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Trabajando con la ira y el enojo

Thubten Chodron
Editorial Albricias
Prefacio y Capítulo 1. La mente, la emoción y el enojo. Pp. 9, 17-18

El enojo nos aqueja a todos, tanto de forma individual como a nivel nacional e
internacional. Cuando se manifiesta en la mente de incluso una sola persona, por
no hablar de un grupo o país, el mundo entero puede verse afectado, como lo
atestiguan las dos guerras mundiales del siglo pasado. A nivel individual, el enojo
puede destruir nuestras relaciones con la gente que más valoramos y mantener
nuestra mente atada en espirales de sufrimiento. En los grupos, el enojo divide a
las personas en facciones y coloca en posiciones encontradas a aquellos que
luchan por un objetivo común y benéfico. En el escenario internacional, alimenta
conflictos como los de Medio Oriente, los Balcanes y otros lugares.

Por poderoso que sea, el enojo carece de cualquier sustancia material; sin
embargo, puede afectar drásticamente nuestra vida y la de los demás. Cuando
miremos hacia el interior de nuestras mentes y corazones y entendamos mejor
esta emoción perturbadora, reconoceremos sus proyecciones poco realistas y de
esa manera no nos creeremos sus historias con tanta facilidad. Gradualmente
podremos tomar distancia de esta emoción dolorosa sin suprimirla, reprimirla o
expresarla, y la sustituiremos por estados mentales más benéficos y saludables.
De este modo, la paciencia, la tolerancia, el amor y la compasión crecerán dentro
de nosotros. El propósito de este libro es aprender las técnicas para lograrlo.

LA PERSPECTIVA BUDISTA SOBRE LA MENTE Y LAS EMOCIONES

El término mente se refiere a nuestra parte vivencial, cognitiva, intelectual,


perceptiva y sensible. Estas es de naturaleza inmaterial, mientras que nuestro
cuerpo, compuesto por átomos es material. Dentro del amplio rango de la mente
encontramos muchos tipos. Entre ellos están la conciencia de los sentidos –que es
la que percibe los objetos externos a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto y
el tacto- y la conciencia mental, la cual piensa, sueña, duerme y puede
experimentar las realizaciones espirituales.
El enojo, como todas las emociones, es un tipo de mente. Es un factor mental que
acompaña a nuestra conciencia mental conceptual. Por lo tanto puede verse
afectado, ya sea sometido o exacerbado- a nivel mental. La paciencia, el amor, la
compasión y el gozo son, de igual forma, factores mentales que acompañan a
nuestra conciencia mental, aunque no al mismo tiempo que el enojo. También
ellos pueden aumentar o disminuir a nivel mental. Por esta razón, el Buda hizo
hincapié en que nuestra mente es la fuente del sufrimiento y de la felicidad.

La palabra “mente” también puede traducirse como “corazón” como cuando se


dice “esa persona tiene un buen corazón”. Aquí podemos observar que en el el
budismo no se hace la misma distinción entre pensamiento y sentimiento que
hacemos en Occidente, donde creemos que el pensamiento es conceptual y las
emociones no lo son. De hecho en las lenguas sánscrita, pali y tibetana- en las
que se escribieron los textos budistas- no existe una palabra exacta para lo que
traducimos como “emoción”. Desde la perspectiva budista muchas emociones,
como el enojo, tienen un componente sentimiental pero son conceptuales ya que
conocen sus objetos por medio de imágenes mentales. Por ejemplo, podemos
enojarnos aun cuando la persona con la que estamos molestos no se encuentre
en la misma habitación. En ese momento no estamos percibiendo a la persona
con nuestros ojos, pero estamos pensando en ella con enojo a través de una
imagen que aparece en nuestra mente.

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