Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
—NATHAN DIAZ
Pastor de la Iglesia Evangélica Cuajimalpa (Ciudad de México)
“Es con gran entusiasmo que, recomiendo este tratado escrito por el
profesor del Seminario Reformado Latinoamericano, Isaías Godoy. Una de
las preguntas más importantes que un individuo debe hacerse es acerca de
su seguridad de salvación. Hay cuatro clases de personas en el mundo: 1. El
que es salvo y sabe que es salvo; 2. El que no es salvo y cree que es salvo.
3. El que no es salvo, sabe que no es salvo y no le importa. 4. El que es
salvo y no está seguro si es salvo. Este libro le ayudará a identificar el
grupo al que usted pertenece. Es mi deseo que académicos, pastores,
creyentes y no creyentes lean esta obra y puedan anclar su salvación en su
fe solamente en Cristo, como regalo de Dios, demostrada con su conducta y
vida de arrepentimiento.”
ISAÍAS GODOY
Publicación Independiente
Publicación Independiente
Agradecimientos ix
Prólogo xi
1 ¿HAS NACIDO DE NUEVO? 13
2 ¿VIVES POR FE O POR OBRAS? 49
3 ¿CONSIDERASTE EL COSTO? 75
4 ¿CUÁL ES EL RESULTADO DE TU 101
SALVACIÓN?
5 ¿QUÉ TAN RADIANTE ES TU 127
TESTIMONIO?
6 ¿CÓMO PUEDO VIVIR EN PUREZA? 155
7 ¿CÓMO DEBE SER UN CREYENTE 183
PIADOSO?
Bibliografía 209
Agradecimientos
En primer lugar, quiero agradecer a mi Señor y Salvador Jesucristo. Nada
de lo que soy y hago sería posible si no fuera por su gracia. Todo es por Él y
para Él.
Mi mayor deseo es que todo esto sea para la gloria y honra de nuestro Rey y
Señor Soberano Jesucristo y la edificación de su santa iglesia.
Isaías Godoy
Ciudad de México, 2020
Prólogo
La ignorancia y la negligencia han hecho del Evangelio un mensaje más
inofensivo que una plática entre niños. Las personas que escuchan este tipo
de mensaje tienen la tendencia, no solo a mecanizar en su mente una
ilusión, o una sugestión, porque sus vidas siguen exactamente como
comenzaron. Sino que se mostraron parciales, y por lo mismo, tampoco
mostraron convicción, porque se sugestionaron de algo que no supieron ni
entendieron.
Éstas son las nuevas generaciones de personas que en su mayoría
forman las iglesias de hoy. No obstante, a pesar de todo, Dios está
alcanzando aquellos que deben ser salvos por su Gracia. Que, a pesar del
mal manejo de las Escrituras de sus emisores, Dios los ha traído, a “jalones
y empujones” (Gracia Irresistible), ya que Dios sigue siendo Glorificado, a
pesar del débil y mediocre mensaje que muchos están dando.
Este libro, me ha hecho ver la profunda necesidad de comprender el
Evangelio a fondo. La forma en que está redactado es sencilla, pero
profunda. Observando cada detalle del texto original, y explicando de modo
que muchos lo entiendan y se den cuenta: ¿qué tan seguros están de su
salvación?
La forma en que es explicado el Evangelio por el propio Jesucristo a
Nicodemo nos demuestra lo limitados que somos para dar un Evangelio
eficaz y determinante. Debemos también estar capacitados para saber
explicar que ningún esfuerzo personal sirve para nada, y que solo trae más
separación con el Todopoderoso.
Este libro nos mantiene “a raya”; es decir, no nos dejará opción para
rebajar el estándar Divino. El Evangelio es gratis, pero a Dios le costó la
vida de su Único Hijo. Por tal motivo, debe ser el más alto costo para
nosotros. No solo nos manda dejarlo todo para seguirlo, (Lucas 5: 28) Sino
que nos manda aborrecer el pecado y todo aquello que nos ha estorbado
para seguirlo. Debemos comprender profundamente lo que Cristo hizo por
nosotros. Y es en estas líneas que entenderemos la superficialidad de lo que
hemos recibido, y lo mediocre que han sido nuestras respuestas como
cristianos.
Yo no comprendí la Justificación por la fe, hasta que me lo explicaron
en detalle después de 5 años de convertido. Y eso es lo que está sucediendo
por todas partes. Tu y yo tenemos que estar capacitados para comprender el
Evangelio, adaptarlo y aplicarlo a nuestra vida. Y tener la oportunidad de
quitar la ignorancia en la mente de muchos que siguen apartados de la
realidad Escritural.
Este libro nos ayudará a todo ello, y también nos explicará la dimensión
y el alcance de la Palabra de Dios para ayudar a muchos que aún han sido
“tardos para oír” (He. 5: 11) y se han quedado estancados en un
conocimiento “parcial” de la Verdad, y no han alcanzado ni siquiera el
alimento sólido, mucho menos un testimonio eficaz.
“Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de
justicia porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han
alcanzado madures, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados
en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5: 13, 14).
JUAN 3:1–15
El fariseo
Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo,
un principal entre los judíos.
Juan 3:1
¿Quiénes eran los fariseos? A veces pensamos que los fariseos son
creyentes sumamente legalistas. Aunque hay algo de verdad en esto,
literalmente, lo que significa “ fariseo ” es un individuo que está separado
de, o que se considera como un separatista. Los fariseos se consideraban
separados de todo, pero en especial, de aquellos a quienes consideraban
“espiritualmente impuros.” Este caso extremo lo vemos hasta el día de hoy.
Dentro de ciertos grupos evangélicos, muchos no quieren tener contacto de
ningún tipo con el mundo exterior por miedo a contaminarse.
De igual modo, los fariseos eran ante el pueblo y las autoridades, los
eruditos y expertos de la ley, así como del Antiguo Testamento. Ellos tenían
el deber de estudiar, interpretar y enseñar la Palabra del Señor al resto de la
nación. Sin embargo, muchos de ellos en lugar de enseñar la ley de Dios,
sometían al pueblo con ‘tradiciones orales rabínicas’ que ellos
consideraban más importantes y autoritativas que la misma Escritura. [2]
El evangelista puritano George Whitefield, considerado como uno de los
predicadores más influyentes y determinantes en la historia del
cristianismo, dio una observación un tanto irónica en cuanto a Nicodemo,
...uno se preguntaría cómo Nicodemo, que era un maestro en Israel, y
que por lo tanto debía instruir a las personas sobre el significado
espiritual de la ley, debería ser tan ignorante de este gran artículo, como
descubrimos que realmente lo era, al preguntarle a nuestro bendito
Señor: cuando le estaba presionando sobre este tema, ¿Cómo pueden
ser estas cosas? [3]
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto
con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice
con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de
Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido
para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de
Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y
la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán
por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su
hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán,
desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
¿Ignorancia o incredulidad?
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?
¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y
nacer?
Juan 3:4
Por lo tanto, sabemos que las acciones externas de una persona (en este
caso las obras de la ley) son completamente insignificantes y son basura, si
no tienen como fundamento un alma regenerada, corazones nuevos y una fe
verdadera en Cristo. Tal y como lo dijo el profeta Isaías en el 64:6: “como
trapo de inmundicia todas nuestras obras justas”. [8]
Un claro ejemplo de todo esto fue Pablo mismo. Él explica su posición
espiritual como fariseo antes de ser salvo en Filipenses 3:3–11.
Humanamente hablando, Pablo tenía todos los méritos necesarios para ser
contado como alguien justo e irreprensible. Sin embargo, todas sus obras
fueron basura delante de Dios. Al igual que lo menciona en los versículos 8
y 9:
Así mismo, es muy probable que en esta sección Jesús haya hecho
alusión a la visión del valle de los huesos secos en Ezequiel 37. Es notable
que tal referencia del Antiguo Testamento parece no haber causado algún
eco, sino un shock inquietante en la mente de Nicodemo. Y esto es
principalmente porque las palabras de Jesús dan la interpretación correcta
de tal texto.
Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.
Juan 3:16b
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos
de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que
hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos
semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Ω Y todo aquel que
tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
La única manera de poder ser partícipes del reino de Dios y de la vida
eterna es a través de la regeneración de nuestras vidas y por medio de la fe
en la obra perfecta de Jesucristo.
Conclusión
En su libro, Las Grandes Doctrinas de la Biblia , R. C. Sproul provee
una excelente explicación de la doctrina de la regeneración:
La regeneración es el término
teológico utilizado para describir el
nuevo nacimiento. Se refiere a una
nueva generación, una nueva génesis,
un nuevo comienzo. Es más que “dar
vuelta la hoja”; señala el comienzo de
una nueva vida en una persona
radicalmente renovada. Pedro nos
expresa con respecto a los creyentes
que “siendo renacidos, no de simiente
corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece
para siempre” (1 Pedro 1:23).
La regeneración es la obra del
Espíritu Santo sobre aquellas personas
que están espiritualmente muertas. El
Espíritu vuelve a crear al corazón
humano, resucitándolo de la muerte
espiritual a la vida espiritual. Las
personas regeneradas son nuevas
creaciones. Donde antes no existía
ningún tipo de predisposición, ninguna
inclinación o deseo para las cosas de
Dios, ahora hay una predisposición y
una atracción hacia Dios. En la
regeneración, Dios siembra en el
corazón humano el deseo hacia Él,
deseo que de otro modo no estaría
presente.
La regeneración no debe ser
confundida con la plena experiencia de
la conversión. De la misma manera que
el nacimiento es nuestro principio,
nuestra primera entrada a la vida fuera
del vientre de nuestra madre, así
también nuestro nuevo nacimiento
espiritual es el punto de partida de
nuestra vida espiritual. Tiene lugar por
la iniciativa divina de Dios y es un acto
soberano, inmediato, e instantáneo. El
tomar conciencia de nuestra conversión
puede ser un proceso gradual; sin
embargo, el nuevo nacimiento es
instantáneo. Nadie puede ser
parcialmente renacido, como ninguna
mujer puede estar parcialmente
embarazada.
Los Teólogos enseñan que la
regeneración no es el fruto ni el
resultado de la fe, sino que la
regeneración precede a la fe como la
condición necesaria para la fe.
Tampoco de ningún modo nos
predisponemos hacia la regeneración o
cooperamos como colaboradores con el
Espíritu Santo para que acontezca. No
decidimos ni elegimos ser regenerados,
de la misma manera que un niño no
elige ser concebido. Dios elige
regenerarnos antes de que nosotros
confiemos en Él.
Para ser más precisos, después de
que hemos sido regenerados por la
gracia soberana de Dios, entonces sí
elegimos a Cristo, actuamos y
cooperamos con Él, y creemos en Él.
Dios no tiene fe por nosotros. Es
nuestra propia fe en Cristo la que nos
justifica. Decidimos seguir a Cristo,
después de que Dios actúa en nosotros.
Lo que Dios hace es despertarnos para
la vida espiritual, rescatándonos de la
oscuridad, el sometimiento y la muerte
espiritual. Dios hace que la fe sea
posible y actual, despierta la fe dentro
nuestro. [17]
GÁLATAS 3:10–14
Mi reformador favorito, Martín Lutero, fue un hombre que se
caracterizó por tener una flamante obsesión respecto a su condición
espiritual delante de Dios. Antes de volverse este reconocido reformador, y
durante el tiempo en que se convirtió en uno de los monjes y estudiantes
más destacados de su tiempo; Lutero vivía con el propósito de lograr todos
los méritos necesarios para adquirir y preservar su salvación.
La historia relata que había veces en las que Lutero pasaba hasta seis
horas diarias en el confesionario. Esto causó que sus superiores
comenzaran a creer que él solo lo hacía para perder el tiempo y andar de
holgazán. Su insistencia por conservar una consciencia tranquila y querer
estar bien delante de Dios, volvió loco a su mentor John Von Staupitz;
quien reprendió a Lutero pidiéndole que confesara un pecado “verdadero”
en vez de confesar todos esos “pecadillos”. [18]
El joven monje se dio cuenta que mientras más se esforzaba por
alcanzar la justicia y la santidad que Dios exigía, más se daba cuenta que
sus esfuerzos eran completamente inútiles. Él no podía lograr lo que Dios
demandaba por su propia cuenta.
No obstante, en medio de esta oscuridad espiritual, un día Dios le dio
luz y esperanza. Mientras Lutero estudiaba las Escrituras, un pasaje bíblico
llegó a él como una cubeta de agua fría: “Porque en el evangelio la justicia
de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe
vivirá” (Rom. 1:17).
¿Qué pasó en ese momento? Uno podría pensar que Lutero iría con
Staupitz para pedir una opinión o una interpretación de tal pasaje bíblico,
que fuera conforme a las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana. Tal vez
él pudo dirigirse inmediatamente a la biblioteca para investigar lo que otros
eruditos y comentaristas tenían que decir acerca de las palabras del apóstol
Pablo. Sin embargo, hasta donde sabemos, nada de esto ocurrió.
El pastor Sugel Michelén comenta lo siguiente en cuanto a lo que
sucedió con Lutero:
En un principio Lutero quedó muy sorprendido con estas palabras: ¿Por
qué Pablo conectaba en este texto la buena noticia del evangelio con la
justicia de Dios? ¿Acaso no demanda esa justicia que el pecador sea
castigado por sus pecados? Por otra parte ¿cómo es eso de que el justo
vivirá por la fe? ¿No había sido él enseñado desde niño que debía
acumular méritos a través de las buenas obras para poder salvarse?
Finalmente Lutero comprendió por el estudio de la Biblia que esa
justicia de la que Pablo habla en Romanos es la que Dios imparte a los
pecadores por medio de la fe en Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo (
Romanos 4:4-5 , 5:1 ; 10:3-4 ; Efesios 2:8-9 ). Este monje finalmente
entendió que la paz con Dios que tanto ansiaba no dependía de sus
méritos, sino de los méritos de Aquel que siendo Dios se hizo Hombre
para morir en una cruz por la salvación de Su pueblo. [19]
Podemos ver que tanto los judíos —los que practicaban el judaísmo—
así como los judaizantes, continuaban bajo maldición ya que ninguno de
ellos podía obedecer la ley a la perfección. Y creyendo estar más cerca de
la gloria, más se acercaban a la condenación eterna.
La justicia
Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente,
porque:
El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice:
El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
Gálatas 3:11-12
Pablo hace una referencia del Antiguo Testamento no solo para seguir
defendiendo la exclusividad de la justificación por la fe en Cristo, sino
también para desarmar los argumentos de los judaizantes que arremetían en
contra del evangelio. Pablo cita en esta sección a Habacuc 2:4, que
posteriormente también sería citado por él en Romanos 1:17, asimismo, por
el autor de Hebreos en el 10:38.
Éste es uno de esos versículos bíblicos que han causado discordia a
través de la historia, ya que demuestra que la salvación jamás ha sido por
medio de la ley o cualquier obra humana, sino exclusivamente a través de
la fe. William Hendriksen observa lo siguiente:
La redención
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en
un madero)
Gálatas 3:13
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha,
apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no
tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer
primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo;
porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
Esto era algo que hasta el día de hoy continúa siendo piedra de tropiezo
para los judíos inconversos (1 Pedro 2:7–8).
Incluso, hoy en día este capítulo de Isaías ha sido erradicado en las
sinagogas por los rabinos para que la gente no crea en Jesús como el
Mesías. Un amigo muy querido me comentó precisamente esta realidad. Él,
habiendo crecido en un hogar judío, dijo que Isaías 53 es completamente
ignorado en las sinagogas de nuestro tiempo. Un día él fue a evangelizar a
algunos judíos de su comunidad. Lo que hizo fue magistral; imprimió todo
el capítulo de Isaías 53, sin ponerle el nombre del libro. Después le pidió a
varios integrantes de la comunidad que lo leyeran para saber lo que
pensaban. Los que leyeron el texto dijeron que “era del Nuevo
Testamento”, pero cuando se les demostró que lo que habían leído era de
Isaías 53 se quedaron atónitos. Algunos quisieron escuchar más y otros
estaban dudosos.
Para los judíos de la época, también era inconcebible que el Mesías, el
Hijo de Dios, sufriera tal juicio y muerte. Ellos esperaban que el Mesías
viniera con espada y ejércitos para liberar al pueblo del yugo del imperio
Romano, sin darse cuenta que el verdadero yugo, era el de su propio
pecado. Él vino justamente para cumplir lo que ya había sido previamente
anunciado a Abraham y eventualmente profetizado por los profetas. Jesús
vino a ser la bendición no solo para los judíos, sino para todas las naciones.
Los judíos, y evidentemente los judaizantes, ignoraban que Dios
siempre ha estado más interesado en el corazón de la gente que en
cualquier beneficio físico o terrenal. Ahora, no estoy diciendo que a Dios
no le importe lo material. Él exige que sus hijos vivan en santidad, pureza y
obediencia; pero tales cosas emanan de un corazón transformado.
Tristemente los judaizantes creían más en las obras del exterior que en la
renovación del corazón, y propagaban esta enseñanza en las iglesias de
Galacia al querer someter a los hermanos a la ley. Y un problema muy serio
es cuando la gente se enfoca en el exterior antes que el interior.
La bendición
Para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los
gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del
Espíritu.
Gálatas 3:14
De igual manera aquí podemos ver, que el Espíritu Santo fue algo que
Dios prometió desde el Antiguo Testamento, pero que finalmente se
cumpliría después de la ascensión de Cristo en el día de Pentecostés.
Aunque el Espíritu Santo obró activamente bajo el Antiguo Pacto, su rol
era diferente hasta que finalmente se inaugurara el Nuevo Pacto. Y lo más
hermoso de todo esto es que la promesa del Espíritu Santo va de la mano
con las promesas que Dios había establecido con Abraham; de lo contrario
Pablo no habría hecho esta conexión.
En primer lugar, notamos que la redención mediante el Mesías fue algo
prometido a través de Abraham, pero también anunciado a través de los
profetas. De la misma manera, en el Antiguo Testamento vemos que el
profeta Joel anunció la llegada del Espíritu de Dios en la vida de su pueblo.
Jesús también anunció acerca del Espíritu Santo como “El Consolador” en
Juan 14:15-17 diciendo:
En cuanto a las palabras del profeta Joel; tal profecía no solo hacía
referencia a la llegada del Espíritu Santo, sino también acerca del día del
Señor sobre la tierra. Significativamente, el apóstol Pedro cita este texto en
Hechos 2:14–21, inmediatamente después del arribo del Espíritu Santo,
diciendo:
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló
diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os
sea notorio, y oíd mis palabras. Porque éstos no están ebrios, como
vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. Mas esto es lo
dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré
de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas
profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos
soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en
aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Y daré
prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego
y vapor de humo; El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto; Y todo aquel
que invocare el nombre del Señor, será salvo.
En este texto podemos señalar claramente que Pedro vio el día de
Pentecostés como el cumplimiento de algo que había sido anunciado en el
Antiguo Testamento. Algunos han sugerido que este cumplimiento es
parcial, ya que el día del Señor no ha llegado en su plenitud. Otros también
han sugerido que esta profecía no se ha cumplido en su totalidad porque en
el contexto de Hechos, Pedro se está dirigiendo a la Iglesia (principalmente
a los judíos cristianos). Esto daría a entender que una promesa dada
“originalmente a Israel”, se aplica a la Iglesia.
Por otro lado, tenemos que estudiar la perspectiva de Pedro en Hechos y
la lógica de Pablo en Gálatas; en ambas podemos ver la manera en la que
los creyentes de Israel —así como los creyentes gentiles— abrazaron el
evangelio. Esto nos demuestra que las promesas del Espíritu Santo escritas
por el profeta Joel fueron cumplidas en el día de Pentecostés. Por supuesto
esto también causó mucha confusión entre los judíos y aun entre los que ya
eran creyentes. Es una realidad que, desde el principio, el plan de redención
no fue solo para salvar a los judíos, sino también a gente de toda
tribu, lengua, pueblo y nación (Ap. 5:9). Es evidente que la promesa del
Espíritu Santo fue cumplida en ese momento. Y aunque las palabras del
profeta fueron entendidas por muchos para la nación de Israel —
nuevamente pensando ser exclusivos—, es evidente que en los planes de
Dios, los gentiles escogidos también recibirían esa promesa y serían
bendecidos por Él.
Ahora bien, la salvación solo es por fe, ya que la fe es el producto del
resultado de un corazón regenerado por el mismo Espíritu. De tal manera
que los que hemos tenido fe en el evangelio, hemos recibido al Espíritu
Santo. El comentarista Daniel Carro observa lo siguiente:
Conclusión
Aquellas personas que continúan confiando en sus obras como medio de
salvación están bajo maldición y están destinadas a recibir el juicio de
Dios.
La justicia de Cristo es imputada en todo creyente. Solo por medio de la
fe; sin adiciones, no es fe más alguna otra cosa. Dios nos declara justos
cuando creemos fielmente en el evangelio de Jesús, confesamos que somos
pecadores y que necesitamos su redención. La ley únicamente debe
llevarnos a entender que sin Él estamos perdidos y que no podemos hacer
nada para alcanzar el cielo por nuestra cuenta.
Nuestra redención fue precisamente de la ley y del pecado. Como lo
había dicho Pablo en el capítulo anterior, ya no vivimos nosotros mismos,
sino que Cristo vive en nosotros (Gal. 2:21). Los que hemos sido redimidos
y rescatados de la maldición y del yugo de la ley, debemos utilizar nuestra
libertad para vivir para su gloria.
La bendición del Espíritu Santo es una realidad en todo creyente. Si
hemos sido justificados por medio de la fe, entonces hemos sido sellados
por el Espíritu de Dios. Nuestra seguridad no se basa en lo que hagamos o
dejemos de hacer, sino que se basa en lo que Cristo y el Espíritu continúan
haciendo en nuestras vidas hasta el día en que estemos en su presencia.
¿CONSIDERASTE EL COSTO?
LUCAS 14:25–33
¿Amor es odio?
Hay que aclarar que Jesús no está llamando abiertamente a que las
multitudes odien audazmente a los padres, los hermanos, los hijos o incluso
a ellos mismos. El término “ aborrece ” se usa hiperbólicamente; y es una
forma de expresión semítica muy común en la cultura y la lengua hebrea.
La idea básica de tal palabra no es necesariamente un aborrecimiento
abierto, despiadado y maligno. Más bien en el contexto sociocultural en el
que Jesús se encontraba, aborrecer significaba ‘amar menos a alguien’.
En Mateo 10:37, el autor lo escribe así: “El que ama a padre o madre
más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no
es digno de mí”. En otras palabras (sorprendentemente para muchos), lo
que Jesús dice es que si deseamos ser sus discípulos, entonces nuestro amor
hacia la familia debe ser mucho menor en comparación a nuestro amor por
Él.
En el original el Señor utiliza el tiempo presente , que denota una idea
continua o habitual. Esto lo podríamos entender de la siguiente forma: si
realmente deseamos seguir a Cristo, entonces nuestro amor por Él debe ser
continuamente mayor que el amor por nuestra familia y propia vida. Este
amor no es arbitrario ni circunstancial; este amor por Jesús debe ser algo
característico de nuestras vidas, donde reflejamos un compromiso absoluto
con Él. Este amor demuestra tener la disposición de abandonarlo todo, para
seguir a Jesús hasta el final.
Tristemente muchos han hecho completamente lo contrario de lo que
dijo Jesús. Honestamente, es relativamente fácil seguir a Cristo cuando las
circunstancias a nuestro alrededor están bien. Cuando nuestra vida está
libre de pruebas, tentaciones, sufrimientos y persecuciones, es sencillo
seguir (parcialmente) a Cristo y dar la impresión de tener nuestra vida
comprometida con Él. Pero cuando llegan pruebas, depresión, soledad,
dolor y opresión, entonces sentimos como que no amamos a Cristo como
debe ser; o simplemente este deseo de seguirle se desvanece.
Sin embargo, cuando Dios nos permite creer en su Hijo, confesamos
abiertamente que nuestro amor y lealtad son dirigidas exclusivamente hacia
Él. Debemos amarle incondicionalmente; no solo cuando la luz de su
misericordia rebosa en nuestras vidas. Sino que debemos amarle y seguirle
aun cuando en nuestra vida nos encontremos en los valles más profundos
de oscuridad e incertidumbre.
Conclusión
Las palabras de Jesús van más allá de lo externo y lo material. Van hasta
lo más profundo del alma. Y al conocer nuestros corazones, el Señor sabe
cuáles son nuestras más grandes distracciones y debilidades. Debemos estar
preparados y dispuestos a renunciar a todo lo que quite nuestros ojos de Él
y debe ser de una manera absoluta e incondicional. Ciertamente tendremos
nuestras tentaciones y caídas; aun así, nuestras vidas deben centrarse en
Cristo. Así como lo hicieron los apóstoles, quienes dejaron todo atrás para
seguirle, también nosotros debemos tomar la misma disposición por amor a
nuestro Salvador.
El Dr. Daniel Wong, quien fue uno de mis profesores de Antiguo y
Nuevo Testamento en la universidad; nos compartió que fue en el verano de
1966 cuando en su país natal —la república de China— se desató una gran
persecución en contra de los cristianos. Esto estremeció a la familia Wong,
ya que todos ellos eran fieles creyentes. El ejército Comunista se había
expandido por todo el país y un gran número de misioneros fueron
deportados.
Durante este tiempo, hubo un movimiento llamado “El sometimiento de
Biblias”, en el cual los soldados comunistas llamados “los Guardias Rojos”,
iban de casa en casa buscando biblias para confiscarlas. El mismo día que
un amigo cercano fue a visitar a la familia Wong, los soldados habían
comenzado a saquear biblias en el pueblo donde vivía este profesor.
Cuando el amigo llegó con ellos, el padre de los Wong le pidió que se
llevara la única biblia que poseían y que se fuera lo más lejos posible. Su
amigo la tomó y se marchó. Muy poco tiempo después, llegaron los
guardias rojos y entraron a la casa de los Wong; cuando exigieron que la
biblia fuera entregada, el padre de familia no mintió y señaló que no tenían
nada. Después de una breve interrogación, los soldados no pudieron
contener su frustración y comenzaron a destruir el hogar, intentado
encontrar la biblia.
Cuando se dieron cuenta que la biblia había desaparecido, sacaron de su
casa a los Wong. Una vez afuera, los soldados comenzaron a golpearlos y
torturarlos brutalmente; tal tortura fue tan salvaje que duró varios días, en
los que no se les tenía permitido dormir. Después de varios días de
inimaginable sufrimiento, los guardias rojos tomaron al hermano de mi
profesor para ser golpeado e interrogado. Los soldados intentaron que el
hermano renunciara a su fe cristiana y su lealtad a Cristo. Sin embargo, sin
importar el costo, él continuaba fiel y firme, rechazando al comunismo, y
aferrándose a Jesús. Al ver esto, los soldados lo golpearon a tal grado que
el joven Wong comenzó a sangrar internamente.
Cuando finalmente los guardias rojos dejaron ir a la familia Wong, el
hermano de mi profesor fue llevado al hospital de emergencia para ser
intervenido. Habían pasado ya muchas horas desde aquel cruel incidente y
su tortura; al ver su situación, los doctores diagnosticaron que no había
remedio. Antes de morir, su madre fue a orar por él. Después de unos
momentos, cuando ella terminó de orar, el joven Wong cerró sus ojos y con
una sonrisa en el rostro, pasó a la presencia de Dios.
Desde entonces, el Dr. Wong entendió el significado de lo que es sufrir
por el nombre de Cristo. Él, junto con su familia, padecieron persecución,
tormento, sufrimiento y tristeza. Además, ellos sabían que, a partir de ese
momento, la persecución por causa de su fe sería constante. En medio de
este sufrimiento, ellos confiaron plenamente en Dios y soportaron todo por
amor a Cristo.
4
¿CUÁL ES EL RESULTADO DE TU
SALVACIÓN?
1 PEDRO 4:1-6
¿Cristo o el cristiano?
Pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado.
1 Pedro 4:1b
¿De quién habla Pedro? ¿De Cristo o el creyente? Algunos creen que
esta sección se refiere a Cristo, particularmente porque Él ha terminado con
el pecado a través de su sufrimiento y su muerte en la cruz. Esto sería
correcto si lo interpretamos teológicamente. Sabemos que el propósito de
su sufrimiento fue por nuestros pecados, y al haber recibido la ira de Dios,
Él experimento una separación temporal con el Padre. Sin embargo, de
acuerdo con el lenguaje que Pedro utiliza, esta sección no se refiere a
Cristo, sino al creyente.
La frase “ terminó con el pecado ”, es sumamente importante de
entender por lo siguiente: suponiendo que tuvieras una deuda de tres
trillones de dólares, ¿la podrías pagar instantáneamente? No. Realmente
dudo que tú, yo, y cualquier cristiano tenga esa cantidad de dinero. Pero, si
tuviéramos una deuda así, nos encontraríamos sin esperanza y con la
necesidad de que alguien más la pagara en nuestro lugar. Si esto es así, con
un asunto económico y material, entonces desde una perspectiva espiritual,
jamás podríamos terminar con el pecado por nuestra propia cuenta.
Por el tipo de lenguaje y gramática que vemos en el texto original, esta
frase podría entenderse mejor como “ ha sido liberado o librado del
pecado ”. El cristiano no puede liberarse así mismo de la esclavitud del
pecado; él necesita de la intervención divina para que Dios le rescate de su
naturaleza pecaminosa y le haga una nueva criatura en Cristo.
También, el lenguaje demuestra que tal acción ocurrió en el pasado.
Cristo cumplió los pactos de redención y de la gracia a través de su vida
perfecta, su sacrificio, su resurrección y su ascensión. Sin embargo, tal obra
no se quedó en el pasado, sino que sus efectos continúan hasta el día de
hoy. [34] Esto significa que aquellos que han padecido en la carne, son los
hijos de Dios que han sido liberados de las cadenas del pecado.
Esto es consistente con lo dijo el mismo Pablo en Colosenses 1:13–14
“el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino
de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de
pecados”.
Por lo tanto, hemos sido liberados para vivir en obediencia y santidad;
aun cuando las pruebas parezcan imposibles de soportar.
Concupiscencias
Esta palabra podría entenderse mejor como “ lujurias ”. Estas lujurias
demuestran un deseo sumamente intenso que literalmente controla el
comportamiento de una persona. En este contexto, las lujurias o
concupiscencias son relacionadas a los deseos prohibidos con la
sexualidad, inmoralidad o cualquier apetito pecaminoso. Este es el motor
que controla la vida y el comportamiento de estas personas.
Algunas anécdotas comparten que en Alaska tienen un método muy
sanguinario pero efectivo para cazar a los lobos. Estos animales son muy
sensibles al olor de la sangre; su olor y su sabor es la debilidad y la
adicción de estos mamíferos. Los cazadores toman un cuchillo de cacería,
lo cubren con sangre y lo ponen en el congelador. Una vez que la sangre se
ha congelado, repiten este proceso varias veces. Después de algunas horas,
el cuchillo se ve como una paleta de sangre; el cazador entierra el cuchillo
con el filo hacia arriba en algún lugar del campo. Cuando la sangre
comienza a derretirse, los lobos la olfatean desde lejos, y cuando llegan al
lugar donde está la sangre derritiéndose la comienzan a lamer rápidamente.
El animal, estando hipnotizado por el sabor irresistible de la sangre,
continúa lamiendo el cuchillo hasta que la hoja corta su lengua, y sin darse
cuenta, comienza a tragarse su propia sangre hasta que muere desangrado.
Esto es exactamente lo que pasa con las lujurias. La gente se entrega a
las lujurias y se enredan en ellas, sin darse cuenta que se están revolcando
en su propia muerte. Así como la sangre controla el comportamiento de un
lobo insaciable, la lujuria controla la mente de aquellos quienes viven
muertos en sus pecados.
Embriagueces
Estas embriagueces se refieren al uso extremo y excesivo de bebidas
alcohólicas. Literalmente se podría entender como “ borracheras ”, que
por definición, significa estar bajo la influencia absoluta del alcohol,
dejando a la persona sin control ni dominio propio.
En Génesis 9, después del diluvio, Dios establece su pacto con Noé;
poco después, en los versículos 20 y 21 vemos que Noé cometió un grave
error: “Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; y bebió
del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda”. El
autor, Moisés, nos demuestra que Noé estuvo bajo una entera influencia del
alcohol. La RV60 usa la frase “ estaba descubierto ”, que literalmente
significa “se desnudó”. Realmente lo que el texto dice es que Noé “se
desnudó así mismo”, esto significa que mientras estaba borracho, él
comenzó a actuar sin dominio propio, llegando a una situación
extremadamente vergonzosa consigo mismo y con sus hijos;
particularmente con Cam.
Hace muchos años tuve a varios amigos que constantemente buscaban
maneras de embriagarse. Aun cuando en ese momento Cristo no vivía en
mi corazón, se me hacia absurda la obsesión de ellos por quererse
emborrachar; por si esto fuera poco, escuché que tales embriagueces
llevaron a muchos de ellos cometer actos sumamente vergonzosos. Mucha
gente ha vivido y vive con esta pasión constante por perderse en las
fantasías del alcohol.
Orgías
En el griego clásico, esta palabra se refería a las procesiones o festivales en
honor a Dionisio, el dios griego del vino, alegría, locura y fertilidad. [37]
Generalmente esta palabra estaba relacionada con festividades paganas que
generalmente incluían banquetes excesivos e inmoralidad sexual.
Desde un contexto Nuevo Testamentario, esta palabra representaba a la
mayoría de la sociedad y cultura gentil. Como contraste, Pablo demuestra
que este es el comportamiento de los impíos y no de los hijos de Dios (Ro.
13:13; Gal. 5:21).
Disipación
Algunas traducciones ponen “ embriagueces ”. Realmente esta palabra se
puede traducir muy similar a la anterior (orgías), ya que también transmite
la idea de reuniones sociales privadas donde se servían bebidas alcohólicas
en exceso, y se practicaban actos de perversidad sexual e inmoralidad. Un
diccionario del griego define esta palabra como una “fiesta para beber con
acompañamiento inmoral”. [38]
Muchos jóvenes hoy en día organizan fiestas y eventos en los que no
solo el alcohol está al alcance de todos, sino también cualquier tipo de
droga. Estos eventos, en su mayoría, se llevan a cabo para ocasionar
encuentros sexuales y otros actos inmorales.
Abominables Idolatrías
Estos eran actos de adoración a diversos tipos de ídolos paganos. Dios
aborrece cualquier ídolo y cualquier acto de idolatría. Solo hay que
recordar lo que Él dice al principio de los diez mandamientos en Éxodo
20:3–6:
No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna
semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en
las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;
porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de
los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que
me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y
guardan mis mandamientos.
Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también
el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que
todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al
Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió…
Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al
Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer
juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre. No os maravilléis de esto;
porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán
su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas
los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
5
¿QUÉ TAN RADIANTE ES TU
TESTIMONIO?
FILIPENSES 2:12–18
La obra es de Dios
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el
hacer,
por su buena voluntad.
Filipenses 2:13
Aquí Pablo demuestra y confirma que Dios a través del Espíritu Santo
es quien activamente está obrando y produciendo en nosotros el deseo de
obedecerle. La palabra “ produce ” precisamente transmite la idea de
habilitar , causar o efectuar algo. Incluso transmite la acción de energizar
para una función específica. En otras palabras, es Dios quien causa o
efectúa en nosotros el deseo de vivir en santidad. O bien, el Señor es quien
nos energiza al darnos el deseo de obedecer y ser más como Cristo.
Esto demuestra la realidad de la soberanía de Dios y la responsabilidad
del creyente. Particularmente, como hijos de Dios, nuestro deseo de vivir
continuamente en obediencia existe porque Él es quien está produciendo,
causando, dándonos la habilidad, y poniendo el deseo y la convicción en
nosotros para vivir de una manera santa y pura.
Esto es crucial de entender por varias razones: en primer lugar, porque
los que hemos nacido de nuevo, de alguna u otra forma, siempre
demostraremos el fruto del Espíritu. Si realmente somos hijos de Dios
¿Cómo es posible que algunos crean que el fruto y el deseo de crecer
espiritualmente sean opcionales o sean algo que nosotros producimos por
nuestra fuerza humana?
Algunas denominaciones ‘evangélicas’, creen que lo más importante es
simplemente confesar a Jesús como Salvador y que no es necesario
confesarle como Señor. Este mismo grupo evangélico sugiere que una
persona no necesita demostrar fruto u obediencia inmediatamente después
de la conversión, ya que lo importante es confesar a Cristo como Salvador
personal. No es sino hasta que el cristiano “está listo” para confesar a Jesús
como Señor y hasta entonces vivir obediencia. En otras palabras, esta
manera de pensar sugiere que “hoy puedes confesar a Jesús como Salvador,
disfrutar de tu salvación, pero puedes vivir como quieras. Ya después
cuando estés listo y quieras dejar tu pecado, entonces puedes aceptarle
como Señor”.
Es verdad que la gran mayoría de nosotros después de nuestra
conversión continuamos luchando con diferentes pecados y tentaciones; es
más, todos nosotros seguimos batallando con la carne y con pecados del
pasado. Sin embargo, la diferencia está en la disposición, el deseo de
obedecer y la manera en cómo nos hemos apartado de un estilo de vida
pecaminoso. Cuando venimos a Cristo, por más grandes que sean las
tentaciones y a veces los tropiezos, nuestro mayor anhelo es obedecer,
crecer en el conocimiento del Señor y ser conformados a la imagen de
Cristo. Esto no es opcional o algo que “escojamos”; esta es una realidad en
la vida de todo creyente.
Hay otros grupos que han sugerido que uno como cristiano no debe
hacer absolutamente nada, ya que Dios es el que hizo todo a través de su
Gracia. Dicho de otra manera, si tú eres creyente, “entonces no necesitas
hacer nada ni demostrar obediencia, porque todo es por gracia”. Sí, por
gracia, Dios hace todo en nuestras vidas de principio a fin; pero Su
voluntad es nuestra santificación, y Su obra se manifiesta en nosotros
cuando obedecemos y vivimos conforme a Su Palabra. Si una persona dice
ser creyente, pero no tiene el deseo ni la responsabilidad de crecer en la fe,
¿cómo puede entonces llamarse cristiana?
En segundo lugar, aunque el plan de redención y el pacto de la gracia
fueron preparados, planeados, decretados y pactados desde antes de la
fundación del mundo (Ef. 1:3-14); estos se vieron cumplidos cuando Cristo
vino al mundo a redimirnos. Nuestra redención es simplemente el resultado
de algo ya decretado desde antes de los tiempos y se refleja a través del
nuevo nacimiento. Por lo tanto, nuestra justificación fue el comienzo de
nuestra santificación que continuaría siendo un estilo de vida hasta el día de
Cristo.
Y, en tercer lugar, los filipenses eran ciudadanos Romanos. Dada a esta
realidad es probable que los creyentes hayan tenido la tendencia a jactarse
por su ciudadanía y posición terrenal. Es muy posible que este tipo de
jactancia se haya reflejado en su manera de conducirse dentro de la Iglesia.
Pablo tiene que ser específico en sus palabras; aunque ellos tenían el deber
de obedecer y ejercitar su salvación, a final de cuentas, era Dios quien
estaba obrando en sus vidas; y de esta manera, ellos no tendrían razón para
jactarse. Por lo tanto, era crítico que tuvieran en mente que aunque ellos
debían continuar siendo obedientes, Dios es quien hacía la obra en ellos.
Todo esto es “ por Su buena voluntad ,” o mejor dicho, por “ su buen
placer ”. Esta buena voluntad es el fundamento para que el nombre de
Cristo sea honrado y glorificado. Este es el mismo buen placer y la misma
buena voluntad empleada, que por su Gracia, Dios nos bendijo, nos escogió
y nos predestinó para ser adoptados en Cristo; para que en nuestra nueva
vida vivamos conforme a la santidad que Él preparó desde antes de los
tiempos (tema importante de Efesios).
De tal modo que el fruto del espíritu y el testimonio del creyente
siempre son con el propósito de glorificar a Dios y para la edificación y el
servicio del cuerpo de Cristo. Pablo dijo algo similar en 2 Corintios 1:12,
diciendo:
Viviendo íntegramente
Haced todo sin murmuraciones y contiendas
Filipenses 2:14
Hay dos cosas que me gustaría señalar con relación a este texto. Por un
lado, hay creyentes —tanto jóvenes como adultos— que son apasionados
servidores dentro de la iglesia. En lo personal me llena de gozo ver a los
jóvenes servir activamente en sus iglesias y me da gozo ver a los adultos
ser un ejemplo de servicio e integridad para todos.
Un contraste, muy triste, es observar que hay muchas personas en
nuestras iglesias que no levantan un dedo y no se envuelven en algún tipo
de ministerio. Y cuando se les pide el favor de realizar algún servicio, estos
murmuran y hacen contiendas. Teniendo esto en mente ¿Por qué está
diciendo esto el apóstol Pablo? Por el simple hecho que una iglesia con
murmuraciones y contiendas es una iglesia dividida y en problemas. Una
iglesia dividida no crece y no funciona correctamente. Cuando en la iglesia
no hay crecimiento y no hay buen funcionamiento, entonces su testimonio
tanto delante de Dios como delante del mundo será afectado y cuestionado.
Muchos de nosotros cuando leemos este texto a veces pensamos que
Pablo se refiere a los chismes dentro de la Iglesia (como en 1 Tim. 5:12-
13). Sin embargo, esto no es lo que el apóstol tiene en mente. La palabra “
murmuraciones ” son quejas que usualmente toman lugar en
conversaciones privadas. Este es un tipo de murmullo que comúnmente se
lleva a cabo en secreto y siempre es relacionado al descontento y la
insatisfacción que el creyente experimenta ante diversas circunstancias. En
otras palabras, los murmullos manifiestan nuestro rechazo por lo que Dios
soberanamente permite en nuestras vidas. Esto significa que las
murmuraciones revelan que no estamos siendo agradecidos con lo que Dios
hace con nosotros.
Por ejemplo, en la fiesta de los Tabernáculos en Juan 7:10-13 vemos
algo similar:
Aferrados a Su palabra
Asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo
pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he
trabajado.
Filipenses 2:16
Gozándonos en el ministerio
de los hermanos
Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio
de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo
gozaos y regocijaos
también vosotros conmigo.
Filipenses 2:17-18
Conclusión
Aunque en nuestro andar diario Dios traiga una gran tempestad de
pruebas y tribulaciones, debemos continuar viviendo con nuestros ojos
puestos en Cristo. No pongamos nuestros ojos en lo que este mundo ofrece,
ni en las circunstancias que atravesamos; sino que pongamos nuestros ojos
en aquel que nos da vida. Una persona que está segura de su salvación
demuestra todas estas cosas continuamente.
Es importante que como cristianos demostremos un testimonio radiante,
para que la unidad del cuerpo de Cristo continúe creciendo y la gloria de
Dios sea más evidente. De esta manera, los del mundo serán avergonzados,
porque nuestro Dios es vivo, real y verdadero.
Debemos continuar ejercitando nuestra salvación, siempre recordando
que Dios es quien hace la obra en nosotros. Sigamos viviendo íntegramente
para que los de afuera no tengan manera de tacharnos. Si vivimos en
obediencia, unidad, amor, gozo, fe e integridad, así como en servicio a los
hermanos, entonces tendremos un testimonio que resplandece.
6
SALMO 119:9–16
Debo admitir que ha habido ocasiones en las que no siempre seguí las
instrucciones al pie de la letra y varias veces mis proyectos no salieron
exactamente como hubiera deseado. Para ciertas construcciones,
manualidades y proyectos, especialistas han desarrollado instructivos o
manuales detallados, para que la gente los siga paso a paso, con el
propósito de que los resultados sean óptimos y concluyan de manera
exitosa. Sin embargo, estas famosas instrucciones son comúnmente
ignoradas y descartadas. Tal y como yo lo he hecho. A veces la gente
prefiere seguir sus ideas, que las instrucciones provistas por los
profesionales.
Hace muchos años, en algún lugar de internet, leí que la mayoría de la
gente no revisa con cuidado; no pone atención a cualquier tipo
instrucciones —ya sean de construcción, documentos legales, laborales,
compras, etc.— por al menos 6 razones:
Yo me atrevería a incluir una razón más a esta breve lista: la gente no sigue
instrucciones sencillamente porque no les importa. Tal vez te estarás
preguntando ¿Qué tiene que ver esto con el texto que vamos a estudiar en
este capítulo? Menciono todo esto, porque esta es exactamente la misma
actitud y disposición que tomamos, muy frecuentemente, cuando leemos
las instrucciones, los preceptos, los estatutos y los mandamientos de Dios
en su Palabra.
Ignoramos y desobedecemos los mandatos del Señor en la escritura
porque pensamos que podemos vivir sin ellos o porque no hay necesidad de
ponerlos en práctica. Y esto lo hacemos generalmente porque queremos
disfrutar nuestros placeres carnales, nuestra impureza, nuestro egoísmo y
nuestras lujurias. Lamentablemente, créelo o no, esto sucede entre genuinos
cristianos más de lo que imaginamos.
Muchas veces, en nuestra falta de madurez espiritual, buscamos a Dios
con la intención de recibir sus bendiciones. Le buscamos porque queremos
que responda a nuestras peticiones; y cuando finalmente responde
positivamente a nuestras súplicas, nos olvidamos de nuestra necesidad de
continuar cerca de Él.
La pregunta que me gustaría que nos hiciéramos es, ¿cuántas veces
buscamos a Dios a través de su Palabra y a través de la oración para vivir
una vida pura e irreprensible? Realmente no tiene nada de malo buscar al
Señor para que nos bendiga y responda a nuestras peticiones. A través de la
Escritura vemos ejemplos de gente piadosa que le buscaba específicamente
porque tenían peticiones serias, que podían ser respondidas exclusivamente
por Él. Pero además de esto, el Señor nos manda a tener una vida continua
de oración (1 Tes. 5:16–18).
A lo que me refiero es, ¿A caso solo debemos orar y buscar a Dios para
que nos dé lo que queramos? ¿A caso debemos buscar a Dios como si Él
fuera una caja de primeros auxilios o como si fuera el genio de la lámpara?
¿Cuántas veces realmente buscamos a Dios para disfrutar nuestra comunión
con Él?
El salmista tenía una cosa en mente: estar más cerca de Yahweh.
Atesora Su Palabra
En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.
Salmos 119:11
Busca Su ayuda
Bendito tú, oh SEÑOR; enséñame tus estatutos.
Salmos 119:12
Proclama Su Palabra
He contado con mis labios de todas las ordenanzas de tu boca.
Salmos 119:13
Disfruta Su Palabra
Antes que pasemos a los últimos tres versículos de esta estrofa, déjame
decirte esto: Si buscamos a Dios y obedecemos su Palabra como requisito o
como algo que ha sido impuesto por nuestros padres o pastores, entonces lo
estaremos haciendo de la manera incorrecta. He escuchado a diferentes
hermanos en la fe compartir que en algunas iglesias —también prefiero
llamarles sectas— los líderes exigen que los miembros lean una cierta
cantidad de capítulos bíblicos al día. Después, deben entregar un reporte
semanal de lo que leyeron.
¿Cuál es el problema? Podría presentar una lista extensa de todos los
problemas que surgen como resultado de tales imposiciones; sin embargo,
me quiero enfocar en lo siguiente: nuestro estudio de la escritura debe ser
algo que nace de nuestros corazones. Debe ser algo que Dios pone en
nosotros para buscarle más; debe ser algo que lo hagamos con gozo,
regocijándonos en lo que Él ha revelado. Nosotros buscamos al Señor a
través de Su palabra porque deseamos estar más cerca de Él y no por carga
u obligación para con los hombres. Un contraste claro es observar lo que
dice el salmista, “ Me he gozado en el camino de tus testimonios, más
que en todas las riquezas ”.
Aquí lo que el autor nos demuestra es que su felicidad no está en las
cosas materiales, ni está en las riquezas de este mundo. Tampoco están las
lujurias y placeres que este mundo finito pudiera ofrecerle (1 Jn. 2:15-17).
El gozo y la felicidad del salmista están en la Palabra de Dios. Su gozo se
encuentra en los testimonios que hablan acerca de todo aquello que revela
la persona, el carácter y las maravillosas obras de Dios reveladas en su
Palabra. No hay tesoro más valioso, ni más hermoso en la vida del salmista
que aquello que el Señor ha revelado.
Aquí vemos que el salmista no buscaba a Dios para quedar bien con la
gente; es más, ni siquiera lo quería hacer para “impresionar” a Dios. Él lo
hacía porque su gozo se encontraba en lo eterno y no en lo pasajero. De la
misma manera nosotros podemos buscar al Señor.; no como algo que nos
hayan impuesto, sino como el deseo más profundo de nuestro corazón.
Céntrate en Su Palabra
Meditaré en tus preceptos, y consideraré tus caminos.
Salmos 119:15
Deléitate en Su Palabra
Me deleitaré en tus estatutos, no olvidaré tu palabra.
Salmos 119:16
Conclusión
Muchos de nosotros hemos creído que hay un tipo de secreto o “receta
mágica” para vivir en pureza. Incluso, muchos hemos pensado que Cristo
simplemente va a quitar las luchas de nuestra vida como si Él fuera el genio
de la lámpara. Pero la realidad es que no hay ningún secreto; sino que la
respuesta se centra en tener el deseo genuino en nuestro corazón de tener
una comunión verdadera con Dios. La respuesta está en que busquemos a
Cristo con todo nuestro corazón y con toda nuestra mente, sabiendo que
solo manteniendo comunión con Él podremos ser victoriosos ante las
tentaciones y las pruebas.
De nada sirve ser una persona moral sin tener comunión con Dios. Por
lo tanto, si has querido vivir en pureza; si has querido vivir en comunión
con Dios, pero simplemente no has podido, es porque debes analizar tu
corazón y observar si realmente tu fe es genuina.
Cuando estudiaba mi carrera, en la facultad de música, solían invitar
frecuentemente a un concertista judío y hermano en la fe llamado Sam
Rotman. Él fue criado en un hogar donde se practicaba el judaísmo. Iba a
las sinagogas y se sometía a todas las tradiciones de su religión. El hermano
compartió que humanamente hablando, él había vivido una vida intachable.
Siempre fue sincero en la escuela, nunca hizo trampa, jamás consumió
drogas ni se embriagó. Tampoco tuvo relaciones sexuales antes del
matrimonio y delante de todo el mundo era una persona moralmente recta.
Sin embargo, por más que esta era su apariencia, Rotman confesó que
en su mente y en su corazón él era la persona más perversa, corrupta e
inmoral que pudiera existir. Por fuera, Rotman era como la descripción que
Jesús dio a los fariseos de la época en Mateo 23:27, blanqueado y
mostrándose hermoso; pero por dentro, estaba lleno de huesos de muertos y
de toda inmundicia. Por la gracia de Dios, posteriormente, Rotman vino a
los pies de Cristo. Dios le hizo nacer de nuevo para creer en el Mesías.
Desde que Dios transformó su vida y le dio la potestad para tener fe en
Jesús, entendió lo que significa tener una comunión verdadera con Dios.
Hoy más que nunca, Rotman conoce el verdadero significado de vivir una
vida pura delante de Dios.
1 TIMOTEO 4:12
He visto una interesante situación en nuestras iglesias. Por un lado, el
Señor soberanamente ha causado un gran despertar espiritual en la vida de
muchos creyentes gracias a la predicación expositiva de Su Palabra. Cada
vez son más los cristianos que están hambrientos por aprender la sana
doctrina, la teología bíblica, la teología reformada y por sobre todas las
cosas, la Escritura.
Tristemente, por otro lado, hay muchos en las iglesias que aún no han
entendido su llamado como cristianos. Una gran parte de ellos se han
dejado llevar por la influencia de las redes sociales, llegando a imitar el
ejemplo del mundo y de aquellos quienes odian a Dios. Algunos han creado
una vida “híbrida”, teniendo un pie en las cosas de Dios y teniendo el otro
—a veces el cuerpo entero— en las cosas del mundo. Muchos se han
dejado afectar por una agenda mundial que a lo malo le llama bueno y a lo
bueno le llama ‘anticuado’.
Lamentablemente, estos creyentes, tanto jóvenes como adultos,
dejándose llevar por las cosas del mundo, han causado un impacto negativo
en la vida de otros cristianos dentro de la Iglesia. Por si fuera poco,
aquellos que viven de una forma inestable o no constante —espiritualmente
hablando— se han dejado llevar por el ejemplo superficial de supuestos
líderes evangélicos. Muchos de estos “líderes” promueven el humanismo,
el éxito, la prosperidad y aun el misticismo, más que convicciones firmes y
un amor profundo por Cristo y la proclamación del evangelio.
La realidad es esta: jamás podrás ser un modelo a seguir tanto en tu
juventud como en tu adultez, y nunca podrás vivir de una manera que
glorifique a Dios, a menos de que tengas tu vida completamente consagrada
a Dios y a Su Palabra.
Sé un modelo a seguir
¿Quieres ganarte el respeto de la gente? Sé ejemplo y un modelo a
seguir de lo que Dios está haciendo en tu vida, a través de tu testimonio, tu
piedad, tu obediencia y tu santidad. Es por eso que Pablo dice, “ sino sé
ejemplo de los creyentes ”. Observa que Pablo no exhorta a Timoteo a ser
pendenciero o rebelde; ni mucho menos a ser vengativo. Sino que incluso
cuando Timoteo viera el desprecio de los hermanos, su respuesta debía ser
dirigida de una manera piadosa, reflejando así un carácter íntegro como
siervo de Dios: amable, sobrio, prudente, apacible y decoroso.
De igual manera, Pablo da el mandato a Timoteo “ para que
continuara siendo ejemplo de ” y “ a los creyentes ”. La palabra “
ejemplo ” es muy interesante porque literalmente significa modelo,
esquema o patrón. En algunos contextos, esta palabra se refiere a un “tipo”
como lo fue el tabernáculo del AT, funcionando como figura o tipo del
verdadero tabernáculo celestial (Heb. 8:5). Esta palabra también se refiere a
los símbolos tipológicos que existieron en el AT que apuntaban
directamente a su cumplimiento Mesiánico en el NT. Por ejemplo, Adán
fue figura o tipo de Cristo (Rom. 5:14). El sistema sacrificial del Antiguo
Pacto fue un tipo o símbolo del sacerdocio y el sacrificio del Mesías.
En el contexto de nuestro texto, la idea principal es la responsabilidad
de Timoteo para ser un modelo o patrón a seguir para los demás. Esta
palabra se usa de la misma manera en otros textos. Por ejemplo, en Fil.
3:17 Pablo ordena a que los filipenses continuaran siendo imitadores de él,
así como él era de Cristo (1 Cor. 11:1). En 1 Tes. 1:6-7, Pablo utiliza esta
misma palabra en referencia a la actitud de los creyentes en Tesalónica y su
ejemplar manera de vivir:
Sé ejemplo en palabra
¿A qué se refiere con esto? Aunque en el original esta palabra es muy
general y puede referirse principalmente a la palabra de Dios o incluso a
Cristo mismo (Juan 1:1); podemos pensar que en este contexto Pablo no se
está refiriendo a la predicación o a la enseñanza. Más bien de forma
general, él se refiere a las palabras que provienen de la boca de una persona
y el reflejo de lo que hay en su corazón.
Uno de los problemas principales que Jesús sostuvo con los fariseos y
los escribas era su hipocresía, y como esta se veía reflejada a través de sus
palabras blasfemas de odio. Jesús les llamó en Mateo 23:27-28 de una
manera sumamente fuerte:
Sé ejemplo en conducta
La palabra griega que Pablo emplea en esta sección es contundente. Esta
conducta refleja el comportamiento y el estilo de vida de una persona. Algo
muy interesante es observar que el comportamiento de una persona va de la
mano de las palabras que provienen de su boca. Tanto las palabras, como la
conducta de una persona reflejan lo que está en su corazón.
Cuando Pablo cita en el texto: ‘en palabra y conducta’, Calvino observa
lo siguiente: “el significado es el mismo que si hubiera dicho ‘por palabras
y acciones’ y, por lo tanto, por toda la vida”. [60] De acuerdo con lo que
Calvino dice, tanto lo que sale de la boca como la conducta de un individuo
reflejan lo que verdaderamente se encuentra en su corazón.
A veces podemos hablar mucho de doctrina, teología, biblia, historia de
la iglesia y otras cosas relacionadas. Podemos ser elocuentes en nuestra
manera de expresarnos y podemos ser sofisticados a la hora de articular
nuestros pensamientos teológicos y doctrinales. Sin embargo, es triste
cuando nos jactamos de hablar lo bueno, pero no practicamos lo que
hablamos. Saber y conocer acerca de Dios es relativamente fácil; pero
conocer a Dios y vivir en obediencia a lo que nos pide es otra historia. Un
ejemplo negativo de esto fueron precisamente los fariseos y todos aquellos
quienes pensaron que serían herederos del reino de Dios sin la necesidad de
creer y obedecer.
Pablo deseaba que el ejemplo de Timoteo a los creyentes continuara
siendo no solo en palabra, sino también en conducta. Sabiendo que
probablemente por su edad muchas personas no escucharían las palabras
del joven pastor; era crucial que su conducta reflejara y confirmara lo que
enseñaba y predicaba. De esta manera, nadie tendría algo que decir en
contra de él. En ocasiones, presientes que la gente no te escucha, pero te
observa. Dicho de otra forma, Pablo mandaba y exhortaba a Timoteo a que
viviera una vida justa e íntegra; [61] por lo tanto, esta conducta es el reflejo
de una nueva vida en Cristo. Timoteo debía demostrar que no estaba sujeto
a su vida anterior, sino que él ahora vivía para Cristo.
Esta conducta también refleja la comunión que el creyente tiene con el
Señor y refleja la obra santificadora que el Espíritu Santo hace en su vida.
Dios ha liberado a cada uno de sus hijos, quienes formamos su iglesia; nos
energiza y capacita para que reflejemos a través de nuestro testimonio y
obediencia la obra que Él comenzó en nosotros. La conducta del creyente
debe reflejar piedad y santidad, demostrando así que la obra que Dios hizo
en nosotros —a través de Cristo— es verdadera y no solo una ilusión. De
esta manera, a través de nuestra manera piadosa de vivir seremos un
modelo para los que nos rodean. En enero de 1723, Jonathan Edwards dijo
en sus resoluciones 44 y 45:
Hago la resolución que ningún otro fin sino la religión [relación con
Dios] tendrá ninguna influencia en absoluto en mis acciones; y que
ninguna acción se llevará a cabo, bajo ninguna circunstancia con un
propósito que no sea este. Enero 12, 1723.
Sé ejemplo en amor
Antes de definir lo que significa esta palabra, déjame decirte lo que no
es el amor. Este tipo de amor no son emociones ni pasiones como lo que el
mundo busca. La gente en su estado natural siempre busca el placer a costa
de otras personas. El mundo es egoísta, busca lo suyo y no piensa en los
demás. Muchos creen que el amor siempre va ligado con las pasiones y las
mariposas en el estómago. De hecho, muchas personas utilizan este
sentimentalismo como excusa para aprovecharse de aquellos a quienes
desean seducir. Usan palabras como “te amo, te he amado; yo te amaré”,
pero solo lo hacen para violar la pureza moral de sus víctimas. Uno
solamente tiene que escuchar historias de amigos y amigas queridas
quienes perdieron su virginidad bajo la falsa premisa de amor.
Lamentablemente, no solo pierden algo precioso que Dios les dio para
guardarlo hasta el matrimonio, sino que generalmente terminan con
corazones hechos pedazos y con consecuencias irreversibles.
Este tipo de amor tampoco se refiere a las amistades. A veces pensamos
que el tener una amistad o llevarse bien con las personas—tanto con
hermanos en Cristo como con inconversos— es sinónimo del tipo de amor
bíblico, del que Pablo habla en este pasaje. Aunque el amor fraternal es
ciertamente fundamental para el funcionamiento apropiado de la iglesia
(Heb. 13:1, Rom. 12:10; 1 Tes. 4:9; 1 Ped. 1:22), la palabra que utiliza
Pablo en esta sección es mucho más fuerte.
En esta sección Pablo habla del amor agape , el cual, bíblicamente
hablando, se caracteriza por ser un amor voluntario y sacrificial, donde el
creyente pone en primer lugar la gloria y la voluntad de Dios, y pone como
prioridad el funcionamiento y crecimiento corporal de la iglesia. En
esencia, el verdadero amor agape es pensar menos en nosotros mismos y
pensar más en la gloria de Dios, y las necesidades de los hermanos en la fe.
Este tipo de amor debe llevarnos a servir más a Dios y a los hermanos.
¿Sabes por qué muchos que se dicen cristianos son inconstantes en sus
iglesias? Primeramente, porque algunos tal vez no sean creyentes. En
segundo lugar, porque no quieren involucrarse en la vida de los demás. No
quieren hacerlo porque simplemente no quieren servir dentro de la iglesia;
y no quieren servir a sus hermanos porque no les interesan; y no les
interesan porque no han entendido lo que es el verdadero amor bíblico.
Simplemente ponte a pensar en esto: Timoteo era joven. Tenía
prácticamente todo en su contra; era como un salmón que debía nadar en
contra de la corriente. Responder carnalmente ante la oposición de los
creyentes hubiera sido algo relativamente fácil de hacer. Solamente pudo
decir un par de palabras destructivas, algunas maldiciones y responder
vengativamente para desahogarse ante la oposición.
Sin embargo, en medio de la oposición, el arma más efectiva, y la
manera más bíblica de responder, es teniendo una vida ejemplar y de
piedad. Por más difícil que fuera, una respuesta de amor y bondad tendrían
mayor efecto en medio de la tempestad. En lugar de pagar con la misma
moneda, él debía ser un modelo de amor bíblico. Debía demostrar cómo se
comporta un creyente piadoso.
Evidentemente, este amor es algo que Timoteo —y todo creyente—
debía demostrar no solo de manera horizontal, sino principalmente vertical.
Así, el amor que Timoteo tenía por Dios y Su Palabra le llevaría a reflejarlo
hacia los hermanos, aun cuando lo estuvieran atacando, ultrajando y
menospreciando. El amor es la característica que por excelencia refleja el
estado espiritual de una persona. El amor es el fruto principal de un
verdadero creyente que ha sido justificado por la fe en Jesucristo (Gal.
5:22).
Si una persona dice ser cristiana, pero no ama, es alguien que no ha
experimentado el amor y el perdón de Dios en su vida y se engaña a sí
misma. En pocas palabras, un “cristiano” que no ama a sus hermanos —no
solo con los que tiene una buena relación, sino principalmente con aquellos
que son difíciles de tratar— entonces muy probablemente no ha nacido de
nuevo.
En 1 Juan 3:11-18: el apóstol nos demuestra algo sumamente serio y
determinante:
Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos
amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su
hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las
de su hermano justas. Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os
aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en
que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece
en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis
que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. En esto hemos
conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también
nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que
tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra
contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos,
no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Sé ejemplo en pureza
Finalmente vemos esta característica que es muy interesante. La raíz de
esta palabra es usualmente en referencia a algo santo y puro, en un sentido
ceremonial. El equivalente de esta “ pureza ” en el AT se refería a la
pureza cúltica. En algunos escritos seculares precisamente significaba:
“estar en un estado de pureza moral”.
Aunque la idea cultica o ceremonial del AT probablemente no haya
estado en la mente de Pablo al momento de escribir esta carta, es evidente
que él deseaba que Timoteo fuera una persona ejemplar en su pureza moral;
tal y como lo vimos en el capítulo anterior. Pablo exhorta a que él fuera un
joven ministro ejemplar y modelo a seguir a través de su pureza moral, para
que así nadie pudiera tacharle de algo. Nuevamente la idea y el concepto
que se emplea aquí es la integridad y el carácter irreprensible de Timoteo,
no solo como líder de la iglesia, sino también como cristiano.
En lo personal, es probable que esta pureza moral se centre en el área
sexual; y lo digo por lo siguiente: dentro de los varios requisitos para el
pastorado que Pablo expresa en el 3:2 de esta epístola, se encuentran,
“...que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer”. En la
juventud de Timoteo, uno de los peligros más latentes pudo ser las
tentaciones sexuales. Es por eso que en el 5:2, Pablo le dice a Timoteo que
“a las ancianas, las trate como a madres; a las jovencitas, como a
hermanas, con toda pureza”. [64] Pablo da este mandato porque una de las
principales razones por la que muchos líderes y creyentes caen en pecado
es precisamente por no cuidar su vida moral y su sexualidad.
Ponte en los zapatos de los miembros de la iglesia de Éfeso por un
momento: estaban descontentos por tener a un joven pastor; despreciaban
su juventud y lo ven como alguien incapaz, verde e inmaduro.
Considerando todo esto, era probable que al pensar lo peor de Timoteo, los
creyentes y los líderes hayan tenido la expectativa de que en algún
momento el joven pastor caería en algún tipo de pecado sexual.
Por tal motivo, Pablo le exhorta a ser ejemplo en pureza para finalmente
tapar la boca de todos a través de un testimonio irreprensible. Timoteo, al
cuidar su pureza moral, demostraría madurez, piedad, dominio propio,
santidad, compromiso con Dios, y finalmente demostraría que aun cuando
era joven, el cumplía y calificaba en todos los requisitos y cualidades de un
ministro.
Así como lo vimos en el capítulo anterior; esta pureza se extiende a
todas las motivaciones y pensamientos de una persona. Esta pureza se
puede referir a la honestidad (tanto en cuestiones laborales como
monetarias), transparencia (diciendo siempre la verdad sin mentiras) y
humildad (no teniendo una actitud déspota o arrogante y orgullosa).
Pero ¿Qué es lo que vemos y escuchamos muchas veces en nuestras
iglesias? Todo lo contrario. Muchos creyentes piensan que la pureza sexual
y moral son algo opcional. Al leer o escuchar las palabras de Pablo muchos
creen que este tipo de requisitos son exclusivamente para los pastores y los
ministros. Teniendo esa actitud arrogante y antinomianista, además de una
interpretación y aplicación errónea de la Escritura, muchos se dan el lujo de
vivir en pecado como si no tuviera importancia. Sin embargo, todo creyente
es llamado a este tipo de pureza e integridad moral. Dios espera que todos
los cristianos vivan de una manera pura. No solo los adultos, sino también
los jóvenes. A veces los jóvenes se dan el lujo de vivir como quieren solo
porque “quieren experimentarlo todo, ya que la vida es corta”. Aun así, la
voluntad de Dios en la vida del creyente es su santificación y que se aparten
de fornicación (1 Tes. 4:3).
¿Cómo debe ser un creyente piadoso? Siendo ejemplar en todas estas
áreas. Todas estas características ayudarían a Timoteo a enfrentar las
desventajas de su edad joven y la falta de experiencia. Y aunque el
panorama se veía difícil y desalentador, él debía reflejar las cualidades de
alguien piadoso al permanecer firmemente cimentado en Cristo.
Conclusión
En un artículo que habla acerca de la vida de Jonathan Edwards, el autor
comenta que Edwards “fue un joven apasionado por la presencia de Dios,
un joven que lo único que su corazón deseaba era ver un avivamiento”.
Más adelante Edwards expresó: “Me dediqué solemnemente a Dios y lo
hice por escrito, entregándome yo mismo y todo lo que me pertenecía al
Señor, para no pertenecerme más en ningún sentido”. [65]
En una de sus resoluciones, Edwards dijo: “Resuelvo. Empeñarme al
máximo, para actuar así, de la manera que pienso que debería hacerlo, si ya
hubiera visto la felicidad del cielo y los tormentos del infierno. 8 de Julio
de 1723”. [66]
En un artículo de Coalición por el Evangelio, el autor finalmente
comparte:
B ibliografía
Aguilar, Nadia. “Jonathan Edwards un Joven Apasionado por la Presencia
de Dios.” Www.tecnoiglesia.com. June 17,
2016. Https://tecnoiglesia.com/2016/06/nadie-tenga-poco-juventud/.
Borchert, Gerald L. John 1–11 . Vol. 25ª. The New American Commentary.
Nashville: Broadman & Holman Publishers, 1996.
Carson, D.A. The Gospel According to John . The Pillar New Testament
Commentary. Leicester, England: Apollos, 1991.
Koehler, Ludwig. The Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Testament .
Leiden: E.J. Brill, 1994–2000.
Tacitus, Cornelius. The Complete Works of Tacitus . Ed. Moses Hadas. Trad.
Alfred John Church, and William Jackson Brodribb. New York: The
Modern Library, 1942.
[3]
George Whitefield, Selected Sermons of George Whitefield [Sermones Selectos de George
Whitefield], (n.p.: The Bible Truth Forum, n.d.), 412–18,
https://www.monergism.com/thethreshold/sdg/whitefield/SelectedSermonsofGeorgeWhitfield.pdf.
[4]
La versión RV60 traduce el sustantivo “ τῶν διδασκάλω ν ” como “doctores de la ley.” Sin
embargo, en realidad esta palabra simplemente significa “los maestros” (Lucas 2:46).
[5]
El pastor John MacArthur hace una extraordinaria observación respecto a este tema, “El único
heredero de todas las promesas de Dios es Cristo. Cada promesa dada en el pacto con Abraham se
cumple a perfección en Jesucristo y solo en Jesucristo. Por lo tanto, la única manera en que una
persona puede participar de las bendiciones prometidas a Abraham consiste en ser coheredero con
Cristo a través de la fe en Él.” Vea John MacArthur, Gálatas , en Comentario MacArthur del Nuevo
Testamento (Grand Rapids: Portavoz, 2003), 116–17.
[6]
La vos pasiva es cuando el sujeto recibe la acción del verbo. En la voz activa , el sujeto
realiza la acción del verbo. En este caso, “naciere” demuestra que Nicodemo recibiría la acción de
algo que Dios haría por él.
[7]
MacArthur, Gálatas , 105. El mismo autor observa, “En toda la Biblia la palabra justificación
se refiere a la manera como Dios declara a un pecador libre de la culpa con base en la fe en Él. En su
gracia divina le perdona, le restaura y le acepta con base en nada más que la confianza en la Persona
y la obra de su Hijo, Jesucristo… Tres veces en Gálatas 2:16 declara que la salvación es por medio de
la fe en Cristo y no por la ley. La primera declaración es general: el hombre no es justificado por las
obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo. La segunda es personal: nosotros también hemos creído
en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley. La tercera es
universal: por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.” Ibid. , 82–83.
[8]
Esta traducción es de La Biblia de las Américas (LBLA). Lockman Foundation, Santa Biblia:
La Biblia de Las Américas: Con Referencias Y Notas , electronic ed. (La Habra, CA: Editorial
Fundación, Casa Editorial para La Fundación Bíblica Lockman, 1998), Is 64:6.
[9]
Véase Romanos 4:1–12.
[10]
Gerald L. Borchert, John 1–11 , vol. 25A, The New American Commentary (Nashville:
Broadman & Holman Publishers, 1996), 174.
[11]
D.A. Carson, The Gospel According to John [El Evangelio Según Juan], The Pillar New
Testament Commentary (Leicester, England: Apollos, 1991), 195.
[12]
Ibid., 196.
[13]
William Hendriksen, El Evangelio Según San Juan , en Comentario al Nuevo Testamento
(Grand Rapids: Libros Desafío, 1981), 145.
[14]
Ibid., 146.
[15]
En el griego la frase es ἀνθρώπου ὁ ὢν ἐν τῷ οὐραν ῷ y fue escrito en copias más
recientes. Vea F. F. Bruce, The Gospel and Epistles of John [El Evangelio y las Epístolas de Juan]
(Grand Rapids: Eerdmans, 1983), 87.
[16]
R. Laird Harris, “ ף ָשׂ ַר,” en Theological Wordbook of the Old Testament [Libro de
Palabras Teológicas del Antiguo Testamento], ed. R. Laird Harris, Gleason L. Archer Jr., and Bruce
K. Waltke (Chicago: Moody Press, 1999), 884.
[17]
R. C. Sproul, “El Nuevo Nacimiento,” en Las Grandes Doctrinas de la Biblia (Miami:
Unilit, 1996), 195–97.
[18]
Sproul, The Holiness of God [La Santidad de Dios] (Wheaton, IL: Tyndale House
Publishers, 1998), 85.
[19]
Sugel Michelén, “Martín Lutero y La Reforma En Alemania,” Coalición por el Evangelio,
June 14, 2010, https://www.coalicionporelevangelio.org/entradas/sugel-michelen/martin-lutero-y-la-
reforma-en-alemania/.
[20]
Traducción contenida en La Biblia de las Américas (LBLA).
[21]
Algo interesante que debemos notar es que en esta sección Pablo cita directamente a la
Septuaginta (LXX—es el Antiguo Testamento traducido al Griego), cuya traducción es sutilmente
diferente a la del texto Hebreo.
[22]
Hendriksen, Exposición de Gálatas , en Comentario al Nuevo Testamento (Grand Rapids:
Libros Desafío, 2005), 135.
[23]
Sproul, Grandes Doctrinas de la Biblia , 217.
[24]
Ibid., 215.
[25]
MacArthur, Gálatas , 108.
[26]
Hendriksen, Exposición de Gálatas , 138.
[27]
MacArthur, Gálatas , 109. Vea también Daniel Carro, Comentario Bíblico Mundo Hispano
Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, y Filemón , 1. ed. (El Paso: Editorial Mundo Hispano,
1993–), 60.
[28]
John Calvin and William Pringle, Commentaries on the Epistles of Paul to the Galatians and
Ephesians [Comentarios sobre las Epístolas de Pablo a los Gálatas y Efesios] (Bellingham, WA:
Logos Bible Software, 2010), 91–92.
[29]
Carro, Gálatas, 61.
[30]
La palabra griega que Pedro utiliza al decir “manda” es παραγγέλλ ω ( parangellō ). En el
griego clásico esta palabra se usaba con relación a “pasar algún tipo de anuncio” donde la idea de
intimidación estaba presente, implicando que todos debían obedecer y someterse. De acuerdo con
Otto Schmitz, en el Nuevo Testamento, esta palabra significa una “orden” o “dirección,” y en algunos
casos especiales se utilizaba como “orden militar.” Vea Otto Schmitz, “ Παραγγέλλ ω , Παραγγελί
α ,” Theological Dictionary of the New Testament [Diccionario Teológico del Nuevo Testamento],
ed. Gerhard Kittel, Geoffrey W. Bromiley, and Gerhard Friedrich (Grand Rapids, MI: Eerdmans,
1964–), 761–62.
[31]
Stan Telchin, “Foreword: Trusting my Jewish Savior,” [Prefacio: Confiando en Mi Salvador
Judío] in Come, Let Us Reason Together: The Unity of the Jews and Gentiles in the Church [Vengan,
Razonemos Juntos: La Unidad de los Judíos y Gentiles en la Iglesia], ed. by Baruch Maoz, third ed.
(Phillipsburg, NJ: P. & R. Publishing, 2012), 11.
[32]
Charles Haddon Spurgeon, “Let Us Go Forth,” [Vamos Adelante] in Spurgeon’s Sermons
Volume 10: 1864 [Sermones de Spurgeon Volumen 10: 1864], ed. Anthony Uyl (Woodstock, Ontario:
Devoted Publishing, 2017), 233.
[33]
Este nombre será utilizado como ilustración. El nombre real del sujeto es diferente.
[34]
En el lenguaje griego a esto se le llama como el tiempo perfecto . El uso de este tiempo tiene
implicaciones teológicas bastante importantes. Esta es una acción que se realizó en el pasado (o que
nosotros recibimos en caso de que se use la voz pasiva ), pero que los efectos de tal acción continúan
vigentes en nuestro tiempo.
[35]
Véase 1 Pedro 1:13–16.
[36]
William Arndt et al., A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early
Christian Literature [Un Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento y Otra Literatura Cristiana
Primitiva] (Chicago: University of Chicago Press, 2000), 141.
[37]
Tommas Pace, “Dionysus,” The Lexham Bible Dictionary [El Diccionario Bíblico Lexham],
ed. John D. Barry et al. (Bellingham, WA: Lexham Press, 2016), s. p.
[38]
James Swanson, “ πότο ς ( potos ), ο υ ( ou ), ὁ ( ho ),” Dictionary of Biblical
Languages with Semantic Domains: Greek (New Testament) [Diccionario de Lenguas Bíblicas con
Dominios Semánticos: Griego {Nuevo Testamento}] (Oak Harbor: Logos Research Systems, Inc.,
1997), s. p.
[39]
Aunque los recipientes de esta epístola eran judíos cristianos, “los expatriados en la
dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia,” es probable que algunos de ellos—o
muchos—hayan participado en eventos culticos de los gentiles donde se practicaba la inmoralidad, la
idolatría y las borracheras. Entre estos recipientes, seguramente había gentiles creyentes también.
[40]
Cornelius Tacitus, The Complete Works of Tacitus , ed. Moses Hadas, trans. Alfred John
Church, and William Jackson Brodribb, (New York: The Modern Library, 1942), 380.
[41]
Steve Lawson, Psalms 1–75 [Salmos 1–75, Holman Old Testament Commentary, ed. Max
Anders (Nashville: Holman Reference, 2003), 354.
[42]
Spurgeon, Consagración a Dios: Ilustrada por la Circuncisión de Abraham , traducido por
Allan Román (Newington, Londres: n. p., 1868), 1, http://www.spurgeon.com.mx/sermon845.pdf.
[43]
John MacArthur, La Biblia de Estudio MacArthur (Grand Rapids: Portavoz, 2004), 1675.
[44]
Charles Haddon Spurgeon, Una Defensa del Calvinismo, traducido por Allan Roman
(Pensacola, FL: Chapel Library, 2009), 8–9.
[45]
Sé que esta explicación podría entenderse como un argumento circular. Pero, si somos
honestos con nosotros mismos, realmente no hay una respuesta lógica o racional. Esta es una de esas
áreas en las que nuestra mente finita llega finalmente al límite. Solo sabemos que Dios
soberanamente ha orquestado todo para su gloria y para la santificación de su pueblo.
[46]
Véase Éxodo 16 para un análisis del comportamiento de la nación de Israel ante el Señor.
[47]
La mayor diferencia en el uso de esta palabra es que mientras en Filipenses 2:16 Pablo
utiliza un participio que describe el comportamiento de los creyentes, en 1 Tim 4 :16 el apóstol le da
un mandato de tener cuidado, o bien, aferrarse firmemente al cuidado de la doctrina y de si mismo.
[48]
Desafortunadamente el enlace de la página donde estaba puesta esta encuesta dejó de existir.
[49]
Véase la estrofa del Salmo 119:105.
[50]
William D. Barrick, “Psalm 119 — The Great Alphabet Psalm,” in Psalms , Hymns, and
Spiritual Songs: The Master Musician’s Melodies (Santa Clarita, CA: n. p., 2007), 13,
https://drbarrick.org/files/studynotes/Psalms/Ps_119.pdf.
[51]
Teocéntrico significa “centrado o enfocado en Dios” y antropocéntrico significa “centrado o
enfocado en el hombre.”
[52]
James Swanson, “ ( ה יהוyhwh ),” Dictionary of Biblical Languages with Semantic
Domains: Hebrew (Old Testament) (Oak Harbor: Logos Research Systems, Inc., 1997), s. p.
[53]
Jonathan Edwards, “Las 70 Resoluciones de Jonathan Edwards,”
www.avivanuestroscorazones.com, 2020, https://www.avivanuestroscorazones.com/articles/las-70-
resoluciones-de-jonathan-edwards/.
[54]
William Arndt et al., A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early
Christian Literature (Chicago: University of Chicago Press, 2000), 529.
[55]
Vea Daniel B. Wallace, Greek Beyond the Basics: An Exegetical Syntax of the New
Testament [Griego Más Allá de lo Básico: Una Sintaxis Exegética del Nuevo Testamento] (Grand
Rapids: Zondervan, 1996), 486.
[56]
Ibid., 750. Observe el tipo de verbo presente que utiliza Pablo en esta sección. No se refiere a
algo continuo o habitual, sino a algo absoluto. A este uso se le llama presente gnómico .
[57]
Observa también como en 2 Tes. 2:7–9, Pablo habla de la manera en como el trabajó con
afán y fatiga para ser un ejemplo a los demás creyentes.
[58]
Digo 5 cualidades porque en realidad la palabra “en espíritu” que vemos aquí, no aparece en
los manuscritos más antiguos. Es probable que esta palabra haya sido agregada después.
[59]
Spurgeon, Confesión con la Boca , traducido por Allan Román (Newington, Londres: n. p.,
1868), 9, http://www.spurgeon.com.mx/sermon520.html.
[60]
John Calvin and William Pringle, Commentaries on the Epistles to Timothy, Titus, and
Philemon [Comentarios Sobre las Epístolas a Timoteo, Tito y Filemón] (Bellingham, WA: Logos
Bible Software, 2010), 114.
[61]
Vea 1 Pedro 1:13–16 y 2:11–12.
[62]
Jonathan Edwards, “Las 70 Resoluciones de Jonathan Edwards,”
www.avivanuestroscorazones.com, https://www.avivanuestroscorazones.com/articles/las-70-
resoluciones-de-jonathan-edwards/.
[63]
Algunos dicen que Caín no pudo haber nacido de nuevo, ya que el Espíritu Santo no había
llegado oficialmente. Aunque es verdad que el día de Pentecostés vendría hasta mucho después, es
evidente que Juan hace una conexión entre el nuevo nacimiento y las acciones de Caín, no solo como
ilustración sino como principio y aplicación. De alguna manera, los creyentes del AT experimentaron
ese nuevo nacimiento. Aun Jesús mismo habla de la importancia de la regeneración con Nicodemo
antes de su muerte y resurrección. Aunque el arribo del Espíritu Santo se oficializó después de la
ascensión de Cristo, es evidente que el medio de salvación siempre ha sido el mismo: regeneración y
justificación por la fe.
[64]
Itálicas mías para hacer énfasis.
[65]
Nadia Aguilar, “Jonathan Edwards un Joven Apasionado por la Presencia de Dios.,”
www.tecnoiglesia.com, June 17, 2016, https://tecnoiglesia.com/2016/06/nadie-tenga-poco-juventud/.
[66]
Jonathan Edwards, “Las 70 Resoluciones de Jonathan Edwards,”
www.avivanuestroscorazones.com, 2020, https://www.avivanuestroscorazones.com/articles/las-70-
resoluciones-de-jonathan-edwards/.
[67]
Josué Barrios, “Jonathan Edwards: Avivado Por La Belleza de Dios,”
www.coalicionporelevangelio.org, May 16,
2018, https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/jonathan-edwards-avivado-la-belleza-dios/.