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TP Inteligencia Artificial –

Vida 3.0 - Capítulos 1 y 3.- El futuro próximo


Preguntas
Capítulo 1
1. Describa y diferencie las 3 fases de la vida (biológica, cultural y
tecnológica). Grafique.
2. La humanidad en su momento actual: ¿Qué fase sería según Tegmark? ¿Por
qué?
2) En palabras de Max Tegmark: “Las fronteras que separan las tres fases de la vida
son algo difusas. Si las bacterias son vida 1.0 y los humanos son vida 2.0, cabría
clasificar los ratones como vida 1.1: pueden aprender muchas cosas, pero no las
suficientes para desarrollar el lenguaje o inventar internet. Además, puesto que
carecen de lenguaje, prácticamente todo lo que aprenden se pierde cuando mueren,
no pasa a la siguiente generación. De forma análoga, se podría argumentar que a los
humanos actuales se nos debería considerar vida 2.1: podemos realizar pequeñas
mejoras de nuestro hardware, como implantarnos dientes, rodillas o marcapasos
artificiales, pero nada tan drástico como volvernos diez veces más altos o hacer que
nuestro cerebro sea mil veces más grande”.

3. Hay 3 actitudes frente al tema del plazo y del impacto de la inteligencia


artificial. ¿Podría graficar y/o explicarlas?
4. Diferencie la IA Estrecha de la IA General, dé ejemplos.
4) La IA estrecha es aquella que tiene la capacidad de alcanzar un conjunto limitado de
objetivos; por ejemplo, jugar al ajedrez o conducir un coche. En cambio, la IA general es
aquella que tiene la capacidad para realizar cualquier tarea cognitiva al menos tan bien
como los humanos.
Ejemplos de IA estrecha (existen en la vida real): AlphaGo, Watson, Sophia.
Ejemplos de IA general (sólo se encuentran en la ciencia ficción): T800, Wall-E,
J.A.R.V.I.S.

Capítulo 3
5. ¿De qué forma la inteligencia artificial está mejorando la vida de las
personas? Cite ejemplos.
5) La tecnología de la información ya ha tenido un significativo impacto positivo sobre
prácticamente todos los sectores de la actividad humana: desde la ciencia hasta las
finanzas, la producción industrial, el transporte, la sanidad, la energía o las
comunicaciones. Y este impacto palidece en comparación con el progreso que la IA es
capaz de traer.
El progreso a corto plazo de la IA es capaz de mejorar considerablemente nuestras vidas
en infinidad de maneras, desde hacer que nuestras vidas personales, redes eléctricas y
mercados financieros sean más eficientes hasta salvar vidas con coches autónomos,
robots cirujanos y sistemas de diagnóstico con IA. Además, la IA puede hacer que
nuestros sistemas legales sean más justos y eficientes si conseguimos que los robojueces
sean transparentes e imparciales.
En la actualidad la IA está más presente de lo que nos imaginamos. Podemos
encontrarla en: asistentes de voz, smartphones (apps como Siri), redes sociales, el
predictivo de Google, recomendaciones de productos de Amazon, atención al cliente
(chatbots), recomendaciones musicales de Spotify, recomendaciones de películas de
Netflix, mapas e indicaciones, filtros de spam en los correos electrónicos y automatización
del hogar1.

1
https://www.bbvaopenmind.com/tecnologia/inteligencia-artificial/10-ejemplos-de-que-ya-dependes-de-
la-ia-en-tu-vida-diaria/
6. Explique en qué áreas de la inteligencia, la inteligencia artificial está
superando al humano y en cuáles todavía resta por superar.
6) Está claro que no existe una definición correcta e indiscutible en cuanto al término de
inteligencia. Lo que hay son muchas definiciones candidatas, que incluyen la capacidad
para la lógica, la comprensión, la planificación, el conocimiento emocional, la
autoconciencia, la creatividad, la resolución de problemas y el aprendizaje. Podríamos
considerarlas como “áreas de la inteligencia”.
1. Capacidad para la lógica y la comprensión: IA < Humano
2. Capacidad para la planificación: IA < Humano
3. Capacidad para el conocimiento emocional: IA < Humano
4. Capacidad para la autoconciencia: IA < Humano
5. Capacidad para la creatividad: IA < Humano
6. Capacidad para la resolución de problemas: IA < Humano
7. Capacidad para el aprendizaje: IA < Humano
8. Capacidad para memorizar: IA > Humano
9. Capacidad para computar: IA > Humano

7. Describa fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas que presenta


hoy en día la inteligencia artificial.
7) Análisis F.O.D.A de la Inteligencia Artificial (IA)
Fortalezas
i. Orientada a problemas muy concretos.
ii. Es buena para tareas repetitivas.
iii. Aprende de ejemplos similares.
Oportunidades
i. Podría ayudarnos a explorar otros sistemas solares y galaxias.

ii. Podría ofrecernos grandes oportunidades de negocio en torno a las transacciones


financieras.

iii. Ofrece enormes posibilidades de mejorar la producción industrial al emplear robots


que aumentan tanto su eficiencia como su precisión.

iv. Se podrían salvar millones de vidas debido a la automatización del transporte.


También se podría eliminar el tráfico y lograr que los que posean un auto ganen
dinero con él cuando no lo están usando en vez de tenerlo estacionado.

v. Podría mejorar las redes eléctricas para que se adapten de una manera perfecta a
las variaciones de la oferta y la demanda.

vi. Tiene un enorme potencial para mejorar la sanidad. Los diagnósticos podrían ser
extremadamente precisos y la medicina pasaría a ser totalmente personalizada y
diversas operaciones podrían ser realizadas por robots. Además, el aprendizaje
automático podría lograr que el ganado fuese más sano y que los cultivos fuesen
más resistentes.

vii. En cuanto a las comunicaciones, promete mejoras en eficiencia, precisión,


comodidad y beneficios económicos.

viii. La IA es capaz de mejorar nuestros sistemas legales y de gobernanza. Hay


multitud de oportunidades de mejora, tanto en cómo se aplican las leyes como en
la manera en que se elaboran. Los robojueces aplicarían incansablemente los
mismos elevados estándares legales a cualquier sentencia sin sucumbir a errores
humanos como sesgos, fatiga o carencia del conocimiento más actualizado. Cabe
mencionar que, si perdemos la privacidad podríamos lograr un sistema mucho
más justo en cuanto a las sentencias.
Debilidades
i. Sin flexibilidad.
ii. Es programada por humanos.
iii. Posee pocas redes neuronales.
iv. No razona, solo computa.
v. No pueden salirse de su marco de trabajo.
Amenazas
i. Un único accidente/error podría desencadenar grandes problemas (tanto en la
exploración espacial como en las finanzas, producción industrial, transporte,
energía, sanidad, comunicación, etc.).

ii. Tiene el potencial para acabar con la humanidad. Por ejemplo, se podría
desencadenar una guerra nuclear accidental o aparecer una pandemia producto
de la bioingeniería.

iii. La seguridad informática será sumamente importante, ya que habrá que hacerle
frente a gusanos, troyanos y virus enfocados en espiarnos, robar nuestra
información personal, etc. Debemos garantizar la robustez de los sistemas de IA.

iv. Se podría llegar a un Estado de vigilancia orwelliano que todo lo vea y todo lo
controle. Existe el riesgo de que aparezca una dictadura totalitaria de proporciones
épicas.

8. ¿Cuáles son los riesgos en el uso de inteligencia artificial en cuestiones de


bélicas?
8) Los riesgos en el uso de inteligencia artificial en cuestiones bélicas son variados.
a) Si los sistemas automatizados son defectuosos, confusos o no tienen el
comportamiento esperado podrían causar serios inconvenientes. Una toma de
decisiones equivocadas podría matar civiles como también desencadenar una
guerra.

b) El desenlace de una carrera armamentística en armas dotadas de IA podría ser


fatal. Las armas autónomas por algo son consideradas la tercera revolución en las
guerras, tras la pólvora y las armas nucleares. El peligro es inminente.

c) A diferencia de las armas nucleares, las armas autónomas no requieren materias


primas costosas o difíciles de conseguir, por lo que resultarán lo bastante ubicuas
y baratas para que todas las potencias militares importantes las produzcan en
masa. Será solo cuestión de tiempo que aparezcan en el mercado negro y en
manos de terroristas, dictadores que aspiren a reafirmar su control sobre sus
poblaciones, señores de la guerra que busquen perpetrar limpiezas étnicas,
etcétera. Las armas autónomas son ideales para llevar a cabo asesinatos,
desestabilizar países, someter a poblaciones enteras o cometer matanzas
selectivas de determinados grupos étnicos.

d) La IA nos permite atacar al enemigo sin necesidad de fabricar arma alguna, solo a
través de la guerra informática. Cuanto mayor sea el grado de automatización de
una sociedad, y más potente la IA atacante, más destructiva puede ser la guerra
informática. Si somos capaces de hackear los vehículos autónomos, aviones auto
pilotados, reactores nucleares, robots industriales, sistemas de comunicaciones,
sistemas financieros y redes eléctricas del enemigo y hacer que dejen de
funcionar, podemos de hecho hundir su economía e inutilizar sus defensas. Si
además encontramos la manera de hackear algunos de sus sistemas de
armamento, mejor todavía.

9. Describa el impacto de la inteligencia artificial respecto al futuro del trabajo.


¿Qué orientación profesional es necesario adquirir de acuerdo a sus avances?
9) La tecnología digital exacerba la desigualdad de tres maneras distintas.
En primer lugar, al reemplazar trabajos antiguos por otros que requieren mayor formación,
la tecnología premia a quienes tienen más educación. En segundo lugar, afirman que una
proporción cada vez mayor de la renta empresarial ha ido a parar a los dueños de las
compañías, en detrimento de quienes trabajan en ellas, y que, mientras continúe la
automatización, deberíamos esperar que los propietarios de las máquinas se queden con
un pedazo cada vez más grande del pastel. En tercer lugar, la economía digital beneficia
a las superestrellas por encima de cualquier otra persona.
Si la IA continúa mejorando y automatizando cada vez más trabajos, ¿qué sucederá?
Muchas personas son optimistas en cuanto al empleo, y consideran que los trabajos
automatizados serán sustituidos por otros nuevos que serán aún mejores. Otra
gente, sin embargo, es pesimista y argumenta que esta vez es diferente, y que un
número cada vez mayor de personas pasarán a ser no solo desempleadas, sino
inempleables.
Algunos optimistas laborales explican que, tras los trabajos físicos y mentales, el siguiente
bum se producirá en los trabajos creativos, pero los pesimistas replican que la creatividad
no es más que otro proceso mental, por lo que también acabará siendo dominado por la
IA. Otro sector de los optimistas confía en que el siguiente bum tenga lugar en cambio en
nuevas profesiones, posibles gracias a la tecnología, que aún ni siquiera imaginamos.
Pero los pesimistas responden diciendo que esto es mero voluntarismo con poco respaldo
de los datos empíricos. Los pesimistas laborales afirman que el escenario final es
evidente: no quedarán trabajos que los humanos podamos hacer a menor coste que las
máquinas.
Entonces, ¿quién tiene razón: los que dicen que los trabajos automatizados serán
sustituidos por otros mejores o quienes afirman que la mayoría de los humanos
acabaremos siendo inempleables? Si el progreso de la IA continúa como hasta ahora,
podría suceder que ambos estuviesen en lo cierto: unos a corto plazo, y los otros a largo.
Pero, aunque la gente a menudo habla de la desaparición del trabajo como si se tratara
de algo apocalíptico, no tiene por qué ser negativa.
Quizá quienes se obsesionan hoy en día con los trabajos están siendo demasiado cortos
de miras: queremos que haya empleos porque nos proporcionan ingresos y la sensación
de tener un propósito, pero, dada la opulencia de recursos que generarían las máquinas,
debería ser posible encontrar maneras alternativas de tener ambos, ingresos y propósito,
sin trabajo.
Empecemos por plantearnos la cuestión de los ingresos: redistribuir solamente una
pequeña porción de la creciente tarta económica debería permitir que todo el mundo
viviese mejor. Muchos argumentan que no solo podemos, sino que debemos hacerlo.
Hay muchas propuestas distintas para llevar a cabo el reparto de la riqueza, cada
una de las cuales cuenta con defensores y detractores. La más simple es la de la renta
básica, según la cual cada persona recibe un pago mensual sin condiciones ni requisitos
previos de ninguna clase.
Los gobiernos pueden ayudar a sus ciudadanos no solo dándoles dinero, sino también
ofreciéndoles servicios gratuitos o subvencionados como carreteras, puentes, parques,
transporte público, guarderías, educación, sanidad, residencias de mayores y acceso a
internet; de hecho, muchos gobiernos ya proporcionan la mayoría de estos servicios. A
diferencia de la renta básica, estos servicios públicos cumplen dos objetivos distintos:
reducen el coste de la vida para la población y también proporcionan trabajo. Incluso en
un futuro donde las máquinas sean mejores que los humanos en todo tipo de trabajos, los
gobiernos podrían optar por pagar a las personas para que trabajasen en el cuidado de
niños y ancianos, entre otras funciones, en lugar de encomendar esas tareas a robots
cuidadores.
Curiosamente, el progreso tecnológico puede hacer que se acaben proporcionando de
forma gratuita muchos productos y servicios valiosos, incluso sin intervención de los
gobiernos.
Si algún día las máquinas pueden producir todos los bienes y servicios actuales a un
coste mínimo, entonces es evidente que habrá riqueza suficiente para que todo el mundo
pueda vivir mejor que ahora. Dicho de otro modo, en esa situación, incluso unos
impuestos modestos permitirían a los gobiernos costear la renta básica y los servicios
gratuitos. Pero el hecho de que el reparto de la riqueza pueda producirse no significa,
evidentemente, que vaya a ocurrir, y hoy en día existe un intenso debate político sobre si
debería incluso llegar a darse.
Cabe señalar que a menor desigualdad económica más amplia e instruida es la clase
media, lo que redunda en un mejor funcionamiento de la democracia: Es más difícil
manipular al electorado y también lo es que un número reducido de personas o empresas
ejerzan una influencia desproporcionada sobre el gobierno. Una mejor democracia puede
a su vez hacer posible una economía mejor gestionada que sea menos corrupta, más
eficiente y de crecimiento más rápido.
Un trabajo puede proporcionar a las personas algo más que simple dinero. Algunos
trabajos (¡pero no todos!) pueden aportar muchos de los factores que mejorar la
sensación de bienestar y de tener un propósito de las personas, por ejemplo: una red
social de amigos y colegas; un estilo de vida saludable y virtuoso; respeto, autoestima,
eficacia personal y una placentera sensación de «fluir» derivada de hacer algo que a uno
se le da bien; una sensación de ser necesario y de dejar huella; una sensación de sentido
en la vida, al formar parte y contribuir a algo más grande que uno mismo.
Esto ofrece motivos para el optimismo, puesto que todas estas cosas pueden obtenerse
también fuera del ámbito laboral, por ejemplo, a través del deporte, las aficiones y el
aprendizaje, y con la familia, los amigos, los equipos, los clubes, los grupos comunitarios,
los colegios, las organizaciones religiosas y humanistas, los movimientos políticos y otras
instituciones. Por lo tanto, para crear una sociedad con poco trabajo que prospere en
lugar de degenerar en comportamientos autodestructivos, necesitamos entender cómo
contribuir a que se desarrollen esas actividades que generan bienestar. En esa búsqueda
de comprensión deben participar no solo científicos y economistas, sino también
psicólogos, sociólogos y educadores. Si se dedican grandes esfuerzos a generar
bienestar para todos, financiados con parte de la riqueza que la futura IA genere, la
sociedad podrá llegar a florecer como nunca antes. Como mínimo, debería ser posible
conseguir que todo el mundo sea tan feliz como si cada uno tuviera su trabajo soñado,
pero, una vez que uno se libera de la restricción de que las actividades que realice deben
generar ingresos, las posibilidades son ilimitadas.
Así las cosas, ¿qué orientación profesional deberíamos dar a nuestros hijos? Yo animo
a los míos a elegir profesiones que a las máquinas actualmente no se les dan bien, y que
por tanto parece improbable que se automaticen en un futuro próximo. Varios pronósticos
recientes sobre cuánto tardarán distintos tipos de trabajos en ser asumidos por las
máquinas identifican algunas preguntas que resulta útil plantearse respecto a una carrera,
antes de decidirse a orientar a ella nuestra formación. Por ejemplo: ¿Requiere interactuar
con personas y hacer uso de inteligencia social? ¿Implica creatividad e idear soluciones
ingeniosas? ¿Requiere trabajar en un entorno impredecible?
Cuantas más preguntas respondamos afirmativamente, más probable es que la carrera
elegida sea una buena opción. Esto significa que entre las elecciones relativamente
sensatas están las de hacerse profesor, enfermero, médico, dentista, científico,
emprendedor, programador, ingeniero, abogado, trabajador social, miembro del clero,
artista, peluquero o masajista terapéutico.
Por el contrario, los trabajos que implican acciones muy repetitivas o estructuradas en un
entorno predecible es poco probable que duren mucho hasta que sean eliminados por la
automatización. Los ordenadores y los robots industriales asumieron los más simples de
estos trabajos hace ya mucho tiempo, y las mejoras tecnológicas están provocando la
eliminación de muchos más, desde los vendedores telefónicos hasta los mozos de
almacén, los cajeros, los maquinistas de tren, los panaderos y los cocineros de comida
rápida. Es probable que los camioneros, taxistas, conductores de autobús y de vehículos
de Lyft/Uber sean pronto los siguientes de la lista. Hay muchas otras profesiones (como
las de asistente legal, analista de crédito, agente de préstamos, contable o experto en
impuestos) que, aunque no están en la lista de especies en peligro de extinción total, sí
están viendo cómo la mayoría de sus tareas distintivas se están automatizando, y por
tanto requieren muchos menos humanos.
Pero escapar a la automatización no es la única complicación a la hora de elegir carrera.
En esta era digital global, aspirar a dedicarse profesionalmente a ser escritor, cineasta,
actor, atleta o diseñador de moda es arriesgado por otro motivo: aunque quienes se
dedican a estas profesiones no tendrán una competencia seria por parte de las máquinas
en el futuro próximo, según la ya mencionada teoría de las superestrellas, sí sufrirán una
competencia cada vez más brutal de humanos de todo el mundo, y muy pocos de ellos la
superarán con éxito.
En muchos casos, sería demasiado corto de miras y burdo ofrecer orientación profesional
entre campos enteros: hay muchos trabajos que no se eliminarán por completo, sino que
verán cómo se automatizan muchas de sus tareas. Por ejemplo, si alguien opta por
dedicarse a la medicina, mejor que no sea el radiólogo que analiza las imágenes y es
reemplazado por el Watson de IBM, sino el médico que ordena los análisis radiológicos,
discute los resultados con el paciente y decide el tratamiento. Si elige las finanzas, en
lugar de ser el analista cuantitativo que aplica algoritmos a los datos y es sustituido por un
software, es preferible plantearse la profesión de gestor de fondos, que utiliza los
resultados del análisis cuantitativo para tomar decisiones de inversión estratégicas. Si
quiere dedicarse al derecho, mejor que ser el asistente legal que revisa miles de
documentos en la fase de instrucción y cuya labor será automatizada, es apuntar al
abogado que asesora al cliente y expone el caso ante el tribunal.

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