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Introducción a las infecciones urinarias (IU)

En las personas sanas, la orina de la vejiga es estéril, no hay en ella bacterias ni otros
microorganismos infecciosos. El conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia el exterior del
cuerpo (uretra) no contiene bacterias o contiene muy pocas, por lo que no es posible que causen
infección. Sin embargo, cualquier segmento de las vías urinarias puede infectarse; la infección en
cualquier punto a lo largo de las vías urinarias se denomina infección urinaria (lU).
Órganos de las vías urinarias

Por lo general, las infecciones urinarias se clasifican en altas y bajas según el lugar de las vías
urinarias donde se producen, aunque a veces a los médicos les resulta difícil e incluso imposible
determinar el lugar exacto:
 IU bajas: infecciones de la vejiga (cistitis)
 IU altas: infecciones de los riñones (pielonefritis)
Algunos médicos también consideran que las infecciones de la uretra ( uretritis) y de la próstata
(prostatitis) forman parte de las IU bajas. En los órganos pares (como los riñones) la infección
puede producirse en uno o en ambos órganos. Las infecciones urinarias pueden ocurrir tanto en
niños como en adultos.
Causas

Los microorganismos que provocan la infección por lo general entran en las vías urinarias por
uno de dos accesos posibles. La puerta de entrada más frecuente es el extremo inferior de las vías
urinarias, es decir, la abertura de la uretra en el extremo del pene, en el hombre, o el inicio de la
uretra en la vulva, en la mujer. La infección asciende por la uretra hasta la vejiga y, a veces, hasta
los riñones, o ambas cosas. La otra vía posible es el torrente sanguíneo, por donde suele llegar a
los riñones.
La causa de las infecciones urinarias es casi siempre bacteriana, aunque algunos virus, hongos y
parásitos también pueden infectar las vías urinarias. Más del 85% de dichas infecciones están
causadas por bacterias procedentes del intestino o de la vagina. Sin embargo, por lo general las
bacterias que penetran en las vías urinarias son expulsadas por la acción del chorro de orina al
vaciarse la vejiga.

Bacterias
Las infecciones bacterianas de las vías urinarias bajas (mayoritariamente la vejiga) son muy
frecuentes, especialmente en mujeres jóvenes sexualmente activas. Las mujeres jóvenes también
suelen sufrir infecciones renales bacterianas, pero con menos frecuencia que las infecciones de
vejiga. Escherichia coli es la bacteria más frecuente en los casos de IU. En las personas de 20 a
50 años de edad, las infecciones bacterianas de las vías urinarias son alrededor de cincuenta veces
más frecuentes en las mujeres que en los varones. En los hombres, la uretra es más larga, así que
es más difícil que las bacterias asciendan lo suficiente para causar una infección. En hombres con
edades entre 20 a 50 años aproximadamente, la mayoría de las infecciones urinarias
son uretritis o prostatitis. En las personas de más de cincuenta años, las infecciones de las vías
urinarias se vuelven más frecuentes, tanto en hombres como en mujeres, con muy poca diferencia
entre uno y otro sexo.
Infecciones con inicio en las vías urinarias
 Obstrucción (por ejemplo, por cálculos) en cualquier parte de las vías urinarias
 Alteración en el funcionamiento de la vejiga que impide el vaciado correcto, tal como
ocurre en las enfermedades neurológicas
 Pérdida del mecanismo de tipo válvula entre el uréter y la vejiga, lo que permite que la
orina y las bacterias fluyan hacia atrás desde la vejiga a los uréteres y posiblemente
alcancen los riñones (más frecuente entre los niños que padecen una infecciones urinarias)
 Inserción de una sonda urinaria o de cualquier instrumento por parte de un médico
 Relaciones sexuales
 Uso de un diafragma con espermicida
 Presencia de una conexión anómala (fístula) entre la vagina y la vejiga o el intestino y la
vejiga
 Entre los hombres, agrandamiento de la próstata o bien infección de la próstata
Infecciones que se propagan a las vías urinarias desde la sangre (poco frecuentes)
 Infección en el torrente sanguíneo (septicemia)
 Infección de las válvulas cardíacas (endocarditis infecciosa, una causa poco común)
IVU = infección de las vías urinarias.

Virus
El virus del herpes simple puede infectar la uretra, provocando así que la micción se vuelva
dolorosa y resulte difícil vaciar la vejiga. Otras infecciones urinarias víricas, como las infecciones
de la vejiga y el riñón, no se suelen desarrollar a menos que esté afectado el sistema inmunitario
de la persona (por ejemplo, por el cáncer, por el VIH/sida o por el uso de un medicamento que
inhibe el sistema inmunitario).

Hongos
Ciertos hongos o levaduras pueden infectar las vías urinarias. Este tipo de infección es
considerada frecuentemente infección por levaduras (las levaduras también pueden causar
inflamación de la vagina [vaginitis]). El hongo Candida es el microorganismo que con más
probabilidad causa infecciones urinarias por hongos (candidiasis). Candida frecuentemente
infecta a las personas inmunodeprimidas o que portan una sonda vesical. Tanto los hongos como
las bacterias pueden al mismo tiempo infectar los riñones.

Parásitos
Algunos parásitos, incluidas ciertas clases de gusanos, pueden infectar las vías urinarias.
La tricomoniasis está causada por un tipo de parásito microscópico; es una enfermedad
transmitida por vía sexual que, en las mujeres, causa un abundante flujo vaginal espumoso de
color amarillo verdoso. En algún caso, se infectan la vejiga o la uretra. En los varones la uretra
puede infectarse por Trichomonas. Por lo general, no causa síntomas en hombres.
La esquistosomiasis es una infección causada por un tipo de gusano denominado trematodo que
puede afectar a los riñones, los uréteres y la vejiga. Esta infección es una causa frecuente de
insuficiencia renal grave entre las personas que viven en África, América del Sur y Asia. La
esquistosomiasis persistente de la vejiga suele provocar la aparición de sangre en la orina o la
obstrucción de los uréteres, y puede finalmente derivar en cáncer de vejiga.
La filariasis, una infección provocada por un nematodo (oxiuro), obstruye los vasos linfáticos y
permite que el líquido linfático penetre en la orina (quiluria). La filariasis provoca una enorme
hinchazón de los tejidos (elefantiasis), que puede afectar al escroto en los hombres.

Bacteriuria asintomática
La bacteriuria asintomática es un trastorno en el que las bacterias están presentes en la
orina en cantidades superiores a las normales, pero no se producen síntomas.
(Véase también Introducción a las infecciones urinarias.)
La bacteriuria asintomática es frecuente en ciertos grupos de personas, como las que tienen un
catéter insertado en la vejiga durante un período prolongado. La bacteriuria asintomática no suele
tratarse, porque la erradicación de la bacteria puede ser difícil y, porque en general las
complicaciones son poco frecuentes. Además, la administración de antibióticos altera el
equilibrio de las bacterias en el organismo, permitiendo en algunos casos que proliferen y sean
más difíciles de eliminar.
¿Sabías que...?
La mayoría de las personas con una proliferación bacteriana excesiva en la orina y
asintomáticas no deben recibir tratamiento.
Constituye una excepción el caso en que una persona padece un trastorno o una situación personal
que aumenta el riesgo en caso de que se produzca una infección del tracto urinario. Estas
circunstancias pueden incluir
 Embarazo
 Un riñón trasplantado
 La toma de fármacos que inhiban el sistema inmunitario
 Sufrir una enfermedad que inhiba el sistema inmunitario (por ejemplo el sida, ciertos
tipos de cáncer o un número bajo de glóbulos blancos)
 Niños pequeños con reflujo importante de orina desde la vejiga hacia los uréteres
 Antes de ciertos procedimientos invasivos que pueden causar sangrado en el tracto
urinario (por ejemplo, la resección transuretral de la próstata)
Por ejemplo, una infección de la vejiga (cistitis) puede complicar gravemente un embarazo
ascendiendo a los riñones y provocando una infección renal (pielonefritis), lo que conduce a un
parto prematuro. Además, la infección de las vías urinarias puede dañar un riñón trasplantado.
Una infección de las vías urinarias puede provocar una potencialmente mortal infección del
torrente sanguíneo en personas cuyo sistema inmunitario está inhibido por un medicamento o por
una enfermedad. A veces, el sistema inmunitario resulta inhibido después de la quimioterapia
contra el cáncer. La bacteriuria asintomática a veces también se trata en personas con ciertos tipos
de cálculos renales que no se pueden eliminar (y que por consiguiente causan infecciones
repetidas de las vías urinarias) y en personas a las que ya se haya asignado una intervención
quirúrgica en las vías urinarias.
Debido a que la bacteriuria asintomática no se suele tratar, los médicos no suelen hacer pruebas
para identificarla a menos que la persona sufra una enfermedad que justifique el tratamiento. La
bacteriuria puede confirmarse mediante un cultivo de orina, que consiste en el crecimiento, en el
laboratorio, de las bacterias presentes en una muestra de orina, para identificar la cantidad y tipo
de éstas. Cuando el tratamiento está justificado, se administra terapia antibiótica.

Dolor o ardor al orinar


(Disuria)
El ardor o dolor al orinar se localiza en el orificio uretral o, con menor frecuencia, sobre la vejiga
(en la pelvis, la parte inferior del abdomen, justo por encima del pubis). Es un síntoma muy
común en las mujeres, pero puede afectar a los varones y puede ocurrir a cualquier edad.
(Véase también Introducción a los síntomas del tracto urinario.)
Causas

El ardor o dolor al orinar generalmente está producido por la inflamación de la uretra o la vejiga.
En las mujeres, la inflamación de la vagina o de la región situada alrededor de la abertura vaginal
(llamada vulvovaginitis) puede ser dolorosa cuando queda en contacto con la orina. La
inflamación que ocasiona ardor o dolor generalmente está causada por una infección, pero a veces
ocurre por trastornos no infecciosos.

Causas frecuentes
En general, las causas más comunes de ardor o dolor al orinar son
 Infección de la vejiga (cistitis)
 Infección de la uretra (uretritis) debida a una enfermedad de transmisión sexual (ETS)
Valoración

No todas las personas con dolor o ardor al orinar necesitan consultar con un médico de inmediato.
La siguiente información puede ayudar a decidir con qué rapidez se necesita una evaluación por
un médico y a saber qué esperar durante la evaluación.

Signos de alarma
En las personas que tienen dolor o ardor al orinar, ciertos síntomas y características son motivo de
preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes
 Fiebre
 Dolor lumbar o en los flancos
 Una historia reciente de sondaje vesical o tras la introducción en la vejiga de cualquier
instrumento
 Trastornos del sistema inmunitario
 Episodios repetitivos (incluyendo infecciones frecuentes durante la infancia)
 Una anomalía conocida del tracto urinario

Cuándo acudir al médico


Los pacientes con trastornos del sistema inmunitario y las mujeres embarazadas con signos de
alarma deben ver a un médico ese mismo día (o a la mañana siguiente si los síntomas aparecen
durante la noche) ya que las complicaciones de una infección del tracto urinario pueden ser
graves en estos casos. Otros pacientes con signos de alarma deben consultar con un médico en un
día o dos, al igual que aquellos cuyos síntomas son particularmente molestos. Si no existen signos
de alarma y los síntomas son leves, un retraso de 2 o 3 días no es perjudicial.
Las mujeres con infecciones frecuentes de la vejiga pueden reconocer los síntomas característicos
que sugieren un nuevo episodio.

Actuación del médico


En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico y, a
continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a
menudo sugieren la causa del ardor o dolor al orinar y las pruebas que pueden ser necesarias
(véase la tabla Algunas causas y características del dolor al orinar).
El médico pregunta si se han producido síntomas similares en el pasado. También pregunta acerca
de síntomas que pueden acompañar al dolor y que podrían proporcionar pistas sobre la causa. Por
ejemplo
 Si la orina tiene sangre, es turbia o tiene mal olor
 Si existe cualquier tipo de secreción
 Si ha existido alguna relación sexual reciente sin protección
 Si se ha aplicado sobre los genitales algún posible irritante
 Si se ha colocado recientemente una sonda vesical o se ha realizado algún otro
procedimiento sobre el tracto urinario
Se pregunta a las mujeres si podrían estar embarazadas.
En las mujeres, la exploración generalmente incluye un examen ginecológico y la toma de
muestras de líquido cervical y vaginal para detectar enfermedades de transmisión sexual. En los
varones, se examina el pene para detectar la presencia de secreción y se realiza un tacto rectal
para valorar la próstata.
El médico a veces sospecha la causa en función de la zona en la que los síntomas son más graves.
Por ejemplo, si los síntomas son más intensos justo sobre el pubis, la causa puede ser una
infección de la vejiga (cistitis). Si los síntomas son más intensos en el orificio de la uretra, la
causa puede ser una uretritis. En los varones que presentan secreción en el pene, la causa suele
ser uretritis. Si el escozor afecta principalmente a la vagina y la mujer tiene secreción vaginal, la
causa puede ser una vaginitis. La secreción cervical sugiere cervicitis.

Pruebas complementarias
Los médicos no siempre están de acuerdo sobre la necesidad de realizar pruebas complementarias
en algunas mujeres adultas con síntomas que sugieran una infección de la vejiga. Algunos
solicitan análisis de orina, mientras que otros inician el tratamiento sin hacer ningún tipo de
prueba. Se deben hacen pruebas complementarias cuando el diagnóstico no está claro. La primera
prueba es, generalmente, un análisis de orina. En muchos casos se realizan cultivos de orina para
identificar el organismo causante de la infección y determinar qué antibióticos podrían ser
eficaces. En mujeres en edad fértil en las que no se sabe si están embarazadas, se hace una prueba
de embarazo. A menudo se realizan pruebas para enfermedades de transmisión sexual (ETS), por
ejemplo, en varones con secreción en el pene y en mujeres que presentan flujo vaginal.
Puede ser necesario realizar una cistoscopia, así como pruebas de diagnóstico por la imagen, para
detectar anomalías anatómicas u otros problemas, especialmente si los antibióticos no han sido
eficaces. Los hombres, las personas de edad avanzada y las mujeres embarazadas pueden
necesitar una asistencia más esmerada y una exploración más exhaustiva.
Tratamiento

Se trata la causa. Con frecuencia, la causa es una infección y el antibiótico produce alivio en 1 o 2
días. Si el dolor es intenso, el médico puede prescribir fenazopiridina por un día o dos para aliviar
el malestar hasta que los antibióticos empiecen a actuar. La fenazopiridina proporciona a la orina
una coloración rojo anaranjada que puede teñir la ropa interior.
Conceptos clave

 Aunque las infecciones de la vejiga son una causa común, muchos otros trastornos
pueden ocasionar dolor al orinar.
 El ardor o el dolor al orinar pueden ser un signo de una enfermedad de transmisión
sexual (ETS).
 El médico puede optar por iniciar el tratamiento antibiótico en mujeres y ver si los
síntomas desaparecen en lugar de realizar pruebas complementarias.

Uretritis
La uretritis es la infección de la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga
hacia el exterior del cuerpo.
 Las bacterias, incluidas las de transmisión sexual, son la causa más frecuente de uretritis.
 Los síntomas incluyen dolor al orinar, necesidad frecuente o urgente de orinar y, a veces,
secreción mucosa.
 La infección suele tratarse con antibióticos.
(Véase también Introducción a las infecciones urinarias.)
Causas

La uretritis puede estar causada por bacterias, hongos o virus (por ejemplo, el virus del herpes
simple).
Las enfermedades de transmisión sexual, una causa frecuente de uretritis. Microorganismos de
transmisión sexual (como la Neisseria gonorrhoeae, que produce la gonorrea) pueden extenderse
hacia la uretra durante el acto sexual con una pareja infectada. La  Chlamydia y el virus del herpes
simple también se transmiten habitualmente por vía sexual y pueden producir uretritis
(véase Clamidias y otras infecciones). El microorganismo de la gonorrea es el que causa más
frecuentemente uretritis en los hombres. Este microorganismo puede infectar la uretra de las
mujeres, aunque son la vagina, el cuello uterino, el útero, los ovarios y las trompas de Falopio los
que tienen mayor probabilidad de ser infectados. Trichomonas, un tipo de parásito microscópico,
también produce uretritis en los hombres. La uretritis también puede ser causada por otras
bacterias que suelen causar infecciones de las vías urinarias, como Escherichia coli.
Síntomas

Tanto en hombres como en mujeres la micción suele ser dolorosa y la necesidad de orinar se
vuelve más frecuente y urgente. A veces no aparecen síntomas. En los hombres, cuando la causa
es gonorrea o clamidia, suele existir secreción por la uretra, que por lo general es de color verde
amarillento y espesa cuando está implicado el gonococo, y puede ser de color claro y menos
espesa cuando los causantes son otros microorganismos. En las mujeres, la secreción es menos
frecuente.
Otros trastornos que causan dolor al orinar incluyen la infección de la vejiga y la vaginitis
(inflamación de la vagina).

Complicaciones de la uretritis
Las infecciones de la uretra que no reciben tratamiento o se tratan de manera inapropiada pueden
causar un estrechamiento (estenosis) de la uretra. La estenosis aumenta el riesgo de infecciones
en la vejiga o en los riñones. En pocos casos, la gonorrea no tratada conduce a una acumulación
de pus (absceso) alrededor de la uretra. Un absceso puede causar abombamientos de la pared
uretral (divertículos uretrales) que también se pueden infectar. Si el absceso perfora la piel, la
vagina o el recto, la orina puede fluir a través de un conducto anómalo de nueva formación
(fístula uretral).
Diagnóstico

 Análisis de orina
 A veces, frotis uretral
 A veces, cultivo de orina
Por lo general, los médicos establecen el diagnóstico de uretritis a partir de los síntomas y la
exploración. Si hay secreción, se recoge una muestra insertando un hisopo de algodón en el
extremo de la uretra. El frotis uretral se envía entonces al laboratorio para su análisis con el fin de
identificar el microorganismo infeccioso.
Prevención y tratamiento

 Antibióticos para causas comunes; antivirales para el herpes simple


 Para las infecciones de transmisión sexual, tratamiento de las parejas sexuales
Las enfermedades de transmisión sexual que causan uretritis pueden evitarse mediante el uso de
un preservativo.
El tratamiento depende de la causa de la infección. Sin embargo, la identificación del
microorganismo causante de la uretritis puede llevar días. Por lo tanto, los médicos suelen iniciar
el tratamiento con antibióticos que curan las causas más frecuentes. En el caso de los hombres
sexualmente activos, el tratamiento suele consistir en una inyección de ceftriaxona para la
gonorrea, más azitromicina o doxiciclina por vía oral contra la clamidia. Si las pruebas excluyen
la posibilidad de gonorrea o clamidia, puede utilizarse la asociación de trimetoprim y
sulfametoxazol o un antibiótico del grupo de las fluoroquinolonas (como el ciprofloxacino). Las
mujeres pueden recibir un tratamiento como si tuvieran cistitis. En casos de infección por el virus
del herpes se utiliza un medicamento antivírico, como el aciclovir. Si se sospecha que la causa es
una enfermedad de transmisión sexual, las parejas sexuales de la persona afectada deben ser
evaluadas para determinar si necesitan tratamiento. A los hombres que reciben un diagnóstico de
uretritis se les deben hacer los análisis correspondientes para descartar el VIH y la sífilis.

Infección de la vejiga
(Cistitis)
La cistitis es la infección de la vejiga.
 Por lo general, la causa de la cistitis es bacteriana.
 Los síntomas más frecuentes son la necesidad de orinar y el dolor o ardor durante la
micción.
 Los médicos por lo general pueden basar el diagnóstico en los síntomas, pero con
frecuencia analizan una muestra de orina.
 Para tratar la infección y, en muchos casos, los síntomas, se necesita tratamiento
farmacológico.
(Véase también Introducción a las infecciones urinarias.)
Causas

Causas de infección de la vejiga en las mujeres


La cistitis es frecuente entre las mujeres, particularmente durante el periodo fértil. Algunas
mujeres tienen episodios repetidos de cistitis. Existen varias razones por las que las mujeres son
propensas, siendo las más destacables la escasa longitud de la uretra y la proximidad de esta con
la vagina y el ano, donde se localizan habitualmente las bacterias. Las relaciones sexuales
también contribuyen de algún modo, porque el movimiento puede causar una cierta tendencia de
las bacterias a alcanzar la uretra, desde donde ascienden hasta la vejiga. Las mujeres embarazadas
son especialmente propensas a sufrir cistitis, porque el embarazo de por sí afecta el vaciado de la
vejiga.
El uso de diafragma aumenta el riesgo de desarrollar cistitis, posiblemente porque el espermicida
utilizado suprime las bacterias propias de la vagina y permite el crecimiento de las bacterias que
causan cistitis. Mantener relaciones sexuales con un hombre que usa un condón recubierto con
espermicida también aumenta el riesgo.
La disminución en la producción de estrógenos que ocurre después de la menopausia puede
provocar el adelgazamiento de los tejidos vaginales y vulvares alrededor de la uretra (uretritis y
vaginitis atróficas) y aumentar así la propensión de la mujer a episodios repetidos de cistitis.
Además, una caída (prolapso) del útero o de la vejiga puede provocar el vaciado defectuoso de la
vejiga y predisponer a la cistitis. El prolapso uterino o de la vejiga es más frecuente en mujeres
que han tenido muchos hijos.
Fístula vesicovaginal

En casos especiales, la cistitis reaparece a causa de una conexión anómala entre la vejiga y la
vagina (fístula vesicovaginal).
Causas de infección de la vejiga en ambos sexos
Si el flujo de orina resulta parcialmente bloqueado (obstruido) a causa de un cálculo en la vejiga o
en la uretra, un agrandamiento de la próstata (en hombres), o un estrechamiento (estenosis) de la
uretra, es menos probable que las bacterias que entren en el conducto urinario sean excretadas
hacia fuera con la orina. Las bacterias que se quedan en la vejiga después de la micción pueden
proliferar rápidamente. Las personas con obstrucciones prolongadas o repetidas del flujo urinario
pueden desarrollar evaginaciones, que son como pequeñas bolsas (divertículos) que se forman en
las paredes de la vejiga. Estas bolsas retienen orina después de la micción, aumentando el riesgo
de infecciones.
La cistitis también puede ser causada por un catéter o cualquier instrumento que, colocado en las
vías urinarias, pueda introducir bacterias en la vejiga.
Algunas veces la vejiga se inflama sin que exista infección, un trastorno llamado cistitis
intersticial.
Síntomas

La cistitis causa una necesidad de orinar frecuente e imperiosa, y ardor o sensación dolorosa
durante la micción. Estos síntomas suelen evolucionar durante varias horas o un día. La necesidad
urgente de orinar puede causar una pérdida incontrolable de orina (incontinencia de urgencia),
especialmente en las personas de edad avanzada. La fiebre es poco frecuente. Por lo general, la
persona afectada siente dolor por encima del hueso púbico y a menudo también en la parte
inferior de la espalda. Otro síntoma frecuente puede ser la micción nocturna (nicturia). En una
infección grave, la orina puede ser turbia. En raras ocasiones, cuando la infección es el resultado
de una conexión defectuosa entre la vejiga y el intestino o la vagina (fístula), puede llegar aire a
la orina (neumaturia).
La cistitis a veces no causa síntomas, en especial en las personas de edad avanzada; en estos
casos, se descubre cuando se hacen análisis de orina por otras razones. Entre las personas
mayores, la cistitis también puede causar síntomas no relacionados con la micción, como fiebre o
confusión. Las personas cuya vejiga funciona de forma inadecuada como consecuencia de una
lesión nerviosa (vejiga neurogénica), o quienes llevan un catéter, pueden tener una cistitis sin
síntomas hasta que aparece una infección renal o fiebre.
Diagnóstico

 Análisis de orina
 Cultivo de orina
Habitualmente los médicos diagnostican la cistitis a partir de sus síntomas. Se recoge (en un
envase esterilizado) una muestra de orina del chorro medio, de modo que no se contamine con las
bacterias de la vagina o del extremo del pene. Mojando en la orina una tira de papel especial, se
realizan dos pruebas simples y rápidas para detectar sustancias que no suelen estar presentes.
Estas tiras permiten la detección de nitritos que liberan las bacterias. Detectan también la esterasa
leucocitaria (una enzima encontrada en ciertos glóbulos blancos), que puede indicar que el
organismo está tratando de limpiar la orina de bacterias. En mujeres adultas, son estas las únicas
pruebas necesarias.
Además, se puede examinar la muestra de orina al microscopio para determinar la cantidad de
glóbulos rojos (eritrocitos) y glóbulos blancos (leucocitos) y detectar la posible presencia de
bacterias. En algunos casos se realizan cultivos de orina, en el laboratorio, cultivando las
bacterias obtenidas de una muestra de orina para identificar el número y el tipo de bacterias
presentes. Si hay infección, por lo general se detecta una gran cantidad de un tipo concreto de
bacterias.
Normalmente, en los hombres, para el cultivo de orina basta con una muestra de orina del flujo
medio. En las mujeres, hay más probabilidades de que la muestra se contamine con bacterias de la
vagina o de la vulva. Cuando la orina contiene solo una pequeña cantidad de bacterias o varios
tipos diferentes a la vez, es probable que haya sido contaminada durante el proceso de recogida.
Para asegurarse de que la orina no está contaminada, es frecuente que los médicos obtengan una
muestra directamente de la vejiga mediante una sonda.

Causas de cistitis
Para los médicos es importante encontrar la causa de las cistitis en unos grupos determinados. La
causa se debería encontrar en
 Niños
 Hombres de cualquier edad
 Personas que presentan fiebre durante al menos 3 días o evidencias de daño renal
 Algunas mujeres que presentan infecciones recurrentes (3 o más veces por año), en
especial cuando van acompañadas de síntomas de obstrucción urinaria (incluyendo
síntomas de cálculos renales).
En estos grupos de personas existe una mayor probabilidad de encontrar una causa que requiera
un tratamiento específico distinto de la administración de fármacos para combatir la infección
(por ejemplo, un cálculo renal grueso).
Los médicos pueden llevar a cabo pruebas de diagnóstico por la imagen, por lo general
 Ecografía
 Tomografía computarizada (TC)
A veces, en lugar de la ecografía o la TC, los médicos realizan una urografía intravenosa (UIV),
un estudio radiológico para el que se inyecta en una vena un medio de contraste radiopaco, que
después los riñones filtran y pasan a la orina. (Véase también Pruebas de diagnóstico por la
imagen de las vías urinarias.) Las secuencias radiográficas proporcionan imágenes de los riñones,
los uréteres y la vejiga.
La cistouretrografía miccional, que consiste en introducir un agente de contraste radiopaco en el
interior de la vejiga y registrar su salida, es un buen método para que los médicos puedan estudiar
el reflujo de orina desde la vejiga hacia los uréteres, particularmente en los niños; permite
también identificar cualquier estrechamiento (estenosis) de la uretra.
En la uretrografía retrógrada, el agente de contraste radiopaco se introduce directamente dentro
de la uretra; es útil para la detección de una estenosis, una protuberancia o una conexión anómala
(fístula) de la uretra, tanto en hombres como en mujeres.
La observación directa del interior de la vejiga mediante un tubo flexible de visualización
(cistoscopio) ayuda a diagnosticar el problema cuando la cistitis no desaparece con el tratamiento.
El médico también intenta determinar la causa de la cistitis en los hombres que la sufren.
La prostatitis, la causa más frecuente, por lo general se puede diagnosticar mediante exploración
física de la próstata y análisis de orina.
Prevención

Si las mujeres tienden a desarrollar infecciones de la vejiga después de la relación sexual, es


posible que se les recomiende tomar una dosis de antibióticos inmediatamente después del coito.
Se deben evitar los espermicidas y el uso del diafragma, y la mujer debe orinar tan pronto como
sea posible después del coito.
Las personas que tienen infecciones frecuentes en la vejiga pueden tomar dosis bajas de
antibióticos de forma continua. Las mujeres que toman antibióticos regularmente para prevenir
las infecciones de vejiga pueden necesitar discutir las opciones anticonceptivas con su médico.
Las mujeres posmenopáusicas con infecciones frecuentes de vejiga y vaginitis atrófica o con
uretritis atrófica pueden utilizar cremas de estrógeno aplicadas en la vulva o unos supositorios
de estrógenos que se introducen en la vagina.
Tomar líquidos abundantes puede ayudar a prevenir la cistitis. Esto se debe a que la acción de
lavado de la orina arrastra las bacterias hacia fuera de la vejiga. Las defensas naturales del
organismo eliminan el resto de las bacterias. Habitualmente se cree que limpiarse de adelante
hacia atrás y evitar el uso de ropa interior ajustada y no transpirable son medidas que ayudan a las
mujeres a prevenir las infecciones en la vejiga.
¿Sabías que...?
No está claro si la limpieza de adelante hacia atrás o evitar el uso de ropa ajustada y no
transpirable ayudan a prevenir las infecciones de la vejiga en las mujeres.
No hay pruebas de que el zumo de arándano ayude a prevenir infecciones.

Tratamiento

 Antibióticos
 Analgésicos según sea necesario
 En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica
Por lo general, la cistitis se trata con antibióticos. Antes de prescribir antibióticos, el médico
determina si la persona en cuestión padece algún trastorno que pueda agravar la cistitis, como
diabetes o una deficiencia del sistema inmunitario (lo que reduce la capacidad de la persona
afectada para combatir la infección), o bien una mayor dificultad para eliminar la orina, como
cuando existe una anomalía estructural. Estos trastornos requieren un tratamiento con antibióticos
cada vez más fuertes y durante un periodo de tiempo bastante prolongado, especialmente porque
es probable que la infección reaparezca en el momento en que el paciente suspenda el tratamiento
antibiótico. Las personas con estos trastornos también pueden sufrir infecciones causadas por
hongos o bacterias inusuales y por lo tanto pueden requerir antibióticos distintos a los que se
prescriben más comúnmente.
En las mujeres, la toma de un antibiótico por vía oral durante 3 días es generalmente eficaz si la
infección no ha tenido complicaciones, aunque algunos médicos prefieren administrar una sola
dosis. En las infecciones más persistentes, normalmente se toma un antibiótico durante 7 o 10
días. En los hombres, la cistitis suele ser causada por prostatitis y el tratamiento antibiótico es
necesario durante algunas semanas.
Se dispone de diversos medicamentos que pueden aliviar los síntomas, especialmente la
necesidad frecuente y persistente de orinar y el dolor al hacerlo. La fenazopiridina puede ayudar a
reducir el dolor calmando los tejidos inflamados y se puede tomar durante un par de días, hasta
que los antibióticos controlen la infección.
Para resolver una obstrucción física del flujo de orina o para corregir una anomalía estructural
que aumente las probabilidades de infección, como es el caso del prolapso de útero o de vejiga, se
requiere una intervención quirúrgica. En tanto no pueda procederse a la cirugía, se controla la
infección evacuando la orina de la zona obstruida mediante una sonda. Por lo general, antes de la
intervención se administra un antibiótico para reducir el riesgo de que la infección se propague
por el organismo.
Prevención de las infecciones de la vejiga en las mujeres
TABLA
Cerrar
Algunas causas y características del dolor al orinar
Causa Características comunes* Pruebas

Infecciones†

Por lo general, en mujeres y niñas


Necesidad frecuente y urgente de
orinar
Exploración por un médico
Cistitis (infección de la vejiga) Necesitan levantarse por la noche
Por lo general, análisis y cultivo de orina
para orinar
A veces, sangre en la orina u orina
con mal olor

Suele apreciarse secreción uretral


visible en los varones
Uretritis (infección de la uretra), por lo general A veces secreción de la vagina en las
Pruebas diagnósticas para enfermedades de transmisión
debida a una enfermedad de transmisión mujeres
sexual (ETS)
sexual (ETS) En pacientes que han tenido
recientemente relaciones sexuales sin
protección

Secreción vaginal
Vulvovaginitis (infección de la vulva y la Exploración de un médico, incluido el examen de una
A menudo, enrojecimiento de la zona
vagina) muestra de la secreción en el microscopio
genital

A menudo, secreción cervical Pruebas diagnósticas para enfermedades de transmisión


Cervicitis (infección del cuello uterino)
Antecedentes de coito sin protección sexual (ETS)

Trastornos que causan inflamación

Trastornos que causan inflamación


Causa Características comunes* Pruebas

Síntomas generales (incluyendo


dolor generalizado y dolores
Pruebas para detectar enfermedades de transmisión sexual
Enfermedades del tejido conjuntivo que articulares) que se desarrollan antes
(ETS)
causan inflamación (como la artritis reactiva o de que aparezca el dolor al orinar
A veces, análisis de sangre para comprobar si están
el síndrome de Behçet)‡ A veces, úlceras en la piel, boca,
presentes estos trastornos del tejido conjuntivo
ojos, o área genital, inclusive dentro
de la vagina

A veces, enrojecimiento de la zona


Contacto con una sustancia que irrite la zona o
genital
produzca una reacción alérgica (como un
Personas que hayan estado expuestas Solo un examen médico
espermicida, lubricantes o preservativos de
a una sustancia que podría causar
látex)
irritación o una reacción alérgica

Análisis y cultivo de orina


Más frecuente en mujeres
Exploración del interior de la vejiga introduciendo a través
Cistitis intersticial (inflamación de la vejiga Necesidad frecuente y urgente de
de la uretra un tubo flexible provisto de una cámara de
sin infección) orinar
vídeo (cistoscopia). Por lo general incluye la extracción de
Síntomas de larga evolución
muestras de tejido para su examen (biopsia de la vejiga)

Otros trastornos

Mujeres posmenopáusicas
Sequedad vaginal
A menudo, dolor durante las
Vaginitis o uretritis atróficas (adelgazamiento
relaciones sexuales Solo un examen médico
de los tejidos de la vagina o de la uretra)
Secreción vaginal
Cambios en el interior de la vagina
(que se vuelve lisa y pálida)

Tumores (generalmente, cáncer Síntomas de larga evolución, como Si se sospecha un cáncer de vejiga, cistoscopia
de vejiga, próstata o cáncer de uretra) un chorro de orina débil o dificultad Si se sospecha un cáncer de próstata, un análisis de sangre
para iniciar la micción para medir los niveles de PSA
Causa Características comunes* Pruebas

Por lo general, sangre en la orina Si el nivel de PSA está elevado, biopsia de próstata

* Las características incluyen síntomas y los resultados de la exploración realizada por el médico. Las características que se mencionan son habituales, pero
no siempre están presentes.

† Los microorganismos que suelen causar dolor al orinar incluyen gérmenes que se transmiten por vía sexual (como la gonorrea, la infección por clamidias
y la tricomoniasis) y bacterias que no se transmiten por vía sexual, en su mayoría Escherichia (E.) coli.

‡ Esta causa es rara.

PSA = antígeno prostático específico; ETS = enfermedad de transmisión sexual.

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