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Siga estas fórmulas para que se tome bien el remedio

Comidas y bebidas con que la gente toma medicamentos y cómo los


almacena, alteran sus propiedades.
Tomarse o usar bien el medicamento que ordena el médico puede marcar la
diferencia entre un tratamiento exitoso o una complicación de la enfermedad.
El problema es que muchas personas asumen el asunto con cierto descuido o
simplemente cometen errores, por pura falta de información.
Hay que reconocer, no obstante, que la mayoría de las fórmulas que reciben los
pacientes apenas traen indicaciones mínimas, que no responden sus dudas a la
hora de la toma.
¿Dónde y cómo guardo los medicamentos? ¿Es mejor tomárselos con agua o se vale
también con gaseosa, leche y café? Si las tabletas son muy grandes y me cuesta
pasarlas, ¿las trituro? La siguiente es una selección de las preguntas que con más
frecuencia surgen en estos casos.
No disuelva en teteros
Diluir las pastillas de los bebés en el tetero tampoco es aconsejable, porque puede
cambiar el sabor de la bebida (incluso volverla desagradable); además se corre el
riesgo de que no se consuma toda la dosis.
No abra las cápsulas
Hay quien piensa que da lo mismo tomarse la cápsula entera, que abrirla y utilizar
el contenido. Esto no se recomienda, porque se altera la acción del fármaco y el
sabor puede ser desagradable.
¿Si tomo un traguito?
Mezclado con algunos medicamentos, como los antiamibianos, el alcohol puede
causar intoxicaciones; también puede potenciar negativamente los efectos de
drogas psiquiátricas y para el sistema nervioso disminuir el efecto (como ocurre
con los antibióticos). Mejor dicho: lo mejor es evitar el trago.
¿Y si es antes y después de comer?
Cuando el médico dice antes de las comidas se refiere a una hora antes de los
alimentos grandes; después de las comidas significa, cuando menos, dos horas
después de haber comido; algunos alimentos pueden contener sustancias que
modifican la acción del medicamento. Claro está que algunos remedios deben
tomarse con la comida (como algunos analgésicos y antirretrovirales), porque
pueden producir irritación gástrica.
¿Puedo triturar las pastillas?
Preferiblemente no, porque muchos fármacos están fabricados para ser liberados
poco a poco; algunos tienen recubrimientos que se dañan al partirlos o triturarlos.
Las tabletas ranuradas facilitan su fraccionamiento, pero no lo haga sin preguntarle
al médico. Si tiene dificultades para tragarlas, porque son muy grandes, cuénteselo.
¿Dónde los almaceno?
A menos que se indique otra cosa, se deben almacenar los medicamentos en un
lugar fresco (entre 8 y 25 ºC) y protegido del sol y la humedad. Si el sitio donde vive
es más caluroso, trate de mantenerlos en una caja, dentro del refrigerador.
Si la etiqueta dice que se debe mantener refrigerado (como ocurre con la insulina),
guárdelo dentro de la nevera, no en el congelador.
El baño y la cocina no son lugares adecuados para guardar remedios.
¿Qué debo mirar cuando me dan el fármaco?
Cerciórese de que tenga registro del Invima, número de lote y de que la fecha de
vencimiento esté vigente. Antes de retirarse de la farmacia verifique que lo que le
entregan sea exacto a lo que la fórmula dice en cuanto a nombre, presentación y
cantidad.
¿A qué hora es cada dosis?
Cuando el médico dice que la tome cada seis horas significa cuatro veces al día; los
mejores horarios son 11:00 a.m., 5:00 p.m., 11:00 p.m. y 5:00 a.m. Cuando dice
cada ocho horas, se refiere a tres veces al día; lo ideal es 5:00 a.m., 1:00 p.m. y 9:00
p.m. Cada doce horas son dos veces, es decir, a las 6:00 a.m. y a las 6:00 p.m. Si es
cada 24 horas, usted elige la hora, pero debe ser la misma todos los días.
¿Y si se me olvida una dosis?
Si se trata de un antibiótico puede doblar la dosis. Con otros fármacos es distinto: si
tiene un régimen de 12 o 24 horas, tómese la dosis una vez se percate del olvido; no
la doble. Debe haber, como mínimo, tres horas de espacio entre una dosis y otra.
En regímenes de 8 a 6 horas, espere la siguiente dosis. En casos especiales, como
los anticonceptivos, consuma la píldora tan pronto se acuerde, pero refuerce con
otro anticonceptivo (óvulo o condón).
Según el tipo de tableta
Convencionales, recubiertas y de liberación modificada: No las fraccione ni triture;
tómelas con abundante agua.
Ranuradas: se pueden fraccionar por la ranura para adecuarse a la dosis recetada.
Masticables: mastíquelas completas, no requieren agua.
Chupables: no deben tragarse enteras ni masticarse.
Efervescentes: dilúyalas por completo en un vaso de agua y bébalo.
Sublinguales: póngalas debajo de la lengua y espere a que se disuelvan
completamente.
Para obtener más información sobre el uso correcto de medicamentos, puede
ingresa a Medline Plus en http://bit.ly/igGBI4.
JOSÉ JULIÁN LÓPEZ G.
Para EL TIEMPO
QF MSC, profesor asociado de la Facultad de Ciencias, Departamento de Farmacia,
Universidad Nacional.

El ejercicio es gran aliado contra el cáncer, dice la OMS

La organización recomienda 150 minutos de actividad física a la semana.


Uno de cada cuatro casos de cáncer de mama y de colon podría evitarse si los
pacientes hicieran ejercicio al menos durante 150 minutos a la semana, según las
nuevas Recomendaciones Mundiales sobre Actividad Física presentadas por la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las advertencias se presentaron en el marco del Día Mundial del Cáncer.
Según los últimos datos disponibles, que corresponden a 2008, 7,6 millones de
personas murieron de cáncer, de las cuales 460.000 fueron mujeres víctimas de
cáncer de mama y 610.000 personas, por cáncer de colon.
Recientes investigaciones mostraron que de esas 7,6 millones de muertes, 3,2
millones estuvieron relacionadas con la ausencia de actividad física. De hecho, se
calcula que el 31 por ciento de la población mundial no realiza actividad física
alguna, lo que provoca que la ausencia de ejercicio sea el cuarto factor de riesgo
para contraer cáncer, después de la presión alta, el abuso del tabaco y el exceso de
glucosa en la sangre. "El cáncer se puede prevenir y evitar porque muchos de los
factores que lo provocan son conocidos, pero se hacen muy pocos esfuerzos para
controlarlo", dijo Eduardo Cazap, presidente de la Unión para el Control del Cáncer
(UICC).
Cazap agregó que cada año se detectan 12 millones de nuevos casos de cáncer, el 80
por ciento de ellos en los países en desarrollo, una cifra que se prevé que se
duplique en 2020. De estos nuevos casos, el 30 por ciento tienen origen viral y
solamente el 10 por ciento, genético. La OMS indica que los tipos de cáncer que
causan más muertes en el mundo son, en su orden, de pulmón, de mama, de
estómago, de hígado y de colon.
GINEBRA (SUIZA)
EFE

No señores: la cama no es el árbitro / Sexo con Esther

Resolver los problemas en la cama, es uno de los más grandes mitos que
existen alrededor del sexo.
Aquello de que los problemas de pareja se resuelven en la cama, es uno de los más
grandes mitos que existen alrededor del sexo.
Es más, hay quien les confiere a los polvos una condición casi mágica para zanjar
discusiones, disgustos y conflictos. Bueno, hay que reconocer que los orgasmos no
tienen nada malo; en situaciones tensas pueden ayudar a diluir malas sensaciones,
como la soledad, la tristeza y, por qué no, las ganas de ahorcar al cónyuge.
Aclaro, eso sí, que se trata de un efecto tan placentero como momentáneo, porque
si bien puede espantar de la cama la desazón, no paga deudas ni soluciona los
malos entendidos ni los conflictos, y mucho menos, el desamor.
Es claro que en la cama los hombres encuentran una manera de profundizar en la
intimidad de la pareja, y las mujeres una vía para fortalecer la confianza mutua.
Pero hay que decirlo con franqueza: el sexo en sí mismo es incapaz de remendar las
grietas de una relación que está en franca crisis.
Ojo: no me refiero a que un berrinche, el olvido de un aniversario o un mal modo
no puedan ser corregidos, en una pareja bien establecida, con un par de caricias o
un buen aquello, sobre todo si son debajo de las sábanas...
¡Es más, lo recomiendo! Esas reconciliaciones son deliciosas, afrodisíacas. Pero
hasta ahí. Y en eso quiero insistir: si entre los dos hay problemas serios, no hay
nada peor que mezclarlos con sexo. De eso no sale nada bueno. Créanme. No
olviden que en medio de las peleas se reparten culpas, y que tarde o temprano uno
de los dos acaba sintiéndose más responsable de la situación.
No es raro que, en lugar de aceptarlo y de buscar la forma de resolver el asunto de
raíz, éste opte por arrastrar melosamente al otro a la cama para ponerle punto final
a la discusión.
La contraparte, que no es tonta, aprovecha porque siente que tiene la sartén por el
mango... De ahí a que el polvo se convierta en un sistema de compensación, hay
apenas un paso. Lo que sigue es dramático: un círculo vicioso de disgusto-polvo-
disgusto-polvo... Y así hasta caer en un resentimiento y una insatisfacción
insufribles.
Así que, señores y señoras, a solucionar los problemas como toca: hablando y
mirándose a los ojos, no juntando la pelvis. Acuérdense que nada requiere un
estado de mayor equilibrio que un polvo, y que si los líos con el otro son
irreconciliables, lo primero que hay que hacer es mandarlo al sofá y, en caso
extremo, a otra casa. Hasta luego.
Esther Balac
Para EL TIEMPO

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