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La autora Rebeca Anijovich nos habla desde la perspectiva de la evaluación formativa e insiste
que menos contenido es más profundidad ya que para poder generar un aprendizaje más
significativo y duradero se necesitan tener en cuenta varias cuestiones, una de ellas es tener
presente que todavía se sostienen prácticas de evaluar muy tradicionales que inciden en la
enseñanza y al aprendizaje. Por ello, su idea radica en resaltar la necesidad de una
comprensión profunda; Que los alumnos y las alumnas aprendan en profundidad y no se
olviden aquello que aprendieron y pueda ser utilizado en distintas situaciones y contextos.
¿A partir del enfoque que plantea la autora, qué práctica podemos diseñar para sostener las
trayectorias educativas de los estudiantes?
Si bien tenemos en cuenta que todavía existe una retroalimentación unidireccional como en la
evaluación tradicional que estaba dirigida a decirle al estudiante “esto está bien o esto está
mal”, nos encontramos con otro enfoque desde la mirada de Rebeca Anijovich, el cual nos
permite diseñar una práctica que está basada en una retroalimentación dialogada formativa
que incluye información de cómo mejorar o como hacerlo en tiempo y forma, para sostener las
trayectorias educativas de nuestros estudiantes. Con las devoluciones y sugerencias que le
damos deben analizar, formularse preguntas, relacionarlo con sus conocimientos previos, para
lograr un aprendizaje valioso y significativo.
También resaltamos la idea de dar lugar al estudiante que pueda autoevaluarse y localizar
sus propios errores y resolverlos siempre con la guía y acompañamiento del docente.
Por otro lado, los “criterios de evaluación”, los cuales responde a la pregunta ¿Qué importa
evaluar? ¿Qué importa mirar de la producción? Deben ser públicos, compartidos,
consensuados para toda la comunidad educativa. Esto nos enseña a diseñar la práctica.