversas maneras de formular cómo se elabora tienen~mos, de su grupo, de los otros grupos y de sus miembros./
480 I Pensamiento y vida social i 13. La representación social: fenómenos, concepto y teoría I 481
~I
sIdo objeto de reseñas o comentarios sobre tendencias y metodologías iJ. P.
Codol, 1979; R. Farr, 1977, 1979; C. Herzlich, 1972; J. Jaspars, 1979; h. La objetivización: lo socia en Ia representac/On
.,
D. Jodelet, 1982; P. Malrieu, 1977).
~u ~esarrol~o permite aislar algunos sectores claves de aplicación: la co- / . En este proceso, la intervención de lo social se traduce en el agencia-
mumcaClón SOCIal, la difusión y asimilación de los conocimientos (W. Acker- y la forma de los conocimientos relativos al objeto de u~a represen-
~
miento
mann, 1963, 1966; P. Roqueplo, 1974; B. Schiele, 1982; P. Verges, 1982); tación, articulándose con una característica del ~e~samiento SOCIal, la pro-
el campo educativo (M. GilIy, 1980; M. Gorin, 1980; A. N. Perret-Cler- piedad de hacer concreto lo abstracto, de materiallZar la. palabra. De esta
mont, 1976); la genética de las representaciones (H. Deschamps y W. Doise,
forma, la objetivización puede definirse como una geeraclón formadora de
1975; M. J. Chombart de Lauwe, 1979); la formación en los grupos (R. Kaes,
''Í!l1agen y estrugurante.
197~; C. Vacheret, 1982); las concepciones de la salud física y mental de
la vIda psíquica y biológi~a (R. Farr, 1981; C. Herzlich, 1969; D. Jod~let, l / E l proceso de la ob;etivizaci6n. - La representación permite inter- \
1982, 198~; A. Palmonan, 1982); la percepción y la utilización del espacio
cambiar percepción y concepto. Al poner en imágenes las nociones abstractas,
(P,. E. Ba!)onet, 1980; D. Jodelet, 1982; S. Milgram y D. Jodelet, 1976; da una textura material a las ideas, hace corresponder cosas con palabras, da
Patlhous, 1979), etc.
cuerpo a esquemas conceptuales. Procedimiento tanto más necesario e? cuan-
Estos diversos enfoques y estudios de los fenómenos representativos abor-
to que, en el flujo de comunicaciones. en que. nos hallamos. sumergidos, el
dan la. doble cuestión que se halla en la base de la teoría: ¿cómo interviene
conjunto demasiado abundante de nocIOnes e Ideas se ~ol~r.lZa en estru~t~
l~ socIal, en l.a ela~oración psicológica que constituye la representación so- ras materiales. «Objetivizar es reabsorber un exceso de sIgnifIcados matenah-
clal?, ¿como IntervIene esta elaboración en lo social?
zándolos» (Moscovici, 1976).
La experiencia cotidiana nos ayuda a ello y P. Roqueplo (1974) muestra
C. Construir lo real, encarnar el pensamiento
su poder de inercia: el sentido com.ún utiliza la noci?~ de peso, de la que
existe una evidencia sensible, para Interpretar la nOClOn de masa, concepto
abstracto definido científicamente hace tres siglos y que forma parte de nues-
Al est~~iar cómo penetra en la sociedad una ciencia, el psicoanálisis, tro bagaje escolar y de nuestra cultura. De manera que la materializaci,ón
S. MO.SCOVICI puso de manifiestq dos procesos principales que explican cómo
de una noción de contornos poco precisos constituye un fenómeno comun,
lo soc~~l transforma un conocimiento en representación y cómo esta repre- como indican las representaciones de la enfermedad mental que hemos es-
sentaclOn transforma lo saciar;¡ .
tudiado en un medid rural, donde los enfermos mentales son colocados, en
. ~stos dos pr?cesos: (la objetivizaci6n y el anclaje, se refieren a la elabo- libertad en casa de los habitantes (D. Jodelet, 1984). Entre otras formula-
~aclOn y al fU?ClOnamlento de una representación social, pues muestran la
ciones de una teoría «ingenua» de la enfermedad mental, ciertas afecciones
InterdependencIa entre la actividad psicológica y 'sus condiciones sociales de
nerviosas se explican a través de un «shock», como puede ser «un temor de
ejercicio;Div.ersos autores (R. Kaes, 1968; C. Herzlich, 1972; P. Roqueplo,
guerra», y ante un acceso de nerviosidad, .se dirá: «E.s el temor ~ue tenía
1974; M. Güly, 1980; U. Windish, 1982) han presentado estos procesos, y que ha vuelto», o bien un '«shock afectiVO» y se dirá: «Su mUjer 10 ha
482 I Pensamiento y vida social
r
I 13. La representación socia:I fenómenos, concepto y teoría , 483
r
I
!
abandonado; es algo que le ha quedado en el cerebro y que se ha agriado».
Para comprender y asimilar un conocimiento científico se desarrolla un pro- ! . " » «los complejos son agresivos», «las pa:-
leza' «el inconSCiente es mqUletdo 1'. d"d e hallan en conflicto». (Las ú-
ceso similar. Al ignorar las convenciones que fijan la relación entre el len- .
tes conscientes .
e mcons.cien tes e m IVI uo . s en elementos de 1a rea l'd d
la,
guaje científico y lo real, el público considera .que el concepto constituye d l iento se convierten
guras, elementos e pensam 'd 1 f' . utilizado como si realmente
el indicador de un fenómeno atestado: el complejo de Edipo, cuando pasa al 1
referentes para e concep to. El
. mo e o Iguratlvo
d idencia: una vez cons!'de-
f ' dqUlere un status
dominio público, ya no está relacionado con una relación entre padres e hijos demarcara enomenos, a I e
d l ciencia en una rea l'd
ev I ad d e
o con su desplazamiento al nivel interpersonal, sino que se convierte en un rada como adquirido, integra los e ementos e a
signo visible, en un atributo de la persona.
sentido común/ . a conceptual no es privativa
Otro tanto sucede con la teoría psicoanalítica, a partir de la cual se cons- Esta tendencia a dotar de reahldad ~nl eSI;u~:tación sufrida por los pro-
tituye una visión del aparato psiquico.(Én el caso de un objeto complejo 'd ' P Roquep o sena a , ói
como es una teoría, la objetivización implica varias fases: del «sentl o comun». . . d 1 familiarizan el aspecto te r-
. 'fi d tologlzar los mo e os que , .
pios cien ti bcos, e on . dI' ha llevado a los ftslcos a con-
a) Selección y descontextualización de los elementos de la teoria. Las El odelo «coslsta» e atomo 1 '1
co de suque
siderar sa eleroelectrón
m es «algo» que gira
. aIre dedor de «otra cosa», e nuc eo.
informaciones que circulan sobre el psicoanálisis serán objeto de una selec-
ción en función de criterios culturales {todos los grupos no tienen un igual
acceso a las informaciones) y, sobre todo, en función de criterios normativos . d' de la objetivizac.ián._~ Aunque aislado
2/ Implieacll2'!l!.s ,del. !Jara rgma,
de una . t'fl'ca
teona cien I particular/el
, modelo de.
(tan sólo se retiene aquello que concuerda con el sistema ambiente de valo- ,,_,co • ,.
res: las prohibiciones referentes a la sexualidad ocultan los elementos de la respecto a la representacI.on , d. strueci6n seleetiv / esquematt-
la objetivización en su tnple carac,ter e. l~o~ener una grln importancia)\Por
zación estrueturante / naturali~aelO:'t~~:u r:presentaciÓnjEI propio Roqueplo
teoría relacionados con ella). Estas informaciones son separadas del campo
una parte, se lo puede g~nera]¡zar I
científico al que pertenecen, del grupo de expertos que las ha concebido y
I arización científica sigue, en tanto
son apropiadas por el público que, al proyectarlas como hechos de su propio
universo, consigue dominarlas. . demostró de forma magistral que 1·a vbu. g.. ión !Por la otra implica im-
I . fases que a o Jetlvlzac'j , d I f .
b) Formación de un "'{!!-~n-u-:-'c":"le-o--::fi:-g-u-ra-t~iv-o-~"" una estructura de imagen re- que proceso,
portantes as ml~mas desd~ el punto de vista de
prolongaCIOnes la lógica y e unClO-
producirá de manera visible una estructura conceptual. Las nociones claves
namiento del pensamiento soclal/ . I miento social a proceder
que configuran dimensiones existenciales, el «consciente» (que evoca la vo- Ó
·)' Este modelo revela la tendenCia ,de pen.sa 'f' nte/Así c. Herz1ich
luntad, lo aparente, lo realizable) y el «inconsciente» (que evoca 10 involun- Por.. medio de construcclon
., '1' d graftca v slgm Ica ,
tario, 10 oculto, lo posible) son visualizados en el núcleo a través de su po- «est1lzn a», . .] . erc.a de las concepciones de
n proceso Slml ar ac .
sición por encima y por debajo de una línea de tensión en la que se en- (1969) vuelve a encontrar u . . d . d pendientemente de los conOCl-
carnan el conflicto, la contradicción en forma de presión represiva, el «re- la salud y la enfermedad, cons.tl tUII as ~nle n oposición dos parejas, «in-
'd' U quema blpo ar artlcu a e . f a
chazo» que da lugar al «complejo». De esta forma, los conceptos teóricos mientos me lCOS. n es d d ;é te esquema interviene en orm
dividuo/salud» y «sociedad/enferme a »-/LS . del origen de la en-
se constituyen en un conjunto gráfico y coherente que permite comprenderlos . .zar las representacIOnes
de forma individual y en sus relaciones. Pero asimismo permite transformar de núcleo figuratlvo para orgam d l fermedad Las diversas agre-
el aparato psíquico en una visión compatible con otras teorías o visiones del fermedad, de los estados y condu~tas e a ¡nentes de 'Ia enfermedad, son
hombre. La ocultación de la sexualidad ha conllevado la eliminación, dentro siones del modo de vida, plantea as com~, Ud la sociedad sobre el indi-
. . niEcado' coaCClon e .
de la reconstrucción esquemática, de un elemento, esencial en la teoría, la asimiladas en un mIsmo slg. . en la intoxicación, que es percI-
libidCl .. directl1mente asociada a la sexualidad. viduo sano. Su carácter nocIvo se encarna
bida como realidad tangible;/ . d 1'- isladas por M. J. Chom-
Inconsciente
"1 I
De manera SIffi.1 ar, as rep
resentaclones e mno, a
. d d
r
entos cinematográficos, He-
'1 \. bart de Lauwe (1972) en un conjunto e ocum ran en torno a un núcleo
Esquema:
~echazo - - - _ Complejo ... . tir cÍonales se estruc tu "fi d
rarios publlcltanos e lUS u I 'b . agen coherente y mlt1 ca a
.j. /' ' d " s e a ora una 1m
Consciente bipolar. Una serie e OpOSIClOne I ,. opone a lo inauténtico, Ia
I dulto como o autentico se .
del niño, opuesto "<1 a . ' 1 condicionamiento normativo,
I . d d la Vida espontanea a
e) Naturalización: el modelo figurativo permitirá concretar, al coordi- naturaleza a a socle a , 1 a las relaciones socia es .fac _
. I
d· los seres y as cosas . .
narlos, cada uno de los elementos que se transforman en seres de natura- la comunicación uecta con f' d I En una serie de experIenCias,
ticias, guiadas por el interés y el a an e ucro.
484 I Pensamiento y vida social
13. La representación social: fenómenos, concepto y teorla I 485
esta estructura gráfica se revela como el núcleo resistente y estable de las titucion«les que dennen su función: enseñar, coordinar la vida colectiva de
repr,sent.aciones (Abríc, 1982). la clase.
e) Como ya hemos visto, la aparición del consciente y del inconsciente
/ Al analizar la lógica natural que interviene en las actividades discursivas,
en tanto que términos del núcleo ngurativo se debe a su resonancia existen-
J. B. Grize (1974) corrobora este proceso por medio de la noción de «esque- cial. Estos se hacen eco de una experiencia conflictiva íntima, en la que no
matización». Una persona que se dirige a otra utiliza los signos de la lengua
están ausentes ni la dimensión imagin«ría ni la dimensión mítica, con la ima-
para «darle a ver» su representación en una «esquematización» compuesta
gen de una lucha entre «potencias» o «fuerzas antagónicas». De esta ma-
por imágenes. Esta es construida en función de los objetivos perseguidos
nera, ciertos elementos del fondo cultural presente en el universo mental
en la comunicación. Esta subordinación de la esquematización a una finali-
de los individuos y los grupos pueden ser movilizados en la actividad de es-
dad social nos conduce a otra importante implicación del proceso de obje-
tructuración y destac«r a título de referentes ideológicos o modelos culturales.
tivización¡ ¡¡~ Los estudios sobre las representaciones sociales del grupo han puesto de ma-
b)/Este apar~ce, con la evicción dé la libido en el caso del psicoanálisis,
ninesto de ma~era parti~lar este proceso. Así, R. Kaes (1976) muestra que
como una construcción selectiva subordinada a un valor sociay Un juego de
las r~pre~e~taclones SOCiales de grupos reales, grupos corporativos o grupos
enmascaramiento y de acentuación de los elementos que constituyen el ob- de diagnostico, se estructuran en gran parte en tomo a «organizadores socio-
jeto de la representación produce una visión de este objeto marcada por una
culturales». Estos son tomados de modelos que aparecen como modelos uni-
distorsión significante. Dicho fenómeno está emparentado con lo que Piaget versales de la grupalid~d (el inodelo cristiano, con el ~po de los doce após-
(1976) definió como «pensamiento socio-céntrico», por oposición al pensa- t~le.s; el modelo hebraiCO, con la Alianza de Dios con su pueblo; el modelo
miento técnico y científico: un conocimiento elaborado para servir a las ne- c:ltico, con los Caballeros de la Mesa Redonda) que proponen formas idea-
cesidades, valores e intereses del grupo. hzadas, arquetípicas, de funcionamiento. C. Flament (1979) se ha consagrado
Este tipo de pensamiento cuyo funcionamiento evoca el de la ideología a las representaciones de las relaciones sociales en el seno de un grupo. Un
es ilustrado por el caso de la representación de la violación colectiva entre núcleo bipolar h«ce que coexistan relaciones que obedecen a un modelo fun-
los educadores callejeros (P. Robert, T. Lambert y C. Faugeron, 1974). Estos c!onal que las relaciona con las exigencias de una producción colectiva y rela-
últimos, ante tales actos que condenan y de los que son excluidos por los cIOnes que obedecen a un modelo igualitario y fraternal proveniente de la
jóvenes que tienen a su cargo, entran en contradicción con su proyecto profe- ideología polftica revolucionaría. .
sional consistente en identificarse con dichos jóvenes. Por ello construirán d) Por último, no es necesario demostrar la generalidad de la naturali-
una imagen del acto delictivo que resulte compatible con su permanencia en zación ni su importancia en contextos sociales reales. Ya se trate de relacio-
el seno del grupo. Son puestas en práctica diversas modalidades de construc- nes étnicas, interraciales o intergrupales, o bien de juicios sociales, no faltan
ción: por ejemplo, se banalizará la violación colectiva ya sea escotomiz·ando los ejemplos en que la imagen, la palabr« bastan para inmovilizar al otro
la violencia que conlleva, lo que reduce dicho acto a un caso de sexualidad en .un status de naturaleza. Esto es lo que produce la «biologizaci6n» de lo
colectiva, o bien escotomizando el acto sexual, 10 que reduce la violenci'<l SOCIal cuando transforma diferenciaciones sociales en diferencias de ser. Esto
a una forma común y aceptable. puede producir las teorías sociales cuya triste lección nos ha enseñado la
Si se pasa de la sociedad general a grupos y situaciones socialmente de- historia. Regresemos a las explicaciones de la enfermedad mental en nuestra
finidos, el modelo de construcción o de reconstrucción de la realidad permite comunidad rural donde viven los enfermos mentales. Lo que se denomina
comprender la génesis de los contenidos I;epresentaúvos. La intervención de «desequilibrio nervioso» puede ser explicado de otra manera que por medio
lo social como determinación interna de las operaciones de construcción de la de un ~<shock» ~ue constituye así la clase de enfermedad mm; inquietante-,
representación puede especificarse derivando los procesos cognitivos movili- es deCIr, por medIO de una degeneración de la sangre. Por ello, un africano
zados por las condiciones normativas o de vital interés para la colectividad cuya piel es negra será considerado menos peligroso, debido a que su sangre
o el individuo. De esta forma, el estudio de M. GilIy (1980) sobre las re- es más pura, que un magrebí, cuyo color de piel hace pensar en una san-
presentaciones que elaboran los maestros de sus alumnos revela que el juicio gre mezclada, es decir, en nervios más '<tfectados. Entre los mecanismos de
sobre los niños con quienes el maestro o el educador se halla en interacción reconstrucci6n de la violaci6n colectiva, los autores han destacado una cosi-
constante, se estructura, más allá de la diversidad de las impresiones subje- ficaci6n de la víctima, en forma de «vaginalizaci6n»: en el discurso de los edu-
tivas y particulares, alrededor de un núcleo compuesto por dos tipos de cua- cadores, la víctima pierde todos los atributos de la feminidad, no teniendo
lidades (intelectuales y de relación) que corresponden a los imperativos ins- otra existencia, para sí misma y para los demás, que a través de su vagina.
486 I Pensamiento y vida social
---- 13. La representación social: fenómenos, concepto y teorfa I 487
La estabilidad del núcleo figurativo, la materialización y la espacializa-
jeres, los I?telectuales, e~, '1 ~ al antagonismo franco-norteamericano, al
ción de sus elementos les confieren el status de marco e instrumento para . l' ex res a una relación entre los grupos sociales
(se le aSOCIa a da fucha e c aS~c~nos etc)' encarna un sistema de valores
orientar las percepciones y los juicios en una realidad construida de forma
modo de vida e os norteamer~bertad o fr~caso de la voluntad, clave para
social. y otorga sus herramientas al anclaje, segundo proceso de la represen-
tación social.
o de contra-valores (fuente del!t ' t c ) ' incluso puede convertirse
la desviación o amenaza para)'~ ~u~o~~m~~~ e : sexual liberada,
tE~;~e~~g~ ~:n~ig~~fi~:~~: so~~e r:~~i::¡~
vid
b. El anclaie: la representación en lo socia! en Ie:ternos tiene incidencia las
establecidas entre ~o~ dII'fere~te~ e!em~~t~~: ~~ ~~~e~:~:;~~~~~~nd?r~fca o cien-
Este segundo proceso le
refiere al enraizamiento social de la representa- d q e un grupo saue a practica ana
efi u 'tendencia a prestarle diferentes usuarios.r por eJemp o,
. 1 los
ción y de su objeto. En este caso, la intervención de lo social se traduce en
tí. ca, mostrara
l ' una caso los In '1 te ec t ua les en el se<Jundo
'" ¡y evidentemente,
el significado y la utilidad que les sob conferidos. Al menos asi son los dos
ricos en e pnmer , d I ' ma de valores al que se adhiera este grupo.
aspectos que han retenido con mayor frecuencia la atención, debido a la fun- esto dependerá a su vez e ~Iste I o ex resa sus contornos y su iden-
ción social de la representación que llevan aparejady En este sentido se pue¿e deCIr quefi.e grup re~resentacíón, Este aspecto de!
.Sin_c~mba~~.:~ ancI~~ i~pl~~,;~._~sE~~~!.~CUY~
__ gran importancia hll tidad a través del senudo ,que con ere adsu el punto de vista del análisis teó-
d 1 'e resulta Importante d es e . . 'f
sIdo puesta de manIfIesto pOf-tas reCIentes tnveStlgaclOnes en el campo de
proceso e anc aJ , , Al oner de manifiesto un «principio de slgnl 1-
las representaciones y de los procesos cognitivos.lÉste aspecto se refiere a la rico de una representaclOn. ,P la I'nterdependencia de los ele-
integración cognitiva del objeto representadodebtro del sistema de pensa- 'd o SOCIal se asegura
cado», provIsto
d e apoy ' . e I'ndicación fecunda para tratar
miento preexistente y a las transformaciones derivadas de este sistema, tación y constItuye una .
mentos . e una represen
' t entre los contem os e un campo de representación.
'd d
tanto de una parte como de otra. Ya no se trata, como en el caso de la ob- las relaCiones eXIsten es, ,1 d las articulaciones entre el aspecto
jetivización, de la constitución formal de un conocimiento, sino de su inserción Esta demostración perm1t: ,als ~r ~na e resentaciones y uno de los puntos
orgánica dentro de un pensamiento constituido) procesal y el aspecto tematIco ~ ~s, reP
ctos mdlvldua l y SOCIa.
7
.1
Más complejo y fundamental de lo que ha podido parecer, el proceso d} de encuentro entre sus aspe , iento de la representación
anclaje, situado en una relación dialéctica con la objetivización, articula ' stigadores este enralzam
Para numerosos m v e , . l del fenómeno represen-
las tres funciones básicas de la representación: función cognitiva de integra- 1 ti t ye un rasgo esenCIa
en la vida de os grupos cons u l t r a o una sociedad determinadas.
ción de la novedad, función de interpretación de la realidad y función de tativo, ya que explica sus lazos con una cu u
orientación de las conductas y las relaciones sociales. ..
( l' , , d l ber - Esta modalidad
El anclaje cor¡zo instrul;;:~~~~a~:~a :ep::sen~ación no sól<\ expre-
«Proteiforme», para utilizar una expresión de S. Moscovici, el proceso de
"t /
anclaje se descompone en varias modalidades que permiten comprender: permite comprend~r com? los e b" contribuyen a constituirla0 En el
1/ cómo se confiere el significado al objeto representado; 2/ cómo se utili- . san relaciones SOCIales, smo que, tam len f la ciencia en saber útil para
za la representación en tanto que sistema de interpretación del mundo so- iI 1 ' T ' ta modahda d trans orma ,,
caso de pSlcoana ISIS, es f' 1 la comprensión e interpretaclon
cia!, marco e instrumento de conducta; 3/ cómo se opera su integración den~-! todos, confiriéndole un valor unCIOna en d Alguno verá en el son-
tro de un sistema de recepción y la conversión de los elementos de este úl- ' de aquellos que nos ro ean, d
de nosotros mIsmos y l' d timidez' otro, ejecutivo e pro-
rojamiento y la cortedad: ,un comp eJo ~ d' do~ al hecho de que él en-
timo relacionados con la representación.
fesión, atribuirá la agreSIVidad de sus su or ma
/! / El ancla;e como asignación de sentido, - La jerarquía de valores carna-hl imagen d~1 pa~re,'nmediatamente después de la objetivización.
que se impone en la sociedad y sus diferentes grupos contribuye a crear, al- Este proceso tIene ugar, 1 , d l t ra a través de una «ge-
rededor del psicoanálisis y su representación, -una «red de significados» a La estructura gr~fica se convler~e ~n gu;a neCiaecp~ra ~~mprender la realidacL)
través de la cual son situadas socialmente y evaluadas como hecho socialyt\ 10 neralización funCIOnal», en te?na , e re ere tenidos por nacionalistas suizos
U, Windisch (1978), al eS,tudlar ~~~rs~s :no~igración, deduce una ar.gumen-
largo de su penetración, el psicoanálisis se ha topado, en un contexto más d
o menos hostil, con diferentes corrientes de pensamiento (político, filosófico, xenófobos sobre un r~f~rendum s la existente entre suizos y extranJeros, y
religioso, etc.), que 10 inscribirán en diversas perspectivas, Ya no es consi- tación basada en OpOSICIOnes cofmo. auténticas entidades materia-
derado como ciencia, sino como atributo de ciertos grupos (los ricos, las mu- d . ., malidad que unCIOnan como l' 1
eSVlaClOn y nor, , ' , I
les inmutables: e! IzqUIerdIsta se opone a auténtico suizo porque es, a Igua
488 I Pensamiento y Vl'd '
a socIal
13. La representación social: fenómenos, concepto y teorla I 489
que el extranjero un d '
plica por la ',esvlado; el abstencionism ' "
l' presencIa de extranjeros o, pOSlclon desviada se ex- de cada grupo de \ técnicas, toda una graduación permite actuar dependiendo
, (É , sIstema de in ter ', "etc, ,
IndIviduo y su med' pr~taclOn tIene una función d '" del estado atribuido al enfermo en tratamiento, tratándolo así como a un
Capaz de resolver 10, aSI como entre los miembros ~ medlacl?n entre el animal, un niño o un adulto. Además, si se piensa que los nervios «dominan»
en lenguaje com' y expr~sar problemas comunes e un mIsmo grupo, en una persona, no se utilizará la penalización directa: gruñir, «mostrar los
a:?ntecimientos, ~~raes::ns~~te~a ~ervirá para clasiiic:;a~si~:~a~? ,~n código, dientes», o castigar, por miedo a una respuesta violenta o maligna; en cam-
sIÍ1cará a los otros ind' 'd s ItUlr tIpOS respecto a los c 1 . In IVI UOS y los bio, se le privará de lo que le gusta o se le amenazará con recurrir a la ins-
de referencia q IVI ,uos y a los otros grupos Se ua ~s se evaluará o cla- titución hospitalaria. Cuando se considera que el cerebro de una persona es
. ue permIte c . . . conVIerte en . el único afectado, se osará dar a esta persona reprimendas, alzar la voz. La
gUlente, ini1uenci =-" omumcar en el mismo 1 ' Instrumento
ar.:.-J engua¡e y, por consi- distribución de recompensas sigue el mismo modelo: dar una «suavidad»
-pastelillo, postre, tabaco ... - cuando el cerebro está poco desarrollado;
3/ Anclaje y b' " ,
zaci' d
on e una represe
o ¡etlV¡Uctón - L
', .
l' ,
a re aClOn existe
halagar, cumplimentar, denotar su confianza cuando el «conocimiento» es
y un sistema de' ntaclOn en torno a un núcleo f n~e entre la cristali- mayor.
portamientos porInlterpretación de la realidad y de Igu.ratIvo: por una parte, El enfoque de las representaciones sociales en el marco experimental ha
, a otra d orIentacIón d 1 demostrado ampliamente el lazo que existe entre el sistema de interpretación
ta blecida con los f ,que a perfectamente ilust d e os com-
mUnidad rural quee~ ermos mentales por parte de 1:: ~ be~ la relación es- que éstas proporcionan y las conductas que guían. Abric (1976) ha diluci-
La b ', emos estudiado. a ltantes de la co- dado en particular los mecanismos que, desde este punto de vista, resultan
a servaClOn de los f
m 1d en ermos y 1 b . del juego entre la objetivización y el anclaje en situaciones experimentales
. u a as por la tradici' . ,e aga¡e de saberes '.
Imponga en tod 1 on y transmItIdas por la co . ~ experIencIas acu- en las que se hace que los sujetos se comporten de manera cooperativa o
a a comun'd d mumcaclón h competitiva según las representaciones inducidas por el experimentador,
enfermo con la di f . , l a una concepción que r 1 ' ' acen que se
de sistemas generadores. Esto nos lleva a la tercera modalidad del proceso instrumento que pro uCI;a sus
representación de la reahd~d y a cam la
1 b' r el contenido de nuestras expetlen-
de anclaje. .
das y de nuestras percepcIO~es, 1 al uede incidir sobre los modelos. de \
4 / El ancla;e como enraizamiento en el sistema de pensamiento. _ Así De esta forma, el cambiO cu t~.fi p de manera profunda las experten-
pensamiento y de conducta que mo 1 .can Como ya hemos mostrado res-
como no surge de la nada, la representación no se inscribe sobre una tabla d ' , , d las representactones. . I
rasa, sino que siempre encuentra «algo que ya había sido pensado», latente cias por me laClon e 82 la difusión de nuevas téCnIcas corpora es
o manifiesto. Los divulgadores científicos ya saben algo de ello, pues en oca- pecto al cuerpo (D, Jodelet, 19 .), h modificado profundamente la rela-
Y de nuevos modelos de pensamiento a , d las cuales lo representamos,
sionesse topan con la inercia o la resistencia de esquemas., de sistemas de re- I orÍas a parttr e
cepción.que impiden la asimilación de nuevos conocimientos. S, Moscovici ción con el cuerpo y as categ h 't'do comparar diversos discursos so-
' . t ral que a perml I . .
ha explorado las consecuencias de dicha' fricción, mostrando cómo la divulga- En una expenencla na u '1 ha visto que la expenenCla
' e años de mterva o, se ,. la
ción del psicoanálisis era considerada una amenaza en la medida en que ponía bre el cuerpo con qumc " d e hacia diferentes direCCIOnes:
en peligro el sistema de normas y de conocimiento de la colectividad" corporal se a 1 o am, . '
h 'd pliando orientan os
enfo ue vivencial y los mensaJe~ ,
m? _
'r
relación distante es sustItUida por un . q omparación con las experienCias
bidos y funcionales pierden impor.ta~C1a en c b' 'n se modifica un desinterés
A nivel individual, E, de Rosny (1981), jesuita que fue iniciado en el sa-
'ber oculto por un curandero. de Camerún, ha sido testigo de lo que repre, 1 Su conOCImiento tam le , b
dinámicas y p acenteras, 1 ar de placer conduce a a an-
senta un «shock» de este tipo, pues vivió como una lucha la integración 1
por el cuerpo 10 gl.CO ~n
b ' ló . favor de un cuerpo ug
de conocimientos que chocaban frontalmente con su visión cristiana, ya que '1' ico Actualmente se conoce menos e or-
dichos conocimientos consideran que la violencia mortal es benéfica y libe, donar un enfoque clentlfico blo °fg "1 los órganos internos ante las
g l ·d I istemas unctona es y t
radora, Tuvo que operar una auténtica ~onversióm> para llegar a «ver» la anismo, Se o VI an os s
d 1 erpo a traves e as
, d I cuales éste se hace notar y en ra
, ea
violencia, es decir, para atreverse a considerarla en e! mundo e interiorizarla partes externas e cu , re resentaciones adquieren autonomla y r _
como un hecho, en contacto con el exterior, Las I , P de pensamiento, ¿No es ese fenó-
!izan un trabajO en ~s
' 1 dos ca ectlvos
mo kh' (1895) cuando proponía que la pSICO orla
. I '
meno al que se refena ,Dur el~as representaciones se interpelan, se exc u-
El contacto entre la novedad y e! sistema de representación preexistente
se halla en el origen de dos órdenes de fenómenos, opuestos de cierta manera,
que dan a las representaciones una dualidad en ocasiones sorprendente, ..&.ti!..
social estudiase «de que manera , ? 1
T ' " de lo~o», Junto a
. di tinguen entre SI», , I
dualidad consiste en ser tanto innovadoras como rígidas, tanto movientes como
pe~'liñentes, en-~caswñeS:
y en el-seno'ae'un-iñíSmo'''sISi:ema,'Penomeí1<j al
en se fustonan o se s
y 'b) Desde otra perspectiva, la «faml lan~acI~~~;;i~nto alineándolo en
81) Esta ada 1id d de pens~nto
I I s antiguos marcos e "
qúe s, MoscoVIci serenere"con Ia' hipotes:fs Jela"«polífasia cognitiva». anclaje, hará preva ecer o., carac- \
lo ya conocido (S, M~SCOVI~I, 19 '. '~osiciones establecidas, sUbsum~
a
a) De cierta manera, la incorporación social de la nov~~d puede ser
como ¡;Clasificaci6I?-! .I~.~~~e~orl-
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estimulada por el carácter creador y autónomo de la representación social. terizada por la memona y ,e pre 0 111•
y pone en P!~tic.a.Jll.~~ª-1l!§mo~~?-;~·~--diII11ént;s-dé -'explicación que
A medida que la representación de! psicoanálisis se extiende en el campo za"'c"·~10.'~.ñ.'.e.~. -é'tiCluetaje, la d":'~9.!mni!Cc._!~~.J' P-df9..C
r· eal·g·,o" nuevo 'es"nacerJo" .própio
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492 I Pensamiento y vida social
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La representación social: fenómenos, concepto y teoría
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