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ANALISIS JURISPRUDENCIAL.

Referencia: Expedientes T-179.369, T-


182.966 y T-182.977.

S.U. 036-1999.
Procedencia: Consejo de Estado, Salas de
lo Contencioso Administrativo               
-Secciones Tercera, Cuarta y Quinta-.

Magistrado Ponente:
Dr. ALFREDO BELTRÁN SIERRA.

El señor Edgar Gustavo Rojas Obando, en calidad de anestesiólogo y directivo sindical


de la asociación de servidores públicos del sistema de salud de las fuerzas militares y de
la policía nacional, interpone acción de tutela contra Director del hospital Militar central y
del ministerio de defensa Nacional, debido a ciertas irregularidades que se habían venido
presentando en el hospital, una de ellas fue el cese de actividades al interior del hospital
Militar central de Santafé de Bogotá, a lo que el director del mismo, decide solicitar al
ministerio de trabajo y seguridad social la declaración de ilegalidad del mencionado cese,
así como la autorización para despedir a los trabajadores que habrían participado en él.

Los actores discurren en que las resoluciones en las cuales se ordenó la remoción de las
personas involucradas, se desconocen sus derechos al debido proceso, contemplado en
el artículo 29 de la constitución, al trabajo, articulo 25, y a la asociación y libre ejercicio
sindical, art 39 de la constitución. Dado que, al exigir la ilegalidad del cese las directivas
del Hospital Central Militar de Santafé de Bogotá y el Ministro de Defensa, estaban
obligados a agotar un proceso disciplinario, en donde se hubiese demostrado su
participación en la mencionada suspensión, de conformidad con las normas del Código
Único Disciplinario -ley 200 de 1995-. Por ende, se solicita la protección de derechos
fundamentales ya mencionados, mediante la suspensión provisional de las resoluciones
en las que se ordenó la remoción de los empleados.

En primera instancia, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Cundinamarca,


rechazó por improcedente la tutela interpuesta por Edgar Gustavo Rojas Obando (folios
134 a 140, expediente T-179.369), al existir un medio judicial idóneo para la defensa de
los derechos fundamentales que se dicen vulnerados: la acción de nulidad y
restablecimiento del derecho, y el mecanismo de la suspensión provisional previsto en
ella. Por otro lado, mediante sentencia del 21 de julio de 1998, el tribunal administrativo
de bolívar, en su sala plena, rechaza por improcedentes las acciones de tutela
interpuestas por los señores Eduardo Rodríguez Viaña y Aníbal Andrés Mendoza Tovar.

En este sentido, dicha decisión se impugna, por considerarse que el tribunal se equivocó
al denegar la tutela por la existencia de un medido judicial como la acción de nulidad y
restablecimiento del derecho, y la posibilidad de solicitar en ella la suspensión del acto
que se considera perjudicial de los derechos fundamentales.

Los argumentos expuestos en estos escritos de impugnación, en nada se relacionan con


los que en su momento esgrimió el Tribunal Contencioso de Bolívar, Sala Plena, para
denegar el amparo solicitado. Todo parece indicar que los actores, o la persona que los
asesoró, pese a no suscribir los escritos, se limitaron a reproducir la impugnación
presentada por el señor Edgar Gustavo Rojas Obando en la acción de tutela contra el
Hospital Militar Central de Santafé de Bogotá

En segunda instancia, se decide. Por medio de sentencia del seis (6) de agosto de mil
novecientos noventa y ocho (1998), la Sección Tercera del Consejo de Estado confirmó
el fallo del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Cundinamarca, Sección
Segunda, Subsección A (folios 152 a 159, expediente T-179.369), en la acción de tutela
interpuesta por el señor Edgar Gustavo Rojas Obando, pero por razones diversas a las
expuestas por el mencionado tribunal.

 
En concepto de esa Corporación, el actor contaba con un mecanismo judicial diverso de
la tutela para lograr sus pretensiones. Mecanismo que, en términos generales, es más
eficaz que la acción de tutela.
 
Explica que si bien la jurisdicción competente para resolver la supuesta violación de los
derechos fundamentales del actor es la laboral ordinaria, de conformidad con la ley 362
de 1997, en la que no existe el mecanismo de la suspensión provisional, el ejercicio de
este mecanismo no era necesario,  pues éste contaba con la  acción de reintegro (artículo
118 del Código Procesal del Trabajo) acción que, por sus características de celeridad y
sencillez,  resulta ser la más eficaz para la defensa de los derechos fundamentales que
se dicen vulnerados.
 
2. Por medio de sentencias del tres (3) y cuatro (4) de septiembre de mil novecientos
noventa y ocho (1998), las Secciones Cuarta y Quinta del Consejo de Estado,
confirmaron los fallos del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Bolívar, Sala
Plena (folios 86 a 91 y 101 a 107, expediente T- 182.966 y T- 182.977), pero por razones
diversas a las expuestas por el mencionado tribunal.
 
En relación con el actor Eduardo Rodríguez Viaña, la Sección Cuarta del Consejo de
Estado, consideró que éste contaba con un mecanismo judicial diverso de la tutela para
lograr sus pretensiones: la acción de reintegro que consagra el artículo por 118 del
Código Procesal del Trabajo.
 
En relación con el actor Aníbal Andrés Mendoza Tovar, la Sección Quinta del Consejo de
Estado consideró que la acción de nulidad y restablecimiento del derecho era el
instrumento adecuado para obtener lo pretendido por vía de tutela, razón por la que
declaró la improcedencia de ésta. Afirmó, igualmente, que no se demostró que el señor
Mendoza Tovar se encontrase ante un perjuicio irremediable, que hiciera procedente la
tutela como mecanismo transitorio.

En virtud de lo anterior, la corte establece lo siguiente, se revocaran las sentencias


proferidas por las secciones Tercera, Cuarta y Quinta del H. Consejo de Estado, que
confirmaron los fallos del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Cundinamarca,
Sección Segunda, Subsección A, en la acción de tutela del señor Edgar Gustavo Rojas
Obando, en contra del Director General del Hospital Militar Central de Santafé de
Bogotá (expediente T-179.369) y del Tribunal Contencioso Administrativo de Bolívar, Sala
Plena, en las acciones de tutela interpuestas por Eduardo Rodríguez Viaña y Aníbal
Andrés Mendoza Tovar, en contra del Ministro de Defensa Nacional  (expedientes T-
182.966 y T-182.977).
 
En consecuencia, se dejaran sin efecto las resoluciones 338, del 26 de junio de 1998,
suscrita por el Director General del Hospital Militar Central y 2684 y 2687, del 25 de junio
de 1998, expedidas por el Ministro de Defensa Nacional, en las que se
resolvió “remover” a los actores de los cargos que desempeñaban en el Hospital Militar
Central de Santafé de Bogotá y Hospital Naval de Cartagena, respectivamente, por ser
contrarias a la Constitución, toda vez que fueron proferidas sin el agotamiento del
procedimiento que, para el efecto, establece la ley 200 de 1995.
Por otro lado, se ordenará a las directivas del Hospital Militar Central de Santafé de
Bogotá y al Ministro de Defensa Nacional, respectivamente, que en el término de las
cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la notificación de esta providencia, procedan al
reintegro de los actores a los cargos que venían desempeñando al momento de ser
ordenada su remoción. En ningún caso, esta orden implica el reconocimiento de
prestación económica alguna, pretensiones que, por su naturaleza, deben ser discutidas
ante la jurisdicción competente.
 
 
ANALISIS JURISPRUDENCIAL.
Referencia: T-581091

Accionante:
Adriana María Torres.
Magistrado Ponente:
Dr. RODRGO ESCOBAR GIL.

Adriana María Torres Hernández, el día 6 de dic de 1993, asume el cargo laboral de coordinadora
de control urbanístico en la secretaría de planeación del municipio de Sabaneta. Posteriormente,
el Consejo municipal de Sabaneta autorizó al alcalde para que en 6 meses usara las acciones
necesarias para el saneamiento fiscal y el fortalecimiento institucional del Municipio, entre ellas,
modificar, fusionar, suprimir o crear organismos y dependencias. Estas medidas fueron tomadas
de acuerdo al el art. 19 de la Ley 617 de 2000, luego de que el Contralor General de la República
certificara que el Municipio demandado venía sobrepasando el límite de gastos establecido en los
artículos 6º y 10º de la misma Ley.
el Alcalde de Sabaneta expidió el Decreto 189 del 31 de octubre de 2001 ''por el cual se reorganiza
administrativamente la planta de personal de la Alcaldía Municipal de Sabaneta''.
Adriana María Torres Hernández es despedida de forma unilateral, sin justa causa y sin permiso
judicial. De acuerdo a la accionante, esta asociación presentó un pliego de peticiones al Alcalde del
Municipio de Sabaneta el 31 de enero de 2001, conflicto que por no encontrarse resuelto al
momento del despido, la beneficiaba con el fuero circunstancial previsto en el art. 25 del Decreto -
legislativo No. 2351 de 1965 y en el art. 36 del Decreto reglamentario 1469 de 1978.
Así mismo, la accionante considera que se encontraba amparada por el fuero sindical, al haberse
afiliado en calidad de adherente a la organización sindical sindicato Nacional de trabajadores
estatales a las 7:00 am del día de su despido. Como consecuencia de su desvinculación, el 1º de
noviembre de 2001, la actora presentó ante la Alcaldía del Municipio de Sabaneta una solicitud de
reintegro, la cual fue negada mediante la Resolución 427 del 26 de diciembre de 2001,
considerando que no se encuentra protegida por fuero sindical alguno y Mediante un escrito
presentado el 3 de noviembre de 2001 ante el Alcalde del Municipio de Sabaneta, la actora le
comunicó que dentro de las facultades que le otorga la Ley 443 de 1998, escogía la reubicación en
un cargo equivalente al que desempeñaba en el momento del despido.

Por consiguiente, la peticionaria señala que el Decreto No.189 del 31 de octubre de 2001 expedido
por el Alcalde del Municipio de Sabaneta, demuestra el ánimo de persecución sindical porque
suprime cargos pertenecientes a funcionarios sindicalizados inscritos en carrera administrativa,
manteniendo a los funcionarios que ocupan cargos en provisionalidad, sin fundamento alguno.
Por último, afirma que se le ha vulnerado el derecho a la igualdad, teniendo en cuenta que el
señor R.M., fue reintegrado a los pocos días de su despido, luego de que el municipio reconociera
que se encontraba protegido por fuero sindical, situación que no se le ha concedido aunque es
beneficiaria de la misma protección sindical. En respuesta a la solicitud del Juzgado Segundo
Promiscuo Municipal de Sabaneta, el señor A.M.G., actuando como apoderado del municipio
demandado, se opuso a las pretensiones de la accionante, en los siguientes términos: Considera
que la acción de tutela debe ser denegada por improcedente, debido a que la peticionaria cuenta
con otros medios de defensa, tales como los recursos de la vía gubernativa y la acción contencioso
administrativa. Agrega que no se demostró la ocurrencia de un perjuicio irremediable que
justifique la procedencia de la presente acción como mecanismo transitorio.

Por otro lado, manifiesta que el día 1° de noviembre de 2001, la peticionaria solicitó el reintegro al
cargo que venía desempeñando en las mismas o mejores condiciones y la cancelación de los
salarios y prestaciones dejadas de devengar desde el momento de su desvinculación hasta el
momento en el cual se hiciere efectivo el reintegro. Para el Municipio demandado, ese acto
administrativo que resuelva la solicitud también puede ser controvertido a través de la vía
gubernativa y la jurisdicción de lo contencioso administrativo, razón por la cual la accionante
cuenta con otros medios de defensa para la protección de los derechos invocados.

En relación con el derecho a la igualdad, afirma que a raíz del proceso de reestructuración llevado
a cabo por el Alcalde del Municipio de Sabaneta, se suprimieron distintos cargos de acuerdo a los
resultados del estudio técnico realizado, de conformidad con la Ley 617 de 2000 y el Decreto
reglamentario 192 de 2001. Por esta razón, ''en ningún momento se le pretendió violar su derecho
a la igualdad, siendo objetivos, solo se trató de ajustar los gastos de funcionamiento de acuerdo a
lo preceptuado en la normatividad aludida previamente analizada la situación del Municipio y con
los resultados que arrojó el estudio técnico en mención en ningún momento se contemplaron
situaciones particulares y subjetivas.

Con respecto a la vulneración del derecho de asociación sindical, manifestó que no es válida la
apreciación de la accionante cuando afirma que se encuentra cobijada por el fuero circunstancial,
ya que las asociaciones de servidores públicos no están facultadas para presentar pliegos de
peticiones, según la legislación laboral vigente y la jurisprudencia de la Corte Constitucional. Así
mismo señaló, que cuando la peticionaria solicitó la inscripción a SINTRAESTATALES, el sindicato ya
se encontraba constituido por lo que para considerarse afiliada, la solicitud de admisión debía ser
aprobada por la Junta Directiva conforme a los estatutos. Alega que una vez la actora conoció la
decisión de suprimir su cargo, procedió a solicitar su inscripción al sindicato, sin que la Junta
Directiva hubiera alcanzado a aprobar su afiliación antes de que se le notificara su desvinculación.

NATALIA SOFIA GENES.

AIDA MERCEDES DURANGO.

JULIANA VERA CORREA.

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